Sinodales - Boletín Salesiano Junio 2022

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URUGUAY / Cuarta época / Año XLIII / Nº 4 / Junio 2022 / www.issuu.com/bsuru


SUMARIO

CARTA DEL DIRECTOR

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Discernimiento, cocrear la propia vida en el encuentro

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¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL!

P. Jorge Pérez sdb Energías, motivación y sentidos: el quid de la Evangelización

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SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Don Ángel Fernández Artime “Su nombre es Sean Cayd La historia de un inimaginable regalo”

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa

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TODO POR AMOR

10 FAMILIA EN OBRA

CON TODO EL CORAZÓN Agustina Piazza y Dra. María del Pilar Silveira Santiago Chabert “Las voces del pueblo de Dios invitan a la conversión ecológica en una Iglesia sinodal”

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ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO

Hna. Cecilia Gayo “El perfil del 'ciudadano ecológico'”

Director: P. Sebastián Ferreyra sdb Redactora Jefa: Adriana Porteiro Columnistas: Hna. Cecilia Gayo hma, Juan Manuel Fernández sdb y Dra. María del Pilar Silveira. Equipo de redacción de este mes: Natalia Roba, Ana Inés Rodríguez, Marcelo Hernández, Nicolás Vilche, Nahuel Durand.

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VALE LA PENA VIVIR ASÍ

Pbro. Valentín Goldie, director del Liceo Jubilar No es posible la sinodalidad sin “una comunidad que vive en el amor”

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CON NOMBRE Y APELLIDO

P. Francisco Lezama sdb y P. Sebastián Ferreyra sdb Dinamismos y sinodalidad

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AQUÍ Y AHORA

Entrevista a la Psic. Cecilia Cracco Mirar lo grande para luego hacer foco

Fotografía: Sofía Cayota, Nahuel Durand, de ANS, Pixabay y fotos de archivo. Corrección: Graciela Rodríguez Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286 Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521

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SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Sor Chiara Cazzuola hma “Un camino en sinodalidad”

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UNA MANO AMIGA

Mónica Veloz, Verónica Mazzei y Richard Rodríguez de Picapiedras “En los momentos difíciles el equipo siempre nos saca adelante”

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SABOR A BUENAS NOCHES

Juan Manuel Fernández sdb “La Uni-Mente”

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DEL ÁRBOL SALESIANO

Virginia Capobianco, actriz y docente, subdirectora del Colegio Pío IX “Cuando el vínculo se construye desde el amor se logran cosas que desde otros lugares no se pueden lograr”

Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. Depósito Legal: 366.191

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P. Sebastián Ferreyra sdb

CARTADELDIRECTOR

DISCERNIMIENTO, COCREAR LA PROPIA VIDA EN EL ENCUENTRO La persona humana se reconoce como un ser no acabado y por ello experimen­ ta la necesidad de elegir constantemen­ te; al elegir, no solo elige cosas, opcio­ nes, sino que en el ejercicio del discerni­ miento se va autodeterminando. Discer­ nir es en definitiva el proceso cocreador de la propia identidad en una historia personal. La asistencia del Espíritu es sin duda la clave identitaria del discernimiento cristiano, ya que el Espíritu es el sujeto originario del discernimiento que ilumi­ na a los fieles para que puedan abrirse a la presencia y la voluntad divina en la historia. El discernimiento es tarea profunda­ mente humana y jamás se ejercita aisladamente, si bien reclama la necesaria autonomía y libertad, necesita tam­ bién de la reciprocidad de las personas y huir de la autosu­ ficiencia que contradice el propio ser, la identidad huma­ na. El diálogo con el Señor y el diálogo con la comunidad emergen como aspectos ineludibles del discernimiento. En otros términos, la necesaria travesía de cada persona en la tarea de la construcción de sí mismo solo es posible en una dinámica relacional­dialogal, sinodal, donde la comu­ nidad tiene un lugar relevante y en la cual Jesucristo no es un interlocutor más, sino polo de atracción y de sentido de la existencia de cada realización personal.

miento comunitario. La comunidad puede estar muy segu­ ra de estar sobre la vía de la voluntad de Dios, que la intu­ ye, la conoce y responde, de que se discierne como comu­ nidad, justamente a causa del amor fraterno. El discerni­ miento comunitario no es entonces un simple debate sobre un argumento, una reflexión guiada y participada, sino que es la síntesis que provoca la experiencia de la comunión en el amor. En este Boletín encontrarás reflexiones, pistas, prácticas que nos ayudan a caminar en esta aventura de sabernos juntos, conectados, en el despliegue gozoso de nuestras vidas.

El discernimiento comunitario se apoya sobre el amor que vive la comunidad y por lo tanto la caridad fraterna es la puerta del conocimiento que nos introduce al discerni­

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¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

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Energías, motivación y sentidos : el quid de la Evangelización Evangelizar supone una “lógica de los sembradores más que la de los cosechadores”, cuidando “cómo y dónde sembrar, más que medirnos por la cantidad de lo cosechado”, asegura el P. Jorge Pérez sdb, responsable del Equipo de Evangelización de la Inspectoría salesiana en Uruguay. El P. Jorge comenzó a formarse en evangelización y catequesis en el año 2004 y, desde entonces, con algunas interrupciones, ha sido el referente inspectorial en la materia cuya animación, actualmente, es llevada adelante por un Equipo. Entrevistado por el BS derriba algunos prejuicios sobre la evangelización en una sociedad laicista como la uruguaya, y no vacila al afirmar que evangelizar puede ir de la mano en forma simultá­ nea con “los caminos educativos, propuestas laborales, de cuidado de la salud, de respeto de los derechos y habilidades para la convivencia” que brindan las casas salesianas.

¿Cuándo surge el Equipo de Evangelización en la Inspectoría? y ¿a qué necesidad responde? Desde la década de los '70, tratando de responder a los cambios que habían llegado como consecuencia del Concilio Vaticano II, la Inspectoría tuvo un servicio de animación de la evange­ lización y catequesis, a través de un salesiano encargado. Luego de mucho andar, y de cambios en los modelos de animación inspectorial, el Equipo de Evangelización de hoy busca ayudar a reflexionar y animar los procesos específicamente evangelizadores, en sintonía con el PEPSI, acompañando a los sectores y comunidades y promoviendo la formación en esta área. Respon­ de a la realidad de que la evangelización como la educación son elementos en continua evolu­ ción, que requieren una reflexión importante y procesos de renovación que no se detienen. El Equipo también procura que haya orientaciones comunes en el respeto de la diversidad de realidades. ¿Cómo asumiste esa responsabilidad? Entre el año 2004 y 2007 me pidieron formarme en esta área, aunque recién en 2010 pude dedicarme a ello con bastante tiempo y fue así hasta 2013. En 2014 me nombraron director del Colegio Pío y ya no fue posible seguir. Luego, en 2018, el P. Alfonso, que acababa de asumir como Inspector, vio la necesidad de volver a darle vida a este servicio y desde 2019 estoy de nuevo, aunque no es la única responsabilidad que tengo. Es una tarea que me gusta mucho, que requiere formarse continuamente y que ahora, que contamos con un equipo de trabajo, es mucho más rica y disfrutable. ¿Cuáles fueron los desafíos que vislumbraste al inicio y cómo fueron evolucionando? ¿Y las dificultades o resistencias predominantes? Al principio los desafíos parecían más sencillos. Con los colegios se trataba de lograr itinerarios adecuados de Formación Cristiana y Catequesis, así como proponer instancias de formación para catequistas. También tuvimos una muy buena experiencia con el Diplomado en Pastoral 5


Educativa en el Instituto Salesiano de Formación (ISF) y algunos aportes a la evangelización en los oratorios. En esta segunda etapa, de 2019 para acá, la situación es más variada y compleja. Por un lado, la velocidad de los cam­ bios culturales en nuestra sociedad; por otro, los colegios han variado mucho en sus formas de trabajar la pastoral y las necesidades, en las casas, son diversas. También sucedió que los años sin el servicio de este equipo y luego la pandemia cortaron con la frecuencia de encuentros for­ mativos y las orientaciones que se venían realizando. Con las parroquias el trabajo ha sido muy poco, solo algunas propuestas de formación para catequistas; y con las obras sociales estamos trabajando este año a partir de un objetivo que las mismas se fijaron para pensar líneas y metodolo­ gías para la evangelización.

dos para una vida plena de las perso­ nas y por eso la propuesta del Evange­ lio ha de ser “no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable” (EG 14). Evangelizar en nuestro contexto implica también la lógica de los sembradores más que la de los cosechadores, cuidamos cómo y dónde sembrar, más que medirnos por la cantidad de lo cosechado.

