Boletín Salesiano Setiembre 2018

Page 1

URUGUAY / Tercera época / Año XL / Nº 7 / Setiembre 2018 / www.issuu.com/bsuru


¡Todo está cambiando!

Alejandro Cardozo “En el Juan XXIII educar en el deporte no es un eslogan, es una realidad”

FAMILIA EN OBRA Mag. Álvaro Silva Muñoz Fútbol y pedagogía

Psic. Diego Martínez, Escuela de Deportes Movimiento Tacurú El deporte como oportunidad educativa

PÁG 16. Pablo “Batata” Alonso "Se juega como se vive”

PÁG 23. Prof. Bruno Mora “Quiero que la gente sea feliz haciendo deporte”

P. Francisco Lezama sdb “El jugador del partido”

PÁG 22.

PÁG 21.

SINTONIZANDO CON DON BOSCO Sor Yvonne Reoungoat fma “Su voz nos sigue desafiando”

PÁG 29. “En el partido de la vida”

PÁG 24. AQUÍ Y AHORA El deporte y los uruguayos

PÁG 30. DEL ÁRBOL SALESIANO Prof. Joaquín Grundel Con el deporte educar desde el conflicto

PÁG 32.

UNA MANO AMIGA La educación NO FORMAL desde AUDEC “Generamos encuentro y oportunidades, y eso nos transmite mucha esperanza”

PÁG 35.

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Mag. Álvaro Silva Muñoz Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Gianfranco Brandi sdb, Hna. María Baffundo hma, Sofía Cayota, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Nicolás Vilche, Juan José Malvárez y Ramiro Pisabarro. Fotografía: Sebastián Andión y Sofía Cayota Corrección: Graciela Rodríguez

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca Departamento Comercial: Luis Gómez E‐mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286 Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy


P. Sergio Álvarez sdb

CARTADELDIRECTOR

¡TODO ESTÁ

cambiando! Te aseguro que luego que leas este Boletín Salesiano pensarás algo similar a lo que expresa este título.

maneras, hay experiencias de que algo está encaminado y se está concretando.

Porque estamos cambiando nosotros, estamos cambiando todos.

Junto a lo específico que nos comparten quienes participan en esta edición, puede que te animen a, desde tu lugar, confiar en los cambios necesarios, imprescindibles, que llevan tiempo, que se pueden disfrutar en el “mientras tanto no”. A este Boletín ¡léelo, te vas a encontrar!

Imagino a esa red de apasionados por el deporte, que lo están desde una perspectiva nueva, siendo buenos acompañantes de los jóvenes, viviendo el carisma con el lenguaje y los espacios que da el ámbito educativo, y me surge un gran agradecimiento a su entrega.

En nombre del Equipo de Producción, un fraterno saludo… Están recreando el deporte para que sea integrador de la persona, para que transforme nuestras relaciones, para que cada uno pueda ser él mismo, para vivir la vida en clave de juego, para ser feliz. Hay algunas realidades que tienen que cambiar para que esto sea una posibilidad ofrecida a todos. En distintos lugares, y de distintas

Suscribite ¡te vas a encontrar! TU PUENTE CON LA VIDA SALESIANA Completá el cupón con tus datos, sacale una foto con tu celular y mandalo al celular 092 432 286 o llamanos al mismo número.

Cada ejemplar: $130 Consultar por compra de varios ejemplares

Nombre completo: Dirección: Teléfono: Mail: 3


¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

Alejandro Cardozo

En el Juan XXIII educar en el deporte no es un eslogan, es una realidad Que el deporte sea un medio para llegar a los jóvenes, educando y compartiendo valores salesianos, es una propuesta que impulsa el Instituto Juan XXIII desde el ámbito pastoral, donde el centro es la persona y no los resultados. Básquetbol, hándbol, voleibol, fútbol cancha y fútbol salón son los depor‐ tes que configuran la propuesta deportiva del Instituto y que faculta a sus alumnos a participar de los torneos organizados por la Asociación Deportiva de Institutos Católicos (ADIC). Alejandro Cardozo, quien lleva 30 años en el centro de estudios y se encarga de coordinar estas actividades bajo el rol de Secretario Deportivo, narra a BS cuáles son los pilares de la propuesta y el perfil de joven que se procura favorecer. 4


5


“En el Juan el deporte no es elitista, lo puede hacer cualquiera. No bus‐ camos formar distintos equipos para fomentar la competitividad, sino que se hace un solo equipo con todos aquellos que quieran jugar. El fin no es el resultado ni la victoria, lo que nos da la posibilidad de que todos aquellos que quieran participar, puedan hacerlo más allá de su capa‐ cidad técnica y táctica. Lo que nos importa es que logren participar en una actividad que les guste y a partir de eso compartir diferentes ex‐ periencias”, asegura Cardozo. A través de la amplia propuesta deportiva se promueve la apertura a todos, buscando que se constituya como una actividad humanizadora que fomente la cooperación, la amistad y el relacionamiento. “Es una plataforma de encuentro, un lugar preventivo que favorece la autoesti‐ ma y la visión positiva del crecimiento”, afirma.

El Juan XXIII propone también (además de los torneos de ADIC) un cam‐ peonato de fútbol interno entre clases donde con menos formalidad y más familiaridad se trabajan todas las normas y valores que se plan‐ tean anteriormente, buscando darle alegría y vida a la tarde. Se ha implementado, en las finales, un tercer tiempo donde los dos equipos intercambian un almuerzo compartido. Son pasos para que sea más social y el resultado no sea lo fundamental. “El deporte es un hecho recreativo donde lo bueno es dejar todo en la cancha respetando las reglas, haciendo todo lo posible para no dañar al

EL GRUPO COMO LUGAR PRIVILEGIADO PARA EDUCAR EN VALORES En cada propuesta se parte de seres individuales donde cada uno aporta lo suyo para formar un grupo y crecer de forma colectiva. Car‐ dozo manifiesta que lo que se prioriza es la persona por encima de todos los resultados. En base a eso se coloca una jerarquía de valores para orientar a los jóvenes y se busca un desarrollo físico y psicológico que favorezca, desde lo grupal, todas las dimensiones sociales del in‐ dividuo. “Al fomentar la cooperación y la amistad evitamos los anta‐ gonismos, tratamos de evitar la violencia, priorizando lo educativo por sobre lo competitivo”, puntualiza el educador. Se busca que el joven acepte las reglas y valore la actividad tanto individual como grupal del deporte en sí, y no en función del éxito o del fracaso. “A veces se aprende mucho más perdiendo que ganando”, sos‐ tiene Cardozo.

6

Lo que más se valora por parte de los animadores que desarrollan cada uno de los deportes es que se haya dejado todo en cada partido, ha‐ biendo hecho el mejor esfuerzo aportando todo al equipo y junto con los compañeros intentar sacar el mejor resultado posible. Pero que no pase de ahí, que este último sea solo un dato más para la estadística.

otro. Quien gane o pierda lo va a hacer dentro de un juego, pero esto no es lo que fundamenta la actividad. Desde el primer día comenzamos a trabajar sobre cuál es la idea del deporte que quiere vivir el Juan. Ante la mínima señal de que alguien se desvía de esos valores que pretende‐ mos fomentar, actuamos de inmediato charlando con el joven, hacién‐ dole un seguimiento y un acompañamiento”, agrega Cardozo.


EL DEPORTE EN EL PATIO SALESIANO El ambiente y el patio es lo que educa a los chi‐ quilines y el deporte con todo lo que fomenta es parte de esto. Para lograrlo se apuesta y confía en los anima‐ dores que están a cargo de cada una de las actividades deportivas. No se les adjudica el título de entrenadores (aunque lo son), sino de animadores. Esto implica un paso más: que demuestre, no solo con sus conocimientos técnicos sino con su testimonio de vida, todo lo que predica.

Últimamente se ha implementado la incorpo‐ ración de un segundo animador cada vez que hay un partido, para que el acompañamiento sea aún mayor. Se puede supervisar no solo lo que sucede dentro de la cancha sino también fuera, parte de un método preventivo para poder estar atento a las situaciones que se presentan.

Cardozo hace hincapié en que hay que hacer lo mejor por los chiquilines y cree que esta es una buena punta para lograrlo: “En el Juan, educar en el deporte no es un eslogan, es una realidad que día a día, con aciertos y errores, intentamos vivir y transmitir, siguiendo la huella de Don Bosco”.

Cardozo comenta que lo principal para un a‐ nimador es que tenga una gran adhesión con lo salesiano: conocer la vida de Don Bosco y sus valores, ser un testimonio vivo de él, tener una gran capacidad de llegada con los jóvenes mediante el diálogo, y saber ser flexible ante las situaciones que pueden llegar a presentarse. Es importante que reúna las características de un líder para poder estar al frente de un grupo, que va a competir y representar a la institución ante otros colegios, trasmitiendo lo positivo y lo que el Juan quiere. Desarrollar la empatía y ser capaz de ponerse en lugar de los chiquilines entendiendo sus diversas si‐ tuaciones. Además aclara: “No solo tiene que tener claro los valores que queremos trasmitir, debe a su vez vivirlos. Vivir eso que expresa y darle im‐ portancia a esas pequeñas cosas que pasan en el grupo para poder ver qué se está manifes‐ tando y tener la capacidad de transformarlo. Desde algo tan simple como no esconder las pelotas, no hacer tiempo, ni golpear al mejor del otro equipo, respetar las normas y al árbitro”. UN ACOMPAÑAMIENTO CONSTANTE Son varias las instancias en las que el deporte permite un acompañamiento del joven para ver por dónde está transitando en su vida. Se le da mucha importancia a las charlas que surgen en el ómnibus camino a cada partido, se organizan comidas con los distintos grupos y también hay una propuesta de intercambio deportivo en Porto Alegre. Todos estos espa‐ cios son fundamentales para que el animador pueda ir trabajando y visualizando cuáles son las situaciones que viven no solo el grupo sino cada integrante. 7


