Revista Llegas . Febrero 2019

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02 / 2019 #231 aĂąo XIV www.revistallegas.com.ar

teatro

arte letras cine noche buenos aires



231 El silencio es un cuerpo que cae. El primer largometraje de Agustina Comedi se puede ver los domingos de febrero y el primer domingo de marzo a las 21hs en el Centro Cultural Recoleta.v Todo tendría sentido si no existiera la muerte. Se reestrenó la obra de Mariano Tenconi Blanco se presenta los Sabados y Domingos a las 20 hs. en el Teatro Payro, San Martin 766. Entradas desde $ 300.

OBRA DE TAPA Sin titulo, 2005, Fotografia,100 x 75 cm

SUMARIO

Flavia Da Rin (1978) Vive y trabaja en Buenos Aires. Estudió en el Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA). A partir del año 2001 asistió al taller y las clínicas de obra a cargo de Diana Aisenberg. Entre 2003 y 2005 realizó el Programa de Talleres para las Artes Visuales del Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA- Kuitca). Participó de muestras individuales y colectivas en museos y galerías de Argentina y el exterior así como también en las bienales Busan de Corea y Cuenca Ecuador como envío argentino. La obra de tapa puede visitarse en el marco de la exhibición colectiva “Maneras de ver, formas de mirar” junto a las artistas Lucía Delfino, Marisa Domínguez y Verónica Gómez, con curaduría y texto de Laura Isola.

4-5 TEATRO Reseñas de Yo maté de Leo Azamor, Todo lo posible de Lorena Romanin y Los Amigos, el Biodrama dirigido por Vivi Tellas.

6-7 LADO B Laura Nevole describe como son sus días tratando de quemar el tiempo libre.

8-9 LETRAS Los mejores libros que dejó el 2018 De amor y de hambre de Julian Maclaren-Ross y Mentirosos enamorados, Richard Yates.

11 CINE Carlos Diviesti fue a ver Sueño Florianópolis de Ana Katz: . 13 Teatros en primera persona Sergio Albornoz nos cuenta cómo fue la osada tarea de abrir el Teatro Quirón.

Hasta el 16 de febrero - Sábados de 12 a 20 / en la semana con cita previa. Quadro Galería - Agustín R. Caffarena 199 - La Boca. www.quadrogaleria.com

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? QUIENES SOMOS

Editor Responsable Ricardo Tamburrano DISEÑO Daniela Sawicki COLABORAN EN ESTE NUMERO Julieta Bilik, Vera Czemerinski, Paula Boente, Martin Caamaño, Carlos Diviesti. TIRADA DE ESTA EDICION 6000 ejemplares Publicidad: Sabrina Lara . dgsabrina@gmail.com . 11.5716.6665 Nahuel Saa . nahuel7_89@hotmail.com . 11.3162.2032 llegás a buenos aires es una publicación mensual de distribución gratuita, Propiedad de Ricardo Tamburrano, Pje. Spegazzini 574, CABA. Fundada el 5 de agosto de 2004. Se distribuye en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Registro de marca 2519629. Registro de la propiedad intelectual exp. 347083. ISSN 1668 – 5326. La programación de las agendas puede sufrir cambios por parte de los organizadores. Llegás no se responsabiliza de los mismos.


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Los amigos, un biodrama afro

Un barrio en Buenos Aires que es sinónimo de la extranjeridad; un teatro precedido por un portón que parece una fortaleza en un domingo de verano agobiante. Más adentro, un jardín silencioso y una pileta casi diminuta que parece ser la guarida de los dragones que custodian la sala. En la cocinita que la antecede dos amigos beben té, charlan, comparten el rato. Al fin entramos. El aire acondicionado nos ali-

via y la ambientación nos reconforta. Nos sentamos alineados, elevados con respecto a lo que vemos: esa distancia justa que nos brinda templanza y seguridad. El relato se construye de a escenas. Sow y Fallou cuentan de dónde vienen, en qué creen, cuántas veces estuvieron cerca de la muerte y cómo es su vida en la Argentina. Recrean anécdotas con métodos de representación precarios, leen un poema, discuten,

