Contratiempo 110 - Diciembre / Enero 2014

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CHICAGO, ILLINOIS, DICIEMBRE - ENERO 2014

NÚMERO 110

Apoya nuestra misión y celebremos 10 años juntos

*

Todos los detalles de la fiesta en la contraportada

EN ESTE NÚMERO: DOSSIER

CHICAGO: CIUDAD VERDE DESHORAS

MICROCUENTOS POESÍA

ADRIANA ZAPPAROLI MIRADA CÓMPLICE

NOTAS

del

CARIBE

ILLEGAL: UN PREAMBULO


contratiempo DIRECTIVA Gerardo Cárdenas, Jochy Herrera, Moira Pujols, Rod Slemmons, Helen Valdez, Ellen Wadey Placey DIRECTORA EJECUTIVA Moira Pujols DIRECTOR EDITORIAL Gerardo Cárdenas DIRECTORA DE ARTE Olivia Liendo CONSEJO EDITORIAL Arturo Richardson, Catalina María Johnson, CHema Skandal!, Febronio Zatarain, Gerardo Cárdenas, Ignacio Guevara, Jochy Herrera, Jorge Frisancho, Julio Rangel, Luis Alejandro Ordóñez, Marco Escalante, Marcopolo Soto, Olivia Liendo, Rafael Franco, Rey Emmanuel Andújar, Stephanie Manríquez, Verónica Lucuy Alandia

DICIEMBRE - ENERO 2014 • NÚMERO 110

E

l número 110 de contratiempo que ustedes, lectores, tienen en sus manos, cierra nuestros trabajos de 2013 y abre los de 2014. En esta transición, nos pareció importante mantener la óptica de la revista enfocada en los temas locales. Así como el dossier del mes de noviembre exploró la situación del teatro en español en Chicago, el dossier de diciembre 2013/enero 2014 busca de qué manera la ciudad de Chicago intenta sumarse a iniciativas “verdes” de protección del medio ambiente y los recursos naturales. El dossier, curado por Tanya Victoria y Esmeralda Morales-Guerrero, nos ofrece una perspectiva multidisciplinaria que va de las iniciativas a nivel comunitario, a la lucha contra las plantas contaminantes en Pilsen y La Villita, hasta la importancia de los jardines en los techos de edificios públicos o el valor ecológico de los sólidos e históricos bungalows. En páginas de Deshoras, regresamos a la producción de nuestro taller de escritura creativa para ofrecer a los lectores microcuentos escritos por sus autores (entendiendo por microcuento aquella ficción narrativa menor a las 250 palabras).

Destacamos también, en Tiempo Extra, un nuevo debut en nuestras páginas: el de la poeta brasileña Adriana Zapparoli, una de las voces jóvenes más interesantes del Brasil, quien escribe tanto en portugués como en español. Y, de esa misma sección, un artículo de Rita Indiana Hernández sobre la controvertida decisión de la corte dominicana contra los inmigrantes haitianos. Igualmente dirigimos su atención hacia dos necesarias elegías: una al poeta nuyorican Tato Laviera, escrita por Frances Aparicio, y otra al músico Lou Reed, de la pluma de Marcopolo Soto. En Mirada Cómplice, una exclusiva: un texto inédito que sirve como preámbulo a la publicación de Illegal: Reflections of an Undocumented Immigrant, de José Ángel N., cuyo autor amablemente preparó para este número. Queda desearles a nuestros lectores felices fiestas y un venturoso inicio de 2014, además de recordarles e invitarles a nuestro evento anual de recaudación de fondos, el 6 de diciembre en el Museo Nacional de Arte Mexicano en Pilsen. Su apoyo a este evento permite que contratiempo siga en sus manos y ante sus ojos, mes a mes. ¡Gracias!

La portada es una ilustración de Esmeralda MoralesGuerrero, diseñadora de la Comunicación Gráfica, mexicana residente de Chicago. Ha diseñado portadas, libros y revistas en México, España y Estados Unidos. Actualmente es diseñadora multimedia en Thomson Reuters. Para ver más de su trabajo: www.esmeraldastudio.com

FOTOGRAFÍA Arturo Richardson

Las opiniones expresadas por los escritores que colaboran en contratiempo no son necesariamente las de la revista, o de la entidad que la publica, contratiempo nfp, una entidad 501 (c)3 sin fines de lucro © contratiempo nfp 1900 South Carpenter, Chicago IL 60608. (312) 427 5450

contratiempo is grateful for the past and present support of The Chicago Community Trust, the Richard Driehaus Foundation, the Field Foundation of Illinois, the Illinois Humanities Council, the Illinois Arts Council, the City of Chicago Department of Cultural Affairs, the International Connections Fund of the MacArthur Foundation and individual, institutional and corporate donors, and the contribution of writers, artists and volunteers who make our work possible

INFORMACIÓN SOBRE LA REVISTA, PUBLICIDAD O SUSCRIPCIONES: info@contratiempo.net ENVÍO DE COLABORACIONES: Gerardo Cárdenas gcardenas@contratiempo.net ENVÍO DE ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: Olivia Liendo olivialiendo@contratiempo.net VISÍTANOS EN: contratiempo.net issuu.com/contratiempo facebook.com/Contratiempo @revcontratiempo

TIEMPO EXTRA 3

En jardín de flores, leonella Adriana Zapparoli

10 El año en que nací:

19 Infografía del cambio

Entrevista con Lola Arias Moira Pujols

climático 20 La Asociación del Bun-

12 MIRADA CÓMPLICE 4

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Febroventuranzas Febronio Zatarain

Una vez mojado… José Ángel N.*

Recordando a Tato Laviera (1951-2013) Frances Aparicio

DOSSIER

Notas a los cuentos de Chimal: Las formas de lo invisible Rey Andújar Una Casa toda llena María Catalina Rincón-Chavarro

galow Histórico de Chicago Esmeralda MoralesGuerrero

15 Eden Place

21 Microcuentos en Chicago

Febronio Zatarain 22 Aguamiel y ciruelas

Tanya Victoria 16 Bioneers: Movimiento

convoca líderes en Chicago Carolina Cifuentes

Marco Polo Soto

Un ángel llamado Lou Marcopolo Soto

Rafael Franco

18 Cómo construir 9

Magia negra Rita Indiana

una ciudad más fría Saskia de Melker

Víctor Ortiz 24 Fumo en medio

de la ciudad Rey Andújar 25 Malabares

Luis Alejandro Ordóñez 25 Cumbres

de porcelana Miguel Marzana 26 Pinchazos

Raúl Dorantes 22 Epifanía

Febronio Zatarain de nubes Kari Lydersen

24 Esposas

22 Crepúsculo

17 Cerradas fábricas 8

Stanislaw Jaroszek

DESHORAS

14 Chicago: ciudad verde

Tanya Victoria y Esmeralda Morales-Guerrero

23 El llanto del tigre

26 Queridos Reyes Magos

Manuel Hernández 23 Esperanza

Fernando Olszanski 23

27 Los martes a las cinco

Raquel Mariana Múnera En las buenas y en las malas Martha Cecilia Rivera

27 Tirando del hilo

Gerardo Cárdenas


POESÍA

En jardín de flores, leonella Adriana Zapparoli estas hierbas somnolientas naciendo de la semilla al comienzo, más o menos, rectangulares o elípticas, respondiendo al concepto, a los órganos, y sus rizomas verde oscuro, y casi insectívoro, atraído por un néctar dulce. Se posa... y cuando roza los cilios, y en secreción de jugos digestivos, una Drosera y sus hojas... es una rosa... es el amor y leonella en jardín de flores... y en la campiña al tenerlo en las manos sentí deseos alzando los hombros. mis ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y por la mirilla de la persiana, con un pozo debajo de la ventana, sus cabellos, hojas y miembros... casi en mi centro... a veces encendía todas las luces de la habitación con un libro en las manos pero sin leer y entre los rosales, a tres pasos de mi boca, en lo oscuro de mi ojos... poder verlo, en su corazón ofrecido, en mi (corazón) de bicho... y las semillas son la próxima generación... y el pensamiento estratégico un estróbilo de hojas fértiles, como imprevisibles en la materia, en forma escrita, la flor es un corto tallo, una espiral sobre el eje, del mismo modo, amolado, en que las hojas se insertan y nos aquejan día tras día, en la mayoría, son trastornos de la velocidad y las flores en fuga de ideas en taquipsiquia. mira mientras que los gatos están al acecho en la ventana... en el rojo pensamiento... y leonella y susurro en la práctica neuronal. sus esquemas de azúcar glas. sus parodias y dulzuras. y una calma aeroespacial, transitoria azucena, en la sinapsis. todo es orden. en escarpelo de pensamiento escéptico. en el agotamiento de escuálido y espeso encéfalo. y el rendimiento dóping cognitivo en esfera celeste, bolígrafo etílico de tungsteno induciendo la liberación en canales abiertos y estribillos de espliego en flores de color morado, en un día soleado, la esencia y la actividad terapéutica de la planta de lavanda mezclada con otras plantas tranquilizantes nuestras tila, amapola, melisa, pasiflora en nuestro jardín de flores y psicosis anfetamínicas.

Adriana Zapparoli (Campiñas, São Paulo, Brasil) es escritora, poeta y traductora. Sus poemas han sido publicados en revistas de arte y literatura en diversos países. Escribe sus poemas en portugués y español. Es autora de los libros A flor da Abissinia (versión bilingüe, Jair Cortés) en 2007; Cocatriz (2008); Violeta de Sofía (2009); Tilias e tulipas (versión bilingüe, Jair Cortés) en 2010; O Leao de Nemeia (2011); Flor de Lirio (versión bilingüe, Jair Cortés) en 2012; Flor de lotus (versión bilingüe, Víctor Sosa) en 2013; todos editados por Lumme Editor. Actualmente es editora de la revista electrónica “Zunái de Poesía y Debate” (ISSN 1983 - 2621), junto con el poeta Claudio Daniel. Edita el blog: http://zappazine.blogspot.com.br NÚMERO 110

Fotografía: Jenny Downing

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POESÍA

Febroventuranzas Febronio Zatarain Bienaventurados los que siguen cayendo sin maldecir el segundo en que fueron concebidos porque al tocar fondo se volverán dioses. Bienaventurados los que fracasan porque de ellos será el saber. Bienaventurados los que en cada acción ven el absurdo porque tarde o temprano Dios será su roommate. Bienaventurados los que se han divisado porque tarde o temprano se palparán. Bienaventurados los que, sin proponérselo, persisten en el error porque de chiripa los bañará la luz. Bienaventurados los feos con ganas porque sin esfuerzo traspasarán el umbral de la muerte. Bienaventurados los insomnes porque vencerán al Tiempo. Bienaventurados los que han recibido sólo besos comprados porque siguen siendo puros. Bienaventurados los que consuelan con mentiras porque se volverán profetas. Bienaventurados los que vieron la atrocidad de la vida a edad temprana porque su entrada en el más allá no los sorprenderá. Bienaventurados los incapaces de dominar sus emociones porque de ellos saldrá la palabra. Bienaventurados los cornudos que nunca se enteraron porque descansarán en paz. Bienaventurados los que encontraron a su mujer con el Sancho encima porque dormirán con los ojos abiertos. Bienaventurados quienes aún son vírgenes y no se tocan porque se volverán expertos en los sueños mojados. Bienaventurados los cabrones de espíritu porque el Infierno es otra ilusión. Bienaventurados los artistas que morirán siendo unos desconocidos porque al cruzar el umbral se soñarán van Gogh. Bienaventurados quienes están a punto de quitarse la vida porque para entretenerse inventarán otro universo. Bienaventurados los torturadores del mundo porque gracias a ellos Dios se carcajea.