FAMILIAENOBRA

Fútbol y pedagogía Bien valdría el título como síntesis de la par‐ ticipación de la selección uruguaya en el re‐ ciente Mundial, precisamente cuando sabe‐ mos que su director técnico es un maestro que, entre otras cualidades, ha intentado proponer el proceso deportivo como uno simultáneamente pedagógico: diversos ac‐ tores entablan relaciones (dirigentes, juga‐ dores, cuerpo técnico, y varios más), se asu‐ men distintos roles (posiciones en la cancha, por ejemplo), hay saberes en juego (técnicas, tácticas, estrategias), coordenadas de tiem‐ po y espacio (concentraciones, reconoci‐ miento de canchas), actitudes que favo‐ recen la convivencia grupal (en términos am‐ plios, una formación ciudadana), planteo de consignas (descanso, alimentación, ejer‐ cicios físicos). Si bien uno podría afirmar que estos distintos componentes están siempre presentes en la práctica de este y otros de‐ portes, hay uno que contribuye a visualizarla como práctica humana con un horizonte e‐ ducativo si se lo impulsa: la intencionalidad que se persigue y la explicitación de la misma. 1) El Mundial, sin quererlo, es, en el caso de varios futbolistas, la palestra que pretende enfatizar el “ascenso social”. Durante su rea‐ lización, circulan varias historias que mues‐ tran el origen humilde del jugador, las difi‐ cultades que se atravesaron, los obstáculos para llegar hasta las prácticas, etcétera. Pe‐ dagógicamente, es importante enviar el mensaje de que “todos pueden” y los que no llegan, algo habrán hecho o, precisamente, no hicieron. Tal vez se pudiera poner énfasis en otros aspectos de esos recorridos, tal vez con otra intención pedagógica: qué fueron a‐ prendiendo, qué les resultó valioso, por qué algunas personas se constituyeron en refe‐ rentes, cómo articularon diferentes dimen‐ siones de su vida para desarrollar un talento, cómo se despliega el esfuerzo, etcétera. O estas otras intenciones estarían tan permea‐ 8

das de continuar mostrando el “éxito” que también se toparían con un límite. 2) El Mundial, sin quererlo, al conformar equipos por países y no por otro criterio, constituye una escena de los procesos de globalización con sus marchas y contramar‐ chas. Uno de los emergentes más notorios de los mismos es la dinámica de las migraciones: un tal Fernandes brasileño juega por Rusia, Boateng juega por Alemania pero su herma‐ no por Ghana… Se trataría de abordar, peda‐ gógicamente, un cuadro lleno de contradic‐ ciones en el que no se avizoran operaciones simplificadoras: nacionalismos, xenofobia, a‐ porofobia diría Adela Cortina (rechazo al po‐ bre extranjero, no el extranjero que viene a estudiar o es ejecutivo o es un artista de re‐ nombre), refugiados y asilados, nuevas ciu‐ dadanías, patrias, desigualdad norte‐sur. Pe‐ ro nuevamente la pedagogía del Mundial viene en nuestro auxilio y por 90 minutos los contextos sociales se suspenden e “iguales reglas de juego igualan a los países”, y de esta manera y solo mientras dura esa ficción, México puede ser “superior” a Alemania y Senegal a Polonia. 3) Con su carácter de espectáculo y, cierta‐ mente, espectacular, el Mundial enseña que es el evento con mayor capacidad de convo‐ catoria. Durante un mes, marca la agenda de reuniones de trabajo o de campañas electo‐ rales y resulta prácticamente imposible man‐ tenerse ajeno. En realidad, tal vez buena par‐ te se mantenga lejos, porque un 40% de la humanidad no cuenta con electricidad y un 65% aún no ha hecho una llamada telefónica (OEI, 2016). Lo que el Mundial enseña, como

intención pedagógica no dicha, es que “todo el mundo está pendiente de él”, cuando cla‐ ramente buena parte del planeta está “fuera de él”. Esta es una operación pedagógica re‐ levante, que a diario tendemos a reproducir cuando afirmamos que “todo el mundo pien‐ sa que…”, “todos lo hacen”, solamente para respaldar nuestros frágiles argumentos so‐ bre cualquier temática. Para quienes nos gusta el fútbol, también co‐ mo obra de arte, como la atajada de Courtois a Neymar, o el gol de Pavard a Argentina, la tarea educativa se nos revela como campo de contradicciones, plantea Charlot. Y por ello, tal vez, Tabárez arriesgó a explicitar intencio‐ nes pedagógicas en un terreno de prácticas humanas que, aunque no lo diga a los cuatro vientos, como tal no puede situarse fuera de casi ninguna práctica educativa (Freire, Po‐ lítica y educación, 1997). Capaz que por eso es respetado, más allá que cada uno compar‐ ta o no su forma de jugar al fútbol.

Mag. Álvaro Silva Muñoz Departamento de Pedagogía, Política y Sociedad Instituto de Educación Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educa‐ ción (Udelar)


EL BOLETร N SALESIANO ES EL PUENTE A LA VIDA SALESIANA

Completรก el cupรณn de la pรกgina 3 y

ยกSUSCRIBITE! TE VAS A ENCONTRAR 092 432 286 / boletinsalesianouruguay@gmail.com


HACIENDOHISTORIA

ESCUELA DE DEPORTES DEL MOVIMIENTO TACURÚ

El deporte como oportunidad educativa En el año 1999 el sacerdote José Tejero sdb creó la Escuela de Deportes del Movimiento Tacurú como una excusa para propiciar el encuentro de la gente del barrio. Diecinueve años después sigue siendo una excusa para educar, a través de una amplia gama de deportes, a unos 250 adolescentes y jóvenes. Diego Martínez, Psicólogo con especialización en Deportes, quien trabaja como coordinador en la Escuela desde el año 2005, revela cuál es el valor diferencial de la misma: “Educar a través del deporte, no desde los ideales, sino desde las prácticas, y se reflexiona todo el tiempo en función de eso”.

10


El ideólogo de la Escuela, el sacerdote Tejero, comenzó la obra convocando a la gente del barrio y haciendo acuerdos con clubes de fútbol. La actividad se enfocó pri‐ mero en el fútbol y el atletismo, siendo es‐ tas disciplinas “el punto de conexión con el barrio”, narra Martínez. Actualmente, además de fútbol (tanto mas‐ culino como femenino y en varias cate‐ gorías), se ofrecen otras actividades depor‐ tivas como tenis, boxeo, tenis de mesa, hándbol y karate.

La oferta deportiva que se ofrece es posible en virtud de algunos convenios suscritos con el Estado, con asociaciones e institu‐ ciones deportivas, y una pequeña cuota so‐ cial que pagan los padres.

“Es innegable culturalmente lo que significa el fútbol” afirma Martínez, y por ello, en‐ tiende que brinda “una oportunidad edu‐ cativa tremenda”.

Pese a la gran cantidad de adeptos que tie‐ ne el fútbol debido a nuestra idiosincrasia, hay clases de tenis con 15 alumnos, aclara el docente. Con orgullo cuenta que forma par‐ te del plantel de alumnos Tatiana Puchereli, una jovencita, “excelente alumna”, que ha sido becada para ir a China ya por segunda vez.

Argumenta explicando que “podemos co‐ accionar a los gurises y a la familia entera de que si no estudia, si no se superan a nivel de la educación formal, no van a jugar el fin de semana". “Nos pasa que si no va a estudiar nadie se entera en la familia, pero si no juega el fin de semana todos se enteran, y vienen los padres a preguntar por qué no juega su hijo”. “En síntesis, es una excusa in‐ teresante para inculcarles que deben es‐ tudiar, y al ser así es más fácil que a la larga entiendan el valor de formarse, más allá de cómo les vaya en el fútbol”, enfatiza.

DEVOLVER LO RECIBIDO Refiriéndose al valor diferencial de la pro‐ puesta de la Escuela considera que consiste en “educar a través del deporte, no desde los ideales, sino desde las prácticas, y se reflexiona todo el tiempo en función de e‐ so”. "La idea es que vengan los que quieran, hacer un proceso educativo donde se vayan alineando, y no forzarlos. Si hay talento de‐

portivo procuramos canalizarlo hacia lu‐ gares donde puedan desarrollarlo, y sumar la familia siempre en ese proceso”, acota. “Involucrando a la familia se genera un vín‐ culo más fuerte, porque entienden y po‐ tencian el proyecto educativo”, resalta. Para el Psicólogo los grandes logros de esta Escuela residen en que “las familias estén consustanciadas con el proyecto” y que “los gurises elijan dejar otros lugares y venir acá por la forma que tenemos de educar”. “Eso es un incentivo bárbaro”, subraya. A largo plazo, también se perciben otros logros en los procesos que transitan los gurises como cuando la institución incide y participa en sus proyectos de vida. “Hay varios ejemplos de los frutos que vamos recogiendo. Uno es cuando los muchachos vuelven a la Escuela para ser parte de este proyecto pero desde otro rol”, comenta Martínez. Así es que la Escuela cuenta con 40 educadores que son voluntarios y que vuelven a la Escuela a devolver lo que allí recibieron.

Lucas se formó en Tacurú y hoy es ayudante técnico.

El estudio es la base de todo Lucas de Souza tiene 15 años, está cursando 4° año de liceo y juega de delantero desde los 12 años en juveniles del Club Villa Española. Vive en la zona de Unidad Casavalle, con sus padres, desde que tiene 6 años. Su hermano de 10 años juega al fútbol en la escuela de deportes de Tacurú. “Tenía 6 años cuando entré a Tacurú a jugar y vine porque unos amigos del barrio ya estaban. Me gustó lo que hacían y me quedé porque los educadores te trataban de otra manera, más allá si jugabas bien o mal. Nunca te presionaban”, recuerda. Destacó que en su club le pasa lo mismo que en Tacurú, porque está

el programa “Gol al futuro” de la Presidencia de la República, que “si no te va bien en los estudios, no jugás” y aseveró que “el estudio es la base de todo”. Por esto, piensa estudiar profesorado de Educación Física,. Actual‐ mente es ayudante del técnico de la categoría 2009 de Tacurú, y realiza el curso de DT de Baby Fútbol. “Me gusta estar con los gurises y trasmitirles algo de lo que sé. Siempre les digo que tienen que estudiar para ser algo en la vida, más allá del fútbol. Quisiera devolver algo de lo que me enseñaron, los valores. Mi familia me apoya en todo”, aseveró. 11


VALELAPENAVIVIRASÍ

feliz Bruno Mora se agarraba a las piñas todos los días en su barrio y empezó a hacer Judo buscando aprender algún tipo de defensa personal. Al poco tiempo descubrió que esa disciplina no servía para eso, pero sí para mirar los problemas de otra forma. A sus 38 años, ha hecho del deporte su forma de vida y además de entrenar en Judo está aboca‐ do a formar a las nuevas generaciones de docentes de Educación Física que ingresan al Instituto Superior de Educación Física (ISEF). Si bien reconoce algunos logros dados desde el Gobierno como el Plan Nacio‐ nal Integrado de Deporte, observa que son muy pocos los que pueden hacer del deporte competitivo su forma de vida y que aún falta una política nacional integradora. Le gustaría que “la gente tenga la posibilidad de elegir entre muchas ramas diferentes” del deporte y que “los recursos circulen de manera más pareja”. “Hay una manipulación demasiado política de las cosas, creo que debe‐ mos volver a hacer deporte porque nos gusta y nada más”, asevera sin titubear.

