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Boletín informativo

Misioneros Dominicos

Enero - Febrero 2006 Año XVI; Nº 155 VICARIATO REGIONAL DE SANTA ROSA DE LIMA

- PERÚ

Convento San Alberto Magno. PP. Dominicos. Av. Riva Agüero, 2005 – San Miguel – Lima 32 (PERÚ) Apartado 2999. Lima 100 (PERÚ). Telefax (01)562-2360. Correo-e: misdom@viabcp.com URL: www.selvasperu.org Director: P. Vicente Suárez Álvarez, OP

SUMARIO ARTÍCULOS Fr. Miguel Zabalza. Relación del Prior Regional al Capítulo Intermedio Mª Mercedes Armendáriz. Relación de religiosas en Sepahua desde el año 1970 al 1979 Hna. Asunción Guerrero. Incursión senderista Fr. Marco Nureña. La dimensión hecha mención Fr. David Martínez de Aguirre. Expedición al Alto Camisea Fr. Pedro Rey. Inculturación Fr. Ángel Pérez casado. Cien años de misión de los dominicos de la Provincia de España en el Vicariato de Puerto Maldonado P. Luis AITE Huillca. Digo un poco de todo desde Quellouno EFEMÉRIDES CUMPLEAÑOS NOTICIAS


RELACIÓN DEL PRIOR REGIONAL AL CAPÍTULO INTERMEDIO Celebrado en Lima del 31 de Enero al 3 de Febrero del año 2006 P. Miguel Zabalza, OP Prior Regional Trataré de seguir el esquema presentado a todos como propuesta de trabajo de cara a este Capítulo Intermedio. Primero estudiaré la situación actual del Vicariato. Después afrontaré el futuro del Vicariato de cara a estos próximos cinco años teniendo en cuenta los problemas más importantes que nos afectan. 1. SITUACIÓN ACTUAL DEL VICARIATO El número de frailes que conforman la Comunidad Vicarial y que están en posibilidad de algún de trabajo es de treinta. A ellos hay que añadir ocho estudiantes en período de formación y cinco novicios. Los postulantes de primer y segundo año de postulantado suman en total tres. La edad de los frailes es elevada. Sólo contamos con tres hermanos que están en los treinta años; ninguno en los cuarenta; tres en los cincuenta; ocho en los sesenta; nueve en los setenta y siete en los ochenta. Las actividades realizadas por los frailes son variadas. En primer lugar y como lo más importante tenemos la atención a las Comunidades Nativas del Urubamba y Madre de Dios y la atención a las Comunidades Campesinas del Urubamba y Madre de Dios. Después atendemos a las parroquias de Maldonado (Catedral) y Quillabamba, poblaciones que superan los cuarenta mil habitantes. Participamos en las labores docentes del Seminario diocesano de Puerto Maldonado. Llevamos la dirección de Radio Quillabamba. Damos atención a unos sesenta jóvenes nativos, varones y mujeres, que estudian, becados, carreras superiores en Lima, Cuzco, Maldonado y Quillabamba. Además realizamos otras tareas diferentes y nuevas como las actividades del Centro Cultural Pío Aza con su revista Estudios Amazónicos. El Vicariato reúne tres conventos formales o prioratos, que son los de Maldonado, Quillabamba y Lima. El convento de San Jacinto de Maldonado atiende a muchas Comunidades Campesinas y a algunas Nativas. Es responsable de la parroquia del Rosario de la Catedral y colabora en la docencia del Seminario. También participa en la docencia de la Universidad. El convento de la Inmaculada de Quillabamba atiende igualmente un gran número de Comunidades Campesinas, lleva la parroquia de la ciudad y dirige Radio Quillabamba. Está a cargo de “Caritas, Puerto Maldonado” y supervisa un gran número de estudiantes nativos que estudian becados en Quillabamba. El convento de Santa Rosa de Lima es la casa de acogida de los misioneros en sus entradas y salidas a la Misión, al tiempo que sirve de lugar de reposo para enfermos. Es además centro de reuniones y Consejos del Vicariato y lugar en la capital, para hacer diferentes gestiones. La Comunidad atiende el Santuario de Santa Rosa y la Casa de Espiritualidad El Vicariato cuenta con cinco Puestos de Misión, que son Koribeni, Timpía, Kirigueti, Sepahua y Shintuya; los cuatro primeros en el río Urubamba y el último en el Madre de Dios. El Puesto de Misión de Koribeni atiende tanto Comunidades Nativas como Campesinas. Los otros cuatro se dedican preferentemente a Comunidades Nativas de diferentes grupos étnicos.


Estos cinco Puestos de Misión constituyen lo más hondo y específico de nuestro trabajo misionero. Son también nuestro amor más profundo y el motivo de nuestro orgullo más sano. En ellos vivimos el contacto directo con las razas y culturas primigenias de la Amazonía. La evangelización integral de sus diferentes gentes constituye la motivación más feliz de nuestros trabajos y desvelos misioneros. Junto a nosotros trabajan, en parroquias o en puestos de Misión, veinte sacerdotes diocesanos y dos diáconos. De ellos, dieciocho, son egresados del Seminario de Puerto Maldonado, que es el seminario de nuestros Obispos y que fue creado y dirigido por muchos años por nosotros. También trabajan con nosotros dos religiosos maristas y un sacerdote salesiano. Además, religiosas de diferentes congregaciones como Misioneras Dominicas del Rosario, Dominicas del Rosario (brasileñas), Misioneras Eucarísticas Nazarenas, Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María (mexicanas), Carmelitas Misioneras, Hermanas Catequistas Franciscanas de Brasil. También colaboran pastoralmente con nosotros los misioneros seglares de Misema y los Voluntarios, algunos independientes y otros pertenecientes a la Familia Dominicana. Siempre importa que destaquemos la presencia de nuestras Hermanas Dominicas de Clausura de Quillabamba, a las que consideramos como el corazón de nuestro apostolado misionero, según las soñó Nuestro Padre Santo Domingo. Nuestra dedicación a los trabajos misioneros es a tiempo completo. No tenemos ninguna otra ocupación o trabajo aparte. Podríamos decir que el tiempo se nos queda corto para las muchas ocupaciones y preocupaciones que nos trae cada día la vida misionera. En cuanto a recursos económicos hemos de decir que contamos con algunos que provienen de nuestro propio trabajo remunerado, pero en la mayor parte nos abastecemos de la ayuda que nos provee generosamente el Secretariado de Misiones de Madrid. 2. MIRANDO AL FUTURO Lo primero que quiero decir es que se trata de un Proyecto de Trabajo que abarca como máximo los cinco años siguientes. En cuanto al trabajo con las Comunidades Nativas yo entiendo que se trabaja bien. Los Puestos de Misión están bien atendidos. Los nativos aprecian la entrega y generosidad de los misioneros. Se trata ahora de continuar nuestro trabajo de evangelización integral (anuncio y profundización del Mensaje, promoción social a todos los niveles) en los puestos misionales que actualmente tenemos. Y esto tanto en el Medio Urubamba, como en el Bajo Urubamba, y en el Alto Madre de Dios. Vistas la aceptación y reconocimiento del trabajo de nuestros misioneros en todas las zonas, uno soñaría con crear más puestos misionales, con hacer más visitas a grupos indígenas nativos, con llevar más desarrollo social a las Comunidades. Es ciertamente un momento de cierta plenitud y de gracia abundante. Pero chocamos siempre con la dura realidad de la escasez de misioneros. Sería muy importante para estos cinco próximos años que podamos mantener los cinco puestos misionales y los tres conventos de Maldonado, Quillabamba y Lima Al mismo tiempo debemos ir preparando el relevo y la ayuda de más misioneros. Pienso que para dentro de cinco años se habrán podido incorporar al trabajo misionero unos tres religiosos de la reserva de nuestros estudiantes Nos congratulamos por la llegada de Fr. Roberto Ábalos a las comunidades matsiguenkas del Medio Urubamba y damos gracias a Dios por su capacidad de trabajo, por su celo y entrega a ellas. Apreciamos mucho la posición que han mantenido y siguen manteniendo nuestros misioneros en la defensa de los derechos humanos de las Comunidades Nativas y de la ecología de la región, con motivo del problema del gas de Camisea y luego con motivo de las roturas del gaseoducto. Creemos que hoy, igual que ayer, igual que en los tiempos primeros, las Comunidades indígenas, sean nativas o campesinas, aprecian mucho la labor


del misionero a favor del indígena en la defensa de sus derechos. Destaco la labor, iniciada en agosto de este año pasado, a favor de la Escuela de Líderes Nativos Evangelizadores, del Medio y del Bajo Urubamba. Es una labor absolutamente necesaria que hay que continuar y que hay que incrementar. Nunca mejor traído el dicho de que “el nativo será siempre el que mejor evangelice al nativo”. La experiencia reciente de líderes nativos acompañando al misionero o enviados a evangelizar en solitario, ha sido y sigue siendo muy positiva. Será necesario preparar más y más líderes nativos evangelizadores que desarrollen su carisma laico evangelizando a su propio pueblo. Destaco también la atención que los misioneros prestan a los jóvenes nativos que terminan estudios secundarios, para que los bien capacitados puedan seguir estudios superiores en las universidades o institutos superiores de la región como son Cuzco, Maldonado y Quillabamba. Algunos también en Lima. Este curso de 2005-2006 son unos sesenta los muchachos/as que estudian en estos centros carreras superiores. Tienen becas de la Misión (la mayoría), de alguna organización indígena, o de la compañía Plus Petrol. Los estudios que más frecuentemente han escogido son los de Educación (Magisterio), Enfermería, Técnico de Enfermería y últimamente, algunas chicas, Derecho. Por diferentes medios los misioneros cuidan de que los jóvenes becados cumplan responsablemente con su obligación de estudiar. Hablando de los grupos nativos debemos reconocer la gran labor que Fr. Ricardo Alvarez Lobo ha desarrollado y sigue desarrollando con ellos, desde la Comunidad de Santa Rosa de Lima. Señalamos el trabajo de acompañamiento que hace con tantos hermanos nativos a quienes dirige y asesora en sus estudios. Señalamos sus trabajos de investigación reflejados en sus libros y en sus escritos sobre el tema. Señalamos sus reuniones constantes con organizaciones y personas particulares preocupadas por las Comunidades Nativas, a quienes ofrece su asesoramiento. Señalamos finalmente la exposición fotográfica titulada “Cincuenta años en el Bajo Urubamba” que ha presentado en el mes de agosto del año 2005, en Lima y que ha concitado la atención de todos los medios de comunicación. Dicha exposición está siendo presentada en diferentes ciudades del Perú. En cuanto al trabajo con las Comunidades Campesinas de las tres zonas del Alto y Medio Urubamba y del Bajo Madre de Dios mi reconocimiento es máximo. Bien podemos decir, hablando en general y aun reconociendo defectos, que nunca hubo una organización tan bien organizada como esta de las Comunidades Campesinas. Las visitas establecidas y realizadas a las Comunidades con la Eucaristía, los cursos y cursillos de toda clase, los congresos anuales, las escuelas de líderes campesinos, etc., son elementos que han ido consolidando dicha organización. Se pretende además que los campesinos jueguen un papel activo en el desarrollo político y económico de la región, como ya lo están haciendo. De cara a los próximos cinco años podemos mantener y consolidar este trabajo con las Comunidades Campesinas. Será necesario contar cada vez más con los líderes campesinos ya preparados, con nuestras hermanas religiosas que tanto ayudan en este campo, con los misioneros seglares y, sobre todo, con el clero diocesano del Vicariato Apostólico que conoce bien el funcionamiento de dicha organización y ya trabaja con ella en sus parroquias. En verdad que los líderes campesinos de las Comunidades Cristianas, tales como coordinadores, vocales, tesoreros, catequistas, promotores, etc., desarrollan un gran trabajo de unión y de progreso en la marcha de dichas Comunidades, aún a pesar de sus fallos. Radio Quillabamba juega un papel muy importante en el servicio de comunicación de toda la provincia de la Convención. Gracias a ella la Parroquia de Quillabamba puede mantener informado a todo el pueblo, hasta el último rincón, de los servicios de toda clase, que ella ofrece en todo momento. Y no sólo la parroquia de Quillabamba; también hacen lo propio, las parroquias de nuestros hermanos sacerdotes diocesanos de la provincia y las Comunidades Campesinas, a través de sus dirigentes. Radio Quillabamba desarrolla un trabajo muy importante en la creación de opinión, fomentando toda clase de razonamiento y juicio crítico acerca de los problemas. De idéntica manera favorece el impulso y desarrollo de la región en todos los campos. Es en gran parte la voz del pueblo donde pueden intervenir toda clase de grupos, instituciones, opiniones y


clases sociales. Por supuesto los grupos indígenas nativos. Radio Quillabamba, siguiendo una tradición antigua y constante de defensa de los derechos humanos del pueblo, ha sido el primer medio de comunicación que ha dicho la verdad acerca de las roturas del gaseoducto de Camisa, muy cerca de nuestras comunidades nativas, y ha sido la primera que ha salido en defensa de la salud de nuestros pueblos y de la ecología de la región. Para los próximos cinco años puede quedar asegurada nuestra presencia en Radio Quillabamba, con esta misma línea de dirección y compromiso. Pero es del todo necesario ir buscando y encontrando, de entre los jóvenes dominicos estudiantes, algún aficionado que quiera capacitarse en el uso de los M.C.S. y especialmente en Radio y Televisión. También convendría descubrir y luego capacitar a laicos que quieran mantener esta línea de compromiso de Radio Quillabamba. Situaciones parecidas a Radio Quillabamba, aunque también distintas, las tienen Radio Madre de Dios (en Puerto Maldonado), que pertenece al Vicariato Apostólico (Obispo) y Radio Sepahua de menor escala y que está todavía en sus comienzos (pertenece a la Misión). Las parroquias de Maldonado (Catedral) y Quillabamba, ofrecen un amplio abanico de posibilidades pastorales, que se van realizando. Creo que ambas, en estos tiempos, están siendo bien dirigidas y trabajadas por los párrocos y vicarios parroquiales. Se ve dinamicidad, acción, espíritu. Se ve también, trabajo parroquial dominicano, donde toda la Comunidad colabora y es responsable de todo el apostolado. Cada día crece la participación y el compromiso de más agentes pastorales, sean religiosas o laicos. Las hermanas religiosas, los misioneros seglares y los laicos colaboran plenamente en las labores parroquiales. Ciertamente hay un influjo notable por parte de la parroquia, en el discurrir de la vida de ambas ciudades. Ambas parroquias ofrecen frecuentemente cursos y cursillos de formación religiosa y teológica, lo mismo que retiros de renovación espiritual dados, en muchas ocasiones por los mismos seglares bien preparados. De cara a estos próximos años debemos de implementar todavía más la participación de las religiosas y de los hermanos laicos en la parroquia. Debemos de introducir y contar con la acción de los movimientos apostólicos más activos y que mejor se adapten a la idiosincrasia de nuestras gentes. La docencia en el Seminario de Puerto Maldonado. En estos momentos es casi lo único que hacemos en el Seminario. Son tres los religiosos que normalmente dan clases de filosofía o teología. A pesar de la sobrecarga que esto supone pienso que es un servicio y un trabajo que lo podemos y lo debemos continuar. Para este período próximo creo que no ofrecerá mayor dificultad continuar dicha docencia. La docencia en la Universidad de Puerto Maldonado. Es de alabar que los hermanos jóvenes de la Comunidad de San Jacinto hayan aceptado dar clases en las universidades de Puerto Maldonado. El ámbito universitario, aunque sea en Puerto Maldonado o en Quillabamba, siempre ha sido campo privilegiado de nuestra actuación dominicana. Gracias a Dios y al esfuerzo de nuestros hermanos, también estamos en situación de mantener dicha actividad en los próximos años. 3. PROBLEMAS MÁS IMPORTANTES 3.1. SOBRE LA FORMACIÓN ¿Qué tipo de Formación creemos apropiada para nuestros formandos? Creo importante recordar, lo primero de todo, que hemos apostado y seguimos apostando por una formación conjunta de nuestros formandos con los formandos de la Provincia de San Juan Bautista del Perú. Se hizo por necesidad, porque no estábamos en posibilidad


numérica de formarlos nosotros; pero ha sido algo bien conveniente porque, nuestro Vicariato, un día no muy lejano, deberá ser asumido por la Provincia y para esta integración y responsabilización siempre ayudará mucho el haber sido formados juntos. En cuanto a la relación entre los formandos del Vicariato y los de la Provincia me atrevo a decir que la provincia de San Juan Bautista del Perú tiene entre sus formandos, jóvenes que un día querrán trabajar en el territorio del Vicariato y que asumirán con gusto nuestros compromisos. Ello será fruto de la formación conjunta, o sea, del haber vivido y crecido juntos, contagiándose, aunque sea por ósmosis, de los ideales misioneros. La formación de nuestros estudiantes tiene que ser profunda, amplia, abierta, moderna y tradicional; que parta del conocimiento de la realidad; que se apoye en la inteligencia y en la voluntad, que sea realista y llena de esperanza, encarnada y optimista; llena de amor por la Humanidad y llena de compasión por los que sufren. O sea, verdaderamente dominicana. Como dicen nuestros documentos de Capítulos Generales o las cartas de los Maestros de la Orden se trata de hacer de nuestros formandos, discípulos de Cristo Jesús y luego de Santo Domingo, no discípulos nuestros. Por todo ello yo insistiría en cuatro condiciones básicas, que son algo fundamental y necesario en la formación inicial. Nuestros formandos tienen que llegar a alcanzar y vivir en sus años de formación, primero una autentica experiencia de Dios, segundo una verdadera experiencia de fraternidad, tercero una gran pasión por la predicación y finalmente un amor especial por nuestras gentes quechuas o nativos de la Selva, a los que van a dedicar su vida. Las dos primeras condiciones afectan a toda vida religiosa, la tercera a la vida religiosa dominicana, la cuarta a nuestra opción preferencial de Vicariato en favor de los más pobres y olvidados del Perú. Las cuatro realidades deben darse en todas las etapas de formación, aunque cada etapa enfatice una condición particular. En el tiempo de prenoviciado o postulantado habrá que insistir mucho en el conocimiento de los fundamentos de nuestra Fe al tiempo que se comienza la experiencia de acercamiento a Dios por la oración. Muchos de nuestros candidatos hoy día llegan a la Orden desconociendo cosas elementales de nuestra fe cristiana y sin ninguna experiencia de trato con Dios. En este tiempo es necesario también iniciar a los candidatos en la vivencia del sentido de comunidad o fraternidad, enseñándoles a superar el individualismo y el egoísmo tan arraigados. El postulantado es tiempo indicado para discernir la vocación dominicana. En el noviciado lo más importante será siempre profundizar en la experiencia de Dios. Que los jóvenes se enamoren apasionadamente de Jesucristo y de su Reino. Que a través de experiencias de desierto, retiros, lectura, oración personal y comunitaria, los jóvenes alcancen una cierta intimidad con Dios y un cierto gusto por la oración. También es el año de conocer, amar e identificarse plenamente con la Orden Dominicana y de empaparse de su gloriosa Tradición de Hermanos y Hermanas que la han vivido en santidad. En el estudiantado el acento se cargará en el estudio, un estudio para la contemplación y la predicación. Son varios los años de estudio, avanzando en el seguimiento radical de Jesús y dándose cuenta, nuestros estudiantes, de que el primer amor del noviciado tiene que ir consolidándose y abriéndose a una multitud de hermanos que nos esperan. El estudio constante y profundo de la filosofía y teología a la luz de la Palabra de Dios, les ensanchará el corazón para conocer cada vez mejor a Dios y a la Humanidad y para entregarse a ésta. El estudio, desde ahora para siempre, estará orientado totalmente a la predicación y a la salvación de las almas. En el tiempo de estudiantado será preciso también poner en juego todos los recursos para fomentar el sentido de comunidad. El dominico, de modo muy especial, es la persona que vive con, para y desde la comunidad. La comunidad es uno de los pilares de la vida dominicana.


