Boletín Salesiano Uruguay Diciembre

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URUGUAY / Tercera época / Año XLI / Nº 10 / Diciembre 2019 / www.issuu.com/bsuru

Christian Caraballo

Jose na Plá

“No se puede escribir de la paz sin haber estado en una `guerra´”

“Dupliquemos nuestros tiempos de reexión y achiquemos nuestros tiempos de juicios”


SUMARIO PÁG. 3 CARTA DEL DIRECTOR ¡Me tomo unos mates… y estoy en paz!

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FAMILIA EN OBRA Dr. Andrés Puchiele “Construir la paz”

MÁS HUMANOS, MÁS FELICES Ping Pong a Guillermo Gutiérrez y Natasha

¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL! María Eugenia Larminy Oratorio “Sociedad de la Alegría”: una casa para todos

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SINTONIZANDO CON DON BOSCO Don Ángel Fernández Artime "Dios también nace entre los niños 'diferentemente hábiles” de Agartala”

PÁG. 12 VALE LA PENA VIVIR ASÍ Christian Caraballo “No se puede escribir de la paz sin haber estado en una `guerra´”

PÁG. 16 CON NOMBRE Y APELLIDO Josefina Plá “Dupliquemos nuestros tiempos de reflexión y achiquemos nuestros tiempos de juicios”

PÁG. 23 ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO P. Francisco Lezama sdb “Noche de paz”

PÁG. 22 GALERÍA DE FACEBOOK Y TWITTER

PÁG. 29 SABOR A BUENAS NOCHES P. Adrián García sdb “El fruto de los hombres buenos”

PAG. 21 SINTONIZANDO CON DON BOSCO Madre Yvonne Reungoat fma “Educarnos y educar a la paz”

PÁG. 30 PÁG. 32

PÁG. 24 AQUÍ Y AHORA Al encuentro del que piensa diferente

UNA MANO AMIGA Una mano amiga Caif “Padre Pancho”: nuevos espacios “tangibles” para exteriorizar lo “intangible”

DEL ÁRBOL SALESIANO P. Gabriel Barillari sdb El perdón como camino de pacificación: “Un encuentro con alguien que nos ama”

PÁG. 35 GALERÍA DE INSTAGRAM

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sergio Álvarez sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca

Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Dr. Andrés Puchiele.

Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286

Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Juan José Malvárez, Nicolás Vilche, y Ramiro Pisabarro. Fotografía: Sebastián Andión, Sofía Cayota, de ANS, Pixabay y fotos de archivo. Corrección: Graciela Rodríguez

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy


P. Sergio Álvarez sdb

CARTADELDIRECTOR

¡Me tomo unos mates y estoy en paz! Qué buen compañero tenemos los uruguayos en el mate. Hacemos pausas, repensamos las cosas. No sé bien con qué, pero con algo nos reencontramos… ¡será la uruguayidad! Quienes nos hablan de PAZ en los espacios del Boletín Salesiano de este mes, nos hablan de algo que está muy en nuestro modo de ser uruguayos… y también de cómo, al igual que el mate, algunas realidades nuestras nos traen PAZ. Valoran lo que hacemos por la PAZ y lo que debemos asumir para mejorar. En este mes marcado por la Navidad con Jesús, y el Fin del Año, PAZ resuena en la sociedad, en la Familia Salesiana… ¡PAZ, PAZ, PAZ! Agradecidos por un año de encuentros humanizadores, a este Boletín ¡léelo, te vas a encontrar! En nombre del Equipo de Producción, ¡feliz Navidad y buen comienzo del año 2020! Un abrazo,

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ยกSร ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

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Una casa para todos

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Ser agente de cambio para los niños y jóvenes, pero también para sus familias y su entorno, es el objetivo que se ha planteado el Oratorio “Sociedad de la Alegría” que cumple 20 años de vida. Este espacio salesiano cada vez se involucra más y más en la realidad del asentamiento “La Carbonera” del barrio Colón, pretendiendo ser una segunda casa para todo aquel que lo desee. María Eugenia Larminy, que hace más de ocho años que anima en el oratorio y hoy forma parte del grupo coordinador, narra al BS cuál fue el proceso que llevó a que “Sociedad de la Alegría” sea una referencia para todos los vecinos y familias del barrio. 20 años de alegría El Oratorio “Sociedad de la Alegría” cumplió 20 años de existencia y se encuentra en el asentamiento “La Carbonera”. La propuesta es para niños y jóvenes de entre 2 y 20 años, aproximadamente. “Con aquellos que quieran, y se sientan maduros para hacerlo, se los invita a formar parte del grupo de animadores. Esto da un sentido de pertenencia no solo a nivel de los chiquilines, sino también de los animadores. Que el animador pueda ser tu vecino genera cosas que son muy positivas”, comenta Eugenia. Desde hace ya algunos años los animadores se pusieron como objetivo que los chiquilines del barrio que asisten al oratorio puedan sentir ese espacio y lugar como su segunda casa. Donde puedan valorar los materiales, las propuestas y, sobre todo, a sus compañeros. “Hoy, efectivamente, nos damos cuenta y sentimos que logramos el objetivo y los chiquilines sienten al oratorio como su casa, que valoran y quieren. Logramos que se dé un aprecio no solo al oratorio, sino a todo su entorno: los juguetes, los compañeros y los animadores. Realmente para ellos el oratorio es una segunda casa y lo sienten como tal”. Un lugar para la familia Una vez logrado el objetivo de hacer del oratorio una segunda casa, los animadores decidieron ir por más. No alcanzaba solo con que así lo entendieran los chiquilines, también tenía que pasar lo mismo con las familias. Decidieron, entonces, realizar distintas actividades para poder involucrarlas y que pudieran tener un sentimiento de pertenencia, donde vieran qué hacen sus hijos y con quiénes están. 6

En Semana Santa los animadores realizaron una misión para ir trabajando esta integración y el Jueves Santo visitaron las casas compartiendo unos fideos con tuco. “Queríamos que la familia se involucrara, pero sin perder lo que es nuestro centro, que son y serán siempre los chiquilines. El desafío estaba en poder vincular y unir a las dos partes. Entrar a las casas, ver su realidad y poder contar cómo es realmente el oratorio. Por ejemplo, muchos pensaban que a nosotros nos pagaban un sueldo, o que las donaciones nos llegan de arriba, desconociendo el sacrificio que esto implica y lo que cuesta poder hacer el campamento con los niños y jóvenes”, agrega Eugenia. El sábado siguiente, para reforzar aún más este vínculo que se estaba gestando, organizaron un bingo con las familias, y sucedió algo inesperado, porque muchas de las personas que se acercaron a la actividad no tenían ningún tipo de relación con el oratorio.


Eugenia comenta que el mensaje que siempre se trata de trasmitir es el de la compañía, el estar ahí para los demás: “Quedó nuestro contacto para poder estar en lo que se precise. Conociendo más su realidad podemos ver cómo ayudar en distintos aspectos. Nuestro apostolado se trata de estar a disposición de los demás. Con todo esto empezaron a valorar más y entender que el oratorio también es para ellos y que cualquier cosa que necesiten nosotros estamos para ellos. Hicimos mucho hincapié en eso y hoy se nota la diferencia”. La Carbonera Antes de integrarse al oratorio, para Eugenia el asentamiento “La Carbonera” era un lugar totalmente desconocido, a

pesar de vivir a unas cuadras de allí. La primera imagen le resultó muy impactante ya que era una realidad totalmente distinta dentro de su mismo barrio, un contexto totalmente ajeno donde la gente se mueve diferente y los códigos son otros. Sin embargo, pudo comprobar que había algo especial, donde los vecinos y su entorno tenían muchísimo para dar. “Ahí pude constatar esa frase de que si uno da le vuelve el doble, porque acá lo viví en carne propia. Tuvo y sigue teniendo mucho significado en mí. Una frase trillada, pero que se vuelve realidad, y tuve la suerte de poder vivirla y lo sigo haciendo cada vez que voy”. Muchos son los casos donde la realidad

económica e intrafamiliar no son las mejores, pero en el oratorio todo se transforma y siempre hay algo hermoso para dar, donde la carga negativa tiene un significado especial y se transforma en algo muy lindo y que brinda un amor inmenso. Poder ver que Dios está en cada niño y en cada gesto, mostrándose en lo sencillo, y eso es lo que se intenta trasmitir. “Dios es amor y desde ahí lo queremos dar a conocer. Muchos chiquilines por su realidad suelen tirarse abajo y nosotros buscamos dignificarlos, que sepan que ellos pueden aportar su granito de arena. Creer en mí, para poder creer en los otros, y después sí poder tener fe en algo que no conozco”, concluye Eugenia. 7


