Boletin Salesiano Setiembre

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URUGUAY / Tercera época / Año XLI / Nº 7 / Setiembre 2019 / www.issuu.com/bsuru

Francisco Lezama sdb

Los Derechos Humanos son consecuencia de la dignidad humana Pilar Teijeiro

Los DD.HH. en Uruguay desde la óptica de una periodista


¿Ser felices o buscar la felicidad?

Pilar Teijeiro, comunicadora y sindicalista Los Derechos en Uruguay desde la óptica de una periodista

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FAMILIA EN OBRA Prof. Dra. Mariella Saettone Montero Derechos Humanos

MÁS HUMANOS, MÁS FELICES

Ping Pong a Juan Francisco Morandeira y Analía Cancela

Florencia Ortigoza, del Equipo Pastoral de la Arquidiócesis en el INISA “La OPORTUNIDAD es el derecho más grande”

PÁG 23.

PÁG 16.

P. Francisco Lezama sdb “No hay derecho”

P. Francisco Lezama sdb "Los Derechos Humanos son consecuencia de la dignidad humana"

PÁG 22.

PÁG 21.

SINTONIZANDO CON DON BOSCO Madre Yvonne Reungoat fma Los DD.HH. en la óptica de la educación preventiva

PÁG 29. Tertulia campera

PÁG 24. AQUÍ Y AHORA DD.HH.: Más allá de las declaraciones

PÁG 30. PÁG 32.

DEL ÁRBOL SALESIANO Marta Núñez DD.HH. en la tercera edad

UNA MANO AMIGA Irene MInutti,Marcio Pintos y Ana María Elorant “Nuestros equipos educativos, una fortaleza para agradecer”

PÁG 35.

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro

Impresión: Mosca

Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Dra. Mariella Saettone Celular: 092 432 286 Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Juan José Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Malvárez, Nicolás Vilche, y Ramiro Pisabarro. Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Fotografía: Sebastián Andión, Sofía Cayota, de ANS, Pixabay y fotos de archivo. Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191 Corrección: Graciela Rodríguez Diseño: gustavo@tanganika.com.uy

salesianosuy


P. Sergio Álvarez sdb

CARTADELDIRECTOR

¿SER FELICES O BUSCAR LA FELICIDAD? ¡Qué pregunta para entrar a debatir! … especialmente en estos tiempos de poner a consideración muchas perspectivas sobre muy variadas realidades en las que andamos. Entre tantas necesidades que tenemos, una es central, inevitable, insustituible:

encontrar sentidos en la vida, y a quienes nos ayuden a ser nosotros mismos. Por lo pronto, algo así estoy pensando luego de haber leído esta edición del Boletín Salesiano. El Equipo de Producción ha ido a la búsqueda de lo que nos mueve cuando reivindicamos derechos, y en especial esta vez, enfocados en los Derechos Humanos, y nos entregan un material que estimula, abre nuevas perspectivas, crea interés por comprender mejor eso en lo cual vale la pena que se nos vaya la vida. La pregunta no es nueva para la humanidad… quienes aportan para respuestas desde este espacio no buscan lo definitivo, por eso a este Boletín ¡léelo, te vas a encontrar! Te deseamos muy buena lectura, un saludo fraterno en nombre del Equipo…

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ยกSร ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

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P i l a r

T e i j e i r o

Los Derechos en Uruguay desde la รณptica de una periodista

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Pilar Teijeiro es periodista desde hace más de 25 años. Es activista en materia de derechos desde el Centro de Archivo y Acceso a la Información (Cainfo), y el área de género de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU). Hoy conduce el informativo central de TV Ciudad. Es madre de tres hijos. Entrevistada por el BS, pasa raya al estado­situación de derechos humanos en la actualidad, y esboza una lista de derechos conquistados y los que aún le preocupan. Pilar admite que se ha avanzado en los últimos tiempos en materia de derechos, pero considera que para que la sociedad los incorpore “falta un gran trecho” y “son grandes los desafíos que tenemos por delante”. El gran cambio de esta época en materia de derechos es para ella “el valor y el respeto a lo diferente”. Para la conductora ser feliz es un derecho a reivindicar aunque no esté plasmado en papel, y supone “tener la condiciones para ser lo que se quiera ser”, pero siempre “con un fin mayor que es la felicidad colectiva”.

En Uruguay ¿Hay derechos plasmados en leyes que no se viven plenamente en la práctica? Yo creo que se ha avanzado desde la declaración de los Derechos Humanos. Ha surgido una conciencia de nuevos derechos y la necesidad de formularlos. Antes se hablaba solo de grandes derechos, como por ejemplo el derecho a la vida, al trabajo, a la vivienda y ahora se ha avanzado en el reconocimiento de otros derechos como, por ejemplo, la diversidad en el sentido más amplio o la mayor sensibilidad hacia los derechos de las mujeres. Y la creación en 2010 de ONU Mujeres, es una muestra que se avanza en la materia. Ahora bien, del papel frío, a que la sociedad los incorpore hay un gran trecho, todavía falta. Son los grandes desafíos que tenemos por delante. De los derechos que no están en la declaratoria, ¿cuáles te parece que habría que reivindicar? La Declaración de Derechos Humanos de 1948 consagra derechos básicos a la vida, a la libertad y muchos otros derechos entran dentro de ellos. Por ejemplo, cuando decimos derecho a la no discriminación por razones de raza, sexo, el tema de la diversidad está incluido. El gran cambio de este tiempo, a diferencia de otros en los que se buscaba lo uniforme, es el valor y el respeto a lo diferente. La propia Organización de Naciones Unidas, ha tenido que hacer nuevas convenciones, acompasando los tiempos que vivimos. En la ley somos todos iguales, tenemos derecho a acceder a la salud, trabajo y seguridad. Sin embargo, hay desigualdades mayores, por ejemplo lo que hablábamos de las mujeres. También hay minorías que sufren mayores desigualdades, ahí encontramos cortes por raza, por ejemplo, los afrodescendientes que han sido históricamente desfavorecidos. Es un tiempo donde las mujeres tienen otro protagonismo, hay otra sensibilidad y esto ha llegado incluso hasta dentro de la Iglesia. Y si hablamos de otros derechos a reivindicar, está el de acceso a la información pública, un tema en el que Uruguay es un país de 6

avanzada en comparación con otros países de la región, y que implica que el Estado debe proporcionar toda la información que la ciudadanía demande. Sin embargo, hay muchas personas que no conocen los mecanismos para acceder y desde los organismos del estado hay cierta opacidad para dar información. Ese es un aspecto para mejorar. ¿Cómo creés que se está asumiendo el derecho a vivir en un medio ambiente saludable? Las nuevas generaciones lo están viviendo con mucha fuerza. Para nuestra generación, este no era un tema destacado, quizás, porque estábamos más conectados con la naturaleza, con la producción. El tema es que, al crecer las ciudades, al aumentar la producción y el consumo, esta relación cambió y nos separamos de los temas ambientales, de la naturaleza. Los desperdicios y el no reutilizar son características de los tiempos que vivimos, dejamos de lado la reutilización, elemento que antes era central y que ahora por lo barato que es producir en otros materiales se dejó de lado, y nos ha traído muchos problemas. Es un tema que para las nuevas generaciones es central, lo tienen internalizado y creo que pueden venir cambios significativos en el futuro.


Todos debemos tener la posibilidad de ser felices y las condiciones para ser lo que se quiera ser 7


Hoy en día se habla mucho del derecho a la felicidad de las personas. Desde tu perspectiva, ¿se lo puede plantear como un derecho? Para mí sí. Lo que no sé, es si debe estar en una constitución o declaratoria. Además de ser algo muy personal, es difícil de medir la felicidad, pero creo que todos debemos tener la posibilidad de ser felices y las condiciones para ser lo que se quiera ser. Hablo de condiciones de acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, y luego de tener las oportunidades necesarias, que logren desarrollarse. Yo vinculo la felicidad individual con la felicidad colectiva. Hoy vivimos en una sociedad que es muy hedonista, que piensa en la felicidad como un bien personal, como si fuera una mercancía, pero debemos tener una visión más amplia del tema. ¿Se puede decir, entonces, que la felicidad colectiva, es una forma de medir el cumplimiento de los otros derechos? Sí. Ahora bien, el hecho de tener todas las posibilidades no necesariamente significa que seas feliz, depende de las decisiones que tomes. Yo voy más que nada al origen, a que todos tengamos la posibilidad de desarrollarnos, condiciones básicas, mínimas, para poder decidir sobre la 8

propia vida y por el bien de la comunidad. Después de eso, depende de cada uno, ya que lo que para vos puede ser la felicidad capaz que para mí no. Desde tu rol de periodista, donde te toca todos los días dar noticias y ver realidades diversas, ¿qué Derecho Humano, crees que está siendo más vulnerado hoy en día? Es difícil elegir uno, son varios, lamentablemente. Lo que me surge, en este momento, es ver la cantidad de chicos que no crecen en una familia, en un contexto favorable. Siguen siendo muchos los niños y niñas que nacen en hogares por debajo de la línea de pobreza, y eso condiciona muchísimo las posibilidades que tendrán a futuro, por más que estudien. La pobreza en sus múltiples facetas, afecta a todos, pero de manera particular a los más chicos. Esto es algo que me preocupa. Algunas personas afirman que, las nuevas tecnologías nos han recortado ciertas libertades y derechos, ¿estás de acuerdo con esa afirmación? Yo creo que el tema pasa por el mal uso de las tecnologías. Antes los chicos pasaban 5 horas jugando con soldaditos de plomo y ahora pasan 5 horas frente una pantalla. Los vínculos hoy en día

