Fragilidades. Boletín Salesiano Uruguay The title of your publication

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FRAGILIDADES

URUGUA Y / Cuarta época / Año XLIII / Nº 5 Junio 2023 / www .issuu.com/bsuru

PÁG 4.

¡SÍ, HAYALGO NUEVO BAJO ELSOL!

Psicólogo, escritor y conferencista Alejandro De Barbieri

La Revolución del Colibrí: un proyecto de psicología comunitaria gratuita

PÁG 3.

CARTADELDIRECTOR

Sin “vergüenzas de plástico”

PÁG 11.

ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO

Hna. Cecilia Gayo HMA “La valentía de mostrar la vulnerabilidad”

PÁG 10.

FAMILIAEN OBRA

Lic. en Psicología Sofía Juanicotena Salud mental: signos de alerta

PÁG 8. TODO PORAMOR CON TODO ELCORAZÓN

Licenciados en Psicología Ignacio Escudero Pérez y Agustina Vega

PÁG 7. SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Don Ángel Fernández Artime SDB “Esto sí es amor…”

PÁG 24.

SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Sor Chiara Cazzuola HMA “Sean indicadores del camino”

PÁG 12.

VALE LAPENAVIVIRASÍ

P. Larry Yévenes Canales SJ “En el Acompañamiento Espiritual el principal agente es la persona acompañada”

PÁG 16. CON NOMBREYAPELLIDO

Psic. Pablo Nasif “Debemos trabajar en la esperanza y en la aceptación de las emociones”

PÁG 20.

AQUÍYAHORA

Profesora agregada de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Cristina Larrobla Salud mental: todos podemos hacer algo

PÁG 28.

UNAMANOAMIGA

PÁG 25.

SABORABUENAS NOCHES

Juan Manuel Fernández sdb “Nombres”

PÁG 31. GALERÍADE INSTAGRAM

Boletín Salesiano

Espacio de cuidados y educación para hijos e hijas de estudiantes en Canelones “Una linda respuesta carismática a los nuevos desafíos del hoy”

Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa

Director: P. Sebastián Ferreyra sdb

Redactora Jefa: Adriana Porteiro

Columnistas: Hna. Cecilia Gayo hma, Juan Manuel Fernández sdb y Lic. en Psicología Sofía Juanicotena

Equipo de redacción en este número: Natalia Roba, Nahuel Durand y Gonzalo Martínez.

Fotografía: Sofía Cayota, Nahuel Durand, de ANS, Shutterstock, Pixabay, fotos de archivo del BS y de las FMA Canelones.

Corrección: Graciela Rodríguez

PÁG 26. DELÁRBOLSALESIANO

Psicóloga Milagros Sierra “Cercanos y receptivos” para acompañar con mirada salesiana

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy

Impresión: Mosca

Departamento Comercial: Luis Gómez

E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com

Celular: 092 432 286

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181

CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521

Sitio web: www.issuu.com/bsuru

Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com

Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy

SIN “VERGÜENZAS DE PLÁSTICO”

Hace un par de años el MJS de Uruguay, iniciando procesos de un mayor protagonismo de los jóvenes, hizo una consulta sobre temáticas y realidades que preocupan a las juventudes y que entienden necesitan abordar, comprender y formarse. Una de ellas me llamó poderosamente la atención y es justamente la salud mental. Desde mi experiencia de acompañamiento psicoespiritual a jóvenes, no se explica el porqué de la sorpresa, pero repensándolo descubrí que tiene más que ver con la claridad y la lucidez con la que muchos jóvenes identifican aquello que necesitan. Una vez más, ellos, los jóvenes, nos impulsan con valentía a asumir la vida como viene, sin prejuicios, sin miedos, poniéndole el cuerpo a la realidad y reconociendo sin “vergüenzas de plástico”, la fragilidad humana que compartimos.

También los salesianos consagrados hemos ido reconociendo, con más o menos resistencias, lo esencial que es el cuidado de la salud mental para nuestra vida personal, comunitaria y especialmente para un servicio cada vez más fecundo en la misión que compartimos con tantos laicos y jóvenes. Hace ya dos años iniciamos un camino de ir creciendo en aquello que nos ayude a construir “comunidades más saludables”, identificando y reelaborando todos aquellos recursos que nos ayuden a crecer en salud espiritual, psicológica, relacional, etc. Nos hemos embarcado en un proyecto para poder acompañarnos mejor en el despliegue de la vida y la vocación de cada hermano. Nos estamos dejando acompañar por especialistas en el ámbito de la psicología, de la espiritualidad, de la sociología, etc., porque sabemos que necesitamos de los demás.

En estos procesos hemos aprendido que necesitamos abordar la salud mental desde una perspectiva positiva, es decir, ubicando y fortaleciendo aquello que fomenta un desarrollo saludable. Supone asegurar las herramientas necesarias para enfrentar adecuadamente las situaciones de la vida: el estrés, la presión, las demandas sociales, comunitarias, etc., construyendo una vida más plena y satisfactoria. Aquí nuestro carisma se pone una vez más en juego porque supone una actitud profundamente preventiva, que colabora con la construcción de una vida más fecunda y de relaciones saludables.

Hemos aprendido que es necesario eliminar el estigma asociado a los problemas de salud mental. Muchos se sienten avergonzados o temerosos de buscar ayuda cuando están pasando por momentos difíciles. Es necesario sensibilizar y educar para que la salud mental no sea vista como un signo de debilidad, sino una parte innegable de nuestra humanidad, creando espacios seguros y brindando apoyo incondicional.

Que este Boletín sea un estímulo para estos caminos y búsquedas.

Tu puente con la vida salesiana.

Por consultas: 092 432 286

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P. Sebastián Ferreyra sdb
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Un proyecto de psicología comunitaria gratuita

A sus 51 años, el psicólogo Alejandro De Barbieri creó la Revolución del Colibrí, una propuesta que brinda atención, contención, apoyo y distintas herramientas gratuitas a personas que necesitan atención de salud mental y no pueden acceder por sus costos.

Desde sus valores salesianos y perspectiva psicológica, Alejandro habló sobre la iniciativa, sus comienzos y su misión. Además, reflexionó sobre la coyuntura de la salud mental a nivel nacional y la importancia de entender que todos somos responsables de la problemática y que “lo que no se habla no se resuelve ni visibiliza”

¿Cómo surgió y cuál es la finalidad de la Revolución del Colibrí?

Surgió en pandemia, hacía un zoom gratis mensual para todo público sobre temas de salud mental y su prevención, muchos se sumaban, pero hace tres meses, nada más, fue que se dio el puntapié inicial de la propuesta. Recibía (y recibo) comentarios por redes sociales de personas que no pueden pagar su tratamiento y dije “tengo que hacer algo distinto”. En ese momento realicé un pedido por Twitter de psicólogos voluntarios, con la condición de tener el título. Comenzamos con el tema de prevención del suicidio, pero lo ampliamos porque las solicitudes eran más amplias. Existen pacientes que esperan cuatro o cinco meses en llegar a tener una consulta con un profesional en el plano público, entonces, en el

medio, la Revolución del Colibrí quiere ser una suerte de atención primaria extendida, hasta que la persona pueda tener una atención que esté dentro de sus posibilidades.

¿Cómo funciona la Revolución del Colibrí?

Es un proyecto de salud mental, social, de psicología comunitaria, en el cual se le da al usuario hasta cuatro encuentros gratis con un psicólogo vía virtual. Una vez que termina el cuarto encuentro, el usuario puede acordar un arancel con el profesional, entonces el psicólogo se queda con un paciente por fuera de la red. Vale destacar que el Colibrí es todo voluntariado, tenemos más de 140 psicólogos (empezamos siendo 10) atendiendo en todo el país. Me siento muy feliz de que la propuesta esté teniendo la

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vida que tiene y que haya una energía tan linda. Es difícil coordinar a 140 profesionales, pero estamos encantados porque colaboramos con un proyecto mayor que nos da sentido y tiene que ver con la espiritualidad, hacer algo por los demás.

¿De qué forma viene evolucionando la Revolución del Colibrí?

Fueron atendidas más de 700 personas en tres meses. Hay muchas solicitudes diarias por lo que también diseñamos dispositivos grupales, armamos grupos para que antes que la persona tenga sus encuentros con el psicólogo individual, pueda estar en reuniones donde se trate su problemática. A su vez, hace un mes abrimos el voluntariado a no psicólogos, ahora tenemos maestros, contadores, educadores, nutricionistas, profesores de educación física. Estos profesionales no atienden pacientes, pero sí integran reuniones grupales. Los temas psicológicos los coordina el psicólogo, pero quienes presentan otras problemáticas pueden tener otro tipo de apoyo, como hacer un currículum o cuando tienen un hijo que no quiere estudiar (entre otras cosas), por ejemplo, pueden acceder a reuniones virtuales grupales para tener apoyo desde otros lados.

