"Nos han ganado el corazòn" | Boletín Salesiano Uruguay

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URUGUAY / Cuarta época / Año XLIII / Nº 7 Agosto 2023 / www.issuu.com/bsuru


PÁG 4. ¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL!

Salesianos como Don Bosco Festejamos a nuestro gran maestro

PÁG 7. SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Don Ángel Fernández Artime SDB “Deseo seguir sirviendo a los demás... en una manera diferente. MI NOMBRAMIENTO COMO CARDENAL”

PÁG 3. CARTA DEL DIRECTOR Nos han ganado el corazón

PÁG 8. TODO POR AMOR CON TODO EL CORAZÓN

Leticia Zeitounsian FMA y Santiago Felipe Di Siervi Flores SDB

PÁG 10. PÁG 11. ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO

Hna. Cecilia Gayo FMA “Caminos que nos devuelven a nosotros mismos”

FAMILIA EN OBRA

Juliana Etchegoimberry Experiencia de vivir la salesianidad

PÁG 24. SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Sor Chiara Cazzuola FMA “Lisboa”

PÁG 16. CON NOMBRE Y APELLIDO

PÁG 12. VALE LA PENA VIVIR ASÍ

Joaquín Pérez La camiseta de la alegría y una marca para siempre

P. Manuel (Manolo) Pérez sdb Ser salesiano es “tener un corazón oratoriano donde sea y como sea”

PÁG 20. AQUÍ Y AHORA

P. Francisco Lezama sdb y P. Adrián García sdb Un sueño misionero que continúa siendo realidad

PÁG 25. SABOR A BUENAS NOCHES

Juan Manuel Fernández sdb “Muchos nombres, una opción”

PÁG 28. UNA MANO AMIGA

PÁG 31. GALERÍA DE INSTAGRAM

Rosana Sosa, coordinadora del Proyecto Múltiple Santa Mónica de Paysandú “Nuestro distintivo como salesianos es que somos una obra social de puertas abiertas”

PÁG 26. DEL ÁRBOL SALESIANO

María Belén Pereyra Castro “Salesianidad y nazarenidad van juntas”

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sebastián Ferreyra sdb Redactora Jefa: Adriana Porteiro Columnistas: Hna. Cecilia Gayo hma, Juan Manuel Fernández sdb y Juliana Etchegoimberry. Equipo de redacción en este número: Natalia Roba, Nahuel Durand, Marcelo Hernández y Gonzalo Martínez. Fotografía: Sofía Cayota, Nahuel Durand, de ANS, Shutterstock, Pixabay, fotos de archivo del BS y de casas y obras salesianas: Proyecto Caqueiro, Colegios Pío IX (Villa Colón), La Divina Providencia (La Teja), Nuestra Sra. del Rosario (Paysandú) y San Miguel (Mercedes) y de la Obra Social Don Bosco (Salto). Foto de tapa: Sebastián Parada

Corrección: Graciela Rodríguez Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286 Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy


P. Sebastián Ferreyra sdb

CARTADELDIRECTOR

NOS HAN GANADO EL CORAZÓN Un día lluvioso y oscuro estando en el cementerio, cuan­ do había llegado al final el funeral de mi madre, empeza­ mos, como obviamente la costumbre lo propone, con mi hermana a despedir a aquellas personas que se acercaron para acompañarnos. Entre ellos había alguien muy signifi­ cativo para los dos, alguien que había acompañado mucha cosa en nosotros y de modo especial este tiempo de enfermedad, dolor y muerte. Al saludarlo, le dimos un abrazo y le agradecimos especialmente todo lo que había hecho por nosotros. Él nos miró a los ojos fijamente y mientras nos abrazaba nos dijo, «ustedes no tienen nada que agradecer, si me ganaron el corazón». Aquel salesia­ no estaba confesando que no podía hacer otra cosa, que de algún modo era prisionero de lo que le había pasado al mismo Don Bosco. Lo que se había generado entre aque­ llos dos jóvenes y su corazón de educador pastor trascen­ día toda etiqueta, protocolo y deber educativo y se había convertido en el único modo de relacionarnos y acompa­ ñarnos, era el modo del amor que se genera cuando dos jóvenes le ganaban el corazón. Esa tarde aprendí del modo más radical qué era ser sale­ siano. No era ir a campamentos ni estar tocando la guita­ rra o animando una ronda, no era gestionar grandes obras, ni organizar acampadas, no era hablar lindo en el púlpito, ni hacer buenas reflexiones, sino que era dejarse ganar el corazón por los jóvenes y no poder hacer otra cosa que acompañar la vida de quienes son “dueños” de tú corazón. En el discernimiento espiritual para ser sale­ siano esa frase y la realidad que suponía me hizo enamo­ rar de Don Bosco y poco a poco descubrí que ese era el modo en como quería vivir y desplegar la vida. Llegó el día en que fui consciente de que no podía vivir de otro modo, de que no podía hacer otra cosa que dejarme ganar el corazón por los jóvenes.

tenga la oportunidad de entrar en una experiencia de gratuidad, de generosidad, de entrega total que nace del amor de Dios y que se manifiesta en la simplicidad del amor humano. ¡Cuántos salesianos consagrados y laicos compartimos esta experiencia como el tesoro que nos abre a la vida salesiana, a la santidad inspirada por aquel hombre de Turín, nuestro padre, Don Bosco!

Ser salesiano no es más que un corazón que se lo han ganado los jóvenes, un corazón lleno de jóvenes y lleno de Dios. Ser salesiano es apertura para que todo joven

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¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

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Salesianos como Don Bosco

Salesianos en todo el país narraron cómo celebraron el cumpleaños de Don Bosco en sus comunidades educativo pastorales, y reflexionaron acerca de los valores salesianos que transmiten a niños y jóvenes en el día a día. Conversamos con Esteban Rodríguez (ER), encargado Pastoral del Colegio La Divina Providencia de La Teja; Gonzalo Merino (GM), director del Colegio Pío; P. José Pérez sdb (JP), director de la Obra Social Don Bosco de Salto; Carina Porras (CP), directora del Colegio San Miguel de Mercedes; Danilo Maidana (DM) subdirector Pastoral del Colegio Nuestra Sra. del Rosario de Paysandú y con Daiana Correa (DC), coordinadora del Centro Juvenil de la Obra Social Caqueiro de Rivera. Desde sus espacios, describieron cómo vivieron el aniversario número 208 de Don Bosco y explicaron los rasgos del gran maestro que buscan reflejar en sus comunidades educativas. ¿Qué actividad se organizó en tu comunidad educativo pastoral para el cumpleaños de Don Bosco 2023? JP: En la presencia de Salto tenemos tres sectores: parroquia, colegio y obra social. Cada sector festejó el cumpleaños de Don Bosco por separa­ do, con distintas actividades, como juegos, meriendas y oraciones. A su vez, tuvimos una celebración central de la eucaristía, donde no solamente estuvieron los gurises, sino que tam­ bién asistieron familias, educadores y demás personas de la comunidad. Fue una gran celebración en acción de gracias a nuestro Padre Don Bosco. GM: Motivamos el cumpleaños con el lema "Seguir tus pasos". El 16 de agosto nos encontramos con toda la comunidad educativa del Pío, e hici­ mos una celebración especial. Asimis­ mo, en primaria la fiesta comenzó con una celebración, en la que estuvieron presentes los padres, a los que invita­ mos a ser huellas de Don Bosco. Después los chiquilines siguieron su fiesta. Por otro lado, realizamos un “CampaBosco “con toda secundaria, que tuvo lugar en Aguas Blancas. La

propuesta giró en torno a la frase de Don Bosco: “Yo hago el boceto, uste­ des les ponen los colores”, todos somos el bosquejo del sueño de Don Bosco que lo vamos haciendo reali­ dad. DC: En la Obra Social Caqueiro hicimos distintas fiestas. Los adolescentes y jóvenes del centro juvenil compartie­ ron y celebraron a Don Bosco en una hermosa jornada recreativa, con música, reflexiones y almuerzo. Asi­ mismo, los grupos asociativos de la casa también festejaron con mucha alegría, entre juegos, música y activi­ dades compartidas. Finalmente, en la escuela de Artes y Deportes y espacio Recreativo, diseñamos y pintamos uno de los espacios con la frase “Los quie­ ro ver felices”. ER: En La Teja realizamos diversas propuestas en todas las áreas de la comunidad. A grandes rasgos, lleva­ mos adelante un encuentro de la presencia, mientras que inicial y pri­ maria participaron de una jornada de festejos en conjunto con el “Club de la Alegría”, y realizaron un servicio. Por su parte, secundaria desarrolló la