también pasan por las redes sociales, y creo que no está mal, porque es parte de nuestra cotidianidad. El problema reside en que, capaz, estamos dejando un poco de lado la relación cara a cara, pero eso ya es personal. Creo sí que la tecnología nos limita o nos quita libertad o derechos cuando, con la excusa de la seguridad, colocan cámaras por todos lados quitándonos privacidad, siendo que no es relevante el número de delincuentes que se encuentran por esa vía. Otro ejemplo, es en las redes sociales o en la web, la censura que realizan las grandes plataformas (facebook por ej.) cuando te segmentan la información que ves, dejando por fuera un montón de información de la cual no te enterás. No tengo una visión negativa sobre la tecnología, pero creo que debemos cuidar el uso que le damos. Desde la Comisión de Género de la Asociación de la Prensa Uruguaya que integras hace 10 años ¿cómo trabajan en materia de derechos? Tratamos de generar mejores condiciones laborales para las mujeres que trabajan en los medios. Por ejemplo, promover la instalación de salas de lactancia para las trabajadoras que son madres. Estamos atentas a las denuncias que pueden surgir, ya sea de acoso o situaciones laborales desiguales que se presenten. También, intentamos tener una mirada diferente en los temas de actualidad, que la perspectiva de género esté presente en todos los temas, opinando y marcando un perfil distinto. ¿Cómo te gustaría que fuera la situación en materia de Derechos Humanos en Uruguay, de aquí a 20 años? Me gustaría que las mujeres, los niños y hombres, puedan caminar en la noche solos, sin miedo a que les pase nada. Que todos los niños y las niñas tengan buenas condiciones para crecer sanos, en sus familias. Que cada persona pueda decidir sobre su vida, sin que la discriminen por eso. Que no sea tema en 20 años.


FAMILIAENOBRA

Derechos Humanos Referirnos al tema de Derechos Humanos es necesariamente abor­ dar el proceso evolutivo y constan­ te a lo largo de la historia humana en el cual la persona humana ha conquistado el respeto de su dig­ nidad y derechos, frente al Estado, y también en el ámbito social. El proceso de incorporar nuevos derechos siempre está relacionado con las necesidades específicas para los seres humanos surgidas en los distintos contextos históricos. Nunca podrá decirse que el proceso de incorporar nuevos derechos está cerrado; así a vía de ejemplo, en 1830 cuando naci­ mos como un Estado, era impensable pensar en derechos vinculados a la protec­ ción de datos personales, o al impacto de las tecnologías en la vulneración de dere­ chos, porque claramente no era posible concretar esa afectación como hoy sí pue­ de suceder. Pero si bien es cierto que siempre vamos a ir sumando derechos, también es necesa­ rio tener presente la necesidad de prote­

ger los derechos ya conquistados, la libertad en todas sus dimensiones, la igualdad, el derecho a la no discrimi­ nación, etc. La Declaración Universal de Derechos Humanos al igual que la Declaración Americana ­ambas de 1948­, sientan el principio de que todas las perso­ nas nacen libres e iguales en dignidad y derechos sin distinción de raza, sexo, reli­ gión, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Pero además se expresa que los seres humanos dotados como están por naturaleza de razón y conciencia, deben conducirse fraternalmente los unos con los otros. Hoy en día asistimos a múltiples violaciones muy graves de Derechos Huma­ nos en todo el mundo, renacen discursos de odio, se ve en el diferente un enemigo, y estamos lejos del concepto de familia humana que inspiró las Declaraciones. Por otra parte, con una actitud muy egoísta, estamos destruyendo la única casa común que nos alberga y cuesta mucho entender que el único desarrollo lícito es aquel que es sostenible y que no hipoteca el futuro

de las próximas generaciones. Desde el punto de vista jurídico, todas las personas tenemos derechos y tenemos deberes como lo expresan ambos docu­ mentos, deberes con nuestras comunida­ des, con nuestras familias. No obstante ello, aún hoy en el mundo, la efectiva vigencia de los derechos humanos para todas las personas que lo habitan es toda­ vía una asignatura pendiente, con millones de seres humanos excluidos, lo que re­ quiere imperiosamente el esfuerzo de todos en construir una auténtica cultura fraterna en el mundo que se nos ha dado.

Prof. Dra. Mariella Saettone Montero Docente en la UCU y Udelar en sus respectivas Facultades de Derecho. Coordinadora General del Programa Interuniversitario de Derechos Huma­ nos Ausjal/IIDH

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29 años | Está finalizando sus estudios de Educación Social. Vive con sus padres y abuelos en el Barrio Pueblo Victoria, Montevideo.

¿Qué te hace feliz? El encuentro con otros, animar, tomar un mate y conversar con ami­ gos. Hacer algo por quien lo necesite, aunque sea mínimo, ver la felicidad en los demás y saber que contribuí en esa felicidad. Se me aprieta el corazón cuando... Veo gurises a los que les cierran todas las puertas, quedando cada vez más excluidos de la sociedad. ¿Cuál es tu mayor miedo? No hacer nada por los demás, o que lo que haga no sea lo que real­ mente necesita el otro. ¿Qué hacés cuando alguien no te cae bien, pero tenés que interac­ tuar igual? Trato de no ser grosero o irrespetuoso con esa persona. Todavía no lo hice, pero me gustaría... Recorrer el país en la Vespa con Vero (mi novia). ¿Cuál es tu mayor orgullo? Haber descubierto mi vocación en el Oratorio de La Teja, donde animé 10 años. Allí descubrí el trabajo con otros, me ayudó a saber qué era lo que quería hacer con mi vida y cómo podía seguir hacien­ do eso que tanto me gustaba a través de una profesión educativo social. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Haber participado del bicentenario de Don Bosco en 2015, haber recorrido Turín, y estar donde todo comenzó. Como salesiano es impresionante lo que se siente estar allí, el haber conocido la casa de Don Bosco, es un sueño cumplido. ¿A quién admirás? A las personas que día a día hacen la opción de entregar su vida a los demás, desde su trabajo, su estudio, su apostolado. 10

¿Qué te cuesta entender? La falta de empatía que las personas pueden llegar a tener por otros, y la estigmatización que se crean sobre los demás sin pensar en los efectos negativos que esto produce. Lo que más me gusta de Uruguay es... La gente, la alegría que tenemos, la capacidad de ver las cosas de una manera positiva, la solidaridad y la unión que podemos lograr ante una determinada situación. Me gustan los diferentes lugares naturales que tiene el país, y la posibilidad de poder disfrutarlos. Lo que menos me gusta de Uruguay es... El poco cuidado que las personas tienen con la naturaleza, como se desecha la basura en cualquier lugar y que no nos importe, eso no me gusta. ¿Qué música escuchás? Escucho de todo según el momento en que me encuentre, pero generalmente hard rock, blues, heavy metal, bandas como AC/DC y Metallica son mis favoritas. ¿Qué derecho sentís que es el más vulnerado? Siento que a pesar de todo lo que se hace en Uruguay, los derechos del niño son los más vulnerados hoy en día. Este año se cumplen 30 años de la Convención sobre los Derechos del Niño, y aún hoy son los que menos se respetan, debemos seguir trabajando para que estos se ejerzan y se fomenten. ¿Qué derecho creés que es el más importante? Considero que la libertad es el derecho que nos hace más felices, que nos posibilita realizarnos como personas a elegir, a expresarnos, a vivir, a opinar, a profesar nuestra fe, este derecho es el que más debemos cuidar.


37 años | Trabaja en la Escuela de Oficios Don Bosco y está haciendo la tesis de Trabajo Social. Vive con su mamá y su hijo Joaquín de 5 años en el Barrio Villa Dolores, Montevideo. ¿Qué te hace feliz? Reconocer la presencia de Dios en mi vida en quienes me rodean: familia, amigas y amigos, en el trabajo. En ellos me siento acompañada, cuestionada, animada. Se me aprieta el corazón cuando... Veo algo injusto que hiere a alguien, especialmente cuando es alguien que no puede defenderse. ¿Cuál es tu mayor miedo? Me he cruzado con miradas vacías donde trabajo. Me da miedo pensar que un ser humano puede quedar ausente de sí mismo, que la esencia con la que nació, regalo de Dios, no tiene ningún espacio en esa vida. ¿Qué hacés cuando alguien no te cae bien, pero tenés que interactuar igual? Busco centrarme en lo que sí tiene para aportar y ver qué me molesta de esa persona. Porque seguramente es espejo de algo mío. Todavía no lo hice, pero me gustaría... Investigar algunos aspectos que a diario me interpelan en mi trabajo. ¿Cuál es tu mayor orgullo? Mi hijo, cada vez que me dice que cuando sea grande me va a ayudar en mi trabajo. También cuando me contesta que"eso no es una razón”, creo que esa necesidad de entender el mundo y de buscar explicaciones también tiene que ver conmigo. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Mi primera tarde de oratorio en Villa Colón cuando tenía 14 años. Recién allí entendí lo que decían las hermanas en IMA de la importancia de una fe com­ prometida con la construcción de una realidad más justa. ¿A quién admirás? A algunas familias con las que trabajo, que no teniendo nada, son capaces de recibir a otra persona y hacerles un lugar en sus vidas y compartir lo que haya para compartir. Eso solo se da y se entiende en la pobreza. ¿Qué te cuesta entender? Cuando un adolescente no se termina de convencer de lo bueno que habita en él. Cuando no nos creen eso que nosotros sí vemos claramente. Lo que más me gusta de Uruguay es... Que no somos muchos. Así que con firmeza política y decisiones acertadas podríamos vivir mejor, brindando condiciones dignas para todos y todas. Lo que menos me gusta de Uruguay es... Cuando escucho a gente decir "no me gusta la política"... "No entiendo nada, mejor no opino”. Todos tenemos responsabilidad en las realidades que nos rodean, sean cuales sean. ¿Qué música escuchás? Dependiendo el día la que me haga bien. Pero arranco la jornada con folklore en el auto. ¿Qué derecho sentís que es el más vulnerado? El trabajo. Porque es la única actividad hasta ahora conocida por la humanidad que nos permite acceder a otros derechos y darle sentido al para qué de nues­ tra existencia. En ese sentido no cualquier tarea es trabajo, tener derecho al trabajo como actividad humanizante es el derecho más vulnerado. ¿Qué derecho creés que es el más importante? La educación. Pero la de verdad, no la que domestica conciencia funcional al sistema, sino la educación que permite discutir la realidad, pensarla distinto, reconocerme en el otro y trascender la existencia. 11