¿Cómo es posible hablar de Dios o evangelizar en una cultura laicista? Creo que hay algunas claves: la actitud misionera, el diálogo y la evangeliza­ ción al servicio de la dignidad huma­ na. La actitud misionera implica cues­ tionarse el mundo cultural propio para tratar de entender el mundo cultural del otro, para hablar su lenguaje, entender sus prejuicios o ignorancias, para contactar con sus “puntos dolien­ tes” y sus esperanzas. El diálogo impli­ ca un anuncio paciente, no tener miedo a dejarse cuestionar, abando­ nar la pretensión de tener todas las respuestas, evitar entrar en las provo­ caciones agresivas o intolerantes y cuidar el vínculo con quien piensa distinto. De la evangelización al servi­ cio de la dignidad humana hay mucho en el magisterio del Papa Francisco y en el Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil. Sobre todo implica asumir que el anuncio del Evangelio no es para moralizar, aunque propone una moral; no es para adoctrinar, aunque tiene unos contenidos que comunicar; no es para llenar templos, aunque tiene una propuesta de cele­ bración en comunidad; el Evangelio es, sobre todo, Buena Noticia para brindar energías, motivación y senti­

En los colegios y las parroquias la evangelización es una dimensión seguramente más trabajada ¿cómo proyectás instalar u optimizar el dinamismo evangelizador en la reali­ dad de las obras sociales? En todos los Sectores hay comunida­ des con un trabajo más elaborado de evangelización y en otros menos, por muy variados motivos. Tal vez es cierto que en el Sector Obras Sociales la urgencia y gravedad de las situacio­ nes que se deben atender pueden hacer parecer que la evangelización puede esperar o incluso resultar superflua. Creo que es importante tomar conciencia de que, como dice Francisco, la mayoría de los pobres tienen sensibilidad por lo religioso, solo que muchas veces no coincide con nuestra sensibilidad, por las diferencias sociales y culturales. Un poco por ignorancia, otro poco por prejuicio, tendemos a pensar que el desarrollo de la dimensión religiosa viene “después” de solucionar lo verdaderamente importante. Pero si comprendemos que la evangelización no es hablar de rezos, ritos y “cosas religiosas” como adornos de la vida, sino que es ofrecer energías, motiva­ ción y sentidos para reconocer y

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trabajar por la propia dignidad, pode­ mos trabajar en ella al mismo tiempo que ofrecemos caminos educativos, propuestas laborales, de cuidado de la salud, de respeto de sus derechos, habilidades para la convivencia… La evangelización es una mano tendida de Dios, en Jesús, para ayudar a cada joven pobre a ponerse en pie: “¡Talita kum: Niña, ponte de pie!”. ¿Con qué herramientas cuentan nuestros educadores para evangelizar desde la perspectiva salesiana? Tenemos herramientas carismáticas como son la cercanía e interés por los jóvenes, el deseo de dar el primer paso, de habitar su realidad; la razona­ bilidad que toma cuerpo en la dinámi­ ca de evangelizar educando y educar evangelizando, a través de la que toda educación apunta hacia el Evangelio y se inspira en sus valores, y toda evan­ gelización asume los caminos de la educación como el acompañamiento, los itinerarios adecuados, el partir de y llegar a la vida concreta. El cultivo del apostolado y el servicio es otra herramienta clave, pues a Dios se lo encuentra de modo especial en el encuentro de las personas por el bien y la vida. Lo que nos falta, ciertamen­ te, es una mejor formación en la experiencia religiosa misma, para liberarla de prejuicios y deformaciones; pero sobre todo en el enfoque teológi­ co y pastoral de la evangelización, que nos permita asumirla no como transmi­ sión de contenidos o ritos, sino como un proceso de ayudar a la persona a desarrollar su dimensión espiritual, para allí tener un terreno cultivado para el encuentro con Jesús que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.


Rector Mayor Don Ángel Fernández Artime sdb

SU NOMBRE ES SEAN CAYD

La historia de un inimaginable regalo

Amigos lectores del Boletín Salesiano: Hoy me dirijo a ustedes para compar­ tirles algo que he vivido hace tan solo una semana. Me encontraba visitando las presencias salesianas en Zimbab­ we (África), más exactamente en la pequeña población llamada Hwange. Allí me encontré con mis hermanos salesianos, también con miembros de la familia salesiana, y educadores de dicha presencia y un grupo de unos 200 jóvenes del lugar y algunos otros que habían venido desde Malawi y desde Namibia, con gran sacrificio y generosidad. Los tres días en Hwange estuvieron llenos de vida, de alegría, de encuen­ tros, de saludos. Y desde el primer momento se sumaron más de 50 niños y niñas de las casitas más cercanas. Entre todos ellos, era una presencia casi constante la de un muchacho de unos 12 años. Ahí estaba, como a un metro de distancia de todo lo que ocurría; no alejado, no con miedo, pero sí como quien ve lo que sucede porque para él todo eso era nuevo. Cuando llegó el momento de partir, y yo iba a subir al vehículo, él se adelan­ tó y se puso muy cerca de mí exten­ diendo su mano derecha con el puño cerrado. Yo entendí que me quería dejar algo en la mano. Ciertamente yo no sabía de qué se trataba. ¿Quizá una petición? ¿Quizá me hacía saber que necesitaba algo? Yo extendí la palma de mi mano y recibí lo que me entregaba. Comprendí que me estaba ofreciendo un regalo, Su regalo. Miré lo que me entregó, cerré mi mano, se lo agradecí con palabras y con una gran sonrisa y lo guardé en mi bolsillo. Para terminar nuestra despedida de inmediato me entregó de modo visi­ ble un trocito de papel escrito.

El regalo era sencillamente una pequeña piedra, de las miles que había alrededor en el suelo, pero que él había elegido para entregármela. Me regaló todo lo que pudo. Y así lo recibí yo. La tengo conmigo y conmigo permanecerá. Y el pequeño trocito de papel decía “Pray fou you. My name is Sean Cayd”. Ciertamente Sean me ofrecía su oración y su recuerdo. ¿Cómo no quedarme con el corazón tocado a causa de lo que había vivido en esos momentos? ¿Cómo olvidar ese rostro y esos ojos llenos de vida? ¿Cómo no preguntarme qué habría pasado por el corazón y la mente de ese muchacho para que sintiera que algo tenía que regalar a ese señor extranjero que era yo y que había venido desde lejos a visitarlos? Como educador me hizo pensar muy seriamente en la acción educativa de cada día, de cada uno y en cada casa salesiana. Y lo mismo se puede decir de cada gesto, cada palabra, cada caricia en los hogares, en las familias.

palabra, una sonrisa, un saludo, una mirada puede llegar al corazón de un niño, una niña, un adolescente o un joven, y lo que puede significar en sus vidas. Lo que para uno es casi nada, para quien lo recibe puede ser todo. La vida de Don Bosco está llena de encuentros significativos, de palabras dichas al oído, de miradas que atrave­ saron el alma y el corazón, por ejem­ plo del jovencito Paolo Albera (quien llegaría a ser el segundo sucesor de Don Bosco), o de Luigi Variaria (quien prometió en aquel momento, en aquel cruce de miradas siendo un niño de 10 años que nunca más se separaría de Don Bosco). Después fue salesiano, misionero, fundador de una Congregación para la atención a los leprosos y la caridad, y hoy beato. Sigamos confiando en que es mucho el bien que se hace también en el mundo. Gracias por recorrer este camino juntos, y por compartir estos ideales. Un cordial saludo.

