I Premio Internacional de Poesía J. Bernavil: Antología poética

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Ediciones PalĂ­ndromus


I

Premio Internacional de Poesía J. Bernavil ANTOLOGÍA POÉTICA


Esta antología poética reúne los poemas premiados en la primera edición del Premio Internacional de Poesía J. Bernavil, celebrado virtualmente en las ciudades de Santa Ana de Coro y Maracaibo, Venezuela en diciembre de 2020.


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Veredicto

Milagro Meleán Jorge Morales Corona Isamar Baptista Reinaldo De Fernández 13 — 20

Ganadores

13

«Amanecer en los ocelos» de Nathaniela Montilla

15

«Etéreo trascendente» de Jesús Madriz

17

«Piel de agua» de Maglys Noguera

20

«Peregrino» de Yerly Herrera Finalistas

23 — 38

Grupo A

23

«Amarte desde la raíz» de Diana Esmeralda Jiménez

24

«Yo no sé hablar» de Arantza Ruiz

25

«Sembré nubes» de Thalía Sánchez

27

«Dicotomía» de Maya Pandey

30

«Penélope tercermundista» de Ángel Pacheco

32

«Playlist» de Christian Maestre

33

«Verso lidio dentro de un acorde resplandece» de Jhensy Lucena Castillo

35

«Volar hacia atrás» de Fabián Fuentes

36

«Ante lucem» de Juan Caña

38

«Cilicio» de Asdrúbal Valecillo

41 — 56

Grupo B

41

«La voluntad del silencio» de Sarah Espinoza

43

«Insecta» de Julio Tizzani

45

«Ciar las agujas» de Miguel Ángel Tovar

47

«Un poema pa’ los muertos» de Adela Cova

48

«Soy una ciudad de ecos» de Gabriel Urrutia


49

«Los otros que soy» de José Manuel Nava

50

«Lugar de exilio» de Fabiola Palomares

51

«Salacidad» de Jatniel Villarroel

52

«Mujer en el placebo» de Tahis Urdaneta

54

«Al pasar» de Eduardo José Blanco

59 — 67

Grupo C

59

«Canela y salitre» de Rodrigo Lares

61

«Indeleble» de Rafael Antonio Marín

64

«La noche es la tumba» de Alzea Moreno

66

«Razón y fuerza» de Conrado Gabriel Bonecco

67

«Paleta amazonia» de Lola Rojas Alcántara

71 — 80

Grupo D

71

«Hero y Leandro 1, 2, 3 y 4» de Miguel Aponte

74

«Uno más» de Alcy Villalobos

77

«Madre» de Olga Benavides

78

«El jardín» de Ana Manuel

80

«Con un beso en los labios» de Gema Matías


VEREDICTO Nosotros, Isamar Baptista, Reinaldo De Fernández, Milagro Meleán y Jorge Morales Corona –como Presidente del Jurado–, designados para fallar el I Premio Internacional de Poesía J. Bernavil, luego de leer, evaluar y emitir nuestros votos sobre los noventa y ocho poemas presentados a esta edición hemos acordado por mayoría simple emitir el siguiente veredicto: 1. Otorgar el Premio Internacional de Poesía a los siguientes poemas y autores: Grupo A: «Amanecer en los ocelos», presentado bajo el seudónimo Papillon. En el poema se advierte una construcción cuidada, con buen tono y ritmo que acompaña una apreciación meditabunda del mundo y sus maravillas. Desde la observación cauta, el poema nos revela ternura y asombro que lo convierten en una pieza delicada. Abierta la plica, la autora resultó ser Nathaniela Montilla de Venezuela. Grupo B: «Etéreo trascendente», presentado bajo el seudónimo Omero. Se resalta la buena utilización de recursos literarios, la musicalidad en su estructura y la interesante forma de hilar referencias propias y universales como las creencias religiosas, las supersticiones de los pueblos y genealogías que responden a la creación poética; todo esto escrito con un uso cuidado del lenguaje. Abierta la plica, el autor resultó ser Jesús Madriz de Venezuela. Grupo C: «Piel de agua», presentado bajo el seudónimo Maxa Noguer. El poema evoca, en sus imágenes –con temple y estética bien pensada– y musicalidad, una reinvención de quien escribe. El poema renace en sí, reúne la historia de una genealogía y retrata de buena manera temas universales como la vida, la muerte y la pertenencia. Abierta la plica, la autora resultó ser Maglys Noguera de Venezuela. Grupo D: «Peregrino», presentado bajo el seudónimo Gaviotalamar. Se resalta el discurso íntimo y perspicaz, donde se advierte una observación directa de los cambios que vive el ser humano a través del tiempo. La atemporalidad de su mensaje convierte a este poema en una manera interesante de ver la vida. Abierta la plica, la autora resultó ser Yerly Herrera de Venezuela. •7•


2. Otorgar las siguientes Menciones Honoríficas en sus respectivos grupos: Grupo A: g «Amarte desde la raíz», presentado bajo el seudónimo Esme. Abierta la plica, la autora resultó ser Diana Esmeralda Jiménez de México. g «Yo no sé hablar», presentado bajo el seudónimo Mardy. Abierta la plica, la autora resultó ser Arantza Ruiz de Argentina. g «Sembré nubes», presentado bajo el seudónimo Evanna Salomé Ríos. Abierta la plica, la autora resultó ser Thalía Sánchez de Venezuela. g «Dicotomía», presentado bajo el seudónimo O. H. Takeshita. Abierta la plica, la autora resultó ser Maya Pandey de Venezuela. g «Penélope tercermundista», presentado bajo el seudónimo ἄγγελος. Abierta la plica, el autor resultó ser Ángel Pacheco de Venezuela. g «Playlist», presentado bajo el seudónimo Sebastián Montes. Abierta la plica, el autor resultó ser Christian Maestre de Venezuela. g «Verso lidio dentro de un acorde resplandece», presentado bajo el seudónimo Jota Roja. Abierta la plica, la autora resultó ser Jhensy Lucena Castillo de Venezuela. g «Volar hacia atrás», presentado bajo el seudónimo Gris Álvarez. Abierta la plica, el autor resultó ser Fabián Fuentes de Chile. g «Ante lucem», presentado bajo el seudónimo Nöelle Estrada. Abierta la plica, el autor resultó ser Juan Caña de Venezuela. g «Cilicio», presentado bajo el seudónimo Asdrubel. Abierta la plica, el autor resultó ser Asdrúbal Valecillo de Venezuela. Grupo B: g «La voluntad del silencio», presentado bajo el seudónimo Sirenia. Abierta la plica, la autora resultó ser Sarah Espinoza de Venezuela. g «Insecta», presentado bajo el seudónimo Vicent Astromg. Abierta la plica, el autor resultó ser Julio Tizzani de Venezuela. g «Ciar las agujas», presentado bajo el seudónimo Miguelangel. •8•