VALELAPENAVIVIRASÍ

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FLORENCIA ORTIGOZA Integrante de la Pastoral de la Arquidiรณcesis de Montevideo en el INISA

La oportunidad es el derecho mรกs grande

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Desde que inició su formación como Trabajadora Social en su natal Florencio Varela, Buenos Aires (Argenti­ na), Florencia Ortigoza estuvo vinculada con la defensa y promoción de los Derechos Humanos, en especial de los jóvenes, con los que trabaja a diario en el Colegio Providencia del Cerro y, semanalmente, en la Pasto­ ral del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA). La Pastoral en el INISA comenzó formalmente hace dos años a instancias del Cardenal Daniel Sturla, y Floren­ cia formó parte del equipo desde la primera hora visitando a los adolescentes privados de libertad que se encuentran en el Centro de Ingreso, Estudio, Diagnóstico y Derivación (CIEDD). Confiesa que esta experiencia es educativa para todos y que a ella le enseñó a abrazar más, a dejarse abrazar y a poner el oído sin cortar la conversación, así como a reírse “en los momentos más difíciles”. “Hay algo nuevo en mí”, afirma, y asegura que “Don Bosco sería el primero en ser parte de este proyecto”.

¿Cuándo te integraste a la Pastoral en el INISA? Junto con mis compañeros (Pampa Reyes, Leo Burone, Nicolás Castagna y Lucho Arro­ cha) empezamos a ir al INISA hace dos años sin pensar que éramos una Pastoral, aun­ que lo éramos. Llegamos con la idea de que a los gurises que están ahí les servía nues­ tra visita para salir del encierro, guitarra en mano y a ver qué pasaba. Compartimos alguna cita bíblica, alguna canción, y des­ pués se trata de escuchar mucho. Desde entonces es un ida y vuelta constante. Es algo desafiante, lindo y educativo para nosotros y los gurises, que te hace crecer por todos lados. ¿Cómo son esos encuentros? En el 70% de los encuentros ellos están alborotados, solo podemos hablar un poco y dejarlos ser. Pero hay otros encuentros espectaculares, donde hablás de cosas profundas. El momento “sagrado” es el de la oración, donde se ponen todos de pie y se autorre­ gulan entre ellos. Se abrazan como un equi­ po de rugby, y empiezan a pedir cada uno por su madre, su hermano, por un compa­ ñero. En ese espacio emerge un espíritu solidario increíble. Rezan el Padre Nuestro y se van en paz, al igual que nosotros. ¿La oración los descomprime? Ellos arman un escudo protector, porque dicen que ahí adentro no confían en nadie. Confían solo en su mamá y ahí dentro se sienten solos. Cuando les mostrás un rosa­ rio, una cruz o rezás un Padre Nuestro esti­ ran el brazo y se toman de la mano de ese que se la tiende. Te aseguro que ninguno de nosotros reza un Padre Nuestro con tanto amor y con 14

tanta conciencia como lo hacemos los jue­ ves con los gurises, y mirá que rezo muchos por día. Es el más auténtico para mí, y creo que lo mismo les sucede a mis compañeros. ¿Con qué sueñan los jóvenes que están en el INISA? Sueñan con terminar el liceo, conseguir un buen trabajo, tratar de no defraudar a la familia de nuevo, sobre todo a la mamá. Algunos ya son padres, y quieren tratar de ser un buen ejemplo para sus hijos, para

sus hermanos. Ellos no quieren volver, quieren encontrar un punto de apoyo. Saben que existe la posibilidad del cambio. ¿Estos jóvenes se sienten excluidos u olvi­ dados por la sociedad? No sé si se ellos se sienten excluidos, pero desde nuestro punto de vista claro que sí lo están. Antes de ir a este Proyecto, iba de noche por la calle, y si me cruzaba con ese gurí, seguramente cruzaba la vereda. Aún queda mucho por hacer para cambiar la


Ninguno de nosotros reza un Padre Nuestro con tanto amor y con tanta conciencia como lo hacemos los jueves con los gurises, y mirá que rezo muchos por día cabeza de la sociedad. No es necesario que todos vayamos al INISA para tomar concien­ cia. Ojalá no existiera esta Pastoral, pero existe, y su sentido es darles esa mano. ¿Y tienen conciencia de sus derechos? No usan la palabra derechos. Algunos dicen que no tuvieron suerte. Es lo que les tocó. Nosotros vemos que sus derechos están vulnerados, por eso los proyectos Providen­ cia, Jubilar, Impulso, Ánima, los oratorios, todas las obras sociales que tienen los salesianos, como Tacurú. Son todos proyec­ tos de movimientos de la Iglesia que nacen buscando dar respuesta a la falta de dere­ chos u oportunidades. Todos estos proyec­ tos se dieron cuenta de que no te tengo más que dar el pan, sino enseñarte a ama­ sarlo. La oportunidad es el derecho más grande, con el que tomás conciencia de que vos podés. Te damos todo el apoyo para que te

des cuenta de eso. Que casi todas las pro­ puestas para los jóvenes en contexto vulne­ rable sean educativas, habla muy bien de la Iglesia, porque ahí es donde se defienden muy bien sus derechos. Los derechos son tales cuando un gurí de Casavalle puede estudiar al mismo nivel de uno de Pocitos. ¿Qué te genera a vos el servicio pastoral con estos gurises? “Hay algo nuevo en mí”, como dicen Aris­ tóphanes. Al hacer origami, para que salga bien, debés marcarle las líneas al papel. Nosotros somos ese papel, en el que Dios va armando nuestro origami con nosotros. Esas líneas son pequeños hitos, que nos marcan. Me enseñó a abrazar más, a dejar que me abracen, a escuchar sin cortar la conversación, a poner el oído. También me enseñó a reírme en los momentos más difíciles. Voy allá a formar vínculos. La vida de ese gurí es un regalo de Dios para mí.

¿Qué sentís que les aportan ustedes? Un vínculo sano. Les ofrecemos algunas herramientas más para que se reinserten en la sociedad. Procuramos fortalecerlos de todas las maneras posibles. Este vínculo, del que participan todas las congregaciones que forman parte de la Iglesia, se basa mucho en las cosas que hacen los salesia­ nos. Don Bosco sería el primero en ser parte de este proyecto. Una de las cosas que más nos preguntan es si vamos a volver y por qué estamos ahí, y en esa respuesta que le damos a ellos está la respuesta a nosotros mismos. Lo que les podemos dar es un tiempo para ellos. Y les damos un espacio para la libertad interior. Generamos encuentros con esos gurises que para noso­ tros son importantes, y capaz ellos termi­ nan diciendo, también, que somos impor­ tantes para ellos.

Perfil Florencia "Flor" Ortigoza, 36 años. Es argentina, nacida en la ciudad de Florencio Varela, provincia de Bs. As. Estudió dos años de Trabajo Social. Trabaja en el Proyecto Providencia en el Cerro, que tiene varias propuestas dirigidas hacia los jóvenes, entre ellos un Liceo. Se sumó al proyecto pastoral en el INISA en 2017. Toda su forma­ ción filosófica la realizó en cursos internos dentro de la comuni­ dad de las Hermanas de María. Los cursos de Pastoral los efectuó en Montevideo. EL INISA El Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente tiene como objetivo esencial la inserción social y comunitaria de los adolescentes en conflicto con la ley penal mediante un proceso psicosocial, educativo e integral, que conlleve el reconocimiento de su condición de sujetos de derecho. Los hogares del INISA que están dentro del proyecto pastoral de la Arquidiócesis de Montevideo son tres: el Hogar Desafío, el Complejo Belloni y el Centro de Ingreso, Estudio, Diagnóstico y Derivación (CIEDD). El Hogar Desafío, ubicado en Chimborazo y General Flores, recibe a los adolescentes menores de 15 años. Complejo Belloni, en Av. Belloni y Aparicio Saravia, es uno de los hogares de permanencia de los chicos mientras cumplen el tiempo estipulado por el juez. El CIEDD, en tanto, está ubicado en Bulevar Artigas y Cufré, y recibe a adolescen­ tes mayores de 15 años transitoriamente, mientras se estudian y diagnostican sus situaciones para luego derivarlos a los centros donde permanecerán. Los tres son de características diversas, por lo tanto las percepciones de los procesos evolutivos también varían. (En base a www.inisa.gub.uy/ e www.icm.org). 15


CONNOMBREYAPELLIDO

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Francisco Lezama:

Los Derechos Humanos son consecuencia de la dignidad humana

Para "Pancho" los derechos son "consecuencia de la dignidad humana", no son inventados, sino proclamados. Sostiene que siempre que haya "un hermano o hermana" vulnerado va a haber una carencia que "tenemos que sentir como propia". En este sentido, opina que "es urgente reconsiderar la integralidad", en la que "todos los derechos sean para todas las personas". Para "Pancho" Lezama la Iglesia es "una realidad compleja". La autocrítica es necesaria, admite, aunque considera que es "injusto" para los que están "jugándosela al pie del cañón" que solamente se vea "oscuridad". Francisco "Pancho" Lezama tiene 40 años y es oriundo de Las Piedras. Es salesiano hace 19 años y sacerdote hace 10. Está en la comunidad de Villa Colón, donde es párroco y acompaña a los aspirantes. Tiene dos licenciaturas: una en Ciencias de la Educación por la Udelar y otra en Sagrada Escritura, con estudios cursados en Roma y Jeru­ salén.