De hecho mi “moraleja”, la que inten­ to aplicarme, es la de que jamás podemos intuir hasta qué punto una 7


Tiene 23 años. Es Tecnólogo informático. Desarrollador Full-Stack, animador en el Juan XXIII y profesor de programación web en Ánima - Bachillerato Tecnológico. Vive en el Cordón, Montevideo, con su perro. ¿Qué te hace feliz? El tiempo compartido y de calidad. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? El destrato. ¿Cuál es tu primer pensamiento al encarar un nuevo día? Vamo arriba, hoy hay que encarar. ¿Cuál es tu mayor miedo? Quedarme solo. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Entrar a una casa salesiana. ¿Qué hacés con todo el corazón en tu vida? Intento hacer todo lo que hago con todo el corazón. Creo que ahí está una clave para ser feliz y contagiar alegría. Antes de afrontar una actividad pensar: “Esto va con todo el corazón”. ¿A quién admirás? A Don Bosco. Si pudiera volvería a… Creo que todo lo que viví me lleva a ser quién soy hoy, así que si pudiera volvería a vivir lo mismo. Aunque es tentador pensar en volver al liceo, donde pasaba mucho tiempo con amigos y la única responsabilidad era el estudio. Qué bueno que decidí… Dar clase. Me ayuda a vivir el carisma salesiano y a compartir lo que sé con otros. Si con lo que enseñé pude acercar a un gurí a una oportuni­ dad laboral o lo animé a seguir estudiando me siento realizado y pro­ fundamente feliz. 8

El amor es… El cauce de un río compartido. ¿Qué te aporta a tu vida el carisma salesiano? Todo, creo que el carisma salesiano me convirtió en quien soy hoy. La escucha, empatía, el compromiso con el otro y con el trabajo. A no darme por vencido, a saber que no estoy solo, a ser feliz y a darme por el otro. La informática forma parte de tu universo profesional… ¿cómo la integrás en tu vida doméstica y personal? ¿Sentís que este tipo de trabajo, que seguramente pueda tener mucho de tarea individual, te puede llegar a distanciar de los demás? ¿Cómo lo contrarrestás? Me rodeo de mucha tecnología y me apasiona (sí, controlo las luces de mi casa con la voz). Es cierto que tiene mucho de individual, pero creo que otros trabajos también lo tienen y que hay formas de estar acompañado. Por ejemplo, ir a la oficina, compartir el espacio y el momento del almuerzo ayudan. También tiene algo particular y es poder trabajar desde cualquier lado, poder ir para afuera con amigos y trabajar también ayuda a que sea compartido. ¿Cómo manejás tus subjetividades, a qué estás dispuesto a renunciar y a qué no para el trabajo en equipo? Escucho a lxs demás y empatizo, para dejar de lado lo mío y tener una mirada más amplia. Prefiero fomentar la grupali­ dad y dejar de lado la productividad por momentos, a la larga lo más lindo de un equipo es llevarse amigos. ¿Cuándo un equipo o grupo te suma? Cuando cada uno es libre de expresarse. ¿Qué ves en las personas que sentís que han logrado encontrar equilibrio y armonía en su vida? Veo paz, que disfrutan la vida y les gusta vivirla y compartirla. ¿Y en la tuya cómo sería alcanzar armonía? Estar en paz con Dios y conmigo.


Tiene 20 años. Es la Webmaster de Mauxi y estudia Comunicación audiovisual y Comedia musical. Vive en Montevideo con sus padres, dos hermanos y una hermana.

¿Qué te hace feliz? Me hace feliz poder expresarme a través del arte y sentirme querida y valorada. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? Las críticas con mala intención, cuando alguien te ve feliz y te dice algo que sabe que te va a lastimar. ¿Cuál es tu primer pensamiento al encarar un nuevo día? En lo primero que pienso es en la hora, y en todo lo que tengo que hacer en el día y cómo puedo encararlo de la mejor manera. ¿Cuál es tu mayor miedo? Decepcionar a las personas que quiero. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Ir al Juan XXIII fue un evento muy impor­ tante en mi vida, no solo porque pude hacer artístico, sino también porque fue un paso muy importante en mi camino de fe. Entré al Juan con una fe blandita y en 6to, por ejemplo, metí 6 misiones seguidas, lo que encontraba me anotaba. ¿Qué hacés con todo el corazón en tu vida? Creo que la actuación es lo más importante en mi vida, y cuando actúo siento que es algo en lo que realmente doy mi 100%. También siento que las tardes de oratorio son un momento en mi semana donde trato de darlo todo y sale del corazón. ¿A quién admirás? Obvio que también a miles de actrices, pero en la vida real y en el día a día a mi mamá, Jesús y a María.

Si pudiera volvería a… Vivir alguna de esas misiones que siento que me cambiaron el corazón. Qué bueno que decidí… Hacer oratorio en el Juan. El amor es… Entrega con alegría. ¿Qué aporta a tu vida el carisma salesiano? Creo que lo más importante que aprendí del carisma salesiano es la entrega desde la alegría, y la fe y la relación con Jesús desde la amistad y la celebración. Teatro, música, comunicación son parte de tu universo más profesional… ¿cómo los integrás? ¿Qué aporta cada una de estas disciplinas a tu vida? Siento que el teatro y el canto son maneras distintas de expresar la vida huma­ na en breves momentos efímeros, generando una conexión entre espectador y actriz/cantante. Y comunicación audiovisual es una manera de inmortalizar esos momentos efímeros a través del video y el audio. ¿Cómo manejás tus subjetividades, a qué estás dispuesta a renunciar y a qué no para el trabajo en equipo? Creo que el trabajo en grupo es como la improvisación teatral, llegás con tu idea, pero siempre hay que estar dispuesto/a a escuchar y aceptar la opinión de los demás y sus ideas. Debés llevar tu idea, pero estar 100% dispuesto/a a moldearla o abandonarla si el grupo presenta una mejor. ¿Cuándo un grupo o un equipo te suma? Cuando se celebran las individualidades y se descarta la competencia. ¿Qué ves en las personas que sentís que han logrado encontrar equilibrio y armonía en su vida? Veo que hacen las tareas del día a día con propósito y alegría. ¿Y en la tuya cómo sería alcanzar armonía? Para mí la armonía consiste en ser fiel a todas mis pasiones. Poder expresarme y mostrarme como soy en todos mis ámbitos y confiar en el futuro que Dios tiene planeado para mí. 9


FAMILIAENOBRA

Las voces del pueblo de Dios invitan a la conversión ecológica en una Iglesia sinodal Estamos en un momento especial para nuestra Iglesia Católica, porque contamos con un Papa argentino que en su magisterio utiliza un lenguaje simple con el propósito de que el espíritu del Concilio Vaticano II se haga vida. Considero muy asertivo su llamado a caminar juntos todos (as) los bautizados (as) en una Iglesia sinodal hacia el tercer milenio. Necesitamos fortalecer la conciencia de que por el bautismo todos (as) somos hijos (as) de Dios por medio del Espíritu Santo que nos habita y nos va guiando hacia la verdad. La palabra sinodalidad significa caminar juntos y, una Iglesia sinodal, es una Iglesia que vive el Evangelio, y está conformada por seguidores de Jesús que se escuchan y acompañan en el largo caminar.

¿Por dónde comenzar? Los grandes cambios empiezan por pequeñas acciones cotidianas como fruto de darse cuenta que no concuerdan con el Evangelio, sabiendo que el Espíritu nos está moviendo desde dentro para que la sinodalidad sea una manera de relación más allá de la Iglesia institu­ cional.

Francisco nos dice que “no habrá una ecología sana y sustentable, capaz de Es necesario que nos detengamos a observar el camino recorrido hasta ahora en transformar algo, si no cambian las nuestra Iglesia con una actitud agradecida por el bien recibido. Y que podemos personas, si no se las estimula a optar revisar nuestros comportamientos junto con las formas de relacionarnos y de por otro estilo de vida, menos voraz, cuidar nuestra casa común, que no han sido adecuados. Hemos aceptado estilos más sereno, más respetuoso, menos directivos clericales, machistas, patriarcales, que producen relaciones desiguales, ansioso, más fraterno”. Por eso segui­ de sometimiento y ambientes tensos que terminan en divisiones y conflictos. mos en camino sabiendo que la obra También nos falta acrecentar la conciencia ecológica de respeto hacia la madre es de Dios y que su Espíritu nos acom­ naturaleza, nuestra casa común, como lo ha indicado el Papa Francisco en la Carta paña al igual que María. “En ella vemos Encíclica Laudato si y en la Exhortación apostólica Querida Amazonia. que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles, sino de los Nuestra Iglesia de América Latina y el Caribe, ha hecho un camino sinodal en fuertes, que no necesitan maltratar a medio de la pandemia hacia la Primera Asamblea Eclesial que se celebró en otros para sentirse importantes (…) México del 21 al 26 de noviembre de 2021. El documento de trabajo “Síntesis María sabe reconocer las huellas del Narrativa: La Escucha en la 1a Asamblea Eclesial de Latinoamérica y El Caribe”, Espíritu de Dios en los grandes aconte­ (SN) recoge 70.000 voces del pueblo de Dios que participaron de este proceso. cimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles (EG 288). El camino hacia una Iglesia sinodal no puede dejar de lado a la creación como un don de Dios que hay que cuidar, y donde se debe entrar en diálogo con todos acerca del cuidado de nuestra casa común. Acrecentar la conciencia de gratitud a Dios por el don de la creación, por la biodiversidad y sociodiversidad que brotan de ella y su capacidad de generar vida, y denunciar proféticamente todo aquello que maltrate y atente contra su vida. “Hoy más que nunca los discípulos misione­ ros debemos vivir junto con nuestros pueblos la conversión ecológica para apre­ Dra. María del Pilar Silveira ciar el don de la creación” (SN pág. 150). ¿Cómo podemos lograr la conversión ecológica? La Encíclica Laudato si es el programa de conversión integral más importante de esta generación, a nivel eclesial y de la sociedad, para responder ante la crisis socioambiental. 10

Uruguaya, Doctora en Teología por la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Assistant Director del Departamento de Formación Continua del Boston College, School of Theology and Ministry. Docente del CEBITEPAL y miembro del Equipo Teológico Pastoral del CELAM.


