Boletín Salesiano Uruguay Marzo

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URUGUAY / Cuarta época / Año XLII / Nº 1 / Marzo 2020 / www.issuu.com/bsuru

Mikaela Lacassy y Douglas Porto Vidas distintas, mismos sueños a la espera de la oportunidad Sebastián y Flavia Ferreyra Mellizos conquistados por Dios y los jóvenes

TAN DISTINTOS Y TAN IGUALES en la construcción de la paz


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CARTA DEL DIRECTOR

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Construir la paz en las diferencias

¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO...

Dominicos, jesuitas y salesianos Tan distintos e iguales en la tarea de acompañar a las juventudes

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SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Don Ángel Fernández Artime “La fuerza del amor”

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VALE LA PENA VIVIR ASÍ

Mikaela Lacassy y Douglas Porto Vidas distintas, mismos sueños… a la espera de la oportunidad

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AQUÍ Y AHORA

Construir la paz con los aparentemente diferentes

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CON NOMBRE Y APELLIDO

Sebastián y Flavia Ferreyra Mellizos conquistados por Dios y los jóvenes

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SABOR A BUENAS NOCHES

P. Adrián García sdb “Unifique, es ley de patriotismo”

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SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Madre Yvonne Reungoat fma ¿Cómo educar y educarnos a la paz?

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DEL ÁRBOL SALESIANO

Silvia Jaureche y Liliana Castro Acá o allá, pero siempre acompañando

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EN LAS REDES

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FAMILIA EN OBRA

Agustín Reyes Morel “Conversar es humano”

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FELICES LOS QUE CONSTRUYEN LA PAZ

Ping Pong a Federica Algorta y Denis Álvarez

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ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO

P. Francisco Lezama sdb “Ciegos”

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UNA MANO AMIGA

“Un cielo nuevo y una tierra nueva” (Isaías 65,17)

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GALERÍA DE INSTAGRAM

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca

Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Agustín Reyes Morel. Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Juan José Malvárez, Santiago Fernández Yurcho,Nicolás Vilche, y Ramiro Pisabarro.

Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286

Fotografía: Sebastián Andión, Sofía Cayota, Santiago Fernández Yurcho y Rubisney Gómez, de ANS, Pixabay y fotos de archivo. Corrección: Graciela Rodríguez

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P. Sergio Álvarez sdb

CARTADELDIRECTOR

CONSTRUIR LA PAZ EN LAS DIFERENCIAS El informe nos advierte y despierta nuestro ser educadores­ pastores: “Construir la paz es más difícil que conseguirla”; “se requiere más tiempo, más esfuerzos, modificar sentimientos, prejuicios, modificar formas de pensar”, dicen quienes aportan desde allí a nuestra reflexión. Nuestra identidad­don de ser contemplativos del amor de Dios en las cosas cotidianas, exige que descubramos que en toda realidad…

HAY OPORTUNIDADES, HAY OPCIONES, PODEMOS DECIDIRNOS POR UN BIEN Eso requiere diálogo, paciencia y confianza. Son el ambiente donde se elabora la decisión por un bien… la paz no es punto de llegada sino el modo de caminar, el modo de elaborar las decisiones, el modo de concretar el bien que queremos. “Estoy agradecido porque Dios te va a elegir la hora cierta para tu vida…”, dice Douglas en la entrevista que puedes leer en este Boletín Salesiano. Instalar el diálogo, cuidar la confianza y la paciencia como dinámica que permiten elaborar la mejor decisión: “La hora cierta para tu vida”. En la profundo está LA CERTEZA DE QUE DIOS NOS AMA. Para nutrirla, te invito con este boletín ¡léelo, te vas a encontrar! En nombre del Equipo de Producción, un fraterno deseo de buen año juntos…

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¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

TAN DISTINTOS E IGUALES EN LA TAREA DE ACOMPAÑAR A LAS JUVENTUDES La paz pasa por resolver las diferencias, o hacer foco y poner en común aquellos aspectos y miradas de la realidad en las que tenemos algún punto de contacto. En este tiempo en el que vivimos, muchas veces las diferencias son lo primero que se resaltan. ¿Qué pasa dentro de nuestra Iglesia? ¿Cómo conviven la diversidad de carismas que la integran? ¿Cuáles son aquellas cosas que nos unen y nos sirven de tierra común para nuestro trabajo? Tres religiosos: Fr. Felipe Lugen op, P. José Pérez sdb y P. Marcelo Amaro sj, ponen sobre la mesa similitudes y diferencias en el arte de acompañar a las juventudes.

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Fr. Felipe Santiago Lugen Lugar de nacimiento: Santa Rosa, Paraguay Edad: 37 años Congregación: Orden de Predicadores Ordenación sacerdotal: Año 2015 Reside actualmente: Montevideo

José Pérez sdb Lugar de nacimiento: Montevideo, Uruguay Edad: 48 años Congregación: Salesianos de Don Bosco Ordenación sacerdotal: Año 2005 Reside actualmente: Salto

¿Cuáles son las particularidades de tu carisma? Fr. Felipe Lugen op: Nosotros, en la Orden, tenemos 4 pilares fundamentales: apostolado, comunidad, estudio y oración. Después hay otras características que Santo Domingo nos ha transmitido, por ejemplo, la perspectiva en la cual él siguió a Jesús, la de un Jesús “maestro". Por eso para los dominicos es muy importante el estudio, no como un fin en sí mismo, sino como un medio para la misión. Otra característica que complementa la de Jesús maestro es la compasión. De hecho, el apelativo con el que se recuerda a Santo Domingo es el de un hombre compasivo y evangélico, y quién lo ayuda a moldear ese corazón compasivo es su mamá, ya que desde niño lo ha educado en una sensibilidad especial por aquellos más desfavorecidos. Por ejemplo, cuando él se va a estudiar a Valencia, eran tiempos de hambrunas y al ver a la gente en esa condición, decide vender sus muebles y libros para ayudar a paliar la situación. Él mismo dice "¿cómo yo voy a seguir estudiando, si veo morir a mis hermanos?”. Entonces nosotros queremos imitar el corazón de nuestro padre, atendiendo nuestro tiempo desde una mirada compasiva, misericordiosa.

Nuestro lema como dominicos es la verdad, y la verdad es Jesús. Buscamos, entonces, con los jóvenes, construir un mundo nuevo, en relación con la verdad, que para nosotros es el mismo Jesús Fray Felipe Lugen op José Pérez sdb: Una persona salesiana es optimista, de Iglesia, tiene como centro a Jesucristo y como punto de referencia y fortaleza la Eucaristía, y además busca la compañía de María en su día a día. Cree en las potencialidades de las juventudes y tiene como actitud

Marcelo Amaro sj Lugar de nacimiento: San José, Uruguay Edad: 50 años Congregación: Compañía de Jesús Ordenación sacerdotal: Año 2001 Reside actualmente: Tacuarembó

de vida la alegría, el compromiso con las juventudes, especialmente con las más pobres. Marcelo Amaro sj: Nuestro carisma nace de la experiencia espiritual de San Ignacio, plasmada en los ejercicios espirituales, donde él hace un proceso muy lindo de conocimiento de sí mismo y de Jesús, buscando desde ese conocimiento de Jesús hallar la voluntad de

En el fondo, la pastoral juvenil siempre va a ser pastoral vocacional, en el sentido de poner al joven en una búsqueda de un proyecto de vida P. Leonardo Amaro sj Dios. Él descubre cómo Dios habla al corazón y cómo podemos hacer un proceso de discernimiento para encontrar lo que nos ayuda, nos hace más persona, nos humaniza y nos pone en sintonía con Él y, por otro lado, lo que más bien nos aleja y nos divide con los demás. Entonces, desde esa experiencia de los ejercicios espirituales, nuestro carisma nos ayuda a discernir y a buscar la voluntad de Dios, siempre en un marco de una experiencia de fe que procura la justicia. Esa relación con Dios nos lleva a buscar formas de servicio, de amor, que construyan un mundo más justo para todos. ¿Cuál es el trabajo que realizan con jóvenes? Fr. Felipe Lugen op: Son varias las modalidades. Por un lado lo que llamamos red vocacional, esto consiste en agrupar jóvenes para que puedan pensar en su vocación de manera amplia, no específica. Entonces este es un equipo que se ha formado a nivel de la Familia Dominicana, lo integran las religiosas, sacerdotes y laicos. Lo que pretendemos es acompañar a los jóvenes en sus procesos vitales, 5


