Familia: cuna del amor - Boletín Salesiano Julio 2022

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Columnistas: Hna. Cecilia Gayo hma, Juan Manuel Fernández sdb y Lic. Flavio Bartesaghi Ramade. Equipo de redacción y responsables de secciones Natalia Roba, Ana Inés: Rodríguez, Marcelo Hernández, Nicolás Vilche y Nahuel Durand.

Fotografía: Sofía Cayota, Nahuel Durand, de ANS, Pixabay y fotos de archivo. Corrección: Graciela Rodríguez Cuando el corazón estalla PÁG 3. CARTADELDIRECTOR

Mons. Fabián Antúnez sj “El desafío es poder acompañar diversas realidades de familia y mostrarnos como Iglesia samaritana” PÁG 4. ¡SÍ, HAYALGO NUEVO BAJO ELSOL! Don Ángel Fernández Artime “Del tsunami a la Casa Don Bosco de la Esperanza” PÁG 7. SINTONIZANDO CON DON BOSCO Matías Pena Cabrera y P. Antonio Mazza sdb PÁG 8. TODO PORAMOR CON TODO ELCORAZÓN Lic. Flavio Bartesaghi Ramade “Nuevos modelos de familia en nuestra pastoral” PÁG 10. FAMILIAEN OBRA Hna. Cecilia Gayo “'Espíritu de familia' que tenemos para ofrecer PÁG 11. ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO Entrevista a la socióloga Lucía Vernazza La familia: el mejor ámbito para crecer y desarrollarse PÁG 20. AQUÍYAHORA Sor Chiara Cazzuola hma “Reavivar el espíritu de familia” PÁG 24. SINTONIZANDO CON DON BOSCO Florencia Pozzi, encargada del Centro Salesianos Aires Puros La “familia" que en la adversidad sostiene los sueños y la esperanza PÁG 12. VALE LAPENAVIVIRASÍ Silvia Benítez y Cristina Bustos Acompañar desde el amor PÁG 16. CON NOMBREYAPELLIDO Josefina “Joche” Mora, cofundadora de la Obra Social Casa Lunas “Hemos aprendido a trabajar con el otro, y no para el otro” PÁG 28. UNAMANOAMIGA Claudia Cúneo, Silvana Núñez y Karen Amaro, coordinadoras de Casa Valdocco “Es familia cuando hay elección de amar” PÁG 26. DELÁRBOLSALESIANO PÁG 31. GALERÍADE INSTAGRAM Juan Manuel Fernández sdb “¡Abrámonos, no cerremos!” PÁG 25. SABORABUENAS NOCHES

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: Celular:boletinsalesianouruguay@gmail.com092432286 Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: Afiliadoboletinsalesianouruguay@gmail.comalaCámaraUruguayadelLibro./Depósito Legal: 366.191 salesianosuy Director: P. Sebastián Ferreyra sdb Redactora Jefa: Adriana Porteiro

CARTA EDITORADELA 3

Suscribite ¡te vas a encontrar! TU PUENTE CON LA VIDA SALESIANA Completá el cupón con tus datos, sacale una foto con tu celular y mandalo al celular 092 432 286 o llamanos al mismo número. Nombre completo: TDirección:eléfono:Mail:Cadaejemplar:$150 Consultar por compra de varios ejemplares !! conenvíoincluido Una extraña tristeza nos atraviesa el alma cada vez que tomamos contacto con la historia de un joven que está solo en la vida, que por distintos motivos se ha quedado sin nadie, muchas veces rebotan de institución en institución donde no se aprende mucho más que a confirmar que la vida los ha dejado solos y desamparados. Claro que surgen preguntas, algunas certezas tambalean, es que a veces parece que la historia se ensaña con la vida del que menos tiene y puede. Y es ahí, cuando el corazón salesiano estalla y no puede permanecer indiferente, porque «nadie es huérfano en esta tierra» (Don Calosso a Juanito Bosco). Aparecen los proyectos, los espacios y la casa salesiana se hace familia para recibir a los hijos, para que se descubran amados, aceptados, que ahora sí tienen lugar La familiaridad, el espíritu de familia, es la clave pedagógica y pastoral de una casa salesiana. La familiaridad es el modo salesiano de vincularnos. Una familia compleja, diversa, siempre dinámica en movimiento, en definitiva, como toda familia, frágil, muchas veces herida, pero cen trada en aquello que es lo único esencial, el amor.

Qué hermoso don carismático hemos recibido, vivimos y experimentamos con alegría. Qué desafío enorme también es puesto en nuestras manos, no solo por los jóvenes que llegan a nuestras casas, sino también porque el mundo necesita nuestro testimonio. La mirada del que ama antes que juzgar, la actitud del que acoge en lugar de excluir, el gesto del que abraza en vez de golpear, la atracción del que ríe en vez de gritar y ofender. Que este Boletín nos ayude a confiar en nuestra mirada, para que abracemos con amor de padre, madre y hermano cada realidad por más frágil que sea.

Las constituciones de los Salesianos de Don Bosco en el artículo 16 lo expresan así: «Don Bosco quería que en sus ambientes cada uno se sintiera como en su propia casa. La casa salesiana se convierte en familia cuando el afecto es correspondido y todos, hermanos y jóvenes, se sienten acogidos y responsables del bien común. En un clima de mutua confianza y de perdón diario, se siente la necesidad y la alegría de compartirlo todo, y las relaciones se regulan no tanto recurriendo a la ley, cuanto por el movimiento del corazón y por la fe. Un testimonio así́ suscita en los jóvenes el deseo de conocer y seguir la vocación salesiana».

CUANDO EL CORAZÓN ESTALLA P. Sebastián Ferreyra sdb

¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL! 4

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Mons. Fabián Antúnez SJ En un giro de vida totalmente inesperado para él, el año pasado fue designado obispo por el Papa Francisco y en agosto inició su ministerio episcopal en la Diócesis de San José de Mayo. En abril de este año asumió, en el seno de la Conferencia Episcopal del Uruguay, la presidencia de la Comisión de Familia y Vida, una responsabilidad en la que no improvisa dado su master en Ciencias Familiares y que sin duda tendrá el sello de su vasta experiencia en acompañar matrimonios.

Mons. Fabián Antúnez acaba de regresar del Encuentro Mundial de las Familias y tiene muchos proyectos para esa comisión que comparte con matrimonios delegados de las diócesis, y a la que desea sumar diversas espiritualidades y Movimientos. Entrevistado por el BS el obispo comparte las novedades pastorales en torno a la realidad familiar que surgieron en el Encuentro en Roma, cuáles son los desafíos de la Pastoral Familiar en Uruguay, su mirada a las situaciones de crisis matrimoniales y familiares, y cómo vive su experiencia “paternal" en el Hogar Juan XXIII de San José. En junio participó en Roma del X Encuentro Mundial de las Familias. ¿Cuáles fueron los principales temas que estuvieron sobre las mesas de trabajo y de reflexión? En el Encuentro Mundial se buscó recuperar la Exhortación apostólica Amoris laetitia en un contexto de Sinodalidad, de abrir a la escucha las distintas problemáticas que vivimos como sociedad, como humanidad y como familia. Algunos de los temas que estuvieron presentes fueron la Iglesia doméstica y la sinodal, la necesidad de trabajar juntos las distintas vocaciones, la matrimonial y sacerdotal consagrada, en esto de construir Iglesia doméstica; el desafío del encuentro entre los jóvenes y las personas mayores, el acompañamien to al matrimonio en sus primeros años, el repensar el itinerario del noviazgo y la dimensión social de la familia. Asimismo se abordó cómo acompañar diversas realidades más de la periferia, en distintas problemáticas de la pobreza y de la exclusión, de las adicciones. Se presentaron algunos programas de acompañamiento de distintas realidades matrimoniales como la de los separados vueltos a casar y la formación en la afectividad en el matrimonio y en el noviazgo. La santidad del matrimonio y la familia estuvo también en los tonos salientes del encuentro.