12


13


¿Cómo comenzó tu historia con el deporte? Yo empecé a hacer Judo porque me agarraba a las piñas todos los días en la escuela, y en el fútbol. Soy de acá, de Peñarol, y siempre hubo problemas de violencia importantes, no es de ahora. En el 88 empecé a ir al Club Olimpia porque había planes familiares y co‐ mencé a practicar Judo. ¿Qué buscabas en el Judo? Básicamente poder defenderme, creíamos que era lo mejor. Des‐ pués me di cuenta de que no servía para eso, porque el Judo en Uru‐ guay está instalado como un deporte y de defensa aprendés muy poco. Lo que se ve en la investigación, y que sí sirve, es descubrir los momentos y los motivos por los cuales pelear, por ejemplo, algunos me dicen “antes me gritaban en la calle y me agarraba a las piñas, pero ahora después de los años que llevo entrenando vengo al club y peleo acá con gente que sabe pelear, ¿para qué voy a pelear en la calle?”, eso es una transformación radical, te ayuda a resignificar, a mirar los problemas de otra forma, llegás a tu casa, te peleás con tu pareja pero te das cuenta de que venís de un lugar donde te pe‐ leaste a morir con alguien y bueno, mirás las cosas de otra forma. ¿Cómo transforma este deporte y en qué aspectos te transformó a vos? Es interesante ver como los deportes transforman el cuerpo. Y no es solo una transformación biológica, sino también ideológica, te transforma la forma de ver la vida. Te inculca una serie de reglas como, por ejemplo, el “fair play”, reglas de consumo o de cómo enfrentar los problemas que son particulares de cada una de las disciplinas. No es lo mismo una práctica deportiva que está en competencia continua, que un espacio de aikido, en el que solo entrenan y se piensa que lo que existe es una energía universal que se equilibra. Podés, entonces, ver entonces diferentes concepcio‐ nes del cuerpo. Arrancaste a practicar Judo desde muy chico ¿Cómo llegás a la docencia en el deporte? A los 20 años me fui a un campeonato mundial en Armenia, des‐ pués me quedé en Italia donde tengo familia. Quería hacer edu‐ cación física, así que a la vuelta de Italia hice la prueba y entré a estudiar. A su vez, trabajé en el Consulado de Italia, desde el 2005 al 2011. Mientras estudiaba pude trabajar y mantenerme. En 2011 hice la tesis y entré como becario en la dirección del Instituto de Educación Física (ISEF), en plena época de ingreso del Instituto a la Universidad. También, desde el 2009 empecé a trabajar en liceos y escuelas con el proyecto “Tatami”, que en 2011 pasó a ser un espacio de forma‐ ción integral de la Universidad de la República. Es decir, junté esta idea de proyecto social y con la enseñanza de la Universidad en un espacio de formación integral. 14

¿Qué significa “Tatami”? Es el nombre del piso en donde se hace Judo. De hecho, el proyecto comenzó con una donación de “tatamis”, porque sin eso es muy di‐ fícil practicar el deporte. ¿Qué otros factores internos o externos te ayudaron a encarar la vocación por el deporte? ¿Te imaginabas trabajar en su planifica‐ ción? En el momento de pensar en el Liceo en qué hacer, y teniendo la experiencia del Judo, me la jugué por el deporte, con vistas sobre todo a entrenar gente para competir. Me di cuenta, con 20 años, que la carrera de competidor no existía, a no ser que fueras un privilegiado, si tenías dinero o si te ibas al exterior con una beca. No hay trabajadores del deporte en general, a no ser los profesores o algunos deportistas de algunas disciplinas específicas. Es cierto que mi interés siempre fue el competitivo, y el estudio también te transforma, te vas dado cuenta de otras cosas, por ejemplo, de los pocos que somos en estos deportes. Yo me de‐ dicaba a la alta competencia y estaba solo, miraba a los de natación y eran pocos, entonces me entré a preguntar el porqué de eso, y me cuestioné: ¿Cómo me habían enseñado a mí?, ¿en dónde?, ¿qué materiales se necesitaban para aprender?, ¿cómo es el acceso a esa educación?, ¿en qué lugares se enseña Judo? por ejemplo, por tomar un deporte que no sea el fútbol, empecé a ver otros aspec‐ tos, cómo lo clubes monopolizan el conocimiento, y los profes se forman para trabajar en los mismos. En definitiva la economía siempre circula por ahí. Hasta que no se rompa ese círculo los que acceden a esos deporten son los menos. La cuestión es dar la posibilidad a que accedan al deporte, que tengan la opción de hacer Judo sin tener que pagar una cuota de un club. En el fondo, es qué hacemos para que el que quiera pueda lograrlo. ¿Cómo ves la situación del deporte en Uruguay? Una cosa es la situación del fútbol, del básquetbol, del atletismo, sobre todo las carreras de calle que se han masificado, esto es un movimiento mundial, no solo nuestro, la gente sale y eso es bueno porque hacen deporte. Lo otro, como política nacional tenemos que ver cómo nos formamos, porque no puede ser que yo haga un curso en ONFI y vaya a la UTU y no me lo reconozcan, y lo mismo si voy al ISEF. ¿Por qué no me reconocen el recorrido? Falta una política nacional integradora, que unifique. Todos tienen la suya, cada uno en su chacra. A favor lo que veo es un documento que tenemos, el Plan Nacional de Deporte. Más allá de que estemos o no de acuerdo con él, de la forma en la que se financió o se armó, creo que lo bueno es que fue el primer documento de base que llevó adelante una forma de ver el deporte. Lo divide en cuatro áreas: el sistema deportivo en su conjunto, el deporte comunitario, federado y educativo; eso es lo que define el plan nacional de deporte del actual gobierno.


Con el fútbol se dice que es un patrimonio cultural, que viene con los uruguayos, incluso hay algunos que dicen que es parte de nuestro ADN. ¿Qué opinás al respecto? Es todo cultural, cuando uno va a la escuela, por ejemplo, en el aula se dan una serie de materias distintas, no es solo geografía, sino que también hay historia, biología, etc. Con el cuerpo pasa lo mis‐ mo, yo diría que no enseñemos más fútbol, porque eso en cualquier lado lo encontramos. O si vamos a enseñar fútbol en los aparatos del estado, veamos la cuestión crítica del tema; por ejemplo ¿Qué relación tiene el fútbol con la clase social?, ¿por qué se piensa que el fútbol es un espacio de ascenso social?, ¿por qué se diferencia el fútbol del fútbol femenino?, ¿qué es jugar como una nena en el fútbol? porque todo eso es cultural y nos lo dio el fútbol, por lo tanto, creo que es hora de desmenuzar estas cuestiones que arraigamos desde hace mucho tiempo, ya que estamos con la agenda de género discutámoslo. ¿Por qué el deporte está relacionado con la clase social?, ¿por qué el rugby es visto como algo de las clases altas?, ¿por qué se ve como raro que el Jubilar tenga rugby? Preguntémonos estas cosas, no las típicas preguntas fáciles, esas que son más estadísticas, creo que debemos indagar sobre lo que no conocemos, lo que no está a simple vista, aquello que muchas veces incomoda, y de esa forma comenzar a desenredar este tema de la cultura futbolística ¿Por qué es la cultura futbolística y no de tenis o natación?, ¿quién decide sobre ella?, ¿por qué se cerraron y rellenaron piscinas públicas para hacer canchas de fútbol arriba? Eso pasó en el barrio Peñarol, rellenaron dos piscinas y ahora tenemos una plaza en ese lugar, ¿quién decide esas cosas? ¿Por qué es mejor hacer fútbol que otros deportes? Entonces, vamos a trabajar sobre lo desconocido, aquello que abarca a la gran mayoría de la gente, con propuestas nuevas. ¿Por qué un programa deportivo tiene que ser un progra‐ ma de fútbol? ¿Por qué no damos a conocer otros conocimientos, otros espacios deportivos? ¿Qué es el juego? Bueno, si me escuchan mis compañeros de recreación me matan, hay dos acepciones, una que habla del juego en sí mismo y otra que

lo ve al juego como un método para otras cosas. El juego en sí mismo, es jugar por jugar. Por ejemplo, juego a la rayuela porque quiero. Lo otro, es el juego visto como un medio para enseñar, se lo utiliza para algo, diversión o enseñanza. Esto ha sido tradicional‐ mente así, hemos enseñado y utilizado el juego para algo más. ¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué no enseñamos técnicas deportivas porque sí, por el simple hecho de jugar? Y hagamos deporte porque nos gusta. Me parece que hay una manipulación demasiado política de las cosas, creo que debemos volver a hacer deporte porque nos gusta y nada más. Estamos en una época de mucha sensibilidad, donde se pueden mal interpretar correcciones, comentarios ¿Cómo lo ves desde tu rol docente? Uno trabaja con la sensibilidad, eso se pone en juego en una clase cuando hacés deporte. No basta solamente transmitir una técnica, rígida, dura, donde a los que no pueden se les diga “gordito vos lo hiciste mal”. No puede funcionar así, no puede ser nuestra propues‐ ta educativa. En esa lógica fue donde yo me formé. ¿Cómo te gustaría que sea la situación deportiva en nuestro país en 20 años? Me gustaría que la gente tenga la posibilidad de elegir en muchas ramas diferentes, variadas y de diferentes procedencias, y que los recursos circulen de manera más pareja. También, en definitiva, que tengamos un deporte feliz, que la gente sea feliz haciendo deporte. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

16


Entrevista | Pablo “Batata” Alonso

"SE JUEGA COMO SE VIVE” Está en la Selección Uruguaya de Fútbol sub 20 asistiendo a la dirección técnica, sin embargo para él el “Juan XXIII” lo es “todo”. Si bien asegura que nada fue planeado en su vida, fue ahí donde encontró su lugar. Sus ex‐ alumnos, luego de más de dos décadas como docente de Matemática le reconocen: "Se ve el animador salesiano que hay en ti". Su anhelo en la cancha y en el aula es que los jóvenes sientan pasión por lo que hacen. Inspirado en el “sabes silbar” de Don Bosco busca acercarse a ellos desde lo que más les gusta. Pablo “Batata” Alonso está convencido de que “cuando entrás en una cancha, mostrás lo que sos, y llega un momento en el que no lo podés contener más o disimular”. ¿Cómo fueron tus comienzos en el fútbol? Lo mismo que cuando arranqué a dar clases, nunca estuvo planeado. Me encanta el fútbol, siempre mirándolo y analizándolo. Así es como al entablar amistad con Fabián Coito, en el Colegio Maturana, y con su incorporación al papi fútbol, me empezó a insistir: "Vos tenés condiciones, vos podés... ¿por qué no hacés el curso de entrenador? Capaz que podemos hacer algo juntos". Comencé a hacer el curso y cierto día me dice que necesita asistencia en la selección: "Precisamos a alguien que lo haga, o lo hacés vos o no lo hace nadie. Por la confianza que te tengo, la relación que tenemos, sos vos o no es nadie. Falta poco para el sudamericano de Ecuador. ¿Te animás?". Y así empecé. Se dio... y todavía salimos campeones. ¿Cuál es tu rol en la selección? Durante los torneos se recibe mucha información en cuanto a videos; es necesario procesar, compartir con los jugadores, elegir qué compartir y qué no; y buscar también, rastrear en esas imágenes información que sea básica y buena para el cuerpo técnico. Analizar al otro cuadro, el nuestro. Las cosas que hicimos bien y las que hicimos mal, aquellas que hay que mejorar. No hay tiempo real en los torneos, jugás cada semana y se necesitaba a alguien que cumpliera con esta función. ¿Cómo es que pasás a encargarte de la dirección de la sub 20 del Juan XXIII? Como estaba Nico, mi hijo, en la sub 20, me avisó que necesitaban una mano, así que me enganché. Varios de los que dirijo ya habían sido mis alumnos. 17