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

El perl del “ciudadano ecológico”

Hace algunos años me topé con el concepto de “ciudadano ecológico”, ideado por Andrew Dobson en el año 2003, y me sorprendió no haberlo escuchado con anterioridad ya que resulta ser un concepto, a mi parecer, armónico e integrador. Les comparto algunas caracterís cas generales para que una persona se pueda definir como ciudadano ecológico. La primera es reconocer que la natura­ leza (y el ser humano como un ser natural) ene un valor intrínseco, que no depende de los recursos que posea o los beneficios que genere. Como consecuencia rechaza la explotación de recursos, el consumismo y la acu­ mulación innecesaria de bienes. El ciudadano ecológico se sabe responsa­ ble del cuidado de la naturaleza y su impacto en otras personas (pueden ser coterráneos, vivir en diferentes con ­ nentes, o ser de futuras generaciones) para que puedan vivir en un sistema saludable, complejo y sostenible. El ciudadano ecológico también es consciente de las desigualdades e injus cias sociales existentes. En ende que la falta de cuidado de la naturaleza

y el cambio climá co afecta de manera preponderante a los más desfavorecidos (recordemos que todas las personas enen un valor intrínseco). A su vez reconoce que aquellos que no enen las necesida­ des básicas cubiertas no enen la libertad de hacer ciertas opciones ecológicas, ya que las opciones no ecológicas suelen ser más accesibles. Por estos mo vos se compromete a promover la jus cia social. Por otro lado rechaza siempre la violencia, ya que esta va a repercu r en un daño al ser humano y a la natu­ raleza. Por eso busca medios pacíficos para cumplir sus obje vos, promo­ viendo polí cas sustentables y el cambio de hábitos de consumo. En defini va, el ciudadano ecológico ene una mirada integradora de la realidad, donde percibe que todo está interconectado. Sabe que su acción personal no solo es importante, es indispensable, pero a su vez se reco­ noce como parte de un todo, parte de un grupo de personas que es la Huma­ nidad, y que es imprescindible la colaboración de cada uno.

Su actuar puede romper lazos o forta­ lecerlos, ya sea con la naturaleza, con los otros y consigo mismo. Puede ir tejiendo una red, cada vez más fuerte, sana y conectada. Donde cada Hna. Cecilia Gayo HMA nudo de la red se sepa necesario y a la vez sostenido por los demás nudos. Me pregunto: ¿qué tan consciente soy de las consecuencias de mis acciones así como de mi falta de acción?, ¿apor­ to mi granito de arena, aunque me parezca poco?, ¿busco tejer redes e involucrar a otros?, ¿tengo esta mira­ da valora va de la naturaleza, de mí misma/o y de los demás? Creo que mi mejor respuesta es reconocerme en camino.

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VALELAPENAVIVIRASÍ

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Entrevista al Pbro. Valentín Goldie, director del Liceo Jubilar

No es posible la sinodalidad sin “una comunidad que vive en el amor” “Hay que animarse a escuchar y hay que animarse a hablar” subraya el Pbro. Valentín Goldie al señalar algunas claves para que la sinodalidad sea una realidad. El director del Liceo Jubilar de Montevideo afirma que la sinodalidad es una actitud que requiere determinada madurez espiritual y opina que las resoluciones no son buenas cuando decantan en una votación. En sus responsabilidades se mueve por un principio “muy práctico” que reside en “siempre tener un ámbito comunitario de discernimiento y de actuación”, lo que vive con “bastante intensidad y convicción” y asegura que funciona.

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¿Por qué la Iglesia busca instalar en este momento de la historia la sinodalidad? No lo tengo muy claro. Lo que sí tengo claro es que cuando el Papa Francisco introduce algunos cambios al funciona­ miento del Sínodo de Obispos en el dedicado a la familia eso generó mucho revuelo, especialmente en el ámbito de la teología italiana, y se empezó a producir muchísima bibliografía sobre la sinodalidad y al menos en Italia es un tema bastante fermental. A eso le agregamos que cuando los temas se van instalando (como este en Alemania, que está haciendo un camino sinodal, y también en algunos otros países de Europa y con bastante fuerza) los papas o los obispos advierten una oportunidad como para avanzar en la reflexión. Creo que la intención del Papa Francisco va

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de canalizar una movida que él también fue alimentando. Y bueno, esperemos siempre que sea para bien. ¿Qué implica la sinodalidad? ¿En qué actitudes y accio­ nes es posible descubrir esta forma de caminar en la Iglesia? La sinodalidad es la forma propia de gobierno de la Iglesia y supone la articulación de dos principios: el jerárquico, que supone reconocer que Jesús le dio a la Iglesia pasto­ res; y otro principio, que podríamos llamarlo más espiri­ tual, participativo, que supone que es el Espíritu Santo el que guía a la Iglesia y se ha derramado sobre todos los fieles. La sinodalidad supone articular estos dos princi­ pios. ¿Qué actitudes fundamentalmente supone? Bueno,


“Vibro con una comunidad eucarística” si el Espíritu Santo se ha derramado en todos los miem­ bros de la Iglesia y tenemos que escuchar lo que nos dice, debemos saber escuchar y escuchar a todos, a veces especialmente a los más jóvenes, a veces especialmente a los más ancianos. Saber escuchar, quiere decir saber integrar lo que dicen los demás, también supone recono­ cer que el Pastor (ya sea el Papa, el obispo o el párroco, según el nivel eclesial en que estamos) tiene una respon­ sabilidad de discernimiento que es diferente a la de los demás, entonces es uno más, pero no es uno más. Esa articulación tiene polos que parecieran ser contradicto­ rios, pero en la tensión de los mismos es que se camina sinodalmente.

obispo, el Papa se arregle, resuelva él y nos descansamos, y otras veces es difícil no caer en una mentalidad tipo asamblea de facultad o una mentalidad digamos demo­ crática, en el sentido de que intentamos persuadirnos dando manija y generando mayorías circunstanciales para tomar decisiones. Eso genera mucho desgaste. Lo difícil de vivir la sinodalidad es que supone que vivimos la comu­ nión y entre seres humanos esta es dificilísima porque estamos atravesados por la realidad del pecado y nos genera muchas dificultades. Es imposible que haya evan­ gelización en clave sinodal cuando no hay una comunidad que vive en el amor, entonces las dificultades son las de vivir comunitariamente.

¿Cómo se pueden conciliar las diferencias desde una perspectiva sinodal? Cuando hay diferencias se articula escuchando mucho, discerniendo lo que hay del Espíritu Santo en el otro. La sinodalidad es una actitud que requiere determinada madurez espiritual. No se resuelven bien las cosas real­ mente cuando terminan en una votación. Si una opción tiene uno o dos votos más gana, pero eso no funciona así. Las cuestiones sinodales se dan bien cuando, fruto de un diálogo, emerge algo muy parecido a un consenso con amplísimas mayorías y el Pastor quiere asumir sus respon­ sabilidades personalmente de eso. Las diferencias se resuelven digamos hablando, debatiendo, a veces acalo­ radamente, a imagen de lo que vemos en el capítulo 5 de los Hechos de los Apóstoles.

¿Cómo vivís la sinodalidad en tu día a día? En mi día a día, en mis responsabilidades como director de un Liceo (Jubilar), para mí la clave es nunca hacer discernimiento solo, siempre hacerlo con un equipo, siempre discernir con otros, porque tienen otras miradas. Creo que ese es un principio muy práctico, siempre tener un ámbito comunitario de discernimiento y de actuación, eso lo vivo con bastante intensidad y convicción, y la verdad que funciona bien. Intento nunca tomar decisio­ nes por mí y ante mí y nada más.

