Magna México 2015 - Ignacio Bahna

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Ignacio Bahna

M AG MA

Chile MĂŠxico 2015-2016 Yam Gallery


Acci贸n latente de un proceso t茅rmico e x p a n s i v o


Introducción Se podría decir de la siguiente manera: un artista desarrolla una técnica y una serie de estrategias para aproximarse a la intención de su práctica. Mediante la consolidación de una serie de gestos, logra el dominio de su campo de acción. De ese modo construye un cuerpo de obra y refuerza sus convicciones sobre el trabajo realizado. En el caso de Ignacio Bahna, sin embargo, la condición determinante en su obra es, más bien, haber optado por un lugar para vivir antes que por una especificidad técnica. En lugar de preparar el despliegue de un determinado número de gestos, su trabajo ha buscado un espacio en el que descubrir el valor de su ejercicio artístico, un entorno natural que le ha ido proporcionando información y saber. A partir de los restos orgánicos de un paraje en el sur de Chile, Ignacio Bahna no deja de interrogarse y repensar la relación que, como individuos de una sociedad posindustrial, podemos establecer con un medio natural convertido en fetiche en permanente riesgo de extinción. La técnica, por lo tanto, ha quedado en su caso sujeta al perfeccionamiento de la observación, de la paciencia y del encuentro. A continuación transcribimos una conversación con el artista construida a partir de un texto que trata de explicar el origen de su obra de los últimos años. Es un diálogo que saca a la luz un modo de trabajo a partir de la construcción de un territorio. Ignacio Bahna es cuidadoso en su labor. Su trabajo con materiales tomados del bosque y la montaña está concebido desde el respeto al origen. Hasta cierto punto, su manera de ensamblar los elementos que componen sus piezas sugieren un détournement, una recombinación que, como señalan Wolman y Débord, “produce todo su significado en el nuevo contexto en que ha sido ubicado”. Como artista le basta con asociar un material cuya antigua nobleza natural ya contiene el poder de los elementos. Eso recuerda al gesto con que Robert Smithson recuperó la fuerza ignota de un paisaje negado por la civilización. La idea que subyace a ese tipo de prácticas apunta a convertir la labor de regeneración del paisaje en una obra de arte. En MAGMA se aborda esa recolección de fragmentos tras la catástrofe natural, sea por factores artificiales o no. En realidad, ya está todo allí, en el corazón del bosque. Sólo hacia falta volver a él y recorrerlo.

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Encontrar un lugar

El año 2005 Ignacio Bahna inicia la construcción de un asentamiento sustentable a 830 kilómetros al sur de Santiago. En medio de un paraje virgen emplazado a 2.000 metros de altura y rodeado de tres volcanes –Quetrupillán, Villarrica y Lanín–, el artista funda una pequeña reserva que se convierte en el terreno salvaje cuyo ritmo comenzará a marcar la construcción de una práctica artística alineada con el entorno. Es el nacimiento de El Observatorio, un espacio natural de descubrimiento en mitad de la foresta y donde, gracias a la proximidad de los volcanes, es posible observar la actividad de estos grandes colosos, los detritus y escorias que arrojan, el impacto sobre la topografía circundante.

“Este proyecto se ha transformado en la plataforma permanente para la creación de mis obras, desde una realidad tangible y vivencial, pudiendo observar los cambios en la estructura geográfica producida por los diversos fenómenos naturales como también por el cegado accionar humano.” La observación del entorno permite dar con formas y materiales forjados por la acción del fuego, la lava y la sedimentación rocosa. Y permite también establecer las bases de una nueva relación con el mundo en formación, como si fuese el despliegue de una ciencia personal y directa. La naturaleza que tan severamente ha sido explotada, esconde también formas salvajes y originales que la ciencia pura sólo consigna desde un punto de vista académico. El planteamiento de El Observatorio pone en duda el estatuto epistemológico y confirma que el entorno encierra una estructura latente aún por descifrar.

