Vivir Amándonos - Boletín Salesiano - Abril - 2021

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URUGUAY / Cuarta época / Año XLIII / Nº 1 / Abril 2021 / www.issuu.com/bsuru


o i r a m u s

PÁG 4. ¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL!

Ingenieros Carlos Huerta y Samuel Sainz Abrazarse a la causa y hacerla propia

PÁG 7. SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Don Ángel Fernández Artime “La verdadera resurrección: la que toca la Vida de las personas y las transforma…”

PÁG 3. CARTA DEL DIRECTOR Entremos al misterio de la Vida

PÁG 8. NOS MUEVE LA ESPERANZA

P. Hugo Espinosa sdb y Karen Amaro Vans

PÁG 10. PÁG 11. ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO

Hna. Laura Guisado hma “¿Profetas de infortunio o portadores de buenas noticias?”

FAMILIA EN OBRA

Psic. Sofía Juanicotena “Nuevos aprendizajes”

PÁG 24. SINTONIZANDO CON DON BOSCO

Madre Yvonne Reungoat fma “Expertos en el cuidado de los demás”

PÁG 16. PÁG 12. VALE LA PENA VIVIR ASÍ

CON NOMBRE Y APELLIDO

PÁG 20.

Santiago Christophersen sdb En Angola “todo es en salida”

Cuidados que abarquen todas las dimensiones de la vida

AQUÍ Y AHORA

José Pini Una vida llena de enseñanzas

PÁG 25. SABOR A BUENAS NOCHES

P. Adrián García sdb “Con fuerza de semilla”

PÁG 26.

PÁG 28.

DEL ÁRBOL SALESIANO

UNA MANO AMIGA

PÁG 31. GALERÍA DE INSTAGRAM

Cuidando la casa común en el Club de Niños “Rincón Don Bosco” de Rivera

Hna. Adriana Silva hma “La espiritualidad te conduce a vivir el quién eres y el quién quieres ser”

Boletín Salesiano Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa Director: P. Sebastián Ferreyra sdb Redactora Jefe: Adriana Porteiro

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy Impresión: Mosca

Columnistas: P. Francisco Lezama sdb, P. José Adrián García sdb y Psic. Sofía Juanicotena Equipo de redacción y responsables de secciones: P. Daniel Bernardoni sdb, Hna. María Baffundo hma, Lic. Natalia Roba, Lic. Marcelo Hernández, Lic. Joaquín Castro, Nicolás Vilche, Ana Inés Rodríguez y Nahuel Durand Fotografía: Sofía Cayota, Nahuel Durand, Sebastián Andión, de ANS, Pixabay, Shutterstock y fotos de archivo Corrección: Graciela Rodríguez

Departamento Comercial: Luis Gómez E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286 Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521 Sitio web: www.issuu.com/bsuru Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro. / Depósito Legal: 366.191

salesianosuy


P. Sebastián Ferreyra sdb

CARTADELDIRECTOR

ENTREMOS AL MISTERIO DE LA VIDA ¡Felices Pascuas de Resurrección! Qué difícil es hoy hablar de esperanza, de vida, de resurrección cuando nuestro mundo, nuestra humanidad y nuestro país atraviesan un momento tan difícil. La muerte, la enfermedad, la fragilidad de la vida son experiencia cotidiana. En estos días, poco a poco, el otro empieza a ser una amenaza, un portador del virus y al encontrarnos nos miramos con sospecha y con miedo. Así como aquel mismo domingo de Pascua, Jesús dijo a los discípulos, nos dice también a nosotros hoy: «La paz esté con ustedes». Paz, sea quizá el regalo que estamos necesitando y que nos es dado cuando el Señor entra en nuestra realidad. La Pascua es acontecimiento que se da en Jesucristo y que es don para la humanidad y la creación entera. Todo lo que nos es regalado en la Pascua es don, es Gracia, pero nunca una imposición de Dios. Por esto la llamada del Señor es a entrar con humildad al Misterio Pascual. La Pascua no se explica, no se entiende, no se aprende, desde esos lugares nos es inaccesible. A la Pascua se entra, como quien entra a ser parte de una realidad nueva, de un dinamismo nuevo que el Señor nos da, es entrar en la absurda gratuidad del amor de Dios. Se trata de un amor que se hace gesto visible en la cruz, de un amor transformador que nos hace hombres y mujeres nuevos; de un amor que llama, porque atrae, convoca a todos a la fuerza incontenible de la resurrección y de la vida. En este boletín salesiano te vas a encontrar con historias de hombres y mujeres que, en este tiempo y en sus vidas, van respondiendo al llamado de un amor tal, que los ha trasformado en gesto de vida y resurrección para tantos otros hermanos.

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¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL!

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Luego de cursar toda la carrera llegó el momento de afrontar la tesis para poder recibirse y darle un cierre a todo el proce­ so. Fueron revisando distintas propuestas y nada los cautiva­ ba hasta que se toparon con un proyecto, que implicaba más tiempo y esfuerzo, pero prometía ayudar en una realidad poco contemplada. Esta es la historia de Carlos Huerta y Samuel Sainz, dos jóve­ nes ingenieros que realizaron su proyecto de grado basado en la creación de un dispositivo que, colocado en el tobillo de pacientes con Parkinson, puede recabar datos precisos, aler­ tar y estimular a una respuesta inmediata. Podrían haber elegido algo más sencillo y obtener el título universitario en un período de tiempo considerablemente menor, pero sintieron que esa no era la forma de cerrar este proceso. “Teníamos un contacto que ya nos estaba proponiendo un proyecto que conocíamos y en ocho meses nos estábamos recibiendo. Y ahí pusimos todo sobre la balanza y consideramos que hicimos una carrera de pila de años para hacer algo que pueda ayudar a los demás. Entonces, nos acercamos a la Asociación Uruguaya de Parkinson, primero para ver cómo trabajaban ellos, qué es lo que hacían, conocer qué es el Parkin­ son, cómo se puede ayudar y qué aspectos de la persona afecta. Luego, con todo eso sobre la mesa ver cómo podíamos actuar nosotros”, comenta Carlos. “Cuando fuimos a la Asociación, y contamos lo que estábamos haciendo, en un momento salimos para tomar un poco de aire y justo sale un paciente y nos grita: 'No se vayan, ustedes tienen que entender que esto para nosotros es una esperanza´. Eso nos dio la pauta de que había que bajar el perfil”, recuerda Carlos. 5


Elegir este proyecto no solo implicaba un proceso de investigación y elabora­ ción, sino también meterse de lleno con la realidad que vive un determina­ do grupo de personas y que es real­ mente muy difícil. “Hay algo que está bueno aclarar desde el principio, el paciente de Parkinson vive una deses­ peración que es recontra entendible. Lo vimos de cerca y realmente están desesperados por encontrar algo que mejore su calidad de vida, que es muy fea. Esto es algo que sirve como una herramienta para el terapeuta y puede ayudar mucho a la gente, no es algo mágico que va a curar la enfermedad o hará caminar superbién a nadie”, subraya Samuel. “Ver cómo sufren las personas en el día a día hace que uno se meta de lleno en el problema y lo sienta pro­ pio. Para nosotros fue muy importante contemplar todos los detalles que le agregan valor al producto y hacen la diferencia, desde el diseño que se procuró que sea amigable y de fácil uso para los pacientes, así como buscando que los mensajes y señales sean bien claros”. ParkiBip y su receta Inicialmente la idea era crear una aplicación móvil que se conectara con sensores que, colocados en los pacien­ tes de Parkinson, recibiera datos que ayudaran a identificar qué movimien­ tos están haciendo y, en tiempo real, estimularlos a mejorar su marcha. Eso se respalda en la teoría de que estí­ mulos externos favorecen la marcha de las personas, que es una de las limitaciones que más afecta en esta enfermedad. “La motivación es a tener un sistema que pueda ser portable y económico. Como todo el mundo tiene un celular móvil, podés conectarte a esos senso­ res y monitorear qué es lo que está pasando en tu pie o en tu pierna y, de 6

