Vida vocacionada - Boletín Salesiano Noviembre 2021

Page 1

URUGUAY / Cuarta época / Año XLIII / Nº 9 / Noviembre 2021 / www.issuu.com/bsuru


03

CARTA DEL DIRECTOR

04

Vocación es la vida desplegándose y haciendo camino con los demás

¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL

Silvia Ortega hma Caminar acompañados

08

NOS MUEVE LA ESPERANZA

María Eugenia Dumestre y Virginia Capobianco

11

ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO

Hna. Laura Guisado El camino de la felicidad

25

SABOR A BUENAS NOCHES

Dios tuvo un sueño

12

VALE LA PENA VIVIR ASÍ

Pic. Sergio Fiorini Crisis: ¿y ahora qué?

26

16

CON NOMBRE Y APELLIDO

20

Chiara Cazzuola, nueva Madre General de las FMA “Es una misión más grande que yo”

DEL ÁRBOL SALESIANO

Carmelitas Descalzas Paula María del Amor Misericordioso y María Milagros de Jesús Eucaristía “A un amor grande solo se puede renunciar por un Amor más grande”

28

AQUÍ Y AHORA

P. Nicolás Soto sdb ¿Quién quiero ser?

UNA MANO AMIGA

Convenio INAU -Talleres Don Bosco Una educación inclusiva y empapada del legado de Don Bosco

07

SINTONIZANDO CON DON BOSCO

"Haz todo por amor, nada por la fuerza”: Aguinaldo 2022

10 FAMILIA EN OBRA Raquelita García Docente por vocación

24

DE OTROS LARES

31

GALERÍA DE INSTAGRAM

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sebastián Ferreyra sdb Redactora Jefa: Adriana Porteiro

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca

Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Raquel García. Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Ana Inés Rodríguez y Nahuel Durand.

Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286

Fotografía: Sofía Cayota, Nahuel Durand, de ANS, Pixabay y fotos de archivo. Corrección: Graciela Rodríguez

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy


P. Sebastián Ferreyra sdb

CARTADELDIRECTOR

VOCACIÓN ES LA VIDA DESPLEGÁNDOSE Y HACIENDO CAMINO CON LOS DEMÁS Vocacionalmente necesitamos entrar en un nuevo para­ digma, a eso nos invitaba el seminario de la pastoral vocacionada de unos años atrás. La vocación es la misma vida haciendo camino de identidad, de sentido, de entrega a los demás. No podemos reducir la vocación a una profesión o un estado de vida, la vocación aconte­ ce en cada vida, durante toda la vida. Vocación es la misma vida reconociéndose, identificándose, confron­ tándose, buscando sentido, donándose, entrándose en la relación con los demás, la creación, Dios. Por esto preferimos hablar de vidas vocacionadas más que de vocación, ya que da cuenta del movimiento continuo y vital que supone “ser vocacionado”. Tradicionalmente hablamos de vocación en términos de llamado. La vocación es el llamado realizado a cada uno, y esto aporta mucho sentido a este modo de compren­ der lo vocacional, porque se trata justamente de una tensión que pone la vida en movimiento: cada vida es convocada, desafiada a desplegarse. ¿Estamos llamados a qué? A ser cada uno sí mismo, a vivir desde la autenti­ cidad de la propia identidad; a vivir con sentido, descu­ briendo y construyendo los sentidos que sostienen la vida, le dan unidad, coherencia y cohesión; a ser perso­ nas abiertas, receptivas, empáticas, en salida. Pensar nuestras vidas desde estas claves me hace encontrarme con la fuerza, la potencia de mi vida, de cada vida en la que cada cosa se vuelve vocacionada, cada tiempo, cada vivencia, cada encuentro, porque pone en juego quién estoy siendo, los sentidos que emergen y la relación que se da con mis hermanos y hermanas.

!

!

¿Quién soy para los demás? Puede ser la pregunta que está en el corazón de quienes asumimos un vivir voca­ cionado. Es existencial, profunda, esencial, y al mismo tiempo concreta, visible, lo que soy para lo demás está ahí, para todos, al alcance de la mano. Esa pregunta es “eco del Espíritu” que habita nuestra intimidad y nos llama, nos impulsa a vivir la vida en el mismo dinamismo divino de donación, de entrega, de encarnación, pascual. En este Boletín encontrarás personas como vos y yo que buscan ir dando respuesta a esta pregunta, que acompa­ ñan a otros con sus vidas, como testigos de que la vida adquiere sentido cuando se da en la salida generosa al encuentro de los demás.

Suscribite ¡te vas a encontrar! TU PUENTE CON LA VIDA SALESIANA Completá el cupón con tus datos, Nombre completo: sacale una foto con tu celular y mandalo al celular 092 432 286 Dirección: o llamanos al mismo número.

Cada ejemplar: $140 con envío incluido

Teléfono: Mail:

Consultar por compra de varios ejemplares

3


¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

4


“No puedo decir que mi vocación es fruto de mí, sino que es don y regalo de Dios, así lo siento”. La hermana Silvia Ortega, directora de la comunidad del Aspirantado de las Hijas de María Auxiliadora, del Colegio San José (inicial­primaria) y del Instituto Dr. Andrés Pastorino (secundario­ciclo básico y bachillerato), recorrió un largo camino en su propio discernimiento vocacional y acompañando los procesos de otras personas. Además de su labor en los centros educativos, a nivel provincial coor­ dina el Ámbito de la formación y de la Pastoral Vocacional, e integra el Consejo. Llegó a los 20 años a Montevideo desde Rivera, y aunque la habitaban miedos e inseguridades logró superarlos a través del acompañamiento. Actualmente, día a día, intenta mantener la coherencia en su vocación y acompaña tanto a sus hermanas, como a jóvenes y niños. Entiende que el camino no es fácil, que los miedos son tan comunes como difíciles de afrontar, y está convencida de que es posible una vida en clave vocacional.

¿Qué es para vos la vocación? Cuando hablo de vocación no me refiero solo a la vida religiosa, utilizo una expresión de Juan Pablo II: “Cada vida es vocación”. Esta definición del Papa expresa mi convicción respecto a que el primer llamado es a la vida, que es como una semilla que esconde en sí misma un potencial a desa­ rrollarse a lo largo del tiempo, en relación con un contexto, que frena o favorece ese despliegue. Por lo tanto, lo veo como un proceso que tiene que ver con el reconocerse y encontrarse en la vida, encontrar su propia vida, un sentido y un modo de amar a Dios, a los hermanos y a sí mismo. La vida es un regalo, pero el descubrir el por qué y el para qué del mismo es un camino, que no se hace solo. ¿Cuáles son los principales desafíos que afronta tu voca­ ción? Mantener la coherencia, que mi vida al pasar sea en un encuentro, en un patio, en una reunión, y diga algo de Dios, de su amor. De ahí se desprenden los desafíos cotidianos. 5


Con los niños y jóvenes, el desafío es no perder el foco de estar con y para ellos. Por otro lado, en la comunidad de hermanas, el desafío es no descui­ dar los espacios de encuentros gratui­ tos y de oración, que hacen a la vida fraterna, y que nutren mi vocación. Porque es en la comunidad donde aprendo a aceptar al otro como don de Dios, con sus luces y sombras, es con ellas que aprendo a ir a la misión a donarme con corazón salesiano. Asimismo, tengo que encontrar el equilibrio de los tiempos, para poder acompañar las diferentes casas y realidades. ¿Tuviste miedos o inseguridades previas y durante el proceso de dis­ cernimiento? Sí, tuve miedo primero a que mi familia no lo aceptara, y así fue. Al principio le costó mucho a mi madre, por todas las proyecciones de nietos y estudios. Ella había trabajado duro para darnos la posibilidad de estudiar, y que todo quedara en ser hermana, no estaba en sus planes. Experimenté el típico miedo y “si no es lo mío y me equivoco”, y más adelante tuve miedo a si ya siendo hermana me enamoraba y me daba cuenta de que no era por acá. La inseguridad me agarró también estando en el noviciado con la crisis de la maternidad, el deseo de sentir crecer dentro de mí un hijo y de expe­ rimentar todo ese mundo de emocio­ nes. Cuando surgieron de nuevo las inseguridades, nuevamente fue momento de volver a conectar con los miedos. Sin embargo, fue un tiempo hermoso para crecer en libertad y en conciencia de lo que estaba entregan­ do. ¿Sentiste el llamado de Dios para encontrar tu vocación? Sí, el llamado de Dios es un llamado de un Dios encarnado, Él se expresa y revela en hechos, personas y situacio­ nes. Entonces ese llamado lo descubrí haciendo una relectura de mi historia, de cómo Dios ha ido dialogando con­ migo a través de los apostolados, de lo que fue el testimonio de las hermanas 6