¿Qué desafíos tienen por delante?

Estamos pensando en un segundo paso que es contar con el apoyo de empresas para tener roles que sean pagos. Después de que las personas tienen los cuatro encuentros, muchos necesitan una terapia. Tengo la intención de buscar empresas que, como parte de su responsabilidad social empresarial y colaboraciones, puedan ser padrinos terapéuticos, que puedan donar para poder pagarle a psicólogos para atender gratis por determinado tiempo a algunos usuarios que necesitan más apoyo que cuatro encuentros.

¿De qué índole son las demandas que más se les presentan?

Las mayores solicitudes son sobre depresión, ansiedad, estrés, intentos

de suicidio, problemas familiares con hijos adolescentes, violencia, duelos y pérdidas.

¿Cómo se ha desarrollado la problemática de la salud mental en Uruguay en los últimos años?

Tenemos las mismas cifras que 10 años atrás. En el medio pasó la pandemia, que hizo cosas buenas y malas. La gente que ya estaba con una salud mental precaria y pocos vínculos, generó preocupación. Por otro lado, se legitimó la salud mental, se asumió que es fundamental y, nos dimos cuenta, de forma global, que lo más importante es sentirnos queridos, aparte de tener trabajo y familia. Construir vínculos y generar comunidad es sanador. Una misión es democratizar el acceso a la salud mental, que no solo se atienda el que puede pagar un profesional, porque si no la salud mental queda elitista. Tenemos 10 intentos de suicidios por día en Uruguay, dos suicidios diarios, cada 100 suicidios 80 son de varones, entonces hay una problemática que nos atraviesa.

¿Cómo podemos, personalmente, contribuir a dar vuelta la problemática de la salud mental?

Tomar consciencia de que todos somos agentes de salud mental, todos somos responsables, hay que ver el problema desde todas las aristas. Que una persona no haya podido encontrar a alguien que lo ayude es un problema de todos y todas. A veces las señales que se dan están, pero no las vemos. Es un problema complejo y

multicausal, hay factores de riesgo y otros de protección. Dentro de los factores de protección está la capacidad de establecer vínculos para tener empatía. Es decir, cuando formás parte de comunidades sociales, sentís que pertenecés a un grupo, eso es importante para atravesar el malestar, para pedir ayuda y saber que contás con alguien. Debemos tomar consciencia, hablar de salud mental, lo que no se habla no se resuelve ni visibiliza. Hay problemas de salud mental y se puede salir adelante cuando uno tiene ayuda.

¿Cómo se puede cuidar nuestra salud mental?

Hay cinco claves y dimensiones que tienen que tener un equilibrio, son del psicólogo Tal Ben­Shahar. Una es el bienestar físico, cuidando el cuerpo, el ejercicio físico es un antidepresivo natural. Después el bienestar relacional, tener vínculos significativos, salir del individualismo. También está el bienestar emocional, saber manejar el estrés, no es que nunca vamos a estar estresados, pero es importante encontrar momentos de paz, por ejemplo con oración, deporte, música, lo que cada uno prefiera. El cuarto es el bienestar intelectual, aprender algo siempre, buscar cosas para aprender. Por otro lado, el bienestar espiritual, que no solo tiene que ver con lo religioso, está relacionado al agradecer, el perdón, con la naturaleza, en los retiros, por ejemplo, nos conectamos con nosotros mismos de otra forma.

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Nuestra misión es democratizar el acceso a la salud mental, que no solo se atienda el que puede pagar un profesional, porque si no la salud mental queda elitista.
Nuestra misión es democratizar el acceso a la salud mental, que no solo se atienda el que puede pagar un profesional, porque si no la salud mental queda elitista.

ESTO SÍ ES AMOR

Mis amigos y amigas:

Hoy deseo ofrecerles un hermoso testimonio, aunque esta vez yo no he sido testigo presencial, solo relato lo que se me ha compartido.

La escena se desarrolla en Palabek (Uganda), donde al mismo tiempo que llegaban los primeros refugiados hace ya cinco años, hemos querido ir nosotros, Salesianos de Don Bosco, con ellos. La tienda de campaña era el alojamiento; y la capilla para orar y celebrar las primeras eucaristías era la sombra de un árbol.

A Palabek llegaban cientos y cientos de refugiados del Sudán cada día. Primero a causa del conflicto en Sudán del Sur. Años después siguen llegando, ahora a causa del conflicto en Sudán del Norte.

Quien me contaba lo que ahora les narro era el Consejero General para las Misiones, que había ido a Palabek días antes para seguir acompañando a esa presencia en un campo de refugiados donde ya son decenas de miles las personas acogidas.

Hace 10 días llegaba una mujer con 11 niños y niñas. Ella sola, sin ninguna ayuda, había atravesado varias regiones llenas de peligro; había recorrido a pie más de 700 kilómetros a lo largo del último mes y el grupo de niños iba creciendo. Y es a esto a lo que me quiero referir, porque esto es HUMANIDAD y esto es AMOR. Esta mujer llegaba a Palabek con 11 niños y niñas a su cargo, y a todos los presentó como

sus hijos. Pero de hecho seis eran sus hijos y habían estado en su vientre. Otros tres eran hijos de su hermano, que había fallecido recientemente, y de quienes se había hecho cargo, y otros dos eran pequeños huérfanos que encontró por el camino, solos, sin nadie, y naturalmente sin ningún papel (¡quién puede pensar en papeles y documentación cuando falta lo más esencial para vivir!) han pasado a ser hijos adoptados de esta mujer

En alguna ocasión se le ha dado el calificativo de ¡MADRE CORAJE! a alguna madre que se ha dejado la piel por defender a un hijo hasta el final. Pues en este caso yo deseo atribuir a esta mamá de once hijos el título de Madre Coraje, pero sobre todo MUJER QUE SABE MUY BIEN ­ en las entrañas de su corazón ­ LO QUE ES AMAR, quizá hasta que duela, porque ella vive y ha vivido en la más absoluta indigencia con sus 11 hijos.

Bienvenida a Palabek ¡mamá coraje! Bienvenida a la presencia salesiana. Sin duda que se hará todo lo posible para que a esos niños y niñas no les falte alimento; y después un lugar donde jugar y reír y sonreír ­en el oratorio salesiano­, y un puesto en nuestra escuela.

Este es el bien sencillo y silencioso que Don Bosco hacía. Este es el bien que juntos hacemos porque ¡créanme!, sentir que no estamos solos, tener la certeza de que muchos de ustedes ven con agrado y simpatía el esfuerzo que cada día hacemos en favor de los demás, nos da también mucha fuerza humana, y sin duda el Buen Dios la hace crecer

Sean muy felices.

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Rector Mayor Don Ángel Fernández Artime sdb

Tiene 26 años. Es licenciada en Psicología. Trabaja como educadora en el Hogar Casa Valdocco y forma parte del equipo del Sector Social Juan XXIII. Vive en Montevideo.

¿Qué te hace feliz?

Cuando me siento agradecida y presente, con conciencia de lo que sucede a mi alrededor y bendecida por vivirlo. Contemplar las pequeñas cosas que me suceden, que vivo y que le dan sentido a mi vida y reconocer la presencia de Dios en el camino recorrido. Me hace feliz compartir la vida de forma sencilla.

¿Cuál es tu mayor miedo?

Me dan miedo los accidentes, esas cosas que no puedo controlar o que no dependen de mí. Hay algo con lo impredecible que me da miedo, no me paraliza, pero me deja en constante alerta…

Si tuvieras que elegir un acontecimiento que marcó tu vida, ¿cuál sería?

Cuando me diagnosticaron leucemia. Me hizo conectar con muchas preguntas, búsquedas de sentido y una dimensión de mi vida que no conocía. Fue un antes y un después en mi mirada, mis vínculos, mis decisiones y la forma de vivir mi vida. Me sigue transformando.

¿Qué huellas dejaron en vos los ambientes salesianos?

Las experiencias compartidas, encuentros, personas con las que me crucé en los ambientes salesianos son sin duda parte de quien soy hoy y quien elijo ser. Aprendí sobre la importancia del vínculo, poder construirlo desde la confianza y la familiaridad. Aprendí de servicio, entregarse con gratuidad y vivir en misión. La huella más fuerte es la elección por los jóvenes, sobre todo aquellos en situación de vulnerabilidad social, sin dudas.

¿Por qué elegiste ser psicóloga?

