Viviendo Unbound Invierno 2017

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REALIDADES DE LA POBREZA el esfuerzo por una vivienda adecuada VIVIENDO invierno 2017


INVIERNO 201 7 EN ESTA EDICIÓN

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La búsqueda de una vivienda segura La falta de vivienda adecuada tiene un gran impacto en aquellos con pocos recursos. Pero las familias en el programa Unbound trabajan para brindar mayor estabilidad a su situación de vida.

14 Nuestra casa danza con el viento En las Filipinas, lugar propenso a los tifones, viven en una lucha constante quienes viven en asentamientos irregulares. En un mundo inseguro, el apadrinamiento ha dado a An-An y a su familia algo en que confiar.

20 Una familia construye su sueño, ladrillo a ladrillo En Tanzania, Saimoni y Anna desean un mejor hogar para su familia y, lentamente han estado trabajando para alcanzar ese objetivo. A la vista de la casa de adobe donde ahora viven, se está levantando una nueva casa de ladrillos. En nuestra foto de portada, Aggy, su hija, hace la tarea en la casa de adobe. Su apadrinamiento en Unbound ha ayudado a aligerar la carga financiera de la familia, acelerando el momento en que su nuevo hogar se convertirá en una realidad.

CRÉDITOS PRESIDENTE/CEO Scott Wasserman DIRECTORA DE MERCADOTECNIA Y COMUNICACIONES Brooke Barrier EDITORES Jordan Kimbrell Loretta Shea Kline Larry Livingston DISEÑO April Befort-Neumann Anne Peetz COLABORADORES Tristan John Cabrera, Philippines Henry Flores, Colombia Regina Mburu, Kenya Daniel Peréz, El Salvador GERENTES DE PRODUCCIÓN Alexandra Stonestreet Xander Jobe

26 Una vivienda en las colinas, una escuela en la ciudad

Henry Flores, quien dirige la labor de nuestros enlaces de comunicaciones en todo el mundo, reflexiona en la libertad que da el apadrinamiento a las personas para forjar sus propios caminos.

Unbound es una organización internacional sin fines de lucro fundada por laicos Católicos y fundamentada en el llamado del Evangelio de dar prioridad a las necesidades de los marginados y vulnerables.

Construimos relaciones de respeto mutuo y apoyo que superan las brechas culturales, religiosas y económicas. Invitamos a toda la gente de buena voluntad a acompañarnos.

Unbound no tiene ninguna asociación ni afiliación con, ni está respaldado por Heart of the Father Ministries o Unbound Philanthropy.


L A B Ú SQ U E DA

d e u n a v i v i e n d a s e g u ra Según el Informe de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas Humano del 2016, “más de 1 billón de personas viven en viviendas que están por debajo de los estándares mínimos de comodidad e instalaciones sanitarias”. Eso es más del 13 por ciento de la población del planeta. 3

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En esta edición de Viviendo Unbound, comenzamos a explorar las realidades de la pobreza, enfocándonos particularmente en la vivienda. Veremos cómo el resguardarse, lo cual es una necesidad humana universal, se ve afectada por la falta de opciones y la profunda diferencia que hace en la calidad de vida de una persona. El acceso al trabajo, la escuela, los mercados, los hospitales, el

es difícil tomar riesgos para que el cambio se produzca. Con el apoyo de los padrinos, Unbound les está ayudando a tejer esa red.

agua, la higiene y casi todo lo demás que es importante en la vida de un ser humano, se ve afectado por el lugar donde vive.

lentamente convierte en realidad el sueño de su familia.

En nuestra primera historia, nos encontramos con An-An y su familia. Son paracaidistas que viven en un barrio urbano marginado en las Filipinas y, como millones de otros, son tomados como rehenes por sus circunstancias. La familia de An-An conoce lo que conocen todos los que viven en la pobreza: Sin una red de seguridad,

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En ocasiones, una red de protección se presenta en forma de ladrillos y mortero; como hemos aprendido en nuestra segunda historia de Tanzania, donde el padre de la niña apadrinada Aggy,

Los problemas en torno a la vivienda y los retos que conllevan, tales como el tiempo que toma para ir y regresar del trabajo y la escuela, son realidades que las familias que participan en Unbound enfrentan todos los días de su vida. Consideramos que es importante comprender estas realidades porque estar consiente es el primer paso para mejorar cualquier situación.

