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Ciertamente no es tema fácil. Todos constatamos que se nos presentan desafíos nuevos, que ya todo es diferente, que no podemos seguir haciendo lo mismo y de la misma manera; que a tiempos nuevos, modos y maneras nuevos. Todos teorizamos muy bien, pero luego no definimos tan bien.

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En realidad me estoy refiriendo de modo expreso a las Comunidades de la parroquia de Quillabamba. Pero creo que es muy parecido lo que ocurre en las de Quellouno, Santa Teresa, Maranura, Huiro, Ibochote, y Koribeni; todas, perteneciendo a nuestra provincia de la Convención y todas, dirigidas por nuestros sacerdotes diocesanos.

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Expondré, lo primero de todo, la situación religiosa actual de nuestras Comunidades Cristianas Campesinas.

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SITUACIÓN RELIGIOSA ACTUAL DE LAS COMUNIDADES CRISTIANAS CAMPESINAS. RASGOS 1. Se da escasa asistencia de personas a las celebraciones de la Eucaristía. En general son pocos los que acuden a ellas. Hay excepciones notorias. Algunas Comunidades -muy pocas- están ya reunidas para cuando llega el sacerdote con sus asesores/as. Pero la gran mayoría de ellas demoran en reunirse y luego son pocos los asistentes. 2. Son, principalmente, los jóvenes, varones y mujeres, los que más faltan a estas celebraciones. Pasan la semana en Quillabamba por razón de sus estudios y sólo vuelven a su Comunidad para los sábados y domingos. Las celebraciones religiosas suelen realizarse cualquier día de la semana, a las siete de la noche, excepto sábados y domingos. (Hay que hacer notar que el número de Comunidades, que dependen de la parroquia de Quillabamba llega hasta cincuenta). A esto hay que añadir, para los jóvenes que pudieran acudir a las celebraciones, que la atracción de la televisión, internet, teléfonos móviles, etc., es demasiado fuerte, alejándoles de cualquier reunión. 3. Muy pocas personas de la Comunidad se ofrecen para ser Coordinadores de ella. Todo el mundo se excusa. Todos tienen muchas cosas que hacer. Y ya todos sabemos que, sin la colaboración generosa de las personas para los cargos, no puede haber Comunidad Cristiana Campesina. Con igual facilidad se excusan para ser secretario, vocal, o preparador de sacramentos. Siempre tienen que repetir los cargos las mismas personas. 4. Bastantes de los que, finalmente, se ofrecen voluntarios para dichos cargos, se cansan pronto y abandonan, aún sin avisar a nadie. De esta manera cunde el desánimo y la dejadez en toda la Comunidad. Al final nadie sabe nada, ni quiere saber nada acerca de ayudar a los hermanos de la Comunidad, aceptando algún cargo.

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