intentan ponerse de acuerdo y hasta rezan. Todo lo que pasa en el escenario está basado en sus memorias. La pieza es parte del Proyecto Biodrama, que combina biografía y teatralidad, y que Vivi Tellas ha desarrollado desde 2002 en casi veinte títulos que han recorrido la vida de personajes variopintos. Una vez más, la sinergia funciona. Entre el carisma de Sow y Fallou, y la síntesis de Tellas, la obra fluye. Tanto que, hacia el final, cuando la puesta propone poner el cuerpo para celebrar un modesto banquete, la intempestiva situación parece incomodar. ¿Cómo podemos compartir el rato con alguien que ha abierto las compuertas de su intimidad y a quien no le hemos dado nada a cambio (excepto los $300 que cuesta la entrada)? Ahí el mensaje más certero de Los amigos: que la amistad (entendida como cordialidad) es posible en la convivencia, más allá de los intercambios. Da igual si en el teatro o en la ciudad. Julieta Bilik Dramaturgia y dirección: Vivi Tellas. Interpretación: Mbagny Sow y Fallou Cisse. Zelaya, Zelaya 3134; domingos a las 19 y a las 21; $300.

TODO LO POSIBLE

Daniel vive con su hermana Magui y está enamorado de su mejor amigo Eliseo, con quien trabaja en un jardín de infantes. Magui vive con su hermano Daniel y está enamorada de su novio Álvaro; o tal vez ya no tanto. La cabeza da vueltas y vueltas. La tragedia merodea hasta caer en picada agitando los vínculos. Todo cambia, todo puede pasar. Con una estructura menos clásica que en “Como si pasara un tren”, obra anterior con la que cautiva al público desde hace cuatro años, Lorena Romanin logra acá una pro-

puesta igual de fresca. El acento está puesto en las relaciones, en una historia que se adentra en lo dramático pero, como siempre, con una pátina de humor. Y va a ser humor negro en este caso. Una plataforma giratoria funciona como dispositivo escénico en el que los personajes rotan, se dan impulso, cambian de punto de vista y entablan complicidad con el público. Recurso memorable que es todo un hallazgo. Marco Gianoli, Salome Boustani, Claudio

Mattos y Guido Botto Fiora protagonizan la obra, transitando con acierto la variedad de estados que la historia propone, en equilibrio volátil entre la tragedia y la comedia. Como expulsadas por una fuerza centrífuga, se suceden instancias que giran en torno el amor, el desamor, la culpa, el miedo, la amistad, el destino y la diversidad sexual, tema que la directora ya había abordado en su trabajo “Julieta y Julieta”. En esa calesita de sentimientos, en esa voltereta constante que marea, en la que todo muta y nos inquieta la incertidumbre por lo que puede suceder, surgirá la pregunta por el sentido. Paula Boente Dramaturgia y Dirección: Lorena Romanin Actúan: Marco Gianoli, Salome Boustani, Claudio Mattos y Guido Botto Fiora. El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960; domingos a las 20; desde $280


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YO MATÉ La producción de una obra debe llegar a su estreno. Cueste lo que cueste. Por mucho que en el camino se presenten dificultades –caprichos, traumas infantiles o apariciones sobrenaturales- el arte deberá avanzar hasta su concreción en escena. Que no vengan con fantasmas, sigamos. Si bien no sabremos hasta el final si la obra dentro de la obra alcanzará tamaño objetivo (atravesar su propio proceso y… ¡estrenar!), sí es cierto que Yo maté –la obra escrita y dirigida por Leo Azamorlo alcanzó y en buena hora. Se trata de una comedia que mira con agudeza el sistema de producción en el que está inmersa y se ríe sin reparos de eso mismo, y entonces de sí misma, de las debilidades de cada uno que hicieron de ella lo que es. Los cinco personajes que la habitan son tan insoportables como reconocibles, cualquiera que pasee por los pasillos del Abasto o incluso de la avenida Corrientes