¿Surgió alguna mirada novedosa respecto a la realidad de la familia y la respuesta desde la Pastoral? Como novedad surge la necesidad de repensar el itinerario, el catecumenado de novios con alguna propuesta del Dicasterio, algunos programas de acompañamiento a los matrimonios que se instrumenta en Toledo (España) o el Programa de la Esperanza de Paraguay de acompañar la realidad de los separados vueltos a casar Como nuevo Presidente de la Comisión de Familia y Vida de la CEU ¿en qué aspectos pastorales desea hacer foco? Con respecto a la CEU tenemos el

“El desafío es poder acompañar diversas realidades de familia y mostrarnos como Iglesia samaritana”

6 desafío de delinear algunos itinerarios comunes a partir de poder encontrarnos. Hemos tenido primeras reuniones por zoom con delegados diocesanos y el 22 de octubre haremos un encuentro donde reproduciremos algo de lo que vivimos en el Congreso Mundial de la Familia. Deseo hacer foco, fundamentalmente, en consolidar el acompañamiento de la realidad matrimonial en cada una de sus etapas a través de algunos programas que permitan la escucha, el intercambio, la reflexión, pero también acompañar la realidad de las familias quebradas a través de itinerarios de acompañamiento a las fracturas, a los duelos, la separación personal, la viudez, y quizás podamos, de a poquito, pensar algo más en conjunto sobre la preparación para el matrimonio. Me parece que hay un déficit formativo muy grande en esta línea y necesitamos recuperar algunas experiencias positivas y valiosas que venimos realizando en Uruguay y trazar juntos líneas comunes. La Pastoral Familiar ha organizado eventos pero no desarrolló un programa básico común a los Movimientos y las diócesis, que ofrez ca algunos itinerarios compartidos. Mi interés es también que las diversas espiritualidades y los Movimientos puedan hacerse presentes y expresar se ya que algunos tienen síntesis interesantes en el trabajo por las familias que podemos escuchar y compartir. Pienso en los programas de Hogares Nuevos en la Diócesis de Salto, o en lo desarrollado por Schoenstatt en algunas diócesis o el aporte de las Comunidades de Vida Cristiana que se basa en la reflexión de Fernando Vidal, sociólogo de la Universidad de Comillas, quien lleva adelante el Departamento de Familia. ¿Cuáles son, a su parecer, los desafíos actuales para la institución familiar? Vivimos un enorme desafío con respecto a distintas ideologías que nos interpelan como Iglesia y necesitamos, desde la firmeza de nuestras convicciones, de nuestras raíces firmes, poder dialogar y encontrar algunos puntos de encuentro. El desafío es poder acompañar diversas realidades de familia y mostrarnos como Iglesia samaritana, compasiva, que ejercita el arte de la projimidad. Considero que necesitamos seguir dialogando desde una actitud de apertura, de escucha en la línea propuesta por el Papa en Amoris laetitia. Considero que necesitamos seguir potenciando el diálogo colocando al ser humano, al hombre y mujer concreto de nuestro tiempo al centro, y encontrar desde allí caminos para dar mejores respuestas. Acompaña desde hace años a matrimonios. ¿Qué les aconseja para los momentos de crisis de pareja, de dificultades con los hijos o de otra índole? Los momentos de crisis en el matrimonio son oportunidad de crecimien to, de replanteos de las opciones y de intentar mirar en el reverso de esa crisis cuál es la Gracia que Dios está permitiendo para ese matrimonio, esa familia. Son momentos de pensar muy bien las decisiones, de darse tiempo a la calma, a la serenidad, a la paz, al perdón y la reconciliación. Son momentos también de escucha al propio interior y de encontrar en la memoria los motivos fundamentales por los que se eligió ese camino. Me brota aquello de lo Ignaciano, los momentos de crisis no son de tomar decisiones, son de estar en paciencia, son momentos de autoconocimiento, de buscar ayudas externas para dejar se acompañar, para objetivar, para verbalizar las razones profundas de la crisis. Son momentos de ponerse delante del otro desidentificándose con las emociones, con el enojo o con la violencia, y encontrar objetividad dentro de cada uno para que en la ayuda externa, ya sea terapéutica o espiritual (dependiendo de la índole de la crisis) sea posible hallar la posibilidad de salir adelante, de encontrar caminos de crecimiento. Al llegar a San José tomó contacto con el Hogar Juan XXIII, esa obra social diocesana dedicada a niños y adolescentes para quienes usted es una referencia paternal. ¿Cómo vive esa experiencia? El Hogar Juan XXIII es un lugar de Gracia, de mucha presencia de Dios en mi vida. Allí hay mucha vida que se comparte, una experiencia muy bella de familia que se ofrece a partir del compromiso de los educadores y del personal en general, muy identificado con los niños, los adolescentes y con un modo de concebir la vida. Vivo la experiencia desde una gratitud muy honda. Percibo en esos niños y adolescentes un sentido de la resiliencia enorme, una capacidad de superación muy honda de lo que han vivido en su familia de origen que me estimula a la esperanza, a la confianza en el ser humano, a su capacidad de crecer más allá de lo que le ha tocado vivir Experimento en ellos un sentido de la gratitud muy grande y de la servicialidad. Trato de entregarles tiempo, mi persona, mi cariño y mi escucha, y también mi don del sacerdocio y del episcopado. Recibo de ellos muchas cosas, su amor, su gratitud, su cercanía y su cariño que me hace muy concreta mi vocación, el amor expresado muy en los gestos de todos los días que me hacen mucho bien y me dan un sentido de la fecundidad muy grande.

Es también un matrimonio de salesianos cooperadores quienes se encargan de la intendencia, de las compras, de lo que se necesite, y hay una señora, una auténtica mamá Margarita que cocina y acompaña todos los procesos de preparación de las comidas. La provincia salesiana asegura que no les falte lo necesario. Es otra presencia más y se vela por ella con el mismo cariño.

Mi corazón se llenaba de gozo al escuchar que un 12 % de estos muchachos y muchachas de Don Bosco llegan a la universidad. Un 15% hacen después algunos estudios técnicos en nuestras escuelas de formación profesional y más de un 50 %, terminada la enseñanza del colegio público, encuentran un trabajo con el que comenzar su vida con autonomía. Viví no solo un hermoso sueño, sino una realidad que me llegaba muy al corazón. El dolor del tsunami hoy deja paso a la esperanza. Mis mejores deseos para ustedes. 7 Queridos amigos y amigas: Dos semanas atrás me encontraba en Tailandia animando las presencias salesianas en esa bella parte del mundo. En el marco de la visita fui a conocer una pequeña pero muy hermosa presencia ubicada en un lugar de dolor (y hoy de vida); en el mismo lugar donde aquel 26 de diciembre de 2004 un terrible tsunami arrasaba una gran parte de Indonesia, y regiones e islas limítrofes, llegando al sur de Tailandia. En Indonesia fueron unos 172.000 los muertos y desaparecidos. En ese pequeño pueblo de pescadores (y también de turismo, especialmente para extranjeros), los muertos y desaparecidos llegaron a casi 8.000 personas. Una verdadera tragedia. En aquel momento mi predecesor le pidió al provincial de aquella Inspectoría acoger en una nueva presencia salesiana a muchos de los huérfanos víctimas del tsunami. En muy poco tiempo más de 117 muchachos y muchachas tenían una casa y una familia grande que los acogía, les daba seguridad y, aun dentro de su dolor, una oportunidad para mirar a la vida con esperanza. Así pasaron los años y aquellos chicos y chicas crecieron, pudieron formarse y hoy son mujeres y hombres con sus familias y sus vidas bien encaminadas. Toda una bendición aun en medio de la tragedia. Pero hoy, 18 años después, ya no hay, por fortuna, huérfanos de aquel tsunami en Khao Lak. Y se preguntarán ¿en qué ha derivado esa presencia salesiana? Eso es lo que yo pude ver con mis propios ojos. Al llegar nos esperaban 42 niños, niñas y adolescentes, entre los 6 y los 15 años; viven una preciosa vida de amistad y de familia. Están organizados en cinco casitas preciosas, sexagonales, en las que tienen cocina, lugar para lavar su ropa, aseo y ducha; sala de estudio, comedor y un pequeño dormitorio. El lugar es paradisíaco como toda aquella región. Estos chicos y chicas ya no tienen nada que ver con el tsunami del mar, pero sí con el tsunami de la vida, de las pobre zas, de las fragmentaciones familiares. Por lo general no tienen padres; hay quienes tienen la protección de un tío lejano o un familiar más lejano todavía (es decir, casi desconocidos). Y la casa salesiana es esa oportunidad que transforma vidas, que lleva a cabo verdaderos “milagros” porque, de lo contrario, a esas preadolescentes podría esperarles, en algún caso, el caer en cualquier red de prostitución o de explotación de menores, o bien ser obligadas a tener un marido muy mayor o anciano. Y algo más: podrían pensar que allí tenemos una comunidad salesiana, pero no es así. Las presencias en Tailandia y los frentes que atender son tantos y tan diversos y grandes que no conseguimos llegar a todo como comunidades salesianas, pero sí como presencias salesianas con educadores y educadoras salesianos/as. Y en concreto, en la Casa Don Bosco de la Esperanza son dos laicas consagradas quienes están al frente de esta presencia educativa, y quienes hacen de mamás las 24 horas del día.