FAMILIAENOBRA

ConstruIr lA PAZ Hace un año y medio estaba en una zona de conflicto armado, en unas villas alrededor del lago Alberto. Íbamos 15 personas caminando en fila por un sendero muy angosto entre las montañas. La guía era una carta topográfica y una brújula. La verdad es que nunca supe a dónde íbamos, nunca entendí el mapa. Yo seguía a mis compañeros y bien a lo lejos se veía el agua del lago, y al otro lado, se asomaba la costa de Uganda. En la mochila iba todo lo que precisábamos para vivir, junto con el casco, el chaleco, el botiquín, y el resto del equipo. Había entrenado mucho, pero quizás no lo suficiente para caminar 10 horas en un te­ rreno desparejo con 25kg arriba.

tra presencia, con estar ahí. Eso les dio la confianza para volver des­ pués de varios meses a sus casas. Ya estaban pescando; cocinaban, jugaban, negociaban. Nos agradecían compartiendo la comida, con pescado y con fufu (pasta de mandioca). Nos pedían que no nos vaya­ mos, que así se sentían seguros. Nuestra tarea había finalizado y luego de 2 meses intensos retornamos a la base. Estuve 1 año viviendo en la República Democrática del Congo. Fui como médico del contingente militar uruguayo, en la Misión de Paz de Naciones Unidas en ese país. Cuando estaba terminando mi año de trabajo, surgió una última misión y quizás la más importante: nos mandaron al norte, Bunia, donde hubo muchos desplazados y era difícil saber lo que había pasado exactamente. Nos dijeron que había resurgido el conflicto de Ituri (conflicto armado entre los Hema y los Lendu, dos tribus que se disputan la tierra hace muchos años), y que debíamos averiguar que pasó, recorrer todas las villas, hablar con los locales, y de alguna forma parar ese conflicto. Quince años antes había pasado lo mismo y fueron los uruguayos los que detuvieron aquello. Por eso Naciones Unidas confiaba en nosotros otra vez. Somos especialmente conocidos en la resolución de estas situaciones, y por nuestra experiencia en Misión de Paz. Quizás es por nuestra forma de ser, pero somos muy parecidos a los africanos; en la forma de vivir, de disfrutar de las cosas, la familia, en la forma de festejar, de relacionarnos. En Naciones Unidas trabajé con personas de todo el mundo: Egipto, Senegal, Pakistán, Bangladesh, India, China, Marruecos, Tanzania, Guatemala, Ucrania, etc. Y sin embargo fuimos nosotros los elegidos para esa tarea. Un tiempo después, veo las cosas de otro lugar. Acá la guerra es distin­ ta. Hay otro tipo de violencia. Los muertos también los veo, pero en las noticias. Los conflictos armados existen y son en los barrios margi­ nales. Y parece que aun no hay solución. O quizás todavía no hemos empezado a caminar por esos senderos. Especialmente en esta época electoral, en la que por momentos pare­ ce no importara el fondo del asunto, es necesaria la unidad, pensar de forma común. Es necesario priorizar el objetivo en construir en comu­ nidad con ideas conjuntas, más allá de partidos, de colores que nos separen.

Cuando llegamos a la costa, la escena era devastadora, como una película de terror. Todas las casas estaban quemadas y el techo de paja desaparecido. En la escuela estaba todo revuelto: los bancos en el piso, los cuadernos tirados. El pizarrón tenía el examen del primer semestre y la fecha 3/2/2018. Por la playa estaba lo peor, había muchos cadáveres con heridas pro­ ducidas por armas de fuego, flechas, algunos quemados. Hombres, mujeres, niños y ancianos. No había nadie más en el pueblo. Vivimos allí una semana. Nuestra tarea era que los pobladores retor­ nen a sus casas. Y para resumirla, eso fue lo que pasó. Sólo con nues­ 8

Por otro lado, es difícil abstraerse y ver todo lo que está pasando desde un punto de vista más alentador. Capaz esta­ mos cargando la misma mochila pesada, por un sendero perdido con un mapa y una brújula, sin tener idea cómo va a ser el final de la historia. ¿No deberíamos confiar un Dr. Andrés Puchiele poco?


SINTONIZANDO CONDONBOSCO P. Ángel Fernández Artime / Rector Mayor de los SDB

DIOS TAMBIÉN NACE ENTRE LOS NIÑOS 'DIFERENTEMENTE HÁBILES' DE AGARTALA Feliz Navidad para todos ustedes, amigos del Boletín Salesiano y del carisma de Don Bosco. Cuando les estoy escribiendo este saludo he llegado, hace pocas horas, de mi visita a Nepal y a la Provincia Salesiana de Shillong, en el bellísimo nordeste de la India. Allí me he encontrado con mis hermanos Sale­ sianos y laicos, con miembros de la Familia Salesiana, con nuestras hermanas FMA, y con nuestras Hermanas Misioneras de María Auxi­ lio de los Cristianos. Nuestras hermanas en Agartala prestan su servicio en un centro para niños, niñas, adolescentes y jóvenes 'diferente­ mente hábiles'. Cautivaron totalmente mi atención cuando en la Eucaristía de aquel día estaban en los prime­ ros bancos de la Iglesia unos 45 de estos chicos y chicas sordomudos, y cantaban todas las canciones con los signos propios de su lengua­ je de signos, siguiendo a la Hermana que fren­ te a ellos les iba diciendo la letra con signos. Me conmovía ver cómo cantaban con sus signos, su atención y concentración, sus expre­ siones de felicidad. Y oré con fe. Oré con ellos y por ellos. A la mañana siguiente pudimos visitarlos en su casa, el Centro de Rehabilitación Mons. Fer­ nando de Agartala, en el Estado de Shillong (India). Allí atienden a 150 chicos y chicas de la región de Tripura. De entre todos ellos unos 62 viven en la casa con las Hermanas. En la visita nos ofrecieron la tradicional danza “Hojagiri”. Impresionante verles a todos bailar y danzar al ritmo de una música que ellos no “oyen” como nosotros, pero sí escuchan muy bien con su sensibilidad. Otra joven gimnasta nos sorpren­ dió con su alto nivel. Y lo más hermoso era su sensibilidad, su alegría, su sonrisa, sus expre­ siones de agradecimiento con su lenguaje de signos, su oración por nosotros. Y pensaba en esos pequeños milagros que se producen. Se capacitan. Están felices. Se prepa­ ran para la vida. Varios de sus compañeros, que les precedieron años antes, han terminado sus estudios en la Universidad. Y en todo

momento sentía en aquella casa la presencia del Señor, la fraternidad de las hermanas que se vuelve donación y servicio. La alegría de esos niños, niñas y adolescentes agradecidos al Señor y a lo que están recibiendo en la vida. Y yo contemplaba, observaba y agradecía en lo profundo de mi corazón. Y es que, una vez más, he podido constatar, como antes en Nepal, o en Siliguri, que Dios sigue escribiendo hermosas historias de vida en las que Él se hace presente, Él nace en tantos corazones. Aprendí algunos signos en esas horas. Los suficientes para saludarlos, para decirles que me había gustado, para darles las gracias. Y me sentía bien. Y sentía que debíamos agradecer al Señor por el Don de Don Bosco y de esta, su Familia Salesiana, porque en ella todos suma­ mos, aunque sea un poquito, pero todo es para el bien.

Por eso, en esta Navidad proclamo de nuevo que el Señor se hace presente entre todos nosotros (seamos conscientes o no tanto), y se hace Vida, ante todo, entre los más humildes y sencillos, como los niños y niñas de Agartala. Prometí a estos niños y niñas, con signos, que rezaría por ellos y pediría a otras personas hacerlo. Y lo agradecían, su mirada lo decía todo, y su sonrisa llegaba muy adentro. Es Navidad amigos. Es tiempo de Salvación, hoy y siempre, pero lo hacemos evocación y Vida de modo especial en este momento. Junto a los niños y niñas diferentemente hábi­ les de Agartala deseémonos una Feliz Navidad, feliz nacimiento del niño Dios, Amor para todos nosotros. Con afecto, Feliz Navidad.

Y con esta página quiero hacer visible ante ustedes, queridos amigos y amigas, esos pequeños, aunque grandes, 'milagros' educati­ vos y de Historia de Salvación.