en Rivera, de seguir caminando hacia el Cerro del Estado y ser testigo de esas escuchas en ese diálogo con la hermana Gloria. Los encuentros que tenía con los niños del oratorio, toda esa realidad impactó en mi interior y me cuestionó. Lo que se juega en esa dinámica interior venía de Dios, por mi fe, yo lo reconocí ahí, en sus ros­ tros, personas y situaciones. No puedo decir que mi vocación es fruto de mí, sino que es don y regalo de Dios, así lo siento. No estaba en mi horizonte ser hermana, todo eso surgió a partir del servicio y testimonios que aparecieron en mi vida, que me interpelaron e invitaron a donarme. ¿Cuál es la importancia para los jóvenes de ser acompañados? A lo largo de toda nuestra vida necesi­ tamos ser acompañados, principal­ mente en esas primeras etapas de crecimiento, de búsquedas. Cuando estamos haciendo nuestras primeras experiencias necesitamos de la pre­ sencia de otro que nos acompañe. Todos “necesitamos una palabrita al oído” como decía Don Bosco, una oreja que nos escuche, y que de algún modo ese espacio de encuentro nos eduque a la escucha de nosotros mismos, nos ayude a comprendernos en nuestros procesos, y a dar sentido a lo que vivimos, a reconocernos en lo que somos. ¿Qué significa para vos acompañar la formación de tus hermanas? Significa un compromiso en trabajar mi propia vida y opción vocacional, trabajarme interiormente, buscar conocerme en mis posibilidades y límites, para poder acompañar con más realismo y humildad a mis herma­ nas, sabiéndome yo también en cami­

no de formación permanente. Por supuesto que me significa responsabi­ lidad y buscar vivir en coherencia el estilo de vida que abracé. Sin duda que el compartir los espacios formati­ vos con ellas me nutre vocacional­ mente. ¿Qué es lo más gratificante en el acompañamiento? Ver la acción de Dios en la vida de las personas y lo creativo que es para hacer camino en la historia de cada uno. Observar que la persona se va haciendo dueña de sí misma, de sus procesos, y va confiando en la vida, en su potencialidad. Cuando llegan a tocar la experiencia de sentirse hija/o amada/o de Dios, digno de ser, eso es sumamente gratificante. ¿En dónde suelen bloquearse las personas en sus procesos de discerni­ miento? Siempre en el camino de discerni­ miento que implica sí o sí un camino de conectar con la historia propia. Dios habla en la historia concreta de uno, en ese proceso de conocimiento de sí mismo nos encontramos con heridas que muchas veces son difíciles de asumir, de integrar y terminan siendo bloqueos en el discernimiento. ¿Es posible una vida en clave vocacio­ nal? Sí, porque toda persona busca un sentido a su vida y dónde desplegarla, en qué lugares, ambientes, con qué personas. Todos buscamos un rostro donde desplegar nuestra capacidad de amar. Entonces para mí la vida es posible en clave vocacional. Lo que se vive en Dios no se pierde, va con uno a donde uno va.


"Haz todo por amor, nada por LA fuerza :

Aguinaldo 2022 "Haz todo por amor, nada por la fuerza" es el tema que el Rector Mayor, el padre Ángel Fernández Artime, ha elegido para afiche del Aguinaldo de 2022, inspirado en San Francisco de Sales, con motivo del 400 aniversario de su muerte. Este lema también ha estimulado a varios artistas de todo el mundo, que han enviado a la Sede Central Salesiana diversas propuestas para la representa­ ción en imágenes de este mensaje clave para la Familia Salesiana. Entre todos los recibidos, el X Sucesor de Don Bosco ha seleccionado dos, que de diferente manera y con diverso enfoque son capaces de interpelar y motivar a la Familia Salesiana a actuar siempre al estilo de Don Bosco y con él la típica bondad amorosa del santo de Ginebra. El primero de los dos carteles es obra del artista español Agustín de la Torre, quien coloca un gran corazón rojo en el centro de la imagen, que actúa como clave para interpretar el afiche: el corazón, de hecho, es el órgano central de la vida, el que da vida a todo el cuerpo; en el imaginario colectivo es también el asiento de los sentimientos, donde nacen la esperanza, la alegría, el amor para compartir con los demás. Y en el corazón salesiano que siempre late por los jóvenes ­como muestra el trazado de un electrocardiograma esbozado sobre el fondo multicolor­ se ve de un vistazo que hay lugar para todos: es un corazón donde nadie puede considerase excluido. En una escena de gran impacto visual y con trazos acordes a la tradición sale­ siana, el autor introduce entonces un elemento de auténtica novedad: una perspectiva que enmarca a los jóvenes desde arriba, como si se dirigiera a ellos con la mirada de Dios; y, por otro lado, esta mirada es devuelta por los jóvenes, quienes con su actitud parecen proyec­

tar sueños y deseos hacia el Cielo. Don Bosco ­representado según la imagen clásica que se ha convertido en patrimonio visual de la humanidad­ se sitúa en el punto de convergencia de los dos hemiciclos del corazón. Desde allí y con su mirada franca y brazos abiertos parece indicar a los salesianos y a la Familia Salesiana, la virtud de recibirlos y la gran cosecha de jóvenes que les esperan. Estos son chicos y chicas de todos los colores, de diferentes grupos de edad, en diferentes estados de salud y condi­ ción social, comprometidos en múlti­ ples actividades: hay quienes se dedi­ can a la música, están los entusiastas del deporte, los que se preocupan por la creación, los que cultivan el estudio y la vida religiosa… Porque todo joven es importante para Don Bosco y sus segui­ dores, y en cada actividad están invita­ dos a poner su corazón. Detrás de Don Bosco, se colocan dos patronos de la Sociedad Salesiana, San Francisco de Sales y María Auxiliadora, para recordar los orígenes, y más aún,

las raíces de la Congregación y la Fami­ lia Salesiana. En la imagen encontramos elementos que van desde las rosas con espinas del famoso sueño de Don Bosco, arriba a la izquierda, hasta las castañas que sostie­ ne el niño en silla de ruedas, en refe­ rencia a uno de los milagros más famo­ sos del Santo de la Juventud; desde el perro "gris" en el centro del corazón, hasta los logos de los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora en algunas de las camisas de los muchachos; desde la típica cruz salesiana hasta el libro del Proyecto de Vida Apostólica de los Salesianos Cooperadores, sobre el cual el niño de la parte superior derecha apoya la mano,1 en un conjunto de elementos que incluso podría ser objeto de una querida convergencia. En definitiva, toda la obra del artista español Agustín de la Torre parece gritar a través de la imagen para recor­ dar a todos los miembros de la Familia Salesiana que pongan el corazón en cada servicio prestado a los jóvenes. Fuente: ANS 7


25 años de edad. Estudia Licenciatura en Psicomotricidad en el Centro Universitario Regional Litoral Norte de la Universidad de la República (sede Paysandú). Vive en Paysandú con su pareja, dos perros y una gata. ¿Qué te hace feliz? Me hace feliz pasar tiempo con los míos, mi pareja, mis amigos, mi familia. ¿Qué música escuchás? Escucho de todo, pero generalmente elijo el rock, y últimamente mucha música urbana como el rap. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? Me cuesta perdonar la mentira. Yo creo mucho en conversar las cosas, con respe­ to. ¿Cuál es tu mayor miedo? Hacer algo que decepcione o lastime a las personas que me importan. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Venirme a estudiar a Paysandú, separar­ me de mis amigas de toda la vida y de mi familia. Lo siento como un gran corte en mi vida, donde comencé a crecer expo­ nencialmente en todo sentido. ¿A quién admirás? Admiro a las mujeres, sobre todo a mi madre, que siempre fue un ejemplo de lucha y lo refleja enseñándonos a mi hermana y a mí a ser empoderadas, independientes, valientes, críticas, ama­ bles y, sobre todo, con conciencia social para con el otro.