Febronio Zatarain, poeta y novelista mexicano. Coordina el taller de escritura creativa de contratiempo, de cuyo consejo editorial es integrante. Su libro mas reciente es la novela En Guadalajara fue…

Fotografía: Naveen Kadam

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DICIEMBRE - ENERO 2014


CRÍTICA

Recordando a Tato Laviera (1951-2013) Frances Aparicio

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l 2 de noviembre recibí una nota de Stephanie Álvarez, profesora cubanoamericana en la Universidad de Texas Panamerican, amiga y colaboradora de Tato Laviera, informándome sobre la muerte de este gran poeta de la palabra oral y de la comunidad Nuyorican. A pesar de las serias complicaciones que tuvo con su diabetes, como la ceguera, y una cirugía cerebral, Tato nunca cesó de escribir, viajar, y compartir su poesía con su comunidad y con los jóvenes en particular. En vez de recordarlo en el largo estado de coma que desde enero le robara su voz y sus versos, tenemos que memorializar su poesía, su teatro, los sonidos y ritmos nuyorriqueños, el tempo de su herencia afro-caribeña, la afirmación y reivindicación pública de las comunidades subordinadas latinas; la tutoría de los jóvenes; las lecturas performativas y orales de sus poemas; y una incomparable generosidad y espíritu a través del lenguaje y la palabra. Cuando Tato visitó mi clase de 200 estudiantes en UIC, a pesar de su ceguera, comenzó a recitar y orquestó un coro de 200 voces en un call and response entre su voz y la de los estudiantes. Un momento inolvidable. Tato fue un escritor muy apreciado por todos, muy querido por su humanidad y espíritu generoso y colectivo. Me acuerdo bien cuán agradecido estuvo conmigo por haber incluido varios de sus poemas en la primera edición de The Heath Anthology of American Literature en 1994, un proyecto pionero que diversificó el canon literario estadounidense. Para mí fue un honor poder incluir a Tato junto a la obra de Emily Dickinson y de Allen Ginsberg. En su visita a la Universidad de Michigan para una lectura de su poesía, en los 90, Tato le regaló una pequeña pelota de baloncesto a mi hija mayor, Gabriela. Ella todavía se acuerda de él y de cómo ella lo siguió llamando “Tato tattoo,” inconsciente de que con ese apodo ella estaba jugando con el lenguaje, saboreando el sonido y ritmo de la palabra, obedeciendo, precisamente, su legado poético. La obra poética laveriana reafirmó la validez de la diáspora puertorriqueña. Su primera publicación, La carreta made a U-turn (1984), tiene que entenderse dentro de un momento NÚMERO 110

histórico en que la isla de Puerto Rico y sus instituciones rehusaban reconocer y aceptar la comunidad diaspórica boricua fuera del territorio insular. La metáfora del u-turn resonó con los puertorriqueños estadounidenses, quienes abrazaron la voz poética de Tato por celebrar nuestra existencia y nuestra membresía en el imaginario boricua. Esta dinámica hoy día se ha transformado, gracias, en parte, a los imaginarios alternativos de Tato Laviera y otras voces de la diáspora. Tato también inscribió en la página la dignidad e integridad de su comunidad en Nueva York. Un verso como papote sat on the stoop/of an abandoned building/he decided to go nowhere capta la ironía del mundo poético laveriano. Su poesía nunca le negó la agencia y la humanidad a ningún puertorriqueño, por más pobre y desposeído que fuera. Respondió a las narrativas dominantes de la llamada “cultura de la pobreza”, otorgándole a “Papote” el poder de tomar decisiones, aun cuando las mismas eran to go nowhere, el inverso del American Dream. Tato logró versos que celebraron la cultura, historia, e identidad afro-caribeña a la vez que criticó la sociedad norteamericana imperial. Recalco sus poemas más reconocidos: “My graduation speech”, “asimilao”, “nuyorican,” y “AmeRícan.” El primero anuncia con voz irónica el dilema del hablante bilingüe que oscila entre el inglés y el español, reafirmando la inteligencia del sujeto bilingüe híbrido diaspórico frente a los discursos dominantes educativos que la borran. “Asimilao” rastrea el legado africano mediante el juego morfológico y fonético del español puertorriqueño. “Nuyorican” reafirma la voz diaspórica, quien se dirige a la isla por haber sido rechazada como parte del imaginario insular nacional. “AmeRícan” articula el poder transculturador que los boricuas y latino/as han tenido en los imaginarios culturales estadounidenses, al re-escribir el significante American. Lo que muchos consideran lúdico en la poesía laveriana es un serio proyecto político que tropicaliza lo norteamericano. Como poeta, la obra de Tato se recordará por la importancia de los sonidos, ritmos y los intertextos musicales que reivindicaron lo afrolatino. Fue un poeta que celebró el lenguaje y

la palabra y, más aún, la voz. La poesía de Tato abrió las puertas al movimiento del spoken word a nivel nacional. Tato no solo fue una voz boricua, sino un cuerpo latino. Participó en “Cosecha Voices”, un proyecto pedagógico iniciado por la colega cubanoamericana Stephanie Álvarez en la Universidad de Texas - Panamerican. Tato le ensenó a los estudiantes de familias trabajadoras migrantes a escribir sus testimonios como un modo de inscribirse en la historia estadounidense. Invisibles en la nación a pesar de la dignidad de su labor agrícola, estas familias se reconocen ahora a través de las historias de sus hijos, estudiantes universitarios. El liderazgo de Tato en “Cosecha Voices”, representó su integración en la comunidad fronteriza mexicoamericana. En sus últimos años, Tato dejó de ser exclusivamente Nuyorican; también fue latino. No es coincidencia, pues, que su cuerpo expirara el 1 de noviembre, el Día de los Muertos en la cultura mexicana. Fue su último performance como latino.

Frances R. Aparicio, puertorriqueña, es catedrática de Español y Portugués y Directora de Estudios de Latinos y Latinas en Northwestern University y ha ensenado previamente en Stanford, y las universidades de Arizona, Michigan e Illinois en Chicago. Es autora de varios títulos, incluyendo estudios, antologías y recopilaciones. contratiempo

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“Tato” Laviera Fotografía: Charles Rangel


CRÍTICA

NOTAS A LOS CUENTOS DE CHIMAL

Las formas de lo invisible Rey Andújar

El Deseo de escribir, ofrecido, tenso impuesto en estado puro. Roland Barthes

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a ciudad como la camino y la conozco, es el lugar en donde se desvive uno a la espera de una gestión que promete, que no llega a prosperar; ciudad panal en donde se corre en busca de refugio, ciudad penal, un rincón para fumar o robar un beso, un buen sábado vino blanco frente al lago, ciudad fatal. Ciudad caos enamorado, confusiones. No se trata de ser feliz o negarlo, vivir en una ciudad es ser la ciudad: sus días tristes, su basura acumulada, sus olores dulces y negruzcos del verano, ciudad cabal, sus madrugadas, sus ciclistas, sus muchachas boricuas, ciudad final, la carne asando en las piras domingueras. La ciudad y sus violentos tentáculos de sangre, de muertos y cifras cada fin de semana. Ciudad Chimal. En La ciudad imaginada y otras historias, Alberto Chimal (Toluca 1970) ata y destrenza una arquitectura entre realidad e invención en un tono que determina las distintas dimensiones del juego moral, las dicotomías entre las geografías físicas e imaginadas. El viaje más allá del traslado: Chimal da importancia a las cosas que cargan consigo los viajantes, las visibles y las que no. Cada quien viaja con su ciudad. El autor, desde la introducción del texto, instiga a pensar [pettit homage a Iván Silén, la poesía se piensa; la poesía piensa; la poesía es el serestar], ruega que se piense en la ciudad vacía, y hace un inventario en reversa de lo debe ser desechado de nuestro croquis imaginario: “piense otra vez pero véala despojada de sus edificios, calles, coches, túneles, puentes, pasos a desnivel, estaciones de tren o de autobús o de avión; de sus intersecciones y terrenos baldíos y casas llenas […]” Pero ¿cuál es la ciudad que se nos pide deshacer? Mi propuesta es atrevida: pienso la ciudad como una de las formas del fracaso, una ilusión del ahora. La ciudad puede ser muchas cosas; para mí, es su gente, las cosas por las que atraviesa la gente. En sus embarazos y tropiezos, en sus tenacidades y defectos encuentro el elemento universal que salva a los que no tienen ciudad fija en donde posar planta del pie. En ese desarraigo nace la flor de la duda

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y de ahí una ficción hecha de ansias y cosas vivas. Dice Chimal, “La carne de la ciudad es la que nunca está en silencio.” Para entrar en materia el autor escribe desde lo genésico. El dios es errático, tiene mucho de humano. De lo adánico se pasa a un juego del lenguaje para hablar de lo celeste y el fútbol como pasión en un juego imposible por lo inverosímil [un equipo de oncellizos, por ejemplo], y esa ominosidad se extiende hacia el próximo cuento, “Mesa con mar.” Esta historia encarna el tema que atraviesa toda la colección: la escritura como máscara y la imaginación como socorro ante el abuso. No es la creación como una forma simple de evasión: es la oportunidad de desdoblar la realidad para sobrevivir. Escribir y crear para reclamar la luz para vivir en condiciones y términos propios. Se escribe gracias a un momento decisivo, se crea para resistir las condiciones que nos impone el entorno. Esta mesa no es común, ya que posee un cuerpo de agua visible únicamente ante los ojos de la niña de la casa. Los adultos, en ese asqueroso mundo, no tienen cabida en los secretos de ese mar imposible. Este mar se repetirá como una analogía del escape en cuentos posteriores. Chimal consigue decir mucho en estos brevísimos cuentos, estructurados con un lenguaje rebosante de posibilidades. Para hablar del amor utiliza dos cuentos. “La balanza” es el relato encontrado que el autor comparte, limitándose a transcribir el texto tal cual. Es una historia de deseantes en donde una mujer provoca una rivalidad invisible entre dos hermanos. Hay en esta escritura un elemento erótico bien logrado. El segundo cuento de amor, y a mi entender uno de los mejores de la colección, es “Siete de sirenas”. Este suculento relato es lo que da justo valor a la propuesta general de la imaginación. Las sirenas son un sueño y las islas, jardines flotantes, en donde las ciudades son prisiones dentro de la prisión [prisión también el cuerpo]. Este cuento es una verdadera locura en donde el autor lleva el lenguaje del amor hasta la consecuencia última, “Fascinados los marinos por la belleza ilusoria de las mujeres-pez, van con sus barcos y dan en las rocas con enorme violencia. Todos mueren ahogados o hechos pedazos.” Los cuentos finales, “Variación sobre un tema de Coleridge” y “ Mogo” tratan sobre el

ser y su fracaso en la búsqueda de ser invisible. Este es el Coleridge que intrigaba a Borges. El sueño de que somos un sueño de nosotros mismos o de alguien soñándonos en otro lugar. La suerte de contradicción que propone esa multiplicidad. “Mogo”, me atrevo de nuevo, es una metáfora del abuso infantil y las maneras de reescribirse, de buscar siempre ser otro y de alguna manera, protegerse. Alberto Chimal nos regala ciudades de un lenguaje poderoso aunque decepcionado, ciudad de dioses que habitan bajo los nombres y por encima de los lugares.

La ciudad imaginada y otras historias por Alberto Chimal

Rey Andújar, escritor dominicano, es integrante del consejo editorial de contratiempo DICIEMBRE - ENERO 2014


TIEMPO DE SOBRA

Una Casa toda llena María Catalina Rincón-Chavarro

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l verano pasado volví a Bogotá, después de tres años de estudios graduados en Nueva Orleans, a investigar la fonoteca de la Casa de Poesía Silva para mi tesis doctoral. La fonoteca es, como dicen en mi polis, un “archivo de voces” de poetas que han leído o recitado sus mejores (y peores) versos en los muchos eventos que la Casa ha ofrecido desde su apertura en 1986. En realidad, la fonoteca es un archivo portentoso de grabaciones de las intervenciones que intelectuales de todo tipo –académicos, políticos, poetas, narradores, periodistas- han hecho en la que fue la morada y lecho de muerte del poeta modernista José Asunción Silva en el siglo XIX. Una de esas tardes andinas de mi verano, mientras escuchaba una de los cientos de grabaciones y sacaba apuntes, mientras veía a los adolescentes de colegio y turistas llegar a preguntarle a la fonotecóloga (la adorada Dorita) qué había en esa habitación oscura y fría, mientras espantaba el sueño de después del almuerzo bogotano, que es todo menos ligero, llegó mi marido, un académico gringo mexicanista, feliz porque se había encontrado con un amigo compatriota y le estaba dando un tour por la Casa. El amigo de mi marido, que vivió justo ahí, en el barrio La Candelaria alrededor de diez años, por allá en la época en que se calentó el país a punta de bombas y amenazas de extradición, creía que la Casa de Poesía Silva era un mito urbano o una invención de Juan Gabriel Vásquez en El ruido de las cosas al caer. Mark Litwicki nunca, nunca supo dónde encontrar la Casa y ahora que volvía de visita, como yo, a esa ciudad que sólo se hace tolerable de visita, miraba un mito. Ahí estábamos los tres, extranjeros, migrantes, en ese lugar extraño que reconcilia lo peor de la ciudad letrada –la ficticia aristocracia de poetas clasemedia y oligarcas decadentes- y lo mejor de la voluntad humana: la palabra, que no puede ser más que democrática. Cuando el par de gringos se fueron y yo volví a los otros intelectuales –a los arrogantes inentendibles, los ingenuos polarizados, los aterrizados profesionales- me pregunté cuándo había ido por primera vez a la Casa. Hasta hoy, ese día no aparece en mi memoria. Sé que iba recurrentemente en la época de la universidad a escuchar poetas amigos (o no), a investigar la revista Mito cuando era asistente de investiga-