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30 años | Coordinador pastoral en Salesianas de Las Piedras, Coordinador de Educación de las Hijas de María Auxiliadora. Vive en Las Piedras con su madre y está de novio hace 4 años con Valentina. ¿Qué te hace feliz? Los encuentros sencillos con los gurises y con amigos, las charlas y las anécdotas que van de lo emocionante a las risas. Los tiempos de misión, apostolados, el sentir que puedo crecer acompañando a otros en su crecimiento. Viajar también es algo que me hace muy feliz. Se me aprieta el corazón cuando... Siento que alguien es víctima de una injusticia y no puedo hacer nada para darle una mano. ¿Cuál es tu mayor miedo? Herir a las personas que quiero y no poder reconocerlo. ¿Qué hacés cuando alguien no te cae bien, pero tenés que interactuar igual? Intento pensar en lo que pueda estar pasando esa persona, o qué es lo que me está molestando de ella para poder establecer igual un víncu­ lo. Todavía no lo hice, pero me gustaría... Formar una familia con Vale. Vivir en Canelón Chico. ¿Cuál es tu mayor orgullo? Que algunos exalumnos, después de muchos años, valoren alguna palabra, charla o experiencia compartida como algo significativo que marcó sus vidas. También que mis ahijadas/os de Bau­ tismo y de Confirmación me hayan elegido padrino. Estar trabajando en el colegio que me vio crecer y que es mi casa. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Mi Confirmación, que fue una conversión que me abrió a un discernimiento de mi vocación y me mantuvo durante muchos años en búsqueda de lo qué era lo que Dios tenía preparado para mi vida. Las JMJ en las que participé, el camino de Santiago, el bicentenario de Don Bosco donde conocí a Vale, la posibilidad de tomar la palabra por los jóvenes en Naciones Unidas. ¿A quién admirás? Hay algunos personajes históricos como Salvador Allende, otros desde la fe como Don Bosco, Maín, y personas más cercanas como la Hna. Gloria o la Hna. Laura, pero creo que haciendo síntesis admiro a aquellas personas que han logrado jugársela por entero por lo que creen y que su actuar está en línea con el bien en favor de los demás. ¿Qué te cuesta entender? Me cuesta entender las fronteras, las divisiones, que si tuviste la suerte de nacer unos metros al norte o unos metros al sur tu vida va a estar marcada por más o menos oportunidades. Lo que más me gusta de Uruguay es... La sencillez, la cercanía, ser un país bastante tranquilo. Me gusta mucho el respeto a la demo­ cracia, que se luche por la representatividad de todos y que en el Parlamento no te encuentres solo profesionales universitarios o solo hombres. Lo que menos me gusta de Uruguay es... Qué nos falta cultivar mucho más aún la memoria sobre nuestro pasado reciente, no para mirar siempre para atrás, pero sí para aprender y seguir creciendo. 10

¿Qué música escuchás? En lo cotidiano escucho de todo, lo que esté en la radio; si elijo voy primero por Serrat. Si puedo ir a escuchar en vivo me gusta mucho la música clásica. En el lugar donde te movés, ¿cómo podés contribuir a generar un ambiente de paz? Con las relaciones que se establecen en lo cotidiano; relaciones fraternas y frontales son garantía de un ambiente de paz. Reconocien­ do al otro desde lo valioso que es. Evitar los comentarios que “no suman”, pensar antes de hablar y actuar para no herir. Intentar siempre ser fiel a lo que creo y siento, pero sin percibir que lo mío vale más que lo del otro. ¿Qué cosas te dan paz? Sentir que di lo mejor de mí, que hice todo lo que podía hacer en cada momento, que no me guardé nada, que no fui egoísta. Una tarde en Aguas Blancas, en el pasto, charlan­ do, eso me da mucha paz.


Natasha 27 años |Trabaja en el Peal 5 de Barrido del municipio CH. Va a hacer Bachillerato el próximo año en la UTU ¿Qué te hace feliz? El progreso educativo y social. Cuando ingresé a Tacurú estaba en una situación, y ahora estoy saliendo adelante. Y también las oportunida­ des que se me van dando. Se me aprieta el corazón cuando... Cuando reconozco los logros que estoy teniendo después de salir de la calle, de la prostitución. Darme cuenta que ahora estoy incluida en la sociedad. ¿Cuál es tu mayor miedo? Perder todo lo que he logrado. ¿Qué hacés cuando alguien no te cae bien, pero tenés que interac­ tuar igual? Interactúo, ja, ja. Me pasa cotidianamente en el trabajo. Trato de no prejuzgar, de conocer más a la persona. Evito ver lo que no me gusta y sigo adelante. Todavía no lo hice, pero me gustaría... Ser educadora y concluir los estudios para eso. ¿Cuál es tu mayor orgullo? Mi empeño en prosperar, avanzar y en ser yo. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Cuando estuve privada de mi libertad, como negativo. Y como positivo el haber entrado a Tacurú. Lo que más me gusta de Uruguay es... La rambla y el Parque Rodó. Lo que menos me gusta de Uruguay es... La situación que se está viviendo actualmente con la población vulne­ rable. Y por eso quiero emprender este camino de educadora social para, desde mi lugar y mi vivencia, poder contribuir a un cambio. ¿Qué música escuchás? De todo, me gusta Christina Aguilera y Michael Jackson, pero también me encanta la plena y el candombe. En el lugar donde te movés, ¿cómo podés contribuir a generar un ambiente de paz? Yo vivo en un refugio donde se sufren situaciones de violencia, y muchas veces soy la que media para que mis compañeras, que están en esa situación extrema, entren en diálogo y así llegar a un clima sereno y tranquilo. ¿Qué cosas te dan paz? Descansar, cuando me baño, me tomo unos mates, y es el momento en que estoy tranquila y relajada.

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VALELAPENAVIVIRASÍ

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CHRISTIAN CARABALLO ESCRIBE SOBRE LO QUE HA VIVIDO, PORQUE AHÍ ES DONDE ENCUENTRA LA INSPIRACIÓN

No se puede escribir de la paz sin haber estado en una `guerra´ Una simple palabra: “escribilo”, recibida en el momento oportuno, lo ayudó a contactar con un don que le permite dejar su “semilla”. Christian Caraballo tiene 40 años y conoció el carisma salesiano en la adolescen­ cia. Su vínculo con la Familia Salesiana, que considera propia, se afianzó en su paso por el Movimiento Tacurú y luego por el Instituto Benigno Paiva Irisarri donde encontró a Salesianos que le dieron nuevas oportunidades, y la posibili­ dad de librar con éxito sus propias batallas.

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¿Cómo te vinculaste a la Familia Salesiana? Tenía 12 o 13 años cuando empecé a ir al Colegio Pío. Mis herma­ nos ya iban al MAS. Pero empecé a afianzarme en el espíritu salesiano cuando arranqué a trabajar en Tacurú, allá por el 2002. Entonces estaban el Hermano Jope (José Pedro Araújo) y el Padre José Tejero.

¿Pusiste una semillita en esos gurises? Es así. A veces te los cruzás y te agradecen o te enterás que les está yendo bien y eso me llena de orgullo. El educador en el movi­ miento salesiano es clave porque apuntala y riega la semilla que considera adecuada, vemos la parte positiva y las potencialidades del gurí.

¿Qué empezaste haciendo? Era barrendero en el comunal 16, en la zona de General Luna y Agraciada. Después el Hermano Jope me propone ser cantonero, organizar las herramientas y demás. Acepté porque era mejor salario, y en ese entonces ya era padre de dos gurises. Fui evolucionando y me propusieron ser coordinador. Ahí trabajaba en el comunal 15 y me fue bien. Después pasé a un cantón más grande con Sole, con quien coordinábamos el cantón 1 y 16. Paralelamente fui coordinador de la escuela de deportes de Tacu­ rú, junto con el Padre José Pérez y Sergio Caraballo. Lo bueno de eso es que logramos cumplir el sueño del Padre Tejero, que era ganar el premio del Fair Play, porque La Luz Tacu‐ rú tenía fama de ser gente guerrera, y eso fue una caricia al alma para la institución y para nosotros. Visto a la distancia fueron años bárbaros, inolvidables. En ese momento no me di cuenta de eso, y podría haber aprovechado la experiencia mucho más.

Luego de un tiempo desvinculado de las obras salesianas en que trabajaste en una curtiembre, ¿volviste a vincularte con los salesianos? Sí, eso fue en 2013. Las circunstancias de la vida y las malas deci­ siones me encontraron en Sarandí del Yí, y fui a pedir trabajo en el Paiva, donde estaba el Padre José Pérez, y me abrieron las puertas. En esa época conocí en un retiro al Padre Sergio Álvarez. En el campo si bien trabajás mucho, tenés tiempo para pensar sobre la vida, y entonces agarré una guitarra aunque no sabía tocar nada. Aprendí mirando videos en YouTube, y eso me impul­ só a escribir. Empecé a explotar lo que sabía que tenía, el expre­ sarme escribiendo. De chico escribía poemas para que un amigo se los diera a su novia. Mi vida siempre fue un torbellino, y esa estancia en el Paiva me ayudó a canalizar mi hiperactividad escribiendo. Sentí que con eso podía dejar mi semilla. Tengo una pila de papeles con cosas escritas, porque escribo, escribo y escribo, y no lo he pasado a la computadora.


