Libros peculiares, manuscritos extravagantes y otras curiosidades literarias

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LIBROS PECULIARES, MANUSCRITOS EXTRAVAGANTES Y OTRAS

CURIOSIDADES LITERARIAS EDWARD BROOKE-HITCHING

MMXXI



CONTENIDO Introducción 8 Libros que no son libros 20 Libros de carne y hueso 42 Libros crípticos 64 Fraudes literarios 88 Colecciones curiosas 108 Obras del mundo sobrenatural 138 Rarezas religiosas 166 Curiosidades de la ciencia 192 Libros de tamaño espectacular 214 Títulos extraños 240 Selección bibliográfica 246 Índice 248 Agradecimientos 254 Créditos de las ilustraciones 255


Ilustración de un misterioso manuscrito sobrenatural de hacia 1775 de la colección de la Wellcome Library de Londres, conocido como Compendium of Demonology and Magic (Compendio de demonología y magia) [para saber más, véase pág. 150].


INTRODUCCIÓN «Los libros son faros erigidos en el gran mar del tiempo». Edwin Percy Whipple

A

cababa de cumplir un año cuando mi padre me usó por primera vez de paleta en una subasta. Con un tratante de libros como progenitor, el hogar es una casa hecha de libros, tanto de

manera figurativa como estructural. Cada centímetro de la pared está recubierto de estanterías abarrotadas de encuadernaciones de colores brillantes: un lujoso rojo marroquí (piel de cabra), vitela blanca (cuero de ternero fino), azul marino, verdes selva, oros sólidos, y marrones antiquísimos y malhumorados, todos resplandeciendo en distintos grados de recubrimientos dorados. Además, los libros respiran, exhalando un aroma

libros impresos existentes. Para lograrlo, el equipo

de páginas y cueros añejos, el olor de los siglos,

determinó que haría falta tener una idea de

variando de manera apenas perceptible según

la cantidad de libros que esto supondría. Así

el lugar y la época de origen. Por supuesto, lo

que reunieron todos los archivos que pudieron

romántico de esa atmósfera se desperdicia con

encontrar, desde la Biblioteca del Congreso de

un niño. Al menos al principio. Para cuando tenía

Estados Unidos, WorldCat y varios sistemas

diez años no podía imaginar que existiera algo

de catalogación globales hasta que alcanzaron

menos interesante que los libros viejos. A los

una cifra superior a mil millones. Más tarde, los

dieciocho estaba trabajando para una empresa

algoritmos redujeron este número, eliminando

de subastas londinense, por lo que pasaba cada hora

las ediciones repetidas, microfichas, mapas, vídeos

en su compañía; a los veinticinco, ya perdidamente

y un termómetro de carne que se había añadido

enamorado, estaba sustrayendo presupuesto

a un carné de biblioteca como broma del Día de los

de asuntillos poco esenciales en comparación,

Inocentes hacía largos años. Al final, llegaron a un

como la comida o el alquiler, para nutrir unas

número aproximado de todos los libros disponibles.

pocas estanterías propias. («He conocido a hombres

Según anunciaron, existían 129 864 880 títulos,

que han hecho peligrar sus fortunas —escribió

y se proponían escanearlos todos.

el gran tratante de libros raros estadounidense

Por supuesto, este número aumenta

A. S. W. Rosenbach en 1927—, que han viajado

exponencialmente cuando consideramos todas las

a la otra punta del mundo, olvidado a sus amistades,

obras perdidas a lo largo de la historia, desgastadas

engañado, estafado y robado, todo para conseguir

por el uso, desaparecidas por completo en desastres

un libro»).

naturales (El Tercer Folio de Shakespeare es en

Más o menos al mismo tiempo, al otro lado del

realidad más raro que el Primero, puesto que la

Atlántico, un equipo de Google estaba completando

mayoría se destruyó junto al resto de las mercancías

un cálculo que nadie se había atrevido a realizar

de los libreros en el gran incendio de Londres

antes. La iniciativa Google Books, cuyo nombre

en 1666), y, no hay ni que decir, las destrucciones

en clave era Project Ocean, se había lanzado en

deliberadas, ya sean quemados en grandes piras

secreto ocho años antes, en 2002, con el propósito

(a veces acompañados por sus autores), o, incluso,

de conseguir y digitalizar un ejemplar de todos los

como en el caso de dos millones y medio de novelas

Introducción

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LIBROS QUE NO SON LIBROS

E

n Historia (4.131.12), Heródoto cuenta cómo el rey persa Darío

invadió Escitia (ahora mayormente Kazajistán y el sur de Ucrania)

