Testigos al modo salesiano - Boletín Salesiano Agosto 2022

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URUGUA Y / Cuarta época / Año XLIII / Nº 6 / Agosto 2022 / www .issuu.com/bsuru

03 CARTA DEL DIRECTOR

Evangelizar en modo salesiano es una triple fidelidad

04 ¡SÍ, HAY ALGO NUEVO BAJO EL SOL! P. Ruben Avellaneda sdb

“Nuestra presencia salesiana es estar, estar y estar”

07 SINTONIZANDO CON DON BOSCO Don Ángel Fernández “Stefano Sandor vuelve a casa”

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TODO POR AMOR

CON TODO EL CORAZÓN

Rafael García Otegui y Martina Chulse Castro

10 FAMILIA EN OBRA

Psic. Gabriela Ellis y Mag. Juan Ignacio Bellón El #modosalesianodeevangelizar:

“No dejes que nadie se aleje de ti sin ser un poco más feliz”

11 ME GUSTA, COMENTO, COMPARTO

Hna. Cecilia Gayo “El discreto poder del ambiente”

Revista de información sobre la Familia Salesiana y de cultura religiosa

Director: P. Sebastián Ferreyra sdb

Redactora Jefa: Adriana Porteiro

Columnistas: Hna. Cecilia Gayo hma, Juan Manuel Fernández sdb, Psic. Gabriela Ellis y Mag. Juan Ignacio Bellón.

Equipo de redacción de este mes: Natalia Roba, Ana Inés Rodríguez, Nahuel Durand y John Díaz.

VALE LA PENA VIVIR ASÍ

Lic. Natalia Casco “Evangelizar educando y educar evangelizando”

16 CON NOMBRE Y APELLIDO

P. Francisco (Paco) Santos sdb Los jóvenes “son nuestros mejores formadores”

20 AQUÍ Y AHORA

P. Miguel Ángel García Morcuende, consejero general de la Pastoral Juvenil (PJ)

El pedido de los jóvenes y la respuesta salesiana

Fotografía: Sofía Cayota, Nahuel Durand, de ANS, Pixabay y fotos de archivo del BS, Proyecto Minga y del Juan XXIII.

Corrección: Graciela Rodríguez

Diseño: gustavo@tanganika.com.uy

Impresión: Mosca

Departamento Comercial: Luis Gómez

E­mail: boletinsalesianouruguay@gmail.com Celular: 092 432 286

SINTONIZANDO

CON DON BOSCO

25 SABOR A

NOCHES

26 DEL ÁRBOL SALESIANO

Camila Rodríguez

“El CML es un espacio donde potencio mis habilidades, mi espiritualidad y mis vínculos, es un sitio de búsqueda, de respuestas y de acompañamiento”

28

UNA MANO

A 12 años de experiencia pedagógica ¿qué encuentran en Minga todos los días quiénes eligen quedarse?

Dirección, redacción y administración: Av. Agraciada 3181 CP 11800, Montevideo; tel. 2209 4521

Sitio web: www.issuu.com/bsuru

Email: boletinsalesianouruguay@gmail.com

Afiliado a la Cámara Uruguaya del Libro.

Depósito Legal: 366.191

y evangelizar según santa María Dominga Mazzarello”
24
AMIGA
31 GALERÍA DE INSTAGRAM 12
BUENAS
Juan Manuel Fernández sdb “Un modo único de entender a Dios”
“Educar
salesianosuy

Evangelizar en modo salesiano es señalar a Cristo con el estilo de vida y santidad suscitado por el Espíritu Santo en Don Bosco y la Familia Salesiana. Supone una triple fidelidad dinámica: (1) a Jesús y su evangelio, (2) a Don Bosco y el carisma salesiano y (3) a los jóvenes de hoy y a nuestros tiempos. Te propongo retomar la carta del Papa Francisco a los salesianos en el CG28, allí se manifiesta con claridad esta triple fidelidad: «El Oratorio salesiano y todo lo que surgió a partir de él, [como narra las Memorias del Oratorio], nació como respuesta a la vida de jóvenes con rostro e historia que movilizaron a aquel joven sacerdote que no podía permanecer neutro o inmóvil ante lo que acontecía. Fue mucho más que un gesto de buena voluntad o bondad [e inclusive mucho más que el fruto de un proyecto de estudio sobre “viabilidad numérico carismática”]. Lo pienso como un acto de conversión permanen te y respuesta al Señor [que, “cansado de golpear” nuestras puertas, espera que lo vayamos a buscar y encontrar… o que lo dejemos salir, cuando golpea desde dentro] Conversión que implicó (y complicó) toda su vida y la de todos aquellos que estaban a su alrededor Don Bosco no solo no elige separarse del mundo para buscar la santidad, sino que se deja interpelar y elige cómo y qué mundo habitar. La salesianidad nace precisamente de ese encuentro capaz de suscitar profecías y visiones: [hospedar, integrar y hacer crecer las mejores cualidades como don para los demás, principalmente de aquellos marginados y abandonados de los que nada se espera]».

Evangelizar en modo salesiano es justamente esta fidelidad a Dios, a Don Bosco y a los jóvenes, es esa realidad total y dinámica que nos conduce, (juntos: consagrados, laicos y jóvenes) al encuentro con el Señor que salva. Es una tarea compleja, integradora, que une la verdad del Evangelio con el mundo que habitamos, poniendo en el centro el corazón de cada joven que necesita de Dios. Por eso, nuestra tarea es evangelizadora, educativa y creadora de vínculos y de relaciones “nuevos” fundamentados en el amor

Se trata, en definitiva, de dar una “esperanza capaz de instaurar e inaugurar procesos educativos alternativos a la cultura

imperante que, en no pocas situaciones […] terminan por asfixiar y matar los sueños de nuestros jóvenes condenándolos a un conformismo ensordecedor, rastrero, y no pocas veces narcotizado. Ni exitistas ni alarmistas, hombres y mujeres alegres y esperanzados, no automatizados, sino artesanos; hombres y mujeres capaces de 'mostrar otros sueños que este mundo no ofrece'” (Christus vivit, 36).

Con corazón salesiano podemos reconocer que nuestro tiempo no es un tiempo de pesimismo destructivo, pero tampoco de optimismo vacío que hace ruido y diluye lo que somos y lo que podemos ser, el Papa nos llama a la esperanza que construye, que confía, que nos pone manos a la obra. En este Boletín Salesiano encontrarás experiencias que encarnan esta fidelidad dinámica al impulso del Espíritu que nos llama y nos envía a ser testigos del Evangelio.

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P. Sebastián Ferreyra sdb
¡SÍ,HAYALGONUEVO BAJOELSOL! 4

A sus casi 32 años de ministerio sacerdotal sostiene que “todos los días” aprende algo, como a escuchar “con los oídos y con los ojos” en cada encuentro, del que sale cambiado primeramente él.

Reconoce que cada vez que fue designado para un nuevo servicio “de este país salesiano” llegaba “con pocas ganas y desconfiando”, pero que de todos los sitios se fue llorando.

El P. Ruben Avellaneda, desde su rol como párroco de la Basílica Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Paysandú, asegura que “nada debería ser ajeno a la vida de la Iglesia, y menos de una parroquia salesiana”. Reivindica el paradigma de “Iglesia en salida” y el “armen lío” impulsados por el Papa, pero admite que, en general, “seguimos con una pastoral de conservación”, realizando desde hace años las mismas prácticas y esperando resultados distintos. “A veces tengo la sensación de que vamos perdiendo como diez a cero”, confiesa.

Percibe que sdb y laicos “estamos muy estáticos en el rol y el trabajo” y nos falta audacia. Opina que debemos “escuchar más a Francisco: Iglesia en salida, salesianos en salida, obra social en salida, colegio en salida” y que es clave que los cristianos asuman que el desafío de la evangelización “es para todos y no solo para los curas”

En todos los años de ministerio has prestado diferentes servicios. ¿Qué tiene de particular para ti el ser párroco?

Todos los días aprendo algo. Hay que estar a lo que venga. A la parroquia llega desde quién pide una misa, un bautismo o una simple bendición, hasta el que está en una situación extrema de vida, sea económica, emocional­afectiva, de adicción o viviendo situaciones de muerte de seres queridos, en fin, la gente viene como está y hay que intentar ponerse en su lugar

¿En qué servicio te sentiste más cómodo y por qué? o ¿qué disfrutaste de cada servicio?