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¿Para qué pensás que existen los Derechos Humanos? No sé si es un "para qué". En realidad los Derechos Humanos son una consecuencia de la dignidad del ser humano. No es que los Estados los inventan. Lo que hacen es proclamarlos. Uno los reco­ noce, no los concede. ¿Reconocer los DD.HH. es cristiano? San Ireneo decía: "La gloria de Dios es la vida del hombre, y la vida del hombre es la visión de Dios”. La plenitud del humano tiene que ver con la fe cristiana, porque nosotros creemos en un Dios que eligió hacerse humano en Jesús. Hay allí una relación muy profunda. Sin duda que los DD.HH. tienen que ver con la fe cristia­ na, y defenderlos también. Lamentablemente en la historia la Iglesia sus comunidades no siempre han estado a la altura de lo que implica defenderlos. Defender derechos es parte de la misión de Cristo y de la Iglesia. ¿Te parece que la actualidad trae acompasada la necesidad de reconocer nuevos derechos? La realidad cuestiona todas las formulaciones teóricas que las personas hacen. Lo humano siempre está en diálogo con su tiem­ po. En ese sentido, no me parece mal que se busque la mejor manera de reformular los DD.HH.. Sobre todo por un concepto: la integralidad. Si bien no todos son de la misma jerarquía —en cuan­ to a que hay derechos más básicos y fundamentales que otros— para que realmente podamos hablar de su cumplimiento, este tiene que ser integral. En eso tenemos mucho para crecer aún, para que todos los derechos sean para todas las personas. Me parece urgente reconsiderar la integralidad. La “integralidad” entendida en clave de… ...el total de los DD.HH. que abarcan a todas las dimensiones de la persona, desde las necesidades más básicas como el derecho a la vida y la salud; a derechos que tienen que ver con las realidades más espirituales, como la educación y la libertad religiosa. Todos esos son DD.HH., y son para todos. A eso me refiero con “integrali­ dad”, porque si no cuidamos una dimensión de las personas y descuidamos otras. ¿Pensás que hay DD.HH. aún por conquistar? Sí, desde el momento en que hay derechos a los que algún huma­ no no accede. No puedo decir que un Derecho Humano está con­ quistado cuando a algunos les es negado. Sería partir de una visión muy individualista, centrada en mi sociedad. La perspectiva de los DD.HH. nos pone en una mirada universal, y nos solidariza especialmente con los que sufren alguna discriminación debido a su raza, fe, identidad u orientación sexual, ideas, o a la razón que sea. Mientras haya una hermana o hermano al que todavía se le niega un derecho, hay una carencia que tenemos que sentir como propia. Ahí hay una enseñanza del Evangelio; una perspectiva humana que anima a la lucha. 18

Como Iglesia Católica, ¿cómo estamos parados? Si bien hay ejemplos de cristianos que se la han jugado por dere­ chos, hay al mismo tiempo antitestimonios, por las ambigüedades del ser pecadores. En las declaraciones modernas de DD.HH., la Iglesia ha venido un poco de atrás, por circunstancias que tienen más que ver con los contextos históricos en que se han emitido. Si uno piensa en la Revolución Francesa, que proclama los derechos del hombre y del ciudadano, surge como un movimiento anticleri­ cal. Ese espíritu de confrontación generó un alejamiento que en el momento no permitió a la Iglesia discernir y asumir lo positivo de la Ilustración. Pero el Concilio Vaticano II en la década del 60' puso a la Iglesia en otra actitud de diálogo con la modernidad. Ensegui­ da se da cuenta de que los DD.HH. están en sintonía con una mira­ da de fe sobre la humanidad. A lo largo y ancho del mundo nume­ rosos cristianos han estado involucrados en la lucha por los DD.HH.; cristianos laicos de a pie que cumplen su misión como tales, y viven su ser Iglesia luchando, en instituciones como el Servicio Paz y Justicia, la Institución Nacional de DD.HH., la Secre­ taría de DD.HH. de Presidencia, por hablar de Uruguay. Y después tantos educadores y trabajadores en los más diversos ámbitos que también luchan por los DD.HH.. Tomando como ejemplo el caso que mencionás de la Revolución Francesa, ¿te parece que como Iglesia a veces corremos desde atrás a la evolución de la perspectiva de DD.HH.? Es difícil afirmarlo rotundamente. En ese caso sí, por las razones dadas. Ahora, en otras situaciones, como la defensa del derecho a la vida o del acceso de los pobres a ciertos derechos, siento que la Iglesia —entendida como comunidad— está muchas veces a la vanguardia, empujando la historia. Uno lee el discurso de Bartolo­ mé de las Casas en defensa de los indígenas y dice “acá hay un religioso a la vanguardia de los DD.HH.”. Es complicado hacer una afirmación general de que la Iglesia va de atrás, aunque sí ha pasa­ do en muchos ámbitos; sobre todo se explica por el contexto en que las proclamaciones son realizadas. Algunas veces pareciera que ciertos pronunciamientos públicos de la Iglesia caen más en el conservadurismo que en la vanguar­ dia... La Iglesia es una realidad compleja. Para poner un ejemplo de América Latina: hay países donde la mayoría de los sectores de la Iglesia apoyaron a las dictaduras, y otros no; y hay casos que son al revés, como en Uruguay, donde la mayor parte de la Iglesia realizó distintas acciones de resistencia, junto a no creyentes y gente de otras iglesias. Que uno generalice para un lado o para otro siempre es injusto. Entonces, en honor a la verdad, hay que reconocer que esta es un poco más compleja de lo que nos gustaría. No hay que caer en una actitud de defensa cerrada de la Iglesia, ni tampoco en una actitud hipercrítica que ve solamente oscuridad. Hay que visibilizar el trabajo que muchos cristianos realizan desde su fe, por más que no tengan la etiqueta de “soy la Iglesia Católica”.


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Decir que es conservadora o que va contra los derechos es injusto para ellos. Tampoco soy ciego, reconozco que hay expresiones de gente de Iglesia que le da la razón a esas afirmaciones. Reconozcamos, entonces, que la realidad es compleja. ¿Y sobre los pronunciamientos de figuras públicas de la Iglesia? A mí me gusta, aún en el que piensa radi­ calmente distinto, tratar de entender su posición. Hay personas que están realmen­ te comprometidas con el valor de la ver­ dad, y por dárselo, a veces dejan de lado otros valores que también son importan­ tes. San Pablo habla de la verdad en el amor. A veces puede estar faltando un poco de amor al expresar la verdad. Pero igual hay que expresarla. A aquellos cristia­ nos que se manifiestan políticamente o ante determinados temas controvertidos, tampoco es justo pedirles que se callen. Lo importante es que lo hagan con humildad y desde una perspectiva constructora de comunión.

que está en juego es la dignidad. No se trata de hacer una separación como si fueran cosas distintas, pero sí de reconocer que hay prioridades. No le ha hecho bien a la imagen de la Igle­ sia la actitud promovida por algunos miem­ bros de obsesionarse con ciertos aspectos de la moral, en especial la sexual. El Papa lo dice: una Iglesia que se obsesiona con ciertos temas o que parece que solo habla­ ra de ellos, termina generando una visión distorsionada del Evangelio. Primero que nada: gracia, libertad, amor. Eso es el Evan­ gelio. ¿Por qué consideraste decir una palabra sobre la discusión que se dio también en la Iglesia en torno al pre referéndum para derogar la Ley Integral para Personas Trans? En primer lugar, me parece sano que haya pluralidad de miradas... le tengo miedo a la idea del "pensamiento único" al interior de la comunidad cristiana en temas en que es muy sana la diversidad. Por eso me animé

La realidad cuestiona todas las formulaciones teóricas que las personas hacen. Lo humano siempre está en diálogo con su tiempo Tenemos que ser especialmente sensibles a la realidad de los más vulnerables en sus derechos. Debería ser nuestra seña de identidad. Esto, como Jesús lo mostró en su vida, va más allá de los temas morales. Ante la exclusión que vivían los publicanos, Jesús se acercó a comer con ellos. Dio cuenta de una realidad a la que tenía que acercarse, con misericordia, compasión y empatía. Era muy criticado por eso. Como cristianos tenemos que preguntarnos quié­ nes son hoy los publicanos, los leprosos, y realmente poner la persona en el centro, y dejar temas secundarios para otro momen­ to. No poner en primer lugar cuestiones legales, morales, doctrinales, cuando lo 20

a compartir mi mirada, insistiendo en que en el centro deben estar las personas, y la defensa de la vida, con la conciencia de que estábamos hablando de una población que ha sido históricamente vulnerada en sus derechos. ¿Cómo recibiste los comentarios adversos o hasta duros que te hicieron por tu pos­ tura en este tema? Me encanta la cultura del diálogo y del debate. En el tiempo en que cursé en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la UDELAR, disfruté y crecí mucho en esta actitud de controversia respetuosa y enriquecedora. Pienso since­

ramente que toda persona que opina dis­ tinto que yo tiene algo para aportarme desde su perspectiva. En el caso de los que se expresan desde la falta de respeto o el insulto, lo más sano es dejar pasar. ¿Hace falta autocrítica como Iglesia? Sí, ¡pero eso no es ningún invento! Llamé­ mosle autocrítica, examen de conciencia, mirar hacia adentro, y es lo que la Iglesia siempre ha querido hacer. Es algo en lo que tenemos que seguir insistiendo. En el punto de los derechos la Iglesia tiene que estar siempre abierta a revisarse. Uno lee los discursos del Papa Francisco y deja muy claro que hay una perspectiva de autocríti­ ca. Nos invita como Iglesia a tener esta mirada. Pero es injusta una mirada que solamente ve lo negativo, injusta para tantos cristianos que están jugándosela al pie del cañón. Ni el triunfalismo ni el sentir­ se la peor basura: ninguno de los dos extremos le cabe a la Iglesia en el campo de los DD.HH.. El Papa Francisco invita a los jóvenes a que “hagan lío”. ¿Deberían hacerlo incluso cuando implicara hacerlo para adentro como Iglesia? La perspectiva de los DD.HH. nos cuestiona la interna de la Iglesia. De esta dignidad humana surgen deberes y derechos. Me parece bueno que todos los cristianos asumamos un rol para luchar por ellos hacia afuera y hacia adentro. Todavía tene­ mos mucho para crecer, para que todos en la Iglesia sintamos ese protagonismo al que el Señor nos invita a desarrollar y vivir. ¿Qué mensaje le dejás a un joven que esté leyendo esto? Está bueno que un joven cristiano sensible a esta temática se sienta alentado por Cristo a asumir un rol activo; desde el lugar que se sienta llamado, ya sea política parti­ daria, militancia gremial, trabajando en ámbitos donde pueda hacer esto, o simple­ mente informándose y participando—. Forma parte de nuestro ser cristiano pro­ fundizar en la lucha por los DD.HH. y en la dignidad del ser humano.