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Nuestro trabajo tiene como finalidad que los jóvenes puedan ser buenos cristianos y honrados ciudadanos. Tratar que las juventudes con las que nos relacionamos saquen lo mejor que tienen para dar, sabiendo que Dios ya está en sus vidas. Por lo tanto, nuestra tarea consiste en ayudarlos a redescubrir su presencia y que a partir de ese encuentro con Cristo resucitado puedan resignificar todo lo que están viviendo P. José Pérez sdb desde una perspectiva más amplia, lejos de querer simplemente hacer esto para "cazar vocaciones". En Uruguay es diferente porque el acompañamiento es distinto, son más reacios a lo religioso, esto nos hace escuchar mucho y desde ahí acompañar a los jóvenes. José Pérez sdb: Es muy variado. Tenemos diversos tipos de obras que trabajan con las diferentes juventudes. Nuestra opción es el trabajo con aquellas más necesitadas. Por ejemplo, trabajamos con jóvenes rurales, con realidades del interior del país y, en Montevideo, en diferentes barrios. Lo principal es estar donde están los jóvenes. Marcelo Amaro sj: Queremos acompañar a los jóvenes, queremos escucharlos, poder llegar con nuestra propuesta teniendo presente que son muchas las juventudes. Esto es lo primero, la escucha de sus intereses, necesidades y dolores y, desde ahí, poder ofrecer un camino de maduración personal, de encuentro con Jesús y que puedan hacer un proceso de interiorización que los ayude a ser mejores personas, escuchando la palabra de Dios que habita en ellos y siguiendo los caminos que Él les va mostrando. En el fondo, la pastoral juvenil siempre va a ser pastoral vocacional, en el sentido de poner al joven en una búsqueda de un proyecto de vida. ¿Qué buscan en ese trabajo? Fr. Felipe Lugen op: Nuestro lema como dominicos es la verdad, y la verdad es Jesús. Buscamos, entonces, con los jóvenes, construir un mundo nuevo, en relación con la verdad, que para nosotros es el mismo Jesús. José Pérez sdb: Nuestro trabajo tiene como finalidad que los jóvenes puedan ser buenos cristianos y honrados ciudadanos. Tratar que las juventudes con las que nos relacionamos saquen lo mejor que tienen para dar, sabiendo que Dios ya está en sus vidas. Por lo tanto, nuestra tarea consiste en ayudarlos a redescubrir su presencia, y que a partir de ese encuentro con Cristo resucitado puedan resignificar todo lo que están viviendo. Es una oportunidad que Dios les regala para crecer. Marcelo Amaro sj: Buscamos que se conozcan a ellos mismos, que se encuentren con Jesús y que, como fruto de ese encuentro, elijan un camino para sus vidas. ¿Cuáles son las líneas pastorales que definieron y con las que trabajan hoy en día? Fr. Felipe Lugen op: Es una pregunta amplia porque depende mucho del lugar en donde te toque estar, pero como líneas generales te diría que seguimos la propuesta que plantea el Papa Francisco, de una Iglesia pobre, que escucha, abierta y en salida. Esta es la Iglesia que fomentamos y que queremos vivir como dominicos. José Pérez sdb: Ayudar a las juventudes a que encuentren un sentido en sus vidas desde el encuentro con Jesús. Esta es la línea pastoral que se ha fijado el Movimiento Juvenil Salesiano.

A su vez, está el protagonismo de las juventudes. Abrirles los espacios y acompañarlos a que sean ellos los que definan el camino. Y, por último, la escucha, ya que tenemos una diversidad grande de realidades, por lo tanto, debemos tener atención para escuchar a Dios en medio de ellas. Marcelo Amaro sj: Desde nuestras distintas plataformas, que son las universidades, los colegios, las parroquias, queremos ayudar a los jóvenes a que realicen un proceso de maduración personal y crecimiento poniéndolos en contacto con la espiritualidad ignaciana, que la experimentan en los ejercicios ignacianos, dándoles elementos para que encuentren sus caminos en la vida. También es una pastoral misionera, acabamos de terminar la misión San Francisco Javier, que este año se realizó en Maldonado. Nuestros grupos en general tienen una dimensión de misión y de servicio. ¿Que significa ser dominico, salesiano, jesuita? Fr. Felipe Lugen op: Es una gran responsabilidad, en primer lugar. Es responder a los signos de los tiempos acompañando a la sociedad. Para esto hay que formarse y estar a la altura de las circunstancias. Yo acabo de llegar de Madrid donde me estuve formando para la misión. No nos podemos quedar en el tiempo, debemos estar a tono, incluidos en la sociedad y desde ahí ser fermento. José Pérez sdb: Hombre de Dios, que se compromete y da respuesta a las juventudes. Marcelo Amaro sj: Sabernos pecadores, amados y llamados por Jesús a vivir en comunidad, y a llevar adelante la misión de reconciliación, predicando una fe que busca la justicia. ¿Cuáles son los puntos que crees te unen con otras congregaciones como salesianos, dominicos o jesuitas? Fr. Felipe Lugen op: Lo principal que nos une es la pasión por el seguimiento de Jesús, por la verdad. Cada congregación lo que busca en definitiva es eso, responder siendo fiel a su llamado, que en el fondo es responder a la invitación que el mismo Jesús nos ha hecho. José Pérez sdb: Lo primero es el tema de la vocación, el llamado de Dios a ser hombres de Dios. Lo segundo es el amor real a las personas, especialmente a los más pobres, y después, todos estamos en la búsqueda para responder lo más fielmente posible al carisma que nuestros fundadores nos han dejado. Marcelo Amaro sj: Primero el amor a Jesucristo, la centralidad de Jesús en nuestras vidas, eso me parece que es lo fundamental. En ese amor a Jesucristo está el amor a la Iglesia, formada por pecadores que se han sentido llamados por Jesús. Esta es la base, por otro lado, está la pasión por nuestros hermanos, buscando lo mejor para servir a los demás, queriendo hacerle el bien a las personas, que puedan conocer que son amados por Dios y que logren tener un sentido para sus vidas. 7


FAMILIAENOBRA

CONVERSAR ES HUMANO En uno de los cuplé que compone el espectáculo 2020 de la murga “Queso Magro”, dos personajes remedan un debate presidencial y quien cierra el intercambio deja correr su tiempo sin decir nada para finalmente enunciar: “¡Y la paz mundial!”. Esa frase, a partir de su uso y abuso en concursos de belleza y actos escolares, se ha vuelto la representante por excelencia de las sentencias políticamente correctas y claudicatorias de toda reflexión. Porque, convertida en un latiguillo, ya no nos sirve para pensar. Es decir, para detenernos un segundo y preguntarnos: “¿Qué paz?” y, sobre todo, “¿Qué mundo?”. La filósofa alemana Hannah Arendt escribió en el libro La promesa de la política que “dondequiera que los hombres coincidan se abre paso entre ellos un mundo, que los separa y los une, que se muestra distinto a cada uno de ellos y que, por este motivo, únicamente es comprensible en la medida en que muchos, hablando entre sí sobre él, intercambian sus perspectivas”. El mundo, en este sentido, es el ámbito que permite la vida en común de los que hemos nacido diversos y solo puede sostenerse por medio de la acción y de la palabra. Por lo tanto, la paz del mundo no es la de los cementerios, sino un estadio humano repleto de sonidos y novedad. Un mundo en paz es aquel en el que se lleva a cabo una verdadera conversación. La conversación mediante la que se teje el mundo en común tiene algunos rasgos distintivos. Primero, es necesariamente polifónica y extendida en el tiempo. Segundo, debe hacerse en serio. No hay conversación entre quienes son indiferentes a la verdad que está presente en el mundo, en sí mismos o en el otro. Tercero, la conversación requiere mediaciones. En particular, requiere de un lenguaje público compartido. Un lenguaje que nos permita explorar y explorarnos, llegar hasta el otro y detenernos a tiempo. Cuarto, la conversación no debe darse por hecho. Así lo sugiere la filósofa Adela Cortina en su texto Ethica Cordis al afirmar que “construir al sujeto que afectivamente desea argumentar en serio, porque le importa averiguar qué es más justo para los seres humanos, es una de las grandes tareas de la educación moral”. La educación moral, la educación para una ciudadanía democrática, no se trata en primera instancia de trasmitir un conjunto sustantivo de valores, sino de promover una forma de hacer emerger el mundo, de hablar de y en él. Ante estas ideas se podría pensar: “¡Qué perspectiva ingenua! Ni una mención al poder, o a la violencia o a la opresión o al autointerés”. Estos son pensamientos justos y oportunos, 8

pero no hacen más que remarcar la fragilidad del mundo y de su rueca, la conversación. “El crecimiento de la desmundanización, el desvanecimiento de todo lo que hay entre nosotros, también puede ser descrito como la expansión del desierto. Cuando perdemos la facultad de juzgar —de sufrir y condenar— perdemos nuestra única esperanza, esto es, que nosotros, que no pertenecemos al desierto aunque vivamos en él, somos capaces de transformarlo en un mundo humano”, plantea Arendt. El desierto, la ausencia de mundo, puede ser una realidad pero no es un destino. Su expansión depende de mecanismos que no solo lo propician sino que parecen justificarlo. Contra ellos es necesario levantar andamiajes que sostengan la capacidad de sufrir y condenar, la preocupación por argumentar en serio y los ámbitos propicios para una conversación polifónica. Y así recordarnos qué nos hace verdaderamente humanos.

