puesto que estuvo muy reñido. A ver, ¿alguien me puede explicar qué coño tienen que ver un pingüino y un lobo con la Navidad? Sería mejor que el lobo se comiera a Papá Noel. ¡¡Vivan los Reyes Magos!! Ese pingüino que tanto prometía…
Y aquí vienen los “vencedores”. Que si lo que pretendían era asustar a los niños, lo habrían conseguido de no ser porque sólo había una niña. Vamos hombre, esqueletos, tumbas y bichos raros, eso no es navideño (aunque sí más que un lobo y un pingüino).
Octava l a n t a
p
Tengo que reconocer que ha sido una merecida victoria, con mucha dedicación. Sobre esto último añadir que no sería necesario, porque con menos dedicación y más “refrescos” se consiguen los mismos resultados. Desde aquí me gustaría hacer una mención especial a la ardua labor del personal de limpieza, a pesar del intento de los residentes de ahorrarles el trabajo tras la cena de Navidad. Y ya para terminar un breve pero útil consejo: hay que conseguir que la gente lo pase bien, no que bostece cuarenta veces.
Página 21