La clausula piensalo bien ante mirian g blanco

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¿A QUÉ TEMES, MELISA? Tyler apretó los puños sin dejar de ejercer presión en sus mandíbulas cuando sintió el cuerpo de Melisa alzarse de la cama y el sonido de la puerta cerrarse. Suspiró con rabia, sintiéndose como un jodido idiota. Él era Tyler Mccartney, el empresario más codiciado a nivel internacional. ¿Cómo podía permitir que una simple mujer lo tratara así? Una mujer que se había comprometido a desempeñar fielmente un contrato. El sonido de los muelles del colchón hizo que Tyler abriera los ojos con asombro. Un cuerpo se deslizó bajo las sábanas, alejado lo suficientemente de él. Tyler tragó saliva con nervios, mientras la boca se le hacía agua. Solo pensar que ella y él estaban en la misma cama... —Uff —suspiró con deseo. —Lo siento —respondió ella, demasiado rápido para su gusto, pero era la pura verdad. Tyler se sorprendió y la observó por encima del hombro. —¿A qué temes, Melisa? —inquirió con curiosidad. —A ti —respondió cortante. Tyler giró su cuerpo para acercarse a ella. Solo pudo observarla sin pronunciar nada. Ahora eran sus miradas las que hablaban por ellos y transmitían lo que ambos querían ocultar. ¡Porque así era: una mirada vale más que mil palabras! Tyler no pudo evitar apartarle un mechón de la cara y rozarle la mejilla con el dorso de sus dedos. Melisa cerró los ojos sin dejar de suspirar. Tyler observó cómo las emociones se cruzan en su rostro, preguntándose qué tenía de especial aquella mujer para causarle tantas emociones juntas. —Eres condenadamente hermosa, Missy —confesó él en voz alta sin dejar de observarla con sumo detalle, tratando de grabar en su mente todos los lunares de su cara.


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