“La ininterrumpida investigación, el descubrimiento y la conservación del lugar, han brindado al proceso de mi trabajo una valoración e identidad vinculante al origen de la materia, a su historia y transformación. Al mismo tiempo, la experiencia de construir El Observatorio en un clima extremo, vinculado a disciplinas como la arquitectura e ingeniería, ha sido fundamental para el desarrollo técnico, constructivo y experimental de mis obras.” El Observatorio toma la forma de una casa levantada con soluciones extraídas del entorno en el que se halla ubicada: es lo que hay disponible. Eso determina una necesaria simbiosis para construir una

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obra con materiales recogidos, objets trouvés. ¿Podemos hablar de collage? En cualquier caso, si Kurt Schwitters levantó Merzbau en una relación de intimidad con la materia y una yuxtaposición de retazos que desafiaban la lógica del espacio doméstico, Ignacio Bahna reactiva ese impulso para formar un mundo propio a partir de una sintaxis constructiva singular, que le permite levantar … “un recorrido envuelto de acciones y reacciones, donde la búsqueda me llevó

La explosión del volcán en las proximidades ofrece la oportunidad de recordar el sentimiento de conmoción sublime ante el poderío del mundo natural, tal como lo destacaban los románticos y que Kant describe como “sentimiento acompañado algunas veces de cierto horror o melancolía”.

a una ilusión, a una espera inconsciente de un evento mayor, de grandes dimensiones...”

“Caminar por el lugar y sentir el crujir de mis pasos, no era suficiente para darme cuenta de lo que estaba viviendo. Deambulé de un lugar a otro intentando reconocer mi realidad, buscando respuestas, pero ya estaba todo dicho, era el momento para un nuevo recorrido.”

El fenómeno colosal: la erupción

“El 3 de marzo de 2015, en un día como cualquier otro, sorpresivamente la tierra comenzó a rugir. Mil cosas pasaron por mi cabeza. Recordé lo vivido en El Observatorio el año 2010 con el terremoto 8.9 grados. Pero pronto toda mi incertidumbre quedó aclarada. El cielo se torno rojizo y, de un segundo a otro, comenzó una intensa lluvia negra y ruidosa. El volcán Villarica, uno de los más activos de Chile, ubicado asólo 11 Km del El Observatorio había hecho erupción. Toda la tierra se cubrió de un manto negro, piedras volcánicas etéreas y brillantes anunciaban que el tiempo de espera había terminado.”

Posteriormente tiene lugar un nuevo fenómeno natural descrito por el artista:

“El día 30 de abril de 2015, a solo semanas de la gran erupción, el cielo se cubrió de gris, el día se hizo noche, los árboles, el agua y todo lo que estaba vital quedó envuelto en una gran capa de ceniza: el volcán Calbuco, ubicado a 300km de distancia de El Observatorio había hecho erupción. Los fuertes vientos guiaron la gran nube por un largo recorrido, hasta caer sobre el suelo de piedras volcánicas asentadas desde la anterior erupción. Era el año donde el cordón de fuego del Pacífico se comunicaba más que nunca. El Observatorio seguía escribiendo su propia historia, en una especie de área magnética que atraía todos los sedimentos volcánicos que surgían desde su entorno.” Por último, un tercer momento de sobresalto y conmoción, aunque esta vez responda a otro origen.

“En esos meses no solo sucedieron fenómenos naturales, la intervención del hombre en la naturaleza no estuvo ausente. Grandes llamaradas provocadas por la irresponsabilidad humana dejó en evidencia la destrucción de miles de hectáreas de bosques nativos y fauna de la región. Los incendios se expandieron sin control, los cuales comenzaron a convertirse junto a las consecuencia de los volcanes en una gran área de caos y transformación en la estructura terrestre.”

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Si antes hemos hablado de la versión romántica de la naturaleza desbordante, resulta inevitable reconocer la decepción ante una época como la nuestra, que ha convertido al medioambiente en un santuario protegido ante nuestra propia capacidad destructiva. MAGMA se inserta en el juego del pionero que abre una ruta para compartir los fragmentos restantes de la naturaleza con aquellos que tal vez nunca lleguen a conocerla:

“Mi reflexión fue profunda, era algo apocalíptico, una experiencia única y que debía de canalizar por medio de un lenguaje interpretativo, con el fin de transmitir y compartir lo vivido con aquellas personas que están lejos de esta realidad y que difícilmente llegarán a vivir. Es ahí donde comienzo a desarrollar el proyecto MAGMA.”