Abierta la plica, el autor resultó ser Miguel Ángel Tovar de Venezuela. g «Un poema pa’ los muertos», presentado bajo el seudónimo Antonieta Castañeda. Abierta la plica, la autora resultó ser Adela Cova de Venezuela. g «Soy una ciudad de ecos», presentado bajo el seudónimo Poeta de la ceiba. Abierta la plica, el autor resultó ser Gabriel Urrutia de Venezuela. g «Los otros que soy», presentado bajo el seudónimo Tío Men. Abierta la plica, el autor resultó ser José Manuel Nava de Venezuela. g «Lugar de exilio», presentado bajo el seudónimo Alondra. Abierta la plica, la autora resultó ser Fabiola Palomares de Venezuela. g «Salacidad», presentado bajo el seudónimo El Marqués de Lola. Abierta la plica, el autor resultó ser Jatniel Villarroel de Venezuela. g «Mujer en el placebo», presentado bajo el seudónimo Monarca. Abierta la plica, la autora resultó ser Tahis Urdaneta de Venezuela. g «Al pasar», presentado bajo el seudónimo Clara Rivera Flor. Abierta la plica, el autor resultó ser Eduardo José Blanco de Venezuela. Grupo C: g «Canela y salitre», presentado bajo el seudónimo El titiritero. Abierta la plica, el autor resultó ser Rodrigo Lares de Venezuela. g «Indeleble», presentado bajo el seudónimo Mauro Franco. Abierta la plica, el autor resultó ser Rafael Antonio Marín de Venezuela. g «La noche es la tumba», presentado bajo el seudónimo Perpetua. Abierta la plica, la autora resultó ser Azalea Moreno de Venezuela. g «Razón y fuerza», presentado bajo el seudónimo Casio. Abierta la plica, el autor resultó ser Conrado Gabriel Bonecco de Argentina. g «Paleta amazonia», presentado bajo el seudónimo Lola Rigolella. Abierta la plica, la autora resultó ser Lola Rojas Alcántara de Venezuela. • 9•


Grupo D: g «Hero y Leandro 1, 2, 3 y 4», presentado bajo el seudónimo Horas. Abierta la plica, el autor resultó ser Miguel Aponte de Venezuela. g «Uno más», presentado bajo el seudónimo Avmarina. Abierta la plica, la autora resultó ser Alcy Villalobos de Venezuela. g «Madre», presentado bajo el seudónimo Ancaguay. Abierta la plica, la autora resultó ser Olga Benavides de Chile. g «El jardín», presentado bajo el seudónimo Venus. Abierta la plica, la autora resultó ser Ana Manuel de Argentina. g «Con un beso en los labios», presentado bajo el seudónimo Luz de las estrellas. Abierta la plica, la autora resultó ser Gema Matías de Venezuela. Emitimos este veredicto de conformidad con las bases que convocan el presente premio en Maracaibo, Venezuela a los doce (12) días del mes de diciembre de 2020.

FDO. Jorge Morales Corona

FDO. Milagro Meleán

FDO. Isamar Baptista

FDO. Reinaldo De Fernández

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MENCIONES ESPECIALES Dadas por votación popular, abierta y participativa realizada a través de las Redes Sociales del concurso.

Mención Honorífica Poeta Interactivo 2020 Maglys Noguera [@maxanoguer] Mención Honorífica Poeta Creador de Contenidos 2020 Gabriel Urrutia [@gabogabucho] Mención Honorífica Poeta Espíritu de Libertad 2020 Juan Caña [@juanpcana] Mención Honorífica Poeta de la Naturaleza 2020 Miguel Ángel Tovar [@miguelangelescoo] Mención Honorífica Poeta de la Paz 2020 Karol Mendoza [@lakantar] Mención Honorífica Poeta de la Creatividad 2020 Lola Rojas Alcántara [@3soylola] Mención Honorífica Poeta del Amor 2020 Francisco Urrego [@francisco_urrego_] Mención Honorífica Poeta de las Flores 2020 Thalía Sánchez [@thaliaams] Mención Honorífica Poeta de la Lluvia 2020 Nathaniela Montilla [@nathanielamq] Mención Honorífica Poeta de la Luz 2020 Lina Martes[@elsuperlector] Mención Honorífica Poeta de la Sabiduría 2020 Samuel Pavan [@spavan697] Mención Honorífica Poeta de las Aves 2020 Jatniel Villarroel [@jatnielv] Mención Honorífica Poeta del Viento 2020 Las luces del Alma [@las_luces_del_alma4] Mención Honorífica Poeta del Silencio 2020 Charly Cabrejo [@charlycabrejo] Mención Honorífica Poeta de la Luna 2020 Yosmel Araujo [@yosmeeel] Mención Honorífica Poeta de los Sueños 2020 Alcy Villalobos [@villalobosalcy]


҉ En homenaje a Enia Graciela Ordoùez Petit y a todas las abuelas y madres del mundo


GANADORA •••Grupo A Amanecer en los ocelos Nathaniela Montilla ¿Qué hora es? El reloj se detuvo a las 5 en punto y allá, en la taza rota el canto del vacío planta bosques a mi ombligo me distraigo es un arroyo se vierte entre las palmas y hace eco en el tejado ella voltea mi rostro lo arranca y hace que busque entre ciruelas, mi boca sí, funciona granos de trigo me esparcen al otro lado de los campos puedo ver cómo el sol se asoma bajo las acacias pero no es tiempo el susurro de un algo se esconde entre rosales bajo los ocelos •13•

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que laten en el pecho con el arpa con la flauta juntan las pestañas riegan la garganta en un despojo de las faldas de un ave que abre sus plumas a la piel de mis hombros a una caricia de mi dorso es que sus alas guardan los sueños y anuncian que es el momento del arrullo de un canto de un canto, en el vacío.

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GANADOR •••Grupo B Etéreo trascendente Jesús Madriz Soy porción minúscula de tierra de otras vidas de otros cuerpos la casa de un olvido postergado desvencijado reducto por el que circula algún susurro indescifrable forma y fondo de lo etéreo transcendente atravesado por arcos y flechas teñidos de pugnas y derrotas y en mi andar errático atesoro mis verdades que digiero sorbo a sorbo porque este mar de oquedades que me nombra lo habito de un orgullo inexplicable originado no sé en dónde ni cuándo pero ahora lo entiendo soy negro lo altanero y lo arisco me vienen de pequeño tatuados en mis carnes de bahareque en mi rostro de facciones duras marcas indelebles de resistencia aunque he de confesar cuando asalta la duda y el miedo asiduos visitantes la dureza retorna a su origen a su estado l í qui d o se atragantan las palabras el ego lo mastico como hiel •15•

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y al posarse la tormenta lacerante insostenible infranqueable me santiguo apelando a mis santos y señas invoco a mi abuela y a Santa Bárbara mi patrona («Santa Bárbara doncella/líbrame de la centella, de todas las tormentas/del rayo malariado») para aquietar la furia con la que mis recovecos se agrietan por la sal de otros mares este animal de costumbres que en mí sobrevive no es más que la resonancia de ecos silentes simbiosis de tres almas sinergia de seis manos y no reniego así soy pliegue de pliegues trinchera de tristezas y nostalgias antiguas como penitencias porque de algo estoy seguro todo lo que causa dolor es una deuda

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GANADORA •••Grupo C Piel de agua Maglys Noguera Déjame madre flotar en esta placenta de algas temo por las ramas que sufren la voracidad del viento como pistilo mi piel de agua desde mis raíces he vencido la muerte que los torrentes de las cascadas me desvistan vuelvo cual arroyo traicionada por la sequía como residuo de carne me hago crisálida. Me abandono en los rincones de mi niñez y los zapaticos de charol volando sobre mi cabeza dan taconazos en la pared. Unas cuantas lágrimas caminan por mi cuello estas cristalizan membranas que mama llegue y me dé un baño no es espejismo emerge la lluvia regodeando con las trinitarias escupen polen perverso quiero retozar con la hierba picosa es el mar donde me encuentro con los fantasmas a lo lejos mi madre con su cabello de india ancestral agita su mano y se despide nazco bajo hechizos indecorosos escabrosos estos caminos en el laberinto me atan en el presidio de las miradas en mis extremidades el paredón de fusilamiento. Cuando las niñas susurren al viento andarán de preludio en preludio. Atrás vienen las bestias revelando secretos era lo mismo oler las paredes de bahareque trepar las palmeras enlazadas a los cabellos recorrer el jardín con las ninfas sosegar las sombras sin miedo. ▶▶▶ •17•