Las relaciones entre formandos y misioneros debieran ser más estrechas y amicales. Que nuestros formandos conozcan a los misioneros y estos a los formandos. Que el misionero visite las casas de formación y que el formando visite los conventos y los puestos misionales. Que haya una cercanía de ideales, de trato, de contagio, de amistad. Que haya una relación entrañable como de hermanos mayores y menores. De todos modos, siendo realistas, hemos de reconocer que los tiempos han cambiado mucho, que los jóvenes de hoy son muy distintos de los de ayer, y que habría que llegar seguramente a este trato y contagio de ideales por maneras distintas de las que se llegaba antes. ¿Qué expectativas tenemos de nuestros formandos? Es difícil dar una respuesta clara. Tenemos pocos elementos de juicio como para dar una sola respuesta. Son todavía muy pocos los hermanos que han terminado o que están a punto de terminar. Algunos abandonos, algunos cambios del Vicariato a la Provincia, algunos signos de duda vocacional constante, todo esto como que dificulta para dar una respuesta positiva de confianza. La única respuesta posible para mí es decir que algunos formandos ofrecen más confianza vocacional para la Misión que otros. La Misión ad Gentes, siempre será una vocación más difícil y arriesgada. 3.2. SOBRE NUESTRO PROYECTO EDUCATIVO. Tenemos muchos centros de estudio de primaria y secundaria a lo largo y ancho de nuestras Misiones. Pertenecen a la RESSOP (Red escolar de la Selva del Sur Oriente Peruano). Dependen, en cuanto a presentación de profesorado y orden interno, del Vicariato Apostólico (Obispo). Pero dependen de la Misión o del misionero, por delegación del Obispo, en cuanto a funcionamiento y por supuesto en cuanto a su ideario. Somos nosotros los misioneros los que tenemos que presentar y mantener el pensamiento o ideario direccional de todos estos centros educativos. Es muy importante que todos los niños, adolescentes y aún jóvenes estudien y se preparen bien en cuanto a conocimientos, técnicas y modos de saber. Es muy importante que nuestros colegios de primaria y secundaria, con profesores competentes y cumplidores de sus obligaciones profesionales, estén a la altura de cualquier colegio y aún de los mejores. Pero, junto a todo ello, nosotros debemos de ofrecer un pensamiento direccional sólido y estable que presente el conjunto de valores de una educación humana y cristiana. (Todos conocemos algo del ideario y valores que mantienen los colegios asociados bajo el lema “Fe y Alegría”) Tenemos que defender lo primero de todo, los valores de sus culturas indígenas, quechuas o nativas, con la amplia gama de sus manifestaciones, empezando por la lengua. Tenemos que afirmarles en el convencimiento de que ser hijos de la Selva o de la Sierra supone un orgullo, una dignidad y una grandeza muy especiales dentro de un pueblo que se compone de muchas sangres y culturas.. Tenemos luego, que ofrecerles toda la libertad, dignidad y grandeza que ofrece la fe y la vida cristianas. En este sentido nuestros profesores deben ser muy bien seleccionados y aún preparados. Que sean capaces de transmitir todos los valores religiosos de una vida cristiana, junto con los valores de sus culturas indígenas propias. Y que demuestren con su vida lo que explican con sus palabras. Será bien necesaria una pastoral muy cuidada con el profesorado. 3.3. SOBRE EL CENTRO CULTURAL JOSÉ PÍO AZA


Pienso que el Centro fue un sueño de muchos misioneros, antes de que éste se hiciera realidad. Se necesitaba un centro o lugar que diera a conocer todo lo que el Vicariato Misionero había trabajado y seguía trabajando con los grupos indígenas en la zona del Sur Oriente Peruano. Por eso el Centro nació cuando hubo un espacio disponible en el complejo del Santuario de Santa Rosa de Lima y pudo ser restaurado y modernizado el anterior Museo de Misiones. Ahora el Centro es ya un órgano importante del Vicariato a la hora de dar a conocer todas nuestras actividades misioneras. El Museo fue y sigue siendo la carta de presentación del Vicariato. El Centro Cultural José Pío Aza se ha convertido en centro de formación misionera con cursos y cursillos para el público en general. Organiza campañas de difusión misionera en colegios, parroquias, universidad, etc. Está presente en todos los eventos de tipo misional que se realizan en Lima. Publica la revista Estudios Amazónicos con toda clase de aportes bien sea testimoniales, bien de estudios de nuestra realidad misional amazónica. Da a conocer las muchas riquezas de las culturas de los grupos étnicos a los que servimos, lo mismo que señala las carencias y necesidades por las que pasan. Denuncia injusticias, atropellos y abusos que se cometen contra las Comunidades Indígenas. El Centro ayuda a confeccionar los proyectos de ayuda que se preparan a favor de nuestras gentes dentro de nuestras zonas. El Centro Cultural se ha convertido en centro de formación específica para nuestros estudiantes dominicos y otros voluntarios, a fin de facilitar su preparación para trabajar un día en la Misión. Podría convertirse también en centro de publicaciones de escritos de nuestros antiguos misioneros acerca de temas muy específicos, lo mismo que de publicaciones de los misioneros actuales en estudios monográficos sobre la realidad misionera. Nos queda como última actividad, bien importante, por cierto, la de descubrir el modo como podamos encontrar ayuda económica para sostener todas estas actividades del Centro y aún ayudar a las necesidades de la Misión. En honor de la verdad hay que decir que el Centro Cultural José Pío Aza todavía no ha sido asumido por todos los hermanos del Vicariato como una obra del Vicariato. Ojalá que muy pronto, viendo su trayectoria, sea aceptado y apoyado por todos. Ojalá que muy pronto podamos contar con algún colaborador dominico más, que se sume a la dirección del Centro.


RELACIÓN DE RELIGIOSAS EN SEPAHUA DESDE EL AÑO 1970 AL 1979 Ma Mercedes Armendáriz Misionera Dominica del Rosario AÑO 1970: Quedan en vacaciones las Hnas. Victoria Illescas y Ma Mercedes Armendáriz. El 15 de Marzo vuelve a la Misión, después de varios años en otras casas, la Hna. Asunción Guerrero como Superiora de la Comunidad y llegan con ella, por vez primera, las Hnas. Celia I. Montenegro y Bertila Delgado. Sale la Hna. Victoria con destino a otra Comunidad y regresa de sus vacaciones la Hna. Paulina Huaroto, quedando conformada la Comunidad por las Hnas. Asunción G., Superiora; Celia M, Sub-priora; Paulina H.,Ma Mercedes A. y Bertila D. El 15 de Julio, junto con el P. Javier Aniz, entran en "Alas de Esperanza" las postulantes: Genoveva Torres e Irene Zapata para hacer una experiencia misionera. La Hna. Asunción trabaja como Profesora y ayuda a Fray Eugenio en el Botiquín. Las Hnas Mercedes y Celia tienen sección a cargo y comparten la responsabilidad del internado de Mujeres. Bertila y las Postulantes también trabajan en la Escuela. Paulina se encarga de la cocina y visita familias. Todas colaboramos en los diferentes aspectos de la Pastoral de la Misión. El 20 de Marzo tuvimos la visita de Mons. Irigoyen, Delegado Apostólico de Propaganda Fide. El 12 de Mayo del Nuncio Luis Poggi y su secretario, P. Antonio Mª Veglio, que llegaron con Mons. Ariz. AÑO 1971: Siguen las mismas Hermanas. Las Postulantes, Genoveva e Irene, salen a Lima para ingresar al Noviciado y el 27 de Mayo se integran a la Comunidad dos nuevas Postulantes: Patricia Boyco y Rudy Vargas. LA Hna. Asunción G. asume la Dirección de la Escuela y sigue de Superiora. Llega en el mes de Setiembre Fray Julián Masegosa a formar parte de la Comunidad de Misioneros. Este año se recibe la visita del P. Provincial, Jacinto Hoyos y su secretario, el P. Morales: También la del P. Amalio Valcárcel, secretario del P. General. AÑO 1972: Se realizan algunos cambios: Las Hnas. Bertila y Mercedes son asignadas a otras Comunidades y en su lugar se incorporan las Hnas. Hilda López (el 1° de Marzo), Angeles Ilárraz y Esther Góngora, en diferentes fechas. Siguen: Asunción como Superiora y Directora, Celia con el Internado y clases. Paulina con la cocina y visitas familiares. El 19 de Mayo recibimos la visita de la Hna. Provincial. Virgilia Villarroel y su secretaria, Hna. Teresa Delás. El 1° de Mayo, llega de Prior a la Misión el P. Julián Lasheras con Fray Luis Pulido. ANO 1973: Continúa como Superiora y Directora la Hna. Asunción G. y le acompañan las Hnas.: Celia, Paulina, Angeles e Hilda. Sale la Hna. Esther Góngora y se reincorpora la Hna. Mercedes Armendáriz. El 23 de Abril refuerza la Comunidad la Hna. Irma Roca ( Boliviana) y en otra fecha la postulante Nora Cépeda. En este año, el 3 de Abril, empieza a funcionar el Equipo Movil, integrado por: el P. Julián Lasheras, Hnas. Hilda L. y Mercedes A. y Alfonso Urquía (piro) como motorista e intérprete.


Tuvimos la visita de la Hna. Provincial, Virgilia Villarroel (reelegida en el Capitulo del 72) y la secretaria, Rosario Laquidáin, en el mes de Mayo. En el transcurso del año recibimos la visita de la Hna. General, Teresa Martín, y de la secretaria, Isabel Pedrosa. AÑO1974: Se mantienen las Hnas.: Asunción G. como Superiora y Directora, Celia, Paulina, Angeles, Mercedes, Hilda. Salen Irma Roca y Nora Cépeda con otra asignación y el 24 de Enero se incrementa la Comunidad con la llegada de la Hna. Teresa Delás. AÑO 1175: Sigue la Comunidad con los mismos miembros del 74. En Setiembre se integra la Profesa Victoria Santillán, para formar parle del Equipo Móvil. Este año nos visita la nueva Provincial, Purificación Santafé y su secretaria, María del Mar Moros. AÑO.1976: La Hna. Asunción G. es asignada a la Casa Provincial como enfermera. Asume el encargo de la Dirección la Hna. Hilda Lopez y también es elegida Superiora de la Comunidad. La Hna. Celia, además de las clases, se encarga del Botiquín porque Fray Eugenio sale de vacaciones. Teresa Delás se responsabiliza del internado de Mujeres y le apoya Mercedes; siguen en la Escuela como Profesoras de Aula. Victoria Santillán se hace cargo de las clases de la Hna. Asunción. El 18 de Agosto recibimos a las Hnas. Irene Díaz y María Jesús Murillo, miembros del Equipo Provincial, para hacer la visita anual a la Comunidad. AÑO 1977: La Hna. Hilda sigue en la Dirección de la Escuela y como Superiora de la Comunidad, con los mismos miembros del año anterior. Regresa Asunción Guerrero y se hace cargo del Botiquín y de O.B.E. EI 4 de Julio llegaron en avión la Hna. Purificación Santafé -Provincial-, la Hna. María Jesús Murillo -Administradora Provincial- y el P. Vicente Guerrero, para la celebración de las Bodas de Plata de Profesión de la Hna. Asunción. Con tal motive se estrenó la Iglesia. En el mes de Setiembre llegó destinado a la Misión Fray Salvador Avedillo. AÑO 1978: No hay cambios en la Comunidad de Misioneras Dominicas. Se despide Fray Eugenio porque va a estudiar. Tenemos la visita de la nueva Provincial, Cecilia Valbuena y de Tula Cuzquén como secretaria. AÑO 1979: Disminuye la Comunidad: La Hna. Celia Montenegro es asignada a otra casa y no viene nadie. La Hna. Mercedes es elegida Superiora . Las demás Hnas. siguen como el año anterior. AÑO 1980: Sale la Hna. Hilda y toma la Dirección de la Escuela una Misionera Seglar. Refuerza la Comunidad la Hna. Teresita Gamero, Profesora de Educación Inicial. En Mayo se crea


oficialmente el Centro Educativo Inicial N° 281 de Sepahua, por Resolución Directoral Zonal N° 0113 - 09-05-80 y queda a cargo de la Hna. Teresita. Conforman la Comunidad las Hnas. Mercedes A.(Superiora), Asunción G., Paulina H., Angeles I.. Teresa Delás y Teresita G. En el mes de Julio pasan la visita las Hnas. del Equipo Provincial: Cecilia Valbuena y Tula Cuzquén. Fraternalmente. INCURSIÓN SENDERISTA Hna. Asunción Guerrero Misionera dominica del Rosario Hace doce años (1992), asaltaron la Misión "El Rosario"- Sepahua, 150 senderistas. Los madereros nos comunicaron que habían visto gente desconocida, extraña por las cabeceras de las quebradas donde estaban cortando sus trozos de madera. El Alcalde pidió hablar por la emisora de los Padres, con el Sepa y Pucallpa para informarles de todo lo que habían contado los madereros. Unos meses antes de que se presentaran, los "terrucos" por la frecuencia de la Radio de la Misión nos mandaban avisos como: "pronto acabara la tranquilidad en este pueblo.... y si no colaboran con nosotros correrá sangre, incluso nombraban a religiosos y religiosas. Dada la experiencia de otras misiones franciscanas donde ya habían entrado los "terrucos", Asunción aconsejó a las Hermanas tuviéramos una bolsa con documentos, ropa, dinero y frazada. Las internas también prepararon su bolsa. Los primeros días de octubre, sobre las 11 de la noche, unos golpes en la puerta y muchas gritos nos hicieron levantar. Nos avisaban:" si en 5 minutos no salen, lanzaremos una bomba". Las Madres y las internas , nos encomendamos al Señor y a la Virgen del Rosario, y.... haciéndonos las valientes salimos a la galería para conversar con ellos. Dijeron "queremos hablar con el Padre". Nemesio se encontraba solo en la casa, Fray Domingo había salido a Satipo. Meche e Hilda les llevaron a la casa de los Padres. El senderista que dirigía esto en la parte de la Misión e Internados, era un joven Machiguenga que estudió la primaria en Kirigueti, la secundaria en Sepahua. Otros estaban saqueando las tiendas; en la Municipalidad quemaron documentos, robaron máquinas y la radio-emisora. Quisieron quemar el tractor, no pudieron ya que las mechas de las bombas estaban húmedas y no funcionaron. Estaban dispuestos a quemar el pueblo, tenían preparados varios cilindros de combustible. Gracias a Dios, no pasó de un susto.. A pesar de que llevaban pasamontañas, las internas reconocieron al matrimonio por su idioma machiguenga, nos dijeron que era Sergio Patera, paisano de Kirigueti y compañero de estudios. Los senderistas se presentaron en la comunidad donde este joven y familia laboraban de profesores. Les obligaron al matrimonio e hijos para que los bajaran al Sepahua en su embarcación con la amenaza de matarlos si se oponían. Saquearon la Misión. Le pedían al Padre les diera la carabina y municiones. Nemesio les dijo que no sabía dónde las guardaba Fray. Sergio (senderista) le indicó dónde estaban: en la habitación del Hermano entre las frazadas. Este joven sabía muchas cosas de la casa y del almacén de los Padre. Todo el tiempo que estuvo interno era el alumno de más confianza de los religiosos. iQué impotencia la nuestra! desde la galería observábamos cómo llevaban y traían al Padre por toda la casa. Llevaron ropa, frazadas, comida... Se dirigieron a la orilla del río para que les entregara la antena de la radio, batería, etc. En el Hospital intentaron tirar la puerta con el camión de la Municipalidad, pero no pudieron.