Rector Mayor Don Ángel Fernández Artime sdb

DEL TSUNAMI A LA CASA DON BOSCO DE LA ESPERANZA

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¿Qué te hace feliz? Vivir el día a día con la gente que amo y dar lo mejor de mí para el oratorio. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? Las mentiras o falsedades. ¿Cuál es tu pensamiento al comenzar un nuevo día? Soy de esas personas que se levanta pensando en lo que tiene para hacer en ese día, pero en lo primero que pienso es en que tengo que aprontarme el mate. ¿Cuál es tu mayor miedo? Alejarme del camino de la fe y del ambien te del oratorio. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? En 2017, cuando falleció mi abuela. Ya que fue y es uno de los principales pilares en mi fe. ¿Qué hacés con todo el corazón en tu vida? Desde que estoy en el oratorio realizo mi tarea como animador con todo el corazón, para poder llevarle lo mejor a los niños y a las familias de los barrios que atendemos. ¿A quién admirás? A mis padres, ya que son mi ejemplo a seguir. Me acompañan en TODO y me enseñaron todo lo que sé, además de que fueron ellos los que me introdujeron en el camino de la fe. También admiro a mis abuelos como ejemplo de amor, constancia, firmeza y superación en la vida. Si pudiera volvería a… Mi primera regata de remo, para sentir la adrenalina y alegría de hacer el deporte que me encanta, porque ahora a mis 20 años la encararía y disfrutaría de otra manera. ¿Qué es la familia para vos? Para mí la familia es amor, protección, ganas de compartir y de vivir, es un espacio muy personal donde me ayudan a crecer como persona y a seguir a pesar de las dificultades que se presenten, llevándome siempre por el buen camino. ¿Qué huella te deja la experiencia de familia? Teniendo en cuenta a mi familia, siento que me deja una huella de solidaridad, acompañamiento en cualquier momento, respeto por el más pequeño o el adulto, de ayudar al que más lo necesita y que principalmente la familia es eso con lo que podés contar incondicionalmente. ¿Soñás con formar una familia? ¿Cómo la imaginás? Sueño con tener una familia igual a la que tengo, o mejor. Principalmente espero ser un buen papá, dándole lo mejor que se pueda a mis hijos y también ser un buen esposo para quien sea mi compañera de vida y de esta forma tener una familia unida y feliz. ¿Qué desafíos tenemos como salesianos ante los nuevos modelos de familia? El principal desafío es poder incluir a todos los modelos de familia, ya que somos todos iguales y no tenemos por qué diferenciar ni tipificar como “distin tos” a los que no siguen el “modelo tradicional” de familia. Siempre mostrándoles que hay un ejemplo de familia a seguir y que es la sagrada familia. ¿Qué es la familia salesiana para vos? Es una familia enorme y hermosa, en la que no nos une la sangre, sino la espiritualidad de Don Bosco que nos hace sentir acompañados, con sus enseñanzas y su ejemplo. Es quien nos impulsa en beneficio de la infancia y de nuestra juventud.

20 años. Estudiando Tecnólogo Químico y Licenciatura en Análisis de Alimentos. Es animador y coordinador del Oratorio San Ramón de Paysandú. Vive con sus padres y su hermano en el barrio cooperativo Covisán X, en la ciudad de Paysandú.

77 años. Integra la comunidad salesiana de Paysandú. Colabora en la Parroquia San Benito como Vicario Pastoral. En la Inspectoría San José del Uruguay acompaña como Delegado a la Familia Salesiana y a los Cooperadores Salesianos.

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¿De su Servicio con la Familia Salesiana y los Salesianos Cooperadores qué nos puede compartir? La Familia Salesiana coordina en una Mesa con Delegados de cada grupo de la Familia. Hay en todos un ambiente de real fraternidad que busca la comunión salesiana de las 9 ramas que están presentes en el Uruguay. Son: Salesianos de Don Bosco (SDB), Hijas de María Auxiliadora (HMA), Asociación de María Auxiliadora (ADMA), Asociación de los Salesianos Cooperadores (ASSCC), Confederación mundial de Exalumnas/os (Exa FMA –SDB), Instituto Secular de Voluntarias de Don Bosco (VDB), Asociación Damas Salesianas (ADS), Fraternidad Contemplativa María de Nazaret (FCMN), y la Asociación Mamá Margarita (de padres y madres de consagrados) que, si bien aún no está oficialmente dentro de la Familia, coordinan con ella. Cada Rama o Grupo tiene su propia organización, estatutos, reglamentos, etc… En la Mesa se trata de compartir el carisma y la misión que nos son comunes, y, como en toda familia, por medio de un mayor conocimiento mutuo y aprecio, se trata de establecer vínculos fraternos fuertes y sólidos que son fundamentales. En los Salesianos Cooperadores me encontré con hermanos laicos viviendo a pleno su salesianidad y que realmente se juegan por Cristo cada día. Si bien hay un descenso vocacional como en toda la vida consagrada y sacerdotal, no los lleva al desánimo, sino a la búsqueda de una mayor Formación Permanente y a buscar ser más radicales y testimoniales. Están dedicados en este año a la reflexión y vivencia del Aguinaldo del Rector Mayor “Hagan todo por Amor, nada por la fuerza”, en el contexto de los 400 años de la muerte de san Francisco de Sales. Esto lleva a cada Centro a profundizar su Vida Asociativa y Apostólica, examinando cómo desarrollar las actividades características de la Asociación en: la vida familiar, su trabajo, la animación de otros grupos y movimientos juveniles y familiares; en la colaboración en centros educativos; en el servicio social entre los pobres; en el trabajo misionero; en el testimonio de la propia fe en el servicio sociopolítico, etc ¿Qué lo hace feliz? En lo personal, que me he podido dedicar en mis 59 años de vida religiosa y en mis 49 años de vida sacerdotal a lo que más ha llenado mi vida: hacer conocer a Jesús a niños, adolescen tes, jóvenes y adultos para que también ellos se puedan sentir felices como yo. En lo eclesial y salesiano, me hace feliz el pensar que a pesar de las dificultades que se están viviendo con las crisis mundiales, en la Iglesia y en la Familia Salesiana, se vislumbra una esperanza de que hay jóvenes que se siguen comprometiendo con Cristo y por sus convicciones. No importan los números, sino la profundidad de una entrega vocacionada. Eso es reconfortante, me llena de esperanza, me hace feliz y me impulsa a seguir en mi propia entrega. Si tuviera que elegir un acontecimiento que lo marcó, ¿cuál sería? Mi ordenación como Salesiano Sacerdote. En los años de estudios teológicos llegué a comprender lo maravilloso de la Eucaristía como momento de vivencia comunitaria y como “fuente y cumbre” de mi vida cristiana y salesiana. ¿Qué es “Hacer todo por amor” como nos pide el Rector Mayor en este año? Es actuar en cada momento como actuaría Jesús. Así como el Padre y el Hijo y el Espíritu se unen en un Misterio infinito de amor, también nosotros al entrar en comunión con Cristo en vida y misión, logramos aquello de San Pablo: “Ya no soy yo quien vive (actúa), es Cristo quien vive (actúa) en mi”. Sueña con una Familia Salesiana que… … que viva especialmente la Gracia de Unidad. ¿Qué huella le gustaría dejar y cómo le gustaría que lo recuerden? Como amigo, y que a través mío puedan haber encontrado a Jesús y ser felices.

No es nuevo que las familias han cambiado en las últimas décadas y que en la sociedad conviven diversas realidades familiares. Ahora bien, ¿cómo respondemos a esa diversidad de familias?, ¿cómo nos acercamos pastoralmente para acompañarlas?