Cuando la abuela encendía el fogón volaban velos de humo por el huerto socavo la tierra húmeda me vuelvo de barro estos charcos atraviesan mi faringe el temblor de mis tejidos cede a los ataques sin remordimiento la mortaja es mi lecho la condena mi silencio allá va la doncella descalza revoletea en el conuco sin vestido sin talegos. ¡Corran todas a tapar los espejos! la tormenta odia la noche los relámpagos se asoman y esconden secretos esta vez los libros yacen bajo mis vestidos estas ráfagas con su manto de fuego harán cenizas mis éxodos mi pleura se hace tersa y mis ojos adivinan el tiempo abuela no le digas a mi padre que escribo mis tormentos. En la arboleda de limón me disfrazo con los azahares no solo los capullos tienen astillas este árbol con espinas profana mis huesos mis venas termales el ocaso enrojece las tardes las ausencias me visitan. Sufro en esta piel que acaricia los templos del exilio y escucho el cantar de los médanos resucitando las ánimas sin sepulcro no vivirán mis ancestros anochece mi espíritu soy líquida en el fuego nadie entiende que nací de la muerte ¡oh noche alúmbrame ese camino! hílame con el mar, con la lluvia y los océanos no permitas mi encierro en las manos del incrédulo quiero sentir el cálido torrente que ardan las cenizas de mis restos que el aura en su plenaria me culpe ▶▶▶ •18•


voy a pactar con el viento el rocío de la noche que fragmente las raíces de mi cuerpo mi raza umbilical y las aguas mi aposento.

No quiero morir y volverme polvo

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GANADORA •••Grupo D Peregrino Yerly Herrera Vivir un nuevo instante los signos del enigma el día se desvanece pasajero sin rumbo te invade la penumbra raíces de vida amargo sabor de ausencia de cierta huída buscas tu propio rostro visiones huéspedes del tiempo las palabras son sombras Santuario

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MENCIONES HONORÍFICAS •••Grupo A



Amarte desde la raíz Diana Esmeralda Jiménez Mi mirada es el despertar de dos amantes sobre la hojarasca y aunque soy la mujer que ha venido con mil pájaros entre sus ramas para contarle al mundo de la profundidad de su ombligo, de los viejos árboles que crecieron a la par de sus preguntas, del miedo a los eclipses del corazón, de la vieja costumbre de volar sin sospecha de la caída ahora también quiero hablar de ti, de tu cuerpo perfumado que se ha convertido en el pozo donde bebe feliz un colibrí y decirte que, aunque enterraron mi ombligo en la tierra donde nací para que nunca me fuera lejos, hoy que te he conocido por fin tengo un hogar para echar raíz. Nací, crecí y se que he de morir en totonaco pero también junto a ti porque yo quiero dormir en tu follaje, llenar con nuestros besos los barrancos de mi sierra, ser la que te espera en las veredas vestida de flor, la que escucha con atención la diversidad de tus palabras mientras la cobijas con la sombra de tu árbol, la chica que pide permiso para tocar tu cuerpo y colocarle un altar lleno de flores de vainilla, el corazón donde vuelan miles de mariposas que migraron de ti.

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Yo no sé hablar Arantza Ruiza Nunca supe hablar. Miro mucho, siento mucho e imagino un poco más, pero yo no sé hablar. Sé cómo contener las risas nerviosas y los suspiros de trasnoche, mientras que, por el contrario, siempre tiendo a enmudecer cuando menos quiero hacerlo. Lo que sí, escribo de a montones. Escribo con los pulgares, cabizbaja en la parada a costa de que se me pase el colectivo, y hasta escribo con los dedos medio y anular —en tanto el hambre me sobre y la soledad me lo permita—, pero a mí de verdad te digo no me sale hablar. Tengo un cúmulo de cosas para decir, igual. No creas que no. Las tengo ahí, macerándose. Aprendí, al menos, a reconocerlas. Distintivas, apiladas, sumergidas. Las colmo de texturas, las pinto de colores. Las pienso, las mastico. Las muerdo, las practico. Las moldeo, las chamusco. Las visualizo, las escribo. Pero aún así, yo sigo sin saber cómo hablar con vos. •24•


Sembré nubes Thalía Sánchez A Isbelia y Miguel, por la vida A Víctor, por tanto amor.

Sueñan mis ojos alcanzar las nubes, permanecer así sobre la tierra Pero frágiles son las horas, frágil el tiempo que se diluye y en el intento mi voz se extingue. Invoco la claridad Mientras canto y tiemblo por la transformación, Una luz se enciende, es lejana, y me recibe Una luz que atraviesa mis parpados hasta vaciarme. Si todo está escrito, que todo me nombre Que todo grite y se haga silencio en la nada Mi cuerpo ofrendo, Sólo esta alianza bastará para salvarme. Ahora soy lugar íntegro, sagrado Sincero es el acercamiento a mi corazón. Me inclino, Contemplación absoluta es este viaje hacia mi centro. Hoy la tierra germina, Su aliento se multiplica en mis cavidades.

Y su aliento es la palabra y

La palabra no sabe que existo, pero ella me intuye. La palabra no sabe que existo, pero es madre de mi lengua. ▶▶▶ • 25•


Lágrimas brotan del deseo: un camino silente me golpea ¿Has escuchado como llora este poema? También se ahogan los sueños, Lanzándose al abismo. Pero el espíritu es inquieto, y se mantiene. Instinto, fuerza indetenible Atiende el llamado, Atiende el sonido que emanan los ríos Encuentra el sitio, bebe de la savia que ofrecen los bosques Apiádate del cuerpo, Regresa, y regresa, hasta que vuelva el anhelo Y regresa finamente al camino del sol, Es allí donde tus ojos pertenecen. Nubes ardiendo, es el paso de mis ojos hacia el nuevo mundo Nubes como puentes, es el paso de mi cuerpo hacia la lumbre. Siembra algo bello en ti —me dije— Y sembré nubes en los espejos de mi morada.

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Dicotomía Maya Pandey Hay eternidad en la temporalidad No envidio al gato negro más de siete vidas tengo —siete y medio funerales llevo— He sentido la llama de un día estival calcinarme las entrañas He sentido el hielo de una noche invernal congelarme cada hueso También he visto al otoño llegar con sus paisajes miel y azafrán La primavera y sus jardines de seda he contemplado desde mi alféizar He escuchado el eco de alguna montaña lejana rumores de bosques que me susurran al oído He escrito en dialectos de procedencia desconocida nuevos conceptos para entender esta dicotomía —blanco o negro no tengo intermedio— He sido náufraga en las aguas del Pacífico he sido confundida con sus profundidades Desierto océano ▶▶▶ • 27•


volcán Cordillera témpano huracán He visitado lugares inhóspitos rincones donde no se asoma la luz del día —los farolitos alumbran la decadencia de la noche— Fantasma ambulante rosa marchita gota de sal He sido la oruga el capullo la mariposa El cadáver las cenizas la tierra —no todos los muertos están en el cementerio— Las campanas fúnebres he oído tocar más veces de las que quisiera contar —mis dedos trémulos buscan a qué aferrarse— Esta mi última vida será en la que realmente viva ▶▶▶ • 28•


Viviré por los instantes las fotografías capturadas por mis ojos Viviré por la magia detrás del caos las sensaciones clavadas en mi piel Viviré por la tinta dejada sobre el papel la esperanza de un nuevo amanecer Viviré porque he cansado de morir

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Penélope tercermundista Ángel Pacheco D’Andrea Mi país se sumergió en la alcantarilla y huyó de la terrible pestilencia que amenazaba con intoxicar su malograda urbanidad. Mi país, agotado de tanta inmundicia en la superficie, decidió pasar extendidas vacaciones en las puras aguas del subterráneo nacional. Mi país se refugió en lo profundo, evolucionó persiguiendo la supervivencia, cambió de hábitat, emigró como víctima de guerra, emigró de norte a sur, tan al sur, que solo quedan de él trazos de luz. Mi país se bautizó mito, sepultó sus huesos bajo las aguas y desvaneció sus rastros de tierra firme. Allá arriba agoniza su nombre, su recuerdo se destiñe con las canas y enmudece en los marchitos labios de los que un vez colmaron sus casas. Mi país se hundió en el Güaire, allí, como la Atlántida, espera resurgir de entre las ruinas; ▶▶▶ •30•


allí aguarda, cual Penélope tercermundista, la huida de los perversos y el regreso de los ausentes. Mi país no ha muerto, solo se esconde, teje, espera.