Agustín Reyes Morel Doctor en Filosofía. Profesor en el Instituto Juan XXIII y en la Universidad de la República


SINTONIZANDO CONDONBOSCO P. Ángel Fernández Artime / Rector Mayor de los SDB

LA FUERZA DEL AMOR Estamos viviendo el tiempo de Cuaresma, como preparación a la Pascua del Señor. En este tiempo la oración, el ayuno y la caridad son propuestas por la Iglesia como ayuda en este camino hacia la Pascua. En este mi saludo yo propongo una reflexión que tiene mucho que ver con un camino exce­ lente de preparación Pascual: el camino de vivir siempre, más y mejor AMANDO, pero amando de verdad, como se dice de modo coloquial “hasta que duela”. El Papa Benedicto XVI, nos ofreció en su momento como primera Carta Encíclica “Deus caritas est” (Dios es Amor).Un amor que hemos recibido y hemos conocido en nuestro encuentro personal con Cristo. Nos dice el Papa Benedicto en ese escrito: “(un amor) que da horizonte a la vida (…). La pasión de Dios por cada uno de nosotros se concreta en un Amor personal y de predilección que da senti­ do a nuestra existencia. Dios ama al hombre y a todos los hombres, y su amor se hace visible en el rostro de aquellos con los que vivimos”. Y pensaba, en un momento de reflexión, cuán­ to tiene de indescriptible, de único, de creador de paz y de sosiego el Amor de Dios, si nues­ tras pequeñas experiencias humanas de amor tienen tanta fuerza como para cambiar la vida de las personas, cambio que cuando se produ­ ce desde el amor siempre es para levantar, para alzar, para “aupar”, para lanzar hacia adelante, para sacar del pozo. Un hermoso hecho de vida que confirma lo que vengo diciendo es el siguiente: Un profesor de universidad quiso que los alumnos de su clase de sociología se adentra­ sen en los suburbios de la gran ciudad en la que habitaban para conseguir las historias de vida de 200 jóvenes. Se les pidió que ofrecie­ ran una evaluación del futuro de cada entre­ vistado. En todos los casos, los estudiantes dieron el siguiente diagnóstico: “Sin la menor probabilidad de éxito”. Veinticinco años después, otro profesor de sociología encontró por casualidad ese estudio anterior y encargó a sus alumnos un segui­ miento del proyecto iniciado muchos años

antes, para ver qué había sucedido en la vida de aquellos chicos y chicas, si fuese posible encontrarlos. Con la excepción de 20 de ellos, que se habían trasladado a otro lugar para vivir o habían fallecido, los estudiantes descubrieron que 176 de los 180 restantes habían alcanzado éxito en la vida, es decir, habían conseguido tener una vida ordenada, estable, razonable­ mente feliz. El profesor se quedó atónito y decidió conti­ nuar con la investigación. Afortunadamente muchas de aquellas personas vivían relativa­ mente cerca y fue posible preguntar a cada uno cómo interpretaban el recorrido que había tenido sus vidas, sabiendo que el con­ texto familiar y de barrio hacía presagiar lo peor… Pues bien, en todos los casos la res­ puesta, muy llena de sentimiento agradecido, era la siguiente: “Tuve una maestra”.

para preguntarle de qué fórmula mágica se había servido para salvar a aquellos chicos y chicas de la dureza del suburbio y guiarlos por el camino de una vida honesta, ordenada y estable. “En realidad es muy simple ­respondió la maestra­ yo simplemente LOS AMABA”. Al igual que este hecho de vida podemos presentar otros muchos, tantísimos de ellos en nuestra historia educativa salesiana en todo el mundo. Se trata, justamente, de esa gran verdad: el Amor tiene una fuerza que lo trans­ forma todo. El Amor sana y cura. El Amor da confianza en sí mismo, da fuerza. El Amor mueve los corazones, la vida y tiene fuerza para mover el mundo y nuestras vidas en él. Les animo, entonces, a sumarse y ser de ese gran grupo de millones de personas que cree­ mos en la fuerza del Amor, porque “DIOS ES AMOR” (1Jn. 4,8).

La maestra aún vivía y el profesor buscó a la todavía "despierta y ágil de mente anciana” 9


18 años | Bachiller, graduada en el Instituto Juan XXIII y comienza a estudiar Economía. Vive en Montevideo con su familia. ¿Qué te hace feliz? Ayudar y compartir con el otro. ¿ Qué es lo primero que pensás cuando te levantás? Hoy voy a darlo todo (incluso siendo las 6 de la mañana). ¿Cuál es tu mayor miedo? El futuro. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? Las cosas que lastiman o rompen la confianza. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Definitivamente cambiarme al Juan o la misión de Paysandú 2019. ¿A quién admirás? Buena pregunta, sin duda que tengo a varios santos como modelos y ejemplos a seguir, como San Juan Bosco, San Agustín o San Francisco de Asís; me es difícil elegir uno. Felices los que ... Contagian su alegría y dan su mano al servicio de los demás. Han entendido todo. En este momento me gustaría estar en... Algún lugar rodeado de naturaleza, reflexionando sobre la vida en sí. ¿Qué consejo le darías a tu YO del futuro? Ningún mejor consejo que la canción de Vida en Abundancia que dice: “Tené confianza en mí, acá estoy junto a vos. Amá lo que sos y tus circunstancias. Estoy con vos, con tu cruz en mi espalda. Todo terminará bien, yo hago nuevas todas las cosas”. ¿Qué música escuchás? De todo un poco. ¿En qué lugar sentís que no hay paz? En un corazón triste, confundido o inquieto. ¿Qué hacés para encontrar la paz? Nada mejor que rezar, poner en manos de María lo que me inquieta y reflexionar. 10


17 años | Estudia Deporte en la UTU de Colón. Vive en Montevideo con su madre, su padrastro y un hermano.

¿Qué te hace feliz? Jugar basketball , la música e ir al Centro Juvenil. ¿ Qué es lo primero que pensás cuando te levantás? Lo primero que pienso es qué voy a hacer en el día. ¿Cuál es tu mayor miedo? Morirme joven sin poder hacer todo lo que me gusta. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? La falta de respeto. Si tuvieras que elegir un aconte­ cimiento que te marcó ¿cuál sería? La vez que salimos campeones en Argentina con Sayago. ¿A quién admirás? Admiro a toda mi familia y Step­ hen Curry Jugador de la NBA. Felices los que ... Contagian alegría. En este momento me gustaría estar en... Un campamento con todo el Centro Juvenil y viajar a otros países, conocer lugares. ¿Qué consejo le darías a tu YO del futuro? Que nunca se dé por vencido, que dé todo y que busque su mejor versión. ¿Qué música escuchás? Escucho cualquiera que sea de Rock. ¿En qué lugar sentís que no hay paz? En la calle. ¿Qué hacés para encontrar la paz? Me pongo los auriculares y escucho música. 11


VALELAPENAVIVIRASĂ?

Mikaela Lacassy

Vidas distintas, a la espera de 12


Douglas Porto

mismos sueĂąos la oportunidad 13


Los dos son jóvenes, son riverenses y están vinculados a los Salesianos de Don Bosco. Douglas Porto y Mikaela Lacassy son portadores de biografías personales y familiares bien distintas, pero a la hora de aventurarse a imaginar su futuro a la luz de sus deseos, las diferencias se diluyen, solo necesitan de una oportunidad para dar lo mejor.

¿Cómo te vinculaste o conociste a los salesianos? Douglas: Cuando éramos chicos con mis 8 hermanos íbamos al Club Don Bosco, aunque yo no iba mucho porque me por­ taba mal. Mis sobrinos siempre van ya que les dan buen apoyo para hacer los debe­ res y son como una familia. Mikaela: Me vinculé a los salesianos de chica porque mi mamá nos llevó a mis hermanos y a mí a la catequesis en la Parroquia salesiana de Rivera. Después que tomé la Primera Comunión dejé de ir, pero un día se me acercó mi primer ani­ mador, César Farías, quien me veía en Misa, y me invitó al grupo de adolescentes que recién se estaba formando. En un principio me vinculé mucho a la Capilla Santa Rosa, después animé cuatro años la catequesis en la sede parroquial. Más tarde animé el grupo de adolescentes en el Club de Niños y actualmente estoy con el grupo de jóvenes en el oratorio. ¿Qué valorás del carisma salesiano? Douglas: A mí me gusta que me hablan de Dios. Yo siempre necesito que me den algo para que Dios esté más cerca de mí, que me dé el apoyo, que me sienta más fuerte para seguir luchando. La Palabra de Dios es más fuerte que cualquier derrota. Mikaela: La manera en que ven a Jesús, como un amigo que está ahí. De la mano de Don Bosco ven todo con alegría, ani­ man a ver el lado bueno de las cosas haciendo que todo sea más leve, más liviano. A mí muchas veces se me compli­ ca ver el lado positivo y necesito a alguien que se acerque y me lo muestre. Incluso por eso elegí Psicología como profesión, para ayudar a la gente a ver la otra cara de la moneda. El MJS aporta sentido de per­ 14

tenencia, el ver que hay un grupo en el que pueden permanecer, sentirse parte y contar con el mismo. Al menos acá en La Pedrera los gurises sienten que realmente el grupo de amigos es el del MJS, un lugar

derecho a opinar con argumentos, desde lo que nos guste, nos parezca, y que la gente mayor tenga apertura hacia noso­ tros. Los jóvenes podemos ser el futuro, pero también podemos implementar un