Descubrí que me encontraba muy cómoda escuchando a otras personas, encontrándome mano a mano a conversar y reflexionar juntos, dando lugar a las preguntas y descubriendo nuevas cosas. Encontré que me gustaba la idea de poder acompañar a las personas en sus preguntas, en no caer en las inercias incuestionadas, poder discernir, conocerse y elegir desde ahí. Nadie está escrito, nos vamos escribiendo constantemente. Disfruto de acompañar los procesos de crecimiento y transformación. Me entusiasma buscarle la vuelta a las situaciones para poder entenderlas mejor, ver las cosas de diferentes puntos de vistas, desde su complejidad y poder ver más allá de

lo que aparece a simple vista.

¿Qué aprendés de tus trabajos?

En el trabajo en el hogar descubro que acompañar la vida de los gurises me transforma. Aprendo que hay profundidad en lo sencillo. Que a veces no se necesita nada más que vida y tiempo compartido desde la sencillez para que acontezcan grandes cosas. Aprendo sobre el arte y los malabares que implica acompañar la singularidad de la vida de cada uno y cada una. Aprendo sobre lo impredecible y lo incalculable de algunas intervenciones y de la tarea de educar en general y a confiar en los hilos invisibles de los procesos y las redes que sostienen la vida. En el trabajo en el Sector Social refuerzo el aprendizaje de que el oratorio es una experiencia única, singular, de mucha fuerza y potencial transformador. Acompañar a quienes llevan adelante los oratorios me ha enseñado que hay un gusto por el servicio, por la entrega, por compartir la vida que es común. Es un llamado colectivo a construir el Reino.

La salud mental en Uruguay es un tema…

Del que muchos hablan, pero pocos reconocen. No alcanza con hablar del tema, sino que es necesario reconocer su importancia. Es inherente a la vida de todos y todas y su cuidado debería ser una de nuestras prioridades.

¿Cómo podemos acompañar a quienes están transitando una depresión, ansiedad, etc.?

Hay que estar. Acompañar desde la empatía y lo humano. Es cuestión de escuchar, hacer compañía, estar disponible para lo que la otra persona plantea que necesita en ese momento si es que logra identificarlo. Ser cuidadosos con nuestra mirada hacia ella, desaprender los estereotipos de “una persona deprimida”, “una persona ansiosa” y poder, desde nuestro conocimiento de la otra persona, animarnos a plantear nuevas formas de transitar y de sobrellevar lo que le está pasando. Hay que estar atentos y atentas a nuestros límites en el acompañamiento, asegurarnos de que esa persona tenga recursos, tenga una red/sostén, si puede pedir ayuda en momentos de crisis si los hay, etc.

¿Qué experiencias o herramientas descubriste que ayudan a encontrar equilibrio, armonía, paz y, por ende, felicidad?

Tener una dosis diaria (de ser posible) de contacto con la naturaleza, en cualquiera de sus múltiples formas. Tener momentos de silencio, introspección o personales (leer y escribir son una de las formas que más me gustan a mí). Por último, conversar. Encuentro muchísimo potencial en hablar con otros.

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¿Qué huella dejaron en vos los ambientes salesianos?

Seguramente sean varias, pero quizás algunas de las que veo más claro en el día a día sea el hecho de buscar que el centro de la tarea, así sea educativa o terapéutica, esté puesto en el niño, adolescente o adulto. Así como aprovechar lo lúdico como forma de encuentro con otro.

¿Qué aprendés de tus pacientes?

Creo que el aprendizaje mayor y cotidiano es el valorar lo singular y excepcional de la vida de cada uno. Cada quien trae su historia, sus movimientos, sus temores, expectativas, forma de ver y entender al otro, de interpretar lo que le pasa, etc. Darme cuenta de que hay otras diferentes a las mías, amplía mi forma de ver las cosas y me hace estar aprendiendo constantemente.

La salud mental en Uruguay es un tema…

Que lo tenemos cada vez más presente, del que se habla cada vez más. Creo que es positivo que se está visibilizando la importancia de cuidar nuestra propia salud mental y estar atentos a la de los que tenemos alrededor. Sin embargo, mucha información no nos lleva necesariamente a mejores cuidados. Creo que para que este cuidado sea tal y no generar más daño es necesario saber dónde informarnos y saber a quiénes recurrir.

¿Cómo podemos cuidar nuestra salud mental?

Una de las cosas que podemos hacer es estar atentos, para luego tomar decisiones a partir de eso que nos demos cuenta. Me refiero, por ejemplo, a tomar nota de si en el algún espacio me estoy sintiendo particularmente incómodo, vulnerado, agredido, etc., a partir de esto, tomar acción. De la misma manera, podemos estar atentos a cómo se siente estar con otras personas, con nuestros hábitos, o las diferentes situaciones que nos puedan estar sucediendo. Al darme cuenta de esto tengo más posibilidades de hacer algo con lo que me pasa y así cuidar mi salud mental. Estar atento también es notar

cuando no estoy pudiendo solo con una situación y pedir la ayuda de alguien. Cuidar nuestros ambientes, vínculos y nuestra rutina es cuidar nuestra salud mental.

¿Cómo podemos acompañar a quiénes están transitando una depresión, ansiedad, cualquier problema mental?

En primer lugar, cómo acompañar va a ser diferente según lo que esté viviendo cada uno y el rol que ocupa quien acompaña (amigo, padre, educador, etc.). A pesar de esto, un primer paso puede ser estar cerca, escuchar su vivencia, dar lugar a que se sienta comprendido y que pueda compartir qué es lo que necesita, más allá de que lo podamos o no comprender del todo. A partir de aceptar y dar validez a lo que se está transitando, también estoy acompañando cuando desde mi lugar de amigo, padre, educador, estoy disponible para buscar alternativas en conjunto. Por supuesto que estas dependerán de cada caso y que como en cualquier otro sufrimiento podrá implicar buscar la ayuda profesional que sea necesaria.

¿Cómo cuidás tu salud mental?

Para cuidar mi salud mental lo primero es darle prioridad y dedicarle el tiempo que necesite, siendo que en el día a día puede ser fácil “entretenerse” con tanto que hay para hacer. En particular, buscar momentos con la gente que quiero, hacerme el tiempo de sentarme a leer, dejar el teléfono, hacer deporte, descansar, meditar, escuchar y estar atento a lo que siento y necesito, poner límites cuando una situación lo amerita, son cosas que colaboran con mi salud mental.

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27 años. Es Lic. en Psicología y docente en Universidad Católica del Uruguay Reside en Montevideo.

SALUD MENTAL: SIGNOS DE ALERTA

La mayoría de las personas tienen en claro lo que significan los términos salud y enfermedad, sin embargo, no sucede lo mismo cuando se habla de salud mental. Es que salud mental no es un concepto en sí mismo, sino un estado de bienestar que permite a las personas desarrollar habilidades y competencias, reconocer sus emociones y regular sus sentimientos.

La salud mental afecta la manera en que se piensa, la forma en que nos vinculamos con otros. No sólo es la ausencia de enfermedad, es encontrarse bien, saber disfrutar, afrontar la vida de manera saludable, aun en momentos de dificultad.

Existen determinantes individuales, sociales y estructurales que combinadas pueden actuar favorablemente o, por el contrario, volvernos más vulnerables.

¿Qué pasa cuando se ve afectada la salud mental? Hay cambios en el pensamiento y/o el comportamiento, aparece la angustia y la capacidad de funcionamiento de una persona se ve alterada.

La juventud se encuentra delimitada por dos procesos: uno biológico y otro social. El biológico sirve para establecer su diferenciación con el niño, y el social, su diferenciación con el adulto (Allerbeck y Rosenmayr, 1979:21).

¿Cómo detectar problemas en la salud mental de los jóvenes con los que compartimos espacios? Existen signos de alerta a los que debemos estar atentos y actuar en consecuencia si se prolongan por mucho tiempo. Elementos depresivos como la tristeza, la falta de concentración, la dificultad para disfrutar, la falta de energía y/o los pensamientos pesimistas y de desesperanza; y los elementos de ansiedad como la dificultad de controlar pensamientos intrusivos, insomnio, aceleración, palpitaciones, son algunos de los problemas de salud mental más prevalentes, que son difíciles de diferenciar con las características de la etapa vital. Altibajos y cambios radicales de humor, ira excesiva, hostilidad o comportamiento violento.

A menudo, como mecanismo para manejar sus emociones, los jóvenes recurren al consumo de sustancias como alcohol o drogas. Cabe aclarar que estos signos no implican, indefectiblemente, un problema de salud mental si se manifiestan de forma aislada.

