Luz y Tinta Nº 123

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Nº 123 - Mayo de 2022

Nerea Garmendia Protagonista de la película “El Hogar”


La realidad y el deseo Hay un libro, que ha marcado toda la poesía española del siglo XX, y me atrevería a decir, toda la literatura del siglo y cuyo título me ronda estos días cuando me asomo a los periódicos de la mañana, a los informativos de la tarde, a los diarios digitales en pertua actualización. Se trata de La realidad y el deseo, de Luis Cernuda, que parece marcar la dialéctica entre lo que ocurre y lo que quisiéramos que ocurriera. Lo que ocurre actualmente es bien triste o, por mejor decir, suficientemente significativo de la realidad tan convulsa que nos toca vivir. En España, sin ir más lejos, mientras escribo se rumia en todas las tertulias el cese, o la dimisión forzada, creo que se me entiende, de la directora del CNI como cabeza de turco de un error o de una concatenación de errores que, me imagino, como compete a los servicios secretos, jamás nos explicarán en detalle. En Europa, la crisis de Ucrania, con miles de muertos y miles de desplazados que huyen de la muerte cierta buscando refugio en zonas menos problemáticas, alejándose de una guerra infernal e interminable que está dejando al aire las vergüenzas políticas y diplomáticas de esta Europa que se tambalea sin destino. En Asturias, junto a otros problemas estructurales que están mermando la población dejando zonas abandonadas —lo de la España vaciada no es un tópico—, se suma ahora un problema puntual que es solo ejemplo de otros muchas en otros muchos momentos. Siguiendo pautas de política empresarial desmemoriada, cierra ahora la fábrica de Danone en Salas, dejando en el paro a todos sus trabajadores y llevándose la producción a Francia. Y ya digo, es solo un ejemplo, sangrante, eso sí, como todo lo que atañe en estos tiempos a la vida de los trabajadores. El mundo entero, con China a la cabeza, sigue inmerso en esta pandemia que no cesa y que cada día descubre nuevas variantes y nuevas incertidumbres. En este panorama, que quizás he pintado menos acerado de lo que realmente es, solo se salvan las dos clásicas válvulas de escape: el fútbol, a pesar de que hayamos descubierto recientemente que todo es mentira y que los goles tienen precio, y últimamente el tenis, con esa gran esperanza blanca, Alcaraz, que viene a ocupar el trono de Nadal con todo el ímpetu de sus diecinueve años. Personalmente, para entrar en el mundo del deseo que apuntaba Cernuda, me conformo con que no me tomen el pelo, con encontrar un libro para leer plácidamente, con poder escribir de vez en cuando algo que me guste y con disfrutar mes a mes de Luz y Tinta.

Francisco Trinidad

P.S.- Este mes he tenido un grave problema técnico y, como me encuentro fuera de Asturias, me ha resultado difícil su solución, por eso la revista sale con retraso y posiblemente con algún error de composición que nuestros generosos lectores sabrán perdonar. Esta presentación, sin ir más lejos, se escribió el día 9 de mayo y quizás, cuando pueda subirse la revista, haya perdido actualidad.

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Fotografía de Portada: Guendy

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Foto del mes: Kezzin

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Guendy. Entrevista a Nerea Garmendia

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Francisco Trinidad. Crimen en la sacristía (y II)

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Gloria Soriano. Inmatriculación

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Juan Depunto. El tiempo pasa

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Monchu Calvo. La mina del Chato

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Rincón para el recuerdo: Horacio Quiroga

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Pilar Solís. El cuento del hombre invisible

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Laudelino Vázquez. Carta abierta de Alicia Ramírez

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Manuela F. Cacao. Se vende

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Alicia Savage

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David de Chemin. Tres maneras de amar más...

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Myke Reyfman. Enormes icebergs de Groenlandia

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Patrick Demarchelier

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Corina Arranz

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Giulia Pesarin

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Fotos seleccionadas

PROMOTOR y DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA: José Luis Cuendia, «Guendy» DIRECCIÓN, DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Francisco Trinidad DIRECTORA DE COMUNICACIÓN: Lola González

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Número Mayo de 2022

Reservados todos los derechos de reproducción total o parcial tanto del texto como de las imágenes. Las imágenes están protegidas por las leyes de copyright internacionales. Para cualquier consulta o sugerencia contacte con nuestro correo electrónico info@moldeandolaluz.com moldeandolaluz.com


Nuestra foto

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o del mes

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José Luis Cuendia Guendy

Foto: PIPE PEREDFA

Nerea Garmendia

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Foto: GUENDY

Entrevista a Nerea Garmendia Desmontar los topicazos es una tarea más que difícil. Están muy arraigados en la cultura popular y, como muchas otras cosas, casi siempre fruto de la ignorancia. Una amiga me comentó hace muchos años que los ignorantes, no saben “si matan o espantan”. Que si las vascas son bordes, que si son feas, raras, estrechas, mandonas…Yo no creo en esos topicazos, pero si llegara a ser cierto (que no lo es), Nerea Garmendia habría roto el molde de esas expresiones usadas con frecuencia en las circunstancias en que la ignorancia campea a sus anchas. Nerea nació en la comarca de Goyerri, en Beasain Guipúzcua (País Vasco), España. Como muchos niños de su época estudió en el colegio La Salle, muy conocido en el País Vasco. A la temprana edad de 10 años se trasladó a San Sebastián donde vivió hasta que se fue a vivir a Madrid para estudiar en la escuela de Arte Dramático Cristina Rota y en La Barraca de Alicia Hermida. (Wiki)

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A la derecha, Julio de la Fuente, director de “El Hogar”, con los personajes de su película, emocionado tras rodar la última escena.

Nerea comenzó a hacerse famosa entre el público vasco con el programa de ETB2 “Vaya Semanita” donde era una de las protagonistas. El espacio estaba presentado por Óscar Terol y tuvo tal fama que TVE1 decidió lanzarlos a nivel estatal con “Made In China”. Por supuesto el programa mantuvo a todos sus actores, incluida la propia Nerea. Desde entonces hasta el año 2021, en que lanzó junto Víctor Amilibia un nuevo espectáculo de humor titulado “Vaya Pack de vascos”, en formato monólogo, no ha parado de trabajar. Tuve la suerte y el honor de conocer a esta bella y encantadora vasca en el rodaje de la película “El Hogar”, dirigida por Julio de la Fuente, rodada íntegramente en Asturias. (Oviedo y Llames de Parres). Nerea interpreta el papel de María, protagonista junto a Luis Mottola y los niños Zoe y Noe Millán, y Daniel Días, que serán los entrevistados en el próximo número de Luz y Tinta, y a las que seguirán otras entrevistas a otros de los importantes actores de la película. Hace unos días nos reunimos en mi casa el director Julio de la Fuente y el compositor de la banda sonora de la película Isaac Turienzo, para ver los primeros 30 minutos del montaje de la película, ya unos días atrás había estado con Julio y con Benito el director de fotografía y montador de la peli en su estudio, en esta ocasión Benito no estaba pues había hecho acto de presencia el jodido Covid en su casa. Cuando terminamos de ver estos minutos montados, Isaac y yo al unísono en esa coincidencia o transmisión de pensamientos dijimos “Nerea se come la pantalla”, y es que tanto ella como Luis, se nota que son muy conscientes de que están haciendo una película de cine cómico muda. Julio lleno de orgullo repetía, -ojo, tenemos película, tenemos película-. Esta mañana le escribía a Nerea y le decía “lo tengo que contar” y le hacía una comparación con eso de “lo tengo que contar” de Luis Miguel Dominguín, que no podía esperar ni un minuto para contar que se acababa de acostar con el “animal más bello del mundo”, cuando en mitad de la noche madrileña abandonaba el hotel, donde había estado con Ava Gardner . Evidentemente lo que estoy contando no tiene nada que ver con lo vivido esta pasada noche entre los dos, pues, “toda comparación es odiosa ” (El Quijote II 23) Pero la anécdota que quiero contar retrata perfectamente quién es Nerea. Hace unos días le envié una serie de preguntas para la entrevista, me dijo que andaba muy atareada de cara al fin de semana, que durante el día no le daban las horas, pero que una vez pasados esos días me contestaría. Le dije que lo podía hacer a través de una grabación, que ya pasaría yo fielmente a texto por aquello de facilitarle la labor. Así pues, la pasada noche a las dos de la mañana me encontraba pegándome con la creación de la página web de “El Hogar”, cuando recibo un güasap sonoro de Nerea que me dice en voz baja para no molestar a quienes pudieran oírla grabar a esas horas: Perdóname José Luis, las dos de la mañana… pero es que llevo unas semanas de locura, locura, viajando de

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aquí para allá, Galicia, Madrid, Cantabria, Madrid, Vizcaya, llegué y tengo todo atrasado, solo contesto a las personas de mucha confianza, y voy a contestarte ahora mismo que mañana tengo otro día de locura, así que discúlpame, voy a arrancar… Me puse a esperar y cual sería mi sorpresa cuando empiezan a aparecer los textos respondiendo a las preguntas una a una, y así hasta las 3:14 a.m, que llegó la última respuesta. Esa es Nerea Garmendia. Creo que se entenderá perfectamente ahora cuando digo que he tenido la suerte y el honor de conocerla. P. Nerea, qué nos puedes contar de ti misma, conocemos tus trabajos en el cine, la televisión y el teatro, pero cómo es Nerea Garmendia vista por Nerea Garmendia. R. Me encanta que me hagas esta pregunta porque soy de esas personas a las que le gusta conocerse más cada día. Poniéndome retos, enfrentándome a proyectos que me dan respeto… me encanta sentir la satisfacción de no tener ningún sueño por cumplir porque cuando tengo un sueño me pongo manos a la obra al momento. La vida es ahora, y así la vivo. Al máximo. Disfruto de cada momento, de cada lugar y cada persona que me aporta felicidad, aprendizaje o paz. P. Recientemente nos hemos conocido con motivo del rodaje de “El Hogar”, la última película de Julio de la Fuente, qué nos puedes contar de esa experiencia en tierras asturianas, en este caso en un bello rincón de la Asturias rural. R. Lo que he vivido en el rodaje de “El Hogar” ha sido magia. He conocido a maestros como el que me entrevista, ángeles como los hijos que me tocaron en la ficción que los quiero como si fueran míos en la realidad. Mi compañero y amigo Luis Mottola, otro ser de luz y generosidad… Podría seguir así con todo el equipo porque realmente somos una familia, un hogar. Hemos hecho honor al título de la película. Sin duda, la realidad ha superado a la ficción. Pero sin duda, el mayor regalo de este proyecto ha sido trabajar con Julio de la Fuente. Ponerme en sus manos, olvidarme del mundo para escuchar sus directrices con la pasión y la verdad con la que los transmite… esto sólo lo entenderemos quienes hemos tenido el honor de trabajar con él… La valentía de Julio de hacer un proyecto como éste, volviendo al origen del cine, cuando no había sonido, es admirable. Pero más ha sido comprobar que tenía clarísimo la película que quería rodar y lo mejor de todo, saber que ha conseguido la película que quería. Me quedo con la última escena que rodamos en Oviedo, a las 23:00, lloviendo, en mitad de una plaza desierta, toda la familia tumbada en un suelo mojado que terminó fusionándose con las lágrimas de felicidad del director al ver que rodamos la escena tal cual la había soñado cuando la escribió. Ese momento me lo guardo en el corazón. Y que me haya elegido para encarnar a María, un personaje tan bonito como sufrido, una madre coraje de una familia coraje… esto


Foto: GUENDY es uno de los regalos más bonitos que he recibido en mis 25años de carrera como actriz. P. Me hubiera gustado haber tenido más tiempo durante el rodaje para poder hablar más contigo, pues los momentos en los que hemos coincidido me parecieron muy interesantes, y una cosa que me llamó poderosamente la atención es la forma en que tanto tú como Luis os ganasteis a los tres niños, pues en ocasiones bien parecían que eran vuestros hijos. R. Yo también me he quedado con ganas de conocerte más. Pero no olvidaré ese ratito que compartimos juntos en el que me hablaste de las aventuras y experiencias tan apasionantes que viviste… gracias. Respecto a nuestra química con los niños ya te digo que fue magia. Desde el momento en el que nos conocimos los cinco nos creamos una burbuja de amor que fue y será indestructible, como digo, se formó una familia humilde pero a la vez perfecta. Convivimos durante una semana disfrutándonos tanto en el rodaje como en los descansos. La inocencia, generosidad y amor que nos dieron Zoe, Noa y Dani fue un regalo. Volví a Madrid en una nube y deseando volver a disfrutar de “mi familia”.