8

Si pudieras volverías a… Volvería un ratito a mi adolescencia, a mis clases y recreos en el liceo. Qué bueno que decidí… Venirme a estudiar a Paysandú. Conocí gente que hasta ahora siguen sien­ do mi círculo cercano, de los que aprendí y sigo aprendiendo mucho. ¿Qué entendés por vida vocacionada? Lo entiendo como pequeñas decisiones que vas tomando en tu camino para elegir eso que te hace bien, que te llena por dentro, que te da felici­ dad cuando lo estás haciendo. En tu rol de animadora ¿qué facetas descubrís de tu vida vocacionada? Descubro todo el tiempo cosas nuevas de un otro, así sea de los niños con los que trabajamos o de mis compañeros de equipo. ¿En qué acciones o ámbitos te sentís realizada? En los momentos que comparto con los niños, niñas y jóvenes, intercam­ biando juegos o charlas. ¿Para qué tenés claro que no tenés vocación? Para tareas que no tengan que ver con trabajar en equipo, o para un otro. ¿Con qué soñás para tu vida? Sueño con poder encontrarme siempre en lugares que me hagan sentir bien, cómoda, y si algún día me encuentro en espacios que no me hagan sentir así, me gustaría ser siempre crítica, aportando a esos ambientes para mejorar.


Tiene 39 años. Es profesora de Historia y actriz. Actualmente subdirectora de Secundaria del Colegio y Liceo Pío IX y miembro del Grupo Texas. Vive en Montevideo con Atina, “una cuadrúpeda” de 10 años. ¿Qué te hace feliz? Poder hacer todo lo que me gusta. ¿Qué es lo primero que pensás cuando te levantás? ¡Ojalá hoy tuviera más horas el día! Ja, ja. ¿Qué música escuchás? De todo un poco, soy fan de Joaquín Sabina, Ricky Martin y el Cuarteto de Nos ja, ja. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? Las mentiras gruesas. ¿Cuál es tu mayor miedo? La muerte, sin duda alguna. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? El nacimiento de mi sobrino y mis ahijados. ¿A quién admirás? A mi vieja. Si pudieras volverías a… Viajar mucho.

Qué bueno que decidí… Dedicarme a la educación. ¿Cómo definirías tu vocación? Estar al servicio de los demás. Si tuvieras que elegir una sola forma de realizarte voca­ cionalmente ¿cuál sería? No puedo elegir una. Paso ja, ja, ja. ¿Qué entendés por vida vocacionada? Una vida vivida y gastada siendo feliz construyendo un mundo mejor. Como educadora ¿qué facetas descubrís de tu vida vocacionada? ¿Y como artista? Poder decir. En ambas el privilegio de la palabra, del mensaje, me permite expresar mi vida. ¿En qué ámbitos o roles te sentís más realizada? Sin duda arriba de un escenario y dentro de un salón de clase. ¿Para qué tenés claro que no tenés vocación? Para todo lo relacionado con la salud. ¿Qué seguís soñando para tu vida? Tengo una vida feliz. Seguir realizándome profesional­ mente es un sueño. Poder viajar y actuar en otros lugares otra vez es un sueño. Sin duda sueño con poder generar oportunidades para más jóvenes. Seguir ampliando la familia. Dejo acá, una catarata de sueños. 9


FAMILIAENOBRA

Si tuviera que decir cuál es mi vocación diría que depende del momento de mi vida en que me encuentre, de si logré o no descubrirla… depende. Vocación es lo que me mueve, lo que me lleva a salir de mí para ir hacia el otro, lo que me inspira, lo que me acerca a Dios. La vocación no conoce de horarios ni descanso; vocación es entrega. Por ello me siento agradecida con la vida ya que son varias las cosas que me gene­ ran plenitud. Soy mamá de 7 hijos; 2 angelitos y 5 que llenan mi vida de alegría, amor y muchos sobresaltos; ellos son los que efectivamente pusieron a prueba mi vocación materna. Y soy feliz con ello. Soy abuela de una niña y un niño y, en ellos, veo extendida mi vocación materna. Con Fernando construimos esta her­ mosa y atípica familia que me acompa­ ña siempre en mi otra vocación: la docencia. Desde hace 50 años parte de mi día (y muchas veces mucho más que parte) me ha encontrado ejerciendo la docen­ cia. Siempre supe que mi vocación estaría vinculada a la educación. Mi primera experiencia fue a los 13 años cuando, a pedido de unas vecinas, comencé a darles clases de inglés. Seguro que me faltaba demasiado para ser profesora, pero ya sabía que eso, era lo mío. 10

Hace más de 40 años llegué a IMA como docente de Biología, de la mano de exalumnas queridas, Virginia y Adriana Brit (alumnas mías de inglés), y fue esta última quien le propuso a la Hna. Juanita Violino mi nombre como posible suplente de su docente de Biología. Mi primer día, lleno de emo­ ción y expectativa, fue el 23 de mayo de 1981 (día previo a María Auxiliado­ ra) y, al finalizar la jornada, me dije “esto sí que es lo mío”. Mi adorada Hna. Juanita, fue esa mujer materna a la que cualquier docente desea parecerse. Su don de gente, su cercanía, su entrega incondicional, su vocación, todo ella era el espejo en el que quería mirarme. Siempre tenía la palabrita al oído; siempre encontraba la forma de ayudarme a visualizar por dónde valía la pena caminar. Son infinitas las anécdotas que me hacen recordarla y, en ella, nuevamente mi espejo. ¿Cómo no querer parecerme a ella si conjugaba en una misma persona sabiduría y humildad, firmeza y amabi­ lidad, conocimiento y búsqueda?

Esa sencilla frase, está repleta de pedagogía salesiana. Siempre buscar lo mejor para el joven; siempre el joven en el centro, siempre, siempre. Ya cerca de jubilarme, me invaden recuerdos que atesoro. Muchas frases de Maín o Don Bosco que se hacen carne en esta vocación docente: “Estén siempre alegres”, “al joven no basta amarlo, sino que se sienta amado”, “todo se puede esperar de un corazón agradecido”, “no hay jóvenes malos; hay jóvenes que no saben que pueden ser buenos y alguien tiene que decírse­ los”. Una infinidad de expresiones me han acompañado y seguro lo seguirán haciendo porque son la verdad conver­ tida en palabras. En esta etapa, ya pronta para jubilar­ me, muchas personas se han interesa­ do por mi futuro. Si la vocación “de­ pende”, seguramente lograré encontrar algo que me haga sentir plena, salien­ do de mí hacia el mundo, algo que me inspire y creo, que ya lo encontré. Si tuviera que decir cuál es mi voca­ ción, diría que depende.

Hoy, cuando ya han pasado más de 40 años y me toca ocupar el rol de Direc­ tora de Secundaria, aún recurro a sus enseñanzas para orientar a otros docentes. Si le preguntan a cualquier profesor qué sugiero cuando están en duda sobre una calificación les dirán “ante la duda, primero la niña como decía la Hna. Juanita”.

Raquelita de IMA


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

La vida nos sorprende. Desde temprano en la mañana cuando nos despertamos y nos hacemos conscientes del nuevo día. Cada vez que volvemos a abrir los ojos es un darnos cuenta de que tuvimos el privilegio de despertar, de estar vivos ¡qué maravilla! Es como sen r a Dios que nos visita y nos sorprende con ese regalo. Que como todo regalo de Dios es don y tarea, y encierra siempre las preguntas ¿por qué yo? ¿Qué esperas de mí?

Laura Guisado hma

Son preguntas que nos abren a la búsqueda del sen do, del “algo más”. Estamos convocados a la vida por amor, por el amor gratuito y total que Dios ene por cada uno. Las manos de Dios nos modelaron a cada uno con infinito amor. Somos únicos, Dios no ene preferencias por ninguna de las obras de sus manos, sino que ama a cada uno como es. Es un amor paciente, que no se cansa de esperarnos cuanto sea necesario. Que nos acompaña, está a nuestro lado y nos levanta cuando caemos. Está grabada en nuestra esencia el haber sido amados por Dios y nuestra vida encuentra su sen do pleno en AMAR. Somos hechos para AMAR, esa es nuestra vocación profunda. Los caminos pueden ser variados, existen muchas formas de concre zar esta vocación central, y discernirlo es la gran tarea de la vida. Muchos jóvenes se preguntan ¿cómo discernir? No es posible dar una receta, pero sí algunos ingredientes: es importante hacerlo en libertad, sin sen rse condicionado por nada, ni por nadie. Sabiendo que optar por algo lleva implícita la renuncia a otra cosa (también buenas). No tener miedo a las renuncias porque siempre es más grande el gozo de lo que se opta, que lo que encierra la renuncia en sí misma. Sin duda no vivimos empos fáciles, especialmente al momento de tomar decisiones, ya que pareciera que para muchos lo importante es ser feliz uno mismo, aquí y ahora. Una idea que quieren vender­ nos en cada propaganda que vemos en la tele, en el celular, y aunque no queríamos, muchas veces terminamos mirando con esa perspec va. No te dejes robar la esperanza. Defiéndela a "capa y espada". Naciste del amor y estás hecho para el amor. Ese es el camino de la felicidad: ¡amar! Ningún camino lleva a la felicidad si no está pavimentado con amor. Cada uno de nosotros es un misterio, un misterio de amor que estamos llamados a descubrir y desplegar. No tengas miedo de bucear en vos mismo y encontrar los magníficos tesoros que allí hay. Dios está de tu lado, y quien a Dios ene, nada le puede faltar. ¡Ánimo!

