SUPING Magazine #23

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JUNIO

2017 | #23 Competición

Río de Janeiro

Isla Fanning

Hamburgo

Antonio Ceballos

Nos ponemos al día con el EURO Tour en Hossegor y Donosti

De SUP Trip por algunas de las playas más emblemáticas

Una verdadera historia de un viaje a una isla perdida

SUP Turismo en ciudades como nueva forma de viajar

La fotografía de surf desde los ojos de un poeta del mar






MASPALOMAS · GRAN CANARIA INFO@2NDREEF.COM


Tú escuela de SUP

en las Islas Canarias Siam Park Foto : Gwe n Mar che / Lug ar:


EDITORIAL

Me gusta ser agua Creo que sabéis de lo que hablo si os cuento que lejos del mar no soy la misma persona. Desde hace años y cada vez más, este líquido magnético me atrae irremediablemente y no le opongo resistencia. Quiero estar en suspensión, ingrávida entre sus partículas, deslizarme por dentro y mirar como los rayos de luz viajan dibujando líneas hacia las profundidades.

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Quiero acariciar la superficie bajando esas montañas de agua mientras veo pasar el fondo bajo mis pies. Quiero oír los chasquidos de los corales y los cantos de ballena, sentir las turbulencias y la fuerza de las ondas que han viajado miles de kilómetros por la superficie de los océanos para después deshacerse en la orilla para siempre...


Jaime Andrés Castro

Me siento en la tabla y miro hacia la costa donde todo sigue su ritmo. Mientras, floto distraída. Filosofando y embriagada por el balanceo, veo llegar las sonrisas de mis amigos, seguidas de sus caras, que llegan al line up después de pillar una ola.

Empiezo a sentir el océano como un todo con vida propia, un todo en perfecta armonía del que muchos de nosotros, en cierto modo, ya somos o nos sentimos, parte de él.

Siento tal felicidad que sé que en el agua es donde quiero estar, mi lugar, donde soy feliz. Donde soy yo.

SUPING Magazine

Keep SUPING

Amanda Beenen, María Andrés


ÍNDICE

14. 22. 32. 38. 46. 66. 84. PORTADA

Competición: EURO Tour Hossegor. Competición: EURO Tour Donosti. Hamburgo, turismo de ciudad con el SUP. Río de Janeiro, las playas de las canciones. Perdidos en la Isla Fanning. Paulina Herpel en Peniche. Arte: La fotografía de Antonio Ceballos. Manu Bouvet

Pierre Bouras

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Pierre Bouras

Manu Bouvet


STAFF EDICIÓN

Emilio Galindo María Andrés FOTÓGRAFOS

Euro Tour, Flash Bros, Phil Schereyer, Michael Fertig, Toby Bromwich, Pierre Bouras, Dan Petermann, Jairo Diaz, Antonio Ceballos, Manu Grafenauer. COLABORADORES

Euro Tour, Connor Baxter, Fernando Ibarreta, Valentin Böckler, Colleen Carroll, Carine y Manu, Paulina Herpel, Antonio Ceballos. ¿QUIERES COLABORAR?

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Antonio Ceballos


COMPETITION... Hossegor Paddle Games

La 4ª parada del EuroTour 2017 Euro Tour, Connor Baxter

Gwen Marche, Georgia S Photography

El cuarto evento del EuroTour, ofrecido por F-One, tuvo lugar en Hossegor, Francia, los días 27 y 28 de Mayo. En la primera edición de este evento había mucha expectación para ver a los riders internacionales y europeos en lo que sería el SUP racing más competitivo hecho hasta la fecha en Europa. La competición empezó la tarde del sábado, con la larga distancia. Empezaba en la playa central y acababa en el lago del Park Henry’s en Hossegor. La carrera fue una de las más entretenidas este año, con una mezcla de olas, corriente y agua plana, que la convirtieron en un auténtico reto durante sus 12km. Sonni Hönscheid y Connor Baxter se hicieron con la victoria. 14

Connor nos cuenta: “El primer día empezamos con la larga distancia, que empezó en el mar y terminó en agua plana en un río.

La parte más difícil en esta carrera fue la elección de tabla, no sabía si coger la All-Star para entrar y salir por las olas o coger la Sprint para esa parte final en agua plana.



En el último minuto decidí coger la Sprint, así tendría una tabla rápida y fácil para la llegada, que ya sabía que iba a ser un sprint por la playa. Nos alineamos todos en la salida, y como siempre, quería tener una salida perfecta para librarme del lío con los otros riders. Fui capaz de coger la primera boya entre los primeros cinco competidores, y luego me puse en cabeza asegurándome de que nadie me pudiese sacar de ahí. Había algún que otro choppy, pero no lo suficiente como para aprovecharlos y abrir brecha entre mis perseguidores. Me adapté el ritmo sabiendo que iba a ser una carrera larga, y que necesitaba reservar una marcha más para el sprint final. Una vez 16

que rodeamos la boya de ceñida, Michael, Titou y yo empezamos a tirar y a abrir hueco con el resto. Hicimos un giro rápido a la izquierda para encaminarnos hacia la desembocadura del río, y Titou pudo apañar un par de choppys para sacarme algo de ventaja, mientras que yo ponía tierra de por medio con Michael. Subiendo por el río había un par de zonas que tenían algo de corriente, y en una de esas bajé la guardia y me fui al agua. Derivé un poco y Titou tenía ya una buena ventaja. Una vez que el río se ensanchó y que se quedó el agua súper plana, Michael me recortó distancia. Nos miramos los dos y sabíamos perfectamente lo que teníamos que hacer, así que empezamos a remar fuerte y con paladas cortas. Poco a poco nos fuimos acercando a Titou.

Rápidamente nos dimos cuenta de que teníamos a otros dos detrás, así que todos fuimos remando juntos a muy buen ritmo. Tomamos la última boya al final del río y nos dirigimos directamente a la meta. De alguna forma Bruno se acercó muchísimo a nosotros a mitad de camino, así que éramos ya cinco esprintando hacia la línea de meta. Me preocupé de tener la mejor trayectoria y posición para el sprint final a la playa. Hice el primer movimiento y empecé a esprintar desde muy lejos, sabiendo que podía mantener a los demás a raya. Me sentía como a punto de vomitar y el cuerpo me dolía del esfuerzo, pero me decía a mí mismo que no abandonase, que lo tenía que dar todo.


“I felt like throwing up and my body was hurting, but I kept telling myself Never Give Up. So I didn’t let off the throttle and kept it in full blast all the way up the beach in first place”.


“Al!”

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Así que no dejé de pisar el acelerador y fui a fondo hasta que llegué a la playa en primera posición.

La Beach Race empezó finalmente por la tarde, con uno de los recorridos más complicados hasta la fecha en el EuroTour.

Estaba contentísimo de acabar primero en la larga distancia, sabiendo que el día siguiente era la carrera en las olas y que me encantan estas carreras técnicas entre olas. Me di un pequeño festín en la cena y fui directamente a la cama para estar descansado al día siguiente”.

Connor dominó de nuevo y Olivia Piana lo dio todo para ganar la Beach Race, y casi ganar también el overall. Al final fue para Sonni.

En la mañana del domingo, la niebla hizo su aparición, obligando a los jueces a posponer la Beach Race, pero poniendo mientras sobre la mesa las actividades para los amateurs. Los espectadores se lo pasaron bomba con las carreras en los SUP xl. Era toda una locura verlos entre las olas. 20

Connor: “Al día siguiente hubo una niebla muy densa, ni si quiera podíamos ver el agua desde la playa. Tuvimos que esperar que se disipara, y también a la marea, así que no empezamos la carrera hasta las 15:30. Era un recorrido de dos vueltas y media que iba entrando y saliendo por la rompiente. Cogí un lugar muy bueno en la línea de salida y respiré hondo un par de veces antes de que sonara la bocina.

Tan pronto como escuché la bocina, salí corriendo playa abajo y salté sobre la tabla. Esprinté súper fuerte para escabullirme de la rompiente rápido y llegar a aguas más tranquilas, así me quedaría más tranquilo en el giro de la primera boya.

“Al final salí de ese primer giro en quinta posición, pero me aseguré de estar cerca de los que iban en cabeza, así cuando empezáramos a estar cerca de las olas para surfear, me aseguraría de coger la misma que ellos”.


Tomamos la siguiente boya y empecé a coger pequeñas ondulaciones para colocarme primero. Salió una ola muy pequeña en la que nos montamos Michael, Titou y yo. Teníamos mucho espacio para entrar a la boya de la playa y tirar fuerte de nuevo hacia la rompiente. No fue hasta el final de la primera vuelta hasta que pudimos coger una ola Michael y yo que nos puso por delante de Titou. Así que eso nos dejaba primero y segundo en una fase temprana de la carrera. Nos ocupamos luego de trabajar juntos para mantener el liderato. Sabía que podía ganar el overall simplemente jugando sobre seguro y estando cerca de Michael.