sabrá identificarlos y, al interpretarlos, los actores dan cuenta de conocerlos de primera mano. Yo maté acepta los límites del espacio en que se presenta –uno chico, independiente, con una planta de luces limitada y la incomodidad natural que produce trabajar allí-. Y es justamente así, dentro de ese sistema, cercado por la independencia y la falta de presupuesto, que la imaginación y el juego avanzan y la obra marcha firme a través del entrecruce de peripecias de varios géneros –comedia, suspenso y terror- guiada por su propia lógica. Su argumento bien podría ser el de una de enredos en código Clase B, con reminiscencias a Quién mató a Baby Jane, diva en decadencia incluida. En ese contexto, los elementos sobrenaturales acentúan el código entre ingenuo y bizarro, y terminan de definir el universo un poco trash pero a la vez cercano en el que habi-

ta esta exquisita y antiexclusiva compañía teatral. Con algo más de recursos de producción, Yo maté bien podría ser una obra del circuito comercial: divertida, efectiva y con un plot claro, es un gran entretenimiento. Habla mucho de un autor y director, alguien que parece pensar el teatro de manera abierta, sin restringirse al deber ser de su propio circuito, y con la inteligencia de quién sabe que para sacarla buena, a la comedia es necesario tomarla con mucho humor, un poco de ironía, bastante desparpajo y nunca demasiado en serio. Vera Czemerinski Autor y director: Leonardo Azamor Actuan: Ezequiel Cipols, Paola Fontana, Rebeca Kohen, Matias Pellegrini Sanchez, Mara Teit. Desde Viernes 1 de marzo, 23 hs. Espacio Polonia. Fitz Roy 1477, CABA. Entrada $ 250.-


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LADO B

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el correr del tiempo Un recorrido disciplinado y auténtico de Laura Nevole para conectar con el ocio, donde asoma una especie de motor que la impulsa a no detenerse jamás. A veces el trabajo artístico funciona como un cuenco donde una vuelca los resultados del ocio. El ocio es una experiencia que implica una elección y una acción. En mi tiempo libre salgo a correr. Lo hago desde que tengo trece años, todos los días, de una a dos horas por día. El correr siempre fue un aliado. Antes, un aliado secreto y hasta vergonzante, no estaba bien visto salir a correr, era algo raro. Desde que se puso de moda y pasó a llamarse running, se convirtió en un ejemplo para los demás y hasta en un motivo de envidia. Corro por ansiedad. Necesidad de fugar, de distraer, de encontrar, de soltar. Corro para matar la voracidad. Corro buscando una imagen, corro buscando las palabras justas, corro pasando letra, corro interpelando a un interlocutor imaginario, le grito mientras corro, corro para centrifugar el mundo, para escupirlo, corro buscando un objetivo, una salida, una señal. Superarse a uno mismo o perder: no hay más opciones, dice en su libro el escritor japonés. Corro para entender esta frase. Corro, corro mucho. Corro a la mañana o al mediodía. Corro en todos lados. En Potosí, a 4000 metros de altura, en Praga con cinco grados bajo cero y en Colegiales esquivando el humo del 41. Corro sola, eso sí, nunca acompañada. A veces, muy de vez en cuando, corro con música. Ir consumiéndose a uno mismo, con cierta eficiencia y dentro de las limitaciones que nos han sido impuestas a cada uno, es la esencia del correr y, al mismo tiempo, una metáfora del vivir, dice en su libro el escritor japonés. Al verme salir a correr de madrugada, el portero me mira desconcertado. El portero es mi implacable superyó. Corro para calmarme, no lo lo-

gro. Corro para pensar, corro para poder tomar. Tomo cerveza. Sola, con mi pareja, con amigxs o con colegas. La cerveza siempre fue una aliada. Me encanta ese momento en que el alcohol me devuelve la alegría de ver más, y cuando esto

“Corro buscando una imagen, corro buscando las palabras justas, corro pasando letra, corro interpelando a un interlocutor imaginario, le grito mientras corro, corro para centrifugar el mundo, para escupirlo, corro buscando un objetivo, una salida, una señal.” es compartido, a veces alguien tiene una imagen, una que nos entusiasma a todxs y se convierte en el origen de un proyecto. Esos momentos de hallazgo embriagado son la felicidad. A veces tomo por fuera de mi tiempo libre. A veces pienso que tomo de más, a veces tomo de más. Corro para poder tomar. Para poder reventarse hay que cuidarse mucho. Esto no lo dice el escritor japonés.