Siento que tengo el don de la palabra. Cuando escribo me siento poderoso, fuerte ¿En qué has encontrado inspiración? En la vida. He escrito del amor, de la locura, del odio, de todos los sentimientos. Es lo que me viene. De repente siento ganas de escribir y me salen una chorrera de versos. Me nace. Después lo leo y capaz le cambio adjetivos porque están repetidos, y lo pulo. ¿Qué te genera a vos ese momento? Alegría, paz, es algo inexplicable lo que siento cuando escribo. Para describirlo, increíblemente, no encuentro las palabras. Hay gente que se encuentra pintando, cantando, tocando la guitarra. Siento que tengo el don de la palabra. Cuando escribo me siento poderoso, fuerte. Esto los jóvenes lo expresan en la vestimenta, en el tatuaje, en el corte de cabello, con su cuerpo, por ejemplo. De chico no lo detecté y nadie me ayudó con eso. Pero viví otras cosas, porque con 19 ya fui padre. Perdí cosas, pero gané otras, así es la vida. Igual me ayuda a escribir sobre determinadas cosas el haber vivido otras. He experimentado sentimientos que si no los hubiera atravesado, no podría escribir sobre ellos. No se

puede escribir de la paz sin haber estado en una guerra. Estuve deprimido mucho tiempo, y me llevó a equivocarme reite­ radas veces, pero de ahí saqué enseñanzas de vida. ¿Hacés como una terapia al escribir pequeñas narraciones? Escribir y tocar la guitarra te ayuda a canalizar todo lo malo que tenés adentro. En ese retiro que te comenté, el Padre Sergio me dijo que lo que no podía exteriorizar lo escribiera. Y eso despertó en mí el escribir. A mí me hace bien, y me hace bien ver que tengo facilidad, y que a la gente le gusta lo que escribo. Agradez­ co a los que me han ayudado y han visto mi potencialidad, como ser el Hermano Jope y el Padre José, que me han dado oportuni­ dades y me han valorado, y el padre Sergio, que con un simple “escribilo” me abrió la puerta a un mundo que no veía claro. Los que caímos alguna vez en alguna adicción sabemos lo que es tocar fondo, pero también que se puede salir y lograr paz con el apoyo de la familia, propia o adoptada, como en mi caso lo fue la salesiana.

Christian Carballo Tiene 40 años. Es padre de tres hijos: dos mujeres de 12 y 17, y un varón de 20 años. Trabaja como administrativo en el Minis­ terio del Interior. Actualmente vive en la zona del Paso Molino. Nació en el barrio Peñarol y su adolescen­ cia la vivió en Villa Colón, a la vuelta del Colegio Pío. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

“Dupliquemos nuestros tiempos de reflexión y achiquemos nuestros tiempos de juicios”

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Para Josefina Plá “hay que confiar en nosotros y en el otro” si se quiere la paz, y está convencida de que “los prejuicios y los miedos son nuestros peores consejeros”. “La convivencia es aceptarnos diversos”, afirma, y darnos cuenta de que en “millones de años” de historia, “nos tocó compartir el camino”. Asegura que “uno es feliz sirviendo a los demás”. La de Josefina es una historia de militancia social, amor al prójimo y compromiso por la paz. Hoy es una de las directoras de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH). ¿Qué entiende por paz? Lo primero que hago es releer el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, que celebramos con memoria muy viva en diciembre del año pasado. Llegó un momento en que los gobiernos entendieron que luego de una guerra de sufrimiento no era posible la sobrevivencia humana si no se llegaba a un acuerdo. La paz no era posible si no hacían un acuerdo de respeto a los DD.HH., a la dignidad de las personas. Veo los hechos de estos días (elecciones) y una se siente orgullo­ sa del país que tiene. Siempre hay que comprometerse. Mi reco­ mendación es que dupliquemos nuestros tiempos de reflexión y achiquemos nuestros tiempos de juicios. Sobre todo cuando muy atrevidamente juzgamos a otros solo por las palabras o por algu­ nos miedos que tenemos. Los prejuicios y los miedos son nues­ tros peores consejeros. Si queremos la paz, tenemos que confiar en nosotros y en el otro. Tenemos que poner lo mejor de nosotros para seguir avanzando en igualdad. Si bien Uruguay es el país más igualitario de un con­ tinente desigual, cuanto más achiquemos la brecha, más ganare­ mos en paz y convivencia. Construimos el nosotros en base al nosotros, y la convivencia es aceptarnos diversos y compartiendo una misma ciudad, país, proceso de vida. En millones de años nos tocó compartir el camino con los que hoy están en nuestras mis­ mas generaciones. Usted es abogada desde 1973, ¿de qué manera se puede poner el Derecho al servicio de la paz? El Derecho es una herramienta para poner reglas de convivencia, que siempre son acuerdos que hace una sociedad a través de sus legisladores y convenciones. Las normas no son siempre prohibi­ ciones o delimitaciones de algo mejor. La Convención de los DD.HH. estableció unas reglas mínimas que luego a lo largo de los años se fueron mejorando y conquistando. Para que los derechos sean efectivos es importante que haya garantías para su cumpli­ miento. El Poder Judicial es la garantía para los derechos indivi­ duales. Las instituciones para los DD.HH. se han creado para ser una garantía más. Hace cinco años que me tocó trabajar desde esa óptica, monitoreando el cumplimiento de los DD.HH., viendo las condiciones en que se vulneran y evitando que sea así, haciendo recomendaciones para que se cumplan. En período electoral, dada la prohibición —por el cargo en la INDDHH— de hacer política partidaria, me tocó una parte muy interesante: garantizar el voto a personas con discapacidad 18

motriz. Luego me tocó acompañar todo el proceso de reclamo del voto observado para poder votar en circuitos que les fueran accesibles. En octubre, lograda la ley, tuve que ver cómo se implementaba y qué dificultades presentaba, para mejorar deta­ llecitos. Eso es monitorear los DD.HH. en una cosa pequeñísima… pero va la vida porque para quien tiene una dificultad que le impide ejercer su derecho, le resulta fundamental hacerlo en condiciones accesibles. Ahí va lo de poner el Derecho al servicio de la paz. Yo ejercí la profesión durante años en consultorios barriales. Uno iba a luga­ res donde era difícil que llegara la Justicia, donde la distancia de los juzgados no se medía solo en kilómetros.

"Busquemos servir, acercarnos al otro, abrazar, y se llega a un final muy enriquecedor” Desde el año pasado que integra el Consejo Directivo de la Insti­ tución Nacional de Derechos Humanos, ¿qué visión tiene de la sociedad uruguaya en este sentido? De la sociedad uruguaya una se siente orgullosa. Yo tengo 71 años y solo viví una pérdida de Estado de Derecho. Eso ha sido de mucho sufrimiento y aún hoy, a tantos años, seguimos sufriendo el dolor de no conocer la verdad y la justicia. Esa es una situación que nos preocupa. En cambio, estamos contentos con todo el proceso electoral. Siempre es enriquecedora la participación, el relacionamiento con el Estado y la sociedad civil. Nos importa mucho poder moni­ torear las condiciones que nos ha otorgado la ley en varios ámbi­ tos. De eso se trata: nuestro principal objetivo es proteger, pro­ mover y defender los DD.HH.... Hoy la convivencia se ve desafia­ da aún más porque estamos en un período de mucha inmigra­ ción. Es fundamental que todo inmigrante se sienta bien recibido, como a nosotros nos gustaría serlo. Ellos no vienen a competir; nos enriquecemos con otras culturas e historias, y sufrimos con ellos el dolor que los motivó a cambiarse.


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A lo largo de su vida usted ha participado en numerosas causas sociales, ¿cuál es su motivación? Uno es feliz sirviendo a los demás. Uno siempre va viviendo la vida como se le presenta, con mucha sorpresa, pero con la mira­ da bien fija en hacerla abundante. La paz: ¿posible o imposible de lograr? Es necesario plantearlo como un objetivo a conquistar. Como las utopías que sirven para ir marcando el rumbo. No es fácil lograr la paz absoluta, pero siempre decimos que queremos la paz de una sociedad integrada y que logró diálogo con la justicia. Habla­ mos de una paz conquistada y valiosamente valorada, porque es un esfuerzo de todos.

"Uno siempre va viviendo la vida como se le presenta, con mucha sorpresa, pero con la mirada bien fija en hacerla abundante”

puede imponer, el perdón es algo que se construye. Pienso en la labor que hace la Asociación de Familiares y Víctimas de la Delin­ cuencia (ASFAVIDE) y su presidenta Graciela Barrera, quien al perder a su hijo en una rapiña empezó a ir a las cárceles para lograr entender, y luchar para que su historia no se repita. Ha logrado un trabajo riquísimo de enfoque de tema, participando con los que de alguna manera causaron esas situaciones. Todas las personas pueden empezar una página nueva en su vida, pero cuando alguien les da espacio para eso. Si cortamos el vínculo es muy difícil construir esa sociedad con mucha integra­ ción y respeto que queremos. Pero lo primero es reconocer lo hecho y el daño causado al otro. ¿Por qué vale la pena luchar por la paz y los DD.HH.? La Declaración Universal de los DD.HH. dice en su artículo prime­ ro que todos, dotados de igual dignidad, tenemos que tratarnos unos a otros fraternalmente. Todos buscamos que nuestras vidas tengan sentido. Cuando el dolor se atraviesa, llegamos a la plenitud, a la aurora, al amane­ cer. Busquemos servir, acercarnos al otro, abrazar, y se llega a un final muy enriquecedor.