¿Cómo ayudar? Como adultos hay varias cosas que podemos hacer para cuidar a los jóvenes, estar atentos, promover la comunicación, ofrecer formas saludables de manejar las emociones. La mayoría de los padres intenta “preparar el terreno” para hablar, el resultado es un monólogo en el que se intenta transmitir información importante. Sin embargo, cuando algún tema preocupa, son los hijos quienes buscan el momento para conversar, es por esto necesario “estar disponible”, practicar la escucha activa, no juzgar, validar las emociones y esperar, acercarse con sensibilidad. Esa es la clave para conectar. Y siempre, de ser necesario, buscar ayuda profesional.

10 FAMILIA OBRAEN
Sofía Juanicotena Lic. en Psicología

A veces te encontrás en un desesperante esfuerzo por estar bien. Porque sens que así debe ser. Porque escuchás que tenés todo para ser feliz. Porque pensás que hubo quien se rompiera el lomo para que puedas disfrutar de todo lo que tenés, y no podés ser desagradecido.

Entonces tratás de tragar las lágrimas, de sonreír, de dejar de lado ese pensamiento intruso.

Por momentos te obligás a caminar, a hablar, a connuar con la runa, como si nada pasara. Como si tu mundo interior fuera un mar de calma y serenidad. Hacés todo lo posible por ocultar cualquier signo de dolor, de tristeza, de angusa.

En algunas situaciones, cuando estás solo y te sens seguro, dejás

que salga todo eso que tenés comprimido dentro. Emerge con fuerza desde el interior. La almohada seca las lágrimas. Luego te lavás la cara, tratás de tener una expresión neutra para volver a salir y enfrentar el mundo.

Y así vas viviendo la vida como si fueras otro, como si tuvieras un disfraz. Llevando una sonrisa obligada pegada en la cara. Llenándote de acvidades, y así no tener empo para pensar. Tratando de aprisionar el sinsendo tras un alud de tareas, trabajos y cursos. Correr, correr, correr.

Es insostenible, lo sabés. Vas rando de la cuerda y cada vez está más fina. No querés que se rompa. Pero el miedo puede más. Te aterra hablar y que todo se desmorone.

Esa armadura, que tan cuidadosamente construiste para protegerte del mundo exterior, te está matando, te asfixia de a poco. Pero sin ella te sens vulnerable. Pensás que si

mostrás tu fragilidad la van a pisotear, a maltratar, a descuidar.

Sin embargo hay una verdad de la cual no tengo pruebas, pero tampoco dudas: no hay valena más grande que mostrar la propia vulnerabilidad, ni nada despierta la ternura más profunda que mostrarse frágil.

A medida que te vas dejando mostrar a quienes te rodean, con tus fortalezas y aquellas cosas que no te gustan tanto, te sorprenderá encontrar personas que te escuchan, te respetan y te quieren. Vas a encontrar gente que te abraza y valora como sos, sin decirte que estás exagerando o que no debés darle tanta importancia, sino que buscarán acompañarte en tu camino, hasta que vos también puedas reconocerte a mismo con toda tu verdad y abrazarte a mismo con cariño.

MEGUSTACOMENTOCOMPARTO 11
Hna. Cecilia Gayo FMA
VALE PENA ASÍ LA VIVIR 12
En el Acompañamiento Espiritual el principal agente es la persona acompañada
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El P. Larry Yévenes Canales nació en Chillán, Chile, y tiene 57 años. Desde hace 25 años es sacerdote jesuita y se dedica al ministerio del Acompañamiento Espiritual (AE). Su opción de vida es fruto del discernimiento que le implicó responderse dos preguntas clave: qué lo hacía y hace feliz, y a qué y cómo dedicar los mejores esfuerzos en la vida.

Tiene dos maestrías, una en Teología y otra en Psicología Pastoral, y dirige el Diplomado on line en Acompañamiento Espiritual de la Universidad Alberto Hurtado de Chile. También integra el Centro de prevención de abusos y reparación de la Compañía de Jesús y el Consejo Nacional de prevención de abusos y acompañamiento de víctimas de la Conferencia Episcopal de Chile.

Entrevistado por el Boletín Salesiano el Padre Larry explica en qué consiste el ministerio que desempeña, cuáles son las posibilidades, los límites y los desafíos a la hora de acompañar, y cómo propiciar ambientes sanos en el ámbito del acompañamiento.

¿Cómo nació tu vocación sacerdotal y, en el marco de la misma, el interés en el ministerio del acompañamiento?

El origen de mi vocación sacerdotal proviene de mi experiencia como alumno de un colegio de Iglesia, época en que descubrí el amor de Jesús por mí y por los demás. En unas misiones de verano, me impactó la necesidad de las personas de contar con agentes pastorales que les anunciaran el Evangelio. Y, por otro lado, en mi tiempo de alumno de secundaria, mediante el vínculo de acompañamiento individual, comencé a hacerme preguntas fundamentales como: qué me hacía y hace feliz y a qué y cómo dedicar los mejores esfuerzos en la vida. Ello me llevó a descubrir que el Señor me llamaba a una vocación apostólica, consagrando mi vida a Él y a su pueblo.

¿En qué consiste ese ministerio?

El ministerio del Acompañamiento Espiritual pertenece a la tradición de las iglesias cristianas (no sólo de la Iglesia Católica). Su objetivo es facilitar una experiencia auténtica del Dios de Jesucristo (que sólo Dios puede conceder). Desde una perspectiva humana ­ y dado que nos podemos autoengañar o errar el camino ­ se hace necesario confrontar con otra persona los descubrimientos de la vida interior y los desafíos de la vida cotidiana en sus múltiples dimensiones. Siempre la pregunta del AE ha de ser: ¿cuál es la voluntad de Dios en lo que vive la persona acompañada (sufrimientos, duelos, alegrías, descubrimientos, etc.)?

¿Cuáles son los pilares de ese acompañamiento? Primero, en el AE el principal agente es la persona acompañada. El rol del acompañante se puede describir como una ayuda para procesar las "mociones espirituales", es decir, los impulsos internos que se dan en la persona (que

pertenecen más al orden de los sentimientos que al de los pensamientos reflexivos). En segundo término, la relación entre acompañante y acompañado es importante para el desarrollo de la relación entre el acompañado y Dios, pero esta última relación existe antes y es independiente de la primera. Por tanto, quien toma las decisiones y las implementa ha de ser siempre el acompañado. Ello explica por qué en el presente prevalece el uso del término "acompañamiento" por sobre "dirección espiritual". Ha ido creciendo entre los creyentes la conciencia de que la persona acompañada no necesita que le ordenen qué hacer como se hace con un niño y, por lo mismo, le impidan llegar a ser adulto. Tercero: el AE no es un tipo más de relación de ayuda entre tantas otras (asistente social, consejero educacional, terapeuta psicológico...). Evidentemente, existen actitudes básicas comunes a toda relación de ayuda que están también presentes en el AE. Así, por ejemplo, la acogida, la no manipulación de la persona, el respeto profundo hacia el otro y su historia, la discreción, etc. Sin embargo, el AE supone al Espíritu Santo trabajando en nosotros (en la persona acompañada y en el acompañante). Por ello, el acompañante es responsable no sólo ante quien acompaña, sino ante el Espíritu que obra en la Iglesia y concede sus carismas En el AE la confidencialidad es esencial Es la respuesta ante la confianza depositada en el o la acompañante. Existen dos excepciones a la confidencialidad: a) la supervisión regular que el acompañante recibe de sus pares o de un tutor (donde se respeta el anonimato de las personas acompañadas); b) si el acompañado(a) reporta algún hecho que implica un serio daño para él, o para otro (cuando un tercero está en peligro), ocasiones en las que el acompañante está obligado en conciencia a hacer algo para intervenir.

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¿Cuáles son los desafíos de acompañar?

Para el o la acompañante, es un desafío constante saber acoger. Es decir, mirar al otro(a), tratando de acoger antes que rechazar, confiar antes que sospechar. Como dice San Ignacio de Loyola: “Todo buen cristiano ha de estar más pronto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla”. En este sentido, el acompañante no acompaña “problemas”, ni su tarea es solucionarlos. Tampoco se trata, primariamente, de una “intervención en tiempo de crisis”, sino de acompañar un camino de crecimiento e integración personal en el seguimiento de Cristo. Otro desafío consiste en que no podemos discernir por las personas que acompañamos; ni tampoco debemos ahorrarles el hacer su propio discernimiento. Lo que nos corresponde es el abnegado esfuerzo de acompañar, enseñar a discernir, dar claves de discernimiento. Algunas preguntas útiles para ellos son éstas: ¿Qué experimentas (sentimientos – pensamientos)?; ¿De dónde viene eso que piensas o sientas: Dios, el Mal Espíritu, tú mismo(a)? ¿Hacia dónde te lleva esto?

