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Recomendaciones

olvidó hacerlo, o les dio pereza. Además, señalan que no siempre pueden contar con el apoyo de los papás y las mamás, ya sea porque andan trabajando o porque simplemente no les preocupa.

Evidentemente, esos diferentes aspectos le plantean a la persona docente serios problemas para impartir lecciones y garantizar que el proceso de aprendizaje ocurra y brinde buenos resultados. De hecho, la totalidad de personas docentes consultadas coincidieron en señalar que, con dificultad, logran cubrir el 50 % de la materia prevista y, con frecuencia, apenas logran hacerlo en un 25 % o menos. Eso, en buena medida, porque a las dificultades ya expuestas se suma que el número efectivo de horas clase suele ser mucho menor que las que se imparten en un curso lectivo normal.

Los problemas mencionados representan, ya de por sí, una gran dificultad, desde el punto de vista didáctico-pedagógico, para impartir lecciones y obtener los resultados escolares planificados, de acuerdo con el programa de estudios vigente. Sin embargo, en consulta realizada al profesorado sobre este aspecto en específico, aportaron más elementos que interesa mencionar:

• El programa de estudios, en sus contenidos, y especialmente en su didáctica, no está diseñado (pensado) para impartirse en otras modalidades que no sea la presencial. Además, las personas docentes no están preparadas o no tienen la formación necesaria para hacer la adecuación didáctica que se requiere. Por tanto, cada docente rediseña los contenidos y la didáctica según sus propios conocimientos y su experiencia. Muy fuertemente asociado con esta dificultad está el hecho, anotado por varias docentes, de que la didáctica varía según el nivel educativo de que se trate. Esa distinción es particularmente importante, por ejemplo, cuando se está hablando de educación prebásica y educación básica, porque los objetivos formativos difieren significativamente entre uno y otro nivel.

• Limitaciones para acceder a diferentes plataformas tecnológicas, especialmente las relacionadas con el campo educativo, ya sea porque las personas docentes no las conocen o manejan, o porque sus estudiantes no pueden acceder a estas, pues los equipos que utilizan (computadora o móvil) no tienen la capacidad (memoria) para hacerlo.

• La sobrecarga de trabajo (por cantidad de estudiantes que debe atender, o por número de materias que debe impartir, o por las diferentes modalidades de clases que debe impartir -semipresencial y virtual-), no le permite contar con el tiempo necesario para poder rediseñar la parte didáctica de cada contenido, en consecuencia, generalmente, se ven en la obligación de recurrir a la técnica de compartir pantalla para la entrega de contenidos en formato de texto y/o ilustraciones (dibujos).