¿Cómo evitar desgastarse en el intento? No lo sé. La sinodalidad supone estar dispuesto a cierto desgaste que produce el diálogo, que generan los que piensan diferentes, así que eso no lo tengo claro. Hay que animarse a escuchar y hay que animarse a hablar. Y si a todo respondemos sí sí y después hacemos lo que se nos antoja, la cosa no funciona. Hay que animarse a hablar, a exponer lo que uno piensa y saber argumentar. ¿Qué resistencias son predominantes cuando se propo­ ne evangelizar en clave sinodal? Las resistencias para la sinodalidad derivan de que es muy difícil. A veces es mucho más fácil dejar que el cura, el

¿Cuál es la Iglesia de la que disfrutás o con la que soñás? Qué difícil esta pregunta. En primer lugar la Iglesia con la que sueño es con la que haya una comunidad de fe y sobre todo una comunidad eucarística. Me siento muy a gusto con la imagen de que en definitiva la Iglesia es una asamblea eucarística y todo lo demás se desprende de ahí. Vibro con una comunidad eucarística. Me cuesta estar en comunidades que también son católicas, pero no están centradas en la eucaristía, que no son comunidades eucarísticas, como puede ser un colegio o tantas obras sociales. Después todo el tema de la sinodalidad tiene que ver con una forma de proceder, de tomar decisiones, que también tiene que tener su estilo comunitario, pero lo fundamental es que haya comunidad de personas que sigan a Jesús, que se hayan encontrado con el Maestro y que reconozcan en el hermano a alguien que también se encontró con Él y se generen vínculos comunitarios más o menos fuertes. Eso es lo fundamental. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

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Son una novedad en el nuevo paradigma del Proyecto Educativo Pastoral Inspectorial (PEPSI) y tan determinantes que pueden obstruir o acelerar cualquier avance. “Dinamismos” es un nuevo concepto incorporado al glosario salesiano con la intención de que no quede plasmado en un documento, sino que se descubra su potencia para que los jóvenes, consagrados y laicos, todos juntos, busquen y pue­ dan "vivir renovadamente la misión salesiana en Uruguay”. Los salesianos sacerdotes Francisco Lezama (vicario y encargado del Equipo de Pastoral Juvenil) y Sebastián Ferreyra (encargado de la Formación) profundizan en esta entrevista los retos para reencen­ der el fuego de la vocación y desplegar la vida vocacionada “en un movimiento que hacemos juntos”. 17


En nuestro PEPSI que se presentó en la última Asamblea Educativo Pastoral se dedica un capítulo a lo que llamamos dinamismos, a “la forma de andar”. ¿Qué son lo que lla­ mamos dinamismos? FL: Los dinamismos son fuerzas estructurales sistémicas que atraviesan toda la realidad de nuestras comunidades, las estructuras, los vínculos, están presentes en toda la comu­ nidad. SF: En este nuevo paradigma de PEPSI los dinamismos son una novedad. Dimos con ellos porque cuando miramos en profundidad la realidad nos encontramos con fuerzas que se encarnan en todos los sujetos de una comunidad, que atraviesan todos los escenarios y que tienen en definitiva una fuerza, una potencia definitiva en la vida cotidiana y en la consecución de los procesos y los proyectos que necesita­ mos animar. Muchas veces no son lo suficientemente cons­ cientes para poder abordarlos, lo que no ayuda a elaborar creativa y concienzudamente un proyecto. Estas fuerzas son así de potentes porque (1) articulan los discursos, las narra­ ciones que sostenemos, (2) los hábitos, las prácticas, las acciones y (3) los modos de relacionarnos, de intercambiar y de comunicarnos generando un estilo de relación. ¿En dónde radica su importancia? FL: Su importancia radica en que son una fuerza que tiene una gran incidencia y que muchas veces no logramos visua­ lizar. Están presentes favoreciendo o impidiendo el desarro­ llo de nuestros proyectos y planificaciones. SF: Tantas veces nos hemos preguntado en las evaluaciones ¿por qué al finalizar proyectos que han buscado impulsar transformaciones no lo han logrado en profundidad? Obvia­ mente no es la única razón, y toda simplificación de la realidad es de algún modo traicionarla, pero tiene que ver con no considerar estas fuerzas y la potencia que tienen. De acuerdo a lo que ustedes perciben y recogen de las comunidades que están recorriendo todo el tiempo ¿qué dinamismos es prioritario desinstalar cuanto antes para el bien de la misión salesiana en nuestro país? SF: Durante el proceso del discernimiento para elaborar este PEPSI llegamos a una formulación de dinamismo a desinstalar que es muy significativa y presente en todos nosotros, si bien está presente de diferentes maneras. Tiene que ver con vínculos defensivos e inmaduros que nos hacen compleja la apertura a las transformaciones que necesita­ mos, a sentirnos y reconocernos valorados, queridos, en familia, porque instalan la crítica, la desconfianza como modos de defensa y de inmadurez. Puede parecer duro y en cierta forma lo es, lo importante es que todos podamos reconocernos siendo parte de estos dinamismos, nadie está en la vereda del frente. Algunos favorecen este dinamismo de modo activo y otros lo hacen pasivamente. FL: Si bien, obviamente, es discutible cuál es el prioritario a 18

P. Sebastián Ferreyra sdb

desinstalar coincido en que el más dificultoso es el de los vínculos defensivos e inmaduros que a veces se establecen entre las personas, entre las comunidades, entre los Secto­ res. Yo creo que por allí hay algo que tenemos que trabajar y ponerle cabeza para poder desarrollar todo lo positivo que tiene la misión salesiana en nuestro país. ¿Y qué dinamismos proponemos fortalecer porque encien­ den el entusiasmo y la fidelidad a la misión encomendada? FL: Entre los dinamismos que detectamos que a mí me parece más importante activar está el del discernimiento comunitario pastoral. Creo que allí hay una clave muy gran­ de para poder renovar nuestra misión salesiana. SF: Sí, el dinamismo de sinodalidad y discernimiento comu­ nitario es el más luminoso, porque nos pone en una actitud y en una relación de comunión en y para la misión que nos ubica de otro modo frente a la vida, la misión, la identidad carismática, “un vasto movimiento para la salvación de los jóvenes” y ¡con ellos nosotros! No visualizo otro modo de caminar a la santidad, de vivir y animar la misión comparti­ da que no sea juntos: jóvenes, laicos y consagrados. ¿Cuáles son los frenos o resistencias más frecuentes que detienen nuestro andar juntos/as en nuestras presencias? SF: Creo que no hemos aprendido a vivir, compartir y cami­ nar sosteniendo y respetando la diversidad. Esta parece ser una amenaza que miramos con sospecha y desconfianza, haciendo de los demás “enemigos” o “amenazas”. Nos cuesta integrar, armonizar, sostener la pluralidad, por el contrario, estamos en busca de homogeneizaciones que cercenan y empobrecen la vida abundante y diversa de nuestras presencias. Más que en dinamismos sinérgicos estamos empeñados en dialécticas de oposición que son espacio para la violencia y la imposición del más fuerte. FL: Hay otro freno que nos complica bastante que es el de “siempre se hizo así”, a veces hay una cierta cerrazón a los


nos hagan ir de verdad juntos en una diversidad respetuosa. FL: No nos imaginamos de otra manera, como dice una frase de León Felipe que hemos utilizado mucho en este proceso “lo que importa no es llegar solos y pronto, sino con todos y a tiempo”. Este es el camino que nos hemos planteado juntos, también acompañando y respetando los tiempos personales y de cada comunidad.