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ción del profesor Jurado, a escuchar el “Nocturno III” de Silva mientras pasaba algún aguacero torrencial, de esos que solo Bogotá sabe ofrecer. Recuerdo haber llevado a amigos que no la conocían y a estudiantes –cuando daba mis primeros pinos como profesora de español y literatura. La Casa, fantasmagórica y surreal, como solo una casa en La Candelaria lo puede llegar a ser, siempre había estado presente en mi vida en Colombia, útil en mi carrera, por lo que me pregunté por el papel real de este espacio en una sociedad inagotablemente conservadora como la colombiana, por el lugar que tiene en el imaginario de los ciudadanos. A partir de lo que vi este verano, creo que la Casa es un lugar que sigue siendo lamentablemente desconocido para los colombianos, extranjeros de su propia cultura; creo que es un lugar que no ha sido lo más mínimamente explorado por los que tienen acceso a él –yo

soy la primera investigadora conocida de la fonoteca- debido, muchas veces, al fatídico estereotipo que la Casa carga consigo: el de espacio donde poetas insoportables se aguantan y adulan entre sí. Y sí, la Casa puede ser eso pero también es mucho más: es más que el lugar sacro donde Silva se suicidó, es más que un monumento a la anquilosada, inoperante e indolente ciudad letrada. Es un espacio de pensamiento fluctuante, contingente, actual. De no ser así, mi investigación –que tiene que ver con las intervenciones públicas del intelectual de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI- no tendría nada que explorar en ese archivo de pensamiento. María Catalina Rincón-Chavarro es candidata a Doctora en Literatura Latinoamericana de Tulane University. Reside en Chicago contratiempo

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La Casa de Poesía Silva


MÚSICA

Un ángel llamado Lou Marcopolo Soto

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Just a perfect day you made me forget myself. I tought I was someone else someone good.

ijo de una reina de belleza y un contador, desde muy temprana edad se cobijó con el rock and roll, el blues, y la música experimental. Estudió Literatura Inglesa y Filosofía en la universidad de Syracuse y en 1964 junto al grandioso John Cale, fundó la inolvidable banda de rock: The Velvet Underground, que fue apadrinada por Andy Warhol. Los síntomas de su bisexualidad resaltaron durante su adolescencia y fue sometido a pruebas psiquiátricas y terapias de electroshock para evitar dicha “enfermedad”; su personalidad solitaria fue haciéndose más notoria durante estos años y fue con la música que logró por encima de cualquiera otra cosa refugiarse de su inmediatez. Reed estuvo en varias bandas mientras cursaba la secundaria. Y desde el comienzo de su carrera logró identificarse como un artista decidido a irrumpir los grandes tabúes sociales. Sus canciones eran narraciones sobre el sexo, las adicciones, la homosexualidad y otros temas enfocados a sectores disgregados. Dedicadas en esencia a los travestis, drogadictos, rechazados, vagos, y solitarios, sus canciones mostraban también fuertes tintes políticos. Lou Reed fue pionero del rock político social y literario en los Estados Unidos. De su época en The Velvet Underground se rescata que la banda fue declarada como la más influyente del movimiento subterráneo de todos los tiempos aún con sus escasos logros económicos. Su época como solista comienza con su disco homónimo, pero fue su segunda producción, Transformer, -disco producido por David Bowie-, lo que lo catapultó en la historia del Rock popular; de éste se desprenden los clásicos A walk on the wild side que es una pictografía rítmica y nostálgica sobre el sentimiento de la individualidad extrema en Nueva York y también se desprende el sencillo Perfect Day canción que ha sido convertido en himno de toda una generación; en los noventas su fama renace en una escena de la película Trainspotting para luego ser usada en un corto de la BBC, donde muestra a varios actores cantándola en una campaña para Children in need. Después de Transformer llegó la que muchos consideran su obra maestra: “Berlin”.

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Una lírica grave y profunda que como arena movediza absorbe, por su carácter avasallante y deprimente al más inmóvil de los humanos. Su contenido es amargo y triste, pero todo lo que Lou escribía era así de profundo. Después vino Rock and Roll Animal, un disco energético y extasiado que sirvió como despedida a un ciclo que terminaba en un cansancio y hartazgo psicológico, y ello se puede ver en su siguiente LP Metal Machine Music, considerado por muchos críticos una burla de Reed hacia su disquera; el disco fue un fiasco económico. De esta manera, entre lo irónico, la urgencia, la desesperanza y la crueldad poética de una ciudad que él lograba pintar de manera épica en sus canciones, se movía Lou. Ningún acontecimiento social le fue indiferente. A pesar de los fracasos económicos de sus discos durante la década de los ochentas, Lou seguía con su carácter desafiante describiendo su filosofía política en canciones como: “The Day John Kennedy died.” También participó en eventos como “Farm Aid” así como en “Amnes-

ty International”. Fue participante activo del movimiento Free Tibet Y a la muerte de Andy Warhol participó con su antiguo amigo John Cale en un último disco dedicado a Warhol llamado Songs for Drella. Sin duda Lou Reed ha sido una influencia muy importante para músicos y bandas como The Cure, The Strokes, The Killers, Peal Jam, etcetera. Además, ha participado con infinidad de bandas tales como Metallica, Gorillaz, The Raconteurs, y muchas otra. Lou Reed muere a los 71 años de edad dejando una indeleble huella en la historia del rock and roll; fue un fotógrafo de su tiempo que logró con sus canciones resaltar los aspectos más nobles y humanitarios de aquellos que permanecen en el subterráneo en espera de un Perfect Day.

Lou Reed en el Hop Farm Music Festival, el 2 de julio de 2011 Fotografía: Man Alive!

Marcopolo Soto, escritor mexicano, es integrante del consejo editorial de contratiempo DICIEMBRE - ENERO 2014


POLÍTICA

Magia negra Rita Indiana

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ras el terremoto que sacudió Haití el 12 de enero de 2010 el famoso tele-evangelista estadounidense Pat Robertson se apresuró a decir que la tragedia era causa directa del pacto con el Diablo a través del cual los fundadores de la nación caribeña habían obtenido la independencia de la Francia napoleónica, y que para probar su teoría solo había que comparar Haití con su vecino, República Dominicana: según Pat, un ejemplo de “prosperidad”, gracias a que la nuestra no es una república de satánicos. Para ti, Pat, por supuesto que una república creada por esclavos africanos es obra del demonio, de los muertos en vida, de la magia negra. No pretendo aquí que te disculpes por tus “teorías”, sino que comprendas que ese pacto, no con el Diablo, sino con Oggún, deidad del trabajo, la fragua y la guerra, adorado en sus distintos avatares en ambos lados de la isla, no generó más maldición que la del bloqueo al que las potencias imperiales sometieron al pequeño país y la indemnización de 150 millones que exigió Francia en 1814 para reconocerles su independencia. La maldición que ahora se cierne sobre los haitianos es producto de artilugios más potentes, siniestros y escurridizos que los que se hacen acompañar del tambor. Esta magia, como otros colegas han señalado, es la que se ampara en la ley para justificar un racismo despiadado. Ya la temían las víctimas del holocausto esclavista, quienes durante generaciones le vieron la cara a esa maldad que la avaricia habilita en los hombres. Entre las muchas tradiciones heredadas por la sincrética sociedad dominicana, esta magia sobrevive de manera especial. Tras casi un siglo de trabajos forzados y maltratos de todo tipo, queremos arrebatarle el derecho a la nacionalidad a los hijos que los haitianos tienen en la República Dominicana. El pasado 23 de septiembre el Tribunal Constitucional dominicano ordenó a las autoridades del registro civil que realizaran un NÚMERO 110

inventario de todas las personas nacidas en el país desde 1929 con el plan de desnacionalizar a todos aquellos nacidos de “extranjeros en tránsito”, categoría en la que caen los trabajadores haitianos legales e ilegales de la caña y de la construcción, y que en su mayoría llega, envejece y muere en la República Dominicana. La orden fue dictada mediante sentencia inapelable en el caso de la dominicana de ascendencia haitiana Juliana Deguis Pierre, de 29 años, quien junto a otras 48 personas había acudido a este tribunal porque desde 2007 la Junta Central Electoral, que administra el registro civil, le negaba duplicados de sus actas de nacimiento o sus cédulas de identidad asumiendo que eran hijos de inmigrantes ilegales. Limpieza étnica legal, pues, y en el caso de los que ya están muertos, como el líder del PRD (Partido Revolucionario Dominicano) Peña Gómez, un necrocidio, cosa que hasta en el territorio de la magia negra corre la milla extra. Estos nigromantes harán desaparecer los derechos de unas personas que han hecho más por el país que los miles de fantasmas que cobran cheques sin acudir a sus puestos de empleo en la gran casa embrujada de la burocracia domi-

nicana, sacrificarán al ídolo del racismo niños y jóvenes que no forman parte de la mayoría protagonista en la criminalidad local, pero sobre todo cerrarán el ciclo letal (como son cíclicas las maldiciones) en el que orbita el espíritu de la violencia y la muerte, portal de sangre abierto en octubre de 1937, cuando fueron asesinados en territorio dominicano más de 30.000 haitianos. Queremos que construyan nuestras casas, iglesias y puentes, queremos que corten nuestra caña y que limpien nuestra mierda, pero sin formar parte de la sociedad civil, víctimas de una ilegalidad irreparable, para cuya superación nos abren cada vez más caminos los países del Primer Mundo, adonde los dominicanos acudimos de la misma forma, en cientos de miles. Pat, dime ahora, ¿de qué lado de la isla viven los diabólicos? Rita Indiana es escritora dominicana, autora de Papi (Periférica, 2011) y Nombres y animales (Periférica, 2013). El presente texto, publicado por vez primera en el diario español El País, se reproduce con permiso de la autora

contratiempo

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Tierra de nadie Frontera entre Haiti y República Dominicana, 2 de febrero de 2011 Fotografía: Arturo Richardson


PERFIL

El año en que nací: Entrevista con Lola Arias Moira Pujols

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a escritora, dramaturga y directora teatral argentina Lola Arias nos contesta algunas preguntas desde Buenos Aires, a poco más de un mes de presentar en el Museo de Arte Contemporáneo en Chicago El año en que nací, una reconstrucción de la vida de los padres de jóvenes nacidos en Chile durante la dictadura de Pinochet. ¿Cómo surge el proyecto El año en que nací? En 2009, hice una obra que se llamaba Mi vida después, en la que un grupo de jóvenes nacidos durante la dictadura argentina (19761983) reconstruye la vida de sus padres con la ayuda de fotos, documentos, películas familiares. Me invitaron a ir a Santiago de Chile con esta obra, y paralelamente, hice talleres con historias de chilenos que reflejaban los 17 años de dictadura en su país (1973-1990). En El año en que nací participan 11 personas con historias completamente distintas (la hija de una guerrillera, el hijo de un líder de extrema derecha, otro de un policía, la hija de intelectuales exiliados, etc.), y que discuten versiones muy dispares de la historia de su país. Estas discusiones no están presentes en la versión argentina, pero las incorporo en la versión chilena, a partir de la transcripción de lo que se discutió en los ensayos. La versión chilena es más polémica porque el pasado todavía es una pregunta sin respuestas. En las discusiones se puede oír la división que existe en la sociedad chilena en torno a cómo evaluar lo que ha pasado, a quién culpar, cómo juzgar… ¿Cuánto está basado en experiencias personales y cuánto en investigación histórica? Trabajamos por un año, desde enero de 2011 hasta enero de 2012; tuvimos períodos intensos de investigación y de ensayo. El equipo artístico y yo hicimos un enorme trabajo de investigación de la historia chilena. Los artistas también investigaron sus propias historias; se hicieron detectives en sus familias, preguntaron a sus padres una y otra vez qué pasó durante esos años, qué hiciste cuando eras parte de la resistencia, o cuando trabajaste para la policía. El proceso de entrevistar a la familia no fue fácil, algunos tuvieron muchos problemas con sus padres, puesto que algunos no querían hablar de lo que había pasado y para otros, era muy doloroso. Sin embargo, los artistas sintieron la responsabilidad de sacar el máximo de sus historias. Del material que me traían para seguir escribiendo la obra, algunas eran cosas que escuchaban por primera vez.

