Edición impresa. Miércoles 21 de marzo de 2018

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La frase del día

Si viendo mi #3de3 no te salen las cuentas, aprende a sumar (a Mikel Arriola, quien la acusó de enriquecimiento ilícito)”.

SERENDIPIA #TRINOS

ALEJANDRA BARRALES ASPIRANTE A JEFA DE GOBIERNO

FORMA ES FONDO

MIÉRCOLES / 21 / 03 / 2018 HERALDODEMEXICO.COM.MX

EL BUENO

● Eduardo Andrade Azanza fue galardonado con el President's Awards que le entregó el príncipe Carlos, la más alta distinción para alumnos del Royal College of Music de Londres.

LO FEO

LO MALO

● La renuncia de Ximena Puente al INAI, para contender por una diputación plurinominal por el PRI. En su misiva destacó su trayectoria de 18 años en temas de transparencia.

● La situación por la que atraviesa Facebook, red creada por Mark Zuckerberg, ante el robo de información de usuarios. El escándalo es tal que comparecerá ante el Parlamento británico.

¿SE NECESITA UN GOBIERNO DE COALICIÓN? ADRIANA DELGADO. DIRECTORA DE AZTECA OPINIÓN @ADRIDELGADORUIZ

El Pacto por México permitió que los partidos hicieran a un lado sus diferencias y sacaran adelante 11 reformas

“Hace 20 años que ningún partido en el Congreso tiene, por sí mismo, mayoría suficiente para sacar adelante las reformas que se necesitan”.

En los procesos electorales recientes, los candidatos presidenciales ganadores lo han sido con márgenes cada vez más estrechos. Quien gane este 2018 lo hará si acaso superando un tercio de todos los votos, lo que abre el paso a cuestionamientos sobre la legitimidad de su triunfo y a dos posibles escenarios negativos: que no logre cumplir con su programa y promesas, o que para conseguirlo deba enfrentar largas y desventajosas negociaciones políticas. “La mayoría que cuenta es la que da votos en el Congreso, porque es con la que se aprueba el Presupuesto, la Ley de Ingresos y la legislación necesaria para la instrumentación del programa de gobierno”, explicaba el jurista Diego Valadés, desde 2016. Al inicio de esta administración, la integración del Pacto por México permitió que los partidos hicieran a un lado sus diferencias y sacaran adelante 11 reformas estructurales urgentes, pero cumplido el propósito, el pacto terminó y volvieron los desacuerdos. ¿Hay soluciones mejores? Actualmente, lo único que conocemos en la democracia mexicana son las alianzas electorales, cuyo propósito termina cuando su plataforma y su candidato obtienen la victoria. Una herramienta para probar es el gobierno de coalición. Se trata de que el partido o alianza ganadora que no obtiene mayoría suficiente, convoque a

otras fuerzas políticas a integrarse a su administración y a su proyecto para garantizar la gobernabilidad. El mecanismo es utilizado particularmente en las democracias parlamentarias. Al menos la mitad de los países de la Unión Europea tienen gobiernos de coalición y son naciones que tienen un alto nivel de desarrollo, dado que su vida política depende de la construcción de acuerdos y consensos. La participación de integrantes de varios partidos en un gobierno fomenta la transparencia, rendición de cuentas e inhibe la corrupción, dado que se crea un sistema de contrapesos. “Nuestro sistema político hiperpresidencialista es claramente obsoleto”, comentaba Diego Valadés. Las reformas hechas a la Constitución en 2014 contemplan que a partir del sexenio que inicia en diciembre, ya sea posible integrar un gobierno de coalición. Confiere esa facultad al presidente de la República y establece que el Senado apruebe convenios y el programa respectivo. Aunque aún no hay una ley reglamentaria al respecto. Hace 20 años que ningún partido en el Congreso tiene, por sí mismo, mayoría suficiente para sacar adelante las reformas que se necesitan para modernizar o mantener actualizadas las políticas democráticas, económicas y sociales que necesita el país. En Europa, lo usual es que los gobiernos de coalición se formen entre partidos de izquierda o de derecha. Los mexicanos esperamos que las fuerzas políticas tengan la capacidad de ponerse de acuerdo para avanzar, como lograron hacerlo en el Pacto por México.

Hasta finales de los 80, las confrontaciones por las gubernaturas entre PRI y PAN eran cruentas guerras

WILBERT TORRE

En política, la forma es fondo. A 33 años de su partida, recordamos a Jesús Reyes Heroles”, escribió ayer en su cuenta de Twitter el candidato del PRI, José Antonio Meade. En una ingrata ironía política, el aniversario luctuoso del ideólogo del sistema que abrió a los partidos de oposición la competencia electoral en México, ha coincidido con la publicación en The New York Times de una serie de revelaciones de la más reciente amenaza a las democracias del mundo con la oscura intervención de un icono de estos tiempos (y de nuestra facinerosa procrastinación): Facebook. Meade llamó a Reyes Heroles “un gran liberal”. Tres décadas más tarde, ha sucedido la mutación de una democracia controlada por el gobierno con reglas que favorecían al PRI y detonaban intensas guerras libradas por la oposición en condiciones desiguales entre finales de los años 50, cuando el PAN comienza a ganar elecciones, y los tardíos 70, con la inauguración del modelo plural. Hasta finales de los años 80 las confrontaciones partidistas por las gubernaturas entre el PRI y el PAN eran cruentas guerras que, por lo regular, terminaban en la imposición del candidato del partido oficial y la denuncia de fraude electoral por parte de la HOY LAS oposición. ALIANZAS SON Después llegaron las céleDE PERSONAS E bres concertacesiones ideadas INTERESES por el presidente Carlos Salinas de Gortari y los panistas, Diego Fernández de Cevallos y Carlos Castillo Peraza, una suerte de restitución de la democracia que consistía en echar del Palacio de Gobierno al gobernador constitucional que había sido electo bajo denuncias de fraude, y reemplazarlo por uno producto de un acuerdo oscuro e inescrutable. Tras el régimen-aplanadora que dio nombre a la dictadura perfecta dibujada por Vargas Llosa en la mocedad del régimen salinista (en el inicio de 17 remociones de gobernadores), vino la elección de Fox, tal vez la última que se resolvió bajo el ejercicio simple y abrumador del voto en la calle. De Calderón a las últimas de hace seis años, se han ganado por medio de acuerdos que han desplazado la institucionalidad de los partidos. Hoy las alianzas son de personas y de intereses, independientemente de partidos e ideologías, y las elecciones se ganan con estrategas audaces e iniciativas cuestionables. El último de los escándalos que han alcanzado a Facebook y al genio de su creación, Mark Zuckerberg, involucra a la empresa Cambridge Analytica, el cerebro digital que para favorecer la elección de Donald Trump, creó perfiles psicológicos de más de 230 millones de estadounidenses, a partir de los datos personales aportados por la afamada red social. Cambridge difundió información engañosa en otros países, incluido México. Seguir el posible rastro de esta nueva forma de guerra electoral se suma a las tareas urgentes de un INE que no parece estar a la altura del desafío que plantea la que se adivina como la más sucia de las elecciones, en julio próximo. Forma es fondo, dijo Reyes Heroles. WILBERTTORRE@GMAIL.COM @WILBERTTORRE


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