P. Te vi muy “madraza”, o serán figuraciones mías. R. La verdad es que yo no soy muy niñera, pero ellos sacaron una parte maternal que ni yo misma conocía… en parte me centré tanto en disfrutarlos a ellos que no disfruté de otros miembros del equipo. Me atraparon con su amor. Madre mía, qué ñoña me pongo, pero no quiero maquillar mis palabras porque esto es lo que siento. Y como bien sabes, siempre digo lo que siento. P. Vivimos tiempos convulsos, de gran incertidumbre, que seguro más pronto que tarde, el arte del cine seguro que de una u otra forma dará buena cuenta de ello. ¿Piensas que es un peligro que gente tan falta de inteligencia como de escrúpulos esté en posiciones del poder, y que decidan lo que serán nuestras vidas? R. Me aterra que gente con falta de inteligencia, de escrúpulos y sobre todo de empatía manejen nuestras vidas por preservar sus intereses… pero así es lamentablemente. Quiero quedarme con la buena gente que ayuda y lucha por los derechos que nos merecemos

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Foto: jesús álvarez

Cuendia, Nerea Garmendia, Luis Mottola y Pipe Pereda P. ¿Cuál es el último libro que has leído? R. “Levántate de mí”, de Carolina Noriega. Y tengo otros dos que, cuando el tiempo me lo permita los leeré: “Encuentra tu persona vitamina”, de Marian Rojas, y “Tu propósito de vida eres tú”, de Manuel Márquez P. ¿Tú última película o serie? R. Killing Eve. Si no lo has visto te la recomiendo, es brutal. P. Ya me has comentado tu experiencia con la película de El Hogar, ¿con que director te gustaría trabajar? R. Con Fernando González Molina. Trabajé con él en “Los hombres de Paco” pero me gustaría hacerlo también en cine y aprender más de él (en cine los tiempos te permiten trabajar más a fondo con el director). P. Cómo mujer, a la hora de escoger un papel, ¿tiendes a escoger a mujeres que buscan hacer lo correcto o no te fijas en esos aspectos. R. Busco personajes que me aporten y que me hagan crecer como actriz. Que supongan un reto, conocerme más . P. A lo largo de los días y de las duras jornadas de trabajo, consigues tener momentos de paz, ¿cuáles son tus momentos de paz? R. Siempre consigo mis momentos de paz. Es tan importante vivir la vida al máximo como saber parar, respirar y recordar por qué estamos aquí. Para ser felices y estar en paz con uno mismo

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P. ¿Qué tipo de música escuchas? R. Toda la que me haga vibrar, me saque una sonrisa, un movimiento de cadera o me de paz. P. ¿Coleccionas algo? R. Cuando era pequeña coleccionaba gorras, ahora colecciono momentos. P. De toda tu vida, incluida tu carrera como actriz, ¿con que momentos te quedarías? R. Tengo demasiados momentos inolvidables como para quedarme sólo con uno… P. ¿Qué es en lo primero en lo que te fijas de un hombre? R. En que me haga reír. P. Si no fueras actriz ¿a qué te hubieras dedicado? R. . A intentar ser actriz. P. Como en la canción… ¿a qué dedicas tu tiempo libre? R. A viajar con mi chico, mis perros y mi CAMPERMENDIA y a disfrutar de la naturaleza; y al carpe diem de ir por la vida sin rumbo. P. Un amor platónico. R. Terence Hill. Mi padre me ponía todas las películas de él con Bud Spencer y me quedaba embobada viendo los mamporros que metían mientras me partía de la risa.


P. La última mentira que hayas dicho. R. Dije que estaba fuera de la ciudad para no ir físicamente a una reunión y hacerla por ZOOM. P. ¿Qué te encanta que te regalen? R. Tiempo. P. Algún placer culposo. R. Comer palmeras de chocolate y el arroz con leche de Magdalena, la mujer de Julio de la Fuente (porque la pobre se pasa tres horas removiendo para que quede perfecto y yo me lo como en tres minutos… P. ¿Cuál ha sido tu viaje favorito? ¿Alguna asignatura pendiente en ese sentido? R. Agosto del 2020 a Valencia. Me cambió la vida. P. De toda tu carrera que es amplia ¿Con cuál de tus trabajos te quedarías? R. Es muy difícil elegir uno porque cada uno te aporta distintas cosas… lo siento, pero es como decir a quién quieres más, a papá o a mamá.

P. Se lo decía a Luis Mottola, no soy una persona dada al halago fácil, pero durante los días del rodaje creo que nos ganasteis a todos. Tuve la suerte de ser la persona que te fue a recoger a la estación de autobuses junto con mi compañero Pipe, durante la hora que dura el viaje de Oviedo a Llames de Parres, ganaste nuestros corazones por tu cercanía, igual que lo harías después con los niños, con los técnicos, con tus compañeros los actores, que por cierto, menudo nivel humano y de compañerismo se dio durante el rodaje con todos, no creo que siempre sea así, afortunadamente aquí se dio esta encantadora circunstancia, y estoy convencido que mucho fue gracias a tu extraordinaria forma de ser. Muchas gracias, Nerea, ha sido un verdadero honor vivir a tu lado esta maravillosa experiencia. R. Ay, Guendy… fuiste la primera persona que conocí además de Luis que ya tenía el placer de conocer y la que con esta entrevista me ha abierto el corazón de par en par. Gracias por una entrevista tan bella, humana y especial, igual que haces con tu fotografía… Eso sí, te ha faltado una pregunta: ¿Cual es el fotógrafo al que más admiras? Respuesta: a José Luis Cuendia. ¡Gracias, amigo¡

Foto: GUENDY

P. ¿Tienes algún proyecto a la vista?

R. Tengo un proyecto, el más importante de mi vida, ya os contaré cuando salga y tiene mucho que ver con “El hogar”.

Julio de la Fuente y Nerea Garmendia con los niños protagonistas de “El hogar”

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Películas de Nerea Garmendia Año 2007 2012 2013 2022

Título La mosquita muerta Sssh! Revenge 6xpersona El hogar

Personaje Alicia Agente Jefa Miriam Laura María

Notas Cortometraje Cortometraje Cortometraje Cortometraje Largometraje

Series de televisión Año 2000 2003 - 2005 2006 - 2008 2008 2009 2010 2011 2012 2015 2017 - 2019

Título Hasiberriak Vaya semanita Los hombres de Paco Maitena: Estados alterados ¿Hay alguien ahí? 90-60-90, diario secreto de una adolescente Qué vida más triste Amar en tiempos revueltos Los Quién La reina del sur Fenómenos Gym Tony Allí abajo

Cadena ETB1 ETB2 Antena 3 laSexta Cuatro

Personaje Maite Varios personajes Ruth Montalbán Nuria Manuela

Notas 30 episodios 83 episodios 40 episodios 1 episodio 1 episodio

Antena 3

Silvia Comas

8 episodios

laSexta La 1 Antena 3 Telemundo Antena 3 Cuatro Antena 3

Amaia Catherine Eva Eugenia Alfarje Montijo Patricia Melani Roca Gotzone Abaroa

1 episodio 2 episodios 1 episodio 10 episodios 1 episodio 1 episodio 31 episodios

Programas de televisión Año 1998 - 1999 1999 2004 2005 2013 2015 2020

Título Easy Peasy KTM La noche... con Fuentes y cía Made in China Splash! Famosos al agua Amigas y conocidas La Alfombra Roja Palace El cazador

Cadena ETB ETB Telecinco TVE Antena 3 TVE TVE TVE

Notas Presentadora Presentadora Colaboradora Comediante Concursante Colaboradora Presentadora Invitada

Teatro • • • • • • • • • • • •

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19:30 (2010), de Adolfo Fernández y Ramón Ibarra. Nunca es fácil (2006-2007), de Nancho Novo. El tomatazo (2001) Emociones abstractas (1998), de Lourdes Villagrán. Tres, Juan Carlos Rubio. (2013) Némesis, Guillermo Lanza. (2011) Te elegiría otra vez, Sara Escudero. (2015) Espacio (2015), de David Marqués Todo sobre Vázquez (2016) de Jaime Palacios Redford & Newman. Dos hombres sin destino (2019) de Ángel Martín junto a Miki Nadal y Sinacio El club de los tarados (2019) monólogos inclusivos. Vaya Pack de Vascos (2021) monólogos junto a Víctor Amilibia.


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Foto: jesús álvarez


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Nerea y valentín paredes

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Foto: PIPE PEREDFA

Nerea Garmendia y Luis Mottola. Nunca faltó el humor en el set de rodaje 25


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Crimen en la sacristía (y II) Llegados al cuartel de la Guardia Civil, el teniente Ramírez del Olmo acompañó al padre Argimiro hasta un cuarto de baño para que se lavara las manos y la cara manchadas de sangre. Luego fueron a su despacho, cerró la puerta y se sentó frente a su amigo. —¿Quieres tomar algo que te reanime? Tengo güisqui y algo de coñac, ¿te apetece? Bebieron los dos en silencio unos tragos de coñac y el teniente Ramírez del Olmo sacó un folio de la impresora, se sentó y tomó un bolígrafo de uno de los cajones de su mesa. —Y ahora, cuéntame todo despacio. —Verás, yo estaba confesando y cuando terminé, me fui a la sacristía. Entonces entró esa mujer, la muerta, a la que no quería ver. —¿Por qué? —Secreto de confesión. —No me jodas, Argimiro. Estamos hablando de un crimen. —La razón por la que yo no quisiera verla no importa, porque salí de la sacristía, me metí en el despacho y al poco oí un grito y después dos o tres más. Salí del despacho corriendo y me encontré el panorama que conoces: la muerta envuelta en sangre que le manaba del cuello y otra feligresa que era la que había gritado y que estaba arrodillada junto a la fallecida. —¿Cómo se llamaba la muerta? —Ni idea. Solo la conozco del confesionario. Creo que no he hablado nunca con ella fuera. —¿Y qué hacía en la sacristía? —Secreto de confesión. —Seguimos con los mismos cojones —farfulló el teniente—. ¿Y cómo se llama la otra mujer? ¿O también es secreto de confesión? —La otra mujer se llama Aurora y es la sacristana de la parroquia. El teniente se levantó, tocó un timbre y esperó de pie unos minutos hasta que entró un guardia que se cuadró ante él. —Alberto —comenzó el teniente—, vete a buscar a Aurora la sacristana y tráela hasta aquí, que tengo que interrogarla. Por cierto, Argimiro, ¿dónde vive? —En el barrio de Blancanieves, pero ¿para qué la quieres?