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

LOS DD.HH. EN LA ÓPTICA DE LA EDUCACIÓN PREVENTIVA Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay: El camino de los derechos humanos pasa a través de la educación porque prevenir es más importante que proteger. La pasión del da mihi animas cetera tolle, corazón del Sistema Preventivo, orienta nuestro proceso educativo hacia la promoción de los dere­ chos y la dignidad de los jóvenes y las muje­ res. Desde el principio, Don Bosco y madre Maz­ zarello han apostado por la educación, medio para promover en las jóvenes genera­ ciones la conciencia de sus derechos y la responsabilidad de sus correspondientes deberes. Las escuelas profesionales puestas en marcha por Don Bosco, los contratos de trabajo exigidos a los empresarios, son un testimonio de su compromiso con estos derechos. También madre Mazzarello, ini­ ciando el taller de sastrería, tuvo la inten­ ción de contribuir a la elevación social y espiritual de las niñas. En continuidad con la experiencia carismáti­ ca de los orígenes, en todos los rincones del mundo, FMA y las comunidades educativas se comprometen en la promoción de los

derechos de los niños, los jóvenes y las mujeres. Si educar es un despertar humano, la educa­ ción se traduce, necesariamente, en el com­ promiso de apoyar lo que favorece la digni­ dad de la persona de los jóvenes. Los dere­ chos humanos son una forma privilegiada de hacerlo. La educación en y para los derechos humanos nos hace más conscientes de que la persona es fuente de derechos y deberes porque el rostro del otro nos obliga a reco­ nocerlo, respetarlo, promoverlo en su origi­ nalidad y despertar su responsabilidad: cada persona contribuye al bienestar espiritual, moral y material de la comunidad social. El carisma salesiano nos ofrece una motiva­ ción más para educar en derechos humanos porque reconoce en cada joven la imagen de Dios. Los jóvenes son una generación para ser amados con la dedicación original de Don Bosco y de madre Mazzarello y con la audacia creativa de toda la comunidad edu­ cadora. La educación en derechos humanos comien­ za en la comunidad. El clima de respeto,

atención y responsabilidad en relación con cada miembro es el contexto indispensable para hacer crecer la sensibilidad educativa preventiva. Cuando la educación en derechos humanos comienza desde las periferias existenciales y geográficas, donde la degradación es más evidente, se vuelve verdaderamente inclusi­ va y se califica como preventiva. De entre las formas de pobreza juvenil privilegiamos la educación de la mujer joven porque entre los pobres es la más discriminada e indefen­ sa. Esta es una realidad reconfortante que puedo constatar con profunda gratitud y que quiero alentar. Evangelizar educando no es algo diferente que educar en y para los dere­ chos humanos. Que María Auxiliadora nos ayude a entrar en esta óptica y nos acompañe a realizar el plan de Dios para los jóvenes de nuestro tiempo.

DEOTROSLARES Familia de exalumno salesiano mártir recibe estatua de María Auxiliadora enviada por el Rector Mayor En el marco de su visita a las dos casas salesianas de Quetta y Lahore en Pakistán, el Consejero General de Misiones, P. Guillermo Basañes, visitó a la familia de Akash Bashir, el exalumno salesiano que a los 20 años murió mártir para evitar la muerte de cristianos en la Iglesia San Juan de Youhannabad. El joven Akash, guardia de seguridad de la referida Iglesia, dio su vida el 15 de marzo de 2015 al abrazar valientemente a un terrorista que portaba explosivos, salvando así la vida de todos los se encontraban en la Iglesia celebrando los misterios del inicio de la Pascua de Jesucristo. Fuente: ANS

Un campamento diferente: primer encuentro de jóvenes sirios en el corazón de Europa La inspectoría de Medio Oriente, con el apoyo de la Confederación Mundial de Exalumnos, organizó del 21 al 26 de agosto, en Benediktbeuern (Alemania), el primer encuentro de jóvenes refugiados, bajo la temática “Tú también puedes ser santo”. Alrededor de 35 jóvenes procedentes de España, Alemania, Holanda, Bélgica, Francia, Suecia e Italia, se reencontraron después que la guerra les obligara, hace ya varios años, a dejar sus hogares en Alepo, Damasco o Kafroun. Dinámicas y deportes, animación musical y espiritual, caminatas por el bosque y un viaje cultural a Múnich, han sido las actividades principales que desarrollaron estos jóvenes, durante seis intensos días, en los que han compartido historias personales muy duras, que emocionaron al grupo. Fuente: ANS 21


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Lucas (16,19­31) proclamado en la Misa del 29 de se embre, Domingo XXVI del Tiempo Ordinario. El médico y escritor Lucas nos ha dejado una de las páginas más elocuentes de la literatura univer­sal sobre el tema de la desigualdad al transmi rnos una de las parábolas más fascinantes e incómodas de Jesús, conocida como “El rico y Lázaro”, en la que se inspiró la telenovela del mismo nombre (ah, sí, los brasileros son capaces de tomar un pasaje de 13 versículos y producir una no­vela de 181 capítulos). Como el Guernica de Picasso, o la película “¿Quién quiere ser millonario?”, o la célebre fotogra a de Kevin Carter que muestra a un niño famélico acechado por un buitre, la parábola P. Francisco Lezama sdb narra al mismo empo con elocuencia y sencillez el drama de hombres y mujeres que sufren, víc mas de la crueldad y la indiferencia de otros. Los dos personajes, un “hombre rico” sin nombre y un pobre llamado Lázaro viven vidas distantes y contradictorias: uno se viste con púrpura y lino, y celebra cada día espléndidos banquetes; el otro está cubierto no de ves dos, sino de llagas, y pasa hambre. Pero, estos mundos tan distantes están, paradójicamente, muy cerca: Jesús cuenta que Lázaro está rado contra la entrada de la casa del rico, deseando comer de las migas que cayeran de su mesa. ¡Qué tremenda imagen! Y es tremenda no solo por sí misma, sino porque evoca la realidad social de la época de Jesús y, mucho más, de la nuestra. ¿Cómo podemos soportar vivir en las mismas ciudades y barrios en los que otras personas son vulneradas co dianamente en sus derechos más elementales? ¿Cómo pode­mos mirar con “naturalidad” que haya hermanos nuestros viviendo en las calles, que tantas muje­res mueran asesinadas, que muchos niños crezcan en ambientes violentos? ¿Cómo hacemos para vivir nuestra vida co diana sin que esta realidad nos inquiete? Estas situaciones están cerca, y las encontramos en la puerta del supermercado, en la vereda de la oficina en la que vamos a hacer un trámite, en el asentamiento por el que pasamos al salir del barrio. Son personas: niños, niñas, mujeres, hombres, ancianos y

ancianas. Están cerca, pero al mismo empo entre ellos y nosotros “se abre un gran abismo”, como dice Jesús en la parábola. Sin embargo, en la mirada de Dios, en la perspec va de su Reino, la situación se ve dis nta: son estos hombres y mujeres, vulnerados en sus derechos, los que para él enen “nombre y apelli­do”; y somos nosotros los que vivimos una vida “alienada”, ajena a los demás, a nosotros mismos, y al mismo Dios que desde ellos clama jus cia. Por eso esta parábola nos invita a construir puentes, a generar la cultura del encuentro, a ser em­pá cos, a contagiar esperanza, y sobre todo a comprometernos, a poner de nosotros lo que haya que poner, para que resplandezca en cada persona la dignidad que Dios le regaló.