Carlos Huerta

alguna forma, estimular a que el paciente realice un ejercicio”, señala Carlos. Samuel comenta que el proceso de elaboración del marco teórico llevó aproximadamente un año, donde no se paró de investigar porque no se quería entrar en problemas que ya fueron solucionados por otros. “Al avanzar en la investigación vimos que había muchas formas de solucionar el problema y nos centramos en buscar qué es lo que podía ser más cómodo para la persona, que no fuera muy invasivo y que se conectara por Blue­ tooth”. A medida que se adentraban en el tema fueron notando que era algo mucho más complejo, donde intervie­ nen una diversidad de componentes. Había que crear un modelo con un montón de algoritmos matemáticos, que debían ser eficientes y sin margen de error. Algo muy preciso, con un sensor que funcione en tiempo real. Durante el proyecto lograron incorpo­ rar datos concretos sobre la marcha de las personas, que le sirven al tera­ peuta para analizar de manera objeti­ va dónde están las oportunidades de mejoras y poder ir trabajando sesión a sesión. Lo más importante es que permite un acompañamiento y relevamiento constante, teniendo en cuenta que no hay mucha gente especializada, que el personal médico es limitado y cada

Samuel Sainz

vez son más personas las que transi­ tan la enfermedad. “En resumen, la idea era crear una aplicación que detecte los pasos de la persona y la vaya estimulando con un sonido, un BIP, que pueda irle marcan­ do un ritmo, es por eso que la aplica­ ción se llama ParkiBip. Después tam­ bién le quisimos incorporar la idea de que vibre, porque nos imaginábamos en un lugar donde hay mucho ruido, el BIP se pierde o tendrían que ir con auriculares. Si bien no había ningún estudio que avalara esta idea quería­ mos lanzarnos y probar si la vibración podía ser válida o no”, concluye Samuel. Hoy los ingenieros están en conversa­ ciones con su tutor para ver cómo continuar. De no poder avanzar ellos con el dispositivo, les gustaría plan­ tear las bases de cuáles pueden ser las mejoras, transmitir todo su conoci­ miento a otros estudiantes y lo que fueron investigando. Lo esencial son las pruebas, poder encontrar terapeutas que quieran empezar a probar para aplicar todas las mejoras necesarias. “Hay una característica muy clara que tenemos los dos y es que somos muy comprometidos. La causa pasó a ser nuestra. Desde ahí hasta el final del proyecto fuimos al detalle, para ir perfeccionando todo y que realmente este dispositivo sea útil y eficaz”, cierra Carlos.


La verdadera resurrección:

la que toca la vida de las personas y las transforma… Mis amigos lectores del Boletín Salesiano. En la portada de la edición italiana de este mes hemos elegido la pintura del Cristo Resucitado que se encuentra en la capilla Pinardi. Aquel humildísimo origen donde el carisma salesiano suscitado por el Espíritu Santo echó raíces es hoy un lugar pequeñito y precioso de serena adoración eucarística que nos recuerda que la Resurrec­ ción del Señor lo ha transformado y transfor­ ma todo. A nosotros nos corresponde con nuestra libertad hacer realidad esa humanidad como Dios nos ha “soñado”. Y mi curiosidad me llevó a buscar entre los busca­ dores de internet de hoy lo que decían sobre la palabra Resurrección. Ciertamente encontré referencias a la fe cristia­ na, pero en el mismo saco encontré de todo; me detuve en ver las películas que llevaban este título y que, naturalmente, nada tenían que ver con la fe. Y podrán preguntarse por qué hago referencia a esto. Sencilla­ mente porque quiero subrayar que vivimos en un mundo donde encontramos de todo: fe y conde­ na de la fe, libertad y esclavitud, promoción de los derechos del niño y trabajos forzados de meno­

res, respeto a la dignidad de la mujer y explotación de la mujer, justicia social e injusticia y abuso, solidaridad y reparto de alimentos y falta de todo lo necesario para vivir con dignidad. El tiempo Pascual que celebramos y el gran acontecimiento de la Pascua del Señor, de su muerte y Resurrección, nos hablan de vida

plena, de vida­otra; nos hablan de esperanza, de humanidad en camino; de presente y futuro en Dios, de realidades sencillas donde cada día se evidencia la presencia de Dios que es Amor.

anclados profundamente en la tierra y sensible a los gritos y clamores de quienes tenemos más cerca. Yo soy de los que, quizá como muchos de ustedes, quiero seguir teniendo esperanza, una profunda esperanza que se alimenta de esa fuerza que viene de Dios. ¿Y saben por qué…? porque no me

puedo permitir vivir sin esperan­ za, ya que entonces no sabría vivir, ya que ese modo de vivir para mí ya no sería vida, o al menos “vida plena”.

El Cristo Resucitado de la capilla Pinardi en Valdocco nos recuerda lo que significa dejarse guiar por Dios, vivir desde la Fe, como hizo Don Bosco, pero con los pies 7


52 años. Es Director del Instituto Juan XXIII. Vive en Talleres Don Bosco con 7 hermanos salesianos. ¿Qué te hace feliz? Mi vocación y la acción de Dios en los jóvenes. ¿Qué música escuchás? De todo, pero sobre todo cumbia y folclore. ¿Qué es lo primero que pensás cuando te levantás? Hago la señal de la cruz, doy gracias por la vida y pienso en los jóvenes con los que me voy a encontrar. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? La traición. ¿Cuál es tu mayor miedo? La soledad sin sentido. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? Uno hermoso, mi ordenación sacerdotal, y uno triste, la muerte de mis alumnos. ¿A quién admirás? Sin dudar: a Don Bosco. Me mueve la esperanza… La certeza de que Dios guía la historia y de que son muchas las mujeres y los hombres que buscan el bien común y la felicidad de los otros. En este momento me gustaría estar en... Donde estoy todos los días, en medio de un patio lleno de jóvenes.

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Abril es el mes de… La PASCUA. ¿Cuál es la clave para la esperanza? El encuentro con Cristo Jesús que me posibilita comenzar a vivir aquí la experiencia del cielo y le da sentido a lo que hago. ¿Dónde sentís que es más patente la desesperanza? En varios lugares, lamentablemente, pero me detengo en la vida de aquellos jóvenes que no encuentran motivos para vivir. Sabemos que se está gestando algo… En pocas palabras ¿“qué es De barro”? Tiene que ver con el llamado que sienten muchas y muchos jóvenes a ser protagonistas de la historia y de hacerle espacio al Reino de Dios que crece. La experiencia quiere conectar con los jóvenes que desean dar un paso más en la vida espiritual, en el seguimiento de Jesús, en la vivencia de la santidad, en el deseo de crecer en la vivencia comunitaria de la fe. En síntesis, la propuesta tiene que ver con escuchar la voz de Dios que nos dice a cada uno, y a cada una: Recibe mi aliento… ¡Sos el barro que amo! ¿Por qué surge esta propuesta y cuándo empieza? Surge del pedido de las y los jóvenes de crecer y revitalizar la experiencia con Cristo. Y lo ubicamos dentro del camino que viene haciendo el MJS en el proyecto IR A MÁS. Dios quiera podamos comenzar en Pentecostés.