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La vi entrar en la iglesia, la seguí, vi como se acercaba al confesionario y como a los dos minutos o poco más el cura salió, se metió en la sacristía y ella detrás, así que estaba claro... —Según tu relato es la principal sospechosa del asesinato, ¿no? —Qué va, hombre, Aurora es incapaz de algo así. —Entonces sería el Espíritu Santo, no te jode. —No seas irreverente. —Déjate de hostias que no estamos para contemplaciones. Alberto —dijo dirigiéndose al guardia—, pregunta en el barrio de Blancanieves por la tal Aurora y tráela aquí. En ese momento se oyeron dos golpecitos en la puerta y a continuación se abrió y se asomó el guardia de puertas. —Mi teniente, hay aquí un hombre cubierto de sangre que, por lo que dice, viene a entregarse. —¿A entregarse? Hazle pasar. Entró un hombretón de fuertes espaldas y anchos hombros, pero totalmente abatido. Llevaba toda la pechera de la camisa manchada de sangre y en las manos, también sanguinolentas, un envoltorio de papel de estraza con más sangre todavía. —¿Dice el guardia que quiere usted entregarse? ¿Por qué, si puede saberse? —le preguntó el teniente. —Por haber matado a mi mujer. Se me fue la mano… — tartamudeó mientras bajaba la cabeza y soltaba sobre la mesa del teniente el envoltorio que llevaba en las manos. —¿Mató usted a la mujer de la sacristía? —Sí —volvió a balbucear al borde del llanto. —Siéntese, hombre. Y cuénteme todo desde el principio. —Mi mujer era un pendón. Me la pegaba con mi vecino y con alguno más por ahí, por eso en el pueblo tengo fama de cornudo. —¿Y eso fue razón para matarla? —Ya digo que se me fue la mano. La vi entrar en la iglesia y como el cura tiene fama de gayasperu 1… —Oiga, no diga tonterías —saltó don Argimiro. —Bueno, el caso fue que venía de que me afilaran ese cuchillo jamonero, la vi entrar en la iglesia, la seguí, vi como se acercaba al confesionario y como a los dos minutos o poco más el cura salió, se metió en la sacristía y ella detrás, así que estaba claro que habían quedado. Fui hasta la puerta de la sacristía y escuché durante un rato, pero no se oía nada, nada de nada. Seguí esperando y entonces escuché una tosecilla, de mi mujer sin duda. Ciego de rabia, entré en la sacristía y allí estaba ella revolviendo en un cajón. Saqué el cuchillo del envoltorio y me fui por ella. Ya digo, se me fue la mano. El teniente cogió con todo cuidado el envoltorio de papel de estraza que el hombre había dejado sobre la mesa, lo abrió y apareció un cuchillo jamonero totalmente cubierto de la misma sangre que manchaba la camisa de aquel hombre y la del cura don Argimiro. Los dos guardias civiles, el cura y el teniente lo miraron con cara de asco y de temor al mismo tiempo. El hombretón que había matado con él a su mujer se desmayó sobre la silla en que estaba sentado.

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“Mujeriego”, en asturiano.


Noticia de nuestros colaboradores

Francisco Trinidad publica dos nuevos libros Francisco Trinidad

Jaque mate Relatos y microrrelatos a la pata coja

En este volumen, Jaque mate —nos dice su autor, Francisco Trinidad—, recojo un puñado de cuentos, los más breves que he escrito. Cuentos de a veces tres líneas, de algunas más en otros casos y como mucho dos páginas en este formato por otra parte bastante exiguo, aunque cómodo para el lector. Van colocados sin orden ni concierto, al azar, según salían de mi disco duro. Sólo me he ocupado de que los más largos, esos de las dos páginas a que aludía, no vayan dos seguidos. Y eso sí, el cuento final, que ocupa dos páginas y media lo he dejado ahí como anticipo de todos mis otros cuentos, más largos y que algún día tendré que recoger en otro par de volúmenes con más páginas que éste, con más historias que éste, aunque dudo que más interesantes.

Dos nuevos libros de nuestro director, Francisco Trinidad. Jaque mate, un libro de relatos y microrrelatos, muchos de ellos publicados en Luz y Tinta; y una novela corta, Vaivén de la memoria, que recrea una historia de amor, que, como todas las historias de amor que en el mundo han sido, tiene su punto de arranque en el misterio y por el misterio sigue hasta que la aurora se despereza en todas las persianas.

Pueden adquirirse en Amazon Vaivén de la memoria es una novela corta en la que se narra la peripecia vital de Laura Serrano, una joven perdida en el marasmo de su propia existencia. Hasta que gana un anodino premio de narrativa y, a partir de ahí, traídos por el “vaivén de la memoria” —recuerdos cruzados y entrecruzados—, se ponen al descubierto algunos momentos de su vida y de aquellos que la acompañaron en un pasado cercano. Mientras sobre su novela recae una acusación de plagio que remueve las siempre tranquilas aguas de la llamada vida literaria, sus evocaciones, al borde siempre del amor y de la necesidad de olvido, nos llevan a conocer aspectos de su propia vida y de la de otros dos protagonistas, Alberto Sandoval y Ernesto Lafuente, configurando un triángulo de pesimismo y melancolía que es algo más que el respaldo de una memoria atormentada.

La foto de portada de esta novelita viene firmada por Pepe Latas

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Gloria Soriano

Foto: HARUKI KAMURA

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Inmatriculación Da un puñetazo en la mesa y bailotean los papeles. Apenas ha empezado la jornada y el expediente de inmatriculación en curso ya le ha dilatado las venas del cuello. Se siente orgulloso de su trabajo, él crea identidades y da espíritu a lo inmóvil, hace anotaciones que pespuntean relaciones entre los mortales. En sus archivos obtiene respuestas a las preguntas que le asaltan en sus paseos solitarios. Le gusta leer que hubo un prado comunal delimitado por tres arroyos que fue cambiando de dueño, que después fue parcelado, que su padre heredó la parte que ahora es suya, y comprobar la descripción pormenorizada de la casa que allí construyó. El número de asuntos despachados el año anterior había superado en mucho los de cualquier periodo de su larga vida profesional, hubo intereses para poner en orden las cosas de la iglesia, y en un tiempo record, ermitas, locales y otras dependencias fueron registradas a nombre de dios bajo seudónimos: diócesis de aquí, obispado de allá. Pero la inmatriculación del Paraíso se complicaba: que si era huerto o jardín; que si estaba en el cercano Oriente, en Sicilia o en el Norte de África. En los otros casos el tiempo había desmemoriado a los dueños y borrado lo escrito, si alguna vez existió, y se emitieron sin problema certificados eclesiásticos para alumbrar propiedades de paternidad divina. Pero del Edén, que tiene varios nombres, hay milenios de documentación, y han sido presentadas múltiples reclamaciones por descendientes de Mesopotamia, además de griegos y romanos, y hasta por un francés heredero de un tal Watteau difunto desde hace tres siglos. Cuando los papeles se asientan de nuevo en la mesa, dejan al descubierto un duplicado en celulosa del lienzo “Peregrinación a la isla Citerea”, que el francés había aportado para acreditar su derecho. El registrador lo saca del montón. Al contemplar las parejas gozosas a quienes una nave aguarda para conducirles a la felicidad plena, se contagia de la sensualidad de la escena, del aire cálido, del tacto sedoso de los ropajes. El embarcadero del cuadro, antesala del Paraíso, le recuerda paisajes de la Arcadia. Pero Watteau nombró al destino Isla Citerea. Fue por razones comerciales, explica el francés en su informe: mis antepasados, los propietarios del Jardín del Amor, evitaron mencionar la existencia de la serpiente que podría restar clientela al negocio. El registrador, algo más relajado tras la contemplación de la imagen pero sin perder el amargor de la mezcolanza de nombres, retoma el dosier que provocó el golpe en la mesa y profundiza. Lo presentan los abogados de Don Midas, señor que debe su fortuna a las manzanas de oro que crecían en el jardín de un tío lejano de Mauritania. Sus primas, las Hespérides, lo cultivaban. Cuando la codicia agotó la cosecha, ellas ascendieron al cielo y

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Foto: ANA

formaron una constelación. Don Midas ha viajado al espacio en su busca, porque la sangre tira, según dice, aunque los lazos sean antediluvianos. Planea traerlas de regreso a Mauritania para que planten los manzanos en su propiedad. Los abogados han reconstruido un árbol genealógico de sociedades interpuestas que llega hasta ese Jardín, y no va a dejárselo arrebatar. Con el dinero hemos topado, piensa el registrador, y las palpitaciones del cuello le oprimen la garganta. Aún tiene sin revisar las solicitudes fundamentadas en la Biblia. Son bastantes, le llevará un buen rato. Aunque ya es casi hora de cerrar, no se irá hasta haber echado un vistazo a todos, no quiere acostarse sin tener una idea general. Detecta que descendientes de profetas, gobernadores y evangelistas señalan versículos diferentes a conveniencia. Hay exceso de literatura pues en la Mesopotamia de los sumerios ya empezaron a escribir, y como lo hacían en cuneiforme, el trabajo se ralentiza aún más. Tendrá que tomar algo si no quiere desfallecer. Después de un breve descanso para un refrigerio, se sumerge de nuevo en los papeles. El profesor Ezequiel reclama para sí el Edén donde crecía el cedro de espléndido ramaje. El hijo del hijo de incontables hijos con genes del Buen Ladrón que murió en la cruz, defiende que el Paraíso con el que fue recompensado su antepasado le pertenece. Juan Dow Jones, operador en el mercado de futuros, pretende registrar los derechos del Paraíso al que hace referencia el Apocalipsis. Al registrador los datos aportados le suenan a dimes y diretes de lenguas muertas, y le sorprende que los bíblicos no hagan uso del Génesis, allí al menos están los linderos de los ríos tan necesarios para la delimitación catastral. Busca la cita y empieza a leer: “Un rio salía del Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. El primero se llama Pisón…”. Cuando llega al Éufrates, que es el cuarto, siente en su cabeza los saltos de agua que producen luz, y se da cuenta de que las solicitudes recibidas son fantasías de amor, de riqueza, delicias soñadas, felicidad que está por venir. Agrupa los documentos en un legajo, y en la cubierta, al lado de la palabra Paraíso, estampa el sello ALEGORIA. Cierra el asunto por imposible. Tal vez en los siglos venideros.