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AQUÍYAHORA

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Mรกs allรก de las declaraciones 25


La Asamblea General de la ONU aprobó en julio de 2011 una resolución que reconoce la búsqueda de la felicidad como "un objetivo humano fundamental" e invita a los Estados miembros a promover políticas públicas que incluyan la importancia de la felicidad y el bienestar en su apuesta por el desarrollo. Según indica el texto, se trata de reconocer "la necesidad de que se aplique al creci­ miento económico un enfoque más inclusi­ vo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos". Estados Unidos fue pionero en el tema ya que la Declaración de Derechos de Virginia incluyó en 1776 –cuando se llamó a inde­ pendizarse de Gran Bretaña­ el derecho a la búsqueda de la felicidad como derecho constitucional. En esa declaración se procla­ mó que todas las personas tienen derechos naturales que les son inherentes y se esta­ bleció que “el gobierno es, o debe ser, insti­ tuido para el beneficio común, protección y seguridad del pueblo, nación o comunidad” y que esa forma “es capaz de producir el mayor grado de felicidad” para sus habitan­ tes. El Parlamento Europeo recibió en 2014 un planteo que llegó desde la Asociación de Amigos de Epicuro en Grecia para incluir una Declaración sobre el Derecho a la Felicidad. En Brasil, el Senado aprobó en 2011 una enmienda para incluir en la Constitución el derecho a la felicidad como fin último de las políticas públicas, que deben ir encaminadas a promover el resto de derechos para así garantizar la búsqueda de la felicidad por parte de los ciudadanos. Otro ejemplo de Estado preocupado por la felicidad es el de Bután. Hace 20 años el país budista en la cordillera del Himalaya creó una fórmula alternativa para medir la pros­ peridad: el FIB (Felicidad Interna Bruta), un indicador que mide la calidad de vida usan­ do términos holísticos, psicológicos, socioló­ gicos y medioambientales con los que se 26

pretende determinar el nivel de felicidad de sus habitantes. Las autoridades butanesas plantearon ante la ONU que el desarrollo y la prosperidad medidos únicamente como acumulación de bienes materiales no solo no aportan felici­ dad, sino que son el germen de todos los males que están llevando a la humanidad y a la tierra a su autodestrucción. “El anhelo por una vida satisfactoria, signifi­ cativa y feliz es un objetivo fundamental para cualquier persona y es de hecho lo que nos hace humanos", dijo el Embajador de Bután ante la ONU, Lhatu Wangchuk, en su defensa de la resolución presentada por su país ante la Asamblea en 2011, cuando se terminó aprobando. Pero ¿es posible que un Estado pueda garan­ tizarle a los ciudadanos la felicidad o siquiera su búsqueda? ¿Tienen los ciudadanos el derecho a exigirlo a los gobernantes? ¿Si es tan importante la felicidad porque cuesta tanto conseguirla? QUÉ ES LA FELICIDAD El Licenciado en Filosofía y coordinador docente del Departamento de Humanidades de la Universidad Católica, Javier Mazza, explica que señalar a la búsqueda de la felici­ dad como un derecho humano es entrar “en un terreno bastante árido de responder a la pregunta de qué es la felicidad”. En su opinión la definición más aceptada de felicidad es la de Aristóteles que habla de “llevar adelante un conjunto de hábitos que te permitan saberte feliz todos los días de tu vida”.

Pero destaca que en 2000 años, los filósofos no han podido ponerse de acuerdo. De hecho, hay muchas definiciones sobre la felicidad. Epicuro, otro filósofo griego soste­ nía que el equilibrio y la templanza eran lo que daba lugar a la felicidad y afirmaba que “nada es suficiente para quien lo suficiente es poco”. Pensaba que el amor no guarda relación con la felicidad, pero sí la amistad. Nietzsche, en cambio planteaba que vivir plácidamente y sin ninguna preocupación es un deseo propio de las personas mediocres, que no le otorgan mayor valor a la vida, y oponía el concepto de “dicha” que significa “estar bien”, gracias a circunstancias favora­ bles, o a la buena suerte con el felicidad como fuerza vital, espíritu de lucha contra todos los obstáculos. Más acá en el tiempo, el filósofo español José Ortega y Gasset afirmaba que la felici­ dad se configura cuando confluye lo que deseamos ser con lo que somos en realidad. “La felicidad consiste en encontrar algo que nos satisfaga completamente. Más, en rigor, esta respuesta no hace sino plantearnos en qué consiste ese estado subjetivo de plena satisfacción. Por otra, qué condiciones obje­ tivas habrá de tener algo para conseguir satisfacernos”. Volviendo a la definición aristotélica sobre la felicidad basada en los hábitos, Mazza advierte que esa definición también presen­ ta diversas connotaciones: “Si yo digo qué tiene que hacer la gente para ser feliz por lo que veo en las redes sociales a Wanda Nara le hace feliz comprarse un montón de zapa­ tos, y quién soy yo para decirle que deje de comprarse zapatos”, ejemplifica.


Del otro lado de lo frívolo y efímero, plantea la concepción de la generación del sacrificio. “La generación de nuestros abuelos que trabajaban 60 años para irse de viaje al Chuy”. “Capaz yo tengo ganas de encontrar otra manera de ser feliz”, acota. Por eso señala que se trata de buscar “el camino del medio, y ¿cómo definimos lo que está en el medio? Capaz que es un poquito de lo de Wanda Nara y también un poquito de lo otro, del sacrificio, pero es importante permitir que cada uno haga su búsqueda de la felicidad. También felicidad se trata de lo que te pasa mientas lo estás viviendo”. El Licenciado en Filosofía Miguel Pastorino diferencia el derecho a buscar la felicidad, de lo que considera el equívoco “derecho a ser feliz”, que no considera un derecho porque “nadie puede garantizarlo”. “En nuestro tiempo se ha hecho una reducción del concepto de felicidad a “bienestar”, como si ser feliz fuera simplemente “sentir­ se bien”, “pasarlo bien” y tener la menor cantidad posible de dificultades en la vida. La sociedad de consumo ha convertido la felicidad en una obsesión que termina deprimiendo a mucha gente porque no es feliz”. Desde su visión “en un contexto de un exa­ cerbado individualismo y en una cultura que promueve el narcisismo, muchos gritan: ´tengo derecho a ser feliz´ como excusa para seguir sus deseos egoístas sin importar lo que les pase a los demás. El 'derecho a ser feliz puede ser muy ambiguo. Los derechos humanos se enfocan en defender la digni­ dad de las personas, no en satisfacer todos sus deseos”. Pastorino señala que solo quienes encuen­ tran sentido en su vida alcanzan la felicidad. “Esto tiene que ver con el amor, con vivir para otros, con entregarse y no tanto con pensar en pasarlo bien”, dice y cita al neuró­ logo y psiquiatra austríaco Víctor Frankl, sobreviviente de los campos de concentra­ ción nazis, quien afirmaba que “cuanto más

Javier Mazza

el hombre busca su propia felicidad, entendi­ da cómo búsqueda de bienestar, más se diluye y se pierde a sí mismo, haciéndose infeliz”. Ahí entra en juego la libertad y el hacerse cargo de los propios actos. “Cada situación en la vida, por más dura y difícil que sea es una llamada a responder desde la libertad personal. Frankl escribe que la única libertad que a nadie se le puede arrebatar es la de decidir interiormente, por la cual podemos elegir la actitud con la que vivimos situacio­ nes que externamente no se pueden cam­ biar”.

Como consecuencia de las atrocidades come­ tidas durante la segunda guerra mundial vino el “empujón fuerte y la intención de legislar en torno a los derechos humanos”, explica el filósofo. “Hay cincuenta mil trata­ dos que están en la vuelta, el más conocido la declaración de derechos humanos de la ONU pero a caballo de ese hay cientos”. La abogada Mariella Saettone, especialista en Derecho Constitucional con énfasis en Derechos Humanos agrega que las dos Declaraciones Universal y Americana así como en los distintos instrumentos interna­ cionales que conforman el Derecho Interna­ cional de los Derechos Humanos “tienen como sujeto a toda persona humana sin discriminación alguna. Están fundados en la dignidad que posee todo ser humano por ser tal y todos ellos son interdependientes”.

“Si como enseña Frankl, la felicidad de las personas tiene más que ver con la voluntad de dar un sentido a la vida, una finalidad, una dirección, más que con pasarlo bien y tener todo lo que se desea, ¿no significa que los padres y educadores deberíamos preocu­ parnos por enseñarles a nuestros hijos a vivir con un propósito que brinde sentido a sus vidas, en lugar de obsesionarnos con que estén `siempre contentos?'”, se pregunta.

“Los principales obligados a respetarlos y garantizarlos son los Estados. Lamentable­ mente, en el mundo actual para millones de personas del punto de vista fáctico no tienen una vigencia efectiva”, advierte.

TODOS IGUALES O RECONOCER DIVERSIDADES Los derechos humanos tienen su expresión más consensuada en la declaración de Dere­ chos Humanos de las Naciones Unidas, de 1947.

En Uruguay ocurre que cuando se habla de derechos humanos se tiende a relacionarlos con los crímenes cometidos durante la dicta­ dura. Mazza dice que es “inevitable” y “en­ tendible” porque el país tuvo en su pasado reciente violaciones a los derechos humanos 27


tiende a ser menos abusivo”, explica Mazza para señalar que no todo es negro y blanco. Por eso insiste en que admitir ciertos dere­ chos es “un camino del medio” que lleva a necesidad de buscar acuerdos, a conversar y a reconocer que hay un montón de cosas que aunque no gusten hay que aceptarlas porque no estamos solos en el mundo.

Mariella Saettone

pero también es un lugar común. “Parece que no se pudiera hablar de derechos huma­ nos sin hacer alusión al pasado reciente lo cual es una falacia”, asegura. Saettone coincide en que el tema es “más amplio y complejo” pero “se lo vincula con las gravísimas violaciones de Derechos Humanos cometidas en el período de la dictadura, tal vez porque son situaciones muy sensibles para la sociedad y porque aún quedan temas pendientes de resolución con respecto a las mismas”. De todos modos, al referirse a los derechos humanos en el sentido más amplio Saettone afirma que los derechos humanos no son algo estático sino que forman parte de un “proceso evolutivo de consolidación y tiene que ver con la condición humana en los distintos contextos históricos”. Por eso opina que se irán sumando nuevos derechos “pro­ ducto de la necesidad de las personas huma­ nas. No obstante ello en este proceso en que se suman, no hay que olvidar que es esen­ cial que los ya conquistados tengan plena vigencia y sean garantizados”. Entre esos nuevos derechos que podrían sumarse menciona “el derecho a un medio ambiente sano que proteja nuestra casa común y al desarrollo sostenible que no es cualquier desarrollo sino el que protege también el derecho de las generaciones futuras a vivir, deberían tener en el contexto actual un mayor nivel de protección jurídica que el que tienen”. Sobre el aspecto de que los nuevos tiempos traerán nuevos derechos, Mazza acota que los derechos humanos “son un arreglo provi­ sional que obedecen a cuestiones pragmáti­ 28

cas para que las cosas nos salgan mejor y llevarnos bien pero no están escritos en piedra. No es que no los vamos a poder tocar, ni revisar, ni cambiar. Ni son el ADN del universo ni nacieron de la mente de Dios por lo tanto es lógico que cambien”. Aun así cree que hay algunos derechos que están en la base y que son esenciales y entre ellos menciona la libertad de expresión. “Si vamos a las raíces históricas y a lo que nos hace seres humanos, el hombre es hombre cuando empieza a hablar. Esa fue la herra­ mienta con la que le ganamos a los Nean­ derthal, lenguaje, pensamiento, organización de la sociedad, son características funda­ mentales que nos hacen ser humanos”. Y menciona el hecho de que la primera enmienda de la Constitución de EEUU es que la gente pueda hablar y expresarse libremen­ te e inmediatamente se consagra derecho de libertad de la prensa.