11


VALELAPENAVIVIRASÍ

12


13


Las crisis son momentos en la vida de todo ser humano que marcan un cambio. Es ese punto en el que un ciclo se cierra y se abre uno nuevo, y la tan asustadiza pregunta surge: “¿Y ahora qué?”. La vocación no escapa a esta realidad, es una parte más del proceso humano. En este Boletín buceamos en las aguas de las crisis de la mano de Sergio Fiorini, psicoterapeuta, orientador vocacional y psicólogo educacional. ¿Qué es la vocación? Es un llamado, una inclinación hacia hacer algo, y a las personas se les manifiesta sintiendo muchas ganas, mucho placer en la realización de eso, y tiene una característica espe­ cial: son actividades que brindan algo al mundo y al entorno. Es una diferencia muy importante que tienen con los hobbies o aficiones, donde la persona también disfruta de hacer algo, pero genera un bene­ ficio o placer personal. Hay diferen­ tes tipos de vocación y se las puede agrupar, por ejemplo: las que tienen que ver con servir a los otros, de ahí viene la palabra servicio, actividades que sirven y brindan un servicio al entorno; otras en cambio tienen la cualidad de que construyen algo, desde objetos, procedimientos, que generan mejoras en el mundo; y hay otra línea de vocación que tiene que ver con el conocimiento, ampliar el conocimiento de cualquier disciplina y esa es la entrega hacia la humani­ dad misma. ¿Qué hay de bueno y de malo en transitar una crisis vocacional o en general? Si empezamos por la parte más negativa del asunto, transitar una crisis en general viene acompañado de sensaciones o sentimientos, como puede ser la ansiedad, la angustia, la incertidumbre, y ese sería el precio que le toca pagar a una persona que está enfrentando 14

una crisis. Pero por otro lado, ese mismo estado lo lleva a abrirse a preguntas, a poder descubrirse a sí mismo, poder proyectarse en el mundo. En definitiva buscar una autenticidad y buscarle un sentido propio a la vida, si partimos de que la vida no viene con un sentido dado y tampoco hay recetas o guías para la felicidad o cómo vivir, sería una búsqueda de cada persona. Y en ese sentido las crisis vocacionales, y las crisis en general, son una instancia donde la persona se pregunta por su lugar en el mundo, por el rol que puede asumir, para tener una mayor trascendencia. ¿Qué tipo de crisis atravesamos las personas a lo largo de la vida?, ¿cuáles son los factores que las suelen disparar? Podemos hablar de crisis evolutivas, que tienen que ver con etapas de la vida, y hay algunas que son muy clásicas como las de la adolescencia, o las de la etapa de la vejez. Tam­ bién hay otro tipo de crisis que son más existenciales, y tienen que ver con el sentido o propósito de la vida. Cuando una persona concluye un proyecto o finaliza algo, puede pasar que no sepa qué hacer y tiene que lanzarse hacia algo nuevo, y no tiene claro por dónde seguir. Hay otro tipo de crisis que tiene que ver con problemas, con enfrentar situa­ ciones difíciles –tanto a nivel colecti­ vo como personal­ como le está

pasando a la humanidad en estos últimos años con la crisis sanitaria, serían las crisis que resultan de tener que enfrentar un problema para el que no estamos lo suficien­ temente preparados. En el fondo la vivencia de crisis es el gran motor para el cambio y la adaptación, y ahí hay factores clásicos que desenca­ denan estas cosas: finalizar ciclos puede generar un estado de crisis y de búsqueda; otras veces las pérdi­ das las desencadenan, desde la pérdida afectiva, o de trabajo, o de salud. Si nos centramos más en las crisis vocacionales, ahí también hay pérdidas, una persona que no le está yendo bien en lo que estudia, o en su trabajo, y muchas veces termi­ na perdiendo el sentido o las ganas, y comienza a preguntarse si tiene que hacer otra cosa o por dónde seguir. También muchas veces las crisis tienen que ver con el aburri­ miento, con el displacer, con la rutina, cuando esas cosas se insta­ lan, se va degradando el sentido y el placer, y de ahí empieza a instalarse la crisis. ¿Qué recomendás a quiénes las están atravesando? Una primera recomendación seria a nivel de actitud. No vernos como una víctima de las circunstancias, sino entender que es la vida misma y que son oportunidades de tomar las riendas de la propia vida. Enton­ ces primero sería asumir la situación


Ficha técnica

Sergio Fiorini Psicólogo. Trabaja como psicoterapeuta, orientador vocacional y psicólogo educacional. sergiofiorini@gmail.com

y no victimizarse y poder empezar un proceso que tal vez tenga que ver con revisar situaciones de la vida propia, de las decisiones tomadas, capaz que hay que tomar nuevas decisiones, transformarse. Otra recomendación sería compartir esas vivencias con otros. Eso es muy importante porque intercambiar opiniones, experiencias, escuchar a los otros, es de una gran ayuda. La última recomendación sería que ante situaciones donde no se está pudiendo avanzar o vivir ese proce­ so, o hay demasiado sufrimiento, se puede buscar una ayuda profesio­ nal. Los psicólogos acompañamos a las personas en esos procesos de revisión, de toma de decisiones, de buscarle un nuevo sentido. Cuando se transita un período de crisis ¿qué soportes podemos bus­ car? Yo veo dos soportes de dos natura­ lezas diferentes. Uno podríamos decir que son los interpersonales, que son muy importantes porque no podemos afrontar de manera solita­ ria las crisis. Tenemos más oportuni­ dades de éxito cuando nos apoya­ mos en el entorno: la familia, los amigos, los colegas, los pares, sue­ len ser muy importantes para gene­ rar ese intercambio de experiencia. También estos soportes interperso­ nales pueden ser referentes o guías, las figuras de los tutores, líderes,

técnicos, sacerdotes, que pueden acompañar, dar una mirada un poco más alejada en lo afectivo, pero con un grado de conocimiento de expe­ riencia que puede ser muy valioso. Otro soporte interpersonal tiene que ver con los profesionales, los psicólogos u otros profesionales de la salud mental, que acompañan, no desde el vínculo afectivo que se tiene, sino en la formación profesio­ nal para atender la situación de crisis. Por otro lado, tendríamos otro tipo de soportes que proviene más de lo interno, de lo afectivo de cada persona: los valores de cada uno, porque son una guía en estas situa­ ciones. Son como una brújula que

nos indica el rumbo cuando estamos un poco perdidos. Y esos valores se trabajan a lo largo de la vida, en la formación de la persona. También para muchas personas, parte de ese soporte interno tiene que ver con la fe, las creencias religiosas ayudan a afrontar y sostenerse en periodos difíciles. Por último, mencionaría la confianza en uno mismo. Es funda­ mental como soporte interno para afrontar y atravesar los periodos de crisis, sería eso de “yo puedo”, “voy a salir adelante”, “esto va a pasar”, “voy a salir fortalecido de todo este problema que tengo”; y esa visión cuando se puede tener es muy valiosa. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

16


Chiara Cazzuola, nueva Madre General de las FMA

“Es una misión más grande que yo”

