Contratiempo 146 • Otoño 2019

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CHICAGO, ILLINOIS, OTOÑO 2019

¿DE QUIÉN ES LA CIUDAD? NUESTROS NIÑOS LATINOS CELSO PIÑA, DE LA CAMPANA PARA EL MUNDO

NÚMERO 146


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OTOÑO 2019 • NÚMERO 146

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a gran mayoría de los habitantes de Chicago somos inmigrantes que hemos caminado un rumbo que pretendimos detener o pausar en esta urbe, y es el clima uno de los factores más importantes que hacen que nos quedemos o que sigamos con nuestro caminar, pero además del clima, también sabemos que el costo de anclar nuestro andar en esta ciudad tiene un peso monetario significativo. Para comenzar, vivir aquí resulta ser casi un veinticinco por ciento más caro que el promedio del país. No obstante, aún siendo grande, ruidosa, fría y costosa, para la mayoría de los habitantes es un ciudad acogedora y generosa. Chicago es una ciudad de movimiento. Los lugares que existían permanecen en nuestros recuerdos y posiblemente mañana, los lugares que hoy existen, también serán eso, sólo recuerdos. Chicago es de barrios y de sus habitantes que a través de su historia los han marcado con su cultura y sus colores, seguido escuchamos

conversaciones del tono: “aquí estaba éste bar…” “en esta esquina había un café”, “en esta otra un billar”, o “un teatro…” Lo cierto es que Chicago se mueve, así definido por la inquietud de su gente y por el vasto número de inmigrantes que no cesan en llegar. Y sí, efectivamente, los barrios se embellecen y se encarecen mientras otros se abaratan, pero el movimiento permanece, y es esto lo que cuestiona nuestro dossier, ¿De quién verdaderamente es esta ciudad? ¿De quién la construye o de quién la lleva en su recuerdo? Y entre el optimismo de la posible destitución del presidente y sus innumerables penosas participaciones con la prensa, imprimimos un número más de nuestra revista, y esto ya es un símbolo de rebeldía y de persistencia. Marcopolo Soto Director editorial

THE THIRDMAN es un artista interdisciplinario que vive y trabaja actualmente en Pilsen. El artista trabaja en varios medios y se centra en el único campo vibratorio en el que todas las cosas están conectadas. Su objetivo en todo lo que hace es elevar e inspirar. “Sea lo que sea lo que hagas, es cuestión de tomar elementos dispares y conectarlos en brebajes colmados de vibras positivas, fly, funky, upfull … Mi vida se trata de la evolución del espíritu vivo... El alma del universo.”

Índice 3 José José Luis García 4 Porque somos en los otros Carlos Azar Manzur

10 Rubén Molina, y su anhelo de preservar el alma chicana: Necesitamos nuestro lugar en la historia Rodolfo Aguilar

6 Celso Piña, de La Campana para el mundo Luis López

12 ¿Para qué sirven los monumentos? Andrea Ojeda

22 Grabadolandía Andrea Ojeda

8 Fluido rigor de Reynaldo Jiménez José de María Romero Barea

14 La verdadera revolución María Ximena Pineda Lara

26 ¿De quién es la ciudad? Julio Rangel

16 Nuestros niños latinos Mauricio Rodríguez Naime

27 Lincoln Yards y el futuro de Chicago Kari Lydersen

9 Vox Populi, José Levy en el cuerpo de todos Rey Andújar

18 México del Norte Jorge Mújica Murias

19 Chicago y los por qué de una Feria del Libro Latinx Fernando Olszanski 21 El Machete Illustrated Eric J. García

30 Red line blues Julio Rangel

32 Residuos Marco Escalante 35 Folded Map indaga en las estructuras de la segregación urbana Tonika Lewis Johnson 38 Xicago Arturo Fresán 40 Deshoras Miguel Marzana Ernesto Santana Lucia Wrooman Pedro Pablo Marin Miguel Ontiveros Carolina Herrera


TIEMPO EXTRA

José José 17.02.1948 —28.09.2019 Luis García es fotógrafo editorial y comercial con sede en el sur de California que se especializa en la toma de imágenes de viajes, estilo de vida y retratos en todo el mundo. Es un apasionado del ciclismo, una buena taza de café y le encanta hacer viajes culinarios con su esposa Daniela. O V ETROAÑNOO 2 02 1091 9

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TIEMPO EXTRA

Francisco Toledo. Creative Commons

La imagen de pรกgina siguiente, La mesa de Francisco Toledo. Creative Commons.

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CULTURA

Porque somos en los otros Carlos Azar Manzur

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ra común encontrar a Francisco Toledo sentado en una banqueta esperando que quien lo había citado en un restaurante llegara. Lo esperaba en la banqueta porque los del restaurante habían decidido que mejor se ajustaban a sus prejuicios y, a pesar de los letreros que decían: “en este local no se discrimina a nadie”, preferían no dejar entrar a ese barbón con huaraches y morral. La escena giraba hacia lo cómico, esa risa que se convierte en rictus de dolor, cuando el otro comensal llegaba, de saco y corbata claro está, y se encontraba con el maestro en la banqueta. Esta escena, de tanto repetirse, logra representar el mecanismo por el que tanto luchó Francisco Toledo, “extranjero en todas partes”, como lo calificara Angélica Abelleyra, la reportera que nos ayudó a entender mejor al artista en Se busca un alma, ese libro notable que valdría la pena reeditar. Pintor, promotor cultural, social, enamorado de la congruencia y de la capacidad del arte para generar nuevas formas de relación social, Francisco Toledo nació en la Ciudad de México, “accidentalmente” confesaría él mismo, pero su imaginería y su obra se alimentarían de haber vivido años en Minatitlán y en Juchitán. Veracruz y Oaxaca, Rufino Tamayo y Octavio Paz, el vuelo y la risa, la certeza de un muro y la posibilidad de brincarlo con una pirueta, las tostadas de maíz criollo con quesillo y chapulines y el espagueti con camarones, dualidad cósmica que logró definir su trayectoria artística y que se convirtió en manera de vivir. Con un pie en México y otro en el mundo, Toledo entendió que el trabajo del artista no podía mantenerse lejos de los demás ni de sí mismo, como dijo Albert Camus en “Jonás o el artista en el trabajo”, el artista no puede dejar de ser solitario y solidario a la vez, o en palabras de la poeta Zyanya Mariana, “Toledo fue aquel que entendió que somos con los otros y a través de los otros”. Hay ciudades que dependen del amor de sus habitantes para no perderse. El problema no es que el desarrollo citadino se nos vaya de las manos, sino del corazón. Así como Zacatecas tuvo el fervor enamorado de Federico Sescosse, Oaxaca contó con la pasión de Alfredo Harp y de Francisco Toledo. La recuperación de espacios públicos para la gente es OTOÑO 2019

parte de la obra notable del pintor y tenemos la obligación de mantenerlos así. Su muerte no puede significar la preocupación por el abandono de esos espacios, debe recordarnos que cuidar la casa debe ser el mecanismo para promover la permanencia y la comunicación de las personas. Cuando “la casa se convierte en la boca de un tiburón”, como diría la poeta somalí Warsan Shire, expulsa a las personas y las pierde. A diferencia de tantos funcionarios en México, Francisco Toledo sabía que no hay mejor forma de luchar contra la ruptura del tejido social, ésa que ha generado la violencia, el individualismo, la necesidad de borrar la existencia del otro, la corrupción y la impunidad, que la que ofrece la cultura. Más cerca de la percepción antropológica, la cultura se sustenta en la manera de vivir, en la cohesión social y en la posibilidad de establecer comunicación con el otro. La cultura siempre ha sido la base de la fundación de nuevos paradigmas civilizatorios. Los gobiernos que, en situaciones de crisis, deciden ahorrar en el fomento a la cultura, olvidan que la historia nos ha demostrado que ese error sólo abre más la grieta en el tejido de la sociedad. Toledo, por su parte, creía que la fundación de un nuevo paradigma civilizatorio no podía dejar de lado ni la cultura ni el fundamento social en el que se ha instalado. Por eso, luchaba tanto para fundar instituciones que favorecieran el desarrollo social por medio del arte y que esa tradición sirviera de punto de partida para su propia producción artística. Su muerte llega en un momento en el que debemos preguntarnos qué país queremos, qué ciudades pretendemos crear, cómo nos gustaría plantear un nuevo paradigma civilizatorio. En esa discusión que se acerca, que nos pide entrar en ella, no debemos perder de vista el camino recorrido por Francisco Toledo y su afán por generar un mundo mejor.

Carlos Azar Manzur, como escritor, maestro, editor, siempre ha sido un gran defensa central. Fanático de la memoria, ama el cine, la música y la cocina de Puebla, el último reducto español en manos de los árabes. contratiempo

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TIEMPO EXTRA

Celso Piña, de La Campana para el mundo Luis López

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l día después de la muerte de Celso Piña en su natal Monterrey, cientos de fans del músico llegaron a las capillas funerarias para despedirse de él en tono festivo. Portando sombreros vueltiaos en sus cabezas, niños tocaban la trinidad instrumental del folclor colombiano: acordeón, caja y guacharaca, mientras otros que acudieron a velarlo se dejaban llevar por la cumbia. A cada lugar al que iba, el músico no sólo llevaba consigo su acordeón, sino la fiesta misma. Celso falleció el 21 de agosto a la edad de 66 años, pero sus seguidores se encargaron, incluso en sus servicios funerarios, de mantener viva su algarabía. En todo este acto hubo una especie de última reivindicación del músico regiomontano. Las capillas donde fue velado su cuerpo se encuentran en el lado sur de la Loma Larga, una zona que ya no es geográficamente Monterrey sino el municipio conurbado de San Pedro Garza García, la ciudad de mayor poder adquisitivo de México. Celso nació, creció y se forjó al otro lado de esa misma loma, en el otro Monterrey, en los barrios históricamente de clase trabajadora de la Colonia Independencia, del Cerro de la Campana. En las faldas de la loma que la mayoría de los regios sólo ven de lejos en su camino al trabajo y a casa. La geografía urbana arrinconó esta zona entre las narrativas de prosperidad regiomontana: Al otro lado de la Loma Larga, al sur, están las torres corporativas, mansiones y centros comerciales de lujo de San Pedro. Cruzando el Río Santa Catarina, justo al norte, está el Centro de Monterrey, la cabecera política del estado y la zona que concentra buena parte de la alta cultura de la ciudad. Y al este, hacia el Cerro de la Silla, está el Tecnológico de Monterrey, una de las universidades mejor calificadas de América Latina y alma máter de generaciones de líderes empresariales. En la cuenta de Instagram de Celso, pueden verse fotos del músico en su gira por Europa hace unos meses. Posa de forma juguetona frente a la Torre Eiffel en París, el Tower Bridge de Londres, la Puerta de Brandenburgo de Berlín. En cada imagen se nota en su rostro un aire de incredulidad, y podría pasar desapercibido como turista de no ser por su acordeón siempre en sus manos, siempre evitando que la cumbia lo agarre desprevenido. No fue en balde su mote de “Rebelde del Acordeón.” Fue un trovador que compartió al mundo el latido del Cerro de la Campana, la historia de un Monterrey pasado por alto, pero no silenciado. Toda música es producto del movimiento humano. La migración sudamericana hacia el norte trajo consigo a Monterrey la cumbia y el vallenato, a su vez productos del mestizaje musical europeo y africano en el Caribe colombiano. Estos ritmos gradualmente se arraigaron en el paladar musical de los regios, quienes luego la empezaron a adaptar a sus gustos. Así nació de manos del sonidero regio Gabriel Duéñez la cumbia rebajada, una cumbia tocada más lento de lo debido, que acentúa el registro bajo y crea una atmósfera etérea. Surgió por un accidente con su grabadora y se volvió la banda sonora de toda una subcultura. La estética de la cumbia rebajada influyó sobremanera en el sonido de Celso. Desde los años ochenta ya comenzaba a cultivar su carrera musical como intérprete de música colombiana junto con su Ronda Bogotá, el

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ensamble que fundó con sus hermanos Rubén, Eduardo y Enrique. Pero su salto al estrellato llegó en el 2001 con su álbum Barrio Bravo, que codificó el sonido de la cumbia urbana para la posteridad. Producido por el entonces DJ de Control Machete “Toy Selectah,” el álbum amplificó el poder sonoro de la cumbia rebajada fusionando la voz y el acordeón de Celso con rap, hip-hop y rock. Dos canciones inolvidables de ese álbum son “Cumbia sobre el Río”, con rap de Pato Machete y Blanquito Man, y “Cumbia Poder,” con El Gran Silencio. El disco es puro deleite sonoro, un manifiesto de las contraculturas regiomontanas en sincronía, unidas en un ritmo implacable, contagioso. El repicar de La Campana retumbó por todo el mundo. Celso tenía 48 años cuando salió Barrio Bravo, algo que no habría sido posible de no haberse rodeado de una generación más joven de músicos dispuestos a entrarle a su apuesta. Y Celso nunca dejó de experimentar, de colaborar con artistas de todo tipo–hizo mancuerna sonora con Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, Lila Downs, Totó la Momposina, Ana Tijoux. Uno de sus mantras era “Música es música”, y justo con esa frase tituló su álbum de 2017, una grabación en vivo de sus cumbias más famosas acompañado de la Orquesta de Baja California. Mucho se elogia el virtuosismo que ostentaba en su instrumento, pero se habla menos del otro 50 por ciento de su síntesis sonora: su voz. Si la precisión de su acordeón lo hizo sobresalir, su voz lo ancló a lo cotidiano. Era terrenal, coloquial, sin entrenamiento vocal. Lo mismo podía ser un tío que se ponía a cantar en la carne asada después de unas cervezas, con una voz de alguien a quien no intenta impresionar a nadie. Su instrumento elevó su música. Su canto la democratizó. Celso llevó su cumbia por el mundo. O mejor dicho, la cumbia lo llevó a él. Embrujó con su ritmo a públicos internacionales, así como a comunidades mexicanas en el extranjero (su penúltima presentación justo fue en Chicago en el Pilsen Fest, tan solo tres días antes de su muerte). Pero su logro más sobresaliente fue haber sido aceptado en Monterrey. Luego de Barrio Bravo empezó a aparecer en festivales y recintos de mayor perfil, y una vez hizo bailar a Gabriel García Márquez. Al final la mayoría de sus fans eran personas que no tenían idea de qué significa crecer en La Campana, en ese otro Monterrey. Pero con su música él se encargaba de que lo entendieran al menos un poco. Escuchar el acordeón de Celso es sentir el humo del camión de ruta en la cara. Es maridar la arrachera con cerveza Carta Blanca bajo el picante sol veraniego. Es dialogar con un acento golpeado que no perdona ni se apena. Las historias de éxito que Monterrey transmite al extranjero siempre se originan desde el privilegio: las empresas multinacionales, las universidades de prestigio, la promesa de movilidad social. Celso es el triunfo de la contracultura, prueba de que también se innova en la Independencia, que desde la marginación también se puede trazar el éxito. Su música seguirá pregonando ese sentir de La Campana, aquella zona en lo alto de la loma, visible para tantos, ignorada por tantos más, y elevada por la cumbia que se resiste, que desde su cima grita “¡aquí presente, compa!” OTOÑO 2019


MÚSICA

Luis López es periodista originario de Monterrey, México, y especializado en música popular latinoamericana. Trabajó como reportero cultural en el diario El Norte, de Grupo Reforma, y actualmente cursa su maestría en Periodismo de Artes por la School of the Art Institute of Chicago (SAIC).

