BRIGADA 21 Publicación trimestral
JUNIO 2015 TOMO 2 NÚMERO 13 DEPÓSITO LEGAL CO-1629-2006 ISSN 1888 - 329X EDITA: Asociación Cultural Audiovisual y Cine-Fórum FORAJIDOS
CUANDO EL CINE HISTÓRICO PONE HISTÉRICOS A LOS PROFESORES DE HISTORIA Ya hemos hablado aquí en alguna ocasión del cine como herramienta fundamental para el aprendizaje de las Ciencias Sociales en general, y de la Historia en particular. Su utilidad es innegable, pero hay que tener cuidado con lo que se pone, sobre todo, a los más pequeños. De nada vale que tratemos de explicar el proceso de hominización si han visto a Raquel Welch en “Hace un millón de años” atrapada por un pterodáctilo. No pueden imaginar el aspecto simiesco: para ellos, la mujer primitiva lleva un bikini de pieles y un pelo recién salido de la peluquería. Si les pones “En busca del fuego”, excelente visión de Annaud, les resulta chocante. No es que la historia que cuenta sea verosímil, es que está bien ambientada, y bien creados los personajes. Lo que reconcilia a los chavales con la película es la escena del grupo de buscadores subidos al árbol para huir de los leones. Hay que tener en cuenta que una película es una obra de ficción. Incluso un documental tiene un argumento, no es una traslación de “la realidad”. A las películas hay que concederles licencias. No tan amplias como la de “Gladiator”, de hacer pasar por África a Maximus cuando va a Mérida desde los bosques germanos, pero a veces hay que hacer aparecer jaras pringosas y alcornoques en pleno corazón de Sierra Maestra. Eso de ver al Che escondido en un sotobosque mediterráneo tiene su puntito, no vamos a negarlo. Da menos repelús que leer, al comienzo de “El Mozárabe”, cómo el protagonista pasea por las calles de una Córdoba llena de buganvillas… unos 800 años antes de que M. de Bouganville las descubriera en su periplo por las islas del Pacífico Sur. Cuando busco películas para que mis alumnos se hagan una idea de diferentes épocas o acontecimientos históricos, lo que tengo más en cuenta es que no salga ningún romano con gafas ni ningún indio con reloj digital. La ambientación es fundamental. Los castillos medievales eran lugares oscuros, fríos e inhóspitos, como los
que pinta Ridley Scott en su “Robin Hood”, donde también queda claro lo repugnante y sucia que es la guerra. Que la historia le saque las tripas a la leyenda que todos hemos visto en el cine, es lo de menos. No llega a los niveles del Príncipe de los Ladrones, que no hay por dónde cogerla, excepto para pasar un buen rato de cine de acción, y por el impagable culo de Kevin Costner. Por eso me gusta tanto la serie “Águila Roja”. Sus historias son increíbles, pero divertidas y entretenidas. En cambio, las ropas –excepto las de la marquesa- están muy conseguidas. La inutilidad del rey, que únicamente piensa en una cosa, la crueldad de los sistemas policiales –el Comisario es un magnífico jefe de la Santa Hermandad- y la falta de escrúpulos del clero –ese impagable Cardenal Mendoza- quedan muy de manifiesto y sirven para entender una época. Las calles, estrechas, abigarradas y sucias, tal como fueron. La mentalidad estrecha de algunos personajes populares contrasta con la curiosidad moderna del maestro que lo cuestiona todo. Claro, que para algo es el héroe. Las vajillas están recién sacadas de un bodegón barroco. Las de las casas del pueblo, de los cuadros de Velázquez. Las de la marquesa, de otros más cortesanos. Aunque coman kiwi y piña en el desayuno. La mejor boutade pseudohistórica que he visto en los últimos tiempos es “Malditos bastardos”. Cierto que Hitler no murió en un cine parisino. Pero qué inmenso retrato de la Francia ocupada, con sus nazis, sus colaboracionistas y sus resistentes, imposible de averiguar quién de todos es más fanático o más repulsivo. Gracias, Tarantino. Tú también has sabido pintar el horror de la guerra, y en particular, cuando fui capaz de reírme en la escena final, mientras le graban a punta de navaja una esvástica en la frente a uno de los canallas, me pusiste frente a mis contradicciones de pacifista convencida. PEPA POLONIO
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HISTORIAS DEL CINE (I) ANTONIO ESTEBAN LIROLA
Y el cine, se venía abajo! Bien poco hubiera tenido que hacer el actual Sonido Dolby al lado del estruendo producido por los incontrolados zapatos que, sobre las pulidas maderas del gallinero, descargábamos presos de la más incontenible emoción. Eso... ¡El Coliseo se venía abajo! La sola aparición del valiente caballista a lomos de su blanco alazán, era más que suficiente para dar rienda suelta (nunca mejor dicho), a nuestros emocionales instintos, intentando acompañar al héroe con esta sonora y demostrativa ayuda, en pos de su acción aventurera. Una salva de merecidos aplausos culminaba la salvaje galopada cuando la heroína en cuestión caía rendida en los brazos de su apuesto salvador. Y todo, porque nadie poníamos en duda que aquellas frenéticas cabalgadas por las calcinadas planicies del salvaje Oeste solo tenían como fin y destino, rescatar a la bella protagonista de manos de los malvados de turno, ya fueran indios o cuatreros malcarados. Eso ocurría una y otra vez... y otra más, inacabable, como bien sabes. En esta ocasión que te digo el valiente caballista se llamaba Ken Maynard... ¿A que lo recuerdas?, y su blanco alazán, que tenía un curioso nombre, "Tarzán", y así, infinidad de veces lo vimos anunciado en las carteleras de la época: "Ken Maynard y su caballo Tarzán en..." Innecesario es recordar que todo esto, tenía lugar en
los primeros años cuarenta, al filo mismo de la posguerra, cuando cualquier reflejo de distracción, era todo un acontecimiento, y aquello, para nosotros, ¡valla si lo era! Descubrimos todo un mundo de insólitas satisfacciones en un momento en el que nos rodeaba eran tan reacio a ofrecérnoslas. Pero apareció
Ken Maynard y su blanco y recién lavado corcel, y a la par, en ininterrumpida sucesión, toda una galería de intrépidos personajes del legendario Oeste Americano. Cowboys les llamaban entonces, dispuestos a hacernos inolvidables aquellas tardes de cine. Por sus nombres les conoceréis, que se dice ¡Y tanto que
les conocimos! Y vimos, en acción, a Buck Jones, Tim Maccoy, Tom Keene, Bob Steele, Bill Cody, Randolph Scott, un primerizo John Wayne en "Raza de Domadores"; Gary Cooper, jovencísimo él, en "Camino al Oeste", Roy Rogers y su caballo Trigger, Gene Autry, también vaquero y cantor como Roy, Tom Mix, siempre vestido impecable de blanco como su caballo Tony y para remate Tom Tyler, cuya presencia, al cabo de los años, recibimos alborozados en dos jornadas de "Las Aventuras del Capitán Maravillas". Todos eran excelentes caballistas, llevando todos las riendas de blancos y briosos corceles que, igual cruzaban laderas y valles, llanuras y montañas, donde su silueta, recia y apuesta, estaba naturalmente curtida por el sol californiano. Los títulos de sus películas, eran bastante sugestivos para nosotros, y su entendimiento era fácilmente comprensible a nuestra edad. Basta enumerar algunos en los que su esplendida sencillez, dan acertada fe de ello: "La Honra del Suicida". "A Costa de su Honor", "La Ley de la Frontera", "El Terror de Oklaoma", "Adorable Embustero"... pertenecientes a la filmografía de Buck Jones. Tim Maccoy nos reclama con "La Voz de la Sangre"; "Justicia para el Indio"; "La Risa del Chacal". (continuará)
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CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE MEJOR JOSÉ PÉREZ MERINO
A tenor de lo dicho en el artículo de portada del número anterior de Brigada 21, consideramos que efectivamente el CINE, en Montilla está absolutamente abandonado. No se proyecta nada. Han pasado muchos meses desde que proyectaron “El niño”, cuando además ya habían pasado otros meses más desde que se proyectara la anterior, que fue para niños. El Teatro Garnelo está infrautilizado desde hace muchos años. Las ideas que hemos ido transmitiendo desde nuestra Asociación han caído en saco roto. No tiene explicación que los veranos se pasen ante la desidia de nuestros concejales que pasan de esto. Montilla tiene una amplia historia en el mundo cinematográfico. Las cámaras se han dejado caer por aquí, y han pasado por nuestra localidad desde Jaime de Armiñan, hasta Pilar Távora, o desde Paco Rabal hasta Rafael Álvarez “El Brujo”. Por tanto, no comprendemos como no se ha revitalizado el séptimo arte en nuestra ciudad, cuando Cabra, Baena, ect., disfrutan todas las semanas con sus películas. Eso sí, para hacerse la foto con Juan Diego, Fernando Tejero o María Barranco, nuestros representantes han estado prestos. En la delegación de cultura hay técnicos contratados para, entre otras cosas, trabajar sobre esto. A ver si de una vez por todas podemos conseguir quedarnos aquí, y no tener que visitar el Fuenseca, o El Coliseo San Andrés. De lo que supuso para Montilla el cine, damos fe con la programación de los cines Ideal, Cervantes o Garnelo del año 1953.Y también las del Palacio, algo más tarde. Después de verla, tiéntense la ropa nuestros concejales, y pongan en marcha su imaginación.
JAMES DEAN MARÍA JOSÉ PÉREZ ORTIZ
CONTENIDO BRIGADA 21 Cine Histórico y profesores de historia
1
Historias de cine
2
Cualquier tiempo pasado fue mejor
3
James Dean
4
A modo de anécdotas
4
Cinematográficamente hablando, James Dean no tenía más de un año de edad cuando murió… Un año que le bastó para dejar una huella resplandeciente en la historia del cine y en los corazones de cuantos le conocieron y admiraron… El hecho de que dejara tan hondo recuerdo habla con claridad meridiana de su fina sensibilidad, de sus abnegados esfuerzos para convertirse en actor. Comparado con la pléyade de actores ambiciosos y con talento que lucharon incansablemente para obtener el éxito soñado, Dean contaba con muy poca experiencia. Algunas comedias escolares, escasas intervenciones en televisión y Broadway. Pero James Dean era brillante. Su primera película le valió un premio de la Academia de Artes y Ciencias que raras veces se ha adjudicado a un actor tan joven, y cuando se presentó al público su segunda película “Rebelde sin
causa” -un mes después de su trágica muerte- había ganado ya un fantástico renombre. Hoy día son muchos los convencidos de que ha sido uno de los mejores actores que ha tenido Norteamérica. “Gigante” fue su éxito supremo. En aquella película, interpretando el papel de Jett Rink, el indómito bracero de un rancho, que se convierte en millonario, tuvo que encarnar un personaje que había vivido el doble que él. Y lo consiguió maravillosamente. Hizo de su interpretación una de las actuaciones más admirables, más comentadas, y una actuación que debió haberle valido un Oscar. Nunca volverá a haber un joven actor tan extraordinario como lo fue James Dean. Esta es la razón de que su historia jamás quede relegada al olvido, y nunca tenga final… JAMES DEAN YA ES UNA LEYENDA.
A MODO DE ANÉCDOTAS JOSÉ PÉREZ MERINO
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En el cartel de la película “Polvo eres”, interpretada por Nadiuska, podemos ver como las productoras españolas han utilizado las artimañas más picaras para promocionar sus películas. Ahí tenemos un cartel copiado de Gilda. Por cierto, que Nadiuska era igualita que doña Rita. Por gentileza de Manolo Caracuel tenemos una entrada de un cine de Pueblonuevo, antes de que se uniera con Peñarroya. Curiosamente, el cine se llamaba Gran Capitán, mientras que aquí en Montilla, ningún cine ha tenido por nombre el ilustre apodo de nuestro paisano. Si te gusta el cine y quieres dar tu opinión, envía un correo a nuestro e-mail asociacionforajidos@yahoo.es o síguenos a través de nuestra página web http://forajidos-brigada21.blogspot.com