ELEF: Estelar Esteban

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HOMENAJE DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA AL CATEDRÁTICO LÓPEZ-ESCOBAR EN SU JUBILACIÓN

#ELEF AÑO 40, NÚMERO 1 l PAMPLONA, OCTUBRE 2012

Estelar Esteban Reconocimiento de la Facultad de Comunicación al catedrático Esteban López-Escobar por sus 40 años dedicados a la docencia y la investigación


Esteban López-Escobar

Una vida universitaria El catedrático de Opinión Pública de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra se jubila tras cuarenta años de docencia

1972 - 2012

icenciado y Doctor en Derecho, Graduado en Periodismo y Licenciado en Ciencias de la Información, y Diplomado en Derecho comparado por la Universidad de Estrasburgo, es Catedrático de Opinión Pública en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, en la que ha sido el primer director del Departamento de Comunicación Pública. Además es profesor en el programa de Maestría y Doctorado en Gobierno y Cultura de las Organizaciones (Instituto Empresa y Humanismo) en la Universidad de Navarra. Fue elegido presidente de la WAPOR (World Association for Public Opinion Research) para el bienio 2005-2006. Es Fellow del Joan Shorenstein Center for the Press, Politics and Public Policy (John F. Kennedy School of Government, Harvard University), del Washington Program in Communications Policy Studies (Annenberg School of Communications), y de la Fundación Fulbright. Formó parte del Consejo del International Institute of Communications (Londres), del Consejo Estratégico del European Institute for the Media (Manchester y Düsserldorf), y del European Communications Council (Berlín). Y colaboró con el Consejo de Europa y la Federación Internacional de Editores de Diarios. Es autor, coautor y coeditor de dieciséis libros (Análisis del ‘nuevo orden’ internacional de la Información, La televisión por

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cable en América y Europa, La responsabilidad pública del periodista, Das Wirtschaftrecht der Internationalen Telekommunikation in Spanien, Television and the public interest, E-conomics: strategies for the digital marketplace, Comunicación y Democracia, ¿Qué pensamos en Navarra sobre los Políticos?, etc.), y de varias decenas de artículos, aparecidos en el Journal of Communication, International Journal of Public Opinion Research, Journalism and Mass Communication Quarterly, European Journal of Comunication, Comunicación y Sociedad, la Revista Española de Investigaciones Sociológicas, Doxa, Sphera Publica, etcétera. Ha participado en treinta proyectos de investigación, relacionados –entre otros asuntos– con la teoría de la agenda-setting, la espiral del silencio, las imágenes públicas de los candidatos y líderes políticos, y la percepción social de los periodistas y de los políticos. Ha sido el investigador principal de quince de esos proyectos. Miembro fundador de la revista Gaceta Universitaria. Fue director de Nuestro Tiempo (1974-1979), y ha publicado colaboraciones en diversos diarios (El Mundo, ABC, El Periódico de Catalunya, Diario de Navarra, etc.). Ha dado cursos, conferencias y ha desarrollado ponencias en congresos celebrados en 40 países. n

But do not remain in the past, feel the nostalgia of the future, and go, go, go forward, with the help of God, in the company of men. — Esteban López-Escobar

El correo de Esteban López-Escobar Fernández:

elef@unav.es En Twitter:

@elefcom


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#ELEF AÑO 40, NÚMERO 1 PAMPLONA, OCTUBRE 2012

Edición especial de la Facultad de Comunicación dedicada a la jubilación del catedrático Esteban López-Escobar

Momentos estelares

Coordinación Manuel Martín Algarra

reo que Esteban personifica muy bien un lema que él mismo inventó con ocasión de la celebración del cincuentenario de la Facultad de Comunicación. Podría decirse que Esteban es un “evento continuo con momentos estelares”. Querría destacar cuatro de esos momentos, todos bastante recientes y que particularmente recuerdo con especial afecto. Creo que dan cuenta de cuatro dimensiones de su personalidad, que en cualquier otro serían contradictorias y en él genialmente compatibles: 1. El primero, Esteban escritor, editor de libros, periodista. Y centro el momento estelar en la presentación del libro del cincuentenario en Madrid, en la sede de la Asociación de la prensa, en un acto presidido por D. Antonio Fontán y acompañado por Covadonga O’Shea, Jesús Martínez de Rioja, Iñaki Gabilondo y yo misma. 2. El segundo, Esteban actor y promotor de artistas, en ese memorable momento estelar del FCOM on the stage, el viernes 15 de mayo de 2009. Un soñado flasback al “Periodismo on the rocks” cumplido. 3. El tercero, Esteban profesor, despidiendo a sus alumnos de 4º de Periodismo, en la que fue su última clase, acompañado por muchos profesores de su Facultad. Allí dictó la clase, contó una historia, recitó un poema y se le quebró la voz. 4. Y el cuarto, Esteban investigador, en el último seminario de doctores impartido a sus colegas de la Facultad. Expresión magistral de una trayectoria investigadora sin precedentes en nuestra Facultad. Cuatro momentos estelares de un evento continuo, Esteban López-Escobar, que en su jubilación sigue proyectando, imaginando, y soñando el futuro. GRACIAS. Mónica Herrero Decana

Diseño y edición Paco Sancho Redacción Avelino Amoedo, Ángel Arrese, Ana Azurmendi, Carlos Barrera, Joyce Baptista, Álvaro Bonet, Mónica Codina, Efrén Cuevas, Carolina Díaz Espina, Patricia Diego, Marta Frago, Alberto Nahum García, Juan José García-Noblejas, Miguel García San Emeterio, Nagore Gil, Beatriz Gómez Baceiredo, Ramón González, Enrique Guerrero, Ruth Gutiérrez, Elena Gutiérrez, Sonsoles Gutiérrez, Sira Hernández, Mónica Herrero, Miguel Ángel Jimeno, Mateye La Porte, Jorge Latorre, Bienvenido León, Esteban López-Escobar, Fernando López Pan, Ignacio de Lorenzo, Pedro Lozano Bartolozzi, Eva Lus, Javier Marrodán, Manuel Martín Algarra, María Pilar Martínez-Costa, Antonio Martínez Illán, Maite Martínez, Mercedes Medina, Sergi Molas, Mercedes Montero, Elsa Moreno, Mercedes Muñoz Saldaña, Alejandro Navas, Samuel Negredo, María Noguera, Alejandro Pardo, José Luis Orihuela, Cristina Pérez Guembe, Francisco Javier Pérez Latre, Idoia Portilla, Jordi Rodríguez Virgili, María Victoria Romero, Charo Sádaba, Ramón Salaverría, José Javier Sánchez Aranda, Alfonso Sánchez-Tabernero, Paco Sancho, Javier Serrano, Eduardo Terrasa, Marta Torregrosa, Joaquín Torrents, Nacho Uría, Alfonso Vara, Francisco Verdera.

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Fotografía Enrique Alcat, Joyce Baptista, Manuel Castells, Mercedes Galindo, Antonio Imízcoz, Ana López Senosiain, Virginia López, Rodrigo Rodrich, Paco Sancho, Eugenio Zúñiga, José Luis Zúñiga, Vimagen, Archivo Universidad de Navarra. Fotografía portada Manuel Castells

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

Esteban López-Escobar y la Facultad de Comunicación,

la misma historia

El catedrático de Opinión Pública se jubila tras 40 años de dedicación a la investigación y la docencia. Fue uno de los primeros alumnos y, después, uno de los primeros profesores de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra. Manuel Martín Algarra odas las imágenes de Esteban López-Escobar que se recogen en estas páginas son, por supuesto, un homenaje a él, pero también un recorrido por la historia de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, de la que fue uno de sus primeros alumnos –en el entonces llamado Instituto de Periodismo– y uno de los primeros profesores, una vez que el Instituto se convirtió oficialmente en la Facultad que ya era de hecho. La Facultad de Comunicación es uno de los centros más antiguos de la Universidad de Navarra, fruto del estímulo directo de su fundador, San Josemaría. Comenzó su andadura en nuestra Universidad después de que lo hicieran las facultades de Derecho, Medicina, Filosofía y Letras y Enfermería.

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Una novedosa aventura Sin embargo, y en contraste con los estudios que le antecedieron temporalmente, entroncados en la más rancia tradición universitaria, el Instituto de Periodismo fue una novedosa aventura, pionera en España y también en Europa, pues incorporaba la comunicación al elenco de los estudios universitarios: tal era la convicción del fundador de la Universidad sobre la relevancia de las profesiones relacionadas con la opinión pública y los medios. El Instituto de Periodismo se convirtió pronto en una de las señas de identidad de la Universidad y sus estudiantes y profesores añadieron a la seriedad y el rigor universitarios el dinamismo y el interés por la novedad tan características del mundo de la comunicación. 4 l EL JÚBILO DE ELEF

Esteban López-Escobar era estudiante de Derecho en la Universidad de Navarra en aquel verano de 1958. Interesado por la realidad que estudiaba el Instituto recién fundado, se inscribió en él y fue simultaneando sus estudios de Derecho con los de Periodismo. Tras finalizar la carrera de Derecho se incorporó como Ayudante de cátedra a la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, donde hizo su tesis doctoral sobre el Derecho Presupuestario Español y obtuvo un diploma en Derecho Comparado en Estrasburgo. Poco después de obtener el grado de doctor, López-Escobar optó por dar un giro a su vida profesional y trasladarse a Madrid para trabajar en el mundo de la comunicación. Fue periodista durante un año en la capital de España hasta que, a principios de los años 70 su paisano y buen amigo Alfonso Nieto, Doctor en Derecho como él, que acababa de ser nombrado primer Decano de la ya Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra (y hasta entonces Instituto de Periodismo), le propuso incorporarse al claustro como profesor de Teoría General de la Información. Así, en 1972, de la mano de Alfonso Nieto, se produjo un triple regreso de Esteban: a Pamplona, a la vida universitaria y a la Facultad de Comunicación. Ahí desarrollaría durante 40 años su brillantísima carrera. Conocí a Esteban en 1981, en el primer curso de carrera. Era un profesor elegante que nos hablaba de temas totalmente nuevos y muy interesantes. Durante ese mismo curso le expuse mi interés por leer y saber más sobre la materia y así OCTUBRE 1972


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La teoría de la comunicación no había merecido la atención de filósofos e intelectuales, y ni siquiera de la universidad, hasta pocos años antes

quedé, de hecho, vinculado académica e intelectualmente con Esteban (“don Esteban” entonces), pues no existía aún la actual estructura departamental ni existía la figura de alumno interno. Salvo hablar de vez en cuando con el Profesor López-Escobar en su despacho y recibir sus consejos para mis estudios, no recuerdo haber hecho en ese primer curso mérito alguno para mantener nuestra relación académica. De hecho, no volvió a darme clase. Sin embargo, ese vínculo continuó fuerte durante los cinco años de carrera, e incluso resistió los “cantos de sirena” que el Rector Alfonso Nieto me dirigió a través de Aires Vaz, Secretario entonces de la Facultad, que buscaba estudiantes que “apuntaran maneras” para hacer la tesis doctoral con Nieto al finalizar la Licenciatura. El caso es que durante el resto de la carrera continué pululando por el despacho de don Esteban en el mítico “pasillo de Nuestro Tiempo”: él me daba algún libro para leer, yo le echaba una mano en alguna tarea adecuada para un estudiante (rellenar las actas y las papeletas, por ejemplo), participaba en los seminarios que organizaba y hablábamos de vez en cuando. Mis estudios y mi relación intelectual con el Profesor López-Escobar me llevaron a ratificarme en la decisión de dedicarme a la carrera académica en la Universidad comenzando mis estudios de doctorado para escribir una tesis sobre teoría de la comunicación, en búsqueda de fundamentos intelectuales para explicar esa realidad a la que LópezEscobar me enseñó a mirar, sobre la que conversábamos con frecuencia y 2012 OCTUBRE

que, sin embargo no había merecido una especial atención por parte de filósofos e intelectuales y ni siquiera la de la misma institución universitaria hasta pocos años antes. Esteban llevaba sólo nueve años como profesor en la Facultad cuando me dio clase. A mí me parecía un profesor mayor, pero aún no había cumplido los 40. En esos nueve años de experiencia académica en el ámbito de la comunicación fue capaz de construir una asignatura que planteaba las cuestiones más relevantes en la comunicación, con matices filosóficos, sociológicos, éticos, políticos, etcétera.

Un puntal en la Facultad En sus clases nos habló de la historia –tan reciente como breve– de la comunicación como campo de estudio, del impacto de la tecnología en la configuración de ese ámbito del saber, de los elementos, funciones y problemas de la comunicación… Sin duda esta materia de primer curso, junto con la que Juan José GarcíaNoblejas nos impartió en tercero, fueron las incursiones más profundas de la carrera en la realidad de la comunicación y las que me inclinarían por la vida académica en el ámbito de la teoría. Cuento esto porque pienso que refleja la capacidad que tenía el Profesor López-Escobar de mostrar a un estudiante de 18 años en toda su relevancia y profundidad el “tema” de la carrera. No es de extrañar que, ya por entonces, Esteban fuera un puntal en la Facultad y uno de los profesores españoles más activos internacionalmente en el campo de la comunicación. Era un académico muy original por sus puntos de visEL JÚBILO DE ELEF l 5


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ta y enfoques, y todo ello en apenas diez años y habiendo empezado su carrera académica en comunicación prácticamente desde cero. La actividad investigadora de Esteban López-Escobar pasó por fases diversas, coherentes con su formación académica en Derecho y con su condición de pionero de en los estudios de comunicación. Realizó y publicó importantes trabajos en el ámbito de la estructura y las políticas de la comunicación (por ejemplo, sobre el Nuevo Orden Mundial de la Información, o sobre la política europea de las telecomunicaciones) y participó en importantes equipos internacionales de investigación. Aparentemente, esos temas poco tenían que ver con su docencia en el campo de la teoría. Pero, sin duda, su aproximación a esos temas iba más allá de lo meramente técnico o jurídico y alimentaba en él una comprensión de la comunicación que trascendía la mera logística. Pienso que en el marco de esos trabajos se incubaba el concepto de comunicación como fundamento de lo social, tan presente en el magisterio de Esteban López-Escobar.

Una década productiva En la década de 1980 su visión de la comunicación fue cuajando en proyectos de investigación y tesis doctorales orientadas por esa intuición de la teoría comunicativa de lo social. Ésta arrancaba de una revisión crítica pero respetuosa de la mass communication research, hegemónica en el campo. Su conocimiento de los autores de la Escuela de Pensamiento Social de Chicago se hizo mucho más profundo a partir de entonces. La creación del Departamento de Comunicación Pública de la Facultad, del que López-Escobar fue el primer director, intensificó y extendió esa línea de pensamiento. Esto, junto con otros factores, explica también que la Facultad le encargara la docencia de Opinión Pública, materia en la que culminaría su carrera académica. La excelencia y ampli6 l EL JÚBILO DE ELEF

tud que la investigación en Opinión Pública ha alcanzado en nuestra Facultad desde entonces es patente. Buena muestra de ello es la celebración en Pamplona, por iniciativa de Esteban, de varios congresos regionales de la World Association for Public Opinion Research (WAPOR), la puesta en marcha de diversos proyectos financiados de I+D con resultados publicados en relevantes revistas de la especialidad o la elección de Esteban López-Escobar como Presidente de la WAPOR para el bienio 2005-2006. Sin duda, su tarea docente e investigadora en Opinión Pública ha sido punto de partida para el posterior desarrollo en la Facultad de la investigación y la docencia en materias como Métodos de Investigación en Comunicación y Comunicación Política. El desempeño del Profesor López-Escobar ha sido fundamental para que la investigación en comunicación en España mantuviera en su foco de interés la Opinión Pública, especialidad históricamente muy relacionada con los orígenes de nuestro campo del saber. Con la jubilación de Esteban, la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra entra en una etapa nueva. Por vez primera en el claustro de nuestra Facultad no hay ningún profesor en activo que sea graduado del Instituto de Periodismo. Ni siquiera Paco Sancho. Dice Alejandro Llano que nadie puede arrogarse el título de maestro. Esteban López-Escobar ha enseñado con maestría que a un académico le debe interesar fundamentalmente el futuro, incluso aunque estudie el pasado. Que debe amar lo que estudia y estudiarlo con admiración y respeto, con rigor y con pasión. Que debe hacerse en compañía de estudiantes y colegas de todo el mundo. Y que el amor a la Universidad sólo es real si se respeta la institución y se confía en sus miembros. Somos muchos los que nos honramos al poder llamar maestro a Esteban López-Escobar. Tenemos un buen maestro: hemos de ser capaces de seguir su huella. n OCTUBRE 1972


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1974 ENERO. Conferencia sobre Matrimonio y Divorcio en el Instituto de Ciencias de la Familia. Salvador Cervera, Jesús García López, Armania Ferrer, Francisco Lucas Mateo Seco y Esteban López-Escobar.

Crecer disfrutando

40 años universales

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Querido Esteban, He viajado contigo por muchos lugares de Europa y América. Siempre me he divertido mucho y he aprendido un montón. Quizás ésa sea la mejor enseñanza del profesor López-Escobar: un maestro te ayuda más a crecer si disfrutas con él. Me vienen ahora a la cabeza el inolvidable viaje de los tiraboleiros a Santiago de Compostela, el descubrimiento de la sopa de remolacha en Varsovia, el upgradeo a business en un viaje a USA cuando nos vieron la cara (estos señores con tanta clase –pensaron– no pueden viajar en turista), las reuniones del European Institute for the Media en varias capitales europeas, las comidas con el gran Nieto para planear la revolución, los encuentros de análisis político del G4 (aunque siempre éramos más de cuatro) liderados por el caudillo Yol, la fusión de cocina y música en la huerta de Juan Cruz, las noches electorales, las reuniones del pocico y tantas cosas más. ¡Gracias, maestro, y contamos contigo para las tres próximas décadas (por lo menos)! Un abrazo, Alfonso Sánchez-Tabernero EL JÚBILO DE ELEF l 7


FACULTAD DE COMUNICACIÓN

1974 MARZO. Mesa redonda en la Universidad sobre la pena de muerte en España. José Zafra, Jesús Arellano, José Ortego, Lecumberri, Esteban López-Escobar, Federico Soto y José María Martínez Doral.