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TIEMPO EXTRA

Fluido rigor de Reynaldo Jiménez José de María Romero Barea

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entrados, como seguimos, en el mero festejo o la intempestiva demonización, el conocimiento que aportan determinadas exégesis está destinado a ser, inevitablemente, incompleto. Frente a los muros de estupor de la erudición sesgada, la compulsiva conectividad facilita intercambios supuestamente democráticos. Matizada o lírica, entre rotas imágenes y bocetos contundentes, la inusual memoria fermenta “la autoexposición de una presencia que ya no se sujeta a una identidad (…) expresión cambiante de un anhelo de flexibilidad que proporcionase, ya no apenas a la literatura y su recorte, aquel rigor fluido que Perlongher declaró (…) pretender para sí y para los avatares de su tarea de investigación” (“Encuentros nestorianos en la niebla”). Más que representar oposiciones, la selección que nos ocupa crea un espacio común donde lo diverso llega al mutuo entendimiento. Parte de una cosmopolita universidad del intelecto, la colección de ensayos Intervenires (1990-2014; libros de la resistencia, 2016) incurre en las creaciones de los escritores Néstor Sánchez, Gastón Fernández Carrera, Néstor Perlongher o Wilson Bueno, nos las recomienda: se encuentra aquí lo que se busca en la amistad, esa tradición autosuficiente que aúna empresa e inventiva, “la reverencia orante donde la identidad está perdida – su aceptación del borde que no termina, su pulsante expansión. La minuciosidad del artificio que refina para desnudar, que alude para convocar, que aletarga, letánica, a la mente pero no a la conciencia, que despeja los ojos de tanta mirada ajena” (“Templar”). Entre familiares intimidades y públicas revelaciones, la interior transformación de una comunidad que nos encuentra. Aborda el crítico y traductor Reynaldo Jiménez (Lima, 1959) estas y otras cuestiones en su búsqueda por preservar la singularidad frente a la posmoderna presión de conformidad. Garabatea, para ello, fragmentos, se busca entre tradiciones frente a las cuales se alinea (a favor o en contra); nos guía el poeta de Las miniaturas (1987) por el sinuoso camino que recorre, a veces solo, a veces en compañía del también poeta Paulo Leminski, al que traduce entre emboscadas, “no descentrado en relación a un ideal preexistente sino dialécticamente enfocando, desde varios centros a la vez, trazando a su manera un holograma despertante de influjos” (“Vida más acá de la biográfica”). Demiurgo multifacético, su creatividad engendra análisis discutidos; apasionada, alumbra espinosos sentidos de la realidad, entre el optimismo y el pesimismo, contra lo estancado, “Destino: el desatino/ el no-mapeado/ Finismundo: allí/ donde comienza la infranqueada/ frontera del extracielo” (“Finismundo: Haroldo de Campos”). Biblioteca de sentimientos a través del laberinto de ojos atónitos, Intervenires sabe que jamás leeremos todos los libros. A base de entendimientos de la rabia, contra la injusticia de la complacencia, desmantela las fronteras de nuestro mutismo. Se opone el miembro de El Invitado Sorpresa a nuestra incapacidad de aprender mientras examina nuestros intentos de desafiar la mentira.

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“Si cantar es, con el cuerpo, orar celebratorio, al unísono del signo connotado, preguntar con la voz por la palabra, será lo de menos sostener un estilo: todo estilo se comporta como respuesta” (“La inspiración es una sustancia”). Entretejidas, cómodas en su extrañeza, las diferencias entre lugares, personas e igualdades. Dedicado a la tarea de reflexionar más allá de la inocencia, el peripatético acomodarse a un espacio ilustrado, el buscarse a través de la escritura, perdido entre palabras. El resultado es una biografía literaria base de información privilegiada, actualización de las inquietudes del autor, “roto el hilo del rito, despedaza al menudeo (regateo de los cegatos) toda intervención energética” (“Antiviaje aparente”).

José de María Romero Barea (Córdoba, España, 1972) es profesor, poeta, narrador, traductor y periodista cultural. romerobarea.wordpress.com. Autor del libro de poemas Europa aplaude (Para- lelo) y las novelas Oblicuidades (Anantes) y Mitze Katze (Amargord).

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PINTURA

Vox Populi, José Levy en el cuerpo de todos Rey Andújar

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ara hablar de Levy propongo una triangulación representada en el paralelo que forman color y trazo, sobre una base de antropología social, en donde las narrativas impositivas que regulan sexo, raza, edad y religión, no siguen patrones establecidos. El resultado es una obra que no complace, responde o soluciona, siempre pregunta… No agrede, más bien concerta. No trata de enseñarnos nada, sino encontrarnos a medio camino, dominicanos, dominicanas, caribeños y universales en el reverso de la postal. Lo conocí cuando trataba de arreglar el reloj de mi abuelo, uno de sus trofeos del tiempo que pasó en La Banda Colorá. El reloj tuvo un destino trágico, como el abuelo, fantasma de falso piso entre el Hospital Central y Onatrate. Lo conocí un día por el Conde, entre Cestero, Goico y café, caminando me lo encontré, sudando como un potro, y le dije: Eres el relojero. También pinto cuadros, contestó, abriendo un canvas para mostrarme una nigromanta a la que el diente de oro le brillaba de aquí a Curazao, a donde se van nuestras mejores Electras. Relojero, me repetí, pensando en la moraleja: ¿será que la errante exactitud de su trazo tiene que ver con el tiempo que se le ha quedado trabado en los dedos, bregando con tanta correa y minutero? La fuerza del trazo de Levy está ligada al color de manera dimensional. En la pieza “Boca Chica” Beach, el trazo es tan grueso que quiere levantarse, no sólo del material sino de la fábula playera. Es esto lo que da al cuadro una armonía de desastre y domingos de gira sin todo incluido. El conflicto de azules en este cuadro contrasta con el cielo rojo estridente en “Paisaje periférico”. El amarillo seductor del paisanaje playero, juega paralelamente con la miseria que cuentan los grises y azules apagados de Paisaje. Pero nada es poco en esta narrativa, donde el rojo puro contrasta con el verde basura-militar del río. Estas piezas son provocaciones más no amenazan, al contrario, son la sutil invitación a revisar el cuerpo que somos. Una colección emblemática de nuestras repeticiones; los cuerpos “no-fit” y la referencia concreta de la carcajada colectiva. Vox Populi es la crónica del hambre de una belleza salvaje, antillana y Caribe Pop.

Rey Andújar es Doctor en Filosofía y Letras Caribeñas por el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. Su tesis, Formas del ascenso: estructura mitológica en Escalera para Electra de Aída Cartagena Portalatín, ha sido publicada por Editorial Isla Negra y la Universidad Apec Santo Domingo y su novela Los gestos inútiles recibió recientemente el VI Premio Alba de Narrativa Latinoamericana y Caribeña, durante la Feria del Libro de la Habana 2015. OTOÑO 2019

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TIEMPO EXTRA

Rubén Molina y su anhelo de preservar el alma chicana Necesitamos nuestro lugar en la historia Rodolfo Aguilar

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magínate que para tu tarea escolar te toca investigar la historia de los dinosaurios, o la vida del Dr. Martin Luther King Jr. Probablemente empezarías por buscar en Google, y luego visitarías tu biblioteca local; allí sin duda encontrarás información con poca dificultad. Pero si bien hay miles de alternativas de investigación para estos temas, todavía quedan cientos de historias sin escribir, que no se han documentado en un medio físico. Estos son los vacíos históricos que suelen encontrar muchos jóvenes chicanos(xs) cuando buscan información correcta centrada en sus comunidades. Con el tiempo, muchos estudiantes chicanos o latinos empezaron a trabajar diligentemente en innumerables disertaciones, manuscritos y artículos académicos para reducir esta brecha intelectual. Algunas de estas lagunas también han sido salvadas por historiadores comunitarios o lo que el teórico italiano Antonio Gramsci identificó como “intelectuales orgánicos”. El angelino Rubén Molina identificó una de estas lagunas en los años noventa, cuando no logró ubicar escritos sobre música soul chicana. Encontrar este eslabón perdido lo llevó a buscar discos en los lugares más recónditos, hablar con músicos mexicoamericanos envejecientes que se habían distinguido en ese género en el suroeste de Estados Unidos. Sin respaldo financiero institucional pero con la urgencia de documentar esta historia antes de que fuera demasiado tarde, Rubén vertió su labor en dos importantes textos sobre el soul chicano. Sus autopublicados libros The Old Barrio Guide to Low Rider Music (2002) y Chicano Soul (2007) conectaron a las comunidades chicanas(xs) y a estudiantes de música con la historia de las rolas que tanto deleitaban en los años sesenta y setenta, y de los artistas mexicoamericanos que las cantaban. Rubén Molina quedó fascinado con la música soul durante su juventud en la posguerra de Los Angeles, y las diversas alteraciones del género a lo largo del tiempo que reflejaban las condiciones cambiantes de la

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política social, económica y cultural que rodeaba las comunidades negras y chicanas. Comenzó a coleccionar discos en 1964. Su madre influyó considerablemente en su interés musical al presentarle grupos como los Five Stairsteps y la plétora de talentosos cantantes de Motown; muchos músicos chicanos adoptarían el formato Motown de armonías sincronizadas y atuendos combinados. Presenció el cambio ocurrido cuando los jóvenes urbanos desafiaron el status quo en el período tumultuoso los años sesenta y setenta, y los artistas del soul fusionaron la música y el activismo comunitario. Los músicos negros y chicanos integraron la resistencia política en sus grabaciones, incluso a expensas de sus carreras. Marvin Gaye lanzó What’s Going On en respuesta directa a la guerra de Vietnam; los jóvenes expresaron su desdén por la guerra en manifestaciones masivas con activistas y miembros de la comunidad chicana, incluida la protesta Moratoria Chicana del 1970, exigiendo el fin del conflicto en Vietnam. Al tiempo que los miembros de la comunidad chicana protestaban vehementemente la agresión militar de Estados Unidos, el racismo y la desigualdad de clases, los artistas mexicoamericanos iban generando cada vez más música política y consciente de los problemas raciales. Little Joe y la Familia, por ejemplo, dejó de grabar en inglés, dando forma a su brown soul con el lanzamiento del LP Para la Gente (1972), que incluía la famosa interpretación de “Las nubes”. Esta grabación generaría mucho interés entre los amantes de la música chicana que veía en ellos la confluencia de las armonías doo wop con los paisajes sonoros mexicanos. “Las nubes” de Little Joe y la Familia sirvió de banda sonora para las manifestaciones de los trabajadores de la Unión de Campesinos, que exigían mejores salarios y más derechos laborales. El tiempo eventualmente pasaría, y aunque Rubén continuó coleccionando soul, seguía sintiendo un vacío en los libros sobre el tema. Se preguntaba dónde quedaron las grabaciones de soul mexicoamericano. Los historiadores de rock n’ roll reconocían a los rockeros mexicanos, OTOÑO 2019


MÚSICA

incluidos los difuntos Ritchie Valens y Sam the Sham and Pharoahs. Pero Rubén quería saber qué había pasado después de Valens. ¿Qué bandas lograron popularidad local sin llegar al éxito nacional? No fue hasta finales de los noventa que Rubén consiguió una copia de “You’ve Succeeded” de Dimas Garza en el sello discográfico Clown. Anhelaba saber más sobre Garza, y finalmente viajó a San Antonio, con una pequeña lista de contactos y la esperanza de conocerlo. Se sucederían muchos viajes a San Antonio y otras ciudades de Texas para conocer sobre los músicos de soul chicanos y las grabaciones producidas por las casas disqueras locales. La obra de Rubén presta especial atención a la escena del soul mexicoamericano de San Antonio. Cree que la escena musical de Texas tenía un sonido bastante similar a la de los cantantes de soul negros, y allí encontró bandas como los Royal Jesters, y los Eptones que cantaban las canciones de Smokey Robinson y Mary Wells. Los mexicoamericanos de California también se enamoraron del doo wop, incluidos Thee Midniters, que cantaban baladas de Baby Washington y Jerry Butler. Sin embargo, en California también había un romance con el garage rock n’ roll: La grabación de Cannibal and the Headhunters de “Land of 1000 Dances”, por ejemplo, les dio la oportunidad de hacer una gira con los Beatles. Por otro lado, los grupos tejanos pioneros del sonido West Side, del oeste de San Antonio, sólo pudieron grabar con casas disqueras locales, muchas en estudios improvisados. A pesar de estas diferencias, las escenas de Texas y California son componentes importantes en el trabajo de Rubén. Según Molina, escribió The Old Barrio Guide to Low Rider Music y Chicano Soul motivado por el sentimiento de que “Nosotros [los chicanos] necesitamos nuestro lugar en la historia”. Sintió la necesidad de establecer una conversación entre estas dos escenas musicales, como también con los diversos grupos de soul mexicoamericanos y latinos que evolucionaron en otras ciudades estadounidenses. El trabajo de Molina también hace referencia a grupos de Albuquerque, y de tan al norte como Milwaukee. A lo largo de los años, Rubén Molina ha acumulado cerca de cinco mil discos de 45 rpm, cientos de LPs, y unas doscientas grabaciones de 78 rpm. Su colección también incluye joyas como las grabaciones de Lalo OTOÑO 2019

Guerrero y Don Tosti en discos de 78 rpm. También ha conservado antiguos carteles de conciertos y entradas de bailes de música soul. Hemos sido testigos de una promoción de estudiosos chicanos(xs) que se enfocan académicamente en la música mexicoamericana en los Estados Unidos de la posguerra, incluido Ab Vargas y Anthony F. Macias. La Colección Strachwitz Frontera de la Fundación Arhoolie con sede en la Universidad de California Los Angeles, trabaja incansablemente en la curación y digitalización de casi 160.000 grabaciones de músicos mexicanos y mexicoamericanos. Fueron los escritos de Rubén los que de alguna forma hicieron que los DJs, coleccionistas de vinilo, sellos discográficos indie y una nueva generación de soul chicano(x) encontraran inspiración musical en el pasado. Su trabajo sigue interesando a un público internacional. Chicano Soul entró en segunda impresión con Texas Tech University Press en 2017, y está en marcha una traducción al japonés. También mantiene una apretada agenda como DJ con su colectivo Southern Soul Spinners, y a menudo recorre Europa, tocando discos de 45. Rubén es un historiador de la comunidad, un archivista de barrio, que colecciona y conserva sonidos del soul chicano(x) que requieren tanto escuchar como leer.

