Boletin Salesiano Uruguay Junio 2020

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URUGUAY / Cuarta época / Año XLII / Nº 4 / Junio 2020 / www.issuu.com/bsuru

Mariana Chilibroste

“¿Cuánto cabe en una caja?” Don Ángel Fernández Artime “¿Qué haríamos nosotros sin los jóvenes en nuestras vidas?

Esto es impagable


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SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Don Ángel Fernández Artime “¿Qué haríamos nosotros sin los jóvenes en nuestras vidas?

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CARTA DEL DIRECTOR

Vivir con el rostro alegre y el corazón en la mano…

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SÍ! HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL

“Desvelos” del Grupo Texas

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FAMILIA EN OBRA

Mariana Chilibroste “¿Cuánto cabe en una caja?”

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FELICES LOS QUE CONSTRUYEN LA PAZ

Federico Dusser Riviezzo y Lucía Rodríguez Silva

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ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO P. Francisco Lezama sdb “Un vaso de agua fresca”

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CON NOMBRE Y APELLIDO

María Victoria González y Agustín Lago “Ser casa, como pareja, para el resto”

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VALE LA PENA VIVIR ASÍ

Claudio Canosa Ser padre en la pandemia

PÁG 20. AQUÍ Y AHORA

Lazos que ayudan a superarse en tiempos de pandemia

PÁG 24.

SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Madre Yvonne Reungoat fma “La alegría de ser testigo de la fe en el momento de la prueba”

PÁG 25.

SABOR A BUENAS NOCHES P. Adrián García sdb “Soñando y aprendiendo"

PÁG 26.

DEL ÁRBOL SALESIANO María Andrea Alexandre Varela "A pesar de todo, no concibo vivir la vida sin alegría”

PÁG 28.

UNA MANO AMIGA

Espacio de Cuidados y Educación para hijos e hijas de estudiantes María Auxiliadora

PÁG 31. GALERÍA DE INSTAGRAM

¿Para qué es la vida?

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca

Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Mariana Chilibroste. Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Juan José Malvárez, Nicolás Vilche, y Ramiro Pisabarro.

Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286

Fotografía: Sofía Cayota, Sebastián Andión, Santiago Fernández Yurcho sdb, Oscar Choco Márquez, de ANS,Pixabay y fotos de archivo. Corrección: Graciela Rodríguez

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy


P. Sergio Álvarez sdb

CARTADELDIRECTOR

Vivir con el rostro alegre y el corazón en la mano… No se compra ni cuesta nada, se recibe, se ofrece, se entrega. ¿Quiénes son íconos de esto?

LOS JÓVENES Ellos nos hacen mejores, ensanchan nuestro corazón, nos hacen más generosos y nos llevan a mirar la vida con esperanza y alegría.1 Estuve en Salto en un barrio con esos jóvenes que ves en las imágenes. 8.30 de la mañana, sábado, estaban prontos para darle una pintada a la empobrecida vivienda de Wendy, una niña de un barrio de la ciudad. Jóvenes que, ¡lo vi con mis propios ojos y lo sentí en mi corazón!, al llegar no solo despertaron, literalmente, a quienes estaban en la casita de Wendy, sino que despertaron algo más… lo ves en las imágenes.

Esos jóvenes no necesitan que les digamos qué hacer y dónde hacerlo, necesitan que estemos junto a ellos con el corazón en la mano, compartiendo el latir de nuestros corazones, porque juntos nos preguntamos: ¿Cuál es el modo de latir del Corazón de Jesús? ¿Cuál es SU MODO? Como ya sabes, a este Boletín Salesiano ¡léelo, te vas a encontrar!…con muchas y variadas miradas del modo de latir el corazón al modo de Jesús. En nombre del equipo de producción, un abrazo fraterno…

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Don Ángel Fernández, Rector Mayor de los Salesianos de Don Bosco, en su carta en esta edición del Boletín Salesiano.

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¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

Federico Pereyra

trasforma

UN ARTE QUE NOS

El Grupo Texas cumplió 20 años de vida y no podía celebrarlo de otra forma que no fuera contando historias. Esta vez cuentan SU propia historia, en formato de ficción. “Desvelos” es el nombre del documental elaborado de retazos de muchos relatos que evidencian la magia del arte y su poder transformador.

Marcelo Ávalos, Matías Vidal y Federico Pereyra, cuentan al BS los entretelones de esta producción cinematográfica de Texas donde la ficción y la realidad van de la mano. 4


producción en seis meses, por tener la costumbre de escribir y de cono­ cernos mucho. Esto hizo que la filmación y la corrección fueran prácticamente de la mano. Filma­ mos los fines de semana y algún viernes de noche. Dentro de lo artesanal, queríamos que fuera lo más profesional que pudiéramos.

¿Cómo fue el proceso de creación? Matías: Fue extraño porque venía­ mos con una cabeza que no era propia del audiovisual. Con Marce tratamos de repartirnos las tareas. Fede nos dio cuatro historias que eran las que quería que estuvieran en la película y nosotros fuimos viendo quiénes del grupo eran los indicados para interpretarlas. Arma­ mos el personaje y su historia, pero intercalando con historias de otros integrantes del grupo porque, en definitiva, no dejaba de ser el refle­ jo de los 20 años del grupo. La ficción tenía que ser un reflejo de lo que nosotros somos. Federico: Pudimos hacer toda la

¿Qué tanto hay de realidad en la ficción? Federico: Un gran porcentaje. En el fondo nunca perdió esa cuota de documental a pesar de que sea una ficción. Tiene mucho de realidad, varios compañeros hacen de sí mismos. Muchos de los que hacen de extras simplemente ensayaban como hacen siempre, solo que esta vez estaba filmado y con mayor duración. Matías: Hay muchas cosas en la trama que son nuestras. Queríamos plasmar en la película los distintos vínculos que hay acá. Hay parlamen­ tos que si bien están ficcionados, son totalmente verídicos. Federico: Muchas de las historias que se ven son sobre gente que armamos con pedacitos de otra gente. Nacho y María Noel, que son los nombres de familiares míos, son personajes de la película. Y en sí esa historia es algo que le pasó a otro compañero con su hermana y que, a su vez, la reafirmó otro compañero. Todas las historias, las relaciones que tienen los personajes, el cariño, la capacidad del artista, el mundo de la actuación y hasta las búsque­ das de sentido, todo eso es Texas. Quisimos mostrar también lo que somos, nuestro ser salesiano, por­ que eso es lo que nos representa, es nuestro lema y nuestro refugio. ¿Cuál es el mensaje o pregunta que se quiere dejar en el espectador? Matías: Cada uno de los personajes tiene un mensaje para dar: la rela­ ción del grupo con la Iglesia y todo

lo espiritual, la importancia de reencontrarse con un grupo, de aprovechar las oportunidades y no dejar de buscarlas. También hay un mensaje para la familia y la relevan­ cia de estar cerca y de apoyarse en esa pertenencia. Víctor, el protago­ nista, es el satélite que va uniendo y da el mensaje macro que es encon­ trar un grupo que va para adelante y se sigue acompañando a pesar de los años. Y a través del arte ir encon­ trando respuestas u otras preguntas que nos motivan a seguir creciendo. La invitación es a no dejar esos sueños ni dejar de transformar. Federico: La pregunta que queremos dejar en la cabeza es: ¿el arte te ha transformado en algún momento? Y después vendrá la siguiente que es: ¿tenés un lugar donde sos parte de verdad? El arte transforma. Tratá de buscar un lugar donde seas feliz. Todos somos un poco Víctor Marcelo fue uno de los guionistas de la película y el encargado de interpretar a Víctor, el protagonista de la misma. Desde el punto de vista ideológico ¿cómo fue la creación del personaje? Necesitábamos un personaje que mezclara todas las historias y fuese una excusa para contarla. Se nos ocurrió un periodista, una persona curiosa. Buscamos a alguien que tuviera que hacer un cambio en su vida, que estuviera en un punto de inflexión, al que las cosas no le salían. Él no podía seguir escribien­ do, tenía problemas en el trabajo y con su esposa. Para su propio cam­ bio era importante que lo viera primero en otras personas. Desde lo actoral ¿cómo lo fuiste encarnando? Lo que menos pensaba era que iba a encarnar a Víctor. Cuando lo pensa­ mos y lo creamos con Mati no tenía­ mos a nadie en mente. Hasta que 5


