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3.3 Estrategias, modalidades e instrumentos de difusión

Tabla 3.1 (continuación)

Niños en situación de riesgo

Jóvenes en riesgo Personas vulnerables con riesgos sociales concretos

Los niños son dependientes y no pueden defenderse sin ayuda. Pueden desconocer sus derechos y los servicios sociales que podrían ayudarlos (especialmente en caso de abuso, negligencia o falta de cuidado por parte de sus progenitores).

Los adolescentes sin estudios, trabajo ni formación (SETF) pueden ser invisibles para el (los) programa(s) o el sistema; también puede que desconozcan los programas, a los trabajadores sociales o a otros profesionales, o que desconfíen de ellos.

Personas adultas en riesgo Puede que sufran relaciones abusivas y no puedan defenderse sin ayuda; puede que carezcan de información sobre los servicios de protección; puede que se enfrenten a estigmas o sientan vergüenza; puede que deban afrontar diversas necesidades complejas y no sepan dónde solicitar ayuda (o ni siquiera que dicha ayuda está disponible).

LGBTIQ+ Pueden sufrir estigmas, vergüenza o miedo; discriminación; falta de vivienda y rechazo de sus familias; falta de apoyo de la comunidad; riesgos físicos; violencia; dificultades para obtener credenciales o documentos identificativos; dificultades de acceso a la cobertura de los seguros de salud o la atención sanitaria.

Fuente: Tabla original para esta publicación. Nota: LGBTIQ+ = lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, intersexuales, queer y otras identidades. a. Véase el documento de las Naciones Unidas La situación de los pueblos indígenas del mundo en https://www.un.org/esa/socdev /unpfii/documents/2016/Docs-updates/SOWIP_Health.pdf (en inglés).

de relieve las adaptaciones necesarias para animar a las personas a participar en las diferentes fases de la cadena de implementación.

Dentro de estas poblaciones, existen varios grupos marginados vulnerables que requieren cierta proactividad y actividades a medida. Si bien es posible que los grupos desconozcan la existencia de programas de protección social o se vean disuadidos por procedimientos complejos y confusos, algunos se enfrentan también a otras dificultades.

Los esfuerzos proactivos constituyen un elemento fundamental de la difusión. Las estrategias centradas en las personas, deliberadas y adaptadas garantizan que se llegue a la población objetivo y que la difusión fomente la comprensión, el conocimiento y la capacidad de participar. La difusión emplea herramientas, instrumentos y plataformas de comunicación para alcanzar a personas en ubicaciones cercanas a su entorno y de formas que les resulten comprensibles. En la siguiente sección se ofrecen ejemplos de estrategias, modalidades e instrumentos de difusión proactiva.

3.3 ESTRATEGIAS, MODALIDADES E INSTRUMENTOS DE

DIFUSIÓN

Las estrategias de difusión de los programas de protección social incluyen mensajes dirigidos a la población objetivo y a aquellos actores que tienen influencia sobre ella o desempeñan un determinado papel en sus vidas.

No existe una fórmula única que sirva para todos. Las estrategias de difusión varían en función del contexto, los objetivos y las características de las poblaciones objetivo. La adaptación de las modalidades de

difusión a los diferentes grupos vulnerables y poblaciones objetivo mejora la probabilidad de que resulten eficaces. Este capítulo no pretende ser prescriptivo, sino que recoge diferentes estrategias, modalidades e instrumentos que se utilizan en diversos contextos nacionales y para una amplia gama de programas de protección social.

Estrategias de difusión y diagnóstico

Lo ideal es que las estrategias de difusión se moldeen y fundamenten sobre diagnósticos. Aunque dicho diagnóstico se lleve a cabo de antemano, también resultará útil durante la implementación, fase en la cual se ayudará a recopilar opiniones y a hacer correcciones intermedias para mejorar el conocimiento, comprobar que se esté alcanzando a los grupos de población objetivo, y aclarar mitos y percepciones erróneas. La estrategia y la ambición deben adecuarse al tamaño y las características de la población objetivo. Entre las herramientas de diagnóstico se encuentran los análisis de la situación, las evaluaciones de las necesidades de comunicación y las evaluaciones de las partes interesadas. En las evaluaciones de las partes interesadas se llevan a cabo tentativas deliberadas para identificar y comprender diferentes aspectos asociados a las poblaciones objetivo, como sus características (aspectos socioeconómicos, idioma, alfabetización, acceso a ordenadores y otros sistemas, proximidad al programa y a la primera línea de los sistemas de implementación, etc.), sus hábitos de comunicación (por ejemplo, ¿utilizan las redes sociales o los periódicos?) y su ubicación precisa (con ayuda de un GPS, si es necesario).

Las estrategias de difusión se adaptan a los objetivos y a las poblaciones objetivo de los programas. Una vez que se identifican las partes interesadas o las poblaciones objetivo más importantes, se desarrollan estrategias proactivas y adaptadas para llegar hasta ellas. Estas estrategias son inclusivas desde el diseño, y en ellas se realizan adaptaciones para grupos vulnerables concretos. En este sentido, un ejemplo es la estrategia de difusión del Programa de la Red Nacional de Asistencia Inua Jamii de Kenia (recuadro 3.1).

Diferentes modalidades e instrumentos de difusión

Los programas y los sistemas de implementación de protección social emplean diferentes modalidades de difusión que se suelen combinar. Sobre el terreno, encontramos un gran número de modalidades para la difusión en los programas de protección social. Se distinguen cuatro grandes categorías: (1) modalidades directas; (2) difusión comunitaria; (3) difusión a través de intermediarios; y (4) difusión mediante campañas de información y tecnología (que se resumen en la tabla 3.2).

Las modalidades de difusión directa buscan una comunicación directa con las personas, ya sea de forma individual o en grupos. Las labores de comunicación y difusión las llevan a cabo las administraciones de los programas y los sistemas de implementación, y llegan directamente a las poblaciones objetivo. Estas interacciones directas tienen lugar en la sede correspondiente o en el entorno de la población objetivo. Los administradores pueden ser funcionarios o trabajadores sociales especializados en la difusión, y la interacción son por demanda, cuando las personas acuden a las sedes locales, las oficinas satélites o los puntos de información. (En este último caso, es necesario que la población objetivo sepa lo suficiente sobre la existencia de los programas o las sedes locales para buscar ayuda). También existe la posibilidad de que los equipos móviles vayan directamente a los hogares, los vecindarios o las comunidades. Esto presenta la ventaja de que las labores de difusión se dirigen de forma proactiva a las poblaciones objetivo en su propio entorno; sin embargo, suele resultar costoso. En países como Bulgaria, Estonia, Alemania y Rumania, es habitual recurrir a los funcionarios móviles de la oficina del servicio de empleo (Mosely, Scharle y Stefanik, 2018). Normalmente, estos visitan las comunidades locales una o dos veces por mes para dar a conocer las ofertas de empleo y los programas del mercado laboral disponibles, y, en ocasiones, ofrecer servicios de asesoramiento, mediación o capacitación in situ.

Las modalidades de difusión comunitaria recurren a agentes locales para llegar a las poblaciones objetivo y