FICHA PERSONAL Josefina Plá se graduó en la Facultad de Derecho en 1973, cuando ocurría en el país el golpe de Estado.

El 20 de noviembre se conmemoraron 30 años de la Convención para los Derechos del Niño. ¿Uruguay tiene debes en esta materia? Sin duda. Tenemos varias líneas para seguir desarrollando, por­ que los niños deberían ser más escuchados. Hay una cantidad en condiciones vulnerables que requieren una protección especial. Hay que guiar esas condiciones a que sean de plenitud, desarro­ llo e integración social. Vinculado con esto hay un todo muy com­ plejo en torno a los niños, niñas y adolescentes. Estas condicio­ nes las tenemos que atender en el contexto donde nacen, apo­ yando a las familias a ayudarlos a crecer y contenerlos. Es muy preocupante el tema de la medicalización, porque no es una solución adecuada acallar a los menores con efectos que puedan durar mucho tiempo después. A veces es un desafío para los docentes encontrarse con niños con distintas actitudes y posibilidades que en el fondo de los fondos requieren abrazos, atención y mucho cariño para seguir adelante. La INDDHH creó un grupo de trabajo sobre el tema. Perdón, justicia y paz: ¿cómo se relacionan estos conceptos? La justicia siempre es una condición que facilita la paz. Cuando hay situaciones de injusticia o no resueltas, la paz puede estar amenazada. El concepto del perdón es de otra dimensión ética. El hecho de perdonar no elimina la necesidad de la justicia. Importa y allana los caminos de diálogo, pero no basta con ello. Nadie lo 20

Sus primeras prácticas en la defensa legal fueron con los tra­ bajadores despedidos por el decreto 518/73, que definió como notoria mala conducta la huelga en contra del golpe. Trabajó desde la Parroquia Santa Gema, instalándose en el barrio Flor de Maroñas en 1977. Asesoró a la Obra Padre Cacho en la zona de Casavalle por 10 años; fue una de las fundadoras del Servicio Paz y Justicia del Uruguay y abogada de muchos que no hubieran tenido la oportunidad de una defensa legal. En 1995 fue observadora de las elecciones en Haití por desig­ nación de la Organización de Estados Americanos. Adoptó a los tres hijos menores de 10 hermanos huérfanos tras la muerte de su madre. Fue así que fue madre a los 60 años, tras culminar el proceso de adopción. En 2015 la Junta Departamental de Montevideo reconoció su trayectoria al distinguirla con el premio “Montevideanas”. También su compromiso con temas de discapacidad le valió el premio “Eslabón Solidario”, que le fue otorgado en 2009 por la Comisión Nacional Honoraria de Discapacidad.


SINTONIZANDO CONDONBOSCO Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

EDUCARNOS Y EDUCAR A LA PAZ Queridos amigos de la Familia Salesiana de Uruguay: El Papa Francisco en el mensaje de la Jorna­ da Mundial para la Paz de 2017 decía: todos podemos ser artesanos de paz. Mi pensamiento se dirige a Valdocco y Mor­ nese, donde el compromiso de educar al valor de la paz era un elemento esencial en la misión educativa, entendida como obra de misericordia en la que ofrecer a los jóve­ nes la certeza de que Dios los ama. El Siste­ ma Preventivo está todo basado en la con­ vicción de que en cada joven existe al menos un punto accesible al bien, una cuer­ da para hacer vibrar, que abra su corazón a la bondad. Don Bosco estaba convencido de que era necesario partir de los jóvenes para regenerar la sociedad y deseaba que todas las mañanas se rezara por "la paz en casa”, convencido de que en la educación es nece­ sario promover un clima adecuado para formar "buenos cristianos y honrados ciuda­ danos”. Él, de carácter pronto y por nada pacífico, aprendió de joven clérigo, el valor de la no violencia. "Tu fuerza me da miedo", le dijo un día su amigo Comollo (MB I 337).

Don Bosco no olvidó la lección de este amigo apacible y humilde. Quiso ser un padre y amigo de todos los jóvenes y lo fue hasta el final de la vida. También Madre Mazzarello debía hacerse violencia para controlar su impaciencia, pero comprendió que la forma más eficaz era cuidar las relaciones entre las hermanas y las jóvenes en un "clima familiar" animado por la presencia de María Auxiliadora. Reco­ nocía que este clima era la base de las rela­ ciones de serenidad y paz, presupuesto indispensable para favorecer la participa­ ción y la corresponsabilidad también entre las chicas. Tenemos en María y en nuestros Fundado­ res testimonios creíbles de la paz, entendida como cultura de la no violencia y, en positi­ vo, del amor donado y transmitido a los jóvenes. Siguiendo su ejemplo queremos ponernos en camino con el espíritu de los discípulos de Jesús que aprenden cada día a respetase en sus diferencias buscando, a

DEOTROSLARES Venezuela | Los Salesianos apuestan por la educación a pesar de la emergencia que vive el país La crisis económica, social y política que está viviendo Venezuela en los últimos años la está sufriendo con mayor fuerza la población más vulnerable. La Iglesia, ante tal emergencia, busca soluciones y desde hace algún tiempo los Salesianos y otras Congregaciones se preocupan por responder a esta contingencia dando "comida y entregando libros a los alumnos y a los profesores". La aportación concreta de los Salesianos de Don Bosco en Venezuela es la presencia en 18 obras escolares a nivel nacional, incluyendo educación primaria, educación media y centros de formación técnica. El servicio educativo está dirigido a niños y jóvenes, especialmente a los más pobres. Fuente: ANS

pesar de todo, la unidad y la comunión. Estamos llamados a ponernos en camino con los jóvenes no sólo para enseñarles algo, sino para aprender de ellos. Con cora­ zón "salesiano" debemos creer que en cada uno de ellos hay un "punto accesible al bien” que sostiene nuestro compromiso educativo a favor de la justicia, la paz, la integridad de la creación y de la defensa de la vida (cf. Actas CG XXIII, n. 63). Las expe­ riencias de voluntariado son para las/os jóvenes una excelente oportunidad para ayudarles a crecer en la capacidad de diálo­ go intercultural, a dejarse transformar en el encuentro con los más pobres, sintiéndose implicados en la construcción de una cultura de paz. Que este Adviento que iniciamos nos encuentre con ellos en camino, siendo arte­ sanos de paz, anunciadores del Reino.

México | Eric Ponce, el rapero que escapó de la violencia y cuida a la juventud en riesgo en Ciudad Juárez “Un error no te define. No permitas que te etiqueten”, es el mensaje de Eric Ponce, un joven de 32 años de Ciudad Juárez que compagina su pasión por la música (el rap) y la escritura con su trabajo dedicado a la infancia en riesgo. Su actual cargo de coordinador de Bachillerato de Segunda Oportunidad, Recaudación de Fondos y Diseño de Programas Educativos en una asociación de promoción juvenil era inimaginable para él cuando formaba parte de las pandillas, empuñaba armas, vio morir a familiares y amigos, consumió drogas y debió esconderse para no ser asesinado. Desde 2003 compone rap. La argumentación, la crítica social y la ética se han convertido en sus armas. Tiene tres álbumes publicados, una decena de vídeos en YouTube y está a punto de acabar un libro. Ahora es feliz y además un ejemplo de que es posible conseguir lo que uno se proponga. Fuente: ANS 21


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

z a P e d Noche

Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Lucas (2,1­14) proclamado en la Misa de Medianoche del 25 de diciembre, Solemnidad de la Na vidad del Señor. Creo que todos hemos escuchado alguna vez el famoso canto navideño “Noche de Paz”, un clásico de nuestras celebraciones de este empo. Fue declarado patrimonio intangible de la humanidad por la UNESCO, y la versión grabada por Bing Crosby es el tercer disco sencillo más vendido de la historia. Ha sido traducido a innumerables idiomas, y fue protagonista de la famosa “Tregua de Navidad”, cuando en 1914, en plena I Guerra Mundial, las tropas alemanas e inglesas comenzaron a cantarlo desde sus barricadas, cada bando en su lengua, y al escucharse provocaron un alto al fuego que rescató, en ese terrible contexto, la esencia de esta fiesta. Es interesante que la letra original, del sacerdote austríaco Joseph Mohr, se llama en alemán “S lle Nacht”, que quiere decir “noche silenciosa”. De hecho hay en el hebreo bíblico dos palabras para referirse a la paz. Una de ellas, el verbo shaqat, ene que ver con el silencio, y se usa para hablar de la paz tras la guerra: la erra hace silencio. Pero la palabra hebrea más conocida para referirse a la paz es shalom, y

significa mucho más que la ausencia de perturbaciones. Shalom es la plenitud de la vida, en la jus cia y el amor, y es el signo de la bendición de Dios, como dice el salmo 29: “El Señor bendice a su pueblo con la paz”. El bebé que nace en Belén es, efec vamente, el “príncipe de paz” (Is 9,5). Si lo pensamos fríamente, el entorno de la Navidad no es a simple vista muy pacífico: una muchacha que ene que dar a luz en un establo porque no hay otro lugar, un niño que ene que nacer entre animales, una familia que ene que pasar por esta situación lejos de los suyos, e incluso con un rey enloquecido dispuesto a matar niños por miedo a perder el poder. Sin embargo, las representaciones del pesebre siempre han resaltado la paz y la alegría en todos los personajes: ¡hasta los animales parecen transmi r esta serenidad! También nosotros, en el siglo XXI, muchas veces tenemos una vivencia de la Navidad un tanto alocada: la “bajada”, los cierres laborales o académicos, las despedidas, las compras, los fuegos ar ficiales, los conflictos familiares… ¡Qué bien nos viene echarle una

mirada al pesebre y susurrar el “Noche de Paz” para no perder de vista lo esencial! P. Francisco Lezama sdb