hacia 513 a. C., y envió un mensaje para exigir la rendición de su gobernante, Idantirso. Como respuesta, un heraldo escita hizo llegar un pájaro, un ratón, una rana y cinco flechas. Cuando los persas preguntaron qué significaba aquello, el mensajero les dijo que tendrían que averiguarlo ellos mismos y se marchó. Los persas se rascaron la cabeza. Darío decidió que significaba la sumisión de los escitas que estaban «rindiéndose ellos mismos, su tierra y su agua ante él». O, se preguntaron sus consejeros, si Darío no volaba como un pájaro, se escondía como un ratón o huía al agua como una rana, ¿serían las flechas una amenaza de guerra? Resultó que los escitas les habían planteado sus intenciones de desafiarlos, pero lo más interesante es la manera tan inusual de hacer llegar el mensaje.1 Cuando usamos la palabra «libro» nos referimos específicamente al formato de códice, por ejemplo, fajos de papeles (hojas dobladas) unidas y apelotonadas dentro de algún tipo de contenedor protector. El objetivo de este capítulo es echar la vista atrás para ir más lejos y examinar con mayor amplitud hasta hallar formatos literarios más allá de la simple definición del códice, desde

1 Para no dejar la historia a la mitad, Heródoto informa de que los guerreros escitas se encontraron con las fuerzas de Darío en el campo de batalla poco después, pero que cuando se colocaron, «un conejo corrió entre ambos ejércitos y todos los escitas que lo vieron comenzaron a perseguirlo». Darío preguntó a qué se debía aquella conmoción y le dijeron que el enemigo estaba ignorando la batalla para dar caza a un conejo. Encontró aquel comportamiento de una locura preocupante, y les dijo a sus consejeros: «Estos hombres nos desprecian mucho [...] tenemos que planear minuciosamente cómo vamos a salir con vida».

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Chaqueta de lino bordada de Agnes Richter (1844-1918), una costurera encarcelada en el Hospital psiquiátrico de Heidelberg en 1893 hasta su muerte, veintiséis años más tarde. Bordó fragmentos biográficos en la tela como: «No soy grande», «Deseo leer», «Me precipito de cabeza al desastre», aunque la mayor parte del resto de su escritura es indescifrable.

Libros que no son libros

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LIBROS CRÍPTICOS

Y

a en el siglo xvi, la práctica de usar zumo de limón como tinta invisible y calentarla después para hacer aparecer el mensaje era de sobra conocida, y también el sustitutivo árabe de savia

de árbol. Un académico polímata italiano llamado Giambattista della Porta (1535-1615), apodado «profesor de secretos», se dedicó a inventar una técnica nueva para pasar mensajes secretos a sus amigos encarcelados por la Inquisición española. Se percató de que los guardias desarmaban y registraban cualquier objeto que se introducía en la cárcel excepto los huevos. Así que della Porta inventó una manera de escribir en un huevo por debajo de la cáscara sin romperlo. Elaboraba tinta con una onza de alumbre (un compuesto incoloro que se usa para teñir y curtir) y una pinta de vinagre. Al escribir directamente en la cáscara, la solución química empapaba esta superficie porosa hasta llegar a la clara del huevo al otro lado. Cocer el huevo hacía que la sustancia química reaccionara y, al pelarlo se revelaba el mensaje en la clara del huevo duro.

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Esta forma particular de comunicación secreta,

sustancias orgánicas, se vuelve visible al calentarla,

en la que uno camufla a propósito la existencia

ya que el carbón en la tinta se quema. (Por eso, en

del mensaje, se conoce como esteganografía y se

una urgencia, puede lograrse el mismo efecto con la

retrotrae con mucha anterioridad a los huevos de

orina). En 1641, el obispo John Wilkins recomendó

della Porta. Plinio el Viejo escribió en el siglo i

zumo de cebolla, alumbre y sales de amoniaco,

cómo la «leche» de la planta tithymalus podía

aunque hay que asegurarse de añadir «zumo de

usarse como tinta invisible. Igual que muchas

luciérnagas destilado» para que sea luminiscente.