31 años. Es Maestra en el Centro Educativo Providencia en Casabó (Cerro). Vive en Colón con Flavia, su “hermana de la vida y en la fe". ¿Qué te hace feliz? Compartir mi vida sencillamente con otras y otros, con los más sencillos, en contacto con la naturaleza, sin mucha cosa más. ¿Qué música escuchás? Bastante variado. Disfruto mucho de la música popular y folclore uruguayo. ¿Qué cosas te cuesta perdonar? ¡Qué buena pregunta! Pensé que me era sencillo, pero enfrentar la decep­ ción y la mentira se me hace difícil. Igual entiendo que es la manera de mirar lo que lo vuelve difícil y el lugar en el que me pongo. El desafío está en correrme de ese lugar de juez y cambiar mi mirada hacia el otro. ¡Es un proceso largo y continuo, pero amoroso y liberador! ¿Cuál es tu mayor miedo? No poder estar en donde tengo que estar, gastando la vida y que me pase el tiempo distraída. Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería? La vida compartida con mis hermanos achuar, en la Amazonía de Ecuador, casi 5 años. ¡Me transformaron la vida completamente! ¿A quién admirás? A Jesús, ese Jesús hombre sencillo y cercano, Dios hermano nuestro, que pasó su vida caminando entre la gente, haciendo el bien, amando; en un diálogo contínuo con su Padre. Por eso también admiro sin duda a tantos que a lo largo de la historia le han sido tan fieles con sus vidas, y dándolo todo por los más pobres. También siempre me despiertan tremenda admi­ ración las y los luchadores incansables, los que salen cada día a pelearla por su familia, la solidaridad de los pobres dando hasta lo que no tienen, la fortaleza de quienes se mueven desde el dolor con sus hijos con alguna discapacidad o enfermedad. ¡Los admiro profundamente! Me mueve la esperanza... Creer en Dios que es amor y misericordia, en que es posible dejarme trans­ formar por Él y que solo desde ahí, desde ese amor se puede transformar la vida de las personas, tantas realidades golpeadas y llenas de odio, abando­ no y soledad. En este momento me gustaría estar en… ESE lugar, que todavía no tiene nombre, remangada, y pisando la tierra amada de misión, trabajando codo con codo con otras y otros. Hoy eso es acá y también lo disfruto y me hace feliz.

¿Cuál es la clave para la esperanza? Confiar con alegría en el amor, que todo lo puede. Y desde ahí, dejarme sostener, aban­ donarme en las manos de Dios, realmente hacer experiencia de esto. Es la Pascua que acabamos de vivir, ahí está la clave. La vida y el amor siempre tienen la última palabra. ¿Dónde sentís que se hace más patente la desesperanza? Donde el enojo, la soledad, el desconsuelo y la impotencia han inundado todo y solo se puede ver desde el dolor y el odio. Sabemos que se está gestando algo… en pocas palabras ¿qué es “De barro”? De barro somos nosotros con el deseo de ser esa arcilla en manos de Dios para que nos moldee, por eso necesitamos un ambiente y disposición para generar ese encuentro con Él. Por lo tanto, surge una propuesta que quiere propiciar esto. De barro es una pro­ puesta de una casa que recibe, en un entor­ no de naturaleza y lejos del ruido. Un espa­ cio donde encontrarnos ­con uno mismo y con otros­, donde se da una dinámica parti­ cular donde los protagonistas son la persona que llega y el Espíritu Santo. Una casa con espacios para la meditación, oración, cele­ bración y también el trabajo. Donde la coci­ na, la mesa, y la oración compartida sean el centro. Una casa donde todos nos sintamos bienvenidos y acogidos. Poder disfrutar de la contemplación en la acción, encontrando lo extraordinario en la vida cotidiana y sencilla.

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FAMILIAENOBRA

En el mundo moderno, la velocidad con la que se producen los acontecimientos hace difícil comprender sus causas, no importa la edad que tengas, siempre es complicado. Pero el ser humano es una criatura perceptiva, y tiene la capacidad de conectar diferentes dimensiones de la realidad.

Nuevos aprendizajes

Vivimos en una época dominada por la inmediatez lo que muchas veces nos lleva a conformarnos con hacer las cosas por cumplir, para quitárnoslas de encima. Desde el momento del nacimiento los padres se esfuerzan en satisfacer todas las necesidades del bebe sin dar lugar a la frustración, palabra que asusta ya que no es vista como un mecanismo de adaptación al ambiente. El resultado es un niño que no sabe manejar tiempos ni horarios, de carácter irritable e incapaz de solucionar problemas. La frustración es un aspecto inherente a la vida humana, es un estado transi­ torio y por tanto reversible. El proble­ ma no se encuentra en las situaciones externas en sí mismas, sino en la forma en que cada uno las afronta. La incertidumbre es parte de la vida y del conocimiento, y puede llegar a ser una dificultad para las personas. El aprendizaje es un trabajo de recons­ trucción y apropiación de conocimien­ tos. Se debe dejar de temer al fracaso o a equivocarse, entender que los errores son la mejor fuente de conocimiento y de crecimiento. La autoconfianza es la clave para avanzar cuando el miedo se impone. Frustración, insatisfacción, resultados, obligación, son algunas de las palabras con gran peso en nuestra cotidianidad, estos conceptos están tan incorporados que raramente nos permitimos cuestio­ narlos. Pero también existe la frustra­ ción positiva, aquella que nos propone la acción y el cambio, todos tenemos limitaciones, pero si no intentamos cosas nuevas nunca sabremos de lo que somos capaces. 10

Esfuerzo, dedicación, constancia, eso es lo que se necesita para cumplir metas. Debemos aprender a gestionar las emociones, enfrentar la realidad sin exigencias, aprender de la expe­ riencia. La pandemia nos ha demostrado que necesitamos mucho menos de lo que en realidad creemos. Hemos aprendi­ do a valorar aspectos vinculados a la afectividad y las emociones, habilitan­ do un espacio para la reflexión. Las experiencias afectivas tienen gran influencia en el desarrollo social y emocional de las personas. Por otra parte, cabe destacar que pese a la inestabilidad y la angustia ha habido una gran capacidad de adapta­ ción, es el caso del uso de redes

sociales para la promoción de variados emprendimientos de gente que ha encontrado otras formas de generar ingresos. Toda crisis es un desafío, nos obliga a trabajar duro, pone a prueba la fuerza de voluntad. La humanidad evoluciona, la ciencia promueve métodos y fárma­ cos para hacer frente a las nuevas enfermedades. Inventiva y estrategia para aprender y generar cambios.

