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Industria

¿Cómo lograr un sector arrocero competitivo para 2030?

SANDRA AVELLANEDA

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Directora de la Cámara Induarroz de la ANDI

La gran prioridad de la agenda común de los colombianos de cara al futuro es elevar la productividad de nuestra economía. Ningún país del mundo ha logrado superar la pobreza ni encontrar el progreso sin trabajo y sin mucho esfuerzo. Por eso, la Mega de la Andi apunta a que el nuestro sea uno de los tres países más competitivos de América Latina. En concordancia con esto, desde la Cámara Induarroz realizamos con Fedesarrollo el estudio ¿Cómo lograr un sector arrocero competitivo para 2030?, que define la hoja de ruta para tener un sector arrocero competitivo para 2030. ¿Por qué ese año? Porque es cuando, de acuerdo con el tratado de libre comercio suscrito por nuestro país con Estados Unidos, termina la desgravación arancelaria del arroz. Se trata del más actualizado estudio en la materia, el cual recoge el contenido de trabajos precedentes. Fue realizado con base en un amplio trabajo de campo, con encuentros y entrevistas con actores institucionales de todos los eslabones de la cadena, en las cinco zonas arroceras del país. Además del diagnóstico, formula un total de 63 recomendaciones y señala las prioridades y acciones a desarrollar para todos los actores del sector arrocero.El estudio establece que si no se logran las metas de competitividad que se derivan de las perspectivas de la desgravación, en 2030, con la entrada del libre comercio, el área sembrada de arroz, el número de productores y el número de unidades de producción agropecuaria arroceras a nivel nacional se podrían reducir en alrededor de un 39,5 %. Ello sustenta la necesidad inaplazable de definir y concertar la agenda de competitividad, compartida por todos los actores de la cadena, con visión de largo plazo y con enfoque exportador.

Según el estudio, nuestro país registra importantes avances en productividad arrocera y hay varios agricultores que ya son competitivos, por lo cual el reto consiste en extender esa capacidad a la totalidad del sector. Señala que el uso de la semilla certificada, la aplicación de buenas prácticas agropecuarias, la mecanización, el uso de la agricultura de precisión y la agricultura climáticamente inteligente son los ingredientes principales para aumentar los rendimientos por hectárea y ganar eficiencia en la estructura de costos de producción.

El objetivo de la Cámara Induarroz al contratar y realizar el estudio es efectuar un aporte significativo a la cadena productiva del arroz y lograr que sus conclusiones y recomendaciones sean referente común para todos los actores, por lo cual realizará una amplia tarea de socialización entre ellos, el Estado y los gremios afines, como punto de partida para la definición de planes de acción conjuntos dirigidos al gran objetivo que es tener en Colombia un sector arrocero competitivo para 2030.

Presentación del estudio. De izquierda a derecha: Rodolfo Enrique Zea, Ministro de Agricultura; Bruce Mac Master, Presidente de la ANDI; Luis Fernando Mejía, Director de Fedesarrollo.

Según el estudio, nuestro país registra importantes avances en productividad arrocera y hay varios agricultores que ya son competitivos, por lo cual el reto consiste en extender esa capacidad a la totalidad del sector.

El sector de electro y gasodomésticos, estratégico en la agenda global y clave en la reactivación económica nacional

FLORENCIA LEAL

Directora de la Cámara de Electrodomésticos de la ANDI El sector de electro y gasodomésticos es un actor de excepción en la agenda global prevista para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por su potencial de contribución a conseguir las metas. Además es estratégico para la reactivación a nivel nacional porque jalona más de 15.000 empleos en diversos sectores de la producción industrial, con énfasis en el aprovechamiento y la promoción de la circularidad, y en el sector comercial y de servicios.

El sector genera más de $700.000 millones anuales de valor agregado, encadenando a múltiples sectores. Además, genera más de 13.000 empleos directos en el sector manufacturero.

Dada la participación de la demanda residencial respecto de la demanda energética nacional, que es del 19 % (el 45 % de la demanda de energía eléctrica y el 20 % del consumo de gas natural), se estima que sector residencial tiene el potencial de contribuir en un 30 % en la meta de ahorro energético que se ha propuesto el país y casi en un 10 % en la contribución al logro de reducción de emisiones de CO2 al 51 % en 2030. Dentro de las estrategias para alcanzar la meta de ahorro de 523 PJ a 2030, se entrega información al consumidor para que haga una compra informada y se promueve la eficiencia de los electro y gasodomésticos en cumplimiento del Reglamento Técnico de Etiquetado Energético (RETIQ). También se diseñan y apoyan estrategias de sustitución de aparatos ineficientes de iniciativa privada o gubernamental, como el

Programa de Eficiencia Energética PEECES de Fenoge en la región Caribe o el programa de Entrégala y Ahorro de los fabricantes e importadores con el apoyo del Mads e incentivos tributarios.