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¿Te consideras parte de una vertiente teatral? ¿Qué teatro te inspira? Empecé como escritora y dramaturga. Al principio escribía obras de ficción, pero luego fui incorporando elementos reales, hasta que pasaron a ser parte importante del trabajo. El cambio más significativo ocurrió cuando trabajé en una trilogía: Sueño con revolver, Striptease, y El amor es un francotirador. Striptease estaba dividida en tres partes —el pasado, el presente, y el sueño de uno de los personajes— y era una conversación real de una pareja que tiene un bebé. Está escrita como conversación telefónica, con una única dirección escénica: lo que hiciera el bebé, literalmente. Claro que todo el mundo dijo que era imposible de montar, pero yo decidí escenificarlo con un bebé de menos de un año y su mamá en 2007. Esa obra marca el momento en que comienzo a montar algo contrario a la ficción. Me empezó a conquistar la forma en que cuando se trabaja con lo real, los aspectos impredecibles y puros de la vida empiezan a infiltrarse en la obra, que aunque afectan la vida de la obra son más performáticos que figurativos. Menos la idea del teatro como ficción pura. Desde entonces mis obras siempre incorporan lo real. El lugar es teatro. No hay personajes sino artistas, los actores hablan directamente con el público, así que mi trabajo ha pasado a ser más documental. ¿Cuál fue la recepción de la obra en Argentina? ¿En Chile? ¿Cuál ha sido la participación y reacción de los padres? El año en que nací es una obra que toma prestado el mismo concepto de Mi vida después, pero refleja una sociedad distinta, una historia distinta, y entonces la obra es completamente distinta. En Argentina, los responsables de la dictadura fueron juzgados y condenados. Eso nunca ocurrió en Chile. Y este aspecto también está presente en la obra. Las opiniones de los padres fueron muy variadas. En algunos provocó ira, en otros orgullo, en otros vergüenza. Algunos vinieron repetidas veces a ver la obra y trajeron más personas. Otros nunca vinieron. ¿Cómo ha cambiado la obra a medida que se ha presentado en otras ciudades muy lejanas a la experiencia de la dictadura chilena y latinoamericana? Siento que el concepto de la obra cabe en muchos contextos. De hecho a partir de El año en que nací, me invitaron a hacer el mismo proyecto en Brasil y Perú, por la similitud de la experiencia latinoamericana con dictadores, pero también en Hungría y la República Checa estaban interesados en usar el mismo concepto

para hablar de los 50 años de comunismo. El efecto de la pieza en el público es muy interesante. La gente sale del teatro contando su propia historia. La obra es el principio de la conversación, y de eso se trata el teatro.

Fotografía: colección privada de Lola Arias.

¿Cómo se da el contacto con Chicago, con el MCA? ¿Qué anticipan del público inmigrante latinoamericano en Chicago? Yolanda Cesta Cursach vio la obra en Santiago y nos invitó al MCA, y estamos muy felices de poder hacer la obra allí. Presentamos la obra en ciudades de la costa Oeste de los Estados Unidos: Portland, Seattle, Los Ángeles, y la obra tuvo un efecto muy fuerte, no solo en las comunidades latinas. La gente sale de la obra hablando sobre qué es el terrorismo, sobre Nixon y el apoyo que él dio a los dictadores latinoamericanos, sobre Obama y sobre sus propios padres también. ¿Cuáles son los próximos planes? Estoy preparando una videoinstalación para el Festival LIFT de Londres con veteranos de la guerra de Malvinas que reconstruyen su experiencia de la guerra en sus lugares de trabajo o vida actual. El año en que nací se presentará en el MCA del 23 al 26 de enero de 2014 mcachicago.org/ Moira Pujols, dominicana, es directora ejecutiva de contratiempo DICIEMBRE - ENERO 2014


EDICIONES VOCESUELTAS EDICIONES

VOCESUELTAS

Información: info@contratiempo.net

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Tantos recorridos, tantas historias de inmigración que encuentran en común una sola cosa: el idioma español. contratiempo ha creado Ediciones Vocesueltas para diseminar y promover la literatura escrita en español en Chicago. Estos proyectos de publicación conjunta con los autores han dado frutos desde el 2007, habiéndose publicado seis libros a la fecha. Debemos un agradecimiento especial a los autores publicados en Vocesueltas, cuyo ímpetu, talento y generosidad han hecho posible el establecimiento de este sello editorial.

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01 A veces llovía en Chicago. Por: Gerardo Cárdenas Precio US$12.95. 1a. edición (Marzo, 2011) . En español. ISBN: 978-09800042-67

03 Extrasístoles (y otros accidentes). Por: Jochy Herrera

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02 En la 18 a la 1. Por: Escritores de contratiempo en Chicago Precio US$14.99. 1a. edición (Septiembre, 2010). En español. ISBN: 978-09800042-5-0

Precio: US$ 19.99. 1ª. Edición (abril, 2009). En español. ISBN-13: 978-0-9800042-3-6

04 Jaleos y denuncias. Por: Stanislaw Jaroszek

05 Desarraigos: Cuatro poetas latinoamericanos en Chicago. Por: Jorge Hernández, Febronio Zatarain, Juana Iris Goergen y León Leiva Gallardo

06 Vocesueltas: Cuatro cuentistas de Chicago. Por: Raúl Dorantes, Bernardo Navia, Fernando Olszanski y om Ulloa

Precio: US$ 15. 1ª. Edición (mayo, 2008). En español. ISBN-13: 978-0-980004212

Precio: US$14. 1a. edición (Abril, 2010). En español. ISBN: 978-098000424-3

Precio: US$ 15. 1ª. Edición (agosto, 2007). En español. ISBN-13: 978-0-980004205

TALLER DE CREACIÓN LITERARIA Diana Solís Annual Holiday Open Studio Saturday and Sunday, December 14 & 15, 2013 10am-6pm. La Catrina Cafe 1011 W. 18th st., Chicago, Illinois 60608 Small works on paper, paintings, drawings, prints, unique handmade toys and more will be available. Stop by and enjoy libations in a warm creative atmosphere.

DÓNDE: 1900 South Carpenter, Chicago IL 60608. CUÁNTO: Gratuito. CUÁNDO: Dos domingos por mes a la 1 pm. INFORMACIÓN: (312) 427 5450 info@contratiempo.net


MIRADA CÓMPLICE

Fotografía: Ignacio Guevara

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MIRADA CÓMPLICE

Una vez mojado… José Ángel N.*

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nsayé: llegó mi redención. Me dije, también: mi vida es una geografía ascendente. Sí –escribí–una geografía dantesca a escala patética: México, Estado Unidos, Canadá. Después reparé en la naturaleza religiosa de esas metáforas, y eso me disuadió. Recordé entonces que todo instante está preñado de posibilidades, y que la decepción y la ironía son traviesas gemelas y que un instante les basta para abatirnos o encumbrarnos. El trasfondo es este: un joven adulto que entra a Estados Unidos como indocumentado. Un joven que, además, vio su educación formal truncada a la edad de trece años. En Chicago pasará años fogueándose en diferentes ocupaciones propias a su extracción social: en cocinas, en fábricas, o podando verdes e interminables yardas bajo el atroz sol del verano. Su vida en ese entonces lo satisface. Es decir, tener empleo –así entiende esa rápida sucesión de ínfimas labores– lo mantiene contento. Sólo algo lo inquieta desde su llegada. Por un lado, sabe que realizar esa ambición –aprender inglés– lo ayudará a comunicarse mejor cuando no esté trabajando o en casa. Y, por otro lado, sabe también que esa extraña y nueva lengua puede ser innecesaria. Sabe, por innumerables ejemplos que ve a sus alrededores, que es posible llevar una vida cómoda y próspera sin someterse a los calvarios que el aprendizaje del inglés seguramente impone. Obedece su instinto y aprende inglés. Al mismo tiempo cursa la prepa (el término “high school”, está convencido, carece de glamour), y son esos sus mayores logros y en ellos se regocija. Pasarán años para que pueda vislumbrar una nueva idea. Su realidad, su vida concreta, esa condición de sombra que asumió al irrumpir en la profunda noche estadounidense, no ha cambiado. Los modestos logros que alcanzó en sus primeros años como migrante no han logrado arrojar luz alguna sobre el imperio de penumbras en que habita. Había aceptado el reto creyendo que así progresaría. El tiempo, estaba seguro, le daría la razón. Pensar así era inevitable. Lo que no era inevitable era pensar en metáforas, pero de todos modos lo hacía. En ese entonces estaba lejos de saberlo, de sospechar siquiera los vínculos emotivos que establecería con ese nuevo lenguaje, ese idioma prestado, esa lengua indómita

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en la que ahora trastabillaba. No conoce aún el misterioso placer de la lectura, y si alguien le dijera que algún día llegaría a sentir un profundo amor por la palabrería contenida en libros con apellidos como Bacon, Hume, Gibbon, Johnson, Carlyle y Emerson y Thoreau y Coetzee, lo más probable es que se hubiese carcajeado en la cara de su interlocutor. Hubiera respondido, seguro que hubiera respondido, ¡no mames, buey! Pero nadie había en su entorno que pronunciara esos nombres, y las metáforas que se le ocurrían tenían una inocencia anterior y posterior a la lectura; eran infantiles o hollywoodenses, y por ende doblemente agradables. La metáfora que más le ronda en la cabeza, la que más le gusta e inquieta, es la de una antorcha. Sostenida en su mano derecha, la antorcha lo guía desde unas profundidades oscuras e insondables hasta el seno de una sociedad que ahora todavía ignora su existencia. Esa antorcha, está claro, es su nuevo idioma. Ya pasado mucho tiempo, este joven se da cuenta que se dejó seducir por un espejismo. Y por una gran ironía: los logros de los que se ha ufanado por años –ahora lo sabe– no son sino el equivalente a la educación básica del país en el que ahora radica. Hasta aquí no hay, en esta historia, nada de especial. Un desengaño, si se quiere, pero nada más. Los verdaderos aprietos llegan después, cuando este joven comienza a ver con recelo a los universitarios y se pregunta, ¿qué los distingue de mí? Mejor hubiese sido no indagar así. Pero su curiosidad se agudiza: ¿qué hacen ellos que no pueda hacer yo? Y así, por medio de un inocente juego mental que se extiende varios años, un buen día decide solicitar ingreso a la universidad. Total, qué podría perder. Después espera, con anticipada resignación, recibir noticias, que ciertamente serán malas y definitivas. Una carta que dirá: rechazado. Pero en lugar de eso recibe una calurosa misiva de bienvenida. Vuelco inesperado en su vida, su ingreso a la educación superior pronto sacudirá su mundo. Una fotografía de sus primeras clases lo hubiera mostrado cómodo y estable en su pupitre, pero sería una imagen engañosa, pues él se sabe al borde del precipicio. En su primera clase, Platón lo cuestiona, lo encabrona, lo estremece. Con Platón, su mundo se enriquece, se degrada y se complica.

Posteriormente, su vida dará lugar a una sucesión de ironías: la universidad, a la que ingresó ya tarde en su vida, en lugar de cursarla en cuatro años, la termina en tres; su español, que ha sufrido enormemente, se vuelve el enfoque de sus estudios de posgrado; no habiéndose atravesado con la lectura sino casi hasta los treinta años, escribe un libro en su lengua adoptada; habiendo llegado sin más que una precaria y básica educación mexicana a Estados Unidos, dos Ivy Leagues canadienses lo becan para que realice en ellas un doctorado. Y así regresamos a nuestro tema inicial: más de media vida hurgando en las penumbras debían haberme enseñado ya que la vida indocumentada es un limbo perpetuo, y que la esencia de esta trinidad norteamericana es el absurdo, y que en este peregrinaje mío algo hay de demencial, de demoniaco y dantesco, pues para cambiar una eterna primavera por climas fríos y éstos por prolongados inviernos árticos hay que estar trastornado, o ser un poseído, o hay que estar colmado de esperanza. Sí, la esperanza, que siempre muere al último. Después escribí: México rechazó mi juventud; Estados Unidos me enseñó a ser hombre, pero sólo Canadá me devolverá la dignidad. Y en seguida ingerí el placebo. Lo increíble, pues, fue haber admitido la posibilidad, sucumbir ante esa infusión de optimismo contra el cual ya debía ser inmune. El teléfono sonó. La funcionaria canadiense comenzó a indagar sobre mi estado migratorio en Estados Unidos. Perpleja ante mi respuesta, se despidió deseándome suerte. Y ya no hubo necesidad de más, pues entonces comprendí mi situación de paria, de ser detestable e irredento. Y me dije: este melodrama norteamericano es digno de una telenovela, de una parodia divina. Y, plagiando descaradamente un lema pandilleril, escribí un tentativo título: Una vez mojado, siempre mojado.