"La Palabra de Dios es más fuerte que cualquier derrota” Douglas Porto donde poder ser ellos mismos, donde los van a escuchar, donde los a van a retar si es necesario, es como un soporte para ellos y para mí. ¿Cuáles son los principales desafíos o dificultades que viven los jóvenes de tu barrio? Douglas: Hay algunos que son muy creí­ dos, piensan que la plata es todo y yo les digo: “Valoren su vida que hay mucha gente en un hospital pidiendo un poquito más y ustedes están despreciando la suya”. Tengo muchos amigos, y hay uno que es como un padre para mí, cuando más necesitaba más me ayudó. Una vez, como mis padres se separaron temprano y a veces mamá no tenía ni para zapatos, para ir a un cumpleaños de 15 me ayudó. También a seguir luchando para estudiar, me daba siempre para adelante. Él y mi madre son todo para mí. Tengo amigos por ser buena onda, por tener “buena hablada", porque evito las peleas, intento hablar lo más posible de la Iglesia. Mikaela: Muchas veces no ser escucha­ dos, ser vistos como el futuro y no como el presente del país. Es importante tener

cambio en el presente que puede ayudar­ nos a todos. ¿Qué te alegra? Douglas: Los triunfos que estoy teniendo en la vida. Ahora estoy desempleado, pero antes siempre estaba emocionado por trabajar, estaba siempre trabajando. Me levanto agradeciendo a Dios por un día más de vida. Siempre me pareció que Dios me escuchaba, que me daba toda la suer­ te. Estoy agradecido porque Dios te va a elegir la hora cierta para tu vida. Mikaela: Mi familia, mi fe, y el encuentro con los gurises siempre me renueva. Estar en el patio es algo que me alegra mucho. ¿Y qué te entristece? Douglas: Ver que mis dos viejos están lejos (mi padre con cáncer en el hospital) y las situaciones que a uno le pasan. Uno intenta no guardar los golpes de la vida, pero en el fondo siempre están ahí. A veces juego con la gente para que no se den cuenta de que estoy triste. Mikaela: Ver a esos gurises pasando mal, que están desamparados, que no tienen a alguien que les muestre la fe, mucho


“Los jóvenes podemos ser el futuro, pero también podemos implementar un cambio en el presente que puede ayudarnos a todos” Mikaela Lacassy

menos a alguien que les de apoyo, que los acompañen.

más grandes como necesitar a alguien para charlar. Todo es más complicado cuando estás solo.

¿Cuál fue la experiencia más fuerte que viviste hasta ahora, de esas que no te olvidás? Douglas: A los 15 años, la primera vez que fui a trabajar. Yo tra­ bajaba en el monte haciendo astillas, lo que sea… era un trabajo duro, y yo con las manitos de “doctor”, imagínate. Tenía las manos ensangrentadas… así las tengo ahora. Después de eso, para mí cualquier trabajo es fácil. Mikaela: Los primeros meses en Paysandú, sola, fue un choque de realidad bastante fuerte. Tuve que encarar cosas que antes ni veía, desde como que la cama no se tiende sola, a cuestiones

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¿Cómo te imaginás en 10 años? Douglas: Teniendo muchas victorias, un buen trabajo, y viendo el fruto de lo que Dios me dio. Mikaela: Trabajando, en primer lugar. Me imagino en el patio, sin duda, con los gurises. Y… siendo feliz tratando de ver el lado bueno a las cosas, aunque sea difícil, o siempre teniendo a alguien que me acompañe y ayude a verlo.

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Mikaela Lacassy

Douglas Porto

Tiene 20 años. Nació en Rivera donde actualmente vive en vera­ no ya que en épocas de clase reside en Paysandú donde cursa la carrera de Piscología. Es animadora salesiana.

Tiene 18 años y actualmente está desempleado. Trabajaba en la campaña. Estudió panadería y herrería en el Barrio Bisio. Vive en el Barrio La Pedrera de Rivera. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

Sebastián y Flavia Ferreyra

Mellizos conquistados por Dios y los jóvenes Compartieron el vientre, el hogar, el barrio y la juventud. Comparten el cumpleaños, la edad, la historia y la fe en Dios. Sebastián y Flavia Ferreyra son mellizos. Hoy los separan las distancias geográficas: él cursa su último semestre de Teología Moral en Roma, y ella reside en Uruguay, tras haber estado más de tres años de misión en la Amazonía ecuatoriana. Aun así, sostienen que los trechos de miles de kilómetros los han ayudado a acercarse.

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¿En qué se encuentran en este momento de sus vidas? S: Estoy en Roma hace año y medio, empe­ zando el último semestre en Teología Moral. Realmente lo he disfrutado mucho, es una teología muy encarnada. Roma en sí misma es también una experiencia. Vivir aquí y conocer otra experiencia de Iglesia es enriquecedor. Vivo con 43 hermanos de diferentes partes del mundo y es interesan­ tísimo: la cultura, cómo se encarna la vida cristiana y el carisma de Don Bosco. F: En acción de gracias y profunda alegría por tanto que me ha regalado Dios. Tam­ bién, con un acá en Uruguay, luego de tres años y medio de vivir con los Achuar —et­ nia indígena—, en la Amazonía del Ecua­ dor; de vivir en una cultura tan distinta a la de mi origen y habiendo amado tanto. Es una etapa de sentarme a contemplar todo lo vivido como gracia de Dios. He tenido la gracia de vivir experiencias que me han sacudido, obligando a deconstruirme y construirme. Experiencias con la exigencia de despertar una sensibilidad mayor al silencio y al diálogo con Dios, para ir trans­ formando mi mirar; así también pude acep­ tar y amar un mundo muy distinto, que a veces hace ruido pero también se gesta en lo sencillo. A su vez, vivencias que me han permitido agarrarme de certezas. Sin dudas, la presencia de Dios en mi vida es mi certeza. ¿Cómo vivieron su niñez? S: La recuerdo siempre alegre. En casa éramos seis: mis padres, mis abuelos maternos y los mellizos. Principalmente era mi abuelo el personaje que siempre gene­ raba un clima positivo. Cuando jugábamos en la calle, era el que nos iba a buscar para tomar la merienda, con esa capacidad de entrar con un chiste o un gesto lindo. Mis viejos laburaban: mi papá ayudaba admi­ nistrando campos en el interior del país, por lo que no estaba mucho en casa; y mamá tenía una peluquería al lado de casa. En general estábamos bajo el cuidado de la abuela Coca. Me acuerdo de paseos fami­ liares, no había vacaciones en las que no buscáramos salir. También salíamos a 18

comer de noche. Del Colegio San José tengo preciosos recuerdos como el primer contacto con la espiritualidad salesiana. En el barrio teníamos dos vecinas estables y sus dos primos, con los que hacíamos desde viajes en bicicleta, hasta arcos y flechas. Al mismo tiempo, una adolescencia marca­ da por el dolor. Cuando estábamos en 5º, fallece el abuelo. En 2º de liceo, fallece mi papá. Mi abuela y mi mamá fallecieron cuando ya éramos grandes. Por lo tanto, mi familia es mi hermana y yo. Todas estas experiencias fueron siempre muy conversa­ das y compartidas, lo que siempre ayudó a acompañarnos y sostenernos. F: Me vienen a la cabeza mi casa, mis padres, abuelos y mi "melli", o como le digo yo, "Gordo". La casa era chica y todo cola­ boraba a estar juntos. Nunca esperaron que viniéramos dos. Se enteraron cuando mamá se internó para el parto, lo que gene­ ró todo un movimiento e hizo que siempre me tocara compartir el cuarto. En eso fui aprendiendo la calidez del hogar; en espe­ rar al abuelo y a papá que trabajaban afue­ ra. Ir a recibirlos era toda una preparación. Ellos siempre traían algo, una bolsita de caramelos o un alfajor del ómnibus. Y ahí venía la otra parte que me marcó: el "dejá algo para tu hermano, es para los dos". Una segunda casa muy importante fue el colegio, y mi primer amor a María Auxilia­

dora. Me acuerdo cuando mamá me com­ pró la virgencita. Para mí tenía superpode­ res: cuando apagaba la luz brillaba en la oscuridad. La ponía debajo de la cama, para ahuyentar al “Cuco”. Fue mi primer auxilio de la Auxiliadora. Nos encantaba hacer carpas con las sába­ nas entre las camas. Armábamos líos en segundos y ahí el anfiteatro, con nuestro popurrí de canciones del colegio, hasta que la abuela no aguantaba más. De chicos nos gustaba bailar, y estaba de moda la lamba­ da. Por suerte no hay grabaciones. También eran superdivertidas las idas al campo. Una vez nos metimos en el chiquero de los chanchos y mamá nos castigó haciéndonos lavar la ropa. Andar a caballo nos encanta­ ba, y el contacto con la naturaleza. ¿Cómo fue crecer con un hermano melli­ zo? S: Todo ha sido compartido, desde el útero materno hasta la comida. De chicos, cuan­ do quedaba poca Coca Cola, poníamos un vaso al lado del otro para que ninguno tomara más que el otro. El compararse y competir también estuvo presente. Siem­ pre compartimos los mismos espacios, lo que no significa que pensemos igual. En muchas cosas sí, pero mantenemos nues­ tras diferencias. Hemos aprendido a ser cada uno quien es delante del otro. Las distancias geográficas también han ayuda­