Sofía Juanicotena Psicóloga


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO

¿PROFETAS DE INFORTUNIO O PORTADORES DE BUENAS NOTICIAS? Desde hace empo me asalta una pregunta que quiero compar rla con ustedes. ¿Cómo ser hoy mujer, o varón de “buena no cia”, que trasmita paz, esperanza a los otros? No es no estar informado de la realidad, por el contrario, solo puede dar buenas no cias quien está anclado en el presente con realismo… pero que mira desde otro ángulo la realidad; tal vez nos falte tener el corazón y la mirada puesta en el cielo. Vivimos empos duros, empos donde la pandemia nos saca algunas veces lo más querido, las personas, los afectos, el vivir juntos las cosas, los encuentros… pero nos cuesta aceptar que no estamos solos, que una vez más Jesús en esta Pascua nos vuelve a decir: “No tengas miedo yo estoy con go”. Solo arraigados en el amor, en la certeza de ser sostenidos por él podemos mirar la realidad y no dejar que nos gane la desesperanza. Pode­

mos transitar el mismo camino, eligiendo desde nuestra libertad cómo recorrerlo, pensando en las oportunidades a la que nos abre cada situación por más di cil que sea, no dejándonos paralizar por las dificultades y los obstáculos. Vivir la vida como oportunidad es un gran desa o y sobre todo en empos de pandemia. Hoy nos quieren vender “recetas” para ser feliz, para ser la mujer o el varón ideal, sin embargo, la vida no se hace de recetas, se hace de “oportunidades”. Despertar cada día y sen rse vivo, convidado por Dios a la vida para algo, es la mayor opor­ tunidad que tenemos. Vivimos muchas cosas en una jornada, pero nos podemos hacer la pregunta ¿cómo las quiero vivir? ¿Desde dónde las quiero vivir? Esto nos lleva a transitar cada situa­ ción desde lo mejor, desde las posi­ bilidades, a ser mujeres y varones que: ­ sonríen, alentando al que va al

lado, capa­ ces de des­ centrarse de sí para pensar en Laura Guisado hma el otro. ­ no se encierran, buscan ayuda, confrontan con otra mirada, saben construir equipo. ­ al hablar comunican desde lo posi vo, buscan en todo una ense­ ñanza, saben encontrar los para qué. ­ caminan mirando al cielo, confia­ dos en la presencia del Resucitado que camina con ellos. ­ no excluyen, saben que todos son necesarios en el camino de la vida. ­ se comprometen con lo pequeño, porque en enden que cada gesto o acción por pequeña que sea es valiosa, contribuye a dignificar al otro, a lo creado. Y vos ¿qué querés ser?: ¿profeta de infortunios o portador de buenas no cias?

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VALELAPENAVIVIRASÍ

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José Pini Una vida llena de enseñanzas

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A sus 54 años José Pini no ocultó su agradecimiento hacia las personas que realizaron tareas de servicio en el barrio Reducto, ni su arrepenti­ miento por las decisiones tomadas a lo largo de su vida. En la calle Pando, frente a la Parro­ quia Nuestra Señora de los Dolores, lugar donde desde hace ocho años vive y trabaja de cuidacoches, José dialogó acerca de la calle, sus deseos, los jóvenes, la soledad y la salvación. ¿Hace cuánto tiempo que vivís y trabajás acá? Hace ocho años que vivo en esta calle. Mi relación con el barrio es excelente, me llevo con todo el mun­ do. Los autos que están son de doc­ tores, enfermeros, funcionarios del hospital ­Hospital Español­ que me conocen hace años. Estoy compro­ metido con los autos que hay acá, entonces de repente son las 10, 11 de la noche y sigo trabajando. ¿Cómo llegaste a estar en situación de calle? Me divorcié en 2007 y me fui al refugio San Vicente de Paul. Después estuve boyando por varios refugios, hasta que me cansé. Porque podía dormir, pero el refugio es horrible, dejaba la ropa para lavar y al otro día la iba a buscar y no estaba, robaban todo. Igual no estuve solo en refu­ gios, mientras pude pagué una pen­ sión. Lo que pasa es que es muy complicado, busqué opciones hasta que me quedé sin trabajo y no pude pagar más. ¿En qué trabajaste antes? Trabajé en varios talleres mecánicos y 15 años en la fábrica de El Trigal, era hornero ahí. Hasta que un día un 14

gerente hizo una reestructura de personal y empezó a echar a todos los encargados, ahí marché yo. ¿Qué es lo peor de vivir en la calle? Lo peor es todo, lo mejor no es nada. No hay nada positivo, no hay amigos, tengo dos conocidos, pero amigos no. Uno está durmiendo en la plaza, Luis se llama. El otro es “san Cono”, que le dicen así porque cuando era chico estaba corriendo dentro de la iglesia y chocó con una imagen de san Cono de yeso, lo tiró al piso y lo hizo bolsa. Ahí le pusieron “san Cono” ­entre risas­.

¿Te acostumbraste a la soledad? No, no estoy acostumbrado, a la soledad no se acostumbra nadie. Zitarrosa dijo: “La soledad, con el alcohol, suelta un gorrión, que por el aire del alma se va”. Siempre querés estar acompañado, pero yo prefiero estar solo que mal acompañado. ¿De qué manera conseguís alimen­ tos? Me rescato, de lo contrario hago la moneda y compro. La gente de vez en cuando se arrima, Marina ­una señora de la parroquia­ me acerca algo muchas veces. Es fácil eso, si no


me traen de comer, voy y me compro en la panadería. Tanto el Movimiento Lucero, como las ollas populares organizadas por el Juan XXIII y el Movimiento Tacurú, han hecho actividades de servicio en Reducto. ¿Qué opinas de las personas que se acercan al barrio a hacer este tipo de actividades? Me parece espectacular, porque les están haciendo un bien a las perso­ nas. Es gente que se mueve, estu­ diantes y trabajadores que toman la molestia de salir de noche a dar un

Sebastián Novelli

plato de comida. Acá venía el Movi­ miento Lucero, el Juan XXIII y los de Tacurú, que también tienen una olla. Además de ellos hay varias vecinas que se mueven mucho, que arriman alimentos, bolsas de ropa o una frazada. ¿Te parece que esas personas pue­ den hacer un mundo mejor? Ya lo están haciendo. Me dan espe­ ranza, porque con veintipico de años se pueden quedar en sus casas, calentitos mirando el cable, pero no. Es espectacular que vengan las guri­ sas y los gurises, son todos jóvenes. ¿Por qué crees que ellos hacen este tipo de servicios? Porque son todos cristianos y como Cristo fue el primero que lo hizo, ellos aprendieron de él y están con­ vencidos de eso. Podrían estar dur­ miendo y en invierno salen de noche, a veces de madrugada, a repartir un plato caliente. ¿Cuáles son tus miedos? No le tengo miedo a nada, ni a la muerte. Si creés en Dios no le podés tener miedo a la muerte. Toda mi

familia está muerta: mi padre, mi hermano y mi madre, si no creo en el cielo me tengo que suicidar. Yo creo que los voy a volver a ver. Aparte, Dios no te elige, según como te por­ tes vas para arriba o para abajo. Y el infierno es una mentira también, porque el infierno está acá, es esto. ¿Qué consejos le darías al José de 20 años? Cambiaría todo, no hubiese tomado malas decisiones, ojalá fuese José de 20 años. A veces cuando me acuesto pienso en las malas decisiones que tomé, también que como me crie solo no tuve a nadie que me aconse­ jara, entonces las decisiones las tomaba solo. Ahora es distinto, por­ que estoy viejo y las decisiones que voy a tomar de aquí en adelante van a ser pensadas. De tener la posibilidad ¿qué deseo pedirías? El primer deseo es reencontrarme con mi familia, después lo demás no tiene valor. No pediría fortunas, solo reencontrarme con la gente que quiero, el dinero y lo material no me importan. 15


CONNOMBREYAPELLIDO

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Santiago con su mamá.