tercera edición del “Olimpibosco Solidario" que buscó potenciar la dimensión solidaria de estudiantes, educadores y las familias. Se dedicó una mañana de fiesta, con momentos celebrativos, recreativos y deportivos. Mientras que con los animadores de asociativos se cerró el mes de Don Bosco con un gran encuentro. DM: En el Colegio Nuestra Sra. del Rosario de Paysandú, festejamos con una eucaristía el 16 de agosto. Luego vivimos el patio salesiano e hicimos 400 tortas fritas para todos los presen­ tes. Por otro lado, llevamos adelante un servicio en Cruzada la Caridad, Obra Social de las Salesianas de Pay­ sandú. Mientras que en inicial los niños representaron un momento de la vida Don Bosco. CP: En el Colegio San Miguel de Mer­ cedes los alumnos, junto a familias y educadores reflexionaron acerca de cómo deseaban vivir la fiesta. Enton­ ces, llevamos a cabo buenas tardes especiales, trasladando mensajes pastorales vinculados a frases de Don Bosco. El mismo día del cumpleaños tuvimos unas Buenas Tardes que giró 5


Colegio La Divina Providencia Obra Social Don Bosco

Proyecto Caqueiro

Colegio San Miguel

Colegio Pío

en torno al sueño de los nueve años, se invitó a toda la comunidad y, poste­ riormente, en las aulas continuaron las propuestas. Además realizamos juegos, muestras y coreografías al aire libre, y sobre la tarde compartimos una misa.

Colegio Nuestra Sra. del Rosario

¿Qué rasgos de Don Bosco buscan reflejar y dejar impreso en la expe­ riencia de cada niño/a y joven que pasa por tu casa salesiana? JP: Lo que queremos reflejar y dejar impreso en la experiencia de cada gurí, también en los educadores y en toda la comunidad, es el espíritu de familia. Queremos testimoniar el vivir y respirar ese espíritu en cada sector de la Obra Social Don Bosco de Salto. GM: Queremos trasladar todo lo que refiere a Don Bosco, mostrar a este fundador que tanto queremos, como padre, hijo y hermano. Reflejamos a una persona que supo ser familia con otros, que salió a buscar nuevos hori­ zontes y a personas que lo necesita­ ban. Uno de esos nuevos horizontes fue la primera casa salesiana en Uru­ guay: el Colegio Pío. Todos los pasos que dio Don Bosco los queremos seguir dando, somos continuadores de lo que él comenzó.

DC: Trasladamos el deseo profundo de San Juan Bosco, de que todos los jóvenes sean felices en lo sencillo. Que encuentren la alegría en el patio, al compartir el juego, la merienda, en los pequeños gestos cargados de vida. Transmitir que cada joven logre descu­ brirse capaz de hacer cosas buenas y para el bien, donde la felicidad pase por cada logro y cada paso de supera­ ción en el encuentro con un Jesús amigo. Todo lo que Don Bosco entregó por cada joven fue porque quería que ellos lo descubrieran y vieran a ese Jesús que acompaña, que ama y se preocupa por todos. ER: Los rasgos de Don Bosco que buscamos reflejar es vivir la vida como vocación, con mirada de fe, creyendo en un Dios que nos ama y cuida; trasladar el servicio y solidaridad como expresión concreta de amor y cuidado al prójimo. También la fami­ liaridad como experiencia de "casa

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que recibe y acepta" a cada una y a cada uno, fomentando una cultura del encuentro. Así como dejar impresa la alegría y optimismo como aspectos de la vida cotidiana que nutren nuestros vínculos. DM: La impronta que queremos dejar impresa de la personalidad de Don Bosco es el rezar, actuar y rezar nueva­ mente. Inspirarse, servir y volver a agradecer desde la oración lo hecho. Queremos cultivar la vida interior para servir al otro y reflejar esa acción. CP: Buscamos poner a los jóvenes en el centro, promover la amabilidad a través del afecto sincero, así como resaltar la importancia del acompaña­ miento, la escucha y el respeto. A su vez, a nivel educativo, desarrollamos un proyecto de innovación educativa, con el que brindamos educación integral basada en la pedagogía de Don Bosco y en los valores cristianos.


Rector Mayor Don Ángel Fernández Artime sdb

Deseo seguir sirviendo a los demás... en una manera diferente.

MI NOMBRAMIENTO COMO CARDENAL El Rector Mayor dedicó su columna del Boletín Salesiano para compartir sus vivencias ante su reciente creación como Cardenal. Es una carta extensa y por razones de espacio destinado para esta sección compartimos algunos tramos de la misma… Queridos amigos del carisma salesiano, llegue a cada uno y a cada una de ustedes mi sincero, fraterno y afectuo­ so saludo. Luego de la noticia inesperada (sobre todo para mí), con la cual el Santo Padre Francisco anunció también mi nombre entre las 21 personas que ha elegido para ser “creadas” cardenales de la Iglesia en el próximo consistorio del 30 de septiembre, miles de perso­ nas se preguntaron, sobre todo entre los Salesianos de Don Bosco y los miembros de la Familia Salesiana de todo el mundo: ¿Y ahora qué ocurrirá? ¿Quién acompañará la vida de la Con­ gregación en el futuro próximo? ¿Qué pasos se darán? Pueden entender bien que son las mismas preguntas que también yo me hice, mientras agradecía con fe al Señor por este regalo que el Papa Francisco nos ha hecho como Congregación salesiana y como Familia de Don Bosco (…). He podido hablar personalmente con el Santo Padre, Papa Francisco, luego del anuncio durante el Ángelus asegurán­ dole mi disponibilidad para que cuente conmigo para cualquier servicio. He respondido como Don Bosco cuando le fue pedido construir el templo del Sagrado Corazón en Roma, en su caso Don Bosco anciano y enfermo, que sentía sobre sí también el peso y la responsabilidad de una Congregación naciente. Don Bosco respondió: "Si esta es la orden del Papa, ¡yo obedezco!”.

Con sencillez he dicho al Santo Padre que nosotros los Salesianos aprendimos de Don Bosco a estar siempre disponi­ bles para el bien de la Iglesia y, en particular, para cualquier cosa que el Papa pudiera requerir (…). ¿Qué pasará ahora? Debo compartirles que estoy impresio­ nado ante la sensibilidad de nuestro Papa Francisco al darse cuenta de que mi servicio como Rector Mayor no debía cambiar inmediatamente de un día a otro. Por este motivo, luego de una media hora después del anuncio del nombramiento con ocasión de la oración del Ángelus del domingo 9 de julio, el Santo Padre me envió una carta en la que me hablaba del tiempo nece­ sario para prepararme al Capítulo General de nuestra Congregación antes de asumir lo que él considere confiar­ me. Como siempre el Santo Padre se mostró atento, cordial y profundo admirador del carisma de Don Bosco y particularmente afectuoso. Sentimien­ tos que, a nombre mío personal y de toda la Familia Salesiana, correspondí. Quisiera compartir con ustedes las disposiciones que el Santo Padre me comunicó. El Papa ha considerado que, por el bien de nuestra Congregación, luego del consistorio del 30 de septiembre de 2023 pueda yo continuar mi servicio como Rector Mayor hasta el 31 de julio de 2024. Luego de tal fecha presentaré mi renuncia como Rector Mayor, como piden nuestras Constituciones y Regla­ mentos, para asumir de manos del Santo Padre el servicio que me confiará.

de 2025. Mi Vicario, don Stefano Mar­ toglio, asumirá el gobierno de la Con­ gregación ad interim, como está esta­ blecido en nuestras Constituciones hasta la celebración del CG29. En fin, me queda decir y responder a otra interrogación que muchos de ustedes tendrán: ¿Qué tarea me confiará el Santo Padre? El Papa Francisco no me lo ha dicho aún. Además, con este amplio margen de tiempo me parece que sea la cosa más oportuna. Pido a todos ustedes, queridos herma­ nos y miembros de nuestra Familia Salesiana, que sigan intensificando la oración. Sobre todo por el Papa Francis­ co. Él mismo lo pidió expresamente al término de la audiencia privada que me concedió. Como siempre les saludo con inmenso afecto.