En todos los lugares de este país salesiano por donde anduve me sentí muy realizado, en general a donde me enviaban iba medio desconfiado y con pocas ganas, pero te aseguro que de todos me fui llorando. En general extraño mucho los lugares que dejo. Desde Abayubá antes de ordenarme, después Talleres Don Bosco, Colegio Pío, Rivera, Tacurú, El Paiva, pero quizás mi segunda estadía por Talleres Don Bosco (2004­2007) fueron los años más intensos, por aquel entonces mi madre, cada vez que me veía me decía: “Lo veo cada vez más viejo 'mijo'”.

P. Ruben Avellaneda sdb, párroco de la Basílica Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Paysandú
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¿Qué desafíos te plantea la evangelización en la Basílica Parroquia de Paysandú?

Es necesario que todos los cristianos de la parroquia sintamos que el desafío de la evangelización es para todos y no solo para los curas. Si no nos involucramos, si no entramos todos a la cancha, seguirá la mayoría de la gente de parroquia en las tribunas, aburridos y muchas veces mirando para cualquier lado, y nosotros los sdb, pocos y bas tante grandes, jugando solos y muchas veces jugando mal. Seguiremos, como dijo alguien por ahí hablando de las parroquias, “entreteniendo niños” y atendiendo a un grupito de adultos.

¿Cómo es la dinámica desde esta nueva mirada de la vida parroquial? Supone no quedarme solamente en la secretaría parroquial esperando a que lleguen, o en la sacristía preparando la liturgia. La casa parroquial, así como los laicos más cercanos a la Iglesia, en lo posible, tenemos que estar en todo lo que hace a la vida de la gente. Nada debería ser ajeno a la vida de la Iglesia, y menos de una parroquia salesiana. La conversión a la que nos anima el Papa, es salir de una pastoral “cansina, de siempre, de encierro, de desconfiar porque andan en cosas raras, de no prestar porque rompen, usan y no pagan nada, de que no pueden comulgar por su situación, porque no saben nada, etc.”. Y Francisco nos dice “salgan”, “armen lío”, cambien incluso los horarios y los modos de estar. Pero en general seguimos con una pastoral de conservación. Conservar lo que se viene haciendo desde hace años, esperando resultados distintos, pero haciendo siempre lo mismo. Y como Iglesia a veces tengo la sensación de que vamos perdiendo como diez a cero. Pero bueno, el Espíritu sopla, ahí tenemos a Francisco y creo que nos cuesta escucharlo y entenderlo.

¿Cómo es ser “una iglesia en salida” en la Parroquia salesiana de Paysandú?

¡Hay de todo un poco! Estamos presen tes en los medios de comunicación, y

con la Comisión del Órgano de la Basílica ofrecemos conciertos una vez por mes. Además de una catequesis con coordinación, tenemos catequesis de bautismo, de adultos, matrimonios, etc., oratorios, pastoral social bastante fuerte (intentamos desde que la casa parroquial esté disponible con sus baños para uso público hasta ofrecer las instalaciones de una capilla para un refugio nocturno). Estar presente en todo lo que se pueda y con lo que somos y tenemos. Acá históricamente como presencia, los salesianos y salesianas, hemos sido muy fuerte.

¿Cuáles son los pilares, a tu parecer, de la evangelización en “modo salesiano"? Nuestra presencia salesiana es estar, estar, estar. Entiendo que estamos tironeados por muchas cosas y todo pasa por reuniones. En una parroquia si no estás, no existís. Se trata de estar en la calle, en el barrio, en una capilla, en un grupo, pero hay que estar para conocer, escuchar, dialogar, y así inten tar caminar en medio de la gente, como dice Francisco

¿Cuáles considerás que son los desafíos que estos tiempos y este Uruguay de hoy nos plantean a la Congregación?

No nos encerremos, tenemos muchas estructuras y gente con vocación de servicio, laicos de Iglesia y muy salesianos, pero creo que debemos ser más audaces y salir de algunas zonas seguras y cómodas. A veces percibo que sdb y laicos estamos muy estáticos en el rol y el trabajo, y creo que es necesario escuchar más a Francisco: Iglesia en

salida, salesianos en salida, obra social en salida, colegio en salida.

En las Buenas Noches que cada semana nos regalás en las redes de @salesianosuy das muchos “tips” para vivir la fe cada día, para mirar la vida desde otra óptica... ¿cómo te nutrís tú?

Te aclaro que se me están terminando los “tips” je, je. Cada día aprendo más y más, escuchando y viendo situaciones difíciles. Me he dado cuenta de que tengo que escuchar con los oídos y los ojos. Detenerme para que el otro encuentre en mí un oído, una mirada, una mano, una palabra, y te digo que muchas veces, después de un encuen tro, soy yo el que salgo cambiado.

¿Por qué elegiste ser sacerdote salesiano? ¿Lograste ser el sacerdote salesiano que soñabas cuando respondiste “al llamado”?

Soy salesiano sacerdote por la cercanía de un salesiano, después creciendo y madurando intento responderle a Dios, y en eso estoy No sé si he logrado ser lo que soñaba, creo que no. Y cada vez me voy dando cuenta de que estoy lejos de ese horizonte que he soñado, y de muy pocas cosas tengo certezas, pero sé que Jesús, el Resucitado, está vivo y me dice “yo estoy con ustedes, todos los días hasta el fin del mundo”

Como salesiano sacerdote ¿cómo te gustaría que te recuerden?

Como alguien cercano, sencillo, alegre, invitando a buscar siempre a Dios, intentando amar y servir. La vida es un regalo.

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Queridos/as amigos y amigas del Boletín Salesiano:

Stefano Sandor es un joven salesiano mártir en Hungría y beatificado. Se trata de un joven salesiano de Don Bosco laico o coadjutor (es decir, no sacerdote, pero sí salesiano consagrado), que a los 39 años fue condenado a muerte y ejecutado durante los años negros de dominio comunista en Hungría. ¿Su delito? Convocar a muchachos para actividades juveniles, deportivas y formativas, que se entendió como alta traición al régimen.

Pero la historia de Stefano es muy especial, tanto en lo que se refiere a su condena y a cómo salvó la vida de seis jóvenes que con él fueron arrestados, así como con su ejecución y sepultura en una fosa común y desconocida. El 4 de junio del 2022 celebré en la fe, en el Clarisseum de Budapest (Hungría), la vuelta a casa del beato, en el mismo lugar de donde fue llevado al patíbulo. Y 70 años después a los salesianos de Don Bosco se les devuelve el terreno y la casa de la que en su día fueron expulsados.

Evitó que seis jóvenes fuesen ajusticiados con él. En una de las fotografías publicadas por ANS pueden verme con un señor sentado en silla de ruedas. Él era uno de los 6 jóvenes que con 22 años fueron arrestados junto con Stefano por ser considerados traidores al régimen. Después de un durísimo interrogatorio con torturas, el joven salesiano consigue hablar con los otros seis jóvenes y les pide que lo culpen a él de todo lo que quieran acusarles. Los jóvenes se resisten, pero él les dice que por la amistad que les une y por la fe en Jesús deben hacerlo para salvar sus vidas. Así me lo contaba este exalumno, antiguo animador juvenil en el Clarisseum. Y de hecho, Stefano fue condenado a muerte y ellos fueron condenados a 8 años de cárcel. Por fortuna, tres años después cayó el

régimen comunista en Hungría y su condena fue cancelada.

Setenta años estuvo en paradero desconocido. Stefano fue ejecutado y enterrado en una fosa común con otros cinco, en un bosque a las afueras de Budapest, sin ningún cartel ni nombre que pudiera dar pistas sobre ello. Durante 70 años se tuvo la convicción de que sería imposible encontrar sus restos. Pero la tenacidad de un joven exalumno y la experiencia y el altísimo conocimiento de una experta hizo que hace unos meses fuesen encontrados los restos mortales de seis ejecutados, pero quedaba por saber si uno de ellos podría ser el beato Stefano.

El ADN que se pudo recoger de una carta escrita por Stefano, y de otra carta con el sello puesto por su hermano (quien estuvo toda la vida buscándolo sin llegar a vivir este momento porque falleció hace tres años), fue lo que permitió a dos grandes profesionales (a quienes pude conocer y saludar), identificar muchos de los restos mortales de Stefano, recogidos ahora en esa delicada urna.