Rubén Molina se presentará como parte del panel South Side Soul el 1ro de Noviembre, dentro de las festividades del 30 Aniversario del Chicago Humanities Festival 2019.

Rodolfo Aguilar es profesor adjunto de Estudios Latinoamericanos/Latinos y Estudios Norteamericanos en Kennesaw State University. El Dr. Aguilar se tituló en Estudios Latinoamericanos y Latinos de la Universidad de Illinois en Chicago y obtuvo un doctorado en Estudios Norteamericanos por la Universidad de Minnesota. Escribe sobre Estudios Latinos en Estados Unidos, música popular, migración y las comunidades latinas del Medio Oeste. Traducción de contratiempo.

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Fotos cortesía de la autora.

Dice el diccionario sobre monumento: nombre masculino 1. Construcción arquitectónica o escultórica, generalmente de grandes dimensiones, que se erige en recuerdo de una persona o hecho memorables. “depositaron una corona de laurel ante el monumento en memoria de los que dieron su vida por la nación”

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OPINIÓN

¿Para qué sirven los monumentos? Andrea Ojeda

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n la ciudad de México existe un monumento muy alto y muy grande. Se trata de una columna de 36 metros asentada sobre un basamento cuadrado que está rodeado de cuatro figuras en bronce que simbolizan la ley, la justicia, la guerra y la paz. Al frente existe una placa de mármol blanco donde se lee: “La Nación a los Héroes de la Independencia” y delante de esta inscripción un león gigante en bronce conducido por un niño que simboliza fuerte en la guerra y dócil en la paz. También en la base hay un grupo escultórico con figuras de algunos de los héroes de la guerra de independencia. Hasta arriba de la columna, coronándolo todo con sus siete toneladas de peso en bronce y recubrimiento de oro, se encuentra la Victoria Alada, quien en una mano sostiene la corona de laurel símbolo de la victoria y en la otra una cadena con eslabones rotos, símbolo de la terminación de la esclavitud impuesta durante 3 siglos de dominio español. El monumento se acabó de construir en 1910. El Ángel es un símbolo nacional, de esos que se supone nos hacen sentir muy orgullosos de nuestra historia y nuestra bandera. El monumento está plagado de otros símbolos: el águila, el nopal, la serpiente, héroes y más héroes (porque aparentemente, en México somos re buenos para producir héroes, no importa si los mismos tuvieron carreras dudosas, fueron increíblemente crueles con sus enemigos o en el fondo solo tenían sus intereses de por medio a la hora de hacer alianzas y pactos), y hasta arriba una figura que no se puede ver a menos que pases en helicóptero (o estés arriba del piso 30 de cualquier edificio vecino). Pero no importa si los ciudadanos no nos sabemos cada pieza o dato histórico del bendito Ángel; lo que importa es que el Ángel nos une a todos. Nos une cuando gana nuestra selección nacional de futbol. Nos une cuando protestamos contra el gobierno en turno. Nos une cuando repudiamos a nuestros vecinos del norte por cualquier motivo (la embajada de EEUU está a tan solo una cuadra), nos une cuando celebramos desfiles y fiestas. Nos une cuando la ciudad está herida por los terremotos y nos juntamos ahí instintivamente para ayudar. Cada ciudad del mundo tiene un monumento así, que cumple con estas mismas funciones: un lugar para acudir cuando sentimos el fuerte llamado de nuestra identidad. Finalmente, el nombre de tal estructura o los motivos para crearla, pasan siempre a un segundo plano, o se olvidan por completo. En mi opinión, el monumento solo cobra relevancia y se le adjudica un valor diferente cada vez que se usa para diversos propósitos. El 16 de agosto pasado, diversas organizaciones feministas y colectivos de mujeres llamaron a una marcha contra la violencia policial en la ciudad de México, en respuesta a la inacción por parte del gobierno capitalino (y nacional, para tal caso) ante casos de abuso y violencia sexual contra mujeres por parte de oficiales de la policía. Así es, querido lector, en México no solo superamos al resto de las naciones en índice de violaciones y abuso sexual contra mujeres, sino que además cualquier mujer puede temer ser ultrajada por los propios elementos encargados de ejercer orden, protección y justicia. He aquí algunos datos. En México mueren asesinadas 9 mujeres cada día. En los últimos cuatro años han habido alrededor de 3,200 feminicidios en el país, y solo de enero a junio de este año en la ciudad capital, han habido 18 mujeres asesinadas y 292 víctimas de abuso sexual. Estas OTOÑO 2019

son cifras oficiales, es decir, datos de personas y familiares que han tenido que ir y levantar un acta tras haber sufrido el crimen. Nunca sabremos a ciencia cierta cuántas personas más han tenido miedo de ir a la policía y por lo tanto han callado. ¿Que por qué no van a la policía? se preguntaría cualquier persona sensata. Pues bien, preguntémosle a una jovencita de 17 años que en la madrugada del 3 de agosto de este año fue dejada a una cuadra de su casa por un amigo después de ir a una fiesta; una patrulla con cuatro policías la vio, la detuvieron, la subieron al auto, le quitaron la ropa y la violaron. Al día siguiente, la chica acompañada de su abuela, fue a denunciarlos. El juez en turno no cumplió con el protocolo, no se le hicieron pruebas ni los análisis correspondientes a este tipo de acusaciones. Le dijeron que esperara a que se realizaran las investigaciones. Días pasaron sin respuesta ¿y los policías?, seguían laborando. Hartas de tanta indiferencia y negligencia, varias personas, en su mayoría mujeres que habían estado siguiendo el caso de la joven, exigieron justicia afuera de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y de la Procuraduría capitalina. Bajo la consigna #NoMeCuidanMeViolan, y con un gesto más poético que rabioso, tiraron brillantina rosa al secretario de seguridad ciudadana cuando salía de su oficina. La alcaldía las llamó provocadoras y los ataques a las manifestantes no se hicieron esperar en los periódicos y las redes sociales; “¡no son maneras!”, clamaba la prensa ofendida, en tremendos desplantes decimonónicos. ¿Qué se hace, pues, cuando la rabia y la impotencia te azotan con tal fuerza que lo único que puedes hacer es gritar y golpear hasta cansarte? ¿Desde dónde puedes gritar para que tu voz se levante hasta lo más alto y llegue hasta lo más profundo, para que te escuchen finalmente? ¿Desde dónde puedes gritar para que el mundo se entere de que en México si eres mujer te pueden atacar, violar, asesinar, y los hombres que lo hacen pueden salir impunes, tus testimonios invalidados, tu integridad pisoteada? ¿Con qué tinta podemos escribir lo que nos pasa para que la ciudadanía lea la verdad aunque les duela? En agosto 16, las mujeres no callaron más; salieron a la calle y gritaron, rompieron vidrios, prendieron fuegos y reclamaron al Ángel de la Independencia como su manta por la causa. Ahí donde están los restos de los héroes patrios, a los pies de la paz y la justicia, en el pedestal de la Victoria Alada, una mujer desnuda y dorada, liberada de sus grilletes opresores y con alas que la suben más y más alto, más libre que todo lo que la rodea, se improvisó el mejor lienzo para el mensaje más apropiado: con nosotras no se juega, la patria mata, estado feminicida, amigas se va a caer, cerdos violadores, no es arte es estado, nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio, muerte al macho, no me cuidan me violan, violicía, pelea como niña, ni una menos, vivir en México es un asesinato, ponte bien, autodefensa ya, vivir sí es arte. Por supuesto que los medios siguieron atacándolas, llamándolas violentas, destructoras, irrespetuosas, y un sin fin de otras cosas impronunciables aquí por su calidad soez y misógina. Pero esa tarde, en su monumento y por los días que tome limpiarlo todo, la ciudadanía pudo finalmente testificar por qué luchaban. Andrea Ojeda es eterna feminista y miembro del consejo editorial de contratiempo. Las fotos son de twitter, de origen desconocido. contratiempo

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Claudia Lรณpez, Wikimedia. CC.

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OPINIÓN

La verdadera revolución María Ximena Pineda Lara

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ori Lightfoot fue elegida alcaldesa de Chicago en abril del 2019. Es la primera mujer afro americana y abiertamente gay en ganar una elección a la alcaldía en Estados Unidos. Este mismo año, Claudia López, la senadora colombiana que acaba de doctorarse en Ciencia política en la Universidad Northwestern de Chicago aspira a ganar las elecciones a la alcaldía de Bogotá, la capital de Colombia, logrando así romper los paradigmas y hacer de la política un verdadero acto revolucionario que invierta los roles de género, a lo Lightfoot. Pero entre Bogotá y Chicago hay una enorme diferencia. Chicago ya había elegido un primer alcalde negro en 1983, Harold Washington, y unos años antes, en 1979, la ciudad había elegido la primera alcaldesa, Jane Byrne. Esto dice mucho de la tan conocida ¨Second city¨ que, a pesar de estar ubicada en el centro de varios de los estados más conservadores (red states), se ha erigido como una ciudad liberal y étnicamente diversa. La ciudad del primer presidente negro en Estados Unidos, Barack Obama. Según afirmó el New York Times; la elección de Lightfoot transformó la política de Chicago, una ciudad conocida por los altos niveles de corrupción registrados en la mayoría de los rankings oficiales, por su maquinaria política y su hábito de mantener dinastías familiares en el poder. Desde ese punto de vista, es una elección completamente transgresora y revolucionaria. Lo mismo sería, e incluso en un mayor grado, la elección de Claudia López en Bogotá; mujer abiertamente gay que desde muy joven ejerció un liderazgo político y que se hizo famosa por sus denuncias de la parapolítica particularmente en las elecciones del congreso en el 2002. Claudia se desarrolló como agente político en un ambiente acostumbrado a la maquinaria tradicional que iba poniendo gobernadores, alcaldes, concejales, senadores y representantes a punta de compra de votos y violencia. Un ambiente, por supuesto, absolutamente dominado por hombres y por los dos únicos partidos políticos que se han repartido la torta desde los orígenes de la democracia en Colombia. La candidatura de Claudia es, aún sin ser elegida, un hecho trasgresor en una sociedad conservadora, violenta y abiertamente machista. Además, Claudia no representa ni a la derecha, ni a la izquierda. Su partido, el partido Verde, es un partido político independiente que se denomina de centro con tendencias de izquierda, y que hace parte de la oposición del actual gobierno de derecha. Es un partido que aboga por la protección del medio ambiente, por la cultura ciudadana y la educación, por la búsqueda efectiva de la igualdad, la equidad, el ejercicio de los derechos y el acceso a la justicia. Un partido a todos rasgos no tradicional y en contradicción con las tradicionales estructuras políticas del narco Estado que se ha configurado en Colombia. En Bogotá, el voto de opinión ha demostrado estar vivo y vigente. Más allá de la compra de votos y del terror electoral, y aunque Claudia tiene mucha popularidad y varios seguidores en la capital, su alianza con la Colombia Humana, partido del ex candidato presidencia Gustavo Petro

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que obtuvo ocho millones de votos en las pasadas elecciones presidenciales, se vino al piso cuando Petro decidió apoyar a Hollman Morris, un candidato con demandas en curso de acoso sexual y de alimentos. Esta ruptura entre la Colombia Humana y el Partido Verde puede ser un detonante para que los otros candidatos de los partidos tradicionales le ganen a Claudia las elecciones a la alcaldía. Hasta aquí he mencionado el escenario político, pero también está la percepción de la ciudadanía en el ascenso de esta líder atípica en el escenario político capitalino. Claudia es una mujer de voz fuerte, a quien no le ha temblado nunca la mano ni le ha faltado inteligencia para decirles en la cara a toda la corruptela política que bien conoce, que la democracia aún existe y que ella, poco a poco, caminando, hablando con la ciudadanía, trabajando en la construcción de confianza y transparencia, le puede arrebatar la tajada a la mafia política ganando la alcaldía este año. Todos estos, rasgos que no le gustan a un importante grupo de la opinión pública. Claudia, quien acaba de graduarse de doctora de la Universidad de Northwestern en Chicago, si lograra ganar las elecciones en Bogotá, derrotando las maquinarias y el mismo escepticismo de la izquierda y de los partidos de oposición que hoy existen, representaría la verdadera revolución de la política colombiana actual. Hace unos días, oía en una entrevista al historiador, profesor de la Universidad de Florencia y experto en historia Latinoamericana, Antonio Annino, decir que los gritos de independencia en América Latina no necesariamente fueron revolucionarios. Solamente fueron la ruptura con la monarquía española; ni siquiera se sabe exactamente la fecha en la que ocurrieron o quiénes exactamente participaron. Tampoco la revolución Norteamericana fue su independencia; la revolución norteamericana fue la constitución de Filadelfia, fue el gran debate sobre el federalismo y la esclavitud. Ésa fue la verdadera revolución, la que tanto le hace falta a este pedazo de historia contemporánea latinoamericana que ha llegado dando tumbos a la modernidad sin participar en los grandes debates de la historia social, porque ha sido capturada por la corrupción y la violencia, y sepultada en ríos de sangre producto de las guerras más infames de su historia. Claudia, mi voto será por usted. No porque tenga una idea romántica del movimiento #metoo, ni porque crea que una mujer gay en el poder es suficiente revolución para una capital de un país netamente conservador que se viene a pique; sino porque creo que usted es la única con la voz, el talante y los pantalones para dar esos grandes debates que en mora tiene la sociedad colombiana y, en general, América Latina. María Ximena es literata, periodista y columnista nacida en Bogotá Colombia. Escribió dos telenovelas y ahora trabaja como periodista freelance. Escribió una columna semanal para la revista Cartel Urbano de la cual fue colaboradora también. Ha escrito artículos para distintos medios Colombianos como El Espectador, El Tiempo y revista SOHO. Actualmente vive en Chicago.