Esto es lo que el Papa mismo me comu­ nicó. Podremos anticipar el 29° Capítu­ lo General un año, es decir, en febrero 7


Tiene 28 años. Es novicia FMA y estudia Ingeniería Civil. Vive en Alta Gracia, Córdoba, junto con siete novicias y cuatro Hijas de María Auxiliadora. ¿Qué te hace feliz? El tiempo en el patio con los gurises, donde me encuen­ tro con ellos de manera espontánea y puedo descubrir a Dios en lo que van compartiendo de sus vidas y búsque­ das. Tomarme unos mates con amigos, sin tiempo, com­ partiendo la vida de manera sencilla. ¿Cuál es tu mayor miedo? No ser yo misma, dejarme llevar por la corriente y no vivir con radicalidad mis convicciones. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que marcó tu vida, ¿cuál sería? La experiencia de voluntariado que hice los primeros seis meses de 2016 en Paysandú, en una obra social de las hermanas, Cruzada de la Caridad. Fue una experiencia donde me sentí muy libre, me descubrí a mí misma, mis potencialidades, pero también límites. Me abrió la cabe­ za salir de mi entorno y a un nuevo proyecto de vida que nunca antes me había planteado. ¿A quién admirás? Una persona a la que admiro es mi amiga Pitu, ver cómo se la juega por la opción, por los jóvenes en contextos críticos, habiendo dedi­ cado años de estudio y prepara­ ción para donarse desde lo mejor que tiene. Soy testigo de que le exigió esfuerzos y renuncias, pero aun así siempre buscó vivirlo con alegría y compromiso. ¿Qué huella dejan en vos los ambientes salesianos? Lo más significativo para mí son las personas con las que creo vínculos profundos y familiares. Es como ir forman­ do hogar en cada casa salesiana que paso... y después cuesta irse... pero cada lugar va ensanchando el corazón y dejando un pedacito de ella en mí. No volvería a… Dejar que me complique tanto no entenderme o no poder llegar a acuerdos con alguien, siento que las ten­ siones son parte de la vida y uno tiene que aprender a convivir con ellas. Si pudiera volvería a…. Ir a Armenia, el lugar de donde es originaria mi familia. Ir me significó tocar mis raíces y conocerlas más en profun­ didad. Sentí estar en casa... 8

¿Qué es para vos ser salesiana? Es elegir confiar en Dios y apostar por los jóvenes todos los días. Vivir mi fe en lo cotidiano, con alegría y sencillez. ¿Cuáles son los valores que identifican al carisma salesiano que más te atraen? El apostar por vínculos fraternos y cercanos que se van tejiendo en un clima de familiaridad y amistad. El valor del “perder tiempo” por el otro, para darle espacio a la escucha y al com­ partir, confiando en que así nos ayudamos a crecer. La fe de lo cotidiano y el optimismo salesiano, que apuesta por el otro y confía en que todos tenemos una semilla de bien y podemos dar lo mejor de nosotros mismos. ¿Cuál es tu mayor desafío para tu vida como consagrada sale­ siana? Lo más lindo y lo que cuesta más… Creo que mi mayor desafío es mantenerme atenta y activa en la escucha al grito de los jóvenes y al Dios que se revela ahí. Hoy las juventudes son cada vez más diversas entre sí y es necesario desarrollar una flexibilidad y agilidad que nos permita a los consagrados responder a tiempo, y acompañar con cercanía sus vivencias. Lo que más me cuesta es salirme de mí misma cons­ tantemente, sabiendo que mi consagración no la construyo sola, sino en primer lugar con Jesús y también con mis herma­ nas, en la comunidad que me toca estar, y también a nivel de un Instituto que es mundial. Lo más lindo es el compartir con tantas personas distintas en las que uno descubre la fuerza de la vida y el paso de Dios en ella. Saber que Dios me consagra para contagiar el evangelio vivo entre los jóvenes, y por eso volver a responder cada día. ¿Cuál es tu mayor anhelo? Amar sin límites y de manera incondicional. Ser una mujer que demuestre que vale la pena comprometerme con el proyecto de Jesús al estilo de Don Bosco y María Mazzarello.


Tiene 21 años. Es exalumno del Colegio Pío y del Juan XXIII. Actualmente cursa el primer año de la etapa formativa del posnoviciado salesiano y la licenciatura en Filosofía en Córdoba. Reside en la comunidad Miguel Rúa de Córdoba capital, con 21 hermanos posnovicios y siete salesianos perpetuos de las inspectorías de la región (Argentina Sur, Argentina Norte, Chile y Paraguay). ¿Qué te hace feliz? El oratorio y los patios. Los encuentros en donde compartimos la vida (los buscados y los inesperados). Sentirme en movi­ miento y en búsqueda, apasionándome por cómo elijo vivir hoy como religioso Salesiano de Don Bosco. ¿Cuál es tu mayor miedo? Traicionar la confianza. Descuidar lo que he descubierto como sagrado. Llegar a vivir totalmente en función de mí mismo. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que marcó tu vida, ¿cuál sería? Es difícil quedarme con uno. Pienso en mi primera profesión religiosa, y todo lo que estaba viviendo en ese momento, todo lo que significó y significa. ¿A quién admirás? A Don Bosco, a Zatti, a hermanos salesianos y animadores que tienen mucho de ellos. A la gente sencilla, auténtica, encendi­ da, que te inspira por tan solo estar a su lado. A los que están en los márgenes y en las fronteras. A mis padres y hermanos. ¿Qué huella dejan en vos los ambientes salesianos? ¡Pah…! Lo primero son muchos rostros e historias que forman parte de la mía. De ahí, la importancia de buscar a Dios en lo cotidiano, de compartir con otros sencillamente lo que somos. Lo esencial de buscar, de vivir alegres, de seguir preguntando, de jugar y jugársela. Que siempre es con otros, que siempre hay algo más, "aquí y ahora", pero también "allá". Hay que escuchar. ¿Qué es para vos ser salesiano? Me lo pregunto todos los días y sigo descubriéndolo. Siento que es una forma de seguir a Jesús, de ser discípulo, al estilo

de Don Bosco. La respuesta a lo que he visto y oído, en mi vida y en la de otros. Es sentirme invitado a darlo todo, como consagrado a Dios y a nuestra forma salesiana de vivir la vida. ¿Cuáles son los valores que identifican al carisma salesia­ no que más te atraen? Lo extraordinario de lo cotidiano, la alegría de los encuen­ tros, el espíritu de familia en nuestras casas, la fiesta y el juego de nuestros patios, la hondura, creatividad y flexibilidad de la vida de Don Bosco, el arrojo y la valentía de buscar compartir siempre lo que uno descubre como lo más valioso y verdade­ ro. ¿Cuál es tu mayor desafío para tu vida como salesiano? Lo más lindo y lo que cuesta más… El mayor desafío, que al mismo tiempo es lo más lindo, es vivir buscando ser signo y portador del amor que Dios nos da, aun en los momentos más secos y oscuros de la vida. Creo que lo que más cuesta es ser coherente y responder a lo que Dios va insinuando. Ser sincero y no ceder ante la desesperanza. No acomodarse. ¿Cuál es tu mayor anhelo? Poder hacer de mi vida un ¡gracias! cada vez más. Amar, una y otra vez, y dejarlo todo para eso. Que con quienes comparta podamos encontrar vida, esperanza y escuchar alguna de las tantas voces de Dios. 9


