ENTREVISTA A BENJAMÍN ALFONSO

Page 1

Descargá camonapp, escaneá y descubrí nuevos contenidos

0 6 8 — I S S U E 53


EN LA CRESTA DE LA OLA Su personaje en Educando a Nina, la tira del prime time de Telefé, lo puso en el spotlight. Estudió Diseño Industrial, vivió en Hawaii, y fue el corredor de Fuerza Bruta. Charla íntima con el hombre del momento. Por Andrea Cukier Fotos Santino Martínez Estilismo ALE JANDRO GARCíA Agradecimientos ADORADO BAR

Pocos minutos después de la hora pactada para el encuentro, una moto se acerca y estaciona frente al café. Aún con el casco puesto, se baja Benjamín con una chaqueta de cuero y jeans al cuerpo y muestra orgulloso la moto que armó con sus propias manos. Con una sonrisa que sostiene durante toda la entrevista, se pide un café con leche, un sandwich de pollo y da comienzo a la nota. Nacido y criado en San Isidro, Benjamín es el hermano del medio. En total son seis y es el único de su familia que se dedicó a ser artista. Además de actuar, su gran pasión es el surf y cuando era más chico, Benjamín trabajó como jardinero y bartender en Hawaii y en Costa Rica, para poder costear los viajes y cumplir su sueño de surfear en esos mares. Vivía al día y los lugareños le compraban comida o le invitaban tragos, así y todo, Benjamín recuerda esas aventuras como los momentos más felices y más libres de su vida. El mandato familiar hizo que termine la carrera de Diseño Industrial y luego estudie Ingeniería. Si bien disfrutaba cursar las materias, decidió abandonar a los 23 años, cuando empezó a tener trabajo estable como modelo y actor. Tuvo participaciones menores en Dulce amor, Sos mi hombre, Graduados, y Señales pero su nombre sonó fuerte luego de interpretar al personaje del petisero en Viudas e hijos del rock and roll, y al amigo rugbier del personaje del Chino Darín en Historias de un Clan,

en donde causó furor porque se animó al desnudo total para una escena junto al Chino. A los 32 años, Benjamín disfruta avanzar paso a paso en su carrera y se luce en Educando a Nina, en donde le pone el cuerpo a Tincho, un abogado que está en pareja con el personaje de Diego Ramos en la ficción. ¿Cómo incursionaste en la actuación? A los 22 años mi psicólogo me recomendó que tomara clases de teatro. Yo estaba estudiando Diseño Industrial y después de hacer la primera clase sentí que quería ser actor y me la jugué. Como arranqué tarde, me metí con todo y eso me benefició porque me tomé esta carera como un desafío y toqué todas las puertas para lograr un lugar en el medio. Lamentablemente tuve que dejar la facultad porque las materias me demandaban mucho tiempo. ¿Qué te llevó a estudiar Diseño Industrial? A nivel funcional, me atrajo esa carrera porque siempre me interesa estar pendiente de lo nuevo, muy atento a lo que se viene. Siempre digo que se me ocurrió el concepto del teléfono inalámbrico como cinco años antes de que se haya inventado (risas). Siempre volé mucho con la imaginación, a los ocho años se me había ocurrido que los autos tuvieran vidrios con una especie de persiana para poder ver el cielo…

0 6 9 — I S S U E 53


¿Cómo es tu vínculo con el arte? Siempre me sentí el artista de la familia, me gustaba mucho dibujar y el arte es algo que está muy presente en mi familia porque por el lado materno, tengo un parentesco lejano con el artista Leon Ferrari. No nos veíamos muy seguido pero algunas veces me reuní con él para conocer más sobre su obra. En mi caso, siento que mi costado artístico se materializó en el diseño industrial, estoy feliz de haber estudiado. ¡Me hice mi propia moto y estoy remodelando mi departamento!

“Creértela te baja el techo, si vos pensás que sos el mejor y te queda poco por aprender, estás jugado.” ¿Cómo es eso? Compré una moto, la desmantelé, recorté el cuadro con una amoladora, soldé las partes y a la personalicé con un perfil de moto más antigua. En mi casa, tire todo abajo y estoy armando el espacio a nuevo, ya hice la mesada y en este momento estoy haciendo unas puertitas bajo mesada (risas). También armé una barra y algunas cosas relacionadas con la estética surfer. No te criaste cerca del mar pero practicás mucho surf, ¿cómo nació esa pasión? Mi tío es uno de los pioneros del surf local y hace más de 30 años que vive en Costa Rica. Viajé a visitarlo como 15 veces. ¡Me encantan las olas de allá! Arranqué a surfear en Brasil a los 15 años, mi viejo me compró una tabla y aprendí lo básico. No me salía y me la pegué en el agua un montón de veces (risas). A los 19 me resigné y vendí la tabla. Al poco tiempo, se casó mi prima en Costa Rica y viajé para la fiesta. Ahí me hospedé en la casa de un shaper (los que fabrican las tablas) y, entre mis primos y mis hermanos, me convencieron para que lo vuelva a intentar. Ahí surfeé una ola increíble y no me bajé nunca más porque