17


Fascinada por la figura de Don Bosco y la alegría contagiosa de las Hijas de María Auxiliadora, luego de que sus padres finalmente se convencieran de que Dios realmente la “llamaba”, ingresó al Instituto sin imaginar que 5 décadas después sería elegida Madre General y décima sucesora de Madre Mazzarello. No desechaba la posibilidad de un matrimonio e hijos, pero todo le parecía limitado “frente al gran amor, la fide‐ lidad eterna de Dios y la posibilidad de ser madre para muchas niñas y jóvenes”. Chiara Cazzuola, a sus 66 años de edad, fue elegida Madre General de las Hijas de María Auxiliadora en el marco del XXIV Capítulo General que tuvo lugar en octubre de este año. Italiana de origen, asegura que siempre trabajó duro y con entusiasmo, “para hacer todo el bien posible, sin perder el tiempo”. Aunque extraña no estar a tiempo completo con los jóvenes la anima saber que la misión que se le confía es para ellos. Entrevistada para el BS comparte las razones por las que aceptó el desafío para el que se siente “pequeña", esbo‐ za su estilo de ser “Madre”, comparte la hoja de ruta del Instituto para estos tiempos, sus anhelos para las HMA en general y, en particular, para las de Uruguay, así como su apuesta a los jóvenes para cambiar el mundo. Madre Chiara, ¿cómo nació tu vocación para la vida religio­ sa? Mi vocación nació en el oratorio de las Hijas de María Auxilia­ dora, en mi pequeño pueblo de gente humilde: obreros, mineros, agricultores, algunos pastores. El oratorio era el lugar de encuentro, especialmente para niñas y niños. Juntos hicimos muchas actividades y lo consideramos nuestro segundo hogar. Al principio mis padres no me apoyaron porque era menor de edad y pensaban que era un momento de enamoramiento, de entusiasmo fugaz. Creían que "las monjas” influían en mi elección, pero cuando vieron que estaba decidida y que iba en serio, mi padre, a los 16 años, me dijo que si de verdad era Dios quien me llamaba, no tenía ganas de pelear contra Él. ¿Qué aspectos fueron claves en tu discernimiento vocacio­ nal? La figura de Don Bosco siempre me ha fascinado. Lo que más me impactó de la experiencia con las hermanas fueron su alegría y entusiasmo. Muchas veces he pensado que su vida tenía que ser hermosa si siempre estaban tan alegres. La segunda razón fue porque sentí la necesidad de un amor que fuera eterno, me gustaba el matrimonio y quería muchos hijos, pero me parecía todo limitado frente al gran amor, la fidelidad eterna de Dios y la posibilidad de ser madre para muchas niñas y jóvenes. De todos las funciones o roles que desarrollaste en la Con­ gregación hasta ahora ¿cuál recuerdas como más gratifican­ te? Y ¿cuál te supuso mayores dificultades? Mis recuerdos más especiales están ligados a los mejores años vividos entre niñas y jóvenes en la escuela, en el orato­ rio, en el deporte y en todas las expresiones de la misión salesiana. Siempre he trabajado duro y con entusiasmo, según la enseñanza de nuestros Fundadores, para hacer todo 18

el bien posible, sin perder el tiempo. Una experiencia que se ha convertido en un desafío para mí es la que muchas veces viví con niñas y niños descorazonados, desorientados, con baja autoestima, con poco sentido para la vida, que ya se consideraban fracasos por su desempeño escolar. Situaciones familiares no positivas y fallidas. Con ellos traté de hacer un trabajo constante que les ayudara a sacar lo mejor y poten­ ciar sus recursos, casi siempre desconocidos para ellos. Ahora son madres y padres, muchos de ellos brillantes y maestros salesianos, quienes agradecen por haber creído en ellos. Extraño el hecho de que ya no estoy a tiempo completo entre los jóvenes, aunque sé que la misión que se me ha confiado es para ellos. ¿Cómo has tomado la elección como Madre General? ¿Qué fue lo primero que sentiste o pensaste en el momento en que resultaste elegida? Pensé que no podía ser verdad. Me sentí incapaz y muy pequeña, como una hormiga frente a un elefante. Sentí que


era algo muy grande, que me superaba, ¿cómo podía asumir una tarea tan importante? Pero, ¿cómo podía decir que no? Por lo tanto, a la pregunta de si aceptaba respondí: “Es una misión más grande que yo. Confío en el Señor y me enco­ miendo a María Auxiliadora, a quien siento muy presente. Por esto digo que sí y les agradezco su confianza, sé que será un camino que recorreremos juntos”. Una misión tan grande solo puede cumplirse con la docilidad de corazón a la voz del Espíritu Santo y con el poderoso apoyo de María. ¿Qué desafíos te supone ser la Madre General? Para esta respuesta me parece justo referirme al Capítulo General XXIV recién concluido en el que, como FMA, en el horizon­ te de la sinodalidad y en el contexto de la contempo­ raneidad, intentamos escuchar los desafíos educativos que surgen de la vida de hombres y mujeres jóvenes, de las familias, de las diversas naciones en las que estamos insertas. Nuestra reflexión se ha centrado en la lectura de la realidad compleja, en continuo cambio y, en un largo proceso de discernimiento, hemos llegado a hacer elecciones priorita­ rias, que también tomo personalmente, y que pueden apli­ carse en diversos contextos: formación continua, sinodalidad misionera, escuchar el grito de los pobres y de la tierra desde el punto de vista de la ecología integral. El desafío personal, sin embargo, sigue ligado al sustantivo "madre" y el anuncio de ser Madre para todas las FMA me ha llevado a la luz de María en Caná, que acompañó toda la rica experiencia del CG XXIV. Sentí mi alma habitada por la imagen de María atenta, sagaz, diligente, valiente en el diálogo con Jesús y en la antici­ pación de la hora del don, activa y decidida a intervenir para que la alegría de todos continúe. Ser "madre" es esto para mí. Siento que la maternidad es una fuerza de amor que impulsa hacia adentro y avanza hacia la dedicación. Ser Madre me hace querer escuchar, comprender, acoger, ani­ mar, cuidar, ser apoyo para todos, fortalecer el deseo de vivir la comunión fraterna y la misión entre los jóvenes, con una alegría siempre abierta al crecimiento. También me gustaría estar físicamente presente en cada comunidad, vivir con cada una la vida diaria de cansancio, de alegrías, discernir juntas, paso a paso, la voluntad del Señor donde cada una obra. Me encuentro humilde, pero verdaderamente, en sintonía con Madre Mazzarello que, sufriendo el alejamiento de sus hijas, escribió a Sor Ángela Vallese y a la comunidad de Villa Colón el 9 de abril de 1879: "Aunque nos separe el mar inmenso,

podemos vernos y estar juntas en el Corazón Sacratísimo de Jesús, podemos pedir siempre las unas por las otras, así́ nuestros corazones estarán siempre unidos“. Previo a tu nombramiento has visitado diversas inspectorías de América ¿qué conoces de América? ¿Y de las HMA en Uruguay? Conozco Brasil, Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico y un poco de Argentina. Llevo en el corazón la experiencia compartida con tantas hermanas vivas, abiertas, serenas y valientes que cada día se enfrentan a múltiples y difíciles situa­ ciones para llegar a los niños, niñas, y jóvenes más necesitados de ayuda y apoyo. En las hermanas que conocí aprecié la apertura y aceptación de las diferentes culturas, el sentido de pertenencia al Instituto y la fidelidad creativa al carisma. Pienso en las hermanas de Uru­ guay como aquellas que, sobre todo, tienen sus raíces en la primera valiente experien­ cia misionera de nuestro Instituto de la que nació la sólida expansión del carisma salesiano en América. Creo que desde aquí podemos empezar de nuevo con renovada valentía, para una mayor fecundidad vocacional y apostólica en el continen­ te americano. ¿Qué sueñas para tus hermanas en este período que comienzas como Madre? ¿Y para los jóvenes? Para mis hermanas sueño que tengan el valor de tomar decisiones sobrias y coherentes, que sean mujeres felices, plenamente realizadas al vivir su vocación, felices de dedicar­ se a los jóvenes, de estar entre ellos, que sean brillantes y fieles en vivir el da mihi animas cetera tolle. Para los jóvenes sueño que no se dejen desanimar por la situación en la que vivimos, sino que sepan ser valientes y mirar al futuro; que pueden tomar decisiones positivas, incluso en contra de la corriente. Jóvenes que no le temen al cansancio del camino, que buscan caminos y senderos, que asumen la tarea de hacer el mundo mejor. ¿Cómo podemos acompañar mejor a nuestros jóvenes? Creo que el mejor acompañamiento para nuestros jóvenes consiste en estar cerca de ellos, en la escucha sincera, hecha con el corazón, en apoyarlos en el esfuerzo de búsqueda del sentido de la vida, en una acogida afectuosa y cordial en nuestras comunidades y en la orientación hacia experiencias y elecciones positivas. 19