FAMILIAENOBRA

No puedo decir que mis 38 años de vida han transcurrido en un ambiente salesiano porque no fue así; pero recuerdo siempre a mi abuela nombrar y tener mucha fe en Don Bosco y en Mamá Margari­ ta, y también escuchar cuentos de mi padre de su colegio salesiano. Con 15 años me fui desde el inte­ rior al Juan XXIII, tengo aquella primera impresión visual de aquel patio gigante, una cara de un Don Bosco que me miraba desde un mural inmenso también pintado en el patio y mucho color y ruido en todos los pasillos que tímidamente iba descubriendo. La música también empezó a for­ mar parte de la vida cotidiana de los recreos, los murmullos constan­ tes, abrazos, juegos, actividades, mates, guitarras, y rostros de ani­ madores que iban y venían todos los días, haciendo de cada jornada una especie de fiesta que se inte­ rrumpía con los timbres y que nos hacían volver al salón y ponernos 10

estrictamente en modo estudio nuevamente. Con el tiempo y las actividades que fui eligiendo ­porque nadie obliga­ ba a nadie­, fui empezando a vivir retiros, convivencias, jornadas de integración, grupos de MJS y de Confirmación. Más adelante, ya en facultad, ter­ miné en el Centro de Exalumnos Monseñor Lasagna, donde nos seguíamos juntando con grupos posconfirmación, asistiendo a la misa semanal o simplemente “pa­ sando” por unos mates, una charla con la secretaria, con el cura, o alguna cara conocida de la “vuelta” para seguirme sintiendo parte de la esencia salesiana, que era lo que más le daba sentido a mi vida en ese momento. Hoy ya estoy lejos de la capital, nuevamente volví al interior. Me casé con un exalumno salesiano y tenemos dos hijos; la más grande ya disfruta de un patio de un cole­

gio con Don Bosco y entiende desde más chica de ese "aire" sale­ siano permanente. Hoy puedo decir que no es fiesta aquello que yo interpretaba como tal. Es bastante más profundo. Es certeza de que la vida con alegría es más llevadera. Que la vida en comu­ nidad alivia tristezas y da más espe­ ranza. Es saber que un mate con alguien es compañía asegurada. Que guitarra va de la mano de un rezo; que aquella mirada profunda de aquel mural era más que una imagen: era tranquilidad y libertad para vivir la fe bien rodeada; y hoy me vuelve a decir, citando sus pala­ bras textuales, que “camine con los pies en la tierra, pero teniendo la mirada y el corazón en el cielo”.

Juliana Etchegoimberry Exalumna salesiana


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

Caminos que nos devuelven a nosotros mismos

Volver al principio. Regresar al humus. Reencontrarnos con nues­ tros orígenes. A menudo es lo que necesitamos cuando, con el paso del empo, parece que hemos perdido el sen do de lo que hacemos. Cuando las ru nas se Hna. Cecilia Gayo FMA vuelven monó­ tonas, cuando realizamos las cosas de manera automá ca. Cuando el horizonte se torna borroso y, en ocasiones, incluso perdemos de vista el camino que está justo fren­ te a nosotros, no encontramos el norte en nuestra brújula. En esos momentos es fundamental hacer una pausa y mirar hacia atrás. Es el momento de regresar a nuestras raíces, a nuestra propia

Galilea, al lugar donde todo comen­ zó. Esos lugares, esas personas, esas ac vidades que nos dejaron una huella imborrable, que nos hicieron sen r que nuestro futuro siempre estaría ligado a ese punto.

que vibraba con lo que vivía, que soñaba a lo grande, que se la jugaba entero por lo que hacía, por quienes lo hacía. Que se proyectaba con valen a, en un futuro aún descono­ cido.

Cada uno de nosotros ene su propio lugar especial, ese que resi­ de en la memoria y en el corazón, a veces tan arraigado que ni siquiera sabemos en qué parte de nuestro cuerpo está guardado ese recuerdo. Son nuestros propios Valdocco y Mornese, esa erra sagrada donde el Espíritu se nos reveló con mayor claridad. Donde sen mos que nos realizamos plenamente, que somos más autén cos.

Allí nos encontramos también con un Dios que se nos revela de mane­ ra personal e intransferible, de forma única. Que nos habla al oído palabras de amor dichas solo para nosotros. Pero que no se queda en el pasado, sino que se hace presen­ te y nos lanza al futuro. Es un faro que nos guía por esos caminos que aún no trillamos, pero con los que soñamos, y nos entusiasma, con esa mezcla de temor y coraje. Esos caminos que nos devuelven a noso­ tros mismos.

En ese lugar nos encontraremos con nosotros mismos, pero no solamente con un fragmento de historia, como algo escrito en un libro, plagado de hechos con causas y consecuencias, sino con un “yo”

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VALELAPENAVIVIRASÍ

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LA CAMISETA DE LA ALEGRÍA Y UNA MARCA PARA SIEMPRE

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El intenso verde manzana de su remera contras‐ ta con los tonos pasteles, oscuros o apenas satu‐ rados del puñado de alumnos que pasan a su lado, en el patio del Juan XXIII. Una típica cara de emoji sonriente estampada sobre la tela y algunas letras blancas esbozan una explicación: “Soy feliz porque soy profe”. Hace un par de años, en ese mismo patio, Joaquín Pérez pensa‐ ba en ser ingeniero, pero ahora y todos los vier‐ nes esa camiseta es un signo de una vocación educadora profundamente atravesada por el carisma de Don Bosco. “Es una forma de com‐ partir que nos llena de alegría estar acá”, expli‐ ca sobre la remera “bien salesiana” que se ha vuelto una tradición en el equipo de docentes de Matemática que él integra desde 2020. Además, es animador del Oratorio Villa García desde 2018 y es parte de una comunidad en el Centro Monseñor Lasagna (CML). Asegura que conocer el carisma salesiano fue casi una casua‐ lidad, pero también un “boom” que “marcó totalmente” sus opciones y su manera de ver la vida. ¿Cómo conociste el carisma salesiano? Fue de rebote. El primer contacto fue cuando entré al Juan XXIII en cuarto de liceo. Antes iba a un colegio católi­ co en Punta de Rieles y una profesora que se llevaba muy bien conmigo y con mis padres me sugirió la posibilidad de que viniera al Juan XXIII. ¡Menos mal! No lo planeé… pero se dio. Siempre me había movido por mi barrio en Villa García y cuando me cambié de liceo todo se expan­ dió mucho. Empecé a ver gente de todos lados y fue un boom. Me ayudó a encontrar mi vocación y lo que quería para el futuro. También profundicé en la fe y conocí gente que conservo hasta el día de hoy en mi círculo cercano. Hice los tres años de bachillerato y después me sumé al Oratorio de Villa García y al CML. No me separé más. ¿Qué te cautivó de la casa salesiana? ¿Con qué te encon­ traste en el Juan? Que todas las propuestas eran realmente pensadas para nosotros buscando lo que necesitábamos y queríamos y centrándose en nuestros intereses. Y además, con el propósito de formarnos integralmente en diferentes 14

dimensiones. Eso me enseñó mucho y ojalá los que ven­ gan puedan sentir que lo que hacemos es para que ellos sean mejores cada día. También me llamó la atención la cercanía de la gente. Tuve muchos encuentros en los pasillos donde me ponía a hablar con mis educadores de la vida y creo que esos momentos informales hacían y hacen a lo que se vive en una casa salesiana. Fue una casa para mí. Me sentí muy cómodo desde el primer día. ¿Hubo algún mojón que te marcara especialmente? No sé si hubo un momento puntual. Creo que fue un proceso, sobre todo el de sexto en 2016, donde hice JMS y trabajamos mucho lo vocacional que era algo que a mí me fascinaba pensar. Teníamos oratorio todos los sábados y el tratar de construir la división semana a semana y conocer las realidades de los gurises alimentó lo que soy... Por eso sigo eligiendo estar en un oratorio y ser docente. También porque ese año tuve profesores que fueron un ejemplo para mí y que me mostraron formas de llevar adelante una clase que tengo presentes hasta el día de hoy.


En ese sentido, ¿cómo impactó “lo salesiano” en las opciones que fuiste haciendo? ¡Lo marcó totalmente! Si no hubiera conocido a los sale­ sianos no sé si hubiera sido docente. Por eso intento que el carisma forme parte de mi tarea y de mi quehacer laboral, más allá de lo administrativo, porque uno sabe que el foco no está solo en que aprendan Matemática, sino en el encuentro con personas que piensan otra cosa y que quieren y necesitan ser escuchadas… y vos estás ahí para eso, en definitiva. Para escucharlos y para ir al encuentro, más allá de dar clase. ¿Y en tu decisión de animar oratorio? Desde 2018 estás en Villa García, que también es el barrio donde vivís. ¡Sí, y me enteré que estaba ahí recién estando en el Juan! Gracias a lo que viví en JMS decidí que quería formar parte y estar en Villa García me ayudó a generar otro vínculo con el barrio. Empecé a ir, incluso, a lugares que no conocía o no solía ir. Para mí es una forma de aportar a esa realidad, conocer el lugar en donde vivo y a la gente desde otro lugar. ¿Qué descubriste en la Familia Salesiana, más en lo general? Una enorme cantidad de gente. Y gente distinta. Creo que la heterogeneidad en un grupo de personas es una rique­ za importante porque si todos pensamos o hacemos lo mismo, uno se pierde de un montón de cosas. Ir a las