¿De qué no se van a olvidar? ¿Reconocen algún punto de inflexión en su historia? S: Te cuento las dos experiencias que en este momento más me están marcando. La primera es de un encuentro con mi mamá. Mi papá ya había fallecido y ella estaba laburando mucho para sostener a la familia. Terminó el horario de atención en su pelu­ quería y vi que cerró, pero no regresaba a casa. Entonces, fui a ver qué pasaba. Ahí la encontré llorando. Me dijo que le acababa de pedir a Dios que le diera la fuerza y la vida para acompañarnos a Flavia y a mí, hasta que pudiéramos sostenernos. De algún modo fue así. Después de que Flavia y yo nos recibimos de enfermeros y conse­ guimos trabajo, ella falleció. Era una mujer valiente, trabajadora, que dio todo por sus

hijos. Por esto entiendo que Flavia y yo aprendimos de mamá a amar y dar la vida. La otra tiene que ver con su entierro. Ya había terminado la celebración y la gente venía para saludarnos. Estaba quien des­ pués fue mi padrino de Confirmación, y le agradecí por todo lo que había hecho. Era diácono en aquel entonces, y nos había acompañado mucho. Y él me dijo: “Sebas­ tián, ustedes no tienen nada que agrade­ cerme, porque los dos me conquistaron el corazón”. Esa frase se transformó a través del tiempo en un proyecto de vida. Hoy tiene que ver con aquello que más me apasiona de Don Bosco: un corazón que se deja conquistar por los jóvenes. Es el sale­ siano que quiero ser. En nuestra cultura estamos muy programados para ser con­

do a acercarnos —ella se fue a Angola y Ecuador, yo a Roma—. Mi hermana es de las cosas más hermosas que me ha pasado en la vida. Me encuentro cada día con ella en la Eucaristía, no importa dónde este­ mos. F: Lo mejor. No sé cómo sería de otra mane­ ra. Me daba entusiasmo decir que era melliza y que me hicieran preguntas. En la niñez disfruté jugar y compartir. Hasta el día de hoy no se sabe quién de los dos quemó una toalla en la estufa… yo le llamo compli­ cidad. Siempre fuimos compañeros, y a la vez muy independientes. Cuando éramos más grandes y teníamos cierta autonomía, comprábamos la ropa juntos, preguntando al otro si le quedaba bien. Compartimos obligados, porque siempre estábamos en la misma clase; y no obligados, porque hasta de grandes no fue un peso al momento de escoger los mismos grupos y talleres. Los dos estudiamos enfermería, y hasta llega­ mos a compartir el trabajo. Recuerdo las guardias en el Sanatorio Canzani: éramos furor. Con él aprendí que hay un otro siem­ pre. Mi cabeza se cultivó con él, todo mitad y mitad. Me fue dando un sentido de justi­ cia e igualdad. Esa relación de compartir todo me hace sentir hermana de tantos. Otro regalo fue que me ha acercado a com­ prender a los varones. Me ha hecho cultivar la idea de que ambos nos complementa­ mos. 19


quistadores, hombres y mujeres de éxito, y yo voy descubriendo que quiero ser un conquistado: por Dios, por los jóvenes. F: La enfermedad y la muerte de papá. La de mamá, y quedarnos a cargo de un montón de responsabilidades, sin nuestros referentes más cercanos. No me olvido de la Parroquia. El mejor regalo que me quedó de mis padres es la fe. No olvido una recorrida por Carlos Favre con el belga, P. José Gertz, para dar una mano a las familias que serían realojadas. La pobreza de esa época me abrió los ojos para reafir­ mar que “es con ellos”, y que son los amados. Me acuerdo de ver a José, mi primer misionero de cerca, y cómo era con la gente. Iba a casa y acompañaba, llevaba la comunión a la abuela. Su testimonio era una invitación concreta. No puedo dejar atrás la experiencia de trabajo en la salud, fuera de un ambiente cristiano. Allí encontré un Dios presente que a veces pasaba inadvertido. El trabajo con la vida y la muerte me habló directo al corazón. No olvido las guardias de 00 a 6 am; mientras muchos duermen, toda la vida que está despierta. Tampoco olvido una noche con mis compañeras; una me pidió para rezar juntas por su madre enferma. Ella no tenía tanta fe. Todas hicieron silencio y acompañaron un denario. Muy importante fue el Voluntariado Misionero Salesiano. A partir de allí pude crecer y desplegar mi vocación. No olvido los dos años de misión en Luena, Angola. El pueblo ango­ lano me regaló la experiencia de la alegría de la Pascua todos los días, de un mundo olvidado por el hombre, pero amado por Dios. No me olvido de Muachimbo y una Celebración de la Palabra que llevamos adelante. Allí, mientras sostenía la Biblia en mis manos y las mamás danzaban, sentí el peso de la Palabra, el temblor en los brazos. Y de repente, el impulso de continuar sosteniéndola. Allí Dios me habló y me hizo tomar conciencia de que yo, con lo que era, debía esforzarme por ser lo que estaba sosteniendo con mi manos. No olvidaré jamás mi vida con los Achuar. Me ayudó a ubicarme en todos los sentidos, en lo necesario, en el vivir en comunión con todo y con todos, en buscar ser feliz sin engaños. La vida de los Achuar está marcada en un antes y después de conocer a Jesús. 20

En un futuro cercano, ¿qué es lo próximo que les gustaría reali­ zar? S: Mis expectativas están puestas en regresar a Uruguay, y hacer una experiencia de realmente involucrarme en el rol que me pidan, en el lugar y con las personas que me toque estar. La experiencia en Roma ha sido una gracia de Dios, y esta riqueza no tiene sentido si no es para compartirla. F: Volver a estar en una nueva tierra de misión ad gentes, haciendo lo que debo hacer, escuchando y dialogando con Dios. ¿Con qué sueñan? S: Hace tiempo que sueño una cosa y tiene la belleza de que se va realizando. Sin duda, tiene que seguir madurando. Sueño con ser un buen cura y salesiano. Me sueño con mis hermanos salesianos en la misión, compartiendo la vida; y con los jóvenes. Mi pesadilla sería que me envíen a un lugar sin jóvenes. F: Con gastar mi vida a pleno, sin escatimar para los jóvenes más pobres. Con aportar mi grano de arena para un mundo más justo, donde las personas sean verdaderamente libres y felices en lo senci­ llo, en la capacidad de amar y darse. Que el día que muera, no impor­ ta cuándo, sea haciendo lo que soñé, y no me quede con las ganas o con que el miedo y las incertidumbres me hayan paralizado. ¿Por qué cosas vale vivir? S: Lo primero que me nace es que la vida en sí misma vale la pena. Y lo que la hace más fecunda es el amor. El del Evangelio, que nos hace encontrar, trabajar incansablemente, perdonar a los demás. Mi lema sacerdotal es: “No hay mayor amor que dar la vida”. Es la paradoja del misterio de Dios: entregando el don más grande de la propia vida en el amor, todo se transforma en abundancia. F: Vale la pena vivir para amar a todos. Vale la pena lo que nos carga de sentido, no solo individual, sino social. Somos uno con los otros y con la naturaleza, la casa común. Vale la pena vivir cuando podés renunciar, cuando sos cómplice del empoderamiento de los otros. ¡Vale la pena vivir por lo que te hace arder el corazón y a la vez temblar las piernas!


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

DEOTROSLARES Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

¿CÓMO EDUCAR Y EDUCARNOS A LA PAZ? Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay: Al comenzar un nuevo año se despiertan en cada uno sueños. El sueño de Dios sobre toda la familia humana es la comunión, la paz. Este es el primer don del Resucitado: "Os dejo la paz, os doy mi paz. No como la da el mundo, yo os la doy a vosotros "(Jn 14, 27). Todos queremos la paz. Mucha gente la construye todos los días con pequeños gestos y muchos sufren y soportan pacien­ temente la fatiga de tantos intentos para construirla. Pero como educadores nos preguntamos ¿cómo educar y educarnos a la paz? Los invito a entrar en la escuela de Valdoc­ co y Mornes, donde el compromiso de educar al valor de la paz era un elemento esencial en la misión educativa, entendida como obra de misericordia en la que ofre­ cer a los jóvenes la certeza de que Dios los ama. El Sistema Preventivo está todo basa­ do en la convicción de que en cada joven existe al menos un punto accesible al bien, una cuerda para hacer vibrar, que abra su corazón a la bondad. Don Bosco estaba convencido de que era necesario partir de los jóvenes para regenerar la sociedad. Y deseaba que todas las mañanas se rezara por "la paz en casa”, convencido de que en la educación es necesario promover un clima adecuado para formar "buenos cris­ tianos y honrados ciudadanos”. Él, de carác­ ter pronto y por nada pacífico, aprendió de joven clérigo, el valor de la no violencia. "Tu fuerza, le dijo un día su amigo Comollo, me da miedo" (MB I 337). Don Bosco no olvidó la lección de este amigo apacible y humilde. Quiso ser un padre y amigo de todos los jóvenes y lo fue hasta el final de la vida.

También Madre Mazzarello debía hacerse violencia para controlar su impaciencia, pero comprendió que la forma más eficaz era cuidar las relaciones entre las hermanas y las jóvenes en un "clima familiar" anima­ do por la presencia de María Auxiliadora. Reconocía que este clima era la base de las relaciones de serenidad y paz, supuesto indispensable para favorecer la participa­ ción y la corresponsabilidad también entre las chicas. Tenemos en nuestros fundadores testimo­ nios creíbles de la paz, entendida como cultura de la no violencia y, en positivo, del amor donado y transmitido a los jóvenes. Siguiendo su ejemplo queremos ponernos en camino con el espíritu de los discípulos de Jesús que aprenden cada día a respetar­ se en sus diferencias buscando, a pesar de todo, la unidad y la comunión. Estamos llamados a ponernos en camino con los jóvenes no solo para enseñarles algo, sino para aprender de ellos. Nosotros podemos enseñarles algo solo si aprende­ mos a comprender la realidad en la que viven. De este modo les ayudaremos a adquirir una mirada crítica sobre la cultura actual, a comunicarse sin violencia, a ges­ tionar los conflictos; a perder sin vengarse y vencer sin aplastar (cf. Actas GC XXIII, n. 13). Que en este nuevo año que comenzamos cada una de nuestras casas sean laborato­ rios de paz. Los jóvenes nos esperan y Jesús cuenta con cada uno. ¡Adelante!