AQUÍYAHORA

20


21


Hay cuatro “trampas” en las que solemos caer al pensar en la vida vocacionada. La primera es relacionar vocación a la vida consagrada, como si curas y monjas fueran los únicos capaces de tener vocación; la segunda es acotarlo a la juventud como el momento de tomar decisiones que nos condicionen de por vida; otra es reducirlo a la elección de una profesión; y la última es creer que tengo que encajar en un lugar para tener vocación, quitar y sacar cosas de mi vida para caber en ese casillero. Estas cuatro trampas las menciona y explica el P. Nicolás Soto sdb, responsable del Movimiento Juvenil Salesiano, para explicar qué es la vida vocacionada en clave salesiana. “Es una concepción desde la cual queremos vivir y caminar junto a los jóvenes y en comunidad. Nos hace cambiar la mirada, nos hace preguntarnos todo el tiempo, nos hace entender desde la pastoral que debemos ayudar al joven con el que me encuentro, encontrarnos genuinamente y preguntarnos continua­ mente qué es lo que quiere Dios para mí en este momento de mi vida, a qué me está llamando, qué estoy aprendiendo, qué nuevos desafíos estoy encontrando. Es vivir la vida continuamente como una llamada a la plenitud”. Soto explica que los salesianos llegaron a esta clave de vida vocacionada luego de un camino en el que se dieron cuenta de que los jóvenes tenían preguntas que no eran respondidas. “Entonces empezamos un camino 22

en el que consultando a distintos expertos, haciendo algunas preguntas, rezándolo mucho, fuimos encontran­ do algunas claves para ver cómo entendemos que la vida misma es la vocación”, cuenta. Así fue que concluyeron que esas cuatro trampas ponen obstáculos a entender la vida vocacionada. “Son nociones, concepciones o lugares que tenemos por cuestiones culturales y que creemos que no nos permiten poder entender la vida como vocación”, destaca. En ese sentido, respondiendo a cada una de esas “trampas”, afirma que “todos tenemos vocación, la vida misma es vocación”, y esa vocación no se define solo en la etapa de la juventud entre los 18 y los 23 años. “Toda la vida estamos buscando, puede ser que la juventud sea una etapa concentrada, pero luego la vida nos va poniendo distintas dificultades, nuevos desafíos, desde los cuales nos tenemos que ir reconfigurando, desde quiénes somos y quiénes queremos ser. Por eso la vida vocacionada no se refiere a una etapa concreta de la vida”, aclara Soto. Al contestar a la trampa de la vocación reducida a la elección de una carrera, afirma que no nos tenemos que preguntar “qué quiero hacer, sino quién quiero ser”. Lo expresa como “una nueva narración” para entender la vocación como llamada a vivir y a desplegar el don


que somos. “Este regalo gratuito que Dios nos hace tenemos que desplegarlo a lo largo de nuestra vida, reflejar al mundo esta imagen y semejanza que somos de Dios”, sostiene. Las preguntas que hay que hacerse y Faremo a Metà Sin duda que la juventud es una etapa importante en la vida y por eso en esa etapa de la vida se necesita acompañamiento. Al decir del P. Soto, los jóvenes necesitan “adultos en serio, gente que se ha preguntado y se sigue preguntando para su vida, que se hace cargo de su propia vida. Hoy lo que más sufren los jóvenes son los adultos ausentes. Es terrible ver niños huérfanos sin padre ni madre, pero hoy es también terrible ver a jóvenes que teniendo madre, padre, abuelo o abuela, igual están solos”, reflexiona. Para darles ese acompañamiento que necesitan, lo primero, señala, es habilitar las preguntas que tengan, que no se sientan juzgados, y luego “no ser adultos que den respuestas fáciles, sino que a lo mejor den nuevas preguntas y brinden qué preguntas se tienen que

hacer”. “Acompañar es tener también una atenta escucha de espíritu a Dios que se hace presente en la historia, tener sensibilidad espiritual muy grande para entender qué de Dios hay en la vida de este joven. Necesitan adultos que los sostengamos en sus búsque­ das”. Por eso, Soto cree que la clave está en saber qué preguntas hacerse. “Hoy estamos llenos de respuestas, basta poner en Google una frase para ver que hay tantas respuestas como gente hay en el mundo. La pregunta que hay que hacerse es quién soy yo, para quién quiero ser, cómo me imagino envejeciendo, cuáles son esos valores, esas certidumbres interiores de las que si me alejo, dejo de ser yo”. “Podemos tomar el ejemplo de Jesús en los Evangelios. Cuando le hacen preguntas da muy pocas respuestas, por lo general cuando le hacen una pregunta responde con otra pregunta o responde con una parábola… dejar que el otro se haga las preguntas y encuentre sus respuestas”, recomienda. Desde su experiencia personal, Soto señala que en los jóvenes que ha tenido “la gracia de acompañar” la principal motivación es buscar la plenitud y la felicidad. Para encontrarla, hay que saber aprender a vivir con la incertidumbre propia de la vida, porque dentro de ese mundo de dudas hay certezas”, asegura. “Tenemos cosas seguras: la más segura es que Dios nos ama y nos quiere felices aquí y en la eternidad”. También hay que enfrentar los miedos y parar a mirar mejor para seguir viviendo, descartando el miedo que paraliza y no deja avanzar. Tomando en cuenta todo esto es que la Inspectoría lanzó una propuesta que se llama Faremo a Metà. Soto explica que está destinada a ayudar en esa búsqueda de respuesta a los jóvenes varones que estén abiertos en su horizonte a la vida religiosa salesiana. Para ello cuentan con distintas experiencias: “Algunas son de búsqueda vocacional amplia y otras en los que la vida religiosa salesiana empieza a emerger con más fuerza”, afirma. En ese sentido, organizan actividades como retiros para poder hacer foco en esas preguntas, o experiencias de vida en comunidad, de misión, de ratos de oración en los que hacerse esas preguntas sobre la vida vocaciona­ da en cada uno. En Faremo a Metà, “salesianos y laicos acompañamos en esta búsqueda tratando de responder a las necesida­ des de estos jóvenes con los que nos vamos encontran­ do”, concluye Soto. 23


DEOTROSLARES

RMG – Taller de Arranque: “Proyecto Medioambiental América Latina Sostenible” (ANS – Roma) ­ Del 16 al 18 de noviembre de 2021, en modalidad “virtual”, se ha desarrollado el Taller de Arranque del “Proyecto Medioambiental América Latina Sostenible”. En esta ocasión, dieron sus palabras de bienve­ nida y motivación el P. Líder Justiniano, Inspector de Bolivia, el P. Rafael Bejarano, Coordinador de Obras Sociales de las Regiones Interamericana y América Cono Sur, y el Hno. Jean Paul Müller, Ecónomo General de la Con­ gregación Salesiana. Del taller participaron 50 representantes de las Inspec­ torías de Antillas, Argentina Sur, Bolivia, Centro América, Chile, Colombia Bogotá, Colombia Medellín, Ecuador, Haití, México Guadalajara, México DF, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. En sintonía con las “Líneas Programáticas del Rector Mayor para la Congre­ gación Salesiana” (Sexenio 2020­2026), con la estrategia Don Bosco Green Alliance (DBGA) y con la Encíclica Laudato si del Papa Francisco, el proyecto promoverá la educación para el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente y la adopción de estilos de vida sostenibles en ambientes educativos de 17 Inspectorías Salesianas de América Latina, y es el resulta­ do de un esfuerzo de articulación y trabajo en red que comenzó el año 2018, como parte del fortalecimiento de capacidades de las Oficinas de Planificación y Desarrollo (OPDs) y de los Centros de Formación Profesional (CFPs) de la región.

