Bueno, los alejados no son los que viven en las cabeceras de los ríos. Los alejados son sus representantes, desde las primeras a las últimas organizaciones, que dicen velar por sus derechos, hasta llegar a los padres de la Patria que siguen pensando que en Perú todo es plano como la costa. Lo primero que debe regalarse a una autoridad, no es una computadora, un carro y un piso en la ciudad, sino una mochila para él y todo su amplio equipo de asesores, incluídas las domésticas de sus señorías; y comiencen sin pèrdida de tiempo a visitar los lugares más remotos donde están las verdaderas urgencias y los que pusieron en ellos la esperanza de salir de sus grandes calamidades.
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