En el libro ‘fcom: 50 años preparando el futuro’ que él mismo coordinó, Esteban López-Escobar recordaba los inicios del Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra, en 1958, año en el que él ya entró en contacto con Pamplona,

aunque su incorporación al claustro de la ya Facultad de Ciencias de la Información no se produciría hasta doce años después. Así cuenta en el citado libro el origen de la que ha sido su academia desde 1972.

Prehistoria inmediata: el curso de verano de 1958 o sé cuál es la “prehistoria remota” del Instituto de Periodismo de la Universidad de Navarra y, por tanto, de la Facultad de Comunicación, ya que ésta es una continuación de aquél. Esa prehistoria habrá que relacionarla con el interés por los medios de comunicación y el afecto hacia quienes trabajan en ellos que siempre tuvo San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador de la Universidad. Pero tuve algo que ver con la “prehistoria inmediata”, pues participé en un primer Curso de Verano de Periodismo y de Cuestiones de Actualidad, celebrado en los meses de julio, agosto y septiembre de 1958 en lo que entonces se llamaba Estudio General de Navarra. La Universidad contaba entonces con Facultades de Derecho, Medicina y Filosofía y Letras, y utilizaba la Cámara de Comptos, el antiguo

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edificio del Museo de Navarra y un pequeño pabellón al fondo del Hospital de Navarra como edificios académicos. Se construían en aquel verano el Colegio Mayor Aralar y un ala del edificio de investigación del área de ciencias experimentales. Una treintena de participantes, en su mayoría varones (había sólo tres chicas) asistimos a aquel curso de verano que supuso para la mayoría de nosotros una inmersión en el ambiente de los Sanfermines, en el riau-riau y en la emoción de los encierros. Los participantes procedíamos de Argentina, Chile, Estados Unidos, Irlanda, Italia, México, Perú, Venezuela, y España (Asturias, Barcelona, Madrid, Sevilla, Valladolid, Zaragoza…). Una buena parte de los varones nos alojamos en la primera, y entonces única, residencia de estudiantes de la Universidad –hoy inexistente– instalada en unos pisos

de la calle Tafalla. Algunos habían terminado su carrera, otros la habíamos comenzado, unos pocos apenas acababan de terminar sus estudios de bachillerato y preuniversitario. Don Antonio Fontán, que dirigía el curso, se rodeó de un excelente grupo de colaboradores que dictaron clases y conferencias muy interesantes. El Diario de Navarra abrió su vieja sede de la calle Zapatería para que hiciéramos allí nuestras prácticas, que solían terminar de madrugada. Algunos artículos de los que hicimos en el curso llegaron a publicarse en los periódicos locales (El Pensamiento Navarro y Arriba España, además del Diario de Navarra). Con frecuencia nos reuníamos en la sede de Nuestro Tiempo, que se encontraba en la calle Paulino Caballero, y allí teníamos interesantísimas sesiones de trabajo con Antonio Fontán y otros. Fue durante ese curso cuando OCTUBRE 1972


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1975 ABRIL. IV Programa de Graduados Latinoamericanos. Con Manuel García Viño.

1975 MAYO. Paseando en la Avenida Carlos III de Pamplona. 2012 OCTUBRE

conocimos que la Universidad había decidido crear el Instituto de Periodismo. Aquello decidió a más de uno a trasladar su expediente académico a Pamplona, para seguir aquí la formación periodística, continuando también –en algunos casos– con la carrera iniciada o terminada. La creación de un centro de enseñanza del periodismo en el ámbito universitario provocó en el Instituto una fructífera orientación investigadora, y se tradujo en el inicio de una sección –hoy muy relevante– de textos relacionados con todos los campos de la comunicación en la Biblioteca de la Universidad. En los años sucesivos el Instituto de Periodismo continuó organizando cursos de verano. Muchos de los que, luego, se graduaron en Pamplona iniciaron su relación con el Periodismo a través de esos cursos. Esteban López-Escobar EL JÚBILO DE ELEF l 9


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1976 JUNIO. Acto Académico en memoria de Josemaría Escrivá de Balaguer, al año de su fallecimiento. Esteban López-Escobar, con el Gran Canciller de la Universidad de Navarra, Álvaro del Portillo.

1980 ABRIL. Mesa redonda sobre Planificación Familiar. Entre los participantes, Alban D’Entremont, Manuel Ferrer, Guillermo López y Esteban López-Escobar. 10 l EL JÚBILO DE ELEF

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Un bigote viajero Entrevista extraída del Libro de Promoción 1975-1980 Esteban López-Escobar, además de enseñar Teoría de la Comunicación Social, nos invitó a sus famosas degustaciones de queso de Cabrales, haciendo alarde de su origen asturiano. Con “peculiar elegancia y sencillez”, le gustaba hacer referencia en sus clases a los temas tratados en la última Conferencia sobre comunicación social celebrada en el extranjero. –¿Un queso? –Eso ni se pregunta. –Clark Gable o Humphrey Bogart. –Humphrey, siempre Humphrey. –¿Le gusta la hípica? –Me aburre mortalmente como espectador. Como jinete prefiero la doma. –Además de la humildad, ¿cuáles son sus virtudes? –Resultaría muy prolijo enumerarlas todas. –¿Con quién le gustaría tomar café: McLuhan, Lazarsfeld o Nixon? –No tomo café, de hacerlo elegiría a Lazarsfeld; pero, desgraciadamente, ha muerto. –Pajarita, corbata o foulard. –Pajarita, corbata y foulard. –¿En qué época le hubiera gustado vivir? –En el 2100. –¿Esperanto o inglés? –El segundo, con acento de Cornwall. –¿Qué, dónde, cómo y cuándo se recorta usted el bigote? –¿Qué?: El bigote. ¿Dónde?: Depende. ¿Cómo?: Cuidadosamente, con unos alicates. ¿Cuándo? Cuando lo veo conveniente. –Monte, campo o playa. –Depende de la estación. Tengo querencia por el Petretxema en verano, la marisma del Guadalquivir en primavera y la Barrosa en septiembre. Promoción de 1980 2012 OCTUBRE

1981 NOVIEMBRE. Desayuno con el sociólogo Everett Rogers. Miguel Urabayen, Esteban López-Escobar, Aires Vaz y José Tallón.

1982 ENERO. En una conferencia sobre Polonia, con Alejandro Llano. EL JÚBILO DE ELEF l 11


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1982 ENERO. Mesa redonda sobre Polonia, con el profesor Antonio Higueras, de la Universidad de Zaragoza. En la mesa, Pedro Lozano Bartolozzi, Manuel Ferrer, Esteban López-Escobar, Alejandro Llano y Luka Brajnovic. En la parte inferior, Juan Antonio Giner.

1982 ENERO. Visita de Vicente Chiallero, agregado cultural de la Embajada de los Estados Unidos. 12 l EL JÚBILO DE ELEF

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1982 MAYO. Conferencia en la Facultad de Ciencias de la Información del sociólogo y comunicólogo británico Denis McQuail, sentado entre José Luis Dader y Esteban López-Escobar.

Eterno impulso hacia adelante Pero no os quedéis en el pasado Sentid la nostalgia del futuro E id, id, id adelante, Con la ayuda de Dios, En compañía de los hombres. Son versos tuyos, querido Esteban, que veo hacerse realidad a diario. Es tu impulso hacia adelante el que te lleva a acometer nuevos proyectos (¡un doctorado!), a seguir alentando a tus colegas y discípulos, siempre dispuesto a una conversación amigable y extensa con quien visita tu despacho. ‘Gaudeamus, igitur’, porque podremos seguir aprendiendo y disfrutando de tu compañía en esta nueva etapa de júbilo que ahora comienzas. Gracias, maestro. Javier Serrano 2012 OCTUBRE

1983 ENERO. Inauguración de una nueva edición del PGLA. EL JÚBILO DE ELEF l 13


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El referente Querido Esteban, en momentos como éste estoy segura de que tendrás la misma impresión que yo: ¡cómo es posible que ya haya llegado hasta aquí! Y no para lamentarse: también para ver con satisfacción los logros conseguidos. Mi pena es que mi vida académica parece haber sido una laaaarga cuesta arriba, que he subido tan rápida como he podido y con la mirada siempre puesta en la cumbre. No he sabido pararme, mirar atrás y valorar todos los pequeños y grandes ‘empujones’ que a lo largo de este camino he recibido. Por ejemplo, en tantas ocasiones, los tuyos. La proyección internacional, los contactos, las nuevas metodologías de investigación, los parámetros de calidad... han sido piedras firmes en las que apoyar mis pies. Creo que siempre has sabido que eras ‘la’ referencia para todos los investigadores que veníamos detrás de ti. Ahora quiero, además, que lo sepan todos aquellos que lean esta publicación. Mateye La Porte

1983 ENERO. López-Escobar, rodeado de niños durante una excursión a Olite. A su lado, Beatriz Sosa. 14 l EL JÚBILO DE ELEF

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1983 ENERO. Los Desayunos de Nuestro Tiempo. Invitado: Arthur Holt, presidente de la Holt Corporation de Pennsylvania (Estados Unidos). En la mesa de trabajo, entre otros, Elica Brajnovic, Esteban López-Escobar, Aires Vaz y Juan Antonio Giner.

1983 FEBRERO. Mesa redonda en el Salón de Actos del Edificio de Ciencias. Francisco Javier Serra, José J. Corredoiro, Socorro Fernández, Esteban López-Escobar y Eduardo Revuelta. 2012 OCTUBRE

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1983 MARZO. Los Desayunos de Nuestro Tiempo. Esteban López-Escobar conversa con Walter Cabus, director del periódico belga ‘Helt Volk’, y Andrés Garrigó, corresponsal de ‘La Vanguardia’ en Bruselas.

1983 ABRIL. Esteban López-Escobar introduce la conferencia de John Howkins, director de ‘Inter Media’, publicación bimestral del International Institute of Communications (Inglaterra). 16 l EL JÚBILO DE ELEF

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1983 MAYO. Reunión con Celestino del Arenal, decano de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad del País Vasco. Con Pedro Lozano Bartolozzi, Esteban López-Escobar y Carlos Soria.

1983 MAYO. Sesión de trabajo de profesores de la Facultad de Ciencias de la Información. Luka Brajnovic, Francisco Iglesias, Carmen Victoria Restrepo, Pedro Lozano Bartolozzi y Esteban López-Escobar. 2012 OCTUBRE

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1983 JUNIO. Entrega de Diplomas en el XXV Aniversario de la Facultad de Ciencias de la Información. Francisco Gómez Antón y Esteban López-Escobar, aplaudiendo.

El internacional profesor López-Escobar Desde que me incorporé a la Facultad (entonces de Ciencias de la Información) tuve la oportunidad de estar cerca del profesor LópezEscobar, ya que impartía en el año de acceso a la Universidad la materia de Teoría General de la Información, la TGI. Dentro de lo que poco que podía enterarse un alumno de primer año, la dimensión internacional de la Facultad parecía muy consolidada y buena responsabilidad cabía al profesor de TGI, que era identificado, sin muchos matices por parte del alumnado, como Mc Luhan. Cuando me incorporé al claustro académico pude comprobar que esa fama que poseía respondía a una realidad bien consolidada. En buena medida por su presencia en congresos internacionales, pudo ir creando una red de conocidos de otras uni18 l EL JÚBILO DE ELEF

versidades y otros países, que hacía que, cuando otros profesores salían al exterior, no fuera extraño que volvieran con el encargo de saludar de su parte al profesor López-Escobar. Esta fama de proyección internacional se extendió más allá de las fronteras de la Facultad.

Publicaciones internacionales Recuerdo que en un tribunal de tesis doctoral en Pamplona intervino un profesor de un Departamento ubicado en una universidad madrileña. Al hacer referencia al director de la tesis, alabó al profesor LópezEscobar por ser un docente muy internacional. Sin ningún tipo de modestia afirmó que, en casi todos los congresos internacionales a que él había acudido, no era raro que también estuviera el director de la tesis.

También fue famoso en su momento el seminario impartido en la Facultad nuestra por un investigador catalán que había estudiado la producción académica de los profesores de Comunicación de nuestro país. Afirmó que el defecto mayor que había encontrado era que apenas había publicaciones en revistas internacionales. Tuvo que señalar que, justo antes de empezar el seminario, le habían dado dos separatas recientes de dos revistas extranjeras y que tenía que matizar el texto que había elaborado con antelación. Ni que decir tiene que era Esteban López-Escobar el autor de esos trabajos. José J. Sánchez Aranda OCTUBRE 1972


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1983 JUNIO. XXV Aniversario de la Facultad. Primera fila: Pablo J. Irazazábal, Iñaki Iriarte, Manuel Casado, Luka Brajnovic, Elena Leguina, Aires Vaz, José Tallón y Francisco Gómez Antón. Esteban López- Escobar, María Victoria Romero, Carmen Castillo, Esteban Morán, José María Desantes, Pedro Lombardía y Juan Viladrich. Concepción García Gaínza, José Ángel Cortés, José Morales y Miguel Alfonso Martínez Echeverría.

La comunicación también es arte Esteban es un maestro. Investigador y docente de primera, amigo entrañable, tiene alma de actor y de poeta. Es también un pionero, el primer profesor de la Facultad que publicó en los journals de impacto de nuestro campo y estuvo en los grandes congresos internacionales. Esteban lleva ya muchos años jugando en las grandes ligas de la investigación en comunicación en las que queremos estar. Es un privilegio y un honor participar en su homenaje. 2012 OCTUBRE

Esteban es polifacético. Me ha enseñado a valorar a McLuhan (hemos estado hace unos días hablando de él) o a buscar e interpretar la información más valiosa sobre las campañas políticas (está siguiendo ahora mismo con pasión la de Estados Unidos). Pero es que también le recuerdo dirigiendo obras de teatro, proponiendo actividades para FCOM on the stage o degustando la sabiduría que ofrece Benedicto XVI al mundo (otro de nuestros temas

de conversación habitual). Comparte una característica con otros pioneros: sabe que la comunicación es una disciplina sólida (y es quizá el que más ha hecho por difundirlo en la Facultad), pero a la vez se da cuenta de que la comunicación también es un arte. Seguimos disfrutando de su consejo, de su inspiración y su amistad. Y puedo desmentir rotundamente la leyenda de “la hora de Nueva York”… Francisco Javier Pérez Latre EL JÚBILO DE ELEF l 19


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1983 JUNIO. Entrega de Diplomas a la promoción del Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA).

Lecciones particulares de un maestro y amigo Como cientos de alumnos de Periodismo, conocí a Esteban LópezEscobar como profesor de TGI en mi primer año en la Universidad de Navarra, en la ya mítica aula 34 del edificio central. Poco después, nos dio clases Opinión Pública y lo traté aún más cuando me incorporé al Departamento de Comunicación Pública para realizar el doctorado. Pero, realmente, he conocido a Esteban hace relativamente poco tiempo. En 2007 le propusieron impartir clases en un nuevo Máster de Comunicación en la Universidad de Oviedo. Esteban, generosamente, me ofreció compartir con él esas sesiones. Me permitió así ser profesor desde entonces en la Universidad de Oviedo, tan especial y querida para mí. Durante tres años, varias veces durante el curso, nos desplazábamos en coche a Oviedo para dar clases. En esos viajes, en ocasiones 20 l EL JÚBILO DE ELEF

entre canciones, juegos de palabras encadenadas y adivinanzas con mis hijos, fuimos hablando un poco de todo: de su infancia y juventud en Asturias, su numerosa familia, su pasión por el teatro, de aquel Curso de Verano de Periodismo organizado por el Estudio General de Navarra, de la historia de la Facultad y su proyección internacional, sobre colegas extranjeros, congresos y asociaciones internacionales… Guardo aquellas charlas en mi recuerdo como lecciones particulares de un auténtico maestro y amigo.

Visión aguda En estos últimos años también le he conocido mejor como investigador. Esteban me incorporó a su equipo de trabajo vinculado a dos proyectos de investigación sobre la percepción pública de los políticos y la política. He constatado su aguda visión para detectar temas de inves-

tigación relevantes y plantearse las preguntas pertinentes. De lo mucho que he aprendido de él me quedo con el rigor. Insistía en que cada afirmación estuviese bien fundada, cada dato contrastado y cada cita comprobada; debía acudir siempre a las fuentes originales. Tanto en las clases como en la investigación me transmitía la necesidad de redescubrir a los pioneros, a los padres de la Mass Communications Research. “Somos enanos subidos a los hombros de gigantes” y, en ocasiones, el afán por citar el último artículo publicado nos hace perder la perspectiva. Aún me queda mucho por aprender y espero seguir haciéndolo de Esteban, sin dejar de charlar con él sobre las elecciones americanas o degustar un buen queso Cabrales. Por todo esto, y mucho más, ¡Gracias Maestro! Jordi Rodríguez Virgili OCTUBRE 1972


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1983 JUNIO. Diplomas a la promoción del PGLA.

McLuhan tenía razón Conocí al profesor Esteban López-Escobar (el guión es importante) en 1987, fue el director de mi tesina sobre la CNN en el Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA). En esa época, Don Esteban ya era uno de los profesores más tecnólogos de la Facultad, acababa de publicar con ClaudeJean Bertrand “La televisión por cable en América y Europa”, y rápidamente encontramos intereses comunes acerca del impacto de la innovación tecnológica en la comunicación. Trabajamos juntos en la edición del volumen “La responsabilidad pública del periodista” (1988), una experiencia inolvidable durante la que seguí aprendiendo de su exquisito rigor para el trabajo académico. Veinticinco años después, @elefcom ha comenzado su andadura en Twitter para mostrarnos, una vez más, que Marshall McLuhan tenía razón. Por lo demás, y como todos los que amamos nuestra profesión, Don Esteban tampoco se jubilará nunca. José Luis Orihuela 2012 OCTUBRE

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

1984 ENERO. Festividad del patrón de Periodismo, San Francisco de Sales. Primera fila: Ángel Faus, Juan José García-Noblejas, Esteban López-Escobar, Pedro Lozano Bartolozzi, José Antonio Vidal Quadras y Francisco Gómez Antón. Segunda fila: José Julio Cabanillas, Francisco Iglesias y Daniel Innerarity.