¿Cómo fueron tus primeros contactos con los salesianos? Siempre estuvo presente esa identidad en el barrio gracias al Maturana, unos primos míos siempre fueron ahí. Mi contacto con los salesianos se dio en el Juan XXIII. ¿Allí participaste de algún grupo de espa‐ cio asociativo? Cuando entré en 4to no había ninguna pro‐ puesta; en 5to tampoco, solo Confirmación, pero nada específico de grupo asociativo. En 6to se creó un grupo que se llamaba "Pa qué", que estaba basado en la búsqueda de la vocación: para qué estamos. Luego de un retiro que tuvimos con mi clase, surgió otro grupo: "Pa eso", para dar respuesta a la pre‐ gunta anterior. Eran básicamente lo mismo pero formado por distintas personas con más afinidad entre ellos. Hoy en día a ese grupo se lo conoce como "Andamios" en el Juan, y al otro como JMS (Juventud Mi‐ sionera Salesiana). Al año siguiente sí, fue el momento en el que explotaron los grupos. Era mi primer año de exalumno, y me tocó animar un grupo de liturgia. También animé un año de JMS en Maturana. Eso fue por esos tiempos, después ya me quedé con el Oratorio de Aires Puros. Esa fue la experien‐ cia salesiana que más me marcó, acompa‐ ñado también de unos cursos de espirituali‐ dad que había en la vuelta, para ir pro‐ fundizando en el tema. ¿Y mientras tanto cursabas Ingeniería? Mientras tanto cursaba ingeniería, sí. Sin mucha motivación. Un día me llamaron pa‐ ra dar clase en el Juan. Ahí fue donde me di cuenta que aquello era lo mío. Encima al año siguiente un profesor pidió licencia y me tocó tomar 24 horas semanales. Fue un desafío interesante. Yo la verdad que hacía ingeniería porque era bueno, porque tenía facilidad, por eso tomé ese rumbo. Pero cuando tuve que empezar a hacer un esfuerzo por estudiar algo de lo que no es‐ taba convencido ahí me empecé a cuestio‐ nar. Aparte coincidió que arranqué con las clases en el Juan. Ahí encontré un lugar. Más adelante me explicaron por qué me contra‐ taron: "Queremos animadores en las 18

clases", me dijeron. Eso me quedó con los años. Me quedé dando matemática porque justo fue lo que surgió. Pero seguramente me hubiera quedado de igual manera, tanto daba cuál fuera la materia. ¿Qué de tu rol de animador ponés en práctica al entrenar a los jóvenes de la Selección? ¿Hay algún punto de contacto? Hay muchos puntos de contacto. Por un lado son jóvenes de la misma edad; pero además por el origen de los jugadores pongo en práctica lo que fue mi experiencia de oratorio hace muchos años, de Centro Juvenil. Hay una mezcla interesante ahí. Es un poco el desafío de cómo acercarte a los gurises de acuerdo de donde vienen, su estilo, su forma. Es el "sabes silbar" de Don Bosco: saber por dónde entrarles a unos y otros. Yo siempre intento acercar‐ me desde lo que les gusta a ellos, por ese lado. ¿Cómo acompañás en la convivencia a estos jóvenes? Todo el ambiente te ayuda. Hay un montón de normas de convivencia, de valores que están atrás que son muy pesados y hay que respetarlos. Lo primero, el modelo como educador; si el modelo no está, las palabras se las lleva el tiempo. Se comparten muchas cosas. Vos te vas de viaje y tenés un montón de horas y días juntos. Convivís, convivís y convivís. Ahí es donde está la importancia de la integridad de los entrenadores y docentes, en que todo el modelo se apoye en ciertos pilares para que los gurises vean cierta referencia.


familiar, educación, más aún a los que no lo tienen. Aparte con la promesa de que todos los beneficios que vengan van a ser para toda la vida. Entonces, cómo manejar eso, cómo entender que eso va a depender de una dedicación y esfuerzo para los que hoy, con 18 años, tenés condiciones. Pero nada más que eso. Después hay un montón de cosas que se requieren para ser un profesio‐ nal, llegar a un determinado nivel. Eso es lo importante y son los valores que hay que tratar que los gurises entiendan. En definitiva, a los 18 años solamente jugás bien. Des‐pués hay que empezar a tener todas las de‐más capacidades que te permi‐ tan ser un buen profesional: entrenarte, cuidarte, es‐forzarte, superar las frustracio‐ nes; todas esas cosas son las que te van a permitir realmente dedicarte a ser futbolis‐ ta. Ese es el desafío más grande a nivel de fútbol, y de cualquier deporte.

¿Tenés alguna referencia en la que te apoyes en esto de ser modelo? Desde lo que es dar clases, estaba Peirano en el Juan. Para nosotros fue el que marcó un estilo. Desde ese punto de vista, Peirano, con un montón de sabiduría, que estuvo pila de años metido con los Salesianos; de repente no leyó tanto de Don Bosco, pero lo que es seguro es que vivía la salesianidad de una manera increíble. En el tema del fútbol trato de apoyarme en Fabián, un tipo que tiene muchísima experiencia, que conoce, que además compartimos muchos valores y formación, y por supuesto amistad. Me apoyo en él como modelo de relacionamiento y de gestión con los gurises. ¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan los jóvenes que acompañás? Es muy variado según si pienso en el fútbol, en la educación, en el Juan XXIII. En el fútbol yo creo que la principal dificultad que enfrentan los gurises es el entorno que genera el ser futbolista, o mejor dicho, proyecto de futbolista. El valor en el deporte es el jugador. El gurí es el que vale por lo que juega para todo el resto de la gente. Se transforma en una mer‐ cancía; para la familia, que invierte los roles, un día los padres trabajaban para que el gurí tuviera un cierto pasar, y a los 18 años el gurí se transforma en el que sostiene a la familia. Se van todos atrás del joven que será el que dé un pasar mejor. Luego, a nivel del empresario y representante es lo mismo. Se generan un montón de expectativas y de promesas; cómo hacer con 18 años para manejar todo eso, cuando muchas veces no hay un sustento familiar o de formación que lo permita. Les cuesta a los que tienen cierta contención

Tu hijo Nicolás juega muy bien y ha tenido ofertas interesantes. ¿Cómo fue? Me ayudó a comprender mejor esta diná‐ mica. Iba de equipo en equipo, pero un año lo llevaron a Peñarol una vez por semana. Durante dos o tres meses un hombre lo venía a buscar a la puerta de Maturana, lo llevaba hasta el complejo de Peñarol que es en Solymar, entrenaba y lo traía de vuelta. Terminó las clases y comenzó a practicar todos los días. Cuando se dio cuenta de que al año siguiente iba a ir al Juan, y que no iba a poder entrar a Peñarol, lo llevó a De‐ fensor. De ahí lo invitaron a participar en la pretemporada al año siguiente. Ese día lle‐ gó a casa, y me dijo que no iba a ir. Pero cuando me dijo esto, el hombre que lo lle‐ vaba y lo traía de los entrenamientos, le había contado: "Mirá que te van a dar esta plata de viáticos, mirá que te van a dar championes todos los meses; y además nosotros te vamos a dar $3500 más de viáticos”. Menos mal que Nico a sus 16 años tenía cierto sustento familiar como para no ser tan tentado por esas promesas, lo moti‐ vaban más otras cosas. Hay gurises con 12 años que llevan el surtido del Macro Mer‐ cado a su casa; así se comprometen las fa‐ milias. Los que entran a las formativas de un 19


FICHA PERSONAL cuadro ya vienen con todas estas tentacio‐ nes. Y así como hoy está él, al día siguiente puede llegar otro mejor y lo corre fácil‐ mente. Hay familias que de repente pu‐ sieron todo ahí, apostaron todo en que el chiquilín llegara a ser futbolista. ¿Conocés casos en los que se hayan desmoronado todas estas ilusiones? Nunca me pasó a mí, pero hay ejemplos varios de etapas anteriores. Yo se los cuen‐ tos por la situación en la que están ahora. Son jóvenes que pasan los 20 años, y aquella carrera milagrosa que se suponía que iban a tener a los 16 o 17, no está. Y están intentando jugar al fútbol quizá en la tercera de un cuadro de segundo orden, buscando volver a ser futbolistas, cuando hace seis años iban a ser los jugadores del futuro. ¿Considerarías que todo es aplicable al fútbol? Hay una cosa que es muy real y que se dice mucho en el fútbol: se juega como se vive. Cuando entrás en una cancha, mostrás lo que sos, y llega un momento en el que no lo podés contener más o disimular. En un grupo aparecen desde el más solida‐ rio, el que flaquea en ciertas situaciones, el que, al revés, agarra la lanza y es el primero y lleva a los compañeros, el que tiene una reacción violenta ante la adversidad, el que se sobrepone, el que sabe ganar, el que sabe respetar al otro, el que sabe perder. Por lo menos yo creo que a nivel personal eso se da mucho. A nivel de convivencia creo que el equipo te pone a prueba en lo que vivís todos los días. La vida en sociedad, los códigos de convivencia, en un equipo se dan. Esto lo vivo también en el papi fútbol: gente de 40 años que en la cancha mues‐ tran quienes son verdaderamente; salen cosas que están tan arraigadas en las per‐ sonas, que no las pueden cambiar. Te a‐ guantarás unos minutos, pero cuando arrancás a perder el control de lo que te conviene, a veces sale lo que sos. Ojo, hay gente que se sabe controlar muy bien. 20

Profesor de Matemática en el Juan XXIII desde hace 26 años, este año tomó la dirección téc‐ nica del equipo de fútbol sub 20 de la Institución. Exalumno del Juan XXIII, animó en el Ora‐ torio de Aires Puros. Asistente en la dirección técnica de la Selección Uruguaya de Fútbol sub 20, junto a Fabián Coito.

