¡Creo! Cofrades en la Fe

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• Cantos para celebrar las cosechas: “Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos. Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas” (Sao 126,5-6).

• La creación entera debe prorrumpir en gritos de júbilo: “¡Alabadle, sol y luna, alabadle todas las estrellas de luz, alabadle, cielos de los cielos, y aguas que estáis encima de los cielos! ...” (Salmo 148).

• Cantos de siega y vendimia: “Aún volverás a tener el adorno de tus adufes, y saldrás a bailar entre gentes festivas. Aún volverás a plantar viñas en los montes de Samaría: (plantarán los plantadores, y disfrutarán)”. (Jeremías 31,4-5).

El libro de los salmos se cierra con el salmo 150 que es una doxología final en la que se invita a todos los músicos y a todos los seres vivientes a alabar a Yahveh con todas fuerzas y con toda la sonoridad de los cuernos, arpas, cítaras, tambores, laúdes, flautas y címbalos.

• Cantos de primavera: “Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. Aparecen las flores en la tierra, el tiempo de las canciones es llegado, se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra” (Cantar de los Cantares 2,11-12).

ALLELUIA Laudate Dominum in sanctuario eius, Laudate eum in sono tubae, laudate eum in psalterio et cithara, laudate eum in tympano et choro, laudate eum in chordis et organo, laudate eum in cymbalis benesonantibus, laudate eum in cymbalis iubilationis: omne quod spirat, laudet Dominum. ALLELUIA.

La Biblia también utiliza frecuentemente metáforas musicales cuando habla de los seres vivientes y de la naturaleza inanimada; ésta también se hace partícipe de la alabanza al Creador y canta y expresa su alegría. He aquí algunas de las citas en las que los árboles, los animales, los montes, los astros, la tierra y los cielos se suman a ese himno de alabanza a Yahveh: • El canto de las aves que alaban a Dios en la frondosidad de los bosques: “sobre ellas habitan las aves de los cielos, dejan oír su voz entre la fronda” (Salmo 104,2). “Aparecen las flores en la tierra, el tiempo de las canciones es llegado, se oye el arrullo de la tórtola en nuestra tierra” (Cantar de los Cantares 2,12).

¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario Alabadle con clamor de cuerno, alabadle con arpa y con cítara, alabadle con tamboril y danza, alabadle con laúd y flauta, alabadle con címbalos sonoros, alabadle con címbalos de aclamación. ¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh! ¡Aleluya!

• Todos los seres vivientes deben unirse a la alabanza de Yahveh: “¡Todo cuanto respira alabe a Yahveh!” (Salmo 150,6).

Nunca jamás hubo un pueblo que así cantara, porque nunca jamás existió un Dios como el de Israel.

• Las estrellas también deben unirse a las alabanzas al Señor: “….entre el clamor a coro de las estrellas del alba y las aclamaciones de todos los Hijos de Dios” (Job 38,7).

8. CONSIDERACIONES SOBRE LA ORGANIZACIÓN MUSICAL DE DAVID

• La tierra entera y los cielos también son invitados a la alegría: “¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos de alegría, pues Yahveh ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido” (Isaías 49,13). • Los bosques y montañas son invitados por el profeta a unirse al júbilo: “¡Lanzad gritos de júbilo, montañas, y bosque con todo su arbolado, pues Yahveh ha rescatado a Jacob y manifiesta su gloria en Israel!” (Isaías 44,23). • El fin del destierro debe ser motivo de alegría para el desierto y el páramo: “Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor; estalle en flor y se regocije hasta lanzar gritos de júbilo” (Isaías 35 1,2).

Después del paseo que hemos dado a lo largo de la Biblia y de escuchar los ecos de la música a lo largo de sus páginas, queda uno admirado de la compleja organización con que el Rey David diseñó su ministerio de la música para el Templo. Hasta los detalles más pequeños los tuvo presente el Rey músico. Nuestra admiración se torna mayor aún si dicha organización la comparamos con la correspondiente en el culto católico de nuestros días. Queremos destacar algunos aspectos que han venido apareciendo a lo largo de las muchas citas reseñadas anteriormente: • Los encargados de contribuir al esplendor y solemnidad del culto y de elevar las mentes a la alabanza de Dios fueron los descendientes de la tribu de Leví, los levitas; David dispuso que este grupo fuera muy numeroso, que fue-

Año de la fe  Parroquia de San Juan de Dios  Número 6  Marzo 2013  Página 28


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