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R O C ÍO R O S S A
TV
EN CONTRA DE LAS APARIENCIAS
Y A FAVOR DEL CORAZÓN
Franco Torchia es periodista, licenciado en Letras, conductor de radio, panelista y Cupido irreverente. Paladín de la risa y de la diversidad, reflexiona acerca del espacio de la frivolidad en la actualidad política y sobre el encuentro con su esencia a partir de la paternidad.
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Su tono es inconfundible incluso para el despistado de turno. Franco Torchia le prestó la voz a Cupido por primera vez en 2001 en Much Music y en poco tiempo, convirtió a la emisión en un programa de culto que causó furor, incluso, muchos años después de finalizar el envío. El éxito fue tal, que en 2012 se volvió a producir el ciclo y se hicieron dos temporadas para la señal de cable TBS. Desde la premisa “en contra de las apariencias y a favor del corazón”, Torchia oficiaba de intermediario ante una cita a ciegas transmitida por tele, mientras los espectadores disfrutaban con el placer voyeurístico que implica ver los devenimientos de una primera cita en tiempo real. ¿Se gustan? ¿Hay onda? ¿Se van a besar al final del programa? La intriga escalaba durante la emisión y en el minuto final los concursantes finalmente se conocían la cara y se develaba el misterio. Este fenómeno llevó a Franco a escribir El libro de Cupido. Apuntes del paso del ángel del amor por la TV y la tierra. Un compilado con casos extraídos del programa, reflexiones sobre el amor y el desamor, un paso por la infancia del autor y una oda a Roberto Galán. Lejos del personaje desenfadado, exaltado, y verborrágico que muestra en pantalla, el encuentro con Franco transcurre en su bar preferido en Almagro, el lugar que eligió para una charla en donde cada frase está hilvanada y medida para que no quede ninguna palabra suelta, librada al azar. A los 38, Franco piensa, luego existe. Hace seis años que se convirtió en el padre de Teresa, un acontecimiento que lo empujó a encontrarse con su sexualidad y barajar para dar de nuevo. Ex panelista de Intratables, hoy forma parte del panel de Zapping, en donde desarrolla sus ideas y le da forma a sus pensamientos en clave de humor.
Intratables comenzó como un programa de actualidad orientado al espectáculo y se convirtió en referente de la política actual. ¿Cómo fue ese proceso y qué pensás de que la política se mezcle con el show?
Fue tan gradual y tan programado, como casual al mismo tiempo. Intratables viró hacia un lugar de show político y de show sobre economía, que era un lugar vacante en la televisión actual. Logra captar a su público dentro de un clima de época política vinculado al redescubrimiento del debate. Son muy pocos los que van al programa y entienden fehacientemente que es un show, ese es el punto crucial. No creo que los problemas complejos puedan tener respuestas simples y un programa así te lleva a simplificar algunas respuestas que merecen mucho análisis y muchas perspectivas.
“La frivolidad es una clave de acceso muy poderosa para enteNder un sinfín de manifestaciones sociales.”
Me fui por decisión propia luego de haber trabajado ahí por un año y medio porque no me resulta atractivo hablar de la interna, ni de la agenda política, ni de los vaivenes económicos partidarios, tengo una noción mucho más amplia en donde creo que hablar de Vicky Xipolitakis es hablar de política, de artefactos simbólicos que surgen de este momento. La intriga política palaciega es sólo un aspecto de nuestra vida política. El espectáculo –incluso con
la frivolidad- es eminentemente política y la frivolidad es una clave de acceso muy poderosa para enteder un sinfín de manifestaciones sociales, políticas y económicas.
¿Cual sentís que es tu lugar en los medios?
A mí me gusta trabajar con la risa en pos de construir una mueca cómplice en la que detrás se asome un pensamiento. Me interesa sobremanera provocar y le debo mucho a la tradición de los pensadores provocadores, que son quienes me acompañan, a quienes leo y a quienes le debo mi vida y mi supervivencia por mi historia personal. Lo que más me gusta en la vida es pensar y me hace muy bien.
¿En qué cosas pensás en la intimidad?
A mí me desvelan los vínculos y las relaciones. Especialmente todos los temas que tengan que ver con la diversidad y la situación de las mujeres y de los hombres. En mi programa de radio uso un mantra que indica “Pasar de ‘lo que pasa’ a ‘lo que nos pasa”. Parece de autoayuda pero me interesa lo que nos pasa. Creo en la dosis emocional de la realidad. Argentina es un país atravesado por lo emocional y de hecho es un país transformado por matrimonios. Desde Perón y Evita hasta Néstor y Cristina y el resto de los matrimonios que construyeron este país.