Estas consecuencias nos siguen acompañando a todas las familias por igual, lo que sumado a que en todo este tiempo los adultos hemos estado alejados del centro educativo, hemos perdido el contacto y los espacios de diálogo y escucha que para algunas situaciones familiares son imprescindibles en este momento. Si bien nuestras casas salesianas atienden un sinfín de realidades y lo hacen de la mejor manera posible para responder pastoralmente a la realidad de hoy y los retos que presentan las nuevas generaciones, creo que el desafío que se nos presenta es cómo poder acompañar a las familias en sus diversas manifestaciones, desde la Familia Salesiana en su conSejunto.están retomando talleres de padres y reuniones grupales que son muy necesarias, pero si queremos afrontar el desafío de acompañar a estos nuevos modelos de familia, necesariamente tendremos que propiciar espacios estables de acogida, intercambio y encuentro, donde una madre, un padre o el adulto referente pueda sentirse en casa, hallar un lugar de escucha y sin ningún tipo de Vivimosprejuicios.untiempo que nos interpela permanentemente sobre cómo los cristianos salimos al encuentro del otro y por ello tenemos que poder responder pastoralmente desde la realidad de estas familias, para que sintiéndose queridas y bienvenidas, puedan acercarse a compartir la vida, sus experiencias y afrontar juntas los desafíos de educar a sus Indudablemenhijos.teno es sencillo sumar más cargas y responsabilidades a nuestras casas, pero todo el esfuerzo interdisciplinario que se realiza hacia los chicos puede resultar insuficiente si no logramos acercar a Cristo a los hogares y que, al sentirse amados por Él, sea la semilla de esperanza para construir familias más unidas y felices.

Flavio Bartesaghi Ramade Casado y padre de tres hijos, exalumno salesiano y laico colaborador, Licenciado en Adminis tración y trabaja en cooperación internacional.

Nuevos modelos de familia en nuestra pastoral

En muchos casos la pandemia agudizó los conflictos familiares y hasta generó aun más rupturas en el modelo tradicional y observamos que para la mayoría de estos casos, más que acercarlas a la Iglesia para afrontar sus dificultades, las ha alejado aún más.

La rutina familiar nos excusaba de atender en profundidad las necesidades de nuestros hijos cargándolos incluso a ellos de actividades y la pandemia provocó una pausa tal que para muchos fue tiempo de oportunidad y de calidad de presencia en casa, y para otras familias fue más difícil por no saber afrontar los problemas de vínculos o situaciones de soledad, desapego o depresión entre los niños y adolescentes.

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cuanprmásafirmavas.Peroadqui­rirátonoscadavezofundostomásnossumerja­mosenestostemas.Unaúlmapregunta que me surge de esta reflexión: ¿logramos presen tarles a Dios como Padre y Madre? Qué maravilloso sería si todo niño, niña y joven que pasa por nuestras casas, más allá de su realidad familiar, de si su padre o madre están presentes o de si enen una buena relación con ellos, pudiera encontrar en Dios a alguien que le cuida, protege, guía, acoge y ama. Hna. Cecilia Gayo HMA “Espíritu de familia” que tenemos para ofrecer

Un empo atrás resultaba extraño escuchar a algún niño decir que sus padres estaban divorciados. Hoy en día son minoría los jóvenes cuyos padres aún viven juntos. En solo unos años se ha diversificado muchísimo la realidad familiar de los niños, niñas y jóvenes. Madres y padres solteros, o vueltos a casar, con hermanos o hermanas tros, abuelos y os, con padres heterosexuales u homosexuales, unos días en la casa de papá y otros en lo de mamá… estas son solo algunas cartas de la baraja familiar. Es cierto eso que dicen de que “cada familia es un mundo” y no solo por quienes la integran, sino por las dinámicas internas de las mismas, por las crisis que mueven el piso y los equilibrios alcanzados. Ante esta realidad, diversa y cambiante, muchas veces no sabemos cómo acoger y acompañar. Nos da miedo “meter la pata” cuando abor damos las figuras maternas y paternas. Por no equivocarnos o complicarnos, nos quedamos surfeando en la superficie, sin bucear en la necesidad que todos tenemos de senrnos cuidados, protegidos, guiados, acogidos y amados. Muchos de nuestros gurises sienten que su realidad familiar no es tan maravillosa como quisieran, tal vez no encuentran en casa quien pueda cubrir sus diversas necesidades, quizás solo necesitan un poco de ayuda para descubrir la forma que toma el amor en sus familias. En uno y otro caso, nosotros podemos hacer una gran diferencia. Podemos ser sostén en ese proceso de aceptación y descubrimiento. Podemos ser adultos referentes, puerto seguro, refugio durante la tormenta. Por otro lado, ¡cuánto más significado cobraría para nuestros gurises el “Espíritu de familia” si nos animáramos a recorrer ese camino, si pudiéramos ayudarlos a darle nombre a lo que viven y sienten! Estrecharíamos lazos, forjaríamos confianza, generaríamos afecto. Claro que todo esto se da, alcanza con preguntarle a unos cuantos y muchas de sus respuestas serán

MEGUSTACOMENTOCOMPARTO 11

VALE PENA ASÍLA VIVIR 12

La “familia" que en la adversidad sostiene los sueños y la esperanza

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La escucha activa, el acompañamiento y tender puentes, son algunas de las claves para que este centro salesiano sea un lugar de referencia, de contención y de encuentro para las familias de este barrio que han aprendido, también, a abrazarse entre ellas.

En entrevista con el BS la encargada de esta obra social salesiana describe, con sus luces y sombras, la realidad de las familias del barrio, señala los desafíos que plantea estar a la altura de sus necesidades y comparte la marca que su propia familia ha dejado en ella. Centro Salesiano Aires Puros

El barrio Lavalleja viene cambiando su fisonomía en forma vertiginosa, y pese a las duras circunstancias que atraviesan las vidas de los niños, adolescentes y sus familias, Florencia Pozzi no deja de percibir el bien que se abre camino entre tanto dolor. “No es que nosotros tengamos recetas mágicas, sino que podemos presentar abanicos de cosas diversas para que realmente ellos puedan apostar a soñar, y eso para mí, es traducido en esperanza”, subraya.

En tu experiencia de trabajo en las obras sociales salesianas ¿cuáles son los mayores cambios que percibís en las familias de los niños y jóvenes que atienden?

Considero que hay un gran cambio en cuanto a las oportunidades y a la percepción que pueden tener de las mismas y de los caminos por los que pueden andar. El centro salesiano, sea cual sea, es una puerta que se abre a mundos nuevos. No es que nosotros tengamos recetas mágicas, sino que podemos presentar abanicos de cosas diversas para que realmente ellos puedan apostar a soñar, y eso para mí, es traducido en esperanza. Entonces, los mayores cambios que percibo, es que a futuro se ven, en su mayoría, cosas lindas y mucha esperanza.

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¿Cuál es tu experiencia de familia? ¿Qué marcas te ha dejado? Mi familia me dejó una marca hermosa. Me quedo con las cosas buenas que hacen que hoy sea quién soy, y también las malas, que se las digo a mis padres en tono de chiste y están habladas. Lo malo a uno lo impulsa y son luchas diarias que nos hacen querer ser mejor. Yo pienso en mi parecido con mis padres y tengo una combinación perfecta de lo servicial que es mi madre y de lo responsable que es mi padre, pero estoy orgullosa de eso. También tengo eso de ser muy detallista y que a veces me lleva a agarrarme dolores de cabeza, lo cual no está tan bueno, o estoy muy pendiente de lo que hace el otro, pensando siempre en los demás, y eso tampoco está bueno del todo. Entonces hay que poner en la balanza y tratar de equilibrar. ¿Cuáles son los mayores dolores y las mayores alegrías en las familias del barrio? El barrio está muy marcado por el narcotráfico hoy por hoy, hay mucha violencia y muchas muertes a diario. Los niños y los adolescentes traen todo el tiempo conversaciones sobre esas realidades que afectan a sus familias. Realmente es una realidad de la que a veces es difícil escapar y en la que ellos mismos se encuentran y se proyectan. Para las familias es muy doloroso pensar en esto y en que sus propios hijos no puedan proyectarse de

Tiene 35 años. Es maestra y como tal se ha desempeñado en los últimos 10 años en distintas obras sociales Actualmensalesianas.teesencargada del Centro Salesiano Aires Puros y coordinadora del Club de Niños.