Estas oportunidades de mejora se derivan de los desarrollos tecnológicos en los artefactos eléctricos y de los cambios y aprovechamiento de sustitución del combustible en el caso de la leña principalmente.

Desde 2015, a través de la Corporación Red Verde, el sector promueve el aprovechamiento y manejo responsable de los residuos de los aparatos cuando el consumidor los desecha, en un enfoque claramente circular, no lineal. A la fecha, se han gestionado cerca de 12.700 neveras, y de estas se han sustituido más de 3.000 que han ahorrado 8.000 TCO2eq, aportando a la meta nacional de reducción de emisiones de CO2.

Y a partir de 2017 se desarrolla el programa Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA, por sus siglas en inglés), en donde, con el apoyo de donantes de Alemania, Dinamarca y Reino Unido, se ha promovido la transformación del sector de refrigeración doméstica, el fortalecimiento de los gestores de residuos y la sustitución de los aparatos más ineficientes del parque nacional, aportando así a las iniciativas de producción y consumos responsables, y la acción por el clima.

El sector sigue contribuyendo a la reactivación económica. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), durante la pandemia, los hogares en el mundo aumentaron entre un 20 % y un 40 % sus compras de electrodomésticos. Por su parte, según la firma Raddar, en 2021 los hogares colombianos aumentaron su gasto en electrodomésticos en un 19 % por cambio en los hábitos, trabajo en casa y la potente iniciativa de los días sin IVA.

De acuerdo con la Encuesta Anual Manufacturera del DANE, este sector genera más de 700.000 millones de pesos anuales de valor agregado, encadenando a múltiples sectores hacia adelante y hacia atrás, e impulsando la reactivación económica y el crecimiento; además, genera más de 13.000 empleos directos en el sector manufacturero. Todo lo anterior ha llevado a un aumento de la producción nacional y al crecimiento de un 52 % de las exportaciones frente a 2019.

En cuanto a lo que respecta a la equidad de género, en los últimos cuatro años la participación de la mujer en empleos del sector pasó del 47 % al 52 % en el eslabón de la comercialización, y cada vez más los electrodomésticos eliminan cargas domésticas que no corresponden específicamente a la mujer. No obstante, por ejemplo, hay oportunidades de mejorar la penetración en los hogares de la lavadora en un 61,4 % frente a la de los televisores, en un 91,4 %. Sin lugar a duda, la lavadora es un artefacto clave para mejorar la calidad de vida de la mujer y el hogar.

Por todo lo anterior, en varios países del mundo se ha promovido con intensidad la sustitución de artefactos viejos e ineficientes por artefactos producidos con tecnología de punta.

El compromiso conjunto por la nutrición de Colombia

La industria de alimentos reconoce que los desafíos con la desnutrición se presentan en varios frentes y por eso destaca acciones adelantadas en Colombia, como la gestión de la cadena de abastecimiento, los planes por la nutrición infantil y el trabajo frente al desperdicio de alimentos.

CAMILO MONTES

Director Ejecutivo de la Cámara de Alimentos de la ANDI

Más allá de los recientes reportes sobre la situación nutricional del país, que indican que 7,3 millones de personas están en inseguridad alimentaria en Colombia, debemos hacer un llamado claro a trabajar de manera conjunta y a actuar colectivamente frente al panorama nutricional del país. Por esto deben abordarse temas como el consumo de alimentos en el hogar, el estado nutricional infantil, y la pérdida y el desperdicio de alimentos, entre otros aspectos, que indican dónde se encuentran las oportunidades de acción.

Dar respuesta a la situación nutricional implica que las cadenas de abastecimiento sigan operando desde las veredas de Colombia y los puertos del mundo para garantizar el acceso a los alimentos por parte de todos los hogares. Sin duda alguna, la entrega de alimentos bajo altos estándares de calidad se mantiene gracias al trabajo articulado que realizamos desde la Cámara de la Industria de Alimentos de la ANDI y las 39.985 empresas del sector.

Para la industria también es fundamental dar gestión continua a la Alianza por la Nutrición Infantil Alimentando Sueños, a partir de la cual, junto con ABACO, buscamos hacer de Colombia el país con la mejor nutrición infantil de América Latina para 2030. Por supuesto que esta meta requiere de planes basados en la evidencia y por eso, durante 2021, actualizamos la línea base de situación nutricional en Colombia junto con 25 recomendaciones para erradicar el hambre.

