Clean Energy N7 - Aniversary Ed.

Page 72

“La participación de las fuentes renovables de energía en la matriz energética de nuestra región es del orden del 25%; muy superior al 7% de los Países de la OCDE y al promedio mundial que va en el orden del 13%”.

el discurso corriente se pierde la perspectiva de la diferencia entre regiones del mundo.

72 73 . clean energy . octubre/noviembre 2011

La participación de las fuentes renovables de energía en la matriz energética de nuestra Región es del orden del 25%; muy superior al 7% de los Países de la OCDE y al promedio mundial que va en el orden del 13%. Lo cual se debe, en parte, a que la producción de electricidad en América Latina se basa principalmente en fuentes renovables: 62% en la región frente a solamente 21%, que es el promedio mundial. Con la excepción de Brasil, que ya ha traspasado la barrera de 1GW eólico instalado, la gran mayoría de la industria de renovables en la región se centra hoy en los biocombustibles, ¿prevén cambios a futuro? ¿es posible imaginar una alianza regional que fomente clusters de desarrollo para industrias promisorias como la eólica o la solar fotovoltaica?

Algunos países latinoamericanos, como Argentina y hasta cierto punto Chile, han presentado algunos problemas a la hora de atraer financiamiento para los proyectos de energías limpias, ¿cómo prevén que evolucionará este tema a futuro?

En general, los países de la región continúan concentrando sus esfuerzos en el desarrollo de programas de energía renovable, principalmente en la utilización de las tecnologías que se desarrollan y producen localmente, que explotan recursos locales, que cuentan con capacidades técnicas in-situ y que están respaldadas por estudios técnico-económicos. Esto explica la gran expansión de la hidroelectricidad y de los combustibles derivados de la biomasa.

El desarrollo de mecanismos de financiamiento para la implementación de proyectos de fuentes renovables de energía es, sin lugar a duda, una de las barreras más importantes que detienen su evolución. Pero esto también se relaciona con las políticas que asuman los organismos multilaterales de financiamiento. Ellas deben adecuarse a las potencialidades, realidades y las necesidades de los países de América Latina y el Caribe, lo cual no siempre ha sido así, en algunos casos.

Según estudios de prospectiva realizados por OLADE (Prospectiva Energética para América Latina y El Caribe: Escenarios Energéticos al 2032) esta tendencia continúa siendo similar hasta el 2032, horizonte en que la hidroenergía y la biomasa serán las principales fuentes de energía renovable en utilización. Asimismo, se espera un gran impulso de la generación eléctrica con la transformación de la energía eólica. Los bajos costos registrados en los últimos proyectos eólicos aprobados (entre 60 a 80 US$/ MWh) en la región pueden orientar un notable cambio en el parque generador de los países con gran potencial de aprovechamiento de este recurso (Argentina, Brasil, México, Uruguay, para citar algunos ejemplos).

En la actualidad, la mayoría de los proyectos de energía renovable desarrollados han sido financiados por fondos de cooperación internacional y por fondos nacionales públicos. La banca privada también ha creado programas de financiamiento, sin embargo, estos todavía no han podido dinamizar adecuadamente el sector.

Sin embargo, otras fuentes de energía renovable como la energía eólica, la solar y la geotérmica, que suman 2% del total de la demanda de electricidad, están siendo desarrolladas e impulsadas por varios gobiernos de América Latina, generando capacidades locales y lecciones aprendidas que pueden ser compartidas con el resto de países de la región a través de programas de cooperación sur-sur, plataformas de conocimiento y redes regionales de expertos.

Los proyectos basados en tecnologías de energías renovables tienen generalmente altos costos de capital, que – en realidad – han registrado una notable reducción en las últimas décadas. Además, debe tenerse en cuenta que para las energías intermitentes - no despachables como centrales de base -, como solar y eólica, la incertidumbre en la capacidad efectiva de generación y la confiabilidad de las mismas, aumenta la percepción de riesgo para el sector financiero. Debido a que la utilización de energía renovable implica generalmente un uso intensivo de capital se configura un escenario de difícil acceso al crédito, al menos en las modalidades convencionales. Los plazos disponibles resultan demasiado cortos en comparación con la vida útil del equipo y el tiempo de retorno de la inversión.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.