Novena de Navidad 2023 by Boletín Salesiano Colombia

NOVENA DE NAVIDAD 2023 “Y dará a la luz un niño y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados” Mt 1, 21

PRESENTACIÓN Para este tiempo de Navidad, Jesús renueva su compromiso de volver a nacer en nuestro corazón, y sólo nos pide, como a María y a José, acoger su luz para vivir como hijos del Padre celestial, y como hermanos en Nuestra Nación, cuya construcción es sobre todo ahora, tarea y responsabilidad de todos. En verdad, en Navidad se desata un inmenso río de luz, que ilumina a cada uno de nosotros, y penetra todas las realidades y circunstancias de nuestra existencia para hacer brotar la vida y la paz. De esta manera, en espíritu de paz y alegría, el Boletín Salesiano de Colombia, presenta la Novena de Navidad 2023 con reﬂexiones basadas en la Palabra de Dios, las cuales han sido elaboradas por miembros de la Familia Salesiana, a quiénes agradecemos su disponibilidad, aporte y acogida a esta propuesta. El Consejo Editorial del Boletín Salesiano de Colombia, les desea una fructuosa Navidad para que todos podamos mirar nuestra historia con ojos serenos, con profunda esperanza del nacimiento de una Nación Nueva, donde todos como hermanos y hermanas seamos artesanos de justicia, esperanza y paz.

¡Feliz Navidad! 1

METODOLOGÍA PARA ORAR LA NOVENA DE NAVIDAD Se sugiere que para cada día de la Novena se sigan los siguientes pasos: 1. Villancico. 2. Ambientación (disponer previamente del lugar donde se va a realizar la novena, favorecer un clima comunitario de conﬁanza y preparar con anticipación un signo que ayude a la reﬂexión de cada día). 3. Oración para todos los días. 4. Lectura de la Palabra de Dios. 5. Consideración. 6. Gozos. 7. Oraciones a la Virgen María, a San José y al Niño Jesús. 8. Compromiso. 9. Villancicos.

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (tres veces). 2

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas de mi alma y de la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento de tu adorable Hijo. ¡Oh dulcísima madre! Comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le agradaste tu para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. Oración del Dios te Salve María (tres veces).

ORACIÓN A SAN JOSÉ ¡Oh Santísimo José! Esposo de María y padre putativo de Jesús. Inﬁnitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego por el amor que le tuviste al divino niño, me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén. Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre.

ORACIÓN AL NIÑO JESÚS Acuérdate ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! Que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado". Llenos de conﬁanza en Ti ¡Oh Jesús, que eres la misma verdad! Venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos, por los méritos inﬁnitos de tu Encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto. (Breve silencio). Nos entregamos a ti ¡Oh Niño omnipotente! seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (tres veces).

GOZOS Dulce Jesús mío, mi Niño adorado, ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto! ¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh Niño divino, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! ¡Oh, Adonaí potente que a Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡ Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte brazo! ¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto presentas al orbe tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño que has sido llamado lirio de los valles, bella ﬂor del campo! ¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas del regio palacio! ¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado! ¡Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que, entre las tinieblas, tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas, con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso! ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto, bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven, hermoso Niño, ven, ¡Dios humanado! ¡luce, hermosa estrella! ¡brota, ﬂor del campo! ¡Ven, que ya María, previene sus brazos, do su Niño vean en tiempo cercanos! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario! ¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! ¡Véante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! Bese ya tus manos ¡Prosternado en tierra te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto! ¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos; ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

DÍA PRIMERO 16 de diciembre Romanos 5: 1-5. “Habiendo, pues, recibido de la fe nuestra justiﬁcación, estamos en paz con Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado”.