De hecho, el Licenciado en Filosofía se pre­ gunta “cuan operativa en términos globales” es actualmente la declaración de derechos humanos de la ONU. “Hoy lo que tenés sobre la mesa no es la universalidad humana sino la diversidad humana. Es una discusión distinta. La declaración de ONU concluye que no importa que seamos armenios, negros, judíos, gitanos u homosexuales porque somos todos humanos. Hoy el razo­ namiento es otro: vamos a reconocer todas las diversidades y una vez que estén todas reconocidas y amparadas vamos a ponerlas bajo en el microscopio y ver qué tienen en común esta gente”. Volviendo al derecho a buscar la felicidad como derecho humano Saettone opina que lo urgente en materia de Derechos Humanos “es garantizar para todo ser humano en este planeta el derecho a vivir en libertad sin temor, sin miseria, con la satisfacción de sus necesidades básicas satisfechas y con digni­ dad que permita a toda persona humana disfrutar sus derechos y desarrollar su potencial humano”.

Otra manera de analizar cuáles podrían ser derechos básicos para el Licenciado en Filo­ sofía es recurrir a la “Pirámide de necesida­ des de Maslow”. En la base de la pirámide se agrupan respiración, alimentación, descanso y reproducción. “En un segundo escalón viene la seguridad, el derecho a defenderse y ahí surge un debate enorme y complejo que se vincula hoy con la necesidad de armarse”. “El arraigo de la sociedad a armarse viene de cuando Estados Unidos era tierra de nadie, sobre todo el oeste. Tenían que tener armas para defenderse, si no los mataban. Hoy se podría decir que el derecho a tener armas resulta obsoleto pero también está engan­ chado con un tema de garantía democrática, un gobierno con una población armada Miguel Pastorino Foto de Federico Gutiérrez / ICM


SABORABUENASNOCHES

TERTULIA CAMPERA Un día, en esas tertulias camperas, mate por medio, frente a un crujiente fuego de estufa cimarrona, que se suelen dar entre los que la vocación nos coloca de cuerpo o de alma en el trabajo rural, salió un tema recurrente que podríamos sintetizar así: “El hombre de campo, el peón común, no es constante en el trabajo, pues luego de estar un tiempo en una estancia, sin mediar ninguna causa, pide la cuenta y se va, la mayoría de las veces con rumbo incierto”. El análisis era el por qué, de este comportamiento, que tiene una impronta fuerte de LIBERTAD y esto, ¿es bueno o es malo?... En el campo la vista se extiende hasta el horizonte, los alambrados no la detienen generando una permanente conexión con P. Adrián García sdb la naturaleza, con la Creación, de la que nuestro paisanaje se siente parte y lo invita a comulgar con ella, sin la atadura de un lug ar determinado y limitado. “Quiero conocer…” dice, y va a casi lo mismo, para mí forma de ver las cosas, no para él, que puede “ver” las diferen­ cias en los tacuruses, las barrancas, las cañadas, los yuyos, en las ondulaciones, etc. Aquí los derechos se ejercen, no se enumeran, por eso tiene esa actitud en esa relación filial con la naturaleza. Por eso esa concepción de la tierra, “es mi lugar con Dios”, aunque no crea en Él y por encima del papel que dice que es de otro dueño. Son varios, en nuestro historial de personajes del campo, de heroicos gauchos libres que ejercieron esa libertad, a costa de persecución por quienes querían encasillarlos en sus esquemas materialistas y egoístas, donde el hombre pasa a ser pieza de una máquina y no es alma de un canto vital. Así José Hernández nos ilustra al gaucho, en su personaje “Martín Fierro”, siendo aún un eco actual de lo que sucede en nuestra campaña oriental. Lo miran al pobre gaucho Como carne de cogote: Lo tratan al estricote— Y si ansi las cosas andan, Porque quieren los que mandan Aguantemos los azotes.

Hablaban de hacerse ricos Con campos en la fronteras— De sacarla más ajuera Donde había campos baldidos— Y llevar de los partidos Gente que la defendiera.

Pero si siguen las cosas Como van hasta el presente Puede ser que de repente Veamos el campo disierto, Y blanqueando solamente Los güesos de los que han muerto.

De los males que sufrimos Hablan mucho los puebleros, Pero hacen como los teros Para esconder sus niditos: En un lao pegan los gritos Y en otro tienen los güevos.

Pucha — si usté los oyera Como yo en una ocasión, Tuita la conversación Que con otro tuvo el juez— Le asiguro que esa vez Se me achicó el corazón.

Todos se güelven proyetos De colonias y carriles— Y tirar la plata á miles En los gringos enganchaos, Miéntras al pobre soldao Le pelan la chaucha —¡ah, viles!—

Hace mucho que sufrimos La suerte reculativa— Trabaja el gaucho y no arriba, Porque á lo mejor del caso, Lo levantan de un sogazo Sin dejarle ni saliva.

Y se hacen los que no aciertan A dar con la coyuntura— Miéntras al gaucho lo apura Con rigor la autoridá, Ellos á la enfermedá Le están errando la cura.

En el campo, lo sagrado del derecho a la libertad lo hace sublime. Es en él donde Tata Dios se hace presente, y a través del grito de su gente nos está diciendo algo: más allá de esa tierra que hemos transformado en empresa, “maquinita de hacer dinero”, no olvidemos la misión bendecida, que desde el génesis de nuestra historia, nos invita a transformar naturaleza en comida y bienestar para toda la humanidad.


DELÁRBOLSALESIANO

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DD.HH. en la tercera edad

EL DERECHO A SER ESCUCHADO, VALORADO Y RECONFORTADO Tras una vida abocada a la enseñanza, donde acompañar al otro y generar el encuentro configuraron su sello personal, dio un giro de timón y, fiel a su estilo, decidió dedicarse a un público diferente. Esta es la historia de Marta Núñez, una maestra de 64 años, oriunda de Libertad, que hace cuatro años está jubilada y formó un grupo para acompañar a personas mayores que viven en hogares residenciales. ¿Cómo comenzó esta vocación? Hace 19 años que me dedico a visitar los hogares de ancianos y siempre digo que de nada vale todo el palabrerío si no hago algo justo y concreto por el otro. Le comenté a una amiga esto que me estaba surgiendo, le pregunté qué le parecía, y me dijo que esta­ ba bueno y en seguida contamos con el apoyo del Padre Guido Danellón. Ahí empie­ za este grupo de señoras grandes que visita­ mos los pocos hogares de ancianos que había hasta ese momento en Libertad. El grupo se llama “Gozo y Alegría”, vamos a los hogares en nombre de la Parroquia “Nuestra Señora los Dolores y San Isidro Labrador”. Es importante que todos los abuelos, indepen­ dientemente de su inclinación religiosa, sepan que vamos guiados por el Evangelio, ese es el motivo. Todos los hogares nos abren la puerta con mucho afecto, y lo más lindo que nos llevamos es el deseo que tienen de que regresemos constantemente. Eso me regala mucho más de lo que llevo, por eso, cada ratito tiene que tener un senti­ do. ¿Qué días funciona el grupo y cómo es su metodología? Nos reunimos en el despacho parroquial los primeros días del mes y organizamos nues­ tra agenda. Libertad tiene doce hogares, por lo general cada miércoles visitamos dos de ellos, no podemos acaparar todos. Los mar­ tes llevamos las bandejas a la panadería “Hernández Hermanos” que desde que iniciamos nos apoyan con los bizcochos para compartir. Cabe resaltar que somos una cooperativa donde cada mes ponemos un dinero para poder solventar todo, de lo contrario sería imposible. El problema de los hogares de ancianos es que tenemos gente sentada esperando. Entonces hacemos

distintas actividades para compartir con ellos. Tenemos un cancionero que a ellos les encanta cantar, y es lo que más nos piden. También tratamos de variar un poco y les llevamos adivinanzas, hay que incentivarlos a que piensen para activar la parte mental. Además, con los niños que tengo en los grupos de catequesis, tratamos de hacer algunas actividades en el año, una de ellas es visitar un hogar de ancianos, a modo de apostolado. Los propios niños también lo piden. Ayuda para ver y entender las relacio­ nes con los abuelos y los padres.

¿Cuál es el mensaje que se quiere trasmi­ tir? Que ellos no están abandonados por la sociedad y mucho menos por nosotros. Hay una voz que me llama que me dice dónde tengo que estar y quiero transmitirlo. Al menos intentamos poder sacarlos una hora de su día a día, la idea es llevar un poco de alegría.