Al final del Evangelio de la Misa de Nochebuena escuchamos el canto que entona el coro de los ángeles en el campo de los pastores, y que nosotros seguimos cantando en la eucaris a: “Gloria a Dios en el cielo, y en la erra paz a los hombres que él quiere”. Este anuncio de los ángeles resume el misterio de la Navidad: el encuentro de lo divino con lo humano, el abrazo del cielo con la erra; un Dios cuya gloria consiste en que los seres humanos vivamos en shalom, en una paz que abunde en jus cia y verdad, en amor y alegría.

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AQUÍYAHORA

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Al encuentro del que piensa diferente En un año electoral cargado de mensajes de polarización que invadieron las redes sociales, en los días previos al balotaje se viralizaron dos imá­ genes que devolvieron la esperanza. La primera fue la de militantes del Frente Amplio y del Partido Nacional entonando juntos el Himno Nacio­ nal en la rambla del Parque Rodó, y la segunda un dibujo de dos niños fundiéndose en un tierno abrazo, cada uno con la bandera de su partido colgada al cuello. “Me sentí un poco saturado por los radicales que tendemos a ponernos con nuestras ideologías políticas (sobre todo en redes sociales), olvidán­ donos de que en todos los sectores hay gente muy capaz y con intencio­ nes de mejorar las cosas. Además, aunque pensemos distinto, seguimos siendo vecinos, parientes y amigos que van a seguir conviviendo en el mismo lugar, por los que sentimos cosas que van más allá del color que voten”, explicó al diario El País el dibujante Santiago Vecino, quien contó que le vino a la cabeza esa idea mientras corría por la rambla y sintió la necesidad de volcarla al papel sin imaginar que se reproduciría miles de veces. Ambas imágenes, símbolo de tolerancia, respeto e igualdad también llevan a un concepto muy importante y olvidado en tiempos de con­ frontación: la construcción de la paz. Nelson Villarreal, Director de la Secretaría de Derechos Humanos de Presidencia de la República, afirmó que “la paz no es algo estático sino que es dinámico, es un compromiso y tiene que estar basada en la solidaridad, en la justicia y en el respeto sino sería encubrimiento de desigualdades, de opresiones o de una perspectiva que no humaniza”. Desde su punto de vista, “la paz se consigue desde la sociedad generan­ do prácticas de encuentro con los diferentes, más allá de que haya contradicciones fuertes, evitando responder desde la violencia sea verbal, física o institucional”. 25


Pero Villarreal que también es filósofo y está diplomado en Ciencia Política le asigna un rol importante en la construcción de la paz al Estado que “tiene que garantizar el principio de igualdad y no discriminación”. De lo contrario, agregó, quedaría librada a la buena voluntad de las personas. “Es fundamental que exista proactividad de las personas, de los colectivos, de los gru­ pos intermedios, de las iglesias, de los sindi­ catos, de las empresas, de los medios de comunicación, de las redes, no entrando en la vorágine de la agresión” pero también ve necesario que exista un Estado de derecho que dé garantías de alcanzar esa paz. En ese sentido, le adjudicó al Estado la importancia de construir los marcos de negociación para que el conflicto legítimo entre visiones ideológicas distintas pueda encontrar siempre la resolución a través de la negociación. Se trata de seguir profundi­ zando puntos de encuentro, “de tender puentes sin que ello signifique estar de acuerdo en todo”. Por el contrario, el titular de la Secretaría de Derechos Humanos planteó que “no se debe tener miedo a la confrontación que se podrá expresar en discusiones fuertes, movilizaciones sociales o medidas que generen tensiones pero ello debe llevar a la negociación, al diálogo que permita encon­

trar un punto en común, que se pueda tran­ sitar la gestión del conflicto”. Para Villarreal el Estado de Derecho tiene como principio garantizar la pluralidad y diversidad de la sociedad y desde su condi­ ción de secular y laico no debería promover una visión que vaya más allá de dos o tres principios fundamentales como son los valores básicos republicanos de la igualdad, la libertad y las condiciones que permiten garantizar la libertad de las personas y el acceso a estado garantista de derecho. En ese sentido afirmó que si bien “se tiende a reducir lo político a la actividad partidaria, la tradición católica percibe la política como una acción por el bien común, toda actividad en favor de crear comunidad social es políti­ ca, luego los partidos políticos son los que tienen el rol de colectivizar las distintas visiones que puede haber, por tanto los partidos tienen que procesar en una visión de integralidad y colaboran canalizando, haciendo expresión de esas prácticas para que puedan encontrar el espacio de negocia­ ción, y son instrumentos de las institucio­ nes”. En un artículo que escribió para la revista Mundo Católico, desde su condición de tal explicaba que “la política debiera ayudar a hacer emerger lo mejor de las personas y

colectivos que constituyen la alteridad y diversidad social, sin perder la unidad de la comunidad humana concreta. Implica posi­ bilitar las condiciones que den dinamismo a procesos igualitarios que no anulen la singu­ laridad de las personas y colectivos, afirman­ do un sentido de la libertad como liberación para conquistar niveles de fraternidad y solidaridad humana en el hábitat común, que superen las situaciones de explotación, dominación y sumisión de las grandes mayo­ rías latinoamericanas. Esto en lo político solo es posible como ampliación democráti­ ca y legitimación republicana”. En ese artículo Villarreal citaba al Papa Fran­ cisco cuando habla de lo que implica ser persona católica en política y sostiene que “entrar en política significa apostar por la amistad social”, lo que Villarreal interpreta que significa “vernos como una Patria Gran­ de y no como la sumatoria conflictiva de países, apoyando el empoderamiento de los sectores postergados y en situación de vul­ nerabilidad”. Reeducarnos para la paz El sacerdote diocesano Daniel Martínez, Secretario Adjunto de la Conferencia Episco­ pal del Uruguay, afirmó que hay diferentes niveles de conquista de la paz: el personal, el social, el familiar, el internacional pero hay un elemento que es común a todos y es re aprender, re educarnos, hacer desaparecer la concepción de enemigo. “Normalmente tenemos contrincantes, personas que piensan distinto, ven distinta la realidad pero eso no los convierte en enemigos. Aprender a ser diferentes, a pen­ sar distinto, a convivir con la diferencia y a valorar la convivencia es el camino para conquistar la paz a nivel social y relacional”, indicó. Desde esa concepción se percibe que el distinto puede enriquecerme, tiene una mirada sobre la realidad que complementa la visión propia. “No se trata de relativizar la verdad sino de admitir que yo no la poseo totalmente y de enriquecernos con las mira­ das que cada uno tiene”, afirmó. Para Martínez educar para la diferencia implica “erradicar el temor al diferente” y

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Para conmemorar la Declaración de la Derechos Humanos por la Asamblea de las Naciones Unidas, del 10 de diciembre de 1958, la Secretaría de Derechos Humanos (SDH) viene llevando a cabo desde hace nueve años, las Mesas para la Paz, que se realizan en el marco una de serie de actividades bajo el lema: “Democracia es Derechos Humanos y Derechos Humanos son Democracia”, enmarcadas en el Mes de los Derechos Humanos. Desde 2016 estas mesas plantean un nuevo esquema que contiene la perspectiva del “Gobierno de Cercanía”. En este marco, la Secretaría de Derechos Humanos, su Consejo Directivo y las respectivas intendencias, convocan a organismos públicos, organizaciones civiles, representaciones diplomáticas y público en general a una instancia de encuentro, convivencia, diálogo y reflexión en torno a una mesa instalada en un espacio público. Para el secretario de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, Nelson Villarreal: “con esta actividad se busca instalar espacios de convivencia en los que se legitime el reconocimiento y respeto 'de' y 'con' los otros. Estas realizaciones tienden a fortalecer la dignidad de las personas”. En los últimos años, además, hemos agregado una feria sobre la temática de derechos en la que participarán distintas organizaciones públicas y de la sociedad civil, un taller sobre derechos en la ciudad, una mesa de diálogo con formato de conversatorio con referentes institucionales y público en general y actividades artísticas. “Encontrarse y hacer vivencial la interacción entre las personas y grupos de la sociedad civil y las autoridades apunta a que esas cercanías construyan democracia activa” afirmó Villarreal.