Fede me preguntó si me animaba a hacer a Víctor. Y de careta le dije que sí, pero no sabía si iba a ser el indica­ do. Me fui vinculando con periodistas, viendo documenta­ les y tratando de entender su cabeza. Fui cambiando físicamente para ser él. Pelo revuelto, me dejé crecer la barba, me descuidé con las comidas. Busqué una forma de caminar, de comunicarme con los demás para poder ir encontrando a la persona que quería lograr. Había un trabajo aún más difícil porque el personaje venía de una gran depresión, donde no estaba seguro de sí mismo. Yo estaba viviendo alguna situación similar en ese momento, lo que me ayudó a entenderlo mucho más rápido. ¿Qué tanto de tu vida hay en Víctor y qué tanto de Víctor hay en tu vida? Somos muy parecidos, primero la manera de vestirse, con remeras de superhéroes y todo ese mundo friki. También en lo solitario soy muy Víctor, siempre lo fui, nunca busqué un grupo por la necesidad de tener inte­ racción, sino porque me gusta compartir con amigos. Hay pila de cosas que comparto con él y sobre todo de

Marcelo Ávalos

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la cabeza, sus bloqueos y procesos de creación. Él es muy hermético y observador, yo primero veo todo lo que está pasando antes de expresar una opinión. Creo que hicimos una buena simbiosis. ¿Qué se busca transmitir en la película y particular­ mente desde la perspectiva de Víctor? Desde el texto, creo que las principales cosas que que­ ríamos remarcar era la posibilidad del cambio, de que está bueno evolucionar, y que es algo necesario. Y con Víctor principalmente el mensaje es el de no bajar los brazos, uno de los motivos más grandes que tenía para salir adelante era su hijo. Hay muchos “Víctor” en la vuelta y es parte de la vida. Hay un momento en el que sentís que no das más y no te podés levantar, pero ahí lo importante es encontrar esa motivación. Que puedas dar ese puntapié donde levantar la cabeza y seguir adelante. Hay un montón de cosas en las que tenemos que cambiar la cabeza. A veces necesitamos desahogarnos para poder dar ese paso. No somos débiles por llorar, no es lo más lindo, pero es así. Cuanto mejor es tu vida, más vas a mejorar la vida de los demás.

Matías Vidal


¿QUÉ HARÍAMOS NOSOTROS SIN LOS JÓVENES EN NUESTRAS VIDAS…? En mis años de vida he conocido a muchas personas adultas para quie­ nes los jóvenes son grupos humanos, gente frente a quienes hay que estar atentos, prevenidos, en alerta… ¿Será por inseguridad, por miedo, porque la mentalidad es muy diferente…? Pero yo me he dicho siempre, y me lo vuelvo a repetir después del Capítulo General 28 que los Salesianos de Don Bosco hemos realizado en Valdocco­ Turín, en los mismos lugares donde nuestro Padre vivió con sus mucha­ chos, que los jóvenes son la razón de nuestra vida y a nosotros, como le sucedió a Don Bosco con sus 'birichi­ ni', ellos nos hacen mejores, ensan­ chan nuestro corazón, nos hacen más generosos y nos llevan a mirar la vida con esperanza y alegría. De verdad lo creo así. Y si un educador salesiano, consagrado o laico, no experimenta esto, entonces sencilla­ mente es alguien que tan solo trabaja y se gana la vida en el trabajo de la educación, pero no vive con pasión el “arte de educar”. Fueron 16 los jóvenes de cuatro

continentes que nos acompañaron en el Capítulo General. Jóvenes mayorci­ tos, entre los 25 y 30 años. Y ensegui­ da contactaron estupendamente entre ellos, y también con nosotros.

que les acompañásemos en el camino de la vida. Que estemos cercanos a ellos en las etapas también de las grandes decisiones.

Esos jóvenes (chicas y chicos) nos dijeron cosas que nos dejaron sin palabras. Quizá las podíamos imagi­ nar, pero escuchadas de sus labios en esa magna asamblea tiene un efecto impactante.

Y yo me conmoví al escucharles decir, con lágrimas en sus ojos, que nos necesitaban para mostrarles que Dios los ama, que hay un Dios que es Amor y que les ama incondicionalmente. Que alguien se lo tiene que decir una y otra vez a cada joven de este mundo.

Los jóvenes nos dijeron que nos que­ rían, que de verdad nos querían y amaban como educadores, como amigos, como hermanos, y como padres, y ­añadieron­ “los jóvenes de hoy tenemos mucha falta de paterni­ dad”. Y nos manifestaron que nos piden que seamos sus compañeros de camino. Nos dijeron que no nos necesitan para que les digamos qué tienen que hacer y qué no hacer. Que no quieren que les pongamos las cosas fáciles. Que no necesitan que les digamos cómo tienen que pensar y qué vivir. Pero que sí nos quieren a su lado incluso cuando se equivoquen. Nos pedían

Nos quedamos sin palabras. Los jóvenes, una vez más, nos evangeliza­ ron. Queridos jóvenes, a ustedes les deci­ mos los Salesianos del mundo de hoy que les queremos, que nuestra vida es para ustedes y que, al igual que suce­ dió con Don Bosco, “yo por vosotros estudio, por vosotros trabajo, por vosotros vivo, por vosotros estoy dispuesto incluso a dar mi vida". Les deseo que sean muy felices en el

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Tiene 18 años. Estudia en la Facultad de Ciencias Sociales. Es animadora en el Oratorio Sociedad de la Alegría del Barrio La Carbonera. Vive en Montevideo con sus padres y su hermano menor. ¿Qué te hace feliz? Estar en paz conmigo misma, los abrazos de los gurises del oratorio y pasar tiempo con las personas que me llenan y quiero. ¿Qué música escuchás? Generalmente suelo escuchar pop o rock y algunos días solo dejo que se reproduzcan las canciones. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? Perdonar no es algo fácil. La mentira y el egoísmo no se me hace fácil perdonar. ¿Le tenés miedo a la muerte? Es algo que nunca me puse a pensar y creo que es porque suelo dis­ frutar mucho del día a día. Diría que en este momento no. No depen­ de de nosotros y llega cuando menos lo esperamos. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Sin duda hay más de un acontecimiento que me ha marcado, pero creo que entrar a un colegio salesiano marcó gran parte de mi perso­ nalidad. ¿A quién admirás? A mis padres, como ejemplo de amor. Felices los que… Aman la fragilidad de los demás y construyen a partir de ella. En este momento me gustaría estar en… Mi rutina antes de la cuarentena. ¿Qué cosas valiosas tenés que no se pueden comprar? Mi familia, que me apoya en todo momento, una segunda familia que es Sociedad de la Alegría, la cual me llena de amor y aprendizajes. Además tengo la suerte de vivir y hacer las cosas que me hacen feliz.