Durante el taller, los participantes analizaron estrategias para dar visibilidad y empoderar a los jóvenes como Líderes Medioambientales Salesianos, que les permita generar un impacto positivo en sus ambientes educativos, familia y territorios. Adicionalmente, se ha identificado el valor añadido de comenzar a medir y mitigar la huella de Carbono en los ambientes educati­ vos salesianos y se ha proyectado el impacto de articulación y trabajo en red respecto a la problemática medioambiental, que afecta particularmen­ te a la población joven y pone en riesgo los principios del desarrollo soste­ nible. El proyecto tendrá una duración de 2 años (2022 y 2023), es financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ) y coordinado por las ONGs Salesianas Don Bosco Mondo (DBM), Bonn – Alemania y la Oficina de Proyectos para Bolivia (OFPOBOL), Cocha­ bamba – Bolivia. 24

Entrega de cruces misioneras El domingo 21 de noviembre, durante la celebración eucarística en la Basílica de María Auxiliadora de Turín, se entregaron las Cruces Misioneras de la 152a. Expedición Misionera a los nueve misioneros salesianos y diez misioneras FMA. Los nuevos misione­ ros recibieron las Cruces de manos del Rector Mayor, el padre Ángel Fernández Artime, mientras que las misioneras FMA las recibieron de la Madre General de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Chiara Cazzuola. Fuente: ANS

Don Bosco Global Youth Film Festival El viernes 19 de noviembre tuvo lugar en el Teatro Grande de Valdocco, la ceremonia de clausura del "Don Bosco Global Youth Film Festival", durante la cual se dieron a cono­ cer los ganadores en las respectivas catego­ rías del concurso. El acto contó con la presencia del Rector Mayor, P. Ángel Fer­ nández Artime, del Consejero de Comunica­ ción Social, P. Gildasio Mendes, del Director del Festival, P. Harris Pakkam, de la Presi­ denta de la "Italian Film Commission" y miembro de la Gran Jurado, Cristina Priaro­ ne y del presidente de la Fundación Don Bosco en el mundo, Alberto Rodríguez. Fuente: ANS


SABORABUENASNOCHES

Dios tuvo un sueño Acompasando la consigna de este año y en este tiem­ po previo a la Navidad les pregunto, ¿qué es, en el fondo, la esperanza? La esperanza es la seguridad de que Dios tuvo un sueño para mí y que nada ni nadie puede destruir. Ninguno de nosotros nació por casua­ lidad. Dios, antes que vos y yo naciéramos, nos soñó. Tuvo un sueño y dijo: “Yo quiero que nazca esta per­ sona, esa gurisa, ese muchacho; porque lo necesito para esto, para que sea feliz, y será único, no habrá otro igual”. Y ese molde se rompe cuando uno nace. Dios tiene un sueño exclusivo para cada uno. ¿Qué es la vocación? La palabra vocación deriva del término latín vocatio, que es la inspiración con la que Dios convoca a algún estado. Es esa llamada a cumplir el sueño que nos tiene reservado. Es llegar a conocer y vivenciar los deseos, los anhelos con los cuales nos forjó. Desarrollarla es estar en comunión con Él, es realizarse en su voluntad. Todos hemos sido pensados por Dios, y que se cumpla lo concebido por Él depen­ derá de que escuchemos o no su llamado, y algunas veces no reconocemos u olvidamos la misión que traemos. Otras veces esos desencuentros nos hacen

ver las personas que somos y retomar o cambiar el camino. No recules frente a las dificultades. Simplemente las dificultades miden a las personas. Aunque todo parez­ ca perdido siempre hay una puerta que se abre para retomar la bús­ queda. Nunca es tarde para reini­ ciar la apasionante aventura de cono­ cer cuál es el sentido de tu vida.

P. Adrián García sdb

En lo profundo de tu corazón, allí anida el sueño que Dios tuvo para ti. Él sigue soñando, cuenta con tu protagonismo y te ayuda a conectar con su deseo más profundo: que seas feliz, porque ama tu vida, así como ella esté. Por más desorientada que esté esa búsqueda, dejate guiar por este GPS seguro y amisto­ so. Solo sentirás su dulce voz al retomar la marcha, “recalculando el camino”.

25


DELÁRBOLSALESIANO

“A un amor grande solo se puede renunciar por un Amor más grande”

Las dos son exalumnas salesianas, tomaron decisiones radicales siendo muy jovencitas y su semblante destila alegría y plenitud. ¿Qué más tienen en común Paula Grolero y María Milagros Losardo?: la vida compartida en la clausura del Carmelo de Florida. Paula María del Amor Misericordioso (P) tiene 25 años de edad e ingresó al Carmelo en 2015, tras gra­ duarse de Bachiller. María Milagros de Jesús Eucaristía (M) tiene 31 años y desde 2011, luego de cursar algunos años en la Facultad de Arquitectura, optó por la vida contemplativa. Los discernimientos vocacionales de estas Carmelitas Descalzas, su vida en el convento, su conexión con el carisma salesiano, los momentos de duda, las renuncias y sus firmes convicciones, son algunos de los aspectos de su vida consagrada que develan en esta entrevista del BS. 26


¿Cómo conociste a los salesianos? P: Mi primer contacto fue con las Hijas de María Auxiliadora. Cursé desde nivel 5 de preescolar hasta 1º de liceo en el Instituto María Auxiliadora de Montevi­ deo. Fue ahí que conocí a Don Bosco y a Maín. Más tarde, de 4º a 6º en el Institu­ to Juan XXIII, tuve la oportunidad de involucrarme más con el carisma partici­ pando de la Juventud Misionera Salesia­ na (JMS) y yendo al oratorio. M: Puedo decir que primero los conocí “de oídas”, ya que siendo de las menores del grupo de primos fueron ellos quienes se encargaron de ir transmitiendo y entusiasmando de generación en gene­ ración, como quien transmite a los menores un legado, un precioso tesoro, una etapa inolvidable, de manera que hagamos nuestra la experiencia del paso por el Juan XXIII, o mejor “que el Juan pase por mí”. Así fue, y dejó huella... ¿Qué huella dejó en ti tu paso por una casa salesiana? M: La huella indeleble de saberme amada por el Dios vivo y presente en lo sencillo del día a día, en rostros concre­ tos, en medio de la actividad, del patio. Huella de pertenecer a una comunidad, a una gran familia; el valor inmenso de compartir la vida con otros desde la verdad de uno mismo. ¿Por qué elegiste la clausura como forma de vivir tu llamado vocacional? ¿Cómo fue tu discernimiento? M: Antes de entrar al Carmelo llevaba la vida de una chica normal, compartía en familia, estudiaba, tenía amigos con quienes hablábamos sobre nuestras búsquedas, inquietudes, deseos, dificul­ tades, proyectos... me gustaban los chicos, de hecho, tuve novio y estuve saliendo con alguien, formaba parte de un oratorio, también del VMS. Por entonces, notaba que iba creciendo en mí “la necesidad” de vivir con mayor radicalidad, de corresponder enteramen­ te a Aquél que me atraía de manera indecible y en quien encontraba la razón de mi vida. Progresivamente fui dándo­ me cuenta de que quería vivir para y en Dios, cada vez con mayor ansia, y si bien lo procuraba, no encontraba sosiego, no bastaban los deseos, ni las actividades,

ni los encuentros, ni el apostolado. Estaba siendo atraída por el Señor desde dentro, espacio algo desconocido para mí y al mismo tiempo ansiosa por habi­ tar. Pedagógicamente, el Señor me ha sorprendido, conduciéndome por cami­ nos que no imagino ni puedo controlar con mis razonamientos o “saberes”, que no consisten en ser recorridos a fuerza de “andares” propios, sino solamente impulsada, guiada por el Espíritu.Mi vocación sigue siendo un misterio, incluso para mí misma. Me reconozco mujer diariamente atraída por el Señor que me invita a estar con Él. “Yo elegí” la vida contemplativa como respuesta a Su llamado, como modo de vida, de perte­ nencia exclusiva a Él, pero no excluyente de nadie. Antes de ingresar al Carmelo había una pregunta que resonaba en mis oídos con fuerza y me inquietaba: ¿mi vida de oración será más “provechosa”? Supe entonces que mi “sí” implicaría el desprendimiento de no percibir los frutos, las gratificaciones de mi entrega, que hasta el momento me habían encen­ dido profundamente e incluso habían “compensado” mi desgaste. Al tocar mi humanidad, con mis cualidades, límites e impotencias, descubrí al Dios de mi vida, que me hace verdaderamente fecunda, porque la vida es dada a luz cuando es entregada gratuitamente. ¿Cómo es un día en el Carmelo? P: Nuestra vida es una vida orante con y para los demás. Y orante a toda hora y en todo momento. Pero para que esa vida sea tal, sí que se necesitan los momentos “puntuales” de oración comunitaria (la eucaristía y la liturgia de las horas) y personal (que contamos con dos horas diarias de oración en silencio). Ellos son el motor que anima nuestra vida. Lo que queda del día lo vivimos entre el trabajo (hacemos artesanías y ornamentos), la formación, la lectura espiritual, y, muy importante, la recrea­ ción. ¿Y qué es esto? Dos momentos al día de juntarnos a compartir fraternidad. Para Teresa de Jesús, la amistad con Dios y la amistad con las hermanas son uno. ¿Has tenido dudas vocacionales? Si es así, ¿cómo las has procesado? P: Sí que las he tenido, y creo que ha