…acción latente de un proceso térmico expansivo…

La relación con el volcanismo, el fuego, el incendio como fuerzas irrefrenables ocupan un lugar central en el proyecto. La naturaleza es también una fuerza destructora que se renueva de manera dramática.

“El proyecto MAGMA es el resultado de años de investigación sobre el lenguaje cartográfico y expansivo de fenómenos naturales e intervenciones del hombre en la naturaleza.... En este caso específico, el proyecto está basado en las explosiones volcánicas e incendios forestales que son incorporadas en un proceso de investigación visual encaminada a producir un conjunto de piezas murales que juegan con el efecto provocado por las grietas volcánicas.” La araucaria, gran árbol simbólico en la zona, alimentó durante cientos de años a la cultura indígena local, los pehuenches. Estos habitantes del lugar se dedicaron a recoger los piñones desprendidos y levantaron su cultura en base a la recolección de lo que yace sobre la tierra. En este caso, el artista repite el gesto de agacharse a recoger el fruto después del desastre.

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“Para la construcción de las obras, recolecté diversos materiales de las zonas afectadas por las erupciones y los incendios. Por una parte, recuperé maderas en procesos de carbonización de bosques quemados que, posteriormente, fueron trabajadas con esmero para luego incorporarlas en la obra.” Y eso lleva al descubrimiento de la luz encerrada en el corazón de la foresta:

“Uno de los puntos fundamentales para la realización de estos trabajos fue el estudio de la luz térmica generada por la lava y el fuego. Para eso me dediqué a una profunda búsqueda en los faldeos de los volcanes para dar con el material que mejor representaría dicho efecto. El “picoyo”, una suerte de ámbar que surge en el procesos de descomposición de la Araucaria, árbol propio de las zonas cordilleranas del sur de Chile que llega a vivir más de 2000 años, fue lo que me dio la clave. El picoyo corresponde a la concentración de resina que sólo queda al descubierto cuando uno de estos grandes árboles cae derribado por el fuego o el paso del tiempo.” Su materialidad traslucida resultó clave para lograr un efecto inesperado al exponerlo al contraluz. De pronto, cientos de años de concentración de materia brillan con la incandescencia del fuego.

“Delgadas placas de picoyo fueron incorporadas en las obras junto a un sistema eléctrico experimental de luces LED, que en conjunto resaltan las anaranjadas y transparentes vetas milenarias. A su vez, este sistema tecnológico se enciende y se apaga cada 15 minutos con un timer que alude a la acción latente y sorpresiva de ciertas manifestaciones volcánicas.”

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Ignacio Bahna diseña un dispositivo que une dos polos opuestos de la tecnología en la presencia de la madera, material combustible por siglos. Lo rústico y la sofisticación coinciden en cada pieza mural que al mismo tiempo emite y absorbe luz: la madera carbonizada enmarca los fragmentos de resina retroiluminada como un contenedor del fuego latente en cada árbol.

“La elección de los materiales que conforman estas obras no son mera casualidad, la historia que posee cada uno de ellos transforma estas piezas en una especie de patrimonio natural, dejando en evidencia la metamorfosis matérica que ocurre de forma casi oculta y percibido por muy pocos.” La combinación entre naturaleza y tecnología, entre arcano y reciente, entre opaco y luminoso, entre materia natural y artificial, entre objeto hallado y objeto transformado, marcan el esfuerzo del artista.

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“El proyecto Magma aglomera conceptos de diferente naturaleza que coexisten mediante la unión equilibrada de materiales nobles cargados de historia propia con sistemas tecnológicos contemporáneos. Una reflexión que nos adentra en cómo la naturaleza salvaje y los avance del hombre en términos de crecimiento y modernización pueden relacionarse en armonía...”

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Epílogo: el fuego estaba antes

Cientos de miles de años atrás, los ancestros del hombre actual comenzaron la dominación del entorno gracias a una primera conquista esencial: el fuego. Según los relatos reconstructivos de la prehistoria, aquellos homínidos nómades de la era paleolítica trasladaban con ellos las brasas encendidas que les permitieron sobrevivir entre glaciaciones. Gracias a las llamas pudimos repeler el ataque de las fieras, recortar la oscuridad de la noche, asar el alimento sangriento, crear el calor, armar el hogar. El fuego como herramienta tecnológica fue, al mismo tiempo, el inicio de la carrera que desemboca en los reactores nucleares, en las grandes ciudades, en la naturaleza arrasada. El fuego hizo al hombre, sí. El fuego, algún día, volverá a destruirlo.