(Ej.: resistir, inhibirte, luchar, victimizarme, confiar, amar…). ¿Qué alternativas tienes, cuál elegir y con qué criterios?

Un desafío que nos plantea la cultura actual tiene que ver con formar adultos en la Fe, que puedan tomar sus decisiones, asumir las consecuencias de ellas, y hacer un camino propio.

¿Cómo podemos propiciar en la Iglesia ambientes sanos y seguros en el Acompañamiento Espiritual?

Un acompañante espiritual prudente debe saber poner límites físicos y psicológicos a su ministerio. Entre las barreras físicas están el respeto por la distancia corporal y el lugar respetuoso de la dignidad de la persona donde realiza su servicio. Entre las barreras psicológicas se encuentran el respeto por la conciencia y la libertad de la persona acompañada, la restricción a la curiosidad, el no querer imponer el juicio propio y el no generar relaciones

de dependencia. Esta forma de relación de ayuda, como en las profesiones liberales, posee códigos de ética. Como todo carisma, el AE es un ministerio discernido y confirmado por la Iglesia. El acompañante espiritual no se designa a sí mismo ni se autoatribuye cualidades. Una formación actualizada es fundamental para que un acompañante ejerza bien su rol. En Latinoamérica existen centros especializados en la formación de acompañantes espirituales. Entre los contenidos formativos esenciales para un acompañante están los conocimientos de la Sagrada Escritura, la teología espiritual, el discernimiento espiritual, elementos de psicología evolutiva y de la personalidad, entre otros. Se trata de un ministerio que está en diálogo constante con los aportes de otras disciplinas.

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CON YNOMBRE APELLIDO 16

“Debemos trabajar en la esperanza y en la aceptación de las emociones”

Convencido de que es “bien importante” dedicarle un tiempo al cuidado de la salud mental como naturalmente lo hacemos con el corazón o la presión arterial, el psicólogo Pablo Nasif ­ exalumno salesiano y hoy ya jubilado ­ asegura que es fundamental “poner sobre la mesa” lo que les pasa a los jóvenes y acompañarlos para dialogar sobre lo que les sucede en una etapa vital que, si ya de por sí es compleja en lo emocional, lo es aún más en las generaciones pandémicas. “No podemos dejarlos solos”, subraya al tiempo que advierte que “estamos llegando tarde con la prevención y el cuidado de la salud mental”.

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En estas semanas una revista titulaba así un informe: “La depresión en el país más feliz de América Latina”. ¿Qué se puede decir de lo que pasa en Uruguay con la salud mental y, en particular, en los jóvenes?

Me atrevo a decir que en Uruguay falta más diálogo sobre estos temas, más psicoeducación y prevención. Las personas debemos darle importancia y cuidar más nuestra salud mental. Los jóvenes, en concreto, atraviesan en su crecimiento una etapa de mayor vulnerabilidad donde es bien importante que se sientan acompañados, así como también que le demos herramientas para poder dialogar lo que les pasa. Como adultos debemos estar disponibles y atentos, no solo a lo que expresan con palabras, sino también con su conducta.

¿Cómo ha sido tu experiencia acompañando jóvenes?

Trabajé durante 15 años en instituciones educativas acá en Montevideo y también estuve relacionado con jóvenes que formaban grupos de la Iglesia Católica de Maldonado. Te voy a contar una anécdota… Un día estaba en uno de los colegios que trabajaba en la zona del Cerro de Montevideo y salí al recreo y vi a un joven sentado solo en un banco. Me acerqué a la directora y le pregunté si sabía qué le pasaba, pero su respuesta fue: “Hace días que anda así, dice que quiere estar solo”. De chico fui a un colegio salesiano y si algo aprendí de Don Bosco es a

mirar a los jóvenes en el patio. Al final, terminé acompañando a ese muchacho que estaba con problemas familiares. Quienes trabajamos con ellos tenemos la linda tarea de ayudarlos a reflexionar, discernir y continuar en sus procesos. Aprendí mucho de eso y de la espontaneidad que tienen cuando uno logra empatizar

¿A qué desafíos se enfrentan los jóvenes para cuidar su salud mental en la sociedad de hoy?

Por ejemplo, recién ahora empezamos a ver las consecuencias de la pandemia. Los jóvenes especialmente fueron quienes más estuvieron encerrados, ya que los centros educativos demoraron en levantar la barrera de la presencialidad. En una etapa vital como la adolescencia, donde necesitan salir a encontrarse con sus pares y diferenciarse de sus padres, durante la emergencia sanitaria pasó exactamente lo contrario. Se quedaron en sus casas, encerrados y hasta por momentos ubicados en el lugar de adultos. El contacto con el mundo era a través de una pantalla. Las consecuencias de todo esto las estamos viendo recién hoy en muchos casos de jóvenes que sufren ataques de ansiedad o depresión. Es importante poner sobre la mesa esas cosas que les están sucediendo y poder hablar con sus pares, pero también con el mundo adulto que los rodea. No podemos dejarlos solos. Estamos llegando tarde con la prevención y el cuidado de la

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salud mental. Debemos acompañarlos y brindarles herramientas para que se pueda prevenir el desarrollo de un trastorno, o si no para que consulten a tiempo con un profesional.

¿A qué cosas tenemos que estar más atentos? ¿Cómo podemos cuidarnos en ese sentido? Gracias a Dios, hoy hay más noción de la importancia de estos temas, pero aún debemos hacer más. Así como nos dedicamos al cuidado de nuestro corazón o quienes somos más veteranos al cuidado de nuestra presión arterial, es bien importante hacer cosas por nuestra salud mental. Muchas veces la realidad de las rutinas no deja lugar para pensar en nosotros, pero es bien importante dedicarse pequeños ratos en la semana para uno. La salud mental puede afectar la forma en la que pensamos, nuestros sentimientos y las conductas que tomamos. Por eso es importantísimo dedicarle tiempo y atención.

Da la sensación de que ahora se habla más de salud mental, pero los números de suicidio, por ejemplo, nos siguen poniendo en los primeros lugares en las estadísticas. ¿Qué ocurre?

Es que es un proceso que lleva tiempo. Todavía podemos ver el déficit que hay en el cuidado de la salud mental y la importancia de psicoeducar en esto. A nivel social, hoy es un tema del que se puede hablar más y eso es importante. En cuanto a las estadísticas, realmente debemos reaccionar y actuar. El suicidio es un asunto del que debemos

ocuparnos y darle un seguimiento. Hay estudios que demuestran que las personas que manifiestan la idea de hacerlo, es porque sienten un dolor profundo que creen que no van a poder superar nunca. Como sociedad debemos trabajar en la esperanza y la aceptación de las emociones, incluso aquellas que no son tan lindas de transitar

¿Que dejó la pandemia respecto a la salud mental?

Algo así como el síndrome de la fiebre de la cabaña, donde el hombre primitivo que, con el miedo de salir y ser cazado, se quedaba adentro, dudando y sin poder satisfacer su necesidad biológica de comer. Eso nos pasó durante el coronavirus, donde nos asustaba salir por si “nos comía el bicho”. Nosotros nos encontramos nuevamente como el hombre primitivo con la necesidad de salir a buscar nuevas herramientas para enfrentar el aumento de desesperanza que dejó la pandemia. En muchos casos, esto se ve reflejado en más personas sufriendo ansiedad y depresión. Sí o sí debemos en estos casos buscar ayuda para poder enfrentar estas situaciones que nos tocan vivir hoy.

¿Cómo lo vivió personalmente?

Lo viví como todos, con incertidumbre y también con miedo. Yo estoy operado dos veces del corazón y era lo que desde las autoridades llamaban “población de riesgo”. Pero como siempre, en los momentos más difíciles que me han tocado vivir, suelo aferrarme mucho a Dios y rezar mucho. Esta vez no fue diferente.

PERFIL

Pablo Nasif es exalumno del Colegio Maturana, tiene 76 años y hace 45 está casado con Hilda. Nació en Montevideo, aunque a partir de la pandemia se radicó en Maldonado.

Se recibió de psicólogo y más tarde se especializó en la terapia cognitivo conductual. Está recientemente jubilado, aunque dedica varias horas al trabajo voluntario atendiendo a personas que no pueden pagar una consulta psicológica.