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Foto: AITAR

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Juan Depunto

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El tiempo pasa

II. Toda una vida1

Tu primera publicación

Toda una vida me estaría contigo, no me importa en qué forma, ni dónde, ni cómo, pero junto a ti… Los Panchos, 1944—1981

Ahora que te planteas publicar este libro, te acuerdas de la que fue tu primera publicación. Fue sobre circulación extracorpórea. La hiciste con 25 años; mejor dicho, te la hicieron. Tú figurabas entre los autores, porque habías trabajado y mucho en el asunto, pero figurabas en un lugar retrasado, aunque tampoco el último, que suele ser el de mayor prestigio, el que avala la publicación; el primero es en general el que la realiza efectivamente, el autor; a partir de estos dos polos, figuran todos, o casi todos, los participantes del trabajo, desde el que supervisa lo escrito a los demás colaboradores e incluso los “compromisos” (como el “tú me pusiste yo te pongo” o el “no tiene nada que ver pero te agradezco con esto tu favor”), o las inversiones de futuro, como el “yo te pongo, tú ya me pondrás”. Estas publicaciones profesionales, que pretenden ser científicas, están más relacionadas con la elaboración de un historial profesional, el “currículum”, que con la esencia de una publicación, que es o debería ser el trasmitir a otros la idea que en ella se expone. Aquí la idea que se pretende trasmitir es la de que el autor se dedica a trabajar en esta materia y así va acumulando puntos y reconocimiento de sus iguales, de sus pares. Tu segunda publicación, la que de verdad hiciste tú, sobre el cáncer de mama, la sacaste a la luz de la revista correspondiente al año siguiente. Gustó tanto a tus mayores que inme1

Se puede ver en el n.º 75 de Luz Y Tinta, página 46, la nota “Cambio de rumbo” acerca de la estructura general de la obra “El tiempo pasa”, de la que forma parte este capítulo. Ahora seguimos con los capítulos de su segunda parte, “Toda una vida”. Enlace: http://amantesdelafotografia3.ning. com/profiles/blogs/luz—y—tinta—no—75

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diatamente te encargaron la siguiente y sucesivas. Pero el encargo estaba envenenado. Publicarías, sí, pero con condiciones. Y la primera y principal estaba en que lo que dijeras tenía que ser mejor o más numeroso que lo que hubiera publicado el último competidor del grupo de influencia. Daba igual que fuera o no acorde con la realidad. De ahí lo de la pretensión científica. Esta manipulación de los datos desagradaba sobremanera a tu pensamiento luterano y te fue haciendo perder el interés, a la vez que te decepcionó profundamente. Tras conocer íntimamente la profesión (probablemente todas por dentro se asemejen de manera parecida), te sentiste desengañado y lo que de verdad te hubiera gustado es publicar la denuncia de estas bulas en las puertas de la catedral más cercana, pero esto era parte de tu comida diaria (y de la de tu mujer, sin trabajo, e hijos pequeños) y no te atreviste a hacerlo. Ahora ya no tienes ataduras de ese tipo. A partir de ese momento, de ese descubrimiento que tuviste a tus 27 años, te cuestionaste la profesión. Primero creíste que, como desde abajo, en el lugar en el que te encontrabas empezando, era imposible modificarla, tendrías que subir varios escalones para conseguir cambiar algo. Y con 34 años no perdiste la oportunidad que te ofrecieron para ocupar de repente un puesto directivo, sin mayor preparación que tu experiencia meramente profesional, pero no en gestión ni en liderazgo. Luego de varios años en puestos semejantes, llegaste a la conclusión de que estabas equivocado una vez más y el tema iba por otros derroteros. Era más bien una cuestión cultural y política. Pero la aventura política no te tentaba, ni tenías aptitudes para ella, todo lo contrario, y la cultural no estaba en tus manos ni en las de ningún individuo como motor, sino en toda la sociedad a la que pertenece, con tiempos de modificación que exceden los de una vida personal. Te empezaron a interesar mucho más otros campos, esa cultura en general que abandonaste a los 17 años cuando te dedicaste a esta otra cultura especializada, si es que así puede llamársela, de la que Debussy huía: “Líbreme yo de los especialistas porque estrechan su universo…” Volviste a recordar las materias de conocimiento que más te interesaron en tu adolescencia y que, dejando aparte aquellas a las que te dedicaste profesionalmente, eran la literatura, la historia, la geografía y ciencias naturales, la filosofía, la psicología. En suma, las letras y humanidades. En la literatura y el cine destacaste en el bachillerato a nivel de análisis y crítica, lo que te motivó a cultivarlas, al menos de palabra, en conversaciones informales entre amigos o conocidos, y más adelante en tertulias. Querías escribir porque necesitabas trasmitir a los demás todo lo vivido, lo que habías observado, lo que te parecía destacable y tus reflexiones al respecto. Y porque te servía de catarsis para sacar los efluvios negativos, siendo tú el paciente y el médico a la vez, pero sin tumbarte en el diván de psicoanalista y sentándote a cambio frente al ordenador y su Google que todo lo sabe.

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Espacios distintos para la tertulia literaria promovida por Juan Depunto

Pero notabas claramente, en los pequeños e íntimos pinitos que hacías, que te faltaba base. Para escribir sobre aspectos de tu profesión (tu “cultura especializada”) tuviste que invertir primero largos años de tu vida en formación, al ciento por ciento, a diario, a conocer los temas y practicarlos; aun así, tuvieron que pasar muchos más años después para pulir tu estilo. Para escribir sobre cultura general tendrías primero que adquirirla. Y ahí ocurrió la inflexión, ya muy tardía en el tiempo vital que te quedaba, de decidir emplear todo tu tiempo libre en adquirirla. Esto hizo además que empezaras a acariciar la idea de una retirada profesional anticipada, escalonada pero decidida, aprovechando para ello tu precario estado de salud que te la facilitaría sin duda, como así fue. Así que a tus 63 años te llegó la oportunidad de cambiar, prejubilándote por razones de salud. A partir de ahí creaste una tertulia literaria que, desde entonces y hasta el año pasado, se reunió con puntualidad británica todos los penúltimos jueves de mes, incluida la pandemia en la que durante los dos primeros años las reuniones las hicisteis por videoconferencia, a distancia, con cada uno de los participantes en su casa. Ahora estás pendiente de reanudar las reuniones presenciales en cuanto consigáis un local que reúna las características adecuadas tanto de silencio, como de ventilación y accesibilidad para la mayoría del grupo. También continuaste participando en las reuniones de la Asociación científico—docente nacional que fundaste por el 2003 y que sigue funcionando como un reloj, con reuniones virtuales durante la pandemia. En cambio, la asociación semejante regional, la más cercana, que fundaste un año antes se jubiló contigo, quizás porque nadie es profeta en su tierra... Igualmente, al poco de jubilarte, hace ya 9 años, te invitó Guendy a publicar lo que quisieras, sin condiciones, en Luz y Tinta, y desde ese momento no has fallado un solo mes, del que éste es uno de sus ejemplares. Publicas tres tipos de artículos que periódicamente se van alternando cada mes: capítulos sueltos e inocentes de este libro (inocentes para no molestar a nadie de los que siguen vivos y referencias en el mismo), artículos variados (de viajes, minas, curiosidades, etc.) y entrevistas a artistas plásticos, de la pluma o de otras ramas del arte. Estas publicaciones sí te satisfacen porque son auténticas, sin más cortapisas que las de tus conocimientos e imaginación. Y cuando no escribes, viajas y lees todo lo mucho que aún te falta...

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Monchu Calvo

Avelino “el Negro”

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La mina del Chato Hace muchos años que desapareció la actividad minera en el Alto Nalón, pero como fósiles en mitad de parajes de una gran belleza, se alzan esos esqueletos mimetizados entre bosques o prados donde pastan indolentes vacas y caballos. Queremos hacer un esfuerzo con la imaginación, e imaginar a seres humanos vestidos con pobres ropas, y madreñas como calzado. Cuerpos escuálidos y caras de cansancio, pues aparte del trabajo minero, tenían que atender ganado y tierras para ayudar al mantenimiento de sus familias. La negra bocamina cerrada con una verja, quizás para evitar que puedan entrar personas y animales en tan lóbrego lugar, con desprendimientos que implican un gran peligro si la inconsciencia incita adentrarse hasta el fondo. Un torrente caudaloso transcurre por la mitad de la galería, y desde luego no sería muy diferente de cuando estaba en funcionamiento. Sobrecoge pensar la dureza de aquellas condiciones de trabajo, y las nulas medidas de seguridad que podrían existir en aquellos años. Todavía tuvimos ocasión de charlar con algunos mineros que trabajaron en aquella mina, y quizás por la juventud que disfrutaban en aquellos años, los hace minimizar el peligro y la dureza que exigía extraer el carbón de las entrañas de aquella montaña. Pero quizás a pesar de lo apasionante del relato de las minas de montaña, que quizás retomemos en otra publicación, en ésta que ahora tratamos, quiero contar lo que fue la vida de un personaje que por su singularidad es recordado en el concejo casín. Hablo de Avelino Compadre Vargas, apodado “El negro” por su agitanada tez azotada por todos los fríos y soles. Desde luego tuvo la vida difícil, a veces de forma extrema. Este hombre de Portilla de la Reina (Leon) vino a Caso acompañado de un compañero vasco de Amurrio, a trabajar sustituyendo al gran casero de la antigua leprosería de Moño, llamado Jeromo. El caso fue que el vasco desapareció al poco tiempo, y las malas lenguas, que Avelino nunca desmintió, aventuraban que lo había matado, y que su cuerpo lo había enterrado en el poblado osario del antiquísimo lugar de los leprosos. Quien no lo conociera podía intimidarle un lenguaje agresivo y blasfemo, pero los que lo conocíamos sabíamos de su bondad, y de coger de la mano a algún niño, que quizás por temor ni osaban negarse, pero sabían que el premio era un caramelo de La Tarnina, la tienda del Campo. Fue criado, cuando todavía existía esa figura, de Elenita y Luis Vega. Pastor en las majadas altas de Valloseru y Campigueños, cuidando vacas y caballos. Pero lo que quería contar es que pasó mucho tiempo en la vieja construcción que servía de vestuario de la mina de Les Yanes. Cobijándose en algunas ocasiones en la cercana parrilla de Alipio, para recoger el calor y a veces el olor de las carnes que el buen asador preparaba en su bar. Después cogía el camino que lo acercaba a la vieja construcción,

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[Avelino] pasó mucho tiempo en la vieja construcción que servía de vestuario de la mina de Les Yanes. Cobijándose en algunas ocasiones en la cercana parrilla de Alipio, para recoger el calor y a veces el olor de las carnes que el buen asador preparaba en su bar. Después cogía el camino que lo acercaba a la vieja construcción, insalubre vivienda que poco le faltaba para que lo matase de frio, a pesar de quemar cajas de madera que recogía allá por donde pasaba,

insalubre vivienda que poco le faltaba para que lo matase de frio, a pesar de quemar cajas de madera que recogía allá por donde pasaba, que todavía las paredes y techos conservan la negrura del humo que desprendían. Era duro como el pedernal, y cuando los dolores de muelas eran insoportables, acudía a la farmacia y pedía “unas hilas de creosota”. Vivió una etapa en Veneros con Miguel el de Maria, en Ca Ferma, y tuvieron sus mas y sus menos, precisamente por el carácter tosco de Avelino, cuando era el vino el que mandaba, y amendantraba a Miguel. Dormían en la misma habitación, y Avelino ordenaba a Miguel “te levantas y tiras esto” refiriéndose a la bacinilla. Harto de ese trato se rebeló, y recibió la amenazante respuesta de Avelino: “voy a matar a un hombre”, respondiendo Miguel con su navaja, aunque la sangre nunca llego al rio. Llegándole una herencia de su madre de 150000 pts, que dilapidó en beber y otros menesteres en una semana. Al final de sus días tuvo la suerte de recibir una casa social del ayuntamiento casin, por lo que podemos decir que fue la etapa en que disfrutó con de una vida de persona normal. La foto que ilustra este articulo da fé del buen semblante de Avelino, apodado “El Negro.”