Querido Esteban, Me apremia Pacotto para que no deje de ponerte unas líneas (además de las páginas sobre “poética e historia” que la complicidad de Manuel ha puesto en el libro). Imagino que el envite sólo pretende que salgan unas líneas a vuelapluma, capaces de evocar cuestiones y costumbres compartidas. Asuntos que –ahora que caigo en la cercanía de nuestros calendarios– resultan para otros quizá clásicos, por no decir educadamente “viejos”. Diría clásicos por su largo y estable permanecer, mientras había personas y cosas alrededor que pasaban como si se desvanecieran en la distancia o se perdieran en el tiempo. La verdad es que –puesto el ceño de recordar– me viene a la memoria una escena. La escena repetida de nuestras largas y sabrosas conversas, en los sucesivos despachos, cada vez más repletos de libros y papeles propios y ajenos, que la fortuna nos ha ido deparando con el tiempo. Conversas sobre lo que estábamos haciendo o dejando de hacer en cada momento, que tantas veces se convertían en estupenda conspiración académica para que nuestra Facultad, además de “nuestra”, fuera una genuina y mejor “Facultad”. 22 l EL JÚBILO DE ELEF

Evocación de largas y sabrosas conversas Conversas estupendas, como Dios manda: improvisadas, salidas de la nada: de un encuentro casual, de un imprevisto “pasaba por aquí”, de un “¿oye, ahora que te pillo: tú cómo ves esto o aquello?” ni de lejos premeditado. Conversas gratuitas, realmente inútiles. Es decir, tan lejos de la utilidad inmediata o de la necesidad, que casi parecía que se acercaban a la sobria sabiduría de quien ya lo tiene todo, aunque sea como esperanza. A veces pensaba, mientras nos escuchábamos, en aquello tan grande de “tiene más aquél que necesita menos”.

Pasando de dimes y diretes Pasábamos más bien con amplitud de dimes y diretes más o menos académicos, incluyendo algunos pintorescos de los McLuhan o McBride de turno o de los sucesivos ministros de la cosa universitaria, y no digamos el pase del pestiño boloñés… Y todo eso, sin tener que decir nada a espaldas de las sucesivas juntas de la Facultad, porque –¡ay de

nosotros!– lo decíamos por escrito al decano, conspirando con él (o ella), o en voz alta en las juntas y los plenos… Por fortuna, ya teníamos nuestras buenas lides y batallas libradas de primera mano allende los mares, al norte y al sur del Río Grande, cara a cara con las gentes que muchos sólo conocían por sus libros. Hombre, también hablábamos a veces de nuestras lecturas, fuese el caso de Aristóteles o de Jacques Necker. Y nos intercambiábamos fotocopias, quizá en recuerdo de los cromos infantiles. Total, querido Esteban, que ahora que andamos en penínsulas distintas, echo de menos nuestras conversas fortuitas, inopinadas y casuales, siempre cortas –aunque duraran más tiempo del que teníamos– porque han sido tiempos de regalo, que en otras latitudes resultan tan raros entre académicos y a veces incluso tan escasos entre amigos. Amigos pour rien que diría Ricoeur: por nada, por ninguna necesidad ni apremio, porque sí. Si no fuera cosa mala, incluso deberíamos tener envidia de nosotros mismos. Un abrazo, Juan José García-Noblejas OCTUBRE 1972


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1984 FEBRERO. Retrato en la Universidad.

1984 FEBRERO. Conferencia de Roy Gibson, exdirector de la Agencia Espacial Europea.

1984 MAYO. Sesión del PGLA en el Edificio Central. En primera fila, Marisa Aguirre y Luka Brajnovic; detrás, Carmen Victoria Restrepo y Esteban López-Escobar; al fondo, Manuel Casado y Ricardo Bermejo. 2012 OCTUBRE

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De cuando nos mandaban a freír cabrales En los recuerdos de mis primeros años de profesora en la facultad, el apartado “gastronómico” está lleno de quesos de cabrales gracias a Esteban. Fueron la causa de varios desplazamientos forzosos por una simple cuestión de narices. Del departamento –entonces en lo que había sido redacción de Nuestro Tiempo y ahora lugar totum revolutum– tras dos o tres celebraciones con el queso y un buen vino, nos desplazaron con nuestro queso al bar “Manolo” de arquitectura. Esteban, siempre hábil, invitó al mismo

Manolo a aquello, pero no sirvió demasiado. Los arquitectos dejaban de comprar bocatas a la hora de comer por culpa del cabrales, así que primero nos desplazaron a un comedor interior de aquel bar y, finalmente, nos mandaron a freír cabrales a nuestro nuevo y flamante departamento, recién encajado en la exbiblioteca. Todavía disfrutamos de cuatro o cinco cabrales más antes de que la caja roja de Nestlé se hiciera con nuestros dominios. Ana Azurmendi

1984 MAYO. Un descanso en la celebración del Seminario Internacional, División Interdisciplinar para la Familia. Desde la izquierda, Emilio Redondo, Esteban López-Escobar y Francisco Altarejos.

1984 JUNIO. Seminario Internacional para Directivos de Empresas Informativas. En primera fila, a la izquierda, Esteban López-Escobar y, a la derecha, José Ramón Díez Unzueta. 24 l EL JÚBILO DE ELEF

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1984 MAYO. Seminario Internacional, División Interdisciplinar para la Familia. De izquierda a derecha, Jesús Ferrer, Esteban López-Escobar y Francisco Altarejos.

Lo cortés no quita los bolazos A mediados de los años ochenta, Esteban me pidió que fuera a Manchester en su lugar, donde estaba entonces la sede de The European Institute for the Media, cuyo director era George Wedell, para participar en una reunión a la que le habían convocado por haber hecho bien una relación bibliográfica. Con ese viaje se me abrió todo un nuevo mundo.

Unos años después, a principios de la década de los noventa, y siendo él el director del Departamento de Comunicación Pública de la Universidad, me invitó a incorporarme como profesor a su departamento para dar Historia de la Comunicación en la Facultad. Como anécdota, recuerdo también que un día invernal de los años

noventa, acompañando los dos a Wolgang Dongsbach para comer en la Venta de Juan Pito, en el valle de Belagua, paramos el coche. Hacía frío y estaba nevado. Nos enzarzamos en una guerra de bolas de nieve entre los tres. Y, aunque íbamos vestidos de ciudad, lo pasamos muy bien. Francisco Verdera

1984 JUNIO. Los Desayunos de Nuestro Tiempo. Pedro Lozano Bartolozzi, Alban D’Entremont, Esteban López-Escobar, Amador Alcina, Juan Antonio Giner y Norberto González Gaitano. 2012 OCTUBRE

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1985 ENERO. Festividad del patrón, San Francisco de Sales. Primera fila: Pedro Lozano, Esteban Morán, María Victoria Romero, Esteban López-Escobar y Francisco Verdera. Segunda fila: María Jesús Díaz, Alicia García Amilburu, Alfonso Méndiz, Francisco Iglesias y Hernán Debesa.

1985 ABRIL. Esteban López-Escobar y Manuel Casado charlan con el periodista y escritor leonés Félix Pacho, un histórico del diario ‘Informaciones’ y la Agencia Efe invitado por la Facultad. 26 l EL JÚBILO DE ELEF

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1985 ENERO. Sesión del Programa de Graduados Latinoamericanos. Helcio Zolini de Oliveira, Pedro Lozano Bartolozzi, Juan José García Noblejas y Esteban López-Escobar.

Siempre atento Cuando llegué al Departamento de Comunicación Pública, el entonces director del Departamento me llamó a su despacho y me preguntó si yo tenía “algún problema” con don Esteban… y yo le dije, “no, con don Esteban no tengo ningún problema”, como así ha sucedido a lo largo de estos años que he trabajado con él en el Departamento. Siempre se ha preocupado por mí y, cuando he estado enferma –pocas veces gracias a Dios–, siempre le preguntaba a mi hermana Marisol a ver qué tal estaba. Que disfrute de su jubilación. No le voy a decir adiós, pues imagino que lo seguiremos viendo en el Departamento, ya que por suerte su salud le acompaña para estar mucho tiempo en la Universidad entre nosotros. Maite Martínez 2012 OCTUBRE

1985 JUNIO. Entrega de diplomas del PGLA. Juan A. Giner, Manuel Casado, Francisco G. Antón y Esteban López-Escobar. EL JÚBILO DE ELEF l 27


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1985 JUNIO. Acto Académico en el décimo Aniversario del fallecimiento del fundador de la Universidad de Navarra, San Josemaría Escrivá de Balaguer. A la izquierda, Esteban López-Escobar. En la fila de la derecha, Francisco Gómez Antón, Luka Brajnovic y Gabriel Galdón.

Ser MAJ por obra y gracia de ELE Confieso un secreto: firmo MAJ gracias a ELE. Esa es la rúbrica que encontré, allá por junio de 1985, en la papeleta de la mítica Teoría General de la Información, TGI, de Primero. Una papeleta amarilla que, otro secreto que deja de serlo, recibí de manos del bueno de Teófilo y después de guardar una larga cola en los bedeles del Edificio Central con cierto temor después de haber vivido el primer un examen oral de la carrera. En aquel despacho, embriagado por el humo de una pipa, a ELE sólo se le ocurrió estirar su brazo hacia atrás, pillar un libro de la poblada estantería, dármelo y preguntarme: “?Qué es esto?”. El tocho estaba en un idioma que luego supe que era noruego. Imagino que fueron las oraciones de mi madre las que me inspiraron la respuesta: “... pues... no sé...creo que es... ¿ruido?”. Bingo. 28 l EL JÚBILO DE ELEF

1986 ENERO. Conferencia de Javier M. Pascual, subdirector de Efe.

No recuerdo qué nota saqué, pero sí que ELE me daba por aprobado. Quise ser como él y decidí dejar a un lado mi previsible y largo MAJimeno y dar paso al cómodo y rápido MAJ. Desde entonces, entre ELE y MAJ ha habido poco ruido y muchas charlas acompañadas por las croquetas y las copas de vino tinto

que nos servía Juan. A ELE le gusta más la cerveza, pero sabía adaptarse a las milenarias tradiciones cuando se juntaba con los “cojuneros” José Antonio Vidal-Quadras, Pedro Lozano y el hoy superviviente MAJ, que da fe de aquellos hechos. Agradecido, brindo por ti. Miguel Ángel Jimeno [MAJ] OCTUBRE 1972


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El soñador talento asturiano Escribir unas letras para Esteban es difícil. Le he conocido en la Universidad. Sin embargo, mi relación con él ha sido antes la de una asturiana de adopción que la de una alumna o discípula. Tienen los asturianos el talento de convertir la más mínima anécdota en la mejor historia contada. El pasado emigrante que hay en muchas de sus familias los hace soñadores, cualidad esencial para entretenerse recreando las situaciones cotidianas e imaginando las que estarán por venir.

El don de la palabra Esteban tiene ese don de la palabra. Todo el que le ha escuchado alguna vez sabe que es así y que, si te lo cuenta él, lo disfrutarás el doble. El medio es el mensaje. Mi admiración por ese don suyo se ha trasladado con tal sencillez al ámbito universitario que pienso que no puede deberse más que a la imposición natural que tienen esos asuntos que llamamos hechos; es así y no puede ser de otro modo. En todas las oportunidades que he tenido de leer y escuchar a D. Esteban surgen los ancestros aventureros y valientes de quien ha de salir de casa a buscarse la vida: su relato académico consigue que sueñes con hacer una Universidad grande, que aspires a una disciplina de la comunicación coherente y a una investigación relevante. Me acuerdo especialmente de una ocasión en la que hablamos sobre las investigaciones que merecían la pena. Porque algunas, me dijo, hay que saber abandonarlas. Muchas gracias por el consejo y por hacer una diversión de los viajes familiares a Oviedo. Marta Torregrosa

1986 ABRIL. El 26 participó en una conferencia en directo y vía satélite (Euro Sat 1), transmitida a 170 escuelas de Periodismo de todo el mundo.

1986 MAYO. Conferencia de Ignacio Ángel Ortiz, coordinador del Servicio Iberoamericano de Noticias. 2012 OCTUBRE

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1986 JUNIO. Promoción del Programa de Graduados Latinoamericanos. Jesús Martínez Vargas, su esposa y el profesor Esteban López-Escobar.

En ocasiones veo fantasmas de padres de la opinión pública vagando por los pasillos Ante don Esteban siempre seré una alumna de primero. Y no es culpa suya, ni es algo malo, claro, sólo que hay experiencias que te dejan anclada a un momento, a una sensación, y por muchos títulos y años que acumule, es escuchar su voz por la escalera y se me endereza la espalda. Así que, entre otras muchas cosas, al profesor López-Escobar debo agradecerle una buena postura (al menos, académica). Ahora nos hacemos los valientes, pero la primera semana de 1º muchos –ya es hora de confesarlo– nos 30 l EL JÚBILO DE ELEF

quisimos volver a casa por su culpa: “… y para la siguiente clase, redactan un trabajo donde analicen el problema de comunicación que se presenta en Otelo”. Pausa dramática. Mirada a foco. Mutis por el Central. ¿Otelo? ¿Otelo, el de la obra de teatro?, ¿Otelo Shakespeare?... ¿Otelo? Vamos, hombre… ¿Y en la segunda clase qué, san Agustín? Y sí, san Agustín, y luego unos alemanes, y americanos, y señores de nombre impronunciable, siempre con muchas eles y zetas, esas que él pronuncia tan bien.

Fue justo su modo de hablar lo único que muchos recordamos de sus primeras clases, ya lo siento. No por su culpa, sino de Otelo, que quede claro. Ante la posibilidad de que nos preguntara algo sobre el trabajo, algunos optamos por lo más sensato: evitar el contacto visual. Lo hacíamos con clase, sin agacharnos, sólo bajando la vista con aire pensativo, intelectual, disfrazando nuestro pavor en meditación inteligente (Shakespeare estaría orgulloso). Todos, pendientes de su voz, esa voz que siempre tiene acento, hable en el idioma que hable. Una voz que se escucha a sí misma, con silencios que demandan OCTUBRE 1972


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1986 JUNIO. Promoción del Programa de Graduados Latinoamericanos.

una banda sonora y una risa corta y con puntos suspensivos que aparecía de forma inesperada y nos hacía dar un respingo (debería haber entendido ese chiste, ¿verdad?).

Sentirse a salvo Cuando descubrimos que si no tenías un apellido compuesto ni un marcado acento asturiano, estabas más o menos a salvo, la mirada se atrevía a escalar y se quedaba atrapada en sus manos: ágiles pero con peso, las manos de alguien consciente de tener manos. Al ritmo de sus palabras, bailaban, se peleaban, iban al pelo de la nuca cuando picaba la impaciencia o una buena 2012 OCTUBRE

idea, y acariciaban el lomo de su inseparable corbata cuando la cosa se ponía interesante, calmando la satisfacción socarrona, acariciando una nueva idea. Ya sé que ahora doy un poco de miedo (y si alguien se lo pregunta, saqué notaza, pero para descubrir cómo, habrá que esperar unos cuantos años, al homenaje de Alfonso Vara), pero es que don Esteban hablaba y movía las manos para ser contemplado, para ser interpretado, con todas las tablas, el valor y la sabiduría que eso requiere. Y yo aprendí mucho –a reconocer mi ignorancia, a atreverme con los grandes libros, a preguntarme qué es

comunicar- aunque tardé un tiempo en entenderlo, el que me llevó acabar la carrera y encontrarme con su mirada amable, su gesto acogedor y su té con limón en la cafetería. Ahora ya lo sabe, don Esteban, su Otelo se me volvió un poco Hamlet y por su culpa en ocasiones veo fantasmas de padres de la opinión pública vagando por los pasillos. Pero no sabe cuánto se lo agradezco, cuánto le agradezco que el miedo a no entender del todo me siga permitiendo ser una alumna de primero, deseosa de aprender, alerta por no estar siempre a la altura. No era una lección fácil. Gracias. Beatriz Gómez Baceiredo EL JÚBILO DE ELEF l 31


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1986 NOVIEMBRE. I Jornadas Internacionales de Comunicación: ‘Información y Derechos Humanos’. Luis Núñez Ladevéze, Esteban López-Escobar, Francisco Gómez Antón, Luka Brajnovic, Pedro Lozano Bartolozzi, Francisco Iglesias, Manuel Martín Algarra, Hernán Debesa, Augusto Cruañes, Alfonso Sánchez-Tabernero, Alfonso Méndiz, Alicia García Amilburu, Mª Jesús Díaz.

Lámparas que proyectan luz siempre Gracias al profesor Esteban LópezEscobar leí por primera vez ‘Otelo’ de Shakespeare. Al principio me resultó algo chocante esta tarea. Era un requisito imprescindible –nos dijo– si queríamos seguir adecuadamente sus explicaciones dentro de la asignatura Teoría de la Comunicación que impartía. Han pasado los años y todavía recuerdo aquellas horas de lectura, en la Biblioteca, embelesada siguiendo a Desdémona, Yago, Casio, Otelo y a la tragedia que iba abriéndose paso a cada acción y línea de diálogo. Y me viene a la memoria, con la misma nitidez, la clase magistral que D. Esteban desplegó ante nosotros días después. No dejaba de pre32 l EL JÚBILO DE ELEF

guntarme y de preguntar a mis compañeros sobre la posible conexión entre la obra de Shakespeare y las teorías que habían nacido en pleno siglo XX para explicar el fenómeno de la comunicación pública. De la respuesta que obtuve en aquella clase nunca me olvidaré.