Vinieron a buscar a las enfermeras quienes mandaron pedir las llaves a Asunción. Como no entregamos las llaves, nos obligaron encañonadas a Hilda y Asunción a ir hasta el Hospital. Más tarde llegaron las Enfermeras y Doctores. En la farmacia requisaron todos los medicamentos y material quirúrgico que quisieron; cuando las enfermeras o Asunción se oponían nos decían: "colabora Madre., si no te blanqueo el ojo" (te mato). Igual les decían a los Padres y Doctores. En la casa quedaron otros terrucos vigilando a las Hermanas, incluso les pedían galletas u otra comida. Hilda quedó con uno de ellos en la puerta del Hospital. Al preguntarle la Hna. ¿por qué hacen esto? él contestó: "no sé, los jefes nos mandan y obligan". En Pucallpa se enteraron de lo sucedido (los terrucos habían izado una bandera roja) porque una avioneta quería aterrizar para dejar sus comestibles, pero al percatarse de la incursión por la bandera roja, con las mismas elevó su vuelo y retornó a Pucallpa. Gracias a Dios no mataron a nadie. Al día siguiente, robaron canoas, motores, combustible, incluso se llevaron a motoristas y punteros. Surcaron el río Urubamba hasta la quebrada donde estaban escondidos. Se puede comentar lo que hicieron con la hija del Alcalde: se la llevaron los terrucos. De Pucallpa mandaron un batallón de Marines para resguardar la zona y evitar otra invasión. Con los marines tuvimos problemas; por cualquier tontera metían en el calabozo a los nativos; los religiosas/as teníamos que hacer gestiones para que fueran liberados Para salir de la Misión o del poblado, para ir a pescar o a sus chacras, tenían que pasar por la Comandancia a pedir un pase. A veces, por temor, no salían de casa, les obligaban a asistir al izamiento de la Bandera, eran golpeados y castigados.. Comenzaron algunos marinos a abusar de las jóvenes nativas. Los profesores debían ir a Quillabamba a cursos de capacitación. El motorista Salvador Urquía fue en nombre del P. Ignacio a solicitar los pases respectivos a la Comandancia; no sólo no firmaron los pases solicitados, sino que lo retuvieron en el calabozo. El P. Ignacio fue a conversar con el Comandante para averiguar por qué estaba detenido el motorista. Respuesta: "Ha colaborado con los terrucos dándoles comida y masato" (Había sido su hermano Manuel). Al hablar Asunción con el Comandante le dijo: "Por esa ley, el Padre, los doctores y las Hermanas deberíamos estar en el calabozo. Todos dimos a los "compañeros" cuanto nos pedían, si no, nos blanqueaban el ojo." Por fin, Salvador pudo salir de viaje con los profesores hasta Quillabamba. Después de una mala noche, y viendo que ya se iban los "compañeros", recorrimos el pueblo, escuchándoles la experiencia que habían tenido. Ahí nos enteramos que al no encontrar al Alcalde se habían llevado a su hija (casada y con dos niños) En sus arengas invitaban a la juventud, y a los 50 internos nativos de secundaria para que se unieran a la lucha armada diciendo: "no es verdad que han cogido a nuestro Jefe Abimael, la lucha sigue y ganaremos". Se fueron y prometieron regresar. En las pintas por todas las casas del poblado decían: "Regresaremos y entonces correrá sangre" La gente estaba muy asustada. Gracias a Dios no regresaron más. Supimos que de vez en cuando bajaban al pueblo a pedir cupos y toda clase de ayuda. Les obligaban a entregar lo que pedían. Fue reconfortante la visita de dos Hermanas del Equipo provincial; nos acompañaron varios días, visitaron las familias animándoles a superar lo sucedido. A la comunidad nos hablaron


pensando que estábamos dispuestas a dejar la Misión y todas nos pronunciamos: "No, ahora es cuando más debemos estar con nuestra gente". Algunas personas que pensaban que las Madres venían a llevarnos a Lima, se pusieron contentas y daban las gracias. Muerte de un padre de familia y su hijo Dos días antes de Navidad, regresaron un grupo de terrucos al fundo del Señor Landa; le pidieron una vaquita (la única que le quedaba). Juan Landa se negó a entregar su animalito. Les dijo: "No. Es para venderlo y sacar platita para comprar lo necesario para cuando comiencen las clases”. Sin más palabras lo mataron; su hijo Raúl vino al oír los tiros y... también lo mataron. Como no regresaba de su chacra, los ronderos de la comunidad encontraron a los dos muertos. La señora había escuchado la conversación y contó por qué los habían matado. Avisamos a la Comandancia, pero no hicieron caso, Los marinos tenían miedo de internarse en la selva. LA DIMENSIÓN HECHA MENCIÓN

Fr. Marco Nureña op Convento San Alberto Magno LOS SEDIENTOS AMIGOS DE DIOS Hay dimensiones que se orientan hacia hondas experiencias del ser humano –en especial el creyente–. Para éste deberían complementarse la experiencia de lo interior y de lo exterior. Unidad sin más. Más aun, debería haber una especie de intersección ... y así darnos cuenta de la riqueza de esta tensión (¿o quizás debiera llamarla equilibrio?). Les mando una interesante propuesta del musulmán Muhyi ad-din Ibn Al-‘Arabi (español fallecido antes de la primera mitad del siglo de la fundación de la OP) y una oración de quien escribe estas líneas. La primera habla de los amigos de Dios que “junto a Dios viven” y que “van por los mercados”. La oración que les envió hace referencia a la sed porque “tener más sed es tener más luz”. Desde mi corazón dominicano espero que les agrade. Los amigos de Dios (Sobre la ocultación de los amigos de Dios) Conservan su corazón sin que en él penetre otra cosa que Dios o sin que a él se apegue algo creado al margen de Dios. No se sientan si no es con Dios, ni hablan si no es con Dios. Por Dios subsisten, en Dios contemplan, hacia Dios viajan y a él se vuelven, de Dios hablan, de Dios reciben, en Dios confían, junto a Dios viven. Nada es objeto de su conocimiento fuera de él, nada objeto de su contemplación fuera de él. Preservan su yo de su yo para que su yo no los reconozca. Están ocultos en las profundidades de lo suprasensorial.


Son los amigos predilectos y escogidos de Dios. Comen alimentos y van por los mercados con un ir encubierto y un comer velado.

La sed me ilumina Me zambullo en la Fuente de agua eterna y salgo renovado. La sed me ilumina. Ilumíname en pleno desierto de ardiente sol! Sé Tú, oh Dios, Fuente misma de la vida, el sol en la oscuridad, el agua en el desierto. Oh Dios, guíame en plena necesidad de sed. Paso por una espantosa sed, por eso sé Tú el oasis en la sequedad, el alimento en el ayuno. Condúceme en medio de sendas empolvadas. Tú eres la suave caricia en el sufrimiento, la medicina en la dolor, el fuego en el hielo. Tener más sed es tener más luz, ¡oh Dios! La sed me ilumina, oh Dios, mi Sediento. Me ilumina la sed, aunque es duro decirlo. Estoy sediento de ti. Eres mi Luz y mi Sed.

Bendiciones, San Miguel, Lima - Perú, agosto 2005 ENCUENTRO INESPERADO: EXPEDICIÓN AL ALTO CAMISEA (Agosto 2005) Fr. David Martínez de Aguirre Guinea, OP. Una vez en un Capítulo Provincial escuché a un fraile que al presenciar una exposición sobre el trabajo actual que los Misioneros realizan en Perú, preguntaba: ¿ya no se hacen expediciones como las que se hacían antiguamente? Seguro que aquel fraile añoraba los maravillosos relatos que escuchara de niño en la escuela apostólica, cuando los legendarios misioneros narraban sus aventuras por la selva. Yo asistí a aquel Capítulo Provincial como estudiante, y aunque tenía mi mirada puesta en la selva, aún no se había cumplido mi sueño. Hoy, después de cuatro años de trabajo como misionero, creo que a la pregunta de “si se siguen haciendo expediciones” se puede responder tanto afirmativa como negativamente, y me explico a continuación. Hace unos años, eran pocos los que se adentraban en estas selvas, y los misioneros se encontraban entre los pioneros aventureros que se lanzaban a la búsqueda de los hermanos dispersos por el bosque. Eran territorios desconocidos para el mundo occidental, inexplorados, no había mapas, y se viajaba en condiciones francamente adversas. En este sentido, hoy ya no se hacen expediciones, pues prácticamente todo el territorio se conoce y, a pesar de que viajar por el río siempre entraña sufrimiento y esfuerzo, las condiciones han mejorado notablemente. Pero si nos referimos a las expediciones como el empeño constante de los misioneros por llegar al último rincón de la selva para tender su mano amiga a los


pueblos indígenas, sí, en la actualidad se siguen haciendo expediciones. Y más aún si se trata de los hermanos que viven alejados, sin acceso a la educación, al sistema de salud, y escondidos por miedo a que se repitan las persecuciones y matanzas del pasado. Les contaré en esta ocasión el reciente viaje que desde la Misión de Kirigueti hemos realizado al Alto Camisea en el mes de agosto. Los ríos estaban bien bajos, sabíamos que las condiciones de navegabilidad del Camisea eran mínimas, pero Emilio, quien ya en su día guiara al padre Silverio por el Alto Timpía, me insistía por radio que teníamos que viajar en ese momento. Emilio es un gran conocedor de la selva, y le encanta viajar y visitar a sus paisanos. Me tenía prometido que un día me acompañaría al Alto Camisea, a Shinkeve, a visitar a los hermanos que habían bajado a Montetoni, y por medio del profesor, nos habían invitado a su casa. Él todavía no conocía el lugar, pero estaba dispuesto a venir como guía junto con los hermanos de Montetoni. Al Alto Camisea sólo se puede llegar pasando el Pongo del Camisea, y si los ríos y quebradas crecen, el paso se hace infranqueable y peligroso. Por esa razón Emilio me insistió tanto. Había que ir con el río bajo. Con pereza, pero con decisión, organizamos nuestra visita regular a Montetoni, contando con la posibilidad de que el viaje se alargara hasta Shinkeve. El profesor Willy y su esposa decidieron esperarnos para viajar juntos y poder ayudarnos unos a otros en las dificultades. Sabíamos que nos esperaban días duros. Partimos en la mañana del día 26 de agosto. El río Camisea, en su desembocadura, ya nos certificó lo que esperábamos: apenas había agua. Un día entero nos demoró llegar hasta Cashiriari, donde pasamos la primera noche. Allí se nos unieron Tomás, Lizardo y Emilio que, junto con Segundo, Viterio, Willy, su esposa y sus dos hijitas, el voluntario Gaizka y yo, completaban la expedición. Cabe decir que Lizardo es uno de los promotores de salud de Montetoni que, tras haber estado acompañando a un niño enfermo de su comunidad en Lima, regresaba a su casa. A partir de la boca del Cashiriari, el viaje se endureció mucho. A cada poco teníamos que bajarnos a “jalar” las canoas, pues el río estaba tremendamente bajo. Nuestra intención era haber cambiado en Cashiriari la pesada canoa de Segundo por otra más liviana, pero no pudo ser, pues se habían ido a pescar con ella. Tres días nos demoró subir desde Cashiriari hasta Montetoni, teniendo que caminar los dos últimos. El peque peque de la Misión con el pesado bote de Segundo, lo dejamos varado antes de llegar a Kuria y el de Willy poco después de Shimariva. Antonio, de Kuria, nos prestó su pequeña y liviana canoa y a tangana nos subieron el equipaje hasta Marankiato. Allí nos vinieron a ayudar un grupo de 5 1 matsiguengas de Montetoni. Caminando por el lecho seco del Camisea, llegamos a Montetoni al atardecer del día 29, después de haber cargado sobre nuestras espaldas los víveres y enseres de la escuela. Tuvimos suerte, pues para entonces ya casi se había terminado el masato de la última fiesta comunitaria. El día 30 de agosto, celebramos la fiesta de nuestra gran hermana Santa Rosa de Lima. En su honor inauguramos la rústica, pero bonita escuela, y le pedimos a Dios que derramara sobre ella todas sus bendiciones, para que sea motor de desarrollo y prosperidad para todos los matsiguengas de Montetoni.

1 Se ha hecho bastante común referirse a los pobladores de Montetoni como Nantis, evitando el tradicional nombre que los matsiguengas les otorgaban: Kugapakoris (asesinos). Evidentemente, ellos no se autodenominan a sí mismos con el peyorativo nombre que los matsiguengas de río abajo les daban, como tampoco se autodenominan con el nombre que algunos visitantes les han dado: nantis. En mis visitas he intentado por diferentes caminos averiguar cuál es el término que ellos usan para referirse a sí mismos, y hasta el momento sólo les he escuchado definirse como matsiguengas, nunca como nantis, y tampoco como kugapakoris. Reconozco que en su idioma hay variantes con respecto al idioma que hablan los matsiguengas de otros lugares, pero éstas también se dan entre los matsiguengas del Manú y los del Urubamba, entre los del Alto y Bajo Urubamba y entre los mismos matsiguengas del Bajo Urubamba. Mientras no descubra otra cosa, yo me referiré a ellos como matsiguengas, y si en algún momento veo necesario distinguirlos del resto, hablaré de matsiguengas del Alto Camisea, o matsiguengas del Alto Timpía.


Ese mismo día, Migtzero, jefe de la comunidad, nos contó que había hablado con algunos paisanos para que nos acompañaran a Piguiasanteni y Shinkeve. Como me ha pasado en otras ocasiones, ellos me tienen preparado el plan, sin que yo haya participado en la 2 3 elaboración. Es cierto que cuando dos matsiguengas de Piguiasánteni y Shinkeve bajaron a visitar Montetoni, el profesor Willy les manifestó mis deseos de visitarles y ellos aceptaron la propuesta, pero en ningún momento llegamos a hacer coordinación alguna. Pues bien, allí estaban preparados Ezequiel y su hijo Tito, Oscaro, Simeón, Erión, Máximo y Carlos, que junto con Willy, Tomás, Emilio, Segundo, Viterio, Gaizka y yo, formábamos un numeroso grupo de 14. Nos dividimos los víveres para unos tres días, y nos enrumbamos hacia las cabeceras del Camisea. Caminando por los brazos secos del Camisea y por las orillas llegamos hasta el Pongo del Camisea. Durante todo el viaje fui recordando al P. Daniel López, quien en su juventud surcó hasta allí con motor “fuera borda”. Como el río estaba bajo, pudimos atravesar el Pongo sin dificultad, con el agua hasta el ombligo. Pasando el Pongo, las piedras se tornaron en rocas, similar al paisaje que tiene el río en el Alto Urubamba. Una de ellas –dicentiene forma de canoa (mi imaginación no coincide con la matsiguenga, y yo no veía canoa por ningún sitio). Hora y media después, llegamos hasta Piguiasánteni. Allí había un yucal, y en medio una única maloca con 3 fuegos. Sentados en su interior hallamos a Vidal y su esposa, Pablo y sus dos esposas, Celso y su esposa, un joven adulto, en apariencia, sin esposa, y siete niños menores de 7 años, un total de 20 personas. Pablo y Vidal fueron quienes en su día visitaron al profesor Willy. Nos recibieron muy bien, ofreciéndonos su deliciosa y suave yuca y buenos tazones de masato que nos reconfortaron. Nos contaron que, hasta hacía bien poco, vivían en Shinkeve, y ahora viven en Piguiasánteni. Los que antes vivían en Piguiasánteni están ahora en Montetoni. Uno de ellos, Vidal, había vivido unos años también en Montetoni. En los días posteriores nos mostraron hasta cuatro chacras que usan alternativamente como lugar de vivienda. En fin, un reflejo claro del habitual nomadismo que mantienen. Les ofrecimos los regalos que les llevábamos, fundamentalmente algunas ropas, que acogieron con alegría. En la conversación les comentamos que teníamos la intención de visitar también su chacra de Shinkeve, para conocer a los paisanos que ahora vivían allí. Les pareció buena idea, y Vidal, Pablo y Celso se ofrecieron de inmediato para acompañarnos, con lo que nuestra expedición llegó a ser de 17 personas. A partir de Piguiasánteni abandonamos la orilla del río para adentrarnos en el monte. Nada más partir nos encontramos con dos varones, José y Oscar, ambos con sus respectivas esposas, y con ellas dos bebés. Eran de Shinkeve, y estaban yendo a Piguiasánteni “a visitar”. Nos dijeron que en Shinkeve había más gente, y decidimos ir a visitar a los que aún quedaban arriba y conversar con estos otros a nuestro regreso. Si el viaje de los días anteriores había sido duro, el que nos tocaba en ese momento no lo era menos. El terreno era de montaña; a ratos subíamos empinadas pendientes, y a ratos bajábamos auténticos precipicios, que de no ser por la vegetación, serían de auténtico vértigo. Los matsiguengas caminan rápidamente y con agilidad, y a pesar de que Gaizka y yo éramos los únicos que llevábamos calzado, por ratos nos dejaban atrás. La trocha era invisible en algunos tramos, y un despiste de unos metros podía hacer que nos perdiéramos en la espesura del bosque. Gracias al pequeño Tito, el hijo de Ezequiel, siempre fuimos bien acompañados. Tras dos horas y media a buen ritmo, llegamos a la quebrada Orosánteni, y de ahí a la boca de Shinkeve. Había un grupo de gente pescando a la orilla del río que, al vernos llegar, salió corriendo. Inmediatamente Vidal, Pablo y Celso cruzaron el río y les llamaron para dejarse ver. Al ver a sus paisanos regresaron de inmediato, y en la otra orilla pudimos ver a un varón, algunas mujeres y un buen grupo de niños. Nos condujeron a su casa, a orillas de la 2

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Emplazamiento a hora y media de camino desde el Pongo del Camisea yendo río arriba.