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Nuestros niños latinos Mauricio Rodríguez Naime

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omo latinos nos es especialmente difícil enfrentarnos a este tema por lo mucho que implica tanto en lo personal como en lo social. Requiere sobreponerse a muchas resistencias al escuchar las noticias e imaginar lo que viven nuestros niños y sus familias en los centros de contención de la frontera sur de los Estados Unidos. Tomemos un momento para reflexionar sobre las consecuencias que tendrá en nuestros niños latinos el haber vivido esta violencia física y psicológica y desde ahí poder hacer planes de acción que minimicen el daño psicológico que tendrán. Como punto de partida tengamos claro que la psique humana se alimenta del entorno y ambos usan como puente de contacto las relaciones. Desde ahí podemos empezar a imaginar posibles escenarios como consecuencia de que seres en desarrollo estén siendo separados de sus vínculos vitales, de su sentido de seguridad y pertenencia, alimentados por la desigualdad y la ignorancia, provocados por intereses políticos y económicos. Podemos decir con seguridad que en nuestros niños se están generando marcas de trauma que les afectarán por lo menos a corto y mediano plazo, y deberíamos cuestionarnos como sociedad las consecuencias colectivas al respecto. Enfrentarnos a estos hechos nos obliga a confrontar nuestra propia sensibilidad y participación (aunque sea en omisión) en estos arrebatos contra otro ser, en especial cuando se encuentra en posición vulnerable. Desde una mirada psicológica requerimos observarnos como sujeto, como entorno y como relación. La historia de trauma generada, interactúa de distinta forma con la estructura psíquica de cada individuo, es decir, todos estamos diseñados con fortalezas y debilidades diferentes y por lo tanto procesamos más o menos fácilmente una misma situación. En este caso significa que algunos de estos niños, a medida que se van desarrollando, serán lo suficientemente resilientes para (con el apoyo adecuado) crear aprendizajes significativos y transformar positivamente la energía producida por el trauma; estos niños tendrán posiblemente el apoyo de líderes comunitarios que ayudan a familias migrantes desde sus distintos campos de especialidad. Muchos otros de estos niños carecerán de los recursos o capacidad para transformarlo. No contarán con la capacidad psico-emocional o con el apoyo suficiente del entorno para asimilar las experiencias de trauma, lo que usualmente produce una serie de complicaciones, seguidas de traumas adicionales y el desarrollo de mayores necesidades de servicios. Reportes médicos aseguran que los padecimientos mentales son los responsables de algunas de las discapacidades más graves y por lo tanto influyen drásticamente en los estándares de salud pública (a menor salud, menor calidad de vida). Recordemos la definición de salud dada por la OMS desde 1946 “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Lo que significa que un individuo con dificultades de asimilar dicho

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trauma puede generar resentimiento y cuando estos no son tratados adecuadamente son fácilmente expresados con violencia. Entre mayor violencia se experimenta en la sociedad, más traumas se generan en otros individuos, y el sistema de seguridad se sobrecarga porque se incrementa la demanda servicios de salud mental, física y por lo tanto de recursos humanos y materiales, lo cual también incrementa el gasto público y el costo de vida de toda la sociedad. Otro dato importante a considerar es que la mayoría de los padecimientos psicológicos se desarrollan antes de cumplir la mayoría de edad, entonces estamos hablando de que la población más afectada en los centros de concentración también es la población más vulnerable en cuanto a salud mental se refiere y hoy en día los sistemas de salud pública no están preparados para atender las necesidades que se están gestando en estos centros de contención. Las instituciones no tienen el alcance para brindar servicios suficientes para evaluar, contener y tratar a estos niños que están siendo afectados en la frontera y aun no existe un plan de contingencia para reaccionar a la ola de necesidades que se aproxima. Preguntémonos entonces cómo podemos amortiguar el daño desde lo colectivo, lo comunitario, lo social, nosotros como individuos. Al inicio mencionábamos que la psique humana se alimenta del entorno, al cual se accesa por medio de las relaciones, esas relaciones que cuidan, comparten y nutren. Si bien cada uno de estos niños es y será distinto, podemos considerar ciertos elementos comunes para apoyar a su recuperación psicológica. Nuestros niños y sus familias necesitan que les hagamos saber que un mejor futuro aún es posible, que hay caminos y que seguimos trabajando en ellos. Sigamos generando y comunicando esperanza pues es ella el punto de partida. Mantengamos en mente que la recuperación no sigue orden ni estructuras previstas, se da un día a la vez y requiere ser ecuánimes para reconocer los progresos y sostenerlos cuando parezca que no los hay. Es importante que resaltemos sus fortalezas individuales y colectivas como comunidad, porque cuando somos capaces de resaltar las fortalezas estamos cultivando estrategias para el futuro. Una forma de hacerlo es compartiendo las experiencias, manteniendo las conversaciones sobre el tema para no permitir que se estanque en el tabú, porque si somos capaces de hablar de ello, somos capaces de actuar al respecto. Empeñémonos en generar historias que nutran positivamente el discurso colectivo, de esta manera alimentamos la resiliencia. Desde un enfoque centrado en la persona seamos respetuosos de sus propios procesos poniendo a su disposición nuestros recursos psicosociales, no explicándoles su experiencia, sino empoderándolos para que generen sus propios significados que construyan su realidad. Seamos conscientes entonces que a partir de ahora somos co-responsables de las consecuencias para nuestros niños, que si bien es una tragedia lo que está sucediendo también somos capaces de reaccionar al respecto, y que la salud emocional también es un asunto social que puede ser sanado desde lo colectivo y como comunidad latina sabemos hacerlo muy bien.

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OPINIÓN

Ilustración por :Pame Pinto IG: @pame_pinto

Mauricio Rodríguez es psicoterapeuta gestalt quien ha enfocado su carrera en incidir en distintas poblaciones para promover el desarrollo humano y estimular su potencial. Su experiencia desde hace 10 años va desde proveer psicoterapia individual y grupal, hasta elaboración de programas especializados de capacitación, pasando por intervención en crisis a desastres naturales y trabajo con migrantes. Nacido en Ciudad de México actualmente radica en la ciudad de Chicago proveyendo servicios de salud mental a poblaciones hispanas.

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México del Norte Jorge Mújica Murias

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Pura Trompada. No debiera sorprendernos, porque así se eligió y ahora busca su reelección, pero de alguna manera la andanada de ataques contra la comunidad inmigrante de parte de Donald El Trompas Trump nos ha agarrado medio desprevenidos. Empezó hace un par de meses, con el famoso tuit de que “la próxima semana la Migra va a deportar dos millones de ilegales”. Era tan absurdo que hasta la Migra misma lo desmintió, pero causó pánico entre las comunidades que no se enteraron de la desmentida sino solamente del mensaje original, difundido a pasto por los medios comerciales de comunicación. Pocos de esos medios publicaron el desmentido de la Migra, porque los ratings dependen del pánico, y los precios de los anuncios dependen de los ratings, así que mientras más espantada la gente, mejor para los medios. Siguió, dos semanas después, con una supuesta mega-operación sobre “mil seiscientas familias”, personas con órdenes de arresto pendientes y órdenes de deportación incumplidas, personas que perdieron sus casos de inmigración o firmaron “salidas voluntarias” y aparentemente nunca se fueron. Al final de dos semanas de “operativos” a domicilio, arrestaron a un gran total de unas 160 personas, un escaso diez por ciento de lo anunciado. Pero aterrorizaron a decenas de miles. Los barrios latinos se vieron desiertos, sin gente en las calles, pocas ventas en las zonas comerciales, e incluso en algunos centros de trabajo hubo alto ausentismo. Después vino la masacre de El Paso, cuando un blanco radical confesó haber manejado más de mil kilómetros para “ir a matar mexicanos” para “detener la invasión a Estados Unidos”. Quiso quitarle culpas a El Trompas, diciendo que desde antes de que fuera presidente ya era tan imbécil y racista, pero sin duda el ambiente creado por el fulano de la Casa Blanca se presta para un acto barbárico de ese tamaño. El hecho sucedió bajo El Trompas en la Casa Blanca. A los pocos días, vino la redada de las procesadoras de carne en Mississippi, con 680 detenidos en un solo día, la mayor redada en más de una década. Las dos acciones volvieron a sumir a la comunidad en la incertidumbre, en el pánico. Hemos insistido en que 680 es apenitas el 0.006 por ciento de los indocumentados, equivalente a seis de cada cien mil, digamos 30 personas del total de mexicanos en Chicago, quinta ciudad del mundo con más paisanos de este país. Y Muchos Golpes Bajos. Pero el punto de las trompadas no es su eficiencia o la estadística, sino causar el miedo y golpetear constantemente a los inmigrantes.

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Estos días, El Trompas parece no llevar la batuta de las acciones, sino sus méndigos colaboradores, tal vez un poquito menos idiotas y más eficientes. Los últimost ataques son velados, casi discretos, pero más efectivos. Por ejemplo, acaban de emitir una regla administrativa para mantener bajo detención indefinida a las familias migrantes mientras se tramitan sus casos en las cortes de migración, eliminando el llamado “Acuerdo Flores”, que establece los derechos de los menores de edad bajo custodia. Lograr ese acuerdo fue una batalla de 22 años en las cortes, y establece que los niños no pueden pasar más de 20 días detenidos y deben ser puestos a disposición de agencias gubernamentales de Servicios Humanos. Afortunadamente Peter Schey, el abogado que ganó el acuerdo, está tratando de bloquear esta política administrativa. Hay otras, como la decisión de que para obtener un certificado de nacionalidad habrá que comprobar la “residencia legal” en Estados Unidos, y que ésta podría ser eliminada para los hijos de ciudadanos que nazcan en otro país, lo cual incluye a diplomáticos y soldados. Pero para mí el peor de todos los golpes bajos son las Cartas No Match del Seguro Social. El Trompas, o sus corifeos administrativos, le ordenaron a la SSA que mandara cartas a 577 mil patrones, advirtiéndoles que “algunos de sus trabajadores” tienen “discrepancias” en su información en la base de datos del Seguro Social. A pesar de que las cartas dicen claramente que no están relacionadas con el estatus migratorio y que no debe tomarse ninguna acción laboral en contra de quienes tengan discrepancias, el pánico (esta vez de los patrones), los lleva a despedir gente por todos lados. La consecuencia es la pérdida de estabilidad, antigüedad laboral y beneficios, y que mucha gente termine sobrexplotada en agencias temporales. Es una forma de bajarle el precio a nuestra mano de obra. Lo peor del caso es que es simple pelear contra las Cartas No Match, pero mucha gente no lo sabe, y la ignorancia está ayudando a El Trompas. La bronca no está en si El Trompas se reelige o nó. La bronca está en si nos informamos y nos organizamos para devolverle las trompadas que deje para el futuro. Jorge Mújica es un reportero y activista del movimiento migratorio y sindical; ha colaborado en radio, televisión y prensa escrita en México y Estados Unidos, y es un activo participante del movimiento por los derechos de los trabajadores, tanto inmigrantes como nacidos en Estados Unidos.

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LITERATURA

Chicago y los por qué de una Feria del Libro Latinx Fernando Olszanski

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Hay algo más fascinante que una Feria del Libro? Para los que disfrutan de los libros la respuesta es obvia: no. Quizás muchos otros responderán que sí, que un partido de fútbol, que una película, que una cerveza fría en un patio de verano. Lo cierto es que no hay verdades ni mentiras en todos estos postulados, tan solo percepciones. Y los libros son eso, percepciones que nos ofrecen los escritores después de un arduo trabajo de escritura, de corrección, de edición, de continuo revisar y mejorar el producto final que se ofrece. Una Feria del Libro es el premio final para ese esfuerzo, un ventana donde el escritor, el artista en general se junta con aquellos que reciben el fruto de mucho tiempo de trabajo. Para el lector es exactamente lo mismo. La posibilidad de conocer, de escuchar al autor de las historias que se leen en el autobús, en el café, o en el salón de clases. Es el lugar donde se concretan aquellos encuentros imaginarios que dan formas a nuevas fantasías. Una Feria del Libro, es la catedral donde todas la plegarias literarias encuentran respuesta. Estados Unidos ha visto crecer los eventos literarios de manera rauda y constante. Ya no solo en ciudades tradicionales como Miami, Nueva York o los Ángeles; hoy vemos Ferias del Libro Internacionales en Columbus, Raleigh, Virginia, Nueva Jersey, y otras ciudades más. Lo bueno de esto es que se genera un ambiente de creación mucho más grande e interconectado, se crean lazos entre nuevas editoriales y creadores que no tienen espacio donde publicar. Pero por sobre todo, ofrece a los lectores, a los estudiantes y a los maestros, la posibilidad de encontrarse con los escritores. Hay un fluido intercambio de ideas, de percepciones, de posibilidades. En Chicago, la tercera ciudad de Estados Unidos y casi tan multicultural como Nueva York, no hay una continuidad en esa exposición entre el escritor y el lector. La última Feria del Libro data de hace ya tres años. Lo que es una lástima porque al día de hoy, hay más de cien escritores que escriben en español en la ciudad y en sus alrededores. También hay una media docena de editoriales y revistas que brindan espacio a muchos de esos creadores literarios. Esta es una ciudad con mucho para ofrecer y es el momento justo para mostrar qué se está haciendo en español en esta gran urbe. Es por eso que, el próximo 19 de octubre en el Saint Augustine College, Main Campus, vamos a inaugurar la Tercera Feria Latinx del Libro de Chicago. Pero esta Tercera Feria Latinx del Libro de Chicago no está pensada solo para quedarse en Chicago, sino para demostrar la fuerza del movimiento creativo que impulsa este momento particular en que vivimos los latinos en este país. Hemos invitado a escritores y editores de varios puntos de Norteamérica: Tendremos visitas de Toronto, Nueva York,

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Fernando Olszanski. Foto cortesía del autor

Miami, El Paso, Ciudad Juárez, Ciudad de México e incluso Túnez. Habrá casas editoriales locales y de varios puntos de Estados Unidos que están interesadas en saber qué hay en Chicago. El escritor local podrá tener más posibilidades de publicación, y el lector, que es el destinatario final de todo este esfuerzo, podrá conocer qué está sucediendo en el resto del país. También habrá ponencias sobre teatro, poesía, cómics, sobre la relación entre la violencia y la literatura y muchas novedades. Chicago se merece un evento literario de alta envergadura, con escritores consagrados y con otros que no dejan de crecer. Un ámbito para el debate, para el intercambio de ideas, para que Chicago y el país se unan en la idea de un idioma, de una esperanza, de un evento que nos ayude a seguir consolidando nuestra identidad en este país. Los esperamos, el 19 de octubre, en la Tercera Feria Latinx del Libro de Chicago. Tercera Feria Latinx del Libro de Chicago Octubre 19 del 2019 De 11:00am a 6:30pm St. Augustine College 1345 W. Argyle St. Chicago, IL. 60640

Fernando Olszanski nació en Buenos Aires, Argentina. Ha vivido alternativamente en Escocia, Ecuador, Japón y pasado por varias ciudades de los Estados Unidos. De profesión educador, también es escritor, editor y artista visual. Es autor de la novela Rezos de marihuana, el poemario Parte del polvo, y los libros de cuentos El orden natural de las cosas y Rojo sobre blanco y otros relatos. Como editor ha compilado las antologías América Nuestra, Trasfondos: Antología de narradores en español del medio oeste norteamericano y Ni Bárbaras ni Malinches: Antología de narradoras en Estados Unidos, las tres galardonadas con el International Latino Book Award. Fue director editorial de las revistas contratiempo y Consenso, actualmente dirige la editorial Ars Communis. Reside en Chicago, Estados Unidos.