Hicimos la segunda vuelta con un buen ritmo y también tuvimos suerte en la sincronización con las olas. Ya en la última media vuelta empezamos a remar un poco más fuerte para asegurar la posición.

¡Os iremos contando que es del EuroTour en los próximos eventos en las Islas Canarias, Finlandia y el Reino Unido!

OVERALL MEN’S:

Antes de la última boya, cogí una ola pequeña que me dio ventaja. Aproveché esa ventaja y remé a fondo para mantenerme ahí. Michael iba justo detrás mío, y para mi fortuna, dejó pasar una ola que yo si cogí y me hizo posible ganar de nuevo, la Beach Race, ¡y el overall!

1. Connor Baxter 2. Michael Booth 3. Titouan Puyo

OVERALL WOMEN’S:

Corrí por la playa exultante de alegría, pese a tener en la cabeza que el título del Euro Tour todavía está por decidir.” La ceremonia de clausura se hizo a continuación, con los podios y la entrega de trofeos en el precioso lago de Hossegor.

1. Sonni Hönscheid 2. Olivia Piana 3. Candice Appleby


COMPETICIÓN... Donosti Euro Tour La 7ªparada de 2017 Fernando Ibarreta

EURO Tour

El fin de semana del 17 y 18 de Junio se celebró en Donostia-San Sebastián la séptima prueba del calendario del Euro-Tour SUP, donde el espectáculo ofrecido por los mejores atletas del momento fue increíble. El Sábado 17 dio el pistoletazo a la competición con el inicio de la carrera de élite y amateur, donde participaron casi 100 SUPers. En la carrera estelar el pique estaba servido, los puntos iban a valer oro puro y la verdad es que acabó sin defraudar a nadie. El recorrido era más que exigente: la salida estaba montada en la Playa de La Concha, se salía mar a dentro dando la vuelta al Paseo nuevo (ladera del monte Urgull) donde el rebote 22

de las olas y el mar agitado, pusieron a prueba la estabilidad de los participantes. Luego se entraba en el Río Urumea, donde se vieron unas series de olas absolutamente deliciosas. Más tarde tuvieron un pequeño descanso dentro del cauce del Río durante 2 kilómetros, pero no sabían que les esperaba lo mejor: no sabemos si para ellos, pero sí para los espectadores, que alucinaron con las olas de la



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Mítica Playa de La Zurriola. Después de la titánica lucha con las olas, pasaron mar adentro para enfilar la proa hacia la Isla de Santa Clara y volver a la Bahía de La Concha. Desde un principio se vio que los favoritos se iban a dejar más que la piel remando, el grupo formado por Michael Booth, Connor Baxter, Bruno Hasulyo (fantástico el húngaro), Tituan Puyo (anterior ganador), Trevor Tunnington y Mo Freitas, remó siempre muy compacto. Llegaron a las olas de la Zurriola en grupo pero en la doble virada que tenían que hacer en la Playa se montó la bacanal. Connor, Bruno, Trevor y Mo cogieron cierta ventaja; con Michael pisándoles los talones y Tituan algo más rezagado debido a las dificultades que tuvo al remontar las olas. 26

Pero el australiano apretó los dientes, se acercó al grupo y camino a la isla dio un latigazo al que nadie pudo contestar.

“Connor y Bruno le intentaron dar caza, pero el pequeño y fornido Michael dijo hasta luego, y supo mantener un minuto de ventaja para entrar en la Bahía donostiarra en olor de multitudes como el mejor SUP racer del cantábrico.

Parece que a Connor se le atraganta Donosti, pero hay que reconocer que hizo un carrerón, como el amigo Bruno, no nos podíamos imaginar que un húngaro se desenvolviese tan bien en tales condiciones. Mención especial para Tituan, que habiéndose quedado muy rezagado en las turbulencias de la Zurriola, hizo una travesía espectacular y dio caza en los últimos metros al bueno de Trevor, el más valiente de Nueva Zelanda. En féminas el pronóstico se cumplió y la francesa Olivia Piana no defraudó, ganó prácticamente desde el pistoletazo de salida. El pique estuvo entre la catalana Susak Molinero y la americana Seychelle Hattingh, después de un férreo marcaje mutuo, la


“En féminas el pronóstico se cumplió y la francesa Olivia Piana no defraudó, ganó prácticamente desde el pistoletazo de salida”.


balanza se decantó por el empuje de la simpática catalana. Todos, sin excepción, alabaron el recorrido. No había respiro ni tregua a las diferentes técnicas de remada, hubo de todo: tranquilidad (bahía y río), rebote, mar agitado, y sobre todo, olas por doquier. El tiempo además acompañó en los dos días, con un sol espléndido y apenas viento, pero hubo mar de verdad, como nos gusta a los del norte. El domingo se celebró una jornada dedicada a los niños, hicieron su carrera a la isla y volver, con todas las estrellas que habían brillado el día anterior en la Bahía animando y haciendo diabluras con la tabla. 28

Como dijo el campeón español Pepe Oltra, esta carrera va a ser la Behobia-San Sebastian del SUP y el que no la haga se pierde una de las competiciones más divertidas y exigentes del calendario. ¡Si quieres un racing de verdad prueba la Donosti – Euro Tour, no te va dejar indiferente! ¡Seguro!

RESULTADOS HOMBRES: 1. 2. 3. 4. 5.

Michael Booth Connor Baxter Bruno Hasulyo Titouan Puyo Trevor Tunnington

¡Larga vida al SUP!

RESULTADOS MUJERES:

Este evento está organizado y producido por el C.D Fortuna, club con más de 100 años de historia organizando eventos deportivos de todo tipo, pero reconocido internacionalmente por la carrera pedestre Behobia-SS.

1. 2. 3. 4. 5.

Olivia Piana Susak Molinero Seychelle Hattingh Susanne Lier Cyara Palenzuela



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Hamburgo

Turismo urbano en SUP Valentin Böckler

Flash Bros, Phil Schereyer, Michael Fertig

El joven cineasta alemán Valentin Böckler, apasionado del SUP y windsurfista profesional, nos propone una escapada diferente de lo que solemos pensar hacer con nuestra tabla; un paseo de turismo urbano con el SUP en una de las ciudades europeas con más encanto, Hamburgo. Nos presenta su iniciativa y nos descubre una forma de conocer ciudades con presencia fluvial o canales que cada vez se está haciendo más popular y que nos aporta una visión más completa del entorno que visitamos. Para los que viajan por centro Europa en furgoneta, la tabla inflable es sin duda un juguete al que se le puede dar bastante uso aun estando alejados de la costa. Cuando tenía seis años mis padres se mudaron al norte de Alemania, donde tuve mis primeros contactos con los deportes de agua. Vivíamos cerca de Hamburgo, que es definitivamente la ciudad más bonita de Alemania. Con 1,8 millones de habitantes, el segundo puerto más grande la de unión europea y más de 2500 puentes, es un lugar de lo más diverso. Recorriendo la ciudad hay numerosos ríos y canales, perfecto para disfrutar la ciudad desde tu SUP. 32

En Alemania, el Stand Up Paddle está creciendo y creciendo desde hace unos años, yo fui unos de los primeros en participar en las Word Cup de Hamburgo. Todo el mundo quería probar esas tablas largas y remar de pie. Por aquel entonces trabajaba en una tienda de surf, y me di cuenta del verdadero potencial de este deporte en la ciudad. Hice por primera vez un tour de Hamburgo por los canales, nunca la había visitado desde esta perspectiva tan distinta.



“Empezamos por Vierlande, al sur, es la zona de cultivos y jardines, hogar de floristas y agricultores, te olvidas por completo de estar en una ciudad, es relajado y el silencio es envolvente�.

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Ahora, siete años después y con un par de amigos más, repetimos la experiencia y nos vamos de paseo con nuestras tablas y los ojos bien abiertos. Empezamos por Vierlande, al sur, es la zona de cultivos y jardines, hogar de floristas y agricultores, te olvidas por completo de estar en una ciudad, es relajado y el silencio es envolvente. A continuación pasamos por el Dover Elbe, al costado del río más grande, el Elba. Dover Elbe es el mejor río para para remar relajado y visitar la parte verde de Hamburgo, sin demasiado tráfico fluvial y con aguas mansas. Terminamos este recorrido en plena puesta de sol, todo está dorado a nuestro alrededor. 36

En la siguiente etapa nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, a Berliner Tor, en Hammerbrook. En estas aguas se respira paz, remas junto a estilosos barcos habitados.

“ Aquí puedes atracar en lo que sería el McAuto pero para los que vamos flotando, ¡el McBarco! “

Por esta zona además puedes apuntarte a entrenamientos de fitness en SUP con Sportalive Hamburg.