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¿Qué cosas, de esas que no se pueden com­ prar, anhelás para tu vida? Elegir libremente sobre mi vida, tener siempre personas alrededor que me impulsen a seguir adelante, y la fe. ¿Qué cosas son innecesarias? En realidad muchas cosas materiales son inne­ cesarias por más trillado que esto suene, al menos no son prioridad, por ejemplo un auto, no creo que sea algo que defina a una persona ni algo valioso más allá del costo. El valor que más admiro es… La honestidad. ¿Qué identificás que está necesitando la sociedad en este momento? Ser empáticos frente a la situación de los demás y, a su vez, ser agradecidos porque, sin duda, muchos de nosotros somos privilegiados por la forma en la que estamos viviendo la cuarentena.


Tiene 21 años. Estudió Mecánica Automotriz y trabaja en una ferretería. Es animador en el Oratorio Sociedad de la Alegría del Barrio La Carbonera. Vive en Montevideo con sus padres. ¿Qué te hace feliz? Poder mostrarme como soy en cualquier ámbito. ¿Qué música escuchás? De todo, más que nada rock. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? La traición y la mentira. ¿Le tenés miedo a la muerte? Hoy no, no es algo sobre lo que pienso a diario. Obvio que sé que en algún momento me va a tocar, pero no es algo que me inquiete. Si tuvieras que elegir un aconteci­ miento que te marcó, ¿cuál sería? El nacimiento de mi sobrina. ¿A quién admirás? A esos que entregan todo para poder dar una mano a quienes más necesitan. Felices los que... Valoran lo que tienen, sea poco o mucho. En este momento me gustaría estar en... El oratorio, sin COVID­19. ¿Qué cosas valiosas tenés que no se pueden comprar? Mi familia, mis amigos y el oratorio. ¿Qué cosas, de esas que no se pueden comprar, anhelás para tu vida? Felicidad. ¿Qué cosas son innecesarias en la vida? El odio, la maldad. El valor que más admiro es... La solidaridad, la lealtad. ¿Qué identificás que está necesitando la sociedad en este momento? Empatía, pensar un poco más en el otro, la sociedad está muy egoísta. 9


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FAMILIAENOBRA

Cuanto cabe en una ca a?

Rosa es una emprendedora de Las Palmas, paraje de Durazno. Mujer rural, trabaja en las tareas productivas del campo, y desde que tiene uso de razón se ha dedicado a la lana, proceso que lo desarrolla “desde la oveja a la alfom­ bra”. Hermosos productos, muchas veces guardados en un cajón porque no tiene a quien vendérselos. Rosa es una de las más de 1500 histo­ rias que en nuestra empresa Sellin.uy hemos tenido el privilegio de conocer. Habiendo recorrido una “vuelta y media al mundo dentro de nuestro paisito”, nos encontramos con cientos de emprendedores, algunos nacen por vocación y en una enorme mayoría por necesidad, porque no les queda otra. Emprendedores increíbles que por falta de oportunidades de venta no pueden vivir de lo que hacen y muchas veces tienen que dejar su tierra para tener ingresos. Desde Sellin, como empresa social, nacimos con el propósito de ayudar a estos microproductores a que puedan vivir de lo que hacen sin la necesidad de desarraigo territorial, sin la necesidad de dejar su tierra. Trabajamos conectando mundos que hoy no se conectan. Hace unos meses era muy difícil dimen­ sionar el impacto que tendría el COVID­ 19 sobre todos nosotros. En un mundo que venía acelerado, y en automático, el COVID­19 irrumpió cual oportunidad movernos el piso, y conectarnos con lo importante. Esta crisis nos ha traído a la humanidad la oportunidad de “reco­ nectar”. La revalori­ zación de la

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vecindad, el deseo de contacto con nuestros seres queridos, el consumo por proximidad y desde lo local, la necesidad de un abrazo, un tiempo donde logramos ponernos en el lugar del otro y la empatía surge en los lugares más insospechados.

Son justamente esos momentos los que nos permiten replantearnos cuestiones que parecían dormidas: ¿cómo nos relacionamos con los demás? ¿Cómo podemos hacerlo mejor? ¿Qué impacto tienen nuestras decisiones? ¿Qué mundo queremos habitar? ¿Qué tengo que ver yo en todo esto? Pero también, sin dudas, esta crisis sanitaria conlleva una crisis económi­ ca que impacta negativamente en miles de emprendedores y sus fami­ lias. Afortunadamente, la proceden­ cia, el impacto en la cadena de valor y las historias y personas que están detrás de los productos que consumi­ mos hoy también nos importan. La revalorización de la compra como herramienta de transformación poco a poco se está convirtiendo en una regla para nosotros. Este propósito, con el que nació Sellin, hoy más que nunca cobra sentido y hoy más que nunca me siento orgullo­ sa y privilegiada de poder hacer algo para colaborar a cambiar esa realidad. Hace dos meses, como forma de ayudar a muchos emprendedores a los que les había quedado stock parado porque el virus les sacó la posibilidad de venderlos en ferias ya agendadas, ventas que realmente les determinaban su realidad, creamos una tienda en un nuestro sitio web llamada “Codo a codo” y dentro de ella creamos unas cajas gourmet sorpresa que las personas podían comprar, a la vez que disfrutaban de descubrir sabores de nuestro país, podían ayudar a transformar las realidades de estos emprendedores.

Dos semanas después recibimos un llamado. Nos llamó Lila, una señora de 94 años, porque quería agradecer el abrazo de su hijo. Al principio no enten­ díamos que estaba diciendo, pero luego comprendimos que ella se estaba refiriendo a un abrazo “envuelto en caja” con productos exquisitos hechos por productores uruguayos. Lila, que estaba sola, pudo tener cerca a su familia a través de una caja, una caja que le regaló un abrazo, no solo de su hijo, sino de todos los emprendedores que formaban parte de ella.

Miren si entrarán cosas adentro de una caja. ¿Cabe la solidaridad en una caja? ¿Cabe la prosperidad en una caja? ¿Cabe la empatía en una caja? ¿Cabe un mundo mejor en una caja? En Sellin.uy creemos que las personas cuando compramos podemos cambiar el mundo. Creemos que la colaboración es la única forma de salir adelante y que la fuerza está en la comunidad construyendo alrededor de un “para qué” que es mucho más grande que nosotros mismos. En este momento de reconexión, tene­ mos la oportunidad de estar más aten­ tos y sentirnos protagonistas de la construcción de un mundo más huma­ no, más próspero. Lila vino a recordarnos que en una caja cabe todo lo que queramos poner en ella, de nosotros y de nuestras decisio­ nes dependen lo que pongamos. Pero sobre todo el llamado de Lila nos cam­ bió la forma en que mirábamos la caja. No es lo que está dentro lo que nos define. Lo que nos define es el sentido que le damos y lo que hcaemos con ella.

Mariana Chilibroste Licenciada en Psicología. Socia fundadora y co directora de Sellin


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

Un vaso de

agua fresca Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Mateo (10,37­42) proclamado en la Misa del 28 de junio, Domingo XIII del Tiempo Ordinario.