¿Hay algo que no admitas? No admito la trampa. Ni que copien en un escrito, ni que presenten un carnet trucho en el papi fútbol, ni en el fútbol universitario, ni que arreglen una suspensión. Las normas son para cumplirlas y son las mismas para todos; si todos empezamos a hacernos trampas, entonces ya no hay más normas. Hoy en día copiar en una prueba es visto como algo casi natural. Vos para una prueba tenés que estudiar, y es lo que te van a evaluar. Si hoy hacés trampa en eso, mañana vas a hacer trampa para cualquier otra cosa, porque te va a parecer normal. Es lo mismo que el contrabando... una vez... dos, tres, es lo mismo. Por eso digo, "Si te agarro copiando te mando a examen". Es con esa intención de hacerte ver que está mal. ¿Qué es para vos una casa salesiana? Es casa, es patio, es escuela, es parroquia, es todo. El Juan para mí es todo. Pasé por todos sus ámbitos, por el Oratorio en Aires Puros, y se vive todo eso. Maturana desde mi ser padre, también. ¿Qué te aporta el carisma salesiano como entrenador y acompañante en el fútbol? El carisma es lo que sos, en definitiva. Lo vivís. Está siempre, todo lo que hagas está impregnado por eso. En tus relaciones, con pares, con los jóvenes, los del Juan y los del fútbol; cómo vas al encuentro. Está en todo. No es cuestión de "ponerse el cassette" en un momento dado. ¿Cómo te gustaría que te recuerden los jóvenes? Pienso en una moda que se está dando en el Juan últimamente de, a fin de año, dedicarte una carta. Hay un montón de cosas que te dicen que, en definitiva, son lo que tú les dejaste. A veces te das cuenta, en otras no. Algo que a mí me gustaría es que les quede la pasión por lo que uno hace. La dedicación, la responsabilidad y el gusto con la que lo hace. Que sepan que ellos son el centro de lo que uno hace, que se lo hace por ellos. Que digan: "Lo hizo por nosotros, se dedicó a nosotros". Que te reconozcan que la docencia es tu vocación, y vean que lo estás haciendo de corazón. En el fútbol, lo mismo. Es un proceso que recién arranca, la esencia creo yo que es la misma. Veinticuatro años después unos exalumnos me escribie‐ ron una carta que decía: "Se ve el animador salesiano que hay en ti". Desde la frase que me había dicho el director el día que me contrató hasta ese momento, nunca había vuelto a hacer la conexión. Eso, en definitiva, es la devolución que espero obtener.


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

Su voz nos sigue desafiando Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay: En el último Capítulo General de nuestro Institu‐ to, celebrado hace ya cuatro años, tuvimos la gra‐ cia de escuchar a un grupo de laicos representan‐ tes de las diferentes presencias educativas del mundo. Sus palabras quedaron resonando entre nosotras, las Hermanas, tanto por su contenido como por "el lugar" que eligieron para hablarnos. Cuando quisieron indicar cuáles son las exigen‐ cias que vislumbraban para la misión salesiana de hoy, ellos eligieron la correcta perspectiva del "nosotros". Es decir, hablándonos en y con la pri‐ mera persona del plural, nos hicieron sentir que estaban tan involucrados como nosotras, las con‐ sagradas (y los consagrados), en la misión que el Señor confió a nuestros Santos Fundadores. Ese "nosotros", entonces referido a las FMA y a los seglares, pero que expresaba la realidad de toda la Familia Salesiana, necesita renovar la mi‐ rada sobre el mundo para verlo con los mismos ojos de Dios, cultivar su propia vida interior, pa‐ decer la sed de Dios para reconocer la sed que experimentan los jóvenes. Hoy tenemos necesidad de conocer a los jóvenes y el mundo en el que viven para poderlos evange‐ lizar, pero para ello, es necesario estar ahí y ser

felices de estar, sin prisa. Se trata de cuidar la ca‐ lidad de las relaciones, y de configurar nuestros ambientes como casa en la que se ama realmen‐ te, profundamente, salesianamente, con senci‐ llez y alegría. Nuestra cercanía a los jóvenes se traduce en el acompañamiento paciente y cari‐ ñoso, propio de quien confía en el otro; en el asu‐ mir el corazón oratoriano como criterio de reno‐ vación de nuestras presencias y de nuestras co‐ munidades. Los jóvenes de todo el mundo están cambiando y es importante tener en cuenta la evolución que viven. Muchos vienen en busca del sentido de la vida, abiertos a acoger propuestas de valores hu‐ manos y espirituales, abiertos al diálogo en la di‐ ferencia. A veces pueden estar desalentados por situaciones que padecen y por la falta de pers‐ pectivas de futuro. Y, ¿cómo no han de desa‐ lentarse si los adultos, incluso los educadores, a veces solo presentan el lado oscuro de la rea‐ lidad? Como educadores comprometidos con la misión salesiana lo primero que debemos ofrecer es la mirada positiva de aquello que funciona bien. La gente está cansada de detenerse en los análisis de

las situaciones, en su mayoría críticos y negativos, aunque eso sea indispensable para situarnos de manera consciente en la realidad. Sin embargo existe la necesidad de infundir ánimo, de pasar al gesto positivo, de ver o intuir lo nuevo que está brotando, porque la gracia misericordiosa de Dios no nos abandona. Posiblemente sería mejor que al culminar la jornada, antes de examinarnos so‐ bre nuestras infidelidades, comenzáramos agra‐ deciendo por la acción de la gracia en nuestros corazones y en nuestras obras… Y en cuanto a los jóvenes, este es el momento de comenzar a considerarlos como interlocutores y no solo como destinatarios. Tienen mucho que decirnos y enseñarnos, si tenemos humildad para aprender; si nos lanzamos a explorar con ellos un mundo posible y hermoso. El mundo del futuro no existirá sin ellos. Como salesianos, estamos lla‐ mados a promover vida, a escuchar sus “pregun‐ tas no expresadas” y, también, a suscitarlas, para convertirnos en adultos significativos. Que la Maestra de Don Bosco nos anime y enseñe como lograrlo.

DEOTROSLARES VII Congreso Internacional de María Auxiliadora El VIII Congreso Internacional de María Auxiliadora organi‐ zado por ADMA tendrá lugar en Buenos Aires, Argentina, del 7 al 10 de noviembre de 2019. El proceso de forma‐ ción de preparación para el Congreso será publicado a partir de este septiembre 2018, todos los meses a tra‐ vés de ADMA online (www.admadonbosco.org y el sitio www.mariaauxiliado‐ ra2019.com.ar). El inicio de las inscripciones tendrá lugar a partir de noviembre de 2018: serán grupales, no individuales, y la organización del Congreso solo se ocupará de la logística y las comidas en el sitio, pero no del alojamiento para la noche. Fuente: ANS

Refugiados de Palabek regresarán cuando vuelva la paz El gobierno de Uganda construyó un asentamiento de 400 km cuadrados donde unos 60.000 refugiados de Palabek reciben alimentos y se les ayuda a construir sus hogares y un huerto para su sustento. Los salesianos viven y comparten con los refugiados. “Todos te dan la bienvenida y te agradecen. Uno escucha historias muy duras y muy difíciles. Uganda es un país muy generoso con los refugiados pues tienen derecho a la libre circulación, a la educación y a la salud de manera gratuita, el derecho a trabajar en el país... Entre los refugiados hay ingenieros, doctores, maestros, abogados, pero todos ellos son simples refugiados que aspiran a regresar a su país cuando vuelva la paz a Sudán del Sur”, escribe Alberto, que pertenece a la Procura Misionera Salesiana de España. Fuente: ANS

21


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

El jugador del partido Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Marcos (9,30‐37) proclamada en la Misa del 23 de se embre, Domingo XXV del Tiempo Ordinario. Ya sobre los 30 minutos del segundo empo, o antes si está muy aburrido, el relator comien‐ za a preguntarle a los comentaristas: “¿Y quién es el jugador del par do?”. Comienzan entonces a deliberar con pasión, como si estuviera en juego una decisión importante: si es el que hizo el gol fundamental, o el que dio los pases justos, o el golero que se atajó todo… Finalmente, se asigna el reconocimiento (que a veces e‐ ne el nombre de una marca aus‐ piciante) y, al terminar el par‐ do, el perio‐ dista que está en la cancha va a bus‐ car al elegido. A par r P. Francisco Lezama sdb de allí todo el diálogo es mucho más previsible (al menos si los involu‐ crados son uruguayos): “¡Felicitaciones, Fula‐ no! Fuiste nombrado el Jugador del par do. ¿Sensaciones?”. “Bueno, la verdad que sí, es una alegría… pero lo importante es aportar al equipo…”.

Más allá de que estas respuestas medio arma‐ das y llenas de clichés nos tengan a veces un poco aburridos, qué lindo que es escucharlas, sobre todo cuando comparamos con las res‐ puestas de jugadores de otras la tudes, más preocupados por su imagen personal (que se traduce en euros o dólares) que por la reali‐ dad de un equipo en el que se está transitoria‐ mente.

sante aporte del pasaje que hoy comenta‐ mos― con el ejemplo de los niños.

Esto parece ser reflejo de una mentalidad de toda nuestra cultura, que exalta la realización individual como el máximo valor, a través del reconocimiento, del “ascenso” en la lucha por el puesto laboral, el cargo polí co o la celebri‐ dad en las redes. Todo vale en esta lucha, todo está permi do, incluso alardear frente a las cámaras o ningunear al rival.

Efec vamente, es un niño a quien Jesús llama en el momento que da esta enseñanza, para poner como ejemplo y signo de lo que está enseñando. También nosotros podríamos aprender mucho si, como sugiere José Enri‐ que Rodó en una de sus conocidas parábolas, miráramos más jugar a los niños. Basta arri‐ marse al pa o de un Oratorio o de una prima‐ ria para ver cómo hay cosas que se pueden entender de otra manera… Sin idealizar a los pequeños (que muchas veces expresan los egoísmos que imitan de nosotros los adultos), se puede ver en ellos la capacidad de disfrute, de trabajo colec vo y de aprendizaje de los errores.

Jesús, también en esto, plantea una alterna ‐ va: “El que quiera ser el primero, que se haga el úl mo de todos y el servidor de todos”. Es una de las tantas paradojas que plantea el Maestro: ¿cómo es posible que el úl mo sea el primero? ¡Es una contradicción!

Ojalá que el ejemplo de nuestros “grandes” jugadores marque un camino en el que cada uruguayo pueda sen rse “jugando en equi‐ po”, y disfrutando, en las buenas y en las malas, de la experiencia de colaborar con un proyecto común.

Pero así funciona el Evangelio. Con la locura de la cruz, pero también ―y este es un intere‐ 23


AQUÍYAHORA

24


25


La inactividad física provoca el 6% de las muertes en el mundo ‐que representa a 3,2 millones de personas‐, detrás de la hipertensión arterial y el consumo de tabaco, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, el sedentarismo aumenta la posibilidad de contraer enferme‐ dades graves: es el responsable de hasta el 25% de los cánceres de mama y colon, del 27% de los casos de diabetes y del 30% de los infartos. Las personas inactivas tienen entre un 20% y un 30% más de riesgo de morir que las que realizan algo de ejercicio físico. Por el contrario, existe evidencia de los resultados positivos del deporte. Luisina Pasarello, médica de la selección de fútbol femenino sub 17, aseguró que “existe una relación dosis‐respuesta entre actividad física y salud”. Por ejemplo mejora la salud ósea, aumenta la densidad y función de los huesos. Mejora la función cardíaca, colabora en el control de peso, favoreciendo la disminución de la grasa corporal. Mejora la digestión y la regularidad del tránsito intestinal, ayuda a mejorar la fuerza y la resistencia muscular, incrementando la aptitud física y también mejora el rendimiento académico.