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El libro Illegal: Reflections of an Undocumented Immigrant publicado por la Universidad de Illinois se presentara próximamente en Chicago. Su autor, José Ángel N., amablemente ha cedido este texto introductorio a contratiempo. Por respeto a sus deseos, no revelamos su identidad (N. del E.) contratiempo

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DOSSIER

Chicago: ciudad verde

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l medio ambiente se convirtió en asunto de importancia mundial a partir de la Cumbre de la Tierra, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, también llamada Primera Conferencia de Estocolmo, que se llevó a cabo entre el 5 y el 16 de junio de 1972. En dicha conferencia se reconoció por primera vez el daño causado por el género humano al planeta: contaminación del agua y el aire, trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera, destrucción y agotamiento de recursos no renovables, etcétera. En la Declaración de la Conferencia se menciona que en los llamados países del Tercer Mundo, la mayoría de los problemas ambientales eran ocasionados por el subdesarrollo, en tanto que en los países industrializados eran motivados por el desarrollo tecnológico. La Conferencia emitió 26 principios — uno de los que más impacto tuvo es el del fomento de la educación en cuestiones ambientales.

Para elaborar un dossier que tocase estos temas y ofreciese una perspectiva local, abordamos diversos enfoques: con Green Chicago buscamos sembrar la semilla de la educación en los lectores. La mayoría de los estadounidenses creen que saben más sobre el medio ambiente de lo que realmente conocen, ya que en muchos casos parten de mitos erróneos o no están suficientemente actualizados sobre el tema. A menudo, los padres no pueden saber lo suficiente para responder a las preguntas que surgen de incluso el más simple de los libros para niños. Michael Howard, director de Fuller Park Community Development, nos habla de cómo el oasis urbano que fundó al sur de Chicago ayuda a las familias que viven y sufren la violencia de la calle. Carolina Cifuentes escribe un artículo acerca de Bioneers, una organización sin fines de lucro que se ha dado a la tarea de formar una comunidad interesada en el medio ambiente y que da a conocer el trabajo que granjeros, educadores,

grupos indígenas, científicos y artistas hacen para fomentar un cambio positivo. Kari Lydersen nos ofrece un extracto de su libro Closing The Cloud Factories, donde se relata la lucha de las comunidades de Pilsen y La Villita por cerrar las fábricas de carbón Crawford y Fisk, que por décadas envenenaron el aire de esos barrios y provocaron serios problemas de salud a sus residentes. Este dossier logró, además, del programa NewsHour de la cadena de televisión pública PBS el permiso para reproducir el reporte “Cómo construir una ciudad más fría” de la periodista Saskia de Melker, sobre los esfuerzos de Chicago para enfrentar el cambio climático. Finalmente, Esmeralda Morales-Guerrero ilustra, a través de una entrevista, cómo la conservación de viviendas típicas como el bungalow, ayudan a hacer de Chicago una ciudad más verde.

al aire libre; para muchos es difícil o imposible acercarse a parques naturales, a zoológicos o reservas forestales, han crecido con la idea de que todo está fuera del alcance de sus manos. Eden Place es una herramienta con la que fomentamos la educación de las familias sobre el medio ambiente en que todos vivimos, del que todos tenemos beneficios. Es importante que la comunidad sepa cómo protegerse de los contaminantes y así mejorar la vida de los niños. Trabajamos con diferentes asociaciones para que los muchachos que están en riesgo se den cuenta que existe un mundo de posibilidades para cambiar su vida. Es una tarea difícil, seguimos en la lucha.

lo negativo en positivo; las huertas que tenemos en la comunidad han mejorado la situación, es una colaboración de todos. Las familias quieren vivir en un lugar seguro, en un espacio sano. En todos estos años se han reducido los incidentes de crimen, se ha reducido la violencia. Hemos sembrado huertas; ahí van las familias y a través del tiempo ellas mismas observan los resultados; los grupos que dañan a la comunidad no quieren estar en esta zona, porque es protegida por todos.

Tanya Victoria y Esmeralda Morales-Guerrero

Eden Place Tanya Victoria

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n 1997 la Ciudad de Chicago informó que Fuller Park, al sur de Chicago, era la comunidad con los niveles más altos de contaminación de plomo. Michael Howard, fundador y director ejecutivo de Fuller Park Community Development (FPCD), preocupado por su familia, inicia un movimiento para revitalizar la comunidad, empezando con el inmenso basurero que se encontraba justo frente a su casa. La operación inicial de limpieza requirió tres años. Howard, con la ayuda de voluntarios y miembros de la comunidad, logró remover más de doscientas toneladas de basura. Actualmente, Fuller Park Community Development trabaja para reducir la elevada tasa de desempleo y resolver problemas de vivienda, educación y medio ambiente, ya que la suma de todos estos problemas sumerge a las comunidades en situaciones de pobreza y abandono, y por lo tanto de violencia en las calles, falta de tecnología y bajísimos niveles de educación. Así es como nace Eden Place Nature Center, un oasis de esperanza que despierta la creatividad y la participación de la comunidad. Michael Howard conversó con contratiempo sobre cómo se ha fortalecido la sociedad por medio de un centro dedicado a la naturaleza. ¿Por qué es importante tener un lugar como Eden Place en Chicago? Existe un hueco enorme entre la naturaleza y las minorías étnicas en Chicago. Eden Place es un intermediario, un puente para que la comunidad se conecte con todo lo que se refiere al medio ambiente. Trabajamos en desarrollar actividades

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¿Cómo funciona Fuller Park Community Development? Cuando Eden Place nació vinieron varios muchachos, plantaron un árbol, sembraron semillas y después de varios años trajeron a sus hijos a ver los resultados. Para FPCD la prioridad es la seguridad de los niños y las familias. En los últimos dieciséis años hemos trabajado muy de cerca con la comunidad, así nace un pilar importante de nuestra misión, el hijo preferido de Fuller Park, Eden Place, que se ha creado para que se fortalezcan las iniciativas, para tener y vivir dentro de un mejor medio ambiente. ¿Cómo se logra involucrarlos, en especial a los jóvenes? Los programas que Eden Place ofrece han dado resultado, las calles han mejorado. Nos hemos propuesto cambiar la mentalidad y cambiar

¿Cuál es el mayor obstáculo para Eden Place? La recaudación de dinero, no solamente para construir nuestro centro de naturaleza, sino para mantenerlo en pie. Buscamos financiamientos y trabajamos con diferentes organizaciones para tener un impacto importante para toda la comunidad. Quiero expandir este llamado a todos en Chicago para promover la responsabilidad y cuidar nuestra Tierra con estas actividades, fomentando y manteniendo una actitud positiva. Durante los últimos años Eden Place ha seguido desarrollándose y creciendo con el apoyo de los líderes y las organizaciones locales. Como nunca antes los residentes locales están haciendo conexiones con la naturaleza, han creado un sentido de orgullo para su comunidad. El trabajo no ha terminado: con la colaboración de organizaciones de conservación, buscamos establecer espacios verdes para fomentar la educación y mejorar la salud y el bienestar de todos. Tanya Victoria es integrante del consejo editorial de contratiempo DICIEMBRE - ENERO 2014


DOSSIER

Bioneers: Movimiento convoca líderes en Chicago Carolina Cifuentes

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uego de una introducción, se presenta el grupo Capoeira Angola, danza marcial brasileña acompañada de músicos, que conjuga historia, arte, resistencia, apoyo comunitario. Sus movimientos rítmicos y ágiles reflejan una tradición que se remonta a los tiempos de la lucha de africanos e indígenas por liberarse de la esclavitud en la época colonial. Es el comienzo del tercer día de la conferencia de la organización Great Lakes Bioneers Chicago, que se llevó a cabo del 1 al 3 noviembre en la Universidad Roosevelt. La conferencia convoca a líderes visionarios a tener un intercambio de ideas y soluciones a problemas ambientales, sociales y económicos. Es la segunda conferencia anual de esta organización sin fines de lucro, la cual forma parte del movimiento Bioneers a nivel nacional, fundado hace más de 20 años. Si nos preguntamos qué tiene que ver la presentación de Capoeira Angola con las charlas y los talleres de la conferencia, basta con saber que son parte de una fundación internacional que promueve igualdad, resiliencia y trabajo comunitario; por medio de música y danza, esta tradición nos habla de la expresión artística como medio de enfrentar la adversidad en comunidad a la vez que se recrea el espíritu. Los temas tratados en Bioneers se centran en soluciones a problemas sin olvidar que el arte es una pieza clave y efectiva en la transmisión de ideas y en la resiliencia comunitaria. Este creciente movimiento reúne a líderes innovadores que ofrecen soluciones inspiradas por la naturaleza y la creatividad humana. Entre los conferencistas principales sobresale la Dra. Sandra Steingraber, sobreviviente de cáncer y reconocida autoridad internacional en la relación causa-efecto entre el medio ambiente y el cáncer. Originaria de Illinois, Steingraber demuestra que la actual crisis ocasionada en el ambiente es fundamentalmente una crisis que repercute en cada familia, donde la tendencia común es ignorar los problemas de contaminación porque al ser de gran dimensión, nos paralizan o preferimos no hablar de ellos por no incomodar a nadie. Sin embargo ella afirma que al llevar a cabo ciertas acciones favorables nos sentimos mejor. Da el ejemplo de que en vez de cortar el césped con una máquina operada con gasolina, bien podríamos utilizar una cortadora mecánica, que además nos da el beneficio de hacer ejercicio. Cabe preguntarnos si la comunidad latina de esta ciudad le presta atención o participa en aquellas prácticas que favorecen el ambiente en general y su propio ambiente. Hay quienes NÚMERO 110

dicen que los movimientos en pro del ambiente y la ecojusticia son eminentemente de anglos. Parece ser que con el paso del tiempo, se ve mayor participación de la comunidad latina en organizaciones que velan por huertas de agricultura urbana o de la siembra de árboles, por ejemplo. Sin embargo, hay un largo camino que recorrer, en el cual se necesitan caminantes de todo grupo étnico. No está de más recordar que los pueblos precolombinos indígenas de América vivían en armonía con la naturaleza y que incluso hoy día en distintos países son quienes se oponen a los cambios devastadores que llegan a imponerse en nombre del progreso. La vida moderna y sus comodidades que dominan el estilo de vida de la gran mayoría han causado estragos. ¿Será que al vivir en áreas urbanas densas nos deja de preocupar la naturaleza y por ende de las amenazas al ambiente? ¿Será que sencillamente hemos adoptado hábitos que nos impone la persuasiva publicidad? ¿O será que algunos no nos hemos enterado de las cosas prácticas que se pueden hacer o dejar de hacer a favor del ambiente? Un tema en el que tanto Steingraber como otros conferencistas y activistas profundizaron fue el peligro de la contaminación del agua por medio del controvertido método de extracción de gas y petróleo llamado, en inglés, fracking. A pesar de que la legislatura de Illinois ha aprobado esta práctica, se tiene la esperanza de que las entidades gubernamentales no otorguen su aprobación debido a los riesgos de contaminación. Steingraber exhortó a los asistentes a unirse a los esfuerzos en contra del fracking, incluso por medio de la desobediencia civil. Aunque no lo mencionó específicamente, ella fue arrestada durante una reciente protesta en contra del fracking en Nueva York. Los otros conferencistas principales fueron Albert Bates, director de Global Village Institute for Appropriate Technology; David W. Orr, autor y fundador del Oberlin Sustainability Project; John Michael

Greer, ecólogo, visionario y escritor; Ameena Matthews, mediadora de conflictos y partícipe en el documental premiado The Interrupters; Gunther Hauk, escritor y cofundador del Spikenard Farm Honeybee Sanctuary; el “reverendo” Billy Talen, actor, activista y “pastor” de la Church of Stop Shopping. Hubo oportunidades para participar en talleres interactivos donde se invitó a personas conocedoras de áreas específicas (energía, alimentos, agua, construcción, desechos, resiliencia/adaptación comunitaria) que dirigieron conversaciones con el fin de generar soluciones en cada una. Además se ofrecieron talleres sobre temas como democracia en el trabajo, economía alternativa con bancos de tiempo, potencial del transporte por bicicleta, activismo pacífico, planes arquitectónicos ecológicos, lucha contra el racismo, permacultura, energía renovable, y resiliencia comunitaria, entre otros. Se obtuvieron logros importantes por la interacción entre líderes, que promete dar frutos. En particular, las campañas en contra de la contaminación a causa de fracking y tar sands, que amenazan a Illinois, cobraron más fuerza. La música y la danza alimentaron el alma.