CONSIDERACIÓN La Carta a los Romanos invita a gloriarnos en la esperanza, e incluso en las tribulaciones, cuando las personas sufren hoy por la falta de humanidad, por el hambre y la sed de justicia, este es el Belén actual y no solo aquel de los evangelios, la pequeña aldea al sur de Jerusalén. Era de noche en Belén, dice Lucas. Pero ¿qué es la noche? La falta de horizonte en la vida, los sueños muertos y el vacío existencial. Para estas personas, el niño de Belén es luz que brilla en las tinieblas, "sobre el pueblo que caminaba en tinieblas una luz brilló". Hacía frío, cuando aparece el salvador. Pero ¿qué es el frío? Un corazón helado en la nieve de las palabras, pies atrapados en los falsos colores del consumismo, dedos agarrotados por sentimientos de hielo. A ellos, el niño de Belén les dice: "Fuego he venido a encender en la tierra”. José y María no tenían lugar. Pero ¿qué es el rechazo? Niños que nacen sin techo protector, la ausencia de hogar, la nostalgia sin ﬁn, vagar como migrantes. A ellos Jesús les dice: "Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero este hombre no tiene donde reclinar la cabeza". Y "vengan a mí quienes están rendidos y abrumados, yo les daré respiro". 7

Jesús es pobre, pero ¿qué es ser pobre? Un estómago hambriento, la mano vacía del mendigo, la mujer sin fuerzas para espantar las moscas que rondan su niño hambriento. A quienes viven en la noche, el frío, el rechazo y son pobres, la noche de Belén les entrega un salvador, el Mesías, el Señor. El Belén de los mapas está a unos diez kilómetros de Jerusalén, pero el verdadero "Belén" está junto a "Jerusalén", en nuestros corazones, ¿cuál es nuestra tribulación? ¿Cuál es nuestra alegre esperanza? Pbro. Hernán Cardona Ramírez, SDB.

DÍA SEGUNDO 17 de diciembre Colosenses 3, 12-15 “Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos del amor, que es el vínculo de la perfección”.

CONSIDERACIÓN Estamos invitados a anunciar con alegría y esperanza el acontecer de Dios Niño en nuestra vida, a Dios presente en cada uno de nuestros hermanos y hermanas, a contemplar y admirar a Dios encarnado en el hoy de nuestra historia. Al contemplar la luz que irradia la presencia cercana de Dios Amor, nos preguntamos: ¿qué hemos oído?, ¿qué hemos visto durante este año? ¿Qué rostros están presentes en nuestra memoria?; seguramente 8

pasan al frente de nuestros ojos muchas imágenes y palabras que nos llenan de gozo, pero también de nostalgia, de gozo porque pudimos vivir en comunión y hacer que cada persona se sintiera feliz, porque respetamos su vida y le permitimos sentirse en libertad; de nostalgia porque posiblemente encontramos en nuestro corazón signos de no perdón, de no aceptación, de falta de diálogo y comprensión; en este tiempo de adviento acogemos la invitación de Jesús Niño a reconocer lo que hemos visto y oído con actitud de agradecimiento y esperanza. La experiencia que hemos realizado de sentir en nuestras vidas la presencia de Dios Niño, nos lleva a dar testimonio creíble de su amor misericordioso, a cantar las maravillas que Él ha ido realizando en nuestra vida, a contagiar el gozo de pertenecerle, de tenerlo como el centro de la existencia y como el único Amor que sacia la sed y el hambre que el mundo tiene. Acoger en nuestra vida a Jesús Niño, es disponernos a vivir la comunión, la comunión que nos deja el compartir la Palabra de cada día, la comunión que se teje en el trabajo sinodal con todas las personas, la comunión que busca la paz y la verdad, la comunión que te lleva al cuidado de la vida y de la tierra. Con entusiasmo acogemos la gran noticia del Verbo encarnado y sentimos la necesidad de estar en comunión con el Padre, con el Hijo, con el Espíritu Santo y con todos los seres de la creación, para que como subraya San Juan, en su carta, nuestro gozo sea completo y podamos ser con María presencia que genera vida. Sor Edith Franco, FMA. Provincial CBC.

DÍA TERCERO 18 de diciembre Carta del Apóstol San Pedro 2, 18-20. “Obrad como hombres libres, y no como quienes hacen de la libertad un pretexto para la maldad, sino como siervos de Dios. Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey.