En una encuesta realizada en 2015 por Opción Consultores el 73% de los encuestados elige caminar, trotar o correr; el 21 % prefiere andar en bicicleta; el 20 % opta por fútbol y un 14 % por la gimnasia aeróbica o la danza

Y para notar esos cambios no es necesario encerrarse horas en un gimnasio. Pasarello recomendó 30 minutos de tres a cinco veces por semana, empezando por un calentamiento de cinco minutos para evitar lesiones, y después realizar enfriamiento para recuperar la frecuencia cardíaca y la pre‐ sión arterial. De todos modos recomendó antes de hacer deporte consultar con un médico de‐ portólogo para situarse en los objetivos del paciente y sus riesgos y garantizar una actividad segura. Los uruguayos han ido tomando mayor conciencia de la importancia de la actividad física y por eso su práctica va un aumento. Según una encuesta realizada a fines de 2015 por la empresa Opción Consultores, a pedido de la Secretaría Nacional del Deporte del gobierno, el 53 % de la población consultada practica algún tipo de actividad física o deporte, 13 % más que en 2005. La cifra es mayor en los más jóvenes y se reduce a medida que aumenta la edad. Entre los menores de 12 años practica deporte el 74 %, entre los de 12 y 15 años baja a 67%, entre quienes tienen de 16 a 20 años es del 64%, entre 21 a 25 años es de 60%, entre 26 y 45 años es de 52%, entre 46 y 50 años es de 47 % y en mayores de 50 años baja al 37%. Practican más deporte quienes tienen mayor nivel educativo: el 55 % de los que tienen enseñanza terciaria completa, mientras que lo hace el 45 % de quienes cursaron secundaria, y el 36% de quienes cursaron solo primaria. Si se divide por género, las mujeres se encuentran por debajo de la media: un 42 % de ellas realiza actividad física, mientras que lo hace el 48% de los hombres. Otro dato que reveló la encuesta es que el deporte no se practica por competencia: el 73% de los encuestados elige caminar, trotar o correr; el 21 % prefiere andar en bicicleta; el 20 % opta por fútbol y un 14 % por la gimnasia aeróbica o la danza.

26


A su vez, seis de diez desarrollan la actividad física al aire libre, y casi tres de diez van a clu‐ bes privados. El resto hace deporte en su casa, trabajo o en centros de enseñanza. Sobre los motivos por lo que practican depor‐ te, los encuestados respondieron que lo ha‐ cen principalmente por motivación, seguido por salud, para recrearse, pasar tiempo con a‐ migos, y en último término por hacer una carrera deportiva. Por el contrario, quienes no hacen actividad física, adujeron principalen‐ te falta de tiempo (el 60%), que se lo impide la salud (un 17 %), falta de interés (14%), 4 % por edad y un 8 % porque no le gusta. BENEFICIOS EMOCIONALES A pesar de la importancia del buen estado físico en la salud, el Psicólogo Marco Gentini, especializado en Psicología del Deporte y la Actividad Física aseguró que la gente elige el deporte porque trae otros beneficios emocio‐ nales y enumeró: “La autoconfianza, la auto‐ estima, la autoeficacia ‐la concepción que uno tiene de que tan eficaz es‐ , la motivación, y la concentración”. “Son habilidades mentales que se trabajan a través del deporte, y que se ven cuando se hace de manera adecuada y con los profesio‐ nales adecuados. Por el contrario alguien se puede desmotivar si forma parte de un grupo donde no se hacen bien las cosas o si no cuenta con las herramientas para poder ma‐ nejarlo”, aclaró. La actividad física permite poner en práctica valores humanos y sociales que enriquecen a la persona sobre todo a edades tempranas. El especialista destacó entre esos valores el compañerismo, la humildad, el sacrificio, el respeto hacia ellos mismos y hacia la autori‐ dad, el percibir los límites, generar hábitos higiénicos, la responsabilidad de hacer el bol‐ so, bañarse antes de irse a la casa, y como consecuencia alimentarse bien son todas cua‐ lidades que se ponen en práctica a la hora de desarrollar un deporte. Si bien es cierto que esos valores también pueden adquirirse en el ámbito de la educa‐ ción formal o en la familia “el plus que tiene el deporte es el impacto emocional”. “La predis‐ posición que tienen por ejemplo los niños a la hora de ir a la escuela es baja en general, en cambio a la hora del ir al deporte van con una predisposición y una motivación muy alta por‐

que tiene un fin en sí mismo que es el disfrute que se logra con el juego, entonces tienen mayor impacto esos valores. Quedan graba‐ dos de mejor manera cuando recibís un a‐ prendizaje con emociones positivas”, añadió. Según Gentini, en esto juegan un papel fun‐ damental los entrenadores y educadores co‐ mo líderes o referentes que son. “El prepara‐ dor o profesor tiene que estar capacitado para remarcar, favorecer y reforzar positivamente cualquier acción de compañerismo o de su‐ peración y también para castigar cuando hay un comportamiento que no es adecuado. Te‐ nés que marcarlo o tener las herramientas pa‐ ra llevar adelante una sanción que sirva de aprendizaje”. Otro aspecto que hace a la integridad de la persona es que el estudio debe ser compati‐ ble con el deporte, aunque está instaurado que si el deporte va bien no es necesario es‐ tudiar, sobre todo en el caso del fútbol que es concebido “como la salvación económica”, di‐ jo Gentini. Al respecto, el Psicólogo sostuvo que es importante transmitir a los más jó‐ venes que son dos actividades que se com‐ plementan. “Hay que hacer un trabajo fuerte para que se comprenda la importancia del desarrollo intelectual. Cuando uno empieza la carrera de deportista profesional entrena un par de horas por día pero tienen exceso de

ocio que podría dedicar al estudio. Pero está poco incentivado también en su entorno más cercano y en la casa”. CONTROLAR LAS EMOCIONES Según explicó Gentini, los cuatro pilares del rendimiento deportivo son la parte física, téc‐ nica, táctica y la psicológica. “Un jugador pue‐ de estar muy bien preparado físicamente y tener la parte técnica y táctica muy clara pero si tiene baja tolerancia a la frustración todo lo otro se desvirtúa en la competencia, si no puede controlar sus emociones no va a poder actuar adecuadamente en los otros niveles, se va a ver empañado el trabajo previo”, se‐ ñaló. Por eso el deportista debe entrenar sus ha‐ bilidades mentales. Con la ayuda de Psicólo‐ gos especializados en deporte que podrán de‐ sarrollar un plan de entrenamiento, el depor‐ tista podrá “poner en práctica estrategias de entrenamiento para evitar determinadas si‐ tuaciones que puedan ser desencadenantes de descontrol emocional”. “No hay un librito o una única forma de ha‐ cerlo, vas a tener que conocer a ese deportis‐ ta, hay deportistas que tienen determinadas creencias, intereses, que harán que el pro‐ fesional a cargo diagrame un plan de trabajo más adecuado para esa persona”. 27


También es una realidad que el deporte des‐ pierta pasiones fuera y dentro de los campos deportivos y de ahí que surjan frecuentes e‐ pisodios de violencia. Consultado sobre có‐ mo trabajar las manifestaciones de violencia, Gentini señaló que “cuanta mayor educación y mayor información serán más evitables los episodios de violencia, cuando uno conoce más al otro lo respeta más, por eso tener in‐ formación es una herramienta fundamental porque le va a costar más tener un acto vio‐ lento contra un conocido o amigo que contra alguien que desconoce”. En ese sentido, contó la experiencia que vienen desarrollando en Gol al Futuro, el pro‐ grama de la Secretaría Nacional del Deporte a través de la puesta en práctica de escuelas de‐ portivas, mediante el cual imparten cursos de actualización para los cuerpos técnicos de for‐ mativas de fútbol. “Asisten 40 entrenadores de distintos clubes y les damos herramientas para que puedan trabajar de mejor manera con sus dirigidos. Esos mismos entrenadores que se encuentran en el curso se enfrentan en la cancha el fin de semana, se genera un es‐ pacio más positivo de desarrollo deportivo, al conocerse estamos fomentando la empatía, el ponerse del lado del otro, y eso indirecta‐ mente repercute, opera de freno o reparo a la hora de pasar ciertos límites, o de insultar al otro. Es un camino que hay que reforzar”. PASANDO RAYA AL MUNDIAL: MUCHO MÁS QUE FÚTBOL Cuatro uruguayos de túnica y moña se desta‐ caron en este Mundial de Rusia 2018 entre la hinchada celeste. Con su atuendo no pasaron desapercibidos entre las cientos de camisetas celestes que alentaron a la selección. Según contaron en el programa Vale la Pena de Radio Oriental, Gonzalo Noseda, Gonzalo Estévez, Miguel Palumbo, y Leonardo Sosa, integrantes del Papi Fútbol del colegio Se‐ minario, lo que los motivó a vestirse así fue que se consideran “los alumnos del maestro” Washignton Tabárez. Sosa dijo que tiró la idea de usar la túnica y moña en un asado, luego unos de sus hijos le preguntó si no le iban a hacer un homenaje al maestro ya que sería su último Mundial. Ya habían estado en Sudáfrica 2010 y en Brasil 2014 junto a sus hijos, y por eso afirmaron que lo que rescatan de los últimos mundiales es que se recuperó la idea de que “el fútbol es una fiesta”. “Te abrazás con tu rival. Nos pasó 28

con Rusia, alentábamos a los rusos que teníamos al lado, ellos nos felicitaban con cada gol. En el boliche ellos nos invitaban a tomar. Eso es lo más fantástico: recuperar que el deporte es una fiesta, aunque seamos rivales. No como acá y en otras partes del mundo que se ha transformado en una guerra”, aseguró uno de ellos. También se refirió a cómo ven a Uruguay en el mundo. “Se lo respeta muchísimo. Nos decían: `Los felicito por como juegan, como meten, ustedes tienen que estar en la final”. Uruguay es reconocido y valorado por la garra que mete, dejando todo en la cancha”, contó otro de los integrantes del equipo. Los “alumnos del maestro” también aprendieron de los japoneses y los copiaron en su experiencia de limpiar el estadio al finalizar un partido, cuyas imágenes recorrieron las redes sociales y llegaron a Uruguay al segundo. “Después de ese partido el grupo dijo que había que repetirlo, toda la gente se sumó y al siguiente partido fuimos con bolsas”, relató otro del equipo. “El proceso del maestro ha trascendido al fútbol. Transmite mucho más que el anhelo de ser campeones del mundo. Aprendimos de los japoneses, aprendimos los mensajes que estos jugadores y el maestro Tabárez nos quieren mandar. Ojalá aprendamos de esta selección y de estos ejemplos, y este país, tan cascoteado por momentos, lo podamos sacar adelante con ese tipo de enseñanzas”, concluyeron. Al respecto, el Psicólogo Gentini, señaló que el perfil de Tabárez ha contribuido a lograr esa cohesión tan fuerte. “Es un maestro al que le importa la persona, la parte social, no ve solo futbolistas que patean bien o mal, ve a la persona en su complejidad y más allá de los 90 minutos de juego. A partir de esa concepción, empezó a buscar un perfil de jugadores determinado en sus categorías formativas”, señaló. “Esa búsqueda se vio acompañada de resultados futbolísti‐ cos que favorecieron ese proceso y lo consolidaron”, subrayó.