“Quiero ser agua fresca”, cantaba José Luis Perales, “quiero tener un sueño nuevo cada día, quiero tener el fuerte abra­ zo de la vida”. El vaso de agua, “que no se le niega a nadie”, como aprendimos de chicos, es signo de lo elemental e imprescindible en la vida, pero también del gesto gratuito de quien se preocupa por el visitante. Por eso no es extraño que Jesús lo haya elegido como un signo de la hospitalidad básica que él reconocerá: “Les ase­ guro que cualquiera que dé a beber, aunque solo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa”. Realmente en las erras bíblicas un poco de agua puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte… Sin embargo, el vaso de agua fresca representa mucho más que el líquido ofrecido. De hecho, literalmente lo que dice el evangelio es “un vaso de fresca”: el agua se sobreen ende (quizás hoy debería aclararlo, para evitar la ambigüedad de quien esperase otro po de bebida fría). El vaso de agua ofrecido es un signo de sincera preocupación por el otro, un sencillo detalle que se realiza con un elemento que, sin embar­ go, sabemos que es esencial para la vida. Dar un vaso de agua implica, además, ofrecer empo y atención; es oportunidad para intercambiar pala­ P. Francisco Lezama sdb bras, sea sobre el empo (“¡qué tremenda la calor!”) o sobre preguntas que pueden derivar en cues ones más profundas (“¿y cómo andan tus cosas?”). Ya la tradición bíblica había visto en este símbolo la evocación de una comunicación profunda. Dice uno de los proverbios atribuidos al sabio rey Salomón: “Agua fresca en la garganta sedienta es la buena no cia de erras lejanas” (Pro 25,25). ¡Qué lindo es, en las misiones de verano, en la recorrida al final de la calurosa tarde oratoriana, escuchar la pregunta que viene desde una casa: “¿No quieren un vasito de agua?”! Como tantos otros gestos y situaciones que vivimos a diario, el vaso de agua fresca quizás no le cuesta mucho a quien lo ofrece, pero puede significar mucho para el que lo recibe. Su valor tras­ ciende lo material, y el amor lo transforma en un bien invaluable: “No quedará sin recompensa”.

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VALELAPENAVIVIRASÍ

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Ser padre en la pandemia

Claudio Canosa tiene 36 años y vive en Villa Colón. Está casa­ do con Laura hace cuatro años, y el pasado 16 de mayo fue papá por primera vez con el nacimiento de Felipe. De profesión contador, pero con vocación de educador, es el encargado pastoral de primaria en el Colegio Pío IX, donde cursó primaria y secundaria para luego pasar al Juan XXIII. ¡Toda una vida vinculado a la familia salesiana! La paternidad trae consigo un montón de novedades y desa­ fíos, las prioridades cambian y se abre un nuevo tiempo para la pareja. Pero ¿cómo es vivir todo este proceso en medio de una pandemia y con distanciamiento social?

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¿Cómo recibieron la noticia de que serían padres y cómo vivieron el embarazo? Hacía cuatro años que nos había­ mos casado, y como no convivimos antes, ese primer tiempo de nuestra relación lo aprovechamos para seguir conociéndonos. Fue un tiem­ po para convivir y que se acrecen­ tara el amor. En determinado momento nos empezó a surgir la expectativa de un hijo, y ese hijo no venía hasta que llegó. Luego de la primera consulta que nos sirvió para confirmar que efecti­ vamente íbamos a ser padres, deci­ dimos guardar silencio hasta los tres meses. Después de eso, comenza­ mos a compartir la novedad con la familia y fue una gran alegría. El embarazo fue estupendo, sin dramas ni complicaciones. Lo disfru­ tamos mucho hasta el 13 de marzo. De ahí en adelante, si bien lo segui­ mos disfrutando, fue con otros cuidados, menos visitas, en fin, como a todos, nos cambió la vida.

nosotros para ajustar algunos aspectos. Resulta que cuando ingre­ so a la reunión por Zoom, me encuentro con que habían prepara­ do un baby shower en modo virtual. Estuvo increíble, justo una semana antes de nacer Felipe. El viernes 13 cuando aparecieron los primeros casos ¿como recibiste esa noticia? Estaba en Aguas Blancas planifican­ do el año junto con el equipo pasto­ ral del colegio. En ese momento, no pensé que sería todo tan extenso y complejo. En relación con el emba­ razo, se comenzó a complicar des­ pués porque a las consultas iba Laura sola, yo no podía entrar y también estaban las dudas por el parto, si podría entrar o no. ¿Y pudiste entrar? Sí, pude. Fue terrible esa noche porque yo soy muy “jodón”, y justo esa tardecita estuve haciendo chis­ tes con el "rompió bolsa", y me

"Estábamos solos, era la primera vez que pasábamos por una situación así Pero en líneas generales el embara­ zo estuvo bueno, lo disfrutamos y hasta nos dio para hacer baby sho­ wer. ¿Cómo lo hicieron? No habíamos tenido esa instancia antes de la pandemia y creíamos que ya no la íbamos a tener. Pero gracias al ingenio de las maestras y al equipo de primaria, logramos hacerlo. Me hicieron la historia de que necesitaban una reunión con 14

decían que no hiciera eso, que cuando pasara no me iban a creer. Bueno, resulta que nos acostamos, y en determinado momento Laura me dice "creo que rompí bolsa". ¿Te pusiste nervioso? No, la verdad que lo tomamos con calma. Habíamos quedado con mi padre que ante cualquier situación lo llamaba y fue lo que hice. Incluso te digo más, me dio hasta para bañarme mientras lo esperaba.

Llegamos al sanatorio pasada la medianoche y nació a las 14:45 h, una espera larga, mucha incerti­ dumbre. En los partos en tiempos normales, siempre va la madre, el padre y algunos más que se suman a acom­ pañar. ¿Cómo fue en su caso? Estuvimos Laura y yo, nadie más. Las cosas increíbles de la vida, de esas que nunca pensás que te van a pasar…cuando llegamos a Casa de Galicia nos recibió una partera que había estado en el Oratorio San José Obrero donde nosotros habíamos sido sus animadores. Así que en el medio de la incertidumbre que ese momento genera, eso fue un regalo enorme. Yo había estado en algunas clases de parto, y ayudé en lo que pude y la fuimos llevando como pudimos. ¿Cómo es acompañar el parto desde el lado del padre? Es complicado, sinceramente se pasan muchos nervios. Yo no sabía si iba a poder entrar al parto, por ejemplo, porque viste que con esta situación en la que estamos, no había muchas certezas. Finalmente pude hacerlo. Estábamos solos, era la primera vez que pasábamos por una situación así, el niño era grande, no quería salir y la inexperiencia te hace pen­ sar lo peor, y en realidad son situa­ ciones que están dentro de lo pre­ visto. Vos lo viste antes que Laura ¿cómo fue ese momento? Increíble, después que bajé un poco los nervios me puse a llorar. No podía más, fue una gran liberación, un afloje, había acumulado nervios y estrés durante mucho tiempo, fue como decir “ya está”. Lo primero que dije en tono de broma para no


perder la costumbre fue "es igual a mí". Y con sus familiares ¿cómo fue? Por teléfono y con mucho llanto. Llamé a mi madre y lloramos, a mi suegra, a mi padre, hermano, llora­ mos todos, porque es una alegría inmensa, pero la situación de no poder acercarnos es extraña. Nadie estaba afuera de la sala de partos esperando para poder abrazarnos y contenernos. Estábamos solos. Laura estuvo internada unos días más y fuimos haciendo relevos, yo salía y entraba mi madre, después mi suegra, después mi padre. Iban entrando de a uno y de lejos. A Felipe no lo tocaban ni lo besaban, pero por lo menos pudieron cono­ cerlo. La emoción en todo este tiempo está a flor de piel, por ejem­ plo, cuando salimos del sanatorio

pasamos por el hogar donde vive mi abuela. Ella se arrimó hasta el por­ tón y por la ventana de la camioneta pudo verlo, te imaginás que llorába­

cuidados que tomamos son por él, las restricciones que tomamos son por él. Yo salgo a hacer los manda­ dos o a dar las vueltas que tengo