CONSIDERACIÓN Obrad como hombres libres: La simplicidad es el criterio. La infancia es la palabra más evocada por esta fecha de la Navidad. No sólo Jesús llega a identiﬁcarse con ellos: El que acoge a un niño como éste en mi nombre dirá que me acoge a mi (Mt 18,5), pone a los niños en relación directa con el propio Dios. E incluso: te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado estas cosas a los pequeños y sencillos (Lc 10,21-24). Para obrar como hombres y mujeres libres, acogemos la llegada del Reino de Dios que nos capacita para amar y ser amados. Así podremos enfrentar las grandes esclavitudes que nos dominan en este mundo. Tomar conciencia de la navidad es ser libres. Honrad a todos: los seres humanos nos distinguimos de las otras especies de la creación por la capacidad de cooperación; que podamos honrar la vida de nuestros semejantes y cuidarnos de cualquier discriminación; especialmente el de repetir la escena de Caín y Abel. Honrar a todos es hacer que la vida surja por todas partes. Amad a los hermanos: Amar a Dios y amar al prójimo están inscritos en nuestro corazón de carne para que podamos avanzar en el sendero de la paz, gran don de Dios para la humanidad. El mejor adorno para la navidad, tal vez sea, no tanto pedir disculpas, sino cuanto continuar aprendiendo a perdonar.

Temed a Dios: Nuestra alma siempre es Virgen, tomar conciencia de ello es lo que llamamos espiritualidad, nos ha dicho Pablo D’Ors. Temer a Dios es una búsqueda de todos los seres humanos por encontrar nuestro último fundamento en el Amor de Dios; pues todos lo demás amores son imperfectos. La navidad es el camino de la espiritualidad de la mano de Dios hecho hombre y esto es un gran misterio de cercanía. Como Familia Salesiana, junto a los jóvenes, rezamos las novenas de Navidad para que, en torno a la humanidad, nuestra patria y nuestras inspectorías se entone un villancico que cante la libertad, la cercanía y la paz de todos. Amén. Pbro. Luis Fernando Valencia M, SDB. Inspector COM.

DÍA CUARTO 19 de diciembre San Lucas 2, 1 – 5. Por aquellos días, se promulgó un edicto de César Augusto, que ordenaba un censo de todo el imperio. Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno en su propia ciudad; así es que también José, perteneciente a la casa y familia de David, se dirigió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, para empadronarse, juntamente con María, su esposa, que estaba encinta.

CONSIDERACIÓN Al ser la familia el fundamento de la sociedad, constantemente es atacada por diferentes frentes: leyes anti vida y familia, políticas educativas adversas, restricciones a la libertad, falta de trabajo y alimentos, inseguridad e inestabilidad familiar. La educación de los hijos es competencia de los padres y ningún poder terrenal puede quitarles

esta responsabilidad, es el gran servicio que deben realizar con amor y entrega generosa. En nuestra sociedad, marcada por el egoísmo y la indiferencia, hablar de solidaridad y fraternidad universal, para muchos, parece una utopía, pero es precisamente en este ambiente donde la familia cristiana debe vivir su vocación y misión: custodiar, revelar y comunicar el verdadero amor. La familia, pequeña comunidad de fe, sostenida por la Palabra de Dios y la Eucaristía, es el espacio propicio para la comunión, el diálogo, la ayuda mutua, en ella descubrimos que necesitamos del otro y que éste también espera mucho de nosotros. En la familia se transmite la vida, la alegría, la fe y el espíritu de servicio, de aquí surgen hombres y mujeres capaces de entregar su vida en múltiples tareas eclesiales y sociales. Pbro. Fabio Abraham Díaz Vergara, SDB.

DÍA QUINTO 20 de diciembre San Lucas 1, 26 – 30 En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: ‘Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo’. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: ‘No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús.