Santiago Christophersen sdb

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Lo que imaginó como una aventura “de África y leones” devino en vocación a la vida religiosa y a la misión fuera de fronte­ ras. El salesiano sacerdote Santiago Chris­ tophersen vive en Angola hace casi 30 años porque sintió el “llamado”, y asegura que aún continúa “resonando”. Admite que, como buen uruguayo, lo que más extraña de su tierra natal es la familia y la “simplici­ dad de poder compartir, que en otros luga­ res no sucede”. Reconoce como una fortaleza “esa mezcla de esperanza y alegría” que lo caracteriza, aunque, por momentos, la brecha social de su país adoptivo logra desesperarlo y can­ sarlo. Para esos estados el antídoto que encuentra es la comunidad, la palabra de Dios y la oración.

¿Cómo surgió tu vocación como misionero? Fue más una cuestión de niños y de aventura, de África y de leones. Empezó por ahí. Después en Maturana conocí a los salesianos, y era diferente a la idea de cura párroco que tenía. Me gustaba mucho llegar y encontrarme con los curas y conversar. Ahí fui descubriendo la vida religio­ sa, que los sacerdotes vivían en comunidad; y con el tiempo comencé a charlar con diferentes curas y surgió la posibilidad de decir que me gustaría misionar, y me fui. ¿Qué es lo que más extrañás de Uruguay? La familia, siempre el uruguayo que está afuera lo prime­ ro que extraña es la familia. Decir el mate y el asado sería muy banal. Porque el mate no solo es una bebida, es compartir, genera una conexión y un momento muy bueno; y el asado no es solo la carne a la parrilla, es el compartir con otros, la familia, los amigos. Eso también extraño, la manera de ser del uruguayo, porque no lo encuentro en otros lugares y es un valor nuestro –que no nos damos cuenta que lo tenemos­. El valor de la simplici­ dad de poder compartir, que en otros lugares no sucede. 18

¿Cómo es la realidad de Angola? ¿Cómo es una Iglesia en salida allá? Angola fue una colonia portuguesa hasta 1975. En la guerra por la independencia hubo tres grupos políticos que disputaban el poder, y en teoría se iba a formar un cogobierno entre los tres. Pero lo que pasó fue que uno de los grupos llegó primero al poder, y no incluyó a los otros. Esto desató una guerra civil muy fuerte, muchas familias de Angola se dividieron de acuerdo a las alinea­ ciones políticas, y esto hizo que se desgastaran los lazos sociales y familiares. Lo que pasa hoy en día es que hay 30 millones de personas, de esos, aproximadamente 25 millones son pobres, y hay un grupito que son ricos. Entonces ese desequilibrio es una pérdida de vida y un desgaste, que te puede llegar a desesperar, a cansar. Desanima bastante, y hay que encontrar fuerzas en la comunidad, en la palabra de Dios, en la oración. ¿Cómo es una “Iglesia en salida” allá? Allá todo es en salida. Mucha gente tiene sed de Dios, pero no se comunica con Él o piensa que no se está comu­


nicando con Él, entonces se precisa quien les diga “Dios ya está en vos, está en tu corazón, escúchalo porque Él quiere hablar contigo”. ¿En qué aspectos descubrís latente la presencia de Dios? En la vida, que es desbordante por todos lados. En las comunidades, en las parroquias, las capillas, y ves a Dios paseando entre ellos. Es impo­ sible que Dios no exista, lo sentís, en el medio de la comunidad se siente su presencia. Yo me hice más cristiano en la misión que cuando salí, o sea, la gente me evangelizó a mí también. En la comunidad reli­ giosa, en la comunidad que es de hermanos, es una unión fraternal y es de Dios. Ahí también lo descu­ bro, en la reflexión, en la oración en conjunto, en el sufrimiento, cuando discutimos y después nos abraza­ mos. Ahí Dios está muy presente. ¿Qué es la esperanza para vos? La esperanza es trabajar con el partido ganado, trabajar cuando ya sabes que Jesús resu­ citó. ¿En qué o quién ponés tu esperanza? En Jesús. A veces le digo: “Jesús, tú me llamaste, ahora aguantame; tú me precisás, dame fuerza; tú sabés que estoy llorando, consolame”. ¿Con qué luchás día a día para dar lo mejor de vos? A veces pienso que estoy haciendo poco, y que tendría que trabajar mucho más; no me organizo, o hago las cosas solo y pierdo mucho tiempo. Las barreras cultura­ les, no la de los otros sino las propias, ­que no son barre­ ras ni obstáculos­ pero te hacen ir más despacio y a veces da rabia porque no tendría que ser así. ¿Cuáles son tus fortalezas para entregarte a los otros? Eso de la esperanza que se mezcla con la alegría. A veces la gente me cuestiona porque sonrío mucho. Cuando paseo por la rambla veo a la gente muy seria, muy triste, y los miro preguntándome “¿por qué tienen esa expre­ sión seria o triste?”. Y los otros me miran preguntándose

porqué sonrío mucho. Hay que poner buena cara al mal tiempo, hay que hacer un esfuerzo. Don Bosco lo hacía, cuanto más triste estaba más contento parecía. Otra cosa que tiene todo uruguayo es la capacidad de mezclarse, de adaptarse, “entrarle” a la gente.

¿Qué te motiva a seguir misionando? Que el que me llamó no me dice “hacé tus valijas y andá a otro lugar”. No creo que sea de Dios decir que mi trabajo misionero acabó, el trabajo misionero no acaba nunca. Estar abierto siempre a la palabra de Dios y al llamado, yo fui porque sentí el llamado y si sigo ahí es porque el lla­ mado continúa resonando. ¿Cómo nos estás percibiendo a los uruguayos aquí y ahora? La pandemia nos ayudó a ver muchas cosas de casa, de nuestro país. Muchas personas eligen a nuestro país para vivir, es muy lindo saber eso; y nosotros, los uruguayos, a veces no lo reconocemos tanto. Buscamos el defecto, lo que está mal. No vemos muchos aspectos positivos de nuestra sociedad, valores que son profundos y se viven, en casa, en las comunidades, y en la sociedad. En definiti­ va, son regalos de Dios y si no les damos valor, le estamos restando valor a Dios. Hay que dejar un espacio para admirar, a uno mismo y al otro, el sacrificio de la gente, las acciones de amor y compromiso, actitudes que des­ pués transmitimos también. 19


AQUÍYAHORA

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Cuidar y cuidarse INTEGRALMENTE