Quebrada que al unirse a las otras dos, Senoriari y Orosánteni, da lugar al río Camisea. Éste es el varadero natural del Alto Timpía al Alto Camisea.


quebrada Shinkeve, y allí establecimos conversación. Al principio la conversación no fue fácil. El varón estaba notablemente asustado, o su timidez era grande. Sin embargo, la mujer más adulta se mostraba más acogedora y habladora. Para mi sorpresa, nuestro acompañante de Montetoni, Ezequiel, se convirtió en nuestro mejor embajador. Él comenzó a pronunciar un discurso reiterativo, explicándoles quiénes éramos, por qué habíamos ido a visitarles y cuáles eran nuestras intenciones: “ha venido pareri (padre)”, “pareri nos ayuda en Montetoni”, “pareri quiere ayudaros a vosotros también”, “pareri te va a dar ropa, cuchillo, machete, olla, medicinas...”, “pareri es bueno, quiere ayudarnos”. Al rato apareció un varón más con dos jóvenes varones y algunos niños. Traían cangrejos, carachamas, plátanos y camona. Se sentaron en el suelo y allí proseguimos nuestra conversación. Estábamos sentados en la tierra, sobre esteras, en la planta baja de una casa con su entresuelo de pona, sus paredes de ripa y techo de hoja capashi, similar a lo que se ve en otras comunidades. Había otra casa similar al lado de ésta, pero sin paredes, y una tercera que hacía las veces de cocina. Ésta era de una sóla planta, a ras de suelo, amplia como para albergar 3 ó 4 familias (4 fuegos), y con techo bajo. Era muy oscura, pues la única abertura en sus paredes era una puerta. Estas tres casas estaban en medio de un platanal, pero cerca debía haber un buen yucal, pues no faltó el tubérculo en nuestra comida. El lugar donde estábamos se encontraba metido entre cortantes cerros, y por las noches hacía frío. Eran un total de 21 personas, algunos con nombre, a otros se lo pusimos, y otros se quedaron sin él: Juana, dos hijos adolescentes varones y dos hijas pequeñas; una mujer sin nombre que aceptó llamarse Rosa, con una hijita y un bebé al que pusimos por nombre Jesús; Timoteo y su nueva esposa (sin nombre) con tres hijos y una hija; Domingo (que era hermano de Rosa) y su esposa Ana (hija de Juana y con nombre puesto por nosotros) y sus dos hijos, una niña y un bebé varón; tres niñas huérfanas. Si a ellos añadimos a Oscar y a María (hermana de Juana), y a José con su esposa (hermana también de Juana y sin nombre) y sus dos hijos sale un grupo de 27 personas en total. Las mujeres vestían una pampanilla tejida de algodón (shipirontsi) que les cubría la cintura. Todas llevaban una especie de collar de cuerdas hiladas con finas hebras de la corteza del árbol setico (magítontsi). Lo cuelgan del cuello y lo pasan por debajo de ambas axilas. Las niñas también lo llevaban, pero su cintura sólo lucía una soguilla por vestimenta. Adultas y niñas llevaban en su nariz su ogorikite, que es una perla metálica colgada de un hilo que atraviesa su tabique nasal. Los varones llevan su magítontsi a modo de banda, cruzando el pecho, que utilizan para subirse a los árboles. Vestían cushma de algodón tejido, salvo los niños, que sólo llevaban su soguilla rodeando la cintura. Todos ellos, varones y mujeres, llevaban el pelo rapado. A penas se veían utensilios diferentes a los que la propia naturaleza les regala a diario. Dos ollas viejas delataron la comunicación de este grupo con otras gentes, al igual que el collar de mostacillas (abalorios) que Juana llevaba en su cuello, pero fueron los únicos elementos que alcancé a descubrir. Los cuchillos que usaban estaban hechos con paca (bambú), partían la leña golpeándola contra las piedras, encendían fuego con dos palitos tomados de la liana llamada mokagirontsi, frotando con destreza uno sobre el otro. Vimos dos tipos de redes: la que llaman kitsari (o shiriti), tensada por un aro hecho con una liana, y que utilizan para pescar mojarritas (pescados menudos) o cangrejos, y la charia, tejida como una bolsa con piedritas anudadas en su parte inferior a modo de plomo y que, sujeta por dos palos, se arrastra para pescar especies más grandes. Todas ellas están confeccionadas con cuerdas hechas de sogas y cortezas del monte. Ezequiel volvió a pronunciar su discurso, y Timoteo, sonriente asentía. De vez en cuando Juana intervenía diciendo que ella quería ropas y ollas. Al rato de estar conversando nos ofrecieron comida, lo cual nos dio la seguridad de que ya habíamos sido bienvenidos. Nos ofrecieron plátano cocinado y apelmazado en bolas (tacacho), alguna carachamita y cangrejos. Personalmente me quedé admirado del papel que jugó Ezequiel, que fue crucial. Él fue quien en todo momento llevó la voz cantante por nuestra parte y, a pesar de que yo no


entendía mucho de lo que decía, acepté confiado que su mensaje fuera el que nos identificara. Comprobé por medio de él y el resto de acompañantes de Montetoni, que en dicha comunidad la Misión Católica es realmente bienvenida, y nos consideran una bendición no teniendo reparo en presentarnos a otros paisanos como algo propio. En nuestro diálogo nos encontramos con la gran sorpresa. Resulta que el grupo con el que estábamos conversando procedían todos del Alto Timpía, Ciertamente, estaban todos muy enfermos. A cada rato tosían profundamente, presentando síntomas de fuerte resfriado. Todos padecían lo mismo, niños y grandes, por eso cuando les ofrecimos algo de ropa no dudaron en ponérsela. Nos contaron que recién acababan de llegar de Marentari al Alto Camisea huyendo de la enfermedad. Muchos de ellos habían muerto hacía unos meses por enfermedad (entendimos resfriado). No hemos logrado averiguar la causa de dicho mal, pero al decirnos que no habían recibido visitas y que ninguno había viajado a otro lugar, supusimos que los fuertes resfriados eran debidos a los duros friajes que este año hemos padecido en la zona. No pudimos saber con exactitud cuántas personas murieron en Marentari, pero sí nos afirman que no quedó nadie más que ellos. Logramos identificar entre los fallecidos a Mauro, esposo de Juana y Rosa, quien en su día fuese curaca en Marentari, así como Marcos y su esposa, que eran los papás de las tres niñas huérfanas que allí estaban. Timoteo tenía antes otra esposa, pero falleció también. Aseguraron que murieron varios niños. No hemos logrado saber con exactitud cuando se han producido estas muertes, pero creemos que han sido en torno a los meses de julio y agosto. Les preguntamos si en Inkonene había habido matanza durante este año, tal y como 4 informaron desde Kimaroari en Timpía , y nos dijeron que hubo muertos, pues ellos habían visto cadáveres en el río. Afirmaron que habían muerto todos y no quedaba ya nadie, y suponían que las muertes habían sido ocasionadas por gente que vivía en las cabeceras del Timpía. En Montetoni nos habían dicho que había gente enferma que se había muerto al caérsele la piel, pero de este hecho no sabían nada, lo que nos hizo suponer que se trataba de una información totalmente errónea. Poco a poco fuimos atando cabos. Resulta que José (el joven que nos encontramos de camino nada más salir de Piguiasánteni) y Marcos (el papá de las tres niñas huérfanas fallecido en Marentari) fueron los dos jóvenes que hace dos años visitaron al padre Santiago en Timpía y que tras la creciente de los ríos fueron trasladados en helicóptero hasta 5 Marentari . Las ollas que allí tenía Juana y su collar de mostacillas se las había dado “el doctor”, es decir, formaban parte de la ayuda que el padre Santiago preparó para llevar a Marentari cuando desde la Posta de Timpía se hizo una visita para vacunar a la población. Ellos mismos nos confirmaron que habían sido vacunados. A decir verdad, quedé bien sorprendido e impresionado por el relato que escuchaba. Sorprendido porque recién me daba cuenta de que, sin esperarlo, nos habíamos encontrado con los hermanos de Marentari. Es un hecho importante, pues los peligros del río Timpía nos entorpecen seguir cultivando los lazos de amistad ya estrechados por los primeros misioneros del Timpía hace 50 años y mantenidos esporádicamente hasta hoy. Y quedé impresionado al ver a un grupo humano enfermo, abandonado de todos, huyendo desesperadamente de la enfermedad y la muerte, sin haber podido encontrar hasta ahora una mano 4

En el mes de febrero el padre Santiago Echeverría recogió la información de los matsiguengas de Kimaroari que aseguraban que en Inkonene había ocurrido una gran matanza no quedando apenas sobrevivientes. Se hablaba de dos que huyeron a Montetoni, pero nadie en el Alto Camisea nos dio información sobre ellos. En el Alto Camisea nada sabían de este hecho. Aunque habían escuchado los rumores, éstos bien podían provenir de lo escuchado en la radio de comunicación de la comunidad. 5

De todo esto no nos dimos cuenta hasta llegar a Montetoni y hablar por radio con Santiago. Como José, Timoteo y dos jóvenes de los de Marentari nos acompañaron también, pudimos contrastar la información y comprobar que era cierto. José nos confirmó que él había visitado al padre Santiago en Timpía junto con el difunto Marcos, y que ambos habían regresado en helicóptero a su comunidad.


amiga que les socorra efectivamente. Llevábamos algunas medicinas, y Tomás, como promotor avezado, repartió las diferentes dosis entre todos. Pero no fue suficiente, y les prometimos hacerles llegar más, pues en Montetoni la Misión de Kirigueti tiene implementado un botiquín y ofrece, en colaboración con el MINSA, cursos a los promotores de salud. Al anochecer sacamos los víveres y compartimos el tacacho, unas latas de portola, alguna que otra carachamita y la deliciosa y suave yuca. Fue un momento bien bonito. Dimos gracias a Dios por el viaje, por el feliz encuentro con nuestros hermanos, por las experiencias compartidas con nuestros hermanos de Montetoni y por los alimentos. Comida compartida, acción de gracias, enviados y reunidos en nombre de Jesús: Gaizka y yo, sobrecogidos por el instante, comentamos que aquella era la primera Eucaristía en Shinkeve. Llegada la hora de retirarse a dormir, todos los hermanos de Marentari (que ahora viven en Shinkeve) se quedaron en la misma casa donde nos recibieron, y a nosotros nos ofrecieron la cocina de una sola planta. Los 17 visitantes entrábamos sobradamente, teniendo en cuenta que el frío de la noche, acompañado de la fuerte lluvia que cayó, nos hizo acurrucarnos un poquito más. Un cigarrillo antes de cerrar los ojos nos hizo sentirnos más hermanos, al tener algo que compartir, e hizo del ambiente un bonito espectáculo semejante al que brindan en la noche selvática las luciérnagas. La mañana siguiente amaneció lloviendo. Los ríos habían crecido, con lo cual estábamos encerrados, sin más que hacer que conversar, descubrir utensilios y habilidades que para nosotros eran desconocidas. Las ropas que repartimos el día anterior ya formaban parte del paisaje de Shinkeve (motivado sobre todo por el frío). El profesor Willy se encargó de hacer el milagro de la multiplicación de la yuca, el plátano y las portolas, y con muy poco nos dio de comer a muchos. En la tarde dejó de llover y el río comenzó a mermar, anunciando que al día siguiente podríamos emprender nuestro viaje de regreso. El tercer día amaneció nublado pero sin lluvia. Nos despedimos de nuestros hermanos, no sin cierta nostalgia. Les invitamos a acompañarnos a Montetoni para entregarles más ropa y sobre todo medicinas, pero nos dijeron que no. Sin embargo, al poco de comenzar nuestro caminar, descubrimos que Timoteo y los dos hijos jóvenes de Juana se habían decidido a acompañarnos. El camino de regreso a Piguiasánteni fue diferente al que tomáramos de venida. Lo que no varió fue la espesura del bosque ni las pendientes de los cerros. Como había llovido, cada pocos pasos dábamos tremendos y graciosos patinazos y a nuestros hermanos se les hizo la travesía divertidísima, con sólo vernos a Gaizka y, sobre todo, a mí a cada rato, por el suelo. Un mono maquisapa respondió a las llamadas (puqueos) constantes que le iban haciendo, pero era mañoso y supo escapar a la puntería de Emilio. De camino pasamos por una chacra en Mayoveni, lugar donde vivían no hace muchos años los habitantes de Montetoni. El mismo Oscaro nos enseñó el lugar donde antiguamente tenía su chacra y nos explicó dónde habían vivido durante muchos años. Mayoveni es uno de los cuatro lugares que, como comenté al principio, junto con Shinkeve, otro sin nombre ubicado en un cerro y Piguiasánteni, alternan nuestros hermanos del Alto Camisea. Llegamos a Piguiasánteni, y allí estaban todos los que dejamos días antes. Nos invitaron a refrescante masato y, después de una hora, nos despedimos de ellos. Pablo, Vidal y Celso quisieron acompañarnos hasta Montetoni. Le volví a preguntar a Timoteo si nos iba a acompañar hasta Montetoni, y de nuevo me dijo que no. Pero, una vez más, al poco de comenzar nuestra marcha, ahora sí, por donde habíamos venido, descubrí que Timoteo y los dos hijos de Juana, venían con nosotros, al igual que José y Oscar. Otra vez nuestro camino volvía a ser el río, más crecido que en nuestra venida, pero sin crearnos graves problemas para cruzarlo cuando era necesario. La solidaridad que nuestros hermanos manifestaban entre sí y con nosotros mismos nos volvió a sobrecoger. No calentaba el sol, y por ratos iban tiritando de frío. Pero a pesar de ello, cuando nos veían con dificultades, no dudaban en asirnos de la mano para cruzar el río todos juntos en hilera: si caía uno, caíamos todos.


Cansados, escocidos y con ampollas en los pies por caminar mojados, llegamos a Montetoni al atardecer del día 2 de setiembre. Nos vinieron a recibir con curiosidad sobre el resultado de nuestro viaje. Le explicamos a Migtzero que estábamos contentos y muy agradecidos por toda la ayuda que, tanto él como Ezequiel, Oscaro, Erión y los otros, nos habían prestado. A la mañana siguiente vinieron temprano a buscarnos Oscar, José, Timoteo, los dos jóvenes además de Vidal, Pablo y Celso. Querían que les diéramos las medicinas que les prometimos así como las ropas, cosa que hicimos de inmediato. Tomás y Lizardo, promotores de Cashiriari y Montetoni respectivamente, se encargaron de preparar las dosis necesarias y enseñar a José cómo debían ser administradas. Tras repetir varias veces la explicación, los hermanos se marcharon satisfechos, prometiendo ambas partes volver a vernos. La visita a Marankiato, Cashiriari y Segakiato nos demoró tres días más. No quisimos pasar por Camisea sin detenernos a conversar detenidamente con el doctor responsable de la Micro-red para narrarle lo que habíamos visto y hacerle conocedor del estado en que se encontraban sus pacientes, tanto de Shinkeve, como del resto del río. Lo mismo hicimos con el equipo itinerante del MINSA (Grupo Elites) que habitualmente visita Montetoni, cuando unos días después llegaron a Kirigueti interesados por la información. Estos últimos planearon su visita a Shinkeve a primeros de octubre del presente. En la última visita de los hermanos de Montetoni a la Misión de Kirigueti me han informado de que no fue necesario que el Grupo Elites llegara hasta Piguiasánteni y Shinkeve, pues los mismos matsiguengas, avisados por nuestro gran embajador Ezequiel, bajaron a Montetoni a vacunarse y recibir ayuda y medicinas. Como conclusión de este viaje diré lo siguiente: 1. Es una lástima que, por miedo al discurso que algunos mantienen respecto a los habitantes del Alto Timpía, se hayan producido estas muertes en Marentari. Si el padre Santiago hubiera podido actuar con libertad, nada de esto hubiera ocurrido, pues el personal de salud del MINSA habría podido intervenir de inmediato salvando las vidas de estas personas. 2. Estas personas del Alto Timpía no viven sin contacto. Son gentes que ya llevan años interactuando con otros actores, en concreto con el MINSA y con la Misión Católica de Timpía. No ha habido “contactos forzados”, sino encuentros amistosos y esperanzadores, como el que se ha vuelto a dar en estos días en Shinkeve y he relatado. 3. Nuestros hermanos no viven en ningún paraíso terrenal. Padecen enfermedades, y para algunas de ellas no encuentran remedio en su medicina natural. Nuestros hermanos no rehuyen del contacto con los otros cuando, sin haber violencia, hay amistad y ayuda mutua. ¿Quién no quiere una tabla de salvamento cuando está ahogándose? 4. En caso de que sea cierta la matanza de Inkonene, ¿no se deberá ésta al aislamiento al que se está condenando a estos pueblos? Creo que, dada la situación, más que de “voluntariamente aislados” habría que hablar de “obligatoriamente aislados”, bien por las violencias que sufrieron en un pasado no muy lejano, o bien, por las nuevas políticas que se tratan de imponer. 5. Deseo de verdad que INDEPA abra sus oídos a los pueblos indígenas que viven en la selva y escuche su realidad, haciendo una valoración propia y sin dejarse llevar por prejuicios que establecen algunas organizaciones que no conocen la zona. Si estos pequeños grupos aislados que caminan asustados por la selva no son socorridos de inmediato, creo que ocurrirá de nuevo lo que ocurrió en Marentari o lo que está ocurriendo en el Manu con los “masco-piros”, y terminarán por desaparecer para siempre.