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Nahia, Pablo y Florencia son los nombres de sus tres hijos.
"La salud mental puede afectar la forma en la que pensamos, nuestros sentimientos y las conductas que tomamos. Por eso es importantísimo dedicarle tiempo y atención".
AQUÍ AHORAY 20

TODOS PODEMOS HACER ALGO

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Cuantas más herramientas adquiramos para defendernos en la vida, para afrontar los avatares y cimbronazos que se nos presentan y poder salir adelante, lograremos tener una mejor salud mental. Eso es tener maduración afectiva y en esta influye cómo nos enseñaron a manejar las frustraciones y cómo lidiamos con los límites, si los tuvimos.

Palabras más, palabras menos, así explica la profesora agregada de Psiquiatría de la Facultad de Medicina, Cristina Larrobla, lo qué significa tener salud mental.

La psiquiatra Larrobla explica que para adquirir madurez emocional es necesario saber que “no hay soluciones mágicas” y que esas soluciones no siempre me las darán otros, sino que muchas veces tendré que buscar alternativas.

“Se trata de ser más dialógicos, más tolerantes, mejores negociadores, más sensibles, con los otros y con nosotros mismos, de poder generar espacios disfrutables, compartir alegrías, ser más compañeros, más receptivos, más sinceros con los otros y con nosotros también sin faltar el respeto, lógicamente, reivindicando mis derechos, pero contemplar los derechos de los otros”, afirma.

Además plantea que la salud mental se construye “entre todos”, y “no es algo que solucionen solo los profesionales de la salud mental”. “Insisto, la salud mental no es solo un tema sanitario. Si bien los profesionales tenemos una formación específica, no somos los únicos que podemos hacer algo”, asegura.

Larrobla afirma que la terapia o el acompañamiento de un profesional de la salud mental (psiquiatra o psicólogo) no es necesario para todos, ni todos lo necesitan, ni tampoco está indicado para todos.

Agrega que sí puede ser necesaria cuando “el nivel de angustia y ansiedad empiezan a limitar aspectos importantes de la vida relacional (parejas, amigos, trabajo, etc.), cuando se han agotado todas las posibilidades al alcance y además se reconoce que solo no se puede”. Entiende que también es importante tener confianza en el profesional que se elige.

Datos alarmantes y posibles explicaciones

Las cifras de hombres y adolescentes que se suicidaron en 2022 son preocupantes y revelan que tenemos un

problema. Según los datos del Departamento de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud Pública, el 77.9 % de las personas que se quitaron la vida fueron hombres y la cifra de adolescentes de entre 15 y 19 años, que lo hicieron, trepó de 34 en 2019 a 45 en 2022.

Las cifras evidencian además una tendencia a la suba de la tasa de suicidios en Uruguay desde el año 2010 hasta la actualidad. Ese año la tasa de suicidio fue de 16,2 muertes cada 100.000 habitantes, y en 2022, llegó a 23.2 muertes, esto es un total de 823 suicidios.

De los datos registrados por departamento en 2022, se indica que los que ostentan mayor incidencia de muertes por suicidios son Treinta Tres con 37.6, seguido por Lavalleja con 36.0 y Soriano con 33.5.

Para intentar explicar el dato de que se quitan la vida casi ocho varones mientras lo hacen dos mujeres por año, Larrobla dice que “mientras sigamos teniendo adultos que le dicen a los varones que no hay que llorar, que eso es de débiles, que los varones tienen que ser fuertes y aguantarse o bancar todo, ser el sustento de todo, no solo económico, sino afectivo también, vamos a seguir generando esta situación”

La psiquiatra lo atribuye a aspectos culturales que, celebra, lentamente se van modificando porque entiende necesario “enseñarle a los varones que el mundo emocional también les pertenece, que cuando se enojan es importante que puedan hablar y contar lo que les pasa. El ocultar, no demostrar, etc., los hace más impulsivos. Si lo que escuchan es si alguien te pega o te insulta, dale una piña, no estoy favoreciendo el diálogo, estoy estimulando una reacción corporal impulsiva”. Agrega que cuando se van sumando situaciones adversas como perder el trabajo, separarse de la pareja, el varón va perdiendo la autoestima y la angustia se agiganta.

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En el caso de los adolescentes, la profesional afirma que “cada vez se les exige más, se les piden rendimientos excelentes, que sean exitosos, que puedan rendir en muchos aspectos al mismo tiempo (estudios, deportes, idiomas), que sepan responder con madurez, que sean adultos...” y eso en un momento de la vida en el que van adquiriendo capacidad crítica, cuestionan el mundo adulto y crean su propio sistema de valores (con los adultos como referencia).

“Cuando los adolescentes no encuentran espacios de diálogo en casi ningún lugar (en la casa, en la institución donde se forman, en el club del barrio, con los padres de los amigos, etc.) la perspectiva futura que se empieza a ver es cada vez más limitada y eso angustia mucho y genera una sensación de desesperación. Y como en la adolescencia la vida emocional se vive de manera intensa todo se potencia o se dimensiona rápidamente para un lado o para el otro”, advierte.

Llegar a tomar la decisión de suicidarse “siempre es la combinación de varios aspectos, no es un solo determinante, por eso es importante tender a los equilibrios, pero a su vez es lo más difícil”. No sólo pesan las emociones y conductas propias, también hay características personales que tienen peso, sigue siendo un sufrimiento personal, muy individual, sostiene. “Dos personas pueden estar expuestas a las mismas situaciones de vulnerabilidad y una pensar alguna vez en su vida que de pronto no quisiera vivir más, pero no concretar esa idea, y la otra, en las mismas condiciones puede no solo pensarlo, sino que, planificarlo y terminar suicidándose”, explica.

En cuanto a lo que podemos hacer para contribuir y ayudar al que está sufriendo en soledad, asegura que los amigos, los espacios educativos, recreativos, padres o adultos responsables a cargo, del sistema económico, social, relacional, laboral, todos podemos lograrlo “si estamos dispuestos a dejar de pensar que el problema

nuestro es el más importante y que el de al lado se arregle como pueda porque yo no tengo tiempo ni quiero sumarme preocupaciones”.

Además pone el foco en otra población que sufre: los adultos mayores, los que más se suicidan en nuestro país. “Ellos también viven esa pérdida de lugar de referente, y si perdieron la pareja con la cual convivieron toda su vida y construyeron un proyecto juntos, para muchos la vida no tiene mucho sentido, y no todos pueden encontrárselo. Y si además cada vez ven menos a los hijos y a los nietos, el sentimiento de soledad puede comenzar a ser abrumador y difícil de sobrellevar. Pero si también le sumo que la jubilación no alcanza para cubrir las necesidades básicas y los hijos tampoco están en condiciones de ayudar, se van sumando situaciones que para muchos pueden volverse insostenibles, intolerables, generar mucha angustia y eso no lo hablan con nadie porque no tienen con quien”.

Larrobla cree que si tenemos una mirada amplia e integral, tomando en cuenta a su vez ciertas diferencias individuales, se tendrán más posibilidades de ofrecer esperanza a más personas en situación de sufrimiento y vulnerabilidad.

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SINTONIZANDO CONDONBOSCO

SEAN INDICADORES DEL CAMINO

Cualquiera que haya tenido la experiencia de viajar por carreteras desconocidas sabe lo importante que son las señales de tráfico. No es lo mismo girar a la izquierda o a la derecha, no es lo mismo ir al sur o al norte.

Saber a dónde ir es un elemento importante en la vida, la filosofía de todos los tiempos ha dedicado sus investigaciones a enfocarse en esta (y no solo en esta) pregunta existencial que ha estado en el corazón de la humanidad desde sus orígenes: ¿quiénes somos? Pero sobre todo: ¿hacia dónde vamos? ¿Cuál es el significado de nuestro viaje?

El Evangelio de Juan en el capítulo 1, versículos 35­39 nos ofrece un ejemplo concreto de lo que significa ser personas que muestran el camino:

“Al día siguiente Juan estaba todavía allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: '¡He aquí el cordero de Dios!'. Y los dos discípulos, oyéndole hablar así, siguieron a Jesús. Entonces Jesús se volvió y, viendo que le seguían, dijo: '¿Qué buscáis?'. Ellos le respondieron: 'Rabí (que significa maestro), ¿dónde vives?' Él les dijo: 'Vengan y vean'. Fueron, pues, y vieron dónde moraba, y se quedaron con él aquel día. Eran como las cuatro de la tarde”

Todo lo que necesitaban era que Jesús les indicara “aquí” para que los discípulos entendieran a quién debían seguir.