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“Al contar las historias de nuestras familias, el mundo podrá ponerle cara a la pobreza. Viviremos y caminaremos en los zapatos de los marginados. Entraremos en los hogares de los pobres y podremos vislumbrar cómo es la vida a través de sus ojos”. — Regina Mburu, enlace de comunicaciones de Unbound en África

En un suburbio en desarrollo a las afueras de Dar es Salaam, la ciudad más grande de Tanzania, se encuentra solitaria una casa antigua en Tegeta. Al igual que muchas comunidades en el este de África, Tegeta está cambiando. Se están levantando casas de concreto y otros materiales sustanciales en contraste con las viviendas humildes de los vecinos que no pueden pagar algo mejor. 5

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CON LA ESPERANZA DE AGUAS CALMAS Stephanie, de 11 años, y su madre, Joy, cruzan el río Almacen todos los días para ir a la escuela y al trabajo. Ubicada en la provincia de Bataan en las Filipinas, por lo general el Almacen tiene de 18 a 25 pies de profundidad, pero con fuertes lluvias puede desbordar sus orillas e inundar las casas cercanas. El viaje en bote dura de 10 a 15 minutos, y Stephanie camina otros 10 minutos hasta la escuela. Mientras que ella y su madre se han acostumbrado al paseo en bote, los riesgos de esta clase de viaje continúan.



UNA COLINA ESCABROSA PARA VIVIR De acuerdo al Banco Mundial, en el 2015, el 20 por ciento de la población del Perú vivía por debajo de la línea de pobreza nacional. Para los residentes de la comunidad de Manchay, ubicada a unas dos horas al sudeste de Lima, significa vivir en barrios marginales en una colina polvorienta, en una zona en la que se ve poca lluvia y poco desarrollo. Los residentes se ganan la vida lo mejor que pueden en este adusto ambiente con muy escaso acceso a servicios públicos, como agua y mantenimiento de carreteras.

TOGETHER A LIVING Maria, 68, and her husband José, 66, make school uniforms in their community in El Salvador. The seasonal work doesn’t provide enough income to get them through the year, so the food and personal care items Maria receives as an Unbound sponsored elder provide needed support. The couple live in a small town.


ROMPIENDO EL CICLO Mbogo, es el nombre de Elizabeth en el idioma Kikuyu, significa “búfalo” en inglés. Es conocida como la Buffalo Kid en su comunidad cercana a Nairobi, Kenia. También es conocida por llevar y traer pasajeros a la escuela y trabajar en su bicicleta. Este trabajo es exigente físicamente y los hombres suelen hacerlo, pero Elizabeth es fuerte y decidida. Ella quiere que su hija, Mary, de 16 años, continúe su educación. “No quisiera que ella viva la vida que yo he vivido”, dijo Elizabeth.




A SECURE DWELLING The home of sponsored youth Angelica, 20, lies outside Zamboanga City in the southern Philippines. It was repaired with sponsorship funds the family set aside for that purpose. Rotting floorboards and flimsy walls were replaced with durable materials that help keep Angelica and her family Esta cocina se encuentra en una casa de alquiler en Santa safe and secure. The refurbished Ana, El Salvador, es donde Roxana, quien trabaja como home has also become a comfortcocinera en una cafetería de un corporativo, prepara las able gathering place for the local para su familia. Un tanque de propano, parcialmente comidas Unbound parents group. a la vista a la derecha de la estufa, proporciona el combustible

UNA COCINA PROPIA

para cocinar. El lavabo está afuera. El hijo menor de Roxana, José, de 17 años, se encuentra apadrinado en Unbound. José quiere ser mecánico y quiere comprar una casa a su madre, para que pueda tener la estabilidad de un hogar y nunca tenga que preocuparse por mudarse nuevamente.