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Playlist Christian Maestre El fin del mundo me agarró desprevenido en el trabajo sin entusiasmo escéptico y sin audífonos que aburrido es el apocalipsis sin una playlist no es nada dramático por lo menos deberían mandar a San Miguel con su trompeta o encender unos relámpagos en el cielo como en el Catatumbo El fin del mundo llegó, pero las cuentas no se van se acumulan el fin del mundo inició, y yo espero que finalice antes de tener que pagar el alquiler mientras, seguimos tragando anuncios de YouTube y dando gracias dando gracias sin saber por qué sin saber a quién ni de qué No me preocupo por el final no hay escalera al cielo con este pasaporte vencido Dios, este Armagedón te quedó insípido le falta fuego y azufre y a mí, una playlist dramática para tomarlo más en serio.

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Verso lidio dentro de un acorde resplandecer Jhensy Lucena Castillo «...la otredad es ante todo la percepción simultánea de que somos otros sin dejar de ser lo que ya somos y que, sin cesar de estar en donde estamos, nuestro verdadero ser está en otra parte.» Octavio Paz

I Ojos abiertos luna cubierta vocal oscura silencio vulnerable diluye mi existencia a contratiempo vapor cálido emana de mi pecho me siento sola estoy sola O no siento mi presencia atraviesa la ventana radiación áurea aérea espectro líquido solícita mi alma vaporosa noche sagrada deslumbrante vertiginosidad mi corazón desgarra lento estelar éxtasis nocturno fuga, incendio, eco Noche es marchar hacia el olvido Noche es luchar contra recuerdos ▶▶▶ •33•


II Amanezco delante del poema estoy abierta llama frágil tras la noche elevo hondo espacio preciosa ruina espíritu circundante sostenida de momentos savia lírica en las venas un acorde dentro de otro acorde voz en busca de su voz rosa atlántica amplificacion poetiza luminaria claraoscura Coalición arteria letra Esculpida en piedra brotada de la tierra melodía y sombra nunca sumisa superpuesta entre paredes observante caza luz Atenta a los destellos de la primera poesía

III

El sol retiene mis versos Estoy para decir mi vida Escribo para soltar cargas de reloj Sé que existo en otro cuerpo tejido con mis armonías Sé que agito algún instante Luna creciente en otro cielo resplandezco. •34•


Volar hacia atrás Fabián Fuentes Duermo desesperado, me levanto, voy al baño y veo en el lavamanos una polilla esfinge colibrí que se asoma por la rendija hasta que la traspasa, se acerca a mí, me besa, me invita a salir del baño, de la casa, de la r e a l i d a d, del círculo, de la realidad del círculo, la polilla me entrega ciertos consejos, según ella, para escapar de un ataque de ansiedad, yo los sigo al pie de la letra, me relajo, salgo del baño y nunca más la vuelvo a ver.

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Ante lucem Juan Caña Recítame en braille lo que significa la vida Quédate catando conmigo a mitad de ambas orillas este amanecer que cala como voces felinas dentro de las telas blanquecinas de nuestro lienzo de caídas y nos conduce bajo elegantes salvavidas hacia el arco de amapolas donde nuestras fastuosas colinas efervescentes [colindan] Y mientras inmóviles nos consolidamos en el más sempiterno movimiento transmutemos un momento en dos cayenas y un mismo cuento que se escriba con un baile a través de los sórdidos silencios que resguardan estos dorados vientos y nos guían prófugos por la vid de los [sentimientos] Ahora dame tu mano ensamblemos nuestra fuerza refugiémosla sobre la esperanza que hemos embriagado en esta caverna y se ha fundido en nuestra esencia ▶▶▶ •36•


transformándola borgoña y etérea y ahora se cura en los mantos de resistencia de las letras vivientes en las melifluas [ausencias] Así que ¡Date prisa, mi arquitecta! Antes que el tiempo se entorpezca la verdad se torne dulce y la bóveda se oscurezca desenfunda los poemas y recítame en braille cada uno [con las piernas].

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Cilicio Asdrúbal Valecillos Inquieta aquella casta que alza su mirada al Dios atado siento el escalofrío el dolor partido en dos entre los niños que sin pan corren al abismo yo también he sentido los heraldos negros he visto caer ángeles desde las torres que rebotan en la boca de falsos profetas el alcohol de la ira y el demonio corre con su inmortal jauría llueven penurias paraguas sobre lagunas y uso la pesada lágrima que camina sobre la muerte encuentro al Diablo entre sus dientes. • 38•


MENCIONES HONORÍFICAS •••Grupo B



La voluntad del silencio Sarah Espinoza El silencio es espejo donde tiemblo allí escurren mis rostros el miedo hincha sus paredes y respira bajo mis pies El silencio vela en soledad Placentario Nido del símbolo Mandarina que flota en fragancia Falda rota de un recuerdo Vieja silla que mece la niñez Olor a entrañas en la fotografía donde todo ha muerto Sobre la alfombra es un gato dormido y su ronroneo sacude la hoja Árbol que encalla raíces y cada vez más profundas encuentran espacios habitados por figuras que comen tejidos de alma El silencio se mece en las telarañas ▶▶▶ • 41•


Es polvo en las esquinas de mi casa servido en mi mesa para los escrutinios Aletea en las páginas cae la mandarina y revienta en miles de gajos Las figuras se arrastran Comen comen comen comen Yo me siento mandarina árbol espejo La casa estalla navega en un nombre perdido El silencio es esa cosa que flota y se mece en las telarañas

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Insecta Julio Tizzani Drosophila melanogaster (amante del rocío de vientre negro)

I Este cuarto de insectos la lámpara repleta de abejas, la misma grieta de arañas, en la ropa escarabajos intentando descoserla, sé que cuando duermo suben a la cama pican mi paladar me inflaman, por eso no sé hablar otra lengua espero solo la pisada los insectos maquinan memoria en sus estómagos y yo seré recordado.

II Vas contando 1977 1978 1979 no es tanto tiempo solo, cuidando a la mantis y sus intenciones maternas me atrapa y caigo solemne Debe haber un espacio entre la grieta y el deseo por verla ensancharse. Escucho evita la desgracia, evita la desgracia. ▶▶▶ •43•


Pero yo no evito las termitas no puedo evitar que las termitas me coman me coman me coman

III Repite después de mí, hijo ortópteros, dípteros, coleópteros h himenópteros, apréndete la lección y cada una de las especies, al cruzar la puerta ya no seré más tu madre, no te dolerá, los insectos no sangran por los costados, prueba con una mariposa córtale las alas las patas vuélvela gusano crea un ciclo anti-natura no sientas asco.