Pienso que en nuestro tiempo de incertidumbres y miedos provoca­

dos por diversos factores, en una sociedad que el Papa Francisco define como gaseosa, más que líquida (más allá de la definición del filósofo Bauman), en la que los lazos humanos y relacionales parecen carecer de consistencia y estabilidad (Audiencia del 24 de noviembre de 2021) no debemos renunciar a nuestro papel de educadores que saben mostrar el camino. Las dificultades de un clima bastante confuso, en el que parece prevalecer la afirmación de la libertad del individuo, libre de todo vínculo con la tradición y la cultura, no pueden sustraernos de la siempre fascinante, aunque no fácil, misión de ser educadores que acompañan el camino de los jóvenes para descubrir el sentido de sus vidas.

Don Bosco y Madre Mazzarello estuvieron plenamente disponibles para esta misión, se hicieron instrumentos dóciles capaces de dejar pasar la luz, "la verdadera que ilumina a todo hombre" (Jn 1, 9) para mostrar el camino a las jóvenes generaciones.

Don Bosco nos enseñó que el verdadero educador es aquel que prepara a los jóvenes para una cita con Dios, crea y cuida las condiciones para que esta suceda realmente y luego se retira, dejando que su gracia obre en cada uno.

El prerrequisito fundamental es la confianza, la capacidad de creer que las niñas y los niños de hoy saben soñar y desean metas elevadas. Estamos llamados a acompañar, apoyar, animar, despertar la vida y los mejores recursos en cada uno.

DE LARESOTROS

Foro SYM: «Ser un cristiano comprometido significa ir a contracorriente»

Al encuentro asistieron 150 participantes de 51 países. La bienvenida corrió a cargo de los Consejeros de Pastoral Juvenil de los Salesianos y de las Salesianas, P. Miguel Ángel García y Sor Runita Galve Borja, respectivamente. Luego participaron el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, y Sor Chiara Cazzuola, Madre General de las FMA. El auditorio se puso en pie para acogerlos con un fuerte aplauso. El Rector Mayor recordó la necesidad de dar testimonio contra la superficialidad que caracteriza, en parte, nuestro tiempo. No obstante, reconoció que «nadar contra la corriente cansa», pero «ser un cristiano comprometido significa ir a contracorriente», dijo. En un mundo que siempre tiene prisa, «tomarse tiempo para profundizar en la relación con los demás y con Dios» fue el consejo de la Madre General Fuente: ANS

Festival del MJS en la JMJ Lisboa 2023

Tras la reunión matinal del Foro del Movimiento Juvenil Salesiano el SYM Day, el miércoles 2 de agosto, continuó en Estoril, con el "Festival MJS", celebrado bajo el lema: "Ven, vive, proclama". Asistieron 9000 jóvenes salesianos de 78 países. El SYM Day fue tanto una celebración festiva como un momento de profunda y auténtica espiritualidad salesiana. Hubo momentos en los que el silencio fue absoluto y otros en los que las diferentes lenguas habladas en la capilla salesiana de Estoril se alternaron rítmicamente en el rezo del Rosario Vocacional, un momento de comunión y devoción en el que los jóvenes presentes invocaron a Dios, por intercesión de María, el acompañamiento de las vocaciones para la Familia Salesiana y toda la Iglesia. Fuente: ANS

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las FMA

NOMBRES

“A veces pienso mucho” versa la canción Nombres, de El Cuarteto de Nos. Trata de la experiencia muy humana de conocernos a nosotros mismos, nuestro interior, para poder convivir con la mayor paz posible con lo que somos. Una empresa nada fácil, pero no por eso imposible.

La vida nos pasa, nos atraviesa. Nos pasan cosas y, a veces, no nos pasan cosas. El tiempo y lo que nos pasa van dejando su rastro en nuestra vida: a veces como lindos recuerdos, pero muchas otras como aprendizajes forzados, como heridas y dolores no fáciles de superar, como miedos, inseguridades, rencores. Lo cierto es que ese mundo interior que se va agrandando a medida que acumulamos vida, es una parte importantísima de quienes somos. Quizás la más importante. Y buscamos la manera de vivir en la mayor paz posible con ello, sabiendo que nunca va a desaparecer. ¿Les pasó de acostarse, prontos para dormir, y todo ese interior oscuro y tenebroso los inunda de repente, acaparando todo pensamiento, en el silencio de la noche? A veces pensamos mucho.

La canción de El Cuarteto de Nos que traía al comienzo, plantea la posibilidad de ponerle nombre a nuestro mundo interior de miedos, inseguridades, soledades y dolores, para poder reconocer lo que nos habita, aceptarlo, abrazarlo, y como dice la canción “... cuando aparecen como sombras en mi espalda puedo

enfrentarlos solo, sin escudo y sin espada”.

Para este proceso, siempre es bueno contar con gente que nos acompañe y ayude a ponerle nombre a nuestra historia y a todo lo que ella va dejando como huella en cada uno. Todos tenemos a alguien cerca que nos puede acompañar, aunque no lo parezca. A veces es difícil darse cuenta, pero están ahí. Dios el primero y con Él tantas personas dispuestas a no dejarnos solos en este duro pero desafiante viaje hacia nuestro interior.

El propio Don Bosco encontró en su madre Margarita a alguien que le ayudó a ponerle nombre a una infancia marcada por la pobreza, el hambre y el maltrato de su hermano mayor. Encontró en su entrañable amigo Luis Comollo, un sostén cuando siendo adolescente tenía que trabajar para pagarse los estudios, algo que le dejaba poco tiempo

tanto para estudiar como para dormir bien. Cuando pasó por el Seminario y se encontró con una formación rigurosa, estricta, fría y superiores distantes y faltos de empatía, encontró en don Cafasso un amigo del alma que lo ayudó a ponerle nombre a la insatisfacción que lo atravesaba. Y en todo, supo contar con Dios, su principal aliado.

De este modo, Don Bosco podría haber dicho perfectamente al compás de El Cuarteto de Nos: “Y así mis temores reconocí, los enfrenté y pude dormir”. Ojalá todos encontremos personas que nos ayuden a ponerle nombre a nuestra historia y a nuestro mundo interior.

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SABORABUENASNOCHES
Juan Manuel Fernández sdb

Milagros Sierra hace alusión una y otra vez a la pedagogía de Don Bosco. No solo por su formación salesiana y la de toda su familia, sino porque está convencida del “enfoque preventivo” para abordar la salud mental. Eso busca poner en juego en su rol como psicóloga de los colegios Maturana y San Isidro de Las Piedras.

“Toda la comunidad educativa” debe saber “que podemos ser promotores de bienestar”, asegura Sierra en una entrevista con el Boletín Salesiano donde profundiza en los desafíos del trabajo con niños y adolescentes, las características del acompañamiento y el papel que juegan familias y educadores.

DEL SALESIANOÁRBOL 26

¿De dónde viene tu opción por la psicología?

Creo que mi vocación se fue construyendo desde muy temprano. Estando en primaria conocí a la psicóloga del colegio que siempre nos escuchaba con atención y nos aliviaba mucho hablar con ella. Eso me llevó a interesarme. Cerca de mi Primera Comunión, el P Cirilo Marichal me alentó a madurar en ese interés que estaba naciendo. También me impulsó una misión en San Adolfo y una Eucaristía a la que pude asistir presidida por Juan Pablo II. En el envío, el Papa nos pedía llevar la Buena Noticia a todos. Esas vivencias están en la base y me ayudaron a orientar el sentido. A la luz de la fe puedo decirte que desde siempre Dios me ha llamado a una misión concreta que es salir de mí misma, ir al encuentro de otros para acompañarlos y procurar que puedan sentirse aliviados. Y lo más lindo es que mi rol no solo tiene que ver con mi tarea técnica, sino con ser educadora salesiana, experimentando y compartiendo con los gurises lo que un día yo también recibí: la alegría de saberme amada y rescatada por Cristo.

¿Cómo se trabaja la salud mental en Maturana y en el San Isidro? ¿Qué rol juegan el resto de los educadores? Desde hace unos años el tema de salud mental se está poniendo sobre la mesa y hemos tenido instancias de formación para los educadores que nos ayudaron a comprender que todos los integrantes de la comunidad educativa tenemos un rol activo y una incidencia real en la salud mental de los estudiantes. Eso nos ha dado herramientas para acompañar en lo cotidiano: ser cercanos y receptivos, escuchar empáticamente, validar el planteamiento que nos hacen, no juzgar… En fin, algunas claves que son justamente la pedagogía de Don Bosco. Trabajamos desde un enfoque preventivo.

¿Cuáles son las problemáticas más habituales que atendés en niños y jóvenes?

Los chiquilines pasan gran parte del día en el colegio, así que los acompañamos

vínculo con los padres, enamoramientos, rupturas, pérdidas de seres queridos. Algunos estudiantes atraviesan condiciones particulares que requieren de un abordaje más amplio y especializado. Allí se prioriza el trabajo en equipo con la psicopedagoga del colegio, los docentes y la subdirección, además la familia. También es frecuente que coordinemos nuestras intervenciones con los técnicos externos y el equipo médico tratante.

