2. La vida de los jóvenes inmigrantes en la sociedad de acogida
Las experiencias de los jóvenes en torno a la llegada a Barajas y las que viven durante los primeros días en España parecen alcanzar un peso fundacional en las formas que adopta la inserción y en el tipo de vínculos que establecen en la sociedad de acogida. El carácter que adquieren esas primeras experiencias resulta marcado por un fuerte componente emocional. A menudo, España es el espacio del reencuentro con la madre a quien dejaron de ver por tiempo largo, que usualmente va entre uno a cuatro años21. El encuentro entre hijo y madre se acompaña del descubrimiento de una ciudad distinta a aquélla –acaso una pequeña villa– que dejaron al iniciar la aventura migratoria. En el nuevo ámbito viven personas diferentes, con formas sociales, costumbres y patrones culturales ajenos a los que conoció hasta entonces. Existen instituciones diferentes, cuyo sentido y funciones tendrá que descubrir. Se habla un lenguaje que imaginó igual al suyo, pero cuyas características fonéticas, en vocabulario, giros idiomáticos, cadencias y volumen irá constatando distintas respecto a las suyas. Al producirse el reencuentro con padres y madres, los hijos suelen experimentar sentimientos de desorientación. Algunos de los chicos y chicas entrevistados en nuestro estudio refirieron no haber reconocido a sus madres al reencontrarse con ellas en el nuevo paisaje. Los hijos podrían tener la sensación de estar conociendo a una persona extraña, lo que quizá desencadene en ellos reacciones de temor, desconfianza e inseguridad. Si éste fuere el caso, resultaría directamente perjudicada la reestructuración de la familia como unidad (Suárez-Orozco, Todorova y Louie, 2002). Las experiencias iniciales de socialización de los jóvenes inmigrantes involuntarios ocurren en la escuela. Algunos jóvenes se sienten depositarios de las ilusiones de madres y padres respecto de las oportunidades educativas que tienen en la sociedad de acogida.
21 Uno de nuestros entrevistados indicó que había vivido separado de su madre durante ocho años.
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