La última parte de nuestro recorrido es en realidad la más larga, nos vamos por el Hamburg Alster, otro río que atraviesa la ciudad y desemboca después en el Elba. En este área puedes remar por todos lados tranquilamente hasta llegar a la zona norte de Eppendorf, donde te cruzarás con barquitos turísticos y con otras personas remando también en SUP. Aquí el tema Stand up Paddle se está volviendo muy popular, solo en la zona norte ya hay como cuatro puntos en los que puedes alquilar tabas. ¡El SUP ya está muy arraigado en Hamburgo! Hacia el este llegas al Hamburg City Park Sea, que es una ruta preciosa que recorre


diferentes estilos de arquitectura, pasando por algunos cafés para llevar desde el río. De vuelta por Hamburg Alster tendrás la mejor vista del horizonte de la ciudad. Continuando hacia Binnenalster, la zona más estrecha del Alster, llegas directamente al centro que es con seguridad una de las mejores vistas de Hamburgo desde el agua. Definitivamente, Hamburgo es una ciudad que se presta a conocerla desde tu tabla, y no solo desde las calles. Para conseguir una tabla, tienes unas diez tiendas que alquilan ypodrás escapar del ruido de la ciudad para conocerla desde otra perspectiva mejor.

“Dover Elbe es el mejor río para para remar relajado y visitar la parte verde de Hamburgo, sin demasiado tráfico fluvial y con aguas mansas“.


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Brasil

Descubriendo Río ColleenCarroll

TobyBromwich

Mar, boas ondas, Samba, Caiprinha, Carnaval, Copacabana, Ipanema… no necesitas ni hablar portugués para entender y saber de qué lugar estamos hablando. Río de Janeiro es una bulliciosa ciudad bañada de sol, rebosante de cultura y gente maravillosa, con un visible y presente patrimonio histórico.


Brasil

cosmopolita y su potencial para SUP. Fuimos directos a Copacabana, donde lo que se nos venía a la retina era el antiguo pavimento portugués con motivos de olas que recorrían los 4 km de paseo marítimo.

venden cerveza por todas partes junto con la cachaça tradicional, la gente juega al fútbol y al voleibol hasta donde nos alcanza la vista.

Una franja de color champagne perfila la costa, cambiando al azul profundo del océano atlántico, una imagen que sin duda augura un viaje memorable.

Esta playa atrae a los surferos locales, que acuden al pico rocoso de la parte norte de la bahía donde la ola rompe, para luego enlazar tu surf con los picos de los bancos de arena en la parte del interior con marea alta.

“A la vanguardia de la cultura surf tenemos a los “adoradores del sol” y a los surfistas, que inundan la playa cada día, ya que no es un secreto que el swell de invierno a veces forma olas con tubos perfectos.“

Descubriendo Río

Las calles glamurosas y los paseos marítimos de la ciudad contrastan con la pobreza que se aprecia en las caóticas favelas, un contraste que funciona y que añade personalidad a la experiencia general.

Bajando Copacabana rodeando la fortaleza histórica y la península escénica de Apoador, encuentras el mejor lugar para ver el impresionante atardecer.

Llegamos con tan solo una tabla y una vela inflables, listos para explorar esta ciudad

En la famosa zona de Ipanema somos recibidos por una playa bulliciosa donde

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Siguiendo el océano Atlántico hacia el interior a través de un canal que bordea el Jardim de Alá, lo que se podría describir como el Parque Central de Río, encontramos Rodrigo de Freitas; un enorme lago encapsulado por la ciudad donde llega una ligera brisa marina. Nos pareció un buen lugar donde probar el SUP con la vela inflable, así que navegamos para explorar todos los rincones del impresionante entorno. Disfrutamos del agua plana aprovechando la versatilidad de nuestro equipo; navegamos, remamos e incluso hicimos un poco de yoga. Las calles estaban ambientadas desde por la mañana hasta por la noche, sin vacilar. El encontrar donde tomar algo no era la

“En la famosa zona de Ipanema somos recibidos por una playa bulliciosa donde venden cerveza por todas partes junto con la cachaça tradicional, la gente juega al fútbol y al voleibol hasta donde nos alcanza la vista.”


“Disfrutamos del agua plana aprovechando la versatilidad de nuestro equipo; navegamos, remamos e incluso hicimos un poco de yoga.� 42



cuestión, ¡sino el elegir en cuál de todos los atractivos lugares! El humo tomó presencia en las calles de las churrascarias – las parrillas - llenado el ambiente de olor a deliciosa carne.

“No hay necesidad de buscar la vida nocturna, simplemente está en todas partes.”

El “bienvenido” y el “sin problemas” viajando como un turista en una gran ciudad fue algo que nos hizo sentir como si estuvieras realmente viviendo la vida brasileña. No hay necesidad de buscar la vida nocturna, simplemente está en todas partes. Continuando con nuestra aventura, tras una hora de viaje llegamos a otro spot popular entre los surfistas, Barra de Tijuca.

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El ambiente es más relajado y Prainha, un lugar que resume la experiencia de surf brasileña y ha sido escenario de muchos campeonatos durante décadas. Con tal reputación no fue ninguna sorpresa cuando nuestro anfitrión local nos llevó al K08; un centro de deportes acuáticos, alquiler, restaurante y club social. Situada a medio camino entre la Avenida das Americas y Beach Boulevard, la playa estaba llena de compañeros de SUP, kiteboarders y surfistas. Tras otro soleado día lleno de acción nos dirigimos a nuestro alojamiento, situado a sólo un tiro de piedra en el paseo marítimo.

“Después de nuestro recorrido por las playas más famosas del mundo, se hizo evidente que tras el alto estilo de vida de los ricos en contraste con la positividad vital de los pobres, hay un espíritu activo general que las particularidades geográficas de Río sólo mejoran. “

No nos queda duda de que los brasileños están orgullosos de su tierra y no importa dónde elijas explorar. Ver el amanecer, navegar la leve brisa, remar a lo largo de la costa bajo la luna, probar los suculentos platos locales o la calurosa acogida… ¡Río de Janeiro ofrece!


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Isla Fanning Línea de vida Carine Camboulives / Manu Bouvet

Pierre Bouras

Las Islas de la Linea están perdidas en medio del Océano Pacífico, entre Hawaii y el ecuador. La leyenda cuenta que poseen muchos tesoros en el agua. Únicamente el Kwai, uno de los últimos cargueros a vela que quedan, les lleva suministros, siendo su única conexión con el resto del mundo. Ir a bordo de este barco fue la única forma para Carine y Manu de llegar hasta este remoto paraíso.


Isla Fanning Línea de vida “Un viaje te lleva a otro”, ¿cuántas veces he cumplido con ese dicho? Hace algunos años, mientras los alisios nos llevaban tranquilamente por la laguna de Fakarawara, en la Polinesia Francesa, en el barco de nuestros amigos Sophie y Didier, escuchaba las historias de Didier sobre sus aventuras cruzando entre la Antártica y Alaska. “¡Menudo montón de millas de viaje!” – le digo, “y por el camino, ¿cuantas islas inaccesibles habría con olas vírgenes?” “Pues lo cierto es que hay una, forma parte 48

de las islas Line, y bien se merece una parada técnica”, comenta Didier con su habitual voz tranquila e impasible.

al final se queda dormida en una siesta bajo la tienda, al lado de un pez acabado de pescar… Imagina el olor.

“Nunca hemos estado por esta zona, dado que está demasiado al oeste de nuestra ruta hacia Alaska, pero oí acerca de un francés, una especie de Robinson, que ha estado viviendo allí durante años, con completa autonomía. Incluso abrió una casa para invitados, pero la verdad es que no ve a mucha gente, dado que llegar hasta allí es… casi imposible. Es una pena porque por lo visto hay una ola increíble justo delante de su casa.”

Por primera vez en nuestro viaje, un barco a vela aparece tras el arrecife de coral. Unos minutos más tarde, un pequeño bote con dos personas se dirige hacia donde estamos.

Avanzamos ahora hacia delante hasta hace dos años, estamos en la Isla de Navidad, aún en el Pacífico, Shadé, nuestra hija de 3 años

Alex, de Brasil, un auténtico surfero gitano del océano, y Marie, su novia francesa, desembarcan. Parecen cansadísimos, después de una ruta nada menos que desde Tahití. Compartimos el campamento, así como las frutas, que son muy raras aquí y ellos vienen de la Polinesia. Alex tiene planeado ir hasta las islas Line, más al norte, especialmente


quiere conocer una ola que abre perfecta en frente de la casa de invitados de un tal Bruno… Es una historia que ya me suena de algo. No puede haber muchas islas como esa por la región. Antes de marcharse, Alex menciona: “Está el Kwai, un barco que va a las Line desde Honolulu llevando suministros, aunque a veces también embarcan pasajeros, pero no esperes nada acerca de confort o puntualidad…” En la cubierta del Kwai Me descubro a mi misma soñando sobre un viaje, uno de esos que ya parece que no están de moda, de esos que no empiezan cuando estás ya en el spot, sino de los que el

“Alex tiene planeado ir hasta las islas Line, más al norte, especialmente quiere conocer una ola que abre perfecta en frente de la casa de invitados de un tal Bruno… Es una historia que ya me suena de algo.”