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Grabadolandia Andrea Ojeda

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uando un grupo de grabadores de Chicago notaron que el trabajo de muchos artistas latinos no tenía presencia en plataformas y exposiciones nacionales, decidieron tomar cartas en el asunto. ¿Para qué esperar invitación a la fiesta si podemos hacer la nuestra? Así nació en 2010 el colectivo Instituto Gráfico de Chicago, de la necesidad no solo de promover su trabajo sino también la de construir espacios comunitarios de expresión y de educación por el arte. Hoy el grupo cuenta con nueve miembros de planta. Contratiempo platicó con Antonio Pazarán, Carlos Barberena, José Luis Gutiérrez, CHema Skandal! y Eric Gasca, miembros todos del I.G.C., sobre la labor que hacen, su compromiso con la comunidad y sobre el festival Grabadolandia, una iniciativa que comenzaron hace siete años para dar a conocer su trabajo y el de otros grabadores de distintos lugares del mundo, y para acercar y educar a la comunidad en el proceso y las distintas técnicas del grabado. Al preguntarles sobre el por qué del colectivo, Carlos Barberena nos explica que en el mundo de las artes gráficas muchos artistas desarrollan portafolios colectivos para dar a conocer su trabajo a promotores y galeristas, así que ellos como grupo decidieron crear el suyo propio, con la diferencia de que su portafolio tendría un tema central, se imprimiría para compartirlo con todos sus participantes y se presentaría el trabajo completado en una exposición gratuita. Los temas del portafolio comenzaron siendo sobre aspectos de la cultura mexicana que han estado presentes en el grabado desde hace más de cien años, como el Día de Muertos y la obra de José Guadalupe Posada, gran exponente mexicano del grabado y la crítica social en los periódicos del México pre-revolucionario. Aunque ya después, comenta Antonio Pazarán, los temas poco a poco se han visto influenciados por el momento sociopolítico en el que

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vivimos, tales como la migración, la diversidad y el peligro del surgimiento de nuevos regímenes de ultraderecha en el mundo. Por su parte, José Luis Gutiérrez y CHema Skandal! enfatizan el compromiso que tiene el colectivo con la educación y el constante intercambio con la comunidad. Muchos de estos miembros son también maestros en las escuelas públicas de Chicago, y casi todos imparten talleres, a veces gratuitos, para jóvenes y niños. Dentro del marco de Grabadolandia, se abren foros a toda la comunidad donde los artistas hablan sobre su arte y comparten sus técnicas. Esto ha hecho que año con año, en este festival y en otros talleres, se vean volver a jóvenes no ya como estudiantes sino como artistas con material propio para presentar. El lema del I.G.C. bien podría ser “Promover, difundir, educar”, y en casi 10 años de existencia, bien pueden jactarse de haber puesto el grabado al alcance de miles de personas, Latinx o no. Junto con el grupo de Chicago, Marimacha Monarca Press, un colectivo artístico de personas de color queer y transgénero, este año el tema del portafolio se centrará en la diversidad y la lucha feminista, para lo cual el llamado se ha dirigido primordialmente a artistas mujeres. Eric Gasca, el miembro más nuevo (y más joven) del I.G.C., es uno de los pocos hombres que participará en él, pero nos asegura que el tema no se limita a uno u otro grupo, ya que la temática nos toca a todos. Queda muy claro que como artistas, además, tienen un compromiso social de representar la realidad que vivimos, como inmigrantes, como latinos, como queer, como minorías. Grabadolandia tendrá lugar este año del 15 al 17 de noviembre, sin costo alguno, en distintos puntos de la ciudad.

Andrea Ojeda es miembro del consejo editorial de contratiempo.

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Todas las imágenes de los grabados de esta sección son cortesía del Instituto Gráfico de Chicago. OTOÑO 2019

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Todas las imรกgenes de dossier son cerรกmicas hechas por estudiantes de la Benito Juรกrez Community Academy, fotografiadas por: Jacob Yeung


DOSSIER

¿De quién es la ciudad?

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todas partes te sigue la conversación: una compañera de trabajo te dice que tiene que mudarse de su apartamento después de haber vivido allí por 35 años. Vas al sur, vas al norte de la ciudad, un amigo expresa su frustración por la torre de condominios que están construyendo a la vuelta de su casa, el encarecimiento que se le viene. “No hay industria más racista que el real estate” dice otra de tus amistades en una fiesta y entonces la configuración ‘étnica’ de la ciudad pone al desnudo un mapa dibujado por prácticas enraizadas en corruptelas políticas: el redlining (definido en Wikipedia como “la sistemática negación de varios servicios a los residentes de vecindarios o comunidades específicas, a menudo con involucramiento racial, ya sea directamente o por el selectivo incremento de precios”); los históricos covenants (la Encyclopedia of Chicago dice que “De 1916 a 1948 se emplearon pactos de restricción racial para que los vecindarios de Chicago se mantuvieran blancos. En un lenguaje sugerido por el Chicago Real Estate Board, cláusulas jurídicamente vinculantes se añadían a parcelas de tierra cuyo tamaño variaba desde una cuadra de la ciudad hasta una subdivisión grande, que prohibían a los afroamericanos usar, ocupar, comprar, rentar o recibir propiedad en esas áreas”); o el uso discrecional que han hecho los alcaldes de los fondos TIF, destinados en teoría a estimular el desarrollo en zonas desfavorecidas, para favorecer mega proyectos en zonas más afluentes, etcétera. La rápida reconfiguración de los vecindarios, la gentrificación y el encarecimiento de las rentas convierten a los habitantes de la ciudad en una masa indefinida de nómadas urbanos incapaces de echar raíces en un suelo que ya tiene dueño. Se entiende que los bienes raíces hayan forzado

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su camino en la conversación pública, y que el derecho a una vivienda digna como parte de los derechos humanos se haya incorporado en el debate político. La fisonomía de esta ciudad ha sido cambiante por tradición. Nuevas oleadas migratorias dejan su impronta arquitectónica o algún rasgo cultural en los vecindarios y se añaden como un borrador incesante del gran texto de la ciudad. Pero la aceleración de las dinámicas neoliberales, las tendencias especulativas que lucran con el suelo urbano, han terminado por definir para quién es la ciudad: la clase trabajadora y las minorías son desplazadas cada vez más lejos de ese foco de progreso, de ese aséptico ideal citadino que se ha vendido como una marca en las urbes de todo el mundo, pensado para las oleadas de nuevo capital, una legión de jóvenes profesionistas que demandan vivienda en esas zonas que conforman lo que un periodista definió alguna vez como el ‘Starbucks belt’. ¿De quién es la ciudad? Con este dossier queremos plantear la pregunta en voz alta y hacerla extensiva a los lectores. Diferentes formas de vivirla y recorrerla, algunos caminando (Marco Escalante), otros a bordo de la CTA (Julio Rangel), unos con el escalpelo del periodismo investigativo (Kari Lydersen), otros por la vía del arte gráfico y la poesía (Arturo Fresán) o por la exploración del arte multimedia (Tonika Johnson), todos aquí, invitándote a recorrer las calles de Chicago con los sentidos bien despiertos.

Coordinadores del dossier: Stephanie Manríquez y Julio Rangel

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Lincoln Yards y el futuro de Chicago Kari Lydersen

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urante años, The Hideout, un pequeño y acogedor bar ubicado en una zona predominantemente industrial entre la autopista y el río Chicago, ha sido un oasis de activismo político, música local y relaciones comunitarias. Dentro de poco, The Hideout tendrá como vecinos viviendas de lujo, comercios exclusivos y áreas verdes impecables, parte del enorme proyecto de Lincoln Yards que el exalcalde Rahm Emanuel logró cristalizar en los últimos días de su gestión con subsidios de la municipalidad. El plan, que se ganó la oposición de la comunidad en masa fue condenado por los habituales del Hideout, residentes de los alrededores, concejales y un sinnúmero de habitantes de Chicago, como la tendencia personificada del Mayor 1% de subvencionar elegantes proyectos en las partes más acaudaladas y en vías de gentrificación, dejando al margen a los vecindarios negros y latinos de bajos ingresos al sur y oeste de la ciudad. Gracias a la oposición de la comunidad, se descartó una de las partes más controversiales del plan de Lincoln Yards: la construcción de una gran sala de conciertos bajo la administración de LiveNation, empresa conocida por sus prácticas de especulación y recargos ocultos en el precio de las entradas, y por monopolizar a los artistas prohibiéndoles que se presenten en ningún otro local durante cierto tiempo. No obstante, el avance del plan de Lincoln Yards tiene a muchos desconsolados ya que representa la desaparición de un pequeño reducto de Chicago muy querido por tantos y deja al descubierto el temor de muchos respecto

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al futuro de la ciudad: cada vez más proyectos urbanistas genéricos y exclusivos que dan paso a la gentrificación y al abandono de las instituciones de base y los barrios marginados. Además, muchos chicaguenses están furiosos de que la alcaldesa Lori Lightfoot apoyara en última instancia el plan de Lincoln Yards, después de haber manifestado su oposición al mismo durante su campaña. Algunos se preguntan si su apoyo al proyecto es indicación de que no se apartará mucho de la línea de Emanuel, a pesar de haber adoptado valores progresistas en su campaña y contado elocuentemente cómo fue crecer en el seno de una familia afroamericana de clase trabajadora en Arkansas. Emanuel y sus aliados del consejo municipal se las ingeniaron a última hora para decretar un TIF, o un alza de impuestos para financiamiento de zona, a fin de destinar fondos al proyecto de Lincoln Yards. Los TIF son un vehículo para la recuperación urbana, mediante el cual se asigna una porción del impuesto predial al estímulo de las inversiones públicas y privadas en los barrios “deteriorados”, pero en Chicago bajo Emanuel y el exalcalde Richard M. Daley, los TIF se usaron con suma frecuencia para canalizar fondos a proyectos privados en los barrios más acaudalados. Una investigación realizada este verano reveló que de haberse postergado la aprobación del TIF, como lo solicitaron numerosos concejales, la zona no hubiera calificado para la designación de TIF ya que según las nuevas valoraciones no se considera una propiedad “deteriorada”.

El plan de Lincoln Yards, a un costo de seis mil millones de dólares, propone la construcción de seis mil nuevas viviendas residenciales, locales de esparcimiento, comercios y 21 acres de áreas verdes, que abarca también las riberas del río Chicago. Activistas de justicia ambiental de La Villita, Pilsen y la zona sureste afirman que han estado abogando por mucho tiempo a favor de nuevas áreas verdes y acceso a las orillas del río, pero los resultados han sido ínfimos. Durante la gestión de Emanuel, el municipio lanzó un proyecto público-privado con miras a ampliar el acceso al río por toda la ciudad, pero hasta el momento solo ha generado nuevas casas flotantes, parques y otras obras en barrios más ricos y pocos cambios en vecindarios de bajos ingresos. Todo el proceso de planificación del río Chicago fue suspendido en La Villita a raíz de que los residentes rechazaron un acto que consideraron meramente simbólico puesto que sus opiniones no fueron tomadas en cuenta. Mientras que la otrora zona industrial que albergará Lincoln Yards se transformará en viviendas exclusivas, comercios y áreas verdes, La Villita permanecerá como un corredor industrial, y los residentes junto con la Little Village Environmental Organization (LVEJO) y otros grupos alegan de que no se les ha dado voz respecto a los tipos de industria que se mantendrán y desarrollarán. Paralelamente a Lincoln Yards, la municipalidad se encuentra implementando el proyecto “Wild Mile” a lo largo del río Chicago, el cual incluye jardines flotantes y acceso para kayaks.