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Horacio Quiroga

Horacio Quiroga (1878-1937) fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue uno de los maestros del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista.​ Sus relatos a menudo retratan a la naturaleza con rasgos temibles y horrorosos, como enemiga de las circunstancias del ser humano. Ha sido comparado con el escritor estadounidense Edgar Allan Poe. Wikipedia

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El almohadón de plumas Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer. Durante tres meses —se habían casado en abril— vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre. La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso —frisos, columnas y estatuas de mármol— producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia. En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido. No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra. Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos. —No sé —le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja—. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada… Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida. Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la

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muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección. Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor. —¡Jordán! ¡Jordán! —clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra. Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror. —¡Soy yo, Alicia, soy yo! Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando. Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos. Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor. —Pst… —se encogió de hombros desalentado su médico—. Es un caso serio… poco hay que hacer… —¡Sólo eso me faltaba! —resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa. Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha. Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán. Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón. —¡Señor! —llamó a Jordán en voz baja—. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre. Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras. —Parecen picaduras —murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación. —Levántelo a la luz —le dijo Jordán. La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban. —¿Qué hay? —murmuró con la voz ronca. —Pesa mucho —articuló la sirvienta, sin dejar de temblar. Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había

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un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca. Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca —su trompa, mejor dicho— a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia. Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.

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Pilar Solís

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El cuento del hombre invisible Estaba desnudo en la calle. Una ráfaga de viento volvió su paraguas y empapó de lleno su corazón. No dormían aún las farolas cuando las alcantarillas dejaron de beberse cada una de las lágrimas que el cielo vertía. No había nadie. Nadie salvo el silencio, la piel desprotegida, las gélidas gotas, los ojos amarillos de los estilizados gatos de metal, sus uñas en el asfalto y los desagües atragantados. Entonces ella dijo “nunca más” antes de cerrar su puerta. Con el motor encendido se alejó robando el último resplandor de la luna. Cuanto más se alejaba, menos ropa tenía, menos lazos les unían, menos hilos le cubrían. Ella dijo “nunca más” y su voz fue como despertar a la muerte. Dicen que desde hace años vaga sin ser visto. Empezó a perder su piel cual muñeco deshilachado tras la inminente partida. El “nunca más” desconsiderado que no reparó en esa puerta, aquella que tras cerrarse había dejado enganchada el alma de un ser humano, aquella que cuanto más se alejaba, más le consumía.

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Laudelino Vázquez

Nota de la Redacción.- Esta carta llegó manuscrita a la redacción de Luz y Tinta en un papel arrugado, como de haber llorado sobre él, pensamos en ese momento. Así que Luadelino Vázquez se encargó de su transcripción y, según dice, destruyó el original. Leyendo lo que ha entregado para su publicación, la redacción de Luz y Tinta, con su director a la cabeza, sospecha que Vázquez maquilló las palabras escritas por Alicia Ramírez, sobre todo en lo quese refiere a la participación del propio Laudelino en estos lamentables episodios que tanta tinta están haciendo correr sin aportar nada de luz a lo que realmente ocurrió.

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Carta abierta de Alicia Ramírez al director de Luz y Tinta Estimado señor director, o mejor dicho: querido Paco, porque a pesar de los pesares seguimos siendo amigos y seguiré pudiendo llamarte querido, sin que las buenas gentes de Madrigal de las Altas Torres tengan que fingir que no lo oyen o que no lo leen. Porque entre tú, Laudelino Vázquez y Gloria Soriano me habéis liado una buena. Al principio me pareció divertido eso de convertirme en un personaje literario. Menuda ilusión saber que miles de personas (bueno, quizá cientos tampoco vamos a exagerar), iban a seguir mis peripecias convertida en una heroica mujer de acción o en una violinista famosa o incluso, como dijiste aquel día, en víctima de un asesinato cruel. Pero llegados a este punto, es imprescindible que cuente la pura y simple verdad: en este mundo curioso dónde aquellos que deberían refrendar noticias, sucesos o evidencias, pueden inventárselas a su gusto, resulta que todo lo que es ficción, en el momento en que lo decoras con una finísima capa de realismo, puede tomarse como cierto; y lo que empieza como una broma entre amigos en una comida puede acabar estropeando la vida de una persona, por más que como en mi caso, no quieras oír dimes y diretes, huyas de cuchicheos de vecindario, y más aún de los bulos que disfrutan presentando a los vecinos de al lado como monstruos de maldad ¿Qué ha ocurrido para que me vea obligada a llegar a este extremo? Pues algo muy simple: Madrigal de las Altas Torres es un pueblo pequeño, muy, muy pequeño y la aparición en una revista de tirada internacional de un par de vecinos de vida aburrida, convertidos en personajes de una ficción rocambolesca y macabra, fue algo tan impactante, divertido y maleable que no pudieron resistirse a la tentación: creyeron exactamente aquello que quisieron creer. Así que, si lo tuyo, Paco, ya costó digerirlo porque sí tocaba el violín o me asesinaban, todo el mundo entendió que era un juego literario, lo de que habíamos sido amantes entró en el terreno de “será novela pero igual algo de verdad hay”. No puedes imaginarte (o sí, que imaginación no te he faltado nunca) cuántas y cuántos viejas y viejos del visillo hay en este pueblo, que se aburren mortalmente y encontraron tema para divertirse durante meses. Y por supuesto puedes imaginarte, con qué grado de detalle llegó a describirse nuestra aventura, y las sandeces que el pobre Anselmo tuvo que aguantar de forma más o menos (más bien menos) sutil. Lo de Gloria, me pareció la única parte de esta historia que se correspondió con lo que habíamos hablado: convirtió la conversación que tuvimos en la estación del tren de Medina del Campo a la hora de despedirnos, en un hermoso juego literario en el que incluso participaron las mariposas que revolotearon un rato entre nosotras, y que se convirtieron en un juego surrealista en mi teórico asesinato. Pero lo de Laudelino ya no hay por dónde cogerlo: aunque todo el pueblo sepa que la familia de mi marido no se ha movido de Madrigal de las Altas Torres por lo menos desde la boda de los Reyes Católicos, en que ya hay un documento de alquiler de un carro para el transporte de viandas de un tal Garci Nuño, y desde entonces aquí, el más aventurero de la familia se fue hasta Zamora, pero a los dos años le pudo la nostalgia y volvió a casa, y nada de padre

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Madrigal de las Altas Torres

asturiano, y por supuesto nada, absolutamente nada de “cornudín” (la anécdota en cuestión la contó el propio Laudelino en la comida en que nos conocimos, después de las jornadas «Gabriel Espinosa, el pastelero de Madrigal» que se celebraron en el año 2016, y en las que fuiste uno de los ponentes principales, y tanto Gloria como Laudelino te acompañaron y aprovecharon el fin de semana para hacer turismo con vuestras respectivas parejas), las paredes de Madrigal, se llenaron de pintadas con una cara con dos cuernos y debajo la frase “Anselmo, cornudín”. Fue en aquella comida en la que conocistéis también a mi primo Fulgencio, Policía Nacional de Medina del Campo, que por cierto mide casi 1,90. No es inspector, sino agente de proximidad, no tiene ni un pelo de facha, y en la conversación que tuvo con Laudelino, hablaron de anécdotas divertidas de policías porque los dos lo eran, nacional mi primo, y municipal el otro. Nos reímos todos un rato y nos fuimos con la impresión, no solo de que habían hecho buenas migas, sino de que era “un buen chaval”. Creo que si mi primo se lo encuentra por casualidad, lo desgracia después del retrato que hizo de él. Y con toda la razón del mundo. Aunque tú lo sabes, ellos también, y por supuesto todo el pueblo, mi Anselmo ha trabajado toda su vida en la empresa de aguas del ayuntamiento de Medina: ni su padre tuvo una carpintería, ni en sueños hemos tenido ni pretendido tener una mueblería, pero eso es lo que buena parte de mis vecinos han querido creer. No que tuviéramos una mueblería, por supuesto, eso lo conocen de sobra, sino que en su trastienda yo me había acostado con un buen puñado de hombres, a los que además habría exprimido para pagarnos el tren de vida que llevamos: “ya se sabe que los escritores sacan las ideas de la realidad, cambian un

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poco de aquí, un poco de allá, que si el nombre de aquel se lo ponemos a este, pero algo hay siempre de verdad…”. Esta frase literal la escuché en el bar “El Descanso” con mis propios oídos, de labios de alguien que yo creía una persona seria, y al darse cuenta que lo había escuchado enrojeció hasta las orejas. Y esa frase se ha repetido de una esquina a otra del pueblo desde el mismo momento en que apareció publicado en vuestra revista. Así que un matrimonio tradicional, bien avenido, que nunca había dado nada que hablar, se ha convertido gracias a Luz y Tinta, en el hazmerreír del pueblo, y mi pobre Anselmo, en el cornudo oficial, gracias a que uno de tus colaboradores, y tú mismo, os aburrís o queréis demostrar que esto del arte y de la literatura necesita siempre una capa de pintura negra, un baño de drama y oscuridad para ser más auténtico, y tomáis como blanco de vuestro pim pam pum, a un par de personas cuyo único pecado fue tratarte a ti como a un amigo y a tus amigos como si lo fueran nuestros. Esa aburrida verdad, se convirtió en un dramático thriller, que os habrá quedado muy bonito y muy literario, pero a nosotros nos ha jodido, sino la vida, que no voy a ponerme yo tan dramática como vosotros, si una buena temporada hasta que en el pueblo encuentren algo nuevo a lo que hincarle el diente. A ver si publicando esta carta, los que sabían la verdad pero prefirieron creer lo que les dio la gana, dejan de una puñetera vez de tocarnos las narices, y a vosotros os vale para que os penséis un poco lo de los límites de la creación. Un saludo cordial para ti y para Gloria, a los que a pesar de todo, sigo considerando amigos, y otro para tus lectores. Supongo que se ha notado a quién he dejado fuera de cualquier forma de cortesía, porque hasta la educación tiene un límite. A ése, que le den.