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“Más que en ninguna otra parte, el tiempo parece aquí algo totalmente abstracto; intentar monitorizarlo no tendría ningún sentido.”


viaje en sí es algo épico, donde ir del punto A al punto B es ya una aventura en sí misma.

“El barco es obviamente la mejor forma de vivir una experiencia como esa. ¿Qué puedes esperar de una vieja goleta de carga que se aventura allá por donde nadie va? ”

El barco es obviamente la mejor forma de vivir una experiencia como esa. ¿Qué puedes esperar de una vieja goleta de carga que se aventura allá por donde nadie va? Pukapuka,Tabuaeran, Starbuck, Rakahanga, Teraina, Manihiki, Tauhunu, Tukao, Kiritimati… Muchos exóticos y misteriosos nombres para tanto confeti diseminado por la superficie del océano más grande de la tierra… Esos atolones, arrecifes de coral con forma de anillo que forman una laguna, conforman las islas Line, que empiezan desde unos 2350 km al sur de Hawaii.

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El Kwai hace el viaje aproximadamente cada dos meses desde Honolulu. Una vez allí, cargan cocos y algas, bien pagadas por la industria cosmética. Pero más allá de ser una fuente vital de asistencia, gracias a que permite embarcar a pasajeros, a menudo excediendo su capacidad, el Kwai se ha convertido en el que mantiene la red social de esta área del mundo. Sin él, los isleños jamás podrían encontrarse de nuevo con sus familiares o amigos de las otras islas. No hay aviones o servicio de mensajería, y la falta de electricidad en la mayoría de las islas no permite que haya comunicaciones. El sentido del tiempo en estas islas podría ser ilustrado por el famoso cuadro de Dalí de los

relojes derritiéndose. Más que en ninguna otra parte, el tiempo parece aquí algo totalmente abstracto; intentar monitorizarlo no tendría ningún sentido. Esta sensación debe haber interesado a Bruno hace 30 años, para olvidarse de su reloj al mismo tiempo que llegaba a la isla. Pero no vayamos con eso todavía. Por ahora Carine, Shadé, Lou, Pierre (nuestro habitual fotógrafo), Greg (el cámara) y yo, somos parte del grupo, unos 100 pasajeros que esperamos para embarcar en el Kwai. Estamos todos juntos bajo un pequeño sombrajo que nos protege un poco del sol ecuatorial en su zénit. El día anterior, fui a por los tickets para asegurarme que teníamos nuestros asientos

en el barco, pero resulta que hay muchos más candidatos que asientos en el barco… La llegada del Kwai es todo un acontecimiento para las islas y siempre se le espera con muchas ganas; nadie conoce exactamente cuándo va a volver, ni si quiera el propio barco, así que es mejor reservar la plaza. El Kwai se supone que nos va a dejar en un atolón perdido de la mano de Dios y va a volver a recogernos en unos 10 días… ¡o quién sabe! Así que, ¡que puede ser mejor que subir al barco dentro de una red elevada por una grúa! El Kwai lo tiene claro: “la carga manda”, lo que significa que las mercancías son lo más importante… a menos que se vea a los pasajeros como tal.


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“Cuando buscamos olas escondidas en spots inaccesibles, siempre esperamos que la calidad del descubrimiento sea equiparable a la dificultad de llegar hasta allí. Es como una especie de superstición.”


Y ahí estamos los cuatro, dentro de una red, con dos boardbags y tres maletas. La grúa nos lleva por encima del puerto y nos deja suavemente en la cubierta del Kwai. Allí hay una enorme jaima que se eleva desde un lado a otro de la cubierta.

Eso me hace pensar que será una historia completamente diferente en el viaje de vuelta, cuando tengamos ese viento de cara todo el viaje.

Nos refugiamos debajo durante el viaje con nuestros otros 80 compañeros de viaje, tirándonos en la cubierta todos apretados, empujándonos los unos a los otros.

No hay ni que decirlo, pero hace un calor horrible debajo de la jaima, y no hay ningún otro sitio para sentarse. Rápidamente, todo el mundo se coge su sitio, y el baile del vómito comienza. El mar está duro, y los 20 nudos de viento ayudan bastante, hacen balancearse a todo el mundo.

Durante la travesía en alta mar, los vientos del norte nos van a ser de gran ayuda, deberíamos llegar a nuestro destino en tan solo 24 horas.

Las islas se toman su tiempo en aparecer por el horizonte, y mis ojos, todavía hinchados debido a la falta de sueño de ayer, no ayudan mucho.

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Cuando finalmente veo una línea verde a lo lejos me doy cuenta de por qué el verde es considerado el color de la esperanza. Todavía llevaría horas el vislumbrar el bosque de palmeras... Entramos en la laguna fluorescente por la única abertura que hay en el atolón. Tardamos unas horas en descargar las maletas, y por fin estamos sentados en un pequeño muelle con un techo hecho a base de ramas de palmeras. Bruno, que ha sido ya informado de nuestra llegada, nos espera en el muelle. Su figura de hombre de casi 70 años, musculado y



fibroso hasta el infinito, se esfuerza en cargar nuestras maletas en el único tráiler de la isla. Bruno, aunque es el único hombre blanco en la isla, pertenece a este lugar del mundo, lo puedes ver desde el primer segundo.

“Cuando finalmente veo una línea de verde a lo lejos me doy cuenta de por qué el verde es considerado el color de la esperanza.”

“¡Bienvenidos! No veo muchos visitantes últimamente, ¡especialmente tan jóvenes!” nos dice con una sonrisa gigante que aparece tras su espesa barba. “Además nos habéis traído el sol, el niño nos ha estado afectando durante casi un año, ha estado lloviendo meses enteros. Lo veréis, la isla está inundada en muchos lugares, se ha convertido en tarea difícil el ir por aquí, incluso a pie.” Nos cuenta todo esto mientras que las ruedas de su tractor se hunden en el barro…

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Aquí, naturalmente, no hay carreteras pavimentadas, ni agua, ni electricidad, excepto en casa de Bruno.

densa jungla tropical, para abrir sus puertas a los muy ocasionales viajeros que pasasen por delante.

de pesca submarina al hombro: “¡Voy a por algo de pescado al supermercado para el almuerzo!”, dice entre risas.

En “La Belle Étoile”, es el nombre del pequeño paraíso que ha construido Bruno, un itinerante navegante asiduo de los mares del sur y un discípulo de Moitessier, navegante francés que dejó la regata en solitario alrededor del mundo cuando iba nada menos que en primera posición, y se quedó en Tahiti.

Durante estos años, Bruno ha dado cierta notoriedad al tema del desarrollo sostenible. “A veces echo un vistazo en mi propia basura”, nos dice de una manera pícara mientras pone a su hija de 3 años en la pequeña cesta que se sostiene milagrosamente en el frontal de su bici del pasado.

Por nuestra parte, cuando buscamos olas escondidas en spots inaccesibles, siempre esperamos que la calidad del descubrimiento sea equiparable a la dificultad de llegar hasta allí. Es como una especie de superstición.

A Bruno le llevó unos 25 años terminar este lugar. “Si hubiese surfeado, no habría construido nunca la casa”, me cuenta cuando le pregunto si ha atacado la ola que vi de lejos mientras llegábamos a la laguna. Hace 30 años, justo tras llegar a la isla, Bruno decidió construir su nido en el corazón de la

“A veces me acuerdo de cuando tiro un cable o un trozo de cuerda, que a fin de cuentas puede ser usado para arreglar un panel solar, un generador o cualquier otra cosa. Aquí reciclamos todo”. Después se va hasta la pequeña escuela con su hija, y con su fusil

Sabemos que no siempre puede ser así, aunque la perseverancia siempre gana y la suerte favorece al que la busca. Eso es lo que sentimos al mirar el reef curvo que está delante de la casa de Bruno, nos sentimos recompensados por el trabajo duro que hicimos. Es difícil estar seguro al 100%, pero su configuración es prometedora: vientos del este que vienen de tierra, alineados con


bosques de cocoteros creciendo en una alfombra de arrecife de coral. Perfectamente expuesto al swell del suroeste, el reef se extiende por la costa hasta el canal, donde hay una fuerte corriente. A la mañana siguiente, cuando la primera ola de tamaño cuerpo rompe perfecta durante 200m sin que haya ni una gota de agua fuera de sitio, todos los malos recuerdos del viaje desaparecen. Los siguientes cuatro días son una pura orgía de olas. Es difícil mirar a otra parte cuando tienes ese espectáculo delante, incluso cuando el sol te quema los ojos y el calor te agobia. Las fotos de Pierre, ya sean desde el agua, desde un cocotero o estando allí en la jungla, merecen un capítulo aparte. 60

Todas ellas simbolizan el cliché, sin necesidad de poner ni una palabra, es el sueño de cualquier surfista: una isla desierta con una ola perfecta en un paisaje multicolor. Este es un lado del viaje, por el otro, debido a un virus estomacal, Lou y Shadé tienen que hacer dieta blanda, mientras que una herida en mi pie me deja fuera de combate durante 24 horas. Pierre se une al asunto y sus pequeños cortes en los pies se vuelven demasiado rojos, dándole además un aspecto pálido que no nos cuadra con el moreno tropical que tenemos aquí. El agua de lluvia que bebemos parece que tampoco nos está ayudando demasiado. Los días pasan y cada vez menos gente tiene apetito en la deliciosa mesa de “La

Belle Etoile”. Solo Carine salva los muebles gracias a su famoso buen apetito, y continúa comiendo por las seis personas. Descansando en nuestras camas, con el estómago del revés, oímos que acepta un plato de cangrejos con verduras y un pescado poco hecho con soja. “No podemos desaprovechar esas langostas”, concluye mientras habla con Bruno, su compañero de comilonas. Mientras tanto, el Kwai se dedicó a descargar sus suministros durante dos días, y cargó la copra en 24h. No cogió ninguna reserva de algas, cuya venta hace unos meses proporcionó la mayor parte de los empleos y los ingresos de las islas.