Yo era poco demostrativo, no era de andar llorando, no me salía. Él me ha hecho ser más sensible, la prioridad ahora es otra mos todos, es una situación muy particular y difícil de poner en pala­ bras. ¿Qué cambios trajo Felipe a tu vida? Yo era poco demostrativo, no era de andar llorando, no me salía. Él me ha hecho ser más sensible, la priori­ dad ahora es otra, por ejemplo, dormimos cuando él duerme. Los

que dar y cuando llego me baño, pongo esa ropa a lavar y recién ahí voy a verlo. Mi familia cuando viene a verlo lo hace por la ventana, eso fue a pedido de la pediatra. Enton­ ces, ubicados en el contexto en el que estamos, sin duda sobrelleva­ mos este momento de restricciones con mucho amor hacia él y para cuidarlo. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

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Ser casa, como pareja, para el resto Una videollamada de Whatsapp salvó las distancias para conversar con María Victoria González y Agustín Lago, un joven matrimonio consagrado en Paysandú hace más de un año, y con casi 10 de noviazgo. Ella tiene 29 años, es contadora y trabaja en un banco. Él es tres años menor, estudió carpintería y hoy se desempeña como pistero en una estación de servicio. “Parecido”, embroma al respecto. Se conocieron en el Colegio Domingo Savio de Montevideo, cuando ella llegó del interior para estudiar en la Universidad y se incorporó como animadora, mientras él integraba el centro juvenil. Hoy Agustín se discul‐ pa por su acento “sanducero mezclado con la Curva de Maroñas”. “Me encantó y me lo traje”, cuenta Victoria, cuando año y medio atrás se mudaron a su pago natal. Hoy ambos animan en el Oratorio San Ramón, donde encontraron “una segunda casa” y línea directa con su “vocación de animadores”. Entre anécdotas, risas y la insinuación de “hacer un pós‐ ter” con la publicación, compartieron al BS su historia. 17


¿Cuál fue su primer contacto con los salesianos? Victoria: Mi familia materna siempre estuvo en el ambiente salesiano. De noche nos leían cuentos sobre la infancia de Don Bosco. Me encantaba el de la mancha de aceite, por ejem­ plo. Después fui a colegio salesiano en Paysandú. Agustín: Yo empecé en el barrio cuando me mudé a la Curva de Maro­ ñas. Entré en el colegio e hice todos los grupos, hasta quedar de anima­ dor. Así fue que la conocí a ella. ¿Cómo se conocieron? A: Ella era animadora en el oratorio y yo estaba en el centro juvenil. Casi no nos cruzábamos. V: Ahí nos empezamos a ver, y él me escribió. La hermana de él era anima­ dora conmigo. ¿Cómo fueron esos primeros pasos juntos? V: Nos empezamos a escribir y los demás ya pensaban que estábamos de novios, bien de grupo que chus­ mea. A: Éramos distintos, pero totalmente. Yo era un plancha: tenía mechitas y caravana. Tocó lo que tocó. V: Yo era estudiante del interior que se había ido a vivir a Montevideo. Yo me proyectaba mucho más para adelante, él recién estaba viendo qué hacer con su vida. A: La diferencia de edad era de añi­ tos, pero si hace 10 años que nos conocemos, en ese entonces era importante. Yo ni esperaba verme dedicado a la carpintería. Ella me ayudó mucho a proyectarme. ¿Cuándo se fueron a Paysandú? V: Hace un año y medio. Al recibirme, esperamos a hacer el viaje de Econo­ mía. Después pedí el traslado, y a los 18

dos años me salió. Agus me siguió, por suerte. Agustín, ¿cómo viviste esa mudanza? A: Fue un cambio rotundo. Pero amigos nos hacemos en todos lados, y siempre queda la oportunidad de algo nuevo. No me imaginaba estar así de cómodo. ¿Qué te gusta más como lugar para vivir: Montevideo o Paysandú? A: Paysandú. V: Está totalmente tomado. A: No tomaba mate y ahora sí (ríen). V: Ya es un hombre de campo. Una vez allí, ¿cómo llegaron al Ora­ torio San Ramón? V: Fue como un regalo de mi ahijada, que animaba ahí. Ella me eligió como su madrina en su Confirmación. Fuimos a acompañar a un bingo y ahí nos encontramos con “El Choco”, que es como el encargado de oratorio con quien ya nos conocíamos porque él estuvo en Domingo Savio. Nos invitó a participar de la misión de diciem­ bre. Ahí nos enganchamos pa' buena. Nosotros teníamos la diferencia de edad: acá los animadores tienen entre 15 y 18, porque después en

general se vuelan a otros lugares. A: El colegio era como una segunda casa, y acá encontré lo mismo. Ape­ nas entramos, vimos que el grupo de gurises era excelente. Cuesta imaginar un matrimonio animando en un oratorio, ¿cómo lo viven? V: En Domingo Savio tuvimos el ejemplo de una pareja, que es el padrino de Agustín con su señora. Estamos casados, pero no tenemos conciencia de que somos un matri­ monio animando. Incluso nos pasaba que, estando de novios, pila de veces llevábamos las discusiones del grupo de animadores a casa. Eso fue algo que tuvimos que trabajar porque siempre pensábamos totalmente diferente. A: Disfrutamos de estar uno con el otro. Compartimos la animación, pero cada uno tiene su espacio. ¿Qué es lo más impagable de lo que hacen? V: Todo. La parte gestual de las per­ sonas, que te abracen, que sientan confianza para contarte algo. Com­ partirlo juntos y encontrar a Jesús en eso tan sencillo.


A: Somos una parte de un espejo. Algunos del grupo también están de novios, y capaz que somos como un ejemplo para ellos. ¿Se sienten referentes? A: Yo sí. ¿Vos te sentís así? (la mira a ella). V: Es que somos cuatro personas grandes, entonces nos dieron el título de referentes… A: … Sin saber. Del cielo cayó (ríen). A los gurises les copa. Yo les digo que es lindo compartir la animación y estar como pareja. V: Compartir lo bueno y también lo malo. Qué cosas que por nuestra experiencia sabemos que no está tan bueno vivir, o que hay que ir solucio­ nando. ¿Comparten la fe? V: Fue de las cosas que nos unió, y que nos hizo aceptar esas diferencias

que teníamos. También fue por lo que quisimos casarnos por Iglesia. Una experiencia que los haya marca­ do… A: Compartir la animación es una. V: Nos marcó mucho el viaje que hicimos. A: Eso fue la prueba de fuego. Nunca habíamos estado tanto tiempo dependiendo uno del otro. Dijimos: “Si sale bien, vamos para otra cosa”. Y salió. V: Estuvimos tres meses viajando juntos, y la verdad que salió muy bien. Vimos al Papa Francisco de lejos, que fue algo que no teníamos planificado, y una sucesión de even­ tos terminó llevándonos a Roma. Después, compartir campamentos y retiros. Mis padres lo conocieron a él en la 6ª acampada de 2010. Y recien­ temente, habernos unido a San Ramón fue algo que nos trajo

muchas cosas lindas, porque nuestra vocación de animadores había que­ dado en pausa al venirnos. A Agustín le sirvió para armarse un grupo de amigos. Volver a sentirnos en casa en una obra salesiana fue algo importan­ te. ¿Qué proyectan a futuro? A: Tener hijos. Ahora mismo proyec­ tamos la luna de miel ya que nos agarró el coronavirus, ¿viste? V: Seguir creciendo como familia juntos, rodeados de nuestros hijos adoptivos que son los que fuimos juntando en el oratorio. Cuando preparamos la ceremonia del casa­ miento, una de las cosas que había­ mos pensado era el querer ser casa como pareja para el resto. Ese es el proyecto más lindo que tenemos. A: Creo que nos está dando buenos frutos.