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Cuidar es, según el diccionario de la Real Academia Española “poner diligencia, atención y solicitud en la ejecución de algo”. También significa “asistir, guardar, conservar”, “mirar por la propia salud, darse buena vida”, o “vivir con advertencia respecto de algo”. Esta palabra ha cobrado relevancia en tiempos de pandemia y es central en la pelea contra el virus silencioso. Pero cuidar y cuidarse no implica única­ mente velar por la salud biológica. Teniendo en cuenta que la persona es un ser integral también requiere poner la mirada en otras dimensiones de la vida personal y colectiva. Al respecto el sociólogo Javier Pereira, quien es además director ejecutivo de la ONG América Solidaria, señala que algo que les ha ayudado en la orga­ nización es trabajar el concepto del “autocuidado”. Ese término fue desarro­ llado por una de las integrantes del equipo en un taller que impartió. “Es la capacidad que tenemos de cuidarnos, cuidar nuestro bienestar, las acciones que tenemos que intencionar. No se da por arte de magia, busca­ mos controlar factores internos y externos. Se trata de desarrollar actitudes y aptitudes que uno tiene que incorporar, teniendo en cuenta que el ser humano tiene varias dimensiones”, explica Pereira. Entre esas dimensiones está la biológica. “Así como al niño se le enseña a lavarse los dientes, en tiempos de pandemia autocuidarnos –como familia, como equipo de trabajo– implica incorporar hábitos necesarios para no contagiarnos”, ejemplifica Pereira y agrega que también tiene que ver con

evitar llevar una vida tan sedentaria y procurar una alimentación saluda­ ble. Otra dimensión es la psicológica. En ese sentido destaca la necesidad de cuidar la salud mental, estimular la creatividad, cuidar el mundo afecti­ vo, gestionar nuestras emociones, nuestra autoestima, buscar partici­ par de ámbitos que nos llenen. El sociólogo explica que una forma de cuidarse también es cortar con el trabajo, poner límites al teletrabajo que muchas veces se extiende sin que nos demos cuenta, y encontrar espacios para la recreación. Otra dimensión no menos importan­ te es la social, que implica cuidar los vínculos con nuestros seres queridos –aunque sea a la distancia–, tener capacidad de expresar el afecto, el cariño, y estar abiertos a la diversi­ dad las distintas opiniones que puede haber en la familia o en el lugar de trabajo. Y por último, la dimensión espiritual. Pereira afirma que en el taller surgió espontáneamente aunque no tenía una base religiosa. “Más allá de la religión que cada uno tenga, poder conectarse con las creencias, conec­ tarse con la naturaleza, escribir un diario, practicar meditación, o desa­ rrollar el arte”, destaca.

Sociólogo Javier Pereira 22

En su opinión es bueno preguntarse cómo cuidamos cada dimensión y hacer ajustes en nuestras vidas además de identificar situaciones alrededor nuestro. “Es difícil porque estamos bombardeados por mensa­ jes de pánico y miedo pero es nece­ sario buscar los equilibrios. No negar, pero por otro lado evitar la angustia que paraliza”, dice.


“Hacer lo que me toca en el lugar que me toca” Andrés Puchiele (30 años) es médico y trabaja en una policlínica de medi­ cina general dependiente de Sani­ dad Militar al tiempo que realiza la residencia en Traumatología en el Hospital Pereira Rossell, por lo que está viviendo en carne propia el agotamiento que padece el sistema de salud. “El trabajo ha cambiado en todas las áreas. Lo primero es que delante de un paciente tenés que tener en la cabeza que no tenga covid, certificar al que tenga una gripe. Te cambia la forma de ver al paciente, tenés que pensar si tiene o no covid”, cuenta. Por otro lado, como estudiante de una especialidad, se le dificulta la atención a los pacientes porque frente a algo “básico” como un dolor de rodillas, al tener que realizar las consultas por teléfono es imposible examinarlo para saber si el dolor viene de la cadera o de la columna.

Dr. Andrés Puchiele

que le toca en el lugar que le toca, y hacerlo bien, aunque sea algo muy chiquito. Si hacés las cosas bien indirectamente estás ayudando a mucha gente. Es una cadena de hechos que arranca desde el escala­ fón más bajo”.

intenta buscar formas nuevas para mejorar”, reflexiona.

Puchiele pasó 13 meses en el Con­ go, trabajando en una misión de la ONU con el Ejército uruguayo y ante la pregunta de qué aspectos de esa experiencia rescata para lo “Si bien los médicos quedamos en que estamos viviendo dice que lo primera línea y se nos idealiza, yo no más difícil fue estar lejos de sus lo veo así. El trabajo de médico es afectos. Lo compara con el “vivir en “Estamos enojados y las personas se vocacional como lo es ser docente, burbuja” y aprender a manejar la enojan más todavía porque están carpintero, periodista u otros miles distancia. Agrega: “Aprendí a estar meses esperando una consulta y de trabajos. Los médicos estuvimos lejos de los afectos, del grupo de cuando les llega es por teléfono”, muy expuestos, somos los que esta­ amigos. Y ahora tenemos que vivir señala. mos en contacto con los pacientes, en burbuja, intentar no juntarnos pero es mucho más rescatable que con otros, las fiestas las pasamos Puchiele también lamenta que la romperse el lomo solo desde el con el grupo reducido de la familia, gente sigue sobrecargando a las encierro que es bastante difícil”, no salimos a comer o a bailar. Es emergencias al consultar por una opina. algo que hay que llevarlo y buscar contractura o un dolorDATOS de cabezaDE LA PANDEMIA EN URUGUAY ALGUNOS forma de tolerarlo”. tensional, y dice que “eso no debería En ese sentido pone el ejemplo de suceder en la situación en la que su madre, que es profesora de Quí­ Por último, rescata que aprendió a estamos”. A su vez cree que “con mica y con 65 años se tuvo que tomar decisiones por sí mismo. más de 1000 casos por día, la gente reinventar para dar clases por Zoom. Ahora con el tema de los aislamien­ no se está cuidando tanto, en com­ “Se compró una buena computado­ tos y los cuidados, como médico, paración con un año atrás”. ra, puso un pizarrón en una área de muchas veces tiene que indicar la casa para dar clase, y dice que cuidados con firmeza. “Yo les digo De todos modos, el principal apren­ trabajó el doble pero sacó lo mejor cómo cuidarse y qué contactos dizaje que rescata de la pandemia es de ella para llegarle a los chiquilines. pueden tener. Después si la gente que “cada uno tiene que hacer lo Está bueno tener esa gente que entiende, bien”, concluye. 23