fiestas o a las actividades y descubrir que había muchos más que yo, de cualquier edad o de cualquier lugar del Uruguay, pero unidos todos allí como partes de lo mismo, creo que me ayudó a ser más empático, a estar abierto a conocer otras realidades y vivencias. ¿Qué te inspira Don Bosco en tu ser educador? Como siempre estaba buscando la manera de enganchar a los gurises y mostrarles otra realidad, queriendo conec­ tar con lo que les gustaba y con lo que los hacía sentir cómodos. Ese “¿sabés silbar?”, digamos, es algo que intento tener presente en mi ser animador, en mi ser docente y en mi ser persona… Partir de lo que el otro es y de lo que con eso aspira creo que es el encuentro más genuino y el que más riqueza da. El encuentro implica que vos también te transformes allí. ¿Qué has aprendido en el contacto con los gurises? Sin dudas hay una reciprocidad. Creo que lo fundamental son algunos valores y el primero que se me viene es la empatía. El comprender un poco más allá de lo que le pasa al otro. A veces estamos muy metidos en lo nuestro y es difícil percibir que todo lo que sucede alrededor nuestro también es importante. Y otra cosa que destaco mucho es poder ver los procesos que hacen los gurises… ver lo que eran en un momento y cómo crecieron es algo muy gratificante que vivo en el oratorio, en el Juan y en los liceos donde trabajo… Hay mucha cosa linda. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

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P. Manuel (Manolo) Pérez sdb

Ser salesiano es “tener un corazón oratoriano donde sea y como sea” De niño soñaba con ser “padre catequista” como el encargado de pastoral que tenía en Maturana, pero Dios tenía otros planes para él que abarcaban las funciones de ese “primer amor” y mucho más. Hoy, tras 48 años como salesiano sacerdote asegura sin titubear que “¡vale la pena jugarse por este proyecto de Dios!”. El P. Manuel (Manolo) Pérez sdb confiesa en esta entrevista del BS que la obra que lo marcó para toda su vida es Talleres Don Bosco: “Pude experimentar que, ante tan‐ tos desafíos comunitarios, evangelizado‐ res y educativos, tantas estrecheces eco‐ nómicas, la Providencia de Dios siempre se hace presente, de eso me pude convencer, fue una experiencia de vida”. Desde hace seis años se encuentra en el Centro Salesiano de Formación Permanen‐ te América (CSFPA), donde actualmente es el director y vive como oportunidad el encontrarse "con un Don Bosco vivo en la Familia Salesiana y en los laicos, siendo portadores del carisma salesiano”. 17


¿Cómo fue eso de ser salesiano? Porque se dicen rápido ya 57 años desde que ingresaste al ámbito salesiano … La historia viene de lejos: era alumno de 5.º año en Matu­ rana, participaba en los grupos asociativos (las Compa­ ñías, entonces), el encargado de pastoral (lo llamábamos P. Catequista) era un apasionado de las actividades y así nos lo contagiaba: paseos, deportes, cine, ejercicios espi­ rituales todo el fin de semana, celebraciones, campamen­ tos… Un día al regreso del colegio le dije a mi mamá: “Yo quiero estudiar para padre catequista”. Así empezó el llamado: ¡ser padre catequista! Luego vendrían todos los discernimientos necesarios en las diversas etapas de mi vida, pero creo que ese primer amor ha permanecido siempre en mí como salesiano. En tus 48 años como salesiano sacerdote, ¿qué experien­ cia dejó huellas más profundas en ti? Justamente dando vueltas… en colegios, parroquias, Boletín Salesiano, estudiantado teológico, secretario inspectorial, pastoral familiar en Montevideo y nacional… ahora en el Centro de formación salesiana en Quito desde hace seis años… pero sin duda fueron los 10 años vividos en Talleres don Bosco: poder compartir la vida con esos jóvenes (destinatarios preferenciales) me marcó para toda mi vida. Pude experimentar que, ante tantos desa­ fíos comunitarios, evangelizadores y educativos, tantas estrecheces económicas, la Providencia de Dios siempre se hace presente, de eso me pude convencer, fue una experiencia de vida. Trabajar en equipo, la actualización de los cursos y nuevas propuestas educativas, la remode­ lación del edificio para un mejor servicio fueron expresio­ nes de la creatividad del carisma salesiano compartido

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entre salesianos y laicos que, cuando está despierto, arriesga porque quienes están en juego son nuestros jóvenes. Ahora estás en Quito dirigiendo el Centro Salesiano de Formación Permanente América (CSFPA), ¿Cuáles son los pilares de esa formación salesiana? ¿Qué desafíos se plantea? El año que vienen cumplimos 50 años apostando a la formación en salesianidad para toda la Familia Salesiana y laicos de América. La propuesta mira a encontrarse con Don Bosco, con su propuesta educativo pastoral, a identi­ ficarse con su carisma y asumirlo vitalmente como educa­ dores­pastores­comunicadores­misioneros salesianos; no es un juego de palabras, es nuestra identidad carismática: eso somos. Esto facilitado por la metodología que se plantea: histórica­crítica­experiencial, o sea no sólo un estudio científico que es la base, sino que interpele y comprometa la propia vida. Los cursos presenciales (a cupo pleno) son una fuerte experiencia de salesianidad compartida, igualmente el curso on line “Con los ojos de Don Bosco”. Ciertamente que el logro mayor es la inmen­ sa cantidad de participantes que han vivido esta experien­ cia durante estos 49 años y por ellos la expansión de la salesianidad por toda América. Otro es la integración de exalumnos como docentes en los cursos presenciales, y muy especialmente en la total animación de “Con los ojos de Don Bosco”, curso on line de cinco meses con la meto­ dología propia del Centro de la que antes hablaba. Los desafíos son muchos: la disponibilidad en todo lo que mira a la formación en salesianidad al servicio de la Fami­ lia Salesiana y laicos, la integración de nuevos salesianos


de Don Bosco y laicos en el equipo animador del Centro, la reelaboración permanente de los cursos para respon­ der a las expectativas y necesidades siempre nuevas de los participantes y sus inspectorías, una mayor presencia en el mundo virtual de manera renovada, el vínculo con los exalumnos para acompañarlos en la difusión de la salesianidad en sus inspectorías, la participación creciente de miembros de la Familia Salesiana y laicos en los cursos. El CSFPA nutre a muchos religiosos y laicos… ¿Cómo te nutrís vos? ¿Quién es Don Bosco para vos hoy? ¿Qué aspectos te están marcando más? Tal vez estamos acostumbrados a entrar en contacto con Don Bosco en base a episodios de su vida, o a partir de temáticas como el sistema preventivo; los tres pilares: la razón, la religión y la amorevolezza, o con algún sueño… En estos años he tenido la oportunidad de encontrarme con un Don Bosco vivo en la Familia Salesiana y en los laicos, siendo portadores del carisma salesiano. Si digo carisma hablo de fidelidad del Espíritu Santo que lo susci­ tó a él y sigue regalando a tantas personas el mismo don (carisma) prologándolo. ¡Qué riqueza que es la variedad y complementariedad de modos de vivir el carisma como Familia Salesiana! Hay aspectos carismáticos con los que me he ido identificando, y acrecentando en mi vida, que no son negociables: uno son los jóvenes destinatarios preferenciales, no está en discusión, para ellos nacimos. Otro, que somos un cuerpo carismático con una misma misión, espiritualidad y pedagogía: por ahí sigue soplando el Espíritu hoy… La complementariedad, como Familia Salesiana y laicos, es un camino que estamos recorriendo, con ensayos, errores y desafíos, es la manera de ser fieles a este don. Compartir, en los cursos, este camino que voy haciendo con personas concretas, con sus historias perso­ nales, es un regalo y una interpelación a mi vida. Y todo esto sostenido por mi comunidad salesiana y el equipo animador del Centro; de otra manera sería impensable… Las preguntas me aparecen a cada rato: ¿cómo lo vivo yo? ¿Qué desafío tengo que enfrentar para ser fiel? ¿Qué puedo aportar? Los encuentros en el Centro son los ámbi­ tos donde expresar mis búsquedas y descubrimientos sobre Don Bosco, su misión, su espiritualidad, su pedago­ gía… Los planteos van surgiendo: ¿cómo seguir haciendo camino de fidelidad a este don compartido en mi comuni­ dad religiosa, con el equipo de animación del Centro y en la misión que tenemos acá?… ¿Como herederos del carisma ¿qué tenemos, a tu parecer, en el debe y en el haber en nuestras casas en América? La historia en nuestro continente salesiano es riquísima,