“Al verme salir a correr de madrugada, el portero me mira desconcertado. El portero es mi implacable superyó.” Tengo avidez de totalidad, de comprender todo, de relacionar todo con todo. Estudio. Me recibí de psicóloga, profesión que abandoné para dedicarme a la actuación. Hoy estudio astrología y filosofía, y mientras

observo las características de los signos, pienso de qué modo voy a usar este saber en una obra o para seguir investigando y formando artistas. El pensamiento siempre fue un aliado. Medito treinta minutos por día buscando un dios, así, un dios, a secas, un dios cotidiano, sin mayúscula, ni sotana, ni iglesia, ni templo. Busco un dios propio, que a veces se ausenta. Limpio, ordeno la casa, busco la calma. Difícilmente duerma, muy a mi pesar. Hay días en los que no puedo hacer nada con el tiempo. Él gana la batalla y yo fallezco. Hay días donde el tiempo libre simplemente me atormenta, como el portero. Esos días ando, literalmente, como bola sin manija. ¿Qué hace la artista en su tiempo libre? No sé si respondí esta pregunta. Lo que hago en el tiempo libre es la condición de posibilidad de mi trabajo artístico, y en este punto me detengo y releo lo escrito hasta ahora. Al repasar lo escrito, dudo. Dudo de estar diciendo la verdad. Hoy, con un hijo de once meses, el tiempo libre no existe. El tiempo es tiempo, sin adjetivo, perdió su libertad. Es tiempo robado. Robado a mi escritura, a mi pareja, a mi profesión. Es tiempo añorado. Hoy, el tiempo libre es algo que extraño, es algo que se escapa, gateando. Laura Nevole es actriz, dramaturga, psicóloga y docente.

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La Elegida El 17 de febrero reestrena La elegida, obra dirigida por Paula Fanelli y escrita por ambas, domingos a las 18.15 en Espacio Callejón, Humahuaca 3759.


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LETRAS

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hermosos perdedores La Bestia equilátera rescata De amor y de hambre, otra maravilla de Julian Maclaren-Ross y con Mentirosos enamorados, Richard Yates se supera a sí mismo. Dos de los mejores libros que nos dejó el 2018.

De amor y de hambre

Julian Maclaren-Ross La bestia equilátera

Podría ser una película de Wong Kar Wai. Un hombre debe embarcarse para trabajar en un crucero y le pide a un ex compañero de trabajo que cuide a su esposa durante su estadía en altamar. El resto resulta previsible. Lo que empieza como un favor, casi como una obligación, se convierte en una historia de amour fou con final amargo. Pero no estamos en el Hong Kong de los 60’s sino en una ciudad costera del sur de

Inglaterra meses antes de que estalle la Segunda Guerra Mundial. Y tampoco se trata de una película sino de una novela escrita en 1947 que, en más de un sentido -su estructura elíptica sumamente efectiva, el valor otorgado a los diálogos para definir el tono y el funcionamiento de la trama y una prodigiosa agilidad nunca en demérito de la construcción de escenarios, situaciones y personajes- se comporta como un film. Hablamos de De amor y de hambre, libro escrito por Julian Maclaren-Ross, autor británico de culto, suerte de dandy legendario (amigo de Dylan Thomas, admirado por Graham Greene) que por suerte La bestia equilátera se ha propuesto rescatar prácticamente desde su nacimiento. Como suele ocurrir con esta clase de escritores de acción - de los que Hemingway es el paradigma- gran parte de su experiencia vital se trasvasa a la escritura. “Caminé rápido para impedirme pensar. Creí que si cami-

naba lo suficientemente rápido el recuerdo no me alcanzaría, que lo dejaría atrás. Pero luego supe que lo llevaba dentro de mí y que jamás me libraría de él”, dice Richard Fanshawe, protagonista y narrador de De amor y de hambre, que al igual que Maclaren-Ross trabajó una temporada como vendedor de aspiradoras a domicilio y vivió con lo justo de pensión en pensión. De ahí radica la precisión y la riqueza de detalles sobre esta clase de empleo, muy común para la época, que se deja leer en la novela. Las modalidades, las estrategias, las estafas, la capacitación, las dinámicas de las ventas, la fauna de clientes, los distintos tipos de vendedores, desfilan con naturalidad antes y mientras se desarrolla la verdadera trama del libro: la historia de amor entre Fanshawe y Sukie, la esposa de su ex compañero de ventas, una auténtica mujer difícil. Todo esto con la inminencia de la Segunda Guerra como telón de fondo. Ya en su título De


