La clausula piensalo bien ante mirian g blanco

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Cuando pasó más de media hora, la preocupación de Melisa ascendió a un nivel estratosférico. Conocía a Tyler y su mirada le había transmitido una mezcla de cólera y ansiedad que hicieron alarmarla. —Disculpen —dijo ella con voz temblorosa—. Voy a salir un momento. Necesito hacer una llamada —mintió, alzando su teléfono móvil en alto. —Está bien, Mely —contestó Sara mientras ayudaba a Kate a incorporarse. Melisa se abrazó a sí misma sin dejar de caminar, preguntando cada cierto tiempo al personal sanitario por Tyler Mccartney. Fue entonces cuando un enfermero le dijo que había visto al rubio caminar hacia la sala de dirección. Ella frunció el ceño con confusión, pero pronto decidió ir hacia allí y salir de dudas de una vez por todas. Pero en acto reflejo, se llevó la mano a la tripa y de pronto sintió unas fuertes náuseas. Sintió una punzada de dolor en el estómago como si se lo hubieran abierto y la cabeza le daba vueltas. Melisa tuvo que contener un gemido de dolor mientras su cuerpo se golpeaba contra las paredes, casi perdiendo la respiración por el agudo dolor que sintió. De repente, las piernas cedieron y su cuerpo se apoyó contra una puerta. —¿Melisa? —El tono de desconcierto de Tyler coincidió con el ceño fruncido. Ella alzó la vista mientras apartaba un par de mechones de su cara, empapada literalmente en sudor. Tyler la ayudó a incorporarse sin dejar de analizarla con preocupación. Pero cuando los ojos oscuros de ella observaron a Nancy detrás de él, su mundo se derrumbó. Su largo cabello rubio estaba completamente despeinado. Sus ojos, azorados y picarones tenían una mancha oscura de maquillaje y el pintalabios estaba borrado. Nancy sonrió con malicia sin dejar de morder su uña postiza. De pronto, Melisa parpadeó, con la mirada firme y fija en los ojos color miel de Tyler sin dejar de apretar las mandíbulas. —Melisa, tenemos que ir a un médico. —¡Suéltame! —chilló, golpeándole la mano cuando él intentó agarrarla. Tyler miró a Nancy de soslayo y tragó saliva con cierta dificultad. —Melisa... —¡Cállate! —Su dedo índice lo señaló acusándolo—. Esto se ha terminado,


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