CONSIDERACIÓN María es la Virgen de la escucha, el Evangelio de san Lucas, presenta a la Virgen en actitud de silencio y escucha; mientras el Ángel le anuncia que ha recibido gracia de Dios y que va a ser la madre del Salvador, ella escucha, medita en las palabras, se interroga y discierne la voluntad de Dios. Son estas algunas actitudes que la Virgen nos enseña. En el contexto bíblico, el verbo escuchar está siempre en relación con Dios: para que cumpla sus mandamientos Ex 4,9, para hacer lo que Dios nos pide, ya que el escuchar lleva a adquirir la sabiduría divina, Prov 23,19; por ello la insistencia del Salmista que clama, “ojalá escuchen la voz del Señor”. En este contexto, María es la que está siempre a la escucha de la Palabra del Señor y es capaz de escuchar a los demás. La humanidad actual, debe recuperar el sentido de la escucha, como dice el Papa Francisco, la prisa en la que se vive, impide que nos detengamos y escuchemos a los demás. Si bien, muchas situaciones cotidianamente, hoy nos encierran en el egoísmo. Hay que dar tiempo para escuchar a Dios, en la meditación y la oración, hay que detenernos un poco en la vida para saber escuchar a los demás, en la familia, en la calle, en las realidades del mundo, en el clamor de tantas voces que nos piden ser escuchados para ser comprendidos.

DÍA SEXTO 21 de diciembre San Mateo 1, 20-21 «El ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de los pecados”»

CONSIDERACIÓN UNA REVELACIÓN DIVINA EN EL SILENCIO DE LA NOCHE Dios se manifiesta en distintas circunstancias, y en esta ocasión, se presenta a José, hombre justo y piadoso, a través de un sueño para iluminar su vacilación y temor. No siempre es fácil tomar decisiones, y máxime cuando hay situaciones desafiantes que ahondan en lo moral y emocional. Es entonces, cuando surgen la fe y la confianza en la voluntad de Dios, iluminando el momento definitivo de la vida. José obedece al pedido de Dios. Su respuesta fue un acto valiente que superó la incomprensión y las dudas que pudieron surgir en su entorno. Aceptó el plan divino y el papel que desempeñaría en la historia de la salvación como padre adoptivo de Jesús, cumpliéndolo con responsabilidad, generosidad y alegría, llegando a ser un héroe anónimo pero definitivo. También nosotros recibimos la invitación de Dios en esta preparación a la Navidad para desplegar nuestra fe y caridad, saliendo al encuentro de los demás, a pesar de las incertidumbres y dificultades en las que nos encontremos, pues la solidaridad no da tiempo de espera, surge en la desprogramación y busca llevar claridad allí donde hace falta la luz y la vida. Pidamos en este día por los padres de familia para que encuentren en Dios la fuerza para desarrollar su misión, y en José hallen un modelo de fe y entrega, convirtiéndose en custodios de sus familias, guías espirituales que brindan ambientes seguros y amorosos para sus hijos. Pbro. José Ariel Guerrero C, SDB.

DÍA SÉPTIMO 22 de diciembre San Juan 1, 11-12a. 14a «La Palabra vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros.»

CONSIDERACIÓN Este texto de Juan ilumina el tiempo de preparación al gran día de Navidad que se acerca. La Palabra, la Casa, los suyos, son elementos que nos acercan de manera concreta y sencilla al misterio del Amor de Dios, nos expresan el camino de la más pura y comprometida solidaridad de Dios con el género humano: Dios ha pronunciado su Palabra, por eso lo contemplamos habitando la casa más humilde en el Pesebre de Belén: Él, hoy quiere habitar en nuestra vida, en nuestros pensamientos, sentimientos y opciones. Acoger la Palabra que se hizo carne como nosotros nos da la posibilidad de sentirnos verdaderos hijos de Dios. Este es el regalo de la Navidad. Jesús, José y María en la noche de navidad buscaban una casa para acoger el nacimiento del Mesías, el rey y salvador. Muchos no los recibieron, muchos se quedaron contemplando sus propios intereses lo que les impidió reconocer al Hijo de Dios. Hoy nosotros somos la casa a la que Jesús se acerca y llama, quiere llegar a cada uno para llenarnos de su Amor, para darnos consuelo, misericordia, para darnos la posibilidad de llevar su mensaje a quien está a nuestro lado, al pobre, al olvidado, a quien necesita de nuestra generosa entrega. El Hijo de Dios pone su morada entre nosotros como el gesto más generoso de cercanía, quiere estar en medio de nosotros porque su casa es la casa de la oración, en ella lo encontramos como Camino Verdad y