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amor y de hambre condensa sus intenciones. Por un lado esa suerte de picaresca actualizada, el derrotero de un hombre que, mientras aspira a convertirse en escritor, trata de sobrevivir como puede. Por otro, el relato descarnado de un romance trunco. Amor y hambre para Fanshawe, y también para Maclaren Ross, son dos caras de una misma moneda.

Mentirosos enamorados

Richard Yates Fiordo

Los títulos de los libros de relatos de Richard Yates suelen ser explícitos en cuanto al tema que los domina. Algo así como una tarjeta de presentación, un catálogo o un manual de uso. Si Once tipos de soledad eran once acercamientos distintos a la cuestión de la soledad (una soledad muchas veces llena de gente) en Mentirosos enamorados, Yates repite la fórmula y presenta siete relatos donde la mentira y el enamoramiento -no el amor sino el enamoramiento, esa otra forma de la mentiraparpadean constantemente en el fondo de todas las tramas. Casi veinte años después de Once tipos de soledad, la evidencia de lo inesperado: con Mentirosos enamorados Yates no sólo lo vuelve a hacer sino que se ha superado a sí mismo. Estos relatos son más extensos y de estructura más compleja -aunque no menos perfecta- que los de Once tipos de soledad. Yates no es esa clase de autor de frases floridas ni de ideas

revolucionarias ni de grandes golpes de efecto. Aunque muchos sean artistas, sus personajes no son superdotados ni demasiado brillantes ni mucho menos cancheros o heroicos. Son historias sobre gente común y corriente pero no por eso menos compleja y contradictoria. Una escultora que pretende vivir de su arte pero apenas puede mantener a sus hijos; un soldado de franco que quiere perder la virginidad y no lo consigue ni siquiera con una prostituta; un escritor becado en Londres que entabla una relación con una puta de Piccadilly Circus; una estudiante que le dice a su padre que ya no lo quiere; un escritor obsesionado con Scott Fitzgerald que se va escribir un guión de cine a Hollywood. Esa es la clase de personajes de Yates. No son como Scott Fitzgerald, en todo caso pretenden serlo y no pueden. Todos sufren algún tipo de enamoramiento, todos le mienten a alguien pero sobre todo se mienten a sí mismos. Y en cada relato siempre hay personaje lateral, en apariencia menor, pero indispensable para echar luz sobre la historia principal. Ahí está el hipócrita Bart Kampen en “Jose, estoy tan cansada” o la tía Judith en el cuento que le da nombre al libro. Si algo sorprende en estos relatos es que en ellos se puede advertir el paso del tiempo. Los cuentos de Mentirosos enamorados duran. De la misma manera que nos sorprendernos en noviembre que el año se pasó volando y no nos dimos cuenta, el tiempo pasa y solo lo notamos al descubrir su consecuencia en los personajes y en aquello que les sucede. Por eso no es casual que “José, estoy tan cansada”, el relato que abre el volumen, y “Saludos en casa” tengan el mismo narrador, primero como hijo y luego como futuro padre. “¿Como puedes ser que vayas a ser padre -me dijo- si todavía pareces un hijo?”, dice alguien en el segundo. Y en “Una chica natural” se lee: “Cuando la abrazó, descubrió que, a pesar de todo su vida no había acabado”. Desde esa instancia narra Yates, luego del derrumbe pero antes de la caída definitiva, desde ese limbo incómodo y cruel en el que todavía quedan esperanzas.