no por nada hace 200 años la expansión misionera nace desde el corazón de don Bosco hacia América y muy especialmente en el cono sur. Mi pregunta es cómo asu­ mir ese legado carismático y de santidad de Familia Sale­ siana en nuestra Inspectoría, también tan rica en el pasa­ do, en este momento de nuestra historia y que en el Capítulo Inspectorial se planteó búsquedas y pautas para el camino. ¿Cuáles son los planteos carismáticamente innegociables que miran a nuestra vida religiosa salesia­ na, a la misión compartida en Familia Salesiana y con los laicos, a comprometernos en un modo salesianamente que mira al mañana? Creo que no hay recetas, pero sí estamos nosotros con una experiencia de vida salesiana, con una tradición que nos respalda y un horizonte que nos desafía… si lo leemos y nos comprometemos juntos podremos dar pasos significativos. Ser salesiano/a es… tener un corazón oratoriano donde sea y como sea: ser casa, parroquia, patio y escuela… y vivirlo en comunión de Familia Salesiana y con los laicos. ¿Qué huella querés dejar? Como alguien que ha hecho camino, como pudo, para vivir el carisma salesiano y que deja la interpelación de que ¡vale la pena jugarse por este proyecto de Dios! 19


AQUÍYAHORA

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Un sueño misionero que continúa siendo realidad

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“Soñé que estaba en una región salvaje, totalmente desconocida. Era una llanura completamente sin cultivar, en la cual no se veían montañas ni colinas. Solamente en sus lejanísimos límites se veían escabrosas montañas. Vi en ellas muchos grupos de hombres que las recorrían. Estaban casi desnudos. Eran de altura y estatura extraordinaria, de aspecto feroz”. Así empezaba Don Bosco el relato de uno de los sueños que tuvo a los nueve años y que marcarían lo que sería su vocación a fundar la gran obra salesiana.

Don Bosco pensaba que sería Etiopía o tal vez algún país de África, hasta que descubrió que se trataba de la Patagonia y allí envió a la primera expedición misionera de salesianos a América. Como cuenta el P. Francisco (Pancho) Lezama sdb, en medio de una gran crisis política y religiosa el Papa Pío IX había convocado al Concilio Vaticano I en el año 1869. “Obispos de todo el mundo se reúnen en Roma, y Don Bosco toma contacto con algunos de ellos que lo invitan a que envíe salesianos a sus tierras, pero no le convence mucho, entre otras cosas porque no coincidía con lo que él había visto en sus sueños, hasta que un cónsul argentino en Génova lo invita a que vayan a Buenos Aires para atender a los italianos que llegaban a Argentina. Detrás de esa invitación Don Bosco ve la posibilidad de acercarse a la Patagonia, que es el gran lugar misionero de los sueños” que había tenido.

Dado lo significativo de este aniversario la Comisión Inspectorial de Animación Misionera (CIAM), dirigida por el P. Adrián (Cholo) García sdb, viene trabajando fuerte en su preparación. “La Congregación invita a un proceso para agradecer el rico pasado, repensar y relanzar nuestra acción misionera”. Ese proceso empezó el año pasado profundizando “la historia misionera del carisma”, este año se centró en la “teología misionera”, el año que viene en nuestra “espiritualidad misionera” y en el 2025 serán los festejos en cada inspectoría, los centrales en Turín, Buenos Aires y en la Patagonia. Para coronar las celebraciones en 2026 se cumplirán los 150 años de la llegada a Uruguay.

Así surge esta primera expedición que, prosigue Pancho, estaba formada por una “variedad muy interesante”, había variedad de edades, diversidad de personalidades, había sacerdotes, seminaristas, coadjutores, y estuvo capitaneada por el sacerdote Juan Cagliero quien sería “un puntal para el desarrollo salesiano en América”. El 11 de noviembre de 1875 partirían hacia el sur argentino los primeros diez misioneros salesianos que diez días antes recibían la bendición del Papa Pío IX. Al respecto, Pancho reflexiona que esta expedición sólo se puede entender desde una mirada de fe. “Que Don Bosco, un campesino que nació en un paraje de una colina perdida del norte de Italia, haya generado este impulso misionero con una congregación tan joven, sin duda tiene algo de Dios y algo que ver con la figura excepcional que era Don Bosco, que tenía la capacidad de ser muy concreto, de prestarle atención a lo que estaba pasando en su ciudad y al mismo tiempo la mirada al mundo y soñar con que el carisma salesiano se expandiera por toda la tierra”. 22

P. Adrián García sdb


Según cuenta Cholo, al proceso celebrativo en Uruguay lo denominaron “Historias que animan” y lo concibieron como un volver al pasado con un corazón agradecido para reconocerse parte de esta historia que hoy sigue su transcurso, y para “relanzar con fe y esperanza el anuncio de Cristo resucitado, a la manera de Don Bosco”. Asimismo, como parte de los preparativos, cada casa salesiana ha seleccionado a dos personas para que sean los Referentes de Animación Misionera Salesiana. “El objetivo de esta animación es ayudar a reconocer las expresiones misioneras ya existentes, estimulando a continuar su cultivo, renovación, proyección y desarro­ llo, según la identidad de cada obra salesiana, en clave misionera”, afirma. Tener un corazón misionero Por su parte, el P. Pancho afirma que la dimensión misionera “está más vigente que nunca” y señala como un “lindo desafío” el recibir a personas de otras culturas y cultivar la diversidad en nuestras comunidades en este tiempo en que Uruguay ha recibido muchos migrantes, sobre todo venezolanos, dominicanos, o de otras nacionalidades. “Esa diversidad enriquece nuestra expresión de fe y sin duda en este mundo globalizado, con una Iglesia tan pujante en países de África o de Asia, ojalá también podamos ser enriquecidos por la vivencia de la fe cristiana en esas culturas”. Asimismo, “la dimensión misionera nos invita a aceptar otras realidades que a veces nos son ajenas y nos desacomodan un poco en la manera en la que estamos acostumbrados a vivir la fe”, agrega. Consultado sobre qué implica tener un corazón misionero, afirma que invita a salir de la propia cultura y de la propia tierra para recibir a quien viene de otra realidad. “Es un corazón que valora la diversidad de maneras de expresar, de vivir la fe, por eso creo que está

Nancy Bentancor

Psicólogo Ari Gómez

P. Francisco Lezama sdb

más vigente que nunca la dimensión misionera del carisma salesiano”. “El misionero debe ser un apasionado y tener un corazón encendido de amor a Dios y a los demás. Con ese corazón encendido es capaz de enfrentar las dificultades que surgen en cualquier experiencia misionera y también es necesario tener apertura al diálogo, al encuentro que le permita reconocer la presencia de Dios donde está y poder compartir su propia experiencia con humildad”, subraya. El P. Cholo agrega que la animación misionera busca “despertar el interés, generar ánimo, respiro, vida, llenar de frescura y coraje. Se trata de mantener viva la llama del ardor misionero y promover la cultura misionera en las comunidades, permeando todas las dimensiones del Proyecto Educativo Pastoral. También para fomentar el discernimiento vocacional de la misión, como opción fundamental de vida”. 23


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

DEOTROSLARES

Sor Chiara Cazzuola Superiora General de las FMA

LISBOA Muchos jóvenes, de todas partes del mundo, acompañados de sus obispos y sacerdotes, consagrados y consagradas, participaron en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa donde ofrecieron una visión particular de la juventud y de la Iglesia: joven, dinámica, sonriente y llena de esperanza, en marcado contras­ te con las estadísticas que ponen de relieve su decadencia inevitable, su falta de florecimiento, su muerte segura. Las JMJ son acontecimientos deslum­ brantes que a menudo plantean cues­ tiones existenciales de significado y conducen a la búsqueda de la propia vocación sin miedo. ¡Ningún partido político, ninguna institución humana ha logrado hasta ahora convocar a un número tan grande de jóvenes y ade­ más procedentes de los cinco continen­ tes! El Papa Francisco, en este evento glo­ bal, nos ofreció como modelo a María Madre y Auxiliadora, la mujer en movi­ miento, para nada resignada a las dificultades, pero dispuesta a reaccio­ nar, a moverse motivada por la creencia de que sólo así se pueden cambiar las cosas. María, que camina ansiosamente por las montañas para servir a quienes necesitan su ayuda y comunicar su alegría, nos enseña que el impulso misionero debe animar cada una de nuestras acciones. María es la Madre que lee en profundidad la historia humana, identifica sus problemas aún ocultos, recoge los gemidos aún no verbalizados, ve el sufrimiento sin nombre y la impotencia generalizada. La vida de Don Bosco estuvo guiada por la certeza de la presencia de María que orientó, iluminó y modeló su misión. En las Memorias del Oratorio leemos el camino progresivo de su itinerario mariano y reconocemos, en este humil­ de texto, el fundamento de su espiritua­ lidad educativa. 24