INCULTURACIÓN P. Pedro Rey, OP Hace dos años, cuando llevé para la capilla de Yomibato una imagen de la Virgen del Rosario, al momento de ponerla en la repisa, estaban dos mujeres matsiguenkas mirando. Les dije: “Podéis ponerle una cushma”. Me contestaron: “¿Cómo?”, “¿Va a ser igual que nosotras?”. Ellas sabían quién es la Virgen María, pero a pesar de ser una mujer como ellas, es distinta. La inculturación no debe presentar a Cristo con un rostro indígena, sino que tiene que ayudar a descubrir a Jesucristo en la historia y en el corazón de los indígenas. La inculturación no es poner ropajes a las imágenes, sino hacer descubrir a nuestro Padre Dios que vive dentro de nosotros y se preocupa por nosotros. Las manifestaciones rituales pueden ser muy variadas. La misión es una semilla que hay que sembrar, después crecerá con diversas manifestaciones; pero la savia que corre por dentro es la vida de Dios. El Papa Juan Pablo II dijo en su visita al Zaire: “la evangelización supone la inculturación del Evangelio, la africanización de la Iglesia”. Esta inculturación se refiere al lenguaje, al modo de presentar el mensaje cristiano, la catequesis, la reflexión teológica, la expresión litúrgica y las formas comunitarias de vida cristiana. Pero ante esto, el Papa sigue diciendo, que para guardar el sentido de catolicidad, se debe guardar la “la unidad substancial del rito romano”. Pensamos que el rito es una cosa y el Reino de Dios otra. La unidad de la Iglesia es la fe en Jesucristo; la vivencia y la proclamación del Reino de Dios. Las formas, signos, símbolos de vivencia de la persona de Jesucristo pueden ser muy variadas, y aquí es donde entra la inculturación. Una cosa es el mensaje y otra las formas cómo lo expresamos. La conciencia indigenista se ha fortalecido en los últimos años y han entrado en una legítima defensa de sus valores; esto plantea el problema de la inculturación del Evangelio de una manera nueva. La inculturación del Evangelio debe llevar a una vivencia del mismo, más que a un simple adoctrinamiento. Es conocida la importancia de los “catecismos de la doctrina cristiana” en la actividad misionera. El conocimiento de la doctrina cristiana parecía ser el objetivo fundamental de la labor misionera. No queremos quitar importancia a esta forma de evangelizar de entonces; es más, podemos caer en el otro extremo, y van a los sacramentos sin saber nada. Preguntaba a un niño que iba a hacer la primera comunión: “¿En qué momento durante la Misa se hace presente Jesús en el pan?”; “Cuando voy a comulgar”, me dijo. “¿Qué es la consagración?”. “Cuando el sacerdote toma su vino”, me dijo. Ciertamente que hay que enseñar la doctrina cristiana; pero el Evangelio no es simplemente una doctrina. El cristianismo es un mensaje de vida, una experiencia de vida. No basta almacenar verdades cristianas en la mente. No se pone en duda la necesidad e importancia del conocimiento en la actividad catequética. Si el Evangelio es una experiencia y una práctica de salvación, la evangelización debe priorizar el aspecto vivencial y práctico. La evangelización consigue su objetivo en la medida en que el hombre se abre al Evangelio, se convierte al Reino de Dios. ¿Cómo están las semillas del Verbo en las culturas indígenas? ¿Qué manifestaciones hay de esas semillas? La semilla del Reino de Dios, Jesús nos la describe en la semilla de mostaza. El árbol es distinto de la semilla, puede tener multitud de formas, pero da fruto. Y podemos no aceptar los frutos o dudar de ellos, porque la forma del árbol no se adecua a nuestros conceptos, a nuestras formas. Jesús criticó duramente a la clase “religiosa”, porque según sus conceptos, sus formas, el pueblo fiel era marginado. No podemos afirmar que la universalidad del cristianismo y de la Iglesia lleven necesaria-


mente a la imposición de determinadas formas socio-religioso-culturales en las que se ha manifestado la universalidad. El problema está en la manera de entender, ejercer y traducir esa universalidad del cristianismo. Pensamos que a nivel teórico todos estamos de acuerdo en esto de la inculturación. El problema se plantea a nivel práctico. El mundo indígena es muy rico en simbología y en especial en simbología sagrada. Pero el problema que se plantea cuando tratamos de incorporar esos símbolos indígenas a la expresión del mensaje cristiano, que podemos caer en un simplismo superficial. Porque esos símbolos al ser incorporados a la expresión del mensaje cristiano deben sufrir una metamorfosis. Esta metamorfosis tiene como nota la transformación de un símbolo que expresa una realidad religiosa, en un símbolo que expresa una verdad revelada. Realizar de forma adecuada esa transformación del símbolo indígena al mensaje cristiano es ciertamente una dificultad grande. No se trata, sin más, de tomar los signos o símbolos indígenas y ponerlos en nuestra liturgia, pues ellos pueden entender otra cosa. Pero sí debemos hacer el esfuerzo de estudiar su simbología religiosa y tratar de incorporarlos a la liturgia. Cada cultura tiene sus formas de expresar todos sus sentimientos, y no son menos los sentimientos religiosos. La inculturación no consiste en adaptaciones físicas o corporales, sino en la capacidad de transformar, adaptar, simbolizar y proyectar hacia adelante las aspiraciones y valores. Inculturación no es una simple adaptación de cosas. La inculturación necesita modelos y proyección hacia futuro. No es transplantar un modelo eclesial, sino hacer crecer la semilla del Reino de Dios, que puede tener infinidad de manifestaciones; de ahí que tengamos que tener en cuenta su mundo religioso y sus mitos. Se ha insistido mucho, y ciertamente es verdad, que el misionero debe saber el dialecto, porque le va a favorecer mucho en la inculturación de la fe; y se ha insistido tanto en conocer el dialecto, que se ha puesto como herramienta indispensable para inculturar el Evangelio. Ciertamente el conocer el dialecto es una herramienta importante; pero aún sabiendo el dialecto, podemos quedar ajenos a la inculturación. Podemos conocer el inglés, francés o alemán y quedarnos tan fríos tanto los ingleses como nosotros. El conocer el dialecto nos favorece, ciertamente, la comunicación con las culturas. Pero podemos quedar en una simple traducción de cosas. La inculturación va más allá, va al alma del indígena. Y esto lo enseña la experiencia, el acompañamiento diario en sus penas y alegrías. Hoy se está desarrollando mucho la educación bilingüe por profesores bilingües; pero lo que yo observo en esto es que todo se ciñe a traducir los programas del Ministerio de Educación. La inculturación de una educación bilingüe aún está muy lejos. Pensamos que tenemos un reto en este proyecto de la inculturación. No basta con traducir liturgias o la Biblia, que sería traducir culturas a otras culturas. Pensamos que el acompañamiento de testimonio del misionero es más efectivo en este proyecto de inculturación. El misionero está ahí siempre, en las buenas y en las malas, como buen samaritano; ese amor diario que día a día el misionero va derramando es la inculturación de la Buena Nueva de Jesús. Ese testimonio directo y sencillo va penetrando en el alma del indígena. Nos peguntamos: Si les habláramos en su dialecto, ¿tendrían más fe? ¿conocerían más a Jesucristo?


CIEN AÑOS DE MISIÓN DE LOS DOMINICOS DE LA PROVINCIA DE ESPAÑA EN EL VICARIATO DE PUERTO MALDONADO. PERÚ Primeras claves evangelizadoras Ángel Pérez Casado, O.P. Peña de Francia INTRODUCCIÓN El 24 de noviembre de 1906 desembarcaban en el puerto del Callao de Lima el primer grupo de seis frailes dominicos que enviaba la Provincia de España para incorporarse al recién creado Vicariato Misionero de Sto Domingo del Urubamba en el sur-oriente amazónico peruano. La Provincia de España daba así respuesta generosa a la solicitud angustiosa y urgente de misioneros que el P. Zubieta había hecho al General de la Orden Dominicana. Al cumplirse los cien años de la presencia misionera de la Provincia de España en tierras peruanas, creemos que es un deber a la vez que una satisfacción, hacer memoria agradecida, recordando algunos de las motivaciones o claves de la primera etapa de su extraordinaria tarea evangelizadora. Confieso y reconozco, que los comienzos de la labor misionera en el Vicariato de Puerto Maldonado, es tan amplia, rica y profunda, que no sabría uno por donde empezar, o qué seleccionar, para un acto académico como el que celebramos hoy con motivo de la fiesta de Santo Tomás de Aquino. Dicho esto, lo primero que haremos será una presentación del lugar y moradores, donde se desarrollaron las actividades de los nuevos misioneros. 1. Creación del vicariato de Sto Domingo del Urubamba El 1 de Mayo de 1894 León XIII se dirigía a los obispos peruanos, animándoles para que atendieran y evangelizaran el sur-oriente amazónico en donde desde la expulsión de los jesuitas en el año 1767 del Perú sólo habían quedado los franciscanos para evangelizar el inmenso oriente amazónico equivalente a un tercio del Perú (unos cuatrocientos veintinueve 6 mil km2) . La invitación fue recogida y aceptada por un grupo de damas piadosas de la alta sociedad limeña, y también por el Presidente de la República, Nicolás de Piérola, al tiempo que mostraba su propio interés "por una zona rica y tan inmensa como es la parte selvática de este país que se hallaba cerrada a la civilización". La obra de la Propagación de la Fe elaboró un plan en que fundamentalmente se creaban tres Prefecturas: San León del Amazonas en el Norte, San Francisco del Ucayali en el Centro y Santo Domingo del Urubamba en el Sur. La Prefectura del norte de San León se ofreció a los agustinos; los franciscanos se quedaron en la zona centro de la selva, y a los dominicos se les ofreció la zona del sur-oriente amazónico el 1 de Agosto de 1898. El P. Alberto Delgado, Provincial de los dominicos peruanos, acogió con entusiasmo la oferta que se le hizo a la Orden del nuevo Vicariato Misionero. Con rapidez se le comunicó al General de la Orden, el austriaco Andrés Frühwirt. Conocida por el Superior General la aprobación del Papa León XIII el 5 de Febrero del año 1900, se apresuró a buscar frailes en la Provincia misionera del Santísimo Rosario de Filipinas dado "que la empresa era ardua y habría de mandar religiosos experimentados en tales trabajos", y también porque "no 7 contaba con suficiente personal peruano" . 6

KLAI-BER, J., La iglesia en la formación del nuevo estado del Perú en Historia General de América Latina. Sígueme 1987, Vol.VIII, 226.

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FERNÁNDEZ, W., o.c., 33. CENITAGOYA V., Episodios Misionales. "MD" 155 (1946) 134-137.


Una vez aceptada la misión apostólica por parte de la Orden a través de la Provincia de Filipinas hubo de seleccionarse a la persona cualificada que se responsabilizara de los comienzos de una tarea extraordinariamente difícil y desconocida. Para tal cometido como primer Prefecto Apostólico fue designado el P. Ramón Zubieta y Les, nacido en Argueda (Navarra) el 31 de Agosto de 1864, y que a los 36 años, once los había pasado de misionero en Filipinas, sufriendo durante 18 meses las cárceles de los tagalos e igorrotes filipinos con peligro para su vida. En febrero de 1901 Zubieta puso en marcha el proyecto misionero del Perú. Casi de inmediato empezaría a sufrir la soledad que tanto acompañaría a los misioneros dominicos en las selvas peruanas: los dos compañeros que había elegido como mínimo imprescindible para arrancar con alguna garantía el nuevo proyecto misionero, no fueron autorizados a salir de Filipinas por el delegado apostólico "debido a la necesidad de misioneros en la 8 isla" . El 15 de Enero de 1902 embarcaba en Cádiz con dos frailes de la Provincia de Filipinas, que había logrado reclutar a su paso por España camino del Perú. En Lima se presentaron treinta y siete días después con poco más ajuar que su entusiasmo. El cinco de mayo de 1902 iniciaba su andadura en el territorio misionero. Ante sí tenía ciento treinta mil kilómetros cuadrados de inmensa y enigmática selva amazónica. La gran extensión del Vicariato se repartía entre las cuencas de los ríos Urubamba -30.000 km2-, y el Madre de Dios 100.000 km2-, que por diferentes cauces iban a entregar sus aguas al caudaloso Amazonas. A su vez estos ríos tenían un incontable número de afluentes provenientes de la cordillera andina. El Vicariato limitaba al norte con las misiones franciscanas del Ucayali, al sur con Bolivia, al 9 este con Brasil y parte de Bolivia, y al oeste con los departamentos de Cuzco y Puno . En 1952 la Sagrada Congregación para la Fe, añadió al Vicariato las alejadas tierras situadas en la cuenca del río Purús, aisladas y de difícil comunicación, junto a la frontera del Brasil. Finalmente en 1969 se integró en el Vicariato el resto de la extensa Provincia de la Convención que aún no pertenecía a él, siendo actualmente la extensión del Vicariato 248.613 km2 en su mayor parte situados en la selva amazónica. Los misioneros tendrían que descender desde alturas próximas a los cuatro mil metros de 10 las montañas andinas hasta los doscientos cincuenta metros de la planicie selvática . Con una media de temperatura de veintiséis grados, y en un ambiente cargado de humedad -36 a 90%-, indudablemente, era y es, un fuerte condicionante para sus habitantes y mucho 11 más para los extraños que se acercan a la selva . 2. La población humana. Pero si complejo y difícil era conocer el territorio del Vicariato, mucho más difícil aún era penetrar en los entresijos misteriosos del componente humano. El número de nativos de entonces varía según las fuentes consultadas. De todas las maneras parece que la población tribal no excedía las veinte mil personas, pero con el agravante añadido de pertenecer 12 a veinte tribus o grupos diferentes . 8

FERNÁNDEZ, W., El Padre Zubieta. Madrid 1954, 65. Comenta el P. Wenceslao que "esa herida no se le cerró en los años de su vida".

9

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta años..., 52.

10

FERNÁNDEZ, W., o.c., 43.

11

LA REDACCIÓN, Sinopsis General del Vicariato. "MD" 280-281 (1966) 9.

12

SECRETARIADO MISIONES DOMINICANAS. Alma de la selva. Lima 1969, 8-30.


Junto a estos hijos de la selva, perdidos y dispersos, con una densidad humana que no llegaba al 0,1 por km2 han ido incorporándose según las épocas y estimulantes económicos primordialmente, las corrientes migratorias peruanas de la Sierra o del Departamento de Loreto, y los extranjeros venidos de los más remotos países. La colonia japonesa formó un fuerte colectivo, influyente sobre todo en el comercio de Puerto Maldonado. En la época del caucho hubo aventureros provenientes de Europa empleados en las grandes compañías caucheras francesas, inglesas, italianas, españolas... Esta población no nativa se distribuía en diferentes parcelas: funcionarios del Estado, ingenieros, maestros, médicos, caucheros, madereros, agricultores, comerciantes, buscadores de oro y aventureros de todo tipo y condición. En el futuro el porcentaje de incremento de la población selvícola no aumentaría demasiado, no así el grupo quechua-andino que aumentó fuertemente su presencia en el Vicariato, especialmente en la Provincia de la Convención, que aporta actualmente el mayor número de habitantes cercano a los ciento cincuenta mil. Maldonado por su parte se aproxima a los veinticinco mil habitantes. Para el misionero recién llegado, cuyo objetivo principal era el nativo encuadrado en ese variopinto tapiz de más de veinte pequeños grupos nómadas o seminómadas, la tarea que se le presentaba rozaba lo humanamente imposible. Pío Aza, hombre de gran fortaleza de espíritu, y que junto a Zubieta, se puede considerar como hombre clave en la puesta en marcha del Vicariato, reconoce que: "las misiones de Santo Domingo del Urubamba y Madre de Dios exigían desde el primer momento una fuerte contribución de sacrificios de todo género. Además no ofrecían, humanamente hablando muy halagüeña perspectiva, ya porque iban a establecerse en regiones faltas por completo de vías de comunicación, fuera de las rápidas y peligrosísimas corrientes de sus ríos, ya por la escasez de su población, y aún esa población hallábase desparramada por la inmensidad de las selvas, y era 13 de carácter errante, nómada, sin presentar estabilidad en punto alguno" . 14

3. La Provincia de España asume el Nuevo Vicariato

Para abrirse camino en tan impresionante y complicada tarea misionera sólo contaba el P. Zubieta, como hemos dicho anteriormente, con dos Padres: Palacios y Cuesta, incorporados a su paso por España, y el Hermano boliviano Fray José Torres, cedido generosamente por el convento de Arequipa. Difícilmente otro que no hubiera sido el sufrido misionero de las cárceles filipinas, hubiera dado un paso adelante. Pero Zubieta tenía prisa en poner en marcha el nuevo Vicariato, y de inmediato fundó una casa-misión en cada una de las cuencas del Urubamba y Madre de Dios, distanciadas entre sí por más de cuatrocientos kilómetros sin apenas vías de comunicación; al frente de cada una de ellas dejó los dos Padres con los que contaba. La preocupación del Padre Zubieta debió aumentar grandemente, al notificarle la provincia de Filipinas: que con el envío de dos Hermanos y un Padre -Fray Emilio Yborra, Fray Frutos Martínez y el Padre David Martín -, se despedían del Perú: "no cuente con más personal de esta Provincia", era el recado que los nuevos misioneros traían para el Padre Prefecto. Zubieta lo tuvo entonces claro: "una de dos, o nos restituimos los que aquí estamos a 15 nuestros conventos antes de perecer aislados, o las misiones pasan a otra Provincia" . 13

AZA, P., Apuntes para la historia del Madre de Dios. "MD" 15 (1922) 506.

14

"El nombre de Vicariato del Urubamba y Madre de Dios permaneció hasta el 10 de Marzo de 1949 en que cambió al nombre actual: Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado" [LA REDACCIÓN. Para la historia. "MD" 171 (1949) 45-47]. 15

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta años..., 86.


