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Copas de Canarias

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copas DE CANARIAS

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LA ISLA DE LANZAROTE SE ENCUENTRA EN EL NORESTE DE LAS ISLAS CANARIAS, FRENTE A LA COSTA ATLÁNTICA AFRICANA. DE CLARA NATURALEZA VOLCÁNICA, LA ISLA TIENE UNA FISONOMÍA SUAVEMENTE ONDULADA, DE GRAN PUREZA DE LÍNEAS, SALPICADA

La falta de lluvia y la necesidad de proteger el viñedo del viento abrasador del Sahara, han dado lugar a un método de cultivo de la vid único y particular: aquí el viñedo nunca se coloca directamente sobre el suelo vegetal, sino sobre una campana de cenizas volcánicas negras (lapilli) en forma de colchón.

Por lo tanto, es necesario cavar grandes agujeros en forma de cono invertido, para que la vid pueda partir sus raíces en el suelo. Esto implica un trabajo de cultivo pesado y costoso, que es necesariamente manual.

Los lapilli, de gran higroscopicidad, absorben la humedad nocturna del ambiente, transmitiendo al suelo y evitando también la evaporación de este preciado elemento, evitando su dispersión.

La configuración del terreno y la disposición del viñedo, junto con el contraste cromático entre los minerales ocres y rojos, las cenizas negras y el verde milagroso de la vid, pintan un paisaje de gran belleza y singularidad irrepetible.

Un entorno natural tan especial solo podía generar vinos en perfecta armonía con el terruño.

Entre ellas destacan las magníficas producciones de la variedad Malvasía, reina indiscutible de la viticultura lanzaroteña, de la que se obtienen vinos blancos finos y equilibrados; vinos de plena crianza, armoniosos y con gran personalidad; deliciosos vinos dulces, gracias a la aromática uva Moscatel.

Las uvas Diego y Blanco proporcionan blancos jóvenes secos y semisecos de gran éxito. De las uvas Negra y Negramoll obtenemos tintos jóvenes e interesantes crianzas, así como rosados.

Si tenemos en cuenta la endémica escasez de lluvias (hasta 150 mm anuales) y la proximidad a África, es un milagro que se puedan cultivar viñas en Lanzarote. Esto es gracias al trabajo incansable de los pocos enólogos y la acción benéfica de los vientos alisios que traen la humedad del Atlántico.

Vinos de Lanzarote: 2015 y 2016 añadas opuestas. Las condiciones ambientales juegan un papel determinante en la vendimia, con cosechas en muy distintas cantidades.

Los dos últimos son emblemáticos, siendo 2015 el más prolífico de todos los tiempos y 2016 todo lo contrario.

Las bodegas asociadas al Consejo Regulador de la Denominación (constituida en 1993) recolectaron 37.088 q de uva en 2015 frente a solo 6.995 de la cosecha de 2016. El vino embotellado el año pasado fue de 2.370.151 botellas.

kPOR STEFANO ROCCHETTI SOMMELIER ITALIANO DE LA ASSOCIAZIONE ITALIANA SOMMELIER (AIS) | @stefano_rocchetti

Hay formas particulares de cultivo de la vid: los tradicionales hoyos y las modernas zanjas.

Ambos requieren mucho trabajo de construcción y mantenimiento, con altos costos que se reflejan en el precio del vino. El primer método consiste en cavar un hoyo donde se plantan de una a tres cepas, protegiéndose con paredes semicirculares de 50-70 cm de altura.

En plantas más viejas (incluso de 2 a 300 años) la profundidad y el ancho de los hoyos son mayores (a veces sin la protección de las paredes), lo que implica una cantidad limitada de plantas por hectárea.

Algunos hoyos también albergan tres o cuatro ejemplares y pueden producir hasta 80 kg de uva.

Poco menos de 2.000 hectáreas de viñedo en 7 municipios Para aumentar la densidad, más recientemente, especialmente en la zona de Tinajo, se han construido sistemas más densos con muros de protección lineales (sistema de zanjas).

4 las áreas de producción

Hay cuatro áreas de producción principales: La Geria, Masdache, Tinajo y Ye-Lajares.

Uno de ellos es El Grifo (Masdache, localidad de San Bartolomé), fundado en 1775. Más de 60 hectáreas de viñedo en propiedad, además de la compra de uva a unos 300 viticultores de la zona, y una producción de 700.000 botellas al año, 70% blancas de Malvasia volcánica, 25% tintas, especialmente Listán negro y un 5% de vinos dulces a base de Moscatel y Malvasia volcánica.

Otra preciosa bodega de Masdache es Los Bermejos, nacida en el siglo XVIII pero relanzada en 2001 por Ignacio Valdera y José Carmelo González Clavijo. Aquí las plantas, 20 hectáreas de viñedos propios y 250 viticultores colaboradores, están en zanjas, en parte sujetas a mecanización para optimizar el trabajo.

La zona más llamativa es La Geria, cerca del Parque Nacional de Timanfaya salpicado de volcanes, con sus característicos cultivos de hoyos hasta donde alcanza la vista. La Geria fue fundada a finales del siglo XIX y pertenece a la familia Melián desde 1993. La producción anual es de 300 mil botellas de vinos jóvenes, especialmente Malvasía volcánica.

Otro nombre histórico es Bodegas Rubicón, que desde 1979, gracias a Germán López Figueras, se ha desarrollado para ser considerada una de las mejores realidades de la isla.

Unas 18 hectáreas de viñedo en varias parcelas, pero interesante es la zona donde aún existen los grandes hoyos, de hasta 3 metros de altura y casi 300 años, donde aún encuentran espacio los viñedos Malvasía volcánica y Moscatel. La producción media es de 150.000 botellas y las exportaciones del 10%.

Al norte de la isla, la pequeña Bodega Malpaís de Máguez (La Grieta) de Ricardo Socas es famosa porque parte de la producción, mediante jaulas, se sumerge en el Atlántico (a una profundidad de 20 m) donde permanece por 4 meses.

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