En su Poema del inocente, el peruano Jose Watanabe señala la “intraducible belleza” de un bosque quemado, estropicio incalculable provocado al acercar un fosforito al árbol reseco. Y le pide al causante no culparse por el desastre causado “porque fuiste tú, pero tampoco.” Más importante es que fije “en la memoria esa enseñanza del paisaje”: que ese estrago repentinamente causado viene de mucho antes porque el árbol guarda en sí la llama que lo habrá de quemar. “Y acepta: el fuego ya estaba allí / tenso y contenido bajo la corteza....”

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1,2 Fisura Térmica. 2015. Madera carbonizada, picoyo, luces LED. 400 x 110 x 5 cm. 3,4 Fisura Térmica |. 2015. Madera carbonizada, picoyo, luces LED. 170 x 30 x 5 cm. 5,6 Fisura Térmica |||. 2015. Madera carbonizada, picoyo, luces LED. 330 x 60 x 5 cm. 7 Fisura Térmica |V. 2015. Madera carbonizada, picoyo, luces LED. 180 x 150 x 5 cm. 8 Fisura Térmica ||. 2015. Madera carbonizada, picoyo, luces LED. 230 x 43 x 5 cm.

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BIOGRAFÍA Santiago, Chile. 1980

Después de estudiar Bellas Artes en la Universidad de Barcelona entre 2001 y 2005 (beca Matricula de Honor a la Distinción Académica en dos ocasiones), desarrolla su carrera en Europa, EE.UU y Latinoamérica. Entre sus muestras individuales destacan “Oda al Aire” en Austro Gallery, EE.UU, “Campos en Expansión” en Galería Aranapoveda, España, “Reacciones Exergónicas” en galería Artespacio, Chile y su actual exposición “Magma” en Yam Gallery, México, gracias a una beca concedida por el Gobierno de México. Su trabajo también ha participado en festivales y ferias en Basel (Volta 9); en Nueva York (Pinta); en Lima (Art Lima), en Santiago (Ch.ACO) y en Madrid (Jugada a 3 bandas), entre otras. De igual manera, ha realizado residencias en España, EE.UU y México. Actualmente Bahna vive y trabaja entre El Observatorio ubicado al sur de Chile y su estudio en la ciudad de Santiago. Durante el 2016 expondrá en Brasil, Colombia, Perú, México y Chile.

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DIRECTOR Adolfo Caballero DIRECTORA DE COMUNICACIÓN Marie Moébius Ancha de San Antonio 20, int. 1 San Miguel de Allende, Gto, México, CP 37700 (+52) 415.150.6052 www.yamgallery.com

TEXTO Pedro Donoso Ignacio Bahna DISEÑO Y FOTOGRAFÍA Carolina Jofré Ignacio Bahna IGNACIO BAHNA STUDIO www.ignaciobahna.cl

Proyecto financiado por el Gobierno de México. Beca Estancia de Creación Artística.


El proyecto MAGMA está compuesto de dos etapas. La primera, presentada en este catálogo, narra el desarrollo de un conjunto de piezas murales realizadas en Chile que evocan los volcanes activos del cordón de fuego del Pacífico. La segunda etapa se realizará en la residencia artística en Yam Gallery, San Miguel de Allende, México, como parte de la beca otorgada por el gobierno de México. En esta estadía se desarrollará una investigación en terreno en el campo volcánico ubicado al sur de la ciudad, donde se recolectará material de las erupciones volcánicas generadas por los macizos del sector hace cientos de años, (sedimentos, piedras volcánicas, cenizas, entre otros). Con ese material recolectado se creará una instalación relacionada con los volcanes inactivos de la zona. Ambas propuestas estarán presentes como proyecto final en la exposición individual MAGMA, que se realizará en Yam Gallery entre los meses de Diciembre de 2015 y Febrero de 2016.


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