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DEL ÁRBOL SALESIANO

Lic. en Psicología Juan Ignacio Goñi Mirar y aprender de los jóvenes

“En el consultorio uno no se encuentra con temas, se encuentra con personas de carne y hueso, concretas, con vivencias, angustias, rechazos, frustraciones, miedos y, como a todos, alivia sentirse escuchado honestamente, comprendido sin ideas previas ni intentando encasillar”, destaca el licenciado en Psicología Juan Ignacio Goñi, coordinador del Centro Juvenil de la Obra Social Don Bosco en Salto.

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“Juancho”, como le conocen, participó del Seminario sobre La educación afectivosexual organizado por el Dicasterio para la Pastoral Juvenil Salesiana y comparte con el BS la esencia de lo abordado. Haciendo un balance de lo reflexionado puntualmente sobre “Género y Orientación sexual. Homosexualidades y transexualidades” señala que si bien “sigue siendo un territorio desconocido y que genera vértigos de distintas magnitudes”, en lo personal le dejó “la visión de una Iglesia ocupada intentando dar pasos ante estas realidades”.

Hace unos meses participaste en el Seminario sobre La educación afectivosexual a cargo del experto Javier de la Torre Díaz, organizado por el Dicasterio para la Pastoral Juvenil Salesiana. Uno de los tópicos que se abordaron fue el de “Género y Orientación sexual. Homosexualidades y transexualidades”. ¿Qué grandes líneas aportó el ponente?

Más que nada que es un tema

“No sé si los jóvenes nos esperan o nos están mostrando el camino de una vivencia mucho más rica en la aceptación real, genuina, plural y sin etiquetas”

controversial, que en la historia de la humanidad, a lo largo y ancho del planeta y en las más diversas culturas, ha generado y genera aún hoy las más variadas manifestaciones sociales. Provoca incertidumbre, miedos, sentimientos de culpa, empatía y rechazo en cada uno de nosotros. El ponente expresaba que sigue siendo un territorio desconocido y que genera vértigos de distintas magnitudes, que se busca entender su génesis, motivos, manifestaciones. Que todo esto, detrás de ser “un tema“, es la realidad de personas concretas, de historias singulares. Pero lo más importante que me dejó la formación, es la visión de una Iglesia ocupada intentando dar pasos ante estas realidades.

Más allá de las teorías ¿cuál es la realidad con la que tú, como psicólogo, encuentras en tu trabajo con los jóvenes respecto a la homosexualidad y a la diversidad sexual?

Todo lo que es diferente, desconocido, en general despierta sentimientos primarios de rechazo, de miedo; de hecho, el miedo es una reacción adaptativa que nos protege de posibles riesgos reales o imaginarios. Todos tenemos experiencia de cómo un ruido extraño en casa nos genera sentimientos de confusión, miedo, preocupación, hasta que despejamos la duda y nos vuelve la calma. Es en ese momento que deja de ser un ruido que nos asusta. Esto es válido también para entender cómo los jóvenes hoy, en su gran mayoría, tienen una visión muy distinta a la de otros tiempos, y no solo para la sexualidad, sino para expresiones musicales, culinarias, de moda y tantas otras. En general, fruto tal vez de una posibilidad de acceso a un mundo cosmopolita tan diverso, hay un relacionamiento genuino que no busca etiquetas ni se etiqueta. Los jóvenes tienen la valentía de acercarse sin tantos miedos, de experienciar cosas nuevas sin tantos tabús o prejuicios. Nos es familiar a todos la escena de jóvenes explicando/enseñando cómo se utilizan ciertos dispositivos o aplicaciones, ¿no?

En las sesiones de terapia ¿es este un tema muy recurrente? ¿Cuál es el sentir de las personas gays, lesbianas… respecto a su vivencia personal y a la mirada de su entorno? ¿Cuándo se sienten aliviados, acompañados?

La sexualidad en general es un tema recurrente dentro del consultorio, no exclusivamente la

¿Qué desafíos nos supone este panorama a los educadores, a las familias y a los acompañantes de los jóvenes?

En primer lugar poder saltar las barreras del “tema” y encontrarse cara a cara con las personas, con

“Lo más importante que me dejó la formación es la visión de una Iglesia ocupada intentando dar pasos ante estas realidades”

homosexualidad, también lo es la expresión de la heterosexualidad, pero es un tema recurrente como tantos otros. En el consultorio uno no se encuentra con temas, se encuentra con personas de carne y hueso, concretas, con vivencias, angustias, rechazo, frustraciones, miedos y como a todos, alivia sentirse escuchado honestamente, comprendido sin ideas previas ni intentando encasillar. Que alguien resuene con lo que me está preocupando, con lo que estoy viviendo.

quien tenemos adelante y escuchar lo que está sintiendo. Sin dudas que es menester también, avanzar en conocimiento personal, en lo que me interpela y el porqué. También es fundamental acercarse seriamente a todo lo que la Iglesia ha escrito, desarrollado. Es habitual escuchar a menudo socialmente o familiarmente, de manera liviana, que la Iglesia esto y aquello y nos hacemos eco o nos callamos por desinformación y/o resonancias personales. Estos tres puntos, que no son escalonados me parecen claves y sinérgicos para dar pasos en acompañamientos genuinos.

Para acompañar esta realidad, ¿cuál fue la actitud propuesta en el Seminario a la Iglesia?

Claramente de apertura teniendo en cuenta como horizonte y motor los pasos de avance asumidos por el Papa Francisco. Estos son: “Respeto y dignidad, prudencia y equilibrio en el juicio, no discriminación, integración y acogida a todos, respetar el discernimiento personal, valorar los elementos positivos del camino y mirar con amor y positivamente”.

¿Qué esperan de nosotros los jóvenes sobre esta realidad y qué creés que genuinamente podemos aportar?

No sé si los jóvenes nos esperan o nos están mostrando el camino de una vivencia mucho más rica en la aceptación real, genuina, plural y sin etiquetas. Creo que podemos mirar y aprender de ellos.