La clausula piensalo bien ante mirian g blanco

Page 131

estaba realmente agradecido de tenerla entre sus brazos. —¿Ya no te acuerdas cómo nos hemos conocido? —le preguntó sin dejar de sonreír con picardía. —Por supuesto, que sí —respondió ella con una risilla—. Ese día fue muy especial. Te llama engreído y te golpeé la cara —dijo, haciendo que él carcajeara. —No, no me refiero a ese día, Missy —declaró con la mirada un poco más seria. Tyler caminó hacia su armario, retirando un enorme ramo de rosas rojas. Melisa abrió los ojos con perplejidad, tapándose la boca para reprimir un sollozo. —¿Qué es esto? —inquirió con la voz entrecortada. —Hoy cumplimos nuestro primer aniversario —Tyler sonrió con timidez sin dejar de negar con la cabeza—. Sé que no te gusta rememorar cómo nos conocimos. Pero aún recuerdo ese día como si fuera hoy, cuando aparecí aquí en mi despacho con un enorme ramo de rosas roja —declaró, recordando las palabras exactas que Melisa dijo una vez. —Y una caja de bombones —terminó ella la frase, cuando por fin se acordó. Melisa dejó escapar unas lágrimas por su mejilla sin dejar de morderse los labios, mientras su nariz olisqueaba las rosas frescas. —Gracias, Tyler —le susurró. —No —dijo él, impidiendo que ella se le acercara—. No fue una caja de bombones, Missy. Ella observó con incredulidad cómo Tyler retiraba una cajita negra aterciopelada de su bolsillo. —Era una caja de compromiso —le explicó, arrodillándose mientras abría la cajita, desvelando un perfecto aniño de diamantes—. Entonces fue cuando te rogué para que te casaras conmigo y me hicieras el hombre y el padre más feliz del mundo. Melisa lo miró y pestañeó perpleja. Aquella proposición y declaración de amor la tomaron por sorpresa. —Puedo entender tu desconcierto. Si no quieres casarte conmigo, lo comprenderé. Sé que es algo precipitado pero...


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.