Por todo esto y otros muchos detalles, lo que hemos vivido es único. Puedo testimoniar que la emoción e incluso conmoción de muchas personas en la celebración eucarística de esa mañana, y en el compartir a lo largo de la jorna­

da fue indescriptible. Puedo testimoniar la emoción del joven (ya anciano) que pudo posar su mano sobre la urna de su amigo salesiano­educador y mártir que les salvó la vida, que se inmoló para librarlos a ellos del mismo final. Puedo testimoniar por lo vivido que en todo esto no se trata de una casualidad. Es mucho más que eso. Es también presencia de Dios en el acon tecer de la historia (junto con la libertad humana). Y por eso puedo afirmar lo que dije al inicio: el beato Stefano Sandor vuelve a casa. Y los salesianos hoy, con los jóvenes que están y los que vendrán, vuelven también a casa, a su casa, al Clarisseum en Budapest.

Rector Mayor Don Ángel Fernández Artime sdb
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¿Qué te hace feliz?

Pasar tiempo con mi familia, salir con mis amigos e ir al oratorio.

¿Qué cosas te cuesta perdonar?

Las mentiras y que la gente no se comprometa.

¿Cuál es tu primer pensamiento al comenzar un nuevo día?

Depende del día, varía según lo que tenga que hacer en la mañana, pero intento que siempre sea positivo.

¿Cuál es tu mayor miedo?

Perder a mis seres queridos.

Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería?

Definitivamente sería mi primera jornada de oratorio, en La Teja. Ahí conocí a un niño llamado Ángel y

tuve una conexión muy fuerte que me dio ganas de seguir haciendo esas actividades.

¿Qué hacés con todo el corazón en tu vida?

Pasar tiempo con mi familia.

¿A quién admirás?

A mi familia.

Si pudieras volverías a… Mi infancia.

Qué bueno que decidí…

Empezar el camino de la animación.

¿Qué te gusta o con qué conectás más del "modo salesiano” de evangelizar y educar?

Con la gente y el espíritu salesiano, más que nada con la simpleza y el amor, que se relacionan.

¿Qué huella deja en vos formarte en un ambiente salesiano?

Me influye mucho el ámbito social dentro de la comunidad salesiana porque me siento cómoda y podría hasta decir que es como una segunda casa.

Si tuvieras la oportunidad de decirle una palabrita al oído a Don Bosco ¿cuál sería?

Le agradecería por todo.

Tiene 16 años. Cursa 5.º año de Bachillerato opción Biológico en el Liceo y Colegio San Miguel de Mercedes. Vive con sus padres y hermana en el barrio Artigas de la ciudad de Mercedes (Soriano).
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Tiene 63 años. Es subdirector del Instituto Juan XXIII de Montevideo. Vive en Montevideo con su pareja, Arianna.

¿Qué te hace feliz?

Los vínculos interpersonales construidos desde la gratuidad del amor.

¿Qué cosas te cuesta perdonar?

Las traiciones personales.

¿Cuál es tu primer pensamiento al comenzar un nuevo día?

Doy gracias por el día anterior y pido por uno más.

¿Cuál es tu mayor miedo?

Si llega: el momento en que deje de ser autoválido, física o mentalmente.

Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó, ¿cuál sería?

Venir a estudiar a Montevideo, con 16 años, en plena dictadura, con las restricciones a las libertades que por entonces existían, lejos de los afectos y amistades.

¿Qué hacés con todo el corazón en tu vida?

Amar a mis próximos.

¿A quién admirás?

A varios compañeros de camino en el Juan XXIII, que con su ejemplo, me enseñaron mucho sobre la condición humana.

Si pudieras volverías a… Recorrer lo vivido.

Qué bueno que decidí…

Dedicar gran parte de mi vida a trabajar en la educación con/por los adolescentes, porque es una etapa maravillosa en el crecimiento de las personas.

Estás cerrando, por decisión propia, tu ciclo laboral ¿cómo lo estás viviendo? ¿Qué recomendarías a quienes transitan esta misma etapa vital?

Lo estoy viviendo con mucha serenidad y alegría, porque es fruto de un largo discernimiento; la lectura del capítulo III del Eclesiastés ha sido muy buena compañía para la toma de esta decisión. Sugeriría que es bueno pensarlo y elaborarlo con tiempo, para que sea una decisión personal que se asume con mucha libertad y despojo.

Para tantos y tantas jóvenes, durante varias décadas, has sido una persona crucial en el Juan XXIII ¿qué huella o recuerdo te gustaría haberles dejado?

La importancia del esfuerzo personal, la constancia, el sacrificio, la dedicación y el compromiso con los proyectos que van eligiendo, para poder hacerlos realidad.

¿Cuáles son, de acuerdo a tu experiencia, los pilares del modo salesiano de evangelizar y la belleza de este carisma?

Yo no voy a inventar nada cuando el gran pedagogo que es Don Bosco ya lo hizo; destaco particularmente la amorevolezza, que

ojalá la podamos poner en práctica en nuestras comunidades, también con nuestros educadores y no solo con los adolescentes y jóvenes. El amor y el cuidado también de nuestros educadores es fundamental, y no siempre lo hacemos.

Como educadores­pastores y pensando en las futuras generaciones ¿qué desafíos vislumbrás para la Congregación y sus actores?

Un desafío importante, entiendo, que es la puesta en práctica del CG XXIV; es una literatura formidable que posee la Congregación desde hace casi 3 décadas, que convoca a que SDB y laicos compartamos el espíritu y la misión de Don Bosco. En mi perspectiva, estamos bastante lejos de ello.

Para todos los actores de una CEP, trabajar más en equipo es una necesidad cada vez más imperiosa.

Y en esta nueva etapa vital ¿cuáles son tus proyectos?

Seguir acompañándonos con tantos familiares y amigos que la vida me ha regalado y que, afortunadamente para mí, son muchos. Vengo de una familia de ocho hijos, que se ha multiplicado un montón, y mis dos hijas me han regalado la posibilidad de comenzar a disfrutar de mis nietas, Clara y Juana, mientras para fin de año esperamos a Delfina.

Si tuvieras la oportunidad de decirle una palabrita al oído a Don Bosco ¿cuál sería?

Es un poco osada la pregunta, pero, para no esquivarla, le diría que insistiera en que todos quienes trabajan en una casa salesiana, particularmente los religiosos, practiquen más la fraternidad.

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El #modosalesianodeevangelizar

Hacer referencia a la Evangelización de los adolescentes, para nosotros los Salesianos, es hablar de Don Bosco y sus enseñanzas, transitando por un Sistema Preventivo donde la fe ilumina, enciende y potencia la vida junto con el otro.

La tarea de evangelización es un desafío diario para todos aquellos que convivimos con los jóvenes en las diferentes obras Salesianas. Estamos asistiendo a un momento social en continuo movimiento y transformación, en el que se está produciendo una ruptura de los modelos tradicionales, acompañado de una sobreestimulación que lleva a los jóvenes a querer vivir el momento con desafíos, oportunidades, alegrías, incertidumbre, miedos y tristezas.

Si pensamos en las intervenciones de Don Bosco, podemos ver que surgen como respuesta en un momento de crisis social, económica, cultural, religiosa, y él actúa yendo al encuentro genuino, cercano y alegre con los jóvenes logrando acompañar sus procesos de vida con una espiritualidad sencilla y profunda. Es por esto que consideramos que el Sistema Preventivo sigue siendo un instrumento válido para el acercamiento por y para los jóvenes. Desde nuestra experiencia consideramos que el diálogo sincero, realmente cercano, con un interés genuino sigue siendo la clave para el acercamiento y el acompañamiento con los adolescentes y los jóvenes.

Esto queda marcado en dos frases de Don Bosco citadas por Petitclerc en su artículo “Los valores más significativos del Sistema Preventivo” (2009), que hacen referencia a que “... sin afecto no hay confianza. Sin confianza no hay educación…” y “... no basta amar a los jóvenes, es importante que ellos se sientan amados…”.

En ocasiones invertimos horas buscando estrategias innovadoras, incluimos herramientas tecnológicas o trasladamos estrategias que han sido exitosas en otras oportunidades, pero dejamos de tener en cuenta y de pensar a lo qué queremos llegar: conocer, acompañar y crecer en el vínculo junto con el joven desde una mirada contemplativa, generando oportunidades y disfrutar de la convivencia, del compartir. Ahí, es donde se encuentra viva la presencia de un Dios cercano, amigo y encarnado.