Carolina Cifuentes, editora y traductora profesional nacida en Guatemala, es integrante del equipo organizador de Bioneers en Chicago

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Taller, Great Lakes Bioneers Chicago. Fotografía: Roark Johnson


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Cerradas fábricas de nubes Kari Lydersen El presente es un extracto adaptado para este formato, del libro Closing The Cloud Factories, escrito por la autora en torno al cierre de las plantas de carbón Crawford y Fisk en Chicago. El libro, publicado por Midwest Energy News, aparecerá en 2014.

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e adolescente, Kim WassermanNieto y sus amigos solían reunirse en el terreno baldío que los chicos llamaban Hobo Hill en La Villita. Tenía maleza y basura regada y estaba fuera de la vista de los padres y la policía. “Había autos quemados y animales salvajes, podías llevar tu bicicleta, besuquearte con tu novio”, recuerda Wasserman, quien dos décadas después es una de las líderes ambientales conocidas nacionalmente y madre de tres hijos, aunque todavía mantiene el aire de adolescente traviesa. El telón de fondo de este refugio urbano incluía las chimeneas gemelas de la planta Crawford que operaba con energía del carbón. Sin embargo, mientras Wasserman y otros jóvenes pasaban el rato en Hobo Hill y los demás lugares locales, nunca pensaron en las permanentes chimeneas erguidas por encima de ellos. Se podían ver las montañas de carbón negro a un lado de la estructura de ladrillo rojo, en el solar donde los girasoles brillantes y amarillos crecían desafiantes entre la basura arrastrada por el viento y los desechos industriales. Pero nadie sabía que la planta quemaba carbón para producir electricidad y que lo había estado haciendo desde antes de la Gran Depresión y que los ondeantes penachos de las chimeneas estaban causando ataques de asma, contribuyendo a enfermedades del corazón y muerte prematura. En 1998 Wasserman obtuvo el trabajo de organizadora comunitaria en la Organización de Justicia Ambiental de La Villita (LVEJO por sus siglas en inglés) de donde sus padres eran parte de los fundadores. Kim iba de puerta en puerta hablando con los vecinos acerca lo que les gustaba o no, o la que esperaban o temían de su comunidad. Los problemas de salud eran el tema recurrente, y una de las quejas más frecuentes era “el problema para respirar”. Parecía que casi todas las casas tenían niños, abuelos o incluso adultos de mediana edad que padecían ataques de tos o problemas para respirar de manera normal. La palabra “asma” era raramente mencionada, pero evidentemente era un flagelo en la comunidad. En esos mismos días Wasserman había tenido una terrible experiencia: su hijo Andy de dos meses de edad había sufrido un severo ataque

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de asma, sus costillas se marcaban cuando desesperadamente trataba de respirar. Estuvieron en el hospital por 12 horas. Por aquel entonces, un investigador de la Escuela de Salud Pública de Harvard publicó un estudió mostrando el impacto en la salud de la planta de carbón Crawford y de la planta Fisk, su hermana, operando desde más años antes, en Pilsen. Ambas pertenecían a Midwest Generation, una subsidiaria de Edison Internacional. El estudio decía que las plantas de carbón podrían ser las responsables de más de 3 mil ataques de asma, mil 500 visitas a la sala de emergencia y 41 muertes prematuras, sucedidas cada año. En el otoño de 2002, durante largas y frías noches, Dorian Breuer y Jerry Mead-Lucero, armados con esta información, recorrieron el barrio de Pilsen, yendo de puerta en puerta, recaudando firmas para una iniciativa en la boleta electoral preguntándole a la gente si quería que la planta redujera sus emisiones. “Está helando, llevamos puestos nuestros abrigos, chapoteando por esta aguanieve que está cayendo, la oscuridad es total, porque las luces de la calle no están funcionando”, dice Breuer. “Caminamos hacia esos grandes edificios con apenas unas cuantas luces. Estamos mojados, fríos y miserables.” Esas noches frías de recolección le recordaban a Breuer la clásica obra de George Orwell sobre la Guerra Civil Española, Homenaje a Cataluña, “estando atrapado en el frente” —bromea. Cuando finalmente conectaban con la gente, los resultados eran gratificantes. Las familias los invitaban a pasar y tomar chocolate caliente. “Una vez que se daban cuenta de que no los estábamos tratando de estafar, se interesaban,” dice Breuer. Muchos residentes estaban más preocupados por otra contaminadora cercana, propiedad de una familia, la fundidora H. Kramer que había estado en el barrio durante décadas. “Kramer estaba justo a un lado de las casas de estas familias, y el humo se filtraba desde el edificio hacía el nivel del suelo,” dice Mead-Lucero, quien con Breuer y otros fundaron la Organización de la Reforma y Derechos Ambientales de Pilsen (PERRO, por sus siglas en inglés). Para que la gente se diera cuenta de lo peligrosa que era la planta Fisk, había que darle más información que lo explicara, había mucho que aprender.” Gracias, en gran parte, a la ardua labor de Wasserman, Breuer, Mead-Lucero y decenas de otros residentes locales y grupos ambientales y de salud, ambas plantas de carbón están ahora cerradas. El pasado 30 de agosto se cumplió un año de la clausura. Esa noche salvaje un rayo iluminó el cielo en silencio parpadeando horizontal-

mente detrás de la planta de carbón. Escombros y polvo se agitaron en el aire y las luces de las calles vecinas al Museo Nacional de Arte Mexicano estaban fuera de servicio. Dentro, la electricidad estaba en la mente de todos: veían The Cloud Factory, un documental donde aparece Lila Méndez, miembro de PERRO. “Ya no tenemos desfile de Día de los Muertos con una brigada de aire limpio,” dice Sarah Finkel, miembro de PERRO, refiriéndose a una de las creativas protestas. “Esa es una victoria y estamos aquí para celebrarla.” Alguien preguntó a Méndez como mantuvieron su entusiasmo durante todo ese tiempo. “Siempre he creído que, donde hay amor y gente trabajando unida, se puede hacer cualquier cosa,” dijo seriamente. “Esta fue una causa de amor.”

Fotografías: Cortesía Kari Lydersen

Kari Lydersen es reportera, escritora e instructora de periodismo que creció en San Diego y vive en Pilsen, Chicago. Da clases en la Escuela de Periodismo de la Universidad Northwestern. Recientemente publicó el libro Mayor 1%: Rahm Emanuel and the Rise of Chicago’s 99%. http://www.karilydersen.com/ Traducción: Esmeralda Morales-Guerrero DICIEMBRE - ENERO 2014


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Cómo construir una ciudad más fría Saskia de Melker

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medida que las temperaturas en todo el planeta se elevan, las áreas urbanas afrontan el reto de mantener sus infraestructuras y residentes frescos. Chicago está abordando ese problema rediseñando una infraestructura “verde”. En un sofocante día de julio en 1995, Luxora Coleman regresaba a su hogar en Chicago cuando encontró a su esposo, Oliver, inmóvil en el sofá de la sala de estar. Un solo ventilador de techo para dar batalla a 106 F (41 C), fue demasiado para su corazón ya de por si débil. Fue declarado muerto unas horas después. El esposo de la señora Coleman fue uno de los miles de residentes que, durante esos cuatro días veraniegos, no tuvieron aire acondicionado cuando el índice de temperatura alcanzó los 120 F (48.8 C). El asfalto de algunas carreteras se deformó, los automóviles fallaron y algunas áreas se quedaron sin energía eléctrica. Para cuando esta ola de calor terminó, más de 700 personas, principalmente enfermas y de la tercera edad, murieron a causa de las altas temperaturas. Desde entonces, durante las temporadas de calor extremo, la ciudad ha estado trabajando para prevenir otra tragedia, mejorando las alertas de emergencia climática, abriendo albergues con temperatura controlada y monitoreando más de cerca a la población de la tercera edad. También se está trabajando para diseñar una ciudad que pueda mantenerse fresca incluso si la temperatura aumenta. Chicago es parte de esta tendencia. Según la evaluación climática dada a conocer por un grupo de científicos y comisionada por el gobierno de la ciudad, la temperatura promedio ha incrementado 2.5 grados (Fahrenheit) desde 1945. Como muchas áreas urbanas, Chicago también es víctima del efecto “isla de calor”, en donde el concreto y pavimento absorben y atrapan el calor haciendo que las ciudades sean más calientes que las zonas rurales de los alrededores. Los edificios succionan los rayos del sol durante el día y liberan el calor durante la noche. Joseph Fernando de la Universidad Notre Dame ha estudiado el clima urbano en Chicago y Phoenix además de la influencia del cambio climático en el efecto “isla de calor”. Los hallazgos del Dr. Fernando muestran que, por ejemplo, Chicago es de cuatro a cinco grados más caliente que el vecino pueblo de DeKalb. Esto sucede principalmente por el continuo crecimiento urbano y por el calentamiento global. Los científicos señalan que el efecto “isla de calor” en las zonas urbanas no modifican las tendencias mundiales que indican que el cambio climático se está produciendo. Todos estos factores que impactan la temperatura del ambiente en diferentes lugares cuentan y los estudios muestran que las zonas urbanas se han calentado tanto como las zonas rurales, dice Thomas Peterson, climatólogo en jefe de la Dirección Nacional de los Océanos y la Atmósfera “Básicamente el cambio climático acentúa NÚMERO 110

durante la noche el efecto isla de calor” dice el Dr. Fernando. A medida que la temperatura aumenta, las zonas de desarrollo urbano retienen de noche el calor más que las otras zonas. Para combatir el calor, los funcionarios de la ciudad han emprendido un ambicioso plan de 7 mil millones de dólares para construir un “nuevo Chicago”, dice Karen Weigert, jefa del Departamento de Sustentabilidad. Esto significa renovar toda la infraestructura de la ciudad desde las aceras hasta los techos. Un punto central de este plan es añadir espacios verdes y vegetación en donde sea posible, ya que provoca un efecto natural enfriador. El edificio de la Alcaldía, por ejemplo, tiene un techo con jardines espectaculares. Desde pastos nativos a girasoles y margaritas, las plantas están colocadas de manera que florezcan durante las estaciones del año. El techo de este edificio de 12 pisos contiene 23 mil pies cuadrados y más de 100 especies de plantas. “Es realmente el modelo de los techos verdes” dice Michael Berkshire quien administra los proyectos verdes de la ciudad. A algunas áreas del techo se les han agregado 18 pulgadas de tierra, árboles y arbustos. El sistema de recolección de agua de lluvia riega el techo y varias colonias de abejas polinizan la variedad de flores. Los jardines del techo absorben el calor del sol y al evaporar el agua, mantienen los edificios cercanos y el aire frescos. Cuando la mitad del techo del edificio era negro, como la mayoría de los techos, la diferencia de temperatura con su versión más verde era de casi 80 grados. Chicago estima que este techo verde le ahorra al municipio cerca de 3 mil 600 dólares al año en calefacción y aire acondicionado. “Si cada techo en Chicago fuera cubierto con un jardín, la ciudad podría ahorrar 100 millones de dólares en energía cada año” dice Jason Westrope, de la Development Management Associates, que ha estado a cargo de la construcción de los techos verdes en la ciudad. Los techos verdes ayudan también a absorber el agua de las tormentas. Esto es importante porque cuando el agua de las tormentas va directamente a los drenajes, puede sobrecargarlos ocasionando que las aguas residuales se desborden en los ríos, el lago o los sótanos de los residentes. Actualmente Chicago tiene 359 techos verdes que equivalen a casi 5.5 millones de pies cuadrados, mucho más que cualquier otra ciudad de Norteamérica. Pero los planificadores urbanos están presionando para abarcar aun más. Chicago ha ordenado que todos los nuevos edificios que utilicen recursos públicos deben de tener la certificación “LEED” de eficiencia energética, lo cual incluye generalmente un techo verde. Cualquier proyecto con techo verde en el plano, obtiene los permisos más rápido. Esto, combinado con el ahorro de energía es un incentivo para las constructoras. “Buscamos poner jardines donde quiera que se pueda, pero es mucho más difícil cuando se

tiene una ciudad densamente desarrollada” Berkshire dice. “Los techos son una de las ultimas fronteras.” La ciudad está yendo más allá de los edificios, también se está trabajando en las calles. “Nuestras calles representan 23% del área de la ciudad”, dice Janet Attarian, directora de proyectos del Departamento de Transportes de la ciudad. “Y necesitan ser más que el lugar donde movemos vehículos y bienes. Necesitan ser nuestras puertas.” Es por esto que se están diseñando nuevas calles que integran tecnología y elementos de diseño, desde aceras más anchas para el tránsito peatonal hasta paisajismo con árboles y plantas para incrementar la sombra. Los pavimentos están hechos con una mezcla de materiales reciclados que reflejan la luz, y recubiertos con una muy delgada capa de concreto que previene que las calles absorban mucho calor. Las mil 900 millas de callejones en Chicago tradicionalmente absorben el calor y potencialmente desperdician la refrescante agua de lluvia. Pero los nuevos “callejones verdes” usan un pavimento permeable que absorbe el agua de lluvia, que al evaporarse mantiene el callejón y el aire fresco. “Debemos asegurarnos que la gente puede llegar de A a B de manera segura, que las calles no se inunden y no se distorsionen a causa del calor”, dice Attarian. Saskia de Melker Editora y periodista multimedia. Actualmente reside en Líbano Este reporte fue originalmente transmitido en PBS NewsHour’s en octubre de 2012. PBS NewsHour Online ©2012 MacNeil/Lehrer Productions. Reproducido con permiso para contratiempo Traducción de Esmeralda Morales-Guerrero Para más información sobre las iniciativas de la ciudad de Chicago en este tema visite: http://www.chicagoclimateaction.org