IV Una polilla en la pared augura mi final la gente dice que traen ruina y mala suerte. Cuando duermo sueño que me puebla de sus larvas y que me llama por mi nombre: «tú, invertebrado». Mi madre me despierta y sigue la polilla pegada en la pared, dice que no tema que es solo un bicho atraído por la luz, cierra la puerta con cuidado colocándome un puño de sal en el bolsillo izquierdo para que me vaya bien en la vida.

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Ciar las agujas Miguel Ángel Tovar Giro I Me miro a mí mismo en el espejo agrietado cubierto de polvo con gestos confundidos la rebeldía contra mi propio reino rompe en cristales mi cara me distingo y me abrazo deprisa quebranto el borde del tiempo salto a lo lejano, a las veredas nocturnas

Giro II El ambiente se vuelve hostil un tornado despoja de sus techos a las casas muestra su boca flamante Luz estelar, arrasas la superficie, gigante eterna iluminas bendita suspendida entre las nubes inhalo tu aliento, sudo y ardo la piel que te palpa se hace volátil flor de carne, cortesana lascivia Rozo lunas, rocas, luces la fricción enciende y tiñe los campos se desnuda el azul del cielo, por qué resistirse quedan pocas sombras en las que ocultarse Giro III Excavo para desenterrar esperanzas pozos para sorber el agua, pero caigo en la adicción de lo que falta ▶▶▶ •45•


estoy otra vez mojado, furioso el aguacero bendice el camino, disipa el humo la humedad quema los ojos y ahoga el respiro quería ver más de cerca, hasta dónde alcanzaba, capaz de todo, pero palidecía al final Giro IV Ansioso escribo en un papel destierro con tachones el daño que se canse la desdicha que se ahogue el grito de guerra que lo podrido se entierre y se haga abono del árbol de la vida Giro V La lluvia me salva y el suelo es espejo celestial yo le temía a dios y a su silencio le temía a la oscuridad satírica que corta una cuerda, el ruido y sólo oigo lo que arrastro restos del descenso.

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Un poema pa’ los muertos Adela Cova Todos mis poemas se los escribo a los muertos Por tener demasiadas cosas que decir Y no tener suficientes que no haya que decir Todos mis poemas van pa’ los muertos. No recibo palabras, vivo para sentir por todos somos un solo cuerpo en descomposición, no hay quien me convenza que no estoy muriendo. Descubrí que lo complicado es infinitamente humano lleno de sorpresas exquisitas tenebrosamente obligatorio perjudicial para las buenas costumbres. «Y los muertos me abordaron gesticulando con un aire del otro mundo.» Antes se pensaba lo que no se debe se sabía lo innecesario se bebía hasta lo imposible. ¿Pá qué tanto Cocteau y Apollinaire si igual estamos tristes y ellos muertos? Quién dijo que los vanguardistas querían acabar con la náusea Cuando buscaban la convulsión El tacto.

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Soy de una ciudad de ecos Gabriel Urrutia Hay un rumor que dice «Por estas calles aún suena tu voz» Y yo recuerdo haber dejado mi sombra En los rincones de esta ciudad que es furia y maresia. Soy de una ciudad de ecos Soy de Maracaibo. Aún me espera la arquitectura fantasma de mis casas Donde construí los hechos del crimen que soy. Mis huellas En el árbol y el tobogán de lata que aún tengo su marca. Mis pasos Alrededor del edificio la Ceiba en Sabaneta Demarcando el trote del adulto que fui formando. Soy de los ecos de esta ciudad La mortificada La que quema y arde al mediodía La olvidad.

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Los otros que soy José Manuel Nava Hoy soy el del café negro golpeado por los días terribles que siguen devorando la luz escurridiza de mi ser levantándome de la derrota que ya ni cuento tratando de existir con las pocas palabras que me quedan añejas. Ayer fui el del café con leche sobreviviente del naufragio absurdo de mi infancia lanzando mi oración de resistencia negando cualquier ventana posible para la huida liberando las palabras que aún tengo amarradas a mi cuerpo tratando de salir a flote airosas. Mañana seré el de la taza vacía aislado de los fracasos y las pugnas que ya no me interesan sumido en la tranquilidad de la memoria de los ancestros rendido a los pies descalzos de mis recuerdos y mis desvelos ahogado en el ancho mar de las palabras liberadas. Sin importar cómo los otros que soy me visitan con cada amanecer incierto atendiendo al llamado de la palabra herida inquieta redimida buscando liberar el cuerpo dormido mutilado fragmentado que siempre se levanta.

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Lugar en el exilio Fabiola Palomares Vuelvo a este lugar de siempre al otro lado de la noche el oloroso recuerdo de mi infancia el equinoccio de la primavera reciente desvela el sueño de mi madre en que las horas se fragmentan en segundos e intento arrebatarle las palabras a este intento de añoranza me acerco a los montes quebrantados mientras el intento se vuelve tenue y mi ser es habitado por la presencia solitaria que siempre ha parado lejos de casa Vuelvo a este lugar de siempre donde la noche penetra en la ausencia de los sueños que nadie escuchó caer mientras susurraba el viento a mis espaldas. Cantan los grillos desde no sé donde cada quien conoce un lugar en este exilio.

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Salacidad Jatniel Villarroel Terminar un libro me da un placer que ningún amante me ha dado porque a los textos puedo recurrir cada vez que quiera y para ellos siempre seré nuevo, inocente o experimentado. Nunca me han juzgado, ni lo harán para ellos siempre seré amado. Cuando me les acerco logro revivirlos, darle sentido a su existencia. Ahorren sus promesas efímeras ya tengo un fulgor que me abrasa hasta el alma y no hay lujuria más grande que saber que el objeto de tu deseo resucita con el roce de tu mano.

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Mujer en el placebo Tahis Urdaneta En la calle las miradas corren el viento taconea sobre los techos camina un flamenco triste en la niebla La cáscara rompe los portales evapora al moho la rosa guardada apolilla al calendario desprende sus pétalos una cápsula de plomo la destierra Almas hacen giros son rojas tintas en el último vals con las aguas Lejana agonía mujer en el placebo Vuelve el bramido a las calles marchitas a su tatuaje de guerra

La paz se parece a los cuerpos del río ▶▶▶ • 52•


lacerados desprendidos sin rostro El silencio en su máscara arranca la piel ya no escucha está confundida su somnífero es el fútbol y en su defecto las armas.

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Al pasar Eduardo José Blanco

I Las casas se van haciendo pequeñas; las cuatro esquinas se van encogiendo lentamente, se van apagando como un pequeño destello de luz; las casas tienen memorias, son espacios tallados y con sombras. Nosotros somos parte de esas casas polvorientas. Somos cuerpos que van cayendo de un lado al otro, somos cadenas de un alma que ha muerto. Nosotros somos esos pequeños espacios, somos una parte de un cuadro viejo que está puesto en medio de sala justo al lado izquierdo una de las esquinas viejas con pintura, pero sin manchas, sin nada que nos recuerde nuestras pisadas. No hay una nota vieja y arrugada que esté pegada a la nevera, no hay una melodía que se escuche como susurro en el oído de él. ¿Qué somos?