Es interesante constatar cómo la prime­ ra en formar en Don Bosco una sencilla y sincera devoción mariana fue su madre. Margarita educa a Juanito para que sienta que María es una ayuda siempre presente, incluso en los momentos difíciles de soledad y res­ ponsabilidad. También para Madre Mazzarello y para la primera comunidad FMA la referen­ cia mariana es tan fuerte que define su identidad. No es una "devoción" basa­ da en prácticas y oraciones, sino en la presencia fundamental de María en la historia de la salvación, en la vida de cada cristiano, en la vida de las comuni­ dades y de los jóvenes. Es una toma de conciencia, especialmente a nivel vivencial, que nos ayuda a comprender su estrecha vinculación con la misión educativa, que nos invita a ser ayudan­ tes como ella, especialmente entre los jóvenes. El tema elegido para la JMJ "María se levantó y se fue rápidamente" (Lc 1,39) subraya el arte de cuidar de María que, después de la anunciación, en lugar de pensar en sus preocupaciones, piensa en Isabel, anciana y necesitada de ayuda. Se levanta y se va rápidamente. Deja que Jesús la empuje, la guíe. María parte segura de que los planes de Dios son el mejor proyecto posible para su vida. En la espiritualidad salesiana hacemos el ejercicio continuo de responder a Dios en la vida cotidiana, tratando de santificar cada momento de nuestra vida en el ofrecimiento gozoso del trabajo, el estudio, la oración, las preocupaciones y las esperanzas. Estamos llamados a vivir, como Don Bosco y Madre Mazzarello, una santi­ dad sencilla y solidaria, al servicio de nuestros hermanos y hermanas, para ser multiplicadores del bien, de la paz y de la serenidad.

Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana 2024 Ya están abiertas las inscripciones para las Jornadas de Espiritualidad de la Familia Salesiana 2024. La 42ª edición de las Jorna­ das de Espiritualidad de la Familia Salesiana (GSFS) tendrá lugar del 18 al 21 de enero de 2024, sobre el tema del Aguinaldo del Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime: “El Sueño que hace soñar: un corazón que trasforma los lobos en corderos”. El objetivo de las Jornadas es reavivar la Espiritualidad Salesia­ na en sus dimen­ siones funda­ mentales, sugeri­ das por el Agui­ naldo del Rector Mayor, en comu­ nión con los 32 Grupos de la Familia Salesia­ na. Fuente: ANS

Los focos de Don Bosco Global Youth Film Festival se encienden en todo el mundo Durante 48 horas, desde el viernes 13 de octubre, los focos de Don Bosco Global Youth Film Festival (DBGYFF) se encendieron en los cientos de locales de la Familia Sale­ siana registrados oficialmente en todo el mundo. Numerosas personas se reunieron para ver la proyección de los cortometrajes y toda la creatividad de los jóvenes expresada a través de los medios del "séptimo arte". DBGYFF fue un sueño convertido en realidad mundial, que unió a los jóvenes bajo el lema "El amor construye la paz y la solidaridad”. Fuente: ANS


SABORABUENASNOCHES

s e r b m o n Muchos n ó i c p o una "Y usted, ¿qué clase de sacerdote es?", le increpa el panadero a Don Bosco, en la conocida película del santo de 2004. Es una de las escenas que más me gustan porque ilustra muy bien la opción de Don Bosco por los jóvenes en lo concreto de la vida cotidiana. No es una opción de discurso, sino práctica, poniendo el cuerpo. La realidad lo encuentra, en esa escena, teniendo que defender a un grupo de muchachos hambrien­ tos de los golpes y ataques del pana­ dero. Esta opción que hace Don Bosco por los jóvenes, en todo momento y circunstancia, la fue construyendo a lo largo de su vida. Él siempre optó por ellos. Fueron la gran opción que guio su vida. En determinado momento, esa opción se institucio­ nalizó y sistematizó en el Oratorio San Francisco de Sales, en Valdocco. Por eso nosotros hoy hablamos de la "Opción Valdocco", como nos invita el Papa Francisco. Pero esta opción, va más allá de Valdocco. Podríamos llamarle "Opción Mar­ quesa Barolo", cuando Don Bosco luego de un tiempo trabajando para

las chicas de la Marquesa, a la vez que hacía oratorio con sus mucha­ chos en un lugar que ella le prestaba, comenzaron a surgir algunas dificul­ tades. Ella le plantea elegir entre su trabajo bien pago con las chicas o sus muchachos. Don Bosco le res­ ponde, palabras más palabras menos, que sus muchachos solo lo tenían a él, mientras que para la atención espiritual de las chicas podía encontrar otro sacerdote en cualquier lado.

"Opción Socie­ dad de la Alegría", cuando viviendo en Chieri en medio de sus estudios de Juan Manuel Fernández sdb la escuela secundaria, nuclea en torno a sí a un puñado de sus amigos para jugar, rezar y estudiar juntos. Siendo apenas un adolescente, ya se delineaba lo que sería una opción definitiva años después.

O podríamos llamarle "Opción Barto­ lomé Garelli", cuando se interpone ante los ataques que recibía aquel muchachito solo e indefenso por parte del sacristán, diciendo que era amigo suyo y entablando con él un diálogo memorable.

Y más atrás en el tiempo, podríamos llamarle "Opción Morialdo", cuando como él mismo nos relata en sus Memorias "... ya a los diez años hacía lo que era compatible con mi edad y era una especie de oratorio festivo" (MO 7).

También podríamos llamarle "Opción del Seminario", cuando en los días festivos, durante los recreos de sus clases de teología, muchos jóvenes lo venían a buscar hasta la portería del Seminario, para que los ayudara con algunos repasos escolares. Demanda a la que él no se negaba.

Llamémosle “Opción Valdocco” o como se nos ocurra. Lo cierto es que durante toda su vida, en el centro de las opciones de Don Bosco estaba la salvación de las almas y la gloria de Dios.

U otra forma de llamarle podría ser 25


DELÁRBOLSALESIANO

María Belén Pereyra tiene 26 años, su vida es un ida y vuelta constante entre San Ramón ­ ciudad donde nació­ y Montevideo, pero siempre con el eje en su comunidad de referencia: la Fraternidad Contemplativa María de Nazaret. Cada palabra de Belén es testimonio de fe y adoración. Seis años atrás fue recibida por los nazarenos y su vida se transformó. Actualmente vive con la alegría de descubrir a Jesús en la cotidianidad y disfruta al máximo de cada encuentro con sus hermanos y hermanas. 26


¿Qué representa ser parte de la Frater­ nidad Contemplativa María de Nazaret? Ser nazarenos es ser discípulos de Jesús, significa “estar con Jesús el Nazareno”. También refiere a la identidad carismáti­ ca que parte de nuestra madre, María de Nazaret, quien es nuestra guía y modelo. Representa tener ganas de encontrarse con Dios, compartir la vida y abrirse de cara a lo que Él nos quiere regalar. ¿De qué forma te sumaste a la comuni­ dad? Recuerdo que estaba en un grupo que se llama Tierra Adentro, del CML, cuando llegué a Montevideo desde San Ramón, (para estudiar notariado), y fue una experiencia espectacular. Pero en 2017 no me coincidían los horarios y un compañero de facultad, Vicente, me invitó a ser parte de la Fraternidad. Me habló con tanta alegría de la comunidad que opté por sumarme. La verdad que fue una experiencia de un encuentro personal con Dios que me impactó, hubo una transformación en mí. ¿Cómo llevás el ser animadora? Desde hace unos años que estoy en ese rol. Tenemos grupos todas las semanas y tratamos que cada joven pueda tener una experiencia con Dios, con activida­ des en la que nos encontramos con Él mediante distintas dinámicas. Anima­ mos un momento de la semana que es de recogimiento, de misa y de grupos. Es un espacio hermoso de encuentro y fe. ¿Qué significado le das al encuentro de la Congregación? Es tremendo regalo, porque encuentro a hermanos y hermanas que quieren descubrir el plan que Dios tiene pensado para nosotros. Son vivencias que me interpelan y me dan mucha alegría. Experimento los encuentros como una familia, siempre le llamo “la familia grande” ­entre risas­, comparto mucho. ¿Qué aspectos conlleva ser salesiano contemplativo? Es vida en el Espíritu Santo. Nuestro fundador siempre repite, que estar con