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A los residentes de La Villita y las cercanías del río Calumet en el sureste de la ciudad, también les encantaría gozar de tales amenidades en sus vecindarios, pero es algo casi imposible mientras el agua, el lecho del río y los predios circundantes sigan altamente contaminados y la municipalidad continúe con sus planes de traer industria pesada a la zona. Según Kim Wasserman, directora ejecutiva de LVEJO, “Hablar de actividades de esparcimiento en el río en La Villita significa saludar a los buques petroleros que pasan por aquí mientras la arena y la grava te golpea el rostro”. Justo al otro lado del río desde Lincoln Yards se encuentra Goose Island, isla en medio del río a la que los inmigrantes europeos que trabajaban en las curtidurías y otras industrias apodaron el “Pequeño Infierno”. En 2008 fue escenario de la “revuelta en Goose Island”, cuando los empleados de la fábrica Republic Windows and Doors ocuparon las instalaciones debido a que su propietario cerró ilegalmente el negocio, sin previo aviso ni indemnización a los obreros. Actualmente, una cooperativa de trabajadores que resultó de la “revuelta” funciona en una zona industrial cerca de La Villita. Aunque Goose Island sigue albergando algunas industrias, también está viviendo una renovación con nuevos departamentos, ciclovías, y servicio de transporte público a Lincoln Yards. En las inmediaciones de Lincoln Yards se encuentra también el antiguo local de Finkl Steel, siderúrgica que funcionó por muchos años aun cuando los alrededores se pusieron de

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moda y fueron gentrificados. En 2014 el local de Finkl Steel cerró sus puertas y con subvenciones de la municipalidad se mudó al final del sureste de la ciudad, y como bien lo describen la activista Olga Bautista y muchos otros “es otra muestra de sus intenciones de seguir utilizando el lado Sur como “vertedero”, mientras limpian y embellecen los vecindarios del lado Norte. Para algunos, el proyecto de Lincoln Yards es reminiscente de las obras de demolición y reurbanización de Maxwell Street, donde músicos de blues tocaban en las calles y generaciones de inmigrantes y personas de bajos ingresos se ganaban la vida vendiendo todo tipo de artículos y productos en un mercado callejero de ambiente desenfadado y diverso. En la década de 1990, la municipalidad arrasó con la mayor parte de Maxwell Street, reemplazándola con cadenas de restaurantes y bares y residencias afiliadas a la sede de la University of Illinois en Chicago. Aunque todavía se conservan algunas fachadas restauradas y se instalaron estatuas de músicos para conmemorar el rico pasado de la zona, para muchos esta conmemoración esterilizada es como echar sal a la herida. En su artículo seminal publicado en la revista The Baffler, Martha Bayne destaca los planes similares para Lincoln Yards: “¡No hay nada que temer! ¡La autenticidad permanecerá intacta! O será recreada, si fuera necesario. La selección y el inventario de las piezas que serán reutilizadas ya se hicieron. El diseño del paisaje honrará el herrumbroso pasa-

do de la zona, con árboles plantados en enormes calderas de fundición rescatadas de la acería Finkl… El parque frente al río contará con ‘impresionantes y vibrantes jardines con prados estacionales’ y los pequeños podrán disfrutar en los juegos del Foundry Playground. El conjunto de conductos emula las tuberías industriales del pasado mientras que el Furnace Garden promete ser ‘un destino para todo el año que invita al contacto social, descanso y relajamiento, haciendo memoria del ígneo proceso que tuvo lugar en la fábrica de acero en el pasado’”. Mientras tanto, muchos temen que la municipalidad seguirá ignorando las necesidades, demandas y deseos de los barrios donde la gente todavía trabaja en la industria pesada o en depósitos con una clase obrera mal remunerada, afectados por la contaminación que causan tales actividades. Kari Lydersen es periodista, autora y profesora en Chicago, y dirige la especialización en Investigación y Justicia Social en el programa de posgrado de Northwestern University. Es autora de Mayor 1%: Rahm Emanuel and the Rise of Chicago’s 99%. Más info en http://www.karilydersen.net/ Texto traducido por Luchi Oblitas-Feuerstein, traductora diplomada y colaboradora de contratiempo Luchi.feuerstein@gmail.com

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Red line blues Julio Rangel

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ensemos en una paradójica desarticulación del espacio urbano por medio del transporte público. Pensemos en la ciudad como un cuerpo fragmentado incapaz de articularse por medio de un sistema colectivo de transporte. La escasa movilidad de la clase trabajadora no es solo figurativa (en el sentido de ascenso social) sino literal. Si vives en un barrio marginado tu condena es la lentitud, la inaccesibilidad. O el automóvil. El gueto es una construcción política, no una aleatoria condensación social. Es un producto deliberado, no una situación irremediable. Los mecanismos políticos de los que deriva se hacen visibles en la invisibilidad de sus sujetos. Están ocultos geográficamente, confinados a vecindarios fácilmente evitables, pues la infraestructura de las comunicaciones fue concebida para circundar ciertos barrios y agilizar el tráfico que lleva de los suburbios y vecindarios de clase media al centro de la ciudad. Pero veamos bien: hay actores que renuncian al guion de la civilidad pactada en el transporte público. Hay breves gestos desobedientes que obligan a la visibilidad: el joven afroamericano que enciende un cigarrillo en el vagón de la línea roja, digamos. El resto de los pasajeros pretende seguir en sus asuntos,

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en un alarde de tolerancia cool (¿quién será el indeseable que oprima el interphone para quejarse con el conductor?). El humo, sin embargo, se vuelve persistente en el vagón encerrado, alguien carraspea por allí, los ojos irritados comienzan a resentirse. Nadie hace la moción de abanicarse con la mano ni mira al joven directamente, pero en algún momento el olor avainillado del tabaco se vuelve intolerable. En la siguiente parada, un puñado de personas sale pronto al andén para cambiarse de vagón. Es la visibilidad por medio de la inconveniencia o de la mofa, mínima retribución en el espacio neutro pero quebradizo del transporte público; es la disrupción altanera que no logrará saldar cuentas históricas o políticas, pero se contenta con provocar el fastidio fugaz en el trayecto rutinario. * Sábado por la mañana. Un autobús Pace rumbo a los suburbios del suroeste debió pasar por la estación Cícero de la línea azul a las nueve, portando el número de ruta 316. Lo que llegó a las nueve con cinco fue un autobús con el número 305. La sinapsis trabajosa después de una noche de insomnio, el zumbido persistente del tráfico

que pasa por debajo en el Eisenhower Expressway, donde cientos, miles de apresurados suburbanitas se desbocan hacia el centro de la ciudad, todo empieza a ceder conforme el vaso de café cargado que bebes te lubrica las entendederas. Entonces te das cuenta de que el autobús tenía el número equivocado y debió decir 316 en vez de 305. Lo que esto significa: Media hora deberás permanecer en espera del siguiente autobús Pace. Es decir: Llegarás tarde a la asignación que debías cubrir, pese a que todo estaba organizado para que llegaras a tiempo. A tal situación la gente solo ofrece una respuesta, expresada en tono paternalista o regañón: Get a car. * La persona que no tiene auto no se ajusta a la imagen de autosuficiencia que pareciera ser parte del “espíritu americano”. No es la unidad emprendedora e independiente, sino el soldado en la colmena, un rango más bajo en la escala del éxito. Un auto es, por supuesto, un requerimiento obligatorio del empleado para cubrir la vastedad urbana, pero hay un claro trasfondo recriOTOÑO 2019


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minatorio en la falta de atención al transporte público. Aquellos que lo usan de alguna manera no pudieron o no supieron conectar con el celebrado espíritu individualista, para encajar más bien en el papel del perdedor, esa persona tan estúpida o perezosa que no se esforzó lo suficiente para progresar. La prédica de la autosuficiencia como factor de identidad americana, la exaltación romántica del espíritu independiente que, a fuerza de perseverancia y esfuerzo (lo que en inglés se llama ‘Drive’, término que en sí mismo ilustra una voluntad motriz, una asertividad incansable, la tenacidad de los llamados go-getters) tiene su complemento en el gesto reprobatorio hacia los usuarios de servicios como soup kitchens y vales de despensa. Las manifestaciones del estado de bienestar aparecen ante la ideología conservadora como un lastre parasitario del contribuyente. Bajo dicho relato, los beneficiarios de vales de despensa o fondos del desempleo se embriagan o se drogan a expensas del erario, sin motivación alguna para buscar empleo, pues en ellos parece haber un defecto moral, una acedia puramente biológica, inherente a la pobreza. * Mientras reviso mi timeline en Facebook, un encabezado atrapa mi atención: “Hacer esperar a los pobres es una herramienta de control OTOÑO 2019

para el poder”. Un clic y veo en detalle: Es una entrevista con el sociólogo Javier Auyero, publicada por un periódico argentino. “Hacer esperar a los pobres es una herramienta de control para el poder que les permite vigilar y castigar”, dice Auyero parafraseando a Foucault. “A la vez, genera una subjetividad en los pobres, quienes creen que ‘deben’ esperar y que, en ese sentido, actúan como buenos esperantes”. En la entrevista se discute la manera en que los trámites, “las filas y la interminable burocracia” se convierten en una herramienta de dominación. Lo sabemos, una forma básica de desempoderar a una persona es hacerla sentir que no es dueña de su tiempo. Me resulta inevitable evocar mis años de experiencia con la burocracia mexicana, el ritual de la antesala como una disciplina que mediante la espera impone al cuerpo una noción de estatus, la práctica normalizada de una paciencia. “Hacer esperar a la gente, pero sin desesperarla al máximo, es parte constitutiva del proceso de la dominación si se quiere entender estas dinámicas de la marginalidad urbana”, leo y pienso en la burocracia como una maquinaria que asigna y distribuye, pero ante todo marca un ritmo, crea avenidas de acceso de acuerdo al rango social.

Una imagen del poder administrativo sobre los cuerpos queda capturada en Zama, la novela de Antonio di Benedetto ambientada en las colonias sudamericanas del siglo XVI. En un pasaje de la novela, Diego de Zama, funcionario de la corona española, llega a su despacho y recibe la notificación de ponerse a las órdenes del gobernador apenas llegue. “Esto implicaba antesala, hasta que él se dignase franquearme el paso. En esta ocasión se retardó hasta crisparme de impotencia”. Zama, a su vez, retiene en igual situación de espera a “dos ancianos pulcros y una joven bonita, sencilla y notoriamente pasiva”. El personaje aplicará a estos el mismo procedimiento y será él quien decida cuándo se dignará franquearles el paso. Burocracia. Los chirridos de esa maquinaria son audibles en cada exasperante anécdota: administrar el tiempo y el espacio de los miembros de la polis, hacer de la espera un mensaje. En la parada del bus quedan los eternos esperantes. Julio Rangel es miembro del consejo editorial de contratiempo y este es un fragmento de un ensayo en proceso. Una versión parcial de este trabajo aparece en la antología Palabras migrantes: 10 ensayistas mexican@s de Chicago publicado en editorial El Beisman. contratiempo

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Residuos Marco Escalante

Camping Day

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na larga fila de noctámbulos se congrega alrededor del Best Buy de Lincoln Park. A las 12 de la noche la tienda abrirá sus puertas con el exclusivo fin de poner en el mercado el último modelo del iPhone. El rito se repite en varios establecimientos a lo largo y ancho del país, aunque el producto deseado varía. El consumo suprime, al fin, la pausa, la paciencia, la sensualidad de la espera, e impone en sus ritos un carácter perentorio y mecánico. Se siente en esta multitud una urgencia similar a la de los indigentes que formaban filas infinitas para recibir un plato de sopa tras el crash de 1929. El hambre y la necesidad se mudan al dominio de lo accesorio porque el dominio de lo esencial, aparentemente, ya está resuelto y con creces. Lo más asombroso de esta feria nocturna de la bonanza es su similitud con los campamentos en los parques nacionales. Abundan las carpas, las bolsas de dormir, las linternas, las teteras y los termos. Como el invierno ya acecha, todos los campers visten casacas y gorras, y tienen a sus costados frazadas que usarán más tarde. Es un día en la montaña que la alquimia del consumo ha desplazado a una inmensa playa de estacionamiento. Sin árboles, sin ríos, sin montañas, sin anima-

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les salvajes, sin dispersión anárquica de carpas y luces, la escena adquiere una dimensión absolutamente teatral e inverosímil. El horror que la visión produce proviene de un futuro desnudo en que ya se concretó la debacle ecológica. Entonces, los ritos al aire libre serán solamente una nostalgia para la cual nos entrenamos inconscientemente ahora. El viernes negro las tiendas abren sus puertas a las cinco de la madrugada y masas de compradores ingresan en sus recintos como manadas equinas. Todo está permitido –atropellar y golpear al vecino, aplastar a los caídos, arrebatar mercancías de quien las encontró primero, etc. Las palabras “tropel” y “estampida”, antaño constreñidas al universo campestre, parecen mudar su sentido, anticipando la velocidad orgiástica del consumo y el asalto definitivo del capitalismo contra el mundo natural, del cual toma, además de los recursos, la amalgama de sus ritos y sus signos.

Wrigleyville El viejo sueño aristocrático de la cerveza por fin tiene manifestación real. La experimentación infatigable de las cervecerías artesanales no sólo ha neutralizado parcialmente el monopolio de las grandes compañías cerveceras, también ha erosionado el viejo prestigio de la cerveza eu-

ropea y ha instalado sus productos radicales en un dominio antaño impensable: el del gourmet. Se puede al fin “catar” una cerveza, casi como se hace con el vino, y en los restaurantes de lujo nace un oficio paralelo al del sommelier. América quiere ser también sofisticada –internacionaliza su cocina, revoluciona su industria vitivinícola y también la de sus quesos, multiplica sus bistros con espacios al aire libre, imitando ciertos corredores gastronómicos de Europa. Pero cuando llega la celebración de St. Patrick, la máscara de la bonanza y el refinamiento cae. Se produce un retorno orgiástico a la vulgaridad del pasado. Deja de importar la calidad del alcohol, y las formas rituales que lo legitiman en un contexto elegante se diluyen ante la necesidad de caos. Hay que acudir al centro de la debacle –Wrigleyville- para contemplar en toda su crudeza la demolición del espejismo europeizante: Jóvenes vomitando en las calles, peleas colectivas, reales y fingidas, cuerpos que caminan tambaleantes hasta que caen al suelo, idiomas diversos que se funden en un griterío que sofoca incluso el rugido de los autos y las motos. Bien puede decirse que la cerveza obrera, aquella que se puede consumir todo el día sin afectar los bolsillos, recupera su trono. Y al modelo aristocrático del consumo exclusivo, sucede el del

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capitalismo rapaz, ilusoriamente democrático, encarnado en la cerveza industrial. Apenas oscurece, los anuncios de neón en los bares nos recuerdan quién manda: Miller Light, Budweiser, Michelob, Corona.