nuestra casa

A D


NZA con el viento

LA VIDA D E UNA FAM I L I A Q U E V I V E EN ASE NTA M I E NTOS I R R EG U LAR E S

L

as Naciones Unidas estiman que al menos una de cada ocho personas que viven en el planeta hoy en día, reside en un barrio bajo. Un alto porcentaje han invadido terrenos, viven sin permiso o tienen protección legal en propiedades que no les pertenecen. Algunos construyen viviendas improvisadas en propiedades públicas, otros ocupan edificios abandonados y otros más habitan en cualquier espacio que puedan encontrar. La mayoría viven en extrema pobreza y son, para todos los fines prácticos, ignorados por sus gobiernos locales. Calvary Hill es una calle que serpentea a lo largo de las orillas del fétido arroyo Ermitaño en el corazón de la zona metropolitana de Manila, en las Filipinas. Este es un pueblo de asentamientos irregulares y, como su nombre lo indica, es un lugar de dificultades. Una hilera de viviendas desvencijadas apiladas de dos, tres y, a veces, hasta cuatro o más pisos de altura se extienden alrededor de la orilla del arroyo y se pierde de vista, como un castillo de naipes hecho de miles de terrazas deterioradas y desiguales.

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Alliannah, quien tiene 12 años y le gusta ser llamada An-An, vive con sus padres y tres hermanos en la aldea de asentamientos irregulares. Ella se convirtió en apadrinada de Unbound en el 2015. La familia de An-An vive en el anexo del cuarto piso de un edificio que, cuando llegaron, tenía solo tres pisos. El pequeño apartamento, apenas lo suficientemente grande para que una familia de seis pueda dormir, fue construido por su padre, Ryan, con la ayuda de los vecinos. Irónicamente, encaja perfectamente con el entorno porque no coincide con ninguna otra estructura a la vista. Las Filipinas es propensa a inundaciones y, es común apilar nuevas casas encima de las antiguas, especialmente en comunidades construidas tan cerca del agua como Calvary Hill. Al igual que con la mayoría de las decisiones que los pobres se ven obligados a tomar, la opción de vivir más arriba esta concesionada. Si bien, ofrece protección contra el aumento de las aguas provocadas por los tifones que amenazan perpetuamente las islas, también hace que los que viven allí sean más vulnerables a los vientos que los acompañan.

“DEBIDO A QUE EL VIENTO ES FUERTE, NUESTRA CASA DANZA CON EL VIENTO”, DIJO ELY, LA MADRE DE AN-AN. “MIS HIJOS BAJAN INMEDIATAMENTE PORQUE TEMEN QUE NUESTRA CASA SEA DESTRUIDA. DURANTE UNA TORMENTA, NO SUBIMOS. LOS CIMIENTOS DE NUESTRA CASA SON REALMENTE DÉBILES. ... POR ESO, SI EL VIENTO ES FUERTE, SENTIMOS MIEDO”.

Cuando las tormentas son especialmente intensas, la familia evacua, junto con otras personas del área, a una iglesia cercana. Después de que el peligro ha pasado, pasan por la rutina aterradora y familiar de descubrir si tienen o no todavía un hogar y, de ser así, si sus pertenencias aún están allí o no. Tal es la realidad de la vida errante de los pobres. El gobierno filipino ofrece servicios de reubicación para algunos paracaidistas pero, una 16

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La niña apadrinada An-An (a la izquierda, detrás de su padre) comparte un momento con su familia en su casita. Los otros son, de izquierda a derecha, Aarón, Ryan (el padre), Aria, Ely (la madre) y Arianne. Abajo se puede ver su apartamento, el anexo blanco en el cuarto piso cercano a la copa de los árboles. La estructura existente se agregó cuando se mudaron al vecindario de Calvary Hill.

vez más, hay concesiones. Los sitios de reubicación generalmente se encuentran lejos del núcleo urbano donde la mayoría de los trabajadores pobres de Manila, incluidos Ryan y Ely, se ganan la vida. (Él es chofer y ella se encarga de lavar la ropa.) El transporte de ida y vuelta sería costoso, no solo en términos de dinero, sino también en valioso tiempo laboral. Al cambiarse no tendrían otra opción más que intentar encontrar un nuevo empleo en un área menos poblada con menos oportunidades. Pero para los trabajadores pobres, si tienen un trabajo no es fácil dejarlo ir.


En un pueblo con asentamientos irregulares, la vida se mueve a su propio ritmo. En una escena típica de Calvary Hill, comparable a la que An-An podría ver desde su ventana del cuarto piso, los hombres juegan un partido de básquetbol, mientras una anciana, a la izquierda, barre el piso frente a su tienda. Un poco más a la izquierda, un niño pequeño, come una golosina que probablemente compró allí.