27


EN EL PARTIDO

SABORABUENASNOCHES

DE LA VIDA C

omo todo joven del interior, al llegar a la capital, uno de mis grandes anhelos es ir a ver un partido en el estadio Centena‐ rio. Así fue que cumplí mi sueño, estrenán‐ dome con un partidazo de la Celeste. Al lle‐ gar, mientras atravesaba el parque Batlle, ya se podía percibir que aquello era una ver‐ dadera fiesta, todo parecía anunciar que allí sucedería algo muy especial.

La tarde se había vestido de cielo, las sesenta mil gargantas entonando en ferviente armo‐ nía “Soy celeste, celeste soy yo…” Las ju‐ gadas avanzaban lentas pero seguras y cuan‐ do el balón hubo recogido el esfuerzo de to‐ dos, reuniendo el corazón de los once juga‐ dores, el equipo disparó y marcó el tanto del triunfo. Ese momento fue de tal intensidad emocionalmente, que no lo olvido más.

vida. Para llegar a la meta sin duda te necesi‐ tamos y a la vez nos necesitamos unos a o‐ tros como hermanos, que lo somos. Lo im‐ portante no es, desde luego, el puesto que o‐ cupo, Señor, sino la perfección y la profundi‐ dad de mi presencia, ¡qué importa que yo sea defensa o delantero, volante o medio Cuando todo hubo terminado me quedé campista, si soy hasta el máximo lo que debo sentado debajo de la gran torre, mirando ser! como lentamente aquella inmensa masa celeste se deslizaba por todas partes. No me Mirando fijamente la alfombra verde, me daban ganas de irme, aquello había sido pa‐ imagino mi jornada cotidiana, y se la ofrezco ra mí una verdadera celebración que me al Creador, haciéndome algunas preguntas conectaba con Dios y al sentir que me ayudan a verme en varios puestos el silencio le fui poniendo que a menudo ocupo en la cancha rutinaria. palabras a aquello que He aquí, Señor, mis formas de juego, no apa‐ había vivido, para gues todavía los reflectores, ilumíname y a‐ charlar un rato con Él. yúdame a verme, evaluarme, para ser un mejor jugador. Tata Dios, pensar que nuestra historia hu‐ Primero que nada te doy gracias por haber‐ mana es algo muy pa‐ me elegido para ser parte de tu gran equipo. recida a lo que aca‐ Perdóname que no siempre lo valoro, y no P. Adrián García sdb bamos de experimentar; la rindo lo que podría rendir. Gracias por en‐ vida que Tú nos regalas co‐ trenarme a través de la dedicación de tantos mienza en el primer silbato de los tiempos y “maestros” que pusiste en mis horas de no se terminará hasta que el último oficiante práctica, desde los inicios, cuando ni me haya cumplido su última jugada. sabía atar los botines. Gracias por las metas que has inspirado en mi corazón y las tácticas En este mundo, Señor, cada uno de nosotros que me has enseñado para poder llevarlas a tiene su sitio; Tú, sos nuestro entrenador cabo. providente, nos lo marcaste desde la eterni‐ dad. Todos formamos el gran equipo de la En estos últimos partidos, en los cuales he

andado un poco desconforme, ¿no me an‐ daré refugiando demasiado en los fallos, cri‐ ticando el juego de los otros, hundiendo mis manos en los bolsillos? ¿Estoy defendiendo bien mi puesto y, cuando Tú miras al campo de juego, me has encontrado siempre en mi sitio? ¡Decime si mi jugada se desvía! ¿He sabido valorar el «pase» de mi vecino, y el «centro» que me vino desde el extremo? ¿He «servido» bien a mis compañeros de equipo sin individualismos que me permitie‐ ran lucirme? ¿He «construido» juego para que se consiga la victoria y todos puedan contribuir a ella? ¿Luché hasta el fin a pesar de los fallos, los golpes, las lesiones? Han comenzado a apagar las luces y las som‐ bras se apoderan del estadio. Ahora vuelvo ya a descansar a los vestuarios. Mañana, si Tú me seleccionas, yo volveré a jugar y así cada día... Haz que este partido, celebrado con todos mis hermanos, sea la solemne celebración que Tú esperas de nosotros, a fin de que, cuando Tú silbes el fin de nuestras vidas, se‐ amos seleccionados para la “Copa del Cielo”.


DELÁRBOLSALESIANO

CON EL DEPORTE

EDUCAR DESDE EL CONFLICTO

Si bien en un principio las ciencias parecían que eran lo suyo, pudo más el “animador” que lleva adentro y optó por la Educación Física como carrera profesional. Con los gurises prefiere siempre el mano a mano, y aunque le incomoda darles órdenes y evaluarlos, encontró en el deporte una herramienta “única” para educar desde el conflicto. Joaquín Grundel asegura que no hay nada más convincente que el testimonio mientras cada día se enfrenta al reto de ayudar a sus alumnos a encontrarle un significado a la derrota, que les sea útil para el juego y para la vida. ¿Qué te inspiró a optar por la Educación Fí‐ sica? Siempre tuve un perfil más bien distinto por‐ que me gustaban mucho las ciencias. Incluso fui a la Facultad de Química. Fue toda una experiencia. En el primer semestre me fue bas‐ tante bien; en el segundo empecé con mate‐ rias más propias de los químicos, los labo‐ ratorios. Ahí comencé con un discernimiento y tuve claro que no era mi camino trabajar den‐ tro de un laboratorio, con una túnica, encon‐ trando siempre a los mismos compañeros. Si‐ multáneamente la experiencia de Oratorio también se hacía fuerte y empecé a buscar o‐ rientaciones que tuvieran un aspecto más so‐ cial. El deporte me copaba, me tiraba. Yo había entrenado muchos: gimnasia artística, volley‐ ball, natación, waterpolo. Así que me tiré a pro‐ bar por Educación Física. Si bien el discer‐ nimiento vocacional siguió varios años más, yo 30

ahí encontré certezas, nuevas claves. Tú hiciste una tesis que vinculaba el tema del deporte con los valores… Al llegar al último año de la carrera, en enero, ingresé al Voluntariado Misionero. Conversan‐ do con la persona que estaba a cargo, empecé a manejar el poder irme de misión al terminar la facultad. Yo sabía que para diciembre tenía que entregar la tesis. No había tema claro. La tutora me sugirió que eligiera uno que me in‐ teresara, o que me pareciera que hubiera poco al respecto. Había empezado a implementarse el fútbol callejero en la Parroquia de Colón con el Padre “Joselo" y me invitó a integrarme. Como estudiante de Educación Física acom‐ pañé un par de veces, pero eran otros los que lo llevaban a cabo. Yo hacía más que nada al‐ gún trabajito que tuviera que ver con la pre‐ paración física. Entonces empecé a encarar los

trabajos previos a la tesis con ese tema. Yo tenía que terminar a fin de año, así que ne‐ cesitaba un lugar dónde desarrollar el proyec‐ to, con una frecuencia semanal. Acabé por im‐ plementar en Sambartolo un espacio de fútbol callejero de dos veces por semana. Lo animé con mi hermana que ya era profesora. Hacía‐ mos la invitación "exclusiva" a aquellos que e‐ ran los más grandes del Oratorio, y ellos em‐ pezaban a invitar a otros. ¿Qué conclusiones obtuviste en base al pro‐ yecto? Nosotros usamos mucho la estrategia. Hacía‐ mos que cada equipo tuviera gurises que sa‐ lieran del escenario de juego a observar lo que ocurría en la cancha. En el fútbol callejero hay un montón de acuerdos que nadie define pero que, en definitiva, son acordados entre todos. Cuál es el arco, hasta dónde es gol, qué vale y


observado los de afuera y anotado en una lista. Donde el premio es bueno, todos quieren ga‐ nar. Por lo que empiezan a jugar a ese fútbol, pero con preocupaciones en otras cosas. Se juega a la estrategia para lograr ser el más é‐ tico. Se generan diálogos y discusiones que empiezan a ser lo más rico de la propuesta, y donde se ponen en juego un montón de cosas que están presentes en la sociedad. Ese es‐ tudio me aportó muchísimo sobre el educar desde el conflicto; es lo que tiene el deporte, es un generador continuo de conflictos a resolver, que obligan al participante a resolverlos. ¿Cómo es posible educar desde el deporte? Yo estoy convencido de que es un elemento único como estrategia. Lo veo y lo vivo en los gurises; en el botija que está en un proceso de entrenamiento (sea más o menos en serio) donde se siente que se prepara para una ins‐ tancia donde pone en juego el trabajo; donde suceden situaciones que tienen que ver con lo que espera, algunas que no sabe resolver ni puede explicar. Son cosas que pasan en el día a día de la vida. Sucede que a veces estás ha‐ blando sobre situaciones de juego y decís: "Opa, esto vale también para la vida". Estoy convencidísimo. Incluso cuando no se para de sufrir derrotas, es bueno asumirlas como una inyección para encarar mejor la próxima ins‐ tancia. Se trata de encontrarle a la derrota un significado...en el juego y en la vida.

qué no, dónde se va la pelota. Es muy distinto al fútbol reglado que vemos en la televisión. Hay dos equipos que empiezan a proponer tres reglas que velen por los valores del fútbol callejero. Había uno, por ejemplo, que era el respeto a la mujer. Había entonces reglas como la del gol que vale doble si lo hace la mujer, o que si la tocaba con la mano no se cobraba. Las reglas había que acatarlas. Al no haber árbitro, eran ellos mismos los que velaban porque se cumplieran. Uno educa desde el conflicto. Ju‐ gás a generar conflictos continuamente y, cuando surgen, los gurises ya acordaron cómo resolverlos. Para analizar si se resuelve del mo‐ do acordado, o no, hay un tercer tiempo en que se sientan todos, comiendo algo, y conversan‐ do sobre lo que pasó. En una grilla inventada se intenta ver quién es el ganador; donde algo de lo que influye son los goles, pero se define con puntos dados a muchas otras cosas que habían