Nelson Villarreal

para ello plantea como algo fundamental a poner en práctica el diálogo para lo que es necesario estar convencido de las propias creencias. “No puedo dialogar desde la duda, estando convencido de lo que soy puedo argumentar al decir de san Pedro 'dar razón de mi esperanza', ser capaz de conver­ tir en argumentos, no pretender imponerla por la fuerza de que es mía sino dar mis razones para que el otro pueda descubrir ese aspecto de verdad, aprender a dialogar como instrumento de búsqueda de la ver­ dad”. Y dando un paso más invitó a conocer al que piensa distinto “generando la cercanía”. “Si considero que el 'enemigo' es tan humano como yo, también se cansa, transpira, san­ gra, busca la verdad y la justicia, aunque lo haga por un camino diferente al mío, será más fácil trabajar juntos, buscar espacios depende para servir juntos en la sociedad”, explicó.

Pbro. Daniel Martínez

Por último planteó la importancia de crecer en la humildad para dejarse ilustrar por quie­ nes ya han recorrido caminos de construcción de la paz. “Hay pueblos que han tenido que construir la paz, reconstruirse reconocerse 27


como nación después de guerras fratricidas, con el perdón, con las entrañas sangrando por ese dolor que experimentaron. Son una lec­ ción que nos invita a atrevernos también nosotros a recorrerlos”. Esta construcción de la paz no se logra de un día para el otro sino que implica poner en juego algunos valores. Villarreal apuntó a que los valores no son algo estático, por tanto desde su opinión se trata de encontrar el punto en común, reconocer las diferencias y poder transitar en una sociedad democrática de participación. “No solo pensar la sociedad en la representación sino en la diversidad partici­ pativa donde la deliberación y el intercambio de visiones enriquez­ can a toda la sociedad, (que haya) un diálogo que sea exigente, que pueda interpelar a la convivencia, y no pretenda imponer una visión homogénea de la manera de vivir que pueden ser nocivas para la construcción de una vida de paz”. Por su parte, Martínez aseguró que los valores a poner en práctica son los del Evangelio. “Si hay alguien que nos enseñó la paz es Él que

lleva por título 'el príncipe de la paz', que no vino a aplastar a sus enemigos, vino a hacerse de la misma carne, de la misma sangre de los que éramos enemigos de Dios al decir de San Pablo. Jesús es ese gran puente que Dios tiende entre la humanidad que se rebelaba contra Él y su amor que quería anular la distancia, esa encarnación culmina en la cruz, destruye en su cuerpo el muro de división, de discordia, de enemistad”. Bajando ese concepto a tierra, explicó que se trata entonces de practicar el diálogo, que viene ligado a la escucha ­sin la cual es impo­ sible dialogar­, y al encuentro personal –en el entendido de que no es posible lograrlo en una sociedad cuyos únicos vínculos son virtua­ les­. De ahí expresó la importancia de “buscar encontrarnos, cono­ cernos, buscar el encuentro real con las personas, con lo que sienten con lo que les duele, para después trabajar juntos, buscar juntos el bien por el cual queremos dar la vida, y buscar caminos alternativos que no sean ni 'mi idea' ni 'la del otro', sino ser capaces de explorar lo nuevo”.

Cómo se construye la paz según el Papa Francisco en cinco frases 1. “No es suficiente hablar de paz, se debe hacer la paz. Y quien habla solamente de paz y no hace la paz se contradice, y quien habla de paz y favorece la guerra, por ejemplo con la venta de armas, es un hipó­ crita". Diálogo con periodistas en el avión de regreso de Sarajevo, 6 de junio de 2015. 2. "La paz no es un producto industrial: la paz es un producto artesa­ nal. Se construye cada día con nuestro trabajo, con nuestra vida, con nuestro amor, con nuestra cercanía, con nuestro querernos mutua­ mente. ¿Entendido? ¡La paz se construye cada día!". Encuentro con niños en el Vaticano, 11 de mayo de 2015. 3. “No somos `ellos y yo´, somos `nosotros´. Queremos ser `noso­ tros´, para no destruir la patria, para no destruir el país. Vos sos musulmán, vos judío, vos ortodoxo, vos católico... pero somos `noso­ tros´. ¡Esto es construir la paz!". Encuentro con los jóvenes en Saraje­ vo, 6 de junio de 2015. 4. “La paz auténtica es trabajar para que todos encuentren solución a los problemas, a las necesidades, que tienen en su tierra, en su patria, en su familia, en su sociedad. Así se construye la paz ­como dije­ `artesanal´. Encuentro con niños en el Vaticano, 11 de mayo de 2015. 5. “Cada acción y cada gesto de ustedes hacia el prójimo puede cons­ truir la paz. El auténtico constructor de la paz es el que da el primer paso hacia el otro. Y esto no es debilidad, sino fuerza, la fuerza de la paz". Encuentro con niños en el Vaticano, 11 de mayo de 2015. 28

Miguel Pastorino


SABORABUENASNOCHES

EL FRUTO DE LOS HOMBRES BUENOS Sólo los hombres buenos viven todo un día. Nacen por la mañana, serenos ante el sol que se levanta; erguido desde el alma, con los pies más abajo que los zapatos; con la cara tranquila; con la mente educada a pensar: ¿qué es el camino?; ¿qué silencio es mejor?; ¿cuál es el grito?; ¿cuándo decir “no quiero”?; ¿cuándo aceptar lo inaudito?. ¿Por qué llorar de risa y reír en un llanto?, ¿por qué? Sólo los hombres buenos viven todo un día. Sólo los hombres buenos aguardan un instante; escuchan la verdad del que está enfrente, comparan su verdad con las verdades de cada humanidad que hace que exista. Sólo los hombres buenos tienen prisa en señalar el rumbo a la vertiente, para que cada sed sea apagada con el agua de todos los bautismos. Sólo los hombres buenos ponen su fe encima de las piedras, para que el mundo vea y sepa que la fe siempre es cúspide y puente en los abismos. Sólo los hombres buenos ignoran que lo son, cantan cuando el silencio aturde en el cerebro y cuando en primavera revienta el corazón de la semilla, y el sonido culto de las flores y el polen lanza su dulzor de vida, sólo los hombres buenos en silencio ponen en cada flor una sonrisa. Sólo el hombre que es bueno se desvela por ser mejor que él mismo cada día sin comparar lo bueno de los otros ni permitirse el lujo de ser guía.

Gracias a Dios en nuestro camino hemos de ir encontrando buenas personas, aquellas que solo con su forma de ser nos inspiran una profunda paz en el alma. Gente buena, que con su estilo de vivir, nos van inspirando lo trascendente de esta vida, lo que realmente es importante valorar. Personas que nos muestran que vale la pena vivir así.

P. Adrián García sdb

Quizás no son personas públicas, ni de lo bueno que hacen se sabe mucho. Trabajar por la paz, no consiste en la cantidad de obras buenas que hagas por los demás, sino ante todo ser “buena gente”, que implica vivir con humildad, sabiduría, y comprometerte, a veces hasta en silencio, a los cuatro vientos, en compartir lo bueno que Tata Dios viene haciendo en tu corazón. Que en esta próxima Navidad puedas arropar en tu vida el amor que Jesús te trae, para revestirte desde dentro, de las mejores virtudes, para seguir creciendo como buena persona y compartir esta bondad con aquellos que más te necesiten. Para esto todos hemos sido convocados: construir el pueblo de la paz.


DELÁRBOLSALESIANO

El perdón como camino de pacificación:

"Un encuentro con alguien que nos ama" Gabriel Barillari es Salesiano sacerdote desde hace 42 años. Ha pasado por varias casas salesianas y tiene vivos los recuerdos de su infancia en Juan Lacaze. Descen­ diente de italianos y con mucha gratitud por la vocación recibida, nos cuenta su pro­ pia experiencia de reconciliación y cómo vive hoy en día el poder llevar el amor de Dios a sus hermanos. 30


en ese lugar viví mi infancia en un ambiente salesiano y obrero, ya que mis padres eran trabajadores de la fábrica. El ambiente era salesiano por naturaleza: mis maestros, mis referentes, mis catequistas eran todos sale­ sianos, a su vez muy amigos de mi familia. ¿Qué significaba para vos la reconciliación? Era un momento imprescindible para poder tener paz. Imprescindible para poder vivir con alegría en el corazón. Nosotros nos acostumbramos a tener una reconciliación por semana. Todos los sábados en la tarde los alumnos del colegio íbamos al templo de la Parroquia y hacíamos un examen de con­ ciencia y nos reconciliábamos. Yo creo que lo principal en esto, es que nos iba formando en una conciencia moral entre lo que está bien y lo que está mal. Por encima de todo, nos ayudaba a tener la certeza de que Dios nos ama y nos perdona, esto es algo infinita­ mente consolador ya que es Él quién nos ofrece su perdón, quién sale a nuestro encuentro y nos ofrece vivir felices y en paz. Mirándolo desde tu ser sacerdotal ¿qué significa para vos poder ser instrumento para que llegue ese perdón? Para mí reconciliar, estar al servicio, acompa­ ñar y dar la certeza del perdón de Dios, es un gozo interior que no se compara con nada, sencillamente impagable. Mucha gente me ha dicho "usted me ha dado paz", y yo siempre digo lo mismo: “No soy yo, es el Señor quién te la da”.