Don Bosco y participar de su espirituali­ dad, significa encaminarse con él hacia el Everest más alto, que existe en todas las cordilleras del mundo: la unión con Dios. Veo a Don Bosco como portador de la gracia de la unidad entre el trabajo y la oración. Lo más increíble es que Don Bosco nos lleva a Nazaret, para encon­ trarnos con María, ella es el punto de llegada, referencia cotidiana y universal, la experiencia más plena de unión con Dios que una persona humana pueda alcanzar. ¿De qué se trata la vocación nazarena? La vocación nazarena quiere responder a uno de los tantos caminos para vivir la vocación universal a la santidad. La identidad carismática de la Fraternidad parte de una presencia verdadera, real y personal de Jesús resucitado en la vida de cada uno. Consiste en dejar transfor­ mar la actividad del hombre en una auténtica experiencia de unión con Dios. En nuestra consagración bautismal somos incorporados a Cristo y estamos sellados con el dinamismo sobrenatural de la fe, esperanza y caridad. Participan­ do del cuerpo de Cristo que es su Iglesia, y movidos por la fuerza del Espíritu Santo, descubrimos en las actividades cotidianas la presencia de Jesús, que actúa y puede transformar nuestra acción en verdadera oración, para hacer­ se presente en la historia e irradiar lo que es: amor. ¿Qué significa vivir la “contemplación en acción”? La Madre Teresa decía “sólo soy un pequeño lápiz en la mano de Dios”, Él es quién escribe, pero el lápiz era la Madre Teresa. Así es la contemplación en acción: la acción de la persona tiene la potencialidad de ser portadora de la

acción divina. Nuestro fundador, Monse­ ñor Nicolás Cotugno, repite que “el obrar humano puede ser sacramento del obrar divino”. Pensamos que esta con­ templación es la unión que vivió Jesús de Nazaret en su trabajo de carpintero, la que vivió María como ama de casa, o lo que vivió Don Bosco, con tantos jóvenes, en las afueras de Turín. ¿Cómo vivís la salesianidad? Salesianidad y nazarenidad van juntas, las vivo con mucha alegría, no hay mayor don que sabernos amados por Dios, es una experiencia que transforma el corazón. Todos los días, Él tiene la intención de hacerse presente a través de cada uno. A veces Dios puede actuar, otras veces, donde reconozco mis límites y debilidades, no le dejo mucho margen ­entre risas­. A su vez, me parece que para vivir la salesianidad son indispensa­ bles la eucaristía y la liturgia, sin esos grandes tesoros empezamos el partido perdiendo. ¿De qué forma viven la espiritualidad en la Fraternidad? En la Fraternidad tenemos un estilo de vida en la que cada nazareno busca potenciar y aprender a amar. Hay seis notas particulares: la interioridad natu­ ral, la servicialidad familiar, la caridad contagiosa, la laboriosidad incansable, la alegría constante y serena, y el espíritu de adoración. Cada uno está inspirado en Jesús, María y José, los tres primeros nazarenos que representan el punto de referencia espiritual. Todos estos puntos representan el modo de ser, obrar, amar y vivir de la Sagrada Familia. De corazón, creo que es uno de los caminos para construir la civilización del amor, deján­ donos transformar poco a poco por Dios. 27


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

Rosana Sosa, coordinadora del Proyecto Múltiple Santa Mónica de Paysandú

“Nuestro distintivo como salesianos es que somos una obra social de puertas abiertas” El Proyecto Múltiple Santa Mónica es una obra social salesiana, ubicada en medio de un barrio sanducero de contexto vulnerable, que encuentra su génesis en una iniciativa de un médico que instó a un grupo de madres a elaborar dulces como antídoto para la falta de vitaminas y la sarna, mientras un grupo de edu­ cadores cuidaban a sus hijos en la obra social conocida por entonces como “La Capilla”. En 1989, en con­ venio con el hoy INAU se formó el Club de Niños Sociedad de la Alegría, en el 2000 se fundó el CAIF Guri­ sitos y, en 2005, el CAIF San Agustín. El Proyecto que reúne a estas tres iniciativas salesianas atiende actualmente a 350 niños y adolescentes.

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¿Cómo y por qué se creó una obra social en esa zona de Paysandú? Todo nació por iniciativa del Dr. Estaño, quien trabajando también en una policlínica de la zona vio que había sarna y falta de vitaminas, y como había mujeres que hacían dulces, fundamentalmente de leche, empezó con ese proyecto en la capilla. También vio que a muchos de esos niños no había quien los cuidara, ya que las madres estaban haciendo los dulces, y entonces unas educadoras jovencitas los cuidaron en la capilla. Después, en 1989, se hizo convenio con el hoy INAU y se formó el Club de Niños Sociedad de la Alegría para atender a la pobla­ ción carenciada, vulnerable, que necesita mucho de los servicios que brindamos. En el 2000, se fundó el CAIF Gurisitos y en 2005 el CAIF San Agustín. Tenemos la policlínica en el mismo predio. Hoy atendemos a 350 niños y adolescentes: 80 en el club y 270 entre los dos CAIF, y contamos con unos 50 educadores, docentes, técnicos, auxiliares, maestros, coci­ neros, administrativos, entre otros.

¿Cuáles son las características esen­ ciales de una obra social en clave salesiana? Esencialmente el carisma de Don Bosco, que es lo que nos lleva a ser diferentes. Son esos valores y la parte humana lo primordial, tanto para el equipo de trabajo como para las familias, para los niños y adoles­ centes. Y eso que se vive es en el patio, los campamentos y muchos espacios. Además, estamos al ampa­ ro de la Virgen, de María Auxiliadora, y cuando las cosas se ponen más difíciles sin dudarlo recurrimos a Ella. 29


PERFIL Rosana Sosa trabaja hace 10 años en la Obra Social Santa Mónica de Paysandú. Hoy es la coordinadora de los CAIF Gurisitos y San Agustín, y del Club de Niños Sociedad de la Alegría.

¿Esos valores se reflejan en los que concurren? Sí, sucede y mucho, y eso es gratifi­ cante. Es que la solidaridad del equipo, el hacer sentir bien a la gente que concurre a la obra, la amabilidad, el cuidado, la escucha, son claves del servicio que presta­ mos. Tratamos de hacerles sentir que no hay barreras, y que pueden venir cuando necesiten. Hay proble­ máticas tremendas que viven estas familias. Nuestro distintivo como salesianos es que somos una obra social de puertas abiertas. Tratamos de darles un empujón a esas familias para que salgan adelante. Pero nunca podemos perder el foco de que el niño es el centro de todo lo que hacemos. 30

El equipo multidisciplinario que trabaja en los diferentes proyectos, ¿siente que es más fácil lograr los cometidos al partir de esos concep­ tos de salesianidad? Lo que siempre me cuentan los integrantes del equipo es que les gusta mucho trabajar en la obra, más que en otros lugares donde también cumplen tareas. Y eso es esencialmente por la parte humana y cómo se trabaja en clave salesiana. Percibo que entran con una mirada y van cambiando, entendiendo la impronta, involucrándose más. Es que se dan cuenta de que podrían ser ellos los que se encuentren en esta posición y perciben que están bendecidos porque son ellos los que están ayudando a los demás.

¿Qué se siente como coordinadora de un proyecto cuando ves resulta­ dos en el día a día? Te sentís reconfortada porque lograste transmitir valores, porque te tienen confianza, se sienten bien contigo y con el servicio que prestás. Es que uno se brinda a los chicos con humildad, amor, vocación, tal cual somos, y ellos los sienten. Es tarea cumplida cuando los ves volver porque te tienen confianza, y se sienten bien por cómo los tratás. Es facilitarles el camino para que pue­ den lograr sus objetivos, es tan simple y complejo como eso.


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


12 DE NOVIEMBRE

PEREGRINACIÓN A LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES CONTACTO: JORGE PÉREZ 098000249 JUAN MANUEL FERNÁNDEZ 099911848


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