Cada persona Gracias a D. Esteban comprendí mejor que actualidad no es absoluta novedad y que está emparentada con el pasado. Supe que hay lámparas que proyectan luz siempre y pueden iluminar lo más novedoso. Son los clásicos. Nos mostró nuestro profesor, a través de la tragedia de ‘Otelo’, que el acto de comunicar no perte-

nece a las masas, ni a la capacidad amplificadora de unos medios concretos sino a cada persona. Y que un pañuelo –como cualquier medio de comunicación– puede unir o puede provocar abismos entre las personas. De eso es difícil olvidarse. “El medio es el mensaje”, había explicado Mcluhan en su obra ‘Understanding Media’, precisamente apoyándose en citas de Shakespeare. Esteban López-Escobar también nos lo contó en aquella clase… pero no se contentó con decírnoslo. Nos puso en el camino de descubrirlo por nosotros mismos. Y eso es algo que tengo que agradecer a D. Esteban, hoy colega mío en el claustro y, desde aquellas primeras clases, siempre nuestro querido profesor. Marta Frago OCTUBRE 1972


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1986 OCTUBRE. Los Desayunos de Nuestro Tiempo. Junto a Henry T. Inge.

1986 NOVIEMBRE. Primeras Jornadas Internacionales de Comunicación: ‘Información y Derechos Humanos’. En la mesa, desde la izquierda, José María Desantes, Luis Núñez Ladevéze, María Antonia Labrada, Hervé Pasqua y Esteban López-Escobar.

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1987 FEBRERO. Antonio Alférez, director adjunto de Diario 16, pronuncia una conferencia a los alumnos de la Facultad de Comunicación, flanqueado por Esteban López-Escobar y Francisco Iglesias. 1987 JUNIO. Manuel Martín Algarra y Esteban López-Escobar, trabajando con uno de los primeros Mac.

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1987 JUNIO. Visita de Emil Stehle, director de la Fundación Adveniant.

Oral, público y proyectivo El primer examen que padecí en la carrera de Periodismo se anunció con tres adjetivos: “Oral, público y proyectivo”. Lo de “oral” no requiere mucha explicación, aunque suponía toda una novedad para los cerca de doscientos novatos que en aquel otoño de 1984 nos apretábamos de cuatro a ocho en el aula 34 del Edificio Central. La etiqueta de “público”, según nos explicó el profesor, Esteban López-Escobar, había que tomarla en sentido estricto: si no había siete u ocho compañeros de clase sentados en el improvisado anfiteatro de su despacho, el examen no se celebraba. Pero lo más desconcertante fue lo de “proyectivo”. No se trataba –nos explicó– de recitar unos conocimientos, sino de “proyectarlos” al hilo de alguna cuestión concreta que él plantease. Todos fuimos desfilando por aquel pasillo de la antigua Biblioteca que terminaba en la redacción de Nuestro Tiempo con nuestro ejemplar 2012 OCTUBRE

subrayado de ‘Modelos para el estudio de la comunicación colectiva’ y con una aprensión que se demostró perfectamente justificada. —Tome usted ese libro rojo que sobresale en la estantería de su espalda —le pidió a uno de los primeros incautos que se sentaron frente a él. El alumno cogió el volumen sin saber muy bien a qué atenerse. —Ábralo por cualquier página y comente qué le sugiere el contenido –añadió el profesor López-Escobar mientras removía con parsimonia la cazoleta de su pipa.

Del sueco al noruego El estudiante abrió el libro con la misma prevención que si estuviera desactivando un artefacto explosivo, pero no pudo evitar una exclamación espontánea al detener su vista en el primer párrafo: —¡Esto es sueco! —No es sueco sino noruego –le corrigió Esteban López Escobar–, y quiero que me diga usted qué le sugiere esa página.

1987 OCTUBRE. Apertura del curso. Han pasado demasiados años desde aquel examen de Teoría General de la Información, pero recuerdo con frecuencia los tres adjetivos que lo adornaban. Yo no podía saber entonces que la alineación que con tanta familiaridad recitaba en sus clases –McLuhan, Lasswell, Shannon y Weaver, Lazarsfeld...– o las teorías llenas de espirales y de feedback que llenaban nuestros apuntes nos estaban ayudando a poner los cimientos de nuestro futuro de comunicadores. Menos aún podía sospechar que el ejercicio del periodismo que nos esperaba a sus discípulos iba a consistir en muy buena medida en proyectar lo que él nos estaba enseñando en sus clases vespertinas. Algunos hemos optado por la versión escrita, pero no hay duda del carácter público de nuestro trabajo. Quizá es que aún seguimos haciendo aquel mismo examen de hace 28 años. Javier Marrodán EL JÚBILO DE ELEF l 35


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1987 NOVIEMBRE. II Jornadas Internacionales de Comunicación: ‘La responsabilidad pública del periodista’. Boris Groys, Alejandro Navas, Alejandro Muñoz Alonso y Esteban López-Escobar.

¿30 segundos a Esteban?

Estaba allí

Recuerdo esos momentos en los que en la emisora decidíamos que había que llamar al profesor López-Escobar para sacarle un “corte” (unas declaraciones) de no más de 30 segundos para incluirlo en una pieza informativa. ¡30 segundos a Esteban! ¡Todo un reto profesional!, ya que siempre nos encontrábamos con unas entrevistas-conversaciones con una profundidad de pensamiento y un discurso en el que, entre anécdota y anécdota, todas las palabras contaban. ¿Por dónde empezar?, ¿cómo continuar? A veces mejor, otras peor, conseguíamos salir airosos de la situación; y, siempre, siempre, aprendíamos cosas interesantes de esas conversaciones. Gracias, Esteban. Nagore Gil

Cuando (insertar el sujeto a libre elección, caben miles) empezó la carrera, Esteban estaba allí. Físicamente allí, en ocasiones. En otras, de viaje, congresos, estancias, cambiando la hora del reloj... Pero Esteban siempre estaba allí. Es algo que tiene mérito. Pero es un mérito relativo. Porque lo verdaderamente envidiable es que Esteban siempre estará allí. Gracias, maestro. Eva Lus

1988 ABRIL. Primeras Jornadas de Graduados de Derecho de la Universidad de Navarra. José Luis Martínez López-Muñiz, Juan José López Burniol, Tomás Pelayo Muñoz, Cayetano López Fernández, José Antonio Doral, Esteban López-Escobar, Pascual Jover Laguardia y Tomás Santoro García de la Guardia. 36 l EL JÚBILO DE ELEF

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El ‘tempo’ universitario

1988 MAYO. Con Fernando Dorrego en el Seminario Internacional de Periodismo celebrado en Madrid.

Conocí a Esteban, D. Esteban entonces, cuando tenía casi los años que yo tengo ahora. Junto a una veintena de periodistas latinoamericanos, veníamos de redacciones bulliciosas y aceleradas, políticamente incorrectas. Esteban nos enseñó cómo transcurre el ‘tempo’ universitario, que necesita su ritual –como el fumar en pipa– para ser fecundo. Y nos enseñó a disfrutarlo, con orgullo y señorío. Nos recordó también cómo saber ‘perder’ el tiempo con los nuevos y buenos amigos, y lo que une el participar en una auténtica guerra de bolas de nieve. También fue maestro en las aulas y el mejor anfitrión para nuestras familias. Y lo seguirá siendo, porque es un auténtico universitario. Ma. del Pilar Martínez-Costa

1988 MAYO. Un descanso en el Seminario Internacional de Periodismo celebrado en Madrid. 2012 OCTUBRE

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

1988 JUNIO. Investidura de doctores en el Aula Magna de la Universidad. Esteban López-Escobar, Francisco Ponz y el rector, Alfonso Nieto.

Maniobras de distensión Corría junio de 1989 y me examinaba de Teoría de la Comunicación. Tras un curso en que había aprendido cosas vitales para mi futuro, como que Lasswell era todo un paradigma, que el apellido Lazarsfeld se podía pronunciar sin escupir, y que Shannon y Weaver no eran un dúo de country-folk, me enfrentaba cara a cara con aquel caballero, la quintaesencia de la distinción, que habría hecho parecer una gualdrapa al mismísimo Clark Gable. A la hora convenida, me recibió en su despacho con su habitual aspecto imponente: camisa azul con cuello blanco, gemelos de oro, corbata de universidad americana. La pipa, aún humeante, descansaba en un cenicero sobre la mesa. Sólo le faltaba el monóculo, pensé. Para un joven salido de un pequeño pueblo pesquero del Cantábrico, aquello parecía una escena de Hollywood. Como corresponde a todo examen oral, yo estaba como un flan. Había suspendido una prueba escrita pre38 l EL JÚBILO DE ELEF

via y me lo jugaba todo a aquella carta. Nada más comenzar a hablar, mi interlocutor notó mis nervios, claro. Yo ya me veía en el hoyo de septiembre.

Y llegó la calma Sin embargo, antes de que me despeñara por completo, aquel profesor tomó la palabra. Me comentó un par de anécdotas sobre lo que yo acababa de balbucear, sacó un libro de su estantería y rebuscó unos papeles en un cajón. Creo que hasta me hizo reír. El caso es que, de repente, mis cortocircuitos comenzaron a recomponerse. La conversación con aquel caballero me devolvió el aplomo y la respiración. Solo entonces me dejó continuar hasta el final, ya sin interrumpirme. Hoy sé que aquel examen no lo aprobé yo. Gracias, Esteban. Ramón Salaverría OCTUBRE 1972


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1989 ENERO. En la defensa de la tesis de Norberto González Gaitano. Entre el público, Eduardo Terrasa, Esteban López-Escobar, Manuel Martín Algarra, Antonio Vilarnovo, Juan Antonio Giner, José Ramón Ortiz, Alfonso Méndez, Manuel Casado, Luka Brajnovic, Aires Vaz, Gonzalo Peltzer, Paco Sánchez, José Javier Sánchez Aranda y Carlos Barrera.

1989 ENERO. Carmelo de Diego y Esteban López-Escobar repasan el protocolo antes de la investidura de los nuevos doctores Honoris Causa por la Universidad de Navarra: Elizabeth Anscombe, Roger Etchegaray, José María Lacarra, John McArthur, Ángel Santos Ruiz y Christopher M. Sellar. 2012 OCTUBRE

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

1990 ENERO. En la lectura de la tesis doctoral de Jesús Tanco sobre ‘Manuel Aznar, periodista y diplomático’. Juan María Guasch, Manuel Casado, Álvaro D’Ors y Esteban López-Escobar.

El multiEsteban

1990 FEBRERO. En el Departamento, con Alexis Aquino.

Cuando comencé mi doctorado en 1985 sólo conocía al Esteban-profesor, el de TGI como llamábamos todos en siglas su asignatura de Primero de Periodismo: Teoría General de la Información. Desde el otoño de ese año empecé a descubrir al Esteban-colega de claustro, al Esteban-investigador internacional que se paseaba por el mundo mundial de congreso en congreso, y desde 1990 al Esteban-director del Departamento de Comunicación Pública. Él fue su creador, principal animador y agitador, en el buen sentido de la palabra. Su estímulo constante y su visión de futuro influyeron notablemente en mi entonces incipiente carrera docente e investigadora. No me cabe la menor duda. Mis recuerdos no son, como los de Machado, de un patio de Sevilla y un huerto claro donde madura el limonero, pero sí de aquellos cuatro cubículos, vulgo despachos, de la Biblioteca, al comienzo del pasillo de entrada a Nuestro Tiempo, donde nos “hacinábamos” los jóvenes investigadores y numerosos alumnos internos que crecimos a su vera. De aquellos polvos no surgieron lodos sino abundantes tesis, investigadores, profesores y catedráticos. A los datos me remito: numerosos nombres y apellidos podrían figurar en esa lista. Fue convirtiéndose, como mandan los cánones académicos, en el Esteban-maestro. Carlos Barrera 40 l EL JÚBILO DE ELEF

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1990 MARZO. El doctor Bernard Nathanson y su esposa visitan la Universidad de Navarra.

Un cuidado y exquisito trabajo Cuando llegué al Facultad de Comunicación, el profesor Esteban López-Escobar ya había entrado en el Olimpo de los Mitos. Sus elegantes maneras inglesas reforzaban, en la mente de los alumnos de primero, la grandeza de ese profesor que hablaba con familiaridad de modelos de comunicación pensados por gente lejana a quien trataba, en algunos casos, como amigos de toda la vida. Y el famoso examen oral de su asignatura de primero, que era op2012 OCTUBRE

tativo para los de mi promoción, contribuyó sin duda a incrementar su leyenda. El miedo que nos infundió, de manera efectiva, contribuyó a limitar el número de alumnos que elegimos esta posibilidad. Sin duda, todo estaba pensado al milímetro.

Extraña concentración Recuerdo que entré en su despacho y me dictó las dos preguntas que debía preparar. Cuando le dije que ya estaba a punto, puso en marcha una grabadora sobre la mesa y, mientras

yo recitaba mis respuestas, él seguía trabajando, concentrado en la lectura de un artículo. Cuando salí lo hice convencida de que había tenido la oportunidad de compartir espacio y tiempo con un genio, de tal calibre que ni siquiera tenía tiempo de escuchar mi examen. Con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que en Esteban López-Escobar todo, hasta las percepciones y las imágenes, es fruto de un cuidado y exquisito trabajo. Charo Sádaba EL JÚBILO DE ELEF l 41


FACULTAD DE COMUNICACIÓN

1990 MAYO. En la defensa de la tesis de Joaquina San Martín. Esteban López-Escobar, Manuel Casado, Carlos Barrera y Mercedes Montero.

1990 MAYO. Charla-coloquio con Pedro J. Ramírez, que pocos meses antes había fundado el diario ‘El Mundo’.

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1990 MAYO. Tribunal de la tesis de José Eduardo Pérez Madrid. Juan Cruz Alli, José López Yepes, Francisco González Navarro, Esteban López-Escobar y Gabriel Galdón.

El profesor que ya sabía el futuro prometedor que le esperaba a Bart Querido don Esteban, Todos los que tenemos la suerte de tenerle cerca comprobamos día a día su gran valía soñadora que le ha llevado a cultivar una enriquecedora trayectoria académica, investigadora y docente en torno a la opinión pública –la agenda-setting, la espiral del silencio o la percepción social de los políticos y los periodistas–; además de ser uno de los impulsores de nuestra querida Facultad de Comunicación en la que continuamos 54 años preparando el futuro. Intentar perfilar en unas pocas líneas momentos Fcom on the stage futuros, presentes y pasados es algo imposible.

Certera voz Tenemos que agradecerle innumerables cosas. Entre ellas, una amable sonrisa y certera voz, estilo gentleman asturiano, siempre dispuesta a aportar luz en el análisis para entender mejor lo que ocurre día a día en el mundo. Desde lo más profundo a lo más liviano. Constantemen2012 OCTUBRE

te atento a las inquietudes de sus alumnos. Como alumna de Periodismo que fuí, siempre recordaré el día que llegó a clase de Opinión Pública hablando del estreno de Los Simpsons, la primera serie animada de televisión que se convirtió en todo un fenómeno de audiencia, y en un fenómeno social, primero en EEUU (17/12/1989) y un año después en España. Durante varias semanas, don Esteban nos acercó al universo de Springfield y la Taberna de Moe para –a través de las vivencias del irresponsable Homer, la paciente Marge, el gamberro de Bart, el cerebrito de Lisa y la aventurera de Maggie– perfilarnos el impacto social de una crítica severa a la sociedad norteamericana bajo el género del humor. Años después comprendí, que si don Esteban dedicaba tiempo a esta historia es porque ya sabía que el irreverente y travieso Bart iba a ser considerado uno de los personajes más influyentes del siglo XX. Elsa Moreno EL JÚBILO DE ELEF l 43


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1990 OCTUBRE. Recibiendo un diploma acreditativo de su promoción de manos de Luka Brajnovic y en presencia de Alejandro Navas y Francisco Gómez Antón.

El sello de identidad de un auténtico gentleman Recién licenciado –era el verano de 1988–, Norberto González, entonces Director de Estudios de la facultad, me propuso acompañarle a Bled, una pequeña ciudad eslovena, en plenos Alpes y a orillas de un lago del mismo nombre, que había sido elegida por la AIRE como sede de su congreso anual. Me hizo ilusión, sobre todo por la confianza que depositaba en mí, y por los otros dos profesores con los que viajaría: Juan María Guasch, ahora en la Universidad de La Sabana (Colombia), y Esteban López-Escobar, a mi juicio de alumno, el más solemne de los tres. Pero pronto descubrí que de confianza, nada de nada; o sí, pero no en mi preparación académica, sino en mis dotes de piloto: querían viajar al congreso en coche, y para esos 1.820 km. de ida y otros tantos de vuelta (más de 35 horas de carretera) necesitaban un conductor que se turnara con el propio Esteban (los otros dos, no tenían carné). En cualquier caso, salí de Pamplona contento: aunque solo fuera por 44 l EL JÚBILO DE ELEF

la expectativa del congreso al que íbamos, y también por atravesar la Francia mediterránea, la Italia del norte –creo recordar que, de regreso, hicimos parada en Venecia–, y Yugoslavia (Eslovenia declararía su independencia en 1991). Lo de cruzar la frontera de un país comunista –el muro todavía separaba Berlín–, también me atraía. Aventuras hubo en el viaje, pero quedan para otro relato.