II Somos en un espacio minúsculo, somos un pensamiento, somos parte de una esquina memorable, somos parte de una pieza que quiere cambiar de dirección, somos las cabezas de una maquinaria suelta, que no deja de girar, que es parte de ese todo y nada. Sí, nosotros somos partes de ese caos... Nos sentamos todas las mañanas para respirar tranquilamente, nos sentamos para vernos en el espejo que está junto a la pared.... Vemos cada una de las mejillas caídas, vemos unos ojos verdes que nunca nos mienten, vemos esos labios pálidos que nunca sonríen…Somos partes de esa máquina corroída que no se cansa que no duerme … Esos somos, parte de una rueda que gira, que baila y que canta una triste canción… Somos esos cuerpos mecánicos. Somos engranajes de algo que nunca hemos visto… Somos partes de una masa amorfa… Somos canciones de una triste melodía… Pero llega la hora del caos… Y... Somos cuerpos errantes en una tierra baldía ...Somos almas del preludio del amanecer. Pero ¿qué somos?

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III Somos los acordes cotidianos de un sol radiante. Somos piezas de una mañana que va cayendo en una cápsula de sal Somos parte de este destello... Nosotros somos almas perdidas, somos los de abajo, esos escondidos bajo la niebla… Sí, esos somos; los que nunca se cansan... Somos luciérnagas… ¿de dónde nace ese brillo que corre entre nosotros? Nos duele la consciencia de tanto amar de tanto movimiento Somos el Rey Sol que no nos canta una canción de olvido… de lo que fuimos o de los que seremos… ¿Qué somos? Somos la misma cosa… Esa cosa andante. Nos veremos estáticos por la misma calle bajo el mismo cielo. Pero; ¿qué somos? Somos un movimiento uniforme, que va cayendo lentamente bajo la sombra de una rama vieja. Pero ¿qué somos? Somos la fragancia de una flor marchita, somos la calle del frente con huellas… Somos blancas golondrinas... Somos el salitre… Somos esas cuatro esquinas agrietadas...

IV Las casas se van llenado de buganvillas, de pastos, de piedras, de polvos… Se destruyen y se consumen… Ellas viven bajo el aleteo de un destello que va de un lado al otro con su zigzagueante movimiento nos baila, nos canta y se detiene para posarse frente a las flores que se van alzando lentamente hasta llegar a lo alto de la pared… Las casas se alimentan del aire más fresco y puro, ahí ellas sienten la brisa cálida de cada mañana, ahí ellas sienten la vida, las voces, los olores. Ahí ellas pueden ver a los seres bulliciosos, esos que sólo se escuchan sus pisadas lentas como si el mundo no dejará de rodar, como si el mundo no le debiera absolutamente nada, sólo su existencia … Nosotros estamos en ese universo, viendo cómo el mundo se va sumergiendo en una bocanada de humo y de polvo… Pero llega la primera, se ve el verdor del pasto que se va extendiendo lentamente, va cubriendo todas las casas, va corriendo por cada una de las orillas, los rincones, se van haciendo pequeñas; se apoderan de todo y de nada… Ese verdor se va extendiendo hasta lo más alto de cada una de las paredes agrietadas y resquebrajadas Justo en ese preciso instante como un soplido tornasol, llega de una manera ▶▶▶ • 55•


de ensueño, con su cambiante destellar, moviéndose de un lado a otro, en un movimiento sutil que va danzando sin parar, es parte de un universo distinto, se mueve con su aleteo desordenado, formando un caos… Sí, llegó para quedarse un rato para dar vuelta para ver la historia… Nosotras tenemos tiempos, tenemos espacios para estar con todos y con nadie… Somos esos espacios del recuerdo que nunca llegan a vernos, somos esa parte viva que solo da calor. Somos ese fuego interno que nos abraza, que nos cobija, que nos alienta a seguir adelante Somos ese copo de fuego que ilumina la esencia de todo y de nada Pero ¿qué somos?

V Somos las cascadas de una vieja fuente que se deja caer, somos parte de ese minúsculo órgano inquieto, somos el ruido de cada mañana que cae como un rocío, como copos coloridos ... Sí somos ese destello de luz que ahoga a las casas que se van haciendo pequeñas; las esquinas se van encogiendo lentamente, que se va moviendo a toda prisa que no deja nada oscuro, no deja nada quieto, que no puede detenerse hasta hallar sus rincones donde escondida bajo la hiedra nacen los nardos azules.

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MENCIONES HONORÍFICAS •••Grupo C



Canela y salitre Rodrigo Lares Á(r)mate, maravillosa sentencia. a Alfonsina Storni

Sobre tu oleaje mi vela y en velo tiro el ancla. * ¡Ven! Aroma tuyo muecas de fuego brisas de mar. Me acuno entre dunas de aguas. * Aguas abajo entre corales me miras y sonríes. Entonces me sumerjo Y voy en busca de ese lugar inmarcesible. * Ensoñación mía ante ti, blando soy como ese pobre palo que se pudre en tus ondas prisionero. ▶▶▶ •59•


* Siguiendo tu aroma a canela fina dime cómo bucear entre arrecifes y mar adentro levantar remolinos. ¡Dime! de qué manera puedo conseguir un silencio compartido de esos que rompen ventanas a ráfagas vaporosas. * Desde mi mástil tu espejismo de brisa. * Te hiciste luz en el salitre que cubría mis labios. * Rasguño la ilusión de atraer tus olas y convertirnos en isla en paz y equilibrar a fondo la marea. * Siempre hay orillas que esperan por nuestra balsa. Llegar allá es mi promesa. Tú, dulce y salada vendrás a mi encuentro como el aire que respiro. Está escrito. • 60•


Indeleble Rafael Antonio Marín El limbo que amaron otras miradas soñaba con este día creyendo que era el futuro A él se arriman

pequeños instantes

tormentas de la respiración y la paz

(donde nos recostamos)

Alguien continuará lo que aquí dejo desde cualquier saliente que también será parte de esto que hoy me escribe

No en vano me entrego

a este prontuario de voces

al estigma con heridas de bronce y aquí me confieso: Soy culpable de robarle huesos al alma

No me perdono esta esclavitud que rima Este plomo que gira en torno a la consumación del temblor Tengo el ardor del metal llevo en mi frente un sueño hecho de penumbras y una vértebra cada vez menos terrestre Sepan que no ando solo! así como lo sostengo

él también me contiene! ▶▶▶ •61•


voy aferrado a sus nervios como él a las cenizas de mi muerte y sus manos hurgan el esqueleto humeante de mi razón Le hablo a quien seré Al impasible Me refiero a nosotros a este cuerpo único lleno de pintura y sonrisa glacial que bailamos para que llueva (aunque no llueva) y fuimos signados con el vértigo del «haber» Cuando busquen si no estamos y ya no somos habitaremos la incandescencia

la tierra extinta y los fulgores que se van robando al tiempo

Habrá espacio para la presencia y el reparo para el cortejo y la especie vendrá una era para navegar oyendo el golpe que precede a la orilla un tiempo para que de las entrañas algo venga a rescatarnos a removernos la desolación de andar rotos Pido la piedra y el cedro Voz (eternidad ferviente) La resonancia y el rostro Pido el vientre de la calle estirpe que trepa sobre la cuesta del viento (grieta por donde salta la nostalgia y el hedor) Pido los himnos

pido el arrullo

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Estos cantos serán para quien lleve los votos del desgarro ~y el resplandor Para quien sepa vencer la vida y vencer la muerte y avanzando siga sin vida ni muerte como una exhalación