El comprador chino no está dispuesto a comprar más, supuestamente la ha encontrado más barata en el sudeste de Asia. Esta es una situación difícil para la isla, donde la compra no es suficiente para compensar la pérdida de ingresos. Consecuentemente, el sistema de trueque, usado aquí desde hace años, está regresando y es cada vez más utilizado. El turismo es algo del pasado, el último vuelo que usó las viejas señalizaciones aéreas construidas durante la guerra del Pacífico, fue en 1993. Así que, incluso si durante 23 años las autoridades han estado prometiendo a los locales volver a poner el vuelo, lo cierto es que es más seguro confiar en el Kwai.

Y esa es nuestra elección cuando lo vemos continuar su viaje hacia la isla de Washington, con la promesa de volver en una semana… o algo por el estilo.

del Kwai, ni se inmutan al oír la noticia. Pero para nosotros, la idea de estar aquí atrapados durante un tiempo indefinido nos provoca reacciones variadas.

“Si no contamos con los problemas técnicos que hemos tenido, que nos van a hacer desviarnos a las Islas Cook. Podremos arreglarlos allí, pero llevará tiempo…” – nos informa tranquilamente el capitán.

“Deberíamos haber cogido el teléfono vía satélite”, dice Carine antes de darse cuenta de que eso no serviría de nada, nadie vendría a recogernos…

“¿Y eso significa?” – Pregunta Carine con una mirada suspicaz. “Bueno, no podremos volver aquí en un tiempo, nos saltaremos el próximo viaje, así que eso significa… unos 4 o 5 meses.” Naturalmente los isleños, y los pasajeros

“Supondré que estoy tomando antibióticos”, concluyo con el rabo entre las piernas, viendo como mi pie resiste con todas las hierbas y plantas que le pongo para que sane. Pierre ni si quiera comenta la noticia, pero su aspecto pálido sugiere que una estancia más larga aquí no es una buena prescripción para él.


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“A la mañana siguiente, cuando la primera ola de tamaño cuerpo rompe perfecta durante 200m sin que haya ni una gota de agua fuera de sitio, todos los malos recuerdos del viaje desaparecen.”


No dejamos que se enteren Shadé y Lou. Lou no está tan saludable como suele estar siempre, pero continúa cogiendo olas, mientras que Shadé está muy delgadita. Bruno intenta darnos ánimo: “no os preocupéis, os sorprenderíais de lo resistente que es el cuerpo humano.” Es un sentimiento extraño el verse a uno mismo pasando un tiempo que no debería, en una isla remota, aislado del resto del mundo. En ausencia de comunicaciones y con un sentimiento de estar ya residiendo en la isla… ¿Nos deberíamos sentir prisioneros o libres 64

en una situación como esta? Instintivamente, el primer sentimiento se pone por encima. Estamos acostumbrados a controlarlo todo, anticiparnos, y eso empequeñece nuestra adaptabilidad fuera de nuestra zona de confort. En este punto, el fatalismo empieza a mostrar signos de vida dentro de nosotros. Es imposible sentirlo instintivamente. Parece como muy remoto, nos preguntamos si la gente que vive aquí le da menos valor a la vida, si todo es relajado, si todo es “el tiempo dirá”, incluso nos preguntamos a nosotros mismos si les importa algo, - es lo que comenta la voz dentro de nosotros de la que

no nos sentimos especialmente orgullosos. La misma vocecilla se vuelve un tanto esquizofrénica:

“Estoy aquí atrapado, ¿qué puedo hacer para remediarlo? Este viaje me ha llevado a experimentar esta situación, que bien mirada de cerca, no es catastrófica. Por una vez, no tengo todo bajo control, pero me siento bien.” ¿Así que la libertad comienza a partir de aquí? ¿Cuándo dejamos de tener control sobre los acontecimientos? No voy a parafrasear lo de siempre; “déjate llevar”, pero voy a compartir una de las frases de Bruno: “Aquí entendí que para ser libre necesitas dejar ir todo lo que tienes”.


Una semana más tarde estoy andando de vuelta a “La Belle Étoile”, bajo una intensa lluvia después de mi enésima sesión. Paso por al lado de los cerdos que se revuelcan alegremente en el barro. De repente, escucho a un niño que viene gritando corriendo por el camino: “¡Kwai! ¡Kwai!” Aunque parezca increíble, no sentí nada especial con la noticia de la llegada del Kwai. Ni alivio ni emoción, tampoco desilusión, pero estoy seguro de que esta inesperada llegada nos alejó de la oportunidad de llegar a conocernos mejor a nosotros mismos. Como Keserling dice: “El camino más corto hacia uno mismo, empieza alrededor del mundo.”

Una estancia obligada en una isla perdida es algo que definitivamente hubiera ayudado… Dos días después empezamos el viaje de vuelta. 36h después, incluyendo 35 nudos de viento y lluvia a mares, nunca mejor dicho, llegamos a la Isla de Navidad en un estado lamentable. Carine ha vomitado muchísimo, Shadé no se despega de los brazos de su papá, ¡y aun así no pudimos evitar que se cayese de cabeza en la cubierta! Después de recomponernos un poco tras 15h de sueño y una buena ducha, reconecto con el mundo digital.

En la portada de la web que estoy viendo está de nuevo el drama de los refugiados sirios, ilustrado por una foto que muestra a 50 de ellos, con caras angustiadas y miradas perdidas, a la deriva en un bote superpoblado y claramente no navegable. Lou se despierta lentamente a mi lado, mira de cerca la foto y dice: “no estábamos demasiado mal en el Kwai… esas personas parecen aterrorizadas.”


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Portugal Obrigado Peniche Paulina Herpel

Dan Petermann

La península de Peniche es uno de los mejores spots para los surferos en Portugal y está incluído en el calendario de la WSL. Los riders Paulina Herpel y Valentin Illichmann se pararon a echar un vistazo desde la perspectiva del SUP durante nada menos que cinco semanas, ¡y parece que no se aburrieron nada!


Portugal Obrigado Peniche

Siento el agua fría en la espalda, colándose por detrás de mi traje. “Haz de ti un pequeño ovillo y protégete la cabeza con las manos. No vayas a tocar ninguno de los mil erizos que están al acecho ahí abajo en el reef.

¡Conserva el aire! Estate tranquila. Ahora vendrán más espumas que quieren cazarte, pero rápidamente buceo hacia abajo para evitarlas.” 68

Una cosa está clara, las olas en Portugal son potentes... Algo que no me viene nada mal para entrenar y acumular experiencia “local”, de cara al Campeonato Alemán de SUP en Olas, que se va a llevar a cabo aquí en la playa de Peniche. Unas buenas cinco semanas de aclimatación hasta que la prueba comience. Así que me subo de nuevo en la tabla.

“Eso estuvo muy bien. ¿Podrías pasar un poco más cerca la próxima vez?” Es lo que me comenta Dan, nuestro fotógrafo, tras la última surfeada. Dan Petermann no es solo un buen amigo nuestro, sino también un gran fotógrafo de surf y viajes, así que estamos contentísimos de que nos acompañe..

Esta mañana se fue directo al agua, aunque solo habíamos dormido un par de horas la noche anterior. Durante el primer día aquí en Portugal ya hemos conseguido un montón de buenas fotos en olas, aunque creo que necesitamos adaptarnos un poco más al Atlántico y sus olas potentes. Para mí, es como si estuviese todavía soñando. La noche anterior no podía ni imaginar que tendríamos estas olas tan buenas hoy. Los trastos y el aeropuerto de Lisboa Estoy pasando un calor agobiante con el chaquetón de invierno, y me duelen los hombros de cargar con la mochila. Una camiseta sería más que suficiente, ese es


el calor que hace aquí… ¡En noviembre! Hace solo cuatro horas estaba cruzando el invierno helado de Hamburgo. Ahora estoy sorprendida por la calurosa noche de “verano” portuguesa. Dan, que ha viajado conmigo, se me acerca con un boardbag en la mano. Ya se había encontrado con Valentin, que arrastraba su boardbag triple y un montón de maletas en nuestra dirección. Yo no viajo ligera precisamente, así que va a estar divertido... Un joven se nos acerca ahí mismo y nos enseña su colección de droga, con policías armados a unos 50 metros de nosotros. Parece no importarle. Sin embargo tenemos un problema aún más grande que resolver antes de conducir una hora hasta Peniche...