India: “Don Bosco” Ashalayam una ONG para rehabilitación de niños de la calle “Don Bosco” Ashalayam es una ONG que trabaja en favor de la rehabilitación de niños de la calle de la India. Los Salesianos brindan asistencia a todos los menores necesitados, independientemente de su religión, casta o género. Más de 500 niños residen en la actualidad en los 23 hogares de refugio de Ashalayam y se benefician de oportunidades educativas y recreativas. A través de su presencia en las calles y con la oferta de varios programas en los barrios bajos y estaciones de ferrocarril, la ONG salesiana brinda asistencia a miles de niños de la calle cada año y en tres décadas de vida ha ayudado a más de 80.000 menores. Fuente: ANS

Santidad Salesiana Nuestra Postulación concierne a 171 Santos, Beatos, Venerables, Siervos de Dios. 9 Santos; 118 Beatos; 17 Venerables; 27 Siervos de Dios. Las causas seguidas directamente por la Postulación son 53, más 5 causas adicionales. Entre los Santos, los Beatos, los Venerables y los Siervos de Dios de nuestra familia, 24 son jóvenes, laicos, casados. Fuente: ANS 21


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Juan (9) proclamado en la Misa del 22 de marzo, Domingo IV de Cuaresma. “Iré viendo menos cada vez, y aunque no pierda la vista me volveré más ciega cada día porque no tendré quien me vea”. Esta frase es de uno de los personajes del “Ensayo sobre la ceguera” del escritor portugués José Saramago, y nos revela un aspecto de la invidencia, que trasciende la condición patológica: su dimensión comunitaria. En los evangelios encontramos muchas curaciones de ciegos. En todas ellas se puede apreciar este aspecto del encuentro con los otros: por ejemplo, Bar meo de Jericó que es callado y luego animado por otros (Mc 10,46­52), o los dos ciegos que van juntos a pedirle a Jesús que los sane (Mt 9,27­31). El caso más paradigmá co es el del ciego de Betsaida (Mc 8,22­26), quien es llevado aparte y curado progresivamente, y el “test” de su sanación es la manera en la que ve a los demás: cuando le dice a Jesús que ve a las personas “como si fueran árboles que caminan”, Jesús con núa con el proceso hasta que recupera la vista completamente y lo reintegra a la comunidad. La ceguera se sana para mirar a

los demás y para poder ser mirados por ellos. Sin dudas un lugar especial entre las curaciones de ciegos en la ac vidad de Jesús lo ene la lectura de esta cuarta semana de cuaresma. El noveno capítulo del Evangelio según Juan relata la “curación del ciego de nacimiento”, como se la conoce habitualmente. También en este caso, además de Jesús y el invidente, aparecen otros personajes que nos ayudan a ver que el proceso profundo (del que la curación es un signo) ene una dimensión comunitaria y social: aparecen los discípulos, preocupados por comprender la enfermedad; también los vecinos, que discuten sobre la iden dad del sanado; los fariseos, que están preocupados por el cumplimiento de la ley y tratan al hombre como un objeto; sus padres, que están desconcertados ante lo sucedido. El úl mo diálogo en esta extensa página resulta muy significa vo y nos implica también a nosotros, los lectores. Unos fariseos que escuchan las palabras de Jesús

le preguntan: “¿También nosotros somos ciegos?”. Y el Maestro responde: “Si P. Francisco Lezama sdb ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen 'vemos', su pecado permanece”. Una afirmación un tanto críp ca de Jesús, pero que nos cues ona directamente: ¿creemos tener una mirada clara y precisa sobre la realidad? ¿Somos capaces de reconocer nuestra dificultad para ver? ¿Estamos abiertos a recibir una luz nueva que nos permita mirar a los demás y a nosotros mismos de una manera dis nta? En este empo en el que queremos ser constructores de paz en una realidad plural y diversa, ojalá empecemos por reconocer nuestra necesidad de luz para sumar en trabajo por la felicidad de toda nuestra gente. 23


AQUÍYAHORA

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CONSTRUIR ÂżPueden tener las redes sociales un efecto igualador entre diferentes?

LA PAZ

con los aparentemente

diferentes 25


“Construir la paz es más difícil que conseguirla”, decía el expresidente de Colombia Juan Manuel Santos en una entrevista que concedió a El País de Madrid publicada el 9 de diciembre de 2018. Santos recibió el premio Nobel de la Paz en 2018 tras sellar un acuerdo con las FARC y lograr que se desarmaran, al punto que formaron un partido y tienen representación en el Congreso tras 50 años de conflicto armado. En esa entrevista el exmandatario aseguraba que “una cosa es silenciar los fusiles y otra cosa es construir la paz. Se requiere más tiempo, más esfuerzos, modificar sentimientos, perjuicios, modificar formas de pensar”.

En una realidad bastante distinta a la de Colombia, Uruguay se enfrenta a un proceso de transformación expresado en un cambio de gobierno que exige negociación de parte de los actores políticos y responsabilidad, en el sentido de resolver las diferencias, abrirse a la riqueza que el otro puede aportar y priorizar lo que une. En esa búsqueda de acuerdos y de la paz cobra un papel fundamental la comunicación. Consultado el semiólogo Richard Danta, docente de la Universidad Católica del Uru­ guay, sobre cómo puede orientarse la comu­ nicación entre personas que piensan diferen­ te, pero que tienen un mismo objetivo como puede ser buscar el bien común, habla de la necesidad de “construir puentes”. Danta explica que cuando los dos interlocu­ tores de un encuentro “comparten contexto, situación, condición o ideas es relativamente sencillo ponerse de acuerdo porque aquello que comparten les sirve de puente”, pero cuando todos esos factores mencionados son distintos el intercambio se puede com­ plicar. “La única solución en estos casos es construir un puente entre ambos agentes, motivado por la intención de comunicarse con el otro y conformar con él un espacio en común, que aún no poseen”, agrega. Para que esa comunicación llegue a buen puerto se requiere tener confianza en el otro, “confianza en que tiene las mismas intenciones que yo en construir un espacio en común”, precisa Danta, aunque aclara que cuando el otro piensa diferente se suele desconfiar y pensar que se mueve por moti­ vos egoístas, o que no es honesto, o que no tiene la capacidad de entender. Trasladando este ejemplo al ámbito político, Danta afirma que “se asume explícitamente 26

Richard Danta

que los interlocutores se identifican en su mutuo deseo de contribuir al bien común, pero implícitamente se piensa que los objeti­ vos del otro siempre son sus intereses perso­ nales y no la construcción de un espacio común”. Para solucionar ese entuerto que puede hacer peligrar el entendimiento entre las partes, es que resulta clave la negociación. “Esto es un proceso donde explícitamente se intercambian beneficios y obligaciones a la manera de un contrato, donde los interlocu­ tores asumen que el otro tiene la voluntad de cumplir con el acuerdo contratado”, afir­ ma el semiólogo. “La confianza personal se desplaza hacia la confianza en un contrato explícito: la nego­ ciación. Esto no ocurre solamente en la comunicación y acción políticas, pero es en

este ámbito donde se explicita más clara­ mente, hasta el punto de ser considerado como parte del juego político deseado”, expresa. En esa comunicación entre “diferentes” cobran importancia algunos gestos que las partes puedan tener con el otro, no en el sentido kinésico (lenguaje corporal), sino simbólico, como por ejemplo que un actor político invite a un opositor a su casa o a su despacho, o que dos personas enemistadas se reúnen a tomar un café. Al respecto Danta dice que “en la comunicación entre agentes definidos por sus diferencias existe el riesgo de que no sea verosímil, por eso los gestos aislados siempre resultan sospecho­ sos. De ahí, que en estos casos no se pueda hablar de gestos o de símbolos, sino de sistemas simbólicos regidos por una estrate­ gia comunicacional global (política)”.


“Difícilmente resultará creíble (ese encuentro con el político oposi­ tor) si este signo complejo no está inserto en una estrategia simbóli­ ca global”, sostiene el docente. El grado 5 en Sociología, Enrique Mazzei, suma un aspecto y es que las diferencias y debates que se generan entre actores que piensan diferente “son reforzadores de la democracia”. “La construcción colectiva se sostiene reforzando la democracia, el republicanismo, el civismo y la laicidad”, dice. Además afirma que tiene algo más en común y es que son humanos y por lo tanto “la humanidad les atribuye derechos y obligaciones en su afán natural de reproducirse socialmente”, entre los que mencio­ na los valores esenciales para la convivencia colectiva. En ese sentido, Danta destaca la fuerte tradición política y el contex­ to constitucional de Uruguay –pese a haber sufrido una dictadura­ que acompaña a todos los actores políticos en su condición de agen­ tes de un sistema democrático que “operan como un entorno en común, los hace más parecidos que diferentes”.