SINTONIZANDO CONDONBOSCO

DEOTROSLARES

Sor Yvonne Reungoat Superiora General de las FMA

EXPERTOS EN EL CUIDADO DE LOS DEMÁS Anunciemos a las jóvenes y a los jóvenes, especialmente en esta hora particular, que “Cristo vive. Él es la más hermosa juventud de este mun­ do. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!” (Christus vivit, 1). La vocación del tener cuidado del otro, no solo nos atañe a nosotros, los cristianos, sino que tiene una dimensión previa y que es simple­ mente humana, corresponde a todos. Es el cuidado de la casa común, la belleza de la creación, es tener respeto por cada criatura de Dios y por el entorno en el que vivi­ mos. Es cuidar de todos, especial­ mente de los más frágiles y que, a menudo, son olvidados. Es tomarse en serio a la familia, y buscar el bien común. Básicamente, todo está confiado a nuestro cuidado, y es una responsabilidad que nos concierne a todos (cf. Papa Francisco, Homilía, 19 de marzo de 2013). Como educadores nos sentimos fuertemente comprometidos en el desafío de promover la cultura del cuidado a través de la opción por la educación, que es la condición nece­ saria para hacer cumplir y / o reavi­ var entre todos la aspiración mundial a la fraternidad sin límites, a través del diálogo y la cultura del encuen­ tro, como desea el Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti. A ustedes y a las comunidades edu­ cativas les expreso una profunda gratitud por la creatividad y la tenaz 24

dedicación con la que sostienen bien alta, no sin comprensibles esfuerzos, la propuesta educativa en este tiem­ po de sufrimiento por el COVID­19. Las consecuencias de la pandemia son dramáticas, y no menos impor­ tante, una crisis educativa sin prece­ dentes. Cientos de millones de niños han sido privados de su derecho a la educación, ¡a pesar de ser un dere­ cho de todos y no un privilegio de unos pocos! La educación es un acto de esperan­ za que se basa en el presente, pero mira al futuro, por eso hay que seguir apostando por la educación, ¡pero juntos! Juntos para "Reconstruir el pacto educativo global"; juntos para cons­ truir una "aldea de la educación" donde la persona sea el centro y esté capacitada para ponerse a su vez al servicio de la comunidad; juntos para activar nuevas dinámicas que den sentido a la historia y la transformen de manera positiva (cf. Mensaje del Papa Francisco para el lanzamiento del Pacto Educativo, 12 de septiembre de 2019). A San José, en este año "especial", y a María, les pido que nos ayuden a convertirnos en expertos en el cuida­ do de las generaciones más jóvenes dando, mediante la educación y el anuncio del Evangelio, vida en abun­ dancia en el espíritu de la preven­ ción propio de nuestro carisma y a estar cerca de las familias en la escucha y el acompañamiento de su misión.

Integrantes de la Familia Salesiana consul­ tores de la Santa Sede El papa Francisco designó 19 nuevos Consultores de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Socieda­ des de Vida Apostólica (CIVCSVA) tres de los cuales son miembros de la Familia Salesiana: P. David Ricardo Albornoz Pavisic sdb, Juez del Tribunal Eclesiástico Nacional de Apelo de Santiago de Chile. Es también Vicario Inspectorial, Delegado para la Familia Salesiana y para el Boletín Salesia­ no; P. Mario Oscar Llanos sdb, argentino. Decano de la Facultad de Educación de la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. Hna. Pina del Core fma, Directora del Instituto de Investigación psicológica en el ámbito educativo de la Pontificia Facultad de Ciencias de la Educación Auxilium de Roma. Fuente: ANS

El fenómeno de los refugiados El boletín misionero Cagliero11 publicó un informe sobre el fenómeno de los refugia­ dos en el mundo y da cuenta de que solo en 2019: 79,5 millones de personas se vieron obligadas a huir de su país; 26 millones son refugiados, la mayoría de ellos acogidos en los países vecinos; 45,7 millones son desplazados internos. Fuen­ te: ANS


SABORABUENASNOCHES

CON FUERZA DE SEMILLA Y vio Dios que todo era bueno… Uno de los rasgos de esta bondad, que emana de su creación, es la fuerza generadora de vida que tienen los seres vivos. Lo podemos apreciar en su manera de reproducirse y de multiplicarse, pero sin antes haber tenido que sufrir un cambio, que muchas veces pasa por lo que simbólicamente le llama­ mos “muerte”. La parra no dará tantas uvas si no se poda en invierno, lo mismo que el rosal no florecerá con tanto vigor, si no pasa por esa misma desgajada de sus ramas. La vaca del tambo se tendrá que retirar por un tiempo de su lactancia antes de tener su nuevo parto, y así volver al ciclo productivo. Cuanto más se prepare al parto, más leche regalará. Si la semilla si no se entierra y “muere” no habrá un nuevo brote, ni tampoco abundantes frutos. En la semilla está la esencia de todo vegetal y la enorme fuerza multiplicado­ ra contenida en lo minúsculo y sencillo. La semilla es el verdadero mensaje de una fruta. El árbol quiere que su semilla sea llevada, transportada, florez­ ca en otros lugares. Quiere que el regalo de su vida sea un don para los más alejados. La fruta mientras no madura, es medio agria, defiende la semilla que está en su interior. Pero cuando madura se vuelve dulce, aromática, encantadora a los ojos y se nos ofrece con hasta la facilidad de arrancarla. No solo para nuestro provecho individual, sino para que esa semilla que está en su inte­ rior, se traslade a otros lugares que la necesiten, ''muriendo” en nuevas

tierras, creciendo y dando nuevos P. Adrián García sdb frutos. La vida en su mínima expresión contiene la fuerza magnífica de guardarse, entregarse y multiplicarse. También el ser humano está prenda­ do de esta misma bondad de Dios, con la diferencia de un enorme don, entregado por Él, que es la libertad. Aquella capacidad de decidir por uno mismo en cómo dedicarse, de qué forma ser un regalo para otros. De esta manera la vida por más resenti­ da, disminuida y empobrecida que se encuentre, siempre podrá tener la posibilidad de darle un sentido a su ser, siendo un valioso regalo multipli­ cador de vida. ¿Qué tipo de regalo estás eligiendo ser para los demás?

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DELÁRBOLSALESIANO

La espiritualidad te conduce a vivir el quién eres y el quién quieres ser

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¿Se puede mejorar la calidad de vida desde la espiritualidad? La Hna. Adriana Silva hma, doctora en Teología Sistemática, entrevistada por el Boletín Salesiano da respuesta a esta pregunta y argumenta por qué la espiritualidad es donde hacemos síntesis vital. ¿Cómo ha sido tu recorrido en la espiritualidad? Mi recorrido dentro de la espiritualidad comenzó en el ámbito familiar. Si bien mis padres no eran católicos practicantes, igualmente con su modo de relacionarse con las personas y con la naturaleza propiciaron que experimentara que las cosas y las personas son mucho más que pura y sola materialidad. Fue una gran alegría descubrir que seguir a Jesús no me sacaba de mi con­ texto, sino que me inspiraba un modo nuevo de estar, bailar, divertirme, compartir con los demás, trabajar y estudiar. ¿Cómo se puede mejorar nuestra calidad de vida desde la espiritualidad? El espíritu de una persona es lo más profundo y auténti­ co de su propio ser, es su verdad. Allí se concentran las motivaciones que tiene para vivir, sus pasiones, sus ideales, lo que es y lo que quiere llegar a ser. Cuando decimos espiritualidad estamos diciendo vivir según tu espíritu, por eso, espiritualidad implica vivir de manera holística en tanto todas sus acciones responden a un mismo ideal. La persona no se percibe dispersa, sino unificada, siendo ella misma en todas las circunstancias y en todos los contextos, porque la espiritualidad va dando unidad y forma a su vida. Le da sentidos para vivir, para enfrentar las adversidades, celebrar las victo­ rias, e incluso para encarar la muerte y sus consecuen­ cias. La espiritualidad lo capacita para la autotrascen­ dencia y para la autodonación, lo hace capaz de empa­ tía y de encuentro. Lo habilita para vivir, gozar, sufrir y trabajar con otros. Entendiendo calidad de vida como el conjunto de condiciones que contribuyen al bienestar del individuo y a la realización de sus potencialidades en la vida social, es fácil concluir que no hay otra manera de mejorar mi calidad de vida si no conectándome conmigo misma, con mi verdad más honda y viviendo según ella; es decir, viviendo según mi espíritu, mi caris­ ma y espiritualidad propia. Todas las energías que ponga en ese objetivo, generan las condiciones de mi bienestar, primeramente, conmigo misma, con los que me rodean y en los distintos ámbitos de la vida. Me experimentaré “útil” y productiva en el trabajo, serena y armónica en mis vínculos personales, proactiva en la sociedad y en la Iglesia, fortalecida en mi autoestima y creatividad. Todos esos pasos redundarán positivamen­ te en mi salud física, psíquica y afectiva, pues todos sabemos que somos una unidad. Los cristianos creemos que el espíritu humano es signo de que somos imagen de Dios, es más, es signo de su comunión con la persona humana pues Dios se une a nuestro espíritu y habita en nosotros como en un templo.

