Boletín Salesiano, abril de 2021

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Misiones Salesianas

Misiones Salesianas

Los niños y niñas son uno de los grupos más vulnerables en este conflicto armado.

EMERGENCIA ETIOPÍA: HAMBRE, PLAGAS, CONFLICTO ARMADO Y PANDEMIA

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ombatir el hambre es la prioridad para los misioneros salesianos que trabajan en Etiopía. El conflicto que vive la región de Tigray, en el norte de Etiopía, está dejando miles de muertos, millones de personas desplazadas de sus hogares y más de 60.000 personas han tenido que huir hacia otros países, como Sudán. Además, más de 4,5 millones de personas necesitan ayuda de emergencia urgente para sobrevivir, de un total de 5,5 millones de personas. El corte de las comunicaciones, la falta de luz eléctrica, el cierre de los bancos y de los mercados han dejado la zona desabastecida y a millones de personas sin nada que comer. Las organizaciones humanitarias que trabajan en la región alertan de que entre el 3% y el 15% de los menores de cinco años sufren malnutrición porque no reciben ni una comida al día.

Conflicto armado, crisis humanitaria El conflicto armado desatado en la región de Tigray en noviembre pasado ha supuesto la gota que colma el vaso para una población ya afectada por la pobreza. “En Adwa el único hospital que funciona es el de las hermanas salesianas y muchas fábricas han sido saqueadas”, explicaban los misioneros salesianos. “Se puede decir que estamos ante una crisis humanitaria. Es una situación trágica”, añadían. 30

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Los misioneros salesianos que trabajan en el país tienen ahora mismo una única preocupación: la población. “Estamos repartiendo lo que podemos, pero es muy poco. Vamos a necesitar mucha ayuda para poder superar esta crisis”, se lamentaban. El inicio de la guerra el pasado 4 de noviembre dejó aislada la zona durante más de tres meses, también a los misioneros salesianos, aunque hoy ya se han podido restablecer algunas comunicaciones y todos ellos se encuentran bien. “No hemos sentido peligro de haber podido morir porque los bombardeos no eran cerca de nosotros, pero tampoco nos hemos podido mover de la casa en todo este tiempo”, comentaban desde Adigrat. “Era imposible moverse en coche por los robos que había y la gran violencia que ha existido, sobre todo en noviembre y en diciembre”, explicaban. “Es muy duro estar sin saber nada de nadie ni poder visitar a los niños y a las familias”, añadían. Una vez más, las personas más afectadas son aquellas que viven en una situación de mayor vulnerabilidad: desplazados internos, mujeres embarazadas, menores de cinco años, personas refugiadas y personas mayores, enfermas y discapacitadas. Los centros educativos etíopes están cerrados desde marzo del año pasado. Pocos alumnos han podido seguir sus


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