Enlightening Shelters La biblioteca central Harold Washington: enorme bloque de granito, coronado por un frontispicio que parece pertenecer a un edificio más pequeño. La desproporción de sus elementos genera la sensación de que a la estructura le falta una cúpula; o la sensación más extraña todavía de que el bloque en su conjunto es un error, un exceso que impone la marcialidad incluso a la armonía clásica de las columnas. La división cromática hace más patente el desacuerdo: domina el rojo atenuado del granito, completamente separado del verde patinoso del techo. Las acroteras, a pesar de su simbología griega, le dan a la parte superior del conjunto un aire de impertinencia, tal vez porque involuntariamente evocan los rizados techos de una pagoda. El búho, símbolo de la sabiduría y el conocimiento, sobra. La mole es demasiado grande, demasiado pública para el estudio, que reclama

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todavía la intimidad de la celda. Por eso esta biblioteca no tienta a los eruditos, que si algo encuentran en ella se lo llevan a su casa. La tranquilidad del recinto es ficticia porque responde a un decreto:el ruido es más evidente por tácito –mana de las multitudes que transitan por los pasadizos, que atiborran las escaleras eléctricas, los elevadores y los baños. En el primer piso, la primera señal del rechazo: una fuente de agua en cuyo fondo reposan centenares de monedas: en el templo del conocimiento nos recibe un monumento a la superstición. La verdadera razón de ser de la biblioteca ya parece estar lejos de los anaqueles. El ejército de vagabundos y mendigos que saturan su tercer piso –huyendo de los rigores del clima- ha terminado por convertir el edificio en un arca donde los desposeídos menguan los efectos de su absoluta miseria. Se los ve disputándose los periódicos del día, las revistas de variedades o deportes, las computadoras con acceso gratuito a la red. El fenómeno recuerda que no hay conocimiento inocente ni educación que no implique privilegio. Las hordas de menesterosos han tomado por asalto no sólo la biblioteca central, sino muchas bibliotecas de Chicago y posible-

mente del país. Urgidos por la necesidad, hallaron esta forma de revuelta que aprovecha las fisuras del sistema y transforma la naturaleza de la biblioteca sin que las autoridades puedan evitarlo. Al triángulo cuyas aristas unen a la biblioteca con la escuela y la casa, se impone un nuevo triángulo trágico: puente-biblioteca-albergue. El frontis caprichoso y breve, como vértice privilegiado de la pirámide social, evoca a esa minoría educada que se refugia en el último piso para celebrar eventos artísticos o sociales –el de hoy, una muestra fotográfica de Vivian Meier. Pero la idílica atalaya ya perdió terreno. Es la muchedumbre anónima que vive en las calles la que le otorga un rostro humano al conjunto. Y por una de esas inesperadas consecuencias de la lucha de clases, hoy la biblioteca está más cerca del hospicio que de la academia.

Marco Escalante. Escritor peruano, autor de Malabarismos del tedio, publicado por la editorial Siete Vientos.

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Folded Map Indaga en las estructuras de la segregación urbana Tonika Lewis

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l proyecto Folded Map, de Tonika Johnson conecta visualmente a residentes que viven en direcciones opuestas pero equivalentes en el norte y sur de Chicago. Johnson propició el encuentro de habitantes del norte y sur que viven en direcciones equidistantes en la misma avenida y los invitó al diálogo. Se trata de una exposición multimedia, donde Johnson investiga la segregación urbana y la manera en que ésta impacta a los residentes de esta ciudad. El proyecto invita al público a abrir una conversación y a cuestionar las maneras en que las condiciones sociales, raciales e institucionales nos impactan y segregan la ciudad. Su meta es que los individuos entiendan la manera en que se estructura nuestro entorno urbano, y busca desafiar a los chicaguenses a pensar una solución posible y contribuir a ella.

Tonika Lewis Johnson es fotógrafa y artista visual del barrio de Englewood, en Chicago. En 2017 fue seleccionada por Chicago Magazine como “Chicaguense del año” por sus fotografías que capturan la belleza cotidiana de Englewood, como un contrapeso a la cobertura mediática centrada en la pobreza y el crimen. Su exposición “Everyday Englewood” se mostró en Loyola University Museum of Art (LUMA) a principios de 2018. Está entre los galardonados con el reconocimiento Field Foundation’s 2019 Leaders for a New Chicago. Traducción de contratiempo. OTOÑO 2019

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Nosotrxs somos la ciudad Arturo Fresán

Nosotrxs somos la ciudad. En esta ciudad se vota diariamente. Elegimos a quien gobierna y a quien nos vende. Escogemos comida, vestido y ocio. Y si es cadena, local o independiente. Nosotrxs somos la ciudad. Los que creamos y reparamos sus calles, Las enfermeras, carpinteras y maestras, Los políticos, y sus cuerpos de seguridad. Pensarías que somos enemigos, Basándonos en la condición social. Pero solo es una reacción más, A los males del capital.

Ilustración por: Arturo Fresán, Xicago.

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Cada factura es un voto, Por quién se queda y quién se va. Cada negocio es una urna, Y cada elección es vital. En esta ciudad, se vota diariamente, Aunque nos ignore el influyente. Para ayudar al oligarca y al mercadólogo, A lucrar y manipular a su gente. Nosotrxs somos la ciudad. Lxs que recordamos la historia de sus barrios, Lxs que conocemos la altura de sus calles, y sobrevivimos su contrariedad.

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Arturo Fresán es artista plástico e ilustrador egresado de la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM, Cd. De México. Desde 2006 ha sido participante en diversas exhibiciones y su trabajo ha sido publicado en diversos medios. Su estilo contiene características referentes al muralismo, futurismo y rotulismo mexicano, son mezclados para crear personajes expresivos, imágenes que evocan movimiento y temporalidad y uso de contraste y línea para declarar profundidad. www.arturofresan.com

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Ilustraciones por: Alberto Lorente, 25 de diciembre de 1969, Manzanillo, Cuba. Graduado del Instituto Superior de Arte de La Habana, Cuba, 1997. Trabaja como restaurador del Casco HistĂłrico de La Habana, como profesor en la Academia de San Alejandro y como artista independiente.

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Poesía y cuento del taller El encuentro fortuito de una máquina de coser y un paraguas en la mesa de disección*

El taller no es un discurso, no es un método, no tiene una fórmula

tran paisajes que parten de la condición bifurcada del inmigrante

para hacerte poeta o escritor, el taller por su connotación arte-

frente a la cotidianeidad de Chicago, esperamos ver más de su

sanal es un lugar donde se siembra lo que se escribe y se esparce

trabajo. En los poemas de Pedro Pablo se puede percibir un oleaje

lo profundizado, el taller es un espacio donde se lee, se analiza,

narrativo: en el que se cuentan historias, se describen hechos

se cuestiona y se critica, es un espacio abierto cuyo centro de

y personajes que permiten un ángulo contemplativo donde se

retroalimentación está en el intercambio, la opinión, la atrac-

formula la pregunta ontológica: ¿quién es el ser que habita en mi?

ción a la literatura, y la constante necesidad de estar escribiendo.

En el cuento: “Te voy a matar Tina” de la escritora Carolina He-

¿Sufre de monólogos?, ¿gerundios?, ¿le han diagnosticado mala

rrera hay una cópula sensible y humorística en la que la autora

poesía? ¿escribe sobre amor? ¿lee con timidez?. El propósito del

escribe la iconografía de mujeres que emergen de las tensiones del

taller es subversivo, escribimos para saber quienes somos y qué

alma y se descubren libres. (Carolina ha codirigido nuestro taller:

hacemos en el mundo. Nos reunimos los domingos en el west

Narrativa en tiempos distintos). La obra de Ernesto Santana esta-

loop de Chicago, en el Literacenter (Chicago Literacy Alliance)

blece conexiones entre diferentes planos de la realidad, establece

para más información visita nuestra página: contratiempo.net

puertas y salidas entre el espíritu y el mundo humano; donde nos

En este Deshoras: Lucia Wrooman, nueva integrante del taller,

muestra ciudades dormidas, calles desiertas, y el estar atento a los

busca conectar e identificar lo más interesante y significativo

signos universales de la poesía. (Ernesto ha dirigido nuestro taller

en un cuento, a través de su experiencia, el cuento “Tuxedo” es

de cuento y poesía las tres últimas sesiones).

una grata muestra del trabajo y el interés que ha mostrado en

*Isidore Ducasse

los últimos talleres dirigidos por el escritor Ernesto Santana. En los poemas de Miguel Ángel Ontiveros logrados a partir del taller, persiste un diálogo con el presente, los versos nos muesOTOÑO 2019

Coordinación y texto introductorio de Deshoras: Miguel Marzana contratiempo

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Escrito a la luz de los relámpagos

Dispalabras Iba caminando y encontré una piedra. No era una piedra, sino una casa.

Escucho una remota respiración sin cuerpo

No iba yo caminando, sino que leía

(como la del ensoñador invisible para el soñado),

la historia en versos de varias masacres

un aliento que se concentra durante siglos para decir

que rimaban entre sí como al azar.

sólo un sonido, una brevísima y única palabra.

Pero no estaba leyendo, sino recordando

Qué aliado tan extraño es el silencio, cuán pavorosa

que lo que me pareció una casa era la salida

es su más íntima revelación: somos los únicos seres

de una ciudad a la que entré dormido.

que ven la invisible soledad de cada árbol del bosque

Mas no estaba recordando, sino olvidando.

y escuchan la inaudible respiración del abismo.

Iba caminando, aunque no iba dormido:

Escuchando he esperado, pero ya he de seguir andando

iba muerto por un rato, descansando

porque no puedo aguardar más a que se apague el pavor

de piedra en piedra, como leyendo signos

que me impide ver con claridad el casi invisible trazo

rimados con la rima casual de las masacres.

de una línea que nunca y por razón alguna hemos de cruzar

El bosque petrificado Nos curábamos la mano herida con la pierna sana.

Jamás llueve pero nunca escampa

La cara rota se rehacía con la espalda quebrada. Atrapábamos un puñado de viento y lo mascábamos. Un pie golpeaba al otro para andar un camino en que, de un horizonte al otro, las ruinas devoraban ruinas.

De Rumoria no llegan más noticias que las órdenes ridículas del orden y algún que otro aviso de devastación. No juegues todas tus cartas todavía, si vives al sur de la ciudad Baraja y el ganador es el amo y ama el caos. No hay dioses en tu profundidad ni luces en tu techo de lo oscuro. No hay nuevas de Tuguria ni consuelo para todos aquellos que piensan que todo está tatuado claramente en la piel del mundo. El colmo, ya tampoco hay avisos de Baraja. ¿Cómo soñar contrapunto de puertas o armonía si no hay más que fuga en provisión? Herreros mil forjando millones de gallos de veleta que un solo viento moverá si acaso o no.

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Ernesto Santana (Cuba, 1958). Narrador, poeta y periodista. Premios de novela Alejo Carpentier (La Habana, 2002) y Franz Kafka, novelas de gaveta (Praga, 2010). Ha publicado Ave y nada (novela, La Habana, 2002), Escorpión en el mapa (poesía, Miami, 2012), Cuando cruces los blancos archipiélagos (cuentos, Miami, 2011), La venenosa flor del arzadú (cuentos, Miami, 2011), El carnaval y los muertos (novela, Praga, 2010; reedición: Miami, 2019) OTOÑO 2019


DESHORAS

Tuxedo El capitán del barco no solo parecía haber perdido la

recuerdos decidí no empacar el tuxedo que mi esposo

razón, los gritos traspasaban las delgadas paredes de

utilizaba en las cenas de gala como gerente de uno de los

su oficina y las tres mil personas a bordo de la nave

restaurantes a bordo del Queen Elizabeth, lo contemplaba

junto con las docenas de amarradores en el puerto de

extendido sobre la cama, recién salido de la tintorería,

Yokohama, empezaban a incomodarse por el retraso. La

me consternaba deshacerme de él porque era más que un

oficina era pequeña, bastante oscura, pero la bandera

recuerdo pero al mismo tiempo representaba algo más.

inglesa se distinguía perfectamente en una esquina,

El costo de los boletos de Tokio a Málaga, que es donde

al igual que la tensión y la angustia podían sentirse

vivíamos, era de $6.000. y el capitán no estaba dispuesto

y hasta olerse a través del sudor de cada uno de los

a cubrirlos, ni nosotros tampoco. La negación del capitán

que estábamos ahí dentro. Como tripulante de un

inglés a nuestro desembarco se agudizaba conforme pasa-

trasatlántico de la compañía naviera inglesa Cunard,

ban los minutos, hasta que finalmente vociferó: -Rebelarse

estandarte de la marina británica, sentía que mi cuerpo

a la orden de un capitán es una felonía en contra de la co-

y mis sentidos no daban más al final de aquel crucero

rona británica que se castiga con arresto inmediato por las

alrededor del mundo en 1987. Nuestro contrato de seis

leyes de navegación, y ustedes están bajo nuestras normas

meses con jornadas laborales de 13 horas y sin días de descanso había expi-

y en territorio inglés.

rado, estuvimos en movimiento continuo por casi 8 meses, las gigantescas

Entonces la máxima autoridad del puerto japonés expresó:

propelas ni siquiera en puerto se silenciaban, la nave de 64.000 toneladas

-Capitán, el tiempo que tarda esta discusión hace que los gastos del Queen

desaparecía casi por completo cuando las olas cubrían toda su eslora, las

Elizabeth al permanecer en el muelle de Yokohama resulten muy superio-

cascadas que éstas producían tardaban 10 minutos en salir de la estructu-

res al costo de los boletos de avión de estos dos tripulantes, por lo que no

ra, soló para repetir la náusea con la ola que se avecinaba. Las tormentas

aceptaremos su desembarco sin boletos de salida. Le recuerdo que en Japón

forzaban la velocidad de las hélices a su máxima potencia, la nave vibraba de

está prohibida la inmigración ilegal y ellos serán custodiados por nuestras

tal forma que superaba el terror de una de mis pesadillas infantiles, esto no

autoridades hasta su partida.

era compatible con la naturaleza de mi cerebro y pensaba que en una de esas

El silencio se hizo inminente, mi esposo y yo aprovechamos para abandonar

el barco no saldría a flote, me resultaba difícil imaginar el tamaño del navío

la oficina. Más tarde y sin imaginárnoslo, un oficial nos entregó nuestros

estando atracado en puerto cuando cruzamos el Atlántico y el Pacífico en

boletos de avión y nos ordenó abandonar el barco inmediatamente. Así, con

plena tempestad. Al embarcarnos en Southampton, no estaba consciente de

las maletas ya hechas salimos corriendo y me quede pensando si lo había

los que nos esperaba, aunque sabía que debía pagar un precio por conocer

empacado, pero el tuxedo se quedó sobre la cama, impecable, con el vaivén

un poco la diversidad cultural de los 34 países que visitamos. En Tianjin,

del barco y la vibración de las aspas.

que era el último puerto que habíamos visitado, vi que el sistema comunista contrastaba brutalmente con el capitalismo en el que nos encontrábamos porque ahí la tripulación ocupaba el primer lugar en el rango. Eso me sirvió de motivación para pedirle a mi esposo que solicitara nuestro desembarco en Japón. Habiéndolo decidido, mientras hacia mis maletas saturadas de OTOÑO 2019

Lucia Wrooman (Cd. de México, 1960). Emigró a Chicago en el año 2001. Actualmente es activista de los derechos de los inmigrantes y trabajadores en Estados Unidos, es estudiante del Proyecto Odisea en Chicago y participa en los talleres literarios de contratiempo. contratiempo

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DESHORAS

Resucitado La mosca vuela en la habitación del motel, en sus pequeñas extremidades

Un solo motivo:

trae los residuos de un sexo muy antiguo. Abro la ventana para escuchar

llegar al templo para rendir honor y lealtad a uno mismo.

el ruido de la ciudad. El jazz de la noche ya no tiene noche, es el mismo compás de siempre.