MARTÍN CAAMAÑO



CINE

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chega de saudade Sobre Sueño Florianópolis, de Ana Katz, notable estudio sobre nuestro veleidoso espíritu. Se puede ver en el Gaumont por treinta pesos... ¡Apurate! Lucrecia y Pedro ya estuvieron en Florianópolis hace diez años. Entonces vieron un entorno natural que se les clavó en el corazón como la espina de una rosa, esa belleza que de tan encantadora duele y no puede ser nombrada (más que en el título de un libro para leer panza al sol sin prestarle atención a las frases en latín). Por eso siempre quisieron volver, más ahora que los chicos son grandes y los dos quieren que vivencien el mar, los morros, la arena de la playa, las cosas verdaderamente importantes que uno se guarda de las vacaciones para siempre. Que ellos, Lucrecia y Pedro, se estén separando, es francamente anecdótico; pueden convivir con el tema sin pudores ni ocultamientos, y a la vez se pueden permitir despedir a los chicos que están a un trance de hacerse adultos. Hay quienes pueden llamarlos “modernos” por esa convivencia abstrusa, sin embargo estamos en los ‘90 y la vida, hoy, es una constante evolución y un imperioso salir al mundo. Pero papá no cargó nafta y come camarones, a mamá la tienta la sunga de Marco, Julián se quiere ir solo a Bombas y Bombinhas, y Florencia presenta una compul-

siva necesidad de roce con el sexo opuesto, con el de Lautaro o con el de César, no viene al caso. Entonces Lucrecia y Pedro (que la pifiaron de entrada cuando arreglaron alquilar por teléfono una pocilga a dueño directo) sienten que algo se escapa del control que presumieron ejercer. Se les escapa el control de ellos mismos, eso que son psicólogos. Porque Brasil será un país maravilhoso, sus playas las mais lindas do mundo, su gente legal, direta e desinibida, pero de ahí a que cada cual quiera hacer la suya y sentirse libre... ¿Quién puede darse cuenta de cómo esa vida prevista se les escapa de las manos? ¿Lucrecia, que vuelve a la casa a buscar un paraguas porque seguro que se largar a llover y se tropieza con una gambá? Tal vez, porque pareciera que nadie puede resolver los conflictos si no es a los gritos, y a lo mejor todo se arregle con comprender al otro o con soñar despiertos, así de fácil. Todos estos años nos costó y nos cuesta a los argentinos razonar que las cosas son así de fáciles, y de aceptar el trabajo que nos cuesta que así sea. Esa constante de querer darle una curva dramática a nuestra propia vida nos impidió crecer enton-

ces y nos impide darnos cuenta ahora que aún es posible cambiar las ilusiones. De eso trata SUEÑO FLORIANÓPOLIS, de la ilusión de la felicidad más que de una vida ilusoria, de saborear el momento y disfrutar la borrachera, de cruzar a pie los ríos, de dejarse ganar por el mar y el cielo aunque no sepamos nadar ni tengamos alas, de ver, con una sonrisa luminosa, cómo bucean juntas dos tortugas cerca de nosotros. De eso trata esta película, de nosotros, de lo que fuimos, de lo que somos. De cómo se desplazan los recuerdos, de cómo analizamos la utopía de la libertad, de cómo somos hombres y mujeres, de cómo podemos ser grandes cuando la niñez no se ha ido tan lejos. Carlos Diviesti

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SUEÑO FLORIANÓPOLIS (Argentina/ Brasil/Francia, 2018). Dirigida por Ana Katz. Escrita por Ana y Daniel Katz. Intérpretes: Mercedes Morán, Gustavo Garzón, Manuela Martínez, Garza Garzón, Marco Ricca, Andrea Beltrao, Caio Horowicz. 106 min.



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Teatros en primera persona

motor creativo Un nuevo espacio aparece en Boedo impulsado por la fuerza de la curiosidad, trasformando demonios en ficciones y un deseo: hacer teatro por mucho tiempo más. Todo arranco en el año 2009 cuando regresé de un viaje por Sudamérica, en ese momento le comenté a Ricardo Ryzak y a otro amigo mis ganas de realizar una productora audiovisual. A los pocos meses nos pusimos en campaña para alquiler una casa, donde también tendría lugar nuestro primer estudio fotográfico (Productora Realización Ars), realizábamos fotos sociales y books de modelos, como excusa para poder llevar a cabo nuestros trabajos artísticos. Mientras tanto, retomaba mis estudios de actuación con Guillermo Cacace, quien unos años después me ofreció ser su ayudante de primera en una Cátedra en la Universidad Nacional de las Artes. Ahí fue donde comencé y entendí como mezclar los mundos que más me gustan: el cine y la actuación. Y poco a poco fui profundizando en la investigación sobre la actuación en todos los niveles. Comencé junto a Pilar Boyle a dar talleres en mi estudio de fotografía de actuación frente a cámara. Ampliamos todo tipo de propuestas, un laboratorio de actuación frente a cámara que tenía forma virtual en facebook, luego realizamos intensivos de actuación frente a cámara, talleres bimestrales y retiros de actuación. Los retiros fueron también una gran semilla, ya que en estos días que pasábamos encerrados investigando la actuación frente a cámara, comenzamos a sentir la necesidad de hacer paredes