Tan mal lo debió pasar, que más de una vez ofreció la renuncia de su cargo a los superiores. Aliviaron sus apuros los dominicos de la Provincia de San Juan Bautista del Perú, algunos de los cuales tenían la gran ventaja de hablar el quechua; ésta colaboración sin embargo, no era solución ni siquiera a corto plazo, ya que aparte que la Provincia del Perú estaba escasa de personal, el compromiso no era más que un acto de buena voluntad. En estas circunstancias y recién elegido General de la Orden el Padre Jacinto María Cormier al ver la imposibilidad de que la Provincia de Filipinas siguiera atendiendo a las misiones peruanas con sus religiosos, se dirigió a la Provincia de España. Esta asumió con generosidad y esperanza su presencia en el Vicariato Peruano: "el Consejo de Provincia, aceptó por unanimidad las misiones. Dios quiera que ellas sirvan para levantar el verdadero 16 espíritu de que tan necesitados estamos" , escribía el Provincial Cienfuegos al Padre Paulino Álvarez. Esto sucedía por el mes de septiembre de 1906, y el 20 de octubre salían de España los Padres Enrique Sánchez, Juan Suárez Doriga, Pío Aza, Elicerio Martínez y el Hermano Fray Pedro Serna. En la Habana se les unió el Padre Guillermo del Campo. La llegada de los nuevos misioneros fue un alivio profundo para Zubieta, que mientras tanto en una de sus peligrosas incursiones por la selva había tenido que sufrir una de las más duras pruebas de su vida misionera: el naufragio en el Ccoñec, donde perdió la vida el bueno de Fray José Torres junto a dos generosos benefactores y colaboradores seglares, y 17 un nativo piro. Él mismo salvó milagrosamente la vida . El 24 de Noviembre de 1906 como queda dicho, desembarcaron los nuevos misioneros en el Callao, llegando en los primeros días del año 1907 a la ciudad de Paucartambo, cerca de la cual estaba el pueblecito de Llaycho. Zubieta había adquirido en Llaycho una pequeña finca, y fundó lo que él dio en llamar Casa Central, donde se educaron los primeros selvícolas y donde también se retiraban los misioneros enfermos, o acudían a suministrarse de toda clase de implementos en sus necesidades. Zubieta debió darse cuenta pronto, que la generosidad debía ir unida con una reflexión seria sobre los complejos problemas del Vicariato, por eso lo primero que hizo fue reunir durante cinco meses en Llaycho a los recién llegados: “tiempo de aclimatación y de estudio de un 18 plan que fuera más provechoso para una acertada distribución de personal” . De este tiempo de reflexión y de pequeños ensayos de apostolado salieron las primeras líneas generales de la actividad misionera. Los seis misioneros españoles con Zubieta al frente, debieron encontrarse con un panorama tan complicado, que paradójicamente les facilitó las soluciones al imponerse con fuerza las urgencias más inmediatas: 1ª Explorar los ríos, quebradas y territorio, prácticamente desconocidos incluso para las autoridades peruanas. 2ª Aprender las lenguas nativas. 3ª Crear centros de civilización, donde la chacra, la escuela y la capilla se construirían a la vez: Chacra, para poder subsistir el misionero y los misionandos. Escuela, como única esperanza para transformar la vida de los nativos a través de los más pequeños. Capilla como anuncio de la salvación 16

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta años..., 108-114. FERNÁNDEZ, W., El Padre Zubieta, 170-172.

17

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta años..., 117-119. FERNÁNDEZ, W., El Padre Zubieta, 158-163.

18

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta años..., 127.


evangélica. Aunque hubo misioneros verdaderos especialistas en alguna de estas tres facetas, lo cierto es que en un principio prácticamente todos hicieron de todo : arriesgados exploradores, chacareros, enfermeros, mecánicos, constructores, maestros..., y por supuesto entusiastas evangelizadores. Las posibles carencias, que no eran pocas, dado el extraño y novedoso panorama que tenían ante sí, fueron suplidas con una generosidad fuera de lo común. Nos detendremos en los principales y más señalados logros en cada una de estas tres urgencias misioneras, de las que si podemos adelantar, que constituyeron un esfuerzo fuera de lo común y una de las gestas más importantes en la historia de las misiones dominicanas. 1ª.- Expediciones arriesgadas. La primera dificultad seria que tuvieron que superar los recién llegados misioneros fue recorrer el camino hasta llegar a los lugares más recónditos y desconocidos donde moraban los habitantes de las selvas amazónicas. Este apartado de la exploración y conocimiento del territorio misionero constituye uno de los más llamativos y heroicos de la historia del Vicariato. Solamente él podría llevarnos toda la tarde, pero nos limitaremos a exponer algunos datos, y el sobrio testimonio de algunos misioneros. Para empezar, el cruce de la cordillera andina a pie o a los lomos de caballerías, impactó y dejó huella a los primeros misioneros: "abierta la senda por entre peñascos sueltos, hecha de cualquier modo para pasar el primero que se le ocurrió esta ruta... A la vera de ese camino se ven entrelazados huesos humanos y de animales; víctimas de las caídas por aquella escalinata de peldaños de un metro. Sobre el dolor de los golpes del pobre viajero, 19 que no puede moverse, viene la lluvia o la nieve a cebarse en él y sucumbe sin remedio" . Esto tan sólo era el preámbulo. El P. Zubieta, nada más haber tomado posesión del Vicariato emprendió casi en solitario la exploración del curso del río Paucartambo o Yavero, afluente del Urubamba. "Esta expedición supuso para el P. Zubieta un duro recorrido de 152 km por caminos pésimos a lomos de caballerías; 170 km a pie en jornadas muy penosas; 20 más de 40 en canoa en compañía de desconocidos machiguengas ”. Zubieta fue también el primero que tuvo que sufrir el naufragio en uno de estos viajes por la fuerza incontenible de los tumbos o remolinos de los ríos amazónicos con pérdida de vidas humanas muy queridas para él, como hemos dicho antes. Pocos fueron los misioneros de la primera etapa que no sufrieran este bautismo angustioso en sendos y peligrosos naufragios: los Padres Cenitagoya, Campo, José Álvarez, Gerardo Fernández, Juan Suárez-Dóriga, el obispo Sarasola entre otros, han dejado constancia escrita de estas peligrosas experiencias. Junto a los Hermanos José Torres y Bonifacio Fernández, ahogados en los ríos del Vicariato en los primeros años, hay que colocar posteriormente al obispo Enrique Alvarez, que pereció en las aguas del Urubamba camino 21 del peligroso Pongo de Mainique en 1948 . Pero si alguien se hizo experto en expediciones, fue el venerado y carismático José Álvarez. Llevó a cabo treinta y dos expediciones durante sus cincuenta y tres años de vida misionera. En algunas de estas andaduras por los ríos y trochas de la selva a punto estuvo de perder la vida a causa de los naufragios, del hambre, o de las flechas de los nativos ama19

FERNÁNDEZ, W., El Padre Zubieta, 92.

20

Ibid. pp. 117-126.

21

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta años..., 216. Ibid. "MD" 165-166 (1948) 282-370.


zónicos, resentidos y esquivos hacia la presencia de cualquier blanco, que se acercara a sus viviendas por las nefastas consecuencias que habían tenido en cualquier trato con ellos. Aparte de los permanentes peligros de estos viajes, de por sí, eran una práctica ascética de alta intensidad: Cuando había que surcar los ríos, los remos y tanganas -el motor era en un principio extraño y un lujo para los pobladores de estos ríos-, iban lentamente ganando, 22 metro a metro al río de tal forma que "cada hora parecía un siglo" . Pío Aza no dudaba en 23 llamar a estas embarcaciones de los viajes inacabablemente duros: "ataúdes para vivos" . La sociedad civil peruana reconoció el esfuerzo de los misioneros en estas expediciones como aporte al progreso del país con diversas distinciones. Y así al P. Zubieta la sociedad geográfica de Lima, por este descubrimiento del curso del río Paucartambo le concedió la 24 medalla de oro de Eulogio Delgado como premio a la mejor expedición del año" . También se le nombró miembro de la “Sociedad Geográfica de Lima”. Iguales o parecidas distinciones recibieron el obispo Sarasola, y los Padres Pío Aza, Gerardo Fernández y José Álvarez. Dejamos nada más indicado en este apartado lo siguiente: en estas expediciones los misioneros tomaron notas y apuntes de toda índole que les valieron para crear una elemental cartografía de lugares, montes, ríos, quebradas etc. Gracias a los conocimientos, datos y solicitud de los misioneros, se facilitó grandemente, la creación de nuevas carreteras, líneas telefónicas, luz eléctrica, etc. 2ª.- Lingüistas. El segundo gran obstáculo que hubo de superar el misionero en el encuentro con los selvícolas fue el lenguaje. Como hemos dicho al hablar de la población del Vicariato, el mundo nativo estaba diversificado en veinte grupos diferentes escasamente poblados, que para complicar más el problema de comunicación cada uno de ellos tenía su propia lengua. Según el P. Pío Aza, gran Patriarca del estudio de las lenguas de las tribus del Vicariato: "Se puede asegurar que hay -tantas lenguas-, cuantas son las tribus salvajes. Todas estas lenguas, andinas y amazónicas, tienen su léxico, su estructura, su fonética, su gramática, tienen en fin todos los elementos necesarios para que cada una de ellas 25 se la pueda considerar distinta de las demás... " . Así que una vez superados los Andes, los remolinos de los ríos amazónicos, trochas desconocidas de la selva, cuando ya se encontraban los misioneros en presencia de los hijos de la selva, sin apenas reposo, tenían ante sí un nuevo reto: atravesar las barreras de la incomunicación del lenguaje. Zubieta, apenas establecido el primer contacto con las nativos huarayos, dejó reseñado que,"se pasaba las horas enteras con los salvajes, grandes y pequeños, em26 peñado en formar un vocabulario de su idioma... Pude reunir cuatrocientas voces" . 22

GRAÍN, J. Mª., El misionero de las selvas en su campo."MD" 71 (1932) 125-126.

23

FERNÁNDEZ, W., Adalid del Evangelio, 61.

24

FERNÁNDEZ, W., El Padre Zubieta, 117-126.

25

AZA, P., Origen de las tribus salvajes del amazonas. "MD" l8 (1923) 631-632. Según estudios más cercanos a nuestros días, dos grupos lingüísticos parecen ser que comprenden las tribus del vicariato: Arawak, al que pertenecerían, piros, campas, machiguengas, mashcos...y, Pano, que abarcaría a los sharanahua, cashinahua, capanahua, amahuca, yaminahua, mastanahua... (ALVAREZ, R., Hijos de dioses, 71. TORRALBA, A., Sharanahua, 9-10). 26

FERNÁNDEZ W., el P. Zubieta, 107, 175.


No hubo otra escuela de aprendizaje para ellos, que el continuo escuchar sus conversaciones, pues "no había nada escrito, ni diccionario alguno", nos dice el P. José Álvarez, que junto a su compañero de misión, fray Marina, se propusieron a aprender el huarayo lo más pronto posible: "Con su cuaderno y lápiz en la mano, nos cuenta el obispo Sarasola- era de ver como hacían apuntes en toda ocasión y momento, de camino, en casa, en las chacras, en el río, en la catequesis, de día y de noche. Apenas hay esquina ni libro de piedad, ni margen, ni papel donde no se vean anotadas palabras y su significado huarayo..., y se propusieron hablar siempre y sólo la lengua de los Huarayos sin permitirse ni una palabra 27 en lengua española” . Estas improvisadas academias de idiomas tropezaron de continuo con una gran limitación de medios. No sin pena, constataba José Alvarez las grandes dificultades con que se enfrentaban para poder realizar un trabajo sumamente interesante, y que el misionero era el más capacitado para hacerlo por ser el más conocedor del ambiente en que vivían los nativos. Pero había urgencias más inmediatas:"... la agricultura y la ganadería incipiente para poder sostenernos con dificultad, y después de estos trabajos duros y agotadores... (que te quitaban) el tiempo, el humor y la serenidad necesarias en la preparación de un 28 vocabulario o una gramática" . Escasez de medios también tuvo que soportar, el gran investigador y filólogo del Vicariato Pío Aza, teniendo que alternar albañilería, agricultura, pesca, viajes por la selva, y estudio 29 del Machiguenga . Pero después del denodado esfuerzo del misionero por el aprendizaje material del idioma de los nativos, el misionero tuvo que sortear una dificultad aún mayor. Detrás de aquellos complicadas palabras había toda una sicología, una manera de ser muy diferente a la de los aprendices del nuevo idioma. Nada más apuntaremos alguna de estas dificultades, para hacernos una idea del gran problema que les llevó mucho tiempo, más de un fracaso, y mucha paciencia. Monseñor Graín, cuarenta años después de la llegada de los primeros misioneros de la Provincia de España, apuntaba con claridad meridiana, que probablemente, el mayor obstáculo del nuevo lenguaje:"Su léxico es riquísimo, tratándose de la caza, pesca y demás ocupaciones en que se gasta su vida; pero carece de términos abstractos para expresar las realidades superiores a los sentidos. El mundo sobrenatural de la fe trasciende a cuanto ellos jamás han imaginado, y no hay palabras con qué significarlos. Ni siquiera las oraciones más sencillas como el Padre nuestro, Ave María, Credo, pueden formularse fácilmente en estas lenguas primitivas. Eso de creer es un concepto enteramente extraño a su ideología. Dígase lo mismo de otros muchos que entran en tales oraciones. Y hete aquí al pobre misionero bregando con toda su teología, desesperándose para poder hallar alguna manera de decir a sus neófitos un poquito de aquellas sutiles ideas aprendidas en clase con tanto trabajo. Hay que pasar por esto para darse cuenta cabal de lo que cuesta enseñar el 30 catecismo a inteligencias tan rudimentarias" . Le faltó al obispo Graín anotar también, al menos un poco de autocrítica, al lenguaje abstracto y ensamblado en razonamientos escoláticos, en los que los misioneros presentaban las verdades de la fe cristiana. Pero en la época y en la mentalidad de los misioneros de los tiempos de Graín hubiera sido demasiado esta autocrítica. 27

SARASOLA, S., Carta Pastoral a los misioneros y misioneras. "MD" 34 (1926) 607-608.

28

ALVAREZ, J., Vocabulario mashco. "MD" l94 (1953) 22-23.

29

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta Años..., 310.

30

GRAÍN, J. Mª., Dificultades Propias de Nuestras Misiones. "MD" 155 (1946) 121-130.


Esta misma idea de la dificultad de la mente abstracta del evangelizador, en contraposición de la más sensible y concreta del nativo amazónico también la dejó señalada el P. José Álvarez: "Es ésta una de las mayores dificultades en que tropezamos, al querer traducir a tan pobre y tan primitivo idioma las verdades tan elevadas, tan sublimes, fruto de tantas generaciones de sabios... Cómo se le va a aconsejar a un salvaje así, en términos generales, que sea amante del saber, del trabajo, del honor, que sea económico, que de buen ejemplo y corrija a sus hijos, que evite las tentaciones, que cumpla todos sus deberes, que ame el sufrimiento, y no sea soberbio y engreído sin descender al detalle, recordándole uno a uno sus deberes, detallándole todos sus peligros. Esta falta de términos abstractos, universales, de amplia aplicación, así como también los mil y mil de sentido alegórico y figurado, son otros tantos obstáculos bien difíciles de vencer en nuestras tareas cotidianas 31 de desmonte espiritual ante tan oscuras inteligencias" . El trabajo intensivo por llegar cuanto antes a comunicar el mensaje evangelizador al nativo, daría pronto sus frutos, y al cabo de dieciséis años "de estudio y observación", "de arduo y concienzudo trabajo", el P. Pío podía presentar la original gramática machiguenga, y un 32 vocabulario de la misma tribu recogido de "cerca de tres mil voces" . El P. Pío Aza también escribió vocabularios de la lengua huaraya y arasairi; por supuesto fue experto conocedor del quechua. El P. José Álvarez, "se maravillaba de la facilidad del P.Pío en su captación y estudio de lenguas nativas en poco tiempo, como el huarayo, que ocuparían fácilmente la 33 vida entera de cualquier hombre" . La Sociedad Geográfica de Lima invitó a Pío Aza a dar una conferencia sobre la original y desconocida lengua machiguenga, y empezó a publicarle sus trabajos, así como también los estudios etnológicos del P. Wenceslao. La Municipalidad de Lima condecoró con una medalla de oro y diploma de honor al P. Pío, y hasta los centros europeos de investigación indígena, como la Sociedad de Americanistas de París, se hicieron eco de la importancia de los singulares y esforzados estudios del gran misionero "colocando su obra en su importan34 te biblioteca de investigación filológica" . Junto a la gran labor realizada por Pío Aza en el estudio de las lenguas podemos colocar también, al ya citado José Alvarez, Vicente Cenitagoya, Wenceslao Fernández, Secundino García, Felix García hermano de Secundino y experto quechuista, José Mª Graín, Andrés Ferrero, Ricardo Alvarez, especialista consumado en el mundo de los Piros. Casi todos ellos han publicado algunos trabajos etnológicos o lingüísticos sobre las tribus más significativas del Vicariato. Digamos para concluir que la mayoría de los misioneros de los primeros tiempos tuvieron que aprender alguna de las lenguas nativas. El nativo supo agradecer este esfuerzo de los misioneros. Acostumbrado a sufrir también la marginación de su lengua en el contacto con los extraños, al oír hablar en su propio idioma a los misioneros experimentaban aquello que el P. Pío había recogido de sus labios: "Arísano Iniaserekotákiena" (verdaderamente él me habla al alma), o aquella otra expresión de alegre sorpresa cuando los Mashcos oyeron hablar por primera vez al P. José Álvarez: "¿Pero tu vienes a enseñarme mi propio idioma? Tu debes tener paisanos míos en tu 35 casa..." . 31

ALVAREZ, J., Folklore Huarayo. "MD" 242 (1960) 27-28.

32

AZA, P., La lengua de los salvajes machiguengas. "MD" ll (1921) 331. Ibid. l8 (1923) 660. AZA, P., Vocabulario Español Machiguenga. La opinión Macional. Lima 1923. 33

ÁLVAREZ J., (Carta de José Alvarez a Pío Aza. "MD" 38 (1927) 33.

34

El diario de Cuzco -23 de Agosto de 1924-: El P. Pío Aza y la Municipalidad de Lima "MD" 24 (1924) 200-201.