Siempre reivindicás a Roberto Galán, ¿qué te pasa con ese personaje?
Hago una lectura irónica sobre él, a Galán no solamente le preocupaba la gran cantidad de personas sin pareja, sino que como, buen peronista –y amigo- de Perón, quería otorgarle a la institución matrimonial, la energía que Perón le había otorgado. La génesis de “Yo me quiero Casar, ¿y Ud?.” tiene mucho que ver con el peronismo, en ese
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momento de la Argentina, unir en matrimonio significaba organizar la sociedad y la economía alrededor de esa unidad básica que era la familia. Con Cupido yo recupero esa idea del juego televisado y reivindico a Galán como un creador de formatos televisivos. Cupido es hijo único y su padre es Roberto Galán.
táneo y es entusiasta por naturaleza. Está claramente parado en la vereda de enfrente en la que yo estoy, porque soy mucho mas lunático que él. Siempre está encendido, es muy optimista y está buenísimo lo que hace, es un genio y es muy lindo lo que pasa en las redes sociales con él, lo quieren mucho.
Pasaste de conducir Cupido a tener un programa de radio (am 1110) llamado No Se Puede Vivir Del Amor, casi una contradicción…
En el libro que escribí el año pasado cuento que Cupido siempre fue Satanás, un déspota, y que su flecha te llega para enfermarte, porque mitológicamente hablando- el amor tiene una carga letal. Yo recuperé ese Cupido, al malvado que sienta frente a frente a los participantes, a sabiendas de que no se puede vivir del amor pero al mismo tiempo, no podés desprenderte de él. Hay que derribar el mito del amor romántico. No se puede vivir de la idea tradicional del amor que se ve en el cine, la telenovela y en la literatura. Durante tantísimos años, estas ideas le cagaron la vida a las mujeres.
¿Qué es el amor para vos, entonces?
Es una emoción existente y verdadera pero de ninguna manera es una emoción aislada de las condiciones culturales, sociales y materiales. No creo que el amor sea “un rayo que te parte”, es una manifestación que surge desde un contexto.
Vos estás recién casado, ¿cómo es tu relación con Tomás? Tomás (Balmaceda) es bastante fiel a sí mismo, es una persona sin problemas con una historia de vida super diferente a la mía. Es doctor en filosofía y es muy astuto. Es mucho más suelto, es fresco, espon-
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las redes no me suministraron nada que yo no hubiese podido obtener por otros medios.
Recién hablaste de tu hija Teresa y en una entrevista radial dijiste “Soy gay porque soy padre”. ¿Cómo fue ese momento?
Lo sentí así cuando la alcé por primera vez, ella me empujó hacia la verdad. Con una hora de vida, Teresa me pedía que lo suyo conmigo fuera verdadero, o de lo contrario, que desista del proyecto de la paternidad. Recién nacida, ya me ponía en ese brete. No tuve resquemor en relación a lo que iba a decir mi hija, al contrario, me lo tomé con mucha naturalidad porque tenía que elaborarlo yo primero.
¿Era algo que te planteabas desde hace mucho?
¿Sos muy consciente de la mirada de los demás?
No, de hecho cerré todos mis perfiles en las redes sociales. No es que la mirada de los demás se circunscriba a las redes, pero lo interesante es que desde que cerré mis perfiles mejoró mucho mi trabajo porque las devoluciones que tengo son de profesionales, de colegas o de alguien que me conoce, y eso es suficiente.
¿Las cerraste porque te sentiste muy expuesto?
Yo viví un acoso sistemático vía Twitter por parte de alguien que publicó barbaridades acerca de mi persona y de mi hija. Twitter es una cloaca y yo soy una persona muy sensible, hípersensible. He tenido que leer amenazas de muerte y comentarios innarrables acerca de mi sexualidad. En mi caso puntual,
Yo tuve que empezar a decir que soy gay para simplificar, cosa que detesto. Tengo muchas identidades pero Teresa me pidió verdad y tuve una sensación de exigencia. Le dije en un susurro que sí, que iba a experimentar esta vida con verdad. Yo no le pedí permiso a la paternidad para ser puto, es al revés: es porque soy puto que soy padre. Ya tenía ganas de estar con un hombre y no lo hice porque nunca tuve relaciones ocasionales, no soy express para las relaciones, el vínculo afectivo para mí es sacrosanto. En ese momento yo estaba separado de su mamá desde hacía varios meses, y si bien la acompañé durante el embarazo, dormíamos en habitaciones separadas. El proyecto de vivir con una mujer no me resultó viable y siempre hubo una zona de vacío en mí, de incomplitud. Algo de lo no manifestado que finalmente apareció y ahora me siento muy pleno.