nuestro sueño. Sumado a esto comencé a dirigir mi primer obra, El adiós no se dice, y Pilar también comenzó a armar Teresa esta Liebre. Claramente necesitábamos un espacio. Así fue como nos juntamos con Ricardo, Pilar y Mariano Asseff. Así nos mudamos a una casa a una cuadra de donde estamos ahora, luego de trabajar por medio año intensamente y estar casi encaminados a la habilitación, el dueño se echó atrás por miedos (vaya uno a saber de qué) y tuvimos que reformular el proyecto. Ricardo vio un local y eso fue clave, un día lo fuimos a ver y nos dimos cuenta que ese lugar iba a ser nuestro teatro. Llegamos a Avenida La plata 1331, durante muchos años sin darnos cuenta ensayamos para poder abrir el espacio, durante muchos años, transformamos demonios en ficciones y así juntos pudimos darle paredes a nuestro sueño. Luego de un verano súper intenso en enero 2018, pudimos realizar las obras pendientes y en abril logramos habilitar nuestra querida sala.

sas. Después llegaron los turnos de Devil y Como Le pondrías obras que dirijo. Junto a Moiras esa fue nuestra programación que ocupo gran parte del primer año de Quirón. Poco a poco fuimos sumando ciclos de cortos para estudiantes, Gallo cantor y Otros posible un ciclo de música.

Las primeras funciones fueron de nuestro ciclo “Estrella de obras cortas en miniatura”, un viernes y un sábado estallado de gente donde presentamos por primera vez “Parloteos” y otros artistas pudieron mostrar sus trabajos. Con el correr del tiempo se reestreno “Teresa esta Liebre” luego de una temporada en el Camarín de las Mu-

Sergio Albornoz

En abril del 2019 Teatro Quirón cumplirá su primer año de vida. Sabemos que vendrán muchos más, pero ahora nos enfocamos en el momento, en el lugar que estamos, en este presente que cuesta pero que juntos estamos gozando de poder sacar adelante una opción nueva para que la gente del barrio de Boedo puede acercarse al teatro y a la actuación. Teatro Quirón no es algo que nació de un día para otro, no fue algo que simplemente sucedió. Teatro Quirón es producto de las ganas, de gozar lo que hacemos, de repetirnos día a día que tenemos el mejor trabajo del mundo y de poner todo nuestro amor.

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TEATRO QUIRÓN Av la Plata 1331 . Boedo Teléfono: 3967-7339 www.facebook.com/teatroquiron/


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BARES Y RESTAURANTES bares@revistallegas.com.ar

DOÑA

Bulnes 802, esq. Humahuaca Reservas: 4862-9278 Doña es una cantina que intenta homenajear a los grandes bodegones de Buenos Aires desde la mirada del presente, rescatando ese espiritu que nosotros recordamos de nuestra infancia.

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Musetta Caffé

Musetta Caffé. Billinghurst 894, esquina Tucumán. Información y reservas: 4867-4037. Disfrute de los mejores desayunos, meriendas, almuerzos y cenas. Martes, miércoles y jueves de 12PM a 1.30 AM. Viernes y sábados de 12PM a 2.30 AM. Domingos de 18 a 0hs. Más información en www.musettacafe.com

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Guarda la Vieja!

Billinghurst 699 esquina Guardia Vieja. Reservas: 4863-7923 Comedero & Bebedero ubicado en una clásica esquina de Almagro, con un ambiente ideal para relajarse con amigos o en pareja. Exquisitos platos caseros, picadas, tragos, cervezas, vinos y buena música para condimentar.




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