sido a través de ellas que la vocación se ha asentado. Cuento la primera: fue en el tiempo del noviciado, al caer en la cuenta de que dentro de mis inmensos deseos de ser toda de Jesús y de servir a la Iglesia desde mi vida orante, había también mezclados ciertos temores a afrontar otro tipo de vida. Fue costoso, pero sanador reconocerlo. Temí haber­ me equivocado. Pero fue ahí cuando el Señor me mostró que Él se sirvió hasta de mis temores, de mis fragilidades, de mis motivaciones inmaduras, para un día llevarme al altar y hacer alianza conmi­ go. Ya no me quedaba en el Carmelo por lo mismo que entré. ¿Extrañás algo de esa vida? P: Así como extrañar cosas de antes creo que no. Pero sí que, como cualquier otra vida optada, nuestra vocación implica muchas renuncias; y que en ciertos momentos algunas han pesado más. Con todo, siempre vuelvo a aquello que entendí dentro, el día que se casó una de mis hermanas (a lo que no asistimos presencialmente): que a un amor grande solo se puede renunciar por un Amor más grande. De otro modo la vida se vuelve un fracaso. ¿A qué no renunciarías? M: Al querer de Dios; a vivir desde la verdad de haber sido salvada gratuita­ mente; a vivir en “la libertad de los hijos de Dios”. ¿Qué le dirías a una joven que tiene inquietudes para la vida consagrada, pero no se anima? P: Lo primero que le diría es que vale la pena entregarse. Lo segundo, que si es realmente Jesús quien llama, hay algo dentro que “incomoda” tanto que solo se haya la paz cuando somos capaces de abandonarnos en confianza en Sus manos. Lo tercero, que no tema; que así como el Señor regala el don de la voca­ ción, da la fuerza para poder responder a ella afrontando todas las contradiccio­ nes interiores y exteriores que de seguro vendrán. Y lo cuarto, que si Jesús puso en ella su mirada amorosa, que no la resista; que solo atreviéndose a acoger­ la, se encontrará a sí mismo. 27


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

Convenio INAU -Talleres Don Bosco

Una educación inclusiva y empapada del legado de Don Bosco Talleres Don Bosco (TDB) es una de las instituciones educativas salesianas que no solo capacita para el mercado laboral, sino que forma a sus alumnos para la vida, con valores en sintonía con la Familia Salesiana y el sello de Don Bosco, en sus espacios interiores y en su patio, donde se entre­ tejen muchas historias de vida y aprendizajes. El equipo de educadores de TDB dialogó con el BS y contó un poco más sobre este centro de for­ mación y la relación que mantiene con el Instituto del Niño y del Adolescente del Uruguay (INAU). 28


mente hay 45 adolescentes atendi­ dos por el convenio INAU­Talleres Don Bosco. Este cupo se fue incre­ mentando con los años y según las necesidades de la población objetivo. El último incremento de cupos se dio en el año 2020 donde se permitió el acceso de adolescentes atendidos por otros dispositivos de INAU, ade­ más de los adolescentes cuyas fami­ lias no pueden pagar el costo corres­ pondiente.

INAU atiende la población de adoles­ centes varones de 15 y 17 años y 11 meses al momento del ingreso. Por las exigencias de la propuesta educa­ tiva a la que ingresan, se pide como requisito el ciclo básico aprobado. Estos adolescentes pertenecen a familias en situación de vulnerabili­ dad socio­económica, siendo en su mayoría, del interior de nuestro país, y con interés en la formación de una carrera técnica.

¿Qué convenio tiene actualmente Talleres con INAU? El convenio es de Residencia Estu­ diantil. Siendo dos los componentes fundamentales del proyecto: la pro­ puesta de formación técnica, que en este momento ofrece la formación en Educación Media Profesional (EMP), y Educación Media Tecnológica (EMT). Y la Residencia con la identi­ dad salesiana, que busca ayudar a los adolescentes en un período vital, para el logro de su maduración y crecimiento, desde una mirada inte­ gral.

¿Cómo se conforma el equipo de educadores de Talleres? Hay un equipo estable de educadores que sostiene este proyecto. También año a año hay algunas renovaciones e incorporaciones. Muchos de los perfiles de los educadores son de exalumnos salesianos, del propio Talleres Don Bosco y también de otras casas. La presencia de la resi­ dencia universitaria en el mismo lugar nos facilita acceso a jóvenes universitarios exalumnos salesianos, que pasan a apoyar la tarea como educadores. La cercanía en edad con los jóvenes, facilita el acompaña­ miento y el desarrollo de la empatía necesaria. A nivel técnico contamos

¿Qué población objetiva atiende? El convenio que tiene Talleres con

¿Desde hace cuánto y cómo surgie­ ron los convenios entre el INAU y Talleres? El convenio actual se firmó el 8 de enero de 1998, elaborado de acuerdo a la Pauta de la División Convenios. Este convenio original ha tenido diversas reformulaciones a lo largo de tantos años: en cuanto al perfil de los jóvenes que pueden acceder a la Residencia Estudiantil, así como en la cantidad de adolescentes que se atienden por este convenio. Actual­ 29


con una psicopedagoga, psicóloga, trabajadora social y los educadores donde algunos están estudiando la carrera de Educador Social. También conforman parte del equipo los animadores de grupos asociativos, recreativos y deportivos que acompa­ ñan a los adolescentes en las tardes. ¿Cómo es el proceso de inserción a los grupos y de aprendizaje de estos jóvenes en Talleres Don Bosco? Promovemos que se puedan agrupar con sus compañeros procedentes de otros ámbitos para acompañarse entre ellos, ya que se enfrentan a una experiencia similar pero con herra­ mientas diferentes. Llegan de realida­ des más complejas, y requieren un mayor acompañamiento y seguimien­ to. Además, desde el proyecto se proponen varios espacios claves para sostener el proceso de los tres años en Talleres Don Bosco. Estos espacios son hora de estudio con apoyo aca­ démico, talleres, acompañamiento psicosocial, acompañamiento psico­ pedagógico que tiene coordinación con el área académica, acompaña­ miento de educadores en toda la estadía de los adolescentes, propues­ tas recreativas, deportivas y de espar­ cimiento, propuestas de fe. ¿Qué le aporta de diferente a sus aprendizajes la enseñanza en Talle­ res a la que podrían adquirir en otras instituciones? Una formación específica enfocada para el trabajo, promoviendo la 30

responsabilidad y la calificación. Es propia de nuestra institución la eva­ luación por competencias, fomentan­ do en el estudiante la capacidad de respuesta a demandas complejas y realización de diversas tareas desde el primer día. Estimulamos la adquisi­ ción de habilidades prácticas, conoci­ mientos, motivación y actitudes necesarias para una formación inte­ gral en el adolescente. Unido a esto, el trabajo desde la residencia apunta a promover la generación de hábitos saludables y responsables; fomentar el compromi­ so con el estudio, la participación activa en la comunidad y la autono­ mía progresiva dentro de la trayecto­ ria de tres años que compartimos con los adolescentes. ¿Cómo es la integración de los jóve­ nes que llegan del INAU? Uno de los criterios que cuidamos es que todos son alumnos de TDB, no hay diferencia en ninguna de las propuestas que ofrecemos, por ser o no ser de INAU. El resto de los resi­ dentes se entera que algún compañe­ ro proviene del convenio de INAU si él mismo lo comenta. Una particula­ ridad que se da en nuestra casa de Talleres Don Bosco y que enriquece la propuesta es la convivencia de la diversidad, ya que comparten la

experiencia el alumno que proviene de barrios costeros de Montevideo, con jóvenes del campo o ciudades del interior, con los que tienen la forma­ ción en FPB o un año de facultad. El otro día, uno de los partidos de fút­ bol que se dieron en nuestro patio era la convivencia de dos cuadros mezclados de residentes estudiantes de EMP, con alumnos de Iniciación Profesional y jóvenes provenientes del Inisa que están haciendo cursos cortos: eso es el patio de Don Bosco. ¿Cuáles son los cursos que prefieren los jóvenes que vienen del INAU? Los cursos son los que eligen ellos, como cualquiera de los alumnos que deciden ingresar a Talleres Don Bos­ co. Desde el equipo se respeta las elecciones personales, entendiendo que sin motivación no se sostiene una carrera de tres años en Montevi­ deo. A todos los jóvenes se los orien­ ta en el discernimiento de la elección, contemplando gustos, salida laboral y posibilidades de mayor independen­ cia económica, exigencias académicas específicas, la continuidad educativa futura, etc.


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO



Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.