P. Francisco Lezama sdb

cambios a desinstalar, algunos modos que quizás funciona­ ron en su momento o nos dan seguridad. Allí hay un desa­ fío, levantar ese freno para poder avanzar. Cuando lo vincular es tan vital a la hora de hacer camino juntos y es una dimensión personal y comunitaria que está en muchas casas erosionada por el desgaste de los años, por los efectos de la pandemia, etc. ¿cómo se podría mejorar en este aspecto? FL: Yo pienso que lo primero que tenemos que hacer es reconocer esta realidad y poder ponerle nombre, reconocer que es algo que nos atraviesa a todos, que no es un proble­ ma de otros, que no son algunos que generan dificultades en los vínculos. Y en segundo lugar, debemos buscar los caminos, distintos tipos de ayudas que se pueden salir a buscar para mejorar las relaciones en una organización. Yo creo realmente que el espíritu de familia y los vínculos están en la base de nuestra vocación salesiana y por eso vamos a encontrar los caminos para poder mejorar esta dimensión vincular. SF: Considero que la clave es la empatía. Experimentar que podemos desplegar todas las habilidades y competencias que nos ayudan a conectar con la vida del otro, con su modo particular de ver el mundo, aprender, valorar, gozar, agradecer aquello que los demás tienen para ofrecer. Nos hace falta respetarnos más, instalar decididamente la cultu­ ra del cuidado siendo capaces de responder asertivamente a lo que los demás viven y necesitan. ¿Es posible avanzar y a la vez respetar individualidades, procesos personales y comunitarios? SF: Es el único modo adecuado de hacerlo, de lo contrario será atropello, bullying, y no avance o crecimiento comuni­ tario. Tenemos que ser artesanos de procesos respetuosos, aprendiendo de nuestros errores, reconociendo nuestras violencias y desarrollando la sensibilidad y las prácticas que

¿Cómo se acompañan esas realidades desde la Inspectoría? FL: En la animación inspectorial también estamos buscando cuál es el modo que esté más en sintonía con este proyecto que hemos construido. Desde allí que también los que estamos involucrados en los distintos ámbitos de la anima­ ción tratamos de escuchar mucho la realidad de las comuni­ dades para discernir juntos cuál es la manera o el modo, los dispositivos, a través de los cuales acompañamos la marcha de las comunidades. SF: Lo primero es saliendo al encuentro, sin respuestas ni recetas prefabricadas, sino implicándonos en la vida, los dinamismos y los procesos que se están dando en cada realidad local. Con la preocupación y el corazón puesto en los personas y de modo especial en los jóvenes, no en las estructuras y los roles que son sin duda importantes pero que nunca pueden ocupar el primer lugar. ¿Qué deberíamos erradicar ya de nuestro imaginario a la hora de disponernos a elaborar el PEPS local? FL: Una de las cosas que tenemos que erradicar es esa obsesión por llegar a un documento papel que muchas veces en el mejor de los casos termina en una estantería o en un archivo. Se trata de poner en primer lugar la vida de los jóvenes, la vida de las comunidades, que sean realmente procesos participativos que revitalizan nuestra misión. Eso es lo que deseamos para todas las comunidades, que se pongan en camino deconstruido de renovar su PEPS. SF: Lo que el nuevo paradigma quiere instalar es que el PEPS es en primer lugar una experiencia, un modo de reco­ nocernos en nuestra identidad y de dirigirnos carismática­ mente al fin al que nos llama el Señor en la misión a la que pertenecemos. En pocas palabras ¿a qué nos llama la única misión salesia­ na en Uruguay? FL: Creo que nos llama a reencender en nosotros el fuego de nuestra vocación, de nuestra identidad, y a caminar con los jóvenes, salesianos y laicos, todos juntos, en búsqueda de vivir renovadamente la misión salesiana en Uruguay. SF: Nos llama a desplegar gozosamente la vida vocacionada de todos (jóvenes, laicos y consagrados) en un movimiento que hacemos juntos, compartiendo carisma, vida, historia, desafíos y esperanzas, hasta alcanzar a Don Bosco en el paraíso, ¡él nos ha prometido que allí nos espera! 19


AQUÍYAHORA

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Mïrâr lo grâñdë pârâ luëgo hâçër foço

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Para comprender el significado de sinodalidad es necesario ir a la raíz etimológica. Sínodo, está compuesta por sin (con) y odos (camino) y está enraizada en la vida de Jesús que caminó con sus discípulos con una actitud de acogida y acompañamien­ to. Jesús caminaba al lado de los suyos. Hoy estamos invitados a seguir ese camino. El Papa Francisco ha anunciado para este año un Sínodo bajo el lema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”. Esta clave “sinodal” ha definido a la Iglesia desde sus orígenes. En los primeros tiempos los apóstoles para tomar las decisiones importantes se reunían en comunión, discernían con la ayuda del Espíritu Santo y enviaban cartas ­la forma de comunicarse en aquellos tiempos­ a los cristianos para ponerlos al tanto de lo que resolvían. Ahora el Papa plantea este Sínodo como un tiempo intenso de oración, de búsqueda, de reflexión, de discernimiento y de trabajo. Francisco advierte que vivir procesos en un mundo que no espera demandará paciencia, prudencia y

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sistema vivo tiene que salirse de la lógica causa­efecto, de ese querer explicar un fenómeno desde lo que lo causa”, dice Cecilia Cracco, psicóloga especializada en psicología clínica con orientación familiar sistémica.

Psic. Cecilia Cracco

disposición para “acampar hasta que aclare”. También Don Bosco fue ejemplo de “sinodalidad”, ya que se dejó acompañar y acompañó, caminó al lado de grandes santos y caminó con los jóvenes que tenía a su lado. La “sinodalidad salesiana” nos invita a confiar, a escuchar, trabajando en equipo, contando con otras personas, sobre todo contando con los jóvenes y dejándoles ser los protagonistas de su crecimiento. Pero la sinodalidad debe ir acompañada de otro concepto que es la mirada sistémica. “Si uno pretende entender cualquier

En sus palabras, quienes proponen el paradigma sistémico apelan a un “pensamiento complejo”. “Este paradigma propone tratar de romper con las variables extrañas que implican sacar del contexto”, señala y profundiza: “Lo que vivo no tiene sentido si se lo saca de su contexto”. Yendo de lo general a lo particular, Cracco analiza que la sociedad debe ser pensada desde esta visión donde hay un para qué, hay una finalidad, que la pone en una lógica de desarrollo. Esto implica que los sistemas tendrán necesariamente movimientos para preservarse a sí mismos. “Ese principio aplicado a las familias habla de capacidad de equilibrar estabilidad con cambios”, explica. Para entenderlo mejor añade que si en una familia durante un tiempo


hay condiciones de estabilidad: no nació ningún hijo, no hubo ningún cambio laboral, “no es que no esté pasando nada, el sistema hace pequeños mecanismos de ajustes para generar estabilidad”. “Si cuando un niño se vuelve adolescente lo siguen tratando como un niño el sistema empieza a generar tensión porque es necesario cambiar la estructura”, ahonda. Al evolucionar, la familia tendrá que funcionar diferente, los hijos tendrán otra capacidad de tomar decisiones, o lo mismo ocurre cuando es necesario que uno de los abuelos venga a vivir a la casa, necesariamente la familia tendrá que cambiar su funcionamiento, dice Cracco. “Los problemas aparecen cuando hay mucha presión hacia el cambio, y el sistema se resiste aplicando mecanismos que tienen un costo enorme, o cuando se cambia de una manera caótica sin tener un para qué, sin tener un objetivo claro”, advierte. ¿Cómo generar una mirada sistémica en la organización y en la familia? La psicóloga explica que durante un tiempo los teóricos pensaban que solo un cambio externo que sacudiera el sistema y lo hiciera entrar en crisis, podía hacerlo funcionar. Pero otros señalaron que los sistemas pueden ir haciendo los ajustes necesarios para ir respon­ diendo a las demandas internas. Desde su experiencia en el consultorio, Cracco cuenta que escucha a menudo que en una familia alguien se queja de que antes funcionaban de determinada

manera y ahora un miembro de la familia no quiere seguir haciendo tal práctica. En ese sentido, señala que es necesario ayudar a las personas a cambiar la forma de encarar el tema. “Empeñarse en buscar la causa, pensar que van a encontrar la solución a la situación solo cuando encuentren la causa a veces implica un desgaste enorme, porque para una persona puede ser por una cosa y para otra por otra, entonces quedan empantanados en tratar de llevar al otro a determinadas prácticas”, afirma. Agrega que en vez de mirar hacia atrás, es recomendable analizar lo que pasa ahora, y estudiar qué cambio habría que hacer hacia adelante, sin pensar que la única solución viene de determinada persona. La invitación es a “tratar de complejizar esa lectura, ver la participación de todos en eso que no está saliendo bien. Aplicar el principio que se llama ´la ampliación de foco´. Para comprender un problema hay que mirar esta parte de la organización o de la familia. Miremos a lo grande y luego vemos qué recortes tenemos que hacer”, expresa.