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La noche es la tumba Azalea Moreno Amaneció oscurecido de pesar Un pueblo que llora sus muertos. La desesperación de los débiles, de cada hombre y cada mujer desintegrándose en la vela que ilumina el camino. El cielo nunca fue tan incierto. El infierno que arde en la calle, no necesitas merecerlo. Un indefenso espera la cuchara escucha a través de la bruma de su alma. Mi pequeña llora un dolor febril surca su sien se deja alcanzar por la muerte que se la lleva en un gran estremecimiento. Ya no llora, de nuevo un sol radiante despide un inocente. Uno, dos…cuarenta, han sido cientos, no, han sido incontables. Todos parten apresurados Incluso, apenas nacer. A diario, acompañamos la procesión luctuosa entre el dolor y la resignación. Mujer ¿por quién lloras? ¿a quién buscas? Los débiles, los indefensos, los puros… Y nosotros, atrapaos en el caprichoso mundo los que nacimos para deshacer los yerros seguiremos hasta el cumplimiento de nuestro sino. Pero, cada día mueren por cientos como si la vida buscara extinguirse. A veces yo también me siento ir tras los muertos llama mi nombre la oscuridad me toca la duda, sin mirarme pasa de largo. La procesión no cesa. ▶▶▶ •64•


¡Ay de mi! Estoy perdida en los laberintos de mi mente fantaseo con hacerme daño incapaz de conjurar la voces fantasmales, me persiguen, me asfixian. Muertos insepultos me rodean camino entre los restos huesos dispersos, galas mortuorias reducidas a harapos y el hedor, que nos reclama seguir vivos. Nos han dejado sin la vida pero también nos han robado nuestros muertos nos han quitado el tiempo para llorarlos, se amontonan llenan los rincones de la casa, los cementerios no bastan. Ya no sé qué es real pueblan el mundo suplican mis oraciones. No he perdido la fe pero si la capacidad de rezar mi corazón manchado ya no conoce redención. Estoy penando, si penando en vida. Por los que nadie reza, porque non existen, y por los que se han ido sin despedida. Vuelvo a la noche atrapada en un limbo de olvido yendo y viniendo de la tumba a veces extraña, a veces amiga inmensa, como una casa donde se me acumulan todos los afectos perdidos donde caben sin problemas todos nuestros muertos.

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Razón y fuerza Conrado Gabriel Bonecco Mucho tiempo tocándonos las almas Yo conectado a vos cruzando el desierto Floreciste en los lugares más obscuros Brillaste en los tugurios del alba Entra un rayo de luz por ese muro puedo verlo estoy parado frente a el puedo sentirlo en mi cara porque hasta el sol para mí lleva tu nombre.

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Paleta Amazonia Lola Rojas Alcántara La tierra grita, no en vano. La tierra llora, no en vano. La tierra suplica, no en vano. Estalla la guerra. Intruso el humo que invade la calma. El fuego calcina la vida. Los árboles sangran indignos por una humanidad deshumanizada. La tierra grita, no en vano. La tierra llora, no en vano. La tierra suplica, no en vano. Éxodos de nubes hambrientas, Naufragan en el horizonte perdido. Aroma apocalíptico. Ríos desvencijados suspiran migajas de oro entristecido. La tierra grita, no en vano. La tierra llora, no en vano. La tierra suplica, no en vano. Los pies en el cielo rocían política. Describen una postal sombría. Negro pantanal Fruto de sus propias semillas. La tierra grita, no en vano. La tierra llora, no en vano. La tierra suplica, no en vano. Indígenas claman A la Luciérnaga del cielo. Que ilumine a las lianas Y que la Amazonia se vista de verde nuevo. •67•



MENCIONES HONORÍFICAS •••Grupo D



Hero & Leandro 1, 2, 3 y 4 Miguel Aponte 1, Hero Ella anhelaba más la caída del día que su propia vida, entonces encendía la lumbre que orientaba a Leandro en el estrecho que él eligió como destino. En la torre apenas iluminada Hero lo recibía, —porque al final de cada jornada el Helesponto generoso se mostraba—, y la confianza crecía, junto con los deseos, que prosperaban. Cuando llegaba, húmedo él la humedecía a ella, y ella lo ceñía a su cuerpo, sin tregua. Y las almas vivas para este instante solo, se entregaban. Mas la última tarde, Hero, miraste violentarse el curvo mar y llamada por agitadas sombras dejaste tu cuerpo caer al vacío, acortando así el camino que él no pudo completar. 2, Helesponto Lengua de agua en donde el azar quiso el fin del oriente y el inicio de occidente, poniendo de cada lado un amante. Espacio de ondas bruscas que caer a Troya contempló y luego trescientas veces fue castigado por Xerxes. ▶▶▶ •71•


En sentido opuesto te cruzó Alejandro, buscando exceder un dominio que la fortuna mudable, antes de negar, supo conceder. ¡Oh, Helesponto, principio y fin de dos mundos, nunca el hombre entendió por qué en una orilla techo diste a Hero, y, en la otra, a Leandro! 3, Leandro A la par hendidos por pulidas flechas se deseaban Hero y Leandro. Ella y él, cada uno de su lado. Por la penumbra encubierto, —Helio a esa hora baña sus cabellos dorados—, ideó él saltar desde canosa roca y hasta la orilla de ella, nadar. Mas una tarde la hora de la tormenta llegó y lanza ondas que, crecidas, gentiles ya no te fueron, Leandro, que de ida te encontrabas entonces. «¡Acábame de regreso!», —se atrevió a ordenar—, «No ahora, cuando las ansias de Eros Aún no se han saciado.» 4, Hero y Leandro Una vez pasados los eventos en vano no fueron, pues los efectos si no serán nuestros, para otros serán. Queda la historia que debe ser escrita para que deje de ser polvo indistinto del desierto. ▶▶▶ • 72•


Así, porque a los amantes nada de lo que hacen parece malo, violan lo aprendido como bueno. Hoy desatinan porque va por dentro, mañana porque de allí no se regresa ileso. Se dice que ella, que era del fuego, encendió la antorcha y la enfrentó ante la sombra cada tarde. También que él nadó hasta aquella orilla, se atrevió en lo oscuro. Hasta entonces la tormenta nunca asomó. Bajo esta forma de locura todo es miel que cae del cielo. Mas, una vez, la borrasca rabiosa se acerca: Ella atiende a la línea, a él lo guía la vela que por ambos lados quema; La noche se adelanta. Ella se tumba, él se hunde; Rojo sobre la roca, flota el cabello. ¿No ha sido así desde siempre? ¿Aun arropados por lo indeterminado, no deseamos? Fin

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Uno más Alcy Villalobos Transcurren las horas más pesadas mientras el sol salta y se encarama sin piedad, nada sirve ni alcanza dentro de un cuerpo que agoniza sin remedio aparente. Y así, la mirada desencajada va marcando el rostro de miles de penas, que se agrupan convirtiendo las horas en dolor y miedo, un miedo que se aprieta en la garganta seca de pensamientos, un miedo que te atrapa con brazos invisibles que desean detenerte. Entonces la razón discute alienada ante lo incierto, mientras las fibras del ser no se dejan digerir por tanta hambre; el hambre desgasta la piel y la vuelve áspera con pequeños vestigios de dolor. Hay dolor en el aire que disfraza las más temibles de las emociones, hay dolor en el aire que se desborda invisible sobre la atmósfera mientras algunos lo miran como quien observa el tiempo de tormenta. ¡Así salió! El alma pende de un hilo y se desbarrancan sus raíces. Mirar atrás y dejar el país que se vuelve blanco y negro entre sollozos. El futuro lo despidió mirando desde los barrotes que no se han derrumbado. Deja atrás la tierra de mendigos, que antes había sido alimento de prosperidad para todos: propios o ajenos. Sí, mendigos… mendigos que observan con ojos de envidia, mientras, sacaban lo comestible luchando con los perros: es brutal la lucha. Los canes rondan por las calles abandonados miserablemente, y se comportan como niños que perdieron su lugar ante el abandono… *** El momento llega desencajando sus ojos con miles de historias dejadas en el pasado de ilusiones pueriles. El momento definitivo que hace traslucir sus lágrimas ante lo injusto, ▶▶▶ •74•


