175 2009

Page 38

T E S T I M O N I O

Mucha fe y devoción hace falta para tremendo gasto. Todo un año de trabajo. ¿Por qué se celebra la octava? Es la tarea que les ha dejado la profesora de Puerto Carlos, oficialmente Punkiri Chico. Por separado o en grupo, a cualquier hora y en cualquier sitio te vienen a consultar. A todos les respondo: como el día de la fiesta, el 9 de junio, todos quieren estar en su santuario, aquí lo celebran a los 8 días, el 16 con su víspera el 15 y la despedida el 17. La otra pregunta que les ha dejado es: ¿Cómo se llama el padrecito? Esa me la sé bien, Pablo Zabala, con zeta y be de burro. Pablo Zabala come y embala. Hay que repetir. Y ¿qué más? Martínez, Azcona, Sesma, Goñi, Ursúa, Landa, del Río. Como hay mucho ruido no hace falta alargar. De todas formas arrugan el hocico, apellidos raros, con lo bonitos que son Quispe, Allcahuamán, Kentehuari, Cusichinari, Borihua, Jomanga, Morimo…El 15 a las 3 de la tarde comienza el programa con la recepción de ofrendas. Para las 2 me avisan que saldrán los de las danzas de Colorado. Hasta me lo creo. Antes hay que almorzar, padrecito. Bendíganos el estandarte y los componentes del nuevo grupo de Tinkus. Faltan los mayordomos. Al fin "Coco" da la orden de arrancar y paseamos por las calles en busca de los invitados, en cabina los alberados, algo apretados, pero con la teoría de culo adelante, culo atrás, vamos acomodándonos. En cubiertas la carga y danzantes a lo que quepa. Llegamos a las 4,30 pero todavía a tiempo. Están vistiendo el gran cuadro sobre las andas. Un manto por detrás y un faldón pegado al cristal a la altura correspondiente del cuerpo del Señor. También el anda chiquita, la originaria de tanta fiesta. Entre un bosque de flores emergen los enormes velones de diversos tamaños y colores. Empiezan a iluminar y chorrear parafina. En los veleros los devotos van prendiendo sus velitas de siempre. Es hora de cenar y para las 7 retornamos para la primera misa de vísperas. Los movimientos se hacen en procesiones ordenadas, cada danza danza a ritmo de su orquesta o banda a casa de su mayordomo respectivo. Yo me quedo en Doña Angélica, la más cercana. Una mesa de 15 metros, hecha de tablones sobre tucos de troncos, así como los bancos se refugian bajo el plástico que sostienen unas cañas y tapan unas hojas de chapaja. Ahí se acomodan los danzantes y orquestas y gente menuda. Para los gordos nos tienen reservado un local contiguo, al que le han sacado la pared frentera. La mesa en forma de U acoge a todos los mayordomos invitados y toda la gente amiga. Procuro no tomar la chicha, que el año pasado me provocó una vomitera y cagalera que todavía hoy es noticia.

38


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.