La psicóloga también aclara que cuando uno trata de empezar a mover cosas se tiene que tener noción de que no va a ser inmediato ni sencillo tener una estrategia poderosa que nos implique a todos. En las familias implica que exista una distribución del poder (padres e hijos no pueden mandar por igual aunque en determinado momento los hijos pueden pasar a tener mayor participación), mientras que en las organizaciones supone redefinir jerarquías internas. Cracco señala que es complejo implicarlos a todos en un cambio, pero trabajar en el mismo implica entender por qué lo quiero, y en ese proceso ayuda la mirada externa. “El propio sistema no tiene capacidad de mirarse a sí mismo. Tal vez yo pensé que esto era así y no era así. Alguien externo que ayude a las familias, al grupo, que haga preguntas, traiga información y ayude a cambiar la lectura que hemos hecho y que no nos ha ayudado al cambio. Tener una estrategia poderosa, anticiparse a ese proceso de cambio, analizar qué tendría que pasar para no volver hacia atrás, ser lo más concreto y aterrizado que se pueda”. 23


SINTONIZANDO CONDONBOSCO Sor Chiara Cazzuola Superiora General de las FMA

UN CAMINO EN SINODALIDAD Cuando hablamos de sinodalidad no podemos dejar de pensar que este es precisamente el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio y este es el compromiso programático que nos propone el Papa Francisco. De hecho, subraya que la sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia; lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra "sínodo", que significa poder caminar juntos con un discerni­ miento compartido, a pesar de la diversidad de experiencias y carismas, para hacer la Iglesia unida a todos los niveles. Bastaría vivir lo que decimos para crear una verdadera Iglesia sinodal. En la Exhortación apostólica Christus vivit, el Papa Francisco se dirige sobre todo a los jóvenes que, con su presencia en el Sínodo, han tenido un gran impacto en la elección del método y estilo de trabajo del mismo. Fueron ellos quie­ nes destacaron la importancia de caminar juntos para anunciar la espe­ ranza que nace de la certeza de que Cristo está vivo, que camina entre nosotros y con nosotros. Como cristianos y como miembros de la Familia Salesiana estamos llamados a vivir el estilo sinodal en nuestras comunidades con mayor profundidad y nuevo dinamismo. Nosotros también somos pueblo de Dios en camino, en un camino que pide conversión del corazón y formación seria en la sinoda­ lidad. Debemos asumirlo juntos, como comunidades que educan y se dejan educar en la voluntad de crecer junto a los jóvenes y las jóvenes en la fe y la esperanza. Sabemos bien que una Iglesia sinodal es una Iglesia de escucha. Ciertamente escuchar es más que oír. Es un ejercicio mutuo en el que todos tienen algo que decir y algo que aprender. La sinodali­ dad no es solo una estrategia metodo­ lógica, diría que su sentido radica 24

precisamente en ser fruto y condición de la presencia del Espíritu Santo que crea la unidad. Compartiendo el sueño de Don Bosco y de Madre Mazzarello debemos tomar en serio esta exhortación del Papa Francisco y redescubrir, con aún más entusiasmo y responsabilidad, el significado de "caminar juntos" como comunidad educativa con los jóvenes. Este ejercicio conjunto no es nada nuevo. De hecho, en nuestra tradición salesiana, en Valdocco y Mornese, la sinodalidad se vivía prácticamente sin hablar de ella, porque cada niño y niña tenía la oportunidad de expresar su pensamiento con libertad y en pleno respeto.

Es el camino compartido el que nos convierte, nos hace verificar nuestro punto de vista, nos invita a asumir con fuerza la dimensión comunitaria de la fe como fuente de vida y criterio de verdad. El Sínodo nos hace una pregunta: “¿Quiénes debemos ser hoy con los jóvenes?”

La transición de "para los jóvenes" a "con los jóvenes" es decisiva. ¿Cómo hacer que los jóvenes sean corresponsables de la misión junto con todos? Hoy, sobre todo, se trata de comunida­ des reales y de jóvenes que viven en un contexto social, cultural, mediático y religioso sin precedentes. Por lo tanto, se nos pide no solo que seamos fieles, sino también y sobre todo creativos. El Espíritu del Señor es desde el princi­ pio "creador": una presencia que renueva continuamente, que hace nuevas todas las cosas. Para ello es necesario escuchar con atención,

dialogar con respeto, confrontarnos con apertura de espíritu, planificar con creatividad y verificar con humildad. Todos somos protagonistas en este camino, pero el protagonista por excelencia es el Espíritu Santo. ¡Buen camino juntos!


SABORABUENASNOCHES

La Uni-Mente

Cuando me enfrento a algún término que no uso habitualmente, además de buscar la definición, me gusta recurrir a alguna imagen que me ayude a comprenderlo mejor. Eso me pasa con el término sinodalidad, que si bien en los últimos años lo venimos escuchando cada vez más en el ambiente ecle­ sial, aún no me es muy familiar. Sinodalidad es caminar juntos, trabajar en equipo, contemplar distintas lógicas. Pero sobre todo es escuchar la voz del Espíritu Santo que se mani­ fiesta en todos y todas. Es lo que Jesús vivió con sus discípulos y que conti­ nuó la Iglesia primitiva. Luego, a lo largo de la historia, lamentablemente, la Iglesia no ha actuado siempre así, encerrándose en las sacristías, donde solo participan unos pocos. En el presente hemos escuchado mejor al Espíritu, aunque nunca haya deja­ do de hablar. La Iglesia se propone volver a caminar junta, todas y todos los que la forman. Es así que desde el año pasado se inició el proceso del Sínodo sobre la sinodalidad, para entender mejor este concepto y así vivirlo más eficazmente. La sinodalidad es el camino de la Iglesia de escucha al Espíritu, que se mani­ fiesta de maneras diversas en todos sus miembros. Esta escucha atenta a la voz del Espíritu, es el único camino posible de la Iglesia para poder afrontar los problemas y desafíos que la realidad le presenta. Porque como ha dicho el Papa Francisco en varios momentos, la sinodalidad no es un parlamento o una encuesta de opiniones, sino una experiencia de escucha del Espíritu. Ahora bien, como decía al comienzo, me sirvo de una imagen que para mí es familiar y me ayuda a entender e imaginarme mejor este concepto. Como en la foto, los Eternos son un grupo de superhéroes cósmicos que tienen cada uno distintos poderes, pero que derivan de una misma fuente de energía cósmica. En la película, se enfrentan a un problema que solo pueden resolver cuando forman la Uni­Mente, que es la unión de las inteligencias de cada Eterno en una gran inteligencia colectiva.

La voz del Espíritu habla en todos y todas, manifestándose de diversas maneras. Como los Eternos tienen distintos poderes que provienen de una misma fuente de energía cósmi­ ca, así en cada uno de nosotros el mismo Espíritu Santo se manifiesta con distintas sensibi­ lidades y matices. Y así como la unión de las inteligencias en la Uni­Mente es el modo en que estos superhé­ roes resuelven el Juan Manuel Fernández sdb problema que enfrentan, la sinodalidad es esa Uni­ Mente en la que la voz del Espíritu ya no es la voz de unos pocos ilumina­ dos, sino la de todos los hijos e hijas de Dios que miran el mundo desde lógicas distintas, pero integradas en el mismo cuerpo de Cristo. En tu realidad, ¿qué prácticas de sinodalidad hay?, ¿cuáles se pueden implementar?

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DELÁRBOLSALESIANO

Virginia Capobianco, actriz y docente, subdirectora del Colegio Pío IX

“Cuando el vínculo se construye desde el amor se logran cosas que desde otros lugares no se pueden lograr”

Virginia vive su salesianidad a pleno en cada uno de los espacios que habita: el Colegio Pío, su familia y Casa Texas. Ocupa cargos de responsabilidad que la llevan a hacer de la escucha y el diálogo sus herramientas más aliadas a la hora de gestionar y en la permanente toma de decisiones. Es una mujer agradecida por cuanto recibe en el ámbito salesiano, aunque no deja de interrogarse sobre el por qué hay tan pocas mujeres en los equipos directivos. Se emociona al hablar de su familia, de las Hijas de María Auxiliado­ ra y de Texas: “La expresión del Sistema Preventivo a través del arte” capaz de transformar vidas.

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¿Cómo integrás lo pastoral y la salesianidad en los ámbitos donde te desarrollás profesionalmente? Hay dos cosas que tengo muy marcadas: la mirada atenta a la necesidad del otro y que el objetivo siempre sean los jóve­ nes. Tanto en el Pío como en Texas tenemos un objetivo que está muy marcado y que es la juventud. Lo otro es el servicio, mi vocación es servir a los demás desde los espacios en donde estoy, eso lo aprendí de las Hermanas (Hijas de María Auxiliadora) y de los salesianos. Creo que esas cosas están marcadas en mí y las trato de poner en juego todos los días, buscando que el móvil sea el amor. Cuando el vínculo se construye desde el amor se logran cosas que desde otros lugares no se pueden lograr. ¿Cuál es el principal desafío que afrontaste como subdirec­ tora del Colegio Pío IX? El desafío más grande es la necesidad de conciliación y nego­ ciación permanente con todos. Las decisiones no pueden ser unilaterales, entonces hay que estar equilibrando, negocian­ do y teniendo una mirada macro. No es solo lo que sucede en la semana en secundaria, es lo que vivimos como casa. Entrar siempre en diálogo con los equipos docentes y de coordinadores. Sin darme cuenta estoy todo el tiempo “ne­ gociando”, en el buen sentido de la palabra. Cuando se susci­ taron conflictos puntuales el diálogo fue un gran aliado, siempre aposté a poder conversar en conjunto e individual­ mente. Poder escuchar y encontrarme con la gente a hablar ha sido muy beneficioso para sortear obstáculos, construir y conocer la casa.