Florencia Pozzi

¿Cuáles son los desafíos que la realidad familiar y los nuevos modos de ser familia plantean a los educadores y profesionales de las obras sociales para acompañar adecuadamente esa realidad? Lo importante para interactuar, tanto con los niños como con las familias, es el convivir y el estar con ellos, escuchar para conocer de primera mano cuáles son esos cambios, no intuir, no pensar: “esto debe ser así”, sino poder ver las cosas y captarlas con todos los sentidos. Y eso, si uno está con una presencia activa en el proyecto, puede percibirlo perfectamente, se pueden ver los cambios en las familias. Y ¿cuáles son a tu juicio los mayores desafíos para estar a la altura de esta nueva realidad? Voy a retrotraerme a la pandemia, porque esa circunstancia retrajo mucho, tanto a los niños como a los adolescen tes y a las familias, y entendemos que ahora hay un nuevo desafío de volver a salir, socializar, unir, congregar. Se nos presenta el desafío de traer nuevamente a las familias para volver a conocerlas (aunque sean viejas conocidas) y generar una nueva confianza. No vivimos aquí con ellos, pero estamos totalmente metidos en su realidad, y efectivamente se puede acompañar de algún modo su vulnerabilidad extendiendo la mano, con la escucha. También tendiendo puentes con otros actores, tanto del barrio como personas que se suman a colaborar con la causa, que trabajan también con esa familia, con esos niños (policlínicas, escuelas, liceos, UTU), lugares de todo tipo que apunten hacia lo mismo que nosotros. Ahí es donde todos obtenemos mayor riqueza: cuando podemos trabajar con otros y cuando sumamos fuerzas para el bien de los gurises.

15 otro modo. Eso provoca mucho dolor, pero, a su vez, bien. Últimamente hay mucho movimiento en el barrio debido al narcotráfico, hay familias muy añejas y otras muy nuevas, y entiendo que las más viejas aportan unión. Todas las familias acuden al centro salesiano buscando ayuda, referencia. Los más antiguos en el barrio intentan también “abrazar” a los nuevos. Eso es algo lindo. Es una alegría que suceda esto en el barrio así como toda la ayuda que generan entre las mismas familias con ollas populares y merenderos. No viene gente externa a promoverlos, sino que son ellas mismas las que lo generan, y eso es algo bueno. Cuando hay ausencia de papá o de mamá, ¿cómo se puede compensar de alguna manera? Yo creo que no hay crianza perfecta, no hay familia perfecta y me parece que esa ausencia en algún momento de la vida se va a sentir, y por más que la compense otra figura va a haber una carencia siempre. Pero obviamente esa ausencia puede estar compensada en mayor o menor modo por mucho amor desde otro lado. Por ejemplo, aquí en el centro, charlamos mucho con los chiquilines en todos los espacios que propiciamos, hay momentos de grupo e intentamos de todas las maneras posibles incluir a los niños en su diversidad. Esas ausencias son tan comunes para estos niños y adolescentes que se acompañan entre ellos todo el tiempo. ¿Qué es ser familia para ti? Para mí el sinónimo de familia es unidad y no es que venga dado ni que se genere de un día para el otro, sino que en la vida se van dando diferentes circunstancias que van construyendo esa unidad. Por lo menos para mí es eso y es como una montaña rusa: hay altibajos, pero que terminan redundando en una meta hermosa que es una meta de amor. Hoy siento que mi familia es unidad y un sostén.

CON YNOMBRE APELLIDO 16

Silvia Benítez y Cristina Bustos son las mamás de los salesianos Nicolás Soto y Juan Manuel Fernández, respectivamente. Cuando hablan de sus hijos, instan táneamente, sus rostros se iluminan con una amplia sonrisa acompañada por la mirada colmada de ternura. Con mucha complicidad, entre risas y anécdotas, comparten cómo reaccionaron ante la noticia de que sus hijos querían optar por la vida consagrada. Ambas coinciden en que al principio fue difícil, pero que con el tiempo lo fueron aceptando y acompañando más de cerca. “Que sea feliz” responden ante la pregunta de qué esperan para la vida de sus hijos.

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¿Qué recuerdan del día en que sus hijos les dijeron que iba a entrar al aspirantado salesiano?

SB: Una tiene que ir aceptando, aunque cueste. Al principio fue duro, porque mi primera reacción fue decir “no estoy de acuerdo”. Pero una tiene que buscar la manera de acompañar. Hoy estoy feliz, y el “clic” fue darme cuen ta de que él estaba feliz ahí. Cuesta aceptar, porque uno tiene un proyecto para sus hijos, pero desde el amor hay que dejar que crezcan y tomen las opciones que los hagan felices. Si tuvieran que describir a sus hijos, ¿cómo lo harían?

SB: Esto ha sido un proceso que me permitió crecer más en la fe, tener cierta curiosidad y más preguntas. Confío mucho más en la Providencia, en dejar todo en manos del Espíritu Santo. Me siento bendecida por los hijos que tengo, no tanto específicamente porque Nico es cura, doy gracias por los tres.

SB: En ese momento estaba haciendo Facultad de Medicina e iba al oratorio de La Teja a animar. Ese día yo estaba en la cocina y él estaba revoloteando (como cuando tiene algo para decir). Y me dijo: “Tengo pensado dejar la facultad y me voy a ir a vivir al aspirantado salesiano”; y yo, siendo un poco bruta, le dije: “Vos sabés que yo no quería que fueras médico, pero menos cura”. Entonces, le pregunté por qué y me dijo: “Yo tuve la suerte de tener una familia constituida ­más allá de que vos y papá estén divorciados­ con amor, con valores, y quiero estar en los lugares que están los chiquilines que no tuvieron la oportunidad de tener una familia”. ¿Qué les generó la noticia? ¿Cómo asumieron el hecho de tener un hijo que optó por dedicarse a la vida consagrada? CB: Hasta el día de hoy leo la carta y me emociona. Me siento muy orgullosa, porque hasta ahora ha hecho bien los deberes. SB: Yo me sentí horrible, estuve años sintiéndome mal. Después me empecé a interiorizar, pero fue un proceso duro.

SB: Nico siempre está, cuando estuve complicada de salud, fue él el que se encargó de dar todas las vueltas. Si es algo sobre la familia, siempre está. Y cuando es relacionado al otro, más que más. Él es feliz en lo que está haciendo. ¿Qué es lo que más las hace sentirse bendecidas?

CB: Un 26 de octubre Juan Manuel se iba a tomar el ómnibus y haciéndole seña me dice: “Che, mamá, abajo del DVD te dejé algo para que leas”. Yo temblaba, y me dejó una carta que decía: “Como siempre respecto a las noticias vos vas a ser la última en enterarte. No estoy preparado para lo que toda madre quiere, que su hijo se case y tenga una familia; quiero ser el padre de todos aquellos chiquilines que estén solos. Tengo ganas de entrar al aspirantado salesiano. Sé que me vas a rezongar, pero yo no me siento preparado para tener una familia, esa no es mi vocación”.

¿Cómo fue acompañarlo en su proceso? ¿Cómo es ser madre en este camino? CB: Yo nunca le tiré tierra encima, me costó, pero lo fui aceptando. Nunca le pregunté si estaba arrepentido o si quería volver a casa. Siempre traté de acompañarlo, desde un “buen día, ¿cómo estás?” hasta un “que descanses, beso”. Y ahora que está en México le digo de hacer una video llamada por semana porque me gusta verlo, si está más flaco, si está más gordo, si se peló o si no.

CB: Juan Manuel donde esté se hace amigos, es muy amiguero. Es muy servicial, si alguien precisa algo él siempre trata de ser el primero en dar una mano.

CB: Yo me uno a las palabras de Silvia. No te digo que seamos privilegiadas, pero hay que ver la realidad: que un chico en esta sociedad quiera ser sacerdote o hermano coadjutor, es uno en muchos y no es fácil. Es una prueba muy fuerte la de ellos, un desprendimiento muy grande.

¿Se sienten como Asociación parte de la Familia Salesiana? CB: Yo represento a la Asociación Mamá Margarita en la Familia Salesiana, y trato de estar y participar, aunque no me siento preparada como mucha gente que está ahí, que sabe mucho. Acá, en las reuniones de la Familia Salesiana nos consideran, pero a nivel superior no está reconocida la Asociación.

SB: Mi madre era muy creyente y formé parte del grupo de jóvenes de La Teja, e iba a misa todos los domingos. Ahí conocí al padre de Nico y ahí me casé. Pero todo se complicó cuando me separé, porque yo me había casado para toda la vida!, entonces me aparté de la Iglesia. Cuando mi hija más grande me dijo que en el colegio se estaban preparando para la Primera Comunión empecé el proceso de sanar para poder acompañarla. Primero fui a las Carmelitas, después volví a la Parroquia de La Teja, me volví a casar y nació Candela y la bautizamos, y así seguí mi camino. Hace 7 años me tuvieron que operar y mi primera reacción fue “¿por qué a mí?”. Después cambié la pregunta y dije “¿para qué a mí?”, y ese fue un clic que también hice, aprendí a confiar en la Providencia. ¿Qué sueñan para la vida de sus hijos?

CB: Que sea feliz. SB: Que sea feliz en lo que está haciendo.

