L
a identidad se define frecuentemente por quienes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos; son esos tres momentos vitales los que caracterizan la individualidad y, ayudados por el diseño, son traducidos a las atmósferas permitiendo al usuario imprimir esa identidad en cada espacio. Para esta casa, dos principios de diseño, un tanto remotos, fueron especificados: las sensaciones obtenidas de la espacialidad de las haciendas, y los fundamentos energéticos presentes en ideologías orientales. Ésta sería la premisa para establecer la personalidad de esta casa que busca inherentemente la armonía y la familiaridad. Por un lado, la casa fue concebida con el propósito de rescatar el modus vivendi de las haciendas; que sirvió como inspiración para la búsqueda de un carácter bucólico que se conjugara con el diseño actual, evitando historicismos.
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