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Manuela Fernández Cacao

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Se vende Buscaba piso cuando un anciano me enseñó el suyo. Era un piso muy antiguo y en muy mal estado. Todas las estancias daban a un mismo pasillo. El suelo de madera antigua crujía, las mugrientas paredes mostraban huellas de antiguos cuadros y restos de papeles pintados…, todo esto y un olor a rancio y humedad, daban un toque siniestro al conjunto. Aquel hombre me iba mostrando con detenimiento cada una de las habitaciones. Una de ellas estaba completamente a oscuras, sin ningún vestigio de luz. —Es una habitación ciega —dijo el dueño del piso—, ya sabe, que no tiene ventana. La oscuridad en ella era absoluta, tanto que ni siquiera se veía su tamaño. —Pase —me decía el dueño. —Usted antes —respondía yo, y ninguno cruzábamos el umbral. Yo no dejaba de recorrer el pasillo de una punta a otra mirando los detalles del techo, del rodapié…, pero lo que hacía era tiempo para reunir el valor suficiente y entrar en esa sala que ya me suponía un enigma. Era esa una habitación con una oscuridad espesa, se intuía en ella la inexistencia de aire, de tiempo, y lo más inquietante, no sé si llevada por el misterio, al pasar ante ella me sentía observada y atraída hacia su interior por una fuerza desconocida. Mi curiosidad iba en aumento y el dueño no dejaba de insistir desde el quicio: «Pase, por favor». Casi doy el paso para descubrir el secreto cuando algo me hizo parar en seco y desistir. —Me voy, no me interesa su piso —dije de forma súbita mientras corría hacia la salida y cogía escaleras abajo hasta llegar al portal. Jamás conté el porqué de mi repentina decisión. Ahora lo verbalizo, la última vez que estuve ante el vano de esa habitación, a un paso de esa oscuridad que robaba el aliento a quien la miraba, escuché cómo alguien, desde dentro, de forma lastimera susurraba: «Yo solo quería ver el piso». [De su rciente libro, Alta tensión]

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Sobre Alicia Savage Alicia Savage es una fotógrafa e ilustradora de bellas artes de Boston. Su serie de autorretratos, “Destinos”, es una exploración orgánica y una documentación en evolución de su presente y pasado. Inspirada por su curiosidad y alimentada por su imaginación, investiga aspectos significativos de la historia familiar y los lugares posteriores en los que se encuentra en su vida multifacética. Utilizándose a sí misma como sujeto, adopta viajes literales por carretera y los consiguientes viajes metafóricos que evocan. Su audaz encuentro con estas capas de su identidad resuena con elementos de lo antiguo y lo nuevo. Los vestidos antiguos, los caminos secundarios inexplorados, las granjas de los antepasados, cada uno revela un giro en el camino y un punto de vista desconocido desde el cual jugar. Sintiendo su camino a través del proceso, su destino está en constante desarrollo. Las prácticas de postproducción son el segundo lugar para superponer y exponer nuevos paisajes. Un eco de lo interno y lo externo, del pasado y del presente, de lo conocido y lo desconocido. El autorretrato encontró a Savage y proporciona un contexto rico y complejo para este artista emergente. Su trabajo incluye fotografía de bellas artes, instrucción y producción creativa.

Exposiciones 2016 Festival de la Luz - Encuentros Abiertos, Buenos Aires Argentina 2016 Arusha Gallery, Edimburgo Escocia 2015 Fotografica Bogota, Colombia 2015 Panopticon Gallery, “Self Portraits, Not Selfies”, Boston US 2014 Mois de la Photo-Off, “Strangeness” (presentado por Atelier TOFZ Gallery), París Francia 2014 StoneCrop Gallery, “Girls, Girls, Girls”, ME USA 2014 Flash Forward Festival, “Fall Back, Spring Forward” (presentado por la República Popular China), Boston EE. UU . 2014 South Boston MA EE. UU., 555 Gallery, “Ravishing”, Boston EE. UU. 2014 Beebe Estate, “Moments of Stillness”, Melrose MA EE. UU. 2013 Lewin Fine Art Gallery, Tokyo Photo Expo, Tokio, Japón. 2013 Museo Griffin en Digital Silver Imaging, “Belleza salvaje”, Boston EE. UU. 2013 Fort Point Open Studios, Boston EE. UU. 2013 Galería 289, Centro de Artes de Imágenes Digitales de la Universidad de Boston, Waltham MA EE. UU.

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Tres maneras de amar más tus fotografías Durante años, he estado firmando mis cartas y artículos con las palabras “por amor a la fotografía”, y cuando lo hice la semana pasada se me ocurrió que realmente amamos nuestras fotografías. Debemos. Nada más explica el tiempo y el dinero que gastamos en hacerlos. Pero también se me ha ocurrido que parece que amamos las fotografías que vamos a hacer, las próximas, más que las que acabamos de hacer. Estamos tan a menudo en lo siguiente tan rápido. El próximo proyecto. Ya sabes cuál: aquel para el que necesitas esa nueva lente. O trípode. O flashear. Yo soy igual, y no hay nada de malo en el impulso creativo o en el nuevo equipo. Pero creo que si amáramos las fotografías que acabamos de hacer tanto como las que estamos a punto de hacer, haríamos imágenes más fuertes y tendríamos una vida fotográfica más rica. ¿Así que cómo? ¿Cómo podemos hacer eso? Esa podría ser una de tus preguntas. La otra pregunta podría ser: «¿De qué diablos está hablando David?» Eso es justo también. Permítanme intentar responder eso con tres ideas, o tres formas en que podemos llevar el amor por la fotografía y la realización de fotografías un poco más allá.

Pasa más tiempo con ellas La semana pasada, le sugerí que considere hacer ediciones más pequeñas cuando esté trabajando en un proyecto. Por lo que hago, me gustan las ediciones diarias, pero sea lo que sea lo que significan “ediciones más pequeñas” para usted y su trabajo, creo que se beneficiará de ello. Pero también creo que las ediciones múltiples son importantes, y aunque sugiero dedicar más tiempo, este enfoque de edición múltiple es en realidad más efectivo y, al final, toma menos tiempo. Nunca confío completamente en mis primeras ediciones. Elegimos nuestro mejor trabajo mirando a través de todo tipo de filtros diferentes y no se sabe qué podría haber estado buscando cuando hice mis primeras ediciones, por lo que siempre vale la pena volver a mirar mis imágenes, y hacerlo al menos tres veces en lugar de hacerlo. una sesión de edición gigantesca y alucinante para encontrar lo mejor de mi trabajo. Una de las mejores razones para hacer esto, especialmente si está haciendo ediciones más pequeñas a medida que avanza el trabajo, es que el aspecto de un proyecto al final y el aspecto que tenía al principio suelen ser muy diferentes. Nuestro trabajo crece y cambia, al igual que la forma en que vemos ese trabajo. Sé que nos emocionamos con lo siguiente, pero una de las mejores maneras de hacer nuevas fotografías cuando no puedes estar ahí fuera con la cámara es revisar el trabajo anterior. Haz otra pasada. Vea lo que llega a la cima ahora que lo está viendo con nuevos ojos. Creo que no tener tanta prisa por encontrar lo mejor de nuestras fotografías, por revisarlas y darles una segunda o tercera oportunidad después de haberlas tomado, es una forma de edición más fuerte que la que se hace a menudo: una gran maratón. sesión de edición después de lo cual lo damos por terminado y nunca le damos otro vistazo a las imágenes no seleccionadas. Esa es la primera forma en que creo que podemos darle a nuestras fotografías un poco más de amor, y creo que el resultado son imágenes finales más fuertes.

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photo imad alassiry Haz más con ellas Solía ​​decirle a cualquiera que escuchara “¡imprime tu maldito trabajo!” Tal vez no te imprimas. Está bien; Yo ya no, tampoco. Pero lo imprimí un laboratorio de impresión profesional, y eso me convierte en un mejor fotógrafo. También hay tanta alegría en sostener el trabajo y compartirlo de manera tangible. ¿Cuándo fue la última vez que hizo un libro, una presentación de diapositivas o una colección de impresiones para estudiar detenidamente? ¿Cuándo fue la última vez que los enviaste a una revista o cambiaste las impresiones en tu pared? Si quieres amar más tus fotografías, considera hacer algo con ellas. Los beneficios son enormes y prácticos. Cuando publicamos nuestro trabajo, pasamos más tiempo con él. Y cuando ese resultado es más grande que lo que podríamos poner en Instagram, o tenemos que gastar dinero para que suceda, creo que somos más críticos con ese trabajo. Nos mantiene honestos y creciendo en nuestro oficio. Y descubrí que saber lo que haré con mis fotografías me da una especie de juego final. Hace que las ediciones sean más fáciles cuando sé para qué estoy eligiendo mis mejores imágenes .

Protégelas También creo que si amamos algo, lo protegemos. La semana pasada escuché otra historia de un fotógrafo que perdió todas sus imágenes porque un disco duro se estropeó. He oído historias de robos, incendios o daños por agua, y no puedo ni por mi vida entender por qué los fotógrafos gastan tanto dinero en equipo y se niegan a comprar discos duros del tamaño que necesiten para crear una copia de seguridad sencilla del trabajo en el que tanto han invertido. Si su ordenador falla en este momento o su disco duro principal falla ¿qué tan fácil sería volver a funcionar sin perder el ritmo ni perder una imagen? Esto es solo un recordatorio, en caso de que haya pasado un tiempo, para considerar darle una segunda mirada a su plan de respaldo y si no está al día con sus respaldos, tal vez tomar un momento para hacerlo, ya sabes, por el amor de tus fotografías. Me encantaría saber de usted sobre esto. ¿Qué haces con tus fotografías una vez que la cámara vuelve a la bolsa? Puede ser parte de una interesante conversación dejando un comentario. 77


photo denes kozma

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El sistema de fiordos de Scoresby Sund y el asentamiento de Ittoqqortoormiit Este de Groenlandia Profundos fiordos y vastos glaciares, picos montañosos y enormes icebergs, bueyes almizcleros y osos polares, naturaleza virgen y un silencio ensordecedor... El Scoresby Sund (Kangertittivaq) en el este de Groenlandia es el sistema de fiordos más grande del mundo y el hogar de uno de los escenarios paisajísticos más dramáticos de la tierra. Icebergs como en la Antártida, picos de montañas como en la Patagonia, fiordos como en Noruega, todos reunidos en un solo lugar: Scoresby Sund. La flora multifacética de la tundra de Groenlandia y los grandes mamíferos, como la foca, el buey almizclero y el oso polar, también son aspectos destacados de la zona. Desde los vibrantes rojos y naranjas del terreno tallado por los glaciares hasta los azules profundos de los icebergs que flotan serenamente entre los fiordos, la abrumadora belleza de este vasto sistema de fiordos fascina a cualquier fotógrafo que tiene la suerte de visitar esta parte remota y poco visitada de Groenlandia. . La estructura principal de Scoresby Sund tiene unos 110 km (aproximadamente 68 millas) de largo, con una gran cantidad de islas y numerosos fiordos laterales, de los cuales el más largo se extiende a unos 350 km desde la costa hacia el interior. Algunos de los fiordos más hacia el interior tienen hasta 1450 m (4760 pies) de profundidad. La ciudad de Ittoqqortoormiit es el único asentamiento permanente en esta zona remota. El nombre de este pueblo con unos 490 habitantes nativos de Groenlandia, los Inuit, se traduce como algo así como “los que viven en casas grandes”. El hielo marino bloquea el acceso de los barcos a Ittoqqortoormiit hasta nueve meses al año.