CB: Yo soy exalumna salesiana, viví toda la vida en la esquina de mi colegio. A mi casa iba a dormir, porque pasaba todo el día en el colegio, pero no era de ir a misa todos los domingos, iba cuando tenía ganas o por alguna cosa puntual. Creo en Dios y siempre creí que está al lado mío, pero nunca practiqué de manera devota. Hace un tiempo hice la promesa de ir a misa todos los domingos, la idea era hacer algo que me cueste, y como lo prometí lo hice y lo sigo haciendo. Además, la opción de vida de Juan Manuel me acercó muchísimo más, así como empaparme en lo que son los salesianos.

¿Qué actividades hacen como Asociación Mamá Margarita? SB: Además de acompañar a nuestros hijos, tratamos de hacer actividades en conjunto como Asociación. Recientemente fuimos al PAIVA y tuvimos un encuentro con los novicios. Fue una instancia muy linda, porque hay muchos de ellos que no ven a sus madres o padres hace tiempo, porque están lejos, entonces nosotras “hicimos un poco de mamás”, los acompañamos y compartimos lindos momentos con ellos. Fue como un mimo al alma de esos chiquilines que están muy lejos de sus familias. ¿Cómo comenzaron sus procesos de fe?

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20 AQUÍ AHORAY

21 La Familia: el mejor ámbito para crecer y desarrollarse

“Formar parte de una familia es ser parte de algo que te diferencia del resto. La familia es el primer ámbito de socialización de las personas, es el primer lugar donde se generan vínculos afectivos, donde se reciben estímulos para desarrollar el mayor potencial, donde las personas se forman y el cerebro se potencia”. Con estas palabras la socióloga y magister en Desarrollo Humano, Lucía Vernazza, quien también se desempeña como oficial de Protección de la Niñez de Unicef, resalta la importancia del ámbito familiar para el desarrollo del ser humano y subraya que los niños que nacen y viven sin familia tienen mayores dificultades en su desarrollo. De todos modos, podemos preguntarnos de qué hablamos cuando pronunciamos el vocablo familia y pueden venirnos a la cabeza diferentes “arreglos familiares”, como se le denomina. Vernazza explica que cambió la forma en la que las familias se integran, pero siguen siendo un lugar de contención y de crecimien to. “Necesitamos a la familia para crecer mejor”, subraya. La familia se distingue por ser el ámbito en el que se desarrolla el vínculo de afecto, de proximidad. “Pertenecer a una familia te da ciertas características que te distinguen de los demás”, agrega. Los cambios que ha experimentado la familia “Desde mediados de la década de los 70 se comienzan a percibir señales de cambio en la formación de las parejas y en la organización de las familias (…) estos cambios hacen eclosión a inicios de la década de los 90”, dice la demógrafa Wanda Cabella citada en el Atlas sociodemográfico y de la desigualdad del Uruguay, coordinado por el demógrafo Juan José Calvo y publicado en 2015, con datos del censo de 2011 –último relevamiento poblacional de Uruguay­. Ese trabajo menciona que el componente más paradigmático de este proceso de cambio fue el aumento de las uniones consensuales. En los 2000, más de ocho de cada diez jóvenes había elegido la unión libre frente al matrimonio (según datos del censo de 2011). En el anterior censo de 1996 esta proporción era menor al 30%.

El cambio en la familia también se expresó en el aumento de las separaciones y divorcios. En el año 2002 el 35% de los matrimonios realizados ese año se disolvería, y esa cifra siguió creciendo. Aparejado con esto, la fecundidad tuvo una nueva reducción y se estancó en un valor ubicado por debajo del nivel de reemplazo poblacional (era de 1,9 en 2011 y de 1,6 en 2018). La caída de la fecundidad fue acompañada por el crecimiento de los nacimientos fuera del matrimonio. Otro dato relevante que sirve para contextualizar los cambios experimentados por las familias es el nivel de participación de las mujeres en el mercado de trabajo. En el período transcurrido entre 1996 y 2011 continuó creciendo la tasa de actividad femenina y en las familias biparentales las mujeres realizaban el 70% de las tareas necesarias para el cuidado infantil.

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Como contracara a este fenómeno, si bien el sistema educativo público amplió la cobertura de la educación inicial, la oferta de servicios de cuidado y la extensión de los horarios del sistema público es aún insuficiente para permitirles a las mujeres compatibilizar trabajo y crianza de los niños. El censo de 2011 reveló que casi 72% de los niños de entre 0 y 5 años convive con sus dos progenitores, mientras en las edades correspondientes a la adolescencia solo poco más de la mitad convive con sus dos padres. A su vez, más de un cuarto convive con un solo progenitor, en la vasta mayoría de los casos su madre. En esos casos más del 40% de los hombres no pasan pensión

Otralimenticia.odatoque demuestra la transformación de la familia y de las rupturas conyugales es el incremen to de hogares ensamblados (cuando una persona se separa y se une con otro que tiene hijos). Ya en 2011 el censo demostraba que el 16% de los hogares nucleares que incluyen un hijo menor de 18 años son hogares reconstituidos, es decir que no todos los hijos son de ambos miembros de la pareja.

Estos datos muestran que pese a los enormes avances que ha habido en cuanto a derechos “falta un montón por hacer”, dice Vernazza. Ejemplifica señalando que “la agenda de género ha avanzado de Avenida Italia al sur”, pero que en contextos más vulnerables los hombres no se hacen cargo de los hijos. Según su criterio, una de las mayores dificultades que se presentan es la de los cuidados y el tema socioeconómico. Ambos temas en la pandemia han afectado a las mujeres. “Muchas dejaron de trabajar para cuidar y no se pudieron reinsertar en el mercado laboral”, dice. Atado con eso señala que cuando aumenta el estrés familiar, aumenta la violencia. Añade que “es un gran tema en Uruguay y todavía poco aceptado” y que los golpes y las humillaciones en el ámbito familiar son más comunes de lo que imaginamos. En ese sentido aporta algunos datos preocupantes: 50% de los adultos admiten haber ejercido algún tipo de violencia física o Ppsicológica.oresoplantea el tema de la violencia como uno de los principales desafíos que enfrenta la familia. “La violencia de género es tremendo desafío”, asegura tras referirse a otro estudio reciente realizado entre Unicef e Inmujeres que detectó que 380 mil niños (en Uruguay hay poco menos de un millón de niños) viven en hogares donde hay violencia, y las mujeres que dijeron recibir violencia, 20% habían recibido violencia del varón agresor. Otro desafío que subraya con énfasis es el de acompañar a los niños y adolescentes en ese transcurso de la vida. “Algo que está pasando es que el uso de la tecnología se vio aumentado en pandemia, y los hijos están muy solos”, alerta. De parte de los adultos se escuchan quejas de que no saben qué hacen sus hijos, no lo entienden, dicen que no pueden con la vida de ellos y suena a excusa para no involucrarse. Más allá de que empiezan en esa etapa de autonomía, de encerrarse en el dormitorio, los padres tienen el desafío de involucrarse y asumir el rol ya que son los adultos y “hay que encarar, son tus hijos, les va la vida”, “Aunqueadvierte. sepan más que vos de tecnología saben menos de la vida misma”, reflexiona la socióloga quien por último mencionó al consumo de drogas como otro tema desafiante.

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También nosotros como Familia Salesiana tenemos una reflexión que ofrecer o, quizás, un tesoro por redescubrir, que nunca se desvanece, no pasa de moda y tiene la capacidad de renovarse cada día: el “espíritu de familia”. Cuando hablamos de ella queremos decir, con realismo salesiano, hablar de una realidad dinámica a construir cada día, donde la sombra y la luz se cruzan de manera continua. La lógica del camino es la clave interpretativa de la vida y también del espíritu de familia. No es una realidad donde las personas y los roles están nivelados y no hay diferencias. Nos referimos a una “familia bien ordenada”, como dice Don Bosco, donde se crea una sinergia favorecida por la complementariedad de personas, roles, habilidades, recur sos, mentalidad y culturas que armonizan en la convivencia de las Tdiferencias.odoestoconduce al respeto, a un conocimiento cada vez más profundo y al diálogo constructivo. Cada uno hace su aporte específico e irrepetible consciente de su propia

SINTONIZANDO CONDONBOSCO DE LARESOTROS

limitación y agradecido por el don de los demás. Es un clima que se respira cada día, se construye con pequeños gestos en la concreción de las relaciones ordinarias y cotidianas, en la sonrisa, en la acogida, en la salida, en una palabra amable, el espíritu de familia recuerda un tesoro que pertenece a toda la comunidad educativa. Pero, ¿cuál es el camino pedagógico para llegar a la familiaridad? Don Bosco plantea así la pregunta a Buzzetti: "¿Y cuál es el medio principal para que triunfe tal familiaridad y semejante amor y confianza?". La respuesta es inmediata y desconcertante: "La exacta observancia de las reglas de la casa". ¿De qué reglas estamos hablando? En la misma carta de Roma leemos: "El amor era lo que necesitábamos por regla general". De ahí la cohesión de la comunidad, el afecto recíproco, el secreto de la fecundidad vocacional.MaríaMazzarello escribió: "Haced libremente lo que la caridad exige" (L 35). El amor era la ley suprema de la comunidad, un amor que florecía en la acogida y llenaba la vida de alegría y entusiasmo misionero. La Palabra de Dios y el carisma del Instituto convergen perfectamente: quien no ama, permanece en la muerte. Quien ama genera vida y la desarrolla. Hoy se vuelve imperiosa la conver gencia de los valores de nuestra espiritualidad para poder, como “comunidad apostólica salesiana”, y cada uno según su función, responder dando lo mejor de sí mismo por la salvación de la juventud.