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Superior: para demostrar lo impenetrable que podía ser un texto gótico, los escribas del siglo xiv usaban esta frase en un latín inventado: Mimi numinum niuium minimi munium nimium uini muniminum imminui uiui minimum uolunt, cuya traducción es «Los mimos más bajos de los dioses de la nieve no desean en absoluto que, mientras vivan, se aligere la gran carga de [distribuir] el vino de las paredes».

Heródoto también afirma en Historia que fue este arte encubierto el que frustró una conquista persa de Grecia. Mientras Jerjes comenzaba a reunir fuerzas, un griego exiliado llamado Demarato que vivía en la ciudad persa de Susa se enteró del plan de invasión y empezó a preguntarse cómo podía hacer llegar una advertencia a su patria. Lo consiguió «rascando la cera de un par

En la antigua China, los mensajes demasiado largos

de tablillas plegables y escribiendo en la madera de

o complicados para memorizarlos se escribían

la parte de inferior lo que Jerjes pretendía hacer y

en seda, luego se enroscaban en una bola apretada

después volviendo a cubrir el mensaje de cera. De

y se cubrían de cera. Después se escondían entre las

esta manera, las tablillas, que parecían estar en blanco,

pertenencias del mensajero, o más comúnmente,

no causarían problemas con los guardias del camino».

dentro de este: ya fuera metiéndoselo por la boca

Los griegos encontraron el mensaje de Demarato

o por lo que llamaremos la ruta alternativa. Gracias a Heródoto conocemos dos casos de escritura oculta en la antigüedad. El primero es la historia de Histieo, un tirano griego que en el año 499 a. C. hizo llegar un mensaje a Aristágoras de Mileto para que comenzara una rebelión contra

Inferior: tablillas de madera para escribir del Egipto bizantino de entre 500 y 700, del tipo que llevó Demarato para advertir a los griegos del plan de invasión persa. La parte exterior de las tablillas se recubrían de cera, en la que se escribía con un puntero de madera.

el rey persa Darío I. Histieo rasuró la cabeza de su esclavo de confianza, tatuó el mensaje en su cuero cabelludo y, cuando volvió a crecerle el pelo, envió a su mensaje humano.

Página anterior, izquierda: Giambattista della Porta, en un retrato de su obra De humana physiognomonia (1586). Página anterior, derecha: tabla con un volvelle criptográfico (rueda de papel) De Furtivis Literarum notis («Sobre la escritura secreta») de della Porta, 1563. Además de su truco de la escritura invisible en un huevo, en el libro, della Porta explica cómo esconder un mensaje en el filo de una baraja de cartas.

Libros crípticos

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MÁQUINAS DE ESCRIBIR PECULIARES Izquierda: una máquina de escribir de 1976 de la Nippon Keieiki Company con varios miles de lingotes de impresión estampados individualmente con caracteres de kanji (uno de los grupos de ideogramas de los tres que se usan en el japonés escrito).

Inferior: la máquina de escribir Victor, patentada en Estados Unidos en 1889. Igual que la Mignon, utilizaba un índice (semicircular en este caso) con un puntero y una tecla de intro.

Superior: en 1896 entró en el mercado la única e inigualable Lambert, una favorita de los coleccionistas. Para teclear había que hacer rotar el disco hasta la letra correcta y presionarlo, con lo que disco entero se reclinaba hasta hacer contacto con el papel.

Derecha: la máquina de escribir AEG Mignon modelo 4, la madre de todas las máquinas de escribir con índice. Apareció en 1905 y siguió siendo popular hasta su último año de producción, 1934. El operario movía el puntero hasta la letra deseada en la carta de índice intercambiable y pulsaba la tecla intro. Con un poco de práctica, los operarios conseguían de media cien caracteres por minuto.

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Libros peculiares, manuscritos extravagantes y otras curiosidades literarias


Superior: la máquina de escribir música de Keaton, patentada en 1936 por Robert H. Keaton de San Francisco, California; permitía la copia de notas musicales rápidamente y en gran cantidad. Derecha: la bola de escribir de Hansen, una rara máquina de escribir adelantada a su tiempo que se inventó en Dinamarca en 1865, y la primera que se produjo comercialmente. Ese distintivo diseño incluye cincuenta y dos teclas y un enorme hemisferio de latón, con las vocales a la izquierda y las consonantes a la derecha.