De risa fácil Pronto confirmé la faceta gentleman de Esteban, su elegancia en el vestir (incluso en situaciones informales), su conversación culta, su pasión por los clásicos, su liderazgo, sus cualidades excepcionales para ganarse la amistad y el respeto de su colegas... Pero descubrí otras nuevas: el profesor serio, riguroso y exigente era alegre, bromista, de risa fácil, y excelente narrador. También extremadamente organizado: hora de salida, ruta, lugares en los que pasar la noche, etc. Y muy ahorrador: viajamos en un coche prestado, y con

avituallamiento completo del que dábamos buena cuenta en estaciones de autopista y áreas de descanso. Esa austeridad, ese empeño por gastar sólo lo imprescindible me sorprendió, y me gustó. Pero, por encima de todo, me atrajo su cercanía y su afecto. También para eso ponía en juego todas sus cualidades: buscó y consiguió una mejor habitación para un Norberto griposo, estuvo pendiente de Luka Brajnovic, que después de muchos años de exilio volvía a Croacia vía Bled, y se mantenía pendiente de cada uno de nosotros. Veintitrés años después, puedo afirmar que ese hombre acogedor, cariñoso, dispuesto siempre a ayudar no era interpretación de unos días sino un sello de identidad que ha marcado también la larga, fecunda y admirable trayectoria profesional de Esteban. Fernando López Pan OCTUBRE 1972


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1990 OCTUBRE. Celebración del aniversario de la VI Promoción de la Facultad: Esteban López-Escobar, Carmen Torres Ripa, Francisca Fernández, Isabel Troncoso, Mercedes Sara Goyen, Carmen Castells, Elisa Viscarret, José Luis Aranguren, Elisabeth Reindhart, María Luisa Peña, Juan López Redondo, María José Vidal, Mercedes Elorza, María José Ferrer, Elica Brajnovic, Mar Fontcuberta, Bernardo Airriendiaga, Julio Martínez Torres, Jesús Zabalza, Miguel Bruned, Mercedes Iturmendi, Jorge Negre, Francisco Gómez Antón, Gabriela Schröeder, Alejandro Navas, Ángel Faus, Luka Brajnovic e Isabel Castellón.

Impresionantes dotes de interpretación Querido Profesor, muchas gracias por regalarnos tanto a tantos alumnos de la Facultad de Comunicación. Generaciones de periodistas estaremos siempre agradecidos por habernos formado gracias a ti. De los años de estudiante recuerdo con especial cariño las clases, aunque 2012 OCTUBRE

debo reconocer que una de las facetas que más me han impresionado son tus dotes para la interpretación delante de las cámaras. Innumerables cortometrajes rodados en esta facultad lo atestiguan, aunque recomiendo al lector uno en especial, Dead Jazz. Esa madera de gran ac-

tor, cautivando al público, es la misma que yo veía y admiraba en tus magníficas clases. Gracias por tu sabiduría, por tu elegancia, por tus anécdotas imborrables, por tu maestría, y por tantas otras cosas. Gracias, Esteban. Joaquín Torrents EL JÚBILO DE ELEF l 45


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1990 NOVIEMBRE. V Jornadas Internacionales de Comunicación: ‘La información como relato’. Enrique de Aguinaga, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Esteban López-Escobar y Pedro Lozano.

El brillo de la comunicación Queridísimo D. Esteban, podría agradecerle muchas cosas relativas a sus clases, al modo en que abordaba los temas, a la sensación que nos dejaba a todos de “todavía hay mucho más que pensar sobre esta cuestión”, o a esas inesperadas y geniales relaciones que establecía entre los saberes y la comunicación como centro, sí, ...Otelo, su querido Otelo... Pero lo que le agradezco por añadidura a esa peculiar forma de mostrarnos el brillo y el enigma de la Comunicación, a la seriedad con la que nos ilustraba y abría las puertas al estudio de asuntos SERIOS es su exquisitez vital, el estilo que siempre hará que Esteban sea D. Esteban para todos. Muchas gracias, profesor. Con afecto, Ruth Gutiérrez

Siempre habrá café Aprovecho este espacio para agradecer a Esteban que se sumase a los cafés del departamento de Empresa Informativa y compartiese con nosotros sus recuerdos. Durante estos encuentros, sus conversaciones con Don Alfonso Nieto nos acercaban a momentos estelares en esta facultad, pero también a su tierra y sus vivencias personales. Siempre tendrá abierta las puertas de esta sala de reuniones para compartir otro café. ¡Nos vemos! Idoia Portilla 46 l EL JÚBILO DE ELEF

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1990 DICIEMBRE. Presentación del libro ‘Primera claridad’. Manuel Pérez Petit, Emilio Echevarren (vicepresidente del Liceo Navarro), los poetas Ángel Urrutia y Manuel Martínez Fernández de Bobadilla, Esteban López-Escobar e Iñaki Desormais.

1991 ENERO. Lectura de la tesis de Carlos Barrera sobre el diario ‘Madrid’. Juan Antonio Giner, Alejandro Navas, Esteban López-Escobar, Antonio Fontán, Manuel Martín Algarra y Francisco Javier Pérez Latre. 2012 OCTUBRE

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1991. El actor Esteban López-Escobar es ‘asesinado’ en una secuencia de ‘Dead Jazz’, cortometraje realizado por los alumnos de Audiovisual.

Un profesor mayor, un autor extranjero y la época medieval Mis recuerdos de Esteban se centran sobre todo en mi primer curso de carrera, cuando nos daba la famosa TCI. Yo, que llegaba con mis 17 años, veía a Esteban como un profesor muy mayor, algo que ahora me da que pensar, pues por puras matemáticas debo asumir que Esteban tenía entonces menos años que yo ahora… Supongo que también influía su modo de dar las clases, con ese tono mezcla de gentleman y de profesor clásico. Y cómo no, también contribuiría la famosa leyenda de “la hora de Nueva York”, que casi podría asegurar que ocurrió (¿también?) en nuestro año. Como toda leyenda, no puedo asegurar cuánto tiene de verdad, aunque me consta que él asegura que comenzó a circular incluso antes de que él empezara a viajar al extranjero. Su prestigio aumentó aún más cuando nos recomendó un libro que acababa de publicar con un autor extranjero, un tal Alban d’Entremont… Pronto tuve que superar la crisis que me produjo el conocer que el famoso profesor “extranjero” trabajaba en un pasillo cercano y daba clase de Geografía.

Un micrófono corriente La verdad es que sus clases discurrieron con bastante normalidad, en la mítica aula 34, con sus numerosas filas llenas de estudiantes y ceniceros de cristal. Una normalidad que al menos se rompió un día. Tampoco se trata de nada estrambótico, pero no se me olvida la clase en la que se situó, como siempre, en el ambón, se puso el micrófono y algo raro pasó. Tras varios intentos, dijo en voz alta: “Este micrófono da corriente. En estas condiciones no puedo dar la clase”. Y se fue. Forma parte de la leyenda de nuestra promoción si se trató de un problema técnico o si alguien había manipulado el micrófono… Lo que recuerdo con más interés de TCI es el seminario al que me apunté. Cada uno tenía que realizar un trabajo y una presentación. Yo realicé uno sobre Habermas, que recuerdo como uno de los más interesantes de ese curso, mi introducción al mundo de la investigación. Además supongo que me sirvió para conseguir un sobresaliente o matrícula, algo que sin duda contribuyó a mi excelente consideración de Esteban como profesor. Tras acabar esa asignatura coincidí poco con Esteban, quitando el curso de doctorado que me impartió y… nuestra participación en aquel cortometraje que se rodó en la Facultad, con Jordi Gasull de director, creo, y ambientado en la época medieval. Su papel estelar en el cortometraje dejaba bien claro que sus excelentes dotes interpretativas se le quedaban pequeñas en el reducido recinto del aula 34. Efrén Cuevas Álvarez 48 l EL JÚBILO DE ELEF

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Si Esteban se jubila es que en Marte hay vida inteligente ¿Alguien ha visto enfadado en alguna ocasión al profesor López Escobar? Yo no. Y le conozco desde septiembre de 1991. Y seguro que razones no le han faltado. Sin embargo, posee una enorme capacidad de autodominio, le sobra indulgencia ante los errores de los demás, y tiene el don del sabio de contemplar los contratiempos con la distancia y la confianza de quien persevera hasta alcanzar sus objetivos. ¿Que hay que sacar un proyecto de investigación internacional? Pues se saca. ¿Que hay que analizar la cobertura de siete periódicos, encuestar a 2.000 personas y repasar los informativos de cinco radios emitidos durante un mes? Pues se hace. Con Esteban uno sabe que las cosas van a salir bien. Con Esteban trabajo, rigor, buen humor y amabilidad van de la mano. Aún recuerdo cuando en 1995 nos convocó a un grupo de alumnos para realizar encuestas telefónicas sobre consumo de medios desde varios despachos de la biblioteca. Las encuestas comenzaban a última hora de la tarde y continuaban durante varias horas. No hubo ni un solo día en el que Esteban no nos trajera varias bandejas con refrescos, algún aperitivo, unas galletas… para hacer más agradable el trabajo, hacer un parón y contarnos las anécdotas que surgían durante las encuestas. Esteban no se enfada ni siquiera practicando deporte. Durante algunos años, varios profesores solíamos jugar con él un partido semanal de frontenis en el polideportivo de la

Universidad. Todos lo sabemos: a Esteban le gusta jugar pero le gusta mucho más ganar. Y sin embargo, siempre tenía no sólo la gentileza de escoger como pareja al más torpe –habitualmente yo, para qué ocultarlo– sino además de dejarle jugar en la posición donde se encontraba más cómodo dentro de la cancha, aun a riesgo de perder el partido. Y si tocaba corregir, pues Esteban lo hacía con naturalidad y gracia.

Jugar, ganar, disfrutar Porque si hay algo que a Esteban le guste más que jugar y que ganar es disfrutar con la gente, con todo tipo de gente. Con los alumnos, con los doctorandos, con sus colegas de departamento, con sus McCombs, Weavers y Donsbachs… ¿Quién no ha vuelto de Asturias con el encargo de traer un buen queso de cabrales? Aún recuerdo los daños colaterales que produjo ese viaje en el que se me olvidó pedirlo envuelto al vacío... Pero el cabrales nunca era para él: todos sabíamos que esa semana tocaba vino, queso y una excelente conversación en el Manolo de Arquitectura. Ahora dicen que se jubila, pero también hay gente que dice que en Marte hay vida inteligente. Yo sólo espero seguir viendo sus corbatas por el pasillo de la biblioteca durante muchos años. ¡Gracias Esteban! Alfonso Vara

Hollywood se lo pierde Quizá lo que más me ha asombrado siempre del Prof. Esteban López-Escobar ha sido su capacidad para crear su propio personaje: esa comodidad en el escenario, ese dominio de la puesta en escena, esos movimientos elegantes y pausados, esas lecciones declamadas más que impartidas, esas pausas teatrales tan estudiadas... y, en fin, esas anécdotas sobre sus viajes, idas y venidas que agrandaban el mito y forjaban la leyenda. Supongo que si Esteban volviera a nacer sería un magnífico actor, mitad Clark Gable (en su época de bigote), mitad Humphrey Bogart. De hecho, tuve la ocasión de verle en algunas magníficas interpretaciones (de personajes secundarios) en los dos primeros grandes cortometrajes que realizamos en fcom: El Dios de la Ira (1990) y Dead Jazz (1991). Hollywood se ha perdido una de sus más rutilantes estrellas... Alex Pardo 2012 OCTUBRE

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1991 ABRIL. Mesa redonda sobre ‘Juan Pablo II y los medios de comunicación social’, en la presentación del libro de Eulalio Fiestas. Desde la izquierda, Esteban López-Escobar, monseñor Cirarda (arzobispo de Pamplona), Eulalio Fiestas y Jesús Tanco, secretario de la Asociación de la Prensa de Pamplona.

El especial dinamismo de la Facultad Me incorporé a la Facultad de Ciencias de la Información en 1989, como profesor de Opinión Pública y de Sociología, pero conocí a Esteban mucho antes, pues llegué a Pamplona para estudiar Filosofía en 1969. La Universidad de Navarra era pequeña, y los estudiantes y profesores del campus de abajo, formado por el Central, la Biblioteca y poco más, nos conocíamos. Seguramente uno tiende a idealizar el pasado, pero no soy el único en opinar que en la universidad española de aquella época, mucho menos masificada que en la actualidad, había grandes maestros. Muchos de ellos destacaban tanto por su cualificación científica como por su extraordinaria personalidad. En la Universidad de Navarra de los años setenta, que me tocó vivir como estudiante y recién licenciado, los de Periodismo –profesores y alumnos– llamaban la atención. Había un especial dinamismo en esa Facultad: mucha vida cultural y no menos diversión y celebraciones festivas. 50 l EL JÚBILO DE ELEF

Esteban era uno más en ese destacado plantel, en el que figuraban Alfonso Nieto, Francisco Gómez Antón, Carlos Soria, Ángel Benito, Luka Brajnovic, Miguel Urabayen, Gonzalo Redondo y otros más –no es posible citar a todos–. Esteban era más joven que ellos, pero a los ojos de un estudiante primerizo parecía uno más de los mayores. Me impresionaron algunas de sus cualidades: brillantez de su discurso, perfecta dicción, dotes para la actuación, experiencia internacional. luego supe de su afición al teatro, que también compartían otros profesores y alumnos de esa época. Pienso por ejemplo en Iñaki Amestoy, Pedro Sorela o el mismo Pedro J Ramírez.

Madurez intacta Cuando quince años después de licenciarme en Filosofía llegué a la Facultad, Esteban ya era mayor y pude conocerlo y tratarlo en su madurez. Comprobé así que esas cualidades que me habían llamado la atención como estudiante joven no eran un

espejismo y seguían destacando con el poso añadido de la experiencia. En los años noventa la Facultad creció para incorporar las licenciaturas de Comunicación Audiovisual y Publicidad y Relaciones Públicas. Esa transición, todo un reto, fue mucho más fácil de lo previsto gracias a la presencia de esos mayores, a cuyo lado se fueron formando docenas de jóvenes docentes. Los veteranos nos han ido dejando –ley de vida–, y hoy es el turno de Esteban. Confío en que nos siga acompañando en el futuro, lo que quitará dramatismo a la jubilación legal, pero se me va a hacer extraño no verlo al frente de su asignatura. Al fin y al cabo, esa imagen me ha acompañado desde 1969. Igualmente rara se me hace la circunstancia de que paso a convertirme en el profesor de plantilla de más edad (no de más tiempo de trabajo en la Facultad). Los mayores nos han enseñado cómo se hace, así que afronto con tranquilidad el tiempo que me queda. Alejandro Navas OCTUBRE 1972


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1991 JUNIO. Investidura de los nuevos doctores en Comunicación Carlos Barrera y Manuel Martín Algarra.

1992 MARZO. Conferencia de Justino Sinova, director de Diario 16. 2012 OCTUBRE

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Maestro en el temple y la actitud

1992 JUNIO. Los doctores Lozano Bartolozzi y López-Escobar.

Siempre recordaré aquel primer día de clase en el que un joven profesor preguntaba la hora, alegando que su reloj todavía marcaba el horario de Nueva York. Curiosamente, aquel recuerdo anecdótico se mantiene en la mente más fresco que el de las muchas clases magistrales que, con toda seguridad, pronunció D. Esteban durante aquel curso del 79. La memoria es así de caprichosa. Quince años después, me reincorporé a la Facultad, como profesor asistente. A partir de aquel momento, he tenido la suerte de ir conociendo un poco mejor a Esteban. A lo largo de dos décadas, hemos compartido algunas actividades, algunas conversaciones y algunos partidos de frontenis. Ahora, al echar la vista atrás, percibo con nitidez cómo, en todos esos momentos, Esteban ha sido un verdadero maestro. Maestro en el temple y en la actitud; en el comentario certero y en la palabra de estímulo. Gracias, Esteban. Por todo. Bienvenido León

1992 JUNIO. Nuevos doctores. Esteban López-Escobar flanqueado por José Grau y Gabriel Imbuluzqueta. 52 l EL JÚBILO DE ELEF

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1992 OCTUBRE. XIII Sesiones de Trabajo para delegados de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra. José Vicente Izquierdo, Esteban López-Escobar y Antonio María de Oriol.

1992 NOVIEMBRE. VII Jornadas Internacionales de Comunicación sobre ‘Las nuevas fronteras’. Esteban López-Escobar, junto a Luka Brajnovic. Dentrás, Bienvenido León. 2012 OCTUBRE

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1992 NOVIEMBRE. VII Jornadas Internacionales de Comunicación sobre ‘Las nuevas fronteras’. Lorenzo Vilches, Elisabeth Noelle-Neuman y Esteban López-Escobar.

Introducción a un mundo apasionante Cuando era alumna, la asignatura de Esteban (Teoría General de la Información se llamaba entonces) me introdujo en un mundo totalmente desconocido para mí. No entendí nada mientras duró el curso, pero cuando llegó el mes de mayo y me la tuve que estudiar, la encontré apasionante. Con la adaptación a Bolonia hubiera descubierto el encanto de su contenido muchísimo antes... De cualquier manera, siempre recordaré el “feed-back”, la espiral del silencio y el esquema de Laswell (quién dice qué... etc). Y por supuesto a McLuhan y su aldea global. Mercedes Montero 54 l EL JÚBILO DE ELEF

1993 ENERO. Adolfo Castilla y Esteban López-Escobar.

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Un universitario cabal Querido Esteban: aunque nunca he tenido la oportunidad de conocerte en contextos estrictamente académicos –ni como profesor, ni como conferenciante, ni como colega investigador–, me bastan las veces que te he tratado –el frontón, el café de media mañana– para corroborar lo que otros pueden afirmar con más juicio y más datos que yo: siempre creí entrever en tu persona un universitario “cabal”, esto es, una persona enamorada de la docencia, de la investigación, de la búsqueda de la verdad. Gracias, Esteban, por tu ejemplaridad de profesor universitario. Un fuerte abrazo. Ramón González

1993 FEBRERO. Esteban López-Escobar, con José Manuel Martínez Duart, de la Universidad Autónoma de Madrid.

1993 MARZO. Con Ramón Iribarren, director general de Relaciones Informativas del Ministerio del Portavoz del Gobierno español. 2012 OCTUBRE

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Aprender a enseñar aprendiendo a aprender Tengo grabadas a fuego las primeras clases que recibí en la Universidad. Seguramente por la alegría y la emoción mezcladas con el vértigo de la incertidumbre de empezar una carrera y no saber si se llegará con éxito a meta, para afrontar después el siguiente reto. Desde niña siempre tuve la percepción de que la Universidad era verdaderamente hacer una carrera, con el sacrificio, esfuerzo y dedicación de un atleta. Y tal y como los deportistas se apoyan en sus entrenadores para llegar más alto y más lejos, aquí en la Facultad de Comunicación tuve la enorme suerte de encontrarme a los mejores preparadores, entre los que se cuenta, cómo no, el profesor Esteban López-Escobar. Hay detalles que los años van borrando, pero curiosamente hay algunos que la memoria se empeña en 56 l EL JÚBILO DE ELEF

que permanezcan… Cuando pienso en el profesor López-Escobar inevitablemente surgen MacLuhan y la aldea global, McCombs y la agenda setting, los focus groups… Como a muchos, aún me parece escuchar su voz hablando de todas estas cuestiones en el aula 30. Sin embargo, dejando a un lado el aspecto académico, me vienen también a la cabeza otros muchos detalles de su persona.