En este camino que hemos transitado juntos este último año en el proceso de formación #EnModoSalesiano nos encontramos con una frase de la Madre Teresa que dice “No dejes que nadie se aleje de ti sin ser un poco más feliz”. Esta frase la debemos tener presente en cada encuentro que tenemos con nuestros jóvenes. Cada palabra, cada gesto es un paso más hacia la evangelización de ese joven, acercarlo a Dios, acercarlo a encontrar su camino hacia su propio bienestar compartiendo la vida con otros desde el amor, alegría y la solidaridad.

Psic. Gabriela Ellis Docente de Formación Cristiana y exalumna del Colegio San Isidro Docente de Ed. Física y exalumno del Colegio San Isidro
10 FAMILIA OBRAEN

Imaginemos a una chica, llamémosla Lucía, cuyos padres la anotaron en un liceo salesiano porque es una propuesta educava de calidad, o porque allí le “enseñan valores”, pero nunca le hablaron sobre Dios.

Lucía llega el primer día de clase y lo primero que le llama la atención es que hay personas en la puerta que la están esperando y la reciben con una sonrisa. Incluso alguno ya sabe su nombre. Le resulta un poco extraño, pero le gusta.

Le dicen que tendrán los “buenos días”, pero… ¿a qué se referirán, si ya le dijeron “buenos días” en la puerta?, pero como eso les hace perder un poco de empo de clase le parece que ¡está muy bueno! Allí va escuchando cosas nuevas. Algunas no las enende, otras le parece que enen sendo.

Pero lo que más le gusta es que en el pao están los animadores y profesores. No la pesadean, pero se puede acercar a hablar con ellos en cualquier momento. Con el pasar de los días y semanas la van conociendo, y si la ven un poco rara, le preguntan cómo está, le dicen una palabrita… Todo eso la hace senr especial y querida.

También descubre que hay muchos movos para celebrar y ¡hacer fiesta! Con música, juegos, cantos, competencias, premios… todo sirve de excusa para expresar la alegría de vivir

De a poco le van hablando de María y de Jesús. La invitan a ir a la capilla, a parcipar de celebraciones, va aprendiendo y gustando de rezar con sus compañeros. La invitan también a encontrar a Dios en los demás, especialmente con los más necesitados. Le pro­

ponen apostolados, espacios donde hacerse don (regalo) para otros.

El saludo en la puerta, los “buenos días”, la presencia en el pao, la mirada atenta, la palabrita al oído, las fiestas, los apostolados… son cosas sencillas, simples, codianas, y que hacen el entretejido de la vida de nues tras casas. Todo esto va ayudando a crear un ambiente cálido, agradable, familiar, en el que todo va hablando de Dios. Y no importa si se parecen más a Miguel Magone o a Domingo Savio, con el empo ellos mismos se vuelven tesgos del amor de Dios para los demás.

Hna. Cecilia Gayo HMA
MEGUSTACOMENTOCOMPARTO 11
VALE PENA ASÍ VIVIR
LA
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NATALIA CASCO

Lic. en Ciencias de la Educación, coordinadora de grupo y educadora de Formación Cristiana del Colegio San Isidro

Al hablar sobre el modo salesiano de evangelizar subraya que su esencia radica en la cercanía y la alegría. Celebra la visión “más plural y diversa” de los jóvenes, aunque le preocupa de ellos cierto “relativismo” y dosis de individualismo. No obstante, la Lic. Natalia Casco, coordinadora y educadora de Formación Cristiana del Colegio San Isidro, no deja de hacer foco en la bondad que “se encuentra en el corazón de cada joven” y anhela que “los gurises puedan sentir que Jesús los salva”.

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¿Cuál es el modo de evangelizar desde la perspectiva salesiana?

Siempre me gusta mucho pensar en cuando a Don Bosco le pedían que dejara por escrito su sistema educacional y él decía que en realidad no había ninguna receta, es la sencillez del encuentro, sin demasiada vuelta, el encuen tro por sí mismo. Don Bosco decía: “Yo recibo a los jóvenes como mi madre me recibía a mí”. La esencia del modo de evangelizar salesiano es la cercanía, mostrar un Dios que es cercano, que tiene que ver mucho con el Evangelio mismo. Y también la alegría. Parecen palabras que las decimos muy reiteradamente, pero es real, marcan nues tra forma, un camino. A veces los gurises te dicen “nunca estás triste”, y capaz que sí, que me están pasando cosas, pero tenemos una manera de manifestar nuestra vida y nuestro testimonio que tiene que ver con la esperanza y la alegría.

¿Y cuáles son los desafíos más grandes?

La propuesta de evangelización salesiana parte siempre de la propia naturaleza del joven. Si bien la propuesta de

seguir a Jesús es un camino de perfección, no niega lo que es más propio de la persona, por el contrario, lo toma como punto de partida. Por otro lado, la evangelización al modo salesiano se basa también en una visión optimista de la realidad, un optimismo realista que impide caer en el desánimo e invita a ver la bondad que se encuentra en el corazón de cada joven. Sin embargo, nos cuesta llegar a saber bien cuáles son sus motivaciones hoy. El individualismo es un gran desafío al que nos enfrentamos. Es real que muchos jóvenes, si pudieran, se quedarían todo el día jugando al Play en la casa. Noto que está costando salir de uno mismo para encontrarse.

Si pensás en los puntos frágiles del modo de evangelizar salesiano ¿cuáles detectás?

Pienso que hay cuestiones que tienen que ver con ciertas formas de vida de los jóvenes y sus pensamientos, que merecen alguna atención más particular. Vivimos en un momento en el que se valora poco el asociacionismo y los jóvenes lo replican, evitan ese tipo de compromisos. Se valora más el tener que el ser, poseer más que compartir

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Se valora lo inmediato y lo que me da resultado hoy, el disfrute del momento. Existe cierto relativismo moral, “está mal, pero no tan mal”. Hay una visión más plural y diversa que celebro, pero que mal entendida hace todo más relativo, sobre todo en el ámbito religioso. Otra cosa es que los jóvenes creen que la Iglesia es insuficiente a la hora de dar respuesta ante los problemas de la sociedad. Para los jóvenes, en general, lo religioso no ocupa un lugar importante, no es algo útil para ellos, es de otra época. Los cambios a nivel familiar que producen tantas inseguridades en los chicos también es un tema a atender. Sin duda, los desafíos son muchísimos, lo fueron desde tiempos inmemoriales. Pero siempre están las energías puestas y la esperanza en seguir apostando y proponiendo como válido seguir a Jesús, quien te trans forma la vida.

¿Qué fortalezas acompañan estas debilidades? Pensar en fortalezas me direcciona al equipo con el que comparto la tarea de evangelizar. Todas las personas que estamos convencidas de que el carisma salesiano está demás. Un equipo comprometido, con presencia, participación, solidaridad, con el que nos cuestionamos la realidad y estamos en búsqueda. Compartimos el día a día con los chicos y ese contacto personal ¡es tan importante para evangelizar! Y por último, el ambiente. Toda casa salesiana no es un espacio físico, sino que es un ambiente, un ecosistema, donde se vive y se respira un montón de valores humanos y cristianos. En la evangelización el carisma salesiano aporta su propia identidad, que va siempre en relación con evangelizar educando y educar evangelizando, y desde esa visión se entiende al joven. Si pensamos en el propio Don Bosco, la amistad que forjó con los jóvenes de Turín era más que un sentimiento, era ante todo una promoción humano­cristiana.

¿Qué huellas quisieras dejar en los jóvenes que se cruzan en tu camino?

Que les suceda como a mí me pasó cuando era adolescente y descubrí que Jesús tiene algo para mí, que de alguna manera planifica mi vida, la hace plena, le da sentido. Esto lo sentí a raíz de haber vivido una situación fuerte, que me sacudió. Antes de esta experiencia tenía fe, pero no en el sentido de que hace que tu vida sea plena, que Jesús llena tu vida de verdad. A partir de ahí encontré un refugio en Dios y me prendí para siempre. Sentí que en Jesús podía encontrar respuestas que capaz humanamente, desde mis herramientas y mis manos, no las iba a encontrar. Y me encantaría que todos los jóvenes pudieran tener ese sentido de que realmente en Jesús hay una promesa que es verdadera y que en Él puedo descansar y confiar. Las cosas las tenemos que solucionar nosotros, no es el consuelo del bobo, pero sabemos que vamos a poder y vamos a tener la fortaleza. Me encantaría que los gurises puedan sentir que Jesús los salva, es la imagen que más me gusta.