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Patrick Demarchelier

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Patrick Demarchelier Patrick Demarchelier es uno de los fotógrafos de moda más codiciados del mundo. Ha creado retratos icónicos y fotografiado portadas y campañas para muchas publicaciones y casas de moda influyentes. En 2003 dijo: “No tengo calificaciones formales, solo la escuela de la vida. Aprendí más simplemente tomando fotografías; muchas fotos. Cometí muchos errores, pero a menudo aprendes más de tus errores. Ser fotógrafo es como ser deportista. Tienes que entrenar todos los días. “

Los inicios del fotógrafo Patrick Demarchelier Nacido en 1943, Patrick Demarchelier fue criado en el pequeño pueblo de La Havre, cerca de París, por su madre. Tuvo una educación modesta y pasó la mayor parte de su infancia viviendo con sus cuatro hermanos y su madre en Le Havre. Su padrastro le compró una cámara para su cumpleaños número 17 y rápidamente aprendió a revelar películas y retocar negativos. Luego comenzó a fotografiar amigos y bodas. Su amor por la fotografía comenzó a los 17 años cuando se le dio por primera vez. su primera cámara de su padrastro. Se mudó a París a la edad de 20 años para trabajar en un laboratorio de fotografía, imprimiendo fotografías de periódicos. Moda . Trabajó con Grace Coddington durante su mandato en British Moda y le dio crédito por ayudar a lanzar su carrera. “Era la mejor revista del mundo, en la que realmente querías trabajar, así que estar con ella fue un gran paso adelante”, dijo a la Telégrafo en 2012. En 1975, después de ganarse la reputación de ser un fotógrafo de moda respetado en Francia, Demarchelier decidió seguir a su novia a Nueva York, aunque no hablaba ni una palabra de inglés. Patrick Demarchelier Ha trabajado como fotógrafo independiente y ha ayudado a figuras como Henry Cartier-Bresson, Terry King y Jacques Guilbert, y desde entonces su trabajo ha aparecido en numerosas publicaciones, incluidas muchas Modaportadas, y ha filmado campañas para Calvin Klein, Ralph Lauren, Chanel, Elizabeth Arden, Dior, Giorgio Armani y Louis Vuitton, por nombrar algunos.

Patrick Demarchelier se convierte en el fotógrafo de Diana En 1989, Patrick Demarchelier se convirtió en el fotógrafo personal de Diana, Princesa de Gales, quien lo contactó luego de ver una de sus fotografías en la portada de Moda . “Recuerdo cuando me contactó por primera vez. “Había hecho una foto para vogue en el que un modelo abrió su abrigo para mostrar la foto de un niño riendo escondido en el bolsillo interior. El niño era, de hecho, mi hijo, y Diana, tal vez por sus niños pequeños, le gustó tanto esta foto que se puso en contacto. Nosotros somos. Era divertida y dulce, pero básicamente era una mujer muy sencilla a la que le gustaban las cosas muy sencillas ”, le dijo a la Telégrafo en 2008. Fue el primer fotógrafo oficial no británico de la Familia Real. En noviembre de 2007, fue honrado como oficial de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministro de Cultura francés.

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Al año siguiente, su obra fue objeto de una importante retrospectiva titulada El culto a la celebridad en el Petit Paláis de París. En octubre de 2011,Patrick Demarchelier publica el libro de la mesa de café Dior Couture Patrick Demarchelieruna colección de fotografías de piezas de Dior Couture que van desde la primera colección del propio Dior en 1947 hasta las de Galliano en casa. Dijo que su tema favorito para fotografiar es su perro salchicha, Puffy. “Cuando la gente me pregunta cuál es tu retrato favorito, esperan que sea Diana o alguien famoso. Pero la respuesta es mi perro, Puffy. Creen que me refiero a Puff Daddy. No, es el perro ”, le dijo al Telégrafo en 2012. Dio la vuelta al calendario Pirelli en 2005, 2008 y la edición del 50 aniversario con Peter Lindberg en 2014. Vive en Nueva York con su esposa Mia, exmodelo, con quien tiene tres hijos.

La carrera del fotógrafo Patrick Demarchelier En Nueva York, Patrick Demarchelier aprendí más sobre fotografía de moda. Ha trabajado con muchos fotógrafos de moda, incluido Terry King, Henri Cartier-Bresson y Jacques Guilbert. Su trabajo fue rápidamente notado por los editores de revistas. Maria Clara , Ella y 20 años . En 1989 comenzó a rodar portadas para Moda . Mientras tanto, la princesa Diana le pidió que tomara fotografías de ella y sus hijos. Esto lo convirtió en el primer fotógrafo oficial no británico de un miembro de la familia real. Algunos años más tarde, Patrick Demarchelier comenzó a trabajar con más regularidad para el bazar de Harper y Moda . Esto resultó en una colaboración de doce años. También ha fotografiado numerosas campañas publicitarias internacionales para Louis Vuitton, Dior, TAG Heuer, Céline, Chanel, Lacoste, Yves Saint Laurent, Ralph Lauren, Revlon, Elizabeth Arden, Lancôme y Calvin Klein. Desde 1992, Patrick Demarchelier ha trabajado para el bazar de Harper y es su primer fotógrafo. También recibió un contrato en 2005 por el calendario Pirelli. A lo largo de los años, lanzó las carreras de muchos maquilladores como Jason Marks, Laura Mercier y Pat McGrath.

Logros notables de Patrick Demarchelier Patrick Demarchelier también ha trabajado con varias celebridades a lo largo de los años, como Farrah Fawcett, Virgen y Kate Hudson. Demarchelier fue el fotógrafo principal del libro. Por tu cuenta por Brooke Shields, quien fue una guía de belleza y estilo de vida para mujeres jóvenes. En 2007, la ministra de Cultura francesa, Christine Albanel, otorgó a Demarchelier el honor de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras. En octubre de 2011, publicó Dior Couture Patrick Demarchelier , un libro de mesa de café que es una colección fotográfica de piezas de Dior Couture, desde la mismísima primera colección Dior en 1947 en la colección de John Galliano.Esta leyenda de la fotografía de moda y editorial, Patrick Demarchelier, falleció el 31 de marzo los 78 años de edad. Mediante una publicación de Instagram se notificó la muerte del fotógrafo, quien logró la fama al realizar algunas de las imágenes más recordadas de la revista Vogue.

Cualquier película sobre la vida de Patrick incluiría necesariamente la conmovedora escena de su padrastro dándole al autoproclamado alborotador una cámara Eastman Kodak por su 17º cumpleaños. Después de ayudar a personas como Hans Feurer, el joven Demarchelier se separó de sí mismo, se mudó a Nueva York y desarrolló su ahora icónico y sorprendente estilo de fotografía de moda. Desestabilizando una editorial de moda minuciosamente escenificada o un retrato de Diana, la princesa de Gales, de la que él era el fotógrafo oficial, con una chispa de espontaneidad, Demarchelier crea una especie de brío, una emoción que lo ha convertido en una leyenda y su nombre en sinónimo para la realeza de la moda: lo primero que Miranda Priestly quiere saber sobre su nueva asistente desesperada en The Devil Wears Prada es “¿Ha confirmado Demarchelier?” La estrella de Duchess (2008), Keira Knightley, sabe un poco sobre la realeza de la pantalla. En noviembre, aparecerá junto a Benedict Cumberbatch en el drama de la Segunda Guerra Mundial The Imitation Game, en la máquina de descifrar códigos Enigma. Aquí, intenta decodificar a Demarchelier, haciendo que el fotógrafo mire su vida a través de la lente. Al igual que el demonio vindicador asistente, ella tiene a Patrick.

Entrevista KEIRA KNIGHTLEY: ¡Hola, Patrick! ¿Cómo estás? PATRICK DEMARCHELIER: Muy bien. Estoy en Long Island de vacaciones. En unos días, tengo un viaje a Suecia. Después de eso, vuelvo a Nueva York por un día y luego a St. Barth para un viaje al trabajo durante unos días, luego termino. Call it Deacon: el creciente productor busca la fama musical Maya Rudolph responde preguntas de 26 amigos y admiradores famosos Adam Sandler entrevista a Aubrey Plaza sobre su nuevo papel alucinante Como todos los demás, Mackenzie Davis y Charlize Theron hablan sobre Season La Happier Chloé Zhao y Alfonso Cuarón sobre la silenciosa compasión de hacer una película. KNIGHTLEY: Dios mío, estás en todas partes. ¿A dónde vas en Suecia? Patrick Demarchelier: Nos dirigimos hacia el norte. Es un hotel y un spa. Está encima de un árbol. KNIGHTLEY ¿Encima de un árbol? ¿Es este el lugar donde tienen una caja de espejos para que no puedas verlos? ¿Alguna vez te has alojado en este hotel? Patrick Demarchelier: No, nunca. He estado en Suecia, mi esposa es sueca, pero este es un lugar nuevo. ¿Cómo está usted? ¿Estás haciendo una película ahora? KNIGHTLEY: No, no lo soy. ¿Qué estoy haciendo? Acabo de comprar un montón de libros que voy a leer durante el verano y espero elegir otra película basada en eso. No sé si esto sucederá, pero es una buena forma de trabajar. Correcto. Te haré algunas preguntas. ¿Cuál es tu foto favorita que has tomado? Patrick Demarchelier: Realmente no pienso en eso. Para mí, las imágenes nuevas son lo que pienso todos los días. El pasado es el pasado, ¿verdad? Cada día es un nuevo desafío.

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En cuanto a ti, la película en la que estarás es un nuevo desafío. La fotografía es solo la foto, un día, dos días, y al día siguiente te vas. KNIGHTLEY: ¿Sacas fotos incluso cuando no estás en el set? ¿Siempre tienes una cámara contigo? Patrick Demarchelier: No demasiado, no. No saco la cámara conmigo. Mis ojos son la cámara para mí todos los días. KNIGHTLEY: ¿Eso significa que si caminas por ahí te inspiras, la registras en tu cabeza y tal vez la usas en algún momento? Patrick Demarchelier: Exactamente. Si te gusta, está en tu sistema. KNIGHTLEY: ¿Cuál sería su día perfecto, el día de sus sueños? Patrick Demarchelier: Cada día es un sueño, cada día que paso con mi esposa. KNIGHTLEY: Oh. ¿Es solo la moda que haces? Patrick Demarchelier: No. Hago moda, retratos, desnudos. A veces también animales. Amo a Africa. Amo la naturaleza. Amo a mi perro. De hecho, el mejor retrato que hice fue el de mi perro. KNIGHTLEY ¿Qué clase de perro es este? Patrick Demarchelier: Es un galán de pelo largo. Y es muy divertido, durante un espectáculo en París, hace unos seis años, en el Petit Palais, el museo de los Campos Elíseos, hubo un gran espectáculo allí, con una foto grande de mi perro, Puffy, como un metro de altura. [risas] KNIGHTLEY: ¿Cuál es tu próximo programa? Patrick Demarchelier: Estoy haciendo un espectáculo en Tokio, con Dior. Hice un libro para la alta costura de Dior hace tres años, y tengo un nuevo libro para ellos que saldrá en noviembre. Vamos a hacer un espectáculo en Tokio con las fotos y la ropa mezcladas. KNIGHTLEY: Me dijiste algo realmente interesante en el set: “Tienes que relajar tu rostro, porque eso es lo que es una buena actuación, un rostro relajado. Es lo mismo que tomar fotografías. “ Patrick Demarchelier: Se supone que la cara debe estar relajada. Cuanto más te relajas ... KNIGHTLEY: Tiene toda la razón. Es muy gracioso, porque ningún fotógrafo me había dicho esto antes y había hecho el tipo de conexión entre las dos cosas. Disparas digitalmente, ¿no? ¿Todavía te filmas a ti mismo en película? Patrick Demarchelier: Muy raramente, solo para efectos especiales cuando los necesito. De lo contrario, ya no filmo. KNIGHTLEY: He notado que las personas que comenzaron la película todavía tienen la capacidad de ver a la persona que tienen frente a ellos. Mientras que para muchos fotógrafos que nunca han trabajado solo en digital, la relación entre el fotógrafo y la persona a la que están fotografiando ya no existe. Están mirando la pantalla de una computadora en lugar de la persona. Patrick Demarchelier: Exactamente. Me encanta lo digital, pero el único problema es la menor privacidad. La gente está mirando la pantalla de inmediato. Antes, nadie había visto la foto hasta que viste la foto final. En cierto modo, había más privacidad. KNIGHTLEY: ¿Está todo el mundo obsesionado con la imagen, intentando de repente ser perfecto, en lugar de intentar capturar un momento?