Sin trampa ni cartón Si algo caracteriza a Esteban es la elegancia, el saber estar, el sentido del humor fino e inteligente, la integridad y la caballerosidad de un gentleman al estilo del Hollywood dorado, todo ello aderezado con una voz estupenda de la que se sabe servir magistralmente, como buen actor que es, pero sin trampa ni cartón y siempre con mucho trasfondo y enjundia. Es como los actores de an-

tes; como Cary Grant, aunque mucho más, pues todo ello es en él auténtico: un fiel reflejo de lo que lleva dentro y entrega generosa, pero sutilmente, como sin querer darle importancia y casi sin que se note, a los que tienen la suerte de cruzarse con él. ¡Qué importante es para una persona encontrarse en algún momento con un buen maestro! Alguien me dijo una vez que se aprende a enseñar aprendiendo a aprender, de cómo te enseñaron tus maestros y, de entre ellos, los mejores, dentro y fuera de las aulas. No puedo más que dar las gracias al “culpable” de que me haya tocado semejante maestro, las gracias por todo lo que quizás sin darte cuenta has regalado y confiar en que tus lecciones sigan resonando a través del trabajo sencillo de cada día. ¡Gracias! Cristina Pérez Guembe OCTUBRE 1972


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1993 JUNIO. Reunión de antiguos alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información. José Antonio Vidal Quadras, Ruth Izcue, Juan José García Noblejas, Luchi de la Fuente, Esteban López-Escobar, Carlos Manrique, José Javier Sánchez Aranda, Antonio Sánchez y Jesús Mari Montes.

1993 NOVIEMBRE. Conferencia de Paco Lobatón, presentador del programa ‘Quién sabe dónde’ de TVE. 2012 OCTUBRE

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Paseando el amor por el campus

1994 FEBRERO. Retrato del profesor en el campus.

Esta es una anécdota, entre personal y académica, que ayuda a ilustrar un poco la singularidad de D. Esteban. Mi vinculación con el Departamento de Comunicación Pública se la debo, aunque nunca se lo he agradecido, a este gran Profesor ya que él me propuso que fuera su alumna interna y, cómo no, acepté. Así empecé a trabajar en el Departamento y probablemente por ello aún sigo hoy aquí. Por aquel entonces, D. Esteban era mi profesor de Opinión Pública y, al mismo tiempo que yo esbozaba mi futuro profesional en la carrera académica, en la faceta personal comenzaba a salir con un compañero de clase que hoy es mi marido. Ocurrió que un día, creo que el único, se me ocurrió faltar a clase de D. Esteban. Para él, entre más de 100 alumnos, no pasó inadvertido y socarronamente, al comenzar la clase, comentó: “¿Alguien sabe dónde está la Srta. Muñoz? Debe estar paseando su amor con el Sr. Mora-Figueroa por el campus”. Por supuesto, yo nunca le había comentado nada personal; sin embargo, ese día comprendí que nada pasa inadvertido para D. Esteban de aquellos que se acercan a él. Y así sigue siendo. Grande D. Esteban. Y, por cierto, Muchas Gracias. Mercedes Muñoz Saldaña

1994 MAYO. Presentación del libro ‘Eduardo Ortiz de Landázuri: el médico amigo’, en el Hotel Iruña Park. Esteban López-Escobar, José Javier Nagore, José Orlandis, Manuel Fernández Areal y Pedro Lozano.

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1994 MAYO. Emisión en directo del programa ‘Protagonistas’ de Onda Cero Radio desde la Universidad de Navarra. Fernando Pérez Ollo, Esteban López-Escobar y el director y conductor del espacio, Luis del Olmo.

1994 MAYO. Rueda de prensa para presentar el libro ‘Eduardo Ortiz de Landázuri: el médico amigo’. De izquierda a derecha, Pedro Lozano Bartolozzi, Esteban López-Escobar y Manuel Martínez Lage. 2012 OCTUBRE

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1996 MARZO. Visita del embajador de Taiwan a la Universidad de Navarra. Esteban López-Escobar, Alejandro Muñoz Alonso y Dominic Chang.

López-Escobar y su relación con el poder Con la representación estudiantil, para ser más exactos. Como fui delegado de mi clase durante buena parte de la carrera, me tocó tratar temas de gran profundidad con el profesor Esteban López-Escobar. Los que terminamos el 98 tuvimos que seguir las clases de primero en el Edificio Central. Los 300, así, todos juntitos, nos encontrábamos en el aula 34 en las clases de Teoría de la Comunicación y Teoría de la Información, nombre de la asignatura en los planes del 92, ya en extinción. El discípulo Martín Algarra se había marchado a Galicia con el principio de curso y la asignatura había

quedado en manos de Esteban, que pronto me conoció y supo qué podía esperar de mí como delegado. No sé de qué estaba hablando aquel día, pero –por variar– el micrófono se quedó sin pila, y la clase no podía seguir a viva voz con tanto alumno en un aula tan grande. Esteban levantó la mirada de la torre de notas que apilaba en el atril: —¿Señor San Emeterio? Sonreí y levanté la mano suavemente. —Usted, que tiene poder, baje a por la pila. Después de enseñarme con esta petición el valor del servicio a los

demás, pude llegar a cuarto de Periodismo. De nuevo, yo era el delegado de clase. Y él era ahora el profesor de la asignatura Opinión Pública. Al día siguiente de las elecciones del consejo de curso preguntó por el nombre del nuevo representante de los alumnos. Y otra vez levanté la mano suavemente, y sonreí –creo que esta vez con cierta ironía–. —¡Señor San Emeterio! Ya dura usted más que un Senador norteamericano. Y esto -para el pequeño ego de un delegado– no estuvo mal. Miguel García San Emeterio

1996 JUNIO. Investidura de nuevos doctores. Jorge Kuen-Yuan Liu, Esteban López-Escobar, José Alberto García Avilés, Mercedes Montero y Mercedes Medina. 60 l EL JÚBILO DE ELEF

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fcom por el mundo

1996 NOVIEMBRE. Alfonso Basallo, jefe de la sección de Opinión del diario ‘El Mundo’, invitado a una clase del profesor López-Escobar.

Esteban ha sido maestro de muchos profesores universitarios que hoy trabajan en Facultades de Comunicación repartidas por toda España. Ha llevado el nombre de nuestra Facultad por Europa y Estados Unidos ofreciendo su amistad a una gran cantidad de profesionales y académicos del mundo de la comunicación. Y quiso liderar el 50 aniversario de la Facultad de Comunicación “mirando al futuro”. Mónica Codina

1997 ENERO. El rector, José María Bastero, entrega la Medalla de Plata de la Universidad de Navarra al profesor Esteban López-Escobar por sus 25 años de dedicación a la institución. 2012 OCTUBRE

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1997 ABRIL. Encuentro de estudio sobre sectas y los nuevos movimientos religiosos. Francisco Azcona, Esteban López-Escobar, Mariano López Alarcón, Francisco Altarejos, Aquilino Polaino y Manuel Guerra.

El paciente Debo confesar que para mí E.L.E, además de ser las siglas de /Español como lengua/ /extranjera/, acogía la reunión de varios estereotipos: profesor que seduce masas de estudiantes bisoños, que se mueve con facilidad entre varios husos horarios (¡y lo dice!), hablante de lenguas ajenas a la de Cervantes, con señero bigote negro y pipa ligeramente oxoniense y pretenciosilla y ¡he aquí que lo descubro como una buena persona PACIENTE!: mientras varios nos acogíamos al “eso ya lo hemos discutido”, él no dudó en gastar su tiempo y en hacernos esperar a la explicación aclaratoria para aquel que no había entendido el asunto. Fue en el submarino de la Facultad, cuando aún no existía FCOM. ¡Gracias, Esteban! Y un abrazo. María Victoria Romero 62 l EL JÚBILO DE ELEF

1998 JUNIO. Homenaje de la Facultad de Filosofía a Santos García Larragueta. En primera fila, Rafael Alvira. Detrás, José Arregui, Ángel R. Fernández González, Francisco Ponz e Ismael Sánchez Bella. Al fondo, Esteban López-Escobar (izquierda) y Manuel Ferrer (derecha). OCTUBRE 1972


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La pipa estaba apagada Junto a la ventana tenía una colección de pipas y sobre la mesa libros en inglés. Yo era un pipiolo de primero que acababa de aterrizar y don Esteban me había pedido que fuera a verle a su despacho. Descubrí en la puerta que era el director del departamento de Comunicación Pública. Llamé, dejó lo que estaba haciendo y me invitó a sentarme. Me llevó a la biblioteca y me enseñó la hemeroteca y empezó a hablarme sobre The New York Times, a mostrarme índices y cómo funcionaban las fichas de microfilm. De regreso al despacho, todavía con la pipa que se sacaba muy pocas veces de la boca, me dejó un libro y me dijo dos cosas sobre mi vida que se han cumplido a la perfección. Yo no lo sabía, pero aquel hombre de la pipa, que leía The New York Times, estaba y está siempre pensando en The Future Times. Gracias Esteban, necesitamos de maestros como tú. Antonio Martínez Illán

1998 DICIEMBRE. Luis Muruzábal y Esteban López-Escobar charlan en la Sacristía de la Catedral de Pamplona, durante la causa de canonización de Eduardo Ortiz de Landázuri.

1999 JUNIO. Investidura de nuevos doctores. Marta Martín Llaguno, María Rosa Berganza Conde, Esteban López-Escobar y Juan Pablo Llamas Galaz. 2012 OCTUBRE

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1999 OCTUBRE. Entrega en la Universidad de Navarra de la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio al profesor González Ollé. Jesús Díaz, Carmen Castillo, Kurt Spang, Esteban López-Escobar, Luis Herrera, Alfredo Floristán y Raimundo Fernández. 1999 NOVIEMBRE. XIV Jornadas Internacionales de Comunicación sobre ‘Divulgar la ciencia’. José María Mato, Esteban López-Escobar y Vladimir de Semir, director del Observatorio de la Comunicación Científica.

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1999 NOVIEMBRE. Covadonga O’Shea y Esteban López-Escobar presentan en el Colegio Mayor Goimendi el libro ‘Así piensa el Papa. 150 preguntas a Juan Pablo II’.

Muchos retos Querido Esteban: Más que como actual compañero de claustro, te escribo estas líneas como antiguo alumno. El sentimiento de pertenencia a una promoción universitaria –la de fcom 2003 en mi caso– se consolida en el tiempo gracias a los buenos recuerdos. Sin lugar a dudas, buena parte de esos grandes recuerdos que compartimos los que estudiamos en nuestra Facultad desde 1999 a 2003 son anécdotas de tus clases de la atigua TCI en 1º. Por ejemplo, hoy todos sabemos cómo se dice árbol en japonés, o que es mejor no cambiar la hora cuando regresas a España después de un viaje largo para poder decir que aún tienes la hora del otro destino y poder contar alguna aventura. Si hay una palabra que resumen lo que sentimos muchos alumni de fcom hacia ti es “cariño”. Y qué decir como compañero de claustro de Facultad. Habéis dejado el listón tan alto los de tu generación, que los retos para los que hoy impartismo clase en esas mismas aulas no caben en este mensaje. Tan solo nos queda seguir vuestro gran ejemplo. Un fuerte abrazo. Enrique Guerrero 2012 OCTUBRE

Clases magistrales en el día a día El profesor Esteban López-Escobar no me dio nunca clase cuando estudié la licenciatura, porque su asignatura me fue convalidada cuando llegué a Fcom en 1989, después de dos años en la Facultad de Lejona. Así, puedo decir que soy de los pocos que no ha acudido a sus clases habituales, aunque sí he asistido a muchas clases magistrales suyas, en las aulas y en el día a día. En estos últimos años hemos tomado algunos cafés y tés con limón, hemos

hablado de esto y de lo otro, me has echado una mano más de una vez y, de vez en cuando, charlamos y disfrutamos de la compañía junto con nuestro amigo y también maestro Ángel Faus. Disfrutamos organizando algunas cosas para el cincuenta aniversario de nuestra Facultad y, ahora que tienes un poco más de tiempo libre, podemos preparar alguna cosa más. Un abrazo, querido maestro. Avelino Amoedo EL JÚBILO DE ELEF l 65


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1999 NOVIEMBRE. Entrega del III Premio Brajnovic de la Comunicación al productor británico David Puttnam, sonriente entre Manuel Casado y Esteban López-Escobar.

De rebote

El labrador de docencia

Aún recuerdo cuando venía a Pamplona a ver a la que era mi novia, hoy mi mujer, y me hablaba de un profesor genial, en sentido literal. Un maestro, alguien que en clase preguntaba la hora porque su reloj todavía marcaba el ritmo de la Gran Manzana. Decía “¿alguien me puede decir la hora, por favor? Aún llevo el horario de New York...” Pasaron los años, y me dieron la oportunidad de poder formar parte de la misma Facultad de Comunicación en la que ese gran profesor había enseñado a tantas promociones. No lo dudé. No había tenido el privilegio de poder asistir a sus clases. Era el momento de aprender algo de él. Así ha sido. Muchas gracias, Maestro. Sergi Molas

Querido Esteban, cuando concluía en 4º mis estudios de Periodismo y todos los alumnos esperábamos más y más clases prácticas que nos prepararan para la profesión, la asignatura de Opinión Pública nos abrió un horizonte sorprendente. No sólo porque las clases eran “nada prácticas”, sino porque al otro lado de la mesa se sentaba un profesor que reflexionaba y nos ayudaba a pensar sobre los fenómenos actuales a la luz de autores y teorías desde principios del siglo XX. Para desesperación de algunos, y deleite de otros, pudimos escucharte con una mezcla de curiosidad enigmática y fascinación por un profesor que representaba su papel de manera pulcra y metódica. Sabías enlazar las ideas de modo magistral y no faltaban algunas chispas de genialidad cuando, repentinamente, despertabas de tu letargo intelectual y nos sorprendías, no sin cierta regularidad, preguntándonos la hora: “Verán, es que vengo de Nueva York y creo que tengo mal el reloj. No sé si estamos en tiempo o la clase ha concluido”. Una vez te escuché decir que has labrado durante años tu papel de profesor. Ciertamente la docencia se ejerce en un escenario y te agradezco que hayamos podido compartir el tuyo decenas de generaciones de alumnos y, algunos posteriormente, como colegas. Elena Gutiérrez

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1999 NOVIEMBRE. En la tesis doctoral de Belén Amadeo. Maite Martínez, José Alberto García Avilés, María Moya y Esteban López-Escobar.

1999 NOVIEMBRE. Tribunal de la tesis doctoral de Luisa Portugal de Rodrich. En el tribunal, María Victoria Romero, Romualdo Bermejo, José María Desantes Esteban López-Escobar y José Antonio Vidal Quadras. 2012 OCTUBRE

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

2000 FEBRERO. V Encuentro Internacional de Graduados Latinoamericanos. John Müller, subdirector de ‘El Mundo’, René Cortázar, director general de Televisión Nacional de Chile, y Esteban López-Escobar.

2000 MAYO. Presentación del libro ‘Comunicación borrosa’, de Juan José García Noblejas. A la derecha del autor, Esteban López-Escobar y, a su izquierda, Álvaro de la Rica. 68 l EL JÚBILO DE ELEF

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2000 JUNIO. Esteban López-Escobar, con la familia Lozano Úriz, en el doctorado de María.

La peripecia teatral de un universitario ante todo El libro biográfico sobre Eduardo Ortiz de Landázuri que escribimos al alimón Esteban López-Escobar y yo mismo en 1994, comienza con una cita previa de Pérez Galdós referida a la figura de Gabriel de Araceli, que dice así: “Cosas hay en mi vida que parecen de novela, aunque no creo que sea peculiar de mí, pues todo hombre es autor y actor de algo que si se contara y escribiera habría de parecer escrito y contado para entretenimiento de los que buscan en las vidas ajenas, hastiados de la propia por demasiado conocida”. Pues bien, la peripecia de Esteban, desde que lo conozco, y de esto hace ya muchos años, es novelesca, o más exactamente teatral, ya que ha encarnado muy diversos personajes 2012 OCTUBRE

en el tinglado de la antigua farsa de la vida, en palabras de Benavente. Universitario ante todo, y también periodista, jurista, profesor, conferenciante, polemista, autor prolífico de libros y artículos científicos y divulgativos, estudioso de la opinión pública, promotor de encuestas, orador en foros variadísimos, viajero impenitente, cosmopolita y a la par hombre de raíces y convicciones firmes.