¿Qué es Texas para vos? Mi casa, es una suerte de hijo, lo vi nacer, lo cocreé con otros compañeros. Es una escuela salesiana en todo: en su pro­ puesta, en el amor, en todo lo que plantea. Gran parte de mi vida está ahí, es parte de mi proyecto vital y le pongo mucha energía porque siento que es un lugar transformador. Ojalá más jóvenes lo pudieran vivir porque, sin decirlo, es la expre­ sión del Sistema Preventivo a través del arte.

¿El rol de negociar y ponderar opiniones también lo tenés en Texas? Además de actuar, tengo el mismo rol de gestionar y coordi­ nar, con una estructura más flexible, en el sentido de que, cada vez más, tratamos que las decisiones se horizontalicen. Pero tengo un rol parecido, tomo decisiones todo el tiempo, por momentos está tan naturalizado que no me doy cuenta.

¿Cuál fue la decisión más difícil que te tocó tomar en Texas? Cuando hemos tenido que cambiar de espacio físico. Siem­ pre, y estoy segura de que es Don Bosco, aparece una luz. Son momentos en los que te sentís mal, que no sabés qué hacer, y ahí aparece algo. Entonces es como cuando Pinardi apareció y le ofreció a Don Bosco un galpón, bueno, es así, siempre aparece un Pinardi y eso es ser bendecido.

¿Cómo es ser mujer y católica en el mundo del arte? En el mundo del arte el catolicismo es resistido, pero es una gran oportunidad para decir cosas que hay gente que no las puede decir. El teatro me permitió ponerle voz a un montón de cosas que muchas mujeres no pueden decir. Pienso que hay que desmitificar algunas cuestiones en cuanto a los cristianos, ponderemos el decir y los mensajes que queremos transmitir, usemos esto como una herramienta para transfor­ mar vidas y aportar a la sociedad. Desde ahí me paro. Pero también me enojo mucho, la falta de igualdad social, me cuestiona por qué somos tan pocas, por ejemplo, en los equipos directivos del mundo salesiano. Mi vida está cons­ truida a través de esta Congregación y me encantaría que más gurises conozcan a Don Bosco. Sin embargo, es un mundo en donde la mayoría son hombres, y no lo digo desde un lugar negativo sino interrogativo frente a lo femenino, y no es solo en Uruguay.

¿Qué anécdota se te viene a la mente en Texas? Cuando Texas cumplió 20 años se dio que por primera vez compartí escenario con mi ahijado Mauricio. Texas no solo me dio la posibilidad de formarme y ser actriz, sino que además me permitió actuar con mi familia. Es genial porque el clima de familia que queremos construir lo trato de hacer vida, y de estos ejemplos hay un montón. Me puedo dar el lujo de decir que actué con mucha gente y, además, con mi familia, y eso es maravilloso. ¿Con quiénes caminás tu camino? Tengo una familia muy compañera. Camino junto a mi mamá que es una genia, a mi viejo que sigue siendo un gran compa­ ñero, mi hermana y los suyos. A su vez, tengo amigos de muchos años con quienes me crie y son los que caminan conmigo siempre. Me siento una protegida por María y Jesús, y eso es mérito de las hermanas (Hijas de María Auxiliadora). 27


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

TRES VISIONES PROFESIONALES Y DE VIDA Y UN SOLO FIN: AYUDAR A LOS GURISES Y A SUS FAMILIAS

En los momentos difíciles el equipo siempre nos saca adelante

Tres profesionales de disciplinas diferentes pero unidos por el mismo ámbito laboral aportan claves para el trabajo en equipo desde su experiencia en la obra salesiana Picapiedras de Melo. Mónica Veloz (MV) es maestra referente del CAIF; en el Club de Niños Verónica Mazzei (VM) es psicóloga y Richard Rodríguez (RR) coordinador y los tres coinciden en su “enamoramiento” por sus respectivos trabajos, por los gurises y sus familias y por el carisma de Don Bosco “que atrapa”.

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¿Qué es prioridad a la hora de tomar decisiones en equipo? RR‐ Primero que nada el bien común. Es fundamental que sea una mirada en la que todo el equipo esté refle­ jado. Y también centrarnos en lo mejor que podemos hacer por los gurises y sus familias. MV‐ Nuestro equipo es interdisciplinario, y tenemos confianza entre nosotros y en la profesionalidad de cada uno. Se prioriza la escucha y el aporte de cada uno desde su experiencia. VM‐ Es todo lo que dijeron mis compañeros, más ver los pros y los contras, y llegar a un consenso. No es fácil, pero hay que hacer el esfuerzo. ¿Qué les implica lograr llegar a esos consensos? ¿Cómo hilvanan los conceptos? ¿Qué prima? RR‐ Es fundamental escuchar a todos y no tomar deci­ siones apresuradas. Dejar de lado los egoísmos y los egos, sobre todo, y tener claro siempre que lo funda­

mental en los equipos es tener un liderazgo positivo, que cada integrante se sienta escuchado, valorado. VM‐ Lo que hacemos es una mesa redonda, con igual­ dad de condiciones y cada uno aporta desde sus carac­ terísticas, y sus riquezas personales y profesionales. Ese grupo tan heterogéneo genera una riqueza enorme. MV‐ La escucha es fundamental. Sabemos que es inevi­ table que haya cosas positivas y negativas. Lo trabaja­ mos y sacamos adelante las soluciones. ¿A qué renuncian y a qué apuestan en pro de aportar cada uno su granito de arena para ayudar a los otros? RR‐ Aprendés a renunciar y dejar de lado cosas que uno trae de sus experiencias. Además, Picapiedras tiene algo que te atrapa y no te deja irte más, porque uno se siente bien consigo mismo, con los compañeros y con ayudar a los otros. MV‐ Renunciás a muchas cosas, pero ¡es tanto lo que se gana! Es un lugar, un trabajo que enamora. Ese carisma

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de Don Bosco te atrapa. Dejás horas con tu familia, compromisos, en pro de los otros. VM‐ Uno renuncia a momentos personales para estar para el otro. Se recibe mucho en lo humano, mucho más de lo que se puede brindar. Hay un enamoramiento de los gurises, de las familias, de la comunidad. Me hace permanecer ese vínculo con lo trascendente. ¿Qué es lo más positivo del trabajo en equipo y qué es lo no tan positivo de lo que hacen? RR‐ Lo mejor es que se trabaja en paz. Venís a un lugar donde pasan cosas buenas. Y es obvio que no todo es color de rosa, siempre hay cosas para corregir. Gracias a Dios no tenemos cosas malas, más allá de alguna discre­

pancia, que se soluciona con momentos de encuentro del equipo. MV‐ Trabajar en equipo facilita mucho todo. Hay com­ prensión, compromiso, amor a lo que se hace. Sí hay frustraciones, no con los compañeros, sino con lograr los objetivos con las familias, que se estancan, no progresan como uno quisiera. VM‐ Lo mejor del trabajo es cuando ves el progreso en los gurises y te sentís parte de eso. Cada uno es acepta­ do sin ser juzgado. También hay momentos frustrantes que hacen parte del proceso, y eso lo sobrellevamos en equipo. En los momentos difíciles, el equipo siempre nos saca adelante.

Perfiles Mónica Veloz es maestra referente del CAIF y tiene 48 años. Hace más de 14 años que trabaja en la obra. Se vinculó con los salesianos siendo estudiante del liceo. Verónica Mazzei tiene 51 años y es psicóloga del Club de Niños. Su contacto con la Familia Salesiana nació hace 16 años trabajando como psicóloga en el liceo salesiano. Richard Rodríguez es profesor de Educación Física y tiene 53 años. Desde hace 10 años cumple funciones en la obra donde actualmente se desempeña como coordinador del Club de Niños. Se vinculó con los salesianos cuando su hija estudiaba en el colegio. 30


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