Colecciones curiosas

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CURIOSIDADES DE LA CIENCIA

U

no de los académicos de la ciencia más grandes que ha conocido el mundo en su historia fue Galeno (h. 129-216). Este médico griego viajó y estudió ampliamente antes de instalarse

en Roma y producir numerosos trabajos escritos, para, por último, conseguir el puesto de

médico personal de varios emperadores. También es una mina de oro en lo que a curiosidades literarias se refiere. Galeno tenía muchas teorías extrañas que sobrevivieron demasiado tiempo. En parte, se originaron por el hecho de que, en aquella época, la ley romana prohibía la disección y la autopsia de los cadáveres humanos, y, por tanto, sus escritos sobre el cuerpo están basados en la disección de cerdos, macacos de Berbería y otros primates, y asumió alegremente que su anatomía era sobre todo similar a la de los humanos. Gran parte de su ciencia, expuesta en obras como Ars Medica («Artes de la medicina») y De naturalibus facultatibus («Sobre las facultades naturales»), se basaba en la teoría de los «humores», que consideraba que el cuerpo y la mente estaban dominados por cuatro químicos internos: bilis negra, bilis amarilla, sangre y flema, un sistema cuyo primer uso en el campo de la medicina se suele atribuir a Hipócrates (h. 460-370 a. C.). Galeno estaba fascinado, en particular, por el

perro. En un suceso distinto, en la correspondencia

sistema circulatorio. La sangre, escribió, es consumida

con Robert Boyle en 1666, descubrimos que el

constantemente por el cuerpo, y reemplazada

médico de Cornualles Richard Lower (1631-1691)

por nuevos suministros que se crean en el hígado,

se inspiró para inyectar sopa en las venas de los

para circular por dos sistemas de flujo sanguíneo

perros para ver si los nutría. Sin inmutarse ante

distintos. (La historia también nos cuenta que la

los fracasos instantáneos de estos experimentos,

fascinación de Galeno por el sistema respiratorio

Lower decidió transferir sangre de un cordero

se originó en los comienzos de su carrera como

a un voluntario lunático llamado Arthur Coga cuya

jefe de los médicos de los gladiadores en Pérgamo,

mente estaba «un poquitín demasiado caliente»,

donde veía los corazones latiendo de los luchadores

creyendo que el paciente se curaría porque

mientras caían moribundos).

«la sangre de oveja tiene poder simbólico, como la

De hecho, el descubrimiento del sistema

sangre de Cristo, puesto que Cristo es el Cordero

circulatorio no tendría lugar hasta siglos más tarde

de Dios». De algún modo, Coga sobrevivió al

gracias a William Harvey, que lo publicó en sus

experimento, con su locura intacta.

Exercitatio anatomica de motu cordis et sanguinis

Pero volvamos a Galeno, que también escribió

in animalibus («Sobre la circulación del corazón

que los poros de la piel se bloqueaban con las

y la sangre»), de 1628. Esto inspiraría una serie

partículas de hollín humeantes que generaba la

de curiosos episodios científicos. Sir Christopher Wren, más famoso por su diseño de la catedral de San Pablo, tuvo la inspiración de poner a prueba la afirmación de Harvey disolviendo opio en vino e inyectando la solución en la vena ligada de un

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Libros peculiares, manuscritos extravagantes y otras curiosidades literarias

Página siguiente: de la Encyclopédie de Diderot (1751-1766), una lámina de un esqueleto usada como papel por un abogado italiano del siglo xviii con sentido del humor: las notas escritas son registros de últimas voluntades y testamentos redactados para sus clientes.


Curiosidades de la ciencia

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El libro más pequeño del mundo (2002), creado en Leipzig por el tipógrafo alemán Joshua Reichert.