Muy unidos Es imposible y vano resumir nuestras andanzas en común. Lo recuerdo cuando lo relacionaban con Clark Gable, por su físico peliculero, escanciando sidra en Asturias o emocionado en las procesiones de Sevi-

lla, paseando por el Madrid castizo o perorando con su lúcido inglés en los Congresos de la WAPOR, sin olvidar sobremesas gastronómicas, como las del Pocico pamplonés, o caminatas sobre hojarasca en busca de ermitas navarras. Esteban ha estado unido a eventos de mi familia, como el doctorado de María, el nacimiento de Ana o las bodas de Pedro Luis y Cristina, y ha ganado –y perdido– partidas de naipes y de trivial en casa, en veladas navideñas. Terminaré con colofón ceremonioso, chambergo en mano: enhorabuena por este merecidísimo homenaje y gracias por el honor de contar con tu amistad. Pedro Lozano Bartolozzi EL JÚBILO DE ELEF l 69


FACULTAD DE COMUNICACIÓN

2000 OCTUBRE. Mesa redonda celebrada en la Facultad de Comunicación sobre las elecciones en los Estados Unidos. Pedro Lozano Bartolozzi, Esteban López-Escobar, Francisco Gómez Antón y David Lan Lublin, de la Facultad de Asuntos Públicos de la Universidad de Washington.

2000 DICIEMBRE. Tribunal de la tesis de Fernando Ruiz. En el tribunal, Héctor Borrat, Miguel Urabayen, Esteban López-Escobar, Juan Bosco Amores y José Javier Sánchez Aranda. 70 l EL JÚBILO DE ELEF

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2001 ENERO. En la lectura de la tesis de Teresa Sádaba. Entre el público, Esteban López-Escobar, Eduardo Terrasa, Efrén Cuevas, Mercedes Montero, Patricia de Diego y Marta Frago.

2001 ABRIL. En el Memorial del profesor Ronald Escobedo. En primera fila, Juan Cruz Cruz y Alejandro Llano. En segunda fila,a la derecha, Ana Zabalza. Al fondo, Esteban López-Escobar.

2001 DICIEMBRE. Tribunal de la tesis de Iranzu García Iriarte sobre ‘El establecimiento de la prensa estadounidense en la World Wide Web’. Desde la izquierda, José Alberto García Avilés, Javier Díaz Noci, Esteban López-Escobar, Elvira García de Torres y Ramón Salaverría. 2012 OCTUBRE

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2002 SEPTIEMBRE. En la apertura del curso académico 2002-2003. María Teresa La Porte, Mónica Codina, Mercedes Montero, Carlos Barrera, Juan de los Ángeles, Ángel Arrese, Alfonso Nieto, Fernando Cabello, Esteban López-Escobar, Alfonso Sánchez-Tabernero, Gabriel Pérez y José Alberto García Avilés.

El tándem asturiano por excelencia Durante los últimos veinte años, he tenido la oportunidad de disfrutar de momentos inolvidables al lado del tándem asturiano que más éxitos ha dado a la historia de la Facultad de Comunicación. D. Esteban López-Escobar fue mi asesor, durante la carrera, y D. Alfonso Nieto, mi maestro, después. Uno no puede imaginar mejores mentores para la vida universitaria, ni colegas tan divertidos. Recuerdo muchos momentos estelares de ambos en el despacho de D. Alfonso, enzarzados en lo que a mí siempre me parecían intrigas palaciegas –so72 l EL JÚBILO DE ELEF

bre todo, porque en ocasiones no me enteraba en absoluto de lo que hablaban, que siempre tenía un doble o triple sentido–.

Conversaciones geniales Por supuesto, también recuerdo con cariño conversaciones geniales con D. Esteban, sobre todo en estos últimos años, en torno a asuntos de lo más variados: el futuro de la investigación en la Facultad, la reivindicación del lugar de Fcom en el desfile de apertura de curso, la posible incidencia del Club Bilderberg en las celebraciones de nuestro cincuen-

tenario o la evolución de la huella española en la Web of Science. En el caso de D. Alfonso, ya sólo me puedo imaginar cómo sería el día a día si él siguiera entre nosotros; afortunadamente, en el caso de D. Esteban, tengo el convencimiento de que su jubilación –y hablo con conocimiento de causa– sólo va a favorecer que haya muchos más “momentos asturianos” en mi vida, y en la de la Facultad. El tándem, aunque de otra forma, seguirá rodando. Muchísimas gracias por todo, D. Esteban. Ángel Arrese OCTUBRE 1972


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2002 NOVIEMBRE. Esteban López-Escobar y Cesar Mauricio Velasquez, en la Facultad durante la celebración del XVII Congreso Internacional de Comunicación.

2002 NOVIEMBRE. Entrega del VI Premio Brajnovic de la Comunicación a la organización ‘Medios para la paz’ de Colombia. Esteban López-Escobar charla con Ana Tijan, viuda de Luka Brajnovic, y Jürgen Wilke. 2012 OCTUBRE

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2003 NOVIEMBRE. Esteban-López-Escobar, en el Congreso Internacional de Comunicación. En el sentido del reloj, el consultor estadounidense Leo Bogart; Claude-Jean Bertrand, de la Universidad de París; el profesor de la Universidad de Lugano Giuseppe Richeri; y el director de Contenidos de A3 TV Javier Bardají.

2004 MARZO. Los profesores Esteban López-Escobar, Carlos Barrera y Teresa Sádaba, en una mesa redonda celebrada en la Facultad de Comunicación sobre las Elecciones Generales de ese mes en España.

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2004 MAYO. En el 50 aniversario de la revista Nuestro Tiempo se reunieron seis de sus directores a lo largo de medio siglo. De pie, Rafael Guijarro, Miguel Ángel Jimeno (director en ese momento), Paco Sánchez y Esteban López-Escobar; sentados, Antonio Fontán y Alfonso Sánchez-Tabernero. que, como descubrimos más adelante, probablemente sabía casi tanto como el propio McCombs. Descubrí que la Universidad era algo de verdad importante. Compartíamos una clase en inglés, con uno de los mayores expertos de Comunicación del mundo y con el profesor, al que reconocíamos como eminencia, tratándonos como iguales. Me recuerdo a mí mismo parándome unos segundos y pensando que no me había equivocado de lugar.

Protagonistas, los alumnos Tengo dos recuerdos de Esteban López-Escobar que, ante mis ojos, le han definido como un auténtico profesor universitario. El primero sucedió cuando yo tenía 18 años y estaba en primero de carrera. La mayoría desconocíamos de qué iba esto de la universidad y para nosotros el periodismo era sólo un deseo, una ilusión, pero nos veíamos muy lejos de las redacciones. Uno de los primeros días, el profesor de “TCI”, al que sólo conocíamos por unas pocas clases y un montón de anécdotas, nos convocó a un seminario con Max McCombs, uno de los formuladores de la Teoría de la Agenda Setting. Una selección de alumnos podría asistir a esta clase, sólo aquellos con inglés fluido. Nos presentamos 15 y, para nuestra sorpresa, el profesor Esteban López-Escobar se sentó a nuestro lado y comenzó a hacerle preguntas como uno más. Lo hizo a pesar de 2012 OCTUBRE

Tablas El segundo recuerdo es de hace un par de años. En 98.3 Radio trabajaba Enrique Rodríguez, que tenía un perfil muy creativo, vinculado con la ficción y el cine. En un determinado momento me pidió permiso para colaborar en un proyecto de una actuación teatral-musical en el vestíbulo de la Facultad, lo que finalmente se convirtió en Fcom-OnThe-Stage. Desde que le dije que sí, la redacción de la radio se transfor-

mó en un entrar y salir de cantantes, cómicos, bailarinas y actores. En la parte de arriba de la redacción también se recortaron las cartulinas que decoraron el escenario –y algunas se quedaron allí por meses–. En medio del caos, Jorge Latorre y Esteban López-Escobar añadían su punto de desorden a todo aquello, sugiriendo nuevas actuaciones, cada vez más creativas, o matizaban con ideas distintas las ya existentes. Enrique intentaba darle cierta coherencia a todo aquello y en sus momentos de desesperación, Esteban se lo llevaba a un aparte y allí le decía: “No te preocupes de lo que vaya a salir mal, el espectáculo debe continuar”. Como he podido recordar hace poco con Enrique, la idea original es que el propio Esteban hiciese de Enrique V en una pequeña representación de la obra de William Shakespeare. Finalmente, nuestro profesor decidió que no lo haría. Según me contaron, había decidido no restarles protagonismo a sus alumnos. Ignacio de Lorenzo EL JÚBILO DE ELEF l 75


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La culpa fue de José Luis Perales “Teoría de la comunicación. Profesor Esteban López-Escobar”. Cuando leí la guía docente de las asignaturas que me esperaban el primer día de primero de carrera, todo lo que se me ocurrió pensar fue que quizá uno de mis profesores era familia de El Juli. Coincidían los apellidos, y, como pude comprobar después, también el arte y la valentía para enfrentarse al “ganado” que éramos los de primero. Nos hizo leer Otelo y nos dio la oportunidad de enfrentarnos a un examen oral, el primero y último de toda la carrera, con tres premisas fundamentales: pertinencia, coherencia y estilo. Ahí es nada. Pero, sin duda, el recuerdo que más me marcó, y por el que siempre tendré al profesor López-Escobar en un lugar de honor en mi memoria, es bien distinto. Esteban ha sido el único profesor que me echó de clase. Sucedió en primero. Un amigo se afanaba en transcribir canciones de José Luis Perales sentado justo detrás de mí. Con un auricular disimulado en el puño de la camisa iba escuchando las letras, y las escribía. No recuerdo por qué le había dado por ahí, ni por qué se empeñaba en ponernos, cada poco tiempo, al tanto de sus avances: “Estoy con la de Celos de mi guitarra” “¿Conocéis la de la señora Asunción? Va a ser la siguiente”.

2004 NOVIEMBRE. Con Brigitte L. Nacos, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia, en el Congreso Internacional de Comunicación sobre ‘La comunicación en situaciones de crisis’.

“Váyase también” Yo me limitaba a escucharle, y contestar disimuladamente, porque me daba cuenta de que a Esteban le estaba empezando a molestar nuestra actitud. Probablemente no sabía con qué nos entreteníamos, pero parecía evidente que el paradigma de Lasswell no era nuestro tema de conversación. Finalmente, interrumpió la clase y levantó la vista hacia donde estábamos: —Usted, salga de clase —¿Yo? –pregunté viéndolo venir-. —No –contestó Esteban–. No me 76 l EL JÚBILO DE ELEF

2004 NOVIEMBRE. Esteban López-Escobar, en su despacho. OCTUBRE 1972


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2005 MARZO. Manuel Martín Algarra, Esteban López-Escobar y Wolfgang Donsbach, profesor y director del Departamento de Comunicación de la Universidad de Dresden y presidente de la International Communication Association (ICA). refería a usted, pero váyase también. Así que, en solidaridad forzosa, salí de clase junto a mi amigo, que pudo terminar en la cafetería con el cancionero de Perales. Yo aproveché ese rato para reflexionar si volvería o no a una clase con ese profesor, y concluí que debía volver, a pesar de la vergüenza. No me arrepiento; aún quedaban por delante muchas horas lectivas y momentos entrañables, tanto en 1º, como en 4º, con Opinión Pública... y ¡en los cursos de Doctorado! Aunque, desde luego, para momentos entrañables, ninguno como la lección magistral que impartió en su despedida. El arte con que recitó el poema de evocaciones austríacas confirmó, una vez más, que los toreros son maestros de la emoción. Sonsoles Gutiérrez P.D.: No es por venganza, pero lamento confirmar que la leyenda tantas veces negada por López Escobar es cierta: ajustaba el reloj preguntando a los alumnos en clase, porque traía la hora “de Austin, Texas”. 2012 OCTUBRE

2005 MARZO. En el Edificio Central de la Universidad de Navarra. EL JÚBILO DE ELEF l 77


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2007 MAYO. Dentro del ‘Ciclo sobre Cambio Social y Cultural’, Esteban López-Escobar presenta y escucha a John Durham Peters, profesor e investigador de la Universidad de Iowa.

Gracias, gracias y mil veces gracias

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Estimado Esteban, Que la jubilación sea jubilosa. Que sirva para regocijarse en el pasado pero sobre todo para inspirar los días que vendrán. Creo que fue el profesor Lledó quien dijo eso de que “enseñar es una forma de ganarse la vida pero, sobre todo, una forma de ganarse la vida de los otros”. Pues qué suerte tantas vidas que te llevas ahora en el bolsillo. Con todo afecto. María Noguera

Mil gracias por sus lecciones magistrales, por sus ocurrencias y por el trato personal, cercano y sincero que siempre tuvo conmigo. Mil gracias. Joyce Baptista

Estimado Don Esteban, Le deseo mucha felicidad en esta nueva etapa de su vida y gracias por la valiosa herencia que nos deja en la Facultad en el terreno personal y académico. Con mis mejores deseos. Patricia Diego

Querido Esteban: Gracias por enseñarnos a estar siempre pendientes de la opinión pública, a estudiarla con perspectiva abierta, pero crítica, y a entender que no puede sustituir nunca a las propias convicciones. Un abrazo. Sira Hernández

Esteban es ese profesor que siempre ha estado ahí, y por eso, quiero darle las gracias. Gracias, Esteban. Mercedes Medina

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2007 DICIEMBRE. Algunos de los profesores y doctorandos del Departamento de Comunicación Pública de la Universidad de Navarra. Alberto Pedro López-Hermida, Mónica Codina, Ana María Córdoba, Mercedes Montero, Guillermo Velasco, José Javier Sánchez Aranda, Pedro Lozano Bartolozzi, Alejandro Navas, María Teresa La Porte, Maite Martínez, Esteban López-Escobar, Carlos Barrera y Jordi Rodríguez Virgili.

2008 ABRIL. Homenaje al profesor Gonzalo Redondo, en el Aula Magna. Ángel José Gómez Montoro, rector de la Universidad de Navarra, Esteban López-Escobar y Pedro Pegenaute, director de Administración Local del Gobierno de Navarra. 2012 OCTUBRE

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2008 JUNIO. Sesión del Ciclo sobre Cambio Social y Cultural. Esteban López-Escobar junto a John Durham Peters, profesor e investigador de la Universidad de Iowa. Debajo, junto a Manuel Martín Algarra.

¿Comunica Yago? Durante años, la coña que teníamos para imitar al profesor López Escobar era una pregunta de corte shakesperiano. Engolábamos la voz, poníamos mueca de professor oxoniense y, con la solemnidad de un fumador de pipa, exhalábamos: “¿comunica Yago?”. Nos daba clases de “Teoría de la Comunicación y la Información”, conocida popularmente como TCI. Éramos trescientos alumnos en el aula 6. Para paliar tanta congestión, una vez a la semana había seminario: aula 13, 30 alumnos, discusión en torno a un texto. Los reportajes inventados por Janet Cooke para el Washington Post o, ay sorpresa, la lectura atenta de Otelo. Cuando tienes 18 años, uno se siente realmente universitario con cosas así. Olvidando técnicas, herramientas y prácticas, había un tipo que se dedicaba, simplemente, a reflexionar sobre qué demonios es esto de la comunicación. Otelo y el 80 l EL JÚBILO DE ELEF

paradigma comunicativo, ni más ni menos, con sus desdenes y desdémonas, sus rumores y sus venenos, sus insidias y sus celos, sus verdades y, oh, sus mentiras. “¿Comunica Yago?”, repetía Esteban. Con la distancia del tiempo, esa pregunta ha

dejado de ser una broma generacional para convertirse en melancolía: la de un grupo de maestros (redondos, gomezantones, escobares) que creía en una Universidad que ya no existe. Alberto Nahum García OCTUBRE 1972


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2008 SEPTIEMBRE. José Antonio Vidal Quadras y Esteban López-Escobar, en pleno proceso creativo y documental en la elaboración del libro ‘fcom: 50 años preparando el futuro’.

El artífice de ‘fcom on the stage’ La idea de fcom on the stage fue de Esteban, a él se le ocurrió que siguera la estela de otros eventos similares que se hicieron ya hace tiempo, en 1961 (Fcom on the Rocks) y 1962 (Fcom on the Twist), y contribuyera así a inaugurar, de modo amigable y divertido, los grandes acontecimientos de ese fin de semana del 50 aniversario de la Facultad. Combinaba un espectáculo de variedades hecho por los alumnos de la universidad en el que se suceden números de baile, magia, teatro, malabarismos, etc. De él fue también la idea de que el espectáculo tuviera un cierto aire “retro”, que lo conectaba maravillosamente con los even2012 OCTUBRE

tos fundacionales en los 60 y le daba esa patina propia de una celebración histórica, aunque a la vez incluyera la utilización de las más avanzadas tecnologías, y lanzara una mirada muy optimista hacia el futuro. Había un hilo conductor que recorría la historia de la Comunicación humana desde los orígenes de los tiempos hasta nuestros días, y culminaba con un cocktail. Participaron tanto alum-

nos y profesores como también antiguos alumnos que trabajan en el mundo del espectáculo como el famoso mago Richard (Juan Voltas), amigo íntimo de Esteban. Sin su impulso y dirección hubiera sido difícil llevarlo a cabo, y que quedara tan bien como quedó, gracias también a los alumnos que colaboraron y actuaron. Jorge Latorre EL JÚBILO DE ELEF l 81


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Por cada uno Supongo que de cada profesor uno, como alumno, aprende una lección que sólo con el paso de los años se termina de descubrir y de entender. De Esteban puedo afirmar, después de muchos años de haberlo tenido de profesor y de conocerle, que lo que me ha enseñado con su ejemplo es a preocuparme por cada uno. Siempre que coincidía y sigo coincidiendo con él me pregunta por las personas, se preocupa por cada uno. Y esta lección resalta más aún cuando se considera esa dignidad y señorío con los que realiza cada actividad, algo que me impresionó cuando le conocí en mi primer año de carrera. Pero esa distancia propia de la dignidad no buscaba separarse de los alumnos para protegerse de ellos. Cada uno le importaba sinceramente, y terminabas por notarlo y por acercarte a él. Eduardo Terrasa

2009 FEBRERO. El programa ‘Boulevard’, de Radio Euskadi, se emite en directo desde la Facultad. Esteban López-Escobar es entrevistado como organizador y coordinador de los eventos del ya próximo 50 aniversario de fcom.