¿Qué te queda a ti de toda esta experien­ cia? Cada miércoles llevo un montón de cosas para dar, pero me vuelvo con muchas más de las que llevo. Como cristiana aprendo que muchas veces me quejo de situaciones que al lado de lo que viven ellos son míni­ mas. Aprendo que uno va a llegar a esa etapa de la vida y no sé si ese no será mi último lugar. Y también la importancia de estar siempre alegre, ellos siempre lo están. Hay que valorar mucho a la tercera edad, valorarla en el sentido de que nos pueden dar mucho más todavía. En esta sociedad tan cambiante se suele dejar de lado lo que ellos nos pueden aportar. Esta gente no pasó en vano por la vida. Algo hizo, algo dejó, por alguien se sacrificó. Cuando hay una familia detrás, esos hijos y nietos tienen que ir trasmitiendo todo eso que nos pueden dar sus mayores. Nos preocupamos por misio­ nar a lo lejos y no nos damos cuenta de que lo podemos hacer acá y ahora. Lo importan­ te es escucharlos, para ellos eso tiene un gran significado. Ante una persona mayor uno tiende a callarlo, porque tartamudea, se olvida, repite, y es un grave error. Hay que darles minutos para que se puedan sentir reconfortados y queridos. Muchos lugares tienen todo, pero lo que falta es algo funda­ mental, la parte humana. ¿Qué rol tiene la fe? Fundamental, aunque puede haber gente que se integre al grupo y que no pertenezca a la Iglesia, ojalá pase, porque lo que necesi­ tamos son personas que estén dispuestas a ayudar. Siempre al terminar nos tomamos de la mano y rezamos. Hoy los que hacemos esta actividad la realizamos movidos por la fe. Es cuestión de devolver a los demás con un simple gesto. 31


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

“Nuestros equipos educativos, una fortaleza para agradecer” Unos 100 educadores salesianos, pertenecientes a las Obras Sociales Salesianas de la Región Norte del país, se reunie­ ron el 30 de agosto con el fin de fortalecer su identidad y continuar con su proceso de formación. El tema que los convocó fue “Nuestros equipos educativos, una fortaleza para agradecer”, y se reunieron con dos propósitos: reen­ cantarse con el trabajo de equipo, y valorar el proyecto educativo como dinámica de trabajo y narrativa de su proceso. Los acompañaron en el trabajo de la jornada la Psic. Patricia Bonet y el P. Raúl García. Tres participantes del encuentro dieron su testimonio dando respuesta a tres preguntas: 1. ¿Cuál es tu rol y tarea dentro del Proyecto al que representas? 2. ¿Qué aporta este tipo de encuentros para el equipo de educadores? 3. ¿Qué desafíos descubren en tu Proyecto para seguir respondiendo mejor a nuestros gurises?

Irene Minutti Psicomotricista del CAIF Don Bosco de Salto 1. ¿Cuál es tu rol y tarea dentro del Proyecto al que representas? Estudié toda mi formación inicial en los salesianos y después trabajé como voluntaria hace 30 años. Cuando me recibí y surgió luego la posibilidad del Plan CAIF, entré al equipo como referente del proyecto de bebés, de expe­ riencias oportunas. 2. ¿Qué aporta este tipo de encuentros para el equipo de educadores? Este tipo de experiencias de encuentro me encantan, me enriquecen mucho. Nos hacen pensar, reflexionar, crecer, situarnos en la obra de Don Bosco, juntarnos, reírnos, disfrutar. Yo valoro mucho el disfrute en este tipo de encuentros y los salesianos me enseñaron a disfrutar. Incluso en mi trabajo partimos desde el disfrute, entonces esta instancia nos hace bien. Desde que llegamos nos recibieron con un agasajo, uno se siente muy cómodo, como en casa, conocés a otra gente, generaciones nuevas que empiezan. Sobre todo a mí lo que me aportan estos encuentros es volver a pensar, refrescar algunas cosas. Recapacitar enriquece, uno siempre saca cosas buenas. 3. ¿Qué desafíos descubren en el CAIF para seguir respondiendo mejor a nuestros gurises? En el Proyecto lo que más nos interesa es precisamente estar al lado de la familia más vulnerable y, en estas situaciones, potenciarlas desde lo positi­ vo, siempre partiendo de su esencia, de lo más rico que tienen para acom­ pañar, no desde un lugar del saber sino al revés, desde el estar, y ayudando a reconocer potencialidades. En el programa está invitada principalmente la familia, porque el vínculo temprano en esta etapa es fundamental. La estrategia es el disfrute. Que se sientan a gusto, en un lugar agradable que los recibe bien, donde perci­ ben que estamos para ellos, donde no se sienten juzgados, sino aceptados y escuchados, y que desplieguen toda su manera de ser y de estar. 32


Marcio Pintos Coordinador del Centro Juvenil en convenio con INAU“María Auxiliadora” perteneciente a las Hijas de María Auxiliadora de Rivera 1. ¿Cuál es tu rol y tarea dentro del Proyecto al que representas? En el Centro Juvenil lo que hago es coordinar y articular propuestas que tienen que ver con talleres para adolescentes de 12 a 17 años. Esos talleres tienen una capacitación en oficios y un componente de conten­ ción. Por otro lado, también articulamos con convenios que tienen que ver grupos de UTU: Ciclo Básico Tecnológico y Formación Profesional Básica. 2. ¿Qué aporta este tipo de encuentros para el equipo de educadores? Creo que una de las cuestiones más importantes de estos encuentros es que, bajo la misma pedagogía y carisma, las obras sociales se puedan conocer y fortalecer, compartiendo también las experiencias y aprendi­ zajes, interactuando con integrantes de los demás proyectos. Esto es muy importante para fortalecer, especialmente para los más nuevos, la identidad como obra social salesiana. 3. ¿Qué desafíos descubren en tu Proyecto para seguir respondiendo mejor a nuestros gurises? Uno de los desafíos más importantes es comenzar a proyectar cómo lograr contener a los adolescentes en realidades cada vez más conflicti­ vas proponiendo estrategias que alcancen a esa población que sigue quedando fuera de nuestros proyectos. Para ello es necesario diversifi­ car la propuesta, fortalecer los aspectos que tiene que ver con lo educa­ tivo y también con lo edilicio así como generar espacios para ellos. Noso­ tros a veces pensamos los espacios desde los adultos y nos cuesta abrir espacios para los adolescentes, especialmente para estos que no tienen un lugar donde sentirse recibidos. Esto implica una restructuración de nuestra mirada como Centro Juvenil. En Rivera preocupa especialmente el crecimiento del consumo de sus­ tancias psicoactivas, principalmente la pasta base; nosotros tendríamos que estar en el campo de la prevención de estos consumos problemáti­ cos. Otro aspecto que preocupa en Rivera es el ocio, al no tener una propuesta para su tiempo libre, esto genera un ambiente en el que se va instalando el consumo, la violencia, las carencias en el seguimiento de las familias respecto de sus hijos. Un tercer aspecto que nos preocupa es el tema de la explotación sexual, que en Rivera se conoce, pero que falta trabajar con la población que tenemos, y con sus historias de vida; muchas veces ocultan experiencias previas que es necesario sanar para que no se reproduzcan. 33


Ana María Elorant Educadora en el CLUB de NIÑOS “Sociedad de Alegría”, Coordinadora de Gestión en el CAIF “San Agustín” en Paysandú 1. ¿Cuál es tu rol y tarea dentro del Proyecto al que representas? Tengo 46 años y entré a trabajar en el Proyecto Múltiple Santa Mónica (Paysandú) a los 21 años, cuando me recibí de educadora junto al padre José Verme y una maestra que se llama Margarita Noriega, que ahora está jubilada. Comencé a trabajar con los nenes de 3 años, y actualmen­ te estoy trabajando en el Club de Niños “Sociedad de Alegría” con niños de edad escolar; también soy la Coordinadora de Gestión en el CAIF “San Agustín” junto a la directora Rosana Sosa. Siempre he estado pre­ sente porque amo la obra. Yo no conocía nada de Don Bosco ni de la Obra de Santa Mónica, nunca había llegado hasta esa parte del barrio, y un día llegué con mis 21 años, en bicicleta, y todos esos niñitos de pelo chuzo y moquito en la nariz me enamoraron. Yo fui madre a los 16 años, así que lo materno estuvo desde siempre presente en mí. Desde ese día tengo muy puesta la camiseta. Este año estoy festejando mis 25 años de presencia en la Obra y estoy feliz. 2. ¿Qué aporta este tipo de encuentros para el equipo de educadores? Este tipo de encuentros me encantan porque se conoce a otra gente que está trabajando como uno. Hoy estaba hablando con otra educadora de Salto que trabaja también en un Club de Niños y tienen los mismos desafíos e incertidumbres que nosotros. Los chiquilines, aunque sean aún chicos, viven en el barrio y ven la violencia, la viven, ven la droga. Entonces este compartir se vuelve importante porque se sacan ideas, se aprende de otro, vemos caminos por donde transitar. Estos encuentros desde siempre ­creo que soy medio fundadora­ se los propongo a mis compañeras nuevas porque uno puede transmitir, pero no es lo mismo que vivirlo. Por otra parte, las nuevas generaciones no necesariamente tienen una visión global de la presencia de los salesianos a nivel país, y esto les abre el panorama. El tema de hoy estuvo buenísimo; la psicólo­ ga hizo una propuesta dinámica que nos ayuda a renovar nuestros equi­ pos y a repensarnos. 3. ¿Qué desafíos descubren en tu Proyecto para seguir respondiendo mejor a nuestros gurises? Nosotros somos un Club de Niños que tiene 30 años de vida. Me parece que el gran desafío sería tener un Centro Juvenil, porque empezamos a acompañar los procesos con las mamás embarazadas, pero justo a los 12 o 13 años, que es el inicio de la adolescencia y cuando más precisan un apoyo, los chicos se quedan sin un lugar donde estar en el barrio. Y pienso en un Centro Juvenil con un carisma salesiano porque valoro este trabajo bien personalizado que nos enseña y al que nos invita Don Bosco. 34


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