35

MACKIE, R., Misionero Jarakumbet" (Gente Misionera).

SARASOLA, S., La Región de los Mashcos y la Expedición a Río Colorado. "MD" 121 (1940) 220. "MD" 174 (1949) 173.


3ª- Centros misioneros. Junto a las expediciones y el aprendizaje de las lenguas nativas, el otro gran objetivo diseñado en la Casa Central de Llaycho fue, la creación de Puestos Misioneros lo más cercanos posibles al hábitat de los selvícolas. Dos problemas de inmediato le surgieron a estos buenos expedicionarios del Evangelio: 1º Los pequeños grupos de nativos llevaban una vida seminómada, de tal manera que no solían tener asiento permanente en un lugar determinado, sino que dependiendo las épocas del año, o de otros motivos propios de su idiosincrasia, variaban su residencia, dedicándose a la pesca o al cultivo de pequeñas chacras, que abandonaban con facilidad debido primordialmente a la escasez de nutrientes del suelo selvático. 2º El segundo problema era que la existencia de pequeñas agrupaciones de nativos giraban en torno a la explotación cauchera o de las grandes haciendas. En ambos casos el nativo vivía en un régimen de esclavitud descarada ó más o menos encubierta, salvo raras excepciones, aunque siempre en dependencia del patrón para el que trabajaban. Al primer problema respondieron los misioneros con permanentes expediciones para ir al encuentro del nativo en los lugares más recónditos y desconocidos. No vamos a insistir que estas expediciones es uno de los más capítulos de más riesgo y generosidad de la tarea misionera. Pero era indudable que estaba por encima de cualquier esfuerzo humano, acompañar la vida de permanente movilidad del nativo por los difíciles y arriesgados caminos de la selva. Así que al misionero en los primeros momentos, no le quedó al principio otra opción, que asentarse en las explotaciones de los caucheros y en los terrenos de las haciendas, o próximos a ellas. Cosa, que más pronto que tarde, acarrearía a los misioneros una serie de problemas bastante graves. Algunos caucheros y hacendados no vieron con ningún agrado la presencia del misionero que iba a ser un testigo molesto de sus desmanes y abusos; otros en principio no lo vieron tan mal: Contribuirían a la educación de los selvícolas y también a la de sus hijos, que a la larga podría beneficiar a todos; e incluso también la presencia del misionero podría dar satisfacción al sentido sui generis, que tenían de su religiosidad cristiana, ya que en efecto, muchos de estos hacendados y caucheros, que habían permitido a los misioneros asentarse en alguno de sus terrenos, para dar catequesis y celebrar la misa con la servidumbre nativa, trataron de beneficiarse del trabajo religioso del misionero en provecho propio en un 36 sistema de auténtica explotación del nativo . Poco a poco los misioneros se fueron desligando de caucheros y hacendados, creando con gran esfuerzo económico y personal, los llamados Puesto Misioneros, donde eran claves tres ambientes: una elemental vivienda, la escuela y la Iglesia. Atraer a los nativos para vivir en estos pequeños poblados supuso muchos años de generosidad absoluta y una aniquiladora paciencia. En un principio no hubo más lenguaje que convenciera a los selvícolas para acercarse al misionero que los obsequios:“...es la dádiva constante la que los acerca, y el medio de radicarlos junto al misionero -nos dice el P. Wenceslao cronista de los primero tiempos del 37 Vicariato- . El mismo Pío Aza experto conocedor del mundo nativo, reconocía que este método era el que podía abrir las puertas del mundo selvícola: "...la ropa, la sal, espejos 38 anzuelos, etc.; por ahí han empezado casi todos los salvajes que están con nosotros" . 36

Ibid, o. c., 201,217.

37

FERNÁNDEZ, W., Cincuenta Años..., 161.

38

AZA, P., San José de Koribeni. "MD" 71 (1932) 157.


Esta misma generosidad fue también una de las llaves con las que el P. José Alvarez, se abrió camino en las agresivas tribus del Madre de Dios, aunque añade dos detalles muy interesantes: "Ya sabían de antemano -los selvícolas- que el Papachí les había de llevar excelentes regalos para todos, conversar con ellos muy confidencialmente y no pedirles 39 nada" . No pedirles nada a cambio –dice el P. José-: El selvícola tenía una muy mala experiencia de ofertas y promesas engañosas que habían sido una trampa para perder su libertad. Y también dice: Conversar con ellos confidencialmente. En medio de su vida rudimentaria y marginada, deseaban como cualquier ser humano, un respeto y un afecto que nunca habían conocido hasta entonces. Pero el camino que tuvo que recorrer el misionero hasta que logró agrupar en torno suyo a los selvícolas, estuvo salpicado de sinsabores y fracasos. Los selvícolas estaban acostumbrados a vivir a su aire en una selva sin ley, ni límites, ni fronteras, aunque la calidad de su vida fuera muy precaria y enfermiza. El choque de culturas o maneras de entender la vida entre misioneros y selvícolas fue demasiado brusco. De José Álvarez es la siguiente reflexión:"La vida del misionero entre salvajes es un escenario continuo en que se ven desarrollarse estas dos civilizaciones tan contrarias y dispares entre sí, que al querer actuar juntamente es imposible poder evitar los rudos choques del mutuo encuentro, puesto que en muchos casos lo que una juzga necesario, principal e in-dispensable, la otra lo considera 40 inútil, caprichoso y ridículo" . Así que no hubo misionero, por generoso y avisado que fuera en el trato con los nativos, que no tuviera que pasar por la prueba de ver como de la noche a la mañana se iban al traste los mejores logros conseguidos. Un editorial de la revista Misiones Dominicanas hace una síntesis de esta prueba: “Cuando ya esperaban recoger el fruto de sus sudores; cuando ya tenían su casa y capilla y demás dependencias de la misión con tantos afanes levantados; cuando ya el colegio, en el que tantas esperanzas habían cifrado, funcionaba con toda regularidad y numerosa asistencia de alumnos; cuando muchos de estos formandos en la compañía y bajo la dirección de los Padres Misioneros se les podía considerar como eternamente ganados a la causa de Cristo y de la civilización cristiana y como una gran ayuda y apoyo para los mismos; cuando en fin aquella pequeña grey parecía más unida y adicta a sus pastores y todo hacía suponer que nunca los abandonarían; un día, de la noche a la mañana desaparecen sin que se 41 pueda averiguar su paradero" . Ni siquiera el P. José Álvarez, el futuro gran Apaktone, se libró de sufrir esta amarga experiencia: “Yo tenía la firme persuasión de que la cosa aquella vez iba por el verdadero camino, habiendo logrado encauzarla después de muchos tanteos, para poder dar a propios y extraños, después de algún tiempo de trabajo oculto y silencioso, la gran sorpresa de un pueblo cristiano ideal. Pero la sorpresa nada grata fue para mí. Los salvajes unos con pretexto de caza, otros de pesca y otros por odio entre sí, se fueron fugando poco a poco de la Misión la mayor parte de ellos. Me quedaban como verdadero consuelo los pequeñitos internados en nuestros colegios y algunos muertos después de recibir el santo bautismo. Un acto más de fe en los eternos designios de Dios y otro de humildad pensando que mis 42 culpas habrían sido la causa de aquellos fracasos" .

39

ALVAREZ, J., Nuestras relaciones con los salvajes del Bajo Madre de Dios. "MD" 60 (1930) 173.

40

ÁLVAREZ, J., EL Encuentro de dos civilizaciones. “MD” 76 (1933) 105-112.

41

EDITORIAL, Post Nubila. "MD" 11 (1921) II.

42

ALVAREZ,J., La obra de Dios. Fracasos y Experiencias. "MD" 114 (1939) 177-178.


Poco a poco el selvícola fue percibiendo la entrega generosa y desinteresada de los misioneros, y empezó a levantar sus chozas-viviendas junto a las de la misión. Al lado del misionero se sintieron defendidos y protegidos por primera vez, de aquellos otros visitantes como los caucheros y hacendados que solo los buscaban o raptaban para utilizarlos como herramientas de trabajo en sus explotaciones. En estos pequeños poblados hubo desde un principio una elemental asistencia sanitaria, una pequeña escuela y una humilde capilla. Todo ello quería contribuir a dignificar la vida humana de los selvícolas amazónicos olvidados, marginados, y algunas épocas hostigados y perseguidos por los que acudían a la selva en busca de un enriquecimiento rápido y abusivo. Estas tres claves: arriesgadas expediciones, aprendizaje intensivo de lenguas nativas sobre las que no había nada escrito, y creación de Puestos Misioneros en medio de la Selva Amazónica, fueron los fundamentos de una gran labor evangelizadora que durante cien años ha ido ampliando e intensificando las fronteras y utopías de aquellos primeros dominicos de la Provincia de España. La historia misionera de los cien años de presencia de los misioneros dominicos en tierras peruanas no ha sido muy conocida ni suficientemente valorada. Afortunadamente para nosotros, uno de los deberes que les impuso “la obediencia” a los nuevos misioneros fue poner por escrito, sus expediciones, sus trabajos diarios en los Puestos misioneros, sus problemas y esperanzas en la evangelización… No fue pequeño sacrificio para las primeras generaciones de misioneros, ponerse a escribir a la luz de una candela lo acaecido en jornadas agotadoras, después de navegar por los impetuosos ríos y quebradas amazónicos, o de caminar por la enmarañada selva o montes desconocidos, en compañía de gente aventurera, y arriesgando con frecuencia su vida. La revista “Misiones Dominicanas”, fue providencial para recoger las grandes hazañas de estos héroes anónimos de la evangelización. De sus admirables relatos y crónicas misioneras, hemos entresacado algunas de las cualidades, que estos hombres manifestaron en su difícil y arriesgado quehacer evangelizador. 1.-Confianza Plena, en la fuerza salvadora y liberadora del Evangelio. No hubo montañas por altas que fueran –las que cruzaron en Vilcabamba rondaban los 5.000 metros-; ni embravecidos pongos en los ríos, con historias de permanentes naufragios; ni selvícolas agresivos y extraños, y totalmente ajenos al estilo y modos de pensar y vivir de ellos, que fueran un obstáculo que les echara para atrás. Confiaban plenamente en Aquel, que les había llamado para una misión, que la consideraban como un privilegio. 2.- Gran Fortaleza de Espíritu. La mayoría de los misioneros que fueron abriendo los nuevos caminos evangelizadores, mostraron una fortaleza espiritual y física fuera de lo común, inasequible a cualquier desaliento. Tuvieron que sobreponerse, no solo a permanentes e incontables limitaciones materiales, sino también a fuertes fracasos en las primeras relaciones y contactos con los nativos. Una y otra vez había que volver a empezar a hacer el camino. 3.- Hombres de Dios. Al comienzo de la jornada los misioneros, tenían un espacio reservado, íntimo y profundo, para abrir su corazón, sus inquietudes y sentimientos al Dios Trascendente, que había dejado la huella de su presencia en todos los seres humanos, y de una manera especial en aquellos hijos de la selva o de las estribaciones andinas, que sufrían una orfandad y desamparo del resto de la sociedad. Al concluir el día, llenos de cansancio y de preocupaciones, estos hombres de Dios recuperaban la paz, poniéndose en manos de Nuestra Señora a través del rezo del Rosario. 4.- Disponibilidad Absoluta, sacrificando muchas veces las tareas misioneras donde habían dejado sudores, lágrimas, y alegrías durante años, para ponerse al servicio de nuevas necesidades que les requería el Vicariato. Lo más importante en sus vidas, no eran sus trabajos, sus proyectos, sino cumplir el misterio de la voluntad evangelizadora en su andadura misionera.


Terminamos nuestra reflexión con las palabras del Provincial Cienfuegos al asumir el nuevo reto apostólico para la Provincia de España: "el Consejo de Provincia, aceptó por unanimidad las misiones. Dios quiera que ellas sirvan para levantar el verdadero espíritu de que tan necesitados estamos”. Quizás hoy estas palabras podrían tener renovada actualidad. DIGO UN POCO DE TODO DESDE QUELLOUNO PARROQUIA DE “NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN” DE QUELLOUNO P. Luis Aite Huillca., Pbro. Parroquia de Quellouno Ante todo mis saludos cordiales a ustedes mis queridos que se encuentran en diversos puestos misionales del Vicariato de Pto. Maldonado. Cómo se nota la diferencia de los otros meses como de diciembre, enero, febrero, en concreto de este mes de marzo como por ejemplo los profesores ya queriendo arrancar con su trabajo, con bolsos nuevos, o cartapacios modernos traídos desde Lima. Algunos aprovecharon su estadía y su viaje a Lima para traer cosas modernas. Algunos con ganas de trabajar y dicen: “Ya suficiente las vacaciones, me cansa no hacer nada, etc.” Y otros dicen: “Ay qué pena: nuevamente con lo mismo, la misma gente, el mismo jefe, qué pesado, etc”. En estos días la gente ya no sabe qué color de camisa lleva o pantalón, corren por allá y por aquí, no sé buscando a quién, preguntando por quién, por supuesto por otros hasta que se equivocan de oficina. En este mes todo es cola hasta para sacar una fotocopia. En UGEL igual, vas al municipio igual, vas a la cabina telefónica igual. Un sacerdote caminando en la calle, ya no ya. Te sorprende que alguien te diga de por ahí: “Padre, te quería preguntar esto o aquello, o cómo se hace esto o aquello”. Hasta te hacen olvidar una cosa que vas pensando y luego ya no te viene a la cabeza qué es lo que querías hacer. No sorprendería. Creo que a nosotros también nos está pasando igual, pensando igual, pensando en llevar la planificación pastoral, las propuestas de los profesores de religión y otros trabajos pastorales, siempre queriendo hacer lo mejor posible de los otros años. Otros fueron destinados a lugares muy extraños donde no conocen a nadie, medio preocupados a ellos. ¡Ánimo queridos hermanos!. Yo también fui cambiado el año pasado a Quellouno en donde iba conociendo a la gente, a las comunidades, a los agentes pastorales del lugar. He tenido una oportunidad hermosa de haber conocido a las madres quienes salían conmigo a las comunidades cristianas campesinas de la parroquia Quellouno. Me refiero a la hermana Rosario Raffo Pérez y la hermana Ingrid Hancco Pilco que me hicieron conocer el ámbito de Quellouno y hemos compartido muchas cosas, alegrías, tristezas, éxitos y algunas veces también amarguras. Pues ellas ya no estarán este año 2006; vendrán otras hermanas en reemplazo de ellas. Así es nuestra misión: nosotros pasamos y sólo huellas quedan en las personas que quisimos, que quedarán y nos recordarán siempre por el mal y por el bien que dejamos en el corazón de cada uno de los hermanos. Pues en nombre de todos los hermanos de la parroquia digo: Gracias por ese entusiasmo que siempre tuvieron ellas de llegar a la gente con cosas materiales y espirituales. Muchas gracias por lo que hicieron , enseñaron, defendieron a los injusticiados, por su misericordia con los enfermos. Gracias por los 7 u 8 años de su estadía en Quelouno sólo por amor a los prójimos. Igual la madre Inés, la más popular de Quellouno, la consejera y preparadora de sacramentos: ella se encargaba siempre de los ornamentos del altar, muy compasiva y humilde, cariñosa y sonriente: si no me equivoco en Quellouno vivió cerca de 17 o 18 años., La gente pregunta por ella. ¡Gracias, madrecita Inés por lo que has hecho por la parroquia de Quellouno! Suerte en vuestro nuevo destino, que el Señor siempre les bendiga.


Canon gasífero ha traído fiebre de trabajos en la provincia de La Convención. Hoy en la provincia se ve trabajando a la gente, en las carreteras rellenando huequitos, trasladando piedritas de un lugar a otro, los volquetes trasladando tierra del mismo lugar para el mismo lugar y otros barriendo la carretera. Se ven construcciones de locales, pavimentaciones, etc. Parece que los municipios para no estar controlando han dado en contrata a las empresas. no sé de dónde provienen: es algo que se mantiene en misterio. Un ejemplo: le preguntas a un maestro “¿Quién es el responsable de esta obra?” “No sé cómo se llama, responde, es un blancón o moreno alto, creo que se llama Juan; otros dice Jaime, no sé”. Otro ejemplo: tal obra se va realizar, se necesitan obreros con tal ingeniero. Bien, trabajan un mes. Sólo se les pagó de quince días; se les va a pagar no más otros quince días más. Resulta que la obra se paraliza: no hay plata hasta otro aviso. Dentro de cinco días empieza nuevamente la obra y llega otro ingeniero, ya no del antes y los trabajadores anteriores reclaman su sueldo y les dicen: “Bueno, eso reclamen al ingeniero anterior; ya llegará”. El ingeniero nuevo toma otros obreros e igual desaparece. Se está aprendiendo una nueva táctica de explotar a la gente. Y si te dan trabajo, no tienes que reclamar la hora. Si trabajas de 7 am a 5 pm o más, cállate; y si hablas o reclamas, ¡fuera!. Han aparecido nuevos hacendados, en parte se están cometiendo abusos. Nadie está en contra de los que vienen no sé de donde. Pero ¿que sucede?: como no son de ahí, hacen lo que les viene en gana. Los ingenieros seducen a las chicas unas y otras, hay más borracheras que antes; sábado y domingo son días excelentes. Los obreros igual comen en pensiones, se van sin pagar, igual algún ingeniero también; los ingenieros de hoy creo que han perdido su ética profesional: son igual que un maestro albañil o un carretillero. esto es lo que está ocurriendo hoy. Cursillo para las Comunidades de la Parroquia Digo un poco de todo. Solo quiero compartir mi alegría con ustedes, mis queridos hermanos que están en el mismo camino que yo. Pues en la parroquia de Quellouno tuvimos cursillo de 2 días y medio al cual hubo un gran número de asistentes de coordinadores: desde muy lejanos han venido, como de Lacco Yavero, Occobamba y, así de otros lugares. Las madres nuevas se dieron a conocer a las comunidades, como la madre Aurora y Teresa. Los acogieron con fuerte aplauso a las madres y así ellas al toque empezaron con su exposición con formación bíblica, dinámicas. Y la otra de mis alegrías fue la presencia del Monseñor Francisco González: animó a los coordinadores y a las 7pm presidió la santa misa. En este primer día de cursillo que se llevó y que les impactó mucho fue la charla de VIOLENCIA FAMILIAR. La dio la doctora Sofía Ochoa de Quillabamba. El segundo día, quizás el más duro y complicado, de las comunidades se habló de la planificación pastoral, pues en donde todos quieren misa ese mismo día, y así sucesivamente. También hubo rendición de cuentas de los consejo de formadores anteriores. Por eso digo que fue algo complicado. Bueno, después de medio día impartió sus conocimientos el padre Roberto: las últimas novedades aprendidas en Lima. Y así terminamos el día con la santa misa presidida por el párroco y su coadjutor. El último día tuvimos la charla de la doctora Yuri Zandra Zúñiga, del Cusco. Ella dio el tema PARTICIPACION CIUDADANA. Los coordinadores quedaron muy contentos con su tema: no me explico por qué, pero es cierto. Como último tema fue de la ONPE el cual trajo un poco confuso y discusión: casi no comprendieron lo del PARLAMENTO ANDINO: era una sorpresa para ellos y los de la ONPE dijeron que eso ya no era culpa suya, etc. Así terminamos nuestro cursillo. Esto es motivo de alegría para mí que quería compartir con ustedes. Gracias, vuestro amigo Luis Aite H.