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CON YNOMBRE APELLIDO 16
P. FRANCISCO (PACO) SANTOS SDB, del Dicasterio para la Formación Salesiana
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Es madrileño, tiene 57 años y tal capacidad de empatía que logra, en apenas unos minutos, que sus interlocutores se sientan en la confianza de desnudar sus sentimientos, miradas y pensamientos más profundos ante otros.

El padre Paco Santos, en su paso por Montevideo, sostuvo encuentros con diversos equipos inspectoriales y en el Noviciado, en los que evidencia su anhelo de buscar siempre “el querer de Dios”.

El integrante del Dicasterio para la Formación de la Congregación está convencido de que “los salesianos nos formamos en la misión, no para la misión ni desde la misión” y que “son los jóvenes los que nos dicen lo que tenemos que preparar, pensar y estudiar”.

“Es necesario que lo que yo aprenda les sirva a los jóvenes, de lo contrario, no sirve para nada”, sostiene al ser entrevistado para el BS.

¿Por qué Salesiano de Don Bosco?

Es una respuesta a situaciones pequeñas que conducen a esa gran decisión. Cuando tenía 13 años iba a un colegio público y uno de los hermanos de un amigo del barrio estudiaba en un colegio de formación profesional salesiano y me invitaron a la fiesta de María Auxiliadora. Ese fue el detonante. Recuerdo el impacto de ver esa celebración en un colegio salesiano, por primera vez, una realidad desconocida para mí. Algo que propició la experiencia también fue mi familia, muy religiosa y practicante, y como los domingos íbamos todos a misa la figura del sacerdote estuvo siempre presente en mi infancia. Además, siendo pequeño fui a un colegio de monjas y tengo la imagen de ayudar en la misa y el recuerdo de ese sacer dote que nos preparaba para la Primera Comunión a quien admiraba mucho, un hombre bueno. Luego el aspirantado, en la casa salesiana de Arévalo, fue una experiencia impresionante. Ni bien llegué, con 14 años, tuve anginas y fiebre, y fueron a verme mis padres y me dijeron de llevarme de vuelta a casa. Quise quedarme allí porque el ambiente entre los compañeros, con los educadores y los salesianos era muy bonito. Recuerdo la sonrisa del director y el susurro del confesor, todos muy afables. En el proceso se dan pequeñas acciones y situaciones que, aisladas, aparentemente no llevan a nada, pero llega un momento, cuando debes tomar una decisión, que te dices “¿por qué no?” y ese “por qué no” es un primer paso; pero después llegas a un “por qué” importante que puede ser respuesta a algo mayor que no habías pensado, a algo que no viene de ti, es una llamada de Dios.

¿Cuál es, en tu experiencia de acompañante y acompañado, ese modo salesiano de acompañar? En mi experiencia es clave al ser acompañado sentirse comprendido y saber escuchar, que te transmitan confianza, que te ayuden a desdramatizar y, a partir de la

reflexión, hacer tuyo algo de lo que te dicen. Al acompañar, no hay que buscar convencer a nadie, pero sí compartir la experiencia y las propias convicciones: “No quiero convencerte, pero sí que sientas que estoy convencido”. Esto supone para el acompañante una responsabilidad. Es acompañar más que dirigir

¿Hoy es más complejo acompañar a los jóvenes? Hoy la vida es más complicada, pero hay condiciones que facilitan el acompañamiento. En los jóvenes se percibe una sinceridad, apertura y espontaneidad que no teníamos nosotros al hablar, por ejemplo, con un formador, pues te imponía respeto. Hoy los jóvenes hablan de todo con mucha serenidad y conocimiento, y saben lo que están buscando. El acompañamiento formativo siempre supone unas metas u objetivos por cumplir, pero antes era un poco más directivo. Hoy en día ya se superó esa identificación que había entre la obediencia ciega y el estar haciendo lo correcto. Hay un matiz que deja espacio a una libertad personal, que es también una opción per sonal: “Hago esto no porque me lo hayas mandado tú, sino porque lo que tú me dices también a mí me convence”. El acompañante debe buscar el querer de Dios, no el suyo, y aunque se puedan cometer errores, siempre se rige por la buena intención. Yo tengo experiencia real de lo que es la Providencia. De algo que tú no puedes por ti mismo, pero haces lo que puedes, y Dios no te pide más. Uno percibe la mano de Dios y llega cuando no la esperas. Hay que tener paciencia y no buscar resultados inmedia tos, hay que darse y dar tiempo. El acompañamiento no es exigente, pero sí responsable.

¿Cómo has transitado las crisis? En toda experiencia existencial la dificultad emerge. El abandonar siempre aparece como una posibilidad y, entonces, como tal, la contemplas también. Pero no se

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trata de renegar las decisiones tomadas, sino de gestionar las cuestiones nuevas que aparecen. En el intento de gestionarlo aparece el acompañamiento, la necesidad de interpretar bien, de corregir alguna tendencia que dice “esto no va bien”, de analizar, reflexionar y tomar las decisiones correctas que incluso, a veces, son dolorosas. Hay momentos en que te das cuenta de que algo no va, detectas donde está la falla y eso se llama conversión, y la conversión es algo permanente. Yo me he tenido que convertir de muchas cosas en la vida y llega un momento en que no es que bendices estar en esa prueba, pero la crisis resuelta es interpretada como un momento de Gracia.

En tu experiencia como acompañante, ¿cuál es el obstáculo más reincidente en el crecimiento espiritual?

El obstáculo más grande es el deseo de certezas. Una condición fuerte es el hacerse indiferente al propio querer, lo cual es bonito decirlo pero duro vivirlo. Rezar diciendo “no te pido nada, pero ayúdame a aceptar lo que tú quieras, cómo tú quieras, y cuando tú quieras” puede ser la oración más sincera. Yo creo que el acompañamiento es hacer las cosas para buscar el querer de Dios y no el propio, y aceptarlo y vivirlo. Darte cuenta de esa presencia de Dios que se presenta de muchas formas.

¿Qué huella quisieras dejar en los jóvenes?

Lo único que me gustaría es no ser impedimento a la acción de Dios (Él corrige, cambia, modela) y, si puede ser, la ayuda para que se cumpla su querer.

¿Qué aprendes de los jóvenes?

Lo que aprendo de los jóvenes es su deseo de vivir y yo, como salesiano, cuando no estoy con ellos, siento que me falta su entusiasmo y empuje. Nuestra Congregación nació con chicos que creyeron lo que Don Bosco les decía y lo creyeron tanto que lo hicieron realidad. Don Bosco soñaba, pero los chicos realizaron los sueños. Lo que aprendo es seguir los deseos de los jóvenes, que tienen una honestidad natural. Si nos movemos en la cuestión

ecológica es porque ellos nos están indicando ese camino. A los salesianos jóvenes en formación les digo dos cosas, porque las siento: “No dejen que la formación les apague el fuego ya que estar en una casa de formación muchas veces significa renunciar al mundo juvenil”, y les recuerdo lo que decía Don Bosco: “Yo por vosotros estudio, trabajo, me canso, reniego de la felicidad y estoy dispuesto a dar mi vida” y, junto con eso, les recuerdo que no olviden que nuestros destinatarios son nuestros mejores formadores, son los jóvenes los que nos dicen lo que tenemos que preparar, pensar y estudiar. Los salesianos nos formamos en la misión, no para la misión ni desde la misión, es decir, que es necesario que lo que yo aprenda les sirva a los jóvenes, de lo contrario, no sirve para nada. Me debo preparar en aquello que los jóvenes necesitan.

¿Qué impresión te dieron los jóvenes uruguayos con los que te encontraste?

La impresión fue de una gran riqueza y valor personal, de frescura de ideas y de libertad de espíritu. Llamaron las cosas por su nombre, con nitidez y deseo de conocer, crecer, madurar, de tener experiencias nuevas, son personas receptivas, con ganas de vivir y creatividad. Ahí emer ge la confianza que los jóvenes merecen, ya decía Don Bosco: “Confía en los jóvenes y nunca serás defraudado".

Para ti la felicidad es…

Ver que tu vida sirve, que a alguien le vale, que no es inútil, que aquello que hay en ti lo pones en acto porque a otros les sirve para llegar a Dios, para encontrar su propia plenitud. A mí me hace feliz lo que hace feliz a otro y eso es la vocación al amor

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20 AQUÍ AHORAY

El pedido de los jóvenes y la respuesta salesiana

¿Qué nos piden los jóvenes a los salesianos? “Esperan que sepamos conjugar el verbo cuidar, significa redescubrir lo cotidiano, la cercanía y la atención personal ('conversación más que cátedra'), la oración confiada, el silencio y la soledad, la entrega y la solidaridad como respuesta; la pertenencia. Cuidar es dar esperanza, dibujar horizontes, fundamentar bien la vida”, responde el P. Miguel Ángel García Morcuende, consejero general de la Pastoral Juvenil (PJ) Salesiana.