¿Cuál es el desafío de formar jóvenes en va‐ lores cristianos mediante la Educación Física? En un momento me empecé a sentir incómodo con esta carrera. Por un lado, reconocí la cer‐ teza de que hay cosas que solo se anuncian por el testimonio; y esta carrera, poniéndome al frente de un grupo, siempre me obliga a pro‐ nunciarme, a organizar en tonos en los que no me gusta terminar hablando; o el "dos sil‐ batazos y todos acá". Eso es una orden, en de‐ finitiva. Me da un poder que no quisiera tener. Son recursos que como animador preferiría no usar; me quedo con el mano a mano, fuera del grupo o de horario. Sin embargo, cuando se trabaja con grupos grandes, se necesita em‐ plear otros métodos. Yo estoy totalmente con‐ vencido de que hay cosas que se anuncian con el testimonio. Realmente no sé cómo acercar a los gurises a Dios desde ese lado; lo que sé es que hay cosas que a ellos los cautiva; cosas que les deja picando el "¿qué te pasa, qué te mueve?" ¿Qué te ha aportado el carisma salesiano para el ejercicio de la docencia? Cuando me titulé de Profesor de Educación Fí‐ sica, me costó dos o tres años sentirme como tal. Primero porque me recibí y estuve todo un

FICHA PERSONAL Joaquín Grundel Campos tiene 30 años, está ca‐ sado con Victoria, con quien tiene dos hijos, Sebas‐ tián de dos años de edad y José recién nacido. Está vinculado a la Parroquia de Colón donde entró en contacto con el carisma salesiano. Es profesor de Educación Física. Trabaja en las mañanas en el Li‐ ceo Pastorino como animador adscripto de Bachi‐ llerato, en las tardes en el Colegio San José como profesor de Educación Física de Primaria, y en las noches como profesor de Waterpolo en el Club Olimpia.

año de misión trabajando como Profesor de E‐ ducación Física pero me sentía más un anima‐ dor que otra cosa. Siempre dije que a mí se me dificulta mucho trabajar en un liceo, donde hay una evaluación y se devuelve en nota. Ellos ter‐ minan viviéndolo mucho más como una ten‐ sión que otra cosa. Intento mantenerme al margen de algunas cosas; yo a los gurises los abrazo, con ellos choco, jugueteo, embromo, los conozco, me preocupo por sus familias y realidades. Hay cosas que uno las trae innatas, en definitiva son propias del carisma y las tenés aprendidas. He crecido en un ambiente sa‐ lesiano: como alumno, animador, en el Cole‐ gio, en el Liceo, en el Oratorio, en la Parroquia. El deporte lo que te da son situaciones concre‐ tas con las que comparás y tratás de abrirle los ojos al gurí; que no solo tiene que ver con situaciones de juego sino con aquellas que pueda estar viviendo. El ganar o perder debe‐ ría ser el pan de cada día. Lo que importa es lo que se hace con esa derrota o con ese éxito. La práctica del deporte también aporta un mon‐ tón de otros elementos: la asiduidad del entre‐ namiento, el compromiso respecto a lo grupal y el propósito que se tiene. Estoy convencido de que no solo es una herramienta, sino un es‐ cenario perfecto. Lo mismo que la evangeliza‐ ción: primero, siempre el testimonio. Es más, puede llegar a ser más importante la experien‐ cia de patio que la catequesis misma.

31


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

La educación NO FORMAL desde AUDEC

Generamos encuentro y oportunidades, y eso nos transmite mucha esperanza Unos 15.000 niños y adolescentes son atendidos desde la Educación No Formal, a través de 169 proyectos que llevan adelante 94 instituciones que integran la Asociación Uruguaya de Educación Católica (AUDEC). Y son 2070 los educadores y trabajadores involucrados en esos proyectos, cuyo radio de acción trasciende a los propios chicos llegando a las familias y las comunidades. Para profundizar en el aporte de la Educación No Formal en el escenario educativo de nuestro país, BS departió con el Subdirector Nacional de AUDEC y Encargado de Educación No Formal de la institución, el Trabajador Social Adrián Arias, la Psicóloga Sabrina Miranda, integrante de la Comisión de Educación No Formal de AUDEC; y la Licenciada en Ciencias de la Comunica‐ ción Cristina Pascual, coordinadora Ejecutiva de Educación No Formal de AUDEC. 32


¿Cuál es la diferencia entre la educación formal y la no formal? La educación formal es la curricular, la que está acreditada por el Estado dentro de los programas de Formación y Educación, y la no formal son un conjunto de propuestas e‐ ducativas que no son curriculares, que no siguen la certificación académica que el Es‐ tado reconoce. Ese es un debate porque ca‐ da vez más los territorios que ocupan cada una son más difusos y hay cada vez más ex‐ periencias de la no formal que se traen a la formal y viceversa. Experiencias técnicas como Ánima o los Talleres Don Bosco. En esencia, formal es lo que está en los progra‐ mas de Primaria, de 3 años en adelante hasta Secundaria, y la Universitaria. Y no formal son otras formaciones que hacen a la persona y son esenciales. La no formal es una mirada de garantizar los derechos, co‐ mo ser salud, identidad. Es un plus. Tiene una mirada más en el acompañamiento de las diferentes dimensiones. En la formal hay programas comunes, con ciertos pasos que dar y formación específi‐ ca para darlos, o sea ser profesores, maes‐ tros. En la no formal no quiere decir que no se sigan ciertas sistematizaciones u objeti‐ vos que se persiguen, no hay programas globales que se sigan.

¿Qué hace y a quiénes nuclea AUDEC? Nuclea a todos los proyectos de educación for‐ mal y no formal católicos del Uruguay. Funci‐ ona con una comisión directiva que tiene un director nacional y cinco subdirectores. Su mi‐ sión es, entre otros aspectos, impulsar el desa‐ rrollo integral de la persona a través del pro‐ ceso socio‐educativo, y bregar por una edu‐ cación evangelizadora, abierta y democrática, y procurar los recursos para ello. Reúne a cole‐ gios y congregaciones católicas, y socios sus‐ criptores que, sin ser católicos, son afines a nuestra forma de actuar.

¿Cuántos proyectos e instituciones de e‐ ducación no formal se encuentran vincula‐ dos a AUDEC, a cuántos jóvenes abarcan, y cuántos docentes y funcionarios trabajan en ellos? Tenemos 94 instituciones, en 169 proyec‐ tos. Abarca a 15.500 niños y adolescentes, y trabajan 2070 educadores, desde cocine‐ ras, limpiadoras, profesores, administrati‐ vos, y otros tipos de colaboradores. De es‐ tos proyectos, 48 son CAIF, 57 clubes de ni‐ ños, 15 hogares, 25 centros juveniles, y 12 de enseñanza técnica. Del total de los niños y adolescentes atendidos por INAU, AUDEC tiene el 18%, pero tenemos capacidad para atender más, hay listas de espera en todos, pero faltan recursos para ello. ¿Qué objetivos tiene AUDEC en sus pro‐ yectos de educación no formal? Fortalecer los lazos de AUDEC con los pro‐ yectos de educación no formal, a pesar que llevamos años con ellos. También buscamos generar los mecanismos para que los gu‐

rises puedan hacer uso de su derecho de tener una educación formal, lo que no quita que se puedan revalidar otros aprendizajes que adquieren. Nosotros sistematizamos cuántos de nuestros niños o adolescentes que participan de la educación no formal se consolidan en la educación formal. Otro aspecto esencial es el trabajo con la familia y la comunidad que rodea al centro. El acompañamiento es con la familia, y no el gurí solo, es un todo.

Cristina Pacual

¿Cuál es el aporte del carisma salesiano en ese proceso? AUDEC trata de nutrirse del crisol de expe‐ riencias de las distintas congregaciones que la integran, y la presencia salesiana es muy relevante porque es muy importante en la historia de la educación de nuestro país, en el trabajo con los jóvenes. Esa mirada, de cómo se para frente al otro y cómo recono‐ cemos al otro como protagonista de su pro‐ yecto de vida. Esa confianza en que el otro puede ser la persona que quiere ser está en el fondo de nuestros proyectos educativos. Eso implica una mirada de esperanza, de creer en el otro, trabajamos desde ahí, y del que “se puede”. 33


Adrián Arias

¿Cuáles son las prestaciones de AUDEC en sus proyectos? Trabajamos en CAIF con la primera infancia, clubes de niños, centros juveniles, y en ho‐ gares de niños que por una cuestión u otra se han desvinculado de sus familias. La clave de todos es el acompañamiento y una mirada desde la singularidad de cada uno, sean niños o adolescentes, se crea algo para cada uno, si bien hay etapas grupales también. ¿Cuál es el aporte de AUDEC a estos pro‐ yectos? Los socios de AUDEC aportan a un fondo co‐ mún con el que se mantienen servicios jurí‐ dicos, administración, comunicación y for‐ mación. Capacitamos continuamente a los educadores. También participamos acti‐ vamente en instancia de diálogo con el Es‐ tado. ¿Cuáles son las principales dificultades que se presentan? La mayoría de estos proyectos son conve‐ nios con el Estado que transfiere el 100% de los fondos para su funcionamiento, desde materiales hasta el pago de los salarios. Solo hay algunos que tienen aportes extra, esencialmente en lo alimentario. Nosotros ponemos la infraestructura y el personal 34

capacitado para la tarea. Los recursos son escasos, eso siempre sucede. La gran mayo‐ ría son en convenio con el INAU. En síntesis, los recursos son limitados, y se priorizó desde el Estado la primera infancia, por eso falta inversión en clubes de niños y centros juveniles. ¿Cuáles son las cosas positivas, las luces de llevar adelante estas propuestas? Una de las principales es que somos una voz reconocida por el Estado, por la sociedad civil, y tenemos participación real en los ámbitos de discusión donde se busca me‐ jorar la educación en general. Además el fuerte vínculo que se construye con el niño, el adolescente, con las madres, con el ba‐ rrio. La confianza que se genera. También el disfrute de trabajar con ganas, desde una mirada cristiana, desde una clave de espe‐ ranza, de que “se puede”, de que comparti‐ mos vidas. Desde lo institucional, sen‐timos que se construye el Reino. Especialmente desde las periferias, las periferias existen‐ ciales o vitales, sentimos el llamado de Dios. Trabajar en el encuentro de distintas rea‐ lidades, superar las barreras de la frag‐ mentación social. Ahí hay un rol muy im‐ portante de nuestro proyecto, el estar en las fronteras, donde sostenemos espacios de encuentro, de diálogo, de presencia con

otras experiencias, de romper con el “ellos allá y nosotros acá”. Generamos encuentro y oportunidades, y eso nos transmite mu‐ cha esperanza. Creo que todos los que tra‐ bajan en nuestros proyectos están moti‐ vados por una visión trascendente del otro y de la misión de la educación en esos lugares. Sabrina Miranda


INSTAGRAM

35



Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.