¿Qué dejó la pandemia en nuestros niños y jóvenes?

Los afectó de manera silenciosa. Al retornar la presencialidad nos encontramos con un aumento de los niveles de ansiedad y estados depresivos, pero algo que nos sorprendió es que los mismos adolescentes fueron quienes solicitaron acompañamiento. Pero hay consecuencias más complejas que tienen que ver con hábitos, que son difíciles de revertir y que a su vez repercuten negativamente en la salud mental. El confinamiento implicó modificaciones en nuestras rutinas, como el sedentarismo, la escasa comunicación, la alteración de los horarios de descanso y el aumento del tiempo en pantalla: a veces como pasatiempo, otras en búsqueda de evasión o respuesta al malestar emocional y quedando expuestos a contenidos que desinforman y que hasta llegan a promover conductas que atentan contra el bienestar

¿Cuáles son los desafíos en nuestras obras para contener adecuadamente estas problemáticas?

Toda la trayectoria de los chiquilines en

nuestras casas es una oportunidad para que aprendan, se formen en valores, conozcan a Dios, se desarrollen, descubran nuevos intereses y amigos para toda la vida. Nuestras casas tienen presente estos desafíos. Pensamos incansablemente en los espacios y en las propuestas, pero toda la riqueza se da en el vínculo cotidiano con los jóvenes. Por eso toda la comunidad educativa debe tener presente, especialmente, que podemos ser promotores de bienestar porque con cada respuesta que damos estamos generando un impacto. Tenemos la gran riqueza de ser herederos del Sistema Preventivo y con él la figura cercana del educador, la apertura a escucharlos, a conocer sus intereses y la realidad en la que se mueven nuestros jóvenes. Son las claves que Don Bosco nos dejó. Mi deseo es que siempre podamos volver a él.

¿Qué historias te han marcado especialmente?

Muchas. Algunas muy difíciles, con pérdidas muy grandes que a veces uno mismo no llega a entender. Otras en las que pudimos intervenir a tiempo en situaciones de mucha desesperanza. Pero, sobre todo, historias de familias que a pesar de las dificultades han realizado un proceso de superación del que podemos ser testigos y eso también nos enriquece a nosotros… Por ejemplo, el caso de una mamá con una historia de resiliencia impresionante, que, sobreponiéndose a sus dificultades para la fiesta de María envió una torta que nos conmovió a todos porque decía: “Ella lo ha hecho todo”

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“…siestosjóveneshubierantenidounamigoquesepreocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabesinosehubieranalejadodeestavidaquellevan…”

DonBosco(MO)

ESPACIO DE CUIDADOS Y EDUCACIÓN PARA HIJOS

E HIJAS DE ESTUDIANTES EN CANELONES

“Una linda respuesta carismática a los nuevos desafíos del hoy”

UNA
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AMIGAMANO

Detectaron una necesidad en la ciudad de Canelones y crearon un proyecto para darles a muchas jóvenes madres, de entre 17 y 28 años, la oportunidad de soñar y concretar un nuevo futuro para ellas y sus hijos e hijas.

Las Hijas de María Auxiliadora junto con un equipo de educadores y especialistas en diversas áreas y el apoyo de organizaciones gubernamentales y departamentales generaron, hace cinco años, el Espacio de cuidados y educación para hijos e hijas de estudiantes de Canelones, en el que tanto los pequeños como sus madres encuentran una propuesta de acompañamiento y crecimiento.

La Hna. Laura Guisado, quien acompaña y asesora el proyecto y la presencia de las FMA en Canelones, y la educadora social Leticia Delgado, coordinadora general del Espacio, nos cuentan en esta entrevista los detalles del funcionamiento del mismo y la marca que deja esta iniciativa tanto en las madres como en sus hijos.

¿Cómo surgió la idea de armar este proyecto?

La idea surge a partir de una necesidad detectada a nivel nacional en la población predominantemente femenina, joven, de no poder culminar sus estudios debido a que tienen hijos e hijas a cargo y ninguna red familiar o comunitaria donde poder apoyarse. A su vez, diferentes instituciones educativas de horario nocturno manifestaban la necesidad de crear un espacio para el cuidado de hijos e hijas de estudiantes ya que los mismos concurrían a sus clases con ellos. Este proyecto surge desde la Secretaría de Primera Infancia de INAU, en colaboración con el Mides y la ANEP. En el caso de Canelones, también se recibe apoyo del Departamento de Desarrollo Humano de la Intendencia Departamental de Canelones.

¿Desde sus inicios lograron la participación de las jóvenes madres?

Sí, nuestro primer año de proyecto fue en el 2018 y en ese entonces contábamos con 17 madres de entre 17 y 28 años. Todas las estudiantes eran madres, la mayoría solteras, con poca o ninguna red de apoyo para el cuidado de sus hijos e hijas.

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¿Cuál es el trabajo que realizan en la casa?

Principalmente nuestro objetivo es el cuidado de los hijos e hijas de estudiantes mientras sus referentes adultos concurren a estudiar. Nuestro horario de funcionamiento es de 17:15 a 21:30 horas. Realizamos actividades recreativas que estimulen el desarrollo de los niños y niñas y les ofrecemos un espacio donde pueden descansar o alimentarse si lo necesitan. Otra actividad que comenzamos a realizar, por iniciativa del equipo, es el trabajo con las madres. Nos encargamos de orientarlas en las propuestas educativas que hay en la zona, ayudarlas con la documentación necesaria para la inscripción, realizamos una mediación entre la institución educativa y las estudiantes, trabajando con mucha cercanía con las diferentes adscriptas. También hacemos un seguimiento de su trayectoria educativa, por ejemplo, si aprueban, si se van a examen, si faltan mucho, si les cuesta una asignatura más que otra, etc., y promovemos una continuidad en la educación. Tenemos madres que han culminado Educación Primaria y ya se encuentran cursando Bachillerato.

¿Y también hacen talleres?

Por iniciativa del equipo, hemos realizado talleres con ellas sobre diferentes temáticas, como ser cuidados, parenta­

lidad, nutrición, así como actividades para que disfruten junto a los niños, por ejemplo, en el día de la niñez, en el día del libro, entre otras. Estas actividades entre madre e hijo son fundamentales, ya que muchas veces en sus hogares no disponen de la iniciativa o del clima para realizarlas y son muy importantes para cultivar y profundizar el vínculo entre ellos.

¿Piensan que esta propuesta se puede replicar en otros espacios?

Por supuesto. Esta propuesta solo está presente en seis departamentos del Uruguay, y por eso hay demasiada población que no accede a esta oportunidad por no tener un espacio de este tipo cerca de su residencia. Dicho por las propias madres, este proyecto les brindó la oportunidad que nunca imaginaron tener.

El estudio es la clave para mejorar la calidad de vida, para acceder a una mejor oportunidad laboral, para cultivar los propios saberes, pero, sobre todo, para inculcar en sus hijos y demostrarles con el ejemplo la importancia de estudiar, de esforzarse día a día, de perseverar ante las dificultades y que luego de un sacrificio, como pasar frío, estar cansados, no estar de noche en sus hogares, estudiar mientras sus hijos les piden jugar juntos, etc., está la recompensa.

¿El “modo salesiano” de llevar adelante este proyecto es un valor diferencial?

La concepción salesiana sin dudas es un aporte enorme y es el soporte de todo el proyecto. La clave es el espíritu de familia, el acompañamiento, ese ser presencia cercana, como nos decían Don Bosco y Madre Mazzarello, en las realidades más necesitadas. Este proyecto es una linda respuesta carismática a los nuevos desafíos del hoy

Al pasar raya del trabajo que han efectuado y que seguirán haciendo, ¿qué les queda en devolución de las madres, de los niños, y qué satisfacciones principales han identificado, lo que imagino las alimenta a seguir por este camino?

Son muchas las satisfacciones que nos quedan: ver el crecimiento que ha surgido del proceso que han transitado tanto madres como hijos es maravilloso y poderlos acompañar es un privilegio. Son muchas las madres que han egresado del Espacio y que han podido seguir estudiando por sus propios medios, creando apoyos familiares o equilibrando los tiempos entre las actividades de sus hijos y las de ellas. También son muchas, las que, gracias a los estudios aprobados, hoy en día cuentan con trabajos formales, que les permiten cubrir las necesidades de sus familias, y les brindan una gran seguridad emocional y elevan su autoestima. Ver estos progresos en las diferentes familias nos indican que vamos por el camino correcto.

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