“Sería muy difícil vivir [en un sitio de reubicación] tan lejos de las cosas que necesitamos y comenzar de nuevo todo”, dijo Ely. “Conocemos ya nuestra zona, cerca del hospital, del mercado y de la escuela. Me da miedo el pensar cuál sería allí nuestra situación, en un entorno totalmente nuevo, y también se encuentra lejos del trabajo de mi marido. Por eso es que realmente siento miedo”. El mudarse, también significaría sacar a los niños de la escuela a la que asisten para comenzar de nuevo en un entorno desconocido. Ely, quien tuvo que abandonar la escuela cuando era adolescente para ayudar a mantener a su familia, esta reacia a causar una tal interrupción en sus vidas. 18

“Mi sueño para ellos es que terminen sus estudios”, dijo. “Es difícil si crecen sin ellos, sobre todo si ya no estoy en este mundo. Si no tienen educación, como yo, no van a poder encontrar un buen trabajo con un buen salario. Quiero que terminen sus estudios mientras todavía estoy aquí”. Ely se encuentra agradecida con la comunidad Unbound y con los padrinos de An-An por aligerar la carga financiera de la familia. “Me siento verdaderamente agradecida... porque realmente nos ayudan mucho”, dijo. “No me alcanza para comprar las cosas de su escuela. Tengo cuatro hijos y todos necesitan

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comprar útiles escolares. El salario de mi esposo es muy bajo, lo cual no es suficiente ni siquiera para nosotros en una semana... Si no hubiera tenido la oportunidad de ser parte de esta organización, no tendría la oportunidad de asistir a reuniones y capacitaciones, y para que mi hijo tenga un examen físico anual”. Las reuniones a las que se refiere, son las del grupo local de madres de Unbound. Dichos grupos se han convertido en la piedra angular del programa de apadrinamiento en cada uno de los países en los que trabaja Unbound, y una valiosa fuente de apoyo y motivación para las familias que luchan por salir de la pobreza.

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“Realmente veo un gran cambio en nuestras vidas”, dijo Ely. “Antes, mi esposo y yo siempre discutíamos, específicamente sobre los aspectos financieros y la necesidad de los niños de tener algo. Pero ahora, debido a Unbound, si necesito dinero, simplemente lo retiro de nuestros ahorros. Por lo que, muchas gracias por su ayuda”. El pertenecer a la comunidad Unbound es un bien preciado para una familia que vive la frágil realidad de los paracaidistas, en un castillo de naipes construido en un terreno propenso a las inundaciones. Es también, una de las pocas cosas en la vida en las que pueden confiar.

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LADRIL

A

gness se encuentra sentada dentro de la nueva casa parcialmente terminada de su familia, en un vecindario de Dar es Salaam, mirando un cuaderno de trabajo escolar. Hay mucha luz natural para leer, y una brisa que sopla desde una gran ventana ofrece un fresco confort en el calor tropical.

La ventana, le da a “Aggy” de 11 años, una extensa vista de su barrio, con sus árboles y plantas exóticas, caminos de tierra y techos de hojalata. A pocos metros de distancia se encuentra una casa de adobe donde ha vivido con su familia durante los últimos cuatro años. La yuxtaposición de la brillante y aireada estructura de ladrillo, y el oscuro y húmedo hogar de adobe ofrecen una visión de lo que significa para una familia construir un sueño, un ladrillo a la vez. 20

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una familia construye su sueño,

LLO A LADRILLO

Aggy y sus padres, Saimoni y Anna, están fuera de su casa de adobe y lámina de metal corrugado. Al fondo, su nueva casa de ladrillos espera a ser terminada. Siempre que Saimoni tiene una oportunidad, trabaja con el constructor.


“ Quería esforzarme y dar un paso más en la vida. Mi esposa y yo tuvimos una visión. Tuvimos un plan para mejorar nuestras vidas . — SAIMONI, padre de niña apadrinada Aggy

“Quería esforzarme y dar un paso más en la vida”, dijo el padre de Aggy, Saimoni. “Mi esposa y yo tuvimos una visión. Tuvimos un plan para mejorar nuestras vidas”.

era mínimo. Para el 10 o el 15 de cada mes, ya no tenía dinero. Conseguíamos alimentos y nos comprometíamos a pagar más tarde. Siempre estuvimos endeudados”.

