3 minute read

TODO POR AMOR. CON TODO EL CORAZÓN

24 años. Es cantante de folclore y docente de Educación Musical. Es oriunda de Sarandí Grande (Florida) y actualmente vive sola en Montevideo.

¿Qué te hace feliz?

Advertisement

Dedicar mis días a lo que más me llena, el arte.

¿Qué cosas te cuesta perdonar?

No he pasado por la experiencia de no perdonar aún, creo que sería alguna situación de traición o algún vínculo de engaño.

¿Cómo es tu primer pensamiento al

encarar un nuevo día?

Simplemente encarar el día de forma positiva y avanzando, pero es una idea que se genera de forma inconsciente.

¿Cuál es tu mayor miedo?

No poder compartir con mi familia las metas o pasos que vaya logrando en mi vida personal y profesional.

Si tuvieras que elegir un acontecimiento

que te marcó, ¿cuál sería?

El momento en el que comenzamos a buscar un lugar/residencia donde “vivir” durante los años de estudio en Montevideo.

¿Qué hacés con todo el corazón en tu

vida?

Cada show que vivo y/o comparto con las personas.

¿A quién admirás?

A mi abuela.

Si pudiera volvería a…

Mi época de liceal, y con ella a mis amigos/as, las juntadas a hacer actividades, el pensar que nuestra única responsabilidad eran nuestros vínculos y el liceo.

El amor es…

Dar y entregar sin nada a cambio.

En pocas palabras ¿qué es la Iglesia para vos?

Es un lugar donde comparto mi fe, un lugar que me permite “focalizar” mi charla con Dios como también una casa en donde encontré amigos/as y familia.

¿Qué caminos imaginás para que como Iglesia optimicemos el diálogo

con las juventudes de hoy?

Debemos ser testimonios de fe y también de alegría y gozo por lo anterior. Busquemos temáticas que a la juventud le interesa saber y compartamos nuestras ideas y cómo ellas se relacionan con sus ideas previas. Hagamos apertura de puertas para todo/a aquel/lla que necesite, quiera, le dé curiosidad, espera…

19 años. Es animadora en el Instituto Preuniversitario Juan XXIII y estudiante de Psicología en la Universidad Católica del Uruguay. Vive en Montevideo, alternando entre las casas de su papá y su mamá.

¿Qué te hace feliz?

Salir al encuentro, abrazar, escuchar, acompañar.

¿Qué cosas te cuesta perdonar?

Las injusticias y la falta de humanidad.

¿Cómo es tu primer pensamiento al encarar un nuevo día?

Suelo encarar el día con la mejor actitud posible, creo que si estoy predispuesta a tener un buen día lo vivo de mejor manera. Me motiva conectar con el hecho de que ningún día se repite, cada uno tiene su magia.

¿Cuál es tu mayor miedo?

Caer en la indiferencia, alejarme del modo de vivir que hoy en día elijo, siguiendo a Jesús.

Si tuvieras que elegir un acontecimiento que te marcó,

¿cuál sería?

Ingresar al Juan XXIII como alumna. Fue una sacudida positiva por el lado que lo mire.

¿Qué hacés con todo el corazón en tu vida?

Escuchar desde el corazón, busco ser espacio de confianza y comodidad. Intento que la persona se sienta tranquila y libre al expresarse.

Qué bueno que decidí…

Abrir mi corazón al encuentro, dejarme interpelar por el carisma salesiano y procurar llevarlo a donde vaya.

El amor es…

No creo que el amor se pueda definir, pero de tener que ponerlo en palabras me gusta decir que Amor=Vida=Dios.

¿Qué te aporta a tu vida el carisma salesiano?

Me permite ver la alegría como elección de vida, al amor como medio de vinculación y a la esperanza como motor ante toda adversidad.

¿Qué desafíos percibís hoy para el carisma salesiano?

Creo que la juventud se ha visto particularmente afectada por la pandemia. Puede que esa falta de encuentro y contacto por tanto tiempo afecte la apertura de las/os jóvenes. Por eso creo que deberíamos impulsar aún más a estas personas a que salgan al encuentro, acompañarles en el paso a paso.

En pocas palabras ¿qué es la Iglesia para vos?

Personas, diversidad de expresión y pensamientos, compañía.

¿Qué caminos imaginás para que como Iglesia optimi

cemos el diálogo con las juventudes de hoy?

Buscar el acercamiento mediante la escucha, entender las inquietudes y necesidades por parte de la juventud, apreciar la diversidad y en base a esta, enriquecernos como Iglesia.