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AQUÍYAHORA

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Lazos que ayudan a superarse en tiempos de pandemia “Trata a un ser humano como es y seguirá siendo lo que es, pero trátalo como puede llegar a ser, porque confías en él, y se convertirá en lo que está llamado a ser”, dice el autor y conferencista español, especialista en crecimiento personal, Alex Rovira. Con esa frase Rovira se refiere, en una entrevista publicada en Youtube, a que todo ser humano para vivir necesita la caricia, no solo expresada por el contacto físico, sino a través de una sonrisa, una mirada, una mano en el hombro o una crítica constructiva y de ahí la importancia de transmitir que se con­ fía en el otro para impulsarlo a superarse y para promover la cooperación en lugar de la competencia. En tiempos de pandemia, en el que el contacto físico está limitado y en el que se dificulta el relacionamiento humano, la psicóloga argentina Adriana Guareib advierte sobre la impor­ tancia de fortalecer los lazos sociales y no aislarnos. En diálogo con el Boletín Salesiano la especialista afirma que “al perder tantas situaciones de sostén emocional –no pode­ mos salir, darnos una abrazo, celebrar el cumpleaños, mirar­ nos cara a cara, ir al cine o tomar un café– estamos viviendo en este duelo permanente, que proviene del latín ´dolere´ que quiere decir sufrimiento”.

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Frente a ese duelo, Guareib afirma que aflora la angustia, un senti­ miento que define como “un esta­ do de intranquilidad causado por algo desagradable, amenazante, una vivencia de algo peligroso y que muchas veces va acompañada de manifestaciones corporales como palpitaciones, fatiga, falta de aire, a veces dolor en el pecho, o se angosta la respiración…”. Cada persona lo enfrenta de mane­ ra diferente. “Hay personas más fuertes, otras más frágiles, incide la edad, si se vive solo o acompa­ ñado pero lo importante es no estar aislados, fortalecer los lazos sociales a través del único medio que tenemos en este momento que es la comunicación online en sus diferentes modalidades, pero no bajar los brazos o ponernos negativos porque si nos cerramos vamos a pasar de la angustia a la depresión y eso realmente no es bueno”, manifiesta la psicóloga y agrega: “Tratemos de no tener además una distancia emocional, tratemos de mantener los vínculos y de sostenernos en los vínculos”. Por eso para la especialista es importante también “poner en juego el impulso de vida, las expectativas positivas, fortalecerse a través de la creatividad, de la curiosidad”. “Podemos descubrir un pendiente que tenemos y que nunca tuvimos tiempo para hacer­ lo, poner entusiasmo en ese pequeño proyecto de corto y mediano plazo y sobre todo man­ tengamos la esperanza siempre activa”, recomienda. 22

Retomando la importancia de mantener los vínculos y que estos sean sanos, Rovira afirma que cuando faltan las caricias positivas –necesarias para desarrollar una vida plena–, se generan comporta­ mientos disfuncionales. Por ejem­ plo, el adolescente que se rebela está llamando la atención, está “clamando por el reconocimiento” de las personas que ama. Es por eso que el español sostiene que “no sirve de nada la relación tóxica: el insulto, la presión, el acoso moral, la humillación. Aque­ lla persona que cree que some­ tiendo al otro, poniéndole presión rendirá más, genera espejismos de la eficiencia a corto plazo (…) es mucho más inteligente buscar la aproximación basada en 'si tu

estás bien, yo estoy bien'. Se trata de cuidar, de respetar, de dar alas”. De ahí surge el concepto del efec­ to Pigmalión, utilizado en psicolo­ gía para referirse al fenómeno por el cual las expectativas y las creen­ cias que posee una persona influ­ yen directamente en las conduc­ tas, en el rendimiento y en los resultados de otra, bien sea de manera positiva, produciendo un alto rendimiento, o por el contra­ rio, afectando de manera negativa sobre el mismo, según se define en un trabajo del Instituto Euro­ peo de Psicología Positiva. El término toma el nombre del escultor griego Pigmalión y la leyenda sobre la creación de Gala­


tea, una estatua que era tan bella y perfecta que se enamoró perdi­ damente de ella. Tan así fue que Pigmalión le pidió a la diosa Afro­ dita que su estatua recobrara vida. Y la diosa conmovida por el amor de Pigmalión se lo concedió y le dio vida a la escultura. El efecto Pigmalión también ha sido objeto de pruebas que se realizaron en el ámbito educativo. Una de las más conocidas es la que llevaron adelante en 1968 Robert Rosenthal y Lenore Jacob­ son con el título “Pigmalión en el aula”. El estudio consistió en infor­ mar a un grupo de profesores de primaria sobre cuáles habían sido los alumnos mejor evaluados en un test sobre sus capacidades intelectuales y se les dijo que era de esperar que estos alumnos tendrían mejores resultados en el año académico. Al finalizar el curso se confirmó que el rendi­ miento de estos “alumnos especia­ les” fue mucho mayor al del resto. Lo interesante es que el test no se

había realizado sino que los supuestos alumnos brillantes fueron un 20% de niños elegidos completamente al azar. Lo que concluyó el estudio fue que los maestros se crearon tan altas expectativas de esos alumnos que aplicaron una didáctica individuali­ zada que impulsó a los alumnos a superarse. Javier García Vargas, catedrático y especialista en programas de capacitación y desarrollo humano de México, explica que al efecto Pigmalión también se lo conoce como la profecía de autorrealiza­ ción, que tiene un origen externo cuando los docentes o padres de familia depositan creencias sobre

Psicóloga Adriana Guareib

la mente del individuo; e interno, cuando el mismo individuo se crea creencia acerca del futuro de su trayectoria, ya sean estas de carác­ ter positivo o negativo. Concluye que si alguien que tene­ mos cerca nos motiva, nos anima, nos valora, y nos trasmite que podemos conseguir ciertas metas, hará que generemos en nosotros mismos creencias potenciadoras que nos impulsarán a alcanzar esas metas y que mejorarán nues­ tro rendimiento. En la entrevista citada anterior­ mente Rovira lo explica con un ejemplo: “Si antes de comenzar un partido de fútbol a tu hijo le dices ´te vas a caer porque eres un inú­ til´, se va a caer porque te ama, pero si le dices ´disfruta, corre, vuela, y si te caes yo estaré para ti´, jugará mejor que si no le dije­ ras nada”. Según Rovira, la clave para que el otro se supere es demostrarle que se confía en él. “Si yo soy confiable para ti y tu eres confiable para mí, nos comprometeremos, y de ese compromiso nace la calidad. No puede haber calidad sin compro­ miso, ni puede haber compromiso sin confianza”, remata. 23