Techo verde de Clare Tower

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La Asociación del Bungalow Histórico de Chicago

Reparar vs. Reemplazar Esmeralda Morales-Guerrero

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eguramente usted los ha visto: son un ícono visual en los vecindarios del área metropolitana de Chicago que a principios del siglo XX comenzó a expandirse y a construir viviendas para la clase media y trabajadora: los clásicos bungalows de Chicago. Es muy probable que muchos chicaguenses tengan recuerdos de la infancia guardados en un clásico bungalow de la ciudad, ya que estos 80 mil hogares representan casi un tercera parte del total de viviendas unifamiliares de Chicago. Las elegantes estructuras de ladrillo de un piso y medio con ventanas y mampostería llenas de detalles han perdurado como el tipo de vivienda preferida de Chicago durante casi un siglo. La Asociación del Bungalow Histórico de Chicago (HCBA, por sus siglas en inglés), fue creada en otoño del año 2000 como una iniciativa para la restauración y preservación de estas casas, además de que, junto con el ayuntamiento de la ciudad, ofrece la información necesaria para que los propietarios de los bungalows hagan un uso más eficiente de la energía. Contratiempo conversó con Gillian Wiescher, directora de comunicaciones de esta Asociación. ¿Qué hace la HCBA para apoyar a la ciudad de Chicago a ser más verde? Se dice que “la casa más ecológica es la que ya está construida” y esta frase representa lo que hacemos: queremos enseñar a los propietarios de estos bungalows que los edificios ecológicos no son una nueva moda, y que restaurar, reparar, mantener, reusar materiales existentes y otras prácticas para preservar estas construcciones — todo eso es ser ecológico. Por supuesto que nos gusta la idea que los propietarios adapten, modernicen y hagan ‘suyo’ el bungalow, pero bajo ciertos lineamientos de tal manera que además de que se mantenga el paisaje urbano de la calle se enfatice en la preservación de la energía. Esta es la filosofía de la HCBA. Todas las construcciones antiguas pueden adaptarse para ser eficientes en el uso de la energía, tanto como lo son las construcciones nuevas. Las subvenciones que HCBA ofrece son justamente para eso, para que los propietarios de los bungalows de Chicago puedan tener hacer estas modificaciones en sus casas de manera gratuita o a muy bajo costo. La subvención para la conservación de energía que ofrece HCBA enfatiza el aislamiento térmico y el sellado de la construcción para que

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no se filtre el viento. Esta subvención de 4 mil dólares que se ofrece a nuestros miembros o a los propietarios de los bungalows consiste en tener el servicio de una constructora que revisa y/o sella las grietas por donde se filtra el viento. Por supuesto se revisan las ventanas y puertas pero las grietas y espacios que están ocultos muchas veces son lo que hace que estas casas antiguas construcciones sean muy frías. Esta es la renovación más importante por la que se debe empezar en una casa antigua. ¿Cuál es el apoyo que les ofrece la Ciudad de Chicago para llevar a cabo sus programas? Los talleres que ofrecemos se llevan a cabo en las Bibliotecas Públicas de la ciudad. Muchas de nuestras colaboraciones en proyectos son con la Cuidad, pero la HCBA se ve a si misma como una organización confiable que tiene una comunicación muy cercana con sus miembros, los cuales dependen de nuestra información sobre programas y subvenciones no solo de los nuestros, sino también de otros proyectos de ahorro de energía disponibles en la ciudad. Como por ejemplo los medidores de agua que la Ciudad de Chicago ofrece. Con este medidor los propietarios de los hogares pagan por el agua que verdaderamente usan en vez de pagar por un estimado. Recientemente HCBA se hizo miembro de la Red de Edificios Residenciales Para Mejor Uso de la Energía del gobierno federal. ¿Qué es lo que hace esta red? Es una red de organizaciones que comparten ideas. Aprendemos unos de otros de lo que ha funcionado o no en los proyectos de ahorro de energía que sus miembros han llevado a cabo. La mayoría de nuestro financiamiento es para las subvenciones que damos para el ahorro de energía. Uno de nuestros proyectos de ahorro de energía, por ejemplo, es el reemplazo de electrodomésticos viejos por una nueva versión que ahorre energía. El proceso es muy sencillo: los miembros llenan una solicitud; todos nuestros materiales están disponibles en español, ya sea para el reemplazo de electrodomésticos o cualquier otro de nuestros programas de ahorro de energía, incluyen una prueba de ingreso y nos lo envían. El ahorro de energía es uno de los hilos conductores de todos nuestros proyectos. Tenemos, por ejemplo, el Premio Driehaus, financiado por la Fundación Richard H. Driehaus,

que se lleva a cabo cada año y que da reconocimiento a los propietarios de los bungalows con los mejores proyectos de renovación, restauración, diseño y esfuerzo por hacer su hogar ecológico y ahorrador de energía. Cualquier actualización en las casas incrementa el valor de la propiedad, pero ahora también la eficiencia en el ahorro de energía esta siendo reconocida por las agencias de bienes raíces en Chicago y estamos trabajando con Illinois Home Performance para dar certificados a los propietarios que han participado en las subvenciones para hacer de sus hogares una construcción de eficiente en el ahorro de energía.

Sup. Bungalows moderno Inf. Taller de vidrio artístico en Budlong Woods Fotos: Cortesía de HCBA

Para obtener más información sobre programas, subvenciones, y talleres gratuitos de la HCBA ir a: http://www.chicagobungalow.org/ Esmeralda Morales-Guerrero, mexicana, es diseñadora de la comunicación gráfica. Actualmente vive en un bungalow de la Ciudad de Chicago DICIEMBRE - ENERO 2014


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Microcuentos en Chicago Los microcuentos han acompañado a la humanidad desde sus orígenes. El ser humano, para poderse sostener y desarrollar en la Tierra, se auxilió de los mitos, y los mitos en su gran mayoría son eso: microcuentos. Lo curioso es que el gran florecimiento del mundo cibernético está alejando cada vez más al ente moderno no sólo de la lectura de novelas, sino de cuentos que rebasen las tres o cuatro páginas. Debido a la influencia de las redes sociales (Facebook y Twitter, sobre todo), para los narradores se han vuelto paradigmas mitos sucintos como el de la Torre de Babel donde se cuenta el origen de las lenguas, o

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microhistorias como la de Chuang Tzu que no sabía si él soñaba a una mariposa o si la mariposa lo soñaba a él, o el cuento de siete palabras sobre el dinosaurio que aún seguía allí de Augusto Monterroso, considerado el más corto que se ha escrito. Todos los autores que publicamos en esta ocasión en Deshoras viven en Chicago. Esperamos que entre estas microhistorias se encuentre alguna que adquiera la popularidad de un mito, o que su prestigio logre desbancar al dinosaurio de su trono.

Selección y recopilación de Febronio Zatarain

Ilustración: Rick&Brenda Beerhorst {studiobeerhorst}

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Aguamiel y ciruelas Marco Polo Soto (México) Una noche soñé con la mujer de mi hermano, luego él se fue pa Louisiana y el sueño se me hizo realidad. A Aureliana le gustó rete harto, lo sé porque yo le veía sus ojitos pispiritiar cuando la aluzaba el foco del corredor al columpiarnos en la hamaca. A mí también me gustaba, con ella sentía más rico que cuando mi madrina me baña y me saca el pus, porque si no me lo saca se me puede tapar y hasta me puedo morir, eso dice ella. Por eso siempre está talle y talle y talle hasta que sale disparado y yo medio me desmayo. Un día mi hermano mandó por Aureliana, y la muy canija, cobrando el cheque, se fue rete-contenta quién sabe pa ónde, pero allá no ha llegado ni acá ha regresado. Cuando como ciruelas, me acuerdo mucho de su boquita. Al pus ella le llamaba aguamiel. En las noches de más calor, cuando le ganaba la sed, salía de su cuarto mientras yo dormía, ella tallaba y sobaba y tomaba, ¡Ay como tomaba! Sus labios eran suaves y fríos, mucho mejores que las manos de mi madrina todas rasposas y llenas de nixtamal. Mi madrina dice que tengo que bañarme, pero a mí se me hace que ni hace falta tanto baño, pero yo que voy a saber. Yo sólo espero que regrese Aureliana con harta pero harta sed, a ver si así se me quitan las ganas de tanta méndiga ciruela.

Ilustración: Rick&Brenda Beerhorst {studiobeerhorst}

Crepúsculo Rafael Franco (Puerto Rico) Pa’ ti Simon, y pa’l broder

El tinte crepuscular de un monte azul en la distancia se mide en recuerdos, no muy lejanos, de un hombre ausente, conmovido en la cima de una fotografía estrujada. Sólo puedo desafiar el olvido con su imagen desvelada y sus ojos color piedra de río. —Cabrón, — es lo único que puedo decir antes de caer escaleras abajo, impelido por su empujón de cuate conspirador. Ese recuerdo se lo llevó a la tumba y ahora sólo queda el mío. El de su cara enmarcada por el marco de la puerta, y no el de él, el de mi imagen rodando por las escalones de madera raída por millones de huevadas anteriores. Crepúsculo obligatorio, pérdida voluntaria, el universo visto a través del gatillo y la explosión bermeja que lo sacudió entre los árboles. Cada puesta de sol será pues un adiós oculto en el silencio de una distancia insospechada, una despedida ahogada con lágrimas pasadas, de otra época, un recuerdo que despierta con la luna. Cada amanecer nos trae otro día alumbrado con tu ausencia de ángel borracho, de sabiduría nocturna, de mis amigos en el bosque azul, en las afueras de la ciudad.

Epifanía Febronio Zatarain (México)

Anoche fui feliz: se quemó mi casa.

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Ilustración: Rick&Brenda Beerhorst {studiobeerhorst}

En las buenas y en las malas Martha Cecilia Rivera (Colombia) Limpié toda la casa y la dejé impecable. No quedó ni una sola gota del reguero de sangre, de modo que a tu regreso podremos reiniciar, igualitica y sin recuerdos funestos, nuestra vida de casados. Te traje un racimo de uvas verdes de semilla grande, de esas que tanto te gustan, los doctores dicen que hasta hoy al medio día te será permitido comer frutas. En esta bolsa, tus elementos de higiene: cepillo, crema y rasuradora. Colonia no, para evitarte la tentación de coquetear con las enfermeras, aunque esta vez sí te creo que no volverás a serme infiel con nadie. En esta caja, llena de hielo, lo he mantenido desde que lo saqué del cubo de basura al que lo arrojé cuando te lo corté antenoche. Lo siento, no sucederá de nuevo. Lo entregué a los doctores hoy mismo, más temprano, por eso es que todavía tengo la caja. Ya lo examinaron, ya dijeron que todavía no está del todo muerto, y ya accedieron a intentar ponértelo de regreso en su sitio durante la cirugía de mañana. No garantizan, sin embargo, que volverá a funcionar como antes.

El llanto del tigre Stanislaw Jaroszek (Polonia)

Esperanza Fernando Olszanski (Argentina) “¿Algo?” “Nada.” “¿Nada?” Resignadamente, él movió la cabeza de manera negativa. Ella le cogió de la mano y le dijo al oído: “Eso es un buen comienzo.”