Vida, su Palabra nos sorprende porque siempre es viva y eﬁcaz. Su casa es el lugar donde se vive la pobreza, la humildad y la alegría compartida. Preguntémonos: ¿Cómo me estoy preparando para recibir a Jesús en esta navidad? Él quiere tocar nuestro corazón. ¿Con qué gesto le respondemos? Sor Cecilia Camacho, FMA. Provincial CBN.

DÍA OCTAVO 23 de diciembre San Lucas 1, 46 – 56 “En aquel tiempo, dijo María: Mi alma gloriﬁca al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre. María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa”.

CONSIDERACIÓN María llega a visitar a su pariente Isabel; lo que escucha y experimenta en este lugar le reafirma que Dios está obrando, en bien de los demás, a través suyo. En ese encuentro fraterno, manifiesta las hermosas y verdaderas expresiones del Magníficat, reconociendo que seguirá

proclamando la grandeza del Señor, porque Él, no se cansa de seguir obrando en bien de sus hijos. El Papa Francisco, en Fratelli Tutti, escribe a la Iglesia y a la humanidad: “Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. Somos capaces de hacer el bien; está en nuestras manos...; somos capaces de generar nuevos procesos y transformaciones. Estamos ante la gran oportunidad de seguir generando fraternidad, de ser otros samaritanos, capaces de cargar con el dolor de los fracasos...” Como María, que engendró en su seno al Hijo del eterno Padre y lo hizo presente a los demás, hoy, tenemos nosotros la misma oportunidad de hacerlo presente a los otros para que siga generando fraternidad. Así también lo expresa el Papa Francisco: “Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos”.

DÍA NOVENO 24 de diciembre San Lucas 2. 16, 18 «Fueron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. Después los pastores se volvieron gloriﬁcando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.»

CONSIDERACIÓN La celebración de la novena de Navidad dispone nuestros corazones creyentes y los motiva para reaccionar salvíficamente al modo de Jesucristo que vive para servir y amar, esto es, para ser portador de salvación en medio de la humanidad, convirtiéndose en el modelo perfecto de tantos “héroes anónimos, que hacen posible en su nombre historias de solidaridad”. La Navidad es la más bella historia de la solidaridad de Dios. Esto lo comprendieron los pastores que haciendo caso a la noticia recibida, no se quedan indiferentes, sino que salieron a toda prisa para encontrarse con quienes, creyendo en Dios, hicieron posible el inicio de la historia de la salvación. Ellos deciden ir urgentemente hasta Belén para ser testigos de la manifestación misericordiosa de Dios. Ellos se hicieron con la Sagrada Familia “protagonistas”, se sintieron implicados en el corazón del Padre que ha hecho posible la Encarnación para alegrar los corazones de los más pobres, ahora los principales destinatarios del amor de Dios. Ante semejante historia de la solidaridad de Dios para con su pueblo, los pastores no permanecen indiferentes; luego de comprobar la misericordia de Dios y llenar sus corazones de alegría y sus vidas de sentido, retornan a sus lugares, trabajos y cotidianidades gozosos por el acontecimiento. ¡Ya sus vidas han cambiado! Es lo que Dios sabe hacer, cambiar las vidas, cambiar las historias de los seres humanos que son capaces de ponerse en camino con urgencia, para encontrarse con su Hijo y una vez habiéndolo visto, glorificar y alabar a Dios, compartiendo personalmente la alegría de haber sido amados, de haber sido salvados. De manera eficaz anunciar, testimoniar, hacer el bien y llenar de alegría a tantas personas que sufren y que tal vez no se han dado cuenta que sus historias también pueden cambiar.

¡Feliz Navidad! Pbro. John Jairo Gómez R. Inspector COB. 18

“Cuando vieron la estrella, se regocijaron sobremanera con gran alegría”. Mt 2, 10.