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

DEOTROSLARES Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

LA ALEGRÍA DE SER TESTIGO DE LA FE EN EL MOMENTO DE LA PRUEBA En este tiempo estamos invitados a “estar en el corazón de la contem­ poraneidad” con la actitud de María que en fe acogió y vivió el tiempo de salvación con disponibi­ lidad y sabiduría: luz que iluminó cada evento incluso el más oscuro e incomprensible. En Caná recono­ cemos la primera “señal” que suscita la fe de los discípulos en Jesús, sostenidos por la fe de María. Caná es el hoy que estamos viviendo, es el lugar privilegiado donde escuchamos la voz de la Madre que nos recomienda hacer lo que Jesús espera de nosotros: vivir y compartir la fe como un tesoro que da la fuerza para afron­ tar con esperanza todo lo que está sucediendo en el mundo. La fe no es una idea, sino una vida. Sobre todo la fe es una relación siempre nueva con el Señor. En el contexto actual, vuelven a surgir cuestiones fundamentales sobre el sentido de la existencia, sobre el futuro incierto que se abre sobre nosotros y las nuevas generacio­ nes, sobre lo que nos espera des­ pués de la peregrinación terrenal. No podemos silenciar estos y muchos otros interrogantes exis­ tenciales. El Papa Francisco nos llama a ser testigos de una fe trans­ parente, de puertas abiertas, una fe misionera. La fe o es misionera o no es fe, dijo el Papa, y debe ofre­ cerse como un tesoro precioso: no debe permanecer encerrada den­ tro de un recinto de propiedad privada, sino convertirse en un 24

signo del amor y de la ternura de Dios que abraza a la humanidad que sufre: debe salir para preparar el terreno de tal modo que el Espíritu Santo pueda actuar en las personas también a través de nuestro testimonio. Recordando lo que Don Bosco y Madre Mazzarello hicieron en tiempos de emergencia, quisiera enfatizar aquí la importancia, en este momento de pandemia, de fortalecer y, si fuese necesario, redescubrir el valor del servicio y proponer experiencias de entrega gratuitas para lo cual muchos jóvenes están disponibles. “La vida no sirve de nada si no se sirve (…) los verdaderos héroes son los que se da a sí mismos para servir a los demás. Siéntanse llamados a jugarse la vida. No tengan miedo de gastarla por Dios y por los demás: la ganarán!” ( Papa Fran­ cisco, homilía 5 de abril de 2020). Palabras fuertes dichas sin medias tintas, que piden explícitamente a los jóvenes, y también inciden en nosotros, a involucrarse en accio­ nes de solidaridad con los necesi­ tados; a tener fe y soñar que algo nuevo puede germinar aunque no sin nuestra colaboración. En este desafío ¡nos encontramos!

Siria ­ ¿Y si Don Bosco viviera en los tiempos del Coronavirus? La industria de los tapabocas en el Oratorio Don Bosco de Alepo El oratorio salesiano de Alepo, después de haber acompañado a los jóvenes en los momentos más oscuros de la guerra, en la época de COVID­19 lanzaron la iniciativa de producir tapabocas a gran escala. Un grupo de unos 15 voluntarios del oratorio, de diferentes edades, produjeron un total de 20.000 tapabocas, trabajando diariamente, divididos en grupos, respetando siempre todas las medidas de seguridad relacionadas con el cuidado del medio ambiente y el distanciamiento social. Fuente: ANS

Vietnam ­ El doble “milagro” vietnamita frente al COVID­19: prevención y solidaridad Aunque tiene frontera con China, país donde se originó la pandemia del COVID­19, Vietnam se encuentra entre los países más virtuosos en cuanto a la resistencia al virus: solo 332 contagiados y 0 víctimas, tanto que en las últimas semanas se han dejado de lado varias restricciones. A este excelente resultado alcanzado por la sociedad, hay que añadir otro logro propiamente salesiano: el de haber puesto en marcha y coordinado una excelente máquina de solidaridad en beneficio de muchas personas pobres y necesitadas. Fuente: ANS


SABORABUENASNOCHES

“Soñando y aprendiendo” Anoche tuve un sueño que devela la valiosa forma de ser de mis abuelos. Para no olvidarlo, y sea un aprendizaje, aquí lo cuento:

En medio del rosedal un cartel decía: “La flor que florece en la adversidad es la más rara y hermosa de todas”. Vino a mi mente las veces que la abuela, en los momentos difíciles, nos dice “En medio de la crisis también es posible que nazcan buenas nuevas”.

Transcurría el 2050. Me encontraba caminando sola por el barrio donde vivieron mis abuelos cuando eran jóvenes.

Al ingresar a la casa admirada descubrí que en cada habitación había frases escritas por ellos, decorando los ambientes. En ese momento comencé a comprender algo de su forma de ser, en estas frases reconocí muchos de sus consejos y más aún su manera de proceder.

Todo era muy extraño; los comercios cerrados, no había gente en las calles, ni niños jugando en la placita. Parecía un barrio fantasma. Mirando por las ventanas vi a la gente encerrada, algunos con mascarillas. ¿Sería esta la terrible pandemia del 2020, que los abuelos siempre cuentan?

El cartel del living decía “Jamás desistas de las personas que amas y renuncies a ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible”, y el del comedor “Lo importante en una familia no es solo estar juntos, sino vivir unidos”.

Al pasar por una casa, con un bello jardín, reconocí la de mis abuelos. ¡Justo estaban en el porche, rodeados de niños, sus hijos! ¡Que emoción! Eran mi padre y mis tíos. Reían mientras la abuela pegaba en la puerta un enorme cartel con un arcoíris, pintado por ellos, con una frase que decía “Todo va a salir bien”. Frase que me repiten al verme preocupada por alguna dificultad, “Mija, si Dios quiere, todo va a salir bien”.

Llegué a la cocina de la abuela y allí me di cuenta por qué ella nos dice que Dios siempre está a la mano. Frente al fogón había una madera tallada con la frase de Santa Teresa “Entre los pucheros también anda el Señor”.

P. Adrián García sdb

En su dormitorio leí “Estar vivo es un milagro, haré de este nuevo día mi mejor obra maestra, haciendo lo ordinario de forma extraordinaria”. En la mesa de luz del abuelo encontré un papelito que decía: “Siempre se puede caer y volver a levantarse, se pude arrancar y comenzar de nuevo, una y mil veces, derrotados son los que dejan de luchar”, sobre un documento de su despido laboral. Mientras leía la frase debajo de un gran reloj “Dale tiempo a lo importante, tiempo con tus seres queridos que no se compran ni con el trabajo y menos con dinero”, la alarma de mi celular me despertó… sentí ganas de abrazar la vida con mucha alegría y llenarla de sentido. 25


DELÁRBOLSALESIANO

MARÍA ANDREA ALEXANDRE VARELA

"A pesar de todo, no concibo vivir la vida sin alegría Está convencida de que nació “positiva”. Y aunque la alegría pareciera formar parte de su ADN, no le faltaron días grises a superar. En esta entrevista, la exalumna y docente del Colegio y Liceo San Isidro de Las Piedras, María Andrea Alexandre Varela, narra las peripecias que ha debido transitar y el secreto de su entereza.