Por años, Saimoni y su esposa, Anna, ahorraron cada chelín tanzano que pudieron de sus ingresos como vigilante nocturno y los ingresos de ella empacando y vendiendo jabón para lavar la ropa. No era suficiente para salir adelante, y se encontraron en deuda.

Vivían amontonados, con Aggy, dos hermanos y sus padres viviendo todos en una sola habitación. Se comenzaron a facilitar las cosas una vez que Aggy fue apadrinada en Unbound.

“Tuvimos muchos problemas”, dijo Saimoni. “Vivíamos en una pequeña casa alquilada. Todavía era vigilante, y el dinero que ganaba 22

“Se nos proporcionaron alimentos”, dijo Anna. “Para nosotros fue un gran alivio”. La ayuda del apadrinamiento de Aggy le dio a

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la familia el colchón que necesitaba para poner en marcha su sueño. “Ya podríamos ahorrar un poco y comprar un terreno”, dijo Saimoni. “Compramos este pedazo de terreno ya que lo pusieron a un precio más barato. Una vez que compramos la tierra, comenzamos a ahorrar para materiales de construcción”. Saimoni construyó una casa de adobe en la propiedad y le colocó un techo de lámina de metal. Como él y Anna no tenían que pagar alquiler y gastaban menos en comida y los costos de la educación se cubrían con el apadrinamiento, pudieron ahorrar para una casa de ladrillos, la cual comenzaron a construir el año pasado. También una parte de los beneficios del apadrinamiento los presupuestaron para la construcción. Saimoni trabaja por las noches y consiguió trabajo extra durante el día en obras de construcción, lo que le dio ideas sobre cómo quería diseñar su casa. También puso su propio esfuerzo en la vivienda, ahorrando en costos de mano de obra al ayudar al constructor. La casa tendrá una sala de estar, dos dormitorios y una cocina, con una letrina y una ducha fuera de la estructura principal. En años recientes, la afluencia de personas a las zonas urbanas de Tanzania ha hecho que sea una necesidad crítica el tener acceso a viviendas accesibles y bien construidas. Alrededor de un tercio de la población del país vive en ciudades, y el índice de urbanización ha ido creciendo a un 5 por ciento anual, de acuerdo a “The World Factbook”. Tanzania es el país más grande y más poblado del este de África. Se encuentra debajo del ecuador, con Kenia y Uganda en su frontera norte. Dar es Salaam se encuentra en la costa del Océano Índico y es la ciudad más grande de Tanzania, con una población de más de 5 millones. En el programa de Unbound en Dar es Salaam, las familias le dan una importancia especial en mejorar las condiciones de la vivienda, como lo demuestra la forma en que deciden gastar los recursos del apadrinamiento. Un desglose de los gastos del programa por categoría, muestra que la nutrición es el principal beneficio, con el 39 por ciento de los gastos destinados a los alimentos; seguido por la construcción de viviendas, 14 por ciento; colegiaturas, 14 por ciento; ropa de cama, 7 por ciento; y útiles escolares, 3 por ciento; con los gastos restantes distribuidos entre otras 19 categorías de beneficios. La naturaleza personalizada del programa de Unbound significa que las familias pueden elegir lo que más necesitan para ayudarles a salir de la pobreza. Dentro de las prioridades de la familia de Aggy se encuentran una mejor nutrición, educación y un hogar sólido. El apadrinamiento les ha dado un respiro para pensar más allá de las necesidades inmediatas y establecer metas para el futuro. 23

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“Cuando terminemos de construir esta casa, pasaremos de la casa de adobe a la de ladrillo”, dijo Anna. “Luego alquilaremos esa casa y obtendremos algo de dinero de ella”. Catherine Materu, parte del personal del programa Dar es Salaam, comentó que la familia muestra lo que es posible lograr con trabajo duro, planificación y una sólida red de apoyo que, para ellos, incluye el grupo local de madres de Unbound, el personal y los padrinos de Aggy, Ted y Suzanne de Oklahoma. “Visualizan en grande”, dijo Catherine. “Ven su futuro”. Los grupos de madres en Unbound ofrecen un medio para que los padres se motiven y se apoyen entre sí, y muchos incluyen programas de ahorro y micro préstamos. Anna obtuvo un


préstamo de su grupo para expandir su negocio de jabón, y ya lo pagó. Algún día le gustaría abrir una pequeña tienda. Aggy también tiene un sueño para su futuro. “Quiero ser médico”, dijo. “Quiero curar a las personas enfermas”. Para el futuro inmediato, la familia espera disfrutar de la vida en su nuevo hogar con un espacio seguro y cómodo para descansar, comer, estudiar y soñar. “Solíamos sentirnos mal viviendo en la casa de adobe”, dijo Saimoni. “Ahora, sentimos que tenemos todo lo que siempre quisimos en la vida”.