Argentina ­ Clínica en Córdoba elige al Beato Artémides Zatti como patrono El Centro Integral de Cuidados Paliativos y Rehabilitación San Pablo de la ciudad de Córdoba, Argentina, eligió al beato Artémides Zatti como su patrono. Dos hermanos coadjutores entregaron a las autoridades de la institución un cuadro de Zatti que fue colocado en la zona de enfermería, implorando la intercesión del próximo santo coadjutor por todas las personas que viven y trabajan en el nosocomio. La Clínica San Pablo surge como un instrumento y alternativa eficaz para la investigación, diagnóstico y tratamiento de pacientes con enfermedades oncohematológicas y necesidad de cuidados paliativos. Está pensada y diseñada para que los pacientes puedan sentirse como en su propio hogar. Fuente: ANS Ucrania ­ El “Verano Muchachos” salesiano en Kiev A pesar de la guerra que aún continúa en Ucrania, las actividades del “Verano Muchachos” salesiano comenzaron el 1 de agosto en Kiev. Los salesianos, que han tomado la decisión de estar siempre al lado de los jóvenes y de las personas a ellos encomendadas, parten con una nueva propuesta de animación con juegos, meriendas al aire libre, bromas, pequeños talleres artísticos, momentos de reflexión y compartir, oportunidades de crecimiento a través del servicio. “Vamos a los pueblos del noroeste de la región de Kiev, que por casi dos meses fueron ocupados por el ejército ruso y ofrecemos nuestra presencia a los niños que se han quedado aquí y que son víctimas de esta guerra”, explicó el Director de la comunidad salesiana de Kiev, padre Maksym Ryabukha. Fuente: ANS Sor Chiara Cazzuola Superiora General de las FMA

El panorama social que se abre ante nosotros está marcado por lo que muchos han señalado como el fenómeno de las "constelaciones familiares". El matrimonio sigue siendo la modalidad de relación de pareja más extendida, incluso a nivel de opinión. Sin embargo, están surgiendo otras formas y concepciones de relación entre los sexos y generaciones (que se definen como "familia" o que se presentan como una familia “alternativa”), capaces de modificar profundamente la estructura sociocultural.

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REAVIVAR EL ESPÍRITU DE FAMILIA

La familia de Juanito Bosco no tenía una configuración tradicional, y nadie puede decir que allí no se respiró una educación y unos valores humanos envidiables: madre soltera con dos hijos, un hijastro de otra madre y la abuela. Y el mismo Don Bosco junto a Mamá Margarita replicaron ese modelo en el Oratorio al crear una familia para los huérfanos y abandonados: cientos de hermanos de diferente sangre, y un padre y una madre que a la vez eran madre e hijo entre sí. Y vaya que esa casa fue una verdadera familia para tantos.

Problemas y crisis viven todas las familias, porque somos humanos. Pero también porque somos humanos, en toda familia es posible vivir el mandamiento del amor que nos propone Jesús, el respeto a las diferencias, la comprensión, la puesta de límites, la libertad que educa para la vida. No nos quedemos en la chiquita de los modelos y vayamos más allá, ¡abrámonos, no cerremos!

SABORABUENASNOCHES Me tocó vivir una vez con un hermano salesiano mayor, que al llegar a la comunidad después de su actividad en la parroquia, solía tener la misma clase de comen tario: “las familias tienen problemas y necesitan ayuda porque están divididas. Cada vez hay más matrimonios separados, la familia está en crisis”. No dudo que tuviera razón y que esa era realmente una constatación de lo que sucedía. Pero a mí me hacía mucho ruido que eso fuera lo único que dijera sobre las familias: que tenían problemas y crisis. ¿No había nada más para decir, aparte de eso? En general, cuando en los espacios de la Iglesia planteamos el tema sobre los nuevos modelos de familia, terminamos hablando de problemas y crisis porque estos modelos chocan con el modelo tradicional que como Iglesia proponemos, porque es el ideal que Dios sueña para la humanidad. Pero, ¿y si en vez de ver solamente problemas, vemos en estas nuevas configuraciones familiares algunas oportunidades?Losnuevos modelos de familia son una realidad innegable, es algo que sucede, y a la realidad antes de juzgarla en categorías de bueno o malo, hay que mirarla con detenimiento para comprenderla lo mejor posible. La realidad es lo que es, y estos nuevos modelos de familia son cada vez más realidad. Por tanto, creo que sería acertado hablar tanto de los problemas y desafíos, como también de las oportunidades y novedades que traen. ¡Abrámonos a buscar en estas nuevas configuraciones familiares la huella de Dios! Puedo asegurar, por mi propia experiencia familiar y por muchas historias que he conocido, que en familias donde su configuración no es la tradicional, también se puede experimentar el amor de Dios. Porque así es su amor: capaz de llegar a todos lados, más allá de cualquier coyuntura y estructura humana.

¡Abrámonos, no cerremos!

Juan Manuel Fernández sdb 25

Claudia Cúneo, Silvana Núñez y Karen Amaro, coordinadoras de Casa Valdocco.

DEL SALESIANOÁRBOL 26

A nueve meses del inicio de este proyecto, tras un arduo trabajo del equipo de educadores, coordinadores y profesionales, la casa se convirtió en el hogar de una gran familia.

Casa Valdocco es una obra social salesiana que abrió sus puertas en octubre del año pasado y que actualmente alberga a 20 niños, en tanto se acompaña a otros 15 que viven con referentes familiares.

Claudia Cúneo, Silvana Núñez y Karen Amaro, coordinadoras de Casa Valdocco, comparten detalles del devenir de este Hogar 24 horas, su evolución, vivencias y desafíos.

S: Sobre los que residen acá, una de las características de Casa Valdocco es que nuclea a grupos de hermanos que estaban viviendo separados. Sus situaciones son tan variadas como la cantidad de gurises, depende de las razones por la cual están institucionalizados.

K: Al principio fue un tiempo de poner mucho el cuerpo y sostener situaciones. También pasa que los gurises no quieren estar acá y está bien que eso sea así, están porque un juez lo determinó. Entonces tuvimos que aprender a enfren tarnos con este desafío y a hacer que este tiempo que transitan acá sea lo más parecido a una familia, un lugar de contención, seguridad y amor, donde puedan crecer de forma sana. ¿De qué forma empezaron a establecer vínculos más cercanos con los niños?

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K: Planificamos un campamento de 15 días durante el verano en Aguas Blancas, que fue un antes y un después en la casa, y en la vida de los niños y el equipo. Fortaleció el vínculo, nos conocimos más, ellos se abrieron, se sintieron queridos y acompañados. Hubo un quiebre absoluto.

S: Tenemos el gran desafío de garantizar el derecho de vivir en familia de los 20 niños que viven en la casa. En lo cotidiano, día a día nos enfrentamos al desafío de cumplir con toda la logística que implica la casa, como cualquier familia.

K: A su vez apostamos a que los gurises puedan tener instancias individualizadas en otros espacios donde los ayuden a crecer desde otro lugar C: Esto es algo que hay que tejer y articular, desde la gente que se acerca a colaborar y unirlo con las necesidades. Así generar que cada uno pueda compartir experiencias y cons truir

S: Con Claudia nos sumamos al proyecto en diciembre. Los primeros tiempos fueron difíciles. Los niños hacía apenas dos meses que vivían acá, era todo muy nuevo para ellos, casa y adultos referentes nuevos.