¿En la espiritualidad es dónde hacemos la síntesis de toda la vida? Sí, porque la espiritualidad te conduce a vivir de manera unificada, te da sentidos que tienen un hilo conductor, el quién eres y el quién quieres ser. Esta función integra­ dora y unificadora hace que la persona continuamente esté haciendo síntesis de lo que vive, de manera que casi espontáneamente, en situaciones vitales intensas y nodulares, la persona que vive desde la espiritualidad hace una síntesis de toda su vida, quedándose con lo esencial y dejando caer tantas cosas que sirvieron para el camino, pero que, de cara al sentido último de su existencia, ya no cuentan, ya no tienen valor. ¿Qué le sucede a aquellos que no cultivan su espiritua­ lidad, es como si vivieran la vida a medias? El que no cultiva la espiritualidad experimenta una gran desintegración y un vacío interior, ya que no cultivó la capacidad de conectar con su espíritu, con su verdad. No sabe quién es, y menos aún, quién quiere ser. Al no lograr conectarse consigo mismo tampoco logra empati­ zar con los demás, por lo que solo existe su mundo y sus necesidades, no tiene capacidad de trascenderse y de autodonarse. Su capacidad vincular es deficitaria, vive de experiencias, de eventos que aumentan el descon­ tento consigo mismo y la sensación de que su vida no tiene un sentido. Más que vivir a medias, vive desinte­ grado y sin sentido estable.

PERFIL La Hna. Adriana Silva nació en Rivera el 28 de agosto de 1975. A los 23 años concluyó su primera profesión religiosa en el Instituto de las Hijas de María Auxiliado­ ra. Es licenciada en Teología y doctora en Teología Siste­ mática por la Universidad Pontificia Salesiana (Roma, Italia). Actualmente es directora institucional del Institu­ to María Auxiliadora (Montevideo) y coordina el ámbito de la catequesis inspectorial. 27


UNAMANOAMIGA

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieran alejado de esta vida que llevan…” Don Bosco (MO)

Cuidando la casa común en el Club de Niños Rincón Don Bosco

Desde hace algunos años la situación ambiental de nuestro planeta tierra nos ha causado mucha preocu­ pación. En su encíclica “Laudato si” el papa Francisco desafía a toda la humanidad a proteger nuestra casa común y a buscar un desarrollo sustentable y responsable. La humanidad es un proyecto de amor del creador, por eso urge la apuesta en el buen juicio de las personas a colaborar en la reconstrucción de nuestra casa común. Desde el Club de niños “Rincón Don Bosco” nos planteamos algunas interrogantes: ¿cómo cuidar algo que conozco parcialmente? ¿Cómo despertar el interés en su cuidado? 28


Iniciamos a conocer nuestra casa ¿Dónde se ubica? Empezamos pre­ guntándoles a los niños si saben dónde está ubicado nuestro planeta tierra en el universo. Uno de los principales objetivos de la dinámica es comprender lo beneficiados que hemos sido con esta creación perfec­ ta. La humanidad siempre busca ampliar sus conocimientos con res­ pecto a lo externo al planeta tierra. Teniendo en cuenta que nuestro planeta en el universo es como un granito de arena en un desierto, y que solo en este se ha desarrolla­ do la vida (hasta ahora no se ha evidenciado vida en otros planetas) planteamos ¿por qué lo estamos descuidando? Realizamos un paseo virtual para tener una noción de lo grandiosa y hermosa que es nuestra casa común, obser­ vando la riqueza de nuestra biodiversidad. Esto nos per­ mite conocer nuestra casa común en los diversos biomas, paisajes, flora y fauna. Para poder despertar el interés en

el cuidado de nuestra casa es necesario conocer la inmen­ sidad y maravilla de la creación. Conociendo todas las “habitaciones” de nuestra casa, proponemos hacer un paralelismo con otras realidades: océanos de basura, consumismo excesivo, acumulación de residuos de desecho, desperdicio y contaminación del agua, mal uso de las energías renovables, calentamiento global, quema de bosques, erosión de los suelos, contami­ nación del aire, sonora, etc. No podemos mirar hacia otro lado, ya que el único responsable es el ser humano. Des­ cuidar nuestra casa, es descuidar nuestra vida, el regalo que el Creador nos ha dado. Todo lo que percibimos del mundo externo lo hacemos mediante nuestros sentidos: la audición, la observación, el tacto, el olfato y el gusto. Son estos sentidos los que nos hacen conocer y descubrir cosas nuevas. Para realizar la actividad distribuimos a los niños y niñas en diferentes mesas, donde cada uno/a se enfocó en un sentido (traba­ jamos con lo auditivo, lo visual y táctil). El grupo de niños fue subdividido en tres, para poder rotar por todas las mesas. Disfrutando “lo que puedo escuchar en esta mesa”, los pequeños trataron de reconocer diferentes sonidos de la natura­ leza: el viento, las olas, el canto de los pájaros, la lluvia, etc. 29


Disfrutando “lo que puedo ver” en la mesa, trataron de reconocer lo que percibimos con la observación de paisa­ jes, animales, plantas, aspectos climáticos como la lluvia, los huracanes, tormentas eléctricas, costas uruguayas, entre otros. Disfrutando “lo que puedo tocar”, reconocieron mediante el tacto, con una mano dentro de una caja y sin poder mirar, diferentes productos de la naturaleza como frutas, verduras, plantas, caparazones, entre otros... Decidimos comenzar a cuidar nuestra casa común, pero con mucha creatividad. Una segunda actividad, en secuencia a la planteada ante­ riormente, consistió en plasmar sus sensaciones en una obra de arte. La gran mayoría de los niños coincidieron en que en la mesa de disfrutar mediante el tacto, al introducir la mano sin saber con lo que se encontrarían, sintieron un poco de temor. Pensaban que estaban tocando un dinosaurio, un reptil, cuando en realidad era un ananá. Teniendo eso como base, los educadores pensamos en plasmar esa sensación en una obra de arte: cuadros de madera reutili­ zados. Encontramos diversos cuadros de madera, donde se los limpió, lijó y pintó con fondo blanco para su reutili­ zación. La obra es una composición moderna en mosaico, y puede apreciarse completa en la unión de tres cuadros. La técnica que se utilizó fue la de estarcido. 30


MEGUSTACOMENTOCOMPARTO



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