“Durante el primer día aquí en Portugal ya hemos conseguido un montón de buenas fotos en olas, aunque creo que necesitamos adaptarnos un poco más al Atlántico y sus olas potentes. Para mí, es como si estuviese todavía soñando.”


“El cielo es azul claro. Precioso. Estamos en el agua hasta que se hace de noche. Y para ser sincera, las primeras tres semanas fueron así casi todos los días.”

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¿Cómo vamos a meter todo esto en el coche de alquiler? Llegamos al coche con todos los trastos, ahora es hora de probar nuestras habilidades como jugadores de Tetris.

que en primera línea de playa mirando al Atlántico, absolutamente nada nos interfiere en la vista desde la terraza hasta todo lo ancho del horizonte.

Un día le echamos un vistazo con marea vacía y en cada pequeña piscina de arrecife había mil y una de esas bestias del demonio creciendo sin control.

Hemos traído 4 SUPs, 2 tablas de surf, 2 SUP inflables, 3 maletas de viaje y 3 mochilas enormes… ¿Alguna idea?

La verdad es que solo tardas dos minutos en ponerte el traje y llegar al lineup, así que amamos nuestra pequeña casa de Hobbits.

Hobbits en Peniche A la mañana siguiente me levanto y ya huele a océano, a agua salada. Nuestro cobertizo de alquiler está situado en la pequeña península de Baleal.

Empezamos el día con un desayuno saludable: Cereales, plátanos, aguacates y un montón de Pastel de natas, que es el postre más delicioso de Portugal y también todo lo que necesitamos tras una buena sesión de surf en “nuestras playas”.

Pero esto no va a detener a los surferos que disfrutan de esta ola limpia y hueca. Los SUP riders no somos bienvenidos en los días buenos. Pero bueno, no importa, se pueden quedar ahí pasándolo en grande con los erizos; hay un montón de spots justo al lado.

Es como una casa de Hobbits, con el techo bajo y unas pocas ventanas, también es un poco húmedo… Pero está nada menos

Hay unas cuantas; a la derecha de la península está el spot de surf Lagid, una ola de reef que es un auténtico nido de erizos.

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En los dos lados de la península de Baleal - la playa está separada por una carretera- hay olas limpias que rompen sobre la arena, perfecto para principiantes. A medida que entras en la bahía, las olas se hacen más grandes y más potentes. La corriente es bastante fuerte.



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“Está saliendo todo a pedir de boca, la comida es buena, el surf también, y la vista es alucinante.”


“Una ola larguísima, con pendiente pero no demasiado grande, rompe en la bahía de Baleal, y nunca tenemos suficiente.”

Yendo un poco más abajo en la playa hacia la bahía que apunta a Peniche está el spot “de en medio de la bahía”. Para surfear esas olas necesitas un poco más de experiencia, van muy rápido y son mucho más grandes que las olas en la península de Baleal. Surfea, come algo, duerme y repite ¿Saco la Stylemaster? ¿La Stubby? ¿O me quedo con la ProWave? No puedo decidir, las condiciones son tan buenas que te lo pasarías bien con cualquiera de ellas. Una ola larguísima, con pendiente pero no demasiado grande, rompe en la bahía de Baleal, y nunca tenemos suficiente. El cielo es azul claro. Precioso. Estamos en el agua hasta que se hace de noche. Y para ser

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sincera, las primeras tres semanas fueron así casi todos los días. Pero también tienes otras opciones: Lisboa está en la agenda de Dan para sacar fotos. Estamos justo debajo del puente que conecta el distrito de Alcantara con la ciudad de Almada. En un primer momento creí que habíamos cambiado de continente, el puente del 25 de Abril de Lisboa se parece bastante al Golden Gate. Solo que el río tiene un color marrón barro y huele un poco mal, como a peces muertos. ¿Cómo nos metemos al agua? ¿Dónde remamos sin que nos pase nada? Lo cierto es que este puente rojo enorme y en suspensión

cruza un río potente con mucha corriente.

¡El timing lo es todo!

Solo por diversión… no remaría ahí. Pero bueno, son cosas que haces por una foto.

Está saliendo todo a pedir de boca, la comida es buena, el surf también, y la vista es alucinante.

Dan se coloca en el ángulo perfecto y nosotros nos vamos a los SUP inflables para sacar la foto. Nos intenta decir algo, pero no nos enteramos de una sola palabra, aunque estemos a cinco metros de él. El suelo del puente truena sobre nosotros, 6.000 coches por hora pasan por encima. El tren no es más silencioso. Es una sensación que te deja sin aliento, remar debajo de una construcción tan enorme. Te sientes muy pequeño.

Podemos ver como los chicos de pesca submarina salen del agua con un montón de capturas. Un calamar enorme que irá a parar directamente a la cocina de un restaurante y quizá acabe estando en mi plato. No puedes encontrar nada más fresco que esto. ¿Tostada de atún o la clásica de jamón y queso? Los chicos piden unas tostadas y se quedan sorprendidos con los sándwiches enormes con queso fundido volcándose por todas partes.


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“Es una sensación que te deja sin aliento, remar debajo de una construcción tan enorme. Te sientes muy pequeño.”


Yo prefiero quedarme con la ensalada de pulpo. Elección perfecta, mi comida es fabulosa y también muy barata. Creo que tengo delante a dos chicos que miran con envidia mi menú. Disfrutamos del sol, viendo un paisaje de ensueño en la bahía de Santa Rita, rodeados por colinas verdes. Nos comentan que debemos visitar uno de los mejores spots para principiantes que hay en la zona, ¡lo malo es que eso significa que 100 alumnos de escuelas de surf están ahí en el lineup! Las condiciones pintan perfectas de momento. Nos ponemos los trajes en un segundo y salimos corriendo al agua. Sin embargo, después de un par de buenas olas, todo se acaba. 80

Deberíamos haber venido una hora antes. Ahora hay mucha agua, y la playa es tan empinada que aparece una ola de rebote que no es muy agradable.

“Si hay algo que hayamos aprendido hoy es que una de las formas de arte dentro del surfing es estar en el lugar preciso en el momento correcto.” Y hoy nos perdimos un poco. Aunque lo cierto es que lo del almuerzo nos salió muy bien.

El último día Algo de aire. Al final la espuma me coge de nuevo. “La ola no estuvo nada mal, tres buenos giros, espero que los jueces me den buenos puntos por ellos.” Lucho por volver de vuelta a la tabla y remar lo más rápido que puedo. Intentando escapar del próximo set. Justo ahí delante tengo ya a la candidata para ser mi próxima ola que surfear, tengo que ser rápida, mi heat está a punto de terminar. Remo haciendo un semi círculo para entrar en la ola y acabo cogiéndola. Siento como mi tabla va ya muy rápido, y dejo de pensar, simplemente me dejo llevar, ¡y voy a por todas!



La ola rompe de izquierdas, así que voy de backside. El labio lo tengo cada vez más cerca, intento subir hasta arriba. Ahora tengo que apoyar el remo en el agua y tirarme hacia delante para terminar el cutback. Ya estoy de vuelta en la ola.

“Hay tiempo para un segundo giro. Listo, ahora ya estoy casi en la playa. Pero en lugar de salir de la ola, intento un bonito bottom y le pego a la ola justo antes de que rompa. Esa fue mi ola del día.” 82

Estoy exultante con toda la adrenalina fluyendo por todo mi cuerpo.

“¡Paulina Herpel termina en primera posición!” Es un gran final para todo este tiempo que hemos pasado aquí en Portugal. Valentin también está muy contento con su sexta plaza. Desafortunadamente Dan ya se ha ido, así que no pudo hacer fotos del evento. No quiero volver a casa, prefiero quedarme un poco más y hacer SUP todos los días. Si esto significa entrenar… ¡Me voy a hacer una auténtica fan de los entrenamientos!

Aún no podemos hablar portugués. Nos resulta todavía complicado, nos suena como un poco a Ruso, pero ahora conocemos todos los spots de los alrededores de Peniche y las posibilidades que ofrece este lugar. Toda la costa tiene olas limpias, además de infinitos spots para sacar los SUP de travesía o inflables y explorar sin límite. Obrigado Portugal por tu deliciosa gastronomía, la gente tan amable, el buen tiempo y las preciosas olas. Te echaremos de menos.