C: El cupo de residencia es para 20 niños. Aparte hay 15 niños que están en atención en el contexto familiar, lo que quiere decir que el Centro de Acogimiento y Fortalecimiento Familiar hace el seguimiento y el acompañamiento de cómo va la vida en familia. A veces pueden estar con algún referente familiar u otras figuras adultas protectoras que se ocupen de su crianza.

C: Además tuvimos el apoyo del Voluntariado Misionero Salesiano (VMS), jóvenes que recién en el campamento conocían a los chiquilines y con una mirada fresca de la animación dieron un aporte renovador S: De hecho son voluntarios que siguen siendo parte de la casa y vienen habitualmente. ¿Qué reflexiones les merece el proceso que ha tenido el proyecto en estos meses? S: Es un proceso significativo y notorio en la vida de ellos y de la casa. Vemos cómo ellos se sienten en una familia y sienten su casa, se los ve más contentos, se sienten queridos y escuchados. Todos los días reconocemos pasitos que son significa tivos en la vida de cada uno de ellos. K: Me parece maravilloso el proceso que hemos venido haciendo todos en este poco tiempo. Estoy convencida de la transformación desde el amor, no hay otra vuelta, la experiencia de amarlos y que se sientan amados, como decía Don Bosco. Esa experiencia es la que nos transforma a todos, es maravilloso. C: También tuvimos experiencias de acompañar el proceso de adopción de dos niñas, algo que fue hermoso, una experiencia nueva y de gran aprendizaje. ¿Creen que construyen una familia? C: La semana pasada hicieron un árbol y pegamos el texto de una canción de Aristophanes que eligieron, que tiene una frase que dice "es familia cuando hay una elección de amar", y es así. Ellos saben que no son familia biológica, pero que compartimos como una familia. Nos ayudamos, acompañamos, peleamos y reconciliamos, todo lo que sucede en una familia. S: A su vez, la mayoría del equipo somos de la Familia Salesiana, esto da una riqueza en la búsqueda de estrategias de llegarle a los chiquilines, acompañarlos y afinar el vínculo, y de demostrarles que hay un amor incondicional hacia ellos, que no se modifica por nada y eso es lo que ellos reconocen, se sienten queridos. ¿Qué desafíos tienen para lo que viene?

Algunos tienen vínculo con sus familias y tienen visitas, y hay otros que no. ¿Cómo fueron los primeros tiempos en el Hogar?

K: En este caso ayudamos en el despliegue de herramientas y estrategias para ser figuras adultas de protección y de cuidado que puedan garantizar todos los derechos a los chiquilines, y que ellos crezcan integralmente y de forma saludable.

¿Cuántos niños residen en Casa Valdocco?

UNA AMIGAMANO “… si estos jóvenes hubieran tenidounamigoquesepreocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de estavidaquellevan…” DonBosco(MO) 28

¿Cómo nació la iniciativa de crear Casa Lunas?

En el año 2000 cinco jóvenes profesionales tuvieron la inquietud de responder a la problemática del embarazo adolescente en contexto vulnerable, y crearon el Proyecto Casa Lunas. En el entendido de que “nadie puede maternar o paternar solo” Jose fina Mora, Flavia Previtali, Silvia Capozzoli, Delia Rosales y Cecilia Fernández, con el impulso del Padre Inspector de entonces, fundaron esta “institución que tiene el carisma salesiano en el papel y en la concepción, en la aplicación y en el compromiso social de valorar a las personas y trabajar desde sus potencialidades”. Hoy Casa Lunas es mucho más que un centro diurno para padres y madres de hasta 18 años y sus hijos menores de dos, y en esta entrevista del BS Josefina, una de sus cofundadoras, comparte la historia, evolución y desafíos de la obra social.

Cuando estaba terminando mi carrera, en el 2000, con otras compañeras, la psicóloga Flavia Previtali, la trabajadora social Silvia Capozzoli, la abogada Delia Rosales, y Cecilia Fernández (quien se sumó luego para ocuparse de la parte administrativa y económica), armamos el Proyecto Casa Lunas. El mismo se destina a trabajar con madres y padres adolescentes y sus hijos (hasta los 2 años). Buscamos que fuera una obra salesiana, gestionada por laicos, a lo cual nos impulsó el Padre Inspector de entonces, Juan Algorta sdb. Se creó, entonces, la asociación civil en la que estuve trabajando hasta 2015, ya que mi trabajo en el Mides no me permitía estar en todo. Ahora formo parte de la comisión directiva de manera honoraria. ¿En qué consiste el servicio y cómo fueron los inicios?

Es un espacio de sostén, para darle una envoltura psicosocial a madres y padres jóvenes que deciden seguir adelante con el embarazo, y tratamos de apoyar esa decisión. Es que nadie puede maternar o paternar solo. Es muy importante extenderles una mano, más

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“Hemos aprendido a trabajar con el otro y no para el otro”

Josefina “Joche” Mora cofundadora de la Obra Social Casa Lunas

30 aún cuando se encuentran en un contexto socioeconómico complicado, de malos tratos, violencia y muchas dificultades. Al principio no contábamos con un convenio con el INAU (que tenemos desde 2004) ni disponíamos de una casa. Hicimos una vaquita para pagar el alquiler de una casa en la zona de Jardines del Hipódromo, donde decidimos que debíamos estar. Unos años después nos instalamos en el local donde estamos hasta hoy, en Aparicio Saravia casi Gral. Flores. Lo nuestro fue novedoso, porque no había un centro diurno que atendiera a adolescentes y niños. ¿Cómo evolucionó el Proyecto? Además del centro diurno, que atiende de 8 a 17 horas, tenemos un CAIF y un convenio con UTU, por el cual se dan cursos textiles. También hay maestros que hacen fortalecimiento de estudio. O sea, brindamos acompañamiento al embarazo, el parto, puerperio, la crianza, la maternidad, y también el abordaje del derecho a la educación y el acceso. Es que la maternidad no es el fin de ningún proyecto, sino que es una oportunidad de generar nuevos proyectos, tener nuevos espacios de socialización. ¿Cuáles son los desafíos que aún tienen como propuesta? Nuestros desafíos fueron variando. Al principio la maternidad adolescente era un problema y lo fuimos trabajando. Procuramos visualizar cómo debería ser el acompañamiento y mejorarlo. Otro de los pilares es lo comunitario y lo interinstitucional, porque ninguna institución puede darle abordaje a todo sola, y aunque podría, no está bien. Casa Lunas coordina los temas de salud y el educativo no solo de la joven, sino también del niño cuando ya sale de nuestro cuidado. ¿Cómo funcionan y qué les brindan a esos adolescentes y sus niños y niñas? El centro diurno tiene convenio con INAU y puede atender hasta 60 madres y padres de hasta 18 años, y niños de hasta 2 años. Funciona de 12 a 18 horas. Se brinda almuerzo, talleres, actividades, hay un equipo técnico completo (educadores, psicólogos, trabajadores sociales, abogados, psicomotrisistas, maestros, talleristas varios, etc.). En la mañana está el trabajo con la UTU, que es de 8 a 12, y en paralelo está el CAIF Casa Soles, que trabaja de la mañana hasta la tarde, y su particularidad es que tiene una sala para bebes desde los 6 meses hasta los 3 años. En síntesis, la casa está abierta de lunes a viernes de 8 a 18 horas. Todos los equipos hacen una tarea muy importante y profesional e integral, con un enorme compromiso. Es una institución que tiene el carisma salesiano en el papel y en la concepción, en la aplicación, en el compromiso social de valorar a las personas y trabajar desde sus potencialidades. ¿Cuál es la huella que quieren dejar en esos adolescentes y en sus niños y niñas? Una de las ideas principales es que sus derechos sean restituidos, que tengan esencialmente un proyecto de vida que complemente la maternidad, que puede ser educativo, laboral, o de lograr tener su casa. Hemos aprendido a trabajar con el otro, y no para el otro. Nuestro objetivo es que las jóvenes tengan su voz, y que puedan construir ellas mismas su historia de vida. Josefina Mora. Montevideana. 49 años, casada. Tiene una hija de 10 años. Psicóloga, egresada de la Udelar, con especialización en Psicología Perinatal. Cursó la secundaria en el Colegio British y el bachillerato en el Instituto Juan XXIII, donde luego fue animadora y docente.

También se desempeñó como educadora e integrante del oratorio en el Club de Niños del Centro Aires Puros. Es cofundadora de Casa Lunas donde actualmente integra la comisión directiva. Actualmente trabaja como Referente en Salud Mental en INJU­Mides Perfil

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