¿Qué nos piden los jóvenes a los salesianos? “Esperan que sepamos conjugar el verbo cuidar, significa redescubrir lo cotidiano, la cercanía y la atención personal ('conversación más que cátedra'), la oración confiada, el silencio y la soledad, la entrega y la solidaridad como respuesta; la pertenencia. Cuidar es dar esperanza, dibujar horizontes, fundamentar bien la vida”, responde el P. Miguel Ángel García Morcuende, consejero general de la Pastoral Juvenil (PJ) Salesiana.

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Consultado sobre el modo salesiano de evangelizar, respondió desde Roma al Boletín Salesiano, que la propuesta salesiana es “dinámica e integral” ­es un itinerario recorrido por el propio joven donde el crecimiento es algo que hay que hacer diariamente y “comunitario”

“El Papa Francisco dice que la Iglesia es una canoa, en la cual los viejos ayudan a mantener la dirección interpretando la posición de las estrellas, y los jóvenes reman con fuerza imaginando lo que les espera más allá. Debemos subir todos a la misma canoa y entre todos buscar un mundo mejor, bajo el impulso siempre nuevo del Espíritu Santo”.

Por último, resalta que no debemos olvidar el llamado a la santidad. “En general no hemos sabido qué hacer con la palabra santidad (…). Quizás pensamos que es una palabra muy

elevada, o que no es algo cercano a los jóvenes hoy, o que es necesario buscar nuevos modelos de santidad, pero sin saber concretarlos. Sería deseable que la palabra santidad ocupara el lugar que le corresponde en nuestras propuestas educativo pastorales, esto es, proponer la vida cristiana en toda su plenitud”, afirma.

Sobre los desafíos a los que se enfrenta esta misión, el consejero general advierte que “la primera limitación es el mismo escenario social y cultural en el que nos encontramos en muchos contextos que nos empujan a preguntarnos: ¿cómo suscitar la experiencia cristiana de Dios en un mundo de tantas convicciones frágiles? ¿Cómo evangelizar en una sociedad que fragmenta a las personas y las relaciones humanas? ¿Cómo ser

propositivos en unos tiempos de tanta saturación de experiencias?”

García Morcuende cita al Papa quien dice que no estamos en una época de cambios, sino en un cambio de época y agrega que para los educadores salesianos esta realidad constituye una oportunidad para “acompañar a los jóvenes en el desarrollo de actitudes que les permitan superar situaciones difíciles; para ayudarlos a valorar el sentido de su juventud y a vivir en plenitud sus aspiraciones, dinamismos e impulsos”.

En ese acompañar destaca que lo que más le “apasiona” del modo evangelizador salesiano es “llegar a las periferias de tantas sociedades” “Significa que el educador salesiano ha dejado el centro, el lugar donde uno está cómodamente instalado y

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busca a los jóvenes más necesitados. Ir a las periferias es una exigencia que se deriva del Evangelio y del sentido misionero de Don Bosco. Llegar a las antípodas para anunciar eso que creemos”, resaltó.

Citando al rector mayor, señala que tenemos que practicar el “sacramen to de la presencia”, puesto que, para un educador salesiano, no hay jóvenes invisibles. Hay que llegar a todos y “renovar continuamente las mediaciones de la experiencia cristiana (cantos, gestos, lenguaje, métodos, narraciones, testimonios, símbolos, actividades, etc.) porque quizás ya no sirvan (tal cual), incluso sean en este momento contraproducentes”, advierte.

Para llegar a todos los lugares es clave dialogar con el mundo de hoy y para hacerlo el consejero general de la PJ destaca los cinco pilares que nos enseña Francisco en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium (n. 24). “Se trata de un nuevo estilo, de una nueva mentalidad y sensibilidad; de un nuevo modo de vivir nuestro discipulado misionero”, aclara.

Esos pilares son: primerear “porque hemos sido amados primero por el Dios de la Vida, los seguidores de Jesús debemos salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos”; involucrarnos en la realidad cotidiana de la gente, como

Jesús lo hizo; acompañar en el camino cotidiano a los jóvenes y en sus luchas diarias. “Esto implica saber esperar, saber ser pacientes… ¡Qué importante es tener aguante apostólico en la pastoral juvenil!”, dice. Por último está la invitación del Papa a fructificar y celebrar. “El Señor quiere una presencia salesiana fructífera”, y “la comunidad expresa su vitalidad apostólica en su fuerza celebrativa”, comenta sobre estos dos últimos pilares.

Adrián Arias Nancy Bentancor

“Necesitamos llevar adelante una evangelización gozosa, celebrativa, atrayente; así la Iglesia evangeliza y se evangeliza ella misma con la belleza celebrativa de la liturgia de la vida y de la fe”, concluye el consejero.

Guía para encarar la misión salesiana

“Los quiero felices ahora y en la eternidad. Que los jóvenes, laicos y consagrados, podamos descubrir y construir sentidos en la vida c los otros desde el encuentro con Jesucristo, fuente de nuestra salvación”. Esta frase del PEPSI (Proyecto Educativo Pastoral) resume el sentido de la obra salesiana.

El padre inspector en Uruguay, Alfonso Bauer sdb, presenta al PEPSI como “la guía para encarar la misión salesiana” de acá a 2027, y señala que el centro del proyecto es “la persona del joven en su integralidad, acompañándolo en su proceso de crecimiento en su vida vocacionada desplegándola en todas sus posibilidades”

Con el objetivo de mantener el constante contacto con la realidad juvenil que es cambiante, el PEPSI propone una metodología novedosa en cuatro piezas: una narrativa, un documento, un mapa y un modelo operativo.

La narrativa y el mapa nos recuerdan la misión de contagiar el Evangelio, especialmente a los jóvenes y con ellos. “El fuego que nos muestra el mapa nos recuerda el mensaje poderoso y delicado, vivificante, que Dios puso en nuestras manos. Y nos recuerda que solo estando encendidos, comunitarios, alegres y abiertos será posible hacer realidad el sueño de Don Bosco, que nos imaginó en camino hacia la plenitud”, dice el documento.

Por último, el modelo operativo tiene el cometido de movilizar a la comunidad en un proceso genuino de elaboración de su propio PEPS local, en forma comunitaria.

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EDUCAR Y EVANGELIZAR SEGÚN SANTA MARÍA DOMINGA MAZZARELLO

El estilo educativo de santa María Dominga Mazzarello se manifestó inmediatamente en su vocación catequética y evangelizadora de orientar a las jóvenes hacia Dios.

Cuando en 1864 conoció a Don Bosco ella tenía 27 años y Don Bosco 49. Ya había fundado un taller de sastrería para las niñas de Mornese con este proyecto claro, compartido de raíz, con su amiga Petronilla: "Recogeremos a las niñas, les enseñaremos un oficio, las alejaremos del peligro, las haremos buenas y sobre todo les enseñaremos a conocer y amar al Señor». El objetivo era claro: orientar a las jóvenes hacia el Señor y guiarlas en el aprendizaje de un oficio, en vista de una inserción constructiva y activa en la sociedad y en la Iglesia.

En la formación inicial de santa María Dominga la experiencia familiar, en la que la presencia de los padres es relevante para la educación de los hijos, fue serena y decisiva. María Mazzarello poseía el arte de hacer crecer a las personas desde dentro a través de experiencias vitales y comprometidas, de "asumir el bien para hacerlo nacer". "Hacer conocer y amar al Señor" es el fin primordial de la acción "misionera" de las primeras hermanas y, en fidelidad a Don Bosco, Madre Mazzarello es consciente de que la salvación cristiana exige el anuncio del Evangelio que tiene siempre primacía en la vida.

Un elemento fundamental, que no es solo instrumento de evangelización, sino que se convierte en evangelización misma, es el arte de "hacer hogar", de crear un clima seguro para las niñas, un espacio tan grande como su deseo de alegría y libertad, con el gusto y el corazón de mujer

impregnado de Evangelio, de María Auxiliadora, de pasión por el da mihi animas cetera tolle. Es el estilo femenino salesiano vivir la paciencia de la espera que acompaña al crecimiento sólido y armonioso, la solicitud del amor que previene, mirando junto a los jóvenes el horizonte de vida que se abre, para que elijan la suya; con conciencia de futuro, abiertos a la esperanza que acelera el paso hacia la adultez evangélica.