GALERÍA DE ARTE

Jairo Díaz

Antonio Ceballos La búsqueda de la foto perfecta Antonio Ceballos es uno de los fotógrafos de surf de referencia de la zona sur de España. Le encontraremos en tierra buscando buenos ángulos, escondido entre arbustos componiendo encuadres originales, entretenido fotografiando insectos con el macro, buscando buenas expresiones en eventos sociales o metido en el agua con su cámara aguantando el oleaje… Es uno de esos fotógrafos a los que les ves ese brillo en los ojos cuando dispara. Antonio siente pasión por lo que hace, juega con sus lentes disfrutando de sus posibilidades, siempre con una sonrisa en la cara, y eso queda reflejado en su trabajo, ¡y en esta entrevista tan amena! 84

SUPING Magazine

Antonio Ceballos

Nací un 8 de octubre de 1978 en Cádiz, aunque siempre he vivido en El Puerto de Santa María. Actualmente trabajo como fotógrafo freelance y soy colaborador del CPS para Canon España. También soy Trabajador Social para una residencia de Alzheimer. Desde muy pequeño tenía claro que quería prepararme para piloto de cazas de combate, me viene de mi padre que también quiso ser piloto, pero por una lesión en un dedo de la mano no pudo llegar a serlo. Esto no le impidió poder pilotar avionetas y llevarme muchas veces a volar con él. Conforme fueron pasando los años, me di cuenta de que no tenía mucha madera para piloto y de que el mundo militar no era lo mío, je je je.



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”Me inicié sin saberlo. Cuando mis amigos y yo comenzamos en esto del surf, un día vimos en una tienda de fotografía unas cámaras acuáticas de carrete desechables Kodak. ¡Lo vimos claro!”


El surf en tu vida. El surf… Toda mi vida siempre ha girado en torno al surf. El primer recuerdo que tengo sobre el mar fue un día de verano en mareas de Santiago. Recuerdo que mi padre, para quitarme el miedo a las olas, me cogió en sus brazos y juntos nos adentramos entre las olas. ¡Para mi eran enormes! Supongo que tendría unos cuatro años. Con esa edad ya sabía nadar, puesto que desde muy pequeño comencé a dar clases de natación. Con seis años mis padres me compraron una colchoneta de playa. Me gustaba irme al fondo con ella y esperar las olas para cogerlas remando y que me arrastraran hasta la orilla. ¡Me lo pasaba pipa! Ya con 8 años me compraron mi primer bodyboard, tras cumplir la promesa de no traer ninguna asignatura suspendida, un PAIPO de color amarillo que era más grande que yo. 88

Por aquel entonces mis amigos y yo teníamos la misma afición; el surf. Un vecino más mayor que nosotros nos contaba historias sobre el surf y nos enseñaba revistas americanas que conseguía de los militares estadounidenses de la base de Rota. Nos sabíamos esas revistas de memoria y aun así no parábamos de mirarlas y fijarnos en todos los detalles una y otra vez.

Solo hacíamos surf en verano. Éramos unos enanos con un bañador, una tabla de bodyboard y muchas ganas de coger olas. En aquella época en los veranos, se podían encontrar buenas olas en nuestras playas de El Puerto de Santa Maria.

Antes no había partes de previsiones de olas, ni internet ni nada de eso. Nuestro parte meteorológico era subirnos a la azotea de un octavo piso, desde donde podíamos ver el espigón de la playa de la Puntilla. Si las olas chocaban contra él, ¡había olas! Quedábamos muy temprano en la plazoleta del barrio con nuestros corchos y desde allí solíamos ir andando hasta la playa de El Buzo. Son como unos cinco kilómetros que se nos hacían eternos atravesando pinares y caminos hasta llegar a la playa y ver las olas. Algunas veces teníamos suerte y el padre de alguno de nosotros nos llevaba a Roche (Playa cercana a Conil de la Frontera) donde encontrábamos siempre las mejores olas. Utilizábamos las tablas de bodyborad como tablas de surf, ya que nos poníamos de pie y corríamos las olas. Por la noche y después de cenar, nos volvíamos a juntar en la plazoleta donde nos


contábamos las olas que habíamos surfeado y soñábamos con las del día siguiente. Fueron unos años fantásticos, donde nuestra única preocupación era el si habría olas al día siguiente. A los 10 años y tras la promesa cumplida de traer buenas notas a casa, mis padres me compraron mi primera tabla de surf (¡y yo aporté también con mis ahorrillos!). Era una tabla de segunda mano de la marca Lengüita, que se fabricaban en la localidad de San Fernando (Cádiz) por el gran Pedro Berenguer. Tras unos meses, y gracias a algún toque que le hice a la tabla, mi padre me llevó al taller de Pedro, donde tuve el privilegio de conocerlo y darle muchas tardes de coñazo, ya que me encantaba ir y ver como fabricaba las tablas, escuchar como hablaban los mayores del surf, el olor a resina… Mmm el olor a resina, que recuerdos…

” Un vecino más mayor que nosotros nos contaba historias sobre el surf y nos enseñaba revistas americanas que conseguía de los militares estadounidenses de la base de Rota.”


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”Preparar el equipo antes de salir de casa, estirar y concentrarte para entrar al agua sabiendo que te juegas el tipo… Es adrenalina pura.”


Después de conseguir mi primer traje de surf, un CAMARO que mi vecino me regaló, empecé a practicar surf en invierno. Allí conocí a leyendas y pioneros del surf de El Puerto, como Chinto, Pepote, Borreguero y Roberto Peralta (eran mis ídolos). Con el tiempo y después de haber tenido varias tablas más, volví al bodyboard. Me encantaba hacer maniobras radicales como el rollo, ARS, el tubo y el aéreo. Tuve la suerte de poder practicarlo por muchos rincones, como Sur América, Portugal, Norte de España y los últimos años por Maldivas, pero debido a una lesión que marcó un antes y un después en mi vida y que os contare más adelante, tuve que dejar de practicarlo. 92

La fotografía. Me inicié sin saberlo. Cuando mis amigos y yo comenzamos en esto del surf, un día vimos en una tienda de fotografía unas cámaras acuáticas de carrete desechables Kodak. ¡Lo vimos claro! Pusimos entre todos un bote y nos compramos nuestra primera cámara. Nos turnábamos para hacernos fotos desde dentro del agua sin tener ni idea, solo apretábamos el botón y le dábamos a la rueda para hacer la siguiente foto. Imaginaos que nervios teníamos cuando llevábamos a revelar el carrete. Las historias que nos montábamos soñando con que saldría un fotón de esas que veíamos

en las revistas americanas, juas juas juas. Alguna que otra foto aceptable después de 35 cámaras solía salirnos y esas son con las que forrábamos las carpetas del cole para fardar. Entonces no había muchos surferos y esto para ligar era un buen filón... bueno, para algunos, porque yo no ligaba, ¡mis amigos parecían todos modelos! Desde muy corta edad siempre me llamó la atención el tema audiovisual. El poder grabar recuerdos o momentos con mi vieja cámara de video para revivirlos siempre que yo quisiera era algo que me fascinaba. Practicábamos skateboard y yo solía coger una vieja cámara fotográfica que creo que me



regalaron por mi primera comunión y nos hacíamos fotos patinando… o más bien haciendo el tonto con el patín.

alentado por un amigo en ver quien daba el salto más grande, yo gané el premio al gilipollas del año.

Con 20 años me compré una cámara de video para poder grabarnos desde la orilla practicando surf. Como siempre, nos turnábamos para grabarnos los unos a los otros, y cuando visualizábamos lo grabado me gustaba corregir mentalmente mis fallos de grabación basándome en los vídeos de surf que llegaban a nuestras manos.

Recuerdo que la cometa me pego un tirón enorme hacia arriba y pude ver a mi amigo como se hacía cada vez más pequeño. La cometa se plegó a una altura de unos 10 metros y caí como una piedra al suelo.

Un día de fuerte viento de invierno y ya con unos 24 años, me acerque con una cometa de arrastre de 8 metros a la playa. Nos gustaba tontear con la cometa y dar pequeños saltos con ella en la tierra. De estas cosas de juventud e imprudencias y 94

Medio desperté en el hospital, donde me diagnosticaron un esguince en el tobillo de grado 3. Lo que no me diagnosticaron es que esa fuerte caída me produciría dos hernias y tres profusiones en la zona lumbar que se manifestaron al cabo de los meses dejándome prácticamente K.O. para poder seguir surfeando.

Con esto de no poder apenas hacer deporte, decidí comprarme mi primera cámara réflex.

