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Lujos, calles y velocidad

El Gran Premio de Mónaco es una carrera de automovilismo de velocidad que se disputa anualmente con monoplazas. Se ha convertido en una de las competiciones más antiguas y prestigiosas de la Fórmula 1.

EscribE oMar sarMiEnto

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Tiene lugar en el Principado de Mónaco, en un circuito urbano creado en 1929 por Antony Noghes, hijo del Presidente del Automóvil Club de Mónaco, y bajo los auspicios del Príncipe Louis II. Ello respondía al reto de organizar una competición en el exiguo territorio de Mónaco (1.5 km2 en aquella época), condición requerida por la Comisión Deportiva Internacional para que el Automóvil Club fuese reconocido internacionalmente.

Fue el mismo príncipe quien, con una vuelta de honor efectuada a bordo de un Torpedo Voisin conducido por Charles Faroux, el director de la carrera, inauguró el circuito del 1.º Gran Premio de Mónaco.

Hubo 16 coches en la parrilla inicial sorteados: 8 Bugatti, 3 Alfa Romeo, 2 Maserati, 1 Licorne y 1 Mercedes SSK.

El inglés Williams llegó demasiado tar- de para participar en las sesiones de pruebas oficiales, pero al amanecer tuvo un entrenamiento pirata que emocionó a toda la nación. Ganó el Gran Premio en un Bugatti 35 B de color verde en 3 horas 56 minutos y 11 segundos; habiendo efectuado 100 vueltas a una velocidad media de 80k/h.

El circuito recorre las calles de Monte Carlo, un barrio del principado de Mónaco. Desde hace décadas, es un lugar de reunión para multimillonarios, estrellas de cine y la realeza europea. Se trata de uno de los sitios más exclusivos de Europa. Allí viven al menos 38 mil personas de estatus económico alto.

El Gran Premio de Mónaco está emplazado entre la Riviera Francesa (Mar Mediterráneo) y los Alpes Marítimos, lo que origina un clima complicado para las carreras. Además, mientras la mayoría de los Grandes Premios se realizan en autó- dromos (circuitos permanentes) alejados de las ciudades, Mónaco es un circuito urbano; también llamado callejero.

El GP del principado formó parte del primer Campeonato Mundial de Fórmula 1 desde el 21 de mayo de 1950, año de creación de este premio automovilístico; ganada por Juan Manuel Fangio con un Alfa Romeo. A partir de 1955, se ha realizado todos los años. Junto a la fecha de Fórmula 1 se disputan carreras de exhibición, por ejemplo, de automóviles históricos, y de campeonatos menores.

La Fórmula Junior corrió en Mónaco en 1950 y desde 1959 hasta 1963. Entre 1964 y 1997 se celebró una carrera de Fórmula 3, que servía como punto de encuentro de los pilotos de los distintos campeonatos nacionales. La Fórmula 3000 Internacional tomó su lugar en 1998 y dio paso en 2005 a su sucesora, la GP2 Series. La Fórmula 3 Euroseries corrió en Mónaco por única vez en 2005, y la World Series by Renault lo hace desde ese mismo año.

Según datos de la escudería de Red Bull Racing con la que Checo Pérez compite, al llegar a la línea de meta del GP de Mónaco, cada piloto habrá cambiado de marcha unas 3666 veces. Son unos 47 cambios por vuelta multiplicados por 78. Cada una dura 80 segundos, es decir, un promedio de un cambio de marcha de 1,7.

Eso significa que, en el GP de Mónaco, la habilidad del piloto es más determi- nante que nunca. Por otra parte, tampoco tiene rectas largas, por lo que los pilotos van de curva en curva sin tener ni medio segundo de descanso. El mayor triunfador en esta competición fue Ayrton Senna, quien conquistó seis victorias, seguido de Graham Hill y Michael Schumacher con cinco y Alain Prost con cuatro. Los franceses Jean Pierre Beltoise y Oliver Panis han conseguido su única victoria de Fórmula 1 en Mónaco, en ambos casos bajo lluvia.

El circuito de Mónaco es cruel y no perdona a nadie. Algunos grandes campeones lo saben. Michael Schumacher y Ayrton Senna tenían todos los premios ganados dada la ventaja acumulada, y acabaron chocando contra una valla. Quizá porque se relajaron en exceso. No obstante, la peor experiencia la vivió Jack Brabham en 1970 cuando, al abordar el último viraje verdadero —el gancho de La Rascase—, se salió recto. Los frenos le venían dando problemas, fallaron y chocó contra las balas de paja. Prosiguió con el morro torcido y a baja velocidad, justo cuando el austriaco Jochen Rindt, autor de una espléndida remontada, lo superó a menos de 200 metros de la meta. //