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¿Una vida entera vinculada a la familia Salesiana? Siempre. Todos mis estudios: inicial, primaria y secundaria los cursé en el Colegio y Liceo San Isidro. Mis hermanos también estudiaron ahí. Fui animadora, líder en los campa­ mentos y trabajo en el Colegio hace 11 años. Incluso uno de mis hermanos es diácono de la Parroquia. Toda una vida con esa comunidad salesiana que rodea al San Isidro. Has tenido una vida llena de felicidad en ese lugar y segu­ ramente recibís contención para los momentos difíciles… Sin duda. He atravesado un momento muy difícil por la enfermedad de mis padres, que tienen 59 años de casados. Mi madre desde hace 5 años, poco antes de cumplir los 70, tiene Alzheimer. A raíz de eso, nos organizamos con mis hermanos y teníamos todo solucionado cuando debimos internar a mi padre, que es diabético. Si bien se cuidaba tenía varias arterias tapadas y decidieron amputarle un dedo y parte del pie. Además, tuvieron que operarlo del intestino, estuvo 45 días internado, y algunos de estos en CTI. En ese contexto, mi madre iba de casa en casa, porque no podíamos con todo, por lo que decidimos internarla en una clínica de Las Piedras, donde está súper bien atendida. Cuando mi padre salió del sanatorio requirió atención las 24 horas. Le surgieron más problemas en la otra pierna y también debieron amputarle una parte más grande de la misma. Como requería mucha atención especializada también tuvimos que internarlo. Imagino que no es fácil sacar fuerza para seguir adelante. La gente que te rodea destaca tu alegría y entusiasmo pese a todo, ¿cuál es la fórmula? Siempre digo que nací positiva, que soy naturalmente positiva. Igual hubo días, como los que viví el año pasado, que no tenía ganas de nada; o me llamaban y me daban una mala noticia, y se me caían lágrimas en la sala de profesores del colegio. Mis compañeros me apoyaron y apuntalaron un montón. Todos tenemos en nuestras historias cosas de las buenas y de las otras… Esta es una historia también de fe. Mi formación cristiana ayuda mucho, y la gente de mi entorno también. Hay veces que no tenés fuerza y la sacás de algún lado. Creo que es María Auxiliadora la que ayuda, porque creo mucho en Ella. Además, tengo una familia hermosa que siempre está unida en estos momentos y mi compañero de vida, con quien nos elegimos, también es clave. Y tus alumnos, en este contexto de aislamiento y con todo esto que te ha pasado, ¿te han ayudado? Han sido una ayuda enorme. Realmente hay cosas, como todas las que te conté, que no se pueden comprar, y son un regalo. Un alumno me dijo por interno, tras una clase

virtual, "nunca pensé que te iba a decir esto teacher, pero quiero ir al liceo, extraño a mis compañeros". Un día les pregunté si extrañaban ir al shopping, comprarse unos cham­ piones, y me dijeron que no, y entonces indagué más sobre qué cosas extrañaron y no se pueden comprar, y respondie­ ron que el beso de sus abuelos, el abrazo de sus amigos. Y comentamos que esas cosas que no se pueden comprar son las que podemos rescatar de esta cuarentena. Yo daría toda la plata del mundo por poder abrazar a mi mamá el día de su cumple, estar con ella. En mis 46 años es la primera vez que no pasé su cumple con ella. Pero sé que así la protejo. ¿Veo que disfrutás mucho que los gurises se abran contigo? Sin duda. Ellos me llenan de energía al punto que, en las celebraciones del colegio, bailo con ellos, festejo, soy una más, y eso me lo devuelven. Me he encontrado con ellos después del cole, y me gritan en la calle “Teacher”, y los veo con sus hijos. Eso me reconforta. ¿Cambiarías algo de tu vida tras haber pasado todo esto? No, para nada. Vivo el presente, aprendo de lo que me pasa. Vivo el día a día. No me quejo. Tampoco me parece bien los que le achacan la culpa de todo a Dios. Él fomenta el libre albedrío, así que me hago cargo de lo que me pasa, de lo que hago, tanto lo que me sale bien, como lo otro. Es claro que la enfermedad no la quiere nadie, pero no cam­ bio a mis padres por nada. Han sido siempre maravillosos, un ejemplo para sus hijos, y nos inculcaron vivir con alegría. A pesar de todo, no concibo vivir la vida sin alegría, esa es la única forma. El ser positivo, también ayuda a las perso­ nas enfermas, que, al percibir esa onda, en algo, mejoran.

Perfil María Andrea Alexandre Varela. 46 años. Nacida y criada en Las Piedras, Canelones. Casada hace 23 años con un docente de Informática. Tiene un hijo de 22 años que estudia Derecho. Cursó inicial, primaria y secundaria en el Colegio y Liceo San Isidro. Es docente de Inglés hace 25 años. Trabaja en el Colegio y Liceo San Isidro hace 11 años, en el Anglo y en el Liceo público nocturno de Las Piedras. Es aficionada a los deportes, en especial a la natación. 27


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

Espacio de Cuidados y Educación para hijos e hijas de estudiantes María Auxiliadora Este proyecto comenzó el 25 de mayo del año 2018 con el objetivo de brindar una red de cuidados para niños y niñas cuyos adultos responsables desean culminar ense­ ñanza media básica o superior y no tienen con quién dejarlos. Desde un principio la creación del Espacio implicó superar varios desafíos. Los impulsores de la iniciativa debieron recorrer las diferentes instituciones educativas de la ciudad de Canelones informando sobre la propuesta, tratando de adherir a interesados que se encontraban totalmente desvinculados de lo educativo por no disponer de redes comunitarias ni familiares que cuidaran de sus hijos e hijas. Muchas veces se tuvo que asistir a diferentes barrios para generar un vínculo cara a cara con las familias y suscitar las ganas de volver a estudiar. También para presentar al colegio como un lugar seguro y confiable donde dejar a sus niños y niñas. El horario del servicio fue una novedad, ya que las puertas del Espacio se abren a las 17:30 y se cierran 21:30, repre­ sentando una franja horaria atípica de trabajo con niños

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en una institución educativa. Es por esto que, si bien el foco de la propuesta presentada por el colegio fue brindar condiciones para lograr un óptimo desarrollo en los niños y niñas, también se apunta a crear un lugar acogedor, familiar, que represente un lugar seguro y de cuidado tanto para ellos como para sus familias. Desde nuestro carisma salesiano tratamos de generar un clima caracteri­ zado por la alegría, la confianza y la familiaridad, que suscite en los niños y niñas el sentimiento de ser acogidos, importantes y protegidos, permitiéndoles desarrollar diferentes potencialidades y adquirir herramientas útiles para los tiempos en que vivimos. Actualmente trabajan con 30 niños que tienen entre tres meses y siete años de edad, y con 18 estudiantes, mujeres y madres de estos, de entre 17 y 34 años. Además de la tarea diaria con los niños, se trabaja con sus madres en diferentes áreas, ya que para todas ellas es muy difícil sostener un trayecto educativo debido a las diferentes problemáticas que atraviesan (familiares, económicas, de traslado debido a que algunas viven a más de 20km de la ciudad, etc).


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Acciones realizadas con las mamás Basándose en la dimensión asistencial de Don Bosco, que supone proporcionarles a los jóvenes “aquello que les falta” ya que si carecen de eso no podrán estar dispuestos a una intervención educativa, es que se despliegan dife­ rentes acciones con entes públicos así como con diferen­ tes miembros de la comunidad, para conseguir donacio­ nes de ropa, pañales, artículos de higiene, merienda y cena para los niños y sus familias, y traslados diarios para algunas madres y sus hijos. Se realizan diferentes talleres sobre temáticas tales como: pautas de crianza, límites, alimentación saludable, igual­ dad de género, entre otros, brindándoles herramientas en cuanto a la crianza de sus hijos e hijas. 30

Además se efectúa un trabajo personalizado con las estu­ diantes. Como educadores salesianos buscan en el trabajo cotidiano con las jóvenes elevar su autoestima y la con­ fianza en sus habilidades y potencialidades, creando condiciones positivas y motivadoras para que puedan visualizar su proyecto formativo, comunitario y personal. Desde este Espacio se promueve el trabajo en equipo con las diferentes instituciones educativas a las que asisten las jóvenes, para dar un conocimiento integral de sus realida­ des y poder crear diferentes propuestas educativas según sus posibilidades.


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


28 de junio

POR MÁS INFORMACIÓN: 099 053 288


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