La línea base dio a conocer los determinantes de mayor relevancia para actuar frente al hambre, y dentro de estos se destacan los retos en pobreza monetaria, acceso a servicios de salud y acceso a agua potable. Esta línea base también arrojó que los niños y niñas indígenas de 0 a 12 años y la población de las regiones de la Orinoquía, de la Amazonía, Atlántica y Pacífica son las que más padecen de desnutrición e inseguridad alimentaria, y que los departamentos con las mayores variables asociadas a la desnutrición son La Guajira, Chocó, Nariño, Vaupés, Amazonas y Guainía.

Por otro lado, para definir estas 25 intervenciones realizamos una revisión documental de acciones nutricionales exitosas a nivel internacional y nacional. Con esta experiencia resaltamos la importancia de definir planes operativos y financieros para todas las políticas. Esto con el fin de poner en marcha en todos los territorios acciones concretas que mejoren la calidad de vida de las poblaciones, así como abogar para que las Rutas de Atención Integral en Salud se apliquen en su totalidad a la población maternoinfantil, dado que previenen la mortalidad infantil por desnutrición y por los efectos de enfermedades como la desnutrición crónica.

Desde la industria de alimentos hacemos un llamado al tejido empresarial para contribuir con estos proyectos, evaluando el comportamiento de la situación nutricional con el fin de conocer vías de acción integrales, coordinar esfuerzos y atender los retos que surjan en la nutrición del país.

25 intervenciones para mejorar la situación nutricional de Colombia

1 Construir planes operativos y financieros que soporten la implementación de políticas, planes, programas o proyectos multisectoriales en nutrición. 2 Medir y fortalecer la capacidad profesional y técnica en nutrición del país para cualificar las intervenciones en los territorios.

3 Implementar un sistema de información nutricional multisectorial para monitorear y analizar la situación alimentaria y nutricional que permita orientar la ejecución de la política pública.

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Alinear los programas y proyectos del sector agricultura para garantizar que sean coherentes con los objetivos nutricionales del país. 5 Construir e implementar el plan nacional de prevención de pérdidas y desperdicios de alimentos, priorizando como destino final el consumo humano. 6 Promover cultivos ricos en nutrientes o biofortificados acordes con la cultura alimentaria local.

25 intervenciones para mejorar la situación nutricional de Colombia

7 Reconocer, proteger y promover el patrimonio cultural, culinario y agroalimentario familiar, comunitario, campesino y étnico. 8 Fomentar la agroecología. 9 Mejorar el suministro de alimentos en situaciones de emergencia.

10 Incentivar la permanencia de los adolescentes en los territorios rurales a través de programas de formación y capacitación (agrotecnólogos).

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Implementar programas de transferencias condicionadas para mejorar el acceso y consumo de alimentos de alta densidad nutricional de la población más pobre. 12 Entregar en el Programa de Alimentación Escolar (PAE) u otros de asistencia alimentaria para población vulnerable alimentos ricos en micronutrientes y fortificados, con el apoyo de una educación alimentaria y nutricional para prevenir la malnutrición. 13 Proteger al mediano y pequeño campesino de crisis económicas y ambientales mediante el aseguramiento. 14 Generar ingresos y empleo rural decente que aumenten la productividad y el desarrollo de los productores a pequeña escala, la economía circular y las cadenas cortas de comercialización. 15 Implementar acciones que incrementen el acceso de la mujer rural a recursos productivos, capacitación y tecnología agrícola. 16 Poner en marcha campañas masivas de concientización al público sobre estilos de vida saludables para prevenir la malnutrición. 17 Adelantar programas y actividades de educación alimentaria y nutricional basados en estrategias de cambio de comportamientos en ambientes específicos —colegios, lugares de trabajo y entornos comunitarios— para promover estilos de vida saludables. 18 Diseñar con los adolescentes programas para promover estilos de vida saludable (EVS) dirigidos a esta población.

19 Diseñar programas de marketing social para mejorar la información nutricional que reciben los consumidores (etiquetado y promoción comercial de alimentos).

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22 Integrar intervenciones educativas en alimentación y nutrición en los programas y acciones ya existentes de servicios de salud, educación a las comunidades, programas agrícolas y de protección social. Caracterizar los procesos que permiten conocer el aforo, la calidad y la disposición de agua en los territorios para asegurar el acceso, la sostenibilidad y la calidad de la misma. Diseñar e implementar estrategias con participación comunitaria para planificar y gestionar el acceso a agua potable y saneamiento básico.

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Eliminar las barreras de los sistemas de salud a nivel territorial para garantizar las acciones definidas en las Rutas de Atención Integral en Salud. 24 Implementar acciones de doble función para la prevención de todas las formas de malnutrición en la adolescencia, el embarazo y la primera infancia. 25 Llevar a cabo acciones para el tratamiento de la desnutrición aguda y el retraso en talla (incluido el riesgo).