#DMAG54 - SANTIAGO ARTEMIS: DISEÑO FOR EXPORT

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AGUSTINA BALLESTER

MODA

DISEÑO FOR EXPORT Este año se consagró finalista en un concurso internacional de pieles y presentó su colección en el Latinoamerica Fashion Week. Santiago Artemis habla de su pasado, su presente y su futuro. Entre cientos de diseñadores de todo el mundo, Santiago Artemis fue el único representante latinoamericano en llegar a la final del Remix Vogue Talents; y mostró su colección de pieles en Milán. Si bien no ganó, confiesa que haber llegado tan lejos fue un logro muy significativo para su carrera pero que necesita avanzar hacia su próximo desafío. Así vive su vida desde que abandonó su Ushuaia natal para convertirse en diseñador de indumentaria apenas terminó la secundaria. Sin conocer a nadie y sin contactos en la ciudad, al principio llamaba la atención en FADU por sus looks andróginos, osados y extravagantes. Capitalizó esa atención y, con Internet como aliado, Santiago armó lookbooks en distintas redes sociales hasta que en 2011 el estilista de Katy Perry descubrió sus diseños y su vida cambió para siempre. A Katy le gustó su estilo y Santiago diseñó cuatro modelos para mandárselos a Los Ángeles. Finalmente Katy vino al país para dar un concierto y el diseñador se los pudo entregar personalmente . A partir de ahí, salió en todos los medios y las nuevas oportunidades llegaron en forma de viajes y desfiles en el exterior.

lización e Industria de la Fauna) y Saga Furs- y después viajé a Dinamarca para participar en un taller de pieles. Ellos tienen un concurso interno en donde se eligen los mejores exponentes de todo el mundo. Quedé entre los diez mejores y tuve que armar una colección cápsula de pieles y cueros para presentar en Milán.

¿Cómo llegaste a mostrar tu colección de pieles en Italia?

Depende. La colección anterior era temática y muy específica: súper late sixties, medio folk y retro. En cambio, The Poor Little Bitch Collection -lo que mostré en Latinoamerica Fashion Week- fue algo más intui-

Surgió porque el año pasado gané el FACIF 2015 -un concurso internacional apoyado por la Feredación Argentina de Comercia-

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¿Qué repercusión tuvo esa participación en Europa?

Salí en un montón de revistas de acá y también me contactaron de afuera. Me llamaron desde la Embajada de Japón así que viajo para allá en septiembre. En octubre voy a China y no paran de surgir nuevos proyectos. Me gusta aprovechar los viajes para sacar muchas fotos con mis looks. La primera vez que fui a Japón encontré unas calles increíbles en Tokio y quería retratar el momento con una gran producción. No me gusta sacar un par de fotos con el teléfono y listo, así que siempre viajo con una buena cámara, un trípode, produzco los looks y el estilismo. Soy así, forma parte de mi expresión personal y de mi impronta.

¿Seguís un proceso para crear tus colecciones?

tivo. Quise mezclar elementos contradictorios: el buen gusto y el mal gusto o el look de noche y el sport. Generé una convivencia de opuestos que se aleja del eje heterogéneo que trabajé la vez anterior. Cuando estás cursando la carrera te enseñan que una colección tiene que ser algo sistemático. Esta vez me rebelé contra esos mandatos que aprendí en la facultad y me cuestioné cosas. “¿Y si para esta colección quiero hacer un vestido con volados y también quiero hacer algo con hombreras?”, pensé. ¿Qué importa? Por eso quise mostrar un costado más personal y anarquista. No tengo que explicar nada, llega un punto en donde me aburre complacer a otra persona, yo apunto a un nicho y la gente que quiere comprar mis prendas ya sabe dónde conseguirlas.

Hasta los 17 años viviste en Ushuaia. ¿Cómo fue crecer en ese entorno?

Es una ciudad hermosa pero no siento que me haya influenciado en nada. Sí crecí sabiendo que era diferente a los otros chicos pero hubiese tenido esa sensación en cualquier otro lugar. Me encanta recordar cosas de la infancia y volver cada tanto, pero nada más. Cuando terminé el colegio sabía que quería estudiar Diseño de Indumentaria y me vine a Buenos Aires. A mis papás no les encantó la idea pero me dejaron hacer lo que yo quisiera.


¿Cómo viviste tus primeros años en Buenos Aires?

Cuando llegué no conocía a nadie, empecé como un estudiante más. ¡No sabía ni las calles! (risas). Así que cuando me hice un par de amigos me aferré a ellos y salíamos todo el tiempo. Al principio me costó que me tomaran en serio.

¿Cómo pasaste de esa situación a diseñar para Katy Perry?

Yo armaba lookbooks en internet y un día me contactó por mensaje privado el estilista de Katy. ¡Fue alucinante, no lo podía creer! Me pidieron que diseñe para ella así que le mandé algunas opciones y ella eligió varios vestidos para su gira Teenage Dreams. Yo era muy chico, tenía 19 años y fue una sorpresa enorme. Al principio me habían pedido que los envíe a Estados Unidos pero justo se dio que Katy vino a Buenos Aires para dar un show así que me invitaron al hotel para conocerla y entregarle los vestidos. Charlamos un rato, nos sacamos fotos y al otro día salió en todas las revistas. ¡Una locura!

“A MÍ ME ATRAE EL DRAMA, LA EXAGERACIÓN DE LAS TELENOVELAS Y LAS COSAS RETRO.”

Tenés un estilo inconfundible, ¿qué cosas te influencian?

Siempre fui así de histriónico, desde chico. ¡Me sentaba enfrente de la tele para ver a Jem & The Holograms y Sailor Moon! Me gustaba la estética femenina y mi expresión artística luego se desarrolló desde lo visual. Siento que si no fuese diseñador, sería director de arte. Me encanta armar temáticas y conceptos, me inspiro mucho con las décadas y las épocas así como otros se inspiran con un cuadro (risas). A mí me gusta el

drama, la exageración de las telenovelas, las cosas retro y tengo un anclaje en la cultura pop. Soy bastante kistch, casi camp. Tengo una fascinación total con las hombreras, el trench, los sacos, las blusas con lazos y jabot.

¿Y cuáles son las piezas claves de esta nueva colección? El mono de noche, el vestido bordado y el de dos piezas. Son infaltables que realzan cualquier cuerpo.

¿Cómo te proyectás al futuro?

Me gustaría hacer algo que expanda mis alas, puede ser trabajando para una marca o siendo el director creativo de una etiqueta. Siento que dentro de unos años Argentina me va a quedar un po-

co chica y voy a tener que emigrar hacia otros lugares para no aniquilar mi creatividad. El país está buenísimo pero no es tan abierto en cuanto a moda y no quisiera que llegue el momento de comprometer mis valores para diseñar una prenda que no me apasione. Igual falta mucho para ese momento. Japón me encanta, me siento muy cómodo en ese lugar. La primera vez que fui, me sorprendió ver prendas del estilo de lo que yo diseñaba y que funcionaban bien a nivel comercial. La mezcla entre lo tradicional y lo contemporáneo es increíble, conviven en la misma calle un kimono tradicional y los colores pastel de las Harajuku Girls. Así que me re veo trabajando con alguna marca ahí.

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