el momento de la búsqueda Divina y estéril de tardes derramado en el piso repleto de angustias anímicas y hambre. El momento es ahora, no hay vuelta atrás, no habrá más tardes. No habrá más tardes que se ahogan con la saliva que sustituye los alimentos, no habrá más tardes deglutiendo nada, ni noches viendo a oscuras y días buscando el agua que no pasa por las tuberías. Se puede sentir la hendija de las laceraciones, que van abriendo el alma de miles que viven bajo la situación, que hace eco en el dolor. Así parte con dinero ajeno al propio de un país que perdió su bolívar, que perdió todo menos la hermandad que late con fuerza y lágrimas. *** El alma se desnuda en la partida, se pone de pie derrumbada, y vuelve atrás sin convertirse en piedra, vuelve la mirada y sus oídos escuchan: «uno más». Uno más que se va y el hogar que deja se convierte en una bitácora de recuerdos revueltos entre el miedo y la esperanza; esperanza, que se inmoviliza ante la impotencia de perderlo todo. Uno más que se va disimulando una sonrisa de niño. Perdido entre las palabras de aliento: se va para mejorar. Recibió tanto en tan pocos minutos que se le desdibujó la amargura; en su pensamiento una imagen de arrugas grabadas: es la piel de los años maternos que deslucía viendo marchar su retoño, que buscaba florecer. Lo volvían torpe las emociones que deseaban control. ¡Cómo lloraba la madre y su lágrima se escurría para bendecir manteniéndose cabizbaja! ¡Cómo se debilitan la lucha y la sonrisa! ¡¿Cómo si le invade el vacío?! *** Uno más que se va con sus viejos harapos que denotan indigencia física, uno más que lleva bajo el brazo su título envuelto en cenizas bestiales de pérdida y resignación. ▶▶▶ • 75•


Uno más que vive los minutos envueltos en un saco de incertidumbre que le lleva con la mente en blanco, y dejándose caer en un sueño de niño asustado. El autobús de que le lleva rueda codeándose con la realidad más clara, mientras carga con más esperanzas que hombres, mujeres y niños. *** Aclara el día y la visión cambia el panorama de emociones que cruzan la frontera de la mano con el hermano, cruza sin otra cosa que el provenir. Las miradas son de solidaridad, y encuentran con la vista cargada del mismo anhelo de todos los que atraviesan las fronteras, mientras se va encontrando con la mano amiga del vecino país que lo acoge con amabilidad absoluta. Ellos saben que es uno más que padece. Así vuelve a cruzar fronteras tras frontera, descubriendo hermanos cargados de un rencor gratuito, mas la sangre del hermano está regada por el mundo, y el calor es casi materno, y ese que se fue lo siente, lo vive sobre todo cuando reconocen que es uno más cargando a cuesta el mundo.

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Madre Olga Benavides Me dejó con ese sabor a lágrimas deslizándose en las comisuras… Con la intención de huir atascada en las arterias El cielo gris dio cuenta de aquello Los árboles adivinaron lo que el pensamiento se negaba a admitir Nacida de tu vientre con la culpa como fecha de nacimiento Amamantada con la culpa Educada con la culpa Me acaricias con la culpa Me elogias con la culpa Tú, la que no me escucha Tú, la que se lamenta Tú, la que nunca reza… Y ahora que ya te has ido se me aprietan estas palabras en el pecho Y te amo pero pienso no fue suficiente Y te cuidé, pero quizás no del todo Ay, madre, que antes de ser arrebatada por la muerte fuiste arrebatada por el silencio Y de verdad te amé Te amé con el corazón hecho trizas Te amé recordando la historia con tintes románticos Te amé porque me trajiste a este mundo Me enseñaste a bordar y a tejer la vida Te amé aunque sintieras que no fue suficiente ¡Por Dios que te amé! • 77•


El jardín Ana Manuel Despuntando la mañana con dorados destellantes Del sol. Jardín que de sensuales fragancias perfumas. Embriagando en brebajes encantados embrujas y Encantas del néctar de las flores a las abejas del Que se disfruta; saboreando como si de un elixir Milagroso se tratase, la deliciosa miel en variados Sabores. Portadoras que transportan el poderoso Polen contribuyendo al polinizar a otras flores de Otras plantas; tan esperada para la preservación De las distintas variedades… vital y necesario. Sobrevolando, algún que otro picaflor raudamente Aleteando dispuesto a huir en un abrir y cerrar de Ojos casi imperceptibles a los ojos de los humanos. Pica que pica una flor aquí y otra más allá suave Acariciándolas y de golpe perderse… invisiblemente Difíciles de atrapar. Al oscurecer entre grillos que; Cantan en una orquesta al completo; incluyendo Acordeón de rítmicos sonidos, siendo único sonido Escuchado; mientras luciérnagas brillan e iluminan Destellantes con instantes de luz incipientes. Y en las noches claras, jardín que brindas ese Fresco deseado de verano y; aunque la oscuridad Invade los sentidos, se despiertan incrementados, Soltando esencias y fragancias exquisitas de sabores Dulces, ácidos y extravagantes que; enamoran a Los admiradores apabullados con tanta delicia. Y adornas bendiciendo romances de los que se Aman incentivando sonrisas que hacen cosquillas Como mariposas en el estómago y palabras dulces Y sensibles dichas desde el alma al corazón. ▶▶▶ •78•


De pronto, regresa el día asomando las primeros Rayos solares acompañado de los deliciosos aromas Y, la paleta de colores soltados al aire, a la suave Brisa y a los ojos observadores de la magia que Inspiran al artista a pintar el bosquejo de los dibujos De sus cuadros dotados de bellos y matizados Paisajes, jardines y personajes que hablan Contando historias de ensueños reales o irreales… No importa; sino el viaje de ilusionar el alma Regresando al jardín encantado de los recuerdos.

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Con un beso en los labios Gema Matías Con un beso en los labios rezo un Ave María Carmen en la raíz africana que te contiene Mientras tus dedos me despeinan se pierde la plancha retorna el rizo Nos envuelve el bucle de una calle gris que intoxica de colores a un excéntrico poeta Nuestros cabellos se confunden con un brillo más intenso o se funden en el viento del roce de tu boca en este acto terrorista Un tambor en el vientre marca el son de los nueve hijos Sin que haya shampoo que lave tus pecados ni los míos

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Ò‰


I PREMIO INTERNACIONAL DE POESÍA J. BERNAVIL Antología poética © De los textos: los autores. © De esta edición: Ediciones Palíndromus Santa Ana Coro, Venezuela 2021, Todos los Derechos Reservados primera edición, febrero 2021 concepto literario

Joiner Bernavil concepto gráfico

Jorge Morales Corona | Adolfo Fierro Zandón diseño de cubierta e interior

Jorge Morales Corona coordinación editorial

Verónica Vidal imagen de portada

Claude Alleva tipografía

Alegreya [Serif | Sans Serif | Caps] de Juan Pablo del Peral (huerta tipográfica) Flama de Mrio Feliciano (feliciano type foundry)

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual.


Este libro se terminĂł de editar en el mes de febrero de 2021 en las instalaciones de Ediciones PalĂ­ndromus ubicadas en Santa Ana de Coro, Venezuela.


esta es una producción de

PALÍNDROMUS C.A. EN ALIANZA CON LA ORGANIZACIÓN LITERARIA J. BERNAVIL PARA LOS PUEBLOS DEL MUNDO todos los derechos reservados


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