Así trabajaron las Hijas de María Auxiliadora en Mornese, Niza, Argentina, Uruguay, en todo el mundo, con la creatividad y la fuerza sorprendente de que son capaces las madres cuando ven a sus hijos en necesidad.

Estos orígenes fecundos y abiertos a acoger la vitalidad de la vida nos enseñan y capacitan para educar en la fidelidad a Dios y a los jóvenes en sus situaciones reales, en la historia. Se trata de realismo pedagógico salesiano: la evangelización se realiza concretamente dentro de un proyecto global de educación integral, es decir, en la atención al con texto local, a partir de la persona, sus necesidades y procesos de maduración. A partir de ahí se crean las condiciones para que pueda optar por abrirse a Dios y acoger el Evangelio, para vivir responsablemente una ciudadanía activa y solidaria.

Para santa María Domingo Mazzarello, para las Hijas de María Auxiliadora, para toda la Familia Salesiana, la acción educativa no termina en instruir, socializar, capacitar para una profesión, sino que pretende llevar a cada persona a reconocerse como hija de Dios, para vivir una vida digna de esta vocación.

Argentina ­ Curatorio del Teologado Interinspectorial de San Justo

El 5 de setiembre se reunieron en San Justo, provincia de Buenos Aires, los inspectores responsables del Curatorio de la casa de estudiantes de teología de las inspectorías de la CISUR: Argentina, Uruguay y Paraguay, junto al Consejero Regional, P. Gabriel Romero. El objetivo del encuentro consistió en acompañar la propuesta formativa de los salesianos, valorando el ambiente comunitario, las prácticas pastorales y el itinerario académico. Se plantearon también algunos desafíos para los próximos años y se agradeció el trabajo del equipo formador Fuente: ANS

Documento Posición de la Congregación Salesiana sobre la Ecología Integral Con motivo del Tiempo de la Creación 2022, el Sector de Pastoral Juvenil Salesiana y un grupo de expertos, elaboraron el Documen to de Posición de la Congregación Salesiana sobre la Ecología Integral. Está disponible en cinco idiomas en este enlace https://bit.ly/3qBH7GB. Se trata de una reflexión que, por un lado, define la posición de los Salesianos de Don Bosco dentro del camino trazado por la Iglesia Católica y, por otro, ofrece a todas las inspectorías salesianas instrumentos concretos para llevar a cabo juntos la conversión ecológica Fuente: ANS

SINTONIZANDO CONDONBOSCO DE LARESOTROS
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Hay muchos libros, trabajos, ensayos e investigaciones sobre el modo salesiano de evangelizar. Beber de la fuente, que es el modo en el que Don Bosco evangelizó en Valdocco, y al mismo tiempo escuchar y mirar la realidad que viven las juventudes hoy, son las dos patas que sostienen y enriquecen continuamente las reflexiones sobre este modo de evangelizar tan característico.

Podría decir mucho, sacar a relucir autores y citas, acudir a conceptos recurrentes como la amorevolezza, el Sistema Preventivo, la caridad pastoral. Creo que eso, en mayor o menor medida, lo vamos aprehendiendo todos los que transitamos por la casa salesiana, son cosas que las tenemos bastante aceitadas, en general.

Quise ir por otro camino y a través de Instagram le pregunté a mis seguidores cómo había sido su experiencia de descubrir y conocer a Dios al pasar por una casa salesiana. Me pareció más significativo deducir cuál es este modo salesiano de evangelizar no desde la teoría, ya conocida, sino desde la experiencia, que en definitiva termina siendo el modo real de evangelizar.

Hubo variedad de respuestas y algo que me llamó la atención fue el modo en el que se expresaron las personas que me contaron su experiencia: desde un corazón agradecido. Incluso algunos que no tuvieron una experiencia del todo positiva, me comentaban que agradecían lo poco que podían rescatar

Me encontré con un sentir común de que este modo de evangelizar tiene en el centro a las personas: se descubre a Dios por medio de las personas que lo anuncian con su vida y su testimonio. La vida de los otros que deja traslucir cómo es Dios: un Dios cercano, fraterno, que escucha, sencillo, misericordioso, que ríe, canta y llora, un Dios joven, un Dios que es padre, hermano y amigo. O como me dijo uno, ¡un Dios que le gustaba que juguemos y la pasemos bien!

Esto me hace pensar que el Dios que se descubre y conoce en la casa salesiana, primero se le cree y luego se le trata de entender. Primero se le conoce,

se le ama, se le deja amar, se le hace un lugar en la vida, se contagia. Después viene el tiempo de entenderlo, de estudiarlo, de razonarlo, porque es necesario para así consolidar la fe.

Pregunté también cómo eran esas personas que habían anunciado y testimoniado a ese Dios. Muchos adjetivos: desde amigables, divertidas y pacientes, hasta humanas, auténticas y comprensivas. Pero lo que más se repitió fue cercanas. Gente cercana, a la mano de los jóvenes, dispuesta a estar ahí.

Y para estar realmente cerca de los jóvenes hay que vencer cualquier prejuicio o etiqueta que tengamos sobre ellas y ellos, para acortar distancias y hacer efectiva la presencia del amor de Dios. Como les pasó a todas y todos los que me ayudaron a escribir estas líneas.

Juan Manuel Fernández sdb
SABORABUENASNOCHES 25
Desde hace varios años Camila Rodríguez participa de las actividades del Centro Monseñor Lasagna (CML), donde desde 2019 forma parte de su equipo de comunicación. “El CML es una casa abierta, un espacio donde las y los jóvenes somos protagonistas de nuestra realidad”, subraya esta joven comunicadora al reflexionar sobre la propuesta del Centro y su experiencia de fe compartida en un espacio donde siente que puede ser ella misma. Camila Rodríguez
DEL SALESIANOÁRBOL 26

¿Cuántas personas integran el espacio?

Aproximadamente hay entre 200 y 300 jóvenes que pasan por el CML, que forman parte de comunidades y talleres, y/o vienen a los distintos encuentros. Las comunidades activas más pequeñas tienen entre 10 y 12 personas cada una, a su vez existen comunidades con más de 20 gurises. El CML es un espacio de encuentro, también hay personas que solamente pasan y se quedan un rato, o participan de encuentros específicos.

¿Qué actividades proponen desde el Centro?

Están las comunidades, los talleres y también tenemos anualmente muchos encuentros, como la fiesta de María, la de Don Bosco, celebraciones, misas, misiones, campamentos y retiros. Son todas oportunidades para acercarse al CML. Siempre se realizan charlas, por ejemplo, se organizaron charlas de política, de feminismo, de Laudato si, la casa común, el medio ambiente, entre otros temas. Paralelamen te, surgen días lúdicos, donde hay juegos de caja, o dinámicas más espontáneas.

¿A quién va dirigida la propuesta?

La propuesta está dirigida a todos los jóvenes que quieran compartir su vida en comunidad y están dispuestos a encon trarse con las y los demás. Hay un núcleo común, somos salesianos la mayoría, con fe cristiana, hacemos énfasis en exalumnos salesianos y en la rama salesiana, en compartir en base a la fe, pero no es un requisito excluyente. Muchas personas que no fueron a colegios salesianos se integran a la propuesta, va mucho en los valores que se comparten, lo importante es querer compartir la vida en comunidad. Por otro lado, el CML también es un lugar donde el Sector Social se reúne, un espacio donde muchos oratorios planifican y vienen a proyectar las dinámicas.

¿Cómo definirías la propuesta del CML?

El CML es una casa abierta, un espacio donde las y los jóvenes somos protagonistas de nuestra realidad. Hay comunidades, espacios de encuentro y formación, talleres culturales, deportivos, artísticos. Lo importante es nutrirnos entre todos

y todas, y compartir el núcleo común desde la experiencia salesiana. Es un espacio de alegría, de festejo, siempre se remarca mucho las palabras de encuentro y comunidad. Se intenta potenciar a los y las jóvenes y alentar a que logremos sentirnos cómodos en este espacio, que podamos ser nosotros mismos.

¿De qué trata específicamente la propuesta evangelizadora del Centro?