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Patrick Demarchelier: Sí. Ahora trabajas más en equipo, con gente que tiene buen gusto. Es interesante. Puede corregir cosas y, si no le gusta una imagen de inmediato, puede cambiarla. Antes, tomabas muchas fotos y luego tomabas una. Realmente no se puede comparar; es una forma diferente de trabajar. KNIGHTLEY: ¿Volverías alguna vez a filmar o crees que tienes que seguir avanzando? Patrick Demarchelier: El cine no es muy práctico. El nuevo mundo va más rápido y lo digital es muy rápido. KNIGHTLEY: ¿Te falta algo físico? Creo que soy un romántico horrible en las películas. Hay algo en esa toma única que fue un momento en el tiempo, y algo en el proceso físico de la luz que golpea la lente y la habitación oscura. Me resulta difícil ver el romance en digital. Patrick Demarchelier: Él también puede hacerlo, de hecho. Hago una Polaroid antes de disparar. Una Polaroid te haces una foto, tres fotos, es realmente un momento. Capturar este momento con estas imágenes es interesante. KNIGHTLEY: Tu sesión de fotos del otro día fue probablemente la sesión de fotos más rápida de mi vida, lo cual fue genial. ¿Siempre has sido muy rápido? Patrick Demarchelier: Ah. Las cosas van muy rápido conmigo. Me gusta tomar fotografías antes de que la gente se avergüence demasiado. Me gusta ser espontáneo y tomar una foto antes de que el sujeto piense demasiado en ello. A veces puede ser interesante ser muy lento, así que si eres muy, muy lento, estás tan aburrido que también es interesante. [risas] Cualquiera puede tomar una buena foto. Todo el mundo es interesante. Todo el mundo tiene una cara interesante. Algunas personas están más difíciles o más nerviosas o más cansadas. Cuando haces una película, tienes acción, hablas, te mueves. No puedes ver la cámara. Hacer una foto con un fotógrafo, no hablamos, es más difícil que en una película que tu cuerpo se relaje, que seas tú mismo. KNIGHTLEY: Claro. Estás buscando un momento que cuente esta historia o cualquier otra cosa que estés tratando de capturar. ¿Has hecho cine alguna vez? Patrick Demarchelier: A veces hago anuncios. Es gracioso porque, para los comerciales, a veces trabajo para un cliente y me dicen: “El modelo no era genial. En la imagen en movimiento estaba bien, pero en la foto fija era difícil sacarle una foto. Es típico de hacer una película, porque en la película te mueves, tienes personalidad, no tienes que ser hermosa. KNIGHTLEY: ¿Cómo se le ocurrió la idea de la belleza? ¿Tuviste ídolos en tu infancia, personas que admirabas artísticamente? Patrick Demarchelier: La belleza está en todas partes. Y no, mi fotografía surgió de forma natural sin que creciera ninguna inspiración en particular. Autorización para Luz y Tinta. Gracias a las gestiones realizadas por la moldeadora Grecia Blanc


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Repertorio de

Fotógrafos Españoles

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Corina Arranz Vallelado, Segovia 1961 Instalada en Nueva York entre 1999 y 2005, estudió fotografía en la School of Visual Arts y el International Center of Photography. Completó su formación con un máster en Fotografía Documental y Narración en la escuela EFTI de Madrid y con un máster en Artes Visuales, Fotografía y Proyecto creativo en la universidad Miguel Hernández de elche (alicante). en 1999 comenzó ́ a colaborar de manera fija para ABC, desde la ciudad de Nueva York y la sede central de las Naciones Unidas. actualmente vive en Madrid. Su trabajo como fotógrafa de temas de actualidad, que arrancó en Manhattan, es en parte responsable de la visión comprometida que imprime a sus proyectos y a su forma de abordar la fotografía, de la que se desprende una voluntad de narración visual. Interesada por los flujos migratorios conflictivos, en 2005 desarrolló junto al periodista Alfonso Armada el proyecto documental Desde la frontera, para el cual recorrió ́ y retrató de costa a costa los más de 3.000 kilómetros de frontera que separan a EE.UU y México. Con estas mismas imágenes, propuso en 2008 una mirada paralela a las fotografías sobre la inmigración en el estrecho que Alfredo Aguilar presentó en la exposición Fronteras a la esperanza (2007).

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También ha publicado en los periódicos International Herald Tribune, El Mundo, Reforma y Hora Cero, así ́ como en las revistas The Lancent y Conde Nast Traveler. la exposición Fronteras a la esperanza fue inaugurada en 2007 durante las Jornadas sobre Derechos Humanos e Inmigración de Motril y la universidad de Granada. Al año siguiente, el Instituto Cervantes de Madrid acogio ́ su serie Desde la frontera, que entre ese año y 2011 itineró por las sedes del Cervantes en Marruecos y Portugal.

Exposiciones: Desde la frontera 2008-2012: Instituto Cervantes. Alcalá de Henares. Marzo, 2007. Instituto Cervantes de Rabat, Marruecos. Octubre, 2008. Instituto Cervantes de Tánger, Marruecos. Enero, 2009. Instituto Cervantes de Tetuán, Marruecos. Febrero, 2009. Instituto Cervantes de Lisboa, Portugal. Mayo, 2012. 2010. Ars Itineris, el viaje en el arte contemporáneo. 2010. Universidad de Huesca, Exposición Colectiva. 2007. Fronteras de la esperanza, con motivo de las Jornadas sobre Derechos Humanos e Inmigración, Motril, y en el Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Granada. Publicaciones: Fotografías para el Proyecto Pro-Andes de Unicef. Ecuador. 1997. Colaboración con el diario ABC desde 1999 hasta la actualidad, con trabajos para el diario y el suplemento cultural. Fotografías en las revistas The Lancet, Condé Nast Traveler, Descubrir el Arte, Tiempo, Cuaderno de Estilo y Emociones, y en los diarios International Herald Tribune y El Mundo. Ilustración fotográfica de los libros España, de sol a sol (Península, 2001), El rumor de la frontera (Península, 2006) y Mar Atlántico. Diario de una travesía (Alento, 2012), de Alfonso Armada. [“Diccionario de fotógrafos españoles”. Del siglo XIX al XXI. Editorial La Fábrica.]

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antonio muñoz molina,2002 160


aurelio arteta, 2005

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belén gopegui, 2008 162


diego del alcázar, 2006

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El rumor de la frontera

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ernesto quiñonez, 2001

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erwin chargaff, 2000

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gabriela weiner, 2009 178


harold bloom, 2000 179


james frey, 2002

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james salter, 2005 181


josé luís gómez, 2012 182


paul auster, 2004

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antonio banderas

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russell banks, 2003

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Giulia Pesarin

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Sobre Giulia Pesarin Residente en Verona, ha estado activa en el campo de la fotografía durante más de diez años. Realiza sus proyectos colaborando con varios profesionales nacionales e internacionales, recibiendo numerosos elogios del público y la crítica. En 2012 fue la experta en fotografía convocada en el jurado del LVI Premio Nacional de Arte Contemporáneo ‘Basilio Cascella’. Actualmente está presente en la galería en línea de la Saatchi Gallery de Londres y está curando varios proyectos de exhibición personales y colectivos que se propondrán en varias galerías, museos y festivales italianos. Atraída por el papel y la imagen en el arte contemporáneo como medio expresivo, desde algunos años trabaja en fotografía, a través de la fotografía analógica y digital. Lleva mucho tiempo trabajando en el entorno de la fotografía, siempre realizo mis proyectos con varios profesionales nacionales. A menudo trabajo en contacto con artistas provenientes de la danza y las artes escénicas. En mi fotografía siempre intento una conexión profunda con mi experiencia y con mis orígenes. Máster IUAV en Fotografía en la Universidad de Venecia (Italia). Licenciada en Ciencias del Patrimonio Cultural - Departamento de Artes y Filosofía - Especialidad en Artes Contemporáneas en la Universidad de Verona (Italia). ...

Exposiciones 19/05/2019 – 30/06/2019 F4 / Un’idea di Fotografia - Grupo Libros Exposición - Fondazione Francesco Fabbri – Villa Brandolini – Pieve di Soligo (TV) ...

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Fotos seleccionadas

d Del 1 al 31 de marzo de 2022

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++++, por nataly

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... in this big world..., por nataly

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al vuelo, por antonio martínez rodriguez

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atardecer, por milen

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atardecer_, por milen 215


blue and white, por jelvin bornes

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blue grosbeak, por fernando burgalin

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brown-backed chat-tyrant, por fernando burgalin

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buff-winged starfrontlet, por fernando burgalin

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catedral de mar, por aitar

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cielo y agua, por antón

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con prisa, por quino

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covarrubias, por juan pablo rodríguez garcía

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cuando salí de cuba..., por ana

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curruca capirotado hembra, por manuel palacio castro (yerbatu)

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día de niebla, por monchu calvo

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el drío no es para todos igual, por raúl gorostiza 227


el mar, la mar, por antón

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el reflejo en el mar, por manuel antonio centeno llorente

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fallas 2022 - la crema, por raúl viciano alberich

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la caza, por pepe latas

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la enseñanza, por pepe latas

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la gaviota, por quino

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laetitita, por enrique santamaría cortés

235


le regard qui m a conquis, por françois arnaud

236


macro, por françois arnaud

237


mampodrer, por monchu calvo

238


mom are you alive, por kezzin

239


monica, por enrique santamaría cortés

240


no title. speechless, por svetlava

241


not to the war, por ionut caras

242


not to the war_, por ionut caras

243


not to the war__, por ionut caras

244


otoño, por aitar

245


otro pedacito e aqui, por víctor alejandro sánchez bermúdez

246


paris, por grecia blanc 247


paris_2, por grecia blanc 248


pueblo coyán (asturias), por kamarón viesca

249


retratos de soto i, por juanjo gallardo

250


rojo en la niebla, por antón

251


ronda_málaga, por kuriaki

252


sesión con iris, por pepe latas

253


sobre ruedas en la noche, por raúl gorostiza

254


soledad, por daniel

255


tarabilla europea - saxicola rubicola, por manuel palacio castro (yerbatu)

256


the white mermaid, por duong dinh

257


the white mermaid, por duong dinh_

258


the white mermaid, por duong dinh_4

259


the white mermaid, por duong dinh__

260


tibetan old, por anna

261


un alto en el camino. túnez, por pelayo

262


velas escarlatas, por daniel

263


velas escarlatas_2, por daniel

264


we are three and the invisible, por andrew pashis 265



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