2009 FEBRERO. Charla distendida entre los profesores Guillermo Velasco y Esteban López-Escobar. 82 l EL JÚBILO DE ELEF

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2009 MARZO. Emisión en directo desde fcom de ‘Noticias mediodía’ de Onda Cero, con Juan Pablo Colmenarejo. La decana, Mónica Herrero, y Esteban López-Escobar son entrevistados sobre los actos de celebración del cincuenta aniversario de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.

2009 MARZO. En un aula de fcom, para la grabación de un programa de Onda Cero Radio. Alfonso Sánchez-Tabernero, Esteban López-Escobar, Paco Sancho, Ignacio Uría, Avelino Amoedo y Elsa Moreno. 2012 OCTUBRE

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2009 ABRIL. Presentación en la Asociación de la Prensa de Madrid del libro ‘fcom: 50 años preparando el futuro’, elaborado y coordinado por los profesores Esteban López-Escobar y José Antonio Vidal-Quadras. En la foto, Jesús Martínez de Rioja, Covadonga O’Shea, Antonio Fontán, Mónica Herrero, Iñaki Gabilondo y Esteban López-Escobar.

Un precursor de Twitter...

Caricatura del profesor realizada en diciembre de 2011 por la alumna de 3º de Periodismo Virginia López.

Esteban, recuerdo la primera vez que entré a tu despacho: fue para recoger un dosier enorme de material impreso que me ayudó a documentar un trabajín de investigación sobre el asunto Dan Rather para la asignatura de Opinión Pública: “Los medios alternativos desafían a los establecidos”. Se me cayó el mito del ‘anchorman’, pero cuánto aprendí y qué bien me lo pasé. Tampoco voy a olvidar cuando te empeñaste en que viajáramos unos cuantos a Madrid para cubrir debidamente la presentación del libro de los 50 años de la Facultad en la Asociación de la Prensa; pocos días después, llamaron desde el gabinete de la APM al Laboratorio de Comunicación Multimedia para que les explicáramos qué era aquello del Twitter y cómo podían hacerse uno. Parece que les gustó tu idea. Gracias por todo. Samuel Negredo

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Descubriendo a Esteban “Un evento continuo con algunos momentos estelares”. No sé cuántas veces habrán escrito esto ya, pero quizá es una de las cosas que más definen a Esteban. Para mí Esteban más que un profesor ha sido un buen amigo que siempre ha sabido escuchar. Y es que él a mi nunca me dio clase. Tuve la gran oportunidad de conocerle a fondo durante el año del cincuentenario de nuestra facultad, ya que antes era para mí el profesor que apretaba los labios mientras se acariciaba la corbata de arriba abajo al atender a sus alumnos. Pero Esteban resultó ser además un gran jefe de equipo de prensa, 2012 OCTUBRE

y si no que se lo digan a la “Cuadrilla Coberturas” que con Paco Sancho, Samuel Negredo, Beatriz García, y yo mismo hizo que el cincuentenario se pusiera en imágenes y él fue el responsable en gran medida de ello. “¡Cómo no vamos a ir a grabar a Madrid la presentación del libro!” decía inclinado en diagonal la cabeza con las gafas apoyadas sobre la nariz, y una hora después ya estaba montado el equipo de grabación, twitter y prensa digital. También fue Esteban quien recuperó de la noche de los tiempos Fcom on the Stage al que quiso dar el toque Shakesperiano de Enrique IV, y él como aquél famoso rey, siempre estuvo en la brecha gritando a sus

alumnos “¡A la brecha, a la brecha!” como el autor escribió para su obra de teatro. Así demostró sus grandes dotes de organizador de espectáculos. Y también reinventó el ‘teleprompter’, que lo hizo de estantería, aunque al no poder leerlo de lejos hizo gala de sus grandes dotes de orador ante la cámara. No hay nada, parece, que se le escape a Don Esteban; ni siquiera las leyes, y lo que siempre tiene, es tiempo para sus alumnos y compañeros de trabajo. Gracias por los años que he podido disfrutar de tu compañía y sabiduría y por habernos hecho creer en los sueños. Álvaro Bonet Loscertales EL JÚBILO DE ELEF l 85


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2009 MAYO. Entrega del libro ‘fcom: 50 años preparando el futuro’, a la princesa Letizia. Pía García Simón, delegada de los alumnos; Mónica Herrero, decana de fcom; Ángel José Gómez Montoro, rector de la Universidad de Navarra; Doña Letizia: Conchita Naval, vicerrectora de la Universidad de Navarra; Esteban López-Escobar, coordinador del libro; e Ignacio Uría, secretario académico de fcom.

2009 MAYO. Durante la celebraciónes del 50 aniversario, fcom se llenó con las siluetas de ilustres profesores y famosos antiguos alumnos. Aquí, Pedro J. Ramírez, ‘Luka Brajnovic’ y Esteban López-Escobar. 86 l EL JÚBILO DE ELEF

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Algo tienen los carbayones Esteban López-Escobar imprime carácter. Eso lo saben hasta en Pruvia (Asturias) donde vivió su infancia. Allí, al final de la Cuesta de la Vega, sigue la Fábrica de Armas de Oviedo y esa cuestión es relevante. Si Gabriel Celaya le hubiera conocido bien podría haber escrito: “Esteban siempre ha sido un arma cargada de futuro”. En 2009, durante los preparativos del cincuentenario de Fcom, trabajé intensamente con él. Quiero decir, a sus órdenes. Entonces yo era el Secretario (Académico) de la Facultad, pero Esteban se quedó tan ancho con la primera parte del cargo: Secretario. Yo era su secretario y confieso que me lo pasé como los indios.

Nada de sepia... Entre otras muchas cosas, Esteban López-Escobar (y José Antonio Vidal Quadras) escribieron y diseñaron el Libro ‘FCOM: cincuenta años preparando el futuro’ (“¡Nada de fotos sepia! ¡Lo nuestro es el futuro!).

Más tarde se lió con Jorge Latorre para organizar un espectáculo “estelar” que llamaron “FCOM on the Stage”, todo un éxito de público y crítica, dentro de los actos del cincuentenario de la Facultad. Ahora bien, el momento cumbre, el cenit de sus interpretaciones, su instante de magisterio lo vivimos en el Baluarte con la periodista y Princesa de Asturias (por este orden), Letizia Ortiz. Al magno acto también asistió la decana, Mónica Herrero, encantada con el “encuentro de asturianos (doña Letizia, Esteban y yo mismo) en el que le regalamos el libro conmemorativo y un dvd con el tráiler de “Cher Ami”, película de la productora de la Facultad Euroview entonces a punto de estrenarse. Esteban brilló como sólo él sabe, perfil kennediano al viento. La Princesa apenas prestó atención con el resto (rector incluido), pero a él le dedicó toda su atención. Algo tienen los carbayones cuando los bendicen. Nacho Uría

2009 MAYO. Sexta edición del Seminario Fcom Profesionales sobre el presente y futuro de los profesionales de la comunicación. Conferencia de Pedro J. Ramírez, director de ‘El Mundo’, presentado por Esteban López-Escobar en presencia de la decana de fcom, Mónica Herrero. 2012 OCTUBRE

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2009 MAYO. La Facultad de Comunicación se llenó con las siluetas de ilustres profesores y famosos antiguos alumnos. En esta fotografía, Esteban López-Escobar, Paco Sancho y ‘Esteban López-Escobar’.

Ante ELEF Ante ELEF uno se balancea entre si cuadrarse o abrazarle. Es un gigante entrañable que asusta por dentro pero imanta por fuera. Y asusta, para que nadie malinterprete, porque se le nota un aura de sabios querubines que le están venga a insuflar conocimiento, y eso acongoja a cualquiera. Pero es que, a la vez, el roce del cariño, o el cariño del roce, o como se diga, se impone cuando uno lleva años compartiendo carretera y hasta sentido de la vida y de la comunicación con él. Así que me decanto por el abrazo. Con respeto. De que es mito viviente no me cabe la menor. Tengo la teoría de que alguien llega al olimpo social, léase académico, cuando se le empiezan a fabular leyendas al tuntún. Porque, que yo sepa, nadie llega a la cima sin un lastre de dimes, diretes, cotorreos y hasta épicas. La pena, en el caso de ELEF, es que la leyenda más ingeniosa que se ha conseguido cimentar es la famosa 88 l EL JÚBILO DE ELEF

de la hora de Nueva York, con el reloj bailado. Pero venga, hombre, que esa historia es más falsa que Judas. Que servidor, cuando empezaba en la Facultad –y de esto hace ya 480 lunas–, ya lo oía, pero atribuyendo la muesca a Ángel Benito. Pero que la historia de la hora sea cierta o no qué más da. Se non è vero, è ben trovato. Porque lo cierto es que Esteban ya cruzaba el Atlántico cuando los vuelos eran en blanco y negro y estaba de moda la TWA, que ya es. Esteban nació con un pasaporte debajo del brazo.

Decíamos mañana Comparto con mi asombroso maestro el privilegio de habernos incorporado el mismo curso a la entonces titulada Facultad de Ciencias de la Información. Claro que él sobre la tarima y quien esto firma en medio de los ochenta alumnos recién sumidos en el sueño del Periodismo. Terminé los estudios –bueno, ejem, la carrera– y la diáspora profesional me llevó por aquí y allá, pero

siempre por territorio nacional. O sea, me convertí en una especie de Esteban de la señorita Pepis. Y con él mantuve, como acostumbra a hacer con muchos de los licenciados, una constante relación discontinua. Hasta que volví a Pamplona, a compartir claustro con él, hará cosa de una docena de años. Y me alegré un montón de encontrarlo, mayormente porque era una de las pocas caras conocidas entre un claustro de profes ochenteros y noventeros para mí desconocidos. Desde entonces el trato ha pasado a ser de escándalo. Amén del día a día, en eso de organizar follones diríase que se han juntado el hambre con las ganas de comer: no tengo espacio para describir las carcajadas montando el cincuentenario de fcom. Y no quiero hablar más. Resumo: sigo soñando que termino la carrera, que trabajo en nueve empresas de ocho ciudades y que, cuando despierte, ELEF todavía estará allí. Paco Sancho OCTUBRE 1972


UNIVERSIDAD DE NAVARRA

2010 MAYO. Última clase del profesor Pedro Lozano Bartolozzi antes de su jubilación. En primera fila, Maite Martínez, Jordi Rodríguez Virgili, Carlos Álvarez Furundarena y Esteban López-Escobar. 2011 NOVIEMBRE. Año y medio después, llegó su turno: última clase del profesor Esteban López-Escobar en un aula también llena de alumnos y de compañeros de claustro.

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

2010 OCTUBRE. Los cuatro catedráticos de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra: Manuel Martín Algarra, Alfonso Nieto, Esteban López-Escobar y Alfonso Sánchez-Tabernero. 2012 JUNIO. ‘Happening’ (así lo bautizó Esteban López-Escobar, agachado a la derecha) en el huerto de su amigo Juan Cruz Cruz (agachado a la izquierda).

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UNIVERSIDAD DE NAVARRA

El penúltimo ‘happening’ En los primeros meses de 2012, Esteban nos impartió un largo curso de doctorado sobre Opinión Pública donde comentábamos las principales obras del campo y conocíamos a sus autores. Cierto día me lo crucé por la explanada de FCOM y me preguntó preocupado cómo estábamos siguiendo las clases, si nos gustaba el enfoque y algunas cuestiones más relacionadas con la materia. Pronto añadió algo así como: “Creo que la gente se queda con ganas de más. Deberíamos hacer un café o reunirnos de alguna manera para que no quede nada en el tintero”. La realidad es que esto nunca cuajó, pero la idea de hacer algo paralelo en las clases y en clave informal se quedó flotando en el ambiente. La segunda parte fue impartida por su gran amigo Max McCombs, que vino desde Estados Unidos para explicarnos, no el primero ni el segundo, sino el ya tercer nivel de la afamada teoría de Agenda Setting. Organizando en su despacho los horarios y sesiones me comentó la idea de incluir una parte “lúdico-festiva”. Como buen paisano asturiano esto no me sorprendió pero sí lo que me dijo muy serio y solemne a continuación. Fue algo así como: “Deberíamos montar un happening para cuando venga Max. Nuestro welcoming es muy bueno y no debemos perder las buenas costumbres”. Después de pensar mucho, llamó a su buen amigo Juan Cruz para poder ir hasta su famo2011 JULIO. McCombs y López-Escobar en el XXVI so huerto y celebrar allí el esperado happeCongreso Internacional de Comunicación en Pamplona. ning. Nosotros poníamos las materias primas y el profesor Cruz nos prepararía un rico asado con todo ello. Unos días antes del evento, tenía previsto un viaje a Asturias. Cuando se enteró me pidió que trajese un Quesu Cabrales “no muy grande” para el susodicho happening. Finalmente me hice con un queso de un kilo (no lo había más pequeño). Cuando se lo comenté llevándose las manos a la cabeza dijo (y estas sí que son textuales): “¿Adónde vas con eso?”. La realidad es que poco se pudo llevar a su casa puesto que éramos catorce a degustar. Entre los asistentes estaban otros amigos de Esteban como Olaf Jandura, y el actual Rector Magnífico D. Alfonso SánchezTabernero. Vinos chilenos, Riojas y Riberas del Duero corrieron a sus anchas. Y cómo no, acabamos con 2012 MARZO. Presentación del libro ‘¿Qué pensamos en Navarra la guitarra y cantando canciones de sobre los políticos?’ por sus autores y coordinadores: Jordi Rodríguez tuna, asturianas y algunos grandes Virgili, Antonio Tolsa Majos, Esteban López-Escobar y Pedro Lozano éxitos de la España profunda. Bartolozzi. Carolina Díaz Espina 2012 OCTUBRE

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

2012 SEPTIEMBRE. Miembros de la Facultad de Comunicación, con el rector en la apertura de curso 2012-2013. Primera fila: Juan Manuel Mora, Esteban López-Escobar, Mónica Codina, María Victoria Romero, Pedro Lozano y Mercedes Medina; segunda fila: Sira Hernández, Ruth Gutiérrez, Teresa Sádaba, María Pilar Martínez-Costa, Mónica Herrero, Carlos Barrera, Alfonso Sánchez-Tabernero, Efrén Cuevas, Mercedes Montero, Juan de los Ángeles, Ángel Arrese, Jesús Zorrilla, Alejandro Pardo, Sergi Molas, Francisco Javier Pérez Latre y Miguel García San Emeterio. Al fondo, Manuel Martín Algarra.

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UNIVERSIDAD DE NAVARRA

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FACULTAD DE COMUNICACIÓN

2012 SEPTIEMBRE. RETRATO DEL CATEDRÁTICO DE OPINIÓN PÚBLICA ESTEBAN LÓPEZ-ESCOBAR. 94 l EL JÚBILO DE ELEF

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Esteban López-Escobar

Una vida universitaria El catedrático de Opinión Pública de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra se jubila tras cuarenta años de docencia

1972 - 2012

icenciado y Doctor en Derecho, Graduado en Periodismo y Licenciado en Ciencias de la Información, y Diplomado en Derecho comparado por la Universidad de Estrasburgo, es Catedrático de Opinión Pública en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, en la que ha sido el primer director del Departamento de Comunicación Pública. Además es profesor en el programa de Maestría y Doctorado en Gobierno y Cultura de las Organizaciones (Instituto Empresa y Humanismo) en la Universidad de Navarra. Fue elegido presidente de la WAPOR (World Association for Public Opinion Research) para el bienio 2005-2006. Es Fellow del Joan Shorenstein Center for the Press, Politics and Public Policy (John F. Kennedy School of Government, Harvard University), del Washington Program in Communications Policy Studies (Annenberg School of Communications), y de la Fundación Fulbright. Formó parte del Consejo del International Institute of Communications (Londres), del Consejo Estratégico del European Institute for the Media (Manchester y Düsserldorf), y del European Communications Council (Berlín). Y colaboró con el Consejo de Europa y la Federación Internacional de Editores de Diarios. Es autor, coautor y coeditor de dieciséis libros (Análisis del ‘nuevo orden’ internacional de la Información, La televisión por

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cable en América y Europa, La responsabilidad pública del periodista, Das Wirtschaftrecht der Internationalen Telekommunikation in Spanien, Television and the public interest, E-conomics: strategies for the digital marketplace, Comunicación y Democracia, ¿Qué pensamos en Navarra sobre los Políticos?, etc.), y de varias decenas de artículos, aparecidos en el Journal of Communication, International Journal of Public Opinion Research, Journalism and Mass Communication Quarterly, European Journal of Comunication, Comunicación y Sociedad, la Revista Española de Investigaciones Sociológicas, Doxa, Sphera Publica, etcétera. Ha participado en treinta proyectos de investigación, relacionados –entre otros asuntos– con la teoría de la agenda-setting, la espiral del silencio, las imágenes públicas de los candidatos y líderes políticos, y la percepción social de los periodistas y de los políticos. Ha sido el investigador principal de quince de esos proyectos. Miembro fundador de la revista Gaceta Universitaria. Fue director de Nuestro Tiempo (1974-1979), y ha publicado colaboraciones en diversos diarios (El Mundo, ABC, El Periódico de Catalunya, Diario de Navarra, etc.). Ha dado cursos, conferencias y ha desarrollado ponencias en congresos celebrados en 40 países. n

But do not remain in the past, feel the nostalgia of the future, and go, go, go forward, with the help of God, in the company of men. — Esteban López-Escobar

El correo de Esteban López-Escobar Fernández:

elef@unav.es En Twitter:

@elefcom



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