Old King Cole (1985), de 12 páginas, publicado por la escocesa Gleniffer Press. Con unas medidas de 1 × 1 mm, sus páginas solo pueden hojearse con la ayuda de una aguja.

para el Dantino, una edición en miniatura de 1878 de la Divina Comedia de Dante, pero el proyecto estuvo eclipsado por el hecho de que «el ojo de la mosca» era tan dolorosamente diminuto que

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Bloem-Hoffie Door

dañó la vista de su compositor, Giuseppe Geche, y

(«Jardincito de flores»),

otros que estuvieron involucrados en su impresión.

por ejemplo, es una

Cada pliego de treinta y dos páginas requería

colección de poesía de

un mes entero de trabajo riguroso, por tanto,

veinticinco páginas impresa en 1673 en Ámsterdam,

el resultado final de quinientas páginas con

gracias a Benedikt Smidt a la edad de veintitrés

14 323 versos del poema en un libro que mide

años para presumir de sus habilidades. Con una

4,5 cm era un logro gigantesco, además de peligroso.

placa de texto de solo 7×13 mm, esta pequeña

Se recomienda el uso de lentes de aumento, pero

obra fue el libro más diminuto del mundo durante

incluso así es bastante incómodo de leer.

doscientos años, aunque cambió en 1819, cuando el

A lo largo del siglo xx, los libros en miniatura

impresor francés Henri Didot creó una tipografía

mermaron hasta lo imposible, comenzando con una

todavía más diminuta, de tipo de 2,5; era tan

edición encuadernada de Omar Khayyam publicada

minúscula que tuvieron que inventar un molde

para uso privado por Charles H. Meigs de Cleveland

nuevo, el polyamatype.

en 1900. El ejemplar mide aproximadamente

Más de cincuenta años más tarde, para delicia

la cuarta parte del tamaño de un sello postal, tan

de los optometristas locales, los hermanos Salmin de

pequeño que es ilegible a simple vista. Un ejemplar

Padua, Italia, trabajaron con un equipo de ingenieros

se engarzó en el engaste de un anillo grabado.

para inventar una tipografía microscópica ahora

Y ninguna microbiblioteca moderna estaría

infame a la que denominaron carattere a occhico di

completa sin el libro más pequeño del mundo,

mosca, «ojo de mosca». Se usó por primera vez

titulado El libro más pequeño del mundo (2002),

Libros peculiares, manuscritos extravagantes y otras curiosidades literarias


impreso en Leipzig, Alemania, por el tipógrafo

de personajes de la historia de Nikolai Leskov

Joshua Reichert para conmemorar la obra

llamada Relato sobre el zurdo bizco de Tula y la

de Johannes Gutenberg. Con unas medidas de

pulga de acero (1881). La historia habla de tres

2,4 × 2,9 mm, se trata del libro más pequeño del

maestros del grabado rusos que superan a sus

mundo publicado, y cada página contiene una letra

rivales británicos creando unos zapatos inscritos

del alfabeto diseñada de una manera específica;

para una pulga mecánica. Al inscribir los nombres

se vendieron trescientos ejemplares por alrededor

de los tres maestros en un microlibro más pequeño

de cien libras, pero cuidado si encuentra uno.

que el propio zapato de la pulga, Aniskin los

Cuando adquirí un ejemplar de un comerciante

derrotó a todos con su ingenio.

alemán en una feria del libro hace algunos años me contó como advertencia una anécdota de una de sus colegas que, al examinar su propio ejemplar, había cometido el error de respirar, y se vio obligada a pasar la tarde entera de rodillas con una lupa registrando las tablas del suelo en busca de un libro del tamaño de un grano de pimienta. A partir de aquí, el asunto se vuelve cada vez más ridículo. En 2007, en el Nano Imaging Laboratory, en la Universidad Simon Fraser de Vancouver, Columbia Británica, Canadá, se inscribió el relato original de Malcolm Douglas Chaplin, Teeny Ted from Turnip Town («una fábula sobre la victoria de Teeny Ted en el concurso de tulipanes de la feria anual del condado») en treinta microtablas de silicona cristalina que medían 0,07 × 0,1 mm, para lo que se empleó un haz de ionio de galio, y costó quince mil dólares. El editor Robert Chaplin creó un «nanolibro» en 2007 con la ayuda de los científicos de la SFU Li Yang y Karen Kavanagh. Teeny Ted... tiene incluso su propio número de ISBN, pero haría falta un escáner de electrones para leerlo. Un admirable esfuerzo posterior fue el del físico ruso Vladimir Aniskin en 2016. Con un patrón de litografía y un espray creó letras metálicas de un tamaño de 15 micrómetros. Aniskin escribió tres nombres

Derecha superior: Karen Kavanagh y Li Yang, de la Universidad Simon Fraser, posan junto al monitor con Teeny Ted from Turnip Town en 2007. Derecha inferior: microlibro Levsha («Zurdo») del físico Vladimir Aniskin.

Libros de tamaño espectacular

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