EFEMÉRIDES 06 06 06 06 06

marzo marzo marzo marzo marzo

06 marzo 07 marzo 08 marzo 08 marzo 09 marzo 10 marzo 11 marzo 11 marzo 12 marzo 12 marzo 18 marzo 19 marzo 19 marzo 19 marzo 19 marzo 21 marzo 21 marzo 23 marzo

Aniv. Primera Profesión de Fr. Julio César Alache Vargas, OP (06/03/05). Aniv. Primera Profesión de Fr. Robinson Torre Solís, OP (06/03/05). Aniv. Primera Profesión de Fr. Jesús Bedoya Cereceda, OP (06/03/06). Aniv. Primera Profesión de Fr. Hilario Yucra Arnado, OP (06/03/06). Aniv. Primera Profesión de Fr. Luis Ricardo Villegas Ancajima, OP (06/03/06). Aniv. Primera Profesión de Fr. Wilfredo Serafín Severino Misajel, OP (06/03/06). Aniv. Ordenación Diaconal de Manuel Sandoval Mendoza, DIAC (07/03/04). Aniv. Primera Profesión de Fr. Henry Cruz Cruz, OP (08/03/04). Aniv. Primera Profesión de Fr. Juan Carlos Villegas Ancagima, OP (08/03/04). Aniv. Primera Profesión de Fr. Willmar Mantilla Troncoso, OP (09/03/03). Aniv. Primera Profesión de Fr. Hegel Simón Sejempo, OP (10/03/02). Aniv. Primera Profesión de Fr. Marco Antonio Nureña Anacleto, OP (11/03/01). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Girolamo Lino Faccin Pesavento, PBRO (11/03/00). Aniv. Primera Profesión de Fr. Yván Eduardo Velazco Seclén, OP (12/03/99). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Roberto Quecaño Alarcón, PBRO (12/03/00). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Mario Vargas Farfán, PBRO (18/03/01). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. René Justino Salízar Farfán, PBRO (19/03/93). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Washington Wilfredo Cruz Tévez, PBRO (19/03/94). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Luis Aite Huillca, PBRO (19/03/94). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Fredy Gilberto Angulo Yépez, PBRO (19/03/96). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Carlos Mariño Ventura, PBRO (21/03/04). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Moisés Mohecer Mondaca Chura, PBRO (21/03/04). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Ricardo Álvarez Lobo, OP (23/03/51).

25 marzo

Bodas de oro Ordenación Sacerdotal del P. Jesús Erviti Yaben, OP (25/03/56).

26 marzo

Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Santiago Echeverría Echarri, OP (26/03/61). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Miguel Zabalza Olóriz, OP (26/03/61). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Rufino Lobo Alonso, OP (29/03/70). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Julián Lasheras Ros, OP (30/03/58).

26 marzo 29 marzo 30 marzo 02 abril 04 abril 07 abril 08 abril 08 abril 11 abril

Aniv. de la muerte del Papa Juan Pablo II (02/04/05). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Pablo Zabala Martínez, OP (04/04/71). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Manuel Fernando Santos Sánchez, OP (07/04/68). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Manuel Alvarez Renard, OP (08/04/50). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Andrés Hernández Herrero, OP (08/04/50). Aniv. Ordenación Sacerdotal de Mons. Juan José Larrañeta Olleta, OP (11/04/65).


11 abril 11 14 19 28

Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. César Luis Llana Secades, OP (11/04/65). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Macario López Diego, OP (11/04/65). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Pedro Rey Fernández, OP (14/04/74). Aniv. Primera Profesión de Fr. Luis Pulido Gonzalo, OP (19/04/51). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Javier Ignacio Iráizoz Goldáraz, OP (28/04/73).

abril abril abril abril

17 mayo

Bodas de plata Ordenación Sacerdotal del P. Amando Herrán Angulo, OP (17/05/81).

23 mayo

Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Miguel Arcángel Piovesán, PBRO (23/05/75). Aniv. Ordenación Sacerdotal del P. Manuel Cordero Moreno, OP (26/05/53).

26 mayo

¡A todos nuestras felicitaciones más efusivas! Que Dios les bendiga y les ayude a seguir siendo fieles a su vocación.

CUMPLEAÑOS 04 marzo 10 marzo 13 marzo 01 abril 01 abril 03 abril 06 abril 09 abril 12 abril 18 abril 08 mayo 13 mayo 18 mayo 29 mayo

P. Pablo Zabala Martínez, OP (04/03/47). P. Juan Bastos Noreña, OP (10/03/23). Mons. Juan José Larrañeta Olleta, OP (13/03/41). P. Miguel Zabalza Olóriz, OP (01/04/37). P. Francisco Arias González, OP (01/04/26). P. Samuel Torres Rosas, OP (03/04/66). Carlos Alberto Castillo Flores, DIÁC. (06/04/78). P. Miguel Ángel Melgar Villa, PBRO (09/04/36). P. Julián Lasheras Ros, OP (12/04/33). P. René J. Salízar Farfán, PBRO (18/04/62). P. Lidio Huamán Barrientos, PBRO (08/05/76). P. Roberto Quecaño Alarcón, PBRO (13/05/66). P. Humberto Bolis Pagnoni, SDB (18/05/46). P. Alejandro Quispicusi Huamán, PBRO (29/05/62).

NOTICIAS Enero 2006 * 07/01/06: Sale por fin de alta del hospital Rebagliati el P. Julián. Todo parece estar bien: nos alegramos. Había sido operado varias veces de la cadera. Comienza un lento proceso de recuperación. * 09/01/06: En Lima, en la Casa de Retiro de los Descalzos, en el Rímac, comienza la Asamblea Provincial de la Provincia de San Juan Bautista del Perú. Desde hoy hasta el día 13, presididos por el P. Provincial, Fr. Lino Dolan, se reunieron más de sesenta religiosos de la Provincia, incluidos los frailes estudiantes. para evaluar la vida de la Provincia y preparar el próximo e inmediato Capítulo Provincial. * 10/01/06: El P. Ricardo Álvarez sale de la Clínica Stella Maris donde había ingresado el 31


de diciembre con un cuadro de insuficiencia renal y cardíaca. * 11/01/06: Sale a la luz el nuevo número (el III) de nuestra revista “Estudios Amazónicos”, publicada por el C. C. José Pío Aza. * 13/01/06: En Lima, en el Convento de San Alberto Magno, como conclusión de la Asamblea Provincial, tiene lugar la Profesión Solemne de tres estudiantes profesos temporales: Fr. Marco Antonio Nureña Anacleto, de nuestro Vicariato, y Fr. Bernardo Dennis Chihuantito Muñiz y Fr. Reynaltd Zamora Quintana, de la Provincia de S. Juan Bautista del Perú. Preside la Eucaristía el P. Lino Dolan, Provincial, acompañado de nuestro Prior Regional, P. Miguel Zabalza. Asisten numerosos frailes de la Provincia venidos a Lima para la Asamblea. * 16/01/06: En Arequipa, en el Convento de San Pablo Apóstol, se reúne el Capítulo Provincial electivo de la Provincia de San Juan Bautista. Participaron 11 capitulares de las distintas zonas del país. Los trabajos capitulares se prolongaron hasta el día 27. El mismo día vuelve a ser internado de emergencia el P. Ricardo Álvarez en la Clínica Stella Maris. Sufría una intensa intoxicación de urea. Fue sometido a seis sesiones sucesivas de hemodiálisis. * 17/01/06: Nuevo Prior Provincial de la Provincia de San Juan Bautista del Perú. Felicitamos a fray Benigno Gamarra Padilla por la confianza que sus hermanos han depositado en él al elegirlo Prior Provincial en el Capítulo Provincial que se celebra en Arequipa. El P. Benigno nació el 28 de junio de 1938; hizo su profesión el 18 de febrero de 1964 y fue ordenado el 28 de enero de 1971. Actualmente, era el Prior del Convento de Santo Domingo de Cusco. Todos le acompañamos con nuestra oración, y nuestro abrazo fraterno. Y a fray Lino Dolan le deseamos con agradecimiento su merecido descanso. * 23/01/06: En Quillabamba, en la Casa de Retiros de Santa Ana comienza el cursillo de selección de aspirantes al Seminario de la zona del Alto Urubamba. Bajo la dirección del P. Jorge Puma, Rector, con el apoyo del P. Linder Rozas, Promotor de vocaciones, se lleva a cabo dicho cursillo hasta el día 25. Son aprobados para ingresar al Seminario este año siete jóvenes aspirantes. Según los informes que tenemos, hay tres más, aprobados en la zona de Madre de Dios. De modo que los ingresos al Seminario este año serán, al menos, 10. Felicitamos al P. Jorge y a los formadores del Seminario por el esfuerzo, así como a todos sus colaboradores. Estos 10 jóvenes son un regalo de Dios que nos hacen mirar el futuro de nuestro Vicariato con ilusión y esperanza. * 29/01/06: Llega a Lima procedente de Madrid el P. Prior Provincial, Fr. Manuel F. Santos, para participar en el Capítulo Regional Intermedio. Es recibido en el aeropuerto por el Prior Regional y el P. Ignacio Iráizoz. * 31/01/06: En Lima, en el Santuario de Santa Rosa, comienza el Capítulo Regional intermedio. Con asistencia del P. Prior Provincial, Fr. Manuel F. Santos, presididos por el Prior Regional, Fr. Miguel Zabalza, se reúnen 22 vocales de las distintas zonas del Vicariato. Asisten igualmente como invitados Mons. Francisco González, Obispo Coadjutor de Pto. Maldonado, Fr. Amando Herrán, Maestro de Novicios del Perú, y nuestros seis estudiantes profesos de votos temporales, quienes contribuyeron a dar una nota de alegría y juventud a las deliberaciones y vida del Capítulo. Éste se prolonga hasta el día 3 de febrero. Febrero 2006 03/02/06: Al mediodía, en la Casa de Espiritualidad de Santa Rosa, tiene lugar una solemne concelebración presidida por el P. Provincial, Fr. Manuel F. Santos, como clausura del Capítulo y en la cual damos también gracias a Dios por los cien primeros años


de presencia de la Provincia de España en nuestras Misiones. A las cuatro de la tarde se reúne el Consejo del Vicariato Regional, con asistencia del Prior Provincial y todos los consejeros, excepto el P. Ricardo, que se encontraba enfermo. * 05/02/06: En Lima, en la Casa del Bto. Jordán de Sajonia comienza la Convivencia de aspirantes para la selección de los nuevos postulantes a la Orden en el Perú. Participan 22 jóvenes de las diversas zonas de nuestro país. De nuestro Vicariato participan 6 jóvenes. Acompañan a los aspirantes en este proceso los formadores designados por la Provincia del Perú, junto con el P. José Ramón y Fr. Marco Antonio Nureña, de nuestro Vicariato. Varios Misioneros colaboran con charlas, celebración de la Santa Misa, el sacramento de la reconciliación, etc. * 07/02/06: Se celebra en Guayaquil, Ecuador, la reunión del CIDALC bolivariano, que se prolonga hasta el día 10. Nuestro Prior regional, Fr. Miguel Zabalza, viajó a Ecuador para participar en dicha reunión. * 08/02/06: En el Centro Cultural José Pío Aza comienza el Curso taller sobre “Realidad Amazónica y Misionera” que se prolonga hasta el día 24. Participan como ponentes varios de nuestros misioneros llegados a Lima para el Capítulo Regional. Participan según los días entre 40 y 50 personas, incluyendo al P. Vicente Suárez, junto con nuestros 8 estudiantes profesos de San Alberto. Durante los días del curso, Fr. Vicente y los estudiantes almorzaron en el Santuario de Santa Rosa. * 12/02/06: Recibimos en la Comunidad de San Jacinto de Puerto Maldonado al joven estudiante de la Provincia del Perú, Fr. Benjamín de la Torre, quien ha venido a pasar unos días de vacaciones con su familia. Fr. Benjamín compartió su vida con nosotros hasta el día 23 que regresó a Lima. Desde estas líneas, Fr. Benjamín agradece a la comunidad de San Jacinto por la cordial acogida. El mismo día el P. Juan Sócolich celebra en la Iglesia de Santo Domingo, en Lima sus 50 años de sacerdocio. Concelebran numerosos sacerdotes. De nuestro Vicariato, le acompañan en el altar los PP. Miguel Zabalza, Manuel Álvarez, Juan José Ungidos, Valentín Lazcano y José Ramón. * 13/02/06: En Lima, en el Santuario de Santa Rosa, tiene lugar la reunión del Consejo de Misión del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado. Bajo la presidencia de Mons. J. J. Larrañeta, se reúnen Mons. Francisco González, Obispo Coadjutor; Fr. Miguel Zabalza, Prior regional de los Misioneros, Fr. Ignacio Iráizoz, Vicario Episcopal del Bajo Urubamba, Fr. Daniel Wankun, Vicario Episcopal del Madre de Dios, Fr. Francisco Panera, Vicario Episcopal del Alto Urubambna, Fr. Macario López, Procurador General del Vicariato, el P. Fredy Angulo, Delegado del Clero Diocesano, el P. Jesús Huamán, Subdelegado, y el P. Jorge Puma, Rector del Seminario. En este Consejo se tomaron, entre otras, decisiones sobre los destinos del clero diocesano para el presente año, que son como sigue: Santa Teresa: P. Fredy G. Angulo, Diác. Manuel Sandoval y Sem. Martín Quispe Huiro-Santa María: P. Mario Vargas, P. Linder Rozas y Seminarista Alaín Yalta Quellouno: P. Luis Aite y P. Roberto Quecaño. Ivochote: P. Carlos Mariaca P. Nemecio Montañez y Acól. Esaúl Korinti Incahuasi: P. Alejandro Quispicusi y Sem. Luxgardo T. Ontoyo Vilcabamba: P. G. Lino Faccin. Quincemil: P. Lidio Huamán y Lect. Miguel A. Chura. Mazuko: P. Jesús Huamán P. Moisés M. Mondaca y Sem. Alfredo Mendível. Pto. Maldonado (Seminario): P. Jorge Puma, P. Jhon Coaguila y P. Miguel A. Melgar. Pto. Maldonado (Santa Cruz): P. Roger G. Rivera y P. Widman Díaz. Pto. Maldonado (San Vicente): P. Xavier Arbex y Miguel de la Gala Iberia: P. René J. Salízar y Diác. Carlos A. Castillo Maldonadillo: P. Carlos Mariño y Sem. Juvenal Quispe Koribeni: Sem. Percy Alfaro.


Puerto Esperanza (Purús): P. Miguel Arcángel Piovesán. Quillabamba: P. Juan Becerra (En Lima): P. Washington W. Cruz y P. Hebert V. Olivo. * 17/02/06: Sale el P. David Martínez de Aguirre de vacaciones a España. * 25/02/06: En el Convento de San Alberto de Lima, tiene lugar la renovación de la profesión por parte de 14 religiosos estudiantes, de los cuales 6 de nuestro Vicariato. Presidió el P. Benigno Gamarra, Provincial de San Juan Bautista del Perú, acompañado del P. Miguel Zabalza, Prior Regional de nuestro Vicariato. Cada uno de los religiosos emitió la profesión en manos de su superior respectivo. Asistieron, además de los estudiantes ya presentes en Lima, los PP. Juan Anguerry, Prior, Richard Manrique, Maestro de Estudiantes, Vicente Suárez, subprior, Juan Léuridan, recién asignado a esa Comunidad formadora, Manuel Álvarez, del convento de Sto. Domingo, y José Ramón, del convento de Quillabamba. * 26/02/06: El P. José Ramón dirige en Villa Marista, Santa Eulalia, Chosica, los Ejercicios Espirituales anuales del Convento de San Alberto Magno, hasta el día 4 de marzo. En el mes de enero había dirigido los Ejercicios Espirituales de los Novicios en el Cuzco.

Nota importante: Si usted desea descargar la versión electrónica de nuestro Boletín, ahora puede hacerlo accediendo a http://www.selvasperu.org/publi_boletin.htm Trabajos, artículos, noticias, etc. para el próximo número, se recibirán sólo hasta el 25 de abril de 2006. Gracias a todos por su colaboración. Deseamos a todos una provechosa Cuaresma y Semana Santa y una feliz Pascua de Resurrección.


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