¿GRIETA? La expresión se ha popularizado en Argentina para referirse a las fuertes diferencias sociales, y también políticas, entre quienes apo­ yan las gestiones kirchneristas y quienes las rechazan, y denota una falta total de entendimiento entre ambas partes. En Uruguay los analistas políticos aseguran que no se puede hablar de una grieta, pero sí hay signos de fragmentación social. En un escenario latinoamericano complejo y con atrasos, Uruguay se dis­ tinguió durante buena parte del siglo XX por tener un desarrollo

Nelson Villareal

En ese sistema democrático que los hace iguales pese a que tengan diferencias en los estilos de hacer política y de ejercer la comunica­ ción es que se hace valioso y se justifica “el esfuerzo negociador”. “Es en estos esfuerzos de negociación (que incluyen conflictos, oposi­ ción, imposición de mayorías y todos los demás recursos naturales al ejercicio político en democracia) donde se expresan las diferencias, pero también los aspectos en común (la decisión de respetar el juego político en un marco institucional democrático)”, expresa Danta.

social alto, lo cual respondió a su nivel de desarrollo socioeconómi­ co, políticas de bienestar social y continuidad democrática, pero hoy ese desarrollo y ese bienestar muestran signos de deterioro y hay indicadores que lo confirman como el hecho de que haya miles de familias que no acceden a una vivienda o a trabajo digno, o en indi­ cadores delictivos: hoy tenemos el triple de rapiñas y el doble de homicidios que en la salida de la crisis de 2002. Pbro. Daniel Martínez

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No obstante, Danta sostiene que aunque “actualmente el país parez­ ca sometido a una aparente polarización no significa que ésta sea profunda, o de largo plazo”. “Esto no quiere decir que eventualmente los uruguayos no desarro­ llen una 'grieta´ social (tomando prestado la discursividad argentina), pero hoy por hoy no hay motivos para pensarlo”, asegura. En relación al contexto actual del país con lo que implica un cambio de gobierno y de color político, el profesor de Semiótica sostiene que una vez “resueltas las elecciones nacionales se ha ido sugiriendo que

estamos frente a una polarización de posturas que hoy por hoy no parecen ser sustentada más que por la diferencia ideológica (y de estilos de gestión política) de las fuerzas reconocibles en el panora­ ma político actual”. “Y si bien pueden identificarse incongruencias internas y oposiciones externas (la amenaza de paro por parte de algunos sindicatos frente a la ley de urgencia, por citar un ejemplo), esto no significa que estemos (o vayamos a estar) frente a una sociedad fragmentada. No hay que confundir diferencia ideológica con fragmentación social”, afirma.

Pueden tener las redes sociales un efecto igualador entre diferentes? Según los últimos datos del Perfil del Inter­ nauta uruguayo que recaba el Grupo Radar el 91% de los uruguayos son usuarios de internet y pasan conectados seis horas dia­ rias, sobre todo en las redes sociales. Teniendo en cuenta la masividad y accesibili­ dad de las redes, ¿se las puede considerar igualadoras y democratizadoras? El catedrático de Sociología, Enrique Mazzei, opina que las diferencias y los debates colec­ tivos en las redes sociales “refuerzan la democracia y se asemejan a los movimien­ tos que demandan cambios sociales sin pretender gobernar”. El semiólogo Richard Danta coincide en que debido a su accesibilidad (económica y de amigabilidad en su manejo), las redes socia­ 28

les “son una herramienta potencialmente muy valiosa para la democratización de la vida pública”, pero agrega que la investiga­ ción ha demostrado que estos casos son muy minoritarios (cuantitativamente hablan­ do), y que “las redes se han transformado en un contexto para el desarrollo de una forma de comunicación muy cercana a la comuni­ cación del rumor: todo el mundo opina sin conocimiento de causa proyectando sus visiones del mundo, sus inseguridades y sus rencillas personales, con poca (o ninguna) consecuencia de consideración (ya sea social, civil o penal)”. “La idea del potencial igualador (o democra­ tizador) de las redes sociales es una vieja hipótesis (central en la postura tecnofílica desarrollada por algunos autores a finales

del siglo pasado) que la investigación de campo ha desmontado hace ya bastante tiempo”, acota. En opinión de Danta si en algo igualan las redes a sus usuarios es en “la posición de agente de rumor, que es una forma de comu­ nicación de gran velocidad, de enorme alcance, con carácter de construcción comu­ nitaria (todos agregan algo, aunque más no sea a nivel de tono o de sugerencia), donde no hay un sistema claro ni certero de res­ ponsabilidades”. Y si bien aclara que el rumor cumple un rol en el sostenimiento de las comunidades; “el proble­ ma con las redes sociales es que (aún) no está del todo claro cuál es la comunidad que se beneficia de esta forma de comunicación”. Miguel Pastorino


SABORABUENASNOCHES

UNIFIQUE, ES LEY DE PATRIOTISMO En estos días, construyendo en Patria Gaucha con los gurises de la Aparcería “Juventud y Tradición” y de la “Obra Social Caqueiro”, me han surgido algunos pensamientos inspiradores para compartir con ustedes. Ayer, mientras trabajaba con alguno de ellos, embromábamos sobre quién era el más criollo, midiéndolo en el coraje de subirse a un potro para ver quién aguantaría más. Con estas sonseras quedaba dividida la barra, entre los guapos y los chambones. Típica conversación de campo, de fogón; en ese momento se me vino a la mente recitarles unos versos de José Larralde, “Pa'usted”; versos que manifiestan el sentir criollo y se asocian en las tradiciones a la recreación del espíritu del gaucho que estamos viviendo como grupo, y en la individualidad de cada uno…

“Allá en mi pago está el que se le sienta la potrada y está el que piala y el que arrea y el que marca y el que en un tuse deja el apellido y el que con tientos teje una esperanza. Gente que el tiempo no logrará borrarla porque son hombres puntales de mi patria. Pero en mi pago, en mi pago también está el que alambra, y sin saber tal vez montar un flete monta la pala mocha la barreta, hace maneas california y sangra. Ese, también es criollo, compañero. También está el varón que haciendo hilacha va pechando una tropa leñatera, novillada de piquillín caldenes con un pingo al que le llaman Hacha! Ese, también es criollo compañero.

Y hay otros que aguantan bellaqueadas y en el tuse de una melga bien cortada dejan marcas con letras de semilla en las noches de fría tracteorada. Esos, esos también son criollos, compañero. Y está el que corta el yuyo y el que ordeña, y el que esquila y el que cura, y el que baña el que a fragua y bigornia nutre el nervio,

Así nos encontró el domingo pasado, mientras asumía nuestro nuevo Presidente de la República: ¡¡haciendo patria trabajando!! Jóvenes de diversas procedencias, variadas formas de ser, distintas habilidades y experiencias, pero encantados por un motivo que nos enciende a todos: “el bien común” expresado materialmente en un proyecto a construir. Desde esta experiencia pidámosle a Tata Dios que nos regale su Espíritu, para que como sociedad uruguaya, podamos vivir con fervor lo que nos distingue a cada uno, pero unidos por un gran bien común que se traduce en la paz para todos. Una paz que es posible cuando cada uno pone en

el que ama el que aprende, el que enseña. Por oficio, por oficio hay miles pa nombrarle y van todos trenzados con el criollismo. No pretenda buscarle diferencias, unifique, es ley de patriotismo…”.

P. Adrián García sdb

común su propia esencia, de lo que es y está llamado a hacer, comprometiéndose con el prójimo así como Jesús nos ha enseñado. Que todos, con su propia forma de gritarlo, podamos decir: ¡¡viva la Patria, compañeros!!


DELÁRBOLSALESIANO

Acá o allá, pero siempre acompañando

Silvia Jaureche

Dos proyectos con estructuras y desafíos diferentes, pero una misma esencia: dar a conocer a Jesús en lo sencillo del encuen­ tro y desde el acompañamiento. Silvia Jaureche, Subdirectora del Colegio “Nuestra Señora del Carmen”, y Liliana Castro, integrante de la Obra Social “Don Bosco”, le cuentan al BS cuáles son las claves de estos dos proyectos que tienen lugar en el departamento de Salto. Una pequeña presentación del Colegio y de la Obra Social Silvia: El Colegio salesiano Nuestra Señora del Carmen, de Salto, abrió sus puertas el 16 de agosto de 1920. En el año 1960 se edificó el actual colegio en calle Artigas 543. Ese mismo año comenzó pri­ mer año de liceo y se extendieron los cursos en los años siguientes hasta 4to. año de Secundaria. Actualmente cuenta con Maternal, Nivel Inicial, Primaria, Secundaria, Preuniversitario con todas las diversificaciones y Bachillerato Agrario. Liliana: La Obra Social Don Bosco tiene presencia en el Barrio Cien Manzanas, hoy Barrio Jardines de Don Bosco. Somos manos que se unen a otras para poder hacer algo por y para los gurises, familias de la Obra y de barrios vecinos. ¿Qué actividades se realizan y en qué consisten? Silvia: La propuesta educativa es pastoral, en el sentido de que todos los proyectos educativos buscan superar la mirada asignaturista de los contenidos, para centrarse en un enfoque integral en el que la 30

síntesis del conocimiento se realice desde una mirada humanista y cristiana. Contamos con espacios de Formación Cristiana. También con actividades interdisciplinarias en las que se integran contenidos de las diferentes asignaturas y se propicia el diálogo fe­cultura, ten­ diendo a lograr una síntesis personal producto del discernimiento acompañado y animado por educadores referentes. Además tene­ mos grupos asociativos, actividades de servicio y la Misión a fin de año. Liliana: Se trata de ayudar en lo que va surgiendo: con los deberes, llevando a los jóvenes de paseo, meriendas compartidas, festejando sus cumpleaños, idas al dentista. Aquí surge el nombre de “Las Tías”, porque no éramos maestras, ni funcionarias de la Obra, éramos sus “tías”. Acompañamos a las madres en sus necesidades de crianza e higiene. Cada vez más nos fuimos involucrando en las pequeñas y grandes necesidades que surgían y a pesar de las frustraciones que emergían, cada día era una motivación, porque trae una realidad, una mirada distinta y un acompañamiento distinto.


