Octava Planta numero 32

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Ya está todo el pescado vendido “Ya está todo el pescado vendido”. Hay veces que, cuando oigo esa expresión, me siento como un filete de carne en una pescadería, en un lugar donde nadie compra carne. No sé… cada vez que he escuchado esa frase es porque se hace referencia a que ya no llegas a tiempo de algo o que ya se ha terminado todo. Yo muchas veces siento eso. Siento que nunca llego a tiempo de nada. Realmente digo “yo”, pero creo que somos muchos los que pertenecemos a esta “raza de la carne” en la que muchas veces el sentir general es el de no ser comestible. Igual es por ese dicho… el de que “no está hecha la miel para la boca del asno” pero, realmente, ¿alguien ha probado alguna vez a darle miel a un asno? Igual le gusta y la saborea tan bien o mejor que el más goloso de los osos. Y no entiendo muy bien por qué será. Mi madre muchas veces dice: “Hijo, hay gente que nace con estrella y otros que nacemos estrellados”. Yo más bien creo que hay gente que nace con una estrella pegada al culo y gente que, al nacer, nos la damos de tal manera que vemos hasta constelaciones nuevas. Y es que estoy harto de que llegue el amigo de turno y encima te diga “¿pero de qué te quejas? Si tú te dedicas a lo que más te gusta y además te diviertes.” Yo entiendo que igual a un funcionario de Hacienda no le excite la idea de pasarse su vida detrás de una ventanilla pidiendo fotocopias compulsadas del DNI y poniendo sellos a impresos, pero no es mi culpa. Y un pequeño detalle, así sin importancia: yo también como. Y es que “el trabajo dignifica”. Ni quiero ni voy a comentar la frase. Dos ejemplos:

Si eres de la “raza de la carne” podrás presentarte a una entrevista de trabajo donde sólo tú cumples los requisitos que se piden, te presentas tú solo (ves la luz al fondo del túnel) pero… ya está todo el pescado vendido. La plaza queda desierta o se la dan al primo de alguien.

Tres cosas hay en la vida Salud, dinero y amor Y el que tenga esas tres cosas Que le de gracias a Dios.

O bien, como no has tenido suerte, decides montar tu empresa y presentas un proyecto para una ayuda donde se subvencionan tres proyectos. Nos presentamos cuatro, ¿adivinas de quién será el que no será subvencionado? Eso, en lo referente al trabajo. Pero para los que

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somos de “la raza de la carne”, esto traspasa todas las barreras. Citando al gran filósofo y poeta español Palito Ortega y a su tema “Tres cosas hay en la vida” que conocemos: Paso a contar cada caso.

Salud: En el caso de una “persona pescado” (denominaremos así a los que tienen Suerte), su mayor problema será un leve constipado o cómo eliminar su celulitis. En el caso de una “persona carne” (los que no tenemos Suerte): tu catarro no será leve, sino monumental, tendrás fiebre, sinusitis, rinitis y una fuente como nariz. Te dolerá la cabeza y cada una de las articulaciones de tu cuerpo. Además, tendrás la “SUERTE” de acercarte a la única persona que tiene un virus estomacal en 1km a la redonda. Y por supuesto, te lo pegará, con lo cual, el grifo de la nariz abrirá otra sucursal en la parte inferior trasera de tu cuerpo. El catarro y el grifo de la sucursal de abajo te habrán hecho perder tu celulitis y tú pensarás que has tenido suerte, ERROR, porque, cuando te recuperes, no tendrás efecto rebote, sino efecto puenting. No sólo recuperarás tus kilos, sino también los de todo el bloque de vecinos. La piel de naranja se volverá piel de calabaza y te saldrán unas estrías que ni Moisés cuando abrió el mar Rojo.

Dinero: La “persona pez” ganará dinero y su mayor problema será decidir donde gastarlo. El tuyo, “persona carne”, será dónde ganarlo porque tendrás facturas, agujeros pequeños, medianos, grandes y agujeros negros donde podrás “invertir” cada uno de los euros que has ganado.

Amor: El gran tema de la historia de la humanidad. Bien, pues el “pez” tendrá conflictos del tipo: “No puedo decidirme por ninguno…” “Me va tan bien que me asusta…” “Quiero ser libre…”. Tú, filetito mío: 1. Te enamorarás de la persona equivocada. 2. No podrás desechar a nadie porque no hay dónde elegir. Tú serías capaz de ir a un encuentro de solteros y venir solo. 3. No te podrás asustar de que todo vaya bien porque simplemente… no irá. 4. Si te decides y te declaras a alguien te dirá alguna de las siguientes frases: “Te quiero como a un her-

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