“Empecé a devorar libros sobre fotografía, internet y todo lo que cayera en mis manos sobre este mundo. La llevaba a todas partes, y cuando digo a todas partes, es a todas. Se convirtió en una extensión más de mi cuerpo.” Poca ayuda recibí, mi único aliado fue la técnica de ensayo y error y leer, leer, leer y releer lo leído. Gracias a esto tengo una


buena biblioteca en casa sobre fotografía y sigo leyendo y aprendiendo comprando libros cada vez que el presupuesto me lo permite. Con tanto tiempo fuera del mundo del surf, lo echaba mucho de menos. Empecé a ir a la playa con la cámara los días de olas y fotografiar a los amigos. Pensé que sería una buena forma de seguir en este mundo, mi mundo. Así empecé con la fotografía de surf y deportes acuáticos. Poco a poco fui mejorando la técnica y la creatividad, y cómo no, mejorando el equipo. A día de hoy sigo aprendiendo y experimentando. Me considero solo uno más de los muchos que andamos por aquí tirando fotos.

“Entonces no había muchos surferos y esto para ligar era un buen filón... bueno, para algunos, porque yo no ligaba, ¡mis amigos parecían todos modelos! ”


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”Fueron unos años fantásticos, donde nuestra única preocupación era si habría olas al día siguiente.”


Tu fotografía.

“Los que nos dedicamos a esto lo hacemos como quien dice por amor al arte, porque nos apasiona lo que hacemos, pero desgraciadamente no obtenemos casi ningún beneficio.”

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Empecé con fotografía de paisajes y retratos. Luego, conforme leía, quería hacerlo todo; fotografía nocturna y larga exposición, deportes, animales y un largo etc. Hoy en día me dedico más a la fotografía social (bodas), que es lo que más beneficios económicos me reporta, y además me encanta, y de surf cuando las condiciones son buenas. Ambas me apasionan, aunque para ser franco me encantaría dedicarme en exclusiva a la fotografía de surf, pero esto actualmente en España es muy difícil. Los que nos dedicamos a esto lo hacemos como quien dice por amor al arte, porque nos apasiona lo que hacemos, pero desgraciadamente no obtenemos casi ningún beneficio.


Pocas marcas nos apoyan, pero sí que se benefician de nuestro trabajo. Cuando subimos fotos de riders a redes sociales suelen tener muchas visualizaciones. Estos riders suelen estar esponsorizados y la marca de su tabla o la de su traje de neopreno se ve en la foto y eso tiene repercusión positiva para la marca en sí (publicidad gratuita). Yo no soy el más indicado para hablar de este problema ya que he tenido la suerte de contar con el apoyo de grandes marcas como CANON, SOUL, ZEROSURFBOARD, DAKINE o LIIVE entre otras, pero como te dije antes, aquí en Cádiz contamos con muy buenos profesionales de la fotografía de surf que no tienen tanta suerte y que sus trabajos son impresionantes.

No puedo dejar de mencionar a amigos e increíbles profesionales de la fotografía de surf como Jairo Díaz, Lucas Tozzi, Jim Kenen, Marco Mora, Lolo Picardo, Víctor Bilbao, Jorge Ibáñez, Carlos Vela, CiruPhoto... ¡Fíjate que potencial tenemos aquí en Cádiz!

que el swell está entrando y que por la mañana puede estar épico… Preparar el equipo antes de salir de casa, estirar y concentrarte para entrar al agua sabiendo que te juegas el tipo… Es adrenalina pura. Engancha, y mucho.

La fotografía de surf.

Últimamente me gusta centrarme más en olas solitarias como yo las llamo. Un buen marco con una buena ola de fondo… y si es en alguna de nuestras playas de Cádiz, mucho mejor.

Soy un adicto a las sensaciones que me transmite el mundo del surf. Mirar los partes y ponerte nervioso sabiendo que viene un buen swell. Hablar con ese amigo tres o cuatro días antes de que entren las olas e ir hablando de donde podrían estar las mejores condiciones y a qué horas del día. Hablar de posibles maniobras a fotografiar en función del spot elegido... Esa noche antes de levantarte antes de que salga el sol sabiendo

Lo que cuentas en tus fotos. Tu mensaje. Efectivamente en fotografía social me centro más en intentar captar emociones, sentimientos, etc. Que mires la foto y te diga algo, que te hable, que te transmita o te


transporte a ese momento. Que formes parte de ella. Para mí, el mejor momento de mi trabajo es cuando entregamos un trabajo de fotografía a una pareja de recién casados o a una familia, y cuando lo visualizan se emocionan. Ese momento de verlos emocionados observando nuestro trabajo no tiene precio. Me siento ya pagado.

me gusta. Llámame romántico o pedante pero soy un enamorado de esos momentos. Estar en el agua con olas grandes, tu carcasa de agua y un par de aletas… impone, pero a la vez me da paz. Es como si me encontrara con mi verdadero yo y todo fluye, todo funciona…

En la fotografía de surf y de acción intento captar la majestuosidad del momento. Son fotografías más impactantes fotográficamente hablando. Ver a alguien cabalgando una buena ola o dentro de un buen tubo, siempre llama la atención.

De Surf Trip.

Cuando capto fotografías de olas solitarias es algo parecido. En ese momento todo encaja. Estoy tranquilo, en paz y haciendo lo que más 100

Una vez más tengo que decir que tengo la gran suerte de poder viajar casi todos los años a las islas Maldivas con Borja Romero de Zerosurfboards y un grupo de riders para fotografiar su surf trip. Qué voy a contarte de Maldivas... Fue un amor a primera vista. Las olas, el paraje, sus gentes, el color de la mar... Sin lugar a dudas las mejores

fotografías de surf y las que tengo grabadas en mi retina son de allí. Es aterrizar y olvidarte de todo. Allí la inspiración para fotografiar te inunda. Me gusta ser el primero en levantarme en el barco antes del amanecer, ponerme un buen vaso de café y ver el amanecer desde cubierta escuchando siempre la misma canción (Aqueous Transmission de Incubus). Maldivas te lo pone muy muy fácil para fotografiar. Allí cualquier captura tiene su encanto. Creo que cualquiera puede tirar buenas fotos allí, je je. Tuve alguna mala experiencia. Recuerdo que entró una serie de 12 olas. La primera y la segunda pude sortearlas sin problemas buceando, pero ya la tercera me agarró con


“Cuando capto fotografías de olas solitarias es algo parecido. En ese momento todo encaja. Estoy tranquilo, en paz y haciendo lo que más me gusta.”


”En la fotografía de surf y de acción intento captar la majestuosidad del momento.”

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fuerza llevándome hacia la zona peligrosa del break. Recuerdo dar vueltas y más vueltas bajo el agua. Hablé conmigo mismo cuando estaba atrapado y me decía: “Antonio, siempre te has preguntado cómo sería tu muerte… pues aquí la tienes”. Esta fue la segunda vez que recé dentro del agua. Gracias a Dios cuando pensé que todo estaba perdido pude sacar la boca cual hocico de perro y respirar. Los riders a los que acompañaba en ese viaje y la tripulación del barco estuvieron atentos y me enviaron el dingui. Otro trip bueno que recuerdo fue en Punta de Lobos (Chile). Allí tuve la oportunidad de conocer a Ramón Navarro, uno de los top big wave riders del mundo. No os quiero ni 104

contar que tamaño de olas pude ver allí, uno de los enclaves más conocidos dentro del mundo de las olas gigantes (eso sí, desde fuera con una tazota de café, juas juas juas). ¿Qué te traes ahora entre manos? Actualmente imparto cursos de fotografía deportiva por España como colaborador del CPS Canon España. Para mí es un sueño. Que una marca tan potente como es Canon se haya fijado en mí... Me gusta enseñar lo puedo saber a personas que se están iniciando en este maravilloso mundo. Intento volcarme al máximo ya que yo no tuve la suerte de recibir mucha ayuda cuando empecé y trato a quien me pide ayuda como me gustaría que lo hubieran hecho conmigo. Creo que es lo justo. También soy Trabajador

Social en una residencia de Alzheimer. Me apasiona y estudié para ello. Ayudar a los demás sin esperar nada a cambio debería ser la razón de ser del ser humano. Entre mis dos trabajos y mis dos hijos (que ellos sí que son mi gran pasión y la mejor de mis fotografías), apenas tengo tiempo para sentarme. Quiero agradecer de todo corazón este rato de entrevista a un hombre que solo es uno más con una cámara en la mano. Todo un placer y nos vemos en las olas. Bueno… ¡eso es lo que él dice! Pero sólo tenéis que mirar su trabajo ;) www.antonioceballos.com Facebook: antonio.ceballosfotografia www.inversafotografia.com Facebook: Inversa Fotografía




En el próximo

Maui a tu alcance Todos los trucos para cumplir un sueño María Andrés

Manu Grafenauer

Todos habéis oído ya habar de Maui. ¿Qué podríamos contaros que no sepáis ya? Un paraíso en medio del Océano Pacífico, cuna de la cultura surf y donde mucha gente cree que nunca podrá ir… En este artículo vamos a desvelaros algunos trucos para que podáis hacer un sueño realidad.


oceaninitiatives.org/ES/ # OcEanInitiatives

Paris 2016. CrĂŠdit photo : PalacePalace_. 642 016 778 RCS Nanterre.


* NingĂşn respiro a la basura.


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