¿Hace cuantos años sos sacerdote? Cuarenta y dos años. Me ordenaron el 9 de octubre de 1976, acá en la Iglesia de María Auxiliadora (Talleres Don Bosco). Son 42 años de vida sacerdotal, donde he tenido varias tareas y he vivido muy feliz. Honesta­ mente lo digo. ¿De dónde sos oriundo? Soy oriundo del mundo, porque soy hijo de italianos. Mi madre venía embarazada de mí desde Italia, después de la guerra. Mis padres iban para Argentina y nací ahí, pero luego se vinieron para Uruguay porque además teníamos familiares acá. Al llegar a Uruguay se establecieron en Juan Lacaze y

Hablabas de paz… ¿cómo la definís? Es muy difícil de describir. En primer lugar, diría que tu conciencia en el fondo te dice que estás bien con Dios, que si bien uno puede sentirse débil y pecador, en el fondo, te sentís perdonado, reconciliado. Esto te da seguridad y esa sensación de decir: "Yo puedo tener mis deficiencias, mis errores y pecados, pero sé que Dios ya borró todo, perdonó todo y me ama así como soy". Es como sentirse protegido de que no te están acusando de nada, de que no tenés por qué temer a nada ni a nadie. En definitiva, estar en paz es sinónimo de estar bien, es un signo de bienestar interior. Teniendo presente que cada vez es mayor la gente que dice "yo me confieso directa­ mente con Dios" ¿cómo se hace para llegar a estas personas? Puede que se confiesen con Dios, que delan­ te de Él le digan "yo estuve mal". Pero quién

te da la garantía de que estás realmente perdonado es el ministro, porque tú no estás viviendo tu fe solo, la vivís en comunidad, en Iglesia, en la familia de los hijos de Dios. De acuerdo con lo que ha querido Jesús, es que existan algunas personas que sean colabora­ doras, que en el nombre de Él, te digan "estás perdonado". Nadie de nosotros se puede atribuir el derecho a decir, "en nom­ bre de Dios yo te perdono". Jesús dijo "lo que ustedes desaten en la tierra, será desa­ tado en el cielo", es su mandato el que te da la posibilidad de decirle a alguien "en nom­ bre de Dios yo te perdono", nadie se puede atribuir eso, es el Señor el que te encomien­ da hacer ese servicio, en su nombre para tus hermanos. La gente muchas veces no sabe lo que significa, la importancia que tiene este sacramento, y el primer signo o síntoma del alejamiento de Dios, es abandonar el sacramento de la reconciliación. Es eso lo que tenemos que trabajar, porque el sacra­ mento no es simplemente venir y descargar pecados, es un encuentro con alguien que te ama, te recibe con los brazos abiertos, que conoce tu debilidad y quiere, por sobre todas las cosas, que vos tengas la alegría de ser hijo de Dios. Es el mismo Cristo que te sale a buscar, el que sale tras la oveja perdi­ da, luego nosotros respondemos. Entonces, es importante que tomemos conciencia de su importancia y lo vivamos como "un encuentro con alguien que nos ama". ¿Cuántas horas le dedicás a la confesión, a estar disponible? Todas las que puedo, de hecho, estoy acá en el despacho a disposición, y en las misas de los fines de semana estoy o trato de estar en la mayoría. Muchas veces son muchas horas dedicadas y no me pesan, ya que el ver la alegría en el rostro de alguien que se recon­ cilia con Dios, hace que todo valga la pena, es hermoso. ¿Qué le recomendarías a alguien que está alejado del sacramento o que directamente nunca se confesó? La reconciliación es unos de los mayores signos del amor de Dios hacia nosotros. Hasta que uno no siente el perdón, realmen­ te no experimenta el amor, porque justa­ mente ahí es donde uno dice: "A pesar de que me equivoqué, aun con eso me ama". Eso nos hace tener gratitud, porque nos enseña a amarnos tal como somos. Les diría que no se pierdan esa experiencia. 31


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

CAIF PADRE PANCHO :

nuevos espacios tangibles para exteriorizar lo intangible El 19 de diciembre la Obra Social Picapiedras de Melo (Cerro Largo) firmará un convenio con la Embajada de Japón que le permitirá hacer realidad un viejo anhelo: la ampliación y reforma del CAIF “Padre Pancho”. En el acto participarán el Padre Inspector, Alfonso Bauer sdb, el Embajador de Japón, así como los coordinadores de la Obra Social y la arquitecta que diseñó el proyecto.

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El proyecto arquitectónico diseñado por la Arquitecta Victoria Silva Goñi supone mucho más que una reorganización o creación de espacios y así lo explicita en la fundamentación de su pro­ puesta: “Consideramos que todo diseño arquitectónico es una herramienta para un cambio en la educación, hacia una enseñan­ za más consciente, enfocada en el bienestar y desarrollo del niño y de las personas que trabajan con ellos”. La Arquitecta considera que las modificaciones “tangibles” pro­ yectadas para el espacio físico “están dirigidas a poder manifestar emociones y sensaciones intangibles que serán más valiosas todavía que cualquier reforma edilicia”. “Apoyándonos en las neurociencias, la psicología y los planteos pedagógicos, llegamos

a resultados desde lo interdisciplinar, materializándolo en un proyecto de arquitectura”, puntualiza. EL ANTES Una de las necesidades edilicias prioritarias para el equipo docente del CAIF es contar con una sala de experiencias oportunas. "Al llegar a visitar el lugar nos dimos cuenta de que tenían un edificio fragmentado, con poca claridad a la hora de ingresar a sus distintos espacios y muy laberíntico”, manifiesta Silva Goñi. “Además senti­ mos que al ponernos a la altura de un niño de 2 años el lugar no nos transmitía motivación ni sentido de pertenencia”, destaca, al tiempo que aclara que “sin embargo, nos encontramos con un equipo técnico muy motivado y comprometido con su labor”. “Es por eso que decidimos entre todos dar una visión general con vistas a un planteo arquitectónico que atienda a todas estas emo­ ciones más allá de la necesidad tangible de una sala de experien­ cias oportunas”. “La sala de experiencias oportunas se ubica en un lugar estratégico, dándole orden y cierre a toda la edificación”. EL DESPUÉS El principal objetivo del proyecto de reforma y ampliación se enfoca en lograr “unión y claridad a esta situación fragmentada y

confusa que encontramos”. La Arq. Silva incluyó en el proyecto un patio para las familias y su equipamiento. “En todo centro educativo las familias deben tener su lugar”, puntualiza. La cocina, cobra una importancia relevante en tamaño y distribución en el proyecto, “considerando que la alimentación y la preparación de alimentos es una parte importantísima de una buena educación.” La cocina “se transforma en un espacio más de aprendizaje donde el niño pueda visitar y participar de lo que se elabora allí” , subraya Silva Goñi.

El proyecto de remodelación abarca también los servicios higiénicos cuyas dimensiones facultarán que "todas las personas puedan usar­ los, respetando normas de accesibilidad”. “El patio de cualquier centro educativo es tan importante como el interior, por lo que logramos ganar metros cuadrados ocupando espa­ cio del predio que nos pertenencia, para así lograr más amplitud. Diseñamos en él un banco curvo de piedra que enmarca la zona de juego de la zona de circulación del patio, y además les brinda sensa­ ción de relajación y contención a sus ocupantes, ya que la curva de manera inconsciente nos trasmite tranquilidad”, explica la profesional. El cambio edilicio irá acompañado, además, por una especial aten­ ción a la paleta de colores usada en cada espacio. “Decidimos dar claridad en los espacios a través de los colores que usaremos en las paredes. El blanco será la base de todas las paredes del CAIF” para reflejar un ambiente de “paz y pureza”. Igualmente se contará con el color y la alegría que aportarán murales y pavimentos. “A su vez la madera en colores claros y naturales estará presente en cercos, bancos y portales, consideramos fundamental su presencia para un contacto directo con lo natural”, señala la Arquitecta. 33


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