Lo central es la fe compartida, en lo teórico y en lo experiencial, el poder estar para el otro, acompañarnos y transmitir lo que aprendimos de Jesús. El centro es la fe, intentamos acompañarnos entre comunidades y en los diversos encuen tros le damos un lugar importante a la oración. También tenemos a los sdb como acompañantes, en el equipo está Nicolás Soto y existe el nexo con Hugo Espinosa, con ellos hablamos de cómo vamos llevando adelante este proceso. Asimismo, funcionan comunidades sacramentales, donde las personas pueden acceder a los diferentes sacramentos. Tenemos momentos e instancias de invitación a misas, sacramentos, todo esto se suma a la propuesta que compartimos.

Y vos ¿qué encontrás en el CML?

Un espacio donde puedo ser yo, siento que este lugar me potencia, me hace encontrar con gente que está demás y con personas con las que realmente puedo hablar y sentirme cómoda. El CML es el lugar donde descubro más a Dios y puedo darme el espacio hacia mi espiritualidad, refuerza ese aspecto. Es un espacio donde hay alegría, buen ambiente, buen clima, y confluyen actividades interesantes. Se acompañan nuestras búsquedas y cuestionamientos, descubrimos y profundizamos distintos aspectos de nuestras vidas. Al CML lo siento como una casa, un espacio ameno donde puedo compartir y sentirme cómoda, un lugar al que sabés que podés venir cuando quieras y donde siempre te van a recibir con los brazos abiertos. Me siento aceptada y querida. ¡Qué mejor que venir a un lugar donde uno se siente así! Es un espacio donde potencio mis habilidades, mi espiritualidad y mis vínculos, es un sitio de búsqueda, de respuestas y de acompañamiento.

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A 12 años de experiencia pedagógica ¿qué encuentran en Minga todos los días quiénes eligen quedarse?

El Proyecto Minga­Salesianos celebró sus 12 años de experiencia pedagógica a lo grande.

Del 26 al 29 de agosto, más de 500 personas disfrutaron junto a Minga cuatro días de fiesta continuados. La obra social salesiana, que nació por una necesidad de ser fieles al carisma, en Las Piedras, y empezó como un sueño, es hoy signo de comunión entre distintos y motivo de esperanza joven.

Para celebrar junto a las amigas y amigos del Boletín Salesiano les planteamos a distintos integrantes de esa comunidad educativo pastoral la pregunta ¿qué encuentran en Minga todos los días quiénes eligen quedarse?

“… si estos jóvenes hubieran tenido un amigo que se preocupara por ellos, los acompañara y les mostrase el amor de Dios, quien sabe si no se hubieranalejadodeestavidaquellevan…”
UNA AMIGAMANO
DonBosco(MO) 28

Valentina es animadora y afirma que en Minga encuentra “mucha alegría” “Es lindo saber que los sábados hay que levantarse temprano para ir a animar a esos chicos que siempre vienen con ganas de divertirse. Nosotros como animadores nos divertimos mucho también!”, asegura.

Delmira, por su parte, comenta que en Minga recibe “sonrisas, cariño y apoyo emocional en todo momento, ya sea a través del alimento que se comparte o con un saludo”. Valora la confianza que depositan los chiquilines que asisten a la obra social: “Cuando se sienten mal te cuentan sus cosas”, afirma.

Débora encuentra “abrazos y ganas de salir adelante” en cada carita que le da la fortaleza de seguir dando todo de sí misma “para aportarles un granito de arena, de felicidad y esperanza en sus vidas”

“Gurises que están demás, que tienen ganas de aprender y jugar” es lo que halla Giuliana en Minga. “Es un lugar en donde no hay nadie por encima de nadie, donde se está a la orden día y noche por y para la gurisada”, subraya.

Para Maxi el Proyecto propicia “la oportunidad de hacer la diferencia”.

Franco, ayudante del taller de electricidad, servicio que presta junto con su padre, Gerardo, confiesa que participar de Minga es uno de sus “más grandes orgullos”. “Encontrarse con la gurisada, charlar, y jugar en el patio (como le gustaba a Don Bosco) son momentos de mucha fraternidad, que posibilitan compartir e intercambiar con cada uno, conocer sus historias y juntos 'construir familia'”.

Rosina, con la sinceridad que la caracteriza, admite que hasta el día de hoy se cuestiona qué encuentra en Minga. Admite “que le cuesta mucho, y que lo hace por 'el de arriba'”. Acompaña en la obra hace años, y cada vez se siente más involucrada en hacer la

diferencia en el día a día de la gurisada.

Melany y Florencia son estudiantes de Educación Social y encuentran en el Proyecto la posibilidad de seguir profesionalizándose. Coinciden en que “en este tiempo hemos podido observar que es un lugar muy valioso para los adolescentes, en el cual se le hace sitio al que llega y se le ofrece medios para ocuparlo, mostrándole que es posible que algo nuevo ocurra, brindando contención, apoyo y potenciando su futuro, sin olvidar que los sujetos llegan al espacio con una historia de vida que muchas veces condiciona su presente”.

“¡Siempre estaremos agradecidas con la oportunidad de formar parte de Minga!”, destacan.

“En Minga me siento en mi casa”, asegura por su parte, Marce.

“Llegan cada tardecita con un día a cuestas, escasas veces con algo lindo que contar. El intento de sacar una sonrisa muchas veces falla, aunque intente hacerlo a lo Don Bosco. Pero llegan, están, vienen y ¡siguen viniendo!”, narra Carlos. “El saludo, infaltable, ese primer contacto te da una foto del día que han vivido” señala, al tiempo que expresa cuánto anhela

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cambiarles “la pisada y que sus posibilidades y oportunidades fueran otras, que reciban buenas noticias, que jueguen, que se diviertan, que vivan descuidados porque entre todos los cuidamos, que se preparen porque un hermoso mañana les espera”.

“Esto que sueño no es demasiado, siento que es posible en la medida en que cada noche, al despedirnos, puedan partir más contentos, y menos rotos. Cada día creo más en ellos, y en su fuerza para salir adelan te, no sé si hoy, el mes que viene, o dentro de unos años, pero tengo la certeza de que son los predilectos del Dios, en quién confío, y no los va a dejar tirados, ¡claro que no!”

Para Natalia, Minga es “un lugar donde vivir la fraternidad y donde importan los sueños de todos y todas”.

En esta comunidad Erika se siente testigo de “la felicidad que experimenta cada niño al llegar los sábados a Minga porque es un lugar muy valioso para ellos”

Ana Claudia expresa que la pregunta que se le plantea “es muy intensa, porque no es cualquier centro”. Es un espacio del que había escuchado, “pero no tenía mucha idea de qué era lo que se hacía allí. Y hoy, trabajar ahí, me hace ver que la vida es otra cosa, me hace sentir que puedo hacer algo por los jóvenes que asis ten, cambiar algo en sus aprendizajes y por qué no en su pensar”. En las tareas, "con ellos reflexionamos sobre temas importantes como la pareja, la responsabilidad, el respeto, la igualdad”, detalla. “Es lindo pensar que aporto mi granito de arena y lo que se tiene en Minga más que una organización es una misión”, asevera.

"Estoy donde quiero estar” enfatiza Claudia al responder qué encuentra en el Proyecto. Si bien “es de público conocimiento el espacio que Minga brinda a los jóvenes de la ciudad, y a través de las redes tenía conocimien to de esta obra”, afirma que “esta hermosa experiencia es un desafío constante, porque recibimos mucho cariño de los jóvenes, encontramos un espacio donde se brinda todo para ellos de forma desinteresada y para alabanza y Gloria de Dios”.

“Cena especial a la noche con los gurises grandes, fiesta de cumpleaños con niñas y niños del Pre­Minga; actividad deportiva con los adolescentes de la tarde; Encuentro recrea tivo en el aún en construcción Campus Deportivo Don Bosco con más de

100 adolescentes de otros centros juveniles; misa el domingo por los 43 años de sacerdocio del padre Mateo Méndez (el hermano que en el camino nos enseñó a ser mejores personas, más comprometidos con los más desvalidos. Coherente con lo que dice y hace, firme en sus convicciones, generoso, hacedor, creador de innumerables proyectos que tienen como centro al más despojado). ¡Ayer no fue un día más! ¡Se puede!”, posteó en sus redes un noble amigo de la obra al cierre de los festejos.

John concluye señalando que Minga busca para los gurises darles “la oportunidad, como a todo ser humano, de ser constructores y protagonis tas de sus propias historias”, tal como les enseña Mateo.

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