La ciudad activa el calor ancestral de mis células.

Escupo para ver mi materia hundirse en el suelo y ver mi sombra proyectada

visiones

en el otro edificio, estiro mi mano para alcanzarla pero no lo consigo, enton-

metales ardiendo

ces me alcanzo el pecho que está más cerca que mi sombra.

y tragos de alcohol

Desciendo a la ciudad desde el quinto piso. El ascensor por el que ahora desciendo, o tal vez podría decir, el descensor por el que también se ascien-

advierten

de, es como un sepulcro que me va preparando para la resurrección: cinco,

que la ciudad fue construida

cuatro, tres, dos, uno, planta baja. Se abren las puertas de la tumba como dos

para que todo aquel que la camine

piernas, doy mis primeros pasos dirigidos hacía lo que alguna vez nombré la

se sienta pequeño.

vida, saludo a la portera que es la primer mujer en verme resurrecto.

Así,

El aire está caliente y no sé si es por mi nuevo cuerpo o porque hay mucha

quedará en la consciencia

gente viva en la calle; nadie nota que hace un tiempo estaba muerto.

que todo valor llega con la muerte

Un hombre sin manos me ofrece cigarros y dulces, le compro dos y me los

y toda transformación

fumo delante de él al mismo tiempo -nadie había hecho algo así por mí- me

ha de ser mediante el fuego.

dice a los ojos. Se siente bien fumar por otra gente y es que ahora puedo hacerlo, ahora

Nada más indiferente que un edificio

puedo ir a cualquier lugar y no perderme, ahora sé que uno asciende por el

un gran edificio

descensor, sé que las sombras son inalcanzables y que es algo bueno andar

un rascacielos.

por la calle recién resucitado. Camino en la ciudad,

Orange line a tierra santa (fragmento) Cierro los ojos. Atravieso la ciudad, Como si fuera una antigua peregrinación hacia el maestro; lo encontraré en la Washington Wabash me dirá el sentido de la vida.

asustado, acaricio la sombra de los muros. Busco el templo que me toca por nombre y herencia, en cada esquina pregunto a los profetas, no hay respuesta ellos solo anuncian lo cercano del juicio final esperando ser arrebatados en un carro de fuego, como Elías o Ginsberg; ver a sus pies arder de nuevo la ciudad envueltos en misticismo.

Estación Ashland las puertas de la máquina abren y cierran la entrada al mundo. Estudiantes llevan a su espalda, las pesadas mochilas del conocimiento muerto. Nadie habla, Sé que el silencio prepara mis ojos

Pedro Pablo Marin (Monterrey, México 1986). Lic. en Filosofía por la Universidad Franciscana de México. Autor de los libros: De calles, rostros y jornadas, 2015. Piedras Blandas, 2017. Ha publicado y colaborado con las revistas: Revista El Humo, CDMX. Le Miau Noir, Mad, España. Femme Fetal, Ros, Argentina y Música para Camaleones, Mty, México.

para ver al santo de los santos.

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OTOÑO 2019


DESHORAS

Vacío

Tirando la cortina (fragmento)

mi voz

de verdad

pausa

cae otra

soy un gordo sin proyectos un sombrero harto de conejos un arlequín perdido sin guitarra nada tiene que ver el mar pero

catarata impide deleitarme con coros juveniles el perro me saca a pasear a mí que descubro es tarde para soñar el mundo despertando a su voz

a-mar-gala canción rueda en la calle otro zafarrancho

de tejaban el gato escribiendo nuestra histeria tira la cortina de la noche.

este gordo se aleja silbando su sombra pero no la de usted vacía lector de sombras.

Miguel A. Ontiveros (San Luis Potosí, México 1961). Integró diferentes grupos teatrales, ha cursado talleres y seminarios literarios, con contratiempo y el escritor Miguel Donoso, ha publicado dos pequeñas plaquetas, en León Gto. por Dos Filos y la Universidad de Zacatecas. OTOÑO 2019

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DESHORAS

Más te vale, Tina La Habana, Cuba, 1959. El viernes de la desaparición, hacía tanto calor, que los niños se quedaron dormidos más temprano que de costumbre. Esa noche, Diego Balart llegó de trabajar pasadas las ocho y en lugar de encontrar a Tina esperándolo con la cena, encontró a Delia, su suegra, en la cocina. “Tu mujer no ha regresado”, le dijo, mientras picaba una sandía con la mano izquierda. Unos años antes, había sufrido una embolia que le había paralizado el lado derecho del cuerpo. “¿A dónde fue?”, contestó al tiempo que extendía la mano para tomar un trozo de sandía. De un movimiento, Delia enterró el cuchillo en la sandía, aniquilando en un instante el plan de su único hijo, y sin chistar le respondió: “Dijo que iba a comprar hielo. De eso hace tres horas. ¿Tú quieres un arrocito con pollo, mi amor?” Diego miró el reloj, se aflojó la corbata y se sentó a comer. Cuando se terminó el arroz con pollo, la yuca, los tostones y tres rebanadas de sandía, decidió salir a buscarla. Seguro estaba en casa de Omaida, su mejor amiga, jugando cartas. “Ahora vengo, mami”. Omaida vivía a escasas dos cuadras, pero a pesar de que ya había bajado el sol, el calor no había menguado y el sudor comenzaba a brotarle por las sienes. Se arrepintió de no haberse cambiado la camisa por una guayabera. ¡Más te vale Tina que estés en casa de Omaida porque si tengo que caminar más con este calor, te mato! ¡Te mato, Tina! Omaida le dijo que habían coincidido esa mañana en la escuela de los niños, como todos los días y le aclaró que la jugada había sido la semana pasada. “El segundo viernes de cada mes, chico, que por cierto, le fue muy bien, se llevó toda la plata. ¿Ya tú fuiste con Martica?” ¡Ay, pero tu vas a ver cuando yo dé contigo, Tina! ¡Mira que no decirme que te ganaste una plata! ¡Yo te mato, Tina!

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Cuando llegó a casa de Marta, Diego se metió hasta la cocina y se paró frente al abanico colocado sobre la mesa. Marta le sirvió un vaso de limonada y le platicó que la había visto el día anterior en el salón de belleza. “Nos hicimos la manicura y platicamos de pura bobería, ya tu sabes, con este calor no se antoja nada. Y pensar que en Argentina es invierno. ¿Tú puedes creer eso? Yo no entiendo cómo es que allá está haciendo frío, chico.” Diego se tomó la limonada de un trago y le pidió que lo llamara si sabía algo de ella. ¡Si me entero de que andas contando nuestras cosas, yo te mato, Tina! ¡Te mato! Lourdes, la costurera del barrio, le dijo a Diego que la había visto el día anterior. Había pasado a recoger unos vestidos que había mandado a arreglar. “Le tuve que meter en la cintura, chico. ¡Mira que se ha puesto flaca! ¡Todo le vino de maravilla!” Diego le sonrió a medias, le dio las gracias y salió del lugar. Ya había anochecido y no eran horas de tocar puertas. ¡Espero que hayas pagado con el dinero que te ganaste en el póker y no con el gasto de la semana, Tina! ¡¿Pero dónde te has metido, tú?! ¡Ay Tina, te voy a matar! Eran casi la once de la noche cuando volvió a casa. Traía pegado el sudor en la frente y en las axilas. Delia se había quedado dormida en la sala y decidió dejarla ahí. Caminó por el pasillo de puntitas, para no despertarla, y justo cuando iba a llegar a su recámara, escuchó la voz de su madre. “¿Diego?” La frustración se le escapó por los hombros. Volvió sobre sus pasos y le explicó con detalle la ruta que había tomado y el resultado de su investigación. Delia escuchó atenta, absteniéndose de hacer preguntas. Luego le pidió que la llevara a su cuarto, y así lo hizo. La ayudó a acomodarse en la cama y se despidió de ella con un beso. Antes de apagar la luz, la escuchó decir: “Tú deberías darte un baño.” OTOÑO 2019


DESHORAS

El sábado en la mañana pasó por la estación de policía temiendo que se hubiese metido en un lío y estuviera encarcelada. ¡Ay Tina, si tu estás presa otra vez…! ¡Si no se te ha quitado lo manolarga, yo te mato, Tina! ¡Te mato! El oficial que lo atendió le dijo que no podían hacer nada hasta pasadas 24 horas. “¡Coño oficial! ¡En 24 horas pueden pasar muchas cosas! ¡Exijo hablar con el Comandante Medina! El hombre lo miró con ojos cansados, “Mira chico, el comandante Medina salió de vacaciones y no regresa hasta dentro de un mes, pero si tu mujer no aparece para mañana, yo me encargo personalmente de buscarla”. Diego comenzó a desesperarse. Se detuvo en los hospitales temiendo que hubiese sufrido un accidente. ¡Carajo, Tina! ¡Espero que no te hayan atropellado porque los niños no se cuidan solos! ¡Cómo tú hayas estado de coqueta y te hayas distraído! ¡Porque cómo te gusta que los hombres te vean el culo! En los hospitales ninguna mujer con las generales de Tina había ingresado en las últimas horas. Llegó a la morgue pensando lo peor. ¡Espero que no estés muerta Tina porque entonces no voy a tener a quien matar! El doctor Monsiváis había sido su compañero en la secundaria y cuando Diego le pidió que le mostrara los cuerpos de las mujeres que había recibido desde la noche anterior. Aun sabiendo que ninguno correspondía a la descripción física de Tina, no pudo decirle que no. Al llegar al último cuerpo, Diego Balart levantó la sábana y comprobó que no era ella. ¿Tú también saliste a comprar hielo? Monsiváis lo vio con un poco de lástima y le recomendó ir a la policía. “De allá vengo, mi hermano”, Diego continuó la plática con el doctor más que nada por el aire acondicionado, y un poco después, bastante refrescado, se despidió y caminó hacia la tienda del barrio. ¿Pero donde te has metido tú, Tina? ¡Mira que cuando te encuentre! OTOÑO 2019

La empleada, una negra de tetas rebosantes y un culo todavía más espectacular que el de Tina le dijo que su mujer había pasado por ahí la noche anterior, pero no había comprado hielo, sino cigarros. No se había fijado para donde había virado al salir. Todo esto se lo digo con las tetas apoyadas en el mostrador. A Diego se le hizo un nudo en la garganta, y con la voz cortada le dio las gracias y salió de ahí. ¡Ay Tina! ¡Ay Tina! ¡Espero que estés muerta! Delia estaba en la cocina meneando una olla de natilla, cuando escuchó a Diego entrar. Desde su asiento le dijo que había un telegrama sobre la mesa de la entrada. Diego tomó el sobre y se dirigió a la cocina. Se sentó en la mesa y leyó el telegrama en voz baja, mientras Delia le pasaba un vaso de agua con hielo. ME HE IDO CON PABLO A BUENOS AIRES. STOP. NO NOS BUSQUES. STOP. CARIÑOS A LOS NIÑOS. STOP. - ¡Qué dice, Diego! - Que regresa en un mes.

Carolina A. Herrera (Monterrey, México, 1967). Licenciada en Ciencias Jurídicas, Universidad Regiomontana (1989), Master en Escritura Creativa, Universidad de Salamanca, (2019). Ha publicado: #Mujer que piensa (El BeiSMan Press, 2016) Ha participado en las antologías Ni Bárbaras, ni Malinches (Ars Comunis Editorial, 2017), Palabras Migrantes, 10 ensayistas Mexican@s de Chicago (El BeiSMan Press, 2018) y Lujuria (colectivo Abigarrados, 2019) es miembro del Consejo Editorial de El Beisman. Vive en Naperville, Illinois. contratiempo

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CONTRAFOTO

Foto| contratiempo por: Jordan Lewis @ssonder_nectar 46

Estudiante de la clase Camera Flux en Yolocalli Art Reach

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DIRECTOR EDITORIAL Marcopolo Soto DISEÑO Diego Aguirre Fernández, Ana Larco CONSEJO EDITORIAL Esmeralda M. Guerrero, Catalina María Johnson, Stephanie Manríquez, Miguel Marzana, Víctor Maraña, Andrea Ojeda, Marcopolo Soto, Rey Emmanuel Andújar, Julio Rangel COLABORADORES Carlos Azar Manzur, Luis García, Luis López, José de María Romero Barea, Rodolfo Aguilar, María Ximena Pineda Lara, Mauricio Rodríguez Naime, Jorge Mújica Murias, Fernando Olszanski, Kari Lydersen, Marco Escalante, Tonika Lewis Johnson, Miguel A. Ontiveros, Carolina A. Herrera, Lucia Wrooman, Ernesto Santana, Pedro Pablo Marin, Jacob Yeung, Jordan Lewis TRADUCCIÓN Moira Pujols, Luchi Oblitas-Feuerstein ILUSTRADORES Pame Pinto, Alberto Lorente, Eric J. García, Arturo Fresán IMPRESIÓN Topweb, LLC DISTRIBUCIÓN Chronicle Media, LLC ENVÍO DE TEXTO E IMÁGENES marcopolo@contratiempo.net SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net VISÍTANOS contratiempo.net | issuu.com/contratiempo | facebook.com/contratiempo Instagram @contratiempochicago DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols mpujols@contratiempo.net PRODUCTORA DE CONTRATIEMPO RADIO Stephanie Manríquez PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL Charly García PASANTE SITIO WEB Joel Rondón Pujols © contratiempo nfp (312) 427 5450 La revista contratiempo es una publicación gratuita que se imprime y distribuye trimestralmente a la comunidad hispanohablante de Chicago contratiempo.net contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs, the International Connections Fund of the MacArthur Foundation and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible.


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OCTOBER 12-19 CHICAGO

Featuring writers and artists from Mexico in cultural exchange and conversation.

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15 - 16 - 17 de octubre TESTIMONIOS

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