0 7 0 — I S S U E 53

es un mar muy ordenado y muy prolijo. De cada golpe aprendí algo, es una metáfora de la vida. A veces te revolcás en la espuma y las cosas no salen pero tenés que seguir remando para cruzar la rompiente. ¿Tuviste esa sensación en tu carrera de actor? Nunca me sentí surfeando en Costa Rica (risas). Siempre lo viví como una remada detrás de la otra. Esa constancia me llevó a estar donde estoy. ¿Cómo empezaste a trabajar en el medio? Pasé por un montón de castings y arranqué con papeles muy chicos en la tele. Me habían presentado a alguien de Pol-Ka y lo perseguí durante todo un año. Soy muy quemagorras (risas). Se me mete algo en la cabeza y no paro, hago la danza de la lluvia y no dejo de bailar hasta que se larga (risas). Así fueron llegando más participaciones en tiras que se transmitían en el prime time. Practicás muchos deportes extremos ¿Viviste alguna situación de peligro? ¡Muchas veces! Haciendo snowboard me tiré fuera de pista en la montaña y me costó salir de ahí. Otra vez, en Hawaii, me metí en el mar y estaba rompiendo una de las olas más grandes del mundo, se levantaron olas de 7 metros y quedé muy lejos de la orilla, ¡un peligro! Ahí recé mucho. ¿Sos creyente? Tengo armada una especie de religión propia. Yo me crié con el cristianismo y hay cosas de esa creencia que me parecen muy lindas. También tengo muchos pensamientos que se alinean con el Budismo y creo mucho en la energía, en la fuerza y en la Ley de Atracción. Protagonizaste Fuerza Bruta, ¿Cómo llegó esa oportunidad? Fue una experiencia Hermosa, bien física y extrema. Fue un trabajo en donde pude combinar lo artístico con mi costado deportista. Cuando fui al casting había más de 5000 y quedé, así que cada vez que pasaba una instancia, me parecía algo increíble. Hablemos de tu participación en Historias de un clan, ¿cómo viviste esa historia tan intensa? A mi personaje no le tocaba participar en el tema de los secuestros pero cada vez que me tocaba leer los libros, me impresionaba. La historia me tocó de cerca porque crecí en San Isidro y jugué al rugby de chico. Aunque mi papel fue chico, estuve muy involucrado en el proceso, e hice mu-


cho trabajo de campo. Para hacer este trabajo hay que ser responsable, prolijo, preparar bien los personajes y comprometerse con las cosas que hacés. Si bien empezaste con pequeñas participaciones, en Educando a Nina, tu personaje tiene bastante exposición, ¿Cómo manejás la fama? Es muy lindo sentir el cariño de la gente. También es raro porque la gente te reconoce por lo que hacés y no sabe quién sos como persona. Hay algo de la identidad que queda dividido en ese proceso. Por eso necesito cada vez más rodearme de la gente que me conoce de verdad. ¿Ayuda haber empezado de grande y estar más plantado en la vida? Me encanta que se haya dado así, yo sé cómo soy y si aparezco en la tele o la gente me reconoce, no me modifica la personalidad. Está en cada uno comprar lo que los otros te quieren vender. Agradezco de manera muy humilde lo que me toca vivir ahora y no quiero comerme un viaje que no es. Creértela te baja el techo, si vos pen-

sás que sos el mejor y te queda poco por aprender, estás jugado. Para crecer, es importante tener la contención de tu gente para mantenerte ubicado con los pies en la tierra. Yo quiero seguir aprendiendo para tener la oportunidad de hacer papeles complejos. ¿Cómo te preparás para tu personaje en Educando a Nina? Tengo un coach actoral y aprendo mucho con mis compañeros de escena. Diego Ramos es muy generoso, tiene mucho oficio y me salva un montón de situaciones. Nunca hice un papel así y tuve que aprender a relacionarme sensualmente a otro hombre así que todos los días agradezco la oportunidad de poder trabajar con Siciliani, Leyrado y el resto del elenco. ¿Qué planes tenés para el futuro? Estoy escribiendo una obra de teatro y una película. Me llegaron historias que quieren ser contadas y estoy dando lo mejor para representarlas de la mejor manera posible.

0 7 1 — I S S U E 53


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.