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“¿Por qué tengo un estomago tan pequeño?”, lloró el tigre al ver los ojos de la muerte, el antílope lloró también. Eso se le ocurrió al profesor Gucci la noche que no pudo dormir y su imaginación vagabundeaba por los desiertos de África. De un momento a otro se sintió tigre y antílope al mismo tiempo. Sintió sus dientes devorando su propia carne. El dolor se mezclaba con el sabor de la sangre. La agonía fue un triunfo lo mismo que el devorar la presa. En un instante vio los ojos de la muerte con los ojos de la muerte: se conoció a sí mismo y despertó gritando: — ¡No quiero ser antílope ni tampoco un tigre! — ¿Qué te pasa viejo? ¿Por qué gritas? La esposa le pareció la dueña del circo; y él, sus dos animales. Ella intentaba detenerlos, pero ya fue demasiado tarde. Estaban libres en el silencio del desierto. El tigre-antílope solo, solito, cubierto por la noche, con los ojos cerrados, escondido del brillo de la luna. Lo venció el cansancio y se hundió en un sueño profundo y soñó de nuevo: — ¿Cuántos ojos tienes? — Cuatro. — ¿Cuántas patas? — Ocho. — ¿Esta señora es tu esposa? — No, es la dueña del circo. — ¿Dónde vives? — En el desierto, donde canta el viento y duerme la noche. Allá vivo, acá solamente sueño.

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Esposas Víctor Ortiz (México)

Ilustración: Rick&Brenda Beerhorst {studiobeerhorst}

—!Melisa, por Dios! —exclamó Julián. La súplica resonó en la mente de Melisa instantes después mientras se alejaba de la casa, despacio, con los focos del auto apagados. El recuerdo de la foto, escondida bajo toallas, azuzó su ira. Se pensó el espejo cóncavo de la mujer que en ese momento entraría a la sala. La imaginó quitándose el abrigo. Aventarlo al sillón, sin la caballerosidad afanosa de Julián. “Si enciende la luz verá las copas”, recapacitó Melisa al prender las luces del auto. Si no las veía, la mujer se detendría en el baño del corredor sigilosamente, donde ella había buscado condones en su bolsa. —No se necesitan. Juguemos a algo más interesante — Julián le dijo, enseñándole las esposas. Muy borracho, se echó a la cama con los brazos extendidos para acallar desconfianzas. Para ella eso era nuevo. Le aumento la excitación erótica y etílica de la aventura. Lo esposó a la cabecera. Sintió unas ganas muy fuertes de orinar. —No te vayas, cochinito —susurró libidinosa. Juguetona, apagó la luz de la recamara cuando regresó a preguntarle por toallas. —En el armario —balbuceó su presa. Melisa regresó con la foto de la mujer en la mano pero cuando iba a reclamarle, oyó el portón de la cochera. Arrojó la foto y huyó para evitar a la esposa engañada. En la recamara, al quitarle las esposas, cuando Melisa encendía las luces del auto, Sergio preguntó con sorna a Julián: —¿Y Dios qué tiene que ver con esto?

Fumo en medio de la ciudad Rey Andújar (República Dominicana)

para melissa

llegaste tarde y con cara de vergüenzas. el hechizo comenzó cuando al fin te vi con toda la luz que el día brindaba. El hechizo continuó con tus pecas esparcidas en la perfección de tu espalda. manos delicadas en verso, el deseo de un beso. voz suave con rastros de la misma luna que anoche golpeaba las celosías. dos tazas. una tímida con café y crema. otra taza decidida con más leche que café. coordinamos gustos de esas páginas que hemos pasado ya de largo y a la izquierda. hubo una juventud inquietante brotando de cada palabra, la sonrisa intercalada y nerviosa. de ese misterio tuyo que viene y va, breve. un misterio que se mueve con la misma naturalidad de las ramas que bailan sur adentro. confirmo el hecho, todavía crees en el amor. ingenuidades. colores vivos. veranos eternos. estoy casi seguro de que llevas un tormento. un ligero reproche a ti misma y ese reproche te despierta en esas madrugadas en donde destrozas ventanales con tus miradas y mueles las bachatas que mastican los hombres más nostálgicos del Caribe. hay suspiros míos que comienzan a levitar de manera leve, cuando se siente un perfume tuyo, rotundo, inundando mis huesos enmohecidos. ratones, trangalangas, hombres lobos, lloras por todo. como mal, duermo peor, y escalo el espiral de humo con estos cigarros que utilizo para humildemente ser feliz en el mismo espacio de tiempo, donde le doy el calorcito que se merecen estos pulmones de nadie.

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Malabares Luis Alejandro Ordóñez (Venezuela)

Ilustración: Rick&Brenda Beerhorst {studiobeerhorst}

La luz cambió a rojo. Al detenerme, el harapiento bufón se paró frente al carro. Con maneras más hambrientas que artísticas me mostró sus manos, nada por aquí, nada por allá. Sacó de sus bolsillos cuatro pequeñas esferas, les prendió fuego y las lanzó al aire. Las bolas de fuego saltaban de sus manos de amianto una y otra vez, sin parar, sin caer nunca, cada vez más rápido, el fuego más y más intenso, más caliente, eran cuatro cometas viajando en la misma órbita, cada uno persiguiendo la estela del otro hasta que lograron morderse las colas y crearon un aro perfecto que encerró el infinito. El agujero por momentos fue negro pero pronto volvió a cambiar a verde. Fui tragado por la luz, hundiendo hasta el fondo el acelerador.

Cumbres de porcelana Miguel Marzana (Bolivia)

Me abracé a ella que yacía inmaculada y tenebrosa. Los perros nos lamian las manos, sabían de la voluntad en la expresión de aquel teatro. Brotaban rosas, melodías dulces y egoístas de su sexo tumefacto, amplificando los ventrículos de mi corazón. Me acosté junto a ella. Se han ido todos, hasta los menos convencidos de alcanzar a Dios. Se han ido los versos y la melancolía, los vastos reinos, los cielos falsos de cualquier habitación y yo sigo. El agua habrá de purificar nuestra inconciencia. Me tengo que ir. Requería irme, ya despertará. Ramilletes de libélulas ha de traer, frangollo y ganas de nunca más abandonar. -¡Mierda!, son las once; ayer me había ido para irme de aquí. Tengo mis libros, un lapicero, una botella de agua y dinero para empezar un día alegre. Entre sentirla cual delicia o cultivarme; cesaba la virtud del San Cupertino. A medida que ella bostezaba y se limpiaba cada lágrima causada por el excesivo sueño, supe que las aulas tendrían que esperar. Abrió los ojos, me sonrió e hizo una arcada (no se había dado cuenta de que la había abandonado). Se quitó la ropa para abrazarme y hacerme sonreír. Sonreímos y nos abrazamos. Nos preguntamos qué iríamos a hacer. — ¿No vas a ir al propedéutico? — No. Brotaron las campanas. Brotaron del ritual y su desasosiego en el descenso. Brotaron los versos, las violetas, también las espinas.

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Pinchazos Raúl Dorantes (México)

Por la insidia de los mosquitos dejo el plato de sopa a la mitad. Comprendo entonces que no he cortado en rodajas la cebolla ni la he puesto en la olla del consomé. Miento si digo que ya regresé de la oficina o que me levanté esta mañana para rociar el repelente. Sé que jamás me ubiqué en ciudad ajena, es decir, no he abierto la puerta de Morelos 26. ¿Quién que no sea un tonto deja su domicilio para mitigar las carestías? Mejor mirar el sol que se cuela por el cuarto de mi madre. Dentro de dicho cuarto hallo una penumbra en el techo sin enjarre. En los ladrillos hay lagos, ríos que serpentean las vigas, y más abajo follajes de zancudos que me dan la bienvenida. Pero de zumbidos y buenos deseos no se llena la tripa. Voy al agua salinosa, al instante en que el hambre original me obliga a cruzar la superficie. Sale la frente. El par de ojos. Dejo ese mar. Ya me espera con su irritante pinchazo el primer mosquetón.

Ilustración: Rick&Brenda Beerhorst {studiobeerhorst}

Queridos Reyes Magos Manuel Hernández (España) Queridos Reyes Magos: Como ya sabréis de otros años, me llamo Carmen Rodríguez Salomo, tengo ocho años y vivo en la calle Eugenio Sellés, número 3, portal C, 5º D, Madrid. Este año os pido me traigáis, si os viene bien, claro, un set de cerrajero. No quiero todo el instrumental y tampoco quiero que os exprimáis los sesos, como le dice mi madre a mi padre, pensando en qué incluir y qué no. Una taladradora con brocas para metales y una potente linterna me bastan. Si os parece excesivo una taladradora en estos tiempos de crisis que corren, podéis sustituirla por una simple llave como la del portero del edificio; la que usa para entrar en los pisos cuando se produce una emergencia, como aquella vez que no habíamos visto a la del cuarto C por mucho tiempo y las del rellano se quejaban de que cada día olía más a bacalao en salazón echado a perder. Agradecería también una pipa Star modelo B de 9 mm. con silenciador, como la que gasta Samuel L. Jackson en Pulp Fiction. La peli no la incluyáis, ya hace tiempo que me la descargué de Internet. La pipa cargada, por favor. Necesito asimismo una saca grande. No es necesario que os gastéis dinero en ella, me vale una de esas en que metéis los regalos cuando la vaciéis. Por último, me gustaría disponer del instrumental completo que usa un cirujano con sus tijeras, su sierra y su escalpelo bien afilado. No os dé miedo que me pueda cortar porque sean de verdad, de mayor quiero ser médico forense y así voy practicando. Con cariño, Carmen PD: Al calzonazos de mi padre no hace falta que os molestéis en traerle nada. Del vecino de abajo, el que anda molestando a mi madre, yo me encargo.

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Los martes a las cinco Raquel Mariana Múnera (Colombia)

Ilustración: Rick&Brenda Beerhorst {studiobeerhorst}

Es un grupo de profesores, dato por demás oneroso para cualquiera que vive sin hacerse preguntas fundamentales, con posibles más allá del más acá o acullá. El reglamento es riguroso, como el de cualquier hermandad. Es importante clarificar que en las reuniones tenemos prohibido hablar de arte, filosofía, política o religión; debemos reírnos siempre y cuando los chistes o las anécdotas personales lo ameriten; se bebe vino, café o té... ¿y yo? Un banano con leche. — Tengo una historia. Un campesino llenaba los bolsillos con semillas y salía a caminar; cada cierto trecho clavaba una barra, ponía una semilla y tapaba el hoyo con tierra. Alguien le preguntó si la tierra era suya; él respondió que no. Al cabo de algunos años crecía un bosque de encinas de diez kilómetros de largo que circundaba el pueblo, ahí, en donde antes era baldío. “Esto sucedió en Francia — me contaba Juan José Hoyos —, pero de muchísimos pueblos de este país me han llegado cartas escritas a mano que hablan de un caminante que siembra a diestra y siniestra porque él ve cómo los árboles desaparecen, como si un corazón feroz tuviera una mente matemática, los sacara de la tierra, los apilara y los contara… dicen que el caminante está ahí cada día y que las semillas no son sólo de encinas, sino de robles, eucaliptos, arrayanes…” Bebimos todo de un sorbo y salimos.

Tirando del hilo Gerardo Cárdenas (México)

Al salir del laberinto Ariadna no lo esperaba. Confundido, Teseo se rascó los incipientes cuernos, enrolló el hilo y volvió adentro.

NÚMERO 110

contratiempo

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NOTAS DEL CARIBE Evento de recaudación de fondos Viernes, 6 de diciembre de 2013 6pm - 10pm National Museum of Mexican Arts 1852 W. 19th Street Chicago, IL

Palabras de la autora dominicana Rita Indiana Hernández, una de las artistas más significativas y prolíficas de América Latina, presente por primera vez en Chicago.

¡ESSO! Afrojam Funkbeat conjunta a varios de los músicos y colaboradores más variopintos de la ciudad en una celebración internacional de la música y el baile.

Compra tus boletos http://contratiempo.net/caribe Preventa $50, en la puerta $65

Dos Santos: Anti-Beat Orquesta toca los sonidos de la cumbia panlatinoamericana. Su enfoque recio y popular atrapa esa “era dorada” de las grandes bandas que sacudían los salones de baile con feroz energía. Además: los vinilos clásicos de (((SONORAMA))) y la experiencia culinaria de Sobremesa Supper Club de 7pm-8:30pm; bebidas toda la noche.

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We are... A Latin inspired, locally sourced dining experience that looks to foster community through food, relationships, and dialogue.

We believe... That we can transform fine dining into an exclusive experience that is committed to supporting local communities. farmers, and grocers while bringing their story to our table through food.


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