Sentada en la ventana sin terminar de lo que pronto será su nuevo hogar, Agness lee un libro de su escuela. La casa de adobe donde vive actualmente su familia, ahora se encuentra cerca bañada por el sol de Tanzania.


de la comunidad de Unbound

Una vivienda en las colinas, una escuela en la ciudad Por Henry Flores, Director de enlace de comunicaciones La pobreza limita la creatividad de los sueños,

a través de plantaciones de café y caminos de

bloquea la visualización de los objetivos y

tierra hasta la parada del autobús más cercana,

entierra las esperanzas. Pero la pobreza no es

son sólo los primeros pasos en su recorrido

algo que todos vivan de la misma manera. Es

diario para lograr su experiencia académica.

un problema individual, personal y complejo.

Llega a la escuela a las 6:45, después de casi dos horas en tres autobuses, y gastando $1.50, solo

Algunas personas se enfrentan a la falta

por el viaje de ida.

de una vivienda digna, mientras que otras tienen dificultad para asistir a la escuela o

Sandra se está preparando para obtener un

simplemente no pueden pagar su próxima

título en literatura. Ella no tiene internet

comida. El tiempo y la energía que gastan en

en casa ni un lugar adecuado para estudiar.

encontrar formas de resolver sus luchas diarias

Entonces, además del viaje agotador, después

les alejan de la visión, el tiempo y los recursos

de salir de la escuela, se pasa unas horas más

que necesitan para construir un futuro mejor.

en un cibercafé de la ciudad.

Sandra, de 23 años, siempre soñó con ir a la

La ubicación de su casa en un área rural,

universidad. Su padre, un agricultor de café, y

la falta de transporte cercano y la falta de

su madre, quien trabaja como cocinera, apenas

herramientas tecnológicas básicas dificultan su

ganan lo suficiente para cubrir las necesidades de

educación. A pesar de las dificultades, Sandra

su familia de cinco, y proporcionar a Sandra una

sigue decidida a alcanzar su objetivo.

educación universitaria no era una posibilidad. “No puedo tener lo que los demás estudiantes Ser apadrinada y recibir una beca de Unbound,

tienen, buena ropa y zapatos”, dijo Sandra.

además de trabajar como mesera los fines de

“Pero eso está bien. Estoy concentrada en

semana, abrió una puerta para que Sandra

conseguir mi educación”.

asistiera a la universidad. La flexibilidad de utilizar sus beneficios de Unbound directamente

En Unbound, miles de jóvenes, como Sandra,

para lograr sus objetivos académicos, le dio

tienen la capacidad de decidir cómo usar

la oportunidad de dejar de preocuparse por

mejor sus fondos del apadrinamiento

“¿Cómo le puedo hacer?” Y concentrarse en

o becas para superar su realidad

“¡Lo estoy haciendo!”

de pobreza. Para ellos es una oportunidad para mejorar y

Despertarse a las 3:30 de la mañana, salir de

pensar en el futuro.

casa a las 4:30, y caminar durante 30 minutos

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VIVIENDO UNBOUND


Sandra, una joven becaria y apadrinada en Unbound en El Salvador, recorre muchos kilómetros en busca de una educación. Su tenacidad le ayuda mientras avanza firme para obtener un título en literatura inglesa.

En ocasiones la parte más difícil es conseguirlo Los jóvenes de todo el mundo conocen la importancia de la educación para superar la pobreza. Quieren ir a la escuela, pero ¿qué sucede cuando no pueden llegar porque no hay dinero para la bicitaxi, el jeepney o el autobús? Las becas de Unbound ayudan a los estudiantes a pagar el transporte, la colegiatura y otras necesidades.

Para efectuar un donativo u obtener mayor información, visite unbound.org/ayudeaunbecario.


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