¿Cuáles son las claves de la pastoral? Silvia: Entendemos la pastoral como toda aquella situación de vida, instancia estructurada o acontecimiento, que facilita el encuentro personal con Dios, aquí y ahora. Como colegio en pastoral, en el que se evangeliza educando y se educa evangelizando, concebimos el

Deberíamos confiar más en ellos, aceptarlos incondicionalmente, proponiéndoles un camino alternativo basado en los valores del Evangelio que construimos en comunidad" Liliana Castro

conocimiento en relación con el prójimo, como formación para ir al encuentro del otro a través de lo que brindan y posibilitan los sabe­ res que construimos en comunidad. Nos anima fundamentalmente llevar el anuncio del Evangelio a las “juventudes” de hoy, en las circunstancias de hoy, con las necesida­ des de hoy, haciendo que todo espacio sea educativo y oportunidad privilegiada para el encuentro con Cristo, respetando la singularidad de cada gurí. Nuestros desvelos están dirigidos a que sientan que estamos junto a ellos, que los acompañamos y que crecemos juntos. Liliana: Hace varios años las personas de la comisión formamos un grupo para trabajar con los gurises. Creamos un “Taller de Valores“, es un espacio de aprendizaje para ir descubriendo juntos los valores que cada uno tiene y puede brindar a los demás. La posibilidad de una convivencia mejor orientada en principios cristianos, con la ayuda inigualable del Sistema Preventivo y así ir descubriendo junto a los chiquilines la presencia de Jesús que nos ama a todos por igual. Con la ayuda del P. José Pérez, nuevo director de la Obra, hemos ido profundizando la metodología de trabajo pastoral mediante cursos a distancia, reviviendo el “Patio Salesiano”, que cada día nos depara una enseñanza distinta. Es así que cada martes tenemos, además de

los juegos, un rato de compartir vivencias y enseñanzas que nos ha dejado Jesús. ¿Dónde ponen el foco a la hora de evangelizar y cómo lo llevan adelante? Silvia: El foco está puesto en la espiritualidad, reconocida en lo coti­ diano, en las vivencias personales, en la tarea concreta del estudio y en la participación en las diferentes propuestas del colegio. Para ello se trabaja en educar la interioridad con momentos destinados al conocimiento de la propia persona, a la contemplación, a encontrar­ se con el silencio, con las emociones y los sentimientos, con las debi­ lidades y las fortalezas. También a compartir con otro u otros, a pensar con otros, a construir con otros, a sentirse en el lugar del otro, a celebrar con otros. Liliana: Nos focalizamos en el encuentro con el otro, que muchas veces ha bajado los brazos porque no tiene respuestas. El desafío es

Como colegio en pastoral, en el que se evangeliza educando y se educa evangelizando, concebimos el conocimiento en relación con el prójimo, como formación para ir al encuentro del otro a través de lo que brindan y posibilitan los saberes que construimos en comunidad" Silvia Jaureche

ayudarlos en la búsqueda de identidad, dignificando su persona, acompañándolos a soñar sus vidas. Intentamos ponernos a su lado y desde allí crear espacios de confianza y afecto. Valoramos sus rique­ zas personales y tratamos que descubran lo mejor de cada uno. Deberíamos confiar más en ellos, aceptarlos incondicionalmente, proponiéndoles un camino alternativo basado en los valores del Evangelio.

Liliana Castro

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UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

Un cielo nuevo y una tierra nueva (Isaías 65,17)1

Nos acercamos al inicio de la actividad del año y, en todos nuestros equipos, nos ponemos en actitud de retomar las evaluaciones y planificar nuestras actividades. Miramos nuestro año, nuestra vida, nuestros proyectos… Nos preguntamos sobre los logros obtenidos y sobre lo que no hemos alcanzado de acuerdo con las metas que al inicio del año anterior nos habíamos planteado. En este clima de apertura e inicio la Iglesia, a su vez, nos invita también a ponernos en actitud de revisión y planificación de nuestra 32

vida cristiana… Nos invita a la actitud de Cuaresma; dispuestos al trabajo espiritual, a la conversión y al crecimiento para prepararnos a celebrar la certeza de que el Resucitado sigue entre nosotros y nos invita a poner toda nuestra energía en la construcción de “un cielo nuevo y una tierra nueva”. Como Obras Sociales Salesianas queremos compartir en este artículo lo que ha sido la evaluación del trabajo educativo pastoral que venimos realizando y su proyección para los próximos años.


El Sector se vio animado a lo largo de los últimos tres años (2017 – 2019) por un Proyecto de Obras Sociales Salesianas que llega a su término. Por ese motivo, hemos iniciado en el último encuentro de Encargados y Coordinadores una evaluación local e inspectorial de sus tres objetivos. Objetivo 1: IDENTIDAD Profundizar y fortalecer la identidad cristiana salesiana de las Obras Sociales como parte de un movimiento nacional.

Objetivo 2: ACOMPAÑAMIENTO Implementar un acompañamiento recíproco y corresponsable de los equipos de gestión (en clave de sistema) desde la identidad salesiana, priorizando lo específico de cada proyecto. Objetivo 3: FORMACIÓN Promover la formación permanente a nivel local, regional y nacional orientada a la transformación de nuestras prácticas. 33


que necesitamos ampliar nuestros servicios y dispositivos para poder acompañar mejor a nuestros gurises. A partir de un listado que realizamos como Sector cuando nos tocó participar en la “Consulta Mundial de Obras y Servicios Sociales para jóvenes en riesgo” (Roma, 2019), hemos priorizado comenzar a traba­ jar los siguientes tres desafíos:

Reunidos con todos los Encargados y Coordinadores de los proyectos sociales, decidimos realizar durante el 2020 un proceso participativo para el diseño del nuevo proyecto, en el que se vean involucrados todos los educadores. Es en este sentido que estamos ya preparando una dinámica para mirar desde la realidad local aquellas líneas de trabajo que juntos, como Sector, podemos seguir apoyando y fortaleciendo. Creemos que nadie mejor que quienes están día a día con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, pueden conocer las necesidades a las que tenemos que responder para acompañarlos en su crecimiento. Por otra parte, en este proceso de evaluar y proyectar nuestro Sector, hemos mirado las diferentes instancias de formación que tenemos para poder dar calidad a nuestras intervenciones. Hemos reconocido que, a medida que pasan los años, venimos ampliando estas estrategias para responder a diferentes objetivos y roles. Así seguimos apostando a un Encuentro Nacional de Educadores que fortalezca la pertenencia al Sector y la identidad salesiana. El desafío es poder renovar la propuesta de acuerdo con 34

los nuevos perfiles de los educadores. Por otra parte, venimos desde hace ya tres años apostando a Encuentros Regionales, respondiendo a diferentes problemáticas y desafíos que van apareciendo en la realidad de los gurises. Por último, desde este aspecto formativo continuamos avanzando en poder brindar herramientas a los Encargados y Coordinadores que les ayuden a su gestión. En 2019 a partir de la demanda de los mismos Coordinadores tuvimos la primera experiencia de una propuesta de Retiro Espiritual conjunto para los que así lo quisieran. La misma fue evaluada positivamente por lo que continuaremos adelante con esta instancia que busca fortalecer el sentido último de todas nuestras búsquedas educativas. Finalmente, nos detuvimos para mirar los desafíos que nos interpelan como Sector en la Pastoral Juvenil de nuestras inspectorías (hma, sdb). En esta búsqueda estamos embarcados desde hace un tiempo porque las nuevas realidades y situaciones que viven nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes cuestionan la práctica y las interven­ ciones que estamos haciendo. Entendemos

Una preocupación común son los adolescen­ tes que con 18 años terminan su tránsito en nuestros proyectos y necesitan, desde su realidad, tener sus primeras experiencias de trabajo. Nos proponemos generar algún dispositivo que permita atender la realidad de estos adolescentes que egresan de nues­ tros proyectos socioeducativos a través de la generación de oportunidades laborales. También compartimos experiencias de niños y adolescentes con los que diariamente trabajamos y que necesitan, por las situacio­ nes disfuncionales de sus grupos familiares, un lugar transitorio donde poder ser cuida­ dos y atendidos. Nos proponemos investigar y profundizar la posibilidad de ofrecer un Hogar diurno para atender a la necesidad de adolescentes que se encuentran en estas realidades familiares. Concluyendo, reconocemos que podríamos como Sector hacer sinergia para poder con­ tar con algunos servicios profesionales de asesoramiento en temáticas específicas, cada día más necesarios, pero que no es posible acceder desde cada proyecto aislado (salud mental, dificultades específicas de aprendizajes, asesoramiento jurídico, entre otros). Estas líneas de trabajo son las que, finalmen­ te, nos acompañarán a lo largo del 2020 para buscar servir cada día con mayor cali­ dad y compromiso a los niños, niñas, adoles­ centes y jóvenes que el Señor nos ha confia­ do para acompañar.


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