MIREIA BELMONTE ENTREVISTA
Pero, sin orientación del entrenador, ¿qué se puede hacer más allá de acelerar o ralentizar el ritmo o alargar el nado subacuático? Lo más determinante es no perder la concentración. Y marcar un ritmo predecible para ganar. ¿Cree que hay piscinas malas donde es más difícil conseguir una buena marca? Sí, aquellas que tienen poca luz. Y en las que la cantidad de cloro no es la correcta.
rosa, lo brillante…”, esto último lo manifiesta con frecuencia en sus uñas. Aunque esté en otro país, si encuentra un sitio cerca del hotel donde hacérselas, no lo duda. LA ALERGIA AL CLORO Es hija de andaluces. Su madre, Paqui, proviene de Huelma (Jaén). Y su padre, José, de Freila (Granada). Precisamente es en la tierra de José Belmonte donde se encuentra uno de los mejores centros de entrenamiento del mundo. La piscina del CAR Sierra Nevada está a 2.300 metros de altitud sobre el nivel del mar. “La altura me beneficia. Compito con más seguridad”. De igual manera que un campo seco o con la hierba alta condiciona el juego de un equipo de fútbol profesional, el recinto, la altitud y la cantidad de cloro también afecta a los nadadores. Desde Río de Janeiro 2016 las piscinas cuentan con 10 calles para ocho nadadores. Las dos exteriores amortiguan las ondas del agua que generan los nadadores. En la esperpéntica novela de David Trueba, Abierto toda la noche, uno de los hermanos Belitre abandona una incipiente carrera como futbolista por tener alergia al césped. A Mireia le pasa algo parecido, padece alergia al cloro, pero las consecuencias son opuestas. Se sobrepone y no le impide competir al máximo nivel. Lo combate con mascarillas del pelo y cremas. A esto se suma que, en la natación, a diferencia de otros deportes individuales como el tenis, el contacto con el entrenador es inexistente. “Debe ser el nadador el que en función de cómo se desarrolle la carrera tome una u otra decisión”, afirma la deportista.
La mejor deportista del país.
A la izda., tras conseguir el oro olímpico en los 200 mariposa de Río de Janeiro 2016, y como imagen de Hyundai. Arriba, junto a su padre José Belmonte, en los pasados JJOO, clave en el desarrollo de su carrera.
No ha llegado la hora de comer y ya le ha dado tiempo a nadar cinco kilómetros y a trasladarse de Barcelona a Madrid. Las semanas previas a una gran competición se hace entre 18 y 20 kilómetros. Traducido en largos son 400. En el gimnasio se ejercita encima de una bici estática, hace remo y pesas. Si bien la mayor parte del día la destina a entrenar, dedica un par de horas a estudiar –cursa Publicidad y Relaciones Públicas en la UCAM (Universidad Católica de Murcia)–. “Es fundamental estudiar y seguir compitiendo”. En España hay 63.216 federados en natación, según un informe del Consejo Superior de Deportes, de 2016. El 45% son mujeres. Existen 792 clubes inscritos. Por poner un par de ejemplos, en atletismo hay 74.087 y en rugby, 31.692. Los niños aprenden antes a nadar, pero la natación apenas da éxitos deportivos. En la final de 200 mariposa de Río de Janeiro 2016, en la que Belmonte ganó el oro con un tiempo de 2:04.85, se impuso a dos estadounidenses, dos australianas, dos chinas y una japonesa, campeona del mundo el año anterior. Todas enormes potencias. ¿Cómo se explica que alcance ese nivel? Ese año alcancé un gran nivel a pesar de que existen diferencias entre la escala de apoyo y financiación al deportista entre unos países y otros. ¿Qué le pide al nuevo Gobierno? Que procure mejorar las estructuras del deporte. Una nueva ley es necesaria. Y que se define y se trate ampliamente el estatuto del deportista. El nivel de Mireia no ha parado de crecer desde que compitiera en Beijing 2008. Hay una frase célebre que dice que las medallas se ganan en los entrenamientos y se recogen en los campeonatos. Mireia